Tema General: Jesús mi salvación en tiempos de angustia.
Enfrentando la angustia Por: Juan Ramón Chávez Introducción: urante 40 días el pueblo de Israel estuvo siendo desafiado por el pueblo enemigo, el pueblo de los filisteos. Las líneas de batalla se habían encontraron a cada lado del valle. Un guerrero filisteo de aproximadamente 3 metros de alto, salía de su campamento y en voz alta desafiaba en la mañana y en la tarde para un combate personal. Este hombre deseaba que un soldado del pueblo de Israel peleara cuerpo a cuerpo con el. El resultado determinaría qué ejército llegaría a ser siervo del otro. Todos esperaban que saliera a pelear el rey de Israel que se llamaba Saúl. Pero como el resto de sus hombres estaba aterrorizado y escondido. Ningún soldado israelita tuvo suficiente valor como para aceptar el reto. Solo hubo uno, que lo hizo. Solo hubo uno que acepto el reto. No fue un saldado, sino un pastor de ovejas. No fue un adulto, sino un jovencito. Estuvo dispuesto aceptar el desafío, estuvo dispuesto a enfrentarse a su enemigo, estuvo dispuesto a conseguir la victoria. Ese joven se llama David. Hermanos nosotros también tenemos enemigos que enfrentar. De nada servirá escondernos o huir. El enemigo es un gigante también. También nos reta, también nos desafía. No es un gigante de carne y hueso. Es un gigante interno, es un enemigo del alma. Y ese enemigo es: La angustia. Así que hay que enfrentarla. Por eso nuestro tema será: Enfrentando la angustia.
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Quisiera decirles que los cristianos no pasamos por la angustia, pero eso no es cierto. Quisiera decirles que estamos libres de toda enfermedad que afecte el alma, pero eso tampoco es verdad. La realidad es que la angustia sigue afectando el corazón de muchos de nosotros. Pero siempre hay algo que podemos hacer. Siempre hay maneras de enfrentarla. Y quiero hablarles de 4 maneras de enfrentarla.
I). Con la oración. A. Necesitamos pedir ayuda a Dios. Todas las veces que los hijos de Dios tienen una necesidad, algún problema, alguna aflicción debe de orar. Debe pedir ayuda de Dios. Los labios que están cerrados por el miedo, debe ser abiertos para la oración. Las rodillas que están paralizadas por la angustia, debe ser doblas para la oración. La oración es muy importante no porque sea un asunto del intelecto, sino porque es un asunto del corazón. La oración no es una técnica, sino una relación. “CLAMA A MI, Y YO TE RESPONDERE…” (Jeremías 33:3) Estas palabras Dios las sigue repitiendo a los cristianos del siglo veintiuno. Dios esta interesado en nosotros pero uno tiene que pedir. Alguien dijo que las oraciones que no son respondidas son las que no son ofrecidas. En la oración uno habla y Dios inclina su oído atento a nuestras peticiones. B. Necesitamos pedir en cualquier lugar. La angustia de Jacob lo hizo levantar plegarias cerca del río Jordan. A Jonás en el vientre de un pez. A Jesús en un monte. Los tres tuvieron en común que en medio de sus angustias oraron. No importa que tan inadecuado sea un lugar, que tan incomodo sea, que tal oscuro o
desolado sea, el hijo de Dios lo puede convertir en un templo. No hay lugar donde el oído misericordioso de Dios no escuche. Tú habla y Dios escucha. Ningún lugar es malo para hablar con Dios y expresarles nuestros temores, ansiedades y angustias. Los hombres pueden impedirnos la comunión de unos con otros, pero no la comunión con Dios. C. Necesitamos pedir enfocados en Dios. Los discípulos le dijeron a Jesús: “Señor, ENSEÑANOS A ORAR, como también Juan enseñó a sus discípulos” (Lucas 11:1) Ellos hicieron precisamente esta petición después de ver a Jesús orar. Ellos habían visto a Jesús obrar muy grandes milagros como levantar muertos, sanar cojos, ciegos, convertir el agua en vino, calmar tempestades. Habían escuchado la inmensa sabiduría de Jesús como ninguna otra. Pero su petición no fue, danos de tu poder, o danos de tu sabiduría, sino “enséñanos a orar” ellos no estaban viendo en la oración de Jesús una técnica, formula, o palabras impresionantes. Ellos querían lo que Jesús tenia, una relación intima con Dios. Ellos anhelaban tener ese contacto con Dios que Jesús tenia. La palabra oración es una palabra pequeña pero que describe una gran experiencia. Este mismo interés debemos tener nosotros querido hermano de estar en contacto con Dios a través de la oración. Enfóquese en Dios no en su problema. Si nos enfocamos en nosotros seremos derrotados. Una de las mejores maneras de enfrentar la angustia es con la oración.
II). Con el amor. Pero no me mal interprete hermano no se trata de mi amor o de tu amor, sino del amor de Cristo. Pablo dijo: “¿QUIEN NOS SEPARARA DEL AMOR DE CRISTO? ¿Tribulación, o ANGUSTIA, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. (Romanos 8:35-37) A. El amor de Cristo asegura su presencia. Pablo nos exhorta a que sepamos que las grandes crisis o grandes tragedias no deben ser interpretadas como indicaciones de que el Señor dejo de amarnos. No escuchemos al diablo que nos dice que estamos solos en nuestros problemas. Escuchemos a Jesús que nos dice: “Yo estoy contigo. No te desamparare y te dejare”. Si un joven es capaz de trabajar, bañarse y hasta hacerse responsable por amor a una muchacha. Cuanto más ha hecho Cristo por estar con nosotros. Nadie puede abrir una brecha en Cristo y nosotros, porque su amor llena todo. En Mateo 14:14 en la alimentación de los 5000, dice la Biblia “Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos” La palabra griega para “compasión” es splagcnizomai que significa no una mera lastima, sino ser movido en las entrañas. Jesús estaba sintiendo el dolor de la gente, en sus mismas entrañas. Sintió el dolor del cojo de no poder caminar. Sintió el dolor del ciego de no poder ver. Sintió el dolor del leproso de no ser abrazado. El amor de Cristo nos asegura su presencia, porque el sabe lo que se siente estar allí, el sabe lo que estar en las horas negras y quiere que tú lo sepas. Que el esta con nosotros. B. El amor de Cristo asegura su fortaleza. Todos los recursos de Cristo están disponibles para aquellos que son sus seguidores. Por eso Pablo dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13) En las circunstancias difíciles no existe alguien mas confiable sobre el cual depender que Jesús. El secreto para prevalecer bajo cualquier circunstancia es el poder de Cristo. Jesús es la fuente
de fortaleza, por el hecho de haber pasado por dificultades en su vida y haber salido victorioso. La fortaleza cristiana no suprime el dolor ni el sufrimiento, no lo niega, no minimiza como los estoicos o los budistas, sino que los asume dándoles un sentido nuevo. La fortaleza cristiana viene de que Jesús ha asumido nuestra debilidad. C. El amor de Cristo asegura su victoria. Como seguidor de Cristo estamos parados sobre las circunstancias y no sometido a ellas. El paso de la oscuridad a la luz, hace que atravesemos zonas grises. Pero tenemos que saber que las zonas grises son para ser atravesadas y no para quedarnos atrapados en ellas. Salomón dijo: “Porque fuerte es como la muerte el amor...” (Cantares 8:6) El amor de Cristo por ti y por mi, es mas fuerte que las zonas grises. Esta manera es excelente para enfrentar la angustia con el amor de Cristo en mi corazón.
III). Con el gozo. El apóstol Pablo escribió: “Por lo cual, POR AMOR A CRISTO ME GOZO en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, EN ANGUSTIAS; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12:10) A. El Gozo es por lo que Cristo puede hacer. “Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: (a sus discípulos) ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? 20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo…” (Juan 16:19:20) Los discípulos cayeron en un estado de angustia, tristeza, y dolor porque Jesús les anuncia que su muerte estaba próxima. Ellos pensaban que iban a perder para siempre a su Maestro. Pero Jesús anuncio también su resurrección cuando dijo: “vuestra tristeza se convertirá en gozo” Hay escultores que pueden tomar una roca tosca y convertirla en una figura de arte. Hay ostras convierten las pequeñas piedras que se acumulan en su interior en hermosas perlas de sumo valor. Hay hombres han podido convertir el agua salada en agua dulce. Pero nadie había podido convertir la tristeza en gozo como lo hizo nuestro Señor Jesucristo. Jesús nos escogió a nosotros no solo por lo que éramos, sino también por lo que podíamos ser. Y por eso tenemos gozo porque Cristo quiere hacer de nosotros maravillas. Es importante saber si yo paso por angustia es porque el Señor quiere hacer maravillas conmigo. Para el que ama a Cristo, la angustia y la tristeza no es el fin, sino el camino al gozo. El cristiano que ama a Cristo sabe que no esta solo en las situaciones difíciles. Jesús les dijo a sus discípulos que su tristeza se convertiría en gozo porque él había vencido. B. El Gozo es el fruto del Espíritu Santo. Normalmente cuando vienen las pruebas sentimos tristeza y lloramos porque las pruebas no son agradables a nadie. Sin embargo, el gozo interno hace la diferencia. Esta es la actitud que busca el Espíritu Santo que tengamos cuando estamos pasando por las pruebas, porque sabe que el triunfo o la derrota mucho dependen de la actitud con que las afrontemos. Además de ser una evidencia que El esta morando en nosotros. (Gálatas 5:22) Este gozo es divino e interno. Esta es la razón del porque el Señor la debilidad, la convierte en fortaleza. La derrota, en victoria. La autosuficiencia personal, en rendición absoluta a nuestro Creador.
C. El Gozo es un estilo de vida. El verdadero gozo del cielo no es una emoción. Porque las emociones son relativas, van y vienen. Tampoco es alegría porque la alegría es consecuencia del gozo interno. Uno de los síntomas de la felicidad es gozo en el corazón. Decidir tener gozo, debe volverse como un ejercicio diario en cada cristiano. Ni la angustia, ni ansiedad debe atrapar nuestra atención, del deseo de querer ser feliz. Estar gozoso, genera felicidad en nuestras vidas. Esto no quiere decir no pasamos por situaciones adversas, lo que quiere decir es que el gozo del Señor no está sujeto a las circunstancias; hace que las circunstancias se sujeten a él. Pablo y Silas lo experimentaron cantando himnos al Señor estando en prisión. Tú y yo debemos alimentar este estilo de vida. No permitamos que la angustia nos robe nuestro gozo, porque perderemos nuestra fuerza y estaremos vulnerables a los ataques del enemigo. Enemigo que nos quiere mantener angustiados. El gozo es una buena manera de enfrentar la angustia, tal como lo hizo Pablo.
IV). Con Fe. Hebreos 11:32-40 El Escritor a los Hebreos dedica todo un capitulo para hablar de la fe. Específicamente de los héroes de la fe. El capitulo 11 de Hebreos es como el salón de la fama pero de la fe. Vemos los versos 32 al 40 específicamente para nuestra lección. Leerlo por favor. El escritor dice que estos hombres de Dios enfrentaron todos estos infortunios, incluida la angustia, con algo que va más allá que la razón, eso es la fe. A. La fe nos hace vencedores. Los talismanes, amuletos, o las limpias no nos un antídoto contra la angustia o el miedo, el antídoto es la fe. Una palabra de solo dos letras pero con poderoso significado. La desesperación dice: Dalo Todo por Perdido. La angustia dice: Corres, grita. Pero la fe dice: Espera en Dios no te fallara. Si uno pierde la fe, pierde la batalla. Porque lo que nos hace vendedores es la fe. El escritor a los hebreos dice: “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros”. (Hebreos 11:32-34) En medio de las tormentas de la vida como la tormenta de la crisis económica, las tormentas de las enfermedades y la tormenta de la inseguridad que parecen hundirnos, la fe es lo único que nos mantiene a flote. La fe es lo único que nos ayuda a mantener la cabeza fuera del agua. Es lo único que nos ayuda a ser vencedores. B. La fe nos sana el alma. En todo proceso de sanidad la fe toma un papel muy importante. Las enfermedades como la angustia, la ansiedad y la depresión y la perdida de fe nos ponen caca a cara con lo más oscuro y tenebroso. La mujer que padecía de flujo de sangre desde hacia 12 años en Marcos 5:21-34 mas que enferma de su cuerpo, estaba enferma del alma. La enfermedad de la soledad, era inmunda. No podía estar con su familia. La enfermedad del desengaño. Muchos médicos le dieron falsas esperanzas. La enfermedad de la preocupación. Tenían problemas económicos. Pues, lo había gastado en médicos. Sin embargo, ella creía que tan solo tocar el “borde de su manto” seria sana (Lc. 8:44) Eso es fe. Fe es saber reconocer quien eres tú, quien es el Señor y lo que puede hacer
por ti. Es reconocer el enorme poder que tiene Jesús. Es saber que lo que nadie mas pudo hacer, Jesús lo hará. Hay muchas personas que reconocen que Jesús tiene poder pero no el suficiente para ayudarlos. El reconocer solo es de grandes y siempre conduce a Jesucristo. Me pregunto ¿Qué hubiera pasado si esta mujer solo se hubiera quedado con lo que sabia de Jesús y nunca se hubiera atrevido venir a el? Probablemente no hubiera vivido mucho. Su vida hubiera quedado como muchas otras, en el olvido. Pero su fe la llevo Jesús. Así es, la fe es acción. Una de las mejores maneras de enfrentar la angustia. Porque sana nuestra alma. C. La fe nos hace tener esperanza. Después de salir de la esclavitud, Moisés y el pueblo de Israel se encuentran al frente con el Mar Rojo y atrás con el ejército Egipcio. (Éxodo 14) Desde el punto de vista humano, solo tenia dos opciones, nadar o pelear. Pero para el creyente ninguna de las dos es suficiente. El pueblo decide murmurar y quejarse. Moisés decide creer y les dice: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros” (Éxodo 14:13) Así levanto su vara y dividió el mar Rojo pasando en seco y puestos a salvo. Muchas personas a tu alrededor te podrán decir, “De esta no sales”, “Es muy difícil tu problema y dudo que alguien te pueda ayudar”, “Muchos han pasado por allí y no han salido”. “Yo lo intente y no pude” Pero para el que ha decidido tener fe, tiene esperanza. Porque Dios no ha dicho su última palabra. La fe no es un sentimiento. No tiene que ver con emociones. No tiene que ver con sentir algo en el pecho. La fe es seguridad, es convicción, es esperanza. El creyente en Cristo tiene su fe puesta en un Dios todopoderoso. Es por eso que podemos decir como el salmista “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.” (Salmos. 121:1-2). Conclusión Quizás mientras estemos en este mundo estaremos enfrentando la angustia pero nosotros decidimos como hacerlo. El consejo de la Palabra de Dios es hacerlo con la comunión con Dios a través de la Oración, con el amor de Cristo, con la actitud del gozo y con el poderoso instrumento de la fe. Si la enfrentamos de esta manera los gigantes caerán no importa cuanto midan. Los muros se derrumbaran no importando su grosor. Los montes se moverán no importando lo imponentes que sean. Viviremos como escribió Pablo a los corintios: “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos” (2 Corintios 4:8-10) ‘¿Como se hace esto? ¿Cómo se llega a este entendimiento espiritual? Teniendo un salvador como el que tenemos, a Cristo Jesús. Si tú no lo tienes, lo puedes tener. Aceptándolo siendo bautizado para el perdón de tus pecados. Eso es nuestro deseo. Que Dios te bendiga y ayude a enfrentas los gigantes.
Juan Ramón Chávez Torres E-mail:
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