EL SE6UR0 DE MATERNIDAD

Publicaciones del Instituto Nacional de Previsión EL SE6UR0 DE MATERNIDAD -foj- Su evolución. — Sus resultados. Su transformación. II.° octubre 1931

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Publicaciones del Instituto Nacional de Previsión

EL SE6UR0 DE MATERNIDAD -foj-

Su evolución. — Sus resultados. Su transformación. II.° octubre 1931-31 diciembre 1933.)

MADRID, 1934.—IMPRENTA Y ENCUADERNACIÓN DE LOS SOBRINOS DE LA SUCESORA DE M. MINUESA DE LOS RÍOS. MIGUEL SERVET, 15.--TELÉFONO 70710.



EL SEGURO DE MATERNIDAD



Publicaciones del Instituto Nacional de Previsión

EL SEGURO DE ••

Su evolución. — Sus resultados. Su transformación. |1.° octubre 1931-31 diciembre 1933.)

MADRID, 1934.—IMPRENTA y ENCUADERNARON DE LOS SOBRINOS DE LA SUCESORA DE M. MINÜESA DE LOS RÍOS. MIGUEL SERVET, 15.—TELÉFONO 70710.

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1 9 3 4 . — N ú m . 4-35



Razones de esta publicación.

El Instituto Nacional de Previsión vive desde su fundación en un régimen de amplia publicidad. Sus 500 publicaciones lo atestiguan. Cumple así dos fines: el dé dar cuenta de lo hecho y el de divulgar las doctrinas de previsión; rinde así cuentas ante las grandes masas que forman la clientela de los Seguros sociales y continúa su tradicional proselitismo. Sobre el régimen de libertad subsidiada, el Retiro obrero obligatorio, las Mutualidades escolares, el Seguro de accidentes del trabajo, la lucha contra el paro y sobre tantas otras materias de Previsión, ha formado así el Instituto Nacional de Previsión una copiosa bibiografía (1); pero hay una de ellas, el Seguro de maternidad., en la que, con observación atenta de todos los momentos, se ha extremado el afán divulgador. El Seguro de maternidad es una experiencia interesantísima de la Previsión social española. Ha nacido solitario, aislado del Seguro de enfermedad, molde en el que va englobado y protegido en la mayoría de los países. Considerado como seguro sanitario, ha debido movilizar amplios servicios, resolver cuestiones sanitarias con un criterio de preparación y adiestramiento para los mayores empeños del Seguro de enfermedad, y ha tenido que compaginar la eficacia en el tratamiento con la forzosa economía. En el campo de la técnica actuaría! ha necesitado del estudio profundo de un sistema de reparto. En lo social ha inaugurado la cotización obligatoria de los trabajadores; ha abordado un sector de la vida del trabajo, el femenino, donde abundan las obreras eventuales y de temporada y las trabajadoras a do(I) V. Catálogo de las publicaciones del Instituto Nacional de Previsión. Madrid, 1933,

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micilio, con todas las dificultades inherentes a estas modalidades de trabajo; y en lo administrativo ha obligado a montar numerosos servicios de funcionamiento inmediato, de tal suerte que la rapidez y eficacia fueran compatibles con la parquedad de medios económicos del Seguro. Por todas estas razones, el Instituto Nacional de Previsión ha examinado con interés, con curiosidad y a veces con inquietud las complejas cuestiones que se han derivado de la implantación y de la marcha del Seguro de maternidad y ha mantenido continuo contacto con la opinión pública, considerando un deber darle cuenta de sus observaciones y recoger toda clase de asesoramientos. A la redacción del anteproyecto del Seguro precedió una información pública; las ponencias que actuaron en la preparación fueron compuestas ponderadamente, dando entrada en ellas a elementos sociales, sanitarios, profesionales, patronales y obreros. En folletos y en la Prensa se ha procurado siempre tener al día una información al alcance de todos los que por estas cuestiones se interesan. Esta publicación no es más que una continuación de esta constante labor de publicidad, y aspira a dar a conocer la situación del Seguro, próximo a terminar el primer trienio de su vigencia. En mayo de 1932 publicaba el Instituto Nacional de Previsión un Informe sobre el Seguro de maternidad (1), referido a su primer trimestre. Trimestre difícil, por ser el de la implantación de este Seguro y, por consiguiente, el de las dificultades y el de las dudas. Se estudiaban en aquél las resistencias opuestas al Seguro por patronos y obreros, y se reconocía que estas dificultades iban siendo vencidas y el Seguro haciéndose popular y simpático, por la eficacia de sus prestaciones y por su gran valor social y constructivo. Se trataban las dificultades resultantes de la implantación de los servicios sanitarios; del contraste entre un seguro que era de masas y necesitaba un equipo sanitario repartido por todos los ámbitos nacionales, y una organización sanitaria deficiente, con tradicional escasez de elementos, sobre todo en los (1) Informe sobre el Seguro de maternidad. Su implantación. Experiencias adquiridas. Acuerdos de la Asamblea del instituto y sus Cajas colaboradoras celebrada en febrero de 1932. Cuestiones de procedimiento. Aclaraciones reglamentarias. Madrid, 1932.

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medios rurales. Se estudiaban los defectos del Seguro cuando se trataba de obreras en paro, de eventuales, de trabajadoras a domicilio y destajistas, y se apuntaban las soluciones o paliativos que podían intentarse. Por último, se insertaba un compendio de las dudas y consultas resueltas, dudas numerosísimas en aquel •trimestre en el que el Seguro se estrenaba. Completaba el trabajo una estadística de la marcha del Seguro. Así, pues, la opinión pública conoció lo ocurrido en la implantación del Seguro. Sólo podían apuntarse escasos hechos y publicarse acuerdos tomados para corregir deficiencias. La estadística era pobre e incompleta. No obstante, era necesario, apenas iniciado el Seguro, iniciar también su análisis y hasta su revisión, ya que para el Instituto Nacional de Previsión, los Seguros sociales son un cuerpo vivo en constante evolución, paralela a las condiciones sociales y económicas del país. A principios de 1933 volvía el Instituto a exponer sus observaciones sobre el Seguro de maternidad, glosando una estadística que abarcaba el primer año completo de su funcionamiento (1). En este folleto se intentaba ya dar una vista de conjunto del Seguro de maternidad: 390.000 eran las aseguradas y más de 17.000 las madres atendidas por el Seguro. Habían desaparecido en su mayoría las resistencias patronales y obreras, y el Seguro marchaba desembarazadamente, con pujanza y eficacia. Sin embargo, seguían apuntándose defectos, sobre todo en cuanto a las prestaciones sanitarias en los medios rurales; se reconocía la existencia de un número grande de partos oMstócicos y la escasa vigilancia médica en el embarazo, todo debido quizá en gran parte a defectos estatales o nacionales. Y se insinuaba ya la posibilidad de ampliación de los servicios, utilizando los fondos especiales reglamentarios formados por la liquidación del fondo de las cotizaciones. * * *

Ahora creemos de nuestro deber continuar esta labor de glosa (1) Informe sobre el Seguro de maternidad en el primer año de su funcionamiento, Madrid, 1933.

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y de orientación, clasificando y analizando la estadística del Seguro hasta fin de 1933. El régimen de Seguro de maternidad establece como período de revisión el de su primer trienio. El trienio es la unidad de tiempo en el Seguro, pues no sólo este período es el designado para el perfeccionamiento de los derechos de las aseguradas (1), y es también el computado para que, durante él, el Estado bonifique o mejore la indemnización de descanso (2), sino que la prima ha sido fijada sólo para el primer trienio (3), y también, al fin de.dicho trienio, el Instituto ha de proponer al Gobierno un proyecto de ampliación y reforma del Seguro de maternidad (4). Al terminar ese trienio, en fin de septiembre de 1934, se inicia, pues, la revisión del Seguro de maternidad. Si no existieran las razones de carácter informativo más arriba expuestas para dar cuenta de la estadística cerrada en fin del último año económico del Seguro, justificaría esta publicación la necesidad de preparar la revisión. Hay que examinar si la realidad ha respondido al cálculo de la prima, estudiando la natalidad de la masa asegurada; hay que revisar el coste de la asistencia sanitaria, viendo la proporción en que se presentan los casos anormales, las necesidades preventivas y curativas de las masas; hay que tener en cuenta los medios disponibles para una ampliación del Seguro. En una palabra, es necesario equipar a los legisladores con un instrumento estadístico y técnico que facilite su labor de revisión.

(1) El art. 5." del Decreto^ley orgánico del Seguro dice así: "Además de la asistencia facultativa gratuita prevista en el art. 3.°, y como indemnización para e! período de reposo legal, se destinará a cada parto la cantidad de 15 pesetas por cada cuota trimestral del Seguro de maternidad que por ella se haya satisfecho dentro del trienio anterior a la primera semana de reposo, cualquiera que sea el número de partos de la asegurada en este período." (2) La tercera disposición transitoria del Decreto-ley citado anteriormente dispone: ''Durante el primer trienio de aplicación de este Seguro, el Estado aumentará su aportación conforme a las siguientes condiciones: ", etc. (3) Art. 10 del Decreto-ley citado: " No obstante, durante e! primer trienio, la cuota anual será de 7,50 pesetas para la obrera y de 7,50 para el patrono." C4) Segunda disposición transitoria del Derecho-ley.

- 9 — Por último, hay otras dos razones que mueven al Instituto Nacional de Previsión a publicar y a divulgar este folleto. Se trata, en primer término, de una justificación. No faltan algunos que, sin duda por no poseer una información completa y reciente, acusan al Seguro de maternidad de escasa eficacia. Hay quien, en apoyo de esta opinión, aporta aún los datos estadísticos del primer trimestre del Seguro. Otros, juzgando que el Seguro termina en la asistencia inmediata a la parturienta, ven desproporción entre lo gastado en esta asistencia y las cantidades que el Seguro recauda. Y es preciso hacer ver a todos que las prestaciones complementarias del Seguro (Obra Maternal e Infantil) son tal vez de mayor importancia y, desde luego, de mayor coste que la asistencia domiciliaria (sufragada, por otra parte, con arreglo a tipos de tarifa fijados de acuerdo con los propios facultativos). En una palabra, aspiramos a que las censuras desaparezcan en lo que tienen de infundadas, subsistiendo en aquello susceptible de ser corregido, y para ello nada mejor que la divulgación de nuestra estadística y el conocimiento exacto de la forma en que se realizan las prestaciones del Seguro y de sus posibilidades. El defecto congénito del Seguro es el de su aislamiento. Englobado en el Seguro de enfermedad, adquiriría perfección social y técnica y serían posibles muchas cosas en orden a la eficacia de los tratamientos. Presentar un trabajo del que puedan obtenerse datos y consecuencias útiles para el estudio, actualmente en marcha, del Seguro de enfermedad, puede también ser útil, y esta es una última razón de la edición de este folleto.

I. —CUESTIONES DEMOGRÁFICAS

Cuestiones demográficas. La masa asegurada. Su FORMACIÓN Y AUMENTO.—Hay que examinar la experiencia de estos nueve trimestres del Seguro de maternidad con un criterio revisionista. Y lo primero habrá de ser comparar la masa femenina afiliada con las hipótesis y evaluaciones hechas antes de la implantación. Las aseguradas en fin de 1933 ascienden a la cifra de 591.243 (véase el cuadro primero). La marcha de la afiliación ha sido la siguiente desde la implantación del Seguro: Masa afiliada en fin del primer trimestre (1931).... 185.301 ídem id. en fin del quinto trimestre (1932) 500.378 ídem id. en fin del noveno trimestre (1933) 591.243

Resulta de estas cifras que en el primer trimestre se afilió una masa de mujeres muy considerable., superior a la evaluada en el anteproyecto (140.000) para el primer año; que durante los cuatro trimestres posteriores el aumento en la afiliación siguió siendo grande (un promedio de 78.794 por trimestre), y que en el último período, hasta el final de 1933, la afiliación disminuye hasta 22.714 inscritas por trimestre, iniciándose la tendencia a la estabilización. Ya en los análisis del Seguro, hechos en fin del primer trimestre y del primer año (1), se hizo notar lo elevado de estas cifras. Respecto al número, verdaderamente extraordinario, de las afiliadas en el primer trimestre, se examinó la situación con (1) Véanse publicaciones citadas.

II

cierto recelo, ante el temor de que un gran contingente de beneficiarías necesitase de amplios servicios sanitarios, aún no completamente organizados y dispuestos. Y eso que, siendo aquel trimestre el de lá implantación, las afiliaciones numerosas coincidían con el período de las resistencias patronales y obreras, sin las cuales aún la masa hubiera sido superior. Desaparecidas las resistencias, y en marcha normal el Seguro, continuó engrosando el número de aseguradas durante 1932. El instituto habíase dado cuenta de que el aumento normal, debido a la propaganda y a la eficacia de las prestaciones inmediatas, iba mezclado con un aumento anormal producido por grandes grupos de mujeres no obreras, que acudían al Seguro en virtud de haber rendido, de modo acidental y esporádico, breves temporadas de trabajo, constituyendo, en muchas ocasiones, verdaderos casos de selección y aumentando el tipo de natalidad, con perjuicio para el Seguro. Se recurrió entonces, para proteger al Seguro, al sistema llamado del "stage con cotización normal" (1). Claro es que estas restricciones no evitaron totalmente en los primeros tiempos la afluencia de las mujeres que pudieran llamarse obreras super eventuales, y que realmente no son trabajadoras, en el sentido de que no viven normalmente de la retribución de su trabajo. Lo que ocurrió fué que, privadas del derecho a las prestaciones metálicas del Seguro por indemnización de descanso, desviaron su afluencia hacia las otras prestaciones, donde no es exigido el stage; de ahí la razón del elevado número de partos asistidos por el Seguro, en proporción superior a la natalidad de prima y la gran cantidad de premios de lactancia satisfechos. Llegados, sin embargo, al quinto trimestre del Seguro, se notó el descenso del incremento de afiliadas. Lo creemos debido a la influencia depuradora del stage con cotización normal que, a la larga, rendía sus efectos a pesar de que cesó de estar en vigor en fin de marzo de 1933, y a que se iba alcanzando la plenitud de afiliación, al menos en la zona del trabajo permanente. De todas maneras, la afiliación en este Seguro constituye, si (I) Véanse páginas 16 y siguientes de Informe sobre el Seguro de maternidad' en el primer año de su funcionamiento.

— 15 CUADRO

NÚ.M. 1,

Número de aseguradas. Hasta 31 de di- Inscritas durante lotal en 3 1 de diciembre de 1933. ciembre de l territorios. ASTURIAS ARAGÓN ANDALUCÍA ORIENTAL

CANARIAS CASTILLA LA NUEVA CASTILLA LA VIEJA

MADRID (INSTITUTO) VIZCAYA VALLADOLIDV* 1 EXTREMADURA

GUIPÚZCOA EON SANTANDER^ |

NAVARRA SALAMANCA

ínfírv d e 1933 seqújb c£ase de traJoajiX

EMPLEADAS Y | 24.886 DEPENDIENTAS DE COMERCIO

37,328 / 08RERAS DE INDUSTRIAS MARÍTIMAS

OBRERAS AGRÍCOLAS



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- l i ción núcleos importantes de obreras agrícolas o de temporada, cuyo censo es dificultoso. La cifra dada había, pues, de ser incrementada con un determinado número de mujeres que, no siendo trabajadoras permanentes, realizaban trabajos habituales de temporada y eran propiamente trabajadoras. Por el contrario, se ha visto que al Seguro han acudido muchas mujeres no obreras, ni siquiera eventuales o de temporada. De las 591.243 afiliadas habrá, pues, que deducir ese número para obtener la cifra de verdaderas sujetas al Seguro, con arreglo al propósito del Estado. Y a este punto de coincidencia podremos acercarnos cuando hagamos el análisis de la masa afiliada, según su grado de permanencia en el trabajo. Pero el hecho es que el Seguro ha recibido muchas más aseguradas de las calculadas, y ello ha puesto a prueba la organización de los servicios. No obstante, como se verá, las dificultades han sido subsanadas. Las ventajas, aparte del mayor número de madres atendidas, suprema y consoladora razón, son las de haber formado una organización amplia, capaz de recoger aún masas considerables. La gran afiliación registrada permite considerar con tranquilidad la fase futura de la ampliación del Seguro, en la que, eliminadas ya aquellas mujeres cuya inclusión en el Seguro no está socialmente justificada, podrán utilizarse los medios acumulados ahora en beneficio de las trabajadoras autónomas y de las mujeres de los obreros. REPARTICIÓN GEOGRÁFICA.—Cataluña y Baleares reúnen el mayor número de obreras aseguradas: cerca del 32 por 100 de la masa total. Corresponde esta cifra al gran núcleo industrial de la región catalana, donde parece haberse alcanzado la casi plenitud de la afiliación. En 1927, la Delegación de Trabajo de Barcelona daba como número de obreras industriales de aquella provincia el de 133.039, y este era el núcleo principal de las aseguradas en Cataluña y Baleares. La cifra actual de 189.135 parece muy ajustada al cálculo hecho, pues el aumento, debido a las circunstancias ya dichas, no es relativamente tan considerable como el que se aprecia para el total de la masa.

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Y ello es debido, sin duda, a que el trabajo eventual femenino es poco importante. La excelente afiliación conseguida en Cataluña es debida, no sólo a la facilidad de determinar el carácter de trabajadoras y a la concentración del trabajo en sectores fabriles, sino a la política de conciertos seguida con un sector muy importante del trabajo femenino: el del trabajo a domicilio, que ha hecho que estas trabajadoras puedan ser, a los efectos del Seguro, asimiladas a las trabajadoras a salario. La región valenciana sigue a Cataluña, con un total de 94.501 obreras, que suponen el 15,90 de todas las afiliadas. Pero, así como en Cataluña la masa está integrada, en su mayoría, por obreras permanentes, en Valencia predominan las obreras eventuales y de temporada. La afiliación de grandes masas fabriles facilita la marcha administrativa del Seguro, pero esta marcha es en extremo complicada, y requiere un esfuerzo considerable cuando las aseguradas se hallan diseminadas como, en gran proporción, ocurre en Valencia. Por ello el Seguro ha debido vencer mayores resistencias (1) con medios económicos inferiores. La región que sigue en importancia de afiliación es la de Andalucía occidental, que abarca las provincias de Sevilla, Córdoba, Huelva y Cádiz. La afiliación asciende a 93.369 aseguradas: pero en su mayoría pertenecen al grupo de las de trabajo esporádico, que no son propiamente obreras, y que constituyen, como se ha dicho, un núcleo autoseleccionado que gravita onerosamente sobre el Seguro. Lo demuestra la cotización media individual, que sólo llega a 4,45 pesetas en los nueve trimestres. Algo parecido sucede en las regiones gallega y murciana, que siguen en importancia de afiliación, aunque el número mayor desús aseguradas pertenezcan a trabajos de temporada (pesqueras y conserveras, respectivamente), que son, en efecto, habitualmenmente trabajadoras, pero durante temporadas reducidas. La región madrileña, Aragón, Canarias y las provincias vascas (Guipúzcoa y Vizcaya) ocupan los lugares siguientes, en or-

(1) Las 189.135 obreras catalanas arrojan una cotización media de 25,57 pesetas en los nueve trimestres. En cambio, las 94.501 valencianas sólo han cotizado 17,19 pesetas. Véase el cuadro núm. 2.

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den al número de afiliadas. Salvo en Canarias, donde predominan las obreras eventuales, en las otras tres regiones se advierte la preponderancia de numerosas pbreras permanentes de la industria y del comercio, lo cual hace que se mantenga alta la cotización media individual. El incremento futuro de la masa afiliada ha de estribar en la afiliación de bastantes trabajadoras de la región de Andalucía oriental, donde un gran contingente de obreras agrícolas será sin duda englobado en el Seguro tan pronto se llegue a hacer imposible la presentación de grupos autoseleccionados, como ha ocurrido en Andalucía occidental. Una vez más la experiencia nos da normas de conducta. PERMANENCIA DEL TRABAJO FEMENINO (1). — Con el anterior análisis geográfico casi puede formarse idea de 'los caracteres que reviste el trabajo femenino de las aseguradas, en cuanto a su permanencia. Conviene, no obstante, añadir algunas consideraciones. El total de obreras permanentes que arroja la estadística en fin de 1933 (véase cuadro 1.°), es de 389.317. Es interesante comparar esta cifra con las 360.000 que dedujimos del anteproyecto, según los datos de la Dirección general de Estadística en 1927 y comprobar que no íbamos descaminados al fijar en número aproximado a esa cifra el número de trabajadoras susceptible de ser fácilmente censado. La cotización media individual es un índice que nos muestra el mayor o menor grado de la permanencia en el trabajo de las aseguradas. Estudiando el cuadro 2.° se puede deducir una clasificación de las aseguradas por este concepto. No vamos a utilizar en nuestro estudio el hecho sorprendente de la aproximación del número de obreras que corresponde a cada uno de los dos grupos del cuadro segundo respecto al de eventuales y permanentes consignado en el cuadro 1.°, para deducir que en las Cajas del primer grupo las aseguradas son obreras eventuales y en las del 2.° son permanentes. La clasificación

(1) Aparte de las consideraciones aquí expuestas, el tema de las obreras permanentes será tratado también al ocuparnos de la indemnización de descanso, cuestión muy relacionada con la permanencia del trabajo.

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CUADRO NÚM. 2

Cotización media individual en los nueve trimestres CAJAS

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Cotización media

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Álava Andalucía occidental Andalucía oriental Aragón Asturias Canarias Castilla la llueva Castilla la Vieja Cataluña Extremadura Galicia Guipúzcoa León Murcia Navarra Salamanca Santander Valencia Valladolid Vizcaya Madrid (Instituto) COTIZACIÓN MEDIA NACIONAL . .

Territorios de Cajas donde la cotización media individual es inferior a la de toda la nación. Andalucía oriental Asturias Castilla la Nueva Álava Canarias Salamanca Galicia Murcia Andalucía occidental

9,69 4,45 16,28 20,45 13,14 9,57 11,88 19,65 25,5" 20,14 7,77 22,97 17,02 6.75 17,13 7,78 20,42 17,19 18,54 22,40" 21,71 16,58

Cotización media individual. 16,28 13,14 11,88 9,69 9.57 7,78 7,78 6,75 4,45

Corresponde a estos territorios un total de aseguradas de 224.017. • '•

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. Territorios de Cajas donde la cotización media individual es superior a la de toda la nación.

Cotización media individual.

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Cataluña Guipúzcoa Vizcaya Madrid Aragón Santander Extremadura Castilla la Vieja Valladolid Valencia Navarra León

25,57 22,97 22,40 21,71 20,45 20,42 20.14 19,65 18,54 17,19 17,13 17,02

A estos territorios corresponde un total de aseguradas de 367.226.

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hecha sólo es lícito interpretarla como marcando una relación del grado de permanencia en el trabajo. Así, salvando hechos singulares, se puede dividir a la masa asegurada en los tres grupos siguientes: PRIMER GRUPO.—Predominan

las obreras permanentes de la

industria y comercio. Territorios: Cataluña, Guipúzcoa Vizcaya, Madrid, Aragón, Santander y Extremadura (1). SEGUNDO GRUPO.—Grupos reducidos de obreras permanentes de la industria y del comercio y grupos numerosos de obreras de temporada media y eventuales.

Territorios: Castilla la Vieja, Valladolid, Valencia, Navarra y León. TERCER GRUPO.—Predominan las que trabajan temporadas reducidas, y se advierte la existencia de grupos de mujeres que no son propiamente obreras.

Territorios: Andalucía oriental, Asturias, Castilla la Nueva, Álava, Canarias, Salamanca, Galicia, Murcia y Andalucía occidental. CLASE DE TRABAJO.—'La clasificación por clases de trabajo, referida a los cinco grandes grupos en que se divide a todos los asegurados sociales, según las normas para el servicio de Estadística del Instituto Nacional de Previsión, figura en la última parte del cuadro 1.° Es conveniente comparar sus cifras con la clasificación de aseguradas por permanencia en el trabajo, para evitar la tendencia a considerar a las obreras industriales y del comercio como un

(1) La casi totalidad de aseguradas en Extremadura pertenecen al per-

mal ferroviario. ferroviario sonal

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grupo de trabajo permanente y a las agrícolas como eventuales. Se ve que, siendo las obreras agrícolas 133.319, puede haber aún 67.605 aseguradas no agrícolas, pero sí eventuales. De todas maneras se observa que la masa principal de aseguradas la forman las obreras de la industria, en sus diferentes ramos. *** Tal es la composición de la masa femenina asegurada en el Seguro de maternidad, masa considerable que rebasa a las hipótesis hechas sobre el Censo afiliable cuando se elaboró el anteproyecto, pero con un excedente probablemente ficticio. No conviene tampoco considerar a todas estas mujeres como aseguradas en fin de diciembre de 1934, pues hay que descontar los fallecimientos y los casos de baja en el Seguro. Según todos los tanteos y análisis hechos en los párrafos anteriores, la verdadera masa de trabajadoras aseguradas, en la plenitud de sus derechos, debe acercarse a 400.000, cifra muy aproximada a las interpretaciones estadísticas oficiales. Natalidad. La base de la viabilidad del Seguro de maternidad estriba en el cálculo cuidadoso de la natalidad de la masa asegurada. Este cálculo se hizo, al implantar el Seguro, con los siguientes elementos de juicio (1): 1.° Datos obtenidos del funcionamiento del antiguo subsidio de maternidad, en relación con el número total de obreras aseguradas en el Retiro obrero, daban la cifra de 6,86 como porcentaje de natalidad (1926). 2.° La natalidad de la obrera catalana era (1927): Según la Federación de Hilados y Tejidos de Cataluña, 6,851 por 100 (2). •

(1) Véase El Seguro de maternidad: Anteproyecto y justificación de sus bases. Madrid, 1928. (2) Véase Resumen de la .información pública sobre el Seguro de maternidad. Publicaciones del Instituto Nacional de Previsión, núm. 159. Madrid, 1927.

Según la Caja de Pensiones para la Vejez, de Barcelona, de ó a 8 por 100(1). Según la Federación Textil de Barcelona, el 6,88 por 100. 3.° Aplicando la natalidad general deducida del Censo de 1920 (18,81 en las casadas y 1,52 en las solteras y viudas) a una masa hipotética de aseguradas, deducida según los datos de la Dirección general de Estadística, se obtenía la cifra de 6,33 por 100. Como consecuencia de estos cálculos decía en aquella ocasión el Instituto Nacional de Previsión: " todo parece aconsejar una prudente estimación de la natalidad obrera en un 7 por 100, que no parece excederá en mucho a la natalidad del grupo inicial de aseguradas. En efecto: las primeras afiliaciones serán evidentemente las correspondientes a obreras fijas industriales, en las que se ha visto que la natalidad se encuentra próxima al 7 por 100, y en el primer trienio seguramente este grupo predominará por las dificultades de asegurar a las restantes obreras. La experiencia de este trienio aconsejará el camino a seguir en lo porvenir." El párrafo subrayado justifica que, en vista de la estadística obtenida, no en el primer trienio, aún no terminado, sino en su casi totalidad, en los nueve trimestres transcurridos, se prepare, sí es preciso, la revisión de la prima basada en la natalidad. NÚMERO DE PARTOS.—El cuadro 3.° recoge el número de partos presentados entre la masa asegurada durante el año 1933, y en total desde la implantación del Seguro. Sus cifras absolutas son consoladoras, y revelan la eficacia del Seguro de maternidad. Más de 50.000 trabajadoras madres han sido atendidas por el Seguro (46.053 exactamente han sido asistidas en el parto). Gran número de ellas, la casi totalidad, han recibido premios de lactancia, y a todas las que han reunido las condiciones reglamentarias se les ha facilitado la indemnización de descanso. Obsérvese en el cuadro 3.° que ha habido un cierto número

(1) Véase Resumen de la información pública sobre el Seguro de maternidad. Publicaciones del Instituto Nacional de Previsión, núm. 159. Madrid, 1927.

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de partos que no han sido asistidos por el Seguro: 1.858 aseguradas en 1933 y 5.192 en los nueve trimestres, no han recibido la asistencia facultativa propia del Seguro. Estos casos corresponden a las aseguradas que pertenecen a las listas de Beneficencia municipal o a una Sociedad privada que les proporciona la asistencia en el parto. En estos casos, el médico, la matrona o el farmacéutico del Seguro que al propio tiempo pertenece a la Beneficencia municipal o a la Sociedad de Socorros mutuos es retribuido por estas entidades y el Seguro no tiene por qué prestar el servicio (1). Las obreras reciben entonces del Seguro el importe evaluado de la asistencia sanitaria para incrementar la indemnización de descanso, además de las prestaciones metálicas que les correspondan. El concepto de parto asistido por el Seguro es, pues, el de la total intervención de éste, con sus facultativos responsables del servicio ante el Seguro, no ante otra entidad pública o privada. CIFRAS RELATIVAS.—E'l cuadro núm. 4 ofrece los porcentajes de natalidad en 1933, comparados con los obtenidos en el primer año del Seguro. Distingue el cuadro los conceptos de natalidad aparente y de natalidad deducida. La natalidad aparente es la resultante de la relación entre el número de partos en el año y el total de aseguradas; pero claramente se observa que esta cifra no puede dar el porcentaje real de partos entre las aseguradas, pues no todas las consignadas en la primera columna del cuadro han estado aseguradas el año completo. Para deducir la natalidad real es preciso relacionar los términos "número de partos", "total de aseguradas" y "tiempo de permanencia en el Seguro". Para obtener esta natalidad se ha tropezado con dificultades importantes. El tiempo de permanencia en el Seguro sólo puede conocerse a la vista de las fechas de inscripción y pago de cotizaciones. Ahora bien: siendo el trimestre la unidad de tiempo durante la cual puede hacerse la inscripción de las aseguradas entradas al trabajo en cualquier fecha del trimestre y el pago de

(1) Art. 20 del Reglamento general de Seguro de maternidad.

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— 28 —

sus cuotas y el de las ya afiliadas en anteriores trimestres, bien se comprende que el conocimiento de las fechas de inscripción y pago trimestral no puede dar el del tiempo de permanencia; en el Seguro, y así, una obrera por la que se hayan hecho dos cotizaciones trimestrales, por ejemplo, puede haber estado asegurada seis, cinco o cuatro meses durante el año. Además existen bastantes casos en que las cotizaciones patronal-obreras sufren retrasos de buena o mala fe; en las listas del Seguro figuran por consiguiente obreras que han permanecido en el Seguro durante un tiempo superior al que acusan sus cotizaciones efectivas. Esto en cuanto al cómputo de las fechas de inscripción; en cuanto a las fechas de las bajas, la dificultad aumenta, por cuanto el mecanismo administrativo no puede registrar el hecho de que una asegurada deje de serlo, más que ante la ausencia de las cotizaciones. Una obrera, inscrita por determinado patrono, puede causar baja en su industria y en el mismo trimestre ser alta en la de otra entidad patronal; por eso las declaraciones de bajas dadas por los patronos no suponen siempre la salida del Seguro, y, por otra parte, la ausencia de cotizaciones tampoco puede tomarse como cese en el Seguro, pues puede ser debida a los retrasos en el pago; por último, aun cuando este dato pudiera recabarse examinando las faltas de cotización, siempre quedaría la incertidumbre respecto a qué mes del último trimestre abonado era el correspondiente a la baja definitiva, pues, como se sabe, el trimestre es la unidad de tiempo para la cotización. Resulta, pues, que hay una masa de aseguradas en la que no es posible determinar exactamente el tiempo de permanencia de cada una en el Seguro, tanto por dificultades al apreciar la fecha de inscripción, como para determinar la de la baja. Se han aportado estos detalles de carácter formal y administrativo para justificar el criterio seguido en la determinación de las cifras de la quinta columna del cuadro que se examina, cifras que expresan un número calculado de aseguradas-año, sobre el que hay que basar la determinación de la natalidad con una mayor aproximación que la natalidad aparente; a esta natalidad la denominaremos -natalidad deducida. Estos números corresponden a un reparto uniforme de los

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- 29 ingresos y de las bajas a lo largo del período de observación, suponiendo una continuidad en la inscripción sucesiva, que es legítimo adoptar en una masa ya considerable. En otros términos: asegurada-año es la que tiene el pleno de cotización durante todos los trimestres del período de observación, y, por lo tanto, el número de ellas habrá de ser inferior al de aseguradas en total, en la proporción que la cotización obtenida por la inscripción, repartida a todo lo largo de aquel período, es inferior a la cotización plena de todas durante todos los trimestres. El coeficiente de depreciación resulta así de 0.625. Naturalmente, los porcentajes, que llamamos de natalidad deducida sufren un aumento considerable respecto a los obtenidos como natalidad aparente, y el tipo medio asciende a 7,17, es decir, excede de la natalidad que sirvió de base al cálculo de la prima (7 por 100). Los territorios de las Cajas colaboradoras ocupan el orden siguiente en cuanto a la natalidad deducida .de sus aseguradas en 1933: CAJAS ,—, ,—, Santander.. Castilla la Vieja Extremadura Valencia Valladolid Andalucía o c c i d e n t a l . . . . . . . C a t a l u ñ a

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Media general Vizcaya .... . Guipúzcoa .. , Andalucía o r i e n t a l . . . . ......:... Aragón.. ....,»•,' León Castilla la Nueva Asturias ¿ • Galicia.. Canarias Navarra .

Murcia..^.

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11.84 10,71 10,30. 9,36 8.57 8,32 l

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7,17 6,84 6,43 6,40 5,88 5,49 5,10 4,87 4,77 4,16 3,95

3,84 ,

Madrid ( I n s t i t u t o ) . . . . ' . ' . . . . . . , . . ;.' 3,04 Álava . . . ' . . . ' . ;'..;:.....,....:....h' '2,68 .Salamanca,. , •... ., .;• 2,59

Se inserta a continuación la lista de los territorios dé las Cajas colaboradoras, por el orden de su natalidad general, obtenida

— 80 — de la estadística de 1932, de la Dirección general de Sanidad ("Resumen de natalidad y mortalidad de España en el año 1932", por el Departamento de Estadísticas Sanitarias. Madrid, 1933): Natalidad

CAJA-S. 1—_



1

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León Andalucía oriental Canarias Extremadura Valladolid Salamanca Andalucía occidental Castilla la Vieja Castilla la Nueva Murcia Galicia Santander Natalidad nacional Madrid Álava Asturias Navarra Aragón Vizcaya Guipúzcoa Valencia. Cataluña

porioo Rabilante!,

1

,

3,414 3.408 3,391 3,368 3,218 3,201 3,185 3,134 3,001 2,991 2,938 2,910 2,834 2,804 2,630 2.628 2,619 2,538 2,471 2,380 2,313 1,856

Claro es que los porcentajes hallados por la Dirección de Sanidad con relación a la población general, han de ser muy inferiores a los que resultan en un grupo seleccionado de sólo mujeres en edad fecunda. Habría que hallar la natalidad general referida al número de mujeres de quince a cincuenta años. A falta de un Censo oficial más reciente (del de 1930 está aún por publicar la mayor parte), forzoso es volver al de 1920, de donde se obtuvieron algunas cifras para el anteproyecto del Seguro. Según este Censo, el número de mujeres de quince a cincuenta años era de 5.468.581, y los partos, fueron 623.739, lo que arroja un porcentaje de natalidad de 11,45'. La cifra deducida en el Seguro, 7,17, si bien rebasa algo la fijada para el cálculo de la prima, es muy inferior a la de la natalidad general de 1920, lo cual es. obvio, pues en la masa asegurada están en mayoría las solteras. O.

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— 31 -

Volviendo a los datos de la Dirección de Sanidad en 1932, y al observar la muy distinta repartición de los territorios de las Cajas respecto a los datos del Seguro, vuelve a manifestarse la diferencia entre las dos masas comparadas, aun admitiendo que el orden de la natalidad referida a la población total sea el mismo que si se hubiera referido a la población femenina en edad fecunda. El grado menor de la natalidad de población corresponde a la región catalana, la cual en cambio ocupa un lugar superior al de la natalidad general de las aseguradas. Ello prueba que entre las aseguradas catalanas predominan las casadas, y que las obreras siguen trabajando después de casarse. Algo parecido ocurre en la región valenciana y en las Vascongadas. Por el contrario, en Madrid, Murcia y Canarias, por ejemplo, en que la natalidad de población se clasifica hacia un tipo medio, la natalidad obrera es reducida, por el predominio de las obreras solteras. Es extraño que aparezca la región andaluza occidental, que en la natalidad de población alcanza porcentajes elevados, clasificada también en el Seguro como región de natalidad obrera muy superior a la media. Esto es debido, sin duda, al hecho singular, ya apuntado al tratar de la composición de la masa asegurada, de la afluencia de un grupo considerable de obreras muy eventuales o dudosas, grupo seleccionado entre 'las casadas. Lo normal, por el contrario, es que las obreras permanentes sean solteras. Por último, conviene observar que en esta estadística nó se pretende reflejar la natalidad obrera española. Aún los datos no son suficientemente numerosos, y en las Cajas de escaso número de afiliadas puede decirse que el valor estadístico de los porcentajes es escasísimo. Por otra parte, es breVe el período de observación, y, además, tanto el número de aseguradas como el de partos, están influidos por hechos y fenómenos perturbadores inherentes al período de implantación del Seguro. Las cifras que publicamos no tienen otra pretensión que la de fijar en un primer tanteo, y como consecuencia de la experiencia del Seguro, los primeros atisbos del interesante fenómeno demográfico de la natalidad entre las obreras españolas. se comparan los tipos de na* talidad deducida en 1933 (cuadro núm. 4) y en el primer año del VARIACIÓN DE LA NATALIDAD.—Si

Seguro, se observará, ante todo, la.casi igualdad de las cifras de natalidad general, lo cual da valor a la estadística y a los estudioá.hechos en el.anteproyecto para la determinación de la prima. La coincidencia de los. porcentajes generales pone más .de manifiesto algunas anomalías de los porcentajes.de las Cajas y muestra, que Ja deducción estadística no puede ser exacta en estos casos particulares...'. El fenómeno que se esperaba, y que se ha realizado en bastantes territorios, es el de que los tipos de natalidad elevados qué se observaron en algunos durante el primer año se corrigieran en el segundo, pues aquella natalidad exagerada obedecía a la presencia de grupos seleccionados en los primeros tiempos de la implantación, grupos ya contrarrestados con la estabilización del último año. Así, la natalidad aragonesa desciende de 6,13 a 5,88; la de Asturias, de 5,42 a 4,87; la de Andalucía occidental es evidente que ha descendido, aunque no tengamos cifras exactas del primer año; lo propio ocurre en Murcia (de 4,72 a 3,84), en Salamanca (de 5,20 a 2,59), en Santander (de 12,62 a 11,84), en Vizcaya (de 6,96 a 6,84), en Madrid (de 3,25 a 3,04), etc. . Lo anormal es el fenómeno contrario, el de aumento en la natalidad, pues no es de creer que las últimas afiliadas que hayan hecho variar la natalidad hayan sido ya grupos seleccionados. No es comprensible que en Guipúzcoa, por ejemplo, la. natalidad varíe de un año a otro de 3,54 a 6,43, en León de 3,60 a 5,49, en Canarias de 2,02 a 4,16, en Andalucía Oriental de.4,92 a 6,40,. y en Valencia, sobre todo, de 6,86 a 9,36. A este aumento ficticio da origen el escaso número de observaciones. ..-. Como consecuencia de este análisis, podemos únicamente afianzar nuestro criterio de que la natalidad en la mujer trabar jadqra se mantiene de un año a otro alrededor del tipo de tarifa: el 7 por 100. ,:: -,.. REVISIÓN DE LA PRIMA.—-Se ha obtenido primeramente un tipo de natalidad que hemos llamado aparente: el 4,48 por 100 de-aseguradas. Se-ha corregido este tipo, reduciendo el número de aseguradas al de aseguradas-permanentes o aseguradas-año. Así hemos.llegado a una natalidad deducida de 7,17 por 100. Pero esto no es más que una segunda aproximación a la natalidad real,

-

-

33

obtenida por un procedimiento especulativo. La natalidad real permanece desconocida en su valor exacto, y por mucho que se afine él procedimiento administrativo, no parece que pueda llegarse, fácilmente-a su determinación exacta. •••• Sin embargo, al.finalizar el trienio, se presenta el problema de la revisión de 'la prima. ¿Debe mantenerse la prima actual, o aumentarse en la proporción que determinan las 17 centésimas de*aumento que se-registran en nuestra natalidad deducida? • :. Gon un criterio estrictamente actuarial, así habría de hacerse. Pero conviene tener en cuenta'dos circunstancias. La primera es que, aplicando la natalidad del 7 por 100, la prima, con sus recargos reglamentarios de 5 por 100 para gastos de administración y 5.por 100 para gastos de inspección facultativa, asciende sólo a 14 pesetas. El incremento hasta 15 fué debido a la necesidad de tener un margen de seguridad y de formar el fondo reglamentario de excedentes (1).. . -Si se calculara nuevamente la prima, partiendo de la base de la natalidad deducida ahora (7,17 por 100), el valor sería de 14,34, y el margen de seguridad y para el fondo de excedentes se reduciría de 1 peseta a 0,66. Parece, pues, prudente seguir manteniendo la prima en su actual cuantía, a expensas de una ligera disminución en ese margen de seguridad, que la experiencia del seguro justifica ahora plenamente. Pero si se tiene en cuenta, además, que los fondos de excedentes se nutren, no sólo con dicho margen de seguridad, sino con las cotizaciones de las aseguradas que no se encuentran aún en las condiciones que exige el stage legal, ya que anualmente son liquidados los excedentes, no parece que las necesidades financieras del Seguro aconsejen un incremento de la prima que, por otra parte, sería impopular. :



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Casos distócicos. •

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Un aspecto muy interesante de la estadística de los partos es el estudio de los casos distócicos que el Seguro de maternidad ha asistido. (1) V. El Seguro de maternidad: Anteproyecto y justificación de sus bases, Madrid, 1928, pág, 73. '.:....



-

34 - -

En el cuadro núm. 5 se consignan los casos de distocia por cada 100 partos en el primer año del Seguro, en el de 1933 y, globalmente, en el transcurso de los nueve trimestres del Seguro. Se nota un aumento considerable del primer año al 1933. Hay que registrar este hecho, que muestra que las previsiones hechas antes de la implantación han sido rebasadas por la realidad. • En la información pública se recogieron diversas opiniones técnicas acerca de la frecuencia de la distocia. Fueron muy variables, pero pudieron resumirse en la apreciación de que los casos de distocia propiamente dicha oscilaban entre el 2 y el 10 por 100 de los partos. El anteproyecto, con un criterio cuyo optimismo se pone ahora de manifiesto, fijó la distocia en 5 por 100, si bien reconocía que podría haber 24 casos, de cada 100, en los que, aun presentándose normal el alumbramiento, existieran anormalidades en la gestación y en el puerperio (1). Posteriormente, y ya en marcha el Seguro, al distribuir el Fondo de Asistencia sanitaria entre las diferentes atenciones, los actuarios del Instituto Nacional de Previsión partieron de la base de un porcentaje de 6 distocias. Y, al dar cuenta a la Asamblea del Instituto y sus Cajas colaboradoras, celebrada en febrero de 1932, del resultado de la implantación del Seguro, decían los ponentes: "Nuestros actuarios, asesorados por autorizadas opiniones médicas, hicieron los cálculos de coste del Seguro partiendo de un porcentaje de 6 distocias. "Los fondos del Seguro—nos dijeron—permitirán satisfacer honorarios médicos por asistencia en seis partos de cada cien." Pero el convenio con los Colegios sólo expresa que la asistencia médica se prestará en los partos distócicos sin una limitación, que si en los cálculos pudo tenerse en cuenta, en el convenio sería absurda. Creen nuestros asesores que esta cifra del 6 por 100 ha podido aceptarse sin peligro. Sin embargo, la Ponencia señala a la atención de la Asamblea la posibilidad de que, en algunos casos, la realidad nos diga que hemos calculado mal" (2). (1) V. Ob. cit., pág. 71. (2>. V. Informe sobre el Seguro de maternidad. Publicaciones del Instituto Nacional de Previsión, núm. 323. Madrid, 1932.

-

36

-

CUADRO

NÚM.

5.



Porcentajes de distocia.



¡

Porcentaje Porcentaje de de paitos distócicos partos distócicos en el primer en 19??. año del Seguro.

CAJAS

I I

Álava

Porcentaje de partos distócicos desde I? implantación del Seguro.

11,20

8,22

9,56

Andalucía Occidental

2,58.

6,05

5,84

Andalucía Oriental

2,48

7,31

5,30

Aragón

9,23

14,45

13,37

3,92

5,45

4,69

Canarias

2,95

1,89

2,31

Castilla la Nueva

4,26

12,50

12

4,81

12,37

10,25 .

13,42

11,65

11,52

Extremadura

.*

17,33

11,85

Galicia

5,08

8,20

7,24

8,33

9,61

9,55

l

2,53

2,75

7,90

7,86

Asturias

,....

Castilla la Vieja Cataluña

Guipúzcoa León Murcia.

5



Navarra

4,17

2,83

2,99 •

8,33

7,29

Santander

7,69

7,09

6,16

Valencia

4,87

12,41

9,40

Valladolid

3,79

9,60

10,86

Vizcaya

7,37

8,38

8,04

Madrid (Instituto)

8,99

7,26

9,71

7,57

9,92

9,01

Salamanca

NACIÓN . . ,t

10

Al recoger la estadística del primer año del Seguro se observaba ya un porcentaje de distocias de 7,57, pero se confiaba en su reducción. En el informe publicado por el Instituto con tal motivo se decía: "No obstante, creemos posible una disminución del porcentaje de distocias por bajo del 7,57 obtenido. Nos bastaría reproducir nuestra información del anteproyecto, en la que intervinieron autoridades médicas muy significadas" (1). Pues bien: al terminar los nueve primeros trimestres del Seguro, la distocia alcanza él 9,01 por 100. Las esperanzas que se tenían a fin de 1932 no se han realizado. Este punto es muy debatido por los técnicos, como lo demuestran la diversidad de opiniones recogidas en la información pública. El principal obstáculo para la clara visión del fenómeno estriba, a nuestro juicio, en la dificultad de concretar y delimitar los casos de distocia. La definición de distocia como "aquellos casos en que el parto no es normal", no se adapta bien a la índole de los servicio¡s facultativos. Puede una distocia resolverse espontáneamente y con facilidad, y puede resolverse asimismo de modo espontáneo, pero con resultado desfavorable, si por diversas causas no se ha realizado la intervención médica precisa. Es decir, que no coinciden siempre los términos "distocia" e "intervención médica", y en realidad los datos numéricos a que se hace referencia corresponden más bien a éstos que a aquéllos. No obstante, la diferencia es tan pequeña que no se comete ningún error grave al considerar como distocia los casos en que se ha realizado una intervención médica. Lo cierto únicamente es que hay un tanto por ciento elevado de casos en los que el médico ha intervenido, casos que no podemos afirmar sean todos distócicos, desde el punto de vista clínico. Contribuye a la confusión el hecho de que, por dificultades de organización sanitaria, no.en todas las localidades de España ¡



. . . . .

(1) V. Informe sobre el Seguro de maternidad en el primer año de su funcionamiento por cada embarazada,

-

51 —

La tarifa aprobada, que ha regido durante todo el año 193>, y que continúa vigente, es la siguiente:

CLASE DE INTERVENCIÓN

lonuranos. Pesetas.

Fórceps



Versiones (con maniobras internas o mixtas. Fetotomías Pelvitomías Cesáreas Parto prematuro artificial Alumbramiento artificial Perineorrafias Visitas ídem extraordinarias ídem id. de noche

150 150 250 250 •KM) 150 75 75 5 10 15

En caso dudoso, o de una intervención no consignada en la tarifa se fijan los honorarios por acuerdo entre la entidad aseguradora y el Colegio médico. En cuanto a las visitas, teniendo en cuenta el escaso número de ellas realizadas durante la vigencia del convenio anterior, se acordó dedicar el remanente obtenido a aumentar su remuneración y el número de las que podrían hacerse durante la vigencia del segundo convenio. En el embarazo pueden pagarse hasta 10 visitas; en la remuneración de la intervención van comprendidas otras 10 durante el puerperio; aparte pueden abonarse hasta 5 más. En total, pueden hacerse, pues, hasta 25 visitas durante la gestación y el puerperio. Pero aún, en casos necesarios, podrá ampliarse el número de ellas, ya con cargo al Fondo de Indemnizaciones especiales. Si en las cuestiones relacionadas con los honorarios médicos se llegó a un acuerdo, no ocurrió lo mismo en otros aspectos del servicio médico, sobre los que ha sido forzoso mantener el statu quo, mientras ambas partes estudian separadamente las cuestiones. La discrepancia surge principalmente en la apreciación de cómo han de prestarse los servicios facultativos en las clínicas, servicios que los médicos pretendían fuesen organizados por los

_ 55 Colegios médicos. El Instituto y sus Cajas colaboradoras, por su parte, no podían ceder la responsabilidad de la organización, por razones sociales y médicas aducidas por sus Asesores técnicos, y por la suprema razón de que así lo dispone la legislación del Seguro. En cambio, admitían la mayor intervención de los Colegios en la designación del personal y la regulación de los servicios. La primera proposición hecha por los representantes de los Colegios médicos era la siguiente: "Los servicios facultativos en las clínicas o dispensarios los organizará el Colegio de Médicos respectivo, a base únicamente de los tocólogos adscritos al Seguro, con la garantía de su máxima solvencia profesional." No aceptada esta proposición, fué modificada por los médicos en la siguiente forma: "Con respecto a la designación de personal y regulación de servicios en las instituciones maternales o clínicas, se hará por los Colegios médicos, previos los más amplios asesoramientos, en la forma y por los procedimientos, de selección que fijen sus secciones de tocólogos y de conformidad con las Cajas colaboradoras. Cuando existan discrepancias, éstas serán resueltas por el Instituto Nacional de Previsión y el Consejo de Colegios, de común acuerdo. "La regulación de servicios domiciliarios, en general, y en particular en las pequeñas poblaciones y medio rural, se efectuará por los Colegios médicos, con dictámenes concretos de si; sección de tocólogos, atendiendo exclusivamente al mejor servicio de la embarazada." La aceptación de una de estas proposiciones suponía la entrega de las Obras maternales a los Colegios médicos, dejando íntegra la responsabilidad de las entidades aseguradoras. Lo propio ocurriría respecto a la asistencia domiciliaria. Tal sistema sería único entre todos los regímenes de Seguros sanitarios del mundo. El Instituto Nacional dé Previsión no podía, pues, aceptar esa organización; pero, en su deseo de transigencia y afán de colaboración, propuso la siguiente fórmula, que significaba la cesión máxima autorizada por la ley: "La designación de personal y regulaciones de servicios será 5

— 56 hecha por una entidad de personas competentes designadas por las Cajas, y en la que habrá de tener representación el o los Colegios médicos del territorio de la Caja." En esto quedó la deliberación, pues aún no se ha llegado al punto de coincidencia. Ello no impidió que se estipulara el segundo convenio, firmado en julio de 1933, con efectos retroactivos a partir de enero. El Instituto tenía interés en que se aplicara la nueva tarifa, atendiendo de ese modo a deseos de la clase médica, que habían podido ser recogidos, y no quería que la falta de coincidencia en el punto concreto de la organización de las clínicas perjudicara a dicha clase. Es más: tiene esperanzas de llegar, al fin, a un acuerdo total sobre todos los puntos del servicio, pues, por razones obvias, prefiere el sistema de convenio colectivo, recomendado en la ley, al de convenios individuales, que, según el art. 10 del Reglamento, párrafo 3.°, es el sistema que habría que aplicar si no fuera posible establecer conciertos con las representaciones colegiales. Los SERVICIOS MÉDICOS EN 1933. PLÉTORA MÉDICA.—Examina-

das las principales características del convenio, veamos ahora el resultado de la estadística de los servicios médicos durante el año 1933. El número de médicos afecto al Seguro era en dicho año superior a 3.269 (véase el cuadro núm. 8). De ellos, 11 pertenecían, como funcionarios, a las entidades aseguradoras (personal de las Inspecciones médicas), y el resto habían sido designados, en virtud del convenio, por los Colegios médicos respectivos. Como el número de partos distócicos asistidos por el Seguro fué, en 1933, de 2.445, resulta, para cada médico, un promedio de asistencia de 0,70 casos. Este escaso número de intervenciones que corresponde a cada médico, y que hace que, económicamente, no puedan estar interesados en el Seguro de maternidad, es consecuencia del principio de la libertad de elección, establecido en la Ley y en el Reglamento y corroborado en la base 2." del convenio. Los Colegios médicos han inscrito en las listas del Seguro un número excesivo de médicos (en algunas provincias, el total

- 57 CUADRO

NÚM. 8.

Número de médicos afectos al Seguro en 1933. Funcionarios de las entidades aseguradoras.

CAJAS

Designados por los Colegios.

TOTAL

Todos los de la región.

289

290

69

70

41

' 42

40

42

96

97

47

47

»

693

693

»

96

96

»

195

195

93

93

Todos los d c la región.

»

70

70

»

10

10

»

42

42

37

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Resulta de estas cifras que el número de visitas en el embarazo casi se ha triplicado, y se ha duplicado el número de las practicadas en el puerperio. Pero, como puede apreciarse, aún no se ha conseguido alcanzar un número de visitas igual, al menos, al de embarazos. Es preciso agregar a este número de visitas, no obstante, el de los reconocimientos que no han corrido a cargo de los médicos del Seguro. Éstos han sido practicados: en parte, por los médicos titulares de los Ayuntamientos (en muy escaso número); por las matronas, como se verá más adelante, y en establecimientos propios del Seguro, donde está establecido el servicio de consultorio. INTERVENCIONES EN LOS PARTOS DISTÓCICOS.—El cuadro número 10 se refiere a la clasificación de las intervenciones en»los partos distócicos, según los distintos tipos de la tarifa, durante el año 1933. Las intervenciones más frecuentes son el fórceps, los alumbramientos artificiales, las perineorrafias y las versiones. La comparación de estos resultados con los del primer año del seguro da los siguientes números relativos: Distribución de las intervenciones. Por cíenlo del toíal de intervenciones.

CLASES DE INTERVENCIÓN

P a r t o prematuro artificial

Primer año.

'933

48,71 9,07 0,85 0,42 1,36 1,54 10,44 12,41 15,20

37 13 12,71 0,65 0,67 1,34 0,63 14 51 14,88 17,48

Disminuyen considerablemente los casos de aplicación de fórceps y los partos prematuros artificiales. El número de operaciones cesáreas se mantiene aproximadamente igual. Pero es muy digno de notarse el aumento importante de alumbramientos ar-

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— 110

C U A D R O MÚM.

19,

Indemnización de descanso. Promedio de las indemnizaciones. Indemnización media que corresponde a cada beneficiaria.

1931-Ü2

1988

Álava

67,16

73,42

70,49

Andalucía Occidental

81,53

116,87

105.69

Andalucía O r i e n t a l . .

»

156,36

88,30

Aragón

64,54

88,57

76,71

Asturias

72,76

80,54

77,28

Canarias

76,55

90,81

85,09

Castilla la N u e v a . . . .

71,38

93

85,13

Castilla la Vieja

84,40

90,12

87,80

Cataluña

89,26

95,16

92,27

9,31

40,87

31,71

Galicia

78,69

86,92

83,12

Guipúzcoa

88,83

96,81

93,12

97,83

90,79

92,81

88,49

88,08

88,21

104,63

93,31

87,27

87,07

69,48

69,94

»

131,54

93,74

Valladolid

64,83

85,93

Vizcaya

67,44

95,08

81,72

Madrid (Instituto).....

51,18

148,03

98,54

73,28

103,45

90,68

CAJAS

Extremadura

León Murcia

77,14

Navarra Salamanca

86,67 74,72

Santander Valencia

NACIÓN

80

— 111 — pletando el Estado, en cada caso que lo necesite, la indemnización de descanso hasta 90 pesetas, parece que la indemnización media, en los cinco primeros trimestres, debiera ser 90 pesetas. Es sólo de 73,28, y ello hace ver que no todas las beneficiarías han recibido esa cantidad. La explicación es clara: al terminar el año 1932, había un considerable número de beneficiarías que no habían aún terminado de cobrar sus indemnizaciones, ya que éstas son satisfechas semanalmente durante el período de descanso; estaban aún pendientes de pago cantidades importantes que habían de ser percibidas en el ejercicio siguiente (1). También hay casos de beneficiarías que no perciben en total la indemnización por vuelta al trabajo antes de haber terminado el período legal de descanso. Faltan a la ley, y se ven privadas de sus beneficios. En. el año 1933, la indemnización media de descanso sube a 103,45 pesetas. En fin de este año, la asegurada que hubiera cotizado los nueve trimestres recibe 135 pesetas. El descenso a ¡03,45 marca la preponderancia de obreras con menos cotizaciones, por estar en mayoría las que han cobrado sólo 90 pesetas, correspondientes a seis cotizaciones trimestrales. El tipo medio de indemnización durante los nueve trimestres, 90,67, hace ver que, en efecto, durante este tiempo, lo percibido habitualmente por indemnización de descanso es lo correspondiente a una cotización de seis trimestres, cotización que resulta así la normal en un grupo de obreras que asciende a mái. de la mitad de las embarazadas, y en el cual han sido eliminados por el stage los casos de eventualidad. La cotización normal de las indemnizadas es, pues, de 2,66 trimestres al año, doscientos cuarenta días. Ello demuestra que, a pesar del stage retroactivo, con cotización normal, el tipo de 90 cuotas diarias al año era muy fácilmente alcanzado por las verdaderas trabajadoras.

(1) En general, en toda la estadística de las prestaciones figuran siempre, por esta razón, pagos inferiores a los que realmente corresponden al hecho estadístico que ha podido ser incluido en el ejercicio, mientras los pagos a que da lugar se escalonan entre aquel ejercicio y el siguiente.

— 112 — . . . . . . .

El premio de lactancia. Otra prestación metálica de mucha trascendencia social es el premio que el Seguro de maternidad concede a las madres que lactan a sus hijos. Consiste (1) en cinco pesetas semanales, que se entregan a la beneficiaría, durante un plazo de diez semanas, para mejorar su nutrición. El sistema de premios a la lactancia materna (principal remedio de la mortalidad infantil en las primeras semanas), y que ha sido adoptado por la mayoría de los países que tienen un Seguro de maternidad, aislado o englobado en el de enfermedad, ha sido también incluido en nuestro régimen, con los satisfactorios resultados que ahora se advierten. Al hacer los cálculos para la determinación de la cuantía probable del subsidio de lactancia, se tuvo en cuenta, además de las opiniones de médicos pediatras experimentados, el hecho, felizmente real, de que, en nuestras clases populares, lo habitual es que la madre lacte ella misma a sus hijos. Por eso, en el anteproyecto se partió de la base de un número elevado de casos de premios de lactancia, juzgándose suficiente el 80 por 100, y sobre esta base se calculó la aportación del Estado. Veamos ahora los resultados de esta prestación. En el Informe sobre el Seguro de maternidad en el primer año de su funcionamiento, tantas veces citado, se recogía el dato de que, en fin de septiembre de 1932, el porcentaje de beneficiarías de premios de lactancia, referido a las parturientas, era de 83 por 100. Había sido rebasado en un 3 por 100 el tipo previsto. Aunque hubiera que descontar un pequeño número, debido a algún fraude, siempre posible, el resultado no podía menos de parecer magnífico. El sistema era notablemente estimulante. Un trimestre más tarde (véase cuadro núm. 21), los resultados eran aproximadamente los mismos 82,79 por 100). Pero al pasar al año 1933, el aumento es extraordinario: 90,80 por 100 de madres aseguradas han sido beneficiarías de los premios. En el total de los nueve trimestres, el porcentaje se fija en 86,93. (1) Véase capítulo IV del Reglamento general.

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37,29

37,29

Valladolid

42,98

45,49

44,62

Vizcaya

39,17

52,65

45,61

Madrid ([nstituto)

49

49,63

49,31

34,37

56,4<

46,32

Andalucía Occidental

. 37,73

Andalucía Oriental

NACIÓN-

.

IV.—EL RÉGIMEN FINANCIERO

10

IV i

El Itcgimen íinanciero. . Se ha estudiado en las anteriores páginas el campo de aplicación del Seguro de maternidad, las prestaciones de carácter sanitario y las económicas. Para completar el estudio del Seguro -en este primer período, es necesario ahora dar a conocer su estructura financiera y examinar la formación y el empleo de sus fondos. Contribuyen a la formación de los fondos del Seguro: el Estado, los Ayuntamientos y las Diputaciones provinciales, las aseguradas y sus patronos (1). Las aportaciones del Estado consisten: a) Por una sola vez, en un capital de garantía o para gastos de implantación de 500.000 pesetas; b) Una aportación fija de 50 pesetas por parto; c) Una cantidad anual destinada a aumentar el Fondo maternal e infantil, que durante el primer trienio es de 150.000 pesetas; d) Durante el primer trienio, la cantidad necesaria, hasta el límite de 500.000 pesetas anuales, para completar a cada beneficiaría un mínimo de indemnización de 90 pesetas por parto (2). Los Ayuntamientos deben contribuir al Seguro, proporcionando una asistencia equivalente a la de éste a las aseguradas inscritas en la Beneficencia municipal, facilitando el reconocimiento de las aseguradas, encomendado a los médicos titula-

(1) Art. 55 y siguientes del Reglamento general. (2) Véase parte III: "Las prestaciones económicas: Indemnización por •descanso", pág. 95.

-

124

-

res (1), y poniendo a disposición del Seguro sus clínicas y hospitales o las demás obras de protección a la maternidad que tuvieran establecidas. La aportación de las Diputaciones provinciales consiste también en facilitar sus establecimientos clínicos para el tratamiento, de las aseguradas. La cotización de las aseguradas y de sus patronos está fijada,, para el primer trienio, en 15 pesetas por año y asegurada, pagaderas, en fracciones trimestrales, por el sistema de descuento a la obrera de su parte, hecho por el patrono, que es quien debe formalizar y suscribir la inscripción y cotización (2). En un estudio financiero de la marcha del Seguro no es posible tener en cuenta las aportaciones que, como las de los Ayuntamientos y Diputaciones, consisten en facilitar determinados servicios. Cifrar su valor es casi imposible. Esta colaboración de los órganos administrativos locales y provinciales ha sido muy inferior a lo que el Seguro esperaba, y su valor económico podría representarse por una cifra muy pequeña. El estudio del mecanismo financiero versará, pues, exclusivamente sobre los fondos constituidos por la aportación del Estado. y de las aseguradas y sus patronos. Los fondos del Seguro. A)

E l . FONDO DE ASISTENCIA SANITARIA.

El coste de la asistencia sanitaria, en su primera fase de asistencia domiciliaria o mínima, fué evaluado por los elementos técnicos que intervinieron.en el anteproyecto, partiendo de la base estadística que pudo reunirse y de las opiniones aportadasa la información pública (1927) (3). De estas opiniones conviene exponer las más autorizadas. (1) Véase pág. 51. (2) Véase en la primera minar el trienio, entiende prima debe .mantenerse. (3) Véase Resumen de del Seguro de maternidad.

parte, pág. 31, las razones por las que, al terel Instituto Nacional de Previsión que esta la información pública sobreseí anteproyecto' Madrid, 1927.

— 125 —

El Colegio de Médicos de Álava entendía que el coste de la .asistencia podría ser de 25 pesetas por embarazada. El Colegio Médico de Zaragoza estimaba que dicho coste •(antes del parto, en él y después), dado el fin benéfico-social del Seguro, podría ser, para casos normales, de 40 pesetas en la ciudad y de 25 en los pueblos. La Inspección provincial de Sanidad de Ciudad Real opinatoa que la asistencia a los partos normales a cargo de los médicos podía remunerarse con 75 pesetas, y a cargo de las matronas, con 15 a 25 pesetas. En los distócicos, los honorarios médicos deberían ser de 200 pesetas. El Dr. Muñoz Beato, de Cádiz, creía que la remuneración, mediante convenio, debería ser de 100 pesetas a los médicos y de 25 para las matronas. El Decano de la Beneficencia municipal de Bilbao, D. Eustaquio Loroño, cifraba el coste de la asistencia hecha por los médicos en 50 pesetas para los partos normales. El Decano de la Beneficencia municipal de Toledo aportaba los tipos usuales de remuneración, que consistían en 25 a 50 pesetas en los partos normales y de 150 a 200 en los distócicos. Los honorarios de las matronas eran de 10 a 15 pesetas. El Dr. M. Pineda, Catedrático de Ginecología de Cádiz, opinaba que, mediante pacto, el médico debía percibir 75 pesetas, y la matrona, 37,50. El Dr. Villa, de Valladolid, creía que el médico no especialista podía cobrar, en la ciudad, de 50 a 100 pesetas, y en el pueblo, de 15 a 20, y las matronas, de 15 a 25 en la ciudad y de 5 a 10 en los pueblos. El Presidente del Colegio Médico de Burgos aportaba los datos siguientes: En la capital, los honorarios del médico oscilaban entre 50 y 75 pesetas, y en los pueblos de pequeño vecindario, de 30 a 40. Las matronas, en la capital, de 20 a 30 pesetas. Señalaba la carencia de matronas en casi todos los pueblos de la provincia de Burgos, hecho que el Seguro ha comprobado posteriormente. En el anteproyecto se recogían estas opiniones, según las cuales, el coste de una asistencia basada en la intervención de la matrona en los partos normales, en la asistencia del médico a los

— 126

partos distócicos y a las anormalidades de embarazo y de puerperio y en el suministro de un modesto ajilar o trousseau de partos, aparte de las medicinas necesarias en casos especiales, podría, evaluarse en 42,20 pesetas por cada embarazada. Las bases del cálculo fueron las siguientes: Honorarios de matrona 20 pesetas. Gastos de farmacia 12 — Honorarios médicos en casos distócicos... 100 — Porcentaje de distocia 5 por 100 Casos de incidencias patológicas que requieren visitas módicas 24 por 100 Gastos suplementarios por incidencias .patológicas 20ptas. por caso.

Previendo los errores en la apreciación del porcentaje de distocia y los aumentos de coste posibles por otras circunstancias, se destinó, no obstante, al Fondo de Asistencia sanitaria la cantidad de 50 pesetas por caso, es decir, la aportación especial del Estado. Este margen de seguridad ha permitido (1): I.° Atender a muchos más casos de distocia que los previstos. 2.° Ampliar el ajuar sanitario. 3." Acceder a las peticiones de mejora de honorarios de las matronas. 4.° Establecer la tarifa actual para los honorarios médicos. DISTRIBUCIÓN DEI. FONDO.—En la asistencia sanitaria se distinguen dos modalidades claramente definidas: la asistencia en loscasos normales, encomendada a las matronas, y la asistencia a los partos distócicos y vigilancia en el embarazo y puerperio, a cargo de los médicos. Un criterio de prudencia aconsejaba asignar a cada una de estas modalidades un fondo especial. En efecto, el fenómeno patológico de la distocia era el que,. con sus oscilaciones, podría intervenir desventajosamente en el Fondo de Asistencia, si no se diluía el riesgo en una masa lo¡ mayor posible. El Seguro es administrado por las Cajas colaboradoras en los> diversos territorios, con autonomía financiera. Pero en los terri(I)

Véase "Los servicios sanitarios: Convenios con los facultativos".

-

127 —

torios de escaso número de aseguradas, la presentación de pocos casos distócicos podría agotar el Fondo de asistencia. Era, pues, preciso que los casos de anormalidades se trataran con cargo a un Fondo especial nacionalizado. De este modo, el exceso de riesgo apuntado podía ser compensado al englobarse en el riesgo general. Por eso dispone el Reglamento (art. 62) que se forme un fondo especial, con cargo al general de asistencia, para atender a la asistencia médica en los partos distócicos e incidencias patológicas con motivo de la gestación y el puerperio, fondo establecido, con carácter nacional, en el Instituto Nacional de Previsión. A este fondo, llamado vulgarmente "Fondo de partos distócicos", se asignan 17,50 pesetas por cada parto. Esta es la cifra resultante de la aplicación de los diversos porcentajes de anormalidades a las 50 pesetas dedicadas al Fondo de Asistencia. Se ve de hecho que, desde el punto de vista financiero, la distocia y las anormalidades del parto han sido evaluadas sobre una cifra de 35 por 100 de todas las intervenciones. Resulta, pues, que el Fondo de Asistencia sanitaria queda subdividido en dos: el de asistencia en partos normales, administrado por las Cajas y formado por 32,50 pesetas por parto, y e! de asistencia en partos distócicos y anormalidades, administrado globalmente por el Instituto, y al que se destinan 17,50. Sin embargo, el Instituto Nacional de Previsión se ha reservado sólo la administración de los fondos destinados a las atenciones exclusivas de los partos distócicos, es decir, el riesgo más grave, dejando a las Cajas, además de la gestión y administración del Fondo de Asistencia normal, la parte del Fondo nacional de partos distócicos que ha de emplearse en la vigilancia del embarazo y del puerperio (casos anormales). A ello le han movido dos razones: la del enlace de los servicios normales a cargo de las matronas con las visitas de los médicos, en todos los casos, y el criterio descentralizador que informa siempre todas sus decisiones. El Fondo de Asistencia normal cubre las siguientes atenciones: a) Pago de los honorarios de las matronas; b) Pago en metálico del coste de la asistencia a las asegura-

— 128 —

das en los casos especiales previstos en el art. 20 del Reglamento general (1); c) Pago de los gastos de traslado de las matronas, según el convenio vigente; d) Pago de los ajuares sanitarios para partos. El Fondo de Asistencia en partos distócicos y anormalidades atiende, a su vez, a los pagos siguientes: a) Honorarios de médicos por intervenciones. b) ídem id. por visitas. c) Honorarios de ayudantes en intervenciones. d) Honorarios de matronas, auxiliares en partos distócicos. e) Recetas farmacéuticas fuera del ajuar sanitario normal. Los remanentes de los dos fondos se emplean en gastos diversos, a saber: a) Gastos de hospitalización de las enfermas. b) Análisis y radiodiagnósticos. c) Transporte de las embarazadas a las clínicas. d) Imprevistos. MARCHA DEL FONDO DE ASISTENCIA SANITARIA EN LOS NUEVE

cuadros núms. 24 y 25 se refieren a la liquidación de los fondos de asistencia normal y de distocia y anormalidades en los nueve primeros.trimestres del Seguro. PRIMEROS TRIMESTRES DEL SEGURO.—Los

ASISTENCIA NORMAL.—(Cuadro núm. 24.) Los ingresos en el

Fondo con cargo al Fondo general ascienden a 38,50 pesetas por parto formalizado: 32,50 pesetas correspondientes al Fondo de asistencia normal propiamente dicho y 6 pesetas por parto en que está cifrado el coste de las visitas médicas en el embarazo y puerperio, parte del Fondo de distocia cuya administración ha delegado el Instituto en las Cajas. Los honorarios de matronas fueron en los cinco primeros trimestres 236.165,60 pesetas; en el segundo año los honorarios ascienden a casi el doble: 464.902,50. Pero conviene tener en cuenta que estas cantidades, como todas las que figuran en el cuadro, corresponden solamente a los pagos formalizados dentro del año económico. No es posible deducir de ellas el coste exacto del (1) Véase pág. 26.

P á g i n a s 129 a 136.

IFOILTIDO IDIE A S I S T E N C I A ATENCIONES

A

SANITARIA

OAIRGO IDE ILAS

USTGKRESOS

CUADRO NUM. 24.

CAJAS

Q- A S T O S Diferencia

PAGADO POR VISITAS MÉDICAS

CAJAS

DEL FONDO GENERAL DE ASISTENCIA

1932

Álava

2, 425,50

Andalucía Occidental

2.810,50

Fin de 1933.

1932

1933

F i n d e 1933.

5.236

1.300

1.385

2.685

408 677,50

35.201

50.025

85.226

11.438,50

11.438,50

131. ,785,50

276.892

»

24.717

24.717

17.209,50

31.839,50

4.850

7.765

Andalucía Oriental

14. ,630

Aragón

1933

HONORARIOS DE MATRONAS POR PARTOS NORMALES

»

12.615

ENTREGADO EN METÁLICO A LAS ASEGURADAS

1932

1933

207 20.573,42

»

33.845

I «PORTE DE LOS AJUARhS SANITARIOS EN EL EMBARAZO

Fin de 1933

207 54.418,42

1932

1933

464

309

773

27.384

66.526

93.910

»

23

23

2.389

1.824

4 213

2.256

40

80

120

572 2.107,34

Fin d e 1933.

3.442,50

3.442,50

2.929

5 185

1932

1.000

1933

4 000

33

13

Asturias

6. 121,50

10.972,50

17.094

2.644,25

5.319,05

Canarias

9. 432,50

12.859

22.291,50

3.860

7.640

11.500

75

260

335

Castilla la Nueva

2. 849

7.392

270

510

780

780

1.455

2.235

34.727

3.625

7.128,50

10.753,50

2.580

3.360

5.940

1.861,50

3.887,50

5.749

108.176,35

230.860,95

339.037,30

4.183

4 990

9.173

40.481,85

83.534,30

124 016,15

3,661

23 203

510

1.165

1.675

307,25

371,25

15

115

Castilla la Vieja Cataluña

14. 052,50

4.543 20.674,50

272. 118

308.077

580.195

924

2,464

3.388

Extremadura

7.963,30

26.700

4.775

1.745

650

1.885

45

40

780

3.583

47.124

90,013

5.836

7.590

13.426

Guipúzcoa

14 861

16 978,50

31.839,50

2 090

2.685

1,.155

3.118,50

4.273,50

480

1.405

30.068,50

43.158,50

Murcia

5.590

13.370

18.960

»

Valencia Valladolid

3, 965,50 19 019

Vizcaya Madrid (Instituto) NACIÓN

21. 483 585.469.50

311.657 8.277,50

311.657 12.243

39 731 630

84.513 1.685

23.061,50

42.080,50

15.708

37.191

7.425

8.901

1.743.895,50

236.165,60

464 902,50

1.158.426

7.570

(1) Pagos pendientes de liquidación y remanente. - (2) A compensar por el Fondo Regulador.

11.868,50

124.244 2.315 19.438,50 16.326 701.068,10

4.708 1.545

2.065,33

799 1.008 53.900,17

332 1.824 88.552,98

»

158

357

515

171

390

561

»

39,50

39,50

432,50

487,75

55,25

5 461

3.187 33.326,95

20

7.229

20

5.273 43 204,10

1.039,15

1.161,15

4.427

7.227

2 832

3.080

2.167

5 247

142.453.15

104.398,89

226 895,69

331 294.58

663

520

5.875

2.332

635

30.421

2.995

1.155

36 296

14.943,50

9.773,50

9.721,25

13.340,50

23.061,75

8.777,75

18.481,39

3.810,11

50

»

12

12

2.037,50

3 087,50

4.304,50

799

951

7

94,25

8.225,50

15.269,25

23.494,75

11.232,25

16.717

48.766

65.483

454

170.012,20

368.394,25

538.406,45

41.788,55

60

350

410

155,25

1.185,50

2.586,85

3 772,35

4.757,50

26.946,50

33.820,50

6.064,80

»x

66,75

243 88,50

101,25 697

854

330

524

854

1.977,50

290

471

761

293

554

847

»

7

7

40

40

. 40

40

18

561,25

579,25

733.25

835

996

14.943,50

»

12.191,05

524

678

156.032,43

6.290,34

330

318

252.645,07

918

280

»

164.806,65

728

235

»

1.361

190

45

407,90

3.875

7.262,20

130

288,65

1.931

9.831,80

38.619

119,25

1.944

» 3)8

698

1.016

101,75

2.780

1.050

29.246

6.766,50

12.831,30

19.008,20

662,25

2.334,90

2.997,15

1.276,35

8.557,75

23.845,25

30

30

60

30

30

60

5

30

35

5

30

35

408

291

295

586

291

295

586

10.182

13.026

3.507

12 514

16.021

110

25

135

110

25

135

»

60

60

520

695

1.215

33 59.25

289

33 348,25 7

260

448

708

260

448

708

17,75

20.692

45.910

66 602

26 567

76.331

102.898

4.197,25

13 10.586,90

»

60.767

955

2.844

F i n d e 1933

6.440,55

25.563

83

1933

3.391,25

13.056

»

más 2).

»

26 864

»

en

menos (1). 1932

87.838,42

8.207 57.882,40 2.407

»

11.689

30.75

11.790,75

14.784,15

425.228,91

32.403 2 510

1.571

1.792,34

2 200,34

1.495,66

19.297

8 808

148.626,50

206.508,90

105.148,10

4.821,48

7.228,48

5.014,52

17.322,50

29.011,50

13.069

13.353

25.143.75

12.047,25

867.269,07

1 292.497,í

384,35

10.755,50

1.555

11.090

Diferencia

en

»

152

85

2 800

»

951

4.807,30

1.131

»

799

2.870,50

122

»

5.775,65

152

1.936,80

3 610,33

»

Fin d e 1933.

4.525,65

50

2.395

22.691,55

»

1933

1.250

50

15 029,50

9.877,15

13.315

50

2.086

17.983,55

9.885

10,50

335

7.495

3.430

10,50

80

5 575

28.105 '

8.315

116

255

16.093

5 885

58

13.070

.012

2.430

58

375,34

1.108

210

116

184,34

197

30

58

191

3 696

180

58

485

2.541

210

5.612,39

470

,155 1.

30

3.505,05

15

Salamanca

180

1932

»

1.305

1.650

F i n d e 1933.

285

800

1.045

1933

150

480

605

1932

135

320

4.081

Fin de 1933

285

»

2.579,50

46

1933

150

8.121,50

4.363

5.000

1932

135

6 908

1.768

I Fin d e 1933.

1.463,50

»

Navarra..

12.

64

TOTAL

EN EL PUERPERIO

891,50

»

.501,50 1.

Santander

1.160,85

11.895

Galicia

13,.090

676,10 14.805

42. ,889

León

484,75

»

TOTAL DE GASTOS

PAGOS DIVERSOS

451.781,87

384,35

WOIÍTTDO IDE J^SISTIEUSTOIA Sjk.ILSriTAIRJI.A.

Páginas 137 a 142. CUADRO NÚM. 2 5 .

A T E N C I O N E S A. C A R G O IDIBIL F03STIDO OSr^OIOIIXr^L IDIE 3PA.IRTOS DISTÓCIOOS O- .A. S T O S

I N G R E S O S CAJAS

DEL FONDO GENERAL DE ASISTENCIA

Í0=i2

724,50

1933

839,50

Fin d e 1933

1.564

HONORARIOS KÉD1C0S FOR INTERVENCIONES

F i n d e 1933

1933

600

750

1.350

»

11.300

41.475

53.775

266,66

452,97

1.925

1.925

»

3.815

6.187

10.002

82.708

122.072,50

5.807,50

7.383

13.190,50

4.370

5.140,50

9.510,50

1.828,50

3.277,50

5 106

700

1.575

2 275

2.817,50

3.841

6.658,50

521

925

1.446

1.357

2 208

400

700

1.100

10.373

1.600

3.875

5.475

64.730,29

170 538,60

235.268,89

4.197,50

6.175,50

1932

1932

39.364,50

851

RECETAS FARMACÉUTICAS

»

192,20

»

HONORARIOS DE AYUDANTES

1933

»

»

'160

105,60

719,63

380

730

1.110

»

»

»

11.946,66

10,50

10,50

»

»

»

»

»

»

»

221,40

413,60

31

»

31

»

»

»

4.038,20

»

»

»

»

»

»

700

1,575

2.275

2.831

»

»

»

»

»

»

521

925

1.446

5.212,50

»

»

»

»

»

400

700

1.100

1.108

»

1.690,10

5.269,55

6.959,65

3.413,35

»

»

»

120

175,50

295,50

880

F i n d e 1933

menos.

1932

265,60

Fin d e 1933

1932

F i n d e 1933

Fin d e 1933

1933

Diferencia en

1933

1933

1932

Diferencia en más.

TOTAL D E GASTOS

HONORARIOS DE MATRONAS

1 031,10

1.911,10

»

42.657,97

54.604,63

67.467,87

1.935,50

1.935,50

6.408,40

10.446,60

347,10

11.255

»

» 936,10

»

»

»

90,10

1.394,55

1.484,65

»

»

»

»

»

1.894,50

5.228,10

7.122,60

»

»

»

»

»

»

66 624,79

175.766,70

242.391,49

»

69.086,49

»

»

»

15

120

135

466,85

1.716,50

2.183,35

»

1.171,35

»

81,282

92.023

173.305

276

736

1.012

355

1.360

1.715

96,85

236,50

333,35

12.811

14.076

26 887

7.100

8.650

15.750

1.110,60

657,50

1.768,10

80

»

80

»

»

»

8.290,60

9 307,50

17.598,10

9.288,90

»

385,65

355,15

740,80

65

80

145

»

»

»

4.150,65

5 355,15

9.505,80

4,70

»

»

»

»

»

»

»

100

776,50

»

80

80

160

»

»

»

3.101,05

7.129,05

10.230,10

2.661,40

»

200

300

919

»

4.439

5.071,50

9.510,50

3.700

4,920

8.620

345

931,50

. 1.276,50

100

400

500

3.910

8.981,50

12.891,50

2.796

6.509

9.305

448,50

770,50

1.219

100

200

300

345

759

1.104

»

»

»

3,588

4.807

8.395

3 049

4.963

93.092

150.143,50

11.185,15

74.474,72

85.659,87

3.657

700

1.258,33

1.958,33

57.051,50

1.914

» 225,05

»

542,45

»

» 540,05

» 765,10

»

»

»

»

»

»

»

»

100

38,90 •

38,90

»

»

»

»

»

»

»

1.279,90

»

»

»

»

»

»

»

»

»

»

»

»

»

»

49,35

49,35

»

»

70

190

260

»

»

»

»

295

375

»

620

2.166,60

205

737,45

1.184,50

2.472,50

5 681

6.888,50

12.569,50

4.105

5.586

9.691

73,20

381,15

454,35

»

6.417

4 692

11.109

2.500

3.455

5.955

300,55

165,45

466

80

118.221,44

337.812,65

456.034,09

5.177,81

10.469,02

15.646,83

876

237.739,50

346.023

583.762,50

1.290,60

1.105,50

400

500

38,90

38,90

1.065,10

»

2.456,45

3.786,45

6.242,90

2.152,10

»

11.185,15

74.474,72

85.659,87

64.483,63

»

770

1.497,68

2.267,68

1.389,32

»

»

4.178,20

5.967,15

10.145,35

2.424,15

»

620

2.880,55

4.535,45

124.480,25

350.677,77

1.310,50

7.416

3.693

475.158,02

180.145,52

71.541,04



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