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XVII La Guerra 1936 E! afio 1936 empieza con fiebre electoral. El día 2 de enero Callís fue confirmado por tercera votación, como titular de la alcaldía que venía rigiendo interinamente. Sería una titularidad de pocos días. Cada tendencia desarrolló su programa, pero las palabras usadas resultaron cada vez mas agresivas. Repitiendo la frase de Azaha, un periódico escribe: Figueras ha dejado de ser católica». Se suceden los mitines y hay carteles de propaganda pegados por las paredes_ " Votad a las izquierdas» dicen unos. " Votad a España» piden los otros. El ambiente esta turbio, flotando en el aire un deseo de revancha. Se presiona el voto y se presta ayuda a los enfermos para trasladarse a los colegios electorales a depositar su papeleta. El 16 de febrero se Ilevan adelante las votaciones que dan los siguientes números: Coalición de izquierda: Martí Esteve (Acción Catalana), 3.576 votos, Santaló (Esquerra), 3.534; Puig Pujadas (Esquerra), 3.737; Mascort (Esquerra), 3.534; Casanellas (P.N.R.E.), 3.517. Coalición de derecha: Ayats (Ceda), 1.995 votos; Badía (Lliga), 2.061; Busquets (Radical), 2.026; Estelrich (Lliga), 2.068; Hernando (Tradicionalista), 1.903. Destaca el hecho de Puig Pujadas al obtener el mayor número de votos, sobreoasando la media dada por la izquierda. Ello se debió a que algunos elementos de derecha le dieron su voto. El comentario de «Empordà Federal» (253), fue: «El Ampbrdan esta en donde era. Ocupa el lugar de siempre. No ha cedido ni un paso». —239 —
El resuitado de las elecciones apareció en el Boletín de la Generalidad con fecha del mismo dia 16. El día 17, el Presidente de la Generalidad firmó un decreto reponiendo a los concejales elegidos por elección popular el 14 de enero de 1934. El ejemplar del Bol&tín oficial no Ilegó a Figueras hasta el día 19, pero el Alcalde Callís, al leer el texto en el periódico, convocó a los concejales en ejercicio y a los repuestos y cedió la alcaldía, pues dijo que «no quería seguir un minuto màs». Puesta la elección del nuevo Alcalde, sale elegido por cuarta y última vez Mariano Pujulà. Dice que se ve obligado a volver al sitio del cual ya no quería ocupar otra vez, haciéndolo por exigencia de sus compaheros. Pide la reserva de un sitio para Puig Pujadas, encarcelado en Gerona, a quién se le envía un telegrama. La minoría presta su voto a esta propuesta. El decreto de amnistía para los detenidos en octubre de 1934 no Ilegó hasta el día 21 de febrero. Puig Pujadas fue elegido enseguida Diputado a Cortes por tierras gerundenses y dimitió de su cargo de concejal, en cumplimiento de la ley de incompatibilidades. Se le rindió un recibimiento apoteósico. Puig Pujadas había nacido el día 26 de junio de 1882. Era, aparte de político, literato y amante del arte. «Empordà Federal» recuerda en esta fecha que «fue en 1931, con la llegada de la República, cuando se lanzó a la vida política» (254). Detenido el 6 de octubre de 1934 le condenaron a 30 arios de càrcel. Durante la guerra fue.cónsul en Perpignan y posteriormente en Lyon. Para conmemorar el primero de mayo fue presentado un escrito al Ayuntamiento firmado por el partido Comunista, Sindicato Agrario, Unión Socialista de Catalufia, Partido obrero de unificación marxista, Federación local del Sindicato obrero y Sindicato obrero de oficios varios. Era un vasto programa de actuación y comprendía 29 puntos y en él aparece por primera vez la palabra «Falange esparicla», al pedir su desarme (3). En aquellos momentos la Falange no estaba organizada en Figueras. No obstante un ampurdanés de Castelló de Ampurias, Roberto Bassas, que ejercía en Barcelona de «advocat», como decía la placa de su despacho, fue el primer Jefe Territorial de F.E. y de las J.O.N.S. en Cataluria, nombrado por el propio José Antonio (7), con el que tenía gran amistad. Con Bassas, y otrcs falangistas de Gerona, establecieron contacto varios jóvenes estudiantes de Figueras, así como algunos falangistas de Castelló y Fortià. Muchos de ellos fueron luego encarcelados y Roberto Bassas y su hermano muertos en el Collell, en los últimos meses de la guerra. Varios figuerenses, al poco tiempo, trabajaron clandestinamente en la ciudad por la causa del Alzamiento Nacional Habían recibido consignas para el momento en que se tuviera conocimiento de la sublevación en Africa. El 26 de abril tuvieron lugar otras elecciones: las destinadas a compromisarios oreparatorias a las del Presidente de la República. A favor de la Izquierda hubo 2.770 votos y para la derecha 359. En cuanto al escrito presentado por aquellos varios partidos políticos era un programa de actuación de lo serialado por el, Frente Popular: encarcelamiento de los autores de la répresión de octubre; disolución y desarme de asociaciones fascistas; confiscación de bienes a beneficio de los obreros parados; rebaja de
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alquileres; cesión gratis de tierras a los campesinos; jornada semanal de 44 horas, para el ramo de la construcción y metalúrgico; cerrar los centros como el Patronato de la Catequística; dar armas al pueblo; suspender la publicación «La Veu de L'Empordà», etc. Las Ferias de mayo, las últimas con este nombre, contaron con la octava Feria Comercial, de Agricultura, Industria y Fomento del Turismo, organizada en la plaza cubierta del Comercio, cerrada por tablones cedidos por un solo contratista. Se celebró la Fiesta de «la Flor» en la Rambla, a beneficio de las colonias escolares. En la corrida de toros fueron lidiadas reses de la ganadería de Luis Bernardo de Quirós, con los diestros Jaime Noain, Carnicerito de Méjico y Rafael Ponce «Rafaelillo». En el Parque tuvo lugar una gran jornada sardanista a beneficio del monumento a Pep Ventura, con las coblas La Principal de la Bisbal, La Selvatana, Antiga Pep y Montgrins. La Unión Deportiva Figueras contendió contra un duro rival, el Fuertepio y en los cines los aficionados admiraron a Charlie Chaplin en «Tiempos Modernos», Lina Yegros en «é,Quién me quiere a Mí?», Shirley Temple en «La simpàtica huerfanita» y Grace Moore en «Quiéreme siempre». En el campo de aviación de Manol el festival aéreo organizado terminó en tragedia, como si fuera un mal presagio de aquella última primavera en paz. Una gran muchedumbre estaba presenciando las evoluciones de los aparatos, cuando un avión francés, pilotado por un espariol, al intentar aterrizar se desvió sobre un grupo de personas, que se echaron al suelo. Sin embargo el tren de aterrizaje alcanzó a dos mujeres, una de 33 y otra de 52 arios. Una murió decapitada y la otra falleció poco después. Se salvó una nina que estaba con ellas por su poca estatura. La fiesta quedó suspendida y el Ayuntamiento pagó los gastos de entierro de las dos víctimas y les cedió el título de los nichos. Ei día 7 de mayo visitó la ciudad el Presidente de la Generalidad de Cataluria, Luis Companys. Fuerzas del Ejército le rindieron honores y desfilaron ante él. En este mismo día el Ayuntamiento adoptó un importante acuerdo para el futuro urbanístico de Figueras, al aprobar definitivamente el proyecto de cobertura de 200 metros de la riera Galligans, desde la plaza Matadero hasta la prolongación de la calle Colón. Con ello iba a conseguirse la formación de la actual calle Pella y Forgas y la plaza Victoria. El presupuesto total de la obra ascendió a 246.584 pesetas, amparado por una subvención concedida por el Estado el 23 de diciembre de 1935, de importe 91.310 pesetas, la aportación municipal de 88.067 y la aplicación de contribuciones especiales a los propietarios de fincas mejoradas, por 67.207 pesetas. Como el Ayuntamiento no tenía en su presupuesto ordinario suficiente partida para cubrir su parte, lo consignó para los presupuestos de los arios 1927, 38, 39 y 40. El 5 de junio se publicó un bando municipal declarando la caducidad de las licencias de armas extendidas a favor de ciudadanos de Acción Ciudadana, concediéndoles un plazo de cinco días para entregar las armas. En este mismo mes (181) vino a Figueras el Obispo en visita pastoral, pero ante las circunstancias del momento no se celebró ningún acto público. El ambiente de la ciudad resultaba extrafío. En pocas semanas se habían abierto unos grandes abismos.'Las personas de «derechas» estaban intranquilas ante el cariz que iban tomando los acontecimientos. Pero también lo estaban los
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moderados de las «izquierdas», pues notaban la aparición de extremismos desaprobados por
La atmósfera era cada vez de mayor tensión (7).
EI día 13 de julio, con el asesinato de Calvo Sotelo, la tensión se convirtió en panico para muchos. El 16 de julio un figuerense iniciaba la primera acción de guerra, antes de declararse oficialmente dos días después. La Ilevó a cabo el Comandante Joaquín Ríos Capapé, que estaba destinado a Africa (182). Mientras se estaban ultimando los detalles del Alzamiento Nacional, el Teniente coronel Juan Bautista Sánchez Gonzalez habló con Villa Sanjurjo y ordenó transmitir un mensaje al Comandante Ríos Capapé, .para safir inmediatamente con su tabor. Debía pernoctar en Snada y entrar la manana siguiente a Melilla. A los pocos minutos de recibirse esta orden, el tabor número 5 de los Regulares de Alhucemas, con su Comandante al frente, salía silenciosamente hacia Melilla. Era la primera unidad sublevada del Ejército espaííol. Su misión, cumplida, fue la de apoderarse de la estación telefónica y telegràfica de Torres de Alcalà, para apoyar la sublevación que se moldeaba. El 18 de julio el Alcalde estaba en Barcelona a visitar a un sobrino y para asistir a un congreso de la Esquerra. Había traspasado la alcaldía al tercer regidor, Jaime Miravitlles, por hallarse ausentes el primero y segundo regidor, Deulofeu y Soler respectivamente. También en Barcelona se encontraban varios deportistas figuerenses para participaren la Olimpiada popular serralada para el día 19 de julio. El 18de julio se tuvo conocimiento de la sublevación de unos generales y en la población reinó el nerviosismo» (7). El comercio no abrió las puertas y la gente lampoco acudió al trabajo. Por las calles podían verse grupo de personas hablando de aquellos acontecimientos, si bien la impresión mas generalizada era de que se trataba de un hecho similar al del octubre de 1934 y que sería sofocado rapidamente. En el transcurso de este día no ocurrid ningún hecho especial. A las 2 de la madrugada del día 19 (273) el Teniente coronel Monasterio, que estaba al mando del Regimiento de San Quintín, en el Castillo, recibió un teleorama indicandole que la guarnición que declarase el estado de guerra sería considerada facciosa. A las 5 recibió otro telegrama del General de Gerona ordenandole declarase el estado de sitio a la plaza. La orden produjo confusión entre los oficiales. A las 7 de la mariana el Teniente coronel Monasterio dispuso una companía que al mando del Capitan Jubert declaró el estado de guerra en diferentes puntos de la población. El Capitan Jubert, de identificación republicana, terminó la lectura del bando con un «Viva la República». Murió poco después luchando en el frente y se puso su nombre a la calle Vilafant. A las 8, el Alcalde accidental fue al Ayuntamiento para redactar el contrabando y a las 9 le telefoneó el Teniente coronel Monasterio hablandole del estado de las cosas. Como no se pusieron de acuerdo el Alcalde subió al Castillo. Allí vio la tropa formada a punto de emprender una marcha. Cada cual expuso su opinión y se recomendó al Alcalde mantuviese el orden público. Este no quiso aceptar la responsabilidad del estado de guerra. Entre tanto, un grupo de quince muchachos estaban preparados para intervenir. Su enlace con el Movimiento Nacional se efectuaba a través del Teniente
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Montúa y tenían orden de sublevarse a las veinticuatro horas de las operaciones de Africa (7). En el momento preciso aquellos quince jóvenes subieron al Castillo para sumarse al Alzamiento. Uno de ellos iba vestido de militar por Sll condición de oficial de complemento. Estuvieron hablando largo rato con el Teniente coronel oero este estaba indeciso. Desconocía toda la trama del movimiento preparado y la cuestión no le resultaba clara. Al rendirse en Barcelona el General Goded la situación le resultó mas confusa. Por la tarde ordenó bajar un destacamento militar para mantener el orden, según expresó, lo cual dio iugar a una situación violenta por la irritación del pueblo figuerense. Pudo ser una tarde tragica, pero al final se impuso la serenidad. Enseguida se mandó retirar las fuerzas dejadas por la mariana en los iugares estratégicos.
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Frente al edificio del Ayuntamiento se formaron grupos cada vez mas nurnerosos de personas Ianzando gritos patrióticos a favor de la República. entre
li l tumultuoso clamor. Algunos de ellos exigían armas. Otros llamaban fascista al f
Alcalde. Se nombró una comisión entre los partidos y organismos presentes y juntos subieron nuevamente al Castillo en donde el Teniente coronel les dio la explicación de los hechos. En la plaza de armas los soldados daban gritos de Viva la República l y algunos levantaban el pur5o. Por unas horas la situación habia sido difícil e indecisa. Para la capital catalana -Figueras y Gerona fueron durante bastantes horas motivo de preocupación hondísima), (182).
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El dia 20 el pueblo pidió armas. Continuó la huelga y por la tarde una comisión militar acudió al Ayuntamiento para hacer acto de adhesión a la República. Algunos milicianos empezaron a requisar armas en las casas de militares retirados. En este día había tomado posesión interina de la alcaldía el primer regidor Alejandro Deulofeu, quien ejerció el cargo hasta el día 23 que, por encontrarse enfermo, lo traspasó al segundo regidor Soler y éste, a su vez, lo hizo ai tercer regidor, y así alternativamente. Este vaivén de traspasos duró hasta el día 27 en que Pujula «restabiecido de su indisposición» volvió a hacerse cargo de la alcaldía. Desde el 18 al 27 de julio la alcaldía cambió veintiuna veces de interinidades. En este día 20 de julio el Alcalde publicó un bando ordenando a todos los poseedores de armas de cualquier clase, incluso las autorizadas, menos las de caza y de los agentes de la autoridad, su entrega a la oficina municipal antes de las ocho de ia tarde. No se cumplió la orden y fue reiterada otra vez, con el mismo resultado. A las ocho de la tarde Ilegaron (273) al Ayuntamiento varios automóviles con banderas rojas, con individuos de los sindicatos de Barcelona para ponerse en contacto con los comparieros de Figueras. Entre tanto habían sido establecidas barricadas en varios puntos de lo población. Los milicianos ocuparon posiciones en el paso a nivel, protegidos por la pared de la calle Vilamalla, por si se producía un desembarco en Rosas y venían fuerzas rebeldes por aquel sector. Estaban controladas todas las entradas de la ciudad, pues el número de milicianos era muy eievado. En la relación del 12 de agosto figuraban un total de 219 milicianos en Figueras. Varios miembros de la FAI subieron al cimborrio del campanario de la iglesia de los Desamparados y colocaron una bandera rojinegra visible desde muy lejos y cuya asta aún cuelga en la acualidad por entre aquellos hierros. Fue redactada una lista de los militares que debían considerarse detenidos, compuesta por el Teniente coronel Monasterio, un comandante, dos capitanes, dos tenientes, tinto alféreces, un teniente coronel de carabineros y un capitan de carabineros. Los juzgó un tribunal militar en Gerona el 23 de octubre. Al Teniente coronel le impusieron doce afíos de carcel, aunque después de la guerra fue rehabilitado y ascendió a Coronel. A un teniente le condenaron a muerte y fue fusilado en Barcelona. A los paisanos que habían subido al Castillo para sumarse al Alzamiento Nacional los detuvieron a los tres, días. El día 21 de julio se celebraron las últimas miSas en la Parroquia. La última la estaba oficiando el sacerdote Luis Macia, cuando entraron en la iglesia varios milicianos disparando algunos tiros. 'Los feligreses lograron salir, pero al sacerdote se lo Ilevaron detenido al Castillo. Un considerable gentío se congregó delante de la Parroquia mientras en su interior los milicianos amontonaban los bancos, retablos, imagenes y ornamentos. El Alcalde fue notificado de este acto (273) y ordenó a la Guardia civil acudiera con la maxima prudencia para evitar aquella acción. Cuando Ilegó todos aquellos enseres ya estaban quemandose, después de haberlos rociado con gasolina. Se acordonó la iglesia para evitar desgracias personales. También acudieron los bomberos para evitar que el fuego se propagase a las casas vecinas.
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El fuego no alcanzó aquel día la Capilla de los Dolores, donde estaba el grupo escultórico de Ramón Amadeu. A los pocos días (242) fue retirado el grupo y depositado en la casa Romaguera, en la piaza del Teatro, y mas tarde trasladado al extranjero. Terminada la guerra se recuperó en dos Iotes diferentes. En el Hospital las monjas ocultaron el caliz y ornamentos sagrados en un doble tabique. Allí permanecieron hasta que un bombardeo los puso al descubierto. También había sido asaltado el local de la Ceda y todo su papeleo echado a la calle. Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos el Rector y ei Vicario esta noche ya no pernoctaron en la Rectoría. Para evitar nuevos incendios el Alcalde (273) ordenó colocar en los edificios religiosos un rótulo que decía: " Este edificio ha sido incautado por la alcaldía. Respetarlo, es del pueblo». A las 12 de la noche Ilegaron mas automóviles de Barcelona con milicianos armados para tomar el Castillo. Después de varias conversaciones y conferencias telefónicas, a las 3 de la madrugada desistieron de aquel objetivo. AI día siguiente se entregaron las primeras armas del castilio al pueblo. La primera remesa fueron cien fusiles. La autoridad militar había cedido ante la manifestación de los milicianos y una gran masa del pueblo. Por otra parte !a autoridad civil tampoco tenía fuerza. Estaba desbordada por el Comité del Pueblo que se había incautado del edificio de la Catequística. El primer muerto en Figueras de todos estos acontecimientos fue un- gitano que intentaba robar objetos litúrgicos. Le pegaron un tiro y luego lo rociaron de gasolina y lo quemaron. También Ilegó con una sensación de terror la noticia de que en las inmediaciones de Fallinas, en la carretera de Figueras a Gerona, habían sido mu.ertas varias personal y luego tambier rociadas con gasolina y quemadas. Una de ellas. era figuerense. El día 29 de julio el Alcalde recibió un escrito del Gobierno de la Generalidad de Cataluna ordenando incautarse de todos los establecimientos hospitalarios y de asistencia, y en consecuencia el Alcalde se hizo cargo del Hospital de Figueras, con todo su patrimonio, cesando en sus funciones los miembros de la Junta de Patronato. Esta acta de incautación aún fue firmada por el P r cipr este Pedro Arolas y el sacerdote Enrique Murtra, que formaban parte de aquella Junta. El Hospital se convirtió de esta forma en Hospital de guerra. El día 30 de julio salió para el frente la primera columna armada de Figueras. Su destino era el frente de Aragón. A las 6 de la mana na---un gran gentío les despidió en la Rambla (264). Al llegar las fuerzas de la Guardia civil fueron recibidas con entusiasmo. Partieron 550 combatientes, pertenecientes al Ejército, Guardia civil y milicianos, en 45 coches en dirección a Barcelona. Entraron en combate a los escasos días y enviaron un telegrama informando que en la batalla de Torres de Alcalà tuvieron un oficial y 12 soldados heridos. En estas mismas fechas se firmó en Barcelona el acta de constitución de las milicias populares y el reglamento de sus facultades, en acuerdo firmado por todos los partidos y organizaciones afectas al gobierno republicano. Estas milicias formaron parte del Comité de las Milicias antifascistas de Cataluría y entre los firmantes, por la Esquerra Republicana de Catarufia, estaba el figuerense Jaime Miravitiles (182). — 245 —
Las noticias oficiales Ilegadas a la ciudad sobre la situación de la guerra eran de un aplastamiento total de los fascistas, después de su «emboscada criminal» (264), pero había gente que escuchaba la radio y tenía conocimiento de la prolongación de la lucha. Algunos militares huyeron y lograron pasar la frontera (183). Otros paisancy de derechas también lo consiguieron, pero muchos se ocultaron donde pudieron y varios fueron detenidos. En alguna casa se dio cobijo incluso a sacerdotes escapados momenténeamente de aquella persecución. Los detenidos fueron recluidos en la carcel de la calle San Pablo y en el Castillo. El día 2 de agosto se publicó un bando ordenando la incorporación a filas de los reemplazos de 1934 y 1935. El día 5, en un tren de las seis de la tarde, salieron para el frente una segunda columna de fuerzas de Figueras, compuesta de cien carabineros. El día 7 se efectuó el registro de la casa del Dr. Burgas, entonces el sacerdote més importante de la ciudad después del Pérroco. Cuatro hombres del servicio de Investigación social del Comité antifascista de Figueras la ilevaron a cabo. En el acta no consta ningún documento comprometedor y solamente un capital de cuatro pesetas- con cincuenta céntimcs. Mientras tanto, se incendiaban iglesias e imégenes religiosas. En las inmediaciones del río Manol, en la carretera de Alfar, se amontonaron gran cantidad de imégenes de yeso y madera. Estas fueron quemadas y aquellas troceadas. Para intentar la recuperación de obras de arte, en este mismo mes de agosto se organizó el Comité de Cultura y Arte, que dependía del Comité del Pueblo, constituido por tres miernbros del P.O.U.M. y uno del P.S.U.C. y cuya finalidad consistía en salvar las obras de arte, depositéndolas primero en la Iglesia de San Sebastián y luego en la casa Romaguera. Este Comité de Cultura y Arte estaba asesorado pel- un técnico de la Generalidad de Catalufia y un anticuario de la ciudad (7). Desgraciadamente el furor de aquellos momentos no quedaba solamente en la quema de lugares sagrados. El día 22 de agosto fueron fusilados siete ciudadanos en la carretera de Llers, junto al camino de los arcos del Castillo. Entretanto la ciudad había estado précticamente sin Ayuntamiento todos estos días. El día 13 de agosto se reunió la Corporación municipal, tomando posesión de sus cargos cinco concejales de la Izquierda Catalana, por cese de los de la Lliga Catalana, según decreto oficial. «Esta es hora histórica de la vida de Cataluria, de toda la República esparlola», se dice en el acta. Y se «afirma la confianza en la victoria definitiva de la República reforzada en la milicia ciudadana, con elementos armados fideles a la legalidad republicana, que han aplastado la vil insurrección fascista que quería ahogar en sangre los deseos democréticos y sociales del pueblo espariol». Saludaron y desearon el rètorno victorioso de las fuerzas partidas de Figueras para liberar «a nuestros hermanos de Aragón». A pesar de este optimismo, el propio Ayuntamiento adoptó el acuerdo de protestar ante la Superioridad por la presencia de