El teatro social de Celestino Gorostiza: La denuncia del racismo en la sociedad mexicana en El color de nuestra piel

1 Universiteit Gent Faculteit Letteren en Wijsbegeerte Master in de Vergelijkende Moderne Letterkunde Academiejaar 2009-2010 El teatro social de Cel

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Universiteit Gent Faculteit Letteren en Wijsbegeerte Master in de Vergelijkende Moderne Letterkunde Academiejaar 2009-2010

El teatro social de Celestino Gorostiza: La denuncia del racismo en la sociedad mexicana en El color de nuestra piel

Masterscriptie ingediend tot het behalen

Promotor:

van de graad van Master in de Vergelijkende

Prof. dr. Eugenia Houvenaghel

Moderne Letterkunde Door Gwendolyn Claerebout

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Palabras de agradecimiento Me gustaría agradecer a la profesora Eugenia Houvenaghel, la directora de la investigación, para darme la oportunidad de efectuar un análisis en cuanto a la forma y los elementos sociales en la obra de Celestino Gorostiza. Además quiero dar las gracias por su asistencia y por la gran cantidad de tiempo que ha dedicada a mi tesina. Una prueba de eso son las múltiples correcciones de los textos que la profesora me ha mandada. Sus observaciones apuntadas siempre han sido una ayuda importante y es seguro que han elevada la calidad de esta investigación.

También deseo agradecer a mi familia, mi novio y mis amigos para apoyarme durante la elaboración del trabajo. Por todas las visitas de bibliotecas y todas las horas de trabajo han tenido de echar de menos a mí. Finalmente quiero agradecer a mis compañeros de estudio. Por el apoyo y el intercambio de conocimientos e ideas ha sido posible de ayudar y apoyar el uno al otro con la elaboración de las investigaciones de maestría.

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Índice I.

Introducción

4

II.

Dos figuras claves en el teatro mexicano del siglo XX

11

III.

Análisis de las presencias de la problemática socioétnica en El color de

nuestra piel

18

III.1

El título y la problemática socioétnica: análisis en el marco de la teoría de Genette 18

A.

La frecuencia del título dentro de la obra

19

B.

Su función y relación con la problemática socioétnica.

23

III.2

La construcción de los personajes y su significado socioracial: un análisis a la luz de la

teoría dramática de Alonso de Sántos

31

A.

La identidad de los personajes y sus relaciones internas

33

B.

El uso del lenguaje relacionado con la problemática socioracial

38

C.

La representación de las clases sociales a través de la identidad de los personajes

44

III.3

La estructura dramática y la problemática socioétnica: un análisis en el marco de la

teoría de Alonso de Sántos

50

A.

La estructura interna y externa de la pieza dramática

50

B.

Las diferencias entre los actos: inicio y final

54

IV.

Conclusión

58

V.

Bibliografía

62

4

I.

La introducción

La pieza de teatro que analizamos en este trabajo es El color de nuestra piel del autor mexicano Celestino Gorostiza. La pieza data de la mitad del siglo veinte y se centra en una problemática sociohistórica. Se trata esencialmente de los problemas de convivencia que se plantean entre las diferentes clases sociales y grupos étnicos o raciales en el México en el siglo XX. El autor Celestino Gorostiza nos presenta estas dificultades que se plantean en el nivel nacional, en el marco de un microcosmos constituido por la casa de una misma familia mexicana.

La obra teatral de Celestino Gorostiza no ha sido muy criticada e investigada. Como explicaremos en el estado de la cuestión, no más de cuatro obras críticas 1 están disponibles actualmente. Estos críticos abordan sobre todo los temas históricos y sociales de la obra de Gorostiza. Es decir, explican cómo la obra trata el problema del racismo en la sociedad mexicana. Los estudiosos nos presentan por medio de ejemplos de la pieza esta temática social que también aparece frecuentemente en México y en el conjunto del teatro mexicano. Asimismo los críticos adoptan un enfoque histórico sobre la pieza. Todos los estudiosos también presentan la obra como muy psicológica y lo consideran como una obra teatral que está relacionada con la identidad hispanoamericana.

A.

El estado de la cuestión

Ahora bien, de los cuatro textos críticos que tratan sobre la obra maestra de Celestino Gorostiza, es posible distinguir tres diferentes temáticas. Los primeros dos textos, a saber el de Porfirio Sánchez y de Juan Francisco Silva, abordan la temática de las relaciones entre los familiares. Explican más el conflicto interno que se produce en la obra. Después explicamos la visión de Luis H. Peña. Él trata mostrar la razón por las dificultades, basándose en la 1

Se trata de los textos siguientes: - “The Color of Our Skin: Are Mexicans of African Descent?” de Hernández Cuevas, Marco Polo (2005) - “Estado corporativo y cultura nacional: Los intereses creados o El color de nuestra piel.” de Peña, Luis H. (1995) - “Aspectos socio-psicológicos y el movimiento indigenista en El color de nuestra piel de Gorostiza.” De Sánchez, Porfirio (1985) - “El color del teatro mexicano, Celestino Gorostiza.” de Silva, Juan Francisco (2001)

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historia y más específicamente en la distinción entre la historia y lo extranjero. Finalmente Hernández Cuevas aborda el problema y trata de explicarlo a través de la historia de la gente mexicana.

Pues la primera obra crítica sobre El color de nuestra piel fue escrita por Porfirio Sánchez. En su texto “Aspectos socio-psicológicos y el movimiento indigenista en el color de nuestra piel de Gorostiza” presenta un análisis de mestizaje y del conflicto racial que se describe en la obra de Gorostiza. (Sánchez, 1985: 192-201) El texto nos explica que la distinción entre la gente se basa en un sistema de castas. Este sistema se realizó durante la época colonial en Nueva España, es decir, en México. Como base principal, el sistema toma los españoles, los criollos, los indios y los esclavos negros. No obstante, no solamente estas clasificaciones sociales reflejan esta división, sino también el color de la piel. Es este último que figura como sujeto principal en la obra de Gorostiza.

A saber, en la familia que Celestino Gorostiza nos presenta, existe un intercambio genético. La mujer es mestiza y los hijos difieren de color en cuanto a su piel. Se trata entonces de un tipo de discriminación doméstico y social. Concierne sobre todo del padre Don Ricardo y de su hijo menor Héctor. Por ejemplo, Héctor intenta abusar a Alicia, la sirvienta de origen mestizo. La idea que surge por este acontecimiento es que: “para los amos, ellas son inferiores por su color y su estado social, que son instrumento de uso sin derecho a pudor ni orgullo”. (Sánchez 1985: 195) La falta de respeto de Don Ricardo y de Héctor hacia mujeres mestizas, proviene de su oficio y estado social más elevados. Ven a estas mujeres como un instrumento de placer para los hombres. Sánchez da una muy buena definición del estado de las mujeres: “En los ojos del prejuiciado la mujer blanca es la bonita, la limpia, como si el color de la piel mestiza fuese indicio de suciedad o inferioridad”. (Sánchez 21985: 195) Como la mujer Carmela, mujer de Don Ricardo, también es mestiza, ella ha sufrido también estas humillaciones. Lo que se muestra muy claramente en la pieza.

Estas diferencias entre el color de la piel de los familiares provocan muchas tensiones y dificultades. El autor nos muestra también, por diferentes ejemplos, que Don Ricardo no cree en los mexicanos, lo que prueba que es una persona racista. Sin embargo, según Sánchez, la obra termina con un eco de esperanza: “Manuel busca una identificación, una realización

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homogénea del pueblo mexicano, un pueblo que haya olvidado el sistema de castas de la época colonial y del color de la piel”. (Sánchez 1985: 201) En segundo lugar, Juan Francisco Silva trabajó sobre la obra de Gorostiza. El texto “El color del teatro mexicano, Celestino Gorostiza” muestra las diferentes vías de influencia en cuanto al teatro mexicano. En parte por su posición geográfica, México se sometía a la vieja escuela española y a una vuelta al costumbrismo. El autor considera el análisis de El color de nuestra piel como: “la oportunidad de conocer aspectos significativos del Teatro en México, así como sus influencias y movimientos más importantes”. (Silva 2001) Silva intenta, desde un punto de vista sociológico, relacionar el contexto social, la obra y el autor.

Silva explica que Celestino Gorostiza describió la posición de la clase media, lo que es prueba de una gran movilidad social en la época. El foco de atención es la familia mexicana. Por un lado quieren alternar socialmente con miembros de la alta clase pero por el otro lado, la discriminación racial está presente en el mismo núcleo familiar. Por medio de ejemplos del texto de Gorostiza, explica las relaciones y dificultades entre los familiares. Las diferentes intervenciones de personajes ayudan según Silva al punto de vista ideológica sobre la obra. Además menciona que hay diversas influencias de Rodolfo Usigli que son presentes en la obra. Define la obra de Gorostiza como: “Un fresco que esboza la rutina domestica de la familia mexicana, un sentido de proximidad a la experiencia diaria, al colonialismo y al tipo de atmósfera creíble y familiar que acompaña la verdadera experiencia del individua común y corriente”. (Silva 2001)

A continuación mostramos la visión de Luis H. Peña en cuanto a la obra popular de Celestino Gorostiza. En su texto “Estado corporativo y cultura nacional: los intereses creados o El color de nuestra piel” trata de presentar sobre todo la razón por las dificultades sociales. (Peña 1995: 171-183) Peña dice que todos los cambios económicos, políticos y sociales provocan una “remodelización” del discurso sobre “lo nacional”. Analiza la pieza en el cuadro del desarrollo progresivo de un sector de la burguesía local con intereses industriales. Son estos hechos que forman la base para la nueva significación de lo nacional, es decir, la mexicanización.

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Según Peña, Gorostiza presenta en su obra por un lado un esquematismo moral, físico o psicológico de los personajes y de los acontecimientos y por el otro lado una serie de correlaciones metafóricas. Primeramente explica la crisis de confianza en la familia de Don Ricardo. Es decir, para Don Ricardo, su hijo Héctor es la personificación de los ideales que él quiere propagar. Sin embargo, Héctor resulta ser el más corrupto de la familia. Además el suicidio de Héctor parece ser la prueba del fracaso del proyecto social de Don Ricardo. Otro elemento que indica la problemática sociocultural es la referencia por una parte hacia lo nacional y por otra parte hacia lo extranjero. Por ejemplo, los elementos emocionales y morales mexicanos refieren a lo nacional y lo extranjero se representa en la persona Zeyer, quien no está mexicano, como el jefe de los Laboratorios Zeyer.

Peña opina que el marcador racial es más el reflejo de la autodefinición de los personajes, es un elemento que se sitúa entre el cómico y el grotesco. En una temática que provoca conflictos entre los familiares. Además considera dos hechos como hilos conductores de las relaciones conflictivas. Es decir el posible enlace matrimonial entre Beatriz y Carlos y la crisis provocada por las vacunas caducas.

En resumen se puede decir que Peña ve a la obra como una reflexión de una modalidad nacionalista con el objetivo de un progreso nacional. El autor lo expresa muy claramente: “En El color de nuestra piel convergen singularmente lo laboral y lo social: tono de civilismo melodramático de exaltación nacionalista, en el que la ideología de la patria, la estabilidad y el patrimonio espiritual, ejemplifican un sujeto social marcado por su laboriosidad, moralidad, armonía y solidaridad interclasista”. (Peña 1995: 182) Finalmente, en “The Color of Our Skin: Ara Mexicans of African Descent?” de Hernández Cuevas, la obra de Gorostiza es presentada como un drama del Teatro de identidad hispanoamericana. Es una búsqueda hacia la psicología de diferentes castas y clases sociales, estableciendo una relación entre el color y el estado económico. Hernández Cuevas explica en su texto diversas teorías con respecto al origen de la humidad y las diferencias en la apariencia. Sin embargo, en El color de nuestra piel, es más un problema psicólogo. La clasificación y la idea de superioridad e inferioridad, datan del final del siglo quince y fueron

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propagadas por los imperialistas españoles. En la historia hablan de la teoría de la sangre española: “In the New World, „Spanish untainted blood‟ acquired the connotation of physical and cultural superiority”. (Hernández Cuevas, 2005: 58)

Con todo, Hernández Cuevas explica que existen dos síndromes que describen la herencia de la raza cósmica y sus efectos en los mexicanos. Primeramente existe el síndrome de la superioridad blanca, que significa la negación fraudulenta de la herencia africana, pero con un riesgo de descubrimiento. En segundo lugar existe el síndrome de la memoria falsa, este trata de la intencionada negación. Por el contrario, la mentalidad de los mestizos procede de la confrontación con la raza cósmica basada en el mito de la superioridad blanca. Ellos son vistos como los no blancos y porque no tienen la sangre pura, no son capaces de escapar su inferioridad.

Concluyendo sobre el estado de la cuestión de El color de nuestra piel, se puede decir que los críticos demuestran sobre todo la existencia de relaciones de paralelismo entre el relato sobre la familia mexicana y la verdadera situación social en México. Además demuestran los temas principales de la obra visto que forman la base de sus investigaciones. Sin embargo, dentro del prólogo del Teatro Completo2 de Celestino Gorostiza encontramos una propia reflexión de la obra. Esta reflexión fue escrita por Víctor Hugo Rascón Banda que describe la obra como un teatro realista que representa la situación de la época. El escritor indica que El color de nuestra piel es un texto con la que se identifica a Celestino Gorostiza y que refiere a los temas principales siguientes: “El racismo de los nuevos ricos de México, los extranjeros perniciosos, los problemas no resueltos del mestizaje, los conflictos internos de la clase social alta, y una mirada burlona y crítica a su chabacanería”. (Gorostiza, 2004: 38)

Víctor Hugo Rascón Banda nos asegura que los mexicanos critican al racismo que se produce en otros países. Pero indica que el problema es que no se dan cuento que ellos también practican una forma de racismo cotidiano. A saber, se trata de un racismo hacia los indígenas 2

La edición en que encontramos nuestra obra de investigación: Gorostiza, Celestino. 2004. Teatro Completo. México: Conaculta.

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y las personas de color moreno que además está fortalecido por los medios de comunicación. Esta temática forma también el núcleo de los textos3 de Doremus A. (2001), de Gall O. (2004) y de Monsiváis C. (1978). En este trabajo, sin embargo, queremos enfocar la manera en la cual se concretiza en el texto la referencia a la problemática social.

B.

Las preguntas de investigación

La pregunta principal de la investigación trata pues de las referencias en la obra a la problemática socioracial. ¿En qué elementos textuales se halla la crítica social? ¿El autor nos presenta y explica, por su manera de construir la obra, el problema social en cuanto al racismo en México? El objetivo de este trabajo consiste en relacionar los elementos formales del texto con la problemática social que se denuncia.

Fuera de las preguntas principales de la investigación, también referimos a algunas preguntas secundarias. Es decir, el análisis se basa en tres sujetos principales, muy significantes para el estudio de la obra. Primeramente investigamos la importancia del título y su significado dentro del contexto de la situación mexicana. En segundo lugar miramos la función de los personajes y de su lenguaje en relación con la problemática sociohistórica. Finalmente estudiamos la composición del texto dramático y su vínculo con la situación histórico-social en México.

C.

La metodología

Cada capítulo se basa en una parte teórica que se relaciona con los elementos investigados en la segunda parte del capítulo. Las obras teóricas utilizadas se dividen en dos grupos. Primeramente utilizamos en casi todas las partes las obras siguientes: El diccionario del teatro de Patrice Pavis (1996), la Teoría del teatro de Santiago Trancón (2006), La escritura dramática de José Luis Alonso de Sántos (1998) y uno de los libros teóricos de María del Carmen Bobes Naves, a saber, la Teoría del teatro (1997). En segundo lugar utilizamos obras teóricas que enfocan aspectos específicos de nuestra investigación dividida en distintos 3

Doremus, Anne. 2001. “Indigenism, Mestizaje, and National Identity in Mexico during the 1940s and the 1950s.” Estudios Mexicanos 17, 375-402. Gall, Olivia. 2004. “Identidad, exclusión y racismo: reflexiones teóricas y sobre México.” Revista Mexicana de Sociología 66, 221-259. Monsiváis, Carlos. 1978. “Notas sobre cultura popular en Mexico.” Latin American Perspectives 5, 98-118.

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capítulos. Para el primer capítulo que trata del título referimos sobre todo a la obra de Gérard Genette que se llama Seuils (1987) y que explica sobre todo la teoría con respecto al paratexto. Además nos basamos en esta parte en el conjunto de obras literarias que refieren a la situación problemática en cuanto al contexto social en México. A continuación utilizamos para la parte que explica la función de las personas y analiza su lenguaje, fuera de los libros generales que hemos mencionado al principio, el libro de José Luis Alonso de Sántos, La escritura dramática (1998). Este estudio trata la construcción de los personajes, la estructura y el lenguaje utilizado en una pieza de teatro. Por eso este libro se utiliza también para desarrollar el último capítulo que trata sobre todo de la estructura dramática.

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II.

Dos figuras claves en el teatro mexicano del siglo XX

Dentro del teatro de México aparecen dos figuras de gran importancia en cuanto a la evolución del teatro mexicano dentro del siglo XX. Se trata de Celestino Gorostiza, el autor de nuestra obra de investigación, y Rodolfo Usigli4, un hombre que se relaciona con el origen del teatro mexicano moderno. Empezamos con una presentación de ambos autores teóricos del teatro antes de relacionar sus méritos con respecto al teatro en México. Uno de los elementos más relacionados con nuestra obra El color de nuestra piel5 es el autor y el curso de su vida6. Es un hombre conocido como dramaturgo, traductor, crítico, ensayista, maestro, director teatral, cineasta y guionista de cine mexicano. Formó parte de una generación en busca de nuevos temas y tratos en cuanto al teatro nacional de México. Hoy en día es una figura de referencia central para el teatro mexicano del siglo XX. En 1916 inició los estudios superiores en el Instituto de Ciencias de Aguascalientes y les continuó en México, a saber, en la Escuela Nacional Preparatoria y en el Colegio Francés. Durante su vida también participó en dos importantes grupos relacionados con el teatro mexicano, a saber el Teatro de Ulises (1927-1928) y el Teatro de Orientación (1932-1934).

Gorostiza también ha sido un miembro importante de algunas instituciones. En 1929 fue secretario del Conservatorio Nacional de Música. En 1935 formó parte de la Unión Mexicana de Autores. Además fue jefe del Departamento de teatro y director de la Escuela del Arte Dramático y en 1957 fue presidente del primer Congreso de Teatro Panamericano. Desde 1959 hasta 1964, fungió como director general del Instituto Nacional de Bellas Artes. Bajo su dirección un montón de organismos e instituciones se crearon, a saber, un total de dieciséis mil ciento cincuenta y seis actividades. En el prólogo del Teatro Completo (Gorostiza, 2004: 24-25) se enumera algunos de sus logros principales. En este periodo se forman diferentes organismos que tienen que ver con el Ballet o con el Ópera, por ejemplo el Ballet Clásico de 4

La información con respecto a Rodolfo Usigli procede sobre todo de algunos artículos. Es decir, del artículo de José Ramón Alcántara 2005), el de Frank Dauster (1955) y el de Ruth Lamb (1958) 5

Nos referimos en toda la tarea de investigación a la edición siguiente de la pieza: Gorostiza, Celestino. 2004. “El color de nuestra piel.” Teatro completo. México: Conaculta, 278-376. A continuación, solamente se menciona el número de la página de que se trata. 6

Celestino Gorostiza nació en Villahermosa el 31 de enero de 1904. Fue el hijo de Celestino Gorostiza Escauriza y Elvira Alcalá Hernández y el hermano mayor de José Gorostiza. Durante su vida se casó con Araceli Otero Mena, que fue la madre de su hija Paloma Gorostiza Otero. Celestino Gorostiza perdió la vida el 11 de enero de 1967 en la ciudad de México.

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México y la Ópera de Bellas artes. También se crean algunos museos como el Museo de Arte Moderno y el Museo del Teatro. A lo largo del país aparecieron diversas instituciones como por ejemplo la Escuela de Teatro de la Universidad de Guerrero, la Escuela Jardín del Arte de Guadalajara y el Centro cultural Ignacio Ramírez en San Miguel Allende. Durante su directorado también hube múltiples programas y acciones. Se trata sobre todo de algunos festivales como los festivales de Música Mexicana y los festivales de Música Contemporánea. Desde 1965 hasta su muerte ha sido consejero editorial del Fondo de Cultura Económica. Por fin el autor ha sido reconocido como uno de los participantes principales de la revista Contemporáneos.

Aparte de todas sus otras funciones relacionadas con el teatro, la literatura y la cultura, Celestino Gorostiza es sobre todo conocido como el autor de diversas piezas teatrales. Cuando recorremos su obra, se nota que la obra teatral del autor evolúa de una fase inicial que se inscribe en la línea del simbolismo y de las vanguardias surrealistas a una fase posterior que pertenece a la corriente del realismo social. También la temática de sus piezas teatrales evolúa a lo largo de su obra: la temática es más fantasioso en la primera fase y se convierte en una temática más próxima a la realidad en la fase posterior.

De las piezas podemos deducir cuáles son las temáticas preferidas del escritor. Su primera obra dramática teatral es la comedia El nuevo paraíso (1930). Es una pieza que demuestra las influencias de las vanguardias europeas, además es muy simbólica y poética. Se forma basándose en temas de la literatura clásica y se presenta muy alejada de la realidad. La obra figura como “un ajuste de posiciones entre Adán y Eva, que viven un matrimonio convencional y aburrido al lado de doña Ángela hasta que aparece Judas quien destruye este falso paraíso.”(Gorostiza, 2004: 31) Se considera esta obra como una fuente de aprendizaje para el mundo literario. Su siguiente obra es La escuela del amor (1933), que se sitúa en una cafetería. Se trata de los sueños de las meseras7 con respecto al amor y de los hombres que toman café para matar el tiempo. Son dos diferentes grupos de personas que presenten ambos sus propias ilusiones. Su próxima pieza de teatro, a saber, Ser o no ser (1934), presenta un estilo híbrido. Hay una simbiosis entre el realismo y el surrealismo que está presente bajo forma de aspectos simbólicos, oníricos y absurdos. Escombros del sueño (1939) es una 7

“Un mesero” es un mexicanismo que conviene al término español “un camarero”

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comedia que cambió más tarde de título. Desde 1943 la obra se llama La mujer ideal, y el cambio del título se explica por motivos comerciales. Se trata de nuevo de una especie de ilusión, más precisamente una ilusión que gira en torno a la busca de la mujer perfecta.

Después de esta pieza de transición observamos un cambio en la temática y la forma de Celestino Gorostiza. Su teatro evoluciona hacia la corriente del realismo social y hacia un teatro que representa a los problemas sociales de los mexicanos. Nuestra obra de investigación El color de nuestra piel (1952) por la cual obtuvo el premio Juan Ruiz De Alarcón y la obra Columna Social (1955) ilustran muy claramente este cambio. El primer libro explica a los problemas sociales en México (Cf.III) y la comedia Columna Social es una sátira social. La última pieza se considera como el trabajo lo más sincero y valiente de Celestino Gorostiza. La leña está verde (1958) que más tarde será publicada como La Malinche es considerado como un drama de interpretación histórica.

Entonces las siete obras explicadas son como una fotografía viva de México que refieren a las clases sociales. “Son una mirada crítica de conductas, de costumbres, de ideologías, de sueños y pretensiones de las clases medias y altas de ese México posrevolucionario de la primera mitad del siglo XX”. (Gorostiza 2004: 43) Igualmente la evolución de las obras es muy clara. Empieza con la escritura de obras cargadas de ilusiones e irrealidades. Después se orienta más hacia el realismo, enfocando elementos de la sociedad realista, como se observa muy claramente en El color de nuestra piel.

Fuera de su colección de obras teatrales, Celestino Gorostiza también se dedicó a la escritura de obras que tratan sobre el teatro. Por ejemplo, en 1956 escribió Teatro mexicano del siglo XX que ha sido incluido por el Fondo de Cultura Económica en su colección de Letras Mexicanas. En 1958 Celestino Gorostiza ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua con su discurso Las paradojas del teatro (1958). En este discurso Gorostiza explica diferentes teorías en cuanto al teatro. Es decir, explica la importancia de la naturaleza y el lenguaje. Considera al teatro como una aventura constantemente renovada con un lenguaje existente tanto de palabras como de gestos, símbolos plásticos y dinámicos, ruidos y silencios. Con esto refiere al hecho de que existen varios elementos que atribuyen a la constitución y la comprensión de una obra teatral. También ha escrito el autorretrato El trato con escritores (1964). Este texto puede ser visto como una conversación sincera o una especie de confesión.

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La obra permite al lector de conocer y valorar al escritor, presenta a sus sentimientos y llega hacia un entendimiento de su conducta y su personalidad.

Fuera del teatro, se dedicó al cine. Se dio cuenta de la importancia del cine como medio de comunicación. Por eso fundó la Academia cinematográfica. Gorostiza ha sido el director de Naná (1943), Ave de paso (1945) y Sinfonía de una vida (1945). Como guionista efectuó Refugiados en Madrid (1938), El indio (1938), La guerra de los pasteles (1943), Las mujeres de mi general (1950) y Paraíso robado (1951). El color de nuestra piel, uno de sus propias obras, fue filmado después de su muerte.

A lo largo de su vida, Celestino Gorostiza ha sido reconocido en diversas ocasiones. En México obtuvo la designación como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y por su obra El color de nuestra piel, la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro le otorgó el premio Juan Ruiz de Alarcón. Este premio está destinado a la mejor obra de autor mexicano. En cuanto a los premios internacionales, el gobierno de Francia le dio cuatro distinciones: las Palmas Académicas (1939), Oficial de la Legión de Honor (1960), Caballero de la Legión de Honor (1964) y finalmente Comendador de Artes y Letras (1964). Además los gobiernos de Holanda, Suecia y Yugoslavia le otorgaron diferentes distinciones.

En 2004, a cien años del natalicio del autor, su hija, Paloma Gorostiza, tomó la iniciativa de preparar la reunión y la publicación de la obra Teatro Completo. Este volumen puede ser visto como un homenaje a Celestino Gorostiza, quien se considera un autor muy importante en la comunidad intelectual mexicana. La obra presenta a Gorostiza como un autor buscando el teatro moderno, crítico y profundo. Explica al lector el proyecto de Gorostiza, es decir “construir un teatro nacional maduro y emancipado, crítico de los asuntos sociales y genuino en su compromiso de renovación artístico cultural”. (Gorostiza 2004: 17). Como ya se ha mencionado Rodolfo Usigli fue también una figura muy importante para el teatro en México. Rodolfo Usigli8 es sobre todo considerado como el autor que representa muy claramente el origen del teatro mexicano moderno. Es un hombre conocido como poeta,

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Nació en el año 1905 y murió en 1979. Es el cuarto hijo de Carlota Waimer y Alberto Usigli, que ambos nacieron en Europa. No obstante Rodolfo Usigli fue educado por su madre a causa de la muerte temprano de su padre.

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dramaturgo, escritor y diplomático mexicano. Al inicio no le gusta a Usigli ser dramaturgo. Fue a consecuencia de un encuentro con su amigo Luis Gabarrón que ha escrito su primera obra El apóstol. Algunas de su obras son Corona de Sombra (1943) sobra la figura de Carlota de Bélgica, Corona de Fuego (1960) y Corona de Luz (1964). Su obra maestra es la obra teatral El Gesticulador (1938). Trata de un personaje visto como un ex-combatiente de la revolución mexicana que critica a los políticos de aquel tiempo. Es por eso que la obra fue censurada por el gobierno mexicano. Al igual que Celestino Gorostiza, Rodolfo Usigli, aparte de ser escritor, también ocupó diferentes cargos importantes. Fue director de un montón de instituciones, figuró como el delegado de México en algunos de los festivales cinematográficos y además prosiguió una exitosa carrera como diplomático. Por su trabajo importante Usigli recibió diversos premios, entre otros el Premio América en 1970 y dos años después, en 1972, el Premio Nacional de Letras de México que es el premio de máxima presea otorgado por el gobierno de México a un escritor. En cuanto al teatro mexicano, ambos escritores, es decir, Celestino Gorostiza y Rodolfo Usigli, han sido muy importantes. Lo que une a ambos escritores es su participación en las dos instituciones más conocidas del teatro mexicano, a saber, el Teatro de Ulises (1927-1928) y el Teatro de Orientación (1932-1934). Antes de la formación de estos teatros experimentales, el teatro mexicano fue una simple imitación de la escuela española. La influencia española se observó sobre todo en el campo del drama, del empleo y de las técnicas. La gente no estaba al corriente del teatro en el resto del mundo. El teatro mexicano entero se orientó hacia el teatro español. Con la formación de los dos teatros experimentales, los mexicanos tenían la oportunidad de conocer al teatro mundial. La primera organización, el Teatro de Ulises, fue dirigido por Celestino Gorostiza junto con Salvador Novo y Xavier Villaurrutia. Como nos explica Frank Dauster (1955: 31), estos hombres han cambiado el teatro de México en un teatro con sus propias obras que fueron jugadas por actores competentes para un público inteligente. Fue Celestino Gorostiza que presentó al Teatro de Ulises como un teatro de vanguardia. Para él el teatro fue un aspecto muy importante con respecto a la cultura de un pueblo. Es decir, un pueblo solamente es capaz de producir teatro cuando conoce a sí mismo.

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En 1932 el Teatro de Ulises se reorganizó en el Teatro de Orientación. Este grupo continuó con los mismos principios, pero se dedicó más al intento formal. Rodolfo Usigli formó parte del Teatro de Orientación, se asoció con el grupo de teatro como director y traductor. Es él quien representa sobre todo el origen del modernismo del teatro en México. Es decir, Rodolfo Usigli es sobre todo conocido porque se presenta como un dramaturgo de técnica. Sobresalió en integrar las técnicas en sus obras teatrales. Para Usigli es importante de “abordar en el teatro los temas fundamentales de la nación, precisamente para mostrar la teatralidad de los discursos nacionalistas y, con ello, orientar la búsqueda de una verdadera identidad.” (Alcántara, 2005: 14) De ahí que el Teatro de Orientación presentó al público mexicano una vista panorámica del teatro universal. Ruth Lamb muestra el Teatro de Orientación como “un teatro literario, culto, e inteligente que ponía en movimiento los elementos esenciales para hacer madurar una conciencia teatral en México”. (1958: 142; 144) Después del cierre del Teatro de Orientación, Usigli continuó sus actividades con el grupo Repertorio, que figura como el heredero del teatro experimental. Así Usigli siguió evolucionando y llegó a comprender que la modernidad del teatro no consiste solamente de una cuestión estética. Sin embargo tiene que ser un resultado de una visión comprometida y moderna (Alcántara, 2005: 13). Para él la representación no equivale a una construcción estética de la realidad, sino a uno observación de las construcciones ideológicas que se presentan en la realidad. Por esas visiones Rodolfo Usigli es considerado para mucha gente como el padre del teatro mexicano moderno. Eso sobre todo por su explícita visión sobre la modernidad del teatro mexicano: “Pues la verdadera modernidad es aquella que mira hacia donde se mueve la realidad, no para aceptarla incondicionalmente, ni para rechazarla tajantemente, sino para enfrentarla con la verdad, esto es, con el teatro”. (Alcántara 2005: 14) Estos dos grupos de teatro se presentan como el inicio del movimiento de renovación del teatro mexicano y además como los precursores de muchos distintos grupos relacionados con el teatro. Visto que el teatro de Ulises y el teatro de Orientación han inspirado a distintos otros grupos de teatro de elaborarse dentro del teatro mexicano.

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Observamos una prueba del éxito de estos grupos del teatro mexicano en nuestra misma obra de investigación, El color de nuestra piel. El autor Frank Dauster lo considera como una denuncia al “blanquísimo” de algunas familias mexicanas. Él lo presenta de la manera siguiente: “The chief fault of the play is a certain melodramatic tone inherente in the plot; the characters become a trifle sterotyped in their vehement feelings toward mestizaje. This does not alter the fact that Gorostiza was attempting to present theatrically a problem which has been previously the province of novelists and sociologists. El color de nuestra piel is a Mexican play in every sense, without the exoticism of Maya legend or the bewhiskered revolutionaries which had previously been considered necessary”. (Dauster, 1955: 33)

Pues es en este contexto del teatro mexicano que Celestino Gorostiza realizó su libro que forma el sujeto de nuestra investigación. Además la obra teatral de Gorostiza es considerada como un ejemplo principal de la renovación en el teatro de México. Introduce a los problemas sociales existentes y revela los cambios de las técnicas teatrales. Es decir, después de la renovación el autor intento de “construir un teatro nacional maduro y emancipado, crítico de los asuntos sociales y genuino en su compromiso de renovación artístico cultural.” (Gorostiza, 2004: 17) Pues podemos decir que la obra de Celestino Gorostiza se apoya en el modernismo que presenta Rodolfo Usigli, visto que ambos escritores aspiran la representación en el teatro de la realidad.

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III. Análisis de las presencias de la problemática socioétnica en El color de nuestra piel

III.1 El título y la problemática socioétnica: análisis en el marco de la teoría de Genette

------------------------------------------------------------------------------------El título está considerado como un elemento de gran importancia en cuanto al éxito de una obra literaria. Es el aspecto que atrae al público y que además influye en la elección de una obra determinada. Como se explica en el libro de Pavis (2006), no existen reglas para la formulación de un buen título, sin embargo es el título de una obra que crea una expectativa desde el punto de vista del público. Al fin y al cabo esta expectativa se verá frustrada o satisfecha.

En general el título se define como el elemento fundamental del paratexto de una obra. Es decir es un texto exterior al texto básico: “Elemento fundamental del PARATEXTO de una novela, en cuanto es su primera frase y suele aportar signos capitales para la comprensión de su estructura y significado”. (Villanueva 1995: 202) Además es frecuente que libros presentan un título junto con un o algunos subtítulos, pero no es el caso en la obra de Celestino Gorostiza. Él nos presenta su obra con un solo título principal, a saber, El color de nuestra piel.

En efecto, el título forma el primer elemento que se hace reconocible para el público. Sobre todo porque se presenta muy claramente en la cubierta de una obra literaria. Según Genette el título comporta cuatros lugares importantes. A saber, se encuentra en la tapa de la obra, al revés de la tapa y además se presenta en la hoja del título y en la cabeza de las diferentes páginas. (Genette 1987: 69) En realidad, en la obra de Gorostiza, vemos que los títulos están presentes en estos diferentes lugares mencionados. La clara reproducción del título se dirige sobre todo a los destinatarios. Este grupo de personas puede variar según la obra determinada. En nuestro caso se trata de un libro que se presenta también como una obra de teatro. Entonces, el título se dirige primeramente a los espectadores y oyentes de la obra de teatro y

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en segundo lugar se orienta a las personas que leen la obra teatral como un verdadero libro literario. Podemos preguntarnos si el autor ha tenido en cuenta este doble grupo de destinatarios cuando ha formulado el título de su obra.

No obstante observamos que el título no aparece solamente en los lugares presentados. Dentro de la obra de Celestino Gorostiza encontramos varias veces la aparición literal del título de la obra. Eso probablemente tiene que ver con el significado del título con respecto a la historia de México y la vida actual.

A.

La frecuencia del título dentro de la obra

En realidad el título se presenta cinco veces en la obra de Gorostiza. Su apariencia se explica sobre todo porque es un título muy significativo que tiene que ver mucho con la situación actual en México. Representa el problema de racismo del México de la segunda mitad del siglo XX. El autor nos presenta este problema primeramente a través del título y además utiliza personajes muy simbólicos y relacionados con el problema principal (Cf. III.2.). La primera y la segunda aparición del título se sitúan al final del primer acto. La primera vez empieza con una conversación entre el padre de la familia, Don Ricardo, y su hijo mayor Jorge. Discuten sobre todo la ocupación cotidiana de Jorge. Él se preocupa con el cine y quiere ocupar la profesión de escritor. Relacionado con esta conversación, los familiares se burlen de Jorge porque se baña muchas veces. Esta observación es el primer elemento que alude a la temática del color de la piel. Pues Jorge se baña tantas veces, según sus familiares, porque su color de piel es Acapulco, igualmente como la de su madre Carmela:

“DON RICARDO: (Se levanta. Habla en tono doctoral.) Eso sucede porque la cuestión tiene de todos modos más importancia de la que queremos darle. El color de nuestra piel es siempre indicio del mayor o menor grado de la mezcla de la sangre. (Cruza a la derecha.) Y no porque ninguna de las razas que han entrado en la mezcla sea humanamente superior a la otra, pero no hay que olvidarse de los desastrosos resultados que produce a veces el choque de sangres”. (308)

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El título aparece dentro de un contexto que trata de la diferencia de color entre personas y por consiguiente de las diferentes razas existentes en el mundo. Es la primera vez que este tema se presenta en la obra, sin embargo hace una clara referencia a la historia de los mexicanos y a la situación actual en el México contemporáneo.

La segunda aparición se hace dentro de una discusión entre Carmela y Don Ricardo. Carmela le reprocha que prefiera a Héctor por su apariencia, una denuncia que Don Ricardo niega completamente: “CARMELA: Tal vez lo has hecho inconscientemente. Pero le has enseñado a despreciarnos a sus hermanos y a mí, sobre todo a causa del color de nuestra piel. Ha acabado por creer que es un ser superior y que nosotros no somos dignos siquiera de considerarnos sus parientes”. (314)

El fragmento prueba que existen diferencias entre los familiares. Hay problemas dentro de la familia por la diferencia de color, por un lado hay la piel más blanca de Don Ricardo y Héctor y por el otro lado hay Carmela, Jorge y Beatriz con su color moreno. El autor indica al público que el problema se sitúa también entre estos familiares mismos. Pues „nuestra‟ no se presenta aquí de manera tan general como la primera vez. Es decir, refiere también a la piel de diferentes personas, pero estas personas son solamente los familiares de que se trata en la historia.

La tercera indicación del título se sitúa al final del segundo acto, una posición que es comparable con la posición de las primeras menciones. Este fragmento tiene que ver con una disputa entre Don Ricardo y su hijo mayor Jorge. Jorge ha gastado tanto dinero que Don Ricardo le reprocha que está completamente irresponsable. Considera a su hijo como un tonto y Carmela tiene que intervenir antes de que su hombre se ponga a relacionar las tonterías de Jorge con el color de su piel: “CARMELA: (Bajando por la izquierda del sofá.) Te interrumpí en el momento en que ibas a echar en cara a Jorge el color de su piel”. (338)

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Este contexto no es tan general como la primera aparición, pues se trata explícitamente del color de la piel de Jorge. Lo podemos deducir del contexto en que es, de nuevo, una conversación entre el padre Don Ricardo y el hijo Jorge y además lo vemos en el cambio del verdadero título. Porque el título no figura literalmente aquí, sino hay un cambio de „nuestra‟ en „su‟. Parece que el color de la piel de Jorge será mencionado por el padre como un argumento de sus tonterías. Entonces, observamos que el significado del título cambia de un aspecto general en un aspecto más específico y además un aspecto reprochador y malo. Como las tres primeras apariciones del título, esta vez figura también al fin de una parte. Es decir, está al final del primer cuadro del tercer acto. En esta parte el título refiere a una confesión de Manuel, el empleado de Don Ricardo. Manuel cuenta a Beatriz, la hija de Don Ricardo, que es de origen indígena. Esta confesión parece ser muy sorprendente para Beatriz visto que Manuel es una persona con una profesión elevada: “MANUEL: El caso es más general de lo que usted cree. Es así como esas pobres mujeres cumplen con la ley de la vida. Son el instrumento ciego de que se vale la naturaleza para seguir consolidando una raza nueva, a la que le prestan, cuando menos, el color de su piel... (Cruza a la derecha, hasta el centro de la escena, y luego se sienta en el brazo derecho del sillón de la derecha.) Como ya no hay conquistadores ni colonos que vayan a mezclarse con ellas en el campo, ellas vienen a la ciudad, obligadas por la necesidad, a buscar acomodo en los hogares, en donde por grado o por fuerza un día tienen que rendirse al requerimiento de sus amos. No hay deseo. No hay amor ni placer. [..]” (359) Como en el tercer caso, refiere aquí a una persona misma, a saber, la madre de Manuel. Pero „su piel‟ también implica un grupo entero de personas con cierto color de piel. En este contexto refiere al grupo de los indígenas y otra vez percibimos una connotación negativa con respecto al color de la piel. La última aparición del título se sitúa al inicio del segundo cuadro del tercer acto. Entonces, la cuarta y la quinta mención del título siguen muy rápidamente en la obra de Gorostiza. Eso se explica tal vez por el énfasis que el autor quiere efectuar en el significado del título. Visto que la historia llega hacia el climax y el final de la obra que también revela las consecuencias de

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la problemática social. En esta parte figura una conversación entre el hijo menor de la familia, Héctor, y su madre Carmela: “HÉCTOR: Es lo que más me preocupa... Si el resultado de ese choque no es precisamente una cuestión de color de la piel..., sino más bien algo que sucede dentro de la mente..., en el cerebro..., en los nervios... ¡No sé!... (Dice esto último con rabia y se vuelve a mirar hacia fuera, a través de la ventana.)” (363)

La conversación concierne el color de la piel de Héctor, porque es un joven mexicano pero con los ojos azules y el piel blanco (Cf.III.2). Duda de su origen porque ha entendido una discusión entre sus padres. Entonces, en este momento el título no figura como tan negativo, sino puede ser considerado como una sinopsis de la temática general del color de la piel que figura en el libro de Celestino Gorostiza.

Pues primeramente el título refiere al concepto en general, a la temática mundial de la distinción entre razas. A continuación se trata de una referencia a diversos familiares antes de cambiar en una indicación individual, es decir, en la tercera aparición refiere al color de piel de Jorge y presenta una connotación ya más negativa. Después trata de la mención de Manuel que es indígena, lo que también es visto como extraño y no aceptado en la sociedad respectiva. Finalmente comporta todos los aspectos mencionados. Héctor duda de su origen por causa de su color de piel, un elemento que refiere a la raza de sus padres. Él tiene miedo de que Don Ricardo en realidad no es su padre biológico y que por eso pertenecería a otra raza, o sea a una raza inferior.

Por esos ejemplos de la frecuencia del título observamos que el significado del título de la obra de Celestino Gorostiza es mucho más extenso que lo que pensamos a primera vista. Tanto la posición y la gradación del título están muy llamativa. Es notable que el título está presenta en cada parte de la obra teatral, no sólo en los actos sino también en los cuadros. Este aspecto puede suponer que el autor lo quiere demostrar como el tema principal de la obra. Que es una temática que tiene importancia desde el inicio hasta el final y que el lector no lo puede olvidar. Sin embargo podemos hacernos la pregunta por qué el autor no ha mencionado el título y su significado más al principio de su texto, visto que solo aparece por primera vez al final del primer acto. Puede ser porque no le gustaría enfrentar los destinatarios

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inmediatamente con el problema social y que por eso hace entrar el sujeto de una manera lo más suave posible.

En cuanto a la gradación observamos una evolución. El autor comienza con una cita textual del título en un contexto muy general. Después hay una individualización con el cambio de „nuestra‟ en „su‟. En tercer lugar el „su‟ representa una raza, pues se trata de una referencia a una persona que figura como un miembro de un grupo entero. Finalmente refiere al título bajo la forma de una cuestión de color de la piel. El autor lo expresa como un gran problema. Entonces hay una evolución en esta gradación. Vamos de una problemática general al planteamiento de un problema individual y además a la representación de un grupo. Es decir, una clase social definida se presenta a través de una sola persona de esta clase. Además se trata de un aspecto muy negativo dentro de la historia. Para terminar, el título refiere literalmente al color de la piel de los individuos pero remite también y sobre todo a la historia y la situación social en México. De este modo el autor alude al problema social de racismo que se presenta muy fuertemente en el mundo y en este caso en el México del siglo veinte.

B.

Su función y relación con la problemática socioétnica

La función o las funciones que cumple el título no es un aspecto sin importancia, por el contrario es un factor indispensable en un texto literario. El teórico francés Gérard Genette nos explica muy claramente en su obra famosa Seuils (1987: 80) que existen tres funciones muy importantes que tienen que ver con el título. Primeramente el título ayuda a identificar una obra literaria, además ya anuncia elementos con respecto al contenido de la obra y finalmente el título presenta al libro con una especie de valor. Sin embargo es posible que estas tres funciones no aparezcan juntas. Solamente la primera función es verdaderamente obligatoria, visto que cada texto tiene que empezar por un título. Las dos otras funciones se consideran como facultativas.

No obstante existen algunas observaciones que tenemos que tomar en cuenta. En primer lugar es importante saber que el orden de la mención de las funciones no tiene importancia, no es un orden de dependencia puesto que cada función aporta informaciones valiosas. Además hay un problema en cuanto a la primera función, a saber la designación de un trabajo. Es posible que ocurran casos de homonimia. Existen diferentes libros que figuran bajo el mismo título. A

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continuación hay una diferencia entre la primera función y las otras. La identificación es un aspecto fijo, no puede variar de ninguna manera. En cambio, la indicación del contenido y la mención del valor cambian según el destinatario. Es esta persona que interpreta al título. El contenido y el valor son considerados como temas de discusión visto que la información dada es variable según el destinatario. Por ejemplo un título puede aludir a aspectos simbólicos o a personajes, lugares.

Otra característica del título es que puede referir a diferentes aspectos del libro. Es decir, el título de una obra puede indicar el contenido representado en el texto o puede explicar la forma de la obra misma. Según el aspecto indicado el título se llama o bien el título temático o el título formal. Un ejemplo del título temático es el título de la obra de nuestra investigación. Este se considera como un título temático porque refiere a los aspectos sociológicos en México. Obras que se titulan por ejemplo Odas o Elegías pertenecen a la categoría de los títulos formales.

En realidad hay otra función muy importante que merece de ser explicada, a saber la función de la seducción. Genette lo expresa de manera siguiente: “Un bon titre en dirait assez pour exciter la curiosité, et assez peu pour ne pas la saturer”. (Genette 1987: 95) La función se presenta en diferentes maneras. Como dice Genette, el título tiene que suscitar la curiosidad del lector o del oyente. En este caso la seducción se considera como una función positiva. También es posible que provoque un efecto negativo pues el título se presenta a veces como una clave de lectura. Así puede dar ya demasiadas informaciones en cuanto al conjunto de la obra. Finalmente el título puede resultar ni positivo o negativo. Aparece más bien de forma neutra en cuanto a la interpretación del destinatario. Es decir, es el destinatario que interpreta la obra y que personaliza el sentido del título.

A continuación vamos a examinar cuál es la función del título de la obra de Celestino Gorostiza. Además investigamos el significado de la frecuente aparición de este título dentro de la obra misma. Por lo general, el título es obligatorio, como en cada texto, para indicar el trabajo. Pues en este caso El color de nuestra piel es la quinta obra de Celestino Gorostiza, publicada en 1952. A lo largo de la lectura comprendemos también que el título expresa efectivamente una parte del contenido de la obra. Refiere al contexto mexicano de hoy en día y de los tiempos pasados. En cuanto a la expresión del valor, podemos preguntarnos por qué

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el autor dice “nuestra piel”. Es tal vez una referencia a un grupo de personas y por eso podemos hablar de una universalización del autor. Mejor dicho, la palabra “nuestra” explica un valor del plural que refiere a la comunidad. Esta explicación concierne al título en su conjunto, pero como ya hemos anunciado antes, es llamativo que el título aparece cinco veces en la obra. Además hemos observado que el título o una variante del título figuran en cada parte de la obra y que por añadidura aparece una gradación que es importante para la comprensión del significado. En esta parte vamos a investigar en la significación del título dentro de su contexto literario.

La primera vez el título aparece literalmente, a saber, El color de nuestra piel. Figura dentro de una conversación de algunos familiares y es una primera mención del tema. El autor anuncia el tema a través de la explicación de un momento íntimo de la familia y después lo estira hacia la situación mexicana. El hijo mayor de la familia, Jorge, va a bañarse una tercera vez en un sólo día y esto suscita un diálogo entre lo demás de los familiares. “DON RICARDO: Es la tercera vez que se baña hoy. En la mañana, a mediodía y ahora. No entiendo cuál es el objeto. A mí me parece que por sucia que sea una persona, no necesita bañarse tantas veces. HÉCTOR: Es que cree que así se va a volver blanco. (Mirada fulminante de Carmela.)” (307)

En primera instancia el personaje supone que se baña porque está sucio, pero inmediatamente aparece la referencia al problema del color de la piel. Héctor refiere al hecho de que Jorge tiene un color de piel más oscuro y que es por eso que quiere hacerse la piel más blanca. La reacción de Héctor supone una connotación negativa de la piel oscura. La madre de la familia Carmela reacciona diciendo que no es necesario burlarse de Jorge, visto que tiene el mismo color de piel que ella misma y que su hermana Beatriz, a saber el color de Acapulco. Investigamos más adelante las diferencias étnicas entre los familiares (Cf.III.2). Después observamos que el autor relaciona este acontecimiento con el problema de la raza y la situación actual. “BEATRIZ: Y, además, es el color que está de moda. En las playas la gente blanca se ve como si estuviera más desnuda.

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CARLOS: Sí... Está de moda entre las rubias...porque enseguida se nota que la piel está nada más tostada por el sol. (Reperando en Carmela y en Manuel, trata de rectificar.) Pero, afortunadamente, en México la cuestión del color no representa ningún problema y no tiene ninguna importancia... Hasta en una misma familia hay prietos y güeros, y nadie se fija ni habla de ello”. (308)

El posible problema del color oscuro de la piel contrasta con el hecho de que está muy de moda entre los blancos. De esta manera el autor pretende que no existe un problema relacionado con los diferentes tipos de razas. Pero enseguida el personaje Manuel toma la palabra y anuncia el verdadero problema: “MANUEL: Yo creo que lo malo es que no se hable. Porque, por no hablar, se fomentan complejos, antipatías y hasta rencores injustificados. Todavía hay muchos blancos que por el solo hecho de serlo se consideran superiores, y muchos prietos que se sienten deprimidos, avergonzados o resentidos”. (308)

Pues Manuel explica que el hecho de que no hablamos de las diferencias de colores de piel ayuda a la ilusión de que no existe un problema racial. Sabemos que este no es el caso visto que el problema de las razas ya ocurre durante muchos siglos y que hoy en día todavía está muy presente en la sociedad. Así el autor llega a la verdadera pronunciación del título por el padre de la familia Don Ricardo. Es este personaje que relaciona el problema del color con la historia mundial. “El color de nuestra piel es siempre indicio del mayor o menor grado de la mezcla de la sangre. (Cruza a la derecha.) Y no porque ninguna de las razas que han entrado en la mezcla sea humanamente superior a la otra, pero no hay que olvidarse de los desastrosos resultados que produce a veces el choque de sangres”. (308)

Refiere explícitamente a los desastrosos resultados de los choques de sangres. Es un aspecto que prueba que existe un gran problema con respecto al color de nuestra piel. Y es Manuel que explica que la razón por eso puede ser que “no creemos en nosotros mismos”. (309) Es decir, algunas razas se sienten inferiores.

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“MANUEL: [...] Eso no es más que un suicidio colectivo, porque México valdrá tanto como los otros mexicanos lo hagan valer. Por el contrario, cada mexicano que menosprecia a sus connacionales, no hace sino restar valor a su propia nacionalidad, es decir, a sí mismo. Y nosotros, aunque no lo reconozcamos, nos menospreciamos unos a otros con tanta más vehemencia cuanto más clara es nuestra piel, porque entonces empezamos a creer que somos efectivamente distintos y excepcionales.” (309)

El autor nos presenta, por el personaje Manuel, una especie de moraleja. Dice que si no creemos en nosotros mismos y si no dejamos de menospreciar a nuestros compatriotas que vamos a quedarnos solos y diferentes. Un aspecto muy importante y llamativo es que el autor ha elegido a Manuel para pronunciar esta moraleja. Visto que él es una persona de raza distinta, es indígena. Por eso puede ser la persona más adecuada para explicar el sentido de no ser aceptado.

La segunda vez el título forma parte de una conversación entre Carmela y Don Ricardo. Se trata de nuevo de una citación literal del título pero su alcance no es tan general como la primera vez. El „nuestra‟ no refiere a toda la gente, sino a los familiares mismos. Se trata sobre todo de la piel de Carmela, Jorge y Beatriz. Difieren de Héctor y de Don Ricardo por su color moreno y lo experimentan como un molesto. Don Ricardo actúa sorprendido por la reprocha de su mujer: “DON RICARDO: En ningún momento llegué a pensar que sucediera semejante cosa. Por el contrario, siempre creí que ésta era la casa más feliz del mundo”. (315)

Su reacción puede resultar del hecho de que él no ha sufrido de su color de piel, visto que tiene el color muy claro. A lo largo de la historia vemos que es Don Ricardo que tiene diversas opiniones muy estrictas en cuanto a las diferencias de razas lo que contradice en cierta medida el aspecto de que no se ha dado cuenta de los problemas dentro de su misma familia.

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En tercer lugar el título figura en una disputa entre Don Ricardo y Carmela. Él se ha enfadado con Jorge y Carmela interviene para dejarlo. “Te interrumpí en el momento en que ibas a echar en cara a Jorge el color de su piel”. (338) El hecho de que Don Ricardo iba a reprochar a Jorge su color de piel provoca una gran disputa entre los padres. Carmela no quiere continuar ignorando y tolerando las quejas y las ofensas de Don Ricardo en cuanto al color de la piel y por eso defiende muy fuertemente a Jorge. “Lo que Jorge hace lo hubiera hecho cualquier joven de su edad, no importa de qué raza o de qué color”. (338)

Además Carmela reprocha muy claramente a Don Ricardo que él no disimule sus opiniones y que sea por eso que Jorge se sienta mucho más inferior. “CARMELA: [...] Pero Jorge tiene todavía una justificación más: el complejo de inferioridad que tú le has fomentado. Hablas de mandar a Héctor a los Estados Unidos para que se libre del complejo de inferioridad de los mexicanos, pero a los otros, tú mismo te has encargado de formárselo de cada instante, con cada palabra, sin perder una sola ocasión de menospreciarlos”. (339)

Las acusaciones de Carmela son muy directas y claras. Eso se explica sobre todo porque Jorge y Carmela tienen el mismo color de piel. Carmela puede ver las acusaciones de Don Ricardo a Jorge como una generalización hacia todas las personas con una piel de color oscuro. Vemos que el autor poco a poco empieza a introducir las diferencias existentes entre los familiares mismos. Aquí observamos que incluso los padres no coinciden en cuanto a la temática del color de la piel y sus consecuencias. Estas consecuencias se aclarezcan todavía más en cuanto a las diferencias entre los tres hijos (Cf.III.2). Pues el autor menciona las diferencias entre los colores de piel como un hecho negativo. Además, como ya hemos indicado antes, se trata aquí de una referencia a una sola persona y no como en el primer caso a un grupo de individuos en general.

La penúltima aparición se sitúa en un discurso entre Beatriz y Manuel. En realidad son dos personajes de origen distinto y en este pasaje Manuel lo va a explicar a Beatriz. Es notable de ver que Manuel tiene miedo de comunicar su origen a Beatriz. “Por lo que a mí respecta, voy a desilusionarla de una vez por completo: soy hijo de una sirvienta indígena...y de un padre desconocido...”. (359) Parece que él no está seguro de una reacción positiva de Beatriz.

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Podemos relacionar eso con lo que Manuel ha dicho antes, a saber, que el verdadero problema es que la gente no habla del aspecto de las diferentes razas. En otras palabras, porque no se habla del fenómeno, él no conoce la opinión de Beatriz en cuanto a esta problemática social. La reacción de Beatriz prueba que Manuel tuve razón de dudar: “¿Pero cómo es posible? Usted un profesionista...?”(359) La utilización de la palabra “profesionista” demuestra que Beatriz no ve a personas de otras razas como profesionistas. Esto prueba que el espíritu del racismo seguramente está presente, tanto en la obra como en el mundo real.

Aunque ve la reacción de Beatriz, Manuel expresa literalmente que su origen no le da vergüenza sino que es un tema de que rehúye hablar. El hecho que dice eso es en efecto contradictorio con lo que ha dicho antes. Recrimina a la gente de no hablar sobre este tema, pero admite que él tampoco quiere hacerlo. Sin embargo podemos explicarlo como una consecuencia del conjunto. Visto que la gente no reflexiona sobre este sujeto, no es posible saber cómo individuos van a reaccionar frente a un lo que resulta en una angustia de mencionarlo. Es un aspecto muy doble que resulta en un círculo vicioso. Así las cosas, Manuel cuenta a Beatriz su historia y como está la vida de las personas de diferente raza. Lo expresa sobre todo como un calvario. “MANUEL: [...] Rechazadas de todas partes, se convierten en la madre y el padre las criaturas que traen al mundo, por las que luchan sin descanso para abrirles paso en el ambiente tumultuoso de la ciudad. Naturalmente muchas fracasan”.(359-360)

De esta manera el autor trata de evocar alguna compasión para el posible destino de gente de raza distinta. Lo sugería también en el texto mismo, pues Beatriz dice a Manuel que aprecia que él lo ha contado todo a ella. No obstante reaparece la tendencia de evitar la temática cuando Beatriz dice literalmente “Ya no vamos a hablar más de esas cosas...”. (360)

La última frase en que aparece el título está expresada por Héctor. Tiene una conversación con su madre porque ha efectuado una gran tontería. Héctor empieza a relacionar sus actos con su raza, más precisamente con su sangre: “¡Debe haber algo maldito en mi sangre!”.(362) Alude sobre todo a la mezcla de sangres y a las consecuencias de este choque. Su madre le prohíbe de hablar de esta manera: “Tú, menos que nadie, debes pensar en

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semejante cosas. Tú eres rubio... Tienes los ojos azules...”. (362) Carmela indica que Héctor tiene que ser feliz con su apariencia, porque nunca va a tener problemas que tienen que ver con su origen. Sin embargo, Héctor menciona otra posible influencia del color de la piel: “HÉCTOR: Es lo que más me preocupa... Si el resultado de ese choque no es precisamente una cuestión de color de la piel..., sino más bien algo que sucede dentro de la mente..., en el cerebro..., en los nervios... ¡No sé!... (Dice esto último con rabia y se vuelve a mirar hacia fuera, a través de la ventana.) CARMELA: (Totalmente desconcertada.) Además..., no sé por qué hablas de choque de sangres... Sabes perfectamente que...tu papá...y yo...tenemos la misma mezcla..., somos de una misma raza...”.(363)

Héctor piensa que el color de la piel también está relacionado con la personalidad y el comportamiento de una persona. Busca una solución para sus actos en el hecho de que es rubio y que tiene los ojos azules. Su madre no sabe muy bien cómo reaccionar, pero asegura a Héctor de que no proviene de una mezcla de sangres, lo que parece ser un aspecto de gran importancia.

Es seguro que el título es muy significativo para la totalidad de la obra. Además resulta muy atractivo para el público. Este aspecto confirma la función de seducción del título. Pues podemos concluir que el título cumple todas las funciones presentadas por Genette y tiene un papel significativo en cuanto a la temática principal.

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III.2 La construcción de los personajes y su significado socioracial: un análisis a la luz de la teoría dramática de Alonso de Sántos

------------------------------------------------------------------------------------En las obras dramáticas observamos que el autor desaparece por completo. Deja la voz a los personajes presentes en la obra y por eso ellos asumen el papel de la representación de las ideas del autor. Entonces podemos decir que el autor ha escrito su obra como texto que se interpreta por los actores. Existen varias maneras de construir y de utilizar los personajes en una pieza dramática. A lo largo de los tiempos su significado ha cambiado mucho. Pero en general los personajes están considerados como elementos esenciales para las acciones dramáticas.

En La Escritura Dramática Alonso de Sántos nos explica que las ideas sobre el personaje han evolucionado mucho. (1998: 194-197) Con el tiempo se han adaptado a los diferentes comportamientos culturales y sociales y se han hecho más importantes en cuanto a la estructura de la obra. El autor nos presenta cuatro grandes corrientes en cuanto al distinto valor y el sentido del personaje. Primeramente dice que existe una prioridad de la trama sobre el personaje. Con eso refiere al hecho de que los personajes están sometidos a la acción. Es decir, “la acción engloba y determina los comportamientos individuales de cada personaje”. (Alonso de Sántos, 1998: 294) El segundo grupo ve al personaje como la esencia del drama. La acción es considerada como secundaria y solamente sirve al análisis de caracteres. Los personajes aparecen sobre todo en relación con sus conflictos exteriores o interiores. La tercera corriente define a los personajes reales como clases sociales. En otras palabras, el personaje es un producto de su época y de su clase social a la que pertenece. Finalmente existe una corriente que dice que la acción y el personaje-actor son complementarios. Se relacionan por las funciones dentro del espacio escénico y por su necesidad de la incorporación de un actor para su realización.

Pues existen varias maneras de referir al concepto de los personajes que han cambiado a lo largo de la historia. Sin embargo, el personaje se presenta dentro de una interacción dinámica, que es necesario para la comprensión del hecho dramático. Alonso de Sántos lo describe con la metáfora siguiente, “El teatro como espejo de una sociedad”, es decir, el teatro representa sobre todo las relaciones humanas del mundo. (Alonso de Sántos 1998: 223) Este fenómeno

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de las relaciones en la vida se expresa en la construcción de los personajes, ya que es la interacción la que hace avanzar la historia. Esta interacción dentro del teatro se produce sobre todo a partir de la personalidad de los personajes. Alonso de Sántos explica la triple dimensión comunicativa que es necesario para la interacción entre estos personajes. Se trata de captar lo que le llega del otro, interpretar según las circunstancias y su personalidad y finalmente comunicar una respuesta. (Alonso de Sántos, 1998: 224) Además es la personalidad que individualiza a los diferentes personajes. Presenta sobre todo la manera de comportarse en función de su organismo y de su ambiente y también engloba la conducta frente a los otros personajes. Dentro de la obra de Celestino Gorostiza vemos que los personajes también tienen diferentes personalidades que tienen una significación importante para la comprensión de la obra.

Vemos que las diferentes personalidades de los personajes tienen importancia para entender la interacción dentro de una obra teatral. Sin embargo es importante de mantener la división entre la persona y el personaje. Trancón lo explica en su obra de manera siguiente, “por persona solemos entender un individuo dotado de ideas, sentimientos, valores y un modo de ser y actuar propios, lo que le distingue de los demás”. (Trancón 2006: 400) En cambio, los personajes no actúan para imitar a su propio carácter. Reciben un carácter en función de la obra. Los personajes están determinados y formados con respecto a la situación relacionada. Se presentan como el motor del drama y por eso tienen una gran trascendencia social. “El personaje nos revela, por tanto, el verdadero ser del otro; una especie de fantasma real, del que no podemos ver más que su apariencia”. (Trancón 2006: 402)

Ya hemos anunciado que es el autor que crea al personaje. Pero según Trancón existe una diferencia entre un personaje narrativo y un personaje teatral. El primero puede ser contado, descrito, creado o imaginado frente al personaje teatral que solamente puede ser mostrado, actuado, exteriorizado o visto. La distinción es importante para nuestra investigación visto que trabajamos con el texto escrito de una obra teatral. No obstante, el personaje se desarrolla generalmente de manera gradual y no deja de evolucionar hasta que el autor ponga el punto final.

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A)

La identidad de los personajes y sus relaciones internas

Se considera a los personajes como elementos esenciales para el funcionamiento del hecho dramático. Estos personajes ocupan un rol dentro de la obra, es este rol que les distingue de los demás. Lo podemos considerar como un modelo organizado de conducta en función de las relaciones sociales e interpersonales. “Un rol es una clasificación dentro de un modelo cultural, y se refiere tanto a los derechos como a las obligaciones del individuo”. (Alonso de Sántos, 1998: 240-241)

Para formar la personalidad, y por eso el rol, de los personajes tenemos que tomar en cuenta a diferentes aspectos, sobre todo las características básicas. Primeramente hay la importancia de la edad y el aspecto físico de los personajes. Sobre todo en la obra de Celestino Gorostiza estos elementos pueden jugar un papel muy importante en cuanto al comportamiento del personaje. También vemos que la ocupación y la relación con la sociedad se presentan como elementos con una gran influencia. Además tenemos el pasado e influencias del aprendizaje que contribuyen a la formación de las personalidades. Finalmente referimos a lo peculiar del carácter y el nombre que también se muestran como elementos fundamentales. Para construir la interacción de una obra teatral es importante de contrastar todos estos elementos entre los diferentes personajes que forman parte de la obra. Se trata sobre todo de los rasgos físicos y psicológicos y las relaciones con la sociedad y el mundo en general. También el estilo que utiliza el autor puede ser significativo en cuanto a las diferencias dentro de las personalidades.

Concretamente observamos que una primera indicación de los personajes se presenta bajo forma de una lista. Desde las antiguas ediciones de los textos teatrales los personajes aparecen reunidos en una lista. Se trata de una lista de las “dramatis personae”, es decir los personajes del drama, que figura al inicio de la obra teatral. Puesto que no hay un autor que figura dentro de la obra misma, estos personajes ocupan un papel clave en el desarrollo de la historia. La lista no nos presenta muy claramente quiénes son estos personajes. Solamente trata de nombrarlos y de caracterizarlos para iluminar la perspectiva del autor. Por eso, no podemos conocer a los personajes sin una profunda lectura del texto. Esta lista se presenta también en la obra de Celestino Gorostiza. Inmediatamente antes del inicio del texto encontramos un reparto del estreno junto con otras informaciones prácticas. Esta lista se construye por orden

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de aparición en escena. Pues el autor no hace una diferencia entre personajes principales y personajes secundarios. Todos figuran en el mismo plan de importancia.

Además el autor nos hace conocer a la situación familiar a través de la historia. No indica al inicio que se trata de una familia mexicana, a saber los padres con sus tres hijos. Los demás personajes se presentan en relación con estos familiares. Todos aparecen de manera gradual a través de la historia. Sin embargo es importante para nuestra investigación de ver cómo estos personajes introducen y se presentan. Tenemos que investigar si el autor ve a los personajes como elementos importantes para la construcción de su obra y para su objetivo dramático, es decir, la representación de la sociedad mexicana.

La primera indicación que tiene que ver con la familia aparece al inicio del primer acto. La historia empieza con una descripción de la casa. Se trata de una construcción moderna con retratos mexicanos que atribuyen cierto “tono de distinción” al conjunto. (287) Después encontramos a los primeros personajes. A lo largo de la historia están todos descritos por el autor, y él refiere sobre todo a las características físicas y psicológicas. También es cada vez muy claro a que raza el personaje pertenece.

El primer personaje que se presenta en la obra es Alicia. El autor la presenta de manera extraña. “Después de un momento aparece por el comedor Alicia, joven sirvienta de líneas seductoras y rostro agraciado, de tipo definidamente mestizo”. (288) Celestino Gorostiza orienta con esta descripción la atención directamente al aspecto física de la chica. También es llamativo que no duda de su origen, es decir, asegura al lector que es una mestiza. Durante la historia es una chica que respecta a sus jefes y que sufre por la importunidad sexual del hijo menor de la casa.

Inmediatamente después aparece la figura de Héctor. Él es el hijo menor de la casa y es descrito como “un muchacho de diecisiete años, de pelo rubio y ojos claros, vivaz y desenvuelto”. (288) Aquí el autor no simplemente refiere al aspecto físico, sino también da algunos elementos que tienen que ver con la personalidad del personaje. Además Héctor se presenta durante la obra como uno de los personajes de mayor importancia. Tiene un papel importante desde el inicio de la historia hasta el final, lo que probablemente no puede ser considerado como una casualidad. Esto se explica por el hecho de la apariencia de Héctor no

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es la misma de los mexicanos en general. Por sus ojos claros y su pelo rubio está visto muchas veces como superior a los demás. El personaje siguiente que entra en la escena es el padre de la familia, Don Ricardo. “Es un hombre de cincuenta y cuatro años, esbelto y robusto, con el gesto endurecido y el tono y los ademanes solemnes de quien se siente satisfecho y seguro de sí mismo”. (289) Con esta descripción la características físicas del personaje confirmen su personalidad. Don Ricardo es el padre de la familia que tiene la autoridad total. Es él quien resuelve a los problemas y que dirige a las acciones. Su esposa Carmela aparece poco tiempo después de su hombre. “En Carmela, de cuarenta y cinco años, se notan las huellas de algún oculto y largo sufrimiento. Se la siente encogida, más bien que delgada, y sus negros y profundos ojos languidecen bajo el peso de una vaga nostalgia. En su fisonomía se advierte aún la clásica belleza de la mestiza mexicana, de la que tiene el color de la piel dorada por el sol”. (291) Vemos que el autor ya plantea algunos aspectos que tienen que ver con las experiencias de este personaje, que se expliquen a través de la obra.

Después de los cuatro primeros personajes el autor introduce un personaje que se presenta como el químico de los Laboratorios Zeyer, el negocio de Don Ricardo. Se trata de Manuel Torres. “Es un joven de treinta y dos años, agradable tipo de mestizo, culto, activo, serio y enérgico”. (296) Resulta ser un personaje muy importante tanto para la elaboración de la historia como para la referencia al tema sociológico. A continuación encontramos a la hija de la familia, Beatriz, y a su novio Carlos. “Ella tiene veintidós años. Es la muchacha rica, despreocupada y desenvuelta, un poco snob y un tanto cínica. No se podría decir si su color, más claro que el de su madre, pero más oscuro que el de su padre, es el natural de su piel o el resultado de los deportes al aire libre”. (300-301) Vemos que el autor duda en cuanto al color de su piel, podemos considerarlo como una manera de fijar la atención al problema o como una manera de burlarse con la importancia que tiene. Además vemos que el autor describe a su novio de manera fija. “Carlos es el típico “muchacho bien” cosmopolita, fino de facciones y de modales, de estudiada elegancia dentro de un aparente descuido en el vestir y una laxitud de movimientos calcada del último duque de Windsor”. (301) Estos dos personajes han sido muy útiles por el autor para introducir a algunas diferencias en cuanto a las relaciones sociales. A causa de eso encontramos un

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cambio de actitud y de personalidad de Beatriz. Es decir, no se considera a sí mismo como una chica fina. Esto se produce porque Carlos no trata a Beatriz con mucho respecto cuando anule el matrimonio. Con este aspecto el autor ya muestra que las personalidades y las relaciones sociales forman una mezcla que influye mutualmente. El último personaje que figura dentro del primer acto es Jorge, el hijo mayor de la familia. “Es un muchacho de veinticuatro años, moreno como su hermana, pero muy acicalado y peripuesto. Sus modales y el tono de su voz demuestran suficiencia y pedantería”. (306) Es el personaje que no muestra un cambio con respecto a sus apariencias. Se considera a sí mismo como una persona civilizada y tal vez por eso no es uno de los personajes más presentes.

El siguiente personaje que figura dentro de la obra y que tiene que ver con los Laboratorios Zeyer es el señor Zeyer. “Es un tipo indefinido de comerciante extranjero, rubio, de cuarenta y ocho años, que lo mismo puede ser noruego, que suizo o checoslovaco”. (329) Pues es el único personaje que no es de origen mexicano. Así es también posible para el autor hacer una diferencia con la gente mexicana y los extranjeros. Es Zeyer que introduce a otro personaje, es decir, el periodista Ramírez. “Es un tipo esmirriado, descuidadamente vestido, de mirada y ademanes inquietos, pero cínico y resuelto”. (331) Probablemente el autor no menciona la edad y el origen porque es un personaje de poco importancia para la problemática social, sin embargo resulta una figura importante para el desarrollo de la historia.

En la última parte de la obra aparece muy brevemente el último personaje, la señora Torres, madre de Manuel Torres. “Es una mujer de tipo indígena, de más de cincuenta años, vestida a la usanza de las mujeres mexicanas de la clase media pobre: falda larga, blusa negra, suéter de abrochar, también negro, y chal del mismo color sobre la cabeza. Se la nota atribulada, aunque observa una actitud respetuosa, pero digna”. (367) Aunque es un personaje de poca importancia, el autor la describe extensamente. Puede ser que Celestino Gorostiza considera a este personaje como un ejemplo para el tipo indígena, lo que resulta muy útil y valioso para el conjunto de su obra.

La reproducción de la descripción de las diferentes figuras que operan dentro de la obra se muestra muy llamativa. Observamos que el autor casi siempre, sobre todo con los personajes de mayor importancia, menciona la edad y a los rasgos físicos o el origen. La mención de

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estos elementos no puede ser considerada como esencial para una obra teatral. Visto que el público puede ver los actores. Es posible que este aspecto signifique dos diferentes cosas. Por un lado es posible que el autor ya hubiera pensado en una publicación de su obra teatral como texto literario. En este caso es necesario de describir a los personajes para entender al funcionamiento de la familia y las interacciones. Por otro lado puede ser que estos elementos se muestran importantes para la comprensión de la obra y su significado. Sin embargo, no resultan muy importantes para el desarrollo de la narración. Puede ser útil pero no cambia profundamente a las acciones presentes. Entonces es muy probable que su importancia tenga que ver con la explicación de la problemática social de México. Con los diversos tipos de origen es posible esbozar las diferencias de clases que tipifican a la sociedad mexicana.

La última razón que se ha mencionado es verosímil visto que figuran dentro del hecho dramático algunos diálogos que refieren a las diferencias de clases y que se relacionan sobre todo con el color de la piel. También es seguro que está considera como un problema pues Don Ricardo lo indica como la razón de enviar a sus hijos a los Estados Unidos para estudiar. “CARMELA: ¿Qué es lo que piensas remediar con eso? DON RICARDO: Sacarlo de este medio, de este ambiente... Que vea el mundo civilizado... Que se libre del complejo de inferioridad de los mexicanos”. (313)

Sin embargo, la madre Carmela demuestra que salir del ambiente conocido puede provocar algunos problemas. Con esta discusión entre la pareja el autor ya muestra que no es tan simple de resolver a la problemática. “CARMELA: Éste es el ambiente en que va a vivir. ¿Quieres que regrese como Beatriz y Jorge, desadaptado, extraño, perdido en su propia tierra? DON RICARDO: Yo encuentro que Beatriz y Jorge se desenvuelven muy bien... CARMELA: En lo exterior, sí, demasiado bien. Preferiría yo ver en ellos la discreción, la mesura, el pudor de los muchachos educados en México. Pero interiormente, yo, que soy su madre, sé que sufren”. (313)

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Puesto que hay diferentes elementos importantes dentro de la obra es posible representar a la problemática en diversas maneras. Como en el ejemplo anterior vemos que los problemas ya están presentes dentro de la familia misma. Surge muy claramente cuando Don Ricardo y Carmela se discuten en cuanto a la actitud de Don Ricardo frente a dos de sus niños. Carmela reprocha a su esposo que prefiere a Héctor por sus características físicas y que por eso actúa diferentemente frente a sus otros hijos. “CARMELA: ¿Pero no te das cuenta cómo hablas delante de ellos? ¿Con qué desdén te refieres siempre a los indios, a los prietos, a los mestizos? DON RICARDO: Lo hago sin darle ninguna importancia, justamente porque, como hijos míos que son, no los considero indios, ni prietos, ni mestizos. [...] CARMELA: Desde el día en que nació Jorge. Esperaba yo ansiosamente el momento en que entraras en mi cuarto para mostrarte a tu primer hijo. Y aunque hiciste todo lo posible por disimularlo, leí en tus ojos a la decepción que sufriste al ver su color moreno. Cuando nació Beatriz, tu desilusión fue mayor porque, además, era mujer. Pero nunca me sentí tan humillada como el día en que nació Héctor. Fue el día más desgraciado de mi vida y el más feliz de la tuya. Desde entonces te dedicaste a mimarlo, a distinguirlo, a ponerlo en todo como ejemplo a sus hermanos, tan sólo porque era güerito y tenía los ojos claros”. (313-314)

Con la última parte el autor demuestra muy claramente la problemática. Ha denunciado los problemas generales de México por medio de unas escenas que se desarrollan dentro de una pequeña familia. Esto prueba que no se trata de problemas poco presentes, sino de dificultades muy frecuentes y llamativos dentro del panorama sociológico.

B.

El uso del lenguaje relacionado con la problemática socioracial

No solamente los personajes se presentan como significativos para la obra de Celestino Gorostiza. También tenemos el lenguaje que puede expresar cierto valor para el conjunto. Alonso de Sántos define al lenguaje y sus palabras de manera general: “El lenguaje es, pues, una especie de filtro, y las palabras los moldes en los que encajamos nuestras experiencias”.

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(Alonso de Sántos, 1998: 294) El lenguaje es pues un instrumento de comunicación que permite el contacto entre individuos. Alonso de Sántos refiere al lingüista Karl Bühler cuando presenta a las diferentes funciones del lenguaje. Según él existen tres, es decir, la función apelativa, expresiva y poética. (Alonso de Sántos, 1998: 295).

La primera función del lenguaje consiste en provocar cierta reacción de alguien. Es una función muy importante para una obra teatral visto que un personaje habla intencionadamente. En otras palabras se usan al lenguaje como una estrategia de generar cierta comunicación. La función expresiva permite conocer la subjetividad de la persona que habla. El lenguaje funciona así como un mensaje de las emociones del hablante. La última función, lo poética, hace reflexionar sobre el lenguaje mismo. La comunicación de algunas palabras puede llamar la atención porque se relaciona con el motivo de autor. Entonces, las tres funciones refieren todas al valor general del lenguaje: “Las palabras son nuestras principales armas para incorporarnos al mundo, y para intentar transformar y modificar el statu quo en que nos encontramos. Por otra parte, son una forma de reconocimiento de nosotros mismos. Nuestra fotografía más personal y nuestra forma de autoafirmación. Nos salvan de la incomunicación al facilitarnos una salida al exterior”. (Alonso de Sántos, 1998: 305)

Vamos a investigar si estas funcionas figuran dentro de de la obra El color de nuestra piel. El lenguaje ocupa ya una posición importante puesto que se trata de una obra teatral con consiste sobre todo de diálogos entre los personajes. Pues podemos decir que la comunicación dialógica aparece como especie de función clave para la formación del texto de teatro. Sin embargo, no solamente tenemos que examinar a las funciones visto que el lenguaje se relaciona también con los roles sociales. Un individuo utiliza las palabras para representar a su vida y a su interacción social. Pues las palabras que utilizamos forman nuestro propio lenguaje que a su vez representa a nuestro papel social.

En concreto examinamos si el valor y las funciones del lenguaje están presentes en la obra teatral y además miramos si expresan cierta visión del mundo. Por la elección del lenguaje el autor demuestra su punto de vista en cuanto al tema principal. Pues vamos a dedicarnos sobre todo al lenguaje que tiene que ver con los elementos raciales y sociales de México.

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Observamos diferentes rumbos llamativos en cuanto al uso de diversas palabras. Por una parte vemos que algunas palabras americanas aparecen como lengua habitual. Se trata de palabras que se usan en la vida cotidiana como „el shower‟, „un high-ball‟, „el couch‟, „chief” y „una avant-première‟. La utilización de estos tipos de palabras puede indicar la influencia de la sociedad estadounidense. En la obra leímos que dos de los hijos han estudiado por ahí pero no está considerado como una experiencia positiva. Sin embargo se muestran influenciados visto que constatamos rastros dentro del lenguaje. Esta influencia puede indicar que los mexicanos se sienten inferiores frente a la gente estadounidense. Este aspecto no se relaciona explícitamente con el color de la piel de las personas, pero indica un sentimiento de gradación en general. Una conversación entre Don Ricardo y Carmela puede funcionar como prueba para esta observación. El padre de la familia quiere sacar Héctor del ambiente mexicana y por eso alejarlo del complejo de inferioridad. Si va a los Estados Unidos, se encontrará en un mundo civilizado (313). Entonces el uso de palabras americanas puede indicar la superioridad de este ambiente frente a México.

Por otra parte figuran muchas palabras que refieren explícitamente a las diferentes razas presentes en México y por eso en la obra de Celestino Gorostiza. De manera general aparecen las palabras oficiales de las diferentes razas, es decir, el mestizo, el indígena y el güero. Estos forman los tres grupos de mayor importancia en la obra. El hecho de que el autor refiere de manera explícita a estos grupos indica que confronta al público de esta división existente en la verdadera sociedad.

Sin embargo el autor no se queda con las nominaciones generales. Utiliza dentro de su obra diferentes palabras que tienen que ver con esta distinción de razas, pero las presenta de una manera insultante y provocadora. El autor lo demuestra ya en su primera página. En el diálogo entre Alicia y Héctor aparecen dos palabras que figuran como denominaciones de Alicia: “HÉCTOR: Yo no he dicho que seas una gata. ALICIA: ¿Ah, no? Es verdad que ya subimos una categoría...Ahora somos las changuitas...” (288)

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Con la referencia a categoría podemos constatar de qué se trata de dos palabras que refieren a tipos o grupos de personas. Con la palabra „gata‟ se refiere sobre todo a una empleada doméstica, una sirvienta. (Richard, 1997: 218) Según el diccionario de americanismos (Morínigo, 1966: 176) la palabra „changuita‟ proviene de changüí, lo que refiere a un individuo de origen incierto. Fuera del sentido de las palabras que nos presentan los diccionarios, podemos preguntarnos si estas palabras no refieren a una significación más profunda. Es probable que el escritor utilice la palabra „gata‟ para referir la gente negra. En cuanto a changuita puede ser que refiere a la gente india. Entonces, lo que ocurre sobre todo es que se explicita la existencia de escalas sociales. Pues por la elección de determinadas palabras indica diferentes clases sociales. Por el significado de las palabras podemos constatar que primeramente Alicia ha cambiada de clase, como se dice también en el texto de Gorostiza. En segundo lugar podemos desviar que Alicia figura como una persona inferior frente a Héctor.

Otro ejemplo se produce en un diálogo entre Jorge y Héctor. Por el contexto el autor intenta de aparentar la injuria como una broma, pero es probable que la constitución de los diálogos resulte ser una estrategia del autor: “HÉCTOR: (Desde su lugar.) ¿Quihúbole, negro? JORGE: (Furioso, va sobre él.) ¡Ya te he dicho mil veces que no quiero que me llames así! HÉCTOR: (Riéndose.) Si te lo digo de cariño, imbécil... JORGE: Pues no quiero que me lo digas ni de cariño. CARMELA: ¿Y qué clase de lenguaje es ése, Héctor? HÉCTOR: Así se usa ahora, mamá. CARMELA: Es una costumbre muy fea”. (306) El personaje Héctor llama a su hermano „negro‟. Parece no estar dicho en serio, pero después Héctor lo define como un lenguaje cotidiano en la sociedad actual. Por eso es una indicación de la existencia de las diferencias de clase, visto que también hay una diferencia de color de piel entre los dos hermanos. Podemos ver la voz del autor a través de la reacción de Carmela. Ella desaproba con el lenguaje utilizado y lo define como una costumbre fea.

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El ejemplo siguiente se desarrolla entre Héctor y su padre Don Ricardo. Se trata de una continuación de una conversación sobre el origen de Don Ricardo, visto que él mismo está convencido de su origen criollo: “HÉCTOR: (Sin inmutarse.) ¿Entonces, de dónde saliste prietito? DON RICARDO: ¿Prietito yo? ¡Habráse oído semejante cosa! (Atraviesa rápidamente hasta el espejo de la derecha, en el que se mira. Se tranquiliza a sí mismo.) Prietito yo...” (310)

Héctor llama a su padre prietito, lo que significa que su color de piel sería oscuro. Es una manera de Héctor de burlarse con el convencimiento de su padre. No le gusta a Don Ricardo la burla porque lo hace dudar de nuevo en cuanto a su color de piel. Podemos constatar eso porque se dirige hacia el espejo para mirarse.

El próximo ejemplo en que figura esta forma de utilización de las palabras existe de un diálogo entre Beatriz y Héctor. De nuevo es Héctor que insulta a una persona, en este fragmento insulta a su hermana Beatriz: “HÉCTOR: ¿Quihúbole, changuita? BEATRIZ: (Furiosa) ¡Oye, mocoso! A mí no me vengas con tus majaderías. Yo no me meto para nada contigo y no quiero que tú te metas conmigo. (Cruza hacia la puerta de la biblioteca y se vuelve a las palabras de Héctor, en actitud arisca.)” (317-318)

En este diálogo Héctor llama a su hermana changuita, lo que también ha hecho con la sirvienta Alicia. Pues por su elección de nombre, iguala su hermana a la sirvienta. Esto es un elemento llamativo, tal vez Héctor lo hace porque se siente superior tanto frente a su propia hermana como frente a la sirvienta.

El último ejemplo se produce entre Héctor y Jorge. El hermano menor Héctor interviene en una conversación entre Jorge y Don Ricardo y lo hace por medio de un apodo despectivo:

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“HÉCTOR: (Asomándose al barandal del mezanín, sin ver a Carmela que en ese momento aparece por la escalera de las habitaciones. A Jorge, con exagerada amabilidad.) Oye, güero... JORGE: (Se vuelve como por resortes, avienta los libros sobre el piano y sube corriendo al mezanín.) ¡Con un demonio! ¡Te voy a dar una lección de una buena vez si aprendes a no burlarte de mí!” (325-326) En el lenguaje mexicano „un güero‟ puede referir a una persona extranjera. Pues por esta denominación Héctor considera a su hermano como un extranjero, una persona no mexicana. Probablemente tiene que ver con la piel oscura de Jorge que difiere mucho con la piel blanca de Jorge. La reacción de Jorge es comprensible visto que la denominación por Héctor puede ser considerada como un insulto.

En todos los ejemplos observamos que es Héctor que pronuncia a estas palabras. Es el personaje más joven de los familiares y por eso puede ser que se demuestra más influido por el lenguaje popular. No obstante, es llamativa que en cada uno de los ejemplos es el hijo menor quien pronuncia la palabra negativa en cuanto a las distinciones entre las razas o aspectos físicos. Es posible que tenga que ver con su apariencia que se explica más extensamente en el próximo capítulo. Brevemente, podemos decir que Héctor es un individuo con los ojos azules y el piel más claro que los demás y por eso figura como un ser superior dentro de la obra. Entonces es muy llamativo que el personaje que no tiene que sufrir las injurias que tienen que ver con la apariencia o con el origen, va a ofender él mismo a otras personas. Es posible que el autor intente de demostrar por esta manera que los contrastes sociales todavía quedan muy fijos.

Dentro de la obra constatamos que es sobre todo la madre Carmela que reprocha a las observaciones de Héctor. También es uno de los personajes a quien Héctor no dirige insultos: “CARMELA: (Enérgica) ¡Héctor! ¡Ven aquí! (Él se acerca despacio, cohibido, al centro de la escena.) De una vez por todas, quiero que sepas que no voy a seguir tolerando que molestes a tus hermanos con motes y apodos despectivos. Si eso se repite, aunque sea una sola vez, me harás de favor de no volver a dirigirme la palabra. (Vuelva a sentarse en el sofá y se pone a tejer con gran rapidez.)” (318)

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Pues Carmela reprocha a su hijo y amenaza con medios cruciales. La elección del personaje de Carmela para reaccionar se base probablemente en dos aspectos. Por un lado es la madre y por eso tiene una influencia importante en sus hijos. Por otro lado es una mujer de origen mestiza que ha sufrida también muchas veces a causa de este origen. Tal vez quiere salvar a sus hijos de las humillaciones que ella ha sufrida.

En resumen constatamos que el lenguaje tiene cierta importancia en diferentes niveles. Cumple las tres funciones descritos puesto que provoca una reacción de los personajes dentro de los diálogos, por ejemplo la reacción de Jorge o de Beatriz, además demuestra el estado emocional, esto se hace por ejemplo a través de las acotaciones que indican muy claramente el sentimiento, por ejemplo „furioso‟ y finalmente impulsa al público de reflexionar sobre la elección de ciertas palabras determinadas. Entonces el uso del lenguaje en general demuestra claramente que el problema racial está muy presente en el nivel de las palabras escogidas y preferidas visto del autor.

C.

La representación de las clases sociales a través de la identidad de los

personajes En la parte anterior hemos visto que tanto los personajes y la presentación de su personalidad como su lenguaje utilizado son muy importantes para la comprensión del significado del hecho dramático. Los personajes adoptan una especie de rol dentro de la obra teatral. Esto se produce sobre todo por la interacción entre elementos culturales y sociales y esa personalidad. La concesión de ciertos roles muchas veces parece ser una estrategia del escritor. Alonso de Sántos refiere en este caso a los roles del inconsciente colectivo. Estos personajes actúan en función de su naturaleza y figuran por eso como el representante de un grupo entero de personas con la misma naturaleza. Garrido Domínguez cita a Mauriac (1952) para ilustrar esta estrategia, para Mauriac el personaje es el resultado de diferentes elementos reales y de las observaciones de diferentes personas, sobre todo la observación del escritor. Pues la formación del personaje se presenta como “un intento de sondear el corazón humano”, es

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decir, es una manera de “reflejar la naturaleza de la condición humana”. (Garrido Domínguez, 1993: 71)

Hemos visto que los personajes pertenecen a diferentes grupos socioraciales. Los elementos socioraciales también pueden ser nominados como elementos étnicos. Por este término entendemos algo o alguien “perteneciente o relativo a una nación, raza o etnia.” 9 Por eso el autor demuestra a diversas clases sociales que hay en México. La pertenencia a cierta clase siempre está relacionada con una descripción del color de la piel, lo que representa el tema principal de la obra de Celestino Gorostiza. En su obra, los personajes están conscientes de su origen y por eso pueden representar a todo este grupo de personas. Uno de los ejemplos más claros es la presentación de Alicia, la sirvienta de origen mestiza. El hecho de que juega el papel de la sirvienta combina su origen mestiza con una función subordinada socialmente en el microcosmos de la casa. Ella misma lo reconoce cuando dice por ejemplo “Yo soy una sirvienta y nada más”. (312) “HÉCTOR: Yo no he dicho que seas una gata... ALICIA: ¿Ah no? Es verdad que ya subimos de categoría... Ahora somos las changuitas... HÉCTOR: (Hace un nuevo intento de besarla. Ella se defiende.) ¡Bueno!. ¡Ya! ¡Déjate de tonterías! ALICIA: Mire, joven Héctor... Si no me deja en paz, llamo a su papá. HÉCTOR: ¿Y qué vas a ganar con eso? ¿Que te echen a la calle? ALICIA: No es ésta la única casa en donde puedo servir... HÉCTOR: Y a poco cree que en las otras casa no va a haber quien te haga el amor... ALICIA: Ahora hay harto trabajo en las fábricas. HÉCTOR: Y allí tampoco hay jefes...ni patrones... No, chiquita, si en todas partes es igual... Hasta las estrellas de cine tienen que pasar por eso... (Nuevo intento de besarla). ALICIA: ¡Oh! ¡Que me deje!” (288-289) 9

La cita proviene del sitio web siguiente: URL: (Consulta: 22 de mayo del 2010)

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Son Alicia y Héctor que expresan los primeros diálogos de la obra. Vemos que el autor subraya desde el inicio la diferencia de clase social entre los dos personajes. Alicia solamente es una sirvienta y por eso Héctor piensa que va a consentir con todo que él quiere, como por ejemplo el intento de besarla. Alicia solamente es una bonita sirvienta y nada más y además esto se ve enfatizado por su el origen mestizo.

La representación de las diferencias sociales continúa a lo largo de toda la historia. En algunas escenas el autor indica los sentimientos y opiniones acerca de las diferentes razas presentes en México. A veces se trata de sucesos que parecen ser de poca importancia, por ejemplo el hecho de que Don Ricardo había leído un libro que explica la multiplicación de los mestizos: “DON RICARDO: [...] Y no porque ninguna de las razas que han entrado en la mezcla sea humanamente superior a la otra, pero no hay que olvidarse de los desastrosos resultados que produce a veces el choque de sangres. Precisamente hace un rato leía yo en este libro la carta que escribió a Felipe II el virrey don Luis de Velasco, unos años después de la conquista, cuando los primeros mestizos comenzaban a crecer y multiplicarse. (Toma el libro de la mesa de la derecha y cruza hacia la izquierda por detrás del sofá, buscando la página.) Sí, aquí está. (Leyendo.) “Los mestizos aumentan rápidamente y muestran tan malas inclinaciones, tienen tal atrevimiento para la maldad, que ellos son, y no los negros, a quienes debe temerse.” (308)

Este aspecto de la obra parece ser un detalle, pero el hecho de que el autor deja citar del libro por Don Ricardo, indica que no es sin importancia. Es el padre de la familia que dirige la atención hacia los mestizos y su connotación negativa. Inmediatamente después sigue una reacción de Manuel: “MANUEL: (Se levanta y cruza a la izquierda. Habla natural, sencillamente, en tono de conversación.) Perdóneme, Don Ricardo. Eso fue hace cuatrocientos años. Es natural que del primer encuentro de dos razas opuestas surjan unos hombres desconcertados y desconcertantes, que no pertenecen a ninguna de las dos razas y que no constituyen todavía, por sí solos, una nueva raza ni una nacionalidad. Pero

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admitirá usted que en cuatrocientos años la mezcla se ha asentado lo suficiente para producir un tipo de hombre normal y equilibrado que ha venido luchando cada vez con más seguridad y con mayor energía por construir su propia patria.” (308)

En esta reacción Manuel contradice las menciones de Don Ricardo. El hecho de que es el personaje Manuel que toma la palabra es llamativo. Es posible que se relacione con el origen de Manuel. Tiene una madre indígena y por eso es normal que defiende a las diferentes razas existentes. La conversación entre Don Ricardo y Manuel forma la primera vez que el aspecto social surge dentro de la obra.

Además vemos que este aspecto social aparece dentro de la familia mexicana puesto que algunos personajes se sienten inferiores. Es decir, Beatriz se siente inferior con respecto a los papás de su novio Carlos: “BEATRIZ: Todos son amables. Pero es una amabilidad que ofende. Se creen tan superiores... Siempre parece que le están haciendo a una el favor de dirigirle la palabra. Yo me siento cohibida y me entran unas ganas horribles de tirar las copas..., de manchar el mantel..., de comer con las manos... [...] No sé por qué. Nada más entre esa gente me sucede. Es que me siento observada, vigilada como un ser extraño que hubiera caído de pronto entre los habitantes de otro planeta”. (316)

Es claro que Beatriz es vista como una chica de una clase social inferior, pues si se casaría con Carlos no sería un matrimonio caracterizado por un equilibrio social. El tema de un matrimonio equilibrado reaparece más adelante dentro de una conversación entre Beatriz y Manuel. Él dice que no cree en las diferencias de clases y que por eso hay que tener armonía en un matrimonio, lo que no sería el caso entre Carlos y Beatriz. Ella confirme que no hay diferencias entre ella misma y Manuel, pero cuando sabe que Manuel es de origen indígena, prefiere cambiar de tema. Esto demuestra que los elementos que refieren a las diferentes razas existentes y sus consecuencias están presentes en diferentes niveles durante toda la historia.

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En cuanto a los demás personajes vemos también algunas indicaciones que refieren a la diferencia de clases. Carmela ya ha sido introducida como la clásica mestiza mexicana y por eso dos de sus hijos tienen su color de piel moreno. Ella sufre por el hecho de que su propio hombre prefiere al hijo menor, con sus ojos azules y su pelo rubio. Considera esa actitud como una ofensa hacia ella misma y hacia sus dos hijos: “CARMELA: (Sentándose en el sillón de la izquierda.) Y luego... ¿tampoco has pensado nunca de lo que puede ser capaz una mujer a la que durante tanto tiempo se ha humillado en lo más íntimo de su ser? ... ¿En su sangre?... ¿En sus propios hijos?... ¿No piensas que también una mujer puede sentir el deseo de demostrarse a sí misma que no es un ser inferior, que no es despreciable para ningún hombre y que está en aptitud de traer hijos rubios al mundo?” (340-341)

El autor expresa también la confrontación de este hecho bajo forma de discusión entre Carmela y Don Ricardo. Es en esta discusión que vemos muy claramente que le duele a Don Ricardo el pensamiento de que Héctor quizá no sea su propio hijo. Carmela le comunica esa mentira para darle a entender que ha sufrido mucho a causa de su comportamiento hacia la gente del mismo color moreno. También en otras escenas queda muy claro que es sobre todo el personaje de Don Ricardo que lucha con las diferencias de naturaleza. Está convencido que es un criollo puro, basándose en la apariencia de su padre: “DON RICARDO: ¿Estás loco? Yo no soy mestizo. ¿De dónde crees tú que sacaste los ojos claros? Mira a mi padre. Criollo puro. Tú lo heredaste a él. Abueleaste, como dicen aquí”. (309)

Don Ricardo está convencido de que no es un mestizo, sino un criollo puro. La manera de hablar de su origen demuestra cierta repugnancia hacia personas de otros orígenes. Una prueba de esa repugnancia es la conversación que tiene con Héctor. Don Ricardo reprocha a él que se desgrade cuando se mezcla con Alicia. Lo considera como una falta de respeto a su familia. Para convencer a su hijo, el padre refiere a todos los hombres que se han mezclado con mujeres de origen diferente:

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“DON RICARDO: [...] Por eso casi todos los muchachos mexicanos nos hemos iniciado con estas indias piojosas, sin medir las consecuencias. Pero te aseguro que la mayor parte lo hemos tenido que lamentar el resto de nuestra vida”. (291)

Pues vemos que por algunas expresiones, la actitud de Don Ricardo frente a las clases sociales que él considera como „inferiores‟ (mestizos, indios) es negativa. Por la última cita el autor indica también que es un acontecimiento frecuente en México, visto que ya ha ocurrido diversas veces.

Podemos concluir que los personajes forman un elemento crucial en la obra de Celestino Gorostiza porque cada personaje que vive en la familia representa una clase socioracial de la sociedad mexicana. Existen grandes diferencias entre las apariencias y las actuaciones que forman el aspecto principal de la obra. Con la indicación de los diferentes orígenes es posible relacionar la trama contada con la verdadera situación social en México. Los pocos personajes representan cada uno un grupo socioracial dentro del marco de una situación familiar que es representativa de la sociedad mexicana.

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III.3 La estructura dramática y la problemática socioétnica: un análisis en el marco de la teoría de Alonso de Sántos

------------------------------------------------------------------------------------A.

La estructura interna y externa de la pieza dramática

El texto dramática se caracteriza por cierta forma de estructura. Es posible que esta estructura también aporte al significado de la obra teatral misma. No podemos definir la estructura como un conjunto de las diferentes partes de una obra. La estructura teatral comporta más las relaciones funcionales entre estas partes, es decir presenta sobre todo las relaciones existentes entre la trama y los personajes. Inicialmente se hace una gran distinción entre la estructura interna y la estructura externa. Alonso de Sántos dedica un capítulo entero a este aspecto importante de la dramaturgia y divide la estructura externa en tres grandes partes. (Alonso de Sántos, 1998: 168-171) Se trata de una distinción entre el planteamiento, el nudo y el desenlace. En cuanto a la estructura externa podemos dividir la pieza en cuatro partes separadas. Se trata de los actos de una obra teatral, las escenas, los cuadros que a veces están presentes y finalmente las acotaciones.

El acto tiene gran importancia con respecto a la estructura externa. Es el elemento que divide la obra y que por parte introduce a las temáticas. Es decir, dentro de los actos encontramos la narración del desarrollo del conflicto y como está resuelto. Pavis lo describe como “una unidad temporal y narrativa, en función de sus límites más que por sus contenidos: acaba cuando han salido todos los personajes o cuando hay un cambio notable en la continuidad espacio-temporal”. (Pavis, 1996: 32) A veces los actos reciben un título o están numerados. En segundo lugar tenemos las escenas. Estas prosiguen sin interrupción de la representación. Es algunas obras encontramos también cuadros y al fin tenemos las acotaciones. Como se ha mencionado antes la voz del autor desaparece dentro de la obra. Podemos relacionar las acotaciones con el título, visto que oímos la voz del autor solamente a través de estos elementos. En una manera para el autor de dirigirse al público. La cantidad de las acotaciones depende del autor y su voluntad de guiar y de añadir nuevos elementos. Son elementos con que el público puede identificarse, son como un mensaje que estimula a reflexionar.

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En la obra de Celestino Gorostiza encontramos tres diferentes actos que solamente tienen un número. En El color de nuestra piel el primer y el segundo acto refieren a dos días separados, el tercer acto comporta dos días visto se compone de de dos cuadros que también representan a dos días separados. Dentro de los actos observamos también las escenas. Visto que investigamos aquí los aspectos formales del texto escrito es difícil de encontrar las diferentes escenas en la misma medida como durante la representación de la obra misma. Cuando miramos una obra teatral vemos por ejemplo la entrada o la salida de un personaje lo que indica un cambio de escena, lo que no es el caso con un texto escrito. También vemos en esta obra teatral que el tercer acto se divide en dos cuadros separados, que se desarrollan más o menos de la misma manera. La elección del autor por esa estructura resulta del hecho de que el clímax de ambas tramas se sitúa en el tercer acto. En cuanto a las acotaciones, hemos constatado que están muy presentes dentro de la obra. Es posible que sus apariencias se relacionen con el hecho de que se trata aquí de un texto escrito. Pues el lector necesita más la dirección del autor visto que no puede observar en directo a la obra teatral. En cuanto a la estructura interna empezamos con el planteamiento. Se considera al planteamiento como un indicador de lo que se trata dentro de la obra. Es decir, puede explicar a las intenciones del autor y presenta los elementos esenciales que forman parte de la trama. Se trata por ejemplo de una indicación del espacio y del lugar, una presentación de los personajes y una referencia a otros hechos importantes que forman el conflicto de la historia. Pues se trata de una presentación de los datos que permiten al público entender la acción que se va a desarrollar. Después del planteamiento pasamos al nudo de la pieza. Es el momento en que se suceden las transformaciones en cuanto a los personajes y también hace avanzar el conflicto principal. El nudo es el aspecto que hace que la historia avance, lo que es primordial en una obra teatral visto que el tiempo es muy limitado. Por eso es un elemento fundamental de la acción, porque conduce al público hacia el clímax. Finalmente llegamos al final del relato con el desenlace. Es el momento en que se encuentra el momento dramático que forma el clímax. Después de la exposición de este clímax pasamos al final general, este final puede estar abierto o cerrado, feliz o infeliz, según la voluntad del autor. Estos tres elementos, es decir, el planteamiento, el nudo y el desenlace constituyen el tema de la obra. Se desarrollan a través de la historia y forman los hechos que el público tiene que descubrir.

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Cuando aplicamos la teoría sobre una estructura tripartita a la obra El color de nuestra piel vemos que figuran diferentes tramas. Como el punto de partida del planteamiento vemos efectivamente que el autor introduce en las primeras hojas de su obra el espacio y el tiempo representado. El autor nos menciona que dedica su obra tanto a la memoria de sus padres y como a su mujer y a su hija. También comunica que la pieza fue estrenada el 16 de mayo en el Teatro Colón de la ciudad de México. Después pasa a la lista de dramatis personae con que hace una primera indicación de los personajes que se ve ampliado a través del primer acto, visto que la mayoría de los personajes ya aparece dentro del primer acto de la obra. También el título forma parte del planteamiento. Como ya hemos investigado es una indicación esencial para la continuación de la obra.

En cuanto al nudo observamos diferentes hilos conductores que se presentan de manera paralela. Como el título es tan significativo queda presente durante todo la historia. A veces se muestra muy explícitamente, cuando se presentan referencias claras en los diálogos, pero también está presente implícitamente. Es un factor imborrable que influye en la obra entera. Al lado de este aspecto hay dos líneas argumentales. Por un lado tenemos la evolución del matrimonio de Beatriz y Carlos. El autor nos explica las preparaciones y los sentimientos de los familiares. Por otro lado se explican las evoluciones en los Laboratorios Zeyer. Sin embargo, esta línea argumental aparece por primera vez en el segundo acto. Pues tenemos dos tramas dentro del relato y el significado del título que figura durante toda la historia. Además vemos que la reunión de estas tramas revela las relaciones internas de la familia, lo que engloba también los diversos aspectos presentes.

El desenlace se produce en el primer cuadro del tercer acto. El clímax de ambas líneas argumentales se explica casi simultáneamente. Primeramente vemos el desenlace de los problemas con relación a los Laboratorios Zeyer. Es decir, a causa de un cambio de las fechas de algunas inyecciones un niño ha encontrado la muerte. Como socio de los Laboratorios Zeyer, Don Ricardo es en parte responsable del problema y por eso se ve chantajeado por el periodista Ramírez. El clímax existe en el hecho de que el hijo menor Héctor sea un cómplice en este escándalo: “DON RICARDO: ¡Silencio! ¿Qué escándalo es éste? ¿Qué es lo que pasa?

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ALICIA: Mire, señor...Yo desde hace tiempo se lo quería decir a usted... Nomás que el joven Héctor me ha tenido amenazada... HÉCTOR: ¡No es cierto, papá! DON RICARDO: ¡A callar! (Héctor cruza, compungido, hacia la derecha.) ¿Qué ero lo que me querías decir? ALICIA: Que el joven Héctor es el que les cambia las fechas a las inyecciones. DON RICARDO: ¿Cómo es eso? CARMELA: ¡Héctor! ¿Es posible? ALICIA: Siempre tiene de estas cajas en su closet y con una agüita que tiene en unas botellas les borra la fecha y luego tiene unos sellitos con los que les pone otra fecha... DON RICARDO: ¿Cómo sabes tú todo eso? ALICIA: Porque él mismo me lo contó un día que lo encontré haciéndolo... Pero luego le entró miedo de que yo lo dijera y por eso empezó a enamorarme. Pero como yo no le hacía caso, me amenazó con que iba a hacer todo lo posible porque me corrieran...” (349)

Este fragmento forma el clímax de los problemas. Es sorprendente que Héctor es representado como uno de los responsables. El autor le describe como un individuo muy negativo, lo que contrasta en cierta medida con las descripciones positivas que sobre todo tienen que ver con su apariencia. Es decir, es un hombre con la piel blanco y los ojos azules que representa así a las clases superiores.

También es este clímax que conduce la historia hacia el clímax en cuanto al matrimonio de Beatriz. A causa de los acontecimientos negativos en los Laboratorios Zeyer, Carlos anula al matrimonio por motivo de no poder exponer su familia a algún descrédito. Pues las dos líneas argumentales se juntan al final de la obra. Después de las revelaciones la historia contiene otro clímax que puede ser considerado como un cierre de las diferentes tramas: el suicido de Héctor. Por un lado podemos relacionarlo con su participación en el escándalo y por eso la anulación del matrimonio de su hermana. Pues lo ha hecho por motivo de un sentimiento de culpabilidad. Por otro lado puede ser un hecho significativo relacionándolo con el tema principal que expresa el título. Es decir, Héctor es el personaje con la apariencia superiora, pero es también el personaje que resulta ser el más corrupto. Pues su apariencia no indica

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inmediatamente una conducta infalible visto que sus acciones tienen grandes consecuencias. Entonces, el exterior no forma un criterio para la apreciación del interior. Pues el autor mantiene una estructura clásica, tanto interna como externa. Los elementos externos están todos presentes, sin embargo es difícil de encontrar las diferentes escenas porque nos basamos sobre todo en el texto escrito de la obra.

Los elementos internos

contienen los hechos narrativos importantes con forman parte de las líneas argumentales presentes. No obstante, la historia contada se relaciona muy cerca con la temática social y el clímax pone cierto énfasis en las consecuencias de los acontecimientos raciales.

B.

Las diferencias entre los actos: inicio y final

Cuando adelantamos la estructura externa e interna constatamos también algunos elementos significativos. Es decir, la división en actos forma un elemento significativo cuando se relaciona con las tramas de una obra teatral. En esta obra el autor ha elegido de dividir la obra en tres diferentes actos, lo que es la estructura clásica para una obra teatral. Dedica también una página de su obra a una breve explicación del tiempo en que cada acto se sitúa. Se trata de cuatro días siguientes de abril, visto que el tercer acto se divide en dos cuadros que refieren cada a un día diferente. En esta parte examinamos los elementos formales y significativos que aparecen al inicio y al final de cada acto y también de los dos cuadros para ver si hay diferencias llamativas.

El primer acto empieza con una descripción del amueblamiento de la casa de Don Ricardo y su familia. A mitad de la descripción el autor refiere a la escena teatral por decir “Al levantarse el telón”. (287) Con eso refiere a la decoración de la escena antes del inicio de la propia obra. Después de esta descripción y una introducción de los primeros personajes, la obra comienza con el dialogo entre Alicia y Héctor en que se muestre inmediatamente el tema principal de la obra, es decir, el racismo. El acto termina con una conversación entre Carmen y Don Ricardo en que figura también el tema principal. Se trata más de una posible inferioridad de algunos familiares visto a otros. La última frase es muy breve, sobre todo lo que dice el personaje mismo:

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“CARMELA: Vamos. (Camina despacio hacia el comedor, seguida de Don Ricardo, mientras cae lentamente el TELÓN)” (315)

Es sobre todo el autor quien indica que estamos al final del acto. Lo presenta muy visualmente describiendo el caer del telón. La palabra lentamente puede tener algún significado. De esta manera es posible de prolongar el final del acto, así que el público puede reflexionar sobre el último diálogo que se ha expresado. Visto que este diálogo representa el tema principal en el contexto familiar que forma la obra.

El segundo acto empieza con una indicación del espacio y del tiempo. Después el autor refiere de nuevo a la escena teatral con “Al levantarse el telón”. (315) En comparación al primer acto, la acotación se muestra más breve en este segundo acto. Solamente introduce la posición de Carmela y Beatriz, los dos personajes que abren el acto. Se trata de una conversación que indica el sentimiento inferior que dan los papas de Carlos a Beatriz. Pues de nuevo encontramos el tema principal de la obra. El final de la obra abarca de nuevo un diálogo entre Carmela y Don Ricardo. Conversan sobre sus hijos y sobre las consecuencias de su color de piel para la familia entera. Es decir, Carmela reprocha a Don Ricardo que él también distingue entre sus hijos a causa de su color de piel. La última frase existe de una conferencia telefónica, pero al fondo los problemas familiares, o raciales, quedan presentes: “DON RICARDO: (Toma la bocina maquinalmente y habla con voz apagada, cansada. Se diría a que ha envejecido repentinamente.) ¿Sí?... Para servirle… Sí…, mañana, a las ocho…, aquí, en la casa... El juez Ibáñez..., Joaquín Ibáñez… Mañana le tendré una lista completa de los invitados... (Empieza a bajar lentamente el telón.) Sí, una cena... Los testigos son don Antonio Mariscan…, don Fernando Godoy... El doctor Farías…, sí, don Ignacio…, don Pedro Rodríguez del Villar... (Carmela atiende inmóvil hasta que acaba de caer el TELÓN)” (343)

Mientras que Don Ricardo está telefoneando, el telón empieza a caer lentamente. Puede también ser un elemento significativo visto que Carmela queda inmóvil hasta que acaba de caer completamente. Es una manera de poner énfasis en los elementos centrales de la conversación puesto que se relaciona también con el racismo o las diferencias de razas. El

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hecho de que Carmela queda inmóvil demuestra que es un aspecto importante para ella y su familia y el público puede asumirlo mientras que cae el telón.

Como ya se ha mencionado el tercer acto se divide en dos cuadros. El primer cuadro se construye de la misma manera que un acto. Es decir, empieza con una descripción del espacio y del tiempo y después el autor refiere al inicio de la escena con “Al levantarse el telón”. (344) Esta parte relata las preparaciones del matrimonio de Beatriz y Carlos. Parece inocente pero de nuevo encontramos una referencia al tema principal. Es decir, Don Ricardo refiere al hecho de que los padres de Carlos no tienen ningún título de nobleza y que por eso no se pueden considerar, en su opinión, como „superiores‟ a ellos. El fin existe de un diálogo entre Beatriz y Manuel. Ella quiere divertirse tras la anulación de su matrimonio y convence a Manuel de acompañarla: “BEATRIZ: (Tomando una decisión, va hacia la puerta del vestíbulo. A medio camino se para y se vuelve hacia Manuel.) ¿Sabe una cosa? Si usted no va conmigo, voy a ir sola. ¿Prefiere que me vaya sola? (Manuel se desconcierta y titubea sin saber qué decir. Ella aprovecha ese desconcierto y desde su lugar le tiende la mano con coquetería.) ¿No viene usted? (Tras un instante de indecisión, Manuel se resuelve y va a tomar la mano de Beatriz. Los dos hacen mutis rápidamente por el vestíbulo, como en una huida, mientras con igual rapidez cae el TELÓN)” (361)

Vemos que hay una diferencia en cuanto a las otras partes. Aquí el telón cae de manera rápida. Es posible que ocurra en relación con las acciones rápidas de los personajes. Otra razón es que los acontecimientos pasados no se relacionan tan explícitamente con el tema principal y por eso no es necesario de poner énfasis.

Finalmente tenemos el segundo cuadro del tercer acto que se presenta de manera igual como las partes anteriores. Es decir, una descripción del espacio y del tiempo y una referencia al levantarse del telón. El primer diálogo se forma entre Carmela y Héctor que están esperando el regreso de los demás familiares. Héctor se muestra responsable y culpable de sus acciones y lo imputa a su apariencia diferente. “Debe haber algo maldito en mi sangre!”. (362) Entonces es un elemento que otra vez tiene que ver con el aspecto racial. El segundo cuadro

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que forma también el final de la obra manifiesta el clímax final. La obra se termina con la muerte de Héctor como consecuencia principal de las diferentes líneas argumentales. “VOZ DE CARMELA: ¡Héctor! ¡Se ha matado! ¡Está muerto! ¡Muerto! !Hijo! !Hijo mío! !Por qué has hecho esto! ¡Héctor! (Don Ricardo, que se había quedado rígido, tiene un impulso y da unos pasos hacia la biblioteca. Pero a las palabras de Carmela se detiene, vacila un momento y regresa con pasos lentos, débiles, hasta la derecha del sofá, donde se deja caer hecho pedazos y se cubre la cara con las manos para ocultar sus lágrimas. Manuel, apesadumbrado, se acerca a él y le oprime el hombro con la mano como una muestra de condolencia y simpatía, mientras cae el TELÓN)” (375-376)

Celestino Gorostiza termina la obra de manera muy negativa. Sin embargo, la muerte de Héctor es significativa para la totalidad de la obra. Fue el hijo preferido, el más inteligente de la familia, no obstante comité errores y los paga con la muerte. Por eso termina esta parte de la trama pero también es significativa en cuanto a la temática central. O sea, es el hijo „superior‟ en la lógica socioétnica de la familia pero es él que cometa los errores más graves. Parece ser un aspecto paradójico y la lenta caída del telón refiere a su importancia general.

En resumen observamos que cada acto o cuadro empieza globalmente de la misma manera. En otras palabras, indica el espacio y el tiempo y refiere la situación cuando se levanta el telón. Además es marcado que casi cada parte empieza o termina con hechos que tienen que ver con la problemática social que forma la basa general de la obra. Dicha recurrencia al inicio de cada subdivisión de la pieza subraya la presencia de la temática dentro del desarrollo de la obra de Celestino Gorostiza. En cuanto al aspecto estructural de la obra, vemos que el levantamiento o la caída del telón siempre se anuncian. También se contribuye un significado a la señal que indica la división en actos y la caída del telón.

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VI. La conclusión Podemos concluir la investigación con destacando que las referencias al contexto sociohistórico figuran en varios niveles. Se trata de tres aspectos textuales: el uso de palabras significativas, la construcción de los personajes y la estructura.

Primeramente hemos investigado al funcionamiento de las palabras, más precisamente, el sentido del título en la obra. El título ha sido elegido de manera deliberada visto que se repite desde el inicio hasta el final de la obra. El color de nuestra piel se convierte en el hilo rojo que atraviesa durante la obra entera. Figura cinco veces a través de la obra pero presenta cada vez un sentido diferente. Es un elemento que permite un análisis profundo de la obra y que además representa a la opinión del autor. Hemos visto que el título refiere tanto a personas en general, a individuos y a ciertos grupos de las diversas clases sociales. Puede ser una manera del autor de demostrar que la problemática social tratada no hace una diferencia entre las personas humanas. Cada persona en algún momento tiene que enfrentarse con el racismo pero también es importante de darse cuenta de las consecuencias. Es eso lo que hace Celestino Gorostiza con esta obra y sobre todo por la elección de su título muy significativo.

En segundo lugar hemos examinado los personajes. Están descritos de manera extensa por el autor, lo que indica que su personalidad y apariencia también tiene gran importancia. Cada personaje pertenece a cierta clase social y con la descripción del color de la piel las diferencias entre las clases sociales y los grupos étnicos se demuestran muy claramente. Sin embargo, es posible que el autor tenga también otra intención con su presentación de las diferencias de razas. Es decir, las diferencias se producen en diferentes niveles, como la sirvienta que es inferior, Don Ricardo que es muy negativo frente a clases inferiores y las diferencias de color de la piel de los familiares. Tomando en cuenta todos los elementos que hemos investigado, podemos decir que es sobre todo Don Ricardo y su hijo menor Héctor que figuran como las personas de gran importancia y no la familia entera. Esto se explica porque Beatriz es visto como inferior frente a los „pápas‟ de Carlos y Carmela tiene en realidad el mismo origen de la sirvienta, es decir, mestiza. Pues es el padre de la familia quien es crítico pero niega el hecho de que hay diferencias de naturaleza dentro de su propia familia. Al final observamos que cambia de idea a causa de los hechos que han pasado. Pero toda la mezcla de orígenes que presenta el autor puede también ser una manera del autor de burlarse con esa

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problemática. Además llama la atención de que el personaje de Héctor figura como lo ideal, pero es él quien resulta ser la persona negativa que decepciona a su familia. Contrariamente a Alicia por ejemplo, ella es de origen inferior pero toma la responsabilidad de contar la verdad en cuanto al escándalo que forma una de las tramas principales. Pues el juego entre los roles y funciones de los personajes representa muy claramente a la construcción social que se hace por lo general en México.

Con respecto al lenguaje observamos que el autor utiliza referencias directas a la problemática, tales como „negro‟ o „changuita‟ que pueden provocar un choque para el público, como también en el texto de la pieza provocan las reacciones de los personajes. Tanto como el título, la elección de ciertas palabras demuestra a la problemática social y sus consecuencias. El hecho de que provoca un choque tanto para el público como dentro de la obra misma, prueba que mucha gente no se da cuenta del impacto del racismo. El hecho de que es sobre todo el hijo menor que pronuncia los apodos indica las relaciones internas de la familia. Demuestra el sentido de superioridad de Héctor frente a sus familiares.

Finalmente la estructura de la obra se demuestra muy clásica. Por un lado tenemos una estructura interna que se divide en el planteamiento, el nudo y el desenlace. Por el otro lado constatamos dentro de la estructura externa los actos, las escenas, los cuadros y los acontecimientos. Pero en cuanto a la estructura interna y la historia que se cuenta observamos un nuevo aspecto de gran importancia. Las diferentes líneas narrativas se mezclan al final y causan el clímax que una vez más se relaciona con el racismo. Más bien, al final de la obra las líneas narrativas y la problemática social se juntan y forman una especie de moraleja. Pues fuera del desenlace de las tramas, se produce un desenlace en cuanto a los aspectos sociales tratados. El padre de la familia, Don Ricardo, se da cuenta de las consecuencias de las diferencias de clase para su propia familia: “DON RICARDO: [...] Pues no voy a luchar contra Zeyer. Vamos a dejarlo que se quede con el negocio. Que se lleve todo el dinero que quiera. No me importa el escándalo. Claro que me ha perjudicado...Entre otras cosas, no puedo seguir al frente del Banco. Iré hoy a presentar mi renuncia. Pero todo esto me ha hecho un gran bien. Me alegro mucho de que las circunstancias me hayan llevado a tomar esta resolución. Porque ahora sé que más importante que el dinero y el éxito y la

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posición social, es la unión, la paz y el afecto de nuestra familia. Buena o mala, con todos sus defectos y todas sus imperfecciones, es nuestra familia. No tenemos otra. Y sólo de ella podemos dar y recibir alguna satisfacción. [..]” (374-375)

Con esta cita vemos que el padre de la familia sabe ahora lo que es lo más importante, a saber, su familia. Figura como moraleja tanto para los personajes mismos como para el público. Tal vez podemos considerarlo como el climax de la problemática social que se presenta dentro de la obra de Celestino Gorostiza. Además aparece como el surgimiento de la voz, o sea la opinión, del propio autor. De esta manera el autor, por medio del personaje, presenta a las consecuencias de la problemática social que forma el tema principal de la obra.

Pues vemos que por la investigación de estos aspectos relacionados con la construcción de la pieza teatral -en el nivel del vocabulario, de los personajes y de la estructura- se demuestra que la problemática social se ha insertado en varios niveles dentro de la obra. Su presencia es, pues, multifacética. Para terminar, debemos preguntarnos para quién el autor ha escrito su obra. Es una obra teatral y por eso el público principal son los verdaderos espectadores. Son individuos que observan en directo la interacción dramática que se presenta. Por eso forman una gran parte del público de la obra de Celestino Gorostiza. No obstante, hemos investigado la pieza como lectores de un texto escrito. Pues se trata en este caso de otra forma de público. Los lectores del texto no ven los acontecimientos que se producen en la escena de una representación de la obra. Es posible que el autor haya tomado en cuenta esta diversidad de destinatarios. Esto se explica por el hecho de que los acontecimientos siempre se formulan de manera extensa y las descripciones de los personajes aparecen muy detalladamente. También vemos que al inicio y al final del acto el autor indica cuándo se levanta y cuándo cae el telón.

Al fin y al cabo podemos decir que la temática de los problemas sociales relacionados con el racismo figura muy claramente en el libro teatral de Celestino Gorostiza. El autor parte de pequeños aspectos dentro de una familia típicamente mexicana y convierte este centro familiar en un microcosmos representativo de los problemas raciales en su país natal. Este razonamiento se confirme por el hecho de que el libro se haya escrito durante el período en que Gorostiza se basó en el realismo como fuente principal para sus trabajos, como hemos explicado en la parte que trata el teatro mexicano. En esta investigación solamente hemos investigado en tres niveles del texto. Sin embargo quedan muchos otros aspectos que merecen

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ser investigados en próximas investigaciones de El color de nuestra piel. Sería por ejemplo muy interesante de investigar la función y la influencia de los diálogos y su manera de representar a la problemática social. También puede ser importante elaborar más al conflicto interno de la historia e investigar la manera en qué influencia a la conducta de los personajes. Finalmente podría ser muy instructivo de establecer una comparación entre esta obra y uno de las obras anteriores del autor, visto que El color de nuestra piel provoca un cambio en cuanto a sus previos trabajos. Sería interesante para comprender mejor la visión del autor en cuanto a la presentación de la problemática social que se presenta en sus últimas obras como El color de nuestra piel.

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VII. La Bibliografía Obras primarias: I.

Introducción

Gorostiza, Celestino. 2004. Teatro Completo. México: Conaculta. Gorostiza, Celestino. 2004. “El color de nuestra piel.” Teatro completo. México: Conaculta, 278-376. Hernández Cuevas, Marco Polo. 2005. “The Color of Our Skin: Are Mexicans of African Descent?” Publication of the Afro-Latin/Romanca Association 9, 55-67. Peña, Luis H. 1995. “Estado corporativo y cultura nacional: Los intereses creados o El color de nuestra piel.” Nuevas ideas; viejas creencias: La cultura mexicana hacia el siglo XXI. Sánchez, Porfirio. 1985. “Aspectos socio-psicológicos y el movimiento indigenista en El color de nuestra piel de Gorostiza.” Cuadernos Americanos 258, 192-201. Silva, Juan Francisco. 2001. “El color del teatro mexicano, Celestino Gorostiza.” Dramateatro Revista Digital, 5.

II.

Dos figuras claves en el teatro mexicano del siglo XX

Alcántara, José Ramón. 2005. “Rodolfo Usigli y sus Contemporáneos o los orígenes del teatro mexicano contemporáneo.” Revista de Literatura Mexicana Contemporánea 11, 9-15. Dauster, Frank. 1955. “The Contemporary Mexican theater.” Hispania 38, 31-34. Doremus, Anne. 2001. “Indigenism, Mestizaje, and National Identity in Mexico during the 1940s and the 1950s.” Estudios Mexicanos 17, 375-402. Gall, Olivia. 2004. “Identidad, exclusión y racismo: reflexiones teóricas y sobre México.” Revista Mexicana de Sociología 66, 221-259.

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Lamb, Ruth. 1958. “Celestino Gorostiza y el teatro experimental en México.” Revista Iberoamericana 23, 141-145. Monsiváis, Carlos. 1978. “Notas sobre cultura popular en Mexico.” Latin American Perspectives 5, 98-118. Scott, Wilder P. 1972? “Toward an Usigli Bibliography (1931-1971).” Latin American theatre review 6, 53-63. En línea: URL: (Consulta: 29 de octubre del 2009) URL: (Consulta: 29 de octubre del 2009) URL: (Consulta: 29 de octubre del 2009) URL: (Consulta: 29 de octubre del 2009) URL: (Consulta: 29 de octubre del 2009)

III.

Análisis de las presencias de la problemática socioétnica en El color de

nuestra piel III.1

El título y la problemática socioétnica: análisis en el marco de la teoría de

Genette Aguilar Camín, Héctor. Y Meyer, Lorenzo. 1993. In the sado of the Mexican revolución. Austin: Universito of Texas Pres. Genette, Gérard. 1987. Seuils. Francia: Editaos du Seuils.

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Morínigo, Marcos A. 1966. Diccionario de americanismos. Buenos Aires: Muchic editores, 176. Pavis, Patrice. 1996. Diccionario del teatro. Barcelona: Piidos, 481-482. Remad, Richard. 1997. Diccionario de hispanoamericanismos. España: Ediciones Cátedra, 218-219. Villanueva, D. 1995. “Glosario de narratología.” El comentario de textos narrativos: la novela. Gijón: Editorial Júcar, 202.

III.2

La construcción de los personajes y su significado socioracial: un análisis a la luz

de la teoría dramática de Alonso de Sántos Alonso de Sántos, José Luis. 1998. “El personaje”. La escritura dramática. Madrid: Editorial Castalia, 191-290. Alonso de Sántos, José Luis. 1998. “El lenguaje”. La escritura dramática. Madrid: Editorial Castalia, 291-381. Garrido Domínguez, Antonio. 1993. “El personaje”. El texto narrativo. Madrid: Editorial síntesis, 67-103. Pavis, Patrice. 1996. Diccionario del teatro. Barcelona: Piidos, 147, 334-339. Trancón, Santiago. 2006. Teoría del teatro: bases para el análisis de la obra dramática. Madrid: Editorial Fundamentos, 400-406. (En línea: URL: (Consulta: 12 de abril del 2010) ) URL: (Consulta: 22 de mayo del 2010)

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III.3

La estructura dramática y la problemática socioétnica: un análisis en el marco de

la teoría de Alonso de Sántos Alonso de Sántos, José Luis. 1998. “La estructura dramática”. La escritura dramática. Madrid: Editorial Castalia, 95-191. Gorostiza, Celestino. 2004. “El color de nuestra piel.” Teatro completo. México: Conaculta, 278-376. Pavis, Patrice. 1996. Diccionario del teatro. Barcelona: Piidos, 32.

IV.

Conclusión

Gorostiza, Celestino. 2004. “El color de nuestra piel.” Teatro completo. México: Conaculta, 278-376.

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