El patrimonio cultural de las hacienda del Municipio de Aculco de Espinoza: posibilidades para un desarrollo agroturístico. Marisol Orozco Guerrero, Gullermo Miranda Roman 1
Universidad Autónoma del Estado de México/Maestría en Agroindustria Rural, Desarrollo territorial y Turismo agroalimentario, Toluca, México. 2 Universidad Autónoma del Estado de México/Centro de investigación de la Facultad de Turismo, Toluca, México
Paper prepared for the 116th EAAE Seminar "SPATIAL DYNAMICS IN AGRIFOOD SYSTEMS: IMPLICATIONS FOR SUSTAINABILITY AND CONSUMER WELFARE". Parma (Italy) October 27th ‐30th, 2010
Copyright 2010 Marisol Orozco Guerrero, Gullermo Miranda Roman. All rights reserved. Readers may make verbatim copies of this document for non-commercial purposes by any means, provided that this copyright notice appears on all such copies.
El patrimonio cultural de las hacienda del Municipio de Aculco de Espinoza: posibilidades para un desarrollo agroturístico. Marisol Orozco Guerrero, Gullermo Miranda Roman 1
Universidad Autónoma del Estado de México/Maestría en Agroindustria Rural, Desarrollo territorial y Turismo agroalimentario, Toluca, México. 2 Universidad Autónoma del Estado de México/Centro de investigación de la Facultad de Turismo, Toluca, México
Abstract— En México desde la década de los noventas, el turismo se ha diversificado, presentando diversas modalidades, siendo el agroturismo una de las de mayor crecimiento, ya que en la se implementan programas para recibir a los visitantes que acuden a estos lugares, los cuales están integrados por múltiples manifestaciones tangibles e intangibles que son testimonio fehaciente de las comunidades rurales. En este sentido las haciendas son espacios estrechamente ligados a la vida de los campesinos, ya que en muchos casos la existencia de ellas marcó sustancialmente la vida familiar de pueblos enteros, la forma de organizarse, las costumbres y tradiciones, la economía, entre otros aspectos. Es decir, las haciendas en México eran algo más que un conjunto de construcciones y una gran extensión de tierra: era una forma de vida. En la presente investigación se realiza el análisis del potencial del patrimonio cultural arraigado en los espacios territoriales relacionados con las haciendas del municipio de Aculco de Espinoza para desarrollar actividades de agroturismo. Keywords— Aculco de Espinoza, hacienda, agroturismo, patrimonio cultural tangible, patrimonio cultural intangible.
I.
A MANERA DE INTRODUCCIÓN
El propósito de estas ideas, es mostrar el interés que una servidora y el maestro Miranda, también coautor de estas líneas tenemos, para abordar un tema que hemos considerado de trascendencia para el desarrollo del turismo en espacios dedicados a las actividades agropecuarias. Debemos reconocer también, que es el inicio de una investigación,
cuyos resultados no están cristalizados o por lo menos no son concluyentes, aunque sí, presenta un panorama del aprovechamiento turístico del patrimonio de las haciendas para un desarrollo local. En México desde la década de los noventas, el turismo se ha diversificado, esta actividad económica y sociocultural presenta diversas modalidades. Actualmente el llamado turismo convencional ha perdido cierta importancia, particularmente el de sol y playa; las corrientes turísticas ahora se interesan por practicar el denominado turismo alternativo cuyos componentes, entre otros, son: el ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo rural, en éste último se integra el agroturismo, práctica que ha sido poco atendida por las autoridades del ramo, aunque propietarios de predios dedicados a las actividades agropecuarias o Ayuntamientos del medio rural, de manera empírica implementan programas para recibir a visitantes que acuden a estos espacios, los cuales, presentan múltiples manifestaciones culturales tangibles e intangibles que son testimonio fehaciente de la forma de vida de las comunidades campesinas. Particularmente, las haciendas fueron unidades de producción estrechamente ligadas a la vida de los campesinos, ya que en muchos casos su existencia marcó sustancialmente el modo de vida de pueblos enteros en cuanto a: la forma de organizarse, las costumbres y tradiciones, la economía, entre otros. Estos aspectos que en algunos casos languidecen y en otros aún son latentes, tienen potencial de aprovechamiento para detonar la actividad agroturística como una alternativa de ingresos en
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las áreas rurales donde existen cascos de haciendas o vestigios de ellas. Pocos son los estudios que destacan por el tema de las haciendas y su relación con el turismo. En algunas de estas edificaciones y áreas de producción agrícola se han realizado estudios arquitectónicos cuyo fin es la rehabilitación para servicios de hospedaje, balnearios, restaurantes o eventos sociales; aunque también se han recopilado datos para diseñar documentos para la promoción turística y venta de lotes para el turismo residencial. No obstante, existen áreas del conocimiento como la economía, sociología, antropología, historia o las ciencias dedicadas a la actividad agropecuaria, que con sus particulares objetos de estudio construyen sus conocimientos que bien podrán ser de gran apoyo para alcanzar los propósitos planteados en los análisis del patrimonio cultural y sus acervos de las haciendas para ser aprovechados en el desarrollo del turismo. Para conocer la obra cultural y los acervos de las haciendas debemos también, conocer el desarrollo de sus sistemas de producción agrícola y el comportamiento cultural de sus actores sociales, dado que los patrimonios culturales se cristalizaron a partir de las formas organizativas establecidas a partir de su desarrollo histórico. Así también, es primordial conocer los múltiples patrimonios y acervos tanto intangibles como los tangibles, los primeros, referidos a los conocimientos adquiridos y al modo de vida actual de los campesinos, cuyo potencial, para el aprovechamiento de agroturismo, podría ser incalculable; sólo algunos ejemplos señalamos: actividades religiosas, lengua, gastronomía, danza, música, rituales, mitos, leyendas, costumbres, modos de vida u organización para el trabajo agrícola; de la obra tangible, es importante conocer su funcionamiento, características y naturaleza que también para el desarrollo del agroturismo pudieran tener un papel destacado, y nos referimos, entre otros elementos, a: sus áreas físicas, edificaciones, equipo, instalaciones, herramientas. Muchos de los elementos del patrimonio tanto tangible como intangible se han modificado, le dan otros usos, su función se ha perdido o es posible que se carezca del conocimiento de su existencia y del aprovechamiento que tendría para el desarrollo del turismo, particularmente del agroturismo.
La práctica del agroturismo es motivada por el contacto que el turista quiere tener con la vida cotidiana de los habitantes de los pueblos agrícolas, así como conocer el patrimonio cultural tangible e intangible, requisito para que el visitante cumpla con el objetivo de su viaje. Así que, la presente investigación pretende analizar el potencial del patrimonio cultural con el que cuenta estas unidades de producción para desarrollar actividades de agroturismo como son los casos de las haciendas del municipio de Aculco de Espinoza. II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA El Turismo como actividad socioeconómica es importante a nivel mundial; tan solo en el año 2008 generó 856 millones de dólares con 924 millones de llegadas internacionales a los distintos destinos turísticos del mundo (OMT, 2009), por lo cual, asimismo, genera millones de empleos directos e indirectos. En México la actividad turística ocupa el tercer lugar en importancia, tan sólo en 2008 aportó el 8.2% del PIB (INEGI, 2009 ). Para satisfacer las necesidades de los miles de turistas que arriban a diversos destinos, esta actividad comprende múltiples modalidades como son: el turismo convencional de sol y playa, de negocios, social, cinegético, salud, turismo cultural o turismo de naturaleza, este último cumple un papel destacado en los últimos años, gracias a la tendencia del turista por los productos cada vez más amigables y de bajo impacto al medio ambiente. En este sentido, la Secretaria de Turismo define al turismo de naturaleza como “los viajes que tienen como fin realizar actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y las expresiones culturales que le envuelven con una actitud y compromiso de conocer, respetar, disfrutar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales”(SECTUR, 2007). Este organismo lo clasifica en tres segmentos: ecológico, de aventura y turismo rural, este último, es una alternativa para fomentar el desarrollo local en zonas rurales, sean campesinas, ganaderas, dedicadas a las artesanías o comunidades indígenas o ganaderas; su característica se manifiesta por los “viajes que tienen como fin el realizar actividades de convivencia e interacción con una comunidad
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rural, en todas aquellas expresiones sociales, culturales y productivas cotidianas” (SECTUR, 2007), así que, en este segmento se ubican actividades como el etnoturismo, participación en la elaboración de artesanías en talleres locales, vivencias místicas, talleres gastronómicos, deportes de charrería, agroturismo, entre otros. Del turismo rural, es el agroturismo el que continúa especializándose al desempeñar un destacado papel a nivel mundial, esta actividad se entiende como “la modalidad turística en áreas agropecuarias, con el aprovechamiento de un medio ambiente rural, ocupado por una sociedad campesina, que muestra y comparte no sólo para su idiosincrasia y técnicas agrícolas, sino también, su entorno natural en conservación, las manifestaciones culturales y socio-productivas, en donde se busca que la actividad represente una alternativa para lograr que el campesino se beneficie con la expansión de su actividad económica, mediante la combinación de la agricultura y el turismo”. (SECTUR, 2007). Esto significa que los habitantes del medio rural no sólo ofertan para los suyos y los turistas su cultura sino también espacios naturales par el descanso y recreación. Así también, “el agroturismo se perfila como un tipo de actividad turística que ofrece al visitante la posibilidad de conocer aspectos de la cultura local y de aprender sobre prácticas tradicionales de cultivos, cosechas y procesamiento de productos agropecuarios, forestales y pesqueros, además de la artesanía” dentro de las modalidades del turismo en espacios rurales, el agroturismo tiende a ser una actividad con enorme potencial en la búsqueda de opciones de diversificación de las actividades agrícolas y agroindustriales para un optimo desarrollo en las áreas rurales. La importancia del agroturismo radica por un lado, en que las nuevas tendencias de los turistas van encaminadas a la adquisición de novedosas experiencias y a la interacción de formas de modos de vida distintos, en espacios diferentes a los del visitante. Por otro lado, como Rivero y Blanco (2003) señalan, el agroturismo debe ser considerado como “… un factor importante para revalorizar el concepto de territorio, además de ser una actividad que muestra con claridad la multidimensionalidad del desarrollo con un
enfoque territorial en diferentes dimensiones: la económica, social, ambiental y la políticoinstitucional. Los autores consideran que este tipo de turismo es un ejemplo para dinamizar los espacios rurales más allá de la concepción sectorialista de las actividades agrícolas convencionales, además de generar Empleo Rural No Agrícola (ERNA) y del Ingreso Rural No Agrícola (IRNA)”. En el caso de México, son muchos los espacios rurales bajo condiciones de abandono ocasionado por crisis en el campo, tal es el caso de las haciendas donde aún se puede observar un sistema agropecuario de producción que le dio origen, y si se habla de temporalidad, en algunos casos de más de 300 años, en torno al cual la producción se fue especializando en haciendas ganaderas, las dedicadas al carbón vegetal, agrícolas, henequeneras, textiles, entre otras. En estas haciendas, el desarrollo agropecuario con una incipiente industrialización generó un significativo desarrollo económico en México, sobre todo de la vida rural, lo que dio paso a una constante conformación de bienes productivos que se han cristalizado en un verdadero acervo patrimonial, que identifica culturalmente la vida de alguna hacienda en particular y la de las comunidades aledañas a ella, que va desde la estructura arquitectónica de la casa grande o casco, hasta las costumbres y tradiciones con relación a actividades agropecuarias que aún se preservan en nuestros días. Rendón Garcini menciona que “las haciendas pasaron por un proceso histórico de tres siglos que las llevó del esplendor hasta hechos violentos que culminaron en los años 30’s con la reforma Agraria, en muchos de los casos estuvieron orientadas al abandono y en otros, a la destrucción” (RENDON, 2009). Actualmente en México algunos cascos de haciendas, han sido reactivados y aprovechadas para la actividad turística, principalmente destinando las instalaciones a ofrecer servicio de alimentos y bebidas, hospedajes o museos. Los diversos elementos culturales materiales, como: las áreas y edificaciones para la vivienda y el trabajo, equipos, herramientas, implementos agrícolas o diversos enseres domésticos; así como lo intangible de la cultura como son las
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costumbres, tradiciones, formas de organización, música, danza etc. podrían ser revalorizados y aprovechados como atractivos turísticos, al conformar museos, salas de exposiciones o utilizándolos de manera activa para el uso y disfrute de los turistas que visitan estas unidades de producción. Por el anterior panorama general cabría cuestionarse ¿es necesario conocer los usos y funciones de los acervos del patrimonio cultural tangibles e intangibles de las haciendas de un espacio rural para aprovecharlo en actividades agroturísticas?. Se puede decir que en México, el agroturismo está tomando auge, sin embargo, aún no ha sido desarrollado como diversos programas agroturísticos implementados en las plantaciones de otros países de América Latina. A pesar de contar con los espacios rurales que cumplen con las características para prestar los servicios turísticos necesarios y cubrir las expectativas de los visitantes, ¿en el caso de México, el agroturismo ha sido una estrategia gubernamental para activar recursos patrimoniales de las haciendas con los cuales, y debido a su rehabilitación, promoción y aprovechamiento se captan ingresos y se eleva la calidad de vida de los habitantes de las comunidades cercanas a estas unidades de producción agrícola?, En el país, uno de los esfuerzos reconocido a nivel nacional e internacional en el ámbito del agroturismo fue la rehabilitación de cascos de haciendas a través del programa “Haciendas y Casas Rurales de México”, este proyecto surgió hace seis años, en el Programa Nacional de Turismo 2001-2006, con la finalidad de generar y fomentar el rescate y consolidación de hospedaje turístico en inmuebles con valor histórico, artístico y popular, y así, enriquecer el producto turístico nacional promoviendo mayores flujos de visitantes, la diversificación de la oferta de servicios, el beneficio social y la rentabilidad de dicha inversión. El objetivo principal fue rescatar e incorporar las haciendas como establecimientos de hospedaje, a fin de constituir un producto único y diferenciado que incorpora la interrelación de los servicios con la comunidad, sus tradiciones y el entorno natural (SECTUR, 2001). Para la Secretaría de Turismo, las haciendas y casas rurales son consideradas como negocios cuyos inmuebles
tienen valor histórico, cultural o popular destinados al hospedaje de calidad, que cuenten con atractivos específicos, cercanos a un producto turístico posicionado, para formar parte de un circuito turístico. Los beneficios que pretende el programa son el desarrollo social y económico de comunidades locales, creación de empleos, incrementos en el flujo y gasto turístico, el desarrollo sustentable, la diversificación de actividades económica y la diversificación de la oferta turística, a través de la participación de los dueños de los inmuebles con valor histórico, de empresas operadoras, las comunidades y los organismos de los tres niveles de gobierno. Durante el surgimiento del programa se tenían planes específicos para alcanzar los objetivos, los cuáles consistían en el rescate de inmuebles, financiamiento, operación y comercialización de las haciendas y casa rurales. Para complementar la oferta se establecieron metas como: incentivar la participación de operadores hoteleros de Haciendas y Casas Rurales; promover que las Haciendas y Casas Rurales sean sinónimo de calidad y servicio, y, fomentar para que México se distinga por la operación de establecimientos de hospedajes especializado en este producto. (SECTUR, 2001) El programa ha sido aplicado en diversas entidades del país, sin embargo, en el estado de México sólo se beneficiaron algunas haciendas de San Miguel Ometusco en Otumba; Hacienda San Andrés Teticpan La Retana, Ayapango; Hacienda Panoaya, en Amecameca; la de San José Salinas en San Juan Teotihuacán; entre otras, las cuales ofrecen diversos servicios turísticos (hospedaje, alimentos y bebidas, spa, eventos especiales). Sin embargo, la mayoría quedaron fuera, a pesar de contar con potencial para ser aprovechadas turísticamente. En algunas de ellas, su potencial económico se ha deteriorado o minado, en otras, aún son productivas o han sido reconstruidas, remodeladas o acondicionadas para destinarlas a otras funciones, de esta manera, podríamos preguntarnos ¿es posible que estas unidades de producción agrícolas afectadas por diversas causas son una alternativa turística para su recuperación agropecuaria?, o bien, sus elementos culturales no utilizados en las actividades agropecuarias ¿pueden reutilizarse en la implementación de programas de
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agroturismo para un desarrollo y crecimiento de estos destinos? En este sentido Boortein aclara, “las haciendas en México eran algo más que un conjunto de construcciones y una gran extensión de tierra: era una forma de vida. No sólo organizaba la producción del mercado, sino que también unificaba los diferentes elementos del campo. Además de ser un centro de actividades económicas, las haciendas formaban el núcleo de la vida social de todas las clases; sus propietarios y administradores ejercían a menudo un poder político sustancial. En México, existían pocas áreas de la vida que no girasen alrededor del sistema de hacienda”. (BOORTEIN, 1976), de tal forma que puede inferirse la importancia que tuvieron para la consolidación de tradiciones, costumbre e incluso el desarrollo de la historia que giró en torno al sistema de las haciendas. El estado de México no quedó fuera de esa dinámica, de hecho, dentro del territorio existieron grandes haciendas de importancia a nivel nacional, como “La Gavia”,en Almoloya de Juárez; Molino del Rey en Texcoco, la Hacienda de “Santa Mónica” ubicada en Tlalnepantla de Baz o la de Arroyozarco en Aculco de Espinoza, cuya importancia radicó en los grandes volúmenes de producción agropecuaria, sin embargo, en la actualidad existe la necesidad de realizar investigaciones que arrojen como resultado, en primer término, el inventario de los acervos del patrimonio cultural de las haciendas y ranchos que aún subsisten, así como el rescate y restauración, ya que gran parte de las edificaciones de estas estructuras están, en muchos casos, deteriorándose, o bien, están abandonadas sufriendo estragos por el paso del tiempo, ocasionado por la falta de mantenimiento, situaciones que se vienen dando desde los saqueos durante la revolución de 1910. Es también trascendental, realizar estudios acerca de los acervos del patrimonio cultural intangible generado en cada hacienda para establecer estrategias que impulsen su rescate, preservación y difusión a través de diversas actividades como el turismo. Por otro lado, y ante las constantes crisis del campo, es necesario reactivar los recursos patrimoniales que aún no se han aprovechado en
las áreas rurales, que cuentan con el potencial para impulsar el desarrollo económico de las localidades, ofreciendo alternativas para incrementar los ingresos familiares de los campesinos, con lo cuál se contribuya a responder la siguiente interrogante: ¿el aprovechamiento del patrimonio cultural de las haciendas del estado México, particularmente las del municipio de Aculco de Espinoza, es una alternativa para el agroturismo y por ende una oportunidad para desarrollar y otorgar los medios para un crecimiento económico de la localidad?. El municipio de Aculco, estado de México, está localizado al norte de la entidad y aproximadamente 160 kilómetros de la ciudad de México, dentro de su territorio existen haciendas de importancia que marcaron la dinámica económica de la región durante mucho tiempo, particularmente las que serán objetos de estudio son las siguientes: Hacienda de la Cofradía, dedicada desde sus orígenes a la producción de trigo y maíz, aunque sólo se conserva el casco, es uno de los que se encuentra en mejor estado de conservación. Exhacienda de Dolores Ñado, Ubicada a 6 kilómetros al noroeste de la cabecera municipal, fue importante productora de maíz y cereal durante el siglo XVIII, más tarde a finales del siglo XIX fue la principal proveedora de carbón vegetal para la hacienda Arroyozarco. Hacienda de Arroyozarco, ubicada a 10 kilómetros de distancia de la cabecera municipal de Aculco, propiedad de los Jesuitas desde el siglo XVI hasta su expulsión en el siglo XVII, desde entonces pasó por manos de diversos propietarios, fue sostenida por la actividad agrícola, ganadera y textil. Este edificio se convirtió en hotel-mesón Arroyozarco, ubicado en el Camino Real Tierra Adentro, itinerario cultural recientemente nombrado patrimonio de la humanidad, importante vía de comunicación que iba de la ciudad de México hasta Santa Fe, Nuevo México, desde el siglo XVI. A lo largo de la ruta aún se conserva una gran diversidad de patrimonio cultural, como el caso de arroyozarco, dentro de las instalaciones del casco se hospedaron algunos personajes históricos del país.
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Rancho viejo: La finca conocida como Rancho Viejo era en realidad una fracción de la hacienda de San José del Jazmín y fue desligada de esta gran propiedad hacia 1880. Aunque en la mayoría de los casos las haciendas se encuentran en restauración, reconstrucción o mantenimiento, gran parte de su historia, leyendas, costumbres, herramientas, áreas de trabajo, etc., no han sido aprovechadas y sólo la cofradía y Dolores Ñado están de cierta manera relacionadas con la actividad turística, sin embargo, sólo se reduce a ofrecer servicios para banquetes para bodas en los jardines de las propias haciendas. En ellas se observa que las instalaciones han sido modificadas, saqueadas o abandonadas. Por ello cabría preguntarse ¿Estás Haciendas del municipio podrán formar parte de un circuito turístico en el que se relacione la historia del municipio para generar corrientes con intereses de Turismo Cultural? Al dar este panorama muy general acerca del agroturismo la investigación pretende alcanzar el objetivo general de Analizar el desarrollo de los usos y funciones de los acervos del patrimonio cultural tangible e intangible de las haciendas del municipio de Aculco de Espinoza para ser aprovechados en el desarrollo del agroturismo, para lo cual los propósitos particulares son los de: Conocer de manera general las actividades organizativas de las haciendas en cuanto a su economía y su modo de vida; inventariar el patrimonio tangible referente a la estructura arquitectónica de las haciendas del municipio de Aculco de Espinoza y las diferentes áreas de producción agrícola, de trabajo, labranza y de habitación, patrimonio que es abandonado o reutilizadas en funciones diferentes a la agricultura, asimismo es importante inventariar el el patrimonio cultural intangible de la Hacienda de la Cofradía, Exhacienda Dolores Ñado, Hacienda de Arroyozarco, Rancho viejo*, ubicadas en el municipio de Aculco de Espinoza para aprovecharlas en el agroturismo.
III. COMO UNA JUSTIFICACIÒN
El turismo rural cuenta con las condiciones necesarias para llevar a cabo proyectos que impulsen el desarrollo de las comunidades, en este sentido, la Organización Mundial del Turismo a través de su publicación “Turismo: Panorama 2020, previsiones mundiales y perfiles de los segmentos de mercado”, estima que el mercado del turismo rural ofrece un gran potencial. Si bien puede resultar difícil estimar su dimensión en términos de llegadas internacionales, en 2002 se calculó que el 3% de todos los turistas internacionales orientan sus viajes al turismo rural, es decir, unos 21 millones de turistas aproximadamente, sin incluir el turismo interno. La misma fuente indica que el turismo rural experimenta un crecimiento de aproximadamente 6%, es decir, algunos puntos porcentuales por encima de la tasa promedio de crecimiento del turismo mundial. Actualmente el sector agropecuario es una actividad económica débil en cuanto a su participación en producto interno bruto en México, su aportación es de 4.3% en 2009 (INEGI, 2010), mientras que el turismo en el mismo año, fue la tercera fuente de divisas, recibió el siete por ciento de la inversión extranjera directa, produjo casi el 8% del PIB nacional, creó cerca de 2 millones de empleos directos y 4 millones indirectos (MATEOS, 2008) lo cual posiciona a la actividad turística con potencial en el país y las cifras demuestran la necesidad de crear alternativas económicas para el desarrollo del sector agropecuario. Una de las alternativas de desarrollo económico, particularmente para el sector agropecuario es la diversificación de sus productos, apoyándose en gran medida en el turismo, al aprovechar el patrimonio cultural que gira en torno a las actividades agrícolas, de tal manera que este acervo patrimonial se convierta en punto de partida para llevar a cabo estrategias encaminadas al desarrollo de las comunidades rurales y la dinamización de su patrimonio, sin que los campesinos tengan que abandonar la agricultura, por lo contrario, revalorar la actividad y fortalecer los ingresos familiares de las poblaciones aledañas a los cascos de las haciendas. En el caso de México no existen datos que den un panorama claro acerca de la importancia de los
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productos agropecuarios que se ofertan a las corrientes que arriban a las comunidades campesinas, aunque Barrera (2010) sostiene que el turismo rural, incluyendo al agroturismo, genera 916 millones de dólares anuales. Así que es necesario realizar estudios que aporten información que destaquen la aportación real del turismo en espacios agropecuarios En el caso del estado de México las actividades agrícolas tienen gran presencia, tal como se observa en el Plan de Desarrollo Estatal 2005-2011: “el estado tiene una amplia vocación agropecuaria, la cual se desarrolla en una superficie aproximada de 1.3 millones de hectáreas. No obstante esta riqueza del territorio, el sector primario ha venido registrando una constante declinación en la participación dentro del PIB, lo cual demanda el desarrollo de políticas públicas que permitan revertir esta situación, tanto para mejorar el nivel de vida de 2 millones de personas que habitan en el medio rural, como para fortalecer la producción, productividad y rentabilidad del sector primario de la entidad. De acuerdo con el Instituto de Información e Investigación Geográfica, Estadística y Catastral del Estado de México (IGECEM) la actividad agrícola ocupa 910 mil hectáreas, siendo el cultivo del maíz al que se destina cerca de 65% de la superficie. Sin embargo, la gran variedad de climas y suelos hacen factible la producción de otros cultivos de mayor rentabilidad como: papa, zanahoria, jitomate, chícharo, haba, tomate, lechuga, col, calabacita, cebolla y pepino; frutales y forrajes”. (EDOMEX, 2006). En cuanto a la actividad pecuaria el plan menciona: “En la entidad se desarrolla en una superficie aproximada de 386 mil hectáreas, siendo en su mayoría de tipo extensivo y en una menor proporción de carácter intensivo. (…) Se identifican dos principales zonas pecuarias: la zona sur, que abarca las regiones de Tejupilco, Valle de Bravo y Coatepec Harinas, donde se practica una ganadería extensiva con predominio de la especie de bovinos productores de carne, y la zona conformada por las regiones de Toluca, Atlacomulco, Jilotepec, Zumpango y
Texcoco, donde se localiza la mayor concentración de explotaciones pecuarias intensivas de ovinos y de bovinos de carne y leche. (…) La drástica reducción de casi 50% del hato ganadero bovino de la entidad, registrada durante el periodo 1989-1991, y la lenta recuperación de éste a la fecha, tiene que ver principalmente con el desaliento que provoca en los productores la baja productividad y rentabilidad de operar sus unidades, resultado de un bajo nivel tecnológico, altos costos de producción y la persistencia de altas cuotas de importación de productos y subproductos pecuarios” (MATEOS, 2008) Con respecto a otras actividades del mismo rubro destaca la producción de trucha, carpa y tilapia, sin embargo, la cadena productiva acuícola enfrenta serios problemas que podrían disminuir su dinamismo si no son atendidos con oportunidad. Entre ellos destacan: un marcado desabasto de crías y dependencia de la producción del sector oficial. A pesar del panorama negativo que presenta el sector agropecuario en la entidad mexiquense, la actividad cuenta con potencial para el aprovechamiento en productos de turismo en el ámbito rural, ya que además existe en estas áreas diversidad en recursos naturales, tradiciones, costumbres, historia y artesanìas o edificaciones de relevancia arquitectónica. Un ejemplo de ello es el municipio de Aculco de Espinoza, donde la actividad agropecuaria en los últimos años ha reducido su participación en el sector económico, ya que de acuerdo con datos del INEGI, en 1970 constituía la principal actividad, pues poco menos de tres cuartas partes de la población trabajaba en el campo, en el último Censo General de Población y Vivienda 2000, se registró menos del 30% de población que trabaja en el campo, aún cuando en superficie sigue siendo la actividad predominante, ya que en ese año, se contaba con una superficie de 28,710.15 hectáreas destinadas al uso agrícola y representaba 61.65% de la superficie municipal. (SEDUV, 2009 ) En lo referente a la actividad ganadera, ocupa un total de 9,744.0 has., que representan el 20.92% del total de la superficie municipal, hoy en día se desarrolla con gran éxito, fundamentalmente el ganado bovino, caballar y ovino, situación que ha consolidado al municipio como uno de los mayores
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productores ganaderos del norte del estado. (SEDUV, 2009)
Por otro lado, al turismo no se la dado interés en cuanto a incentivos para el desarrollo del producto turístico como: servicios de hospedaje y de alimentos, atractivos culturales (ciudad típica, templos y haciendas de los siglos XVI y XVII); Atractivos naturales (Cascada de San Joaquín, Cascada de Tixhíñu, Árbol denominado Palo Bendito, la imponente Peña el Ñado), así como la falta de promoción turística al municipio de Aculco. A partir de esta perspectiva, es necesario llevar a cabo investigaciones que den como resultado alternativas para aprovechar los recursos naturales y culturales de las haciendas del municipio de Aculco con la finalidad de promover el desarrollo de las actividades económicas, agropecuarias, comerciales, gastronómicas -como la industria del queso-, culturales, artesanales, deportivas, turísticas, particularmente del patrimonio con que cuentan las haciendas del municipio, para el logro de esto último, es necesaria la participación de los diferentes actores sociales (campesinos. ONGs, entre otros) en coordinación con dependencias y organismos, municipales estatales y federales, además de procurar estrategias para la protección y mejoramiento del medio ambiente. Las actividades turísticas como el agroturismo trazan opciones para generar nuevas fuentes de empleo, además hay que puntualizar que esta modalidad tiene como base los principios de la sustentabilidad, considerados por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) como a aquel que “atiende las necesidades de los turistas y las regiones huésped, al mismo tiempo que preserva y fomenta oportunidades para el futuro. En principio gestiona todos los recursos, de tal forma que las necesidades económicas, sociales y estéticas puedan satisfacerse sin dejar de conservar la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de vida”, definición planteada por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, la Organización Mundial de Turismo y el Consejo de la Tierra (CCA, 1999). De acuerdo con este enunciado, se debe puntualizar que el agroturismo bajo el modelo de sustentabilidad, no sólo debe ser
la actividad principal de los agricultores, si no más bien, debe ser una alternativa que incremente los ingresos de las familias del medio rural. Atendiendo lo destacado que resulta la actividad agropecuaria, encontramos que las haciendas de Aculco tienen las posibilidades adecuadas para su estudio por lo tanto es en este municipio donde se delimitará nuestro objeto de estudio.
IV. DELIMITACIÓN DE ESTUDIO Se estudia el desarrollo del uso y funciones de los acervos del patrimonio cultural de 4 haciendas del municipio de Aculco Estado de México: Haciendas de la cofradía, Dolores Ñado, Rancho viejo y Hacienda de Arroyo zarco. De manera general se está conociendo el desarrollo de las condiciones socioeconómicas y culturales con respecto al uso y funciones de los acervos del patrimonio cultural tangible e intangible de las haciendas. Se realizan estudios acerca de las características actuales (durante el tiempo de la investigación) del uso y funcionamiento de los acervos que aún forman parte del patrimonio tangible e intangible de las haciendas. Con respecto a lo teórico y referencia se retoman conceptos de diferentes visiones o puntos de vista de científicos acerca del turismo, turismo rural, agroturismo, turismo Cultural, Haciendas usos y funciones de los acervos del patrimonio cultural tanto tangible como intangible de las haciendas a estudiar. V. METODOLOGÍA El estudio utiliza el método hipotético- deductivo, ya que se parte de supuestos que nos llevarán a planteamientos particulares, éstas, se elaboran con base en el material empírico recolectado a través de la observación” (ROJAS, 1985). Este procedimiento se hará a partir del análisis de los acervos del patrimonio cultural de las haciendas del municipio de Aculco, y sus posibilidades en el desarrollo para la práctica del agroturismo, toda vez que se realice esta acción, se formulará una síntesis de esos fenómenos, es decir, se establecerán generalizaciones a partir de hechos particulares para formular una hipótesis de trabajo y ser contrastados con la realidad empírica a través de la deducción.
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Se aplica asimismo, el método histórico para conocer los antecedentes, el desarrollo, usos y función de los acervos del patrimonio cultural que integran las haciendas. Este método también se utiliza para organizar, resumir, presentar y conocer los datos acopiados de las observaciones. De igual manera el método descriptivo, permite realizar los inventarios de los acervos de cada hacienda, así como definir las características, componentes y las condiciones de las diversas formas en que se presenta el fenómeno. Para la eficacia de los anteriores métodos del objeto de estudio, es necesaria la aplicación de técnicas, para ello, se consideran las técnicas documental y de campo. Las documentales son para el análisis bibliográfico, hemerográfico. La búsqueda de información es en archivos, libros, revistas y periódicos, para lo cual, se acopia información en bibliotecas públicas del Estado de México, de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma del Estado de México, Archivos del municipio de Aculco de Espinoza. Para el análisis del desarrollo histórico de las haciendas, se recopilan datos históricos y estadísticos respecto al sector agrícola, en instituciones como el INEGI, SEDAGRO (Secretaría de Desarrollo Agropecuario del gobierno del estado de México), biblioteca de la Facultad de agronomía y de Turismo de la UAEM, entre otras instituciones; además se recurre a diferentes obras literarias en librerías públicas. Así también, se accesa a fuentes bibliohemerográficas particularizando en libros, revistas científicas y de divulgación, carteles, trípticos, de haciendas que están operando con el modelo del agroturismo. Con respecto a las técnicas de campo, se utiliza, bitácora o libro de campo para anotaciones de las observaciones realizadas; se diseña una guía de entrevista para recoger datos de los diferentes actores que estén relacionados con estas unidades de producción agrícola como: los dueños, administradores o campesinos del lugar objeto de estudio, esto para obtener información de primera mano. Se diseñan y aplican cuestionarios a la comunidad y a visitantes para conocer la opinión del modelo agroturístico en las haciendas, además se aplican cédulas para inventariar los acervos del patrimonio cultural tangible e intangible de las 5
haciendas con la finalidad de conocer sus usos y funciones. De igual manera se toman fotografías, grabaciones en video, grabadoras en audio, con los cuales se obtendrán datos acerca de los usos y funciones de los acervos del patrimonio cultural de las haciendas, y valorar el potencial para ser aprovechados en el agroturismo. Para el ordenamiento y procesamiento de los datos documentales y de campo acopiados se hará en diversos programas de software. Con las anteriores técnicas, también se recogerán datos actuales de las unidades de producción agrícola de las haciendas en cuanto al tipo de producción agrícola, el uso actual del espacio natural y cultural y del patrimonio. VI. CONCLUSIONES Dadas las observaciones en los estudios preliminares es factible desarrollar el turismo las haciendas analizadas en esta fase del estudio, en ellas se nota la existencia de una gran diversidad en los aspectos tangibles e intangibles, señalamos a continuación algunos hallazgos: La cofradía: Actualmente el casco o casa grande y la capilla ha sido remodelada, por la iniciativa privada, con la finalidad de ofrecer servicios de hospedaje (aunque poco promocionado) y banquetes, especializándose en bodas. Entre el patrimonio más importante que hasta el momento posee son: una serie de columnas toscanas; el portal exterior de principios del siglo XX, una piedra con la frase "Aquí celebrando misa", sobre la que supuestamente el cura Miguel Hidalgo celebró la eucaristía en visperas de la Batalla de Aculco del 7 de noviembre de 1810; se destacan los 11 murales que muestran las diversos paisajes de la vida cotidiana en Aculco a principios del sigloXX. Sin embargo, en charla con algunos encargados de turismo en Aculco, manifestaron el saqueo de piezas de arte por lo que en este lugar se requiere de un inventario. Dolores Ñado: Actualmente es una propiedad privada, el casco ha sufrido diversas restauraciones, ya que se ofrecen servicio de
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hospedaje en la casa grande y banquetes en los jardines de su predio. El gobierno promueve recientemente la realización de estudios históricos acerca de la historia del sitio, los cuales aportarán datos de gran importancia a esta investigación. Rancho viejo: Aunque en realidad se trata de una finca perteneciente a la extinta hacienda El Jazmín actualmente se encuentra en reconstrucción ya que sufrió graves daños con el paso del tiempo, como la pérdida de la bóveda que cubría el casco. Es importante mencionar que se no se han realizado estudios serios acerca de esta unidad de producción por lo que existe poca información acerca de su historia y trascedendencia. Hacienda de Arroyo zarco Actualmente la propiedad se encuentra en manos del Estado, el edificio es ocupado por la Comisión Nacional del Agua, aunque solo ocupa algunas habitaciones como oficinas, quedando la mayoría de ellas totalmente vacías. Aunque se encuentra dentro del camino Real Tierra Adentro, este casco quedo fuera del inventario que se presentó a la UNESCO, a pesar que su mayor relevancia consiste en los personajes históricos que se hospedaron en la casa grande, convertida en mesón de diligencias, ya sea en los primeros días que se disponían emprender el viaje hasta alguno de los destinos que se encontraban en la ruta o bien antes de llegar a la Ciudad de México. En cuanto al patrimonio tangible que han se conserva se encuentra la capilla, que a decir de los pobladores es el espacio mejor conservado y que en la actualidad se encuentra en uso.
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En general, en las haciendas de Aculco, se observan acervos de patrimonio cultural tangible e intangible, los cuales no se aprovechan y que se están perdiendo, debido a la falta de inventarios completos y formales. Por otro lado, aún existe la relación entre los habitantes de los alrededores, la misa en las capillas, las danzas, las fiesta populares, las actividades económicas, son prueba fehaciente de ello.
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