El paradigma incompleto de las mediaciones

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades A NUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIÒN Nº 13, VOL. 1, CARACAS, JUNIO 2001 CARLOS C OLINA

4 downloads 117 Views 101KB Size

Recommend Stories


Retablo Incompleto de la Pureza
Retablo Incompleto de la Pureza... Unos cuentan que es un monstruo, otros que una desgracia, y las beatas murmuran tras la ventana, rosario en mano, q

Lupus eritematoso sistémico (LES): El paradigma de las enfermedades autoinmunes
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA  Lupus er itematoso sistémico (LES): El par adigma de las  enfer medades autoinmunes  Dra.  Patricia  Fanlo.  Adjunta  del  Ser

El paradigma de la verosimilitud
ESTADÍSTICA ESPAÑOLA Vol. 44, Núm. 149, 2002, págs. 113 a 128 El paradigma de la verosimilitud por JESÚS BESCOS SINDE Universidad de Castilla-La Manc

Sesión 4 El paradigma cognitivo
TEORÍAS DEL APRENDIZAJE Y LA INSTRUCCIÓN Sesión 4 El paradigma cognitivo Objetivo Distinguir los fundamentos, las características, aplicaciones e imp

Story Transcript

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

A NUARIO ININCO / INVESTIGACIONES

DE LA

COMUNICACIÒN Nº 13, VOL. 1, CARACAS,

JUNIO

2001

CARLOS C OLINA

El paradigma incompleto de las mediaciones

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

RESUMEN CARLOS COLINA El paradigma incompleto de las mediaciones El autor analiza las coincidencias y divergencias entre las distintas perspectivas del concepto de mediación. Se recogen tanto las aportaciones de Martín Serrano y de Jesús Martín Barbero como de algunos de sus seguidores: Guillermo Orozco y Marcelino Bisbal, entre otros. Asimismo, se exponen elementos complementarios de la teoría de la estructuración de Anthony Giddens y de la teoría sociológica de Bourdieu. Descriptores: Teoría de la comunicación / Tendencias de investigación / Martín Serrano / Jesús Martín Barbero

ABSTRACT The author analyzes the similarities and the differences in the various perspectives on the mediation concept. The contributions of Martín Serrano and Jesús Martín Barbero are gathered, as well as those of some of their followers, such as Guillermo Orozco and Marcelino Bisbal, among others. Anthony Giddens’ complementary elements on the theory of structure and the sociological theory of Bourdieu are also brought forward. Descriptors: Communication theory / Research trends / Martín Serrano / Jesús Martín

RÉSUMÉ L’auteur analyse les coìncidences et les divergences entre les diffèrentes perspectives du concept de médiation. Il présente les apports de Martín Serrano et de Jesús Martín Barbero et de certains de leurs adeptes: Guillermo Orozco et Marcelino Bisbal, entre autres. En outre, les éléments complémentaires de la théorie de la structuration d’ Anthony Giddens et de la théorie sociologique de Bourdieu sont exposés. Descripteurs: Théorie de la communication / Tendances de recherche / Martín Serrano / Jesús Martín

38

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

In memoriam A don Jesús Ibáñez, el inolvidable profesor el explorador intelectual infatigable el sociólogo ejemplar el amigo. A los gestos y expresiones de Jeannette Abouhamad en una clase magistral.

Un sinnúmero de metáforas se ha empleado para caracterizar el papel de los medios en la sociedad: el espejo y la ventana empiristas, la barrera apocalíptica, el intérprete semiótico, el filtro de los críticos y hoy día, con aires de actualización, la superautopista de los planes estatales, entre otras. Las metonimias tampoco han estado ausentes, con la denominada sociedad de la información y del conocimiento. De manera ramplona podemos decir que, según la metáfora de la mediación, los medios de comunicación ocupan un lugar entre nosotros y otras personas y objetos en el espacio y el tiempo. En este caso, estamos hablando de una mediación entre otras mediaciones. Sin embargo, no se puede decir que exista un modelo o concepto unívoco de mediación. La metáfora aludida parece connotar varias cosas. Existen distintos enfoques que emplean dicho concepto, con denomi-

39

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

nadores comunes, pero que tienen planteamientos que pueden ir por caminos diferentes y que poseen presupuestos epistémicos divergentes. La utilización de la categoría mediación no significa que se defina el objeto comunicacional en iguales términos. En el campo de la comunicología, la torre de Babel parece tener infinitos pisos. Es incomparablemente más alta que la torre de Pisa, pero con una fuerte infraestructura. Todo parece indicar que no se desplomará. Los enfoques que emplean el concepto de mediación intentan abordar el objeto comunicacional en su rica complejidad. Si bien el investigador puede asumir una perspectiva «crítica», no lo hace subestimando al receptor o sobreestimando el poder de los medios. No se parte del ideologismo característico de las visiones críticas, ni de posturas «mediacentristas». Si la mayoría de las perspectivas que analizaremos aquí hablan de mediación (de los medios) entre otras mediaciones (de otras instituciones sociales), un autor como McQuail (1991) desestima el papel que las experiencias alternativas a los medios puedan tener para la mayoría de la gente. En todo caso se trata de un caso marginal. Para la mayoría de estos enfoques los medios de comunicación no monopolizan todas las posibilidades de adquisición de conocimiento y experiencia. Como podemos recordar el «mediacentrismo» es una forma de determinismo tecnológico que hace que el análisis tenga como punto de partida y como eje el instrumento, el aparato comunicativo o «medio». Pues bien, estos enfoques de las mediaciones critican y se desmarcan del mediacentrismo. Esencialmente, coinciden con ciertos supuestos de la teoría de las representaciones sociales. Sobre estas sugestivas articulaciones teóricas y los encuentros transdisciplinarios aludidos trabajamos en un artículo reciente (Colina, 2000). Entre los diversos fundamentos de algunos de estos enfoques 1 encontramos ciertos elementos conceptuales de la teoría de la estructuración de Giddens (1995) que, en todo caso, nos interesa rescatar aquí.

ELEMENTOS

DE LA TEORÍA DE LA ESTRUCTURACIÓN

La teoría de la estructuración reconceptualiza como dualidades una serie de oposiciones de otras escuelas del pensamiento social, como la existente entre la macrosociología y la microsociología. Por ejemplo, el dualismo de individuo y 1

40

Podemos mencionar, particularmente, el trabajo de Sánchez Ruiz (1994) y el de Orozco (1994).

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

sociedad lo reconceptualiza como la dualidad entre el obrar y la estructura (Giddens, 1995:193). Las estructuras mediadoras, como todas las estructuras, no sólo son constrictivas, también son habilitantes. No sólo limitan ciertos cursos de acción, también posibilitan otros. Verbigracia, el capital cultural (Bourdieu, 1991) de los estratos bajos de la población puede limitar en determinados ámbitos pero les permite estrategias de supervivencia en ciertos medios en donde otros sucumbirían. El capital cultural de un «tercermundista» lo puede aventajar con respecto a los turistas del hemisferio norte cuando visita un país «tercermundista». Recuerdo mi viaje a Marruecos y mi experiencia previa en el terreno de la inseguridad ciudadana y en el regateo, que practicaba en mi adolescencia en un barrio de Caracas con marcada influencia árabe. La teoría de la estructuración pretende echar abajo el dualismo y romper con cierta tradición ligada al estructuralismo y al funcionalismo, sin asumir de manera parcelada la hermenéutica o alguna forma de la sociología comprensiva. No abraza el objetivismo, pero tampoco el subjetivismo. Ni la estructura alcanza la primacía sobre la acción, ni la acción y el sentido adquieren el primado sobre la estructura. Ni imperialismo del objeto social 2 , ni imperialismo del sujeto. La ruptura de la polaridad pretende abarcar la complejidad de los procesos sociales. En esta perspectiva agentes y estructuras se constituyen de manera interdependiente. En este sentido el concepto de dualidad de estructura resulta útil para comprender la mediación comunicativa: «las propiedades estructurales de los sistemas sociales son tanto un medio como un resultado de las prácticas que ellas organizan de manera recursiva» (Giddens, 1995:61). La mediación comunicativa alude por una parte a una estructura o factor interviniente en un proceso y, por la otra, a una acción o conjunto de acciones, más o menos conscientes por parte de los sujetos. En lo que se refiere a la teoría de la comunicación o a teorías globales del sentido, se pretenden evitar «dos formas de reduccionismo». No se parte exclusivamente ni de la intención comunicativa, ni del ordenamiento 2

No se exagera, como lo hacen el funcionalismo parsoniano y el marxismo althusseriano, el grado en que las obligaciones normativas son internalizadas por los individuos. Los seres humanos son agentes inteligentes que registran reflexivamente el fluir de su propia

41

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

estructural del sistema de signos3 . La teoría de la estructuración atribuye interés e importancia equivalente a esas dos formas: «El concepto de comunicación, en tanto elemento general de una interacción, es más extenso que el de intención comunicativa (o sea, lo que un actor ‘quiere’ decir o hacer)» (Giddens, 1995:65). Los signos existen como el elemento y el resultado de procesos comunicativos de interacción. La significación es sólo una de las tres dimensiones estructurales de los sistemas sociales. Las otras dos son la legitimación4 y el poder5 . Este último tiene un influjo general sobre la vida social. Es algo inherente a una asociación social o a una acción humana como tal. Para Giddens el poder no se puede pensar sólo en los términos de una asimetría de distribución, ni como algo intrínsecamente negativo o como la mera capacidad de decir no: «Es el medio de obtener que se hagan cosas y, como tal, está directamente envuelto en la acción humana» (Ídem: 309). Lúcida elucidación que se distancia de la noción de poder de ciertos intelectuales «críticos». El núcleo de la teoría de la estructuración está constituido por los conceptos de estructura, sistema y dualidad de estructura, explicados anteriormente. Las estructuras son «conjuntos de reglas-recursos que intervienen en el ordenamiento institucional de sistemas sociales» (Giddens, 1995:396). La estructura alude a los aspectos más duraderos de los sistemas sociales. Las reglas sociales son fórmulas, técnicas o procedimientos generalizables de acción, aspectos de una praxis. Las primeras van desde las intensivas, tácitas, informales y de sanciones débiles, hasta las superficiales, discursivas, formalizadas y de sanciones fuertes. En la acción cotidiana, el agente toma en consideración su propia conducta, pero también la de otros. Es el llamado registro reflexivo de la acción. Los actores también tienen una comprensión teórica de los fundamentos de su actividad. Es la denominada racionalización de la acción6 . Empero, «mientras que actores competentes casi siempre pueden ofrecer un 3 4

5

6

42

Los que privilegian este elemento relegan la intención comunicativa a un lugar marginal. En el orden institucional se traduce en las instituciones jurídicas. En el plano teórico, en la teoría de la regulación normativa. El autor utiliza el término dominación. Nosotros lo reemplazamos por el de poder, porque el primero puede vehicular connotaciones que no corresponden al concepto. «Como ya indiqué, tener esa comprensión no se debe asimilar a aducir discursivamente

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

informe discursivo sobre las intenciones y las razones de su actuar, no necesariamente podrán aducirlo sobre sus motivos» (Ídem: 44). Los motivos denotan un potencial de acción, los deseos que la catalizan, pero generalmente de manera indirecta. Aquí se entra fundamentalmente en el terreno del inconsciente. El autor propone una nueva tríada que sustituya a la tradicional freudiana; conciencia discursiva, conciencia práctica y motivos/cognición inconscientes. Entre conciencia discursiva 7 y conciencia práctica no hay una separación rígida, pero sí una diferencia entre lo que se puede decir y lo que en general simplemente se hace. El saber8 de la conciencia práctica no se puede expresar discursivamente, pero no por alguna barrera de represión como ocurre con lo inconsciente. El entendimiento de los actores se funda menos en una conciencia discursiva que en una conciencia práctica. Ahora bien, el saber convencional de los actores, minucioso e incalculable, es un elemento constitutivo del diseño estructural de la vida social. Si bien, de acuerdo con la teoría de la estructuración, los actores sociales saben mucho sobre las condiciones y consecuencias de su obrar, ese entendimiento 9 se encuentra acotado por el inconsciente, por las condiciones inadvertidas y por las consecuencias no buscadas de la acción. La conducta intencional puede incluir consecuencias no buscadas: «El fluir de una acción produce de continuo consecuencias no buscadas por los actores, y estas mismas consecuencias no buscadas pueden dar origen a condiciones razones para cada uno de los ítems particulares de la conducta, ni tampoco a la capacidad de especificar esas razones discursivamente. Pero agentes competentes esperan de otros – y este es el criterio principal de competencia que se aplica en una conducta cotidiana– que, si son actores, sean por lo común capaces de explicar, si se les pide, casi todo lo que hacen» (Giddens, 1995:43). 7

«Todo actor social competente, se podría agregar, es ipso facto un teórico social en el nivel de una conciencia discursiva y un ‘especialista metodológico’ en los niveles de la conciencia discursiva y una conciencia práctica» (Giddens,1995:55). Los seres humanos teorizan sobre su acción. No obstante, según este autor, el grueso del saber que los actores poseen y aplican en la producción y reproducción de los encuentros cotidianos es más práctico que teórico.

8

Tanto en la conciencia discursiva como en la conciencia práctica se refiere a lo que los actores saben o creen saber de las condiciones sociales, incluidas, especialmente, las condiciones de su propia acción.

9

El actor sabe que un acto tendrá una particular cualidad y resultado, y utiliza ese saber

43

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

inadvertidas de la acción en un proceso de realimentación» (Giddens, 1995:63). Pero volvamos ahora, luego de esta necesaria digresión conceptual –en la búsqueda de filones y vetas–, a los enfoques específicos de las mediaciones.

LAS

MEDIACIONES

Hay un denominador común a los investigadores que trabajan con el concepto de mediaciones –que nos interesa rescatar aquí– y es precisamente la concepción de la comunicación como un objeto complejo y multidimensional. Ya se hable simplemente de mediaciones (Martín Serrano, 1985), haz de mediaciones (Sánchez Ruiz, 1994)10 , mediación múltiple o multimediaciones (G. Orozco, 1994), la multicausalidad siempre estará presente en los procesos comunicacionales. Numerosos procesos intervienen, influyen, configuran, orientan y median la existencia de los fenómenos sociales. Nunca un investigador podrá reproducir todas esas determinaciones mediadoras. Si un objeto es multidimensional tendrá múltiples aspectos o ángulos desde los cuales se le puede aproximar, sin agotar su riqueza. El «ángulo de análisis» es el énfasis colocado en un aspecto determinado. Sin negar la importancia de una visión holística, los análisis parciales y modestos suelen ser pertinentes. Para Sánchez Ruiz (1994) el concepto de mediación posee una «dualidad complementaria». Por una parte, alude a un factor de determinación interviniente en un proceso y, por la otra, a una acción o conjunto de acciones, más o menos conscientes por parte de los sujetos. Para casi todos los autores la mediación implica simultáneamente determinación estructural y la acción intencional de los sujetos. La mediación connotará también, entonces, «intervención» y/o «intermediación». En nuestra perspectiva reconocemos las constricciones de las macro y microestructuras, pero también la agencia de los sujetos. La redefinición del concepto de hábitus –que lo cimienta sobre el concepto de probabilidad– nos permite eludir tanto el estructuralismo purista como el subjetivismo racionalista. 10

44

«[A] cada dimensión corresponde un tipo de mediación, o mejor dicho, un haz de mediaciones que hay que analizar a diversos niveles (de generalidad, de temporalidad)»

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

La comunicación es ciertamente un fenómeno multimediado que abarca varios momentos, escenarios y negociaciones e incluye diferentes dimensiones. La recepción es un fenómeno continuo, complejo y contradictorio que sobrepasa a la mera exposición a los medios. En Latinoamérica, el caso de la mediación como concepto analítico estará ligado a los estudios de recepción televisiva. Según Nilda Jacks (1994), en la región las principales tendencias en los estudios de recepción son cinco: 1. el consumo cultural (N.G. Canclini), 2. los frentes culturales (Jorge González, investigador ligado al Programa Cultura de la Universidad de Colima, México); 3. la recepción activa (Centro de Indagación y Expresión Cultural y Artística –CENECA– de Chile); 4. el uso social de los medios (Martín-Barbero), y 5. el modelo de las multimediaciones (G. Orozco)11 . En un trabajo reciente, Orozco (2000:77-82) no difiere mucho de la panorámica planteada por Jacks. Enfatiza el papel de México y del Programa Institucional de Investigación y Prácticas Sociales de la Universidad Iberoamericana, desde finales de los años ochenta hasta 1996. Además, señala las aportaciones de Perú, Argentina, Colombia, Brasil y, especialmente, el Uruguay de Kaplún. En nuestro trabajo discutiremos las dos últimas tendencias enumeradas por Jacks, con el objeto de incorporar algunos elementos teóricos. Pero antes de ello, retomaremos la perspectiva sistémica de Martín Serrano, de la Facultad de Ciencias de la Información de Universidad Complutense de Madrid.

LA

TEORÍA DE LA MEDIACIÓN SOCIAL

Manuel Martín Serrano (1982, 1986) concibe tres sistemas abiertos e interdependientes: el sistema de comunicación, el sistema social y el sistema de referencia. La interdependencia y apertura no quiere decir, sobre todo para los dos primeros, que carezcan de autonomía. Por el contrario, poseen capacidad de autorregulación y sus propios componentes cognitivos, organizativos y materiales. Por una parte, encontramos las intervenciones y mediaciones originadas en el sistema social, que controlan a cada uno de los componentes del sistema comunicativo y el sistema en su conjunto (Umwelt). Son todas aquellas prácticas personales e institucionales que afectan globalmente al sistema de comunicación 11

Autores como James Lull, K.B. Jensen y Guillermo Orozco se ubicarían para algunos en un

45

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

o a alguno de sus componentes, a saber: actores, instrumentos, expresiones, representaciones. Por otra parte, en sentido inverso, el autor habla de la mediación de la comunicación o de las mediaciones comunicativas, en la que incluye aquellas intervenciones que afectan al sistema social. El sistema de comunicación puede emplearse como interventor que controla el funcionamiento de alguna institución. Se «interviene» sobre las necesidades, los valores y, en general, sobre los modelos del mundo. La teoría de la mediación social12 pretende ofrecer un nuevo objeto: el estudio de la producción, transmisión y utilización del sentido, a partir del análisis de los modelos culturales y de sus funciones. Según esta teoría la cultura ha sido utilizada como procedimiento de dominación intersocietal (transculturización) y en los procesos de control social, mediante la propuesta de una visión del mundo preestablecida, «para influir sobre la conciencia de las personas» (Martín Serrano, 1985:142). En el artículo citado, Martín Serrano aplica el análisis de la mediación al estudio concreto de los medios de comunicación de masas, «instituciones mediadoras muy importantes, aunque no sean las únicas en las sociedades actuales» (Ibidem). En esta línea de ideas los emisores eligen determinados objetos de referencia en el marco del acontecer público. El producto comunicativo incluye determinados datos de referencia acerca de esos objetos. Estos datos se relacionan conceptualmente entre sí, constituyendo relatos. Además, los datos se expresan en determinado soporte material: «Estas tareas comunicativas de los MCM son operaciones de mediación» (Ídem: 143). Los temas de referencia de los medios se originan en las transformaciones del entorno social; en ese sentido, el hacer de los medios de comunicación de masas depende del cambio social: Funcionalmente, los medios identifican los cambios del entorno, Institucionalmente, la supervivencia de cada medio se relaciona con la dirección del cambio societal. Los medios establecen marcos de referencia para que los agentes sociales, 12

46

M. Martín Serrano ha estudiado la mediación en varios textos; desde la formulación de su importancia como objeto, hacia 1970 (Francia, L’ordre du monde à travers la TV), pasando por La mediación social (1977), hasta La producción social de comunicación (1986), y

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

incluidos ellos mismos, se sitúen ante el cambio. Esta labor supone el desempeño de una doble mediación: – La propuesta de un marco de referencia innovador o conservador para evaluar lo que acontece, en sus dimensiones éticas, sociales, políticas, institucionales. – La adopción de un marco de referencia tradicional o renovador para asumir su propia función mediadora, en sus dimensiones comunicativas y tecnológicas ( Ibidem: 145).

Existen dos tensiones que afectan a la comunicación social: 1.

Entre la producción ininterrumpida de nuevos aconteceres y la reproducción normativa y valorativa que algunos grupos tratan de preservar (acontecer/creer)

2.

Entre la imprevisibilidad del acontecer y la previsión necesaria para la programación de la manera de informar propia de cada medio (acontecer/prever).

Ambas tensiones requieren mediaciones interdependientes pero diferenciables: 1. Una mediación cognitiva que «está orientada a lograr que aquello que cambia tenga un lugar en la concepción del mundo de las audiencias, aunque para proporcionarle ese lugar sea preciso intentar la transformación de esa concepción del mundo» (Ídem: 146). Esta mediación opera sobre los relatos, ofreciendo modelos de representación del mundo. Es una tarea mítica13 , que ofrece seguridad por la reiteración de los datos de referencia familiares en el relato de lo que ocurre. La mitificación se adelanta funcionando con la dimensión novedad/banalidad de los relatos. Las características expresivas de los datos de referencia son distintas según sea la naturaleza tecnológica del medio. Una nueva mediación cognitiva se produce por las diferentes formas de vincular a los datos de referencia, en el caso en el cual se incluyan datos idénticos. 2. Una mediación estructural que está basada en el uso expresivo del medio, y por ende, depende en gran medida de sus características tecnológicas: «Está 13

Al igual que los mitos, el relato de los MCM vincula la dimensión histórica del acontecer

47

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

destinada a conseguir que aquello que irrumpe sirva para realimentar las modalidades comunicativas de cada medio productor» (Ibidem). Esta mediación opera sobre los soportes, ofreciendo a las audiencias modelos de producción de comunicación. Es una labor ritual14 que ofrece seguridad por la repetición de las formas estables del relato. La ritualización se adelanta técnicamente operando con la dimensión relevancia/irrelevancia en la presentación de los datos de referencia. Un ejemplo de mediación estructural es la inclusión de una determinada información en una u otra sección de un periódico, lo cual implicará la selección y exclusión de determinados datos de referencia. Ello determinará la objetividad, pertinencia y completitud que posee la información. Las dos grandes actividades mencionadas anteriormente proporcionan «una identidad de referencia al grupo, preservando su cohesión de los efectos disgregadores que tiene el cambio social» (I bidem: 146-7). A todo esto subyace el juego entre redundancia/información que se descubre al analizar toda estrategia comunicativa. Existen innumerables mediaciones que se interponen entre lo que acontece o no acontece, y la representación que el receptor elabora. Las mediaciones de los MCM se integran en un marco de referencia más amplio que incorpora la actividad de otros agentes (interventores). Los actores pertenecen al Sistema de Comunicación (SC), mientras que los agentes forman parte del Sistema Social, desde cuyas instituciones afectan al SC. Para Martín Serrano la terminología funcionalista confunde los actores «Ego» y los interventores en un único concepto. La institución mediadora u otros agentes sociales (agencia de noticias, consejos de redacción, censores, etc.) seleccionan algunos aconteceres para hacerlos públicos. Los actores «Egos» de la comunicación1 5 median a la misma: el periodista, ciertos «informantes» de un suceso. Los interventores controlan la comunicación, es decir, determinan la producción comunicativa de «Ego»; por ejemplo: organismo estatal de censura, el redactor jefe, etc. El acontecer público viene en una medida impuesto por los sucesos que emergen, y en otra por la selección de aconteceres que acomete cada medio: 14

48

Se incorpora lo que cambia a un modo preestablecido de hacer. Se informa sobre lo que acontece respetando los modelos de producción de comunicación propios de cada medio.

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

«en el trabajo de los MCM existe una gran interdependencia entre la producción de este acontecer público y las tareas de mitificación y ritualización» (Ídem: 161). El sujeto elabora modelos individuales de representación en los que incorpora datos de referencia proporcionados por los MCM y otros datos de diversos orígenes: En la representación subjetiva del acontecer participan los datos (verdaderos, falsos, supuestos) que cada persona posee a propósito de ese referente, y entre todos ellos, precisamente aquellos que convienen a sus necesidades, expectativas, intereses y motivos más o menos conscientes (Ídem: 151).

Los MCM afectan a los procesos cognitivos de las audiencias, ofreciéndoles en sus relatos modelos de representación del mundo16 . Pero en la tarea de generar las representaciones colectivas, comparten la labor con otras instituciones mediadoras, sobre todo aquellas que se ocupan de la enculturización, como la familia y la escuela. Evidentemente, también participan los relatos transmitidos oralmente: «No obstante, los MCM van asumiendo progresivamente un papel predominante como fuente de representaciones colectivas a propósito del entorno social» (Ídem, 1985:154). El producto comunicativo puede definirse sea desde un punto de vista representacional, sea material. En el primer caso, consiste en un repertorio de datos de referencia relativos al acontecer. En el segundo, constituye un conjunto de expresiones plasmadas espacio-temporalmente en determinados soportes. Para el análisis de los datos de referencia se cuenta con la técnica de análisis de contenido que el autor propone denominar «métodos de análisis de representaciones del relato». Las técnicas denominadas de análisis formal se abocan al estudio de la materialidad del producto comunicativo17 . El análisis de las representaciones del relato permite identificar la manera en la que el medio adelanta su tarea mitificadora cuando relaciona el relato con las normas. Se acepta la posibilidad de elaborar diferentes diseños de análisis de acuerdo con los distintos planteamientos teóricos, pero se propone un modelo 16

«Dicha actividad mediadora cumple una importante Función Social: sirve para restaurar a nivel de las representaciones un ajuste entre los sucesos y las creencias, consonancia permanentemente deteriorada, tanto por el cambio de la realidad circundante como por

49

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

canónico en específico, que no reproduciremos aquí. Como hemos observado, mediación significa aquí selección, y elección en distintos momentos y niveles. En el seno del sistema comunicativo los distintos actores e instituciones acometen operaciones de selección. Las diferentes instancias de emisión eligen determinados aconteceres, algunos datos de referencia y su forma de ordenación. Por otra parte, la mediación siempre es mediación entre otras mediaciones, entre otras instituciones sociales que también se dedican a la enculturización. Manuel Martín Serrano entroncó parcialmente sus tesis con el nuevo paradigma científico al buscar nutrirse de otras ciencias, diferentes de las típicamente humanísticas. Luego de la puja por definir una identidad propia, la ciencia social comprendió que podía abrevar en otras disciplinas. No obstante, este autor ha permanecido preso en la ciencia clásica en sus intentos y llamamientos a favor de una disciplina especializada. Al contrario de otros autores, Martín Serrano emplea brillantemente un concepto no mecánico de sistema. Un componente pertenece al mismo si afecta directamente al menos a uno de sus constituyentes, al resto podrá influenciarlos indirectamente. Por otra parte, la incidencia podrá manifestarse en otro momento. Empero, su concepto de sistema tiene una matriz positivista-empirista. La «realidad» tendría o no un carácter sistémico y, dependiendo de ello, se podría aplicar el análisis sistemático. No se alude a la actividad objetivadora del sujeto epistémico y a la distinción que constituye a los sistemas. Manuel Martín Serrano supera los enfoques reduccionistas y deterministas que veían en el sistema de comunicación un mero reflejo de los procesos y estructuras económicas. De esta manera, define el sistema de comunicación como un sistema relativamente autónomo, vale decir, como una «realidad» que posee capacidad de autorregulación y sus propios componentes cognitivos, organizativos y materiales. Por otra parte, se aproxima a un atinado concepto de Sistema de Comunicación Pública. Esto, si retomamos sus elementos esenciales: la especialización y la 17

50

«[El] análisis material y formal de las expresiones y de los productos comunicativos permite investigar la manera en la que el medio realiza su trabajo de ritualización, dando noticia del acontecer en los marcos prescritos por el diseño del periódico o la progra-

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

institucionalización. Además de ello resulta acertada su ubicación contextual, societal e histórica. Otros elementos serían desestimables, verbigracia la asimilación de la información a las noticias 18 y, en cierta medida, todo lo que tiene que ver con la asignación de lo masivo como característica de los sistemas de comunicación públicos del «capitalismo». Conocemos ya los problemas que se confrontan al tratar de utilizar el concepto de medios de comunicación de masas a las innovaciones de las últimas décadas. No obstante, el autor reconoce que en su «fase monopolística» el sistema institucional de comunicación sufre procesos de ajuste. Esa reorganización interna afecta a las tecnologías, a la organización y a las ideologías. La comunicación pública presupone que se está tratando «una información que afecta a la comunidad en su conjunto y como un conjunto» (Martín Serrano, 1986:72). Esta afirmación le pone cotos a la categoría si se toman en cuenta las tecnologías de la información y la comunicación, y los procesos sociales concomitantes: la fragmentación y la segmentación de las audiencias. Los canales temáticos conspiran contra el gran público. En su crítica a la Escuela de Palo Alto19 , Martín Serrano explicita acotaciones básicas, pero de relevancia singular. Si bien es cierto que en la comunicación se maneja información, no toda la información la alcanzamos por vía comunicativa: « La información nos llega por la observación de las cosas, por la reflexión acerca de las cosas, por la práctica de las cosas y por las referencia que otros hacen a las cosas, sólo la última forma de adquisición sigue una vía comunicativa» (Martín Serrano,1982:62. Subrayado nuestro). Para Martín Serrano la Escuela de Palo Alto confundió información y comunicación. No obstante, la distinción fundante de la teoría serraniana es lábil y esquemática. Nos referimos a aquella que se establece entre comunicación y coactuación, entre actores de la comunicación y agentes sociales, entre el Sistema de Comunicación y el Sistema Social. Existirían así formas de interacción social no comunicativas. Empero, sobran los ejemplos con los cuales se puede refutar esta tesis. La comunicación es un proceso que

18

Los sistemas de comunicación especializados e institucionalizados vehiculan otro de tipo de expresiones o mensajes, a veces de manera preponderante. Es el caso de los mensajes clasificados bajo la noción de entretenimiento.

19

No compartida por quién escribe, pero que reconoce las aportaciones de Serrano en la

51

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

atraviesa todas las prácticas sociales: «no es un tipo de práctica correspondiente a un nivel de la realidad sociocultural, sino una variable constitutiva de todos los niveles, un mecanismo de interacción transversalmente presente en todas las prácticas» (Citado por Fuentes, 1995:55-56). La fragilidad de la distinción fundante del enfoque se evidencia en estas líneas del mismo autor: «Cada vez más, la infraestructura comunicativa, educativa y productiva se está integrando en un único macrosistema, por el que pasa la información de uso privado y público; la destinada a producir, a informarse, a aprender y a recrearse» (Martín Serrano, 2000:48). La demarcación entre interacciones que recurren a la energía (coactuación) y aquellas otras que apelan al uso de información (comunicación) es hoy día un problema aún más insoluble. ¿Pueden diferenciarse aquí, de manera diáfana, unas actividades que informan sobre el estado de cosas de otras acciones que las organizan, manipulan y transforman? Podemos decir que la teoría de la mediación social reformula el papel de los medios de comunicación en la sociedad. Estos últimos comparten su tarea enculturizadora con otras instituciones mediadoras como la escuela, la familia y las instituciones religiosas. El autor esboza una relación fundamental y problemática, a saber, la que existe entre la comunicación y la cultura. Con el objeto de complementarla e ilustrarla, podríamos apelar a lo planteado por Eco (1981) cuando diserta sobre el umbral de la semiótica. Dicho autor establece dos hipótesis, una más radical –una especie de exigencia no negociable de la disciplina– y la otra, aparentemente más moderada: «Las dos hipótesis son: a) Toda cultura se ha de estudiar como un fenómeno de comunicación; b) Todos los aspectos de una cultura pueden ser estudiados como contenidos de la comunicación» (1981:33-34). Según estas hipótesis todos los fenómenos culturales pueden convertirse en objetos de comunicación y cualquier aspecto de la cultura puede transformarse en una unidad semántica. Los medios comparten con otras instituciones mediadoras el trabajo de generar representaciones colectivas; no obstante, ocupan progresivamente un lugar preponderante en esa tarea. Resulta fundamental que además de las representaciones colectivas se hable de modelos individuales de representación. La mediación cognitiva está centrada en la ideología; los medios ofrecen o proponen «modelos de representación del mundo» o marcos de referencia para ubicar los aconteceres. En este sentido, el enfoque suscribe una visión dicotómica;

52

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

los marcos o modelos serán alternativamente tradicionales o renovadores. En los textos citados no se detallan las diferencias entre representación, mito e ideología. A lo difundido por los medios se le atribuyen funciones que son características de todas las representaciones sociales, verbigracia, aquellas que se logran a través del anclaje o las que permiten la cohesión e identidad grupal. Dentro de un proceso de búsqueda que se ha producido en América Latina, el concepto de mediación y la denominada teoría de la recepción han jugado un papel fundamental. En la región asistimos al declive de las concepciones teóricometodológicas tradicionales y a la creciente exploración de nuevos caminos.

M EDIACIONES

Y RECEPCIÓN TELEVISIVA

En Latinoamérica, el uso de la mediación como concepto analítico ha estado ligado a los estudios de recepción televisiva. La audiencia como ente participante emergió de la comprensión académica y se expandió durante la segunda mitad de la década de los ochenta20 . La televidencia se comenzó a concebir como un proceso de interacción y negociación, donde están presentes la ambigüedad, la resistencia y la contradicción. No obstante, cabe aclarar que la preocupación por los procesos de recepción tiene antecedentes más remotos. Podemos citar aquí las investigaciones sobre efectos, la indagación sobre los usos y gratificaciones de los medios, los estudios literarios y la corriente culturalista inglesa. Algunos autores afirman, al parecer acertadamente, que no existe, en rigor, una teoría comunicacional de la recepción. No se presenta como un desarrollo orgánico de tesis. El propio Orozco, si bien señala que podemos hablar de fertilidad y efervescencia en estos estudios, los ubica en un «subcampo» (2000:71). Estos enfoques aportan tanto respuestas como interrogantes y vacíos. Incluyen una variedad significativa de estudios que «se han nutrido de influencias teóricas como los cultural studies, el último Wittgenstein, la pragmática de Oxford, algunos planteamientos de Bourdieu, el modernismo de Habermas, los pensamientos de Foucault o de Deleuze, entre otros» (Herrán, 1994:32). El común denominador de esta visión es la ruptura con 20

Algunos libros, como Seaking the Audience (Ang, 1991), y artículos como «Five traditions in search of the audience» (Jensen y Rosengreen, 1990), son ejemplos clásicos en la literatura internacional sobre estudios de TV que abordaron con seriedad a los receptores.

53

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

los planteamientos mecanicistas y deterministas anteriores. Como podemos constatar, sus vetas son ricas y copiosas. Este enfoque produce una ruptura epistemológica con el paradigma pospositivista y, en un nivel inferior, con la teoría de los efectos fuertes de los medios, prevaleciente hasta finales de los años 70. Esta última corriente se nutría de la psicología conductista y de la sociología funcionalista estadounidense (Hernández, 2000:66). Los Estudios de la Recepción Televisiva (ERT) se presentan también como un intento por integrar y superar, en ciertos aspectos, los enfoques de otras teorías de la recepción Desde sus inicios, un asunto central de los ERT ha sido la relación entre la recepción televisiva y la educación formal e informal, los «efectos» pedagógicos de la TV y la educación para la recepción. Otros temas se vinculan con la interacción de las audiencias con algunos géneros programáticos televisivos específicos, como las telenovelas, las noticias y los talk show. El tópico de la violencia también ha adquirido relevancia en la región y, en general, el abordaje de audiencias específicas: niños, jóvenes, mujeres, campesinos, minorías y lo casos de algunas manifestaciones de la cultura popular (Orozco, 2000). Para la denominada teoría de la recepción, en el proceso de comunicación, la recepción es un fenómeno continuo, complejo y contradictorio que sobrepasa a la mera exposición a los medios. Estamos hablando de un proceso que antecede y prosigue el tiempo de estar frente al aparato. El receptor está condicionado social y culturalmente antes de exponerse a un determinado medio. Al interactuar con el medio cuenta con una serie de actitudes, ideas y valores y un repertorio cultural. Entre emisor y receptor se produce una interacción y una negociación. Se trata de un proceso multimediado por innumerables agentes y situaciones. Los receptores participan en la producción de sentido a partir de sus referentes particulares.

EL

MODELO DE LA MEDIACIÓN MÚLTIPLE

El modelo de las multimediaciones fue concebido por Orozco y desarrollado en el Programa Institucional de Investigación en Comunicación y Prácticas Sociales (ProIICOM) de la Universidad Iberoamericana en México. Guillermo Orozco (1994b) enmarca la discusión dentro de la tendencia de los estudios críticos de audiencia

54

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

(Critical Audience Research). A él le interesa fundamentar epistemológicamente y dar cuenta de la intermediación de diversos elementos, niveles y roles en la interacción audiencia-TV. La audiencia está conformada por un conjunto segmentado de sujetos socioculturalmente ubicados, capaces de realizar distintas televidencias. Orozco pretende esbozar una dialéctica de la recepción que enmarque el juego de diferentes mediaciones (macro, micro e intermedias) en el proceso de la recepción televisiva: Mi propuesta involucra, y a la vez trata de integrar en función de la recepción televisiva, la teoría de la estructuración de Giddens (1984), la teorización de la mediación cultural de Martín Barbero (1986), y mi propia conceptualización de la recepción y las mediaciones en su proceso, a partir de mi trabajo empírico con teleaudiencias (Orozco, 1992). Todo esto con el propósito de avanzar en la construcción de lo que Jensen (1987) llamó un enfoque integral de la recepción (Orozco, 1994b:72).

Para Orozco la mediación es un «proceso estructurante» que modela tanto la interacción de los miembros de la audiencia con los medios, como la generación por parte de los mismos del sentido de esa interacción. La mediación se manifiesta por medio de acciones y del discurso, pero ninguna acción singular o significado particular constituye una mediación como tal: La mediación parece ser un proceso estructurante más complejo y difuso, diferente de la suma de sus componentes; no debe entenderse como un objeto de observación, sino como algo similar a la clase social, que más que verse se infiere (Orozco, 1994:74).

El autor construyó una tipología de categorías de mediación que incluye cuatro grupos: la individual, la situacional, la institucional y la videotecnológica. Es importante acotar que la cultura impregna a todas ellas.

1. La mediación individual El sujeto es considerado como poseedor de un desarrollo cognoscitivo y emotivo específico o como sujeto social y cultural. La «agencia» del sujeto social-individual se desarrolla en diferentes escenarios. La mediación cog-

55

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

noscitiva es la mediación individual principal y alude al resultado derivado de esa estructura mental a través de la cual el sujeto conoce: «esquemas mentales», «repertorios o textos», o «guiones». El género sexual del sujeto conforma otra fuente de mediación, para algunos genética, para otros cultural. La edad es una mediación cuya naturaleza está también sujeta a debate. Por último podemos mencionar la etnicidad, que puede relacionarse con las condiciones socioeconómicas y políticas cuando se le asocia a grupos minoritarios. Ahora bien, todas las mediaciones individuales deben comprenderse como pertenecientes a medios culturales concretos.

2. La mediación situacional Este tipo de mediación se multiplica de acuerdo con los diferentes escenarios en los cuales se desarrolla la interacción TV-receptores. Cada escenario incluye posibilidades y limitaciones que no se circunscriben a lo meramente espacial. No obstante, el hogar es el lugar privilegiado en donde se producen primero las negociaciones y las apropiaciones. A esto hay que agregar los escenarios donde la audiencia interactúa usualmente: la escuela, la calle, las reuniones con los amigos, el lugar de trabajo, la iglesia, las juntas de barrio. Es importante determinar el patrón de comunicación familiar mientras se observa la TV, por ejemplo la denominada «politics of the living room». El estar solo o acompañado es un factor que se considera aquí.

3. La mediación institucional La agencia de los miembros se encuentra mediada por las diversas instituciones en las que participa. Cada institución crea su propia subcultura por medio de la cual realiza su mediación: Las instituciones utilizan diversos recursos para implementar su mediación. El poder y las reglas son algunas estrategias, así como los procedimientos de negociación; las condiciones materiales y espaciales también sirven a las metas institucionales. La autoridad moral y académica son otros recursos (Orozco, 1994b:79).

La mediación institucional no es un proceso estructurador monolítico, ya que los individuos pueden percibir que las mediaciones institucionales

56

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

son contradictorias o neutralizantes entre sí.

4. La mediación tecnológica Al ser un medio electrónico, la TV posee algunas características que constituyen una mediación particular. La pantalla chica media a través del uso de algunos mecanismos videotecnológicos, por ejemplo, el género televisivo, que tiene relación con un modo de estructuración del discurso y con su televidencia. En la perspectiva de la mediación múltiple, la interacción entre la TV y la audiencia emerge como un proceso complejo, contradictorio, multidimensional y multidireccional que abarca varios momentos, escenarios y negociaciones que trascienden la pantalla televisiva. Esta concepción se implantó no sin librar algunas luchas conceptuales. En la tradición positivista de los efectos de los medios, la recepción televisiva se reducía al tiempo específico en que una persona estaba ante la pantalla. Esta perspectiva enfatizaba sobre el momento de la exposición, hecho que conllevaba algunos límites en su práctica investigativa. Guillermo Orozco (1994a) analiza críticamente el denominado modelo de los efectos de los medios, predominante en el estudio tradicional de la recepción. Este modelo ha tenido una influencia sin igual en distintas comunidades científicas y entre los investigadores de mercado y planificadores, para quienes es clave indagar los resultados de las campañas de comunicación. Es una visión que se ha popularizado, especialmente entre padres y educadores. Afortunadamente, muchos investigadores de la comunicación lo consideran anacrónico. Durante ya más de tres décadas de investigación sobre los efectos de la TV, el interés original dinamizador de este tipo de estudios sigue prevaleciendo. La orientación es pragmática y las prioridades son económicas y tecnológicas. Generalmente la investigación depende de los intereses económicos de los consorcios televisivos. Lo importante es conocer si el mensaje ha sido recibido, si ha llegado con la menor distorsión posible a la audiencia. ¿Han logrado los patrocinadores sus objetivos económicos con los anuncios empleados en cada caso?

57

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

El enfoque de los efectos ha excluido la intencionalidad del emisor, pero la ausencia de una meta educativa o de aprendizaje específico no implica la ausencia de otras metas o que esa programación no responda a otra intencionalidad. Orozco plantea que el «mago de cara de vidrio» educa aunque no se lo proponga explícitamente. Los estudios sobre los efectos educativos de la televisión se limitan a estudiar el efecto producido por ciertos programas instructivos o culturales, en donde se puede medir la meta del aprendizaje propuesto –además del método y plan para alcanzarla–. En la programación comercial convencional no se pueden establecer fácilmente las metas, ni mucho menos evaluarlas. Este autor plantea la importancia de los efectos no buscados. Orozco analiza y discute críticamente las principales premisas epistemológicas del modelo de los efectos de los medios. Primera premisa: «La intencionalidad del investigador no afecta el conocimiento generado a través de la investigación».

Esta premisa es insostenible por dos razones que se explicitan a continuación: 1. La relatividad de la explicación. Cada pregunta tiene diferentes respuestas posibles dentro de un «espacio de contraste», pero sólo una corresponde al interés de la explicación. En el caso de los estudios de la TV, los mismos se circunscriben a ciertos efectos cognoscitivos y a una serie de elementos intrínsecos a la programación educativa, pero no se hace referencia a los efectos no intencionados: «La respuesta al porqué la TV es capaz de producir efectos, independientemente de si son buscados o no, queda pendiente» (Orozco, 1994a:25). En esta respuesta se deberían considerar aspectos estructurales de la televisión, como el tipo de control, las características de empresa, los condicionamientos políticos y las condiciones contextuales del televidente. 2. Existe una divergencia entre explicación y predicción. La investigación sobre los efectos cognoscitivos de la TV se desarrolló en un contexto económico, político y tecnológico que facilitó una práctica orientada principalmente a predecir y no a explicar. Pero «ni siquiera una predicción exitosa y repetible proporciona una información explicativa sobre el efecto previsto» (Orozco, 1994a:16). A veces se proveen razones, pero ello no 58

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

equivale a explicar un fenómeno. Segunda premisa: «Es posible entender los efectos de la TV sin considerar sus orígenes, desarrollo y determinaciones sociales».

Al partir del determinismo tecnológico, se atiende exclusivamente a las características técnicas del aparato. Esta TV sería la única posible y sería producto de una necesidad histórica. No obstante, ciertos condicionamientos sociales, políticos y económicos la definen en una forma específica. Por otra parte, sus contenidos y aspectos formales están influenciados culturalmente. Tercera premisa: «El impacto educativo de la TV es fundamentalmente en habilidades mentales ».

La investigación administrativa reduce la tradicional caja hertziana a sus aspectos técnicos y sus efectos cognoscitivos. Incidiría en las habilidades mentales y, a lo sumo, en la cantidad de información o conocimiento, pero no en los juicios, los valores y las significaciones. Empero, entender la educación como el mero desarrollo de habilidades y destrezas mentales es un enfoque limitado no sólo de la educación, sino también del proceso de enseñanza-aprendizaje. Pueden distinguirse por los menos tres ámbitos cognoscitivos afectados por la TV: habilidades (saber hacer), conocimiento (saber que) y creencias (creer en). A través de diversos mecanismos y recursos, la reciente caja digital logra hacer creíbles sus mensajes. Las noticias son producidas, vale decir, narradas. Una encodificación específica se desarrolla: La relación entre un programa y un televidente no es sólo de procesamiento de información. Esta relación implica una decisión del televidente de considerar como verdadero aquello que ve y consiguientemente creerlo. Ningún impacto de la TV es mecánico o automático debido sólo a una mera exposición de sus programas, sino que implica más bien una conquista por parte del emisor sobre el receptor para convencerle de la veracidad de los mensajes transmitidos y hacerle creer en ellos (Orozco, 1994a:21. Subrayado nuestro).

59

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

Por la inmediatez, la cara audiovisual coloca al televidente frente a los acontecimientos en el mismo momento en que están sucediendo. En muchos casos, por vez primera, por lo cual el televidente tiene pocos elementos de juicio para apreciar su veracidad. El discurso televisivo parece no ser tal en su supuesto papel de reproductor de lo real. Pensamos que en esta perspectiva muchas veces se exagera la racionalidad del actor que recibe el mensaje; por ejemplo, se insiste en hablar de las «estrategias» de recepción televisiva21 y, como vimos, la aceptación de la verdad de un mensaje pasa por una decisión del «alter». No se trata de pasar de la omnipotencia del emisor a la magnificación del poder del receptor. Quizá, aquí entra en juego una reflexión de Elizabeth Fox sobre los estudios televisivos en Lartinoamérica: Los investigadores latinoamericanos se han caracterizado por hacer uso de la palabra, en principio, mediante estudios de periodismo y desarrollo de la comunicación y, posteriormente, con trabajos sobre dependencia, democratización, cultura popular y movimientos marginales para apoyar y lograr objetivos de un mayor alcance para auditorios amplios y no sólo por lograr el propósito del conocimiento por el mismo [sic]. El nacionalismo, la defensa de patrones culturales, la búsqueda de justicia e igualdad social, al tiempo que la resistencia contra regímenes autoritarios han guiado buena parte de la investigación sobre medios y cultura formulada en la región. Esas mismas motivaciones han marcado la capacitación, la metodología de la investigación y la propia organización de las instituciones que la practican, contribuyendo a que la selección de escuelas, teorías, metodologías y referencias académicas se haga con demasiada carga emocional y por lo tanto, sea sometida a debate del mismo modo como puede ser la elección de un candidato, o bien, una ideología (Fox, 1995:62. Subrayado nuestro).

No pretendemos realizar un estudio exhaustivo del planteamiento de la recepción televisiva ni de la obra completa de Guillermo Orozco, investigador conspicuo de la región. Los textos se eligieron con el criterio de maximizar las articulaciones teóricas entre el planteamiento de las mediaciones y el subcampo de los estudios de recepción televisiva. En el Orozco que trabajamos abundantemente aquí no encontramos una adecuada conceptualización del nivel sociológico. Para Claudia Herrán (1994) –como 21

60

Véase De las mediaciones a las estrategias de recepción televisiva (Orozco, 1994b:83), y

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

para nosotros–, aquí podría jugar un papel importantísimo el concepto de hábitus de Pierre Bourdieu.

EL

CONCEPTO DE HÁBITUS

Esta categoría permite pensar los problemas en términos relacionales. A pesar del reconocimiento de la mediación social de la acción, en los textos analizados el enfoque de Orozco enfatiza el papel individual jugado por el sujeto. La acción social pasa a ser decisionista: es el sujeto, en un proceso controlado, el que finalmente decide sobre su acción. Esta capacidad racional, libre y discrecional no toma en cuenta que el individuo está ubicado en un espacio social isomorfo. Esta ubicación le va a proporcionar un volumen de capital económico, cultural, social y simbólico que le permitirá adquirir las competencias para exponerse a los medios. Por otra parte, esta posición objetiva generará procesos de interiorización que producirán ciertohábitus. Y este último va a producir a su vez unas prácticas-acciones sociales, no siempre conscientes ni racionales. El hábitus genera determinadas representaciones del mundo y un universo simbólico. En un trabajo reciente, Orozco (2000:73) plantea que el reto de los ERT latinoamericanos en el presente milenio es el abordaje de la especificidad regional de los fenómenos contemporáneos relacionados con la globalización económica, informativa y cultural. Los ERT han privilegiado la indagación en microescenarios y descuidan estudios más ambiciosos de tipo macrosocial. El agudo investigador mexicano atribuye esta situación a la metodología cualitativa, a lo que hemos de agregar el propio enfoque, que se centra en el concepto de recepción y su objeto, un aparato en específico: la TV. En el mismo trabajo sugiere un debate deseable en el futuro inmediato: la vinculación de las dimensiones inconscientes de las audiencias (2000:86). Aquí entraría en juego la categoría que titula esta sección. Como sabemos, el concepto de hábitus es central en el planteamiento epistemológico y sociológico de Bourdieu. Estaría definido como un sistema de disposiciones durables y transferibles, que incorpora todas las experiencias pasadas y funciona como matriz estructurante de las percepciones, las apreciaciones y las acciones de los actores sociales. El hábitus es simultáneamente estructura estructurante y estructura estructurada, «principio generador de prácticas objetivamente enclasables y el sistema de

61

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

enclasamiento (principio divisionis) de esas prácticas» (Bourdieu, 1991:170). Los esquemas del hábitus, formas de clasificación originarias, funcionan más allá de la conciencia y del discurso y ofrecen los principios más fundamentales de la construcción y de la evaluación del mundo social. Se trata de esquemas clasificadores, de percepción y apreciación, que son producto de la división objetiva en clases: etarias, sexuales y sociales. Para este autor, las representaciones simbólicas tienen una autonomía relativa y limitada: «Los esquemas clasificadores que se encuentran en la base de la relación práctica que mantienen los agentes con su condición, y en la de la representación que pueden tener de ellas, son a su vez producto de esa condición» (Bourdieu, 1991:494). Unas condiciones de existencia diferentes producen hábitus diferentes. Bourdieu pone de relieve el aspecto «activo» del conocimiento del mundo social. Reconoce la actividad estructurante de los agentes que no reaccionan mecánicamente a estímulos, sino que responden a un mundo cuyo sentido ellos mismos han coadyuvado a construir. No obstante, según este autor, no responden con esquemas universales, tal como plantea el «idealismo», sino con un sistema de esquemas incorporados y adquiridos en una sociedad específica. Como hemos observado, el concepto de hábitus articula las representaciones y el mundo cultural-simbólico con el plano sociológico. Pues bien, si algunos autores flaquean en el abordaje de este terreno, Martín-Barbero camina sobre él casi sin tropiezos. Guillermo Orozco reconoce en distintas publicaciones la influencia de este teórico dentro de su conceptualización. Según nuestro maestro la mediación es esa instancia cultural desde donde el público de los medios genera y se apropia del significado del proceso comunicativo. Desarrollamos parcialmente su enfoque en la próxima sección.

EL

USO SOCIAL DE LOS MEDIOS

Martín Barbero (1990) se propone «tematizar» las mediaciones que articulan las prácticas de comunicación con las dinámicas culturales y los movimientos sociales. Analiza la inserción de la comunicación en las distintas prácticas sociales, que se erigen, por cierto, en el punto de partida del enfoque. Para este autor (1990), Bourdieu elaboró la más abierta y comprensiva teoría general de las prácticas sociales que conocemos. Ese alcance globalizador es indispensable, pero debe complementarse con herramientas conceptuales nuevas que provienen de las 62

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

propuestas de la etnometodología, la fenomenología y la sociología de la vida cotidiana. Martín-Barbero entiende la comunicación como un espacio de apropiación cultural, de activación de la competencia y la experiencia creativa de la gente. Para el autor se debe avanzar a tientas, sin mapa o con un «mapa nocturno». Se indagarán las mismas cosas –la dominación, la producción y el trabajo–, pero desde otro punto de mira: el de las brechas, el consumo y el placer. El punto de arranque son las mediaciones y los sujetos. Para este profesor el eje del debate debe desplazarse de los medios a las mediaciones, vale decir, a las articulaciones entre prácticas de comunicación y movimientos sociales, a las diferentes temporalidades y la pluralidad de matrices culturales. La atención a la dinámica de los usos nos dice que existe una distancia entre los ofrecimientos de la industria y los modos de apropiación y de conducta. Para Martín-Barbero: «La investigación de los usos nos obliga entonces a desplazarnos del espacio de los medios al lugar en que se produce su sentido, a los movimientos sociales y de un modo especial a aquellos que parten del barrio» (Martín-Barbero, 1991:213). Es en este último donde las clases populares latinoamericanas establecen solidaridades duraderas y personalizadas. Es el gran mediador entre el universo privado de la casa y el mundo público de la ciudad: «Lugar de reconocimiento, el barrio nos pone en la pista de la especificidad de producción simbólica de los sectores populares en la ciudad» (Martín-Barbero, 1991:218). Martín-Barbero identifica dos etapas en la formación del paradigma comunicológico latinoamericano. Una primera etapa denominada ideologista, en la que la omnipotencia que la corriente funcionalista atribuía a los medios pasa a depositarse en la ideología. Y una segunda etapa, denominada cientificista, sustentada en el modelo informacional y en un revival positivista. El primer modelo se limita a una concepción instrumental de los medios, al convertirlos en meras herramientas de acción ideológica y privarlos de su espesor cultural y materialidad institucional. El segundo modelo concluye en una disolución tecnocrática de lo político. Los problemas sociales son transformados en problemas técnicos que, en consecuencia, demandan una solución tecno-científica: «La centralidad de los procesos de comunicación en nuestra sociedad significa, para la racionalidad informática, la disolución de la realidad de lo político» (Martín-Barbero, 1991:224).

63

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

Para este autor, ni el ideologismo ni el informacionalismo atinan en sus reflexiones, y es que la comunicación debe pensarse desde la cultura. Debido a la dinámica de la escolarización y a la de los mass media, la cultura se ha colocado en el centro de la escena política y social. El autor inscribe la comunicación en la cultura y ésta última al interior de lo político. La problemática de la recepción debe reubicarse en el campo de la cultura, «de los conflictos que articula la cultura, de los mestizajes que la tejen y las anacronías que la sostienen, y en últimas del modo en que trabaja la hegemonía y las resistencias que moviliza, del rescate por tanto de los modos de apropiación y réplica de las clases subalternas» (Martín-Barbero, 1991:240). Los procesos de comunicación deben dejar de pensarse desde las disciplinas y desde los medios. Esto implica la ruptura con la reducción de la problemática de la comunicación a la de las tecnologías, con «una concepción radicalmente instrumental como aquella que espera que las transformaciones sociales y culturales serán efecto de la mera implantación de innovaciones tecnológicas» (Martín-Barbero, 1991:227). Al embestir en contra del mediacentrismo, el autor señala que el sistema de los media está perdiendo en parte su especificidad para convertirse en elemento integrante de otros sistemas como el económico, cultural y político. Los procesos y las tecnologías de la comunicación son decisivos en la transformación de la sociedad pero su centralidad y sus pretensiones de totalización de lo social son engañosas. El mediacentrismo, ya sea éste el culturalista mcluhiano o ideologista althusseriano identifica a la comunicación con los medios. La comunicación se entendería al estudiar cómo funcionan las tecnologías o los aparatos, «pues ellos hacen la comunicación, la determinan y le dan su forma» (Martín-Barbero, 1990:10). Martín-Barbero rompe con el marginalismo de lo alternativo y la creencia en una «auténtica» comunicación, fuera de la contaminación de los circuitos dominantes. Critica la metafísica de la autenticidad o de la pureza y el carácter nostálgico de la comunicación popular, supuestamente originaria, esencial y horizontal. Lo masivo y lo popular no pueden seguir siendo concebidos como elementos exteriores uno al otro, y el segundo como algo resguardado del primero; por el contrario, lo popular debe verse imbricado conflictivamente en lo masivo. Esta proposición es referida a la masificación estructural de nuestra sociedad y no a los medios masivos. Lo popular pasa a ser el entrelazamiento de sumisiones y resistencias, de impugnaciones y complicidades. El autor rescata la propuesta de S. Micelli sobre el carácter no unificado del mercado material y simbólico, y la de 64

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

G. Sunkel, sobre la subsistencia en lo masivo de matrices culturales en conflicto. En el interior de la cultura masiva coexisten productos heterogéneos, unos que corresponden a la lógica del «arbitrario cultural dominante» y otro a demandas simbólicas que vienen del «espacio cultural dominado». Se parte de un análisis integral del consumo, que trasciende las concepciones reproductivistas y culturalistas del mismo y que permite una comprensión de los diferentes modos de apropiación cultural, de los diferentes usos sociales de la comunicación. El consumo se entiende como «el conjunto de procesos sociales de apropiación de los productos» (Martín-Barbero, 1991:231)22 . El consumo no es sólo reproducción de fuerzas, sino también producción de sentidos: «En la lectura – como en el consumo– no hay sólo reproducción, sino producción también, una producción que cuestiona la centralidad atribuida al texto-rey y al mensaje entendido como lugar de la verdad que circularía en la comunicación» (MartínBarbero, 1991:232). La diferencia social de las clases articula las distintas lógicas de uso, aunque no las agota. Los hábitus de clase atraviesan los usos de la TV, los modos de verla, que se traducen en las coordenadas espacio-temporales. Es importante el tipo y el significado social del tiempo dedicado a la TV y el tipo de demanda que las diferentes clases hacen a la televisión. En los productos comunicacionales se expresarán las distintas demandas. Ahora bien, en los usos no interviene sólo la clase social, sino también la competencia cultural de los diversos grupos que atraviesan las clases, configurada por la educación formal, por la pertenencia étnica, las culturas regionales, los distintos mestizajes urbanos, etc.: «Competencia que vive de la memoria –narrativa, gestual, auditiva– y también de los imaginarios actuales que alimentan al sujeto social femenino o juvenil» (Martín-Barbero, 1991:241). Martín-Barbero (1990) relaciona el concepto de mediación con las prácticas comunicativas específicas de la audiencia; se trata de un proceso estructurante que involucra tres dimensiones: socialidad, ritualidad y tecnicidad. En los últimos años nuestro autor ha profundizado mucho más en sus análisis de la realidad contemporánea, tomando en cuenta, en particular, las condiciones de la postmodernidad y la globalización.

22

N. García Canclini, Cultura y poder:¿dónde está la investigación?, ponencia en el simposio «Cultura popular y resistencia política», Nueva York, 1985, p. 25.

65

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

LAS

MEDIACIONES EN LA GLOBALIZACIÓN POSTMODERNA

Mundialización de las tecnologías, redefinición de la división internacional del trabajo, descentramiento, imaginarios de la globalización que preparan y refuerzan la globalización de los imaginarios: «…una rearticulación de las relaciones entre países mediante una descentralización que concentra el poder económico y una deslocalización que hibrida las culturas» (Martín-Barbero, 1997:30). Aquí encontramos un intento serio de dar cuenta del contexto social global. Para Martín-Barbero nos encontraríamos ante la ausencia de futuro: «Hay proyecciones pero no proyectos» (Ídem: 35). El autor no logra superar la militancia tradicional por un proyecto de cambio y plantea enfrentarse al etnocentrismo civilizatorio y a la que llama, de manera moralizante, «globalización enferma». Se trataría de descentrar la mundialización no únicamente del proceso de centralización económica sino también cultural. El profesor hispanoamericano está aludiendo al sentido de lo universal (europeo, «norteño») que puso en marcha e «impuso» la ilustración y que la globalización, en alguna medida, continúa. Las redes, reales y virtuales, permiten la visión y la vivencia del mundo como totalidad empírica. En ellas conviven y se mezclan lógicas, velocidades y temporalidades. Se genera un nuevo tipo de espacio reticulado en donde se transforma el sentido del comunicar. Deambulamos entre la levedad del espacio y el espesor del lugar. Las redes se convierten en escenarios estratégicos, en tanto espacios de lucha por descentralizar la mundialización. La relación de las redes con el poder no es eludida por Martín-Barbero. No obstante, «la virtualidad de las redes escapa a la razón dualista con la que estamos habituados a pensar la técnica, haciéndolas a la vez abiertas y cerradas, integradoras y desintegradoras, totalizadoras y destotalizantes, nicho y pliegue en el que conviven y se mezclan lógicas, velocidades y temporalidades» (MartínBarbero, 1997:31). Por otra parte, más que un espacio panóptico de la disciplina, la vigilancia y el castigo, concibe un espacio activo, producido por operaciones y movimientos; «practicado». En este sentido cita a Michel de Certeau (Ídem: 32). Lo global y lo local adquieren relaciones múltiples y complejas. Los viejos vínculos se encuentran subsumidos y atravesados por otros nuevos que no se dejan pensar desde las categorías tradicionales. Encontramos tensiones e

66

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

hibridaciones que entrecruzan y sostienen «…las relaciones de lo territorial y lo global, del lugar y del mundo, de la plaza y de la televisión» (Ídem: 29). Nos movemos entre la necesidad primigenia y ancestral del lugar y la irreversibilidad de lo global. Las vinculaciones entre lo privado y lo público se reconfiguran y sus fronteras se borran. Existiría, por ejemplo, un sentido en el cual lo local alude al resultado de la fragmentación, generada a su vez por la deslocalización que impone lo global. Pero, por otra parte, encontraríamos el lugar que introduce el ruido y la palabra de otros en las redes; verbigracia, los usos que de Internet hacen hoy día multitud de minorías y comunidades marginadas o grupos anarquistas. Emergen espacios «glocales» como la ciudad, que conectan diversos territorios y los vinculan al mundo. Otras veces se producen retornos de y hacia lo local sumamente peligrosos; como los nacionalismos y los fundamentalismos religiosos, en un contexto global de ausencia de sentido en lo social, la política, la ética y la cultura (Ídem: 36-38). En el plano de la convergencia tecnológica, la llave televisión/ordenador transforma, según el autor, el espacio doméstico en el territorio virtual por excelencia. No obstante, lejos de seguir una postura determinista, en este nivel de análisis resurge de manera atinada el concepto de mediación tecnológica: «La fuerza de la ciudad virtual reside menos en el poder de las tecnologías que en su capacidad de acelerar, de amplificar y profundizar tendencias estructurales de nuestra sociedad» (Ídem: 36). En otro lugar, Martín Barbero (1999) indica que la capacidad de mediación proviene menos del desarrollo tecnológico del aparato, o de la modernización de sus formatos, que de lo que de él espera la gente, y de lo que le pide. Es necesario conocer las demandas sociales y culturales que las personas le hacen a los instrumentos tecnológicos. En nuestras ciudades, «es de los miedos que viven los medios». Martín-Barbero rechaza la idea de un automatismo de adaptación socialmente inevitable a la nueva mundanidad y/o racionalidad tecnológica, a sus ritmos y lenguajes. Plantea más bien la visión de un proceso cargado de ambigüedades: «Pero ese cambio no tiene su origen en la técnica, él hace parte de un proceso mucho más ancho y largo; el de la secularizadora racionalización del mundo que, según Weber, constituye el núcleo más duro y secreto del movimiento de la modernidad» (Ídem: 32). La importancia asignada a la tecnología no le lleva a conceptualizarla más allá de una mediación entre otras.

67

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

La reconfiguración de la experiencia urbana está relacionada con la formación de un nuevo sensorium, caracterizado por dos dispositivos complementarios: la fragmentación y el flujo. Según Martín-Barbero la primera alude a la atomización y desagregación social que la privatización de la experiencia televisiva consagra. El segundo consiste en «la pulverización del tiempo que produce la contracción de lo actual» (Ídem: 37). Un flujo ininterrumpido de imágenes abraza al telespectador. Los medios fabrican un presente continuo y autista, concebido a la manera de golpes sucesivos sin relación histórica entre ellos. Encontramos la debilitación del pasado, descontextualizado y reducido a cita. Nosotros hemos de decir que, más que la llave TV-ordenador, lo que se perfila de cara al futuro es más bien una troika tecnológica (TV-PC-teléfono) y/o accesos múltiples a la red. Por otra parte, el auge de la telefonía móvil nos muestra otro tipo de experiencias y de redefiniciones de los espacios públicos y privados. Este autor plantea el descentramiento de tres órdenes, el de los saberes, los territorios y los relatos. Algunos resabios frankfurtianos y el excesivo peso que le asignan a la televisión, justificado en parte por la realidad mediática regional, no le restan ni un ápice de luminosidad a los planteamientos de este autor. La globalización estaría llevando a extremos impensados el proceso de racionalización. Empero, la propia presión tecnológica estaría engendrando la necesidad de encontrar y desarrollar otras racionalidades, otros ritmos de vida y de relaciones, tanto con las cosas como con los otros seres humanos. Martín-Barbero logra atrapar varias de las características de nuestra época; entre otras, la tensión entre la añeja tendencia secularizadora y el resurgimiento religioso, la aparición de nuevas sensibilidades, nuevas identidades, nuevos sujetos y nuevas figuras de la socialidad. En el ecosistema comunicativo emerge otra cultura, otro modo de ver y de leer, de aprender y de conocer (1999:45). Nuestros países se caracterizan acertadamente como realidades multiculturales; lugares donde conviven la cultura oral indígena, las culturas urbanas, afroamericanas, las culturas del audiovisual, y finalmente, la cultura digital de internet. Nos aproximamos de manera peculiar a un modelo de comunicación plural y descentrado, cuya clave es el encuentro del palimpsesto que nos pone en contacto con la memoria y la pluralidad de los tiempos y ese nuevo lenguaje que es el hipertexto (Martín-Barbero, 1999:46-47). Premodernidad, modernidad mediática y postmodernidad entremezcladas, que configuran una América Latina del pastiche y el bricolage (García Canclini, 1987:44, citado por Martín-Barbero, 68

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

1999:21). La hegemonía audiovisual propicia el «des-ordenamiento» cultural que resta peso a la autoridad y a la intelligentzia gutemberguiana. Desorden de los campos y categorías culturales, descentramiento del libro y de la educación tradicional, desterritorialización de la experiencia y de la identidad, son procesos paralelos en marcha. Los medios profundizan la desterritorialización moderna de los modos de presencia y relación.

ACOTACIONES

FINALES

En la mayoría de estos enfoques se plantea el paso del análisis de estructuras al estudio de la estructuración. El reto que se plantea es la recuperación de los sujetos sin caer en el subjetivismo metodológico. No obstante, en América Latina las nuevas perspectivas cualitativas corren el peligro de diluirse en la irresponsabilidad metodológica porque operan sobre una tradición que es muchas veces más militante que académica. A resaltar el papel que deben jugar las teorías de las mediaciones en una comprensión global de las sociedades actuales, han apuntado perspicazmente los planteamientos de Martín-Barbero y de Marcelino Bisbal. Urge un tipo de saber que incorpore el caos y la incertidumbre, lo imprevisible, una antropología de la contemporaneidad que sepa que el «saber establecido» en la región no nos sirve para un mundo en gestación (Bisbal, 2000:61-63). También se necesitan herramientas o instrumentos teóricos distintos, que permitan comprender las nuevas escenas y los nuevos imaginarios sociales. En este sentido, Martín Serrano es cáustico al esbozar un diagnóstico de la situación en la región: «Allí se está viviendo con dramatismo el fracaso de unas propuestas teóricas, a la vez deterministas e idealistas, que presentaron como alternativa al control internacional de la comunicación, las ‘políticas de comunicación’» (2000:48). De pronto, llegó el momento de dejar de mirar hacia atrás sin nostalgia, pero a la vez sin críticas o referencias que nos pueden atrapan en problemáticas añejas. A pesar de reconocer y asumir muchas de las aportaciones de los teóricos latinoamericanos citados en este trabajo, hemos de aseverar que la investigación militante ha llevado en algunos casos a posturas extremas. De la antigua

69

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

omnipotencia asignada al emisor se ha pasado a la magnificación del receptor. Muchas veces la acción pasa a ser racionalista y decisionista. Y he aquí donde irrumpen los esquemas del hábitus, formas de clasificación originarias que funcionan más allá de la conciencia y del discurso y ofrecen los principios básicos de la construcción y de la evaluación del mundo social. Sin embargo, pensamos que si bien el concepto de hábitus de clase nos llama a dilucidar las importantes constricciones y posibilidades de la estructura, retomado en su integridad nos tiende la celada del estructuralismo. Es necesario reconocer que existen esquemas fuera del examen y del control voluntario, que hacen de las interpretaciones exclusivamente racionalistas un sinsentido, pero el sujeto humano ha probado que los procesos de estructuración tienen fisuras y que puede trascender las estructuras. Vale decir, la opción no estaría ni en el subjetivismo decisionista ni en el puro estructuralismo determinista. Para superar este último, hemos asumido con Sánchez Ruiz (1993) el concepto de probabilidad, que nos permite identificar estructuras, pero de influjo probabilístico. Las estructuras globales de la sociedad, económicas, políticas y culturales, determinan –limitan-posibilitan– ciertos cursos de acción individual y social, pero pueden ser trascendidas contingentemente. Los accidentes históricos, lo aleatorio y las contingencias biográficas también forman parte de la historia. La dualidad del concepto de mediación nos remite a la intervención individual o colectiva, que puede ser, inclusive, planificada. Los sujetos se encuentran enfrentados a determinaciones que nunca son totales, absolutas e inexorables, sólo más o menos probables. Por otra parte, a las reformulaciones aludidas del concepto de hábitus, habría que agregar su independencia del concepto de clase marxista, inoperante en las sociedades actuales. Tendríamos que considerar otro tipo de inserciones sociales; culturales y étnicas, por ejemplo, y su ubicación al interior de movimientos sociales. Los procesos de comunicación deben dejar de ser pensados exclusivamente desde los medios. La propuesta del salto del mediacentrismo a la investigación de la producción de la comunicación a partir de sus diversas prácticas sociales resulta a todas luces fructífera. A esto se agrega la conceptualización de las prácticas sociales como prácticas culturales. Esto implica por una parte un cuestionamiento al pensamiento instrumental y a la especialización modernas y, por la otra, una crítica a la reducción del ámbito de la comunicación al de los medios y las

70

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

tecnologías de la información. Se parte ahora de un análisis integral del consumo que estipula los diferentes usos sociales de la comunicación. En ello resultan importantes las prácticas, las situaciones y los contextos, así como los modos de apropiación. Este análisis del consumo lo saca del simplismo reductor de la teoría de la aguja hipodérmica de Lasswell y de ciertas versiones críticas. Dado el propio recorrido de la disciplina y la naturaleza de su objeto, y dado el carácter del nuevo paradigma científico (transdisciplinario), los intentos de fundar la comunicología como ciencia autónoma parecen destinados al fracaso. A esto podríamos agregar el permanente carácter pluriparadigmático de las ciencias sociales. Fundadores y acólitos han hecho contribuciones relevantes a la comunicología. El empirismo y el positivismo de Martín Serrano y el abigarramiento paradójico del discurso de Martín-Barbero no eclipsan sus invalorables aportaciones a la teoría de la comunicación y la cultura y no les rebajan su estatura de intelectuales de primera línea. Pero más allá del ejercicio del ver, ahora nos toca observar otros ejercicios, del tocar-teclear y del hacer, porque una de las características distintivas del lenguaje del hipertexto es su performatividad y su capacidad de permitirnos diferentes haceres y prácticas. Quizá un enfoque que parta de las mediaciones deba apelar a la semiología y a la epistemología anti-empirista (Bourdieu-Bachelard), predecesora de la perspectiva construccionista de moda. Con este paso, el sentido pasa a ser el producto de un proceso de construcción, diálogo y negociación entre los actores. En estos términos, la potencia intelectual de este enfoque todavía está en vigor y, por cierto, alimenta la visión del autor de este ensayo. No se puede decir que exista un modelo o concepto unívoco de mediación, y mucho menos un paradigma, con todas sus variables (Strimska, 1981) o requisitos epistemológicos, teóricos y metodológicos. La expresión contenida en el título: «paradigma incompleto», es una travesura periodística, un pleonasmo que sólo buscaba motivar la lectura. Es una pespectiva incompleta, porque todas las teorías lo son y, en mayor medida, en el campo de la comunicación. Según el teorema de Gödel, una teoría no puede ser, a la vez, consistente –todos los enunciados son verdaderos– y

71

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

completa, vale decir, que todos los enunciados verdaderos estén contenidos en ella. Algún enunciado verdadero será indemostrable, reza la sentencia gödeliana. La prueba teórica o deductiva que establece la coherencia del discurso es autorreferente. Es teoría que pretende probarse a sí misma.

B IBLIOGRÁFICAS : BISBAL, Marcelino 2000a «Algo parecido a un prólogo» en BISBAL, Marcelino (Comp.); COLINA, Carlos et al.: Antropología de unas elecciones, Caracas, Universidad Católica Andrés Bello. 2000b «Otros lugares para pensar la política. O consecuencias en la política de la mediación comunicativa» en Anuario ININCO / Investigaciones de la Comunicación Nº 12, Caracas, ININCO-FHE-UCV, pp. 57-94. BOURDIEU, Pierre 1991

La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, Madrid, Alfaguara (original en francés: La distinction, París, Minuit, 1979).

COLINA, Carlos 2000

«De la teoría de las representaciones sociales a las mediaciones», en Comunicación Nº 110, segundo trimestre, abril-junio 2000, Caracas, Centro Gumilla, pp. 46-55.

ECO, Umberto 1981

La estructura ausente. Introducción a la Semiótica, Barcelona, Lumen (original en italiano: La struttura assente, Valentino Bompiani, 1968).

FOX, Elizabeth 1995

72

«Investigación y políticas de comunicación» en Cuadernos de Comunicación Nº 104, México, Comunicología Aplicada de México, pp. 62-68.

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

FUENTES NAVARRO, Raúl 1995

«Telemática y posdisciplinariedad en el estudio de la comunicación» en Cuadernos de Comunicación Nº 104, México, Comunicología Aplicada de México, pp. 50-61.

GIDDENS, Anthony 1995

La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la estructuración, Buenos Aires, Amorrortu editores.

HERNÁNDEZ, Gustavo 2000

«Estudios sobre recepción televisiva» en Comunicación Nº 110, Caracas, Centro Gumilla, Segundo trimestre, pp. 62-67.

HERRÁN MONEDERO, Claudia 1994

«Un salto no dado: de las mediaciones al sentido» en G. Orozco: Televidencia. Perspectivas para el análisis de los procesos de recepción televisiva. México, Universidad Iberoamericana, pp. 29-54.

IBÁÑEZ, Jesús 1991

El regreso del sujeto. La investigación social de segundo orden, Santiago de Chile, Amerinda.

JACKS, Nilda 1994

«Televisión e identidad en los estudios de recepción» en Orozco, G. (coord): Televidencia; perspectivas para el análisis de los procesos de recepción televisiva. México, Universidad Iberoamericana, 1994, pp. 55-67.

MARTÍN-BARBERO,

Jesús

1991

De los medios a las mediaciones. Barcelona, Gustavo Gili, 2da. edición (1ª edición: 1987).

1999

Los ejercicios del ver. Hegemonía audiovisual y ficción televisiva, Barcelona, Gedisa.

73

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

CARLOS COLINA

MARTÍN-BARBERO, J. y Sonia MUÑOZ (coord). 1992

Televisión y melodrama. Bogotá, Tercer Mundo Editores.

MARTÍN SERRANO, Manuel 1986

La producción social de la comunicación. Madrid, Alianza Editorial.

1986

«La mediación de los medios de comunicación» en Moragas, M: Sociología de la comunicación de masas. I. Escuelas y autores, Barcelona, GG, pp. 141-162.

2000

«La epistemología de la comunicación a los cuarenta años de su nacimiento» en Miradas, Caracas, JMC/Y&R, pp. 42-49.

MARTÍN SERRANO, Manuel et al. 1982

Teoría de la comunicación. I. Epistemología y análisis de la referencia. Madrid, Volumen III de Cuadernos de la Comunicación. Facultad de CC de la Información, Universidad Complutense.

MCQUAIL, Denis 1991

Introducción a la teoría de la comunicación de masas. Barcelona, Paidós Comunicación (original en inglés: Mass comunication Theory. An Introduction, Londres, Beverly Hills y Nueva Delhi, Sage Publications, 1987).

OROZCO, Guillermo 1994a «La recepción televisiva desde el modelo de efectos de los medios» en Orozco, G. (coord): Televidencia: perspectivas para el análisis de los procesos de recepción televisiva, México, Universidad Iberoamericana, 1994, pp. 9-28. 1994b «Recepción televisiva y mediaciones (La construcción de estrategias por la audiencia)» en Orozco, G. (coord): Televidencia: perspectivas para el análisis de los procesos de recepción televisiva, México, Universidad Iberoamericana, 1994, pp. 69-88. 2000

74

«La investigación de la recepción televisiva en América Latina» en Anuario ININCO Nº 11, Caracas, ININCO-FHE-UCV, pp. 69-92.

HUMÁNITAS. Portal temático en Humanidades

EL

PARADIGMA INCOMPLETO DE LAS MEDIACIONES

PIÑUEL RAIGADA, J.L. 1989

La expresión. Madrid. Visor.

SÁNCHEZ RUIZ, Enrique 1993

Medios de difusión y sociedad. Notas críticas y metodológicas, México, Universidad de Guadalajara, Centro de Estudios de la Información y la Comunicación.

SANTAMARÍA REYES, Alejandro 1996

«¿Qué es lo que la sociedad cambia con la comunicación?» en El Informador. Diario Independiente. Sección Presencia Universitaria. Guadalajara, Jalisco, 7-5-01. www.informador.com.mx/Lastest/07may97/univ2.htm

STRIMSKA, Soeneck 1981

«La noción de paradigma sociológico como modelo epistemológico de la práctica científica» en Teoría y Sociedad Nos. 1 y 2, Caracas, mayo/junio/81, Revista de la Escuela de Sociología y Antropología de la Universidad Central de Venezuela, pp. 4-19. Directora de la revista: Jeannette Abouhamad.

75

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.