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El inicio de la crisis del PCM (1937-1939) Gerardo Peláez Ramos LA ETAPA DE ascenso del Partido Comunista de México terminó en 1937. Desde el IV Consejo Nacional de la Confederación de Trabajadores de México, el comunismo mexicano se vio envuelto en una crisis que sólo en forma parcial comenzaría a remontar en 1960 y que haría que las posiciones conquistadas en los primeros años del cardenismo, fueran, ya de plano, cosa del pasado. Dio comienzo, pues, una nueva etapa en la historia del PCM. Éste fue expulsado de las principales organizaciones obreras y se convirtió en un partido integrado, principalmente, por campesinos, maestros de primaria e intelectuales. Comenzó, en esas condiciones, la desobrerización del PCM. El PCM --que había intervenido en forma independiente en los procesos eleccionarios--, desde los comicios federales de 1937 hasta bien entrados los años 40, participó por conducto del partido oficial, con lo que se cerró las posibilidades de construir y desarrollar su propia fuerza electoral, y, lo que es más grave, llegó a perder su independencia política. En 1937 la participación comunista en las elecciones internas del Partido Nacional Revolucionario fue boicoteada por el liderazgo gubernamental. Así, mientras a principios de marzo de 1937 el Frente Electoral Popular postulaba a Hernán Laborde como su candidato a diputado por el V distrito del Distrito Federal, Silvano Barba González, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PNR, se lanzaba a plantear que este partido no podía sostener candidatos sujetos a otros programas, disciplinas y estatutos. Esto explica la declaración del Buró Político del Comité Central del PCM el 15 de marzo: El señor Lic. Barba González pretende excluir de las elecciones internas del Partido Nacional Revolucionario a los trabajadores que, siendo miembros de una organización sindical, pertenezcan al mismo tiempo al Partido Comunista. Tal actitud del Lic. Barba González no se ajusta a las declaraciones hechas por el Comité Ejecutivo del Partido Nacional Revolucionario en su manifiesto de septiembre de 1936... (1) El 4 de abril Laborde volvió a abordar las declaraciones de Barba González y la disposición de los comunistas de participar en las elecciones internas del PNR. (2) Las contradicciones siguieron agudizándose. En la Convención Electoral del PNR, se negaron credenciales a 82 agrupaciones de la Cámara del Trabajo Unitaria del Distrito Federal. Esto obligó a los no admitidos en la reunión penerreana a sesionar por separado y elegir como su candidato a diputado al secretario general del Partido Comunista. La situación se agravó al resolverse que la participación político-electoral de los comunistas debería canalizarse hacia el apoyo a los candidatos del PNR, en especial a los de la CTM. (3) La candidatura de Laborde fue retirada. Por otra parte, las contradicciones en el seno de la CTM entre el grupo de Fidel Velázquez y los comunistas tendían a estallar. En febrero de 1937, contra la opinión de Vicente Lombardo Toledano y los lobitos, se constituyó la Federación Mexicana de Trabajadores de la 1
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Enseñanza, bajo la dirección de cuadros del Partido Comunista. En abril, Miguel A. Velasco y Pedro A. Morales denunciaron las maniobras anticomunistas de la mayoría del Comité Nacional de la CTM. (4) Pero donde la crisis se manifestaría con toda su fuerza sería en el IV Consejo Nacional de la Confederación de Trabajadores de México. Desde antes, el Sindicato Mexicano de Electricistas denunció con vehemencia las violaciones burocráticas a los Estatutos de la poderosa central. (5)
1. El IV Consejo Nacional de la CTM A FINES DE abril de 1937, se llevó a efecto el multicitado consejo cetemista. En él, sin respetar los principios de la democracia sindical, el secretario de Organización y Propaganda del Comité Nacional de la CTM se arrogó el derecho de reconocer y desconocer representaciones. Las organizaciones bajo influencia comunista, como la FMTE, las federaciones de la Laguna, Oaxaca y otras, fueron desconocidas, en tanto que eran reconocidas agrupaciones sin ninguna representatividad. Esta situación orilló a 23 delegaciones a abandonar la sala de sesiones del consejo y a continuar discutiendo en el local del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana. La crisis, por la vía de la división, había explotado. En el Informe del Comité Nacional de la CTM se planteaba: ...Antes de que la Federación de Trabajadores del Estado de Coahuila y de que el propio Comité Nacional intervinieran en los asuntos políticos del estado de Coahuila, los miembros del Partido Comunista de México que militan en los sindicatos de la CTM en esa entidad federativa apoyaron al general Pedro Rodríguez Triana como candidato a gobernador y algunos de ellos se presentaron como candidatos a diputados locales y federales... (6) Señalaba como problemas de disciplina: ...los elementos del Partido Comunista de México han continuado en su labor de tratar de obligar a las agrupaciones de la CTM y a su comité nacional, por diversos medios, a seguir invariablemente la línea de conducta de su partido. Cuando el secretario general del comité nacional no está de acuerdo con este programa es objeto de constantes censuras, lo mismo que otros secretarios del mismo comité nacional, llegando las censuras a convertirse en injurias y calumnias que tienen el indudable propósito de sembrar la desorientación entre los trabajadores de la confederación, de desprestigiar a los secretarios del comité nacional que no se ajustan a la línea de conducta indicada y hasta tratar de hacerlos aparecer como elementos derechistas, para que los propios trabajadores estimen que la línea de conducta del Partido Comunista de México es la que debe seguirse en el seno de la CTM... (7) En un discurso, VLT explicaba: El problema de fondo es éste: que los compañeros del Partido Comunista no han querido entender que la CTM es un frente único del proletariado, un frente general 2
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del proletariado y no una organización homogénea, no una organización coherente en cuanto a ideología, no una organización que deba obedecer a una opinión única y a una táctica única, y a una serie de disposiciones únicas. Cuando se planteó el problema de la unificación del proletariado mexicano, algunos compañeros lucharon porque se hiciera la unificación sin los comunistas. Yo fui de los que se opusieron a ese punto de vista; pugné por la unificación con los comunistas, no por los contingentes que en el terreno sindical los comunistas representen para México, y particularmente por los que en aquella época representaban, sino porque un frente único del proletariado debe incluir a todos los trabajadores mientras éstos no sustenten una teoría contraria a la lucha de clases... (8) Los compañeros del Partido Comunista han declarado en muchas ocasiones, que dentro de la unificación, eran un grupo sectario, sin contacto con la masa, sin contacto con los trabajadores del país; declaraciones suyas, anteriores, al Séptimo Congreso de la Internacional Comunista. Al estar en contacto con la clase trabajadora, por primera vez en la historia del Partido Comunista de México, han realizado una labor tendiente al control mecánico, simplemente mecánico, de las directivas de las agrupaciones, y también al control mecánico de nuevos socios. Están creciendo los compañeros del Partido Comunista en una forma que a mí se me antoja irregular y falsa, porque no es la adhesión al partido de un conjunto de camaradas que, en virtud de una convicción surgida de una honda meditación, se afilian al partido, sino que es un crecimiento artificial, hecho por determinadas circunstancias de uso político y de uso social, que inflan las filas del Partido Comunista, pequeñas, pero en una forma que los socios que se aprestan a luchar dentro del propio partido no son realmente comunistas convencidos en muchos casos, ni tampoco saben directamente cuál es el propósito que el Partido Comunista persigue. Este afán del control mecánico de las directivas, y el aumento ruidoso, el aumento poco discreto de sus contingentes o de sus socios, es lo que ha provocado, fundamentalmente, la desconfianza en la gran mayoría de los trabajadores y en los dirigentes sindicales que no están de acuerdo con la forma de proceder de estos camaradas del partido. Yo expongo aquí estas ideas, porque ya se las he expresado con anterioridad a los compañeros del Partido Comunista en más de cien ocasiones; no hay una semana sin que discuta con ellos este problema; he expuesto a los compañeros del Partido Comunista el peligro en que se hallan desde el punto de vista de su desarrollo futuro tratando de obligar mecánicamente a las agrupaciones a que sirvan a su táctica de lucha y a sus intereses especiales, y también el peligro que para ellos encierra el agrupar rápidamente y de un modo mecánico en sus filas a nuevos contingentes sin un previo análisis... (9) Los camaradas del Partido Comunista de México están siguiendo una táctica diversa; están tratando de crecer en la forma que yo no me cansaré de calificar de mecánica, y como el crecimiento del partido es una cosa ruidosa, poco discreta, como la he calificado, despierta hondas suspicacias. En muchas partes del país, en todas las regiones y a propósito de cualquier asamblea sindical o de un mitin de trabajadores, del mismo modo que se ofrecen periódicos, se ofrecen cédulas para inscripción en el Partido Comunista; esto sería legítimo si no tuviera 3
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desgraciadamente las consecuencias ya indicadas que todos palpamos. (10) Los compañeros del Partido Comunista cometen el error de haber colocado a la CTM frente a dos direcciones, mejor dicho: la dirección de la CTM y dentro de ella su Comité Nacional, y la dirección del Partido Comunista; los compañeros del Partido Comunista dentro de los sindicatos y en su calidad de sindicalizados, posponen la disciplina y el interés colectivo de la CTM, al interés y a la disciplina de su partido. Esto es un error de táctica. Y digo esto porque la prueba la tenemos frente a nosotros: cuando hay algún problema intergremial de carácter sindical, que debería ser resuelto por la CTM exclusivamente, por los directores de los sindicatos o de las federaciones de la CTM, algún compañero del buró del Partido Comunista, Hernán Laborde o alguno otro, me entrevista para que resolvamos los problemas intergremiales, sindicales, de la CTM. Esto quiere decir que los compañeros del Partido Comunista, como acabo de afirmarlo, obedecen más a la consigna de su partido que a la disciplina sindical de la CTM y nosotros no podemos tolerar que haya dos direcciones. (11) Los disidentes publicaron un texto en el que denunciaban: Las descaradas violaciones a nuestros Estatutos, las provocaciones cada vez más frecuentes y graves a los derechos e intereses de sus representados, y los intentos de instaurar una era de tiranía y servilismo en las organizaciones obreras y campesinas, so capa de mantener una disciplina que en realidad no representa sino la sumisión incondicional a las resoluciones de determinados dirigentes, para el logro de sus fines personales... (12) En un documento elaborado por el ala clasista discrepante, se daban los siguientes datos: abandonaron el consejo el STFRM, la FMTE, la Federación Nacional de Trabajadores del Estado, el SME, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Papelera, el Sindicato Ferrocarrilero Peninsular, la Cámara del Trabajo de Aguascalientes, la CTUDF, la Cámara del Trabajo de la Baja California, la Cámara del Trabajo de Chiapas, la Federación de Sindicatos Obreros de Morelos, la Federación de Agrupaciones Obreras de Colima, la Federación de Trabajadores de Quintana Roo, la Federación de Trabajadores de San Luis Potosí, la Federación de Trabajadores de Tamaulipas, la Federación de Trabajadores de Nuevo León, la Federación de Trabajadores de Oaxaca, la Federación de Trabajadores de la Región Lagunera y el Sindicato de Empleados de Comercio, Banca, Industria y Oficinas Particulares, con 322,570 afiliados. De acuerdo con el mismo material, permanecieron en el consejo: la Confederación Revolucionaria Aguascalentense del Trabajo, los sindicatos sustraídos a la federación lagunera, Federación Regional de Obreros y Campesinos de Campeche, Cámara Sindical Obrera de Chihuahua (municipio), Federación Nacional de Cinematografistas, Federación de la Industria Eléctrica, Federación de la Industria Azucarera, Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, Cámara del Trabajo del DF, FROC de Durango (sin contar con los sindicatos de la Región Lagunera), Federación de Trabajadores de Jalisco, FROC de Nayarit, FROC de Oaxaca, FROC de Puebla, FROC de Sinaloa, FROC de Yucatán, Federación de Trabajadores de Tabasco, Federación de Trabajadores de Veracruz, Federación de Trabajadores de Coahuila (sin contar los sindicatos de la Región Lagunera) y Sindicato de Trabajadores Marítimos y Fluviales, con un total de 296,345 miembros. (13) Las cifras manejadas por Lombardo, claro está, eran otras. (14) 4
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La hostilidad de la mayoría del CN de la CTM hacia la Federación Mexicana de Trabajadores de la Enseñanza y la Federación Nacional de Trabajadores del Estado, el peso de los comunistas en el STFRM, la Federación de Trabajadores de Nuevo León y, para esas fechas ya fuera de la CTM, en el sindicato minero-metalúrgico, era la respuesta a un fenómeno presente y en ascenso: el desarrollo del Partido Comunista de México, el cual vivió de abril de 1935 a abril de 1937 un proceso único en su historia: el paso de ser una organización con muchos elementos de propagandismo a su conversión en un partido con posibilidades reales de ser de masas, dirigente del movimiento obrero y con amplio peso en el seno del campesinado y otras fuerzas populares. Los comunistas se convirtieron en ese lapso en la segunda fuerza en la CTM, en fortalecimiento constante y con líderes muy representativos como Tomás Cueva, Valentín Campa, Miguel A. Velasco, Cándido Jaramillo, Gaudencio Peraza, Francisco Patiño Cruz y cientos de dirigentes en los comités ejecutivos de los sindicatos nacionales de industria y, algo que realmente molestaba a Lombardo y los lobitos, que cuadros de los sindicatos afiliados antes a la Confederación General de Obreros y Campesinos de México ingresaran de manera importante al PCM. Este partido, de seguir dicha tendencia, para fines de 1937 sería, sin sombra de duda, la primera fuerza de la CTM. (15) El 1º de Mayo, tuvo lugar un mitin en el teatro Hidalgo, en el cual intervino Miguel A. Velasco, quien denunció la actitud divisionista de Fidel y Lombardo en el caso de los maestros, en la federación de Oaxaca, en la Federación de Trabajadores de Nuevo León, en la federación de Coahuila y en el Comité Organizador del Congreso de Unificación del Estado de México; defendió al PCM de la acusación de que los comunistas mexicanos eran diferentes a los de otros países. (16) Frente a la huelga petrolera, todas las fracciones cetemistas se alinearon con el STPRM y en contra de las compañías imperialistas. Estallada el 28 de mayo, la huelga fue declarada legal el día 30 y el 9 de junio se levantó el movimiento. La polémica entre los dos grupos cetemistas se mantuvo en pie. En una conocida revista lombardista, se expuso en un editorial: Y así, quienes inmerecidamente se titulan comunistas en México, consumaron, con motivo del IV Consejo Nacional de la CTM, una obra de división iniciada indudablemente desde que empezaron a actuar en la gran central sindical, arrancando a ésta algunos de sus efectivos, que si forman absoluta minoría, no se debe seguramente a falta de deseos en contrario de los divisionistas. Ahora, usando sin escrúpulo el nombre de la CTM, pretextan mítines de solidaridad proletaria o de lucha contra el alza de los precios (¡hasta hoy!) para atacar a la organización, haciendo gala de un criterio contrarrevolucionario sectario, para adquirir fuerza faccional, y mantienen una alianza de hecho con enemigos de la Unión Soviética, tales como cierto líder que, apartándose de la línea de la CTM, asistió al llamado jurado de Trotsky y publicó hace poco en una revista que dirige un artículo de ataque a la URSS. Tratando de lograr los mismos objetivos faccionales y para no perder influencia burocrática, han aprobado con su silencio la maniobra de cierta dependencia oficial, que prácticamente impidió la exhibición de una película soviética por la Universidad Obrera. (17) Un conocido crítico del PC, trotskizante durante un cierto tiempo y definido anticomunista después de los años 30, escribió:
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...Mediante la manipulación de los nombramientos de empleos oficiales, de dádivas, de influencia burocrática, ha alcanzado tal éxito en este aspecto de sus actividades, que ahora los jefes del Partido Comunista de México, convertidos en representativos de la burocracia obrera reformista, han transformado a la organización que debería ser la vanguardia del proletariado, en un apéndice político-burocrático del gobierno, e indirectamente de la burguesía... (18) En la gran lucha por definir quién debería dirigir a la CTM, qué relaciones establecer con el gobierno progresista de Lázaro Cárdenas, cómo relacionar a los sindicatos con el Comité Nacional de la confederación, qué métodos de lucha impulsar y cómo participar en las actividades político-electorales, el gran ganador fue el grupo de los lobitos, encabezado por Fidel Velázquez, y el gran perdedor fue el Partido Comunista, que en el mes de junio iniciaría una crisis de la cual ya jamás se repondría. El PCM hizo enormes esfuerzos por mantener la unidad de la gran confederación obrera. En el documento ¡La CTM unida!, Miguel A. Velasco y Valentín Campa plantearon: “El Partido Comunista de México aportará su modesta cooperación, para conseguir la unidad proletaria y popular. Desde luego se compromete a no contestar ningún ataque que se le lance en relación con las dificultades de la CTM...” (19) Sin embargo, la fracción de Lombardo y los lobitos estaba por conservar la unidad cetemista siempre y cuando se suprimiera la influencia decisiva de los comunistas. Lombardo Toledano recurrió a los buenos oficios de Earl Browder, secretario general del PC de los Estados Unidos y miembro del Comité Ejecutivo de la Comintern, quien, seguramente con la intención de impulsar la unidad del movimiento obrero latinoamericano en contra del fascismo, vino a México e impuso, no sin la oposición de algunos líderes de la Sección Mexicana, la política de unidad a toda costa.
2. Unidad a toda costa EL CC DEL PCM celebró un pleno del 26 al 30 de junio de 1937, con la asistencia de Browder, en el cual resolvió la política de unidad a toda costa. El secretario general del Partido Comunista señaló en su informe: Por eso, el Partido Comunista debe luchar con todas sus fuerzas por el restablecimiento de la unidad de la CTM y disponerse a hacer todas las concesiones y aceptar todos los sacrificios necesarios para conseguir la unidad. Éste es el sentido de nuestra palabra de orden: “Unidad a toda costa”. (20) ...El BP se había pronunciado oportunamente por la permanencia de todas las delegaciones en el consejo, pasara lo que pasare, y fue impotente para convencer a las delegaciones de que debían permanecer. El Buró Político en su conjunto es responsable de esta debilidad. Pero debe señalarse el hecho de que la fracción comunista del consejo no funcionaba y de que los delegados comunistas no cumplieron la directiva del BP. Y más aún, que fue un delegado comunista el que precipitó el desenlace declarando en una asamblea de las delegaciones descontentas que la convención del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros había acordado retirar su delegación. La responsabilidad recae ante todo en los miembros del Buró Político que estaban presentes, en primer 6
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lugar el compañero Campa. Pero comparto esa responsabilidad, porque el compañero Campa me consultó por teléfono y me dejé convencer de que “era imposible volver al consejo”. (21) Laborde explicó el desarrollo de las dificultades y conflictos entre comunistas y lobitosLombardo en el congreso constituyente de la CTM, en las comisiones del CN cetemista, en la constitución de la Federación Nacional de Trabajadores del Estado, en la formación de la FMTE y en algunas federaciones estatales y regionales, en las pugnas por la constitución del Frente Popular Mexicano y en la campaña electoral del PNR. Sobre la administración cardenista, el secretario general expresó: La nacionalización de los ferrocarriles muestra las posibilidades que existen en la política actual del gobierno y confirma la tesis de nuestro partido de que este gobierno puede transformarse en un gobierno nacional-revolucionario consecuente. (22) ...nosotros hablamos siempre de la unidad de lucha, contraponiéndola a la unidad en sí misma; y de nuestras frecuentes declaraciones podría deducirse que estábamos por la unidad condicionalmente. No comprendíamos que la unidad de la CTM en sí misma tiene un valor revolucionario indiscutible, desde el punto de vista nacional e internacional, que la CTM con sólo existir unida lucha y no puede dejar de luchar en las actuales condiciones de México y del mundo, y que en consecuencia el Partido Comunista y sus miembros debían sacrificarlo todo a la unidad de la CTM. (23) ...los comunistas no debemos permitir que la lucha por el control y por los puestos directivos se conviertan en una causa de ruptura de los congresos y división de las organizaciones. Los comunistas debemos estar siempre dispuestos a la concesión y aun al sacrificio de determinadas posiciones en los sindicatos. (24) El pleno llegó a resolver: “Los comunistas deben trabajar por la pronta constitución del Frente Popular completo, incluyendo a nuestro partido. Pero si el Frente Popular se constituye sin nuestro partido, los comunistas apoyarán ese movimiento sin perjuicio de seguir trabajando por la incorporación del partido...” (25) A partir del pleno de junio de 1937, el PCM se deslizó por una pendiente muy peligrosa para su propio futuro. De hecho, adoptó una orientación seguidista frente a la dirección de Lombardo en la CTM y frente al gobierno de Cárdenas. En el V Consejo de la CTM --julio de 1937-- volvieron todas las organizaciones salientes, con la excepción del SME; los comunistas miembros del Comité Nacional quedaron fuera de éste. Las posiciones de los comunistas empezaron a ser abatidas en los sindicatos y federaciones. Comenzaría, por decirlo así, un proceso de desobrerización del PCM, fenómeno que alcanzaría niveles francamente dramáticos en los años posteriores.
Imposición del oportunismo EL 21 DE SEPTIEMBRE de 1937 en la resolución del BP del CC del PCM sobre el informe de Laborde en la sesión del 6 de septiembre, se expresó: “El informe de Cárdenas demuestra que la política del gobierno es una política nacional-revolucionaria, que la revolución nacional 7
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democrática, antifeudal y antimperialista, está en marcha y que el presidente Cárdenas es ahora el abanderado y jefe de esta revolución”. (26) Precisaba, líneas después: Sería falso atribuir al gobierno carácter socialista: pero es fuerza reconocer que todos estos hechos implican formas cooperativistas y colectivistas de organización de cierto número de empresas industriales, algunas de importancia, y de ciertos sectores de la economía agrícola; y que con toda su debilidad e insuficiencia, estas formas de organización constituyen anticipos de una etapa más avanzada del movimiento revolucionario y bases para facilitar y acelerar en el momento oportuno la transformación de la Revolución mexicana hacia el socialismo. En este sentido, el hecho más saliente es el anuncio de entregar los FFCC Nacionales, la empresa más importante del país, a los trabajadores para su administración, lo que será un gran ensayo de entrenamiento del proletariado para el manejo de la economía nacional. (27) La política de Cárdenas es ya en gran parte la política de un gobierno de frente popular e incluso más avanzada en ciertos aspectos que la del gobierno de Frente Popular Francés. Sin que exista el frente popular en México, existe una plataforma de frente popular que es el Plan Sexenal del PNR, excedido en algunos aspectos por la actuación práctica del gobierno... (28) En un mitin de la CTM en la plaza de la Constitución, celebrado el 20 de noviembre, Laborde planteó: Nosotros tenemos plena confianza en que, mientras no le falte el apoyo popular, como lo dijo en su informe al Congreso de la Unión, el presidente Cárdenas seguirá adelante. Y estamos seguros de que el apoyo popular no ha de faltarle al gobierno, mientras el gobierno responda a las aspiraciones del pueblo. Estamos seguros de que la revolución seguirá su marcha... Sí. La revolución está en marcha, y su jefe es ahora el presidente Cárdenas. (29) Del 4 al 7 de diciembre de 1937, el CC del PCM efectuó un pleno, que resolvió: ...el gobierno del presidente Cárdenas debe ser definido como un gobierno nacional-revolucionario, con tendencia a adoptar formas cooperativistas y colectivistas de organización parcial de ciertas ramas de la economía... Esta definición del gobierno implica un apoyo más franco y enérgico de nuestro partido, que debe traducirse en cooperación práctica. El partido debe pasar del simple apoyo político a la cooperación en todos los órdenes... (30) Sin medir las posibilidades del corporativismo, el 16 de abril de 1938 se publicó una declaración del PCM que establecía: La constitución del Partido de la Revolución Mexicana y la expropiación de la industria petrolera son los hechos de mayor importancia en la historia 8
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contemporánea de nuestro país... (31) El Partido Comunista acepta y respalda la Declaración de Principios y el Pro-grama de Acción del nuevo partido y los comunistas acatarán su disciplina y Estatutos. El Partido Comunista no lanzará candidatos independientes y apoyará los candidatos del Partido de la Revolución Mexicana. (32) Al embarcarse en la política que lo ataba al oficialismo, el PCM perdió la oportunidad de convertirse en la dirección del movimiento obrero y campesino. Erróneamente, el Partido Comunista dejó en manos gubernamentales la organización de los pobres del campo. No obstante estas deformaciones, el PC desempeñó un papel destacado en la lucha contra las bandas fascistas, el cedillismo y los latifundistas, por la solidaridad con la Revolución española, la defensa de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los combates antifascistas. Acerca de la asonada cedillista, que combatió con decisión, desde abril ya el PCM denunciaba: El jefe de los derechistas es, sin discusión posible, el general Cedillo. Cuando hace algunos meses Cárdenas le hizo salir del gobierno, Cedillo se retiró a su hacienda situada en San Luis Potosí, para consagrarse libre y abiertamente a la preparación de la revuelta. Cedillo constituye siempre una amenaza. Tiene a la disposición de los interesados, grandes cantidades de armas y de material de guerra introducidos en México de contrabando y posee a través de todo el país amigos y partidarios que, como todo el mundo sabe, no dejan de importar clandestinamente armas de la frontera y de la costa del golfo de México. (33) Posteriormente, el PCM sostuvo: 1. La expropiación del petróleo, con la agresividad del imperialismo inglés, influyó en el levantamiento reaccionario de Cedillo. El rompimiento de relaciones de México, provocado por el gobierno conservador de Londres, hizo que se afirmara en las compañías la idea de un levantamiento reaccionario, ya previsto por ellas como único modo de recuperar sus riquezas en nuestro país. Tales intereses alentaron con dinero y con ofrecimientos a Cedillo para trastornar la marcha del país, con la esperanza de lograr una rebelión general. (34) Aislada la rebelión, los diez o doce mil hombres de tropa, en medio de un ambiente general de apoyo, dieron bien pronto --dos semanas-- cuenta del movimiento. La masa de campesinos arrastrada por Cedillo se rindió y los rebeldes quedaron reducidos a partidas de facinerosos, asaltantes y dinamiteros de trenes. La actitud del pueblo y del gobierno de los Estados Unidos facilitó, como lo habíamos previsto, la derrota reaccionaria. El pueblo y el gobierno americano se pronunciaron contra Cedillo, excepto los círculos pro-fachismo. (35) El gobierno no desarmó, en donde podía hacerlo, a los elementos cedillistas, y se negó a armar a masas revolucionarias que estaban en condiciones de cooperar con el ejército para el rápido aniquilamiento de la 9
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rebelión. (36) El oportunismo ganó nuevas posiciones. Ante la negativa de la CTM para concretar la formación del Frente Popular, Laborde hizo suya la tesis de la dirección del PRM en el sentido de que este instituto era el FP en las condiciones de México: El Frente Popular de México --el Partido de la Revolución Mexicana-representa el bloque de obreros y de empleados, numerosos grupos de mujeres, de jóvenes y de intelectuales, y el ejército en pleno. Los comunistas forman parte de este Frente Popular por medio de las organizaciones obreras y campesinas en que trabajan. El programa del Partido de la Revolución es el programa de la revolución nacional y democrática que está realizando ya el gobierno, apoyado por el pueblo. Y ese Frente Popular no carece de armas, ni mucho menos. Aparte de los 60,000 hombres del ejército, cuenta con 40,000 campesinos armados --la reserva-- y con varios millares de obreros (sólo en la Ciudad de México tiene 30,000), entrenados por oficiales del ejército y dispuestos a batirse. (37) La política comunista en México, que fue implantada con la participación directa de los órganos dirigentes de la IC, no dejó de contar con el aval de éstos. El 6 de septiembre, el BP del CC del PCM declaró: ...[el] Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista ha considerado justa la línea política del Partido Comunista de México y ha resuelto solidarizarse con él y exhortar a todos los partidos comunistas y a todas las organizaciones obreras del mundo a movilizar la opinión de sus respectivos países en apoyo al pueblo mexicano... (38) En referencia a esto, los historiadores soviéticos de la IC afirmaban: La política de frente popular desempeñó un papel sustancial en la lucha de los trabajadores de México por las reformas antiimperialistas que tuvieron lugar a fines de la década del treinta. El ascenso del movimiento de masas incitó al gobierno de Cárdenas, líder del ala izquierda del Partido Nacional Revolucionario, a iniciar la reforma agraria y la nacionalización de los ferrocarriles y de la industria petrolera, que estaban en manos del capital extranjero. El PNR absorbió las organizaciones de masas y se transformó en Partido de la Revolución Mexicana (PRM). El Partido Comunista manifestó el deseo de ingresar en el PRM en calidad de miembro colectivo políticamente independiente. El Presídium del CEIC refrendó esa táctica, que podía convertir el PRM en un amplio frente nacional. Hizo ver a los comunistas que en México no estaba al orden del día el establecimiento de la dictadura proletaria y que no tratasen de saltar la etapa de la lucha democrática general, pues no conseguirían más que escindir el frente popular. Al mismo tiempo destacó a primer plano la necesidad de dar una réplica resuelta a todas las tendencias preñadas de seguidismo, de 10
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subordinación del Partido Comunista a los revolucionarios pequeñoburgueses. (39) Boris Koval escribía: La Internacional Comunista aprobó la decisión del Partido Comunista de apoyar la política de Cárdenas e integrarse en el PRM. Éste último, subrayó J. Dimitrov al intervenir en la comisión mexicana del Presídium del CE de la IC, podía emerger como una nueva forma de frente popular en caso de que “llegara a ser un auténtico bloque de los partidos y organizaciones del pueblo mexicano que constituyen la base del régimen revolucionario nacional”. Al mismo tiempo, el Presídium del CE de la IC subrayó la necesidad de que el Partido Comunista mantuviera su autonomía en lo ideológico y lo orgánico, evitara el seguidismo y la pasividad, y lo puso en guardia contra el peligro de mezclarse con la democracia pequeñoburguesa y la política de Cárdenas. (40) No corresponde a la verdad histórica el señalamiento de que la dirección de la IC previno al PCM acerca del seguidismo frente a Lombardo Toledano y el gobierno cardenista. Al contrario, la intervención del Comité Ejecutivo de la Comintern en la Sección Mexicana facilitó la pérdida de independencia política de ésta y representó un papel profundamente negativo y perjudicial para el Partido Comunista: en la definición de la política de unidad a toda costa, seguramente para impulsar la constitución de la Confederación de Trabajadores de América Latina y desarrollar la unidad antifascista en México y América Latina; en la campaña contra León Trotsky y su asesinato, cuando el trotskismo era un grupo de propaganda que no ejercía alguna influencia política importante en el acontecer nacional, y en la expulsión de Hernán Laborde y Valentín Campa de las filas del PCM, por no estar de acuerdo en la eliminación física del líder de la IV Internacional. La crisis del PCM se dio, en lo fundamental, durante los años floridos del stalinismo. José V. Stalin, al frente del PC (bolchevique) de la URSS dirigió, con métodos autoritarios, antidemocráticos y hasta criminales, a la clase obrera y el pueblo soviéticos a la industrialización acelerada, a la colectivización forzada de la agricultura y a la conversión de la Unión Soviética en una gran potencia mundial. En esas condiciones, eliminadas mediante el terror las oposiciones del partido y los principales cuadros bolcheviques, se produjo el endiosamiento de Stalin. Apareció el stalinismo en el Estado soviético y el movimiento obrero internacional. Un investigador soviético señalaba a propósito: Se debe recalcar que muchos errores del PCM se explican no sólo por falta de la experiencia de este partido, sino de todo el movimiento comunista internacional y estos errores fueron inherentes a muchos otros partidos. Desempeñaron un gran papel en esto las consecuencias negativas del culto a la personalidad de Stalin sobre el movimiento comunista internacional. (41) La comprensión de la realidad era errónea. El 16 de septiembre, en un mitin del PCM en la arena México en el que intervinieron Margarita Nelken y Jacques Gresa, Laborde señaló: 11
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Y tenemos algo más precioso quizás: la organización de masas trabajadoras; tenemos la poderosa Confederación de Trabajadores de México, con un millón de miembros; la Confederación Nacional Campesina, que agrupa dos millones de campesinos; el Partido de la Revolución Mexicana, que es el Frente Popular en las condiciones específicas de nuestro país y alrededor del cual podemos y debemos agruparnos para la lucha triunfal contra los enemigos interiores y exteriores del pueblo mexicano. (42) Desde junio de 1937, el PCM centró sus baterías en contra de la reacción: los fascistas y elementos afines, además, sin ninguna justificación y de forma errónea, en contra de los trotskistas. El 8 de diciembre de 1938 declaraba: El manifiesto de Pérez Treviño es un toque de reunión llamando a los callistas dispersos a agruparse en un nuevo partido político que arrastrará probablemente a la mayoría de los grupos reaccionarios para la lucha contra el gobierno del presidente Cárdenas. El callismo pretende volver a la política activa, reforzado por las organizaciones fascistizantes, por un grupo de ex revolucionarios despechados y por los traidores al PRM Iturbe, Sierra, Acosta, Padilla y otros, inclusive algunos militares como Abelardo Rodríguez. (43) En marzo de 1939, la Comisión Política del CN del PCM denunciaba: El insolente manifiesto del general Amaro es un paso más del callismo hacia la lucha abierta contra el gobierno revolucionario del presidente Cárdenas. En sus palabras, relativas al ejército es evidente el propósito de engañar a una parte de las fuerzas armadas, y particularmente a algunos de sus jefes. Y a nadie se oculta que Amaro, con sus correligionarios del Partido Anticomunista, se esforzará por unir a los diferentes grupos enemigos del régimen, para intentar la conquista del poder mediante un golpe armado, ya que no logrará nunca un apoyo de masas suficiente para conquistarlo por el voto. (44) Con motivo del 1º de Mayo, el PCM manifestaba: Los intereses de los contra-revolucionarios mexicanos, los Almazán, los Amaro, los Pérez Treviño, los Coss, Iturbe, Sierra, Acosta y compañía, coinciden con los del fascismo extranjero que desea también destruir los frutos de nuestra revolución, que son un incentivo y un aliento revolucionario para los demás pueblos del continente. Unidos en torno del general Lázaro Cárdenas, nuestro pueblo ha sabido avanzar vigorosamente, ha edificado grandes organizaciones como la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Nacional Campesina, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, la Confederación de Jóvenes Me-xicanos y el Partido de la Revolución Mexicana. (45)
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3. Trotsky y el PCM EL ASILO DE Trotsky en México, vino a facilitar la crisis del Partido Comunista. Bajo la influencia de la política antioposicionista de la III Internacional y el Estado soviético, el PCM desencadenó una intensa campaña antitrotskista que, por cierto, ni de lejos correspondía al peso y la autoridad del asilado ruso y menos de sus seguidores y epígonos, que eran, en esencia, meros propagandistas y no militantes políticos. Aunado a esto, el Partido Comunista se hizo partícipe de las campañas de Stalin en contra de la vieja guardia bolchevique, al apoyar los juicios de Moscú. El PCM manifestó el 8 de septiembre de 1938: Nos hemos enterado que el trotskista Albert Goldman declaró en los Estados Unidos que el Partido Comunista de México prepara la liquidación física de Trotsky y de algunos de sus secuaces. Se trata de una nueva provocación de Trotsky contra el Partido Comunista y contra el movimiento obrero y antifascista de nuestro país, y del continente... Entre las personas enteradas de nuestra ideología y de nuestros métodos no se encontrará una sola capaz de tomar en serio esta patraña. Pero lo que Trotsky se propone es desorientar al público no enterado para cubrir en esta forma, su vil cooperación con el fascismo, con la prensa de Hearst y con el reaccionario “Comité Dies” de los Estados Unidos en su campaña contra el movimiento democrático. (46) El mismo mes, Laborde expresó: Los grandes triunfos del poder soviético han sido posibles gracias a la lucha tenaz del Partido Bolchevique, y de Stalin en primer lugar, contra los grupos oposicionistas de Trotsky, de Zinóviev y de Bujarin, que degeneran en simples bandas de criminales traidores, saboteadores, asesinos y espías al servicio de las potencias capitalistas, del nazismo alemán y del militarismo japonés. La prensa reaccionaria pretende hacernos creer que el castigo de los traidores debilita a la URSS y a su gobierno. Es exactamente lo contrario. El bloque de los derechistas y trotskistas jugaba el papel de veneno, de un ácido corrosivo, que tendía a disgregar todo el régimen económico, social y político de la patria socialista. Al aplastar a esa banda de criminales, el régimen soviético se consolida y se depura... (47) Hay que señalar que Trotsky, dada la persecución stalinista, jugó un rol negativo en México. Desde su llegada comenzó a plantear la lucha contra el PCM y Lombardo Toledano, y remató con el hostigamiento a los españoles republicanos y los refugiados de las brigadas internacionales. En su afán de protegerse, lanzó a los órganos de seguridad del Estado en contra de sus enemigos ideológicos y políticos. (48) En febrero de 1938, Trotsky afirmó que VLT “no actúa como representante de la política interna de México, sino como agente de la política exterior de la GPU --policía soviética--“. (49) En octubre, declaró Trotsky: “Lombardo Toledano, agente de la GPU. “Uno de los agentes más celosos y desvergonzados de la burocracia de Moscú es el secretario general de la CTM (Confederación de Trabajadores de México), Lombardo 13
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Toledano...” (50) Sobre el pacto Mólotov-von Ribbentrop, el PCM replicaba el 5 de septiembre de 1939 a Trotsky: El pacto de no agresión germano-soviético no es, como le han hecho decir a Trotsky sus amos fascistas, una traición de Stalin. El Estado soviético no debe rehusar firmar un pacto de esta naturaleza con ninguna potencia que esté dispuesta a tener relaciones pacíficas con dicho Estado. Esto ha constituido la política de paz de la Unión Soviética desde el día de su constitución, cuando la paz de Brest-Litovsk fue firmada a exigencia de Lenin y saboteada por Trotsky. El pacto de no agresión ha roto la maniobra que tenía por objeto enredar a la URSS en una guerra que Hitler ha desencadenado, pues su agresión contra Polonia no podrá enmascararse en una pretendida lucha contra el “bolchevismo”. (51)
4. El VII Congreso del PCM DEL 28 DE ENERO al 3 de febrero de 1939 se llevó a cabo el VII Congreso del Partido Comunista. Fue inaugurado en el teatro Hidalgo. Se lanzaron mueras en contra de Bolívar Sierra, Iturbe, Salazar Mallén, Francisco Zamora, Trotsky, León Ossorio, Hitler, Mussolini y Chamberlain. Quedaron en el presidíum de honor J. Stalin, J. Dimítrov, Dolores Ibárruri, Luis Carlos Prestes (PC del Brasil), Ernest Thaelman (PC de Alemania), Earl Browder (PCEU), Wan Min (PC de China), José Díaz (PC de España), Maurice Thorez (PC Francés) y Juan Zamudio (muerto por esos días), y fueron elegidos al presídium efectivo Blas Roca (PC de Cuba), Roy Hudson, Alexander Trachtenberg, A. Morris (PCEU), HL, VC, R. Carrillo, V. Guerra, Jesús Lemus, Rafael R. de los Ríos (constituyente), Prisciliano Almaguer, Diego M. Rosado, Juan Estrada, Melquiades Tobías, Emilio Pineda, José M. Quiñones, A. García Moreno, Miguel A. Velasco, Amada Reyes y Paula Treviño. Quedaron en la primera comisión sobre el primer punto del orden del día R. Carrillo, Jesús Jiménez y otros; en la comisión de credenciales y organización Arturo Ramírez y otros, y en la comisión de Estatutos Mario Pavón Flores y otros. Carrillo afirmó que el PC llegaba a su mayoría de edad, al cumplir 20 años, con más de 30 mil miembros. Earl Browder expresó: “La garantía de nuestro triunfo es que nuestros hermanos en el país más grande del mundo ya establecieron su victoria definitiva (aplausos); el glorioso sistema socialista que se construye en la Unión Soviética bajo la dirección de Stalin, es nuestra garantía de triunfo (aplausos)...” (52) Intervinieron I. Rojas, del STPRM, y David del Arco, del STFRM. Luis Espinosa Casanova, del SME, sostuvo: ...los electricistas tenemos para el Partido Comunista deudas de gratitud; el Sindicato Mexicano de Electricistas no olvidará la ayuda efectiva que le prestó este partido en conjunto durante la huelga de 36, y posteriormente distinguidos miembros de este partido han seguido luchando y colaborando con el Sindicato Mexicano de Electricistas... (53)
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Hernán Laborde presentó el informe central, en el que señalaba que el congreso debía llamar a mantenerse: Unidos tras un solo candidato popular para vencer a la reacción en las elecciones. Unidos para aniquilar el golpe armado fascista y defender la independencia nacional y las instituciones democráticas. Unidos para continuar la obra revolucionaria de Cárdenas. (54) Analizó la gestión cardenista: Estos dos años han visto un avance sin precedentes de la revolución democrático-burguesa, que ha empezado a realizar en grande escala sus postulados esenciales. La revolución se desarrolla en el dominio de la reforma agraria y de la lucha contra el latifundismo. A la distribución de tierras algodoneras, entre los peones de la Laguna, a fines de 1936, siguió en 1937 la entrega de henequenales a los trabajadores agrícolas de Yucatán. Y a través de una serie de dotaciones importantes, inclusive en propiedades de extranjeros, no tocadas por los gobiernos anteriores, la reforma agraria se desenvuelve hasta la expropiación total de haciendas semiindustrializadas, con todas sus pertenencias y medios de cultivo, como las propiedades de los fascistas italianos Cusi, “Lombardía” y “Nueva Italia”. En 4 años, el gobierno de Cárdenas ha entregado casi 15 millones de hectáreas de tierras a los campesinos contra 8 millones de hectáreas entregadas por los gobiernos anteriores en 20 años. El gobierno de Cárdenas ha concedido a los ejidatarios créditos por 125 millones de pesos. Antes de Cárdenas, el crédito a los ejidatarios fue insignificante. (55) Aludió al Estatuto Jurídico de los trabajadores del Estado y a los derechos políticos de la mujer. Caracterizó al PRM como forma peculiar del Frente Popular en México. Criticó a Trotsky por su labor “divisionista” en el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana. Como reflejo de la falta de independencia del partido, propuso como línea ante la sucesión presidencial: Primera: el congreso no se pronuncia por ninguno de los precandidatos actuales. Cuarta: el congreso autoriza al Comité Central del partido para reunirse en pleno y resolver oportunamente el candidato a quien debe apoyar el partido, previa consulta y discusión con las principales organizaciones del PRM. (56) Se opuso a la administración obrera de las empresas. Subrayó la necesidad de la cooperación con los países democráticos y sostuvo que la oposición de Roosevelt a Hitler jugaba un papel positivo. Se pronunció por descubrir y criticar los restos de sectarismo en el PCM y por reprimir las violaciones a la línea de unidad a toda costa. En forma autocrítica, expuso:
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Nuestro partido no está hoy a la cabeza de las luchas económicas del proletariado, no tiene todavía una política de huelgas justa, adecuada a las condiciones del frente popular y no dirige el movimiento huelguístico. Nuestro partido no encabeza las luchas del campesinaje, no agita y mueve las masas por las reivindicaciones campesinas en relación con los problemas de la tierra, del crédito, de los precios, etc., y sobre todo, no moviliza al pueblo contra los asesinatos de campesinos, que son constantes. Nuestro partido no está a la cabeza de la lucha contra el alto costo de la vida, no orienta a las masas en problemas tan importantes como el conflicto del pan en el Distrito Federal, no se ocupa de los problemas inquilinarios, no es un líder del pueblo en sus luchas cotidianas. (57) Indicó que el partido crecía sin consistencia, fofo, blanducho y falto de disciplina férrea, era, hasta cierto punto, un partido de algodón y se necesitaba un partido de hierro. Manuel Elizondo manifestó que lo central era la unidad a toda costa en la CTM y la Confederación Nacional Campesina, que plantear un candidato en el congreso era la medida más oportunista y más viable para dividirlas y que el PC no debía lanzarse por un candidato antes de que las centrales mencionadas hubieran discutido la línea a seguir. Valentín Campa pronunció un discurso reeleccionista pro Cárdenas; planteó la nacionalización de la empresa eléctrica inglesa en el valle de México, pero no de la industria en general dadas las relaciones con EU; llamó a impulsar las luchas económicas, y a apoyar a la CROM de Escamilla. Almaguer informó de la huelga magisterial en Nuevo León, y Barrera, de Aguascalientes, se refirió a la división reaccionaria entre los ferrocarrileros, minero-metalúrgicos y maestros. Vicente Guerra explicó: “No estamos por frenar las huelgas, pero en determinados casos, por la oportunidad de las mismas es posible y lícito para nosotros que pospongamos la huelga...” (58) Señaló que no siempre debía irse a la huelga, que era menester tener cuidado con los paros seguidos en ferrocarrileros, textiles y tranviarios, que era necesario pensar cómo hacerlos y que al cooperativismo no había que impugnarlo ni enaltecerlo. En forma acertada, Dionisio Encina, de Durango, expresó: ...yo quiero dar sólo una opinión: en el caso de la sucesión presidencial parece que se establece en el congreso una tendencia a esperar que la central obrera y la central campesina decidan cuál será el hombre, y el Partido Comunista sujetarse a esa decisión. A mí me parece que no es así como debe establecerse esta cuestión; me parece que, a pesar de la poca fuerza de nuestro partido, a pesar de la subestimación del mismo y del poco trabajo para participar en los problemas económicos del pueblo, nuestro partido tiene en este momento determinada personalidad y debe ser tomado en cuenta para discutir junto con la central obrera y con la central campesina también el candidato; independientemente de que estamos de acuerdo con que el programa es lo fundamental. (59) La comisión integrada por Arturo Ramírez, Hernán Laborde y Mario Pavón Flores presentó el Proyecto de Estatutos del Partido Comunista Mexicano, en el que se establecía: “Artículo 1º El nombre de esta organización es ‘Partido Comunista Mexicano’”. (60) 16
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Laborde indicó: En relación con lo que se refiere a las relaciones entre México y Estados Unidos, hay que propalar esta consigna: México debe mejorar sus relaciones con Estados Unidos, debe apoyar a las fuerzas democráticas de los Estados Unidos y al mismo presidente Roosevelt a la lucha común contra los enemigos comunes que son los monopolistas de Wall Street, la Standard Oil Company, enemigos del pueblo de México, de los Estados Unidos y del presidente Roosevelt... (61) Juan Manuel Elizondo dio los siguientes datos: El total de delegados a este congreso es de 845 (aplausos); 777 delegados efectivos y 68 delegados fraternales. Total de mujeres representadas en este congreso: 79; total de jóvenes ciento dos; total de obreros 245, total de campesinos doscientos veintiséis; otros sectores trescientos. Dirigentes de organizaciones sindicales tres-cientos diez; dirigentes de organizaciones agrarias ciento tres; dirigentes del PRM 52; diputados federales uno; diputados locales seis; presidentes municipales 4; regidores o munícipes treinta y uno... (62) Por su parte, Hernán Escalante informó: En resumen, el Partido Comunista tiene en la República al participar los datos hoy recogidos en la Comisión Política Electoral, setenta y tres presidentes municipales, veintitrés síndicos, 178 regidores y 17 munícipes de diversas categorías, haciendo un total de 291 puestos municipales en 140 ayuntamientos. Hay que aclarar también que hay muy pocas mujeres todavía comunistas en puestos de elección popular municipal; nosotros sólo tenemos noticias de una regidora comunista en la ciudad de Mérida, la compañera Soledad Rivero, presidenta de la delegación de Yucatán (aplausos). (63) El PCM tenía dos diputados federales: Anaya de Guanajuato y Ochoa Rentería. Se aprobó que el Comité Nacional tuviera 27 propietarios con cinco suplentes. Fueron elegidos H. Laborde por aclamación, V. Campa, R. Carrillo, Vicente Guerra, Miguel A. Velasco, Arturo Ramírez, José Luis Quiñones, Agustín Guzmán, Sotero Valdez, Cándido Jaramillo, Melquiades Tobías, Consuelo Uranga, Mario Pavón Flores, Dolores Sotelo, Dolores Uribe, Fructuoso Rodríguez, Dolores Zárate, Paulino Almiral, Isaac Gutiérrez, Carlos Sánchez Cárdenas, Prisciliano Almaguer, Fernando G. Cortés, Jorge Fernández, Manuel Lobato, Blas Manrique, Antonio Ramírez, Jesús Lemus, y Hernán Escalante. Entre los suplentes quedó Antonio García Moreno. Fueron propuestos pero no elegidos Amada Reyes, Cuca García, Estela Jiménez, Juan Manuel Elizondo, Juan Carlos Hidalgo, Enrique Ramírez y Ramírez, Rafael Herrera Ángeles, García Rodríguez, José María Solís, Tomás Cueva, Hernández Aguilar, Dionisio Encina y Gaudencio Peraza. La clausura del congreso se celebró con un mitin de masas en la arena México, donde se tomó la protesta a los miembros del nuevo Comité Nacional. Hernán Laborde, afirmó: “...Sánchez Tapia es el candidato de los grupos que públicamente, inclusive dentro del régimen, quieren una rectificación de la política de Cárdenas...” (64) 17
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Señaló, asimismo: ...tenemos al frente de la Internacional Comunista a un hombre sabio y prudente y bueno, el mejor de los hombres de la hora presente y de la hora de la humanidad; tenemos al frente de la Internacional Comunista al más sabio y más genial de los líderes revolucionarios de la clase obrera de la hora presente, al camarada Stalin (aplausos)... (65) El VII Congreso Nacional del Partido Comunista Mexicano veía con profunda satisfacción los trabajos de organización y unificación de la juventud emprendidos por la Sección Juvenil del Partido de la Revolución Mexicana, y ofrecía su leal cooperación. (66) Entre las proposiciones fundamentales para el segundo Plan Sexenal, aprobadas por el VII Congreso, estaba: “a) Industria eléctrica. La nacionalización de la industria eléctrica es reclamada urgentemente por la necesidad de impulsar la industrialización en el próximo sexenio, organizándose un gran trust del Estado que controle la producción y distribución de la energía eléctrica”. (67)
Múgica y el PCM LA POSICIÓN DEL PCM frente a la sucesión presidencial, hizo que se desenvolviera una polémica entre los mugiquistas y los comunistas. Ante la crítica de Múgica, el PC respondió: ...Nuestro partido trabaja por la unidad a toda costa de las fuerzas populares, mas no considera parte de ellas a los Bolívar Sierra, Ramón F. Iturbe y Emilio N. Acosta, expulsados del PRM, ni a los Ezequiel Padilla y Flores Villar, agentes de la reacción en las filas del cardenismo, contra los cuales va precisamente enderezada la unidad popular. (68) El Centro Nacional Director Pro Múgica expresó el 3 de mayo de 1939: El camarada Laborde logró hábilmente que en el pleno del Partido Comunista no se definieran en favor de ninguno de los precandidatos en lucha; esto, porque observó la fuerte corriente de simpatía popular en favor de nuestro precandidato... La honestidad del Partido Comunista (de sus dirigentes, de Laborde principalmente) se hubiera demostrado al plantear en el pleno del Partido Comunista la libre discusión de los candidatos... Lo que sucede es que el Partido Comunista sabe de sobra que no es posible la comparación, y tuvo miedo de enseñar su juego de sumisión incondicional al albazo de Lombardo y Graciano... (69) Del 10 al 14 de junio de 1939, el Comité Nacional del PCM celebró una reunión plenaria. Laborde sostuvo en su informe: Las críticas de nuestros amigos mugiquistas parten de la tesis de que un entendimiento entre Ávila Camacho y Múgica es imposible, porque Múgica es hombre de izquierda y Ávila Camacho es “derechista” o “centrista”, --no está muy claro en qué lugar lo colocan. 18
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Nosotros hemos rechazado esta afirmación errónea, ateniéndonos a la definición de nuestro congreso. (70) Tercero. El Partido Comunista Mexicano, como partido, luchará por la participación de todas las fuerzas del PRM en su Convención Nacional, y apoyará al candidato que de ella resulte. Entre tanto, los comunistas que no están sujetos a otra disciplina que la de nuestro partido, deben abstenerse de toda actividad en favor de este o aquel pre-candidato. (71) El 14 de julio Múgica se retiró de la campaña electoral, criticando al PC: Hemos visto también, como culminación de esta desorientación social de las fuerzas de izquierda de México, que el Partido Comunista, escudado tras un sofisma trivial de táctica de lucha, olvidó su misión histórica de partido de vanguardia y entrega sus intereses vitales a grupos de vergonzante tendencia centrista, llegando a perseguir a aquellos miembros disidentes que, rebelados contra la consigna, pretenden luchar por la integridad de su doctrina. (72) El 15 de julio, el PC respondió a Múgica: Consideramos prematuro y perjudicial para la revolución y para el país el retiro del general Múgica como candidato en la forma en que este retiro tiene lugar. Nosotros propusimos un entendimiento entre los precandidatos Ávila Camacho y Múgica porque consideramos que los dos representan el movimiento cardenista y que es preciso unificar este movimiento para presentar un solo frente a los enemigos de su política y de su obra revolucionaria. De resultar imposible este entendimiento consideramos que el general Múgica y sus partidarios debieran continuar la lucha en el seno del PRM, exponiendo sus puntos de vista y sus opiniones, criticando todo lo que considerasen indebido, incorrecto o perjudicial, y finalmente presentarse en la Convención del PRM a sostener sus proposiciones sobre el programa de gobierno para 1940-1946 y sobre el candidato del partido a la presidencia de la República. En cuanto a las críticas del general Múgica a nuestro partido, creemos que ellas se deben a una información falsa y dolosa o bien a una simple ofuscación del momento... (73) El CN del PCM efectuó del 16 al 20 de septiembre de 1939 un pleno, en el cual Laborde señaló: “El hecho más característico de la situación es éste: que casi todas las fuerzas políticas y sociales del país se han polarizado ya, agrupándose alrededor de estas dos candidaturas: las fuerzas de la revolución, con Ávila Camacho; las fuerzas de la contrarrevolución, con Almazán”. (74) En otro texto, el PCM caracterizaba así al candidato del PRM: “...Dentro del Frente Popular, Ávila Camacho representa una tendencia moderada, pero ha manifestado estar dispuesto a continuar la política del general Cárdenas...” (75)
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Hacia el Congreso Extraordinario del PCM A FINES DE 1939 se lanzó la convocatoria para celebrar el Congreso Extraordinario del Partido Comunista. Como se verá en la siguiente entrega, dicha convocatoria fue modificada a principios de 1940, debido, entre otras causas, a la intervención antidemocrática y centralista de la Internacional Comunista y los órganos de seguridad del régimen staliniano. En la primera convocatoria se fijaban los días del 24 al 29 de febrero próximo como fechas de realización de la reunión. El orden del día era el siguiente: I. La lucha contra la segunda guerra imperialista, en defensa de la Unión Soviética y por la liberación nacional de México. II. Las luchas de la clase obrera y de los campesinos y de las masas populares por sus reivindicaciones económicas. III. Consolidación y desarrollo del Partido Comunista Mexicano. IV. Reforma a los Estatutos y cambios en el Comité Nacional. (76) El año 1939 fue clave en la configuración de la correlación de fuerzas en el orden interno y en el externo: en México la derechización se expresaba en la nominación por el PRM de Manuel Ávila Camacho como candidato a la presidencia de la República a costa de Francisco J. Múgica, la gran agitación creada por la campaña electoral de Juan Andrew Almazán, el crecimiento importante de las organizaciones reaccionarias, la terminación de las reformas estructurales, la creación del Partido Acción Nacional y la ofensiva contra el Artículo 3º constitucional, la Ley Federal del Trabajo, el Estatuto Jurídico y los sindicatos. En el planeta dicho proceso involutivo quedaba reflejado en la derrota de la República Española, el estallido de la II Guerra Mundial, los avances del fascismo y la consolidación de la burocracia stalinista en la URSS. En ese entorno desarrolló su accionar el PCM. (77) En el período 1937-1939, a pesar de la heroica lucha de los comunistas en contra de las bandas fascistas, por la solidaridad internacionalista y en defensa de los derechos democráticos de las masas, la crisis del PCM dio inicio; la crisis condujo, a final de cuentas, a perder las posibilidades reales de convertirse en la dirección del movimiento obrero y campesino. El Partido Comunista ya no alcanzaría, ni siquiera en el número de militantes, la situación vivida durante los años del cardenismo.
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Notas (1) Declaración del Buró Político del CC del PCM, Archivo CEMOS, mecano, 15-III-37, pp. 1-2. (2) Véase Hernán Laborde, La campaña electoral y la unión del pueblo, México, Ed. Lenin, 1937, p. 10, y Gerardo Peláez Ramos, “Partido Comunista Mexicano: su historia electoral”, en Socialismo, núms. 3-4, octubre-diciembre de 1989. (3) Véase Hernán Laborde, Unidad a toda costa, Mérida, Ed. “Hul-Kin”, 1937, p. 27. (4) El Machete, núm. 470, 10-IV-37. (5) El Machete, núm. 473, 24-IV-37. (6) Vicente Lombardo Toledano, “Informe al IV Consejo Nacional de la CTM”, en Obra históricocronológica, t. III, vol. 5, 1937, México, CEFPS“VLT”, 1996, p. 201; Historia documental de la CTM, t. I. 1936-1937, México, PRI ICAP, pp. 455-456, y CTM: 50 años de lucha obrera, t. 1 (1936-1941), México, PRI ICAP, 1986, p. 261. (7) V. Lombardo T., “Informe al IV Consejo Nacional de la CTM”, en Obra histórico..., t. III, vol. 5, 1937..., 1996, p. 207; Historia documental de la CTM, t. I..., pp. 459-460, y CTM: 50..., t. 1..., p. 265. (8) V. Lombardo T., “Discurso en el pleno del IV Consejo Nacional de la CTM en torno a la actitud del Partido Comunista de México”, en Obra histórico..., t. III, vol. 5, 1937..., 1996, p. 238; Historia documental de la CTM, t. I..., pp. 342-343, y CTM: 50..., t. 1..., p. 279. (9) V. Lombardo T., “Discurso en el pleno del IV Consejo Nacional...”, en Obra histórico..., t. III, vol. 5, 1937..., 1996, p. 238-239; Historia documental de la CTM, t. I..., p. 343, y CTM: 50..., t. 1..., p. 280. (10) V. Lombardo T., “Discurso en el pleno del IV Consejo Nacional...”, en Obra histórico..., t. III, vol. 5, 1937..., 1996, p. 240; Historia documental de la CTM, t. I..., p. 344, y CTM: 50..., t. 1..., p. 280. (11) V. Lombardo T., “Discurso en el pleno del IV Consejo...”, en Obra histórico..., t. III, vol. 5, 1937..., 1996, p. 246; Historia documental de la CTM, t. 1..., p. 348, y CTM: 50..., t. 1..., p. 284-285. (12) El Nacional, 30-IV-37, y Gerardo Peláez Ramos, El sindicalismo magisterial. 1935-1943, México, SNTE, 1994. (13) Con quién están las mayorías, mecano, 1937, pp. 1-3. (14) “Según Lombardo permanecieron en la asamblea 3 mil 183 agrupaciones con 599,641 socios y se hallaban ausentes doce organizaciones con 141 mil 360 miembros...” (Gerardo Peláez, “Historia documental de la CTM”, en UnomásUno, 13-I-82, p. 17). Reseña reproducida en Apia virtual, La Haine y otros portales de Internet. (15) Gerardo Peláez Ramos, El sindicalismo magisterial. 1935-1943, México, SNTE, 1994; “El magisterio y la CTM. 1936-1941”, en Consideraciones, s. núm., 2ª ed., STUNAM-SINTCB, enero de 1990. Reproducido en La Haine, Enlace socialista, Rebelión, Apia virtual y otros portales de Internet, y “El sindicalismo magisterial y los comunistas. 1935-1938”, en Consideraciones, núm. 9, marzo-abril de 1999. Reproducido en Apia virtual. (16) La CTM en los estados, [Culiacán], UAS-CEMOS, 1988, pp. 196-197. (17) “El IV Consejo Nacional de la CTM. Editorial”, en Futuro, núm. 16, junio de 1937, p. 4. (18) Rodrigo García Treviño, “La reacción, el progreso y el socialismo en la educación”, en Futuro, núm. 16, junio de 1937, p. 27. 21
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(19) El Machete, núm. 479, 6-VI-37. (20) Hernán Laborde, La política de unidad a toda costa, prólogo de Gerardo Peláez, México, ACERE, 1980, p. 40. (21) Ibíd., p. 42. (22) Ibíd., p. 75. (23) Ibíd., p. 79. (24) Ibíd., p. 84. (25) Por la unidad hacia la liberación del pueblo mexicano, México, Ed. Popular, 1937, p. 23. (26) Resolución del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de México sobre el informe del compañero Hernán Laborde en la sesión del 6 de septiembre de 1937, México, Publ. por la Com. Nal. de Ed. y Prop. del CC del PCM, 1937, p. 1. (27) Ibíd., p. 3. (28) Ibíd., p. 4. (29) Hernán Laborde, La revolución amenazada, México, Ed. Popular, s. f., p. 4. (30) Contra el peligro fascista, México, Ed. Popular, s. f., p. 16. (31) El Machete, núm. 520, 16-IV-38, p. 1. (32) Ibíd., p. 11. (33) Hernán Laborde, “El fascismo amenaza a México”, en La Correspondencia Internacional, a. IX, núm. 14, 15-IV-38, p. 232. (34) “La rebelión cedillista y las tareas para derrotar a la reacción y engrandecer a México”, en El Comunista, núm. 2, julio de 1937, p. 6. (35) Ibíd., pp. 7-8. (36) Ibíd., p. 8. (37) H. Laborde, “El fascismo amenaza a México”, en La correspondencia internacional, a. IX, núm. 38, 2-IX-38, p. 638. Pese al título, este artículo es distinto al del 15 de abril de 1938. (38) El Machete, 9-IX-38, p. 3. (39) La Internacional Comunista. Ensayo histórico sucinto, trad. de M. Kuznetsov, Moscú, Ed. Progreso, s. f., p. 427. (40) B. Koval, Movimiento obrero en América Latina. 1917-1959, trad. de V. Levin, Moscú, Ed. Progreso, 1985, pp. 79-80. (41) O. Konstantínov, Una nueva etapa del movimiento obrero y comunista de México, mimeo, s. f., p. 85. 22
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(42) Hernán Laborde, La Revolución de Independencia, México, Ed. Popular, 1938, pp. 14-15. (43) La Voz de México, 9-XII-38, p. 1. (44) Firmaban HL, VC y Vicente Guerra. (La Voz de México, 9-III-39, p. 1). (45) La Voz de México, 27-IV-39, p. 12. (46) Otra provocación trotskista en contra del movimiento obrero, mecano, 8-IX-38, p. 1. (47) Hernán Laborde, Rusia de hoy, México, Ed. Pop., 1939, p. 6. (48) Véase León Trotsky, Escritos, t. IX (1937-38), t. X (1938-39) y t. XI (1939-40), Bogotá, Ed. Pluma, 1976. (49) Heinz Abosch, Crónica de Trotsky. Datos sobre su vida y su obra, Barcelona, Ed. Anagrama, 1974, p. 169. (50) León Trotsky, ¿Qué significa la lucha contra el “trotskismo”?, México, Pub. por la Secc. Mex. de la IV Intnal., s. f., p. 10. (51) El Popular, 6-IX-39, p. 4. (52) VII Congreso Nacional del Partido Comunista Mexicano, versiones taquigráficas de Martínez Dorantes, mimeo, s. f., p. 7. (53) Ibíd., p 13. (54) Hernán Laborde, ¡Unidos! tras un solo candidato para derrotar a la reacción, México, Ed. Pop., 1939, p. 6. (55) Ibíd., p. 8. (56) Ibíd., p. 31. (57) Ibíd., p. 58. (58) VII Congreso Nacional..., p. 156. (59) Ibíd., p. 244. (60) VII Congreso Nacional, Proyecto de Estatutos del Partido Comunista Mexicano, s. 1. [México], enero de 1939, s. e., p. 3. De febrero de 1939 a marzo de 1940, adoptó, pues, la denominación de PC Mexicano. De marzo de 1940 a mayo de 1944 volvería a denominarse PC de México. Desde mayo de 1944 hasta su disolución se llamaría PC Mexicano. (61) VII Congreso Nacional..., p. 278. (62) Ibíd., p. 494. (63) Ibíd., p. 495.
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(64) Ibíd., p. 542. (65) Ibíd., p. 554. (66) El Popular, 2-II-39, p. 1. (67) La Voz de México, 12-IV-39, p. 10. (68) La Voz de México, 4-III-39, p. 10. (69) Ariel José Contreras, México 1940: industrialización y crisis política, México, Siglo XXI Ed., 2ª ed., 1980, p. 60. (70) Hernán Laborde, Para vencer en 1940 todos a la Convención del PRM, México, Ed. Pop., 1939, pp. 19-20. (71) Ibíd., pp. 32-33. (72) Armando de Maria y Campos, Múgica, crónica biográfica, México, Cía. de Ed. Pop., 1939, p. 358, y Magdalena Mondragón, Cuando la revolución se cortó las alas, México, B. Costa-Amic, 1966, p. 154. Ambos títulos han sido reeditados en un solo volumen por el INEHRM, en 2004. (73) Firmaba HL. (El Popular, 16-VII-39, pp. 1 y 7). (74) Hernán Laborde, El enemigo es Almazán, México, Ed. Pop., 1939, p. 18. (75) Miguel Ángel Velasco, La lucha contra el trotskismo en los años 30, prólogo de Fabio Barbosa, México, ACERE, 1980, p. 57. (76) La Voz de México, 20-XI-39. (77) Gerardo Peláez Ramos, 1941: la provocación de Ayotzinapa, portal de La Haine.
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PCM: crisis en aumento (1940-1943) Gerardo Peláez Ramos LOS AÑOS MÁS oscuros y trágicos en la historia del Partido Comunista Mexicano son, fuera de toda duda, los correspondientes a la Segunda Guerra Mundial, cuando el país se vio encarrilado por un sendero de rectificación que puso término, sin miramientos, a las reformas estructurales del cardenismo, mientras en el mundo la ofensiva del nazifascismo ponía en peligro al régimen soviético y la supervivencia misma de la democracia formal en el capitalismo. En los primeros años del decenio de los 40, la década bárbara no sólo se prolongó sino que se agudizó y extremó. En el plano político, la humanidad retrocedió muchas décadas. El totalitarismo capitalista se enseñoreaba en Alemania, Japón e Italia y las conquistas territoriales de los países fascistas se extendían a Europa occidental, central, oriental y mediterránea, regiones de África, el Extremo Oriente y algunas islas del Pacífico; en otros países, las fuerzas de la reacción avanzaban y consolidaban sus posiciones, en tanto que en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas el dominio burocrático de José Stalin, tras la derrota y fusilamiento de los jefes y cuadros de las distintas oposiciones y el Estado Mayor del Ejército Rojo, se imponía con el acrecentamiento del territorio soviético sin el consentimiento de los pueblos de las “nuevas repúblicas” y con el encabezamiento valiente y decidido de la Gran Guerra Patria en contra de la agresión de la Alemania nazi, el fascismo italiano y los regímenes reaccionarios de Rumania, Finlandia y otros países. Es en ese marco en que se ubica la marcha acelerada de la crisis del PCM; ésta se expresó, pues, en un contexto sumamente desfavorable para la clase obrera y el pueblo. 1. El Primer Congreso Extraordinario del PCM CUANDO EN NOVIEMBRE de 1939 se publicó la convocatoria para la realización del Congreso Extraordinario del PCM, la dirección Laborde-Campa buscaba parar el proceso de deterioro interno y las pugnas fraccionales, impedir la desmoralización y conservar la unidad del partido. Sin hacer ajustes radicales en la línea política, estos objetivos no era posible cumplirlos. La intervención de los órganos de seguridad del Estado soviético y la Comintern, por conducto de Victorio Codovilla, fue decisiva para elevar y agudizar la situación crítica del Partido Comunista. Ante la negativa de la dirección Laborde-Campa de participar en la eliminación física de León Trotsky, la burocracia soviética optó por deshacerse de ella, sin parar mientes en el grave daño que se ocasionaría con ello al desarrollo del comunismo en México. Se nombró una llamada Comisión Nacional Depuradora, que, con atribuciones antiestatutarias, comenzó a purgar al partido y a promover a cuadros y militantes con base en la incondicionalidad y no en los méritos políticos y teóricos. La integración y funcionamiento de la Comisión Nacional Depuradora dio pie a comentarios desfavorables en la prensa y los medios políticos, por lo que el 1 de febrero el PCM declaraba: 4. Es falso, por último, que “agentes extranjeros” hayan venido a “purgar” nuestro partido. La depuración la lleva a cabo una Comisión Depuradora designada por el 28
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pleno del Comité Nacional y tiene por objeto librar al partido de agentes del enemigo de clase y provocadores trotskistas, de elementos corrompidos, convenencieros y “chambistas” que pretenden arrebatar a nuestro partido su independencia política, convirtiéndolo de un partido revolucionario de la clase obrera, en un simple apéndice de la burguesía liberal y de la pequeña burguesía y en un órgano de baja politiquería para la pesca de chambas y curules. Por eso expulsamos al grupo de GuerraRamírez-Lobato, como comienzo de una limpia que no terminará hasta no echar del partido a todo lo que haya en él de podrido y de hostil a los principios revolucionarios del marxismo-leninismo-stalinismo. (1) El organismo mencionado, fuera de las normas estatutarias, resolvió el 27 de febrero: “...la Comisión Depuradora, conjuntamente con la Comisión Política, ha decidido en uso de los amplios poderes que el pleno del Comité Nacional le otorgó, separar del secretariado a los compañeros Hernán Laborde y Valentín S. Campa, relevándolos de todo puesto de dirección...” (2) La “depuración” de la dirigencia partidista implicó cambios drásticos, por lo que hubo que realizar ajustes a la próxima reunión nacional de la organización. La segunda convocatoria al Primer Congreso Nacional Extraordinario del PCM se publicó el 4 de febrero de 1940, para celebrarse los días del 12 al 18 de marzo de ese año bajo el siguiente orden del día: I. La situación nacional e internacional y las tareas del Partido Comunista Mexicano. II. La lucha contra el trotskismo y demás enemigos del pueblo. (Informe de la Comisión Nacional Depuradora). III. Problemas de organización y reformas a los Estatutos. IV. Elección del Comité Central. (3) Del 19 al 24 de marzo de 1940, tuvo lugar el Primer Congreso Nacional Extraordinario del PCM, que tenía en el presídium de honor a José V. Stalin, Jorge Dimítrov, Mao Zedong, Zhu De, Dolores Ibárruri y otros; en el presídium efectivo estaban Dionisio Encina, Aníbal Escalante (Partido Unión Revolucionaria Comunista de Cuba), Antonio Mije (PC de España), Rafael Carrillo, Ángel Olivo y otros. El principal informante del congreso fue Dionisio Encina, quien calificó al anterior núcleo dirigente de sectario-oportunista. Sin embargo, en la nueva reunión de los comunistas mexicanos, a pesar de las críticas al oportunismo del equipo destituido, no se hicieron los cambios indispensables, y la orientación del partido, en general, siguió siendo la misma. Encina señaló que lo más grave era que las fuerzas al servicio de la contrarrevolución podían agruparse y preparar descaradamente su alzamiento armado, gracias a la enorme pasividad de los gobiernos federal y de los estados, los cuales no tomaban ninguna medida seria ante esos preparativos ni ante el sabotaje económico en la producción (Acosta y compañía) y la política de descrédito que hacían contra la obra de la revolución. Esa actitud del gobierno de Cárdenas desorientaba al pueblo, y éste se preguntaba por qué razón Cárdenas, que había luchado contra todo brote de contrarrevolución echaba baldes de agua fría sobre los denunciantes, manifestando no existir ningún peligro de sublevación. En vez de estimular al pueblo en su vigilancia revolucionaria, de invitarlo a desarrollar un amplio movimiento de lucha contra la reacción, de tomar medidas concretas contra los jefes y las organizaciones contrarrevolucionarias, de disolver a Acción Nacional, el Partido Revolucionario Anticomunista, etcétera, poniendo en la cárcel a sus jefes más destacados --inclusive al propio Almazán--, el gobierno les dejaba el campo libre. (4) 29
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Sobre la guerra y la Unión Soviética, manifestó que la URSS aprovechaba las propias contradicciones de los países capitalistas, para desbaratar las provocaciones de los imperialistas anglo-franco-americanos, y firmaba pactos de no agresión con los países vecinos, y con otros, evitando que se formara un bloque compacto contra ella. Pero los imperialistas querían la guerra contra la URSS; la burguesía mundial quería la guerra de clase contra el país del socialismo. (5) En referencia al oportunismo del núcleo Laborde-Campa, expresó que bajo la dirección que habían tenido hasta ayer, el partido había ido abandonando la lucha por las reivindicaciones inmediatas de las masas, y se habían dado casos en que organizaciones del partido habían estrangulado los movimientos reivindicativos de los obreros y de los campesinos. (6) En su informe, Andrés García Salgado planteó: Yo quiero pasar a los hechos que han impulsado a la Comisión Nacional Depuradora a determinar que Campa y Laborde no asistiesen al congreso. No se trata de miedo a lo que ellos puedan decir, se trata de que ellos no son dignos de participar en este congreso junto con los comunistas. (Muy bien. Voces: “fuera”. Aplausos). Se trata de que la discusión con ellos no está ya en el plano de la discusión política. Hay hechos suficientes para demostrar que con Laborde y Campa, el problema es de medidas de organización. (7) La asamblea acordó: La Comisión Especial nombrada por el Congreso Extraordinario... resuelve por unanimidad ratificar la expulsión del grupo traidor y proponer al congreso la expulsión del partido de Hernán Laborde y Valentín S. Campa, por haber facilitado y encubierto la obra disgregadora de ese grupo en el seno del partido. (8) En forma por demás centralista Hernán Laborde y Valentín Campa fueron expulsados del PCM. En el Congreso Extraordinario se eligió para el Comité Central a Dionisio Encina, como secretario general, y a Andrés García Salgado, Rafael Carrillo, Ángel Olivo, Máximo Correa, Ildefonso Lara, Dionisio Ek, Agustín Peto Rueda, Gustavo Solórzano, David Serrano, Ambrosio González, Ernesto Solano, Alfonso Mata, Miguel Castellanos, Ramiro Peña, J. Trinidad Cardona, Miguel A. Velasco, Mario Pavón Flores, Fernando Granados Cortés, Cándido Jaramillo, Fructuoso Rodríguez, Dolores Sotelo, Dolores Zárate y Lucino Moroyoqui; la Comisión de Control quedó integrada por Juan González, Alberto Lumbreras y Manuel Herrera Ángeles.
Dionisio Encina DIONISIO ENCINA RODRÍGUEZ ingresó a las filas de la Juventud Comunista en 1929, en pleno período de represión anticomunista. En 1930 fue apresado en Torreón y traído a la capital federal, en la cual permaneció detenido hasta febrero de 1931. Después de la manifestación del Primero de Mayo de ese año, fue asaltado y herido en un muslo por un matón a las órdenes del entonces gobernador de la entidad. Durante los gobiernos del maximato fue detenido más de diez veces. En el movimiento sindical, Dionisio Encina destacó como líder. En 1935 fue elegido secretario del Interior de la Federación Sindicalista Revolucionaria de Torreón, adherida a la Confederación Sindical Unitaria de México; ocupó, ese mismo año, la secretaría general del Comité de Defensa 30
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Proletaria de la Laguna; luego de fundada la Confederación de Trabajadores de México, fue promovido a la Secretaría de Trabajo y Conflictos de la Federación de Trabajadores de Coahuila y en el gran movimiento huelguístico de los peones laguneros fue dirigente del Comité General de Huelga, movimiento que, como es sabido, condujo a la expropiación de las tierras de los hacendados. En el momento en que fue designado secretario general del PCM, ocupaba la Secretaría de Trabajo y Conflictos de la Federación Única de la Región Lagunera (CTM). Además, el jefe comunista participó en el congreso fundacional, en el Primer Congreso General Ordinario y en todos los consejos nacionales de la CTM, hasta su elección como secretario general del PCM, así como en el Congreso Sindical Latinoamericano, del cual nació la Confederación de Trabajadores de América Latina, y el Congreso Contra la Guerra y el Fascismo, ambos realizados en la Ciudad de México en septiembre de 1938. Dionisio Encina cubrió un largo y oscuro período en la historia del comunismo mexicano: el período de la crisis del PCM. Como en otros casos, personificó fuerzas y procesos en marcha, con y sin su voluntad. La Internacional Comunista vivía una etapa de profunda burocratización que dificultaba la formación de direcciones partidistas competentes, enraizadas en su realidad nacional y con autoridad y prestigio ante sus pueblos, aunque había sus honrosas excepciones como las de China, Vietnam y Yugoslavia. Dionisio Encina resultó elevado al puesto de secretario general del PCM, sin que mediara una discusión franca y previa acerca de los errores oportunistas de la anterior dirección, carente de consenso en la base y el Comité Central, y con métodos que golpearon, necesariamente, el desenvolvimiento ulterior del Partido Comunista. Por otra parte, Dionisio Encina era un militante con una formación teórica y política deficiente, inexperto en el tratamiento y solución de problemas de orden nacional, sin equipo propio en la dirección del partido y enfrentado a una coyuntura política que, con el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, se complicaría aún más.
2. El caso León Trotsky EL APARATO STALINISTA había decidido asesinar al jefe de la IV Internacional. Este mandato fue cumplido en México, no por el PCM, sino por agentes directos de los órganos de seguridad stalinianos. Dicha política dificultó en forma extrema la vida interna y pública del PCM. Contra el asilado ruso se organizaron varios atentados y una intensa campaña propagandística. El 24 de mayo de 1940, David Alfaro Siqueiros asaltó la casa de Trotsky. Ante uno de los ataques armados antitrotskistas, el PCM declaró: El llamado atentado contra Trotsky tiene todas las características de las provocaciones organizadas por los capitalistas con el propósito malsano de crear el ambiente que les permita descargar golpe tras golpe contra [la] clase obrera y el movimiento revolucionario... La Internacional Comunista, la Internacional de Lenin y Stalin y con ella los partidos comunistas de todo el mundo no han preconizado nunca ni han practicado la lucha terrorista individual, sino la violencia organizada de las masas para derrocar al capitalismo... (9) 31
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En un gran mitin del PCM, verificado el 22 de junio, Andrés García Salgado afirmó: “Sólo los imbéciles pueden creer que asesinando a Trotsky se pueden lograr estos objetivos. Sólo los provocadores pueden apelar a tales métodos...” (10) En una interesante carta, Trotsky aclaraba: El esquema general de la organización de la GPU [Gosudarstvennoe Politicheskoe Upravlenie, Administración Política del Estado] en el extranjero es el siguiente: en el Comité Central de cada sección de la Comintern hay un director responsable de la GPU para ese país. Los únicos que conocen su situación son el secretario del partido y uno de sus miembros de confianza. Los demás miembros del Comité Central no tienen más que indicios leves del cargo especial que ocupa esa persona. No tengo datos específicos sobre el funcionamiento de esta actividad en México. Pero no hay razones para poner en duda que México no es una excepción en lo que se refiere a los métodos organizativos de la GPU. (11) Y agregaba: No cabe la menor duda de que los anteriores y los actuales jefes del Partido Comunista saben quién es el director local de la GPU. Permítaseme suponer también que David Alfaro Siqueiros, que participó en la guerra civil española siendo un activo stalinista, debe saber también quiénes son los miembros más importantes y activos de la GPU, españoles, mexicanos y de otras nacionalidades, que vienen a México repetidamente, especialmente vía París. Interrogar al ex y al actual secretario general del Partido Comunista, y también a Siqueiros, ayudaría mucho para descubrir a los instigadores del atentado y junto con ello a sus cómplices. (12) En otro texto, el líder de la IV Internacional acusaba: Laborde, que durante muchos años fue dirigente del Partido Comunista Mexicano, fue expulsado no hace mucho con los cargos más monstruosos: venalidad, haber vendido huelgas e incluso haber aceptado sobornos, sin embargo, es que pese a lo extremadamente oprobioso de las acusaciones Laborde ni siquiera intentó justificarse. Con ello demostró que la expulsión era necesaria por alguna razón misteriosa a la que él no osaba oponerse... Esta gente es capaz de cualquier cosa. Cumplirán cualquier orden, perpetrarán cualquier crimen, con tal de no perder el favor del partido. Es posible incluso que a algunos se los haya expulsado para alejar de antemano del partido la más mínima responsabilidad por el atentado que ya se preparaba. En tales casos, los representantes de la GPU de más confianza, que permanecen ocultos, son los que imparten las instrucciones de a quiénes expulsar y con qué pretexto hacerlo. (13) El PCM volvió a insistir en su inocencia en torno a los atentados contra el asilado ruso: Con objeto de evitar confusiones y aclarar su propia actitud política, el Partido Comunista de México declara categóricamente que ninguno de los participantes en la provocación es miembro del partido; que todos ellos son elementos incontrolables y 32
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agentes provocadores; que un acto como el realizado en la casa de Trotsky, contrario a las genuinas normas de lucha proletaria, nada tiene que ver con nosotros. (14) El jefe mayor del antistalinismo, continuaba señalando al PCM como el centro de los atentados contra su persona: Pero la GPU tiene a Siqueiros en sus manos y, a través del abogado Pavón Flores, que actúa como intermediario, tiene a David Serrano. Serrano estuvo seis años en Moscú, desde donde fue enviado a España, y nadie sale de Rusia sin la autorización de la GPU. Serrano actuó en España como agente de la GPU y vino a México en su carácter de alto agente de esa organización. Es la razón de su ingreso al Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Mexicano. (15) Finalmente, Trotsky fue asesinado el 20 de agosto a manos de Ramón Mercader, alias Jacques Mornard, con lo que se creó una situación muy complicada para el comunismo en México. Lázaro Cárdenas atacó al PCM: ...ni el gobierno de México es comunista... ni es extraño a nuestro ambiente ningún postulado que tenga por finalidad proteger el trabajo de la clase obrera...; y si tratándose de empresas industriales o de agrupaciones obreras hemos impuesto el freno de la ley a las pretensiones indebidas, en el caso de los comunistas deseamos concretar que si éstos han considerado de utilidad a sus intereses abandonar el terreno de cooperación con los trabajadores organizados de México para su mejoramiento progresivo y su defensa sindical, y se han aliado con un poder extraño que representa una agresión a la soberanía del país, organizando asaltos a mano armada en unión de elementos mexicanos y extranjeros y realizando atentados que deshonran a la civilización y que ponen en duda la capacidad del gobierno y del pueblo de México para mantener en la capital misma de la República un estado de seguridad y de tranquilidad para los ciudadanos que en ella residen, estos elementos han cometido el delito de traición a la patria... El Poder Ejecutivo que represento, condena con toda energía actos tan reprobables y declara que tratará de dilucidar la responsabilidad directa que hayan tenido en el asesinato del señor Trotsky... (16) El PCM respondió a Cárdenas, el 30 de agosto de 1940: El Partido Comunista de México es una institución revolucionaria que trabaja públicamente por la consecución de los propósitos contenidos en su programa de principios y reivindicaciones, que tiene órganos directivos responsables, y lucha en el terreno político y en el de las organizaciones de masas. Por tanto, excluye terminantemente de su acción todo método de carácter terrorista... Si las investigaciones llegaran a demostrar que alguna o algunas personas, miembros o simpatizantes del Partido Comunista intervinieron --violando nuestras normas fundamentales-- en la preparación y ejecución de los atentados contra León Trotsky, esas personas serán expulsadas de este partido... A este respecto, el Partido Comunista quiere aclarar con toda precisión que el señor David Alfaro Siqueiros y otras de las personas que aparecen como culpables en el primer atentado, no representaron nunca ni representan al Partido Comunista y, en 33
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consecuencia, sus actos, o sus palabras y actividades políticas, son de su exclusiva responsabilidad... (17)
3. Contrarrevolución pacífica y oportunismo obrero EN UNA CÉLEBRE entrevista concedida a la revista Hoy, Manuel Ávila Camacho declaró a José C. Valadés: Soy creyente... Lo católico es por origen, por sentimiento moral. ¿Dice usted comunistas? No; los comunistas no colaborarán en mi gobierno. Los comunistas por sí mismos y por la fuerte corriente nacional contraria a ellos, tendrán que irse diluyendo. Las ideas comunistas no han encajado, no pueden encajar en México. No; no soy socialista, soy demócrata... (18) Las declaraciones de Ávila Camacho reflejaban en forma clara los nuevos vientos que soplaban. Desde antes de finalizar el sexenio de Lázaro Cárdenas, la derechización en la vida pública nacional era evidente. La propia nominación de Ávila Camacho significó, sin discusión, un golpe al ala jacobina y pequeñoburguesa del partido oficial; el empuje del almazanismo fue otro indicador de las tendencias prevalecientes, y la represión a los petroleros en septiembre y los asaltos de octubre y noviembre de 1940 al local del PCM vinieron a reforzar la rectificación. El nuevo equipo gobernante impulsó la política de unidad nacional; introdujo reformas reaccionarias para parcelar los ejidos y modificar en un sentido antisindical la Ley Federal del Trabajo; suprimió la administración obrera e hizo intentos por dar marcha atrás en materia petrolera. Se inició, en pocas palabras, la contrarrevolución pacífica. Inmerso en una política oportunista, el PCM se alineó en la nueva orientación estatal, sin tener ya el pretexto de las reformas democráticas y necesarias del cardenismo, aunque sí la lucha contra el fascismo y la derecha beligerante. Con los triunfos del nazifascismo en Europa y Asia, el anticomunismo adquirió fuerza en México. El 5 de octubre, fue asaltado el local del PCM por una banda fascista de 10 ó 12 pistoleros, siendo asesinado Rafael Morales Ortega y heridos Silvano Lara V. y Silvio Carrillo C. La resistencia armada de los comunistas impidió una matanza. Fueron detenidos en el edificio varios militantes, que poco después fueron liberados. Por estos hechos, protestaron a lo largo de octubre entre otras organizaciones la Sección I (Chapingo) del Sindicato Nacional de Trabajadores de Agricultura y Fomento, el Comité Coordinador de Trabajadores de los Poderes de la Unión de Aguascalientes, las secciones del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana de Sinaloa, Sonora, Hidalgo, Guanajuato, Aguascalientes, Nuevo León y otras entidades, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, el Sindicato de Artes Gráficas de Oaxaca, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana, la Unión Sindical de Trabajadores de las Fábricas de Muebles y Similares (Federación Regional de Obreros y Campesinos del Distrito Federal), la Unión Central de Sociedades Locales Colectivas de Crédito Ejidal de la Comarca Lagunera, la Federación de Trabajadores de Nuevo León, el Sindicato Único 34
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de Obreros de Matanza y Similares de Puebla (CTM), organizaciones campesinas de diversos estados, organismos femeniles y de colonos. (19) El 29 de noviembre nuevamente fue asaltado el local del PCM, donde detuvieron a decenas de comunistas, principalmente trabajadores federales que tenían una reunión sindical. Cayó muerto el mayor Guillermo García Gallegos. Luego, fueron liberados 51 comunistas por orden de MAC. La prensa comercial armó un gran alboroto acerca de un supuesto complot comunista para asesinar al presidente de la República. Por los hechos anteriores, el PCM declaró: El procedimiento seguido ahora por personas que dicen haber cumplido órdenes superiores, para investigar la naturaleza de la reunión que tenía lugar en el Partido Comunista, hizo creer a los ocupantes del local del partido, que se trataba de una nueva agresión reaccionaria, dando lugar a los hechos lamentables de que da cuenta la prensa. El Partido Comunista es el primero en deplorar la muerte de un miembro del ejército... (20) Por la represión al PCM protestaron el Sindicato Industrial de Trabajadores de Artes Gráficas, el Sindicato Único de la Industria del Café del Soconusco, el Sindicato de Estibadores de Torreón y muchas otras organizaciones populares, sindicatos, ejidos y partidos comunistas de otros países. (21) El anticomunismo se volvía cada vez más agresivo. Así, el Bloque de la Cámara de Senadores aprobó el 21 de febrero de 1941 la siguiente cláusula resolutiva: “2. Debemos iniciar nuestra lucha contra el Partido Comunista Mexicano, o más propiamente dicho, contra los stalinistas que dependen de Rusia, a través de la dirección subterránea del señor licenciado Narciso Bassols”. (22) 1941 fue clave en el desenvolvimiento del anticomunismo. En la CTM arribó a la dirección el grupo de Fidel Velázquez y las posiciones de Lombardo comenzaron a ser abatidas; en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, se produjo la provocación anticomunista de la supuesta quema de una bandera nacional; (23) en la FSTSE se impuso el grupo de Ignacio Villanueva, y la derecha presionaba para poner en la ilegalidad al PCM.
Las relaciones con la CTM EN EL PLENO del CC del PCM, celebrado en julio de 1940, Dionisio Encina informó: En relación con el movimiento obrero es preciso señalar el peligro que entraña la actitud de algunos elementos en el seno de la CTM, reviviendo el viejo proyecto de integrar una “Federación de Sindicatos Industriales”, actitud que sólo persigue la división de la CTM y del movimiento obrero de nuestro país. El traidor Valentín S. Campa está actuando en este sentido, unido a los dirigentes corrompidos del movimiento obrero y a los enemigos de Lombardo y de la unidad del pueblo. (24) Empero las relaciones con el grupo de Fidel Velázquez no eran idílicas. Durante la celebración del XVI Consejo Nacional de la CTM, en junio de 1941, abundaron los ataques al PCM, sobre todo de Isidro Zúñiga Solórzano. Miguel A. Velasco defendió las posiciones del 35
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partido. (25) El PCM no comprendía los procesos de división en el movimiento sindical y sólo se pronunciaba por la integridad de la principal confederación obrera: ...los comunistas no podemos estar de acuerdo con cualquier tentativa divisionista que, bajo cualquier pretexto, trate de hacerse y llevarse adelante y condenamos la actitud del Bloque de Defensa Proletaria, que trata de crear una nueva central nacional, para ponerla al servicio de los enemigos de la clase obrera; como lo demuestra la contextura moral de algunos dirigentes del citado bloque. Asimismo, los sindicatos que por uno u otro motivo salieron recientemente de la CTM, deben pensar en la gravedad del momento y luchar por su reingreso a esta central, defendiendo sus intereses y sin renunciar a sus posiciones de crítica justa. (26) Mientras las posiciones de los comunistas no incidieran en la disputa por la dirección de los sindicatos y federaciones, el Comité Nacional de la confederación obrera mayoritaria no emprendía campañas anticomunistas, pero tan pronto se reflejaran en este terreno adoptaba medidas que perjudicaban la labor del PCM. De este modo, en febrero de 1942, en el XVIII Consejo Nacional de la CTM fue destituido como secretario general de la Federación de Trabajadores de Sonora el comunista Hermenegildo Peña y expulsado de su seno, al igual que Gaudencio Peraza, por los problemas en el magisterio. (27) En noviembre de 1942, el Pleno del CC del PCM arribó a conclusiones unitarias de gran interés. Se señalaba en el informe: Nuestra conferencia trazó la tarea de luchar por la constitución de un gran partido marxista-leninista-stalinista, dentro del cual marcharan unidas todas las fuerzas políticas revolucionarias de la clase obrera, que por diversas circunstancias no pertenecen a nuestro partido, particularmente las fuerzas que representa el compañero Vicente Lombardo Toledano. (28) En tercer lugar, y gracias a una correcta aplicación de nuestra justa política sindical, hemos logrado establecer magníficas relaciones con la dirección nacional de la Confederación de Trabajadores de México, sobre todo con el compañero Fidel Velázquez; esta justa política sindical nos ha permitido constituirnos en un factor de importancia para la unidad y el desarrollo de la CTM. (29) Blas Manrique intervino e hizo los pronunciamientos que se citan enseguida: De acuerdo con este punto de vista del Buró Político, que se preocupa esencialmente por el reforzamiento del partido, hemos discutido el caso de Hernán Laborde y Valentín S. Campa. Estos dos compañeros, como Uds. están bien enterados, fueron expulsados por acuerdo del Congreso Extraordinario. La resolución del congreso fue justa. Después de estar dos años fuera del partido estos elementos, la dirección del partido ha venido observando la conducta de cada uno de ellos. Mientras Vicente Guerra se transformó en un vulgar provocador, que ha luchado públicamente contra el partido y ha aprovechado su posición en el movimiento sindical para combatirnos, Hernán Laborde y Valentín Campa han asumido una conducta completamente opuesta. Incluso su posición ha sido distinta a la de otros expulsados de partidos comunistas hermanos; gentes que ocupando puestos de responsabilidad y que al ser 36
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expulsados, han pasado al campo de la provocación y del trotskismo. Laborde y Campa no han utilizado ni la prensa, ni se han prestado a ningún agrupamiento para luchar contra la dirección y el partido. Por lo que nosotros hemos observado, ellos han procurado enterarse siempre de la forma en como opina el p. en cada problema para actuar en los casos concretos. Campa en el movimiento sindical ferrocarrilero ha asumido una conducta revolucionaria, consecuente en la defensa de los trabajadores, en la lucha contra la corrupción sindical y los malos métodos de dirección. Observando esto, el partido consideró que con Campa se debían tratar los problemas sindicales, considerándolo como un aliado nuestro en el movimiento sindical. Laborde no participa en ninguna actividad de masas, pero se ha podido apreciar su conducta a través de los artículos que escribe en importantes revistas de esta ciudad. No existe ninguna discrepancia política fundamental con la línea del partido, en todo lo que Laborde ha planteado en sus artículos. Tomando en cuenta que nuestro p. no tiene como norma liquidar a los elementos que en una u otra forma pueden cooperar al movimiento revolucionario y al fortalecimiento del partido, consideramos conveniente plantear a este pleno, a fin de que se adopte una posición en el sentido de que si Laborde y Campa solicitan su reingreso al partido, nosotros estemos en condiciones de discutir y aceptar ese reingreso, siempre y cuando hagan una declaración política aceptando las resoluciones del Congreso Extraordinario. Al plantear este problema, lo hacemos con el fin de que el CC tenga una clara posición sobre el problema, la cual será llevada, en última instancia, para su ratificación o rectificación al próximo congreso. (30) En marzo de 1943, en un artículo Miguel Ángel Velasco precisaba: “...lo hemos dicho desde el principio y permanecemos fieles a lo que dijimos: no estamos de acuerdo en la reelección del actual Comité Nacional de la CTM”. (31) En la organización mayor del movimiento obrero mexicano la burocratización era algo predominante y la dirección de Fidel Velázquez estaba vinculada a los grupos más reaccionarios y atrasados del partido oficial. De ninguna manera representaba un destacamento de avanzada. En el plano electoral no ocurría algo distinto. De ahí que en marzo, el PCM apoyara la candidatura de Ignacio García Téllez a la gubernatura de Guanajuato y señalara: El Partido Comunista se sorprende de la actitud tomada por el Comité Nacional de la Confederación de Trabajadores de México que ha decidido apoyar a un candidato que nunca tuvo lazos con la clase obrera y que representa los intereses de todos aquellos que organizaron sistemáticamente campañas en contra de la obra revolucionaria del Lic. García Téllez. El último Consejo Nacional de la CTM brindó al Lic. García Téllez la más cálida simpatía y nadie, por otra parte, en el movimiento obrero, conoce al señor Ernesto Hidalgo, lo que nos hace suponer que motivos oscuros son los que han conducido a apoyar a este último señor. (32)
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4. El VIII Congreso del PCM EL 12 DE FEBRERO de 1941 fue expedida la Convocatoria con las Bases y Temario para el Octavo Congreso Nacional del PCM: Bajo la dirección del imperialismo yanqui se han agrupado todas las fuerzas reaccionarias de México, desde Almazán hasta Portes Gil y Abelardo Rodríguez, las cuales llevan a cabo una violenta ofensiva contra la clase obrera y contra todas las masas populares. Contando con los servicios mercenarios de la gran prensa, de los sinarquistas, “camisas doradas”, vanguardias avilacamachistas y líderes sindicales corrompidos, el imperialismo y la contrarrevolución pretenden obligar al presidente Ávila Camacho a olvidar el Plan Sexenal, anular todas las conquistas populares, suprimir el derecho de huelga, acabar con el Estatuto Jurídico, destruir la CTM, ilegalizar al Partido Comunista, enterrar el PRM y llevar al matadero al pueblo mexicano. Orden del Día I. La guerra y la situación nacional. Informante: Dionisio Encina. Co-informe de Organización, Miguel A. Velasco. II. La situación económica de la clase obrera y del pueblo. Informante: Andrés García Salgado. Co-informe sobre el problema agrario. III. La lucha contra el terror y la solidaridad con las víctimas de la persecución política y social. Informante: Carlos Sánchez Cárdenas. IV. Elección del Comité Central. (33) El VIII Congreso Nacional Ordinario del PCM desarrolló sus trabajos del 16 al 20 de mayo de 1941, en el cual se mantuvo la política colaboracionista y de conciliación de clases. Encina caracterizó en la siguiente forma al gobierno de Ávila Camacho: Se trata pues, de un gobierno de transición, heterogéneo, débil, con marcada orientación derechista, que puede modificar su correlación de fuerzas en el gabinete en la medida que las fuerzas revolucionarias y progresistas se agrupen bajo el programa de lucha por la paz, por la neutralidad del país, por el cumplimiento del Segundo Plan Nacional y el desarrollo de la Revolución mexicana. (34) En la asamblea se discutieron varios documentos. En uno de ellos, se apuntaba: Tan solo cuatro meses han transcurrido a partir de la fecha en que tomó posesión el actual presidente de la República Gral. Ávila Camacho y desde este momento puede afirmarse que ha comenzado una nueva etapa por lo que se refiere a los diversos aspectos que constituye el problema agrario. Esta etapa se caracteriza por la suspensión total de las dotaciones de tierras y aguas a los campesinos, pues las pocas resoluciones presidenciales de dotación de tierras a los pueblos, no llegan a 10, según datos oficiales, a partir del 1º de diciembre de 1940. Esta cifra es el reflejo de la política gubernamental al respecto e indica que ni en las peores épocas de Calles, 38
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Abelardo Rodríguez u Ortiz Rubio se llegó a estos extremos tan definitivos en la dotación de tierras. Compárese la situación actual con la que prevalecía en el pasado período del Gral. Cárdenas en que se dotaba aproximadamente a 169 pueblos por mes, beneficiándose a 17,436 campesinos. (35) Acerca de la situación organizativa del PCM, se informó: Salvo raras excepciones, la desorganización del partido continúa agravándose en aquellos lugares donde los métodos de trabajo y las prácticas oportunistas y sectarias habían arraigado más y, por ende, la labor de los enemigos de la clase obrera se facilitó (Tamaulipas, Jalisco, Guanajuato, Nayarit, México). La no asimilación y, peor aún, el no conocimiento de la línea política trazada por el Congreso Extraordinario, así como la falta de cuadros experimentados y probados, explican la desorganización del partido en lugares como Guerrero, Norte y centro de Veracruz, Puebla, Chiapas y otros. Sólo en la Laguna, Nuevo León, Zacatecas, Sur de Veracruz y el Distrito Federal, donde se ha logrado interesar a los miembros del partido en el estudio de la línea política, el partido ha podido mantener cierta actividad de masas y su organización ha seguido adelante, si no desde el punto de vista de su crecimiento, por lo menos de su consolidación. Por no expulsar oportunamente a los elementos oportunistas y corrompidos, se ha dado lugar a que la masa del partido se mantenga indiferente ante la urgente necesidad de reorganizarlo, y se ha dado lugar también a que los trabajadores pierdan simpatías hacia el Partido Comunista (caso de Jesús R. Solís, en el sindicato ferrocarrilero; caso de Patiño Cruz y Brito Rosado, en los trabajadores al servicio del Estado; caso de Porras Molinar y su grupo en Sinaloa; caso de Rodríguez Lozano, Guillermo Tena y sus discípulos, en San Luis Potosí; etc.). Por otra parte, en algunos lugares la depuración se ha realizado en forma equivocada, al aprobarse expulsiones en masa que no ayudan a elevar el grado de vigilancia revolucionaria y de responsabilidad de los miembros del partido (Estado de México, Choapas, Ver.) (36) ...No obstante que la campaña de canje de carnets comenzó desde septiembre de 1940, hasta mediados de febrero habían sido expedidos solamente 1,000 carnets, habiéndose expedido durante estos dos últimos meses la cantidad de 1,630, que hacen un total de 2,630. (37) En otro documento, se decía: ...La guerra actual, hay que repetirlo una y mil veces, es una guerra entre potencias igualmente imperialistas, que se disputan el derecho a dominar y expoliar el mundo. En una guerra así, ajena en absoluto a los intereses del pueblo trabajador, el pueblo mexicano no debe prestar ayuda de ninguna clase a ninguno de los bandos imperialistas... (38) A partir de agosto de 1940 comenzaron a observarse tendencias alarmantes hacia el compromiso, en el seno del bloque progresista. Si el 17 de julio se mantenía aún el frente revolucionario, dispuesto a luchar contra la sublevación almazanista, en octubre era ya evidente que la tendencia al compromiso en las filas del frente revolucionario era más poderosa y que el imperialismo había logrado sus objetivos 39
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por la vía de las concesiones arrancadas al régimen a cambio de su reconocimiento. Este cambio en la situación política no fue apreciado oportunamente por el partido, dando muestras de falta de visión política, ya que desde octubre había pasado a segundo plano el peligro del levantamiento armado. A diferencia del 7 de julio, ya en diciembre se había operado un cambio en la colocación de las fuerzas políticas, pues las capas altas de la burguesía liberal se habían pasado al campo de la contrarrevolución y se habían entregado en brazos del imperialismo. Por otra parte, se había operado un descenso notable en el movimiento obrero, en la lucha de las masas por sus reivindicaciones económicas, con el pretexto de la necesidad de “evitar agitaciones”. Todo esto produjo un cambio [en] la correlación de fuerzas e impidió contrarrestar enérgica y eficazmente la presión imperialista y reaccionaria sobre Cárdenas y Ávila Camacho. Ya desde los últimos meses del gobierno de Cárdenas descendió notablemente el reparto de tierras, se expuso el deseo de que no se realizaran agitaciones, se autorizó el paso de aviones sobre suelo nacional, se firmó el convenio antinacional con la Sinclair, y se desató una fuerte campaña contra el Partido Comunista, a pretexto del asalto a la casa del jefe de la banda de espías y provocadores internacionales, Trotsky. (39) Meses después se dio a conocer que: Durante el congreso, el presídium recibió una carta firmada por cuatro miembros del partido, entre ellos un miembro del Comité Central, en la que los cuatro “renunciaban” al partido. Los cuatro “renunciantes” eran los hermanos Herrera Ángeles, Miguel Castellanos y Delfino Sierra, todos ellos destacados funcionarios del STERM. Después del congreso, otro grupo de miembros del partido, encabezados por el diputado Peña Palafox enviaron también una carta con su “renuncia” al partido. (40) Hasta antes de ser agredida la Unión Soviética, el PCM sostuvo la línea de mantener a México fuera del conflicto, en la neutralidad, sobre la base de considerar a la guerra mundial como interimperialista.
El ataque alemán a la URSS ADOLFO HITLER PLANTEÓ el 22 de junio de 1941 que ponía en manos de los soldados germanos los destinos del Reich y el pueblo alemanes. (41) Empezaba así la más salvaje y criminal agresión de la historia humana: la invasión nazi a la URSS. El pueblo y el Estado soviéticos se levantaron a defender sus conquistas y a hacer morder el polvo de la derrota al imperialismo teutón. Viacheslav Mólotov sentenció y pronosticó: “Nuestra causa es justa. El enemigo será aplastado. Somos nosotros quienes obtendremos la victoria”. (42) Vicente Lombardo Toledano declaró a nombre de la Confederación de Trabajadores de América Latina que con la agresión alemana a la Unión Soviética el mundo quedaba dividido en dos campos: el de los fascistas y el de los antifascistas. El 24 de junio, la Ciudad de México y otras ciudades aparecieron llenas de pintas antinazis y en pro de la URSS y de José Stalin. La agresión hitleriana contra la Unión Soviética generó dos procesos que se combinaban: por un lado, todas las tendencias de izquierda y democráticas tendieron a galvanizar la unidad más amplia, 40
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y, por otro, la reacción --con fruición-- pensaba en una blitzkrieg al estilo de la ofensiva de Alemania en occidente, y, en consecuencia, se envalentonaba y aumentaba su agresividad. Diego Rivera reconsideró su actitud antisoviética. El Hombre Libre, Omega, Novedades y otros periódicos anticomunistas anunciaban la inminente derrota soviética y el triunfo germano. Pero se equivocaron seriamente. De cara a la agresión antisoviética, los Grupos Socialistas de la República Mexicana hacían un ardiente llamado al pueblo de México, a las organizaciones obreras y al gobierno federal, para que, al apoyar a Rusia contra Hitler, no confundieran esa necesidad con la tolerancia ni menos con la ayuda y apoyo a los stalinistas criollos, quienes tratarían de aprovechar esa coyuntura histórica para recuperar su influencia política, infiltrarse nuevamente en los sindicatos --de los cuales ya estaban siendo arrojados-- y lograr posiciones entre los servidores del Estado, pues esto sería en perjuicio de los intereses nacionales. (43) Paralelamente a los hechos del frente oriental, en la FSTSE se producían acontecimientos de primera importancia: Cándido Jaramillo, en una decisión errónea, renunció a la dirección de la federación y fue sustituido por Ignacio Villanueva. Los comunistas comenzaron a ser eliminados de los puestos directivos en el sindicalismo de la baja burocracia. Se llegaron a producir enfrentamientos en los cuales corrió sangre. La respuesta de los comunistas en la FSTSE fue derrotada. Decía una fracción del Comité Ejecutivo Nacional (Joaquín Barrios Rivera, Abraham González y otros) de la FSTSE: Nuestros sindicatos están agrupados en esta lucha por el sostenimiento de una plataforma de principios, clara y sencilla: defensa de los intereses de los trabajadores, apoyándonos en la táctica de lucha sindical y en la resistencia y combatividad de nuestras organizaciones; fortalecimiento continuo de la unidad de nuestros sindicatos y, consecuentemente, de la federación que los conjuga; defensa del Estatuto Jurídico que conquistamos a base de un luchar incesante de las masas, que data de varios años, y que nuestros anteriores dirigentes supieron defender con energía y capacidad; independencia del movimiento sindical de la burocracia; depuración de las organizaciones sindicales constituidas por trabajadores del Estado, eliminando a todos los gángsters y líderes sin escrúpulos que se enriquecen, que violan la ley que nos protege y que venden los sindicatos y sus luchas. (44) En esa fecha el Tribunal de Arbitraje finiquitó la cuestión al resolver: Este tribunal reconoce, al tenor del escrito de cuenta y del acta de la sesión que el consejo de la FSTSE verificó el 20 de junio de 1941, como secretario general de la citada federación, al C. Ignacio Villanueva Castañeda, y al C. licenciado Renato Rueda Magro, como secretario de Prensa y Propaganda, por renuncia que presentaron los CC. Cándido Jaramillo y Florencio R. Maya. (45) Para completar el cuadro, el diputado federal Alfonso Peña Palafox hizo pública su renuncia al PCM. (46) El CEN reconocido (Ignacio Villanueva y otros) de la FSTSE, el 14 de julio, lanzó un manifiesto anticomunista. El Frente Anticomunista de Trabajadores del Estado, la Unión Nacional Sinarquista y otras fuerzas derechistas se solidarizaron con Villanueva. El 17, Fidel Velázquez reconoció a éste. Diversos sindicatos federales hicieron pronunciamientos contra el comunismo. El Primer Gran Congreso de la FSTSE, celebrado a fines de julio y principios de agosto, no 41
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contó con la participación de los sindicatos dirigidos por comunistas. La derecha se anotó un importante triunfo. En realidad, la realización de esta reunión significó un rudo revés para el PCM y otras tendencias de izquierda, y un avance digno de mencionarse de los círculos conservadores y reaccionarios. En el plano interno del sindicalismo de los trabajadores públicos, guardando las proporciones, este desenlace vino a expresar el mismo fenómeno ocurrido en la CTM en el mes de febrero anterior. La coyuntura abierta por la invasión nazi contra la Unión Soviética estuvo atravesada por los procesos que se mencionan a continuación: enormes victorias de los japoneses en el Extremo Oriente, extensión del dominio alemán por amplias regiones de Europa y fortalecimiento, en general, del totalitarismo capitalista y otras expresiones del conservadurismo y la contrarrevolución. En esas condiciones, México no era la excepción. Las corrientes reaccionarias adquirieron un empuje inusitado: ampliación de su prensa, crecimiento de su militancia y organizaciones, incremento de su auditorio, aparición y desarrollo de sus grupos paramilitares y de combate, mayor beligerancia y búsqueda creciente de la unidad. Al producirse la agresión nazi contra la URSS, el Partido Comunista se pronunció por la participación activa del país en la guerra al lado de los aliados y contra el Eje. La invasión de la Unión Soviética por la Alemania nazi con los avances rápidos de la Wehrmacht rumbo a Leningrado, Moscú y Kiev, la espantosa mortandad de soldados y civiles soviéticos y la reorganización y beligerancia anticomunista de los nacionalistas de derecha en Ucrania, las repúblicas bálticas y el Cáucaso, el ataque japonés a Pearl Harbor y otros procesos reaccionarios en el mundo, fortalecieron a la derecha y debilitaron a la izquierda.
Legislación de emergencia CON MOTIVO DE la Segunda Guerra Mundial, el gobierno instauró algunas modificaciones legales para restringir ciertos derechos y ejercer la violencia estatal en contra de sus enemigos. El 10 de octubre de 1942 informaba la Procuraduría General de la República que se aplicó --por primera vez-- la legislación de emergencia a un grupo del PC en Tlaxcala, entre quienes estaban Federico Fernández V. y Fernando Pérez Zempoalteca. Así, en lugar de golpear a los fascistas y demás seguidores de los países del Eje, se propinaba un golpe a elementos que formaban parte de la alianza antifascista. En respuesta a semejante situación, el 13 de octubre declaraba el CC del PCM: Es absolutamente extraño y merece de nuestra parte la más enérgica protesta el hecho de que la primera vez en que el Procurador se dirige al público para informar de la aplicación de la legislación destinada a combatir a los enemigos de México, se refiere a un hecho que en el fondo no es sino un atropello y abuso de las autoridades encargadas de aplicar la ley. ...el C. Federico Fernández V., Srio. Gral. del Comité Estatal del partido ha sido encarcelado ya con anterioridad por las autoridades, ha sido herido por el propio jefe de policía de Tlaxcala que lo golpeó brutalmente en una ocasión y fue despojado de su representación como diputado local por la misma razón que hoy se le vuelve a perseguir: por defender los intereses de las masas populares de Tlaxcala. (47) Dionisio Encina le planteó a MAC: El día 11 del presente mes, los diarios de la Ciudad de México publicaron un boletín 42
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oficial en el que la Procuraduría General de Justicia de la Nación informaba que las sanciones de la legislación de emergencia habían sido aplicadas a varios miembros del Partido Comunista en Tlaxcala. La Procuraduría daba cuenta de que, a puerta cerrada, celebraban una sesión, habiéndoseles recogido documentos, libros y folletos de propaganda comunista, por lo que se procedió a su detención y consignación. Este hecho nos obliga a dirigir a Ud. esta carta no sólo para protestar por la aprehensión de nuestros compañeros, sino por el gravísimo y muy peligroso significado que el Procurador de la República ha dado a su actuación en este caso, ya que, con el pretexto de cumplimentar los ordenamientos de la legislación de emergencia, ha llevado a cabo un acto represivo que se endereza contra la esencia misma de nuestro régimen democrático y constituye una fatídica amenaza a todos los sectores genuinamente antifascistas del país. (48) El PCM intervino en muchos actos de masas y organizativos en defensa de la URSS y contra el nazifascismo; sin embargo, en aras de la unidad antifascista y el esfuerzo de guerra, el Partido Comunista hizo graves concesiones que influyeron negativamente en su futuro. Por ejemplo, Blas Manrique llegó a decir en el pleno de noviembre de 1942: En primer lugar, la obligación fundamental de todos los comunistas, es cumplir con sus deberes patriotas, ser los primeros en prestar una gran colaboración a las medidas de guerra que ha decretado el gobierno de la República; participar en el servicio de las armas, destacándose como los mejores en la instrucción militar y en el Servicio Militar Obligatorio... ser los primeros en preocuparse en su centro de trabajo, en la fábrica, en la industria, en la comunidad agraria, etc., se discutan planes para lograr el aumento de la producción... (49) [Subrayados míos, GPR] En el plano internacional, las cosas mejoraban a principios de 1943. La Wehrmacht sufrió una terrible derrota en la batalla de Stalingrado y el Ejército Rojo inició el viraje fundamental en la Segunda Guerra Mundial. La derrota del Eje Berlín-Roma-Tokio daba comienzo. La coalición antifascista se fortalecía y marchaba hacia la victoria. (50) Nuevas revoluciones estaban en puerta.
La desaparición de la Comintern COMO CONCESIÓN A las potencias occidentales y como expresión de la infuncionalidad de la Comintern, el Presídium del CE de la IC propuso el 15 de mayo de 1943: “Disolver la Internacional Comunista como centro dirigente del movimiento obrero internacional, liberar a las secciones de la Internacional Comunista de las obligaciones derivadas de los Estatutos y resoluciones de la Internacional Comunista”. (51) El 30 de mayo, “...el Buró Político del Partido Comunista de México aprueba dicha proposición...” (52) El seguidismo frente a los soviéticos, Lombardo Toledano y el gobierno mexicano, no proporcionaba al PCM sino nuevos elementos críticos. En los primeros años de los 40, como manifestación de la grave crisis del partido, hubo continuas sangrías de cuadros y militantes. En diversas fechas, fueron expulsados Andrés García Salgado, Mario Pavón Flores, Ambrosio González y otros.
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La campaña de Encina CON TODO Y su oportunismo, el PCM emprendía acciones por sus derechos políticos y electorales. En 1943 presentó la candidatura de Dionisio Encina para diputado federal. El 26 de junio, el Buró Político del PC lanzó el siguiente llamamiento: La movilización nacional que nuestro partido ha venido realizando en favor de la campaña Dionisio Encina diputado comunista: el pueblo paga su campaña ha conmovido a la opinión nacional; esta campaña se acerca a sus días álgidos. Ha llegado el momento en que es necesario movilizar a todas las organizaciones obreras, campesinas, indígenas, populares, de jóvenes, de mujeres y personalidades políticas e intelectuales de todo nuestro país a fin de que demanden del C. Presidente de la República y del secretario de Gobernación, que sea respetado el voto popular que el pueblo del Segundo Distrito Electoral de Coahuila dará el 4 de julio en favor del camarada Dionisio Encina... (53) La dirección del Partido de la Revolución Mexicana expulsó el 2 de julio a Dionisio Encina y otros militantes “por haberse indisciplinado a los fallos dictados por el” PRM. En la Alianza de Tranviarios se llevó a efecto el 25 de julio una Asamblea de resumen de la jornada comicial, en la cual informó Encina: La campaña electoral es un hecho positivo alcanzado por nuestro partido mediante su movilización y mediante la movilización, junto con él, de las masas obreras y campesinas. Hacía ya tiempo que el partido no participaba en una campaña electoral de esta magnitud; cuando antes lo hizo, no logró interesar a las amplias masas del pueblo. Ésta ha sido una campaña de nuevo tipo... (54) El 16 de agosto, en una declaración del Buró Político del CC del PCM se demandó que se respetara el triunfo electoral de Encina: A punto de decidirse la integración definitiva de la próxima Cámara de Diputados, el Partido Comunista juzga necesario insistir en su demanda de respeto a la voluntad de las masas en el caso del Segundo Distrito Electoral de Coahuila. Este distrito es el único del país en el cual el Partido Comunista presentó una candidatura propia... El triunfo electoral ha sido comprobado mediante una limpia documentación levantada y entregada a los organismos encargados de dictaminar acerca de ella... (55)
Nueva purga EN OCTUBRE TUVO verificativo un Pleno del CC del PCM. Encina reportó: La situación de nuestro país es delicada. Esto es tanto más sensible cuanto que nos hallamos ya frente al comienzo de la campaña presidencial. Los reagrupamientos se 44
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han iniciado. Estamos en vísperas de la formación, incluso, de nuevos agrupamientos políticos que se presentarán bajo diversos nombres. Uno de esos agrupamientos será formado por los que luchan por la destrucción de todo cuanto nuestro pueblo ha logrado construir en su vida independiente, pretendiendo la instauración de un régimen fascista-corporativo que les permita regresar a la colonia feudal y a la pérdida de nuestra independencia y libertades democráticas, a la destrucción de todas las reformas sociales que nuestro pueblo ha conquistado tras penosa y larga lucha; esas fuerzas son el sinarquismo, Acción Nacional, etc. Otro grupo pretende reunir a las capas de la burguesía monopolista para usufructuar los sacrificios y la lucha del pueblo mexicano en favor de sus intereses; estas capas tienen relaciones con algunos sectores imperialistas y aspiran a poder utilizar a las fuerzas reaccionarias en su favor, a fin de disfrutar del poder para el incremento de su riqueza y la conculcación de los derechos del pueblo, así como para evitar el avance general que el mundo deberá realizar en la post-guerra. Otras capas pequeñoburguesas, respondiendo a sus intereses planteados en forma precisa, pero siguiendo una actitud de caudillaje, trabajan para formar diversos agrupamientos políticos. (56) ...Para que haya un verdadero aumento de la producción, esta política económica de guerra necesita manifestarse en la creación de los comités tripartitas en cada centro de trabajo en los cuales participen los obreros a través de su sindicato, los patrones y el Estado, a fin de planificar y determinar la forma y el monto del aumento de la producción... (57) [Subrayados míos, GPR] Se pronunció contra la división de la CTM y agregó: “Mas no podemos estar de acuerdo con la tendencia existente en ciertos círculos, sobre la creación de un organismo sindical, con los sindicatos nacionales de industria, para crear una organización semejante al Comité de Organización Industrial [Congreso de Organizaciones Industriales] (CIO) de los Estados Unidos...” (58) Acerca de la situación del partido, sostenía: “Afirmo que esta crisis, es la lucha interna en nuestro partido en la cual una parte pretende deformar nuestros principios, relajar la disciplina, nulificar nuestras normas de organización y por la otra una lucha por la línea general del partido, por su afirmación y plena realización...” (59) Por consejo de Blas Roca, dirigente comunista cubano, Encina dio marcha atrás en algunos acuerdos positivos que se habían tomado un año antes: Cuando el pleno de noviembre de 1942 tomó el acuerdo equivocado y posteriormente el pleno de junio de 1943 rectificó el mismo, cuando se cometió aquel error que abría la posibilidad de que Laborde y Campa volviesen al partido, entonces para estas personas todo marchaba bien, pues sus fines, según ellos, se iban realizando. Su trabajo de grupo realizado desde antes del Congreso Extraordinario había logrado en el pleno de noviembre que se invitase a Laborde y Campa a reingresar, pero como estos señores no son honrados políticamente, prefirieron la labor de zapa y contando con su grupo en el seno del partido representado por Miguel Velasco y sus corifeos Ramírez y Ramírez, Genaro Carnero Checa, Luis Torres Ordóñez y Ángel Olivo, escribieron artículos y editoriales en La Voz de México sin el conocimiento y la autorización del propio Buró Político del partido y visitaron algunas células encubiertos en ese grupo. Mas he aquí, que en el pleno de junio de 1943 se corrige el error y aquella posibilidad del trabajo de zapa se destruye 45
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y pierde toda perspectiva para el futuro. La perspectiva de reingreso una vez extinguida, significaba también la anulación de la posibilidad de reinstalarles en la dirección del partido. (60) Planteó expulsar a dicho grupo, salida que aprobó la reunión. A su vez, Jorge Fernández intervino así: Este grupo enemigo del partido, de su línea general, de sus métodos de trabajo, fue en el pasado también un grupo. Antes del Congreso Nacional Extraordinario había disuelto la Federación Juvenil Comunista y destruyó el movimiento juvenil que entonces existía... La mejor demostración de su labor enemiga, la mejor muestra de su incapacidad, es el trabajo hecho en el propio Distrito Federal, la reducción de la organización, la transformación de las células de organismos políticos en círculos de charlas interminables sobre la línea del partido, su ausencia de participación en todos los grandes movimientos de masas, y el bajísimo nivel político de los miembros del partido. (61) Blas Manrique indicó en su informe: Este grupo, en su campaña contra la dirección del partido, ha organizado todo un trabajo para reivindicar a Laborde y Campa y en general a todos los que más daño han hecho al partido. Veamos cuáles han sido sus argumentos: que Laborde y Campa fueron y son honestos, incapaces de tomarse un centavo del partido; que la dirección de Laborde y Campa dejó un partido de 17,000 miembros con influencia en las masas. Que la actual dirección del partido es todo lo contrario de la dirección anterior, pues se ha corrompido y ha hundido al partido. (62) En el pleno de octubre de 1943, dada la incapacidad de la dirección encinista para resolver las diferencias en torno a problemas como la táctica sindical, la actitud ante los expulsados y las relaciones con Lombardo y el gobierno, se presentó una importante purga: fueron expulsados Miguel A. Velasco, Ángel Olivo, Enrique Ramírez y Ramírez, Genaro Carnero Checa y Luis Torres Ordóñez. Olivo representaba una línea más seguidista frente al gobierno de Ávila Camacho y Ramírez y Ramírez era el portavoz del lombardismo en el interior del PCM. En un documento suscrito por Ramírez y Ramírez, José Revueltas, Efraín Huerta y otros, se decía: “...esta crisis se ha agravado hasta amenazar con el aniquilamiento completo del partido, debido, fundamentalmente, a la incapacidad, a la torpeza, a la irresponsabilidad y a la degeneración política y moral del grupo de Dionisio Encina-Sánchez Cárdenas”. (63) La crisis del PCM se acentuó. El período inmediatamente posterior, correspondiente al browderismo, llevaría tal situación a un momento aún más grave.
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Notas (1) El Nacional, 2-II-40, p. 3, 1ª Secc. (2) La Voz de México, núm. 299, 3-III-40, pp. 1 y 6. (3) La Voz de México, núm. 295, 4-II-40. (4) Dionisio Encina, ¡Fuera el imperialismo y sus agentes! ¡Unidos para hacer avanzar la revolución!, México, Ed. Popular, 1940, pp. 7-8. (5) Ibíd., pp. 16-17. (6) Ibíd., p. 63. (7) Andrés García Salgado, ¡Fuera los enemigos del pueblo de las filas revolucionarias!, México, Ed. Popular, 1940, p. 30. (8) Ibíd., p. 41. (9) La Voz de México, núm. 312, 1-VI-40. (10) La Voz de México, núm. 316, 30-VI-40, p. 4. (11) León Trotsky, Escritos, t. XI. 1939-40, vol. 2, Bogotá, Ed. Pluma, 1976, p. 307. (12) Ibíd., p. 311. (13) Ibíd., pp. 336-337. (14) La Voz de México, núm. 315, 23-VI-40, p. 1. (15) L. Trotsky, op. cit., p. 448. (16) Alfonso Taracena, La Revolución desvirtuada, t. VIII, a. 1940, México, Costa-Amic Ed., 1971, pp. 138-139. (17) Boletín de prensa del PCM, mimeo, 30-VIII-40, pp. 1-2. (18) Bernardino Mena Brito, El PRUN, Almazán y el desastre final, México, Ed. Botas, 1941, pp. 142143. (19) Véase Archivo CEMOS. (20) La Voz de México, núm. 337 (extra), 1-XII-40, p. 1. (21) Archivo CEMOS. (22) Víctor Manuel Villaseñor, Memorias de un hombre de izquierda, t. II, México, Ed. Grijalbo, 1976, p. 13. (23) Gerardo Peláez Ramos, 1941: la provocación de Ayotzinapa, en los portales de Apia virtual, La Haine y otros. (24) La Voz de México, núm. 320, 28-VII-40, p. 4. (25) CTM: 50 años de lucha obrera, t. II (1941-1947), México, PRI ICAP, 1986, pp. 26-96. (26) La Voz de México, núm. 375, 15-IX-41, p. 3. (27) El Popular, 1-III-42, p. 6, 1ª Secc. (28) Informe ante el Pleno del CC del Partido Comunista de México, celebrado durante los días 26 y 27 del noviembre de 1942, México, Ed. Popular, ¿1942?, p. 7. (29) Ibíd., p. 9. (30) Hacia un partido de masas, mimeo, 1942, pp. 8-9. (31) Miguel A. Velasco, “Por la unidad, superación y fortalecimiento de la CTM y de todo el movimiento sindical”, en La Voz de México, núm. 430, 7-III-43, p. 2. (32) La Voz de México, núm. 431, 14-III-43, p. 4. (33) Se citaba para los días 26-30 de abril. (La Voz de México, núm. 350, 2-III-41, p. 1). (34) Gerardo Peláez, “Dionisio Encina, un período en la historia del PCM”, II, en UnomásUno, 29VIII-82, p. 4. (35) VIII Congreso del Partido Comunista de México, Documento para la discusión de los temas de la orden del día II, México, Ed. de “La Voz”, 22-IV-41, p. 1. 47
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(36) Ibíd., pp. 5-6. (37) Ibíd. (38) VIII Congreso Nacional Ordinario del Partido Comunista de México, La situación nacional e internacional y las tareas del partido. Documento de discusión sobre el primer punto de la orden del día, México, Ed. de “La Voz”, 10-IV-41, p. 3. La posición transcrita no era correcta, pues la guerra mundial para muchos países, como Polonia, Yugoslavia y China, era una guerra antifascista y antimperialista. (39) Ibíd., p. 7. Cabe destacar que las citas de los dos documentos mencionados líneas arriba, corresponden a los materiales de discusión del VIII Congreso del PCM, ya que, desafortunadamente, esas resoluciones del mismo no son conocidas por el autor. (40) Boletín, núm. 6, 9-VII-41, p. 3. (41) La Prensa, 22-VI-41, p. 8. (42) La Prensa, 23-VI-41, p. 19. (43) La Prensa, 25-VI-41, p. 8. (44) La Prensa, 14-VII-41, p. 18. (45) Ibíd., p. 3. (46) Ibíd., p. 23. (47) El Popular, 14-X-42, p. 4. (48) Archivo CEMOS. (49) Hacia un partido de masas, mimeo, p. 6. (50) Hans-Adolf Jacobsen y Hans Dollinger, La Segunda Guerra Mundial en fotografías y documentos, Segunda Parte. La Guerra Mundial 1941-1943, Barcelona, Plaza & Janés, 1967, p. 292, y Konstantín K. Rokossovski, El deber de un soldado, Barcelona, Ed. Bruguera, 1972, pp. 212-214. (51) Fernando Claudín, La crisis del movimiento comunista. 1. De la Komintern al Kominform, París, Ruedo Ibérico, 1970, p. 566. (52) La Voz de México, núm. 442, 30-V-43, p. 1. (53) La Voz de México, núm. 447, 4-VII-43, p. 12. (54) La Voz de México, núm. 450, 25-VII-43, p. 1. (55) La Voz de México, núm. 455, 22-VIII-43, p. 1. (56) Dionisio Encina, Unidad nacional para triunfar en la guerra y en la paz, México, s. e., 1943, pp. 11-12. (57) Ibíd., pp. 15-16. (58) Ibíd., p. 27. (59) Ibíd., p. 33. (60) Ibíd., p. 63. (61) La Voz de México, núm. 463, 31-X-43, pp. 1 y 8. (62)Ibíd., p. 8. (63) “¡A la lucha para salvar al partido de la política anticomunista del grupo Encina!”, en El Partido, núm. 1, 1-XI-43, p. 2.
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