El Sufrimiento y las Enfermedades vistas con la MENTE DE CRISTO

El Sufrimiento y las Enfermedades vistas con la MENTE DE CRISTO ¿Quién desea estar en sufrimiento? ¿ Quien desea estar en enfermedades? ¿Por qué si or

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LAS ENFERMEDADES VENÉREAS ANORRECTALES VISTAS POR UN DIGESTÓLOGO
Escuela Médicoquirúrgica de Patología Digestiva del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona. Director: Prof. F. Gallart Monés. LAS ENFERM

QUÉ HACEMOS CON EL SUFRIMIENTO Y LA PASION?
1 ¿QUÉ HACEMOS CON EL SUFRIMIENTO Y LA PASION? Felicísimo Martínez, O.P. La pregunta es demasiado genérica. Cada cual sabrá qué hace con su sufrimie

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El Sufrimiento y las Enfermedades vistas con la MENTE DE CRISTO ¿Quién desea estar en sufrimiento? ¿ Quien desea estar en enfermedades? ¿Por qué si oramos con sinceridad y un corazón entregado al Señor Jesucristo, seguimos enfermos? ¿Sera que nos esta faltando “clamar”, “tocar”, “buscar” o “pedir” como se menciona en las Escrituras? ¿Por qué enferman los creyentes y sobre todo, porque tiene que haber sufrimientos a diestra y siniestra? ¿Sera que la Iglesia ha perdido la “unción” de Dios? ¿Dónde están los milagros que

leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles? ¿Sera que no hay lideres consagrados a Dios? En el presente estudio, veremos porque en esta presente Dispensación del Misterio Revelado llamado: Gracia, el creyente no ora por sanidad ni por liberación del sufrimiento. Ambas cosas se hacían en la antigua dispensación de la Profecía o Ley, pero actualmente, el Creyente, ve el sufrimiento y las enfermedades con la mente de Cristo. La Mente de Cristo nos enseña que ya sea en sufrimiento, enfermedad, Dios nos ha prometido que todo nos trabajara para bien. En Dios, no hay coincidencias o circunstancias, sino “citas” planeadas desde antes de la fundación del mundo. Todo, es parte de un plan perfecto y un diseño divino en donde Cristo es el centro de la vida del Creyente. La Mente de Cristo es la Gracia de un Dios que es soberano, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Filipenses 2: 5. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6. el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7. sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8. y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10. para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

Capitulo 1 HOMBRE NATURAL Y CARNAL O ESPIRITUAL Algunos opinan que el capitulo del Espíritu Santo podría será el capitulo ocho de la Epístola a los Romanos, ya que el tema central del mismo, es la operación que el Espíritu Santo realiza, en la Gracia de Cristo, en el hombre interior del Creyente. V. 13. “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” El vivir, es sinónimo a hacer morir las obras de la carne en nuestra vida cotidiana. Paso a paso. Día a día. El hombre interior se debe ir renovando en el conocimiento de nuestro amado Señor Jesucristo. Al hacerlo, el hombre interior hace morir las obras de la carne al someterse a la voluntad de Dios. El hombre carnal y natural, no puede entender la mente del Señor ni comprender aspectos espirituales. Solo puede relacionarse con el mundo que le rodea en un plano físico y superficial. No puede obedecer a Dios. No quiere hacerlo. Solo le interesa el mismo y lo que le pueda pasar a aquellas cosas que aprecia o son de su propiedad. Su mentalidad es egoísta. Su interés es dirigido hacia si mismo. Aparente el

bien, solo cuando este le puede dar algo a cambio. 1 Corintios 2:11. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13. lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” El Apóstol Pablo se dirige a los Creyentes en la ciudad de Corintio, los cuales tenían una formación mundana e idolatra. Y, se movían solo a través de aquello que les parecía bien hacer o les convenía hacer. No había en ellos el pensar en agradar a Dios. Su dios, era su intelecto, vanidad, egoísmo. 1 Corintios 3: 3. “porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?” ¿Cómo se conducen los que son hombre naturales y carnales? Las escrituras nos dan ideas claras de cómo actúan los hombres que son naturales y carnales sin tomar en cuenta a Dios. Hablándonos sobre el principio de que todo árbol se conoce por sus frutos, las Escrituras, nos afirman que no podemos esperar encontrar uvas en un manzano, ni tampoco aceitunas en un naranjo. Los olivos, producen aceitunas. Las vides, uvas. La Higuera produce higos. Así es con el hombre

natural y carnal. Solo puede producir: pecado. Gálatas 5: 19. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20. idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21. envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Acordémonos que en el capitulo del Espíritu Santo, se nos exhorta a ser guiados, como hombres espirituales, ya no naturales ni carnales. Es el hombre espiritual, al ser guiado por el Espíritu Santo, que hace morir las obras de la carne, dejando de vivir, pensar y actuar como hombre natural y carnal. 1 Corintios 2: 14. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 15. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 16. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” Es de esta forma que el hombre espiritual, también produce frutos de justicia para Dios. Ya, no produce obras de la carne. Ya dejo de ser hombre natural o carnal. ¿Qué frutos produce el hombre espiritual? Gálatas 5: 22. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23. mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por

el Espíritu.” Regresando al capitulo ocho de la Epístola a los Romanos, leemos que el hombre espiritual es guiado por el Espíritu Santo de Dios en todas las áreas de su vida cotidiana. Todas las áreas, significa, cada aspecto de su vida. No hay ningún aspecto que no pueda ser afectado por la guia del Espíritu Santo. Los sufrimientos y las enfermedades también están incluidos en esto. Es por ello, que el Creyente, que es hombre espiritual, ve los sufrimientos y las enfermedades con otra perspectiva. Una nueva y distinta forma de ver aquello que antes, al ser hombre natural y carnal, vería como un problema y una inconveniencia. Romanos 8: 14. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” El hombre espiritual, ha sido hecho una Nueva Criatura al momento de creer en la Obra Redentora de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz. En ese instante en su vida, deja de ser hombre natural o carnal. Y, el Espíritu Santo, sella su hombre interior, haciendo que muera a su viejo yo. Todo lo que antes era para el su modus vivendi o manera de vivir, ahora lo considera como perdida y sin valor alguno. 2 Corintios 5: 17. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Debido a esta transformación interior, todo lo que le sucede en la vida, toma una nueva perspectiva. Las cosas por las cuales el hombre natural y carnal se afanaban en buscar, conseguir y experimentar, ahora dejan de tener sentido y son consideradas como pasajeras. El hombre espiritual sabe, por revelación, que de nada le sirve si ganara el mundo

entero, pero perdiera su eterno destino y propósito en Cristo. Su nueva meta es: hacerse mas vil, con tal de agradar a aquel que le salvo. Para el, las cosas viejas han pasado. Dios ha hecho todas nuevas en Cristo. Ahora, ya no vive bajo temor. El temor era lo único que el hombre natural y carnal conocían. Todo, lo hacían con el fin de evitar el temor. Pero, ahora, al saberse hijo de Dios es liberado de esa esclavitud de temor. Ha recibido un espíritu nuevo y diferente que le hace ser adoptado, elegido, aceptado en Dios. Por ello, puede hablar a Dios Padre como su Padre. Romanos 8: 15. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16. El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” Efesios 1: 4. “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5. en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6. para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7. en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,”

Capitulo 2 ¿POR QUÉ SUFRIMOS Y NOS ENFERMAMOS? Si hemos sido escogidos en el desde antes de la fundación del mundo; si hemos sido predestinados para ser adoptados hijos suyos y si hemos sido hechos aceptos en el Amado: ¿por qué sufrimos? ¿por qué nos enfermamos? ¿qué acaso Dios se esta contradiciendo? Dios ha preparado un nuevo cuerpo espiritual para los que han sido escogidos, adoptados y aceptos en su Amado Hijo Jesucristo. Este cuerpo que actualmente tenemos no será para la eternidad. Dios promete darnos un cuerpo de Gloria. Filipenses 3: 17.”Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 18. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19. el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. 20. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21. el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

2 Corintios 5: 1. “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3. pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. 4. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 5. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 6. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7. (porque por fe andamos, no por vista); 8. pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. 9. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.” El Apóstol Pablo nos habla de ser revestidos con un cuerpo nuevo y glorioso. En la perspectiva de Dios, nuestros cuerpos actuales son el tabernáculo del Espíritu Santo. Y, nuestros espíritus son labranza o hechura de Dios. Al creer en la Obra Redentora de Cristo en la Cruz, lo que Dios cambio, no es este cuerpo terrenal sino nuestro hombre interior. Pero, estamos todavía sujetos a esta envoltura de pecado. Las obras de la carne viven en el Creyente cada vez que este, por decisión persona, regresa a vivir como antes lo hacia. Ya no esta en esclavitud. Ha sido liberado. Mas ahora, al ser guiado por el Espíritu Santo, la carne se revela y nos impulsa a volver a pecar y volver a desear las cosas que antes deseábamos y valorábamos, debido a que todavía estamos en este cuerpo de carne y de pecado.

Romanos 7: 21. “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23. pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25. Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” Como el Apóstol Pablo, todos los Creyentes, nos hemos sentido de esta forma: ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Y, así también, hemos confirmado a nuestro hombre interior que seremos librados de este cuerpo de muerte a través de ser revestidos con el cuerpo de gloria que Cristo nos ha prometido. Es por ello, que el Creyente ve los sufrimientos y las enfermedades con una nueva perspectiva. Una forma nueva de encarar estas complicaciones que acojan a todo ser humano, es ahora puesta en la mente del Creyente. Romanos 8: 1. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4. para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” Una nueva ley, es la que le da vida al Creyente: la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús. Por ello, el Creyente es

guiado por el Espíritu Santo para serle agradable a Dios en todo, inclusive, en la actitud que toma ante los sufrimientos y enfermedades que llegasen en su vida. V. 18. “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.” Para el Creyente, todo aquello que le traiga el sufrimiento y la enfermedad es visto como algo pasajero. Es decir; ahora las aflicciones del tiempo presente las puede ver en su correcta perspectiva: algo pasajero que no se comparara con la gloria venidera que nos es prometida en Cristo. V. 20. “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21. porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23. y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” Al igual que la creación entera, el Creyente gime a una con dolores en su hombre interior, anhelando esa adopción, que es la redención de nuestro cuerpo. El hombre espiritual, el Creyente en Jesucristo, sufre. Padece aflicciones. Tiene enfermedades. Anhela ser revestido de su gloriosa morada celestial: el cuerpo de gloria. 2 Corintios 4: 12. “De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida. 13. Pero teniendo el mismo

espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14. sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15. Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 16. Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18. no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”

Capitulo 3 TESORO DE DIOS EN VASOS DE BARRO Las Escrituras nos enseñan que Dios es el Maestro Alfarero. Es el que nos esta moldeando a la imagen de Su Hijo Jesucristo.

Romanos 9: 20. “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? 21. ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 22. ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23. y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,”

El hombre natural y carnal que rechaza la bondad de Dios, su Gracia y Favor, es hecho un vaso de deshonra. Mas aquel que es transformado y es hecho una Nueva Criatura, ha creído en la Obra Redentora de Cristo en la Cruz del Calvario, y aceptado la gracia y el favor de Dios a través de su Hijo. A los judíos, nuestro Amado Señor Jesucristo, le dijo que el que aceptaba al Hijo tendría vida eterna. Pero, el que le rechazara tendría la ira de Dios. Juan 3: 36. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” El profeta Jeremías, también habla sobre como Dios es el Maestro Alfarero de su pueblo escogido: Israel. Y, el Apóstol Pablo, nos ha escrito que todo lo que sucedió a Israel ha sido escrito en la Biblia como ejemplos para nosotros. Las cosas que les acontecieron son como ejemplo. Están escritas para amonestar al Creyente, a quien ha alcanzado los fines de los siglos.

Jeremías 18: 1. “Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2. Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. 3. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. 4. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. 5. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 6. ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. 7. En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. 8. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, 9. y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. 10. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.” Hay un tesoro divino, que Dios ha colocado en estos cuerpos de carne, que el llama: vasos de barro. Ese tesoro es su gloria, su bondad, su gracia. 2 Corintios 6: 7. “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8. que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9. perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10. llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 11. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida. 13. Pero teniendo el mismo

espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, 14. sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.” Para Dios, nuestras circunstancias, son los escenarios en los cuales este tesoro que esta puesto en vasos de barro le da la gloria y le exalta.

Capitulo 4 EL EJEMPLO DEL APOSTOL PABLO Siendo el Apóstol escogido por Jesucristo glorificado y exaltado para la Iglesia, Pablo nos da el ejemplo de lo que es enfrentar las aflicciones del presente siglo malo con la Mente del Señor. 2 Corintios 6: 3. “No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; 4. antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de

Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; 5. en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; 6. en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, 7. en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; 8. por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9. como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; 10. como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo. Filipenses 3:3. “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 4. Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5. circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6. en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9. y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10. a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,” Siendo Apóstol a los gentiles, Pablo oro a Dios tres veces

para que una enfermedad, que le afligía en su cuerpo, fuese quitada. Mas, Dios le contesta de una forma extremadamente nueva, diferente a lo que los judíos habían estado acostumbrados a escuchar toda su vida. 2 Corintios 12: 1. “Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. 2. Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4. que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. 5. De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades. 6. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí. 7. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8. respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” Sin duda, el Apóstol Pablo fue uno de los Creyente que mas revelaciones recibió de la Gracia de Dios. Y, precisamente para que su cuerpo de carne no le volviese a dirigir hacia las obras de la carne y se envaneciere, Dios le permite una enfermedad. No lo sana. A un Apóstol escogido y puesto como Perito Arquitecto del Cuerpo de Creyentes: La Iglesia, Dios no lo sana. Esto es algo nuevo. Esto es algo diferente. Dios le dice, que Su Gracia, seria suficiente. Que no le

sanaría, pero que en medio de su sufrimiento y enfermedad, su Gracia le permitiría ver las cosas con una nueva perspectiva, de acuerdo a la Mente de Cristo.

Capitulo 5 DIOS CAMBIO LAS AFLICCIONES DE ISRAEL A diferencia de la Iglesia, Dios cambio constantemente las circunstancias, las tribulaciones y aflicciones de su Pueblo Escogido Israel. Había una condición, que Israel tenia que cumplir para que Dios cambiase las aflicciones de Israel. Esta, era su obediencia a las leyes y estatutos que Dios le había ordenado y dado a través de Moisés. Deuteronomio 28: 1. “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

3. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 4. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. 5. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. 6. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. 7. Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. 8. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Dios, prometía cambiar sus circunstancias, quitar sus aflicciones, bendecirles cuando ellos obedecieran a su voz. Pero, si ellos desobedecían, todo lo que iba a ser de bendición, se convertía en maldición. O sea, que Dios es el que les daba bendiciones, pero también, era el que les daba maldiciones por su desobediencia. Deuteronomio 28: 15. “Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. 16. Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. 17. Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar. 18. Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. 19. Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir. 20. Y Jehová enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado. 21. Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.”

Cuando, nuestro Señor Jesucristo se encarno y realizo su ministerio terrenal dirigido a Israel, les sano de todas sus enfermedades. Por donde el pasaba, había dos cosas que acontecían: sanidad de enfermedades y echar fuera demonios. Estas señales y prodigios eran realizados por Cristo precisamente porque fueron dirigidos a Israel en la antigua dispensación de la profecía o ley. De esto hablaron los antiguos profetas y eran las promesas depositadas en Abraham, Isaac, Jacob, José y confirmadas en el Rey David. El Mesías de Israel seria el sanador de su pueblo. El evangelio de Mateo, registra una sanidad a una mujer que estaba enferma de flujo de sangre desde hacia doce años, solo tocando el manto del Señor Jesucristo, fue sanada.

Mateo 9: 19. “Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. 20. Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 21. porque decía dentro de sí: Si

tocare solamente su manto, seré salva. 22. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.” El Evangelio de Juan nos dice que Cristo realizo muchísimos milagros y sanidades que no están registradas en los evangelios, pero que en verdad también acontecieron. Juan 20: 30. “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” Juan 21: 25. “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.” El Historiador Eusebio, narra dos cartas que nos hablan de la realidad de las sanidades en la época de nuestro Amado Señor Jesucristo y los años tempranos de la iglesia apostólica.

“COPIA DE UNA CARTA ESCRITA POR ABGARO,

TOPARCA, A JESUS, Y ENVIADA A EL A JERUSALEN MEDIANTE EL CORREO ANANIAS

Abgaro Ucama, Toparca, a Jesús el excelente Salvador que ha aparecido en la región de Jerusalén, saludos.

He oído de ti y de las sanidades que consigues sin fármacos ni

hierbas. Dicen que haces ver a los ciegos y andar a los cojos, que

sanas a leprosos y echas fuera espíritus inmundos y demonios, que sanas a los atormentados por enfermedades

Crónicas y que resucitas a los muertos. Cuando oí todo esto de ti,

pensé que una de dos cosas es verdad.: O bien que eres Dios y has

descendido del cielo a hacer esas cosas, o que eres Hijo de Dios para llevarlas a cabo. Por esta razón te escribo para que te des la

molestia de acudir a me y sanes mis padecimientos. También he oído que los judíos murmuran contra ti y quieren causarte mal. Ahora bien, mi ciudad-estado es muy pequeña pero muy considerada y adecuada para nosotros dos.

(El escribió esta carta cuando la luz divina había apenas

comenzado a resplandecer sobre el. Es apropiado conocer también

la carta que Jesús le envió mediante el mimo correo. Tiene solo una s pocas líneas, pero con mucha fuerza.

RESPUESTA DE JESUS AL TOPARCA ABGARO MEDIANTE EL CORREO ANANIAS

¡Bienaventurado tu que creíste en mi sin haberme visto! Porque

escrito esta que los que me han visto no creerán en mi, y que los que no me han visto creerán y vivirán. Ahora bien, tocante a tu

petición de que yo venga a ti, debo primero completar aquí todo

aquello para lo que fui enviado, y, cuando lo haya completado, debo ser tomado arriba a Aquel que me ha enviado. Cuando haya sido

tomado arriba, enviare a uno de mis discípulos para que sane tus padecimientos y traiga vida para ti y los tuyos.

LO QUE SIGUE ESTA ADJUNTO A ESSAS CARTAS EN SIRIACO.

Después de la ascensión de Jesús, Judas, llamado también Tomas, envió a Tadeo, uno de los Setenta a (Abgaro), y poso con Tobías, hijo de Tobías. Cuando Abgaro supo que Tadeo estaba sanando cada enfermedad y debilidad, sospecho que era aquel de quien le había escrito Jesús. Entonces ordeno a Tobías que le trajese a

Tadeo. De modo que Tobías dijo a Tadeo: El toparca Abgaro me

ha mandado que te lleve ante el para que le sanes. Tadeo contesto: Iré, por cuanto he sido enviado a el con poder. Tobías se levanto

temprano a la mañana siguiente y llevo a Tadeo a ver a Abgaro,

que estaba acompañado de sus nobles. Cuando llegaron, Abgaro vio una maravillosa visión en el rostro de Tadeo y se inclino ante el,

preguntando: ¡Eres tu realmente un discípulo de Jesús, el Hijo de

Dios, quien me escribió diciendo: Enviare a uno de mis discípulos para que sane tus padecimientos y traiga vida?

n Para esto fui enviado a ti – replico Tadeo --. Si crees en el ,

tus oraciones serán contestadas en proporción a tu fe.

n Creí en el con tanta firmeza que quise encabezar un ejercito

para destruir a los judíos que lo habían crucificado, solo que me vi impedido por el poder de Roma.

n -- Nuestro Señor ha cumplido la voluntad de su Padre – dijo

Tadeo – Después de cumplirla, ha sido tomado arriba al padre.

n También he creído en el y en su Padre.

n --Por esta razón pongo mi mano sobre en su nombre.

Al hacerlo, Abgaro, fue inmediatamente sanado, y ello sin

fármacos ni hierbas, lo mismo que en las curaciones de Jesús.

Abdón, hijo de Abdón, cayo a los pies de Tadeo y fue similarmente sanado de su gota, y muchos otros conciudadanos de ellos fueron

sanados. Abgaro pidió entonces a Tadeo mas información acerca de Jesús.

Tadeo contesto: “ Reunid mañana a todos vuestros ciudadanos, y les contare acerca de la venida de Jesús y de su misión, acerca del

propósito del Padre al enviarlo, acerca de sus obras y poder, de su predicación, acerca de su humildad que minimizo su divinidad, y de cómo fue crucificado y resucitado de entre los muertos,

descendiendo solo al hades pero ascendiendo con una multitud al Padre.

De modo que Abgaro reunió a sus ciudadanos al romper el alba

para oír la predicación de Tadeo, después de los cual ordeno que le

fuera dado oro y plata. Pero Tadeo rehusó, preguntando: Si hemos dejado atrás nuestros bienes, ¡como podemos aceptar los de otros?

TODO ESTO TUVO LUGAR EN EL AÑO 340. BASTE

AHORA CON ESTA UTIL TRADUCCION LITERAL DEL SIRIACO.

(El año es conforme al calendario de Edesa, que comenzó el 310

a.C.; por ello, es el año 30, tres o cuatro años demasiado temprano para reflejar la fecha precisa para la crucifixión – 33 d.C.)”

(Eusebio, Historia de la Iglesia, por Paul L. Maier pp. 50-53 ) Las cartas anteriores, registradas por el historiador Eusebio, muestran lo importante de las sanidades para Israel. Eran parte de la dispensación de la profecía y ley que el Apóstol Pablo describe en la Epístola a los Efesios, cuando se dirige a los gentiles. Efesios 2: 11. “Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.”

Inclusive, el Apóstol Pablo, realizo sanidades diversas a través del envió de pañuelos ungidos y en una ocasión, resucito a un muerto. Hechos 19: 10. “Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. 11. Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12. de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.” Hechos 20: 8. “Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; 9. y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. 10. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo. 11. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió.” Todo ello, fue parte del respaldo que Dios mismo le estaba dando al Apóstol Pablo como Apóstol a los gentiles. Era algo totalmente necesario. Así, como lo hizo con los Doce Apóstoles para que Israel viera que eran enviados de Dios. Cristo, lo hizo con los setenta que envió de dos en dos. Lucas 10:1. “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. 2. Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. 3. Id; he aquí yo os envío como corderos

en medio de lobos. 4. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. 5. En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. 6. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. 7. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. 8. En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; 9. y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” Inclusive, la sombra del Apóstol Pedro, quien fue enviado a los judíos, les sanaba de toda enfermedad. Lo anterior, de igual forma, fue realizado por el Poder de Dios con el fin de respaldad a los Discípulos de Cristo y darles esa autoridad apostólica que Cristo les prometió. Hechos 5: 14. “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; 15. tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.”

Capitulo 6 PERO AHORA, EN LA GRACIA En la antigua dispensación de la profecía y ley, hemos visto que Dios realizo milagros cambiando las circunstancias de su pueblo Israel. Quitaba sus sufrimientos. Aliviaba sus enfermedades. Pero, cuando llama al Apóstol Pablo y lo forja como el Maestro Alfarero moldea el barro, le muestra algo nuevo. Algo distinto. Algo no conocido, llamado: gracia. Volvamos a ver el incidente en la vida del Apóstol Pablo, donde el padeció enfermedad y no fue sanado. Dios, no cambio su circunstancia. Sino , que en medio de ella, le dio de su gracia y le dijo que su gracia seria suficiente, porque su poder (el mismo que antes cambiaba las circunstancias de Israel), ahora se perfeccionaría en su debilidad. ¿Qué era lo que Dios le estaba mostrando al Apóstol Pablo? ¿Qué es lo que Dios quiere mostrarle al Creyente? 2 Corintios 12: 7. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8. respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder

se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” Dios le estaba mostrando al Apóstol Pablo, lo mismo que nos quiere mostrar a los Creyentes. Ahora, en esta dispensación de la Gracia, del misterio oculto antes no revelado ni dado a conocer a nadie, Dios trabaja no en cambiar mis circunstancias, sino en cambiar mi hombre interior. Romanos 16: 24. “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. 25. Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26. pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, 27. al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén. La predicación de Jesucristo, fue revelada al Apóstol Pablo. El no la recibió de hombre alguno. Y, en esta revelación nueva, totalmente distinta a la que Cristo predico a Israel durante su ministerio terrenal, Dios da algo nuevo y distinto llamado gracia. Efesios 3: 1. “Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; 2. si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; 3. que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, 4. leyendo lo

cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, 5. misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6. que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, 7. del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. 8. A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, 9. y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;” En esta administración de la gracia de Dios, los términos son otros. No se nos promete, a los que somos Creyentes, el cambiar nuestras circunstancias, nuestras aflicciones, nuestras enfermedades. Se nos han prometido otras cosas muchísimo mas relevantes y trascendentes.

Capitulo 7 GLORIA, GRACIA Y BONDAD Anteriormente, los judíos, en la dispensación de la profecía y de la ley, conocían la gloria de Dios. Esta gloria se manifestaba a Israel en la fiesta del Yom Kippur o del Día de la Expiación y del Perdón descrita en el capitulo 16 del libro de Levítico. En una ocasión, Moisés le rogo a Jehová que le mostrara su gloria. Éxodo 33: 18. “El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. 19. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. 20. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. 21. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; 22. y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. 23. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

En la actual dispensación de la administración de la gracia de Dios, la gloria de Dios, tiene otro sinónimo y se le llama: gracia. Efesios 2: 13. “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15. aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16. y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18. porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20. edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21. en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22. en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Y, Dios nos dice que en la próxima dispensación, la de los siglos o edades por venir, su Gloria, su Gracia, se conocerá como su Bondad. La Bondad que ha mostrado a los Creyentes en Jesucristo. Efesios 2: 7. “para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8. Porque por gracia sois salvos por

medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9. no por obras, para que nadie se gloríe. 10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Y, es en esta perspectiva que el Creyente comprende porque vienen a su vida distintos sufrimientos, padecimientos, tribulaciones, problemas y circunstancias adversas. La Gracia de Dios, se perfecciona dentro de nosotros a través de ellas. Lo que Dios esta ahora diciéndonos es que la época de mostrar su gloria y bondad en sanar enfermedades y cambiar circunstancia ya no es la actual. Dios ahora, usa su gracia para transformar el hombre interior. En esta dispensación de la gracia, el Creyente no ora para que Dios quite las circunstancias o le sane de sus dolencias y enfermedades, como antes lo hacían los judíos a Jehová o como Cristo les enseño a los Doce discípulos que hicieran y enseñaran a los judíos. Hoy, en esta dispensación de la gracia, tenemos el ejemplo del Apóstol Pablo, quien siendo Apóstol a nosotros los gentiles, se fortalecía en la gracia de Dios en medio de sus circunstancias, aunque estas no cambiasen. Sus oraciones, estaban dirigidas a que en medio de toda circunstancia adversa, Cristo perfeccionara su poder para recibir la gloria y exaltación. El Apóstol Pablo, aprendió a que la gracia de Dios le fuera suficiente para pasar todo tipo de tribulación, sin caer en la angustia. Para, enfrentar todo tipo de apuro, sin caer en la desesperación. Para, ser perseguido mas nunca sentirse desamparado. Y, para en algunas ocasiones, sentirse derribado, pero nunca poder ser destruido.

A los creyentes, Dios nos ha dado promesas. Promesas que son mas sublimes, mas trascendentes que el cambiar nuestras circunstancias y sanar nuestras enfermedades. Estas promesas las describe el mismo Apóstol Pablo en el capitulo del Espíritu Santo. Romanos 8: 26. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 28. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36. Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38. Por lo cual estoy seguro de que ni la

muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39. ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Dios le promete al Creyente, que su gracia será suficiente para: .Creer que Dios hará que todas las cosas, incluyendo sufrimientos y tribulaciones diversos, obren para bien .Cambiara lo malo, en bueno. .Le promete orar, con gemidos indecibles, de acuerdo a la voluntad de Dios. Aunque esta voluntad, no sea el cambiar las circunstancias de los presentes sufrimientos o sanar las aflicciones de las enfermedades. .Le promete que nada ni nadie podrá condenarle. Porque si no nos negó ni a su propio Hijo, tampoco permitirá que seamos condenados .Finalmente, Dios en su gracia le promete al Creyente amarlo durante y a pesar de cualquier circunstancia: sufrimiento o enfermedad no nos separaran de su amor. La oración del Apóstol Pablo, con respecto a los sufrimientos y las enfermedades no era que Dios los quitara. Sino, que en medio de ellos y a pesar de ellos, los ojos de su entendimiento fueran abiertos a su gracia. Filipenses 4: 4. “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5. Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de

Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” La gracia de Dios, había transformado el hombre interior del Apóstol Pablo. Ahora, el veía los sufrimientos y las enfermedades como instrumentos en las manos del Maestro Alfarero. V.11. “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Y fue la gracia de Dios, la que le ayudo a entender el nuevo cambio en la forma en como Dios trataría a Su Iglesia, el Cuerpo de Creyentes, transformando el hombre interior a la imagen de Jesucristo. V. 19. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Es en su gracia, que el Creyente comprende que ha sido inmensamente enaltecido. Que aun no vemos esa gloria en nuestros cuerpos, mas algún día, cuando venga nuestra transformación y seamos revestidos, la veremos.

1 Juan 3: 1. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo,

así como él es puro.” Efesios 1: 3. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,”

SOLI DEO GLORIA



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