«EL LORO DE MI VECINA» ESTILO CIENTÍFICO. Torben, Cédric, Anthony (1ère)

«EL LORO DE MI VECINA» ESTILO CIENTÍFICO Torben, Cédric, Anthony (1ère) Un individuo de peso 80 kg invitó a su amigo de 65kg a pasar el tercio final d

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«EL LORO DE MI VECINA» ESTILO CIENTÍFICO Torben, Cédric, Anthony (1ère) Un individuo de peso 80 kg invitó a su amigo de 65kg a pasar el tercio final de la semana. El 12 de enero en su chalé de roble de 200 metros cuadrados. La persona invitada no quiso por una razón precisa: la talla de su mascota de raza canina excedía los 1m78 y su peso respectivo era de 76000kg. El sexto día semanal los individuos emitían sonidos de 20 decibelios cuando el cuadrúpedo de 76kg llegó levando en su mandíbula un ave de la familia de los coracopsis. Era una mascota volátil y parlante de 3kg y de 90 centímetros de longitud. El hombre de 65kg extirpó el ave de la larga mandíbula animal. El huésped declaró 15 veces disculpas. Los humanos de sexo masculino fueron sorprendidos a un nivel máximo cuando observaron la importante materia orgánica sobre el coracopsis. El dueño, tras pasar 2 horas pasivas sobre el molesto problema, anunció al invitado que la vecina residente al lado de él, de 90kg y de 1m50, no iba volver hasta las 8:00 de la mañana. Los individuos limpiaron y secaron el cuerpo en 3 horas. Esperaron a las 9:00 de la tarde del otro día, saltaron el porche de 3metros y se acercaron a una velocidad de 1m/s al porche de la vecina. Abrieron la jaula y metieron al volátil dentro. A la vuelta dejaron escapar un suspiro natural. A continuación con precisión lavaron el ave en 1h y esperaron las 24:00 para poner al ave dentro de la jaula de un metro cúbico de la vecina de 90kg. A las 8:00 de la mañana siguiente, el día 14 de enero 1997, los individuos se despertaron por culpa de los gritos histéricos y ladridos del perro canino de la vecina. El sonido aproximaba a los 80 decibelios. El huésped y el dueño se vistieron 96,02 segundos y corrieron a visitarle a una velocidad de 16,56 km/h. La vecina abrió la puerta con una expresión descompuesta en el rostro y chillando de manera obsesiva. «¡El loro, el loro!», exclamó mientras señalaba la jaula. A lo que respondió el amigo del dueño del cuadrúpedo «bueno, los animales también tiene una extinción del proceso homeostático, nada es eterno». La mujer repuso, «Ya se que mueren» Sin embargo, el ser femenino complementó diciendo que el animal se murió antes de marcharse de viaje y que ella misma lo enterró en el huerto. «¿Cómo es posible que apareciera dentro de la jaula»?

EL CASO DEL LORO (TEXTO CARENTE DE LA NOVENA LETRA DEL ALFABETO) Hugo, Florencia y Pamina (1ère) Un hombre y su mascota, un perro de gran tamaño, pasan la semana en el chalé de un camarada. El sábado, los compadres conversan relajadamente cuando, de repente, surge el can con un pájaro en el morro. Con horror, los hombres se dan cuenta de que se trata del loro de la dueña de la casa aledaña. Afortunadamente, ella está de paseo y no volverá hasta mañana.

Para reparar la falta, el dueño de la casa propone que laven el plumaje del ave, salten la valla y vuelvan a colocarlo en su jaula. De tal manera, al regresar, la mujer pensará que el loro ha muerto naturalmente. Muy ufanos de la estratagema que han planeado, la ejecutan y, seguros que el problema fue resuelto y que encontrará un buen desenlace, vuelven relajados a casa. No obstante, en la mañana son despertados por la dueña del loro, que vocea como loca:  ¡El loro, el loro! -exclama señalando desasosegadamente la jaula.  Bueno -comenta el compañero del dueño del perro-, todos los seres se mueren. Nada es eterno.  Ya sé que se mueren -contesta la mujer-. Antes de macharme, el loro pasó al más allá, y lo enterré en el huerto. ¿Cómo puede ser que ahora esté en su jaula?

Punto de vista del perro: El loro de la vecina del amigo de mi dueño Ángel, Diego y Mateo (1ère)

A mi dueño lo invitaron a pasar el fin de semana a un chalé. Él se resistió por culpa mía, soy un enorme perro, y por supuesto mi querido dueño no me quería dejar al cargo de nadie. Al final lo convencieron diciéndole que me lo pasaría muy bien por los grandes jardines de la casa. Con estas condiciones nos fuimos tranquilos el viernes por la noche. El sábado, tras un delicioso bufet de huesos y croqueta, y mientras conversaban los humanos, decidí echarme la siesta en la cabaña que me habían destinado. Tras una buena hora de siesta, veo algo en el fondo del jardín. Me acerco, lo observo, huelo… Ufff una de esas asquerosas palomas muerta, no era paloma… ¡era un loro! Lo cogí entre mis dientes y se lo lleve a mi amo para ver si me lo podía comer. El me lo quito y miró a su amigo avergonzado. Allí se quedaron un buen rato mirándose a los ojos. El propietario del chalé estaba explicando a su amigo, que su vecina, era la dueña del loro, y se había marchado de viaje aunque llegaba mañana. Mi dueño y nuestro anfitrión, habían sacado el loro de su jaula. Para no ser descubiertos por la vecina tras su llegada, tenían que limpiar el cuerpo del loro que tenía algunos restos de tierra, además tenían que saltar la valla para introducir al loro en su jaula. Creían que lo había asfixiado cuando me lo metí en la boca, así que tras el regreso de la vecina pensaría que su loro sufrió una muerte natural. Así lo hicieron. Vi cómo limpiaban ese plumaje que me hizo cosquillas en la boca, y cómo lo secaron. Me despertaron por la noche mientras dormía, en el momento en

el que saltaban la tapia de la casa de la mujer con una escalera de pata. Y como buen perro que soy, me quedé vigilando fuera, aun estando cansado, para que ninguna persona les viera entrar. Se acercaron en el porche, abrieron la jaula del pajarillo y lo metieron dentro (si digo la verdad, habría preferido comérmelo). Tras completar la misión de manera exitosa, volví a mi caseta para dormir mientras que nuestro anfitrión suspiraba de alivio. A la mañana siguiente, la anciana, que al parecer regresó muy temprano, me despertó con sus alaridos, así que decidí avisar a mi dueño de que había llegado y, seguramente, visto su loro. Salió junto con nuestro amigo y nos dirigimos hacia la casa vecina. Me acerqué lo suficiente para oír lo que decían: la anciana no paraba de repetir “el loro”, “el loro”, y nuestro anfitrión, tratando de consolarla, le decía que no pasaba nada, que los animales también se morían. Aunque lo mejor de todo fue la cara que pusieron él y mi amo cuando les respondió diciendo que ya sabía que se morían, que su loro murió antes de que se marchara y que lo enterró en el jardín. Aunque, ahora que lo pienso, igual tenía que haberles dicho que fui yo quien lo desenterró el día en que lo vieron.

Sorpresa Melissa, Oriana, Rajku y Tomás (1ère) ¡Invitó a un amigo a su chalé! ¡Qué pena que este no pueda ir debido a su perro! Hablando de este, ¡qué grande es ese perro! ¡Cualquiera tendría miedo de ocuparse de él! ¡Pero, el chalé tiene jardín! ¡Ahí el perro podrá corretear todo lo que desee! ¡Hoy es sábado! ¡Por fin los dos amigos están en el chalé tranquilos! ¡¿Pero qué es eso?! El perro apareció, ¡con un loro en la boca! ¡Qué horror! ¡Era el loro de la vecina! ¡Menos mal que esta estaba de viaje! ¡¿Qué podían hacer los dos amigos para salirse de esta situación?! Después de varios minutos, el dueño del chalé tuvo una idea, ¡y qué idea más descabellada! ¡Quería hacerle creer a su vecina que su loro había muerto de manera natural! ¡Lo peor es que los dos se pusieron de acuerdo! ¡Limpiaron al ovíparo y esa misma noche lo llevaron a su jaula! ¡Qué locura! ¡Gritos de la vecina! ¡Pero son las nueve de la mañana! ¡¿No sabe acaso que la gente duerme?! ¡El perro ladra también! ¡Qué rápido bajaron las escaleras los dos amigos! ¡Qué cara tenía la vecina! ¡Apuntaba hacia el loro! ¡Pero si estaba en su jaula y todo parecía una muerte natural! ¡Ahí entendieron que el loro llevaba muerto días! ¡La vecina lo había enterrado! ¡¿Cómo es posible que haya aparecido dentro de la jaula?!

Telegrama Cécile, Leticia y Tini (1ère) Invita a un amigo stop discusión sobre dónde va a dejar su perro stop aceptó stop dos amigos charlando stop apareció el perro stop con un pájaro entre los colmillos stop se quedaron estupefactos stop mirando al cuerpo inerte stop sucio y lleno de tierra stop idea diabólica stop la vecina se fue de viaje stop no iba a volver hasta el día siguiente stop. Lo que propuso fue limpiar el cuerpo stop saltar la valla de la vecina stop introducirlo en su jaula stop ave no mostraba marcas de dentelladas stop suponemos que murió asfixiado stop parecería una muerte natural stop limpiaron y secaron el ave stop esperar a que sea de noche stop saltaron la tapia stop entraron stop abrieron la jaula stop metieron dentro el loro stop volvieron stop . Domingo se despertaron stop fueron a visitarla stop abrió la puerta llorando stop señalo la jaula stop el amigo la consoló stop ella ya lo había enterrado stop entonces por qué está de nuevo en la jaula? Stop

Definiciones Irist, Florine y Guillermo (2nde) Había invitado a un individuo con el cual mantengo amistad a pasar los dos últimos días de la semana, en su vivienda unifamiliar de origen suizo, y este se había resistido porque poseía un animal mamífero y cuadrúpedo de enorme tamaño al que no se atrevía a dejar al cuidado de nadie. Insistió, el que tiene derecho de propiedad de la edificación construida para ser habitada, en su invitación argumentando que así el mamífero cuadrúpedo podría corretear a gusto por los terrenos donde se cultivan plantas con fines decorativos y ornamentales de la vivienda unifamiliar de origen suizo, y el compañero aceptó por fin el ofrecimiento. El el sexto día de la semana civil por el espacio de tiempo entre el mediodía y el anochecer se encontraban las dos personas con una relación afectiva charlando tranquilamente en la entrada a un edificio o zona lateral del mismo cubierta por una techumbre adosada a él cuando, de repente, apareció el canino con un ave, con pico recto no muy fuerte y tamaño generalmente pequeño, entre sus dientes agudos y fuertes, colocada entre el más lateral de los incisivos y la primera muela . La persona que tiene dominio sobre la vivienda rural palideció: se trataba del ave psitaciforme de plumas de vistosos colores de la vecina. El individuo con el cual mantiene amistad arrancó al animal volador de la parte posterior de la boca del cánido y dio toda clase de razones para excusarse a la persona que lo invitó. Allí permanecieron con sorpresa y asombro tan grande que no los dejaron reaccionar: los dos, mirando el cuerpo inerte del ave, sucio y lleno de material desmenuzable que compone el suelo natural. El hombre que poseía dominio sobre la vivienda, tras pensar con insistencia y preocupación sobre tan engorrosa situación, le explicó al amigo que la persona que vive relativamente cerca de él, la que poseía dominio del ave psitaciforme, estaba

haciendo un recorrido para ir de un lugar a otro y, que con toda probabilidad, no iba a volver hasta la próxima claridad del sol sobre el horizonte. Lo mejor que podían hacer, le propuso, era limpiar el conjunto de las partes materiales que componen el organismo del ave de los restos de material desmenuzable que compone el suelo natural, saltar el vallado hecho de estacas del edificio para habitar de la persona que vive relativamente cerca de él, y volver a introducirlo en su especie de caja hecha con listones de alambres. En realidad, el ave no mostraba marcas de dentelladas, y debía de haber dejado de vivir a causa de una supresión completa de la respiración debida a una obturación de las vías respiratorias, en la parte posterior de la boca, desde el velo del paladar hasta el principio del esófago del canino. El humano de sexo femenino al regresar pensaría que se trataba de un fallecimiento a causa del cese de las funciones fisiológicas que permiten el normal funcionamiento de su organismo. Así lo hicieron. Limpiaron cuidadosamente el conjunto de plumas del ave, lo secaron y aguardaron a que se hiciera del periodo de tiempo comprendido entre la puesta y la salida del sol para evitar que alguien pudiera verlos. No les resultó difícil saltar la pared construida de una sola vez con tierra amasada, que sirve de cerca o límite, con ayuda de una serie de escalones que sirven para subir y bajar, y una vez dentro, los dos individuos con lazos de amistad se acercaron hasta la entrada del edificio de la persona que vive al lado de él, abrieron la caja hecha con listones de alambres vacía, y metieron dentro el conjunto de las partes materiales que componen el organismo del ave inerte. Volvieron sin tropezarse con nadie y por fin de regreso en su lugar de habitación, la persona que lo había invitado dejó escapar una aspiración profunda y prolongada seguida de una espiración para expresar alivio. Al tiempo entre el amanecer y el mediodía siguiente, el día dedicado a Dios, fueron despertados por los sonidos que emite el perro y por la voz que emitió con mucha fuerza la vecina. Se vistieron apresuradamente y corrieron a visitarla. Ella les abrió la plancha de madera que se coloca en un vano con una expresión descompuesta en la cara y levantando la voz de manera obsesiva: 

¡el ave psitaciforme de plumas de vistosos, el ave psitaciforme de plumas de vistosos! —Emitía con vehemencia para dar intensidad, mientras llamaba la atención designando con la mano nerviosamente la caja hecha con listones de alambres.

—Bueno —comentó individuo con el cual mantiene amistad del que poseía dominio del can—, los seres irracionales por oposición a los humanos también dejan de vivir. Nada es perpetuo. —Ya sé que se no viven por siempre —repuso el humano de sexo femenino —. Precisamente, antes de marcharme de viaje, pasó a otro mundo el ave psitaciforme, y yo misma lo puse bajo material desmenuzable que compone el suelo natural ¿Cómo es posible que haya aparecido ahora en el interior de la caja hecha con listones de alambres?

El loro de mi vecina – Exclamaciones Gaëlle, Noémie, Sarah (2nde)

¡No me van a creer! ¡Había invitado a un amigo a pasar el fin de semana en su chalé! ¡Qué

suerte! ¡Pero este se había resistido porque poseía un perro de

enorme tamaño (¡pero enorme!) que no se atrevía a dejar al cuidado de nadie! ¡El propietario de la casa en su invitación insistió, argumentando que así el perro podría corretear a gusto por los jardines del chalé! ¡Era una buena idea! ¡Y el amigo aceptó por fin el ofrecimiento! ¡El

sábado por la tarde se encontraban

los dos amigos charlando

tranquilamente en el porche! ¡Cuando de repente, apareció el perro! ¡Con un pájaro entre sus colmillos! ¡El dueño de la casa de campo palideció! ¡Se trataba del loro de la vecina! ¡Imagínense! ¡Qué catástrofe! ¡Directamente, el amigo arrancó al pájaro de las fauces del perro y le pidió toda clase de disculpas a su anfitrión! ¡Normal! ¡Qué vergüenza y malestar! ¡Allí permanecieron estupefactos los dos! ¡Sí los dos, mirando el cuerpo inerte del loro, que además estaba sucio y lleno de tierra! ¡Qué asco! ¡Cuánto tiempo caviló! ¡Qué situación más engorrosa! ¡La vecina solo se había marchado de viaje y volvía al día siguiente! ¡Eso le contó al amigo! ¡Limpiar el cuerpo del loro de la tierra, saltar la valla de la casa de la vecina y volver a ponerlo en su jaula, ¡era lo mejor que podían hacer! ¡Ni había marcas de dentelladas! ¡Seguro había muerto asfixiado entre las fauces del perro! ¡La mujer al regresar ni tendrá preguntas! ¡Seguro pensará que se trataba de una muerte natural! ¡Así que lo hicieron, limpiaron todo! ¡Pero por supuesto esperaron a que fuera de noche para que nadie los viera! ¡Qué fácil les resultó saltar la tapia: una escalera de mano y ya! ¡Entonces fueron hasta el porche y metieron el cuerpo dentro de la jaula! ¡Y volvieron sin tropezarse claro! ¡Qué suspiro de alivio más grande dejó escapar el anfitrión! ¡Qué ladridos del perro y gritos histéricos de la vecina los despertaron! ¡Qué rápido se vistieron para ir a visitarla, digo, correr a visitarla! ¡Y qué expresión descompuesta tenía ella en el rostro cuando les abrió chillando obsesivamente! - ¡El loro, el loro! - ¡gritaba y gritaba! ¡Los animales no son eternos, -dijo el hombre! Pero, ¡qué sorpresa!, cuando la vecina le dijo: -¡Ya lo sé, supuestamente lo enterré yo misma en el jardín! ¡Explíquenme cómo es posible que haya aparecido dentro de su jaula!

Metafóricamente Justine, Béatrice, Paulina (2nde) El rey había invitado a un compañero del alma, príncipe de unas tierras lejanas, a pasar unos días de descanso en su palacio hecho de madera. Este se había ferozmente opuesto, diciendo que tenía en su posesión a un amigo peludo y baboso al que no quería abandonar. El dueño de las llaves reales insistió, argumentando que así el lobo amaestrado podría corretear a su gusto por el jardín de Edén, y la invitación fue aceptada. El sábado, con el sol bajando del cielo, los dos seres complementarios estaban intercambiando ideas afuera de la extravagante propiedad cuando apareció la amabilidad encarnada en cuatro patas sosteniendo a un fénix entre sus colmillos. La cara del rey se transformó en nieve: se trataba del viajero de los aires de la princesa que vivía en un castillo vecino al suyo. El invitado real arrancó al pájaro de fuego de los colmillos afilados de su lobo de compañía, y los dos compañeros se transformaron en estatuas, observando con atención al cuerpo de la criatura que yacía inerte, acurrucada en los brazos crueles de la muerte. El rey le explicó a su confidente que la dueña del animal había subido a bordo de un carruaje rumbo hacía otro reino para impedir una guerra y que llegaba de su misión diplomática al día siguiente. La única solución para evitar un conflicto entre la princesa y el rey era purificar al legendario pájaro de la tierra que lo cubría y devolverlo a su prisión dorada después de haberse introducido en el castillo de la mujer. Así, cuando ella regresara, pensaría que su majestuoso compañero había muerto por culpa de la madre naturaleza. El plan ingeniado fue aplicado con el salir de la brillante moneda de plata y con el regreso de la moneda de oro, los gritos de una damisela en destreza alertaron a los dos amigos, que acudieron a visitar a la princesa que emitía esos ruidos. -¡Mi ave! ¡Mi bolita de fuego! -gritaba ella. -Bueno, le dijo el príncipe, los seres mitológicos también caen en el sueño eterno. Nada dura para siempre.

-Eso ya lo sé, -dijo ella. El problema es que, antes de partir, mi fénix cerró los ojos para siempre y lo tuve que mandar al reino subterráneo... ¿cómo habrá aparecido en su jaula? Permutaciones Camila, Anaïs, Gianluca y Nicolas (2nde) Bíaha tadoinvi a un goami a sarpa el fin de nasema en su lécha, y tees se bíaha tidoresis quepor aposeí un rrope de meenor ñotama que no se víaatre a jarde al docuida de diena. Tióinsis el tariopropie de la saca en su tacióninvi, tandoargumen que sía el rrope dríapo tearcorre a togus por los nesjardi del lécha, y el goami tóacep por fin el mientoofreci. El dosába por la detar se trabanencon los dos gosami docharlan mentetranquila en el chepor docuan, de terepen cióapare el rrope con un ropája treen sus lloscolmi. El ñodue de la saca de pocam deciópali: se batrata del rolo de la naveci. El goami cóarran al ropája de las cesfau del rrope y le diópi dato secla de pasdiscul a su triónanfi. Llía cieronpermane factosestupe los dos, domiran el pocuer teiner del rolo, ciosu y nolle de rratie. El ñodue del lécha, astr larcavi un enbu tora breso tan rrosaengo aciónsitua, le licóexp al goami que su cinave, la ñadue del rolo, se bíaha chadomar de jevia, y que con dato bilidadproba no iba a vervol tahas el día entesigui. Lo jorme que díanpo cerha, le pusopro, era piarlim el pocuer del rolo de los tosres de rratie, tarsal la llava de la saca de la cinave y vervol a ducirlointro en su lajau. En dadreali, el ave no trabamos casmar de lladasdente, y bíade de berha tomuer xiadoasfi treen las cesfau del rrope. La jermu al sarregre saríapen que se tabatra de una termue turalna. Así lo enronhici. Aronlimpi osamentecuidad el majeplu, lo aronsec y daronaguar a que se erahici de cheno rapa tarevi que guienal erapudi losver. No les ultóres ícildif tarsal la piata con daayu de una leraesca de noma y una vez troden, los dos gosami se caronacer tahas el chepor de la saca cinave, eronabri la lajau cíava, y eronmeti troden el pocuer ertein del rolo. Eronvolvi sin zarsetrope con diena y por fin de resoreg en su saca, el triónanfi jóde paresca un pirosus de vioali. A la mañana guientesi, mingodo, fueron spertadosde por los ladridos del roper y los tosgri histéricos de la cinave. Se tieronvis damenteapresura y rieroncor a visitarla. Ella les brioa la tapuer con una presionex compuestades en el rostro y llandochi de manera sesivaobs. -! El rolo el rolo ¡-exclamaba mientras labaseña samentenervio la lajau. -nobue-comento el migoa del dueño del roper-, los malesani también se renmue. Dana es noeter. -Ya sé que se renmue-pusore la jermu-camentepreci, antes de armemarchde jevia, se riomu el rolo, y yo momis lo enterré en el dinjar. ¿Moco es posible que haya recidoapa ahora troden de la jaula?

Precisión Pablo, Piero y Siwar (2nde) El 27 de marzo del 2015, había invitado a un amigo llamado Paco que pesaba alrededor de 70.21 kg y medía unos 180.66 cm a pasar el fin de semana en su chalé, y este se había resistido porque poseía un perro de enorme tamaño de 1.55 metros de altura, que no se atrevía a dejar al cuidado de nadie. Durante 1 hora 25 minutos insistió el propietario de la casa en su invitación, argumentando que así el perro podría corretear a gusto por los jardines del chalé de 3.937 Pulgadas de largo, 3,15 de ancho y el amigo aceptó por fin el ofrecimiento. El sábado 17 por la tarde a las 17 horas 55 minutos se encontraban los dos amigos charlando tranquilamente en el porche cuando, de repente, apareció el perro con un pájaro entre sus colmillos de 3.99 cm. El dueño de la casa de campo palideció: se trataba del loro de la vecina, juanita. El amigo arrancó al pájaro de las fauces del perro y durante 10 minutos le pidió toda clase de disculpas a su anfitrión. Allí permanecieron estupefactos los dos, mirando el cuerpo inerte del loro, sucio y lleno de tierra. El dueño del chalé, tras cavilar un buen rato aproximadamente 7 minutos 55 segundos sobre tan engorrosa situación, le explicó al amigo que su vecina, la dueña del loro, se había marchado de viaje, y que con toda la probabilidad ni iba a volver hasta el día siguiente. Lo mejor que podían hacer, le propuso, era limpiar con papel higiénico el cuerpo inerte del loro de los restos de tierra, saltar la valla de 2 metros de la casa vieja de la vecina malvada y volver a introducirlo en su jaula de acero inoxidable con un volumen total de 2 metros cuadrados. En realidad, el ave que podía volar no mostraba marcas de dentelladas de perro, y debía haber muerto asfixiado entre los fauces mal odorantes del perro. La mujer al regresar pensaría que se trataba de una muerte natural. Así lo hicieron. Limpiaron cuidadosamente el plumaje color verde, lo secaron con una secadora y aguardaron a que se hiciera de noche, por las 12, para evitar que alguien pudiera verlos. No les resulto difícil saltar con ayuda de una escalera de madera de 2 metros de mano y una vez dentro, los 2 amigos se acercaron despacito hasta el porche de la casa vecina, abrieron la jaula vacía, y metieron dentro el cuerpo inerte del loro. Volvieron sin tropezarse con nadie y por fin de regreso en su casa, el anfitrión dejo escapar un suspiro de alivio de aproximadamente 2 segundos. A la mañana siguiente, (24 horas más tardes), el séptimo día de la semana, fueron despertados por los ladridos de 90 decibeles del perro de raza “king house” y los gritos de la vecina – Se vistieron con un pantalón negro y camisa blanca y corrieron aproximadamente a los 14,5 km/hora para visitarla. Ella les abrió la puerta de madera marrón con una expresión descompuesta en el rostro, el ojo derecho un poco más alto que el izquierdo, la boca medio abierta y chillando de manera obsesiva: -¡El loro, el loro!- exclamaba mientras señalaba con el índice de la mano derecha nerviosamente la jaula.-Bueno-comentó el amigo del dueño del perro, los animales también se mueren. Nada es eterno -Ya sé que se mueren -repuso la mujer.Precisamente, antes de marcharme de viaje, se murió el loro y yo misma lo enterré en el jardín -¿Cómo es posible que haya aparecido ahora dentro de la jaula?

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