El primer tratado inglés de arquitectura: The elements of architecture de Sir Henry Wotton

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El primer tratado inglés de arquitectura: The elements of architecture de Sir Henry Wotton CARLOS MONTES SERRANO en Estudios de Arte en homenaje al profesor Martín González Secretariado de Publicaciones Universidad de Valladolid, Valladolid 1995, pp.727-730.

Es evidente que durante los últimos años, los investigadores de la arquitectura han puesto a nuestro alcance magníficas ediciones facsímiles de los distintos tratados clásicos de arquitectura publicados en nuestro país, con los necesarios estudios introductorios y aparato crítico de la edición. Asimismo, cabe destacar la traducción y edición, en nuestra lengua, de tratados hasta ahora manejados tan sólo en la lengua original. No obstante, aún es necesario un mayor esfuerzo editorial para poner al alcance de un público más amplio tratados o manuales de arquitectura de los que aún no existe la versión facsímil o la necesaria traducción castellana. Por otra parte, queda por realizar, en muchos casos, un estudio de las fuentes comunes de estos tratados, con el fin de detectar las filiaciones y dependencias entre los distintos textos, para poder así rehacer el acervo común de ideas o conceptos, patrimonio común de la cultura y el arte occidental. En este sentido, me gustaría destacar, al inicio de estas páginas, cómo el estudio de los movimientos artísticos, o de sus fuentes teóricas, manifiestan una unidad cultural entre los pueblos de Europa, que tanto viene a contrastar en nuestros días con enfoques historiográficos encerrados 1

en los estrechos límites de un nacionalismo mezquino, por completo ajeno a un verdadero entendimiento de la cultura y del mundo del arte. Sir Henry Wotton Un ejemplo de lo que venimos diciendo es el primer tratado inglés de arquitectura, The Elements af Architecture, publicado por en Londres en 1624. Su autor, sir Henry Wotton (1568-1639), fue uno de los ingleses de más amplia cultura en su época: noble dilettante, viajero, escritor, poeta, miembro del Parlamento, diplomático y espía, y más tarde embajador de los reyes Jacobo I y Carlos I Estuardo en Venecia, Viena, Turín y La Haya. Durante su larga estancia en Italia entró en contacto con los círculos artísticos del país, llegó a alcanzar una fina sensibilidad para el arte, aprendió a apreciar la arquitectura palladiana, y debió estudiar, entre otros, el tratado de Vitruvio y de Alberti, cuyas ideas se encuentran recogidas en su texto. Como decimos, la figura de Wotton es apasionante; se trata de uno de esos hombres universales del tardo Renacimiento europeo, abierto a toda clase de intereses y campos de saber. Wotton nació 1568 en el condado de Kent. Estudió en la Winchester School; y entre 1585 y 1588 en los New College y Queen's College de Oxford. Hay constancia de que en esos años universitarios cultivó su afición por las letras, estableciendo una honda y permanente amistad con el poeta John Donne, y que escribió una obra teatral hoy perdida. Pero también cultivó las ciencias, llegando a impartir tres conferencias sobre el ojo y la visión con el título De Oculo. Circunstancias todas ellas, que vienen a preludiar la gran calidad literaria y el carácter científico de su tratado de arquitectura, con su clara estructuración a modo de un tratado científico, su apelación al rigor crítico y al experimentalismo, y sus continuas referencias a la visión, a la óptica, y al punto de vista de quien contempla los edificios. Tras graduarse en 1588, y gracias a las rentas recibidas por el fallecimiento de su padre, emprende un largo viaje por el continente del que regresará once años después. Pasa los primeros años en Alemania; en Lintz toma contacto con Kepler, asistiendo a algunos de sus experimentos que transmitirá, años después, a su amigo Francis Bacon. Tras residir en Viena, llega a Roma el año 1592; visita Nápoles, Venecia, Florencia y Ginebra, ciudad que abandona con fuertes deudas camino de París, donde al parecer consiguió un empleo como diplomático al servicio de Robert Deveraux, segundo Earl of Essex y favorito de la reina Isabel. Sus experiencias políticas en el continente le permitieron escribir en 1594 su primera obra, The State af Christendom (publicada en 1657).

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Regresa a Londres en 1595, como agente y secretario del Earl of Essex. Hay constancia de que en diciembre de 1595 se traslada a París para avisar a Antonio Pérez, protegido del de Essex, de una traición fraguada por su asistente Godfrey Aleyn, que será posteriormente ejecutado; y de que compaña a Essex en sus expediciones navales contra la corona española. En los años siguientes resuelve algunas cuestiones diplomáticas de Transilvania, Polonia, Italia y Alemania, alcanzando un cierto nombre como entendido en cuestiones de política europea. Es entonces cuando amplía sus conocimientos literarios, gracias a la amistad con escritores y poetas amigos de Donne. En 1600 Essex cae en desgracia en la corte de Isabel I, y Wotton –no sabemos si comprometido en el complot– tiene que emigrar a Italia, no regresando a su país hasta la muerte de la reina. Se instala en Venecia donde se ocupa en sus aficiones literarias y sirve como introductor privado de viajeros ingleses. En Florencia se gana la estima de Ferdinando duque de Toscana, que le contrata a su servicio. En 1602 el duque le envía a la corte del rey Jacobo Estuardo en Escocia –viajando de incógnito a través de Suecia– para prevenirle de una traición, regresando a continuación a Florencia. En 1602, al fallecer la reina y acceder al trono Jacobo Estuardo, Wotton regresa a Inglaterra siendo bien recibido por el monarca, que agradecido le nombra caballero y embajador en Venecia, donde residirá hasta el año 1612 en que vuelve a Inglaterra intentando, sin éxito, lograr un puesto estable en el país. En 1614 ocupa un puesto en la Cámara de los Comunes y vuelve a ocuparse de cuestiones diplomáticas en La Haya, y otra vez en Venecia a partir de 1616; período en el que hay constancia de que se encarga de la adquisición de obras artísticas para el rey y algunos nobles. En 1619 regresa a Inglaterra a través de Alemania. El siguiente año permanece en Viena como embajador, trasladándose de nuevo a Venecia en 1621. Cansado de viajes, regresa definitivamente a Inglaterra en 1624. Con el fin de poder presentar sobrados méritos para optar al puesto de provost o director del Eton College, publica en 1624 su primera obra, The Elements of Architecture. Ocupa el cargo tras ser elegido entre varios candidatos, entre los que se contaba su amigo Francis Bacon. Wotton vive plácidamente sus últimos años en su cómodo retiro de Eton, llegando a ser un profesor popular y entrañable; amigo de poetas – entre ellos de Donne y de Milton– y escritores. Siguió interesado por los temas científicos y en contacto con Bacon y Kepler, llegando a escribir el epitafio de Francis Bacon. Falleció en Eton en diciembre de 1639. Pocos años después se publicarían sus escritos. 3

Distintas ediciones de The Elements of Architecture. The Elements of Architecture puede considerarse como el primer texto que difunde en Inglaterra las nuevas teorías arquitectónicas del Renacimiento italiano. Wotton sabe trasladar a Inglaterra los nuevos conceptos e ideas de una forma adecuada a la mentalidad anglosajona, adaptando muchos principios a las tradiciones constructivas y a las peculiaridades climáticas y geográficas de las islas británicas. El tratado de Wotton es muy poco conocido y no es fácil de encontrar en nuestras bibliotecas especializadas. De pocas páginas y de rápida lectura, se trata de un manual destinado a cultivar el espíritu y el gusto de los nobles de la época. No obstante, y a pesar de carecer de ilustraciones, tuvo una relativa influencia en los arquitectos del momento, influyendo en la predilección inglesa por la arquitectura palladiana, e inaugurando una costumbre en ese país que se conserva hasta nuestros días: el estudio de la arquitectura como parte integrante de la formación cultural y del buen gusto que debía adquirir toda persona noble o instruida. El libro de Wotton fue reeditado en varias ocasiones en su país entre 1624 y 1685. En Europa llegó a ser conocido al incluirse en la edición latina del Vitruvio realizada en Amberes por Juan de Laet el año 1649. En realidad el libro de Laet es algo más que una edición del Vitruvio; su estructura nos lleva a pensar que su autor pretendió reunir, junto al Vitruvio, lo que consideraba como principales fuentes para un adecuado conocimiento de la arquitectura y el arte del momento. De ahí que junto al texto vitruviano -y formando lo que alguien describió como una piccola enciclopedia di coteggio al Vitruvio- incluyera todos los comentarios de Guillermo Philander, una selección de los comentarios de Daniele Barbaro y de Claudio Salmacio, el Lexicon vitruviano de Bernardino Baldi, los libros de la pintura y de la escultura de Alberti, y otros textos. Y entre todos 4

ellos, ocupando un gran protagonismo, los Elementa Architecturae de Wotton, que viene a entenderse así, como un comentario erudito más del texto de Vitruvio. El texto de Wotton vuelve a adquirir cierto protagonismo en la Inglaterra del siglo XVIII gracias a la edición inglesa de los libros de Vicenzo Scamozzi y de Roland Fréart de Chambray. El inglés John Brown dio a conocer algunas de las ideas de Scamozzi en una publicación titulada The Mirror of Architecture. En la edición de 1681 Brown incluye un pequeño resumen (en las páginas 41 a la 56) de lo que entiende como principales aportaciones de Wotton bajo el título de The Ground-rules of Architecture collected from the best authors and examples by Sir Henry Wotton in his Elements of Architecture, now contracted, etc. Con todo, la obra de Wotton es tratada con mayor realce el texto de John Evelyn. Este autor inglés había viajado por Francia e Italia, y a su regreso, en 1664, traduce al inglés y publica la obra de Roland Fréart de Chambray, Parallele de l' architecture antique et la moderne (París 1650), añadiéndole un comentario de su cosecha: An Account of Architects and Architecture, in an Historical and Etymological Explanation of certain Terms particularly affected by Architects, en el que se cita en varias ocasiones el tratado de Wotton. La traducción de Evelyn tiene una buena aceptación en su país, por lo que se amplía la tercera y cuarta edición de 1723 y 1733 con el tratado De statua de Alberti y el texto de Wotton, que sitúa en su libro tras el prefacio, a modo de introducción general del Parallel de Fréart. Conviene destacar, al respecto, que la obra de Wotton, relacionada ahora con la de Evelyn-Fréart, se convierte en un exponente más de la difusión del palladianismo en Inglaterra, ya adentrados en el siglo XVIII, cuando con el acceso de la dinastía de los Hannover en 1715, se produce un decidido movimiento intelectual en favor del palladianismo que viene a coincidir con la publicación de I Quattro Libri de Palladio -en la edición de Leoni con traducción de Nicholas Dubois- y con el famoso Vitruvius Britannicus de Colen Campbell. Estos libros, junto con otros, como Designs of Inigo Jones (1727) de William Kent, Fabbriche Antiche disegnate da Andrea Palladio (1730) de lord Burlington, A Book of Architecture de J. Gibbs (1739), etc., hicieron que el texto de Wotton perdiera actualidad, al ser superado por libros de mayor calidad bibliográfica y en especial, de una gran cantidad de imágenes que ilustraban y difundían entre patronos, arquitectos y constructores las cualidades de la nueva y deseada arquitectura. No obstante, el tratado de Wotton seguirá ofreciendo su voz autorizada en el comentario de los tratadistas ingleses posteriores; tal es el caso de William Chambers, el cual, en su Treatise on Civil Architecture (1759) -el libro en 5

el que culmina todo el proceso neopalladiano inglés-, cita elogiosamente nuestro pequeño tratado. La influencia de Wotton en España Pero lo realmente curioso es que el año 1698 el libro de Wotton es traducido al castellano en Madrid, conviertiéndose así en la única traducción a lengua vernácula de este pequeño y curioso tratado. Hasta el presente se desconoce la persona que propició esta edición. No obstante, el texto nos señala que la traducción fue realizada a partir de la edición latina del Laet; lo que me permite aventurar la hipótesis de que la traducción pudo ser realizada o promovida por Juan Caramuel, el conocido tratadista español autor de la Architectura Civil Recta y Obliqua (Vegeven, 1678); libro en el que se utiliza, como fuente documental, y citado con mucha frecuencia, el tratado de Juan de Laet. Tanto el texto de Vitruvio, como los comentarios de Philandro, Barbaro o Baldi, son tomados por Caramuel de esta versión latina del Laet, traduciéndolos al castellano en su texto cuando lo creía preciso. Y como es lógico, Caramuel cita en varias ocasiones, para apuntalar sus ideas, el texto latino del tratado de Henry Wotton, o Wottonio, como él dice, tomándolo de la expresión latina del Laet. Sus referencias al autor inglés se encuentran oportunamente citadas en su texto, acudiendo a él como fuente de autoridad en varios pasajes relacionados con los órdenes arquitectónicos, lo que nos indica que ha leído y asimilado el texto. De ahí que nos atrevamos a aventurar nuestra hipótesis sobre la autoría de Caramuel -o de alguna persona de su círculo- en esta edición; circunstancia que no resulta extraña si nos atenemos al contexto cultural español de finales del S. XVII, en el que Caramuel destaca como el personaje de mayor erudición respecto a nuestro arte. Como es lógico, el tratado de Wotton vuelve a tener alguna difusión a través de la versión castellana y las abundantes citas del Caramuel. y así nos lo encontramos citado en la Architectura Civile de Guarino Guarini (Turín, 1739), y en los Elementos de toda la Aquitectura Civil de Ch. Rieger y M. Benavente (Madrid, 1763), los dos libros que más influyeron en centroeuropa en la segunda mitad del XVIII. De hecho, el RiegerBenavente incluye como presentación del tratado una cita de Wotton en latín (tomada del Laet) y en castellano: “Haviendo hombres nobles, y nobles ingenios, no necesita la Architectura de otras recomendaciones. El Caballero Henrique Wotton en sus Elementos de Architectura”. Más relevante para nuestro entorno arquitectónico, es la referencia a Wotton en el pequeño libro publicado por Diego de Villanueva, Director de Arquitectura de la Real Academia de San Fernando, con el pomposo título 6

de Colección de Diferentes papeles Críticos sobre todas las Partes de Arquitectura (Valencia, 1766). El libro se estructuraba en una serie de “cartas” que Villanueva pretendía dar a la luz “coleccionadas” en este volumen y en otros que no llegaron a publicarse por falta de aceptación. Pues bien, en la relación de artículos que pensaba editar, se relaciona en la Carta VIII la obra de Wotton: “Primera parte de los elementos de Arquitectura, por el Cavallero Henrique Wotton; y segunda parte”; que finalmente quedó fuera de este volumen. Esta circunstancia nos indica, de acuerdo con las ideas de Villanueva reflejadas en su prólogo, que consideraba el pequeño tratado inglés como “una obra recibida con estimación de los inteligentes, y amantes de lo bueno”, de gran utilidad para el progreso del arte de la arquitectura en nuestro país. Cabe señalar que Villanueva también cita la obra de Wotton en la Carta IX, que trata “Sobre la Arquitectura en España, y Autores que han escrito de ella”, escribiendo en la somera relación de obras: “y acabó el siglo dandonos en Castellano los elementos de Arquitectura de Henrique Woton, no teniendo desde este tiempo una obra original, como Vm. verá después” (página 156); que “está llena de bellas maximas, y conocimientos, y dá una idea de toda la Arquitectura” (pág. 165). En realidad es bien comprensible que Villanueva elogiara la obra de Wotton y que incluso pretendiera incluirla por completo en su empresa editorial, en pie de igualdad con Algarotti o Laugier. En primer lugar, no debemos olvidar el prestigio que la arquitectura inglesa había alcanzado en la segunda mitad del XVIII en el continente, en relación con las nuevas orientaciones en el gusto que comenzaban a llegar a nuestro país. Pero además, el estilo literario de Wotton, con su fina ironía y su pretensión de servir como guía del juicio crítico ante las obras de arquitectura, tanto para el constructor como para el comitente, encajaba directamente con el talante y finalidad de la Colección de Papeles de Diego Villanueva; si bien, hay que decir que la sutil ironía de Wotton no coincide con la ácida crítica que nos manifiesta Villanueva en sus comentarios eruditos. La fortuna crítica de los Elementos de Arquitectura. A partir de entonces, el libro de Wotton se convierte en una rareza erudita, reeditándose en varias ocasiones en el presente siglo con una finalidad meramente historiográfica. No obstante, interesa señalar que el tratado de Wotton no ha recibido la necesaria atención por parte de aquellos estudiosos, que como Wittkower, Summerson, Downes, Kaufmann o Ryckwert, se han ocupado del clasicismo en Inglaterra y de las nuevas orientaciones del gusto artístico. Wotton, como afirmábamos al comienzo de estas líneas, pasará a la 7

historia como uno de tantos artífices de la cultura occidental que no cabe encerrar en las fronteras de uno u otro país. Aprendió en su Inglaterra natal, y completó su formación humanística en Alemania, Austria, Francia e Italia. Dominaba varias lenguas: francés, alemán e italiano, y desde luego, el latín y el griego. Supo asimilar las principales fuentes de la cultura arquitectónica del clasicismo, a través de sus lecturas de Plinio y Vitruvio, de Alberti, Serlio, Palladio, Delorme, Vasari y tantos otros humanistas. Conoció y apreció las obras de Vignola, Miguel Ángel, Tiziano y Durero. Trasladó a su país -dejando una huella definitiva- el pensamiento clásico fraguado en el Renacimiento. Su obra se conoce en el continente a través de la versión latina, de la cual se traduce al castellano. Acompaña e introduce las versiones inglesas de los tratados del italiano Vicenzo Scamozzi y del francés Fréart de Chambray. Es citado como fuente de autoridad en diversos tratados -ingleses y continentales- y tiene una clara influencia en los tratados españoles de la segunda mitad del XVIII, en su intento de revitalizar la arquitectura del clasicismo grecorromano. Cabría afirmar, en consecuencia, que en Wotton encontramos un ejemplo perenne y alentador -en estos momentos en que las ciencias humanísticas se ven amenazadas y combatidas por la presión pragmática y utilitarista de nuestra sociedad- de la universalidad del conocimiento artístico, de la vitalidad de las humanidades y de la pervivencia del pensamiento clásico en occidente. Es decir, de todo un conjunto de valores que la humanidad debe promover y custodiar con esmero. Bibliografía. H. WOTTON, - The Elements of Architecture, Collected by Henry Wotton Knight, from the best Authors and Examples. London. Printed by Iohn Bill, MDCXXIV. (Ed. facsímil, Nueva York, 1970). - Elementos de Architectura recogidos de los authores y exemplares mas aprobados por el cavallero Henrique Vvotton escritos en lengua inglesa, y publicados en Londres en el año 624. Traducidos a la latina por Juan de Laet, natural de Amberes, en el 649. Y aora a la castellana en el 698. (Existe ejemplar en la Biblioteca Nacional, ref. BA 3082) J. DE LAET, - M. Vitruvii Pollionis De Architectura libri decem / cum Notis, Castigationibus et Observationibus/ Guilielmi Philandri, integris;/ Danielis Barbari, excerptis; et/ Claudii Salmasii, passim insertis/ Praemittuntur/ Elementa Architecturae / Collecta ab illustri Viro/ Henrico Wottono Equite Anglo....., Amberes 1649. (Un ejemplar de este volumen se encuentra en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, ref. B 1630, Y en la Biblioteca Nacional, ref. BA 3488).

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I. WALTON, - The Lives of Dr. John Donne, Sir Henry Wotton, Mr. Richard Hooker, Mr. George Herbert and Dr. Robert Sanderson, Londres 1825. (Existe ejemplar en la Biblioteca Nacional, ref. U 4110). Voz Henry WOTTON The Dictionary of National Biography, Oxford 1973, vol. XXI, pp. 966-972. Encyclopaedia Britannica, vol. 23, edición 1973, p. 810.

ADENDA (2008) El interés por la obra de Wotton surgió al estudiar la posible influencia de la arquitectura inglesa en las ideas de Diego de Villanueva y de Juan de Villanueva, lo que me lleva a buscar las versiones de su tratado en la Biblioteca Nacional y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Al invitarme a participar en este volumen en memoria del profesor Juan José Martín González, me pareció una buena idea dedicarle esta pequeña pesquisa sobre la figura, obra y fortuna crítica en España de Henry Wotton. Como es lógico, en este tipo de publicaciones el texto debía tener un número muy limitado de páginas. Visto lo cual, cuando el profesor Antonio Agüera me solicitó un tema de investigación doctoral, le propuse trabajar bajo mi dirección sobre el tratado de Wotton, profundizando en lo aquí escrito, y analizando en profundidad las ideas expuestas en el tratado así como su procedencia. La tesis fue defendida el año 1995 con el título Aportación de un diletante a la teoría arquitectónica: The Elements of Architecture by sir Henry Wotton, London 1624. Fue publicada con el título Los Elementos de la Arquitectura por Sir Henry Wotton. Un texto crítico, Universidad de Valladolid 1995. La lectura y estudio del tratado de Wotton también daría lugar a una serie de artículos que fui publicando sobre el uso de los modelos en Inglaterra durante los siglos XVI al XVIII, ya que Wotton dedica todo un largo pasaje a los modos de representar el proyecto mediante dibujos y maquetas. Debido a este mismo interés, dirigí otra tesis sobre los escritos sobre arquitectura publicados antes y después del libro de Wotton. La tesis fue publicada este año: Almudena Herrero Rey, Tratados ingleses de arquitectura, 1563-1663, Secretariado de Publicaciones Universidad de Valladolid, 2008.

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