EPIDEMIAS Y POBLACIÓN: LOS VALLES DE SIGUAS Y TAMBO. AREQUIPA, SIGLOS XVIII Y XIX

HISTORIA N°10 (2011): 55-72 / ISSN 2220-3826 Escuela Profesional de Historia Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa-Perú EPIDEMIAS Y POBLACIÓN

0 downloads 61 Views 1001KB Size

Story Transcript

HISTORIA N°10 (2011): 55-72 / ISSN 2220-3826 Escuela Profesional de Historia Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa-Perú

EPIDEMIAS Y POBLACIÓN: LOS VALLES DE SIGUAS Y TAMBO. AREQUIPA, SIGLOS XVIII Y XIX Edison Halley Quispe Quispe∗ RESUMEN Este artículo estudia y reconstruye la historia epidemiológica y demográfica de dos valles ubicados en el departamento de Arequipa: Siguas y Tambo; a partir de la revisión de los libros parroquiales y de algunos datos censales. El interés está, en destacar la importancia que tuvieron las características ecológicas (que desencadenan la presencia de la malaria primero y después de la fiebre amarilla) y que marcan los patrones de migración, natalidad, mortalidad y de crecimiento poblacional de ambos sectores. PALABRAS CLAVES Población, epidemias, malaria, fiebre amarilla, Tambo, Siguas. ABSTRACT This article studies and reconstructs the epidemiological and demographic history of two valleys located in the department of Arequipa: Siguas and Tambo, from the review of the parish registers and some census data. The interest is in highlighting the importance that had the ecological characteristics (which trigger the presence of malaria in a first place and the yellow fever later) and that marked the migration patterns, fertility, mortality and population growth in both areas. KEY WORDS Population, epidemics, yellow fever, Tambo, Siguas.

*

Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. E-mail: [email protected].

56

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

En el siglo XVIII, la población del Perú, empezó una recuperación lenta; al respecto muchos historiadores mencionaron que las características demográficas pertenecían a una población de tipo: Antiguo Régimen, debido a la alta mortandad infantil, a la frecuente aparición de brotes epidémicos, caracterizados por su letalidad, morbilidad y alta mortalidad; la baja esperanza de vida y su crecimiento lento. Obviamente que esta “generalización”, respecto al tema se form������������������������������������������������������������������� ó������������������������������������������������������������������ debido al estudio de la población de las ciudades a través de cifras brutas, (censos y/o padrones); pero, ¿Qué pasaba en las zonas rurales? ¿Cómo se movía la población en los valles? Este último punto es el que nos ocupa, por lo cual el objetivo de este trabajo, será doble: primero se ensayara una cronología de la presencia de agentes patógenos en las áreas de estudio utilizando para ello los datos brutos de los libros parroquiales, (especialmente los de defunciones) agregando datos sobre fenómenos naturales y las características ecológicas que marcan la endemicidad sobre todo de la malaria y la fiebre amarilla; y el segundo objetivo presentara el estudio de las características demográficas como migración, mortalidad y natalidad en relación con la endemicidad y la economía de la zona. La comparación de ambas zonas indicara una propuesta de trabajo y por consiguiente, el análisis de las muestras demográficas en un conjunto ecológico diferente al de una ciudad, mostrará también la estrecha relación entre estos dos ejes (ecología y demografía) y la economía. PERFILES ECOLÓGICOS Y EPIDEMIOLÓGICOS DE LOS VALLES DE LA COSTA La historia ecológica1 de los valles de la costa de Arequipa, presentan alteraciones climáticas producto de la aparición del Fenómeno “El Niño” (ENSO, por sus siglas en inglés) que afectó la vida de estas dos zonas. El historiador Carlos Buller y otros geógrafos explicaban que este fenómeno climático, afectaba la zona con presencia de sequías, que según su nivel, podían convertirse en años extremadamente secos, pero que además podían éstas, tener un desenvolvimiento muy particular: “…los últimos estudios realizados no permiten llegar a conclusiones definitivas… siguiendo el registro de diversas estaciones meteorológicas en el Perú, durante las diez ocurrencias del Niño entre 1925 y 1982-83, se ha determinado una ocurrencia sincrónica con una sequia en el sur del 40%, proporción que se eleva a un 74% en caso de ampliarse la correspondencia un año antes o después de la incidencia del fenómeno” (Buller 2011: 64). En el caso de Tambo, el clima de la zona que es subtropical y semiárido presenta intervalos de 7 y 10 años entre una época húmeda y una seca, entre el 1 Aquí utilizamos dos conceptos, es pertinente su descripción; el primero, está referido a cambios de parámetros climáticos que intervienen en el curso de periodos inferiores a treinta años y el segundo es de “variación climática” denominado así para periodos. En este último punto los dos siglos de trabajo corresponden a variaciones climáticas como: el fin de la “pequeña Edad de Hielo” y el comienzo del calentamiento global y el levantamiento del nivel del mar, ocurridas estas últimas a mediados del siglo XIX. (Dollfus 1980: 59).

57

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

siglo XVI y el XIX; si bien es cierto que en esta zona no llueve en abundancia, la presencia de neblinas le da otro aspecto entre los meses de mayo y octubre2. La abundancia de agua para las épocas agrícolas depende en su mayoría de las lluvias y deshielos que suceden sobre los 2500 y 6000 msnm., por lo cual la economía de la región está muy ligada a los cambios climáticos que se dan en las cuencas altas de los valles. En los años correspondientes a los efectos del ENSO, también es común un cambio brusco en la temperatura del mar, lo cual puede ocasionar la presencia de ciertos parásitos marinos (Arriaza et. al. 2010) o en todo caso modificar patrones de consumo (Sandweis 2004). Otros tipos de fenómenos, son sin duda los terremotos, en los cuales pueden las partes cercanas a la costa experimentar, la salinización de los terrenos adyacentes, debido a la presencia de mareas y maremotos como ocurrió en los terremotos de 1582, 1604, 1687, 1784, 1821 y 18683. El caso de las excesivas lluvias en las zonas altas también modifica y daña las áreas de cultivo como ocurrió en el año de 1790 en Siguas, donde los hacendados pedían la rebaja de los censos, a los que estaban “amarrados”, sus viñedos4 o como ocurrió en 1860 en el valle de Tambo5. Las zonas más alejadas del nivel del mar, como Siguas, las oscilaciones climáticas están más acordes con la influencia de la Cordillera de los Andes; que por lo general en la colonia eran descritas como valles calientes, debido al clima seco y a la presencia de grandes extensiones de pampas, (como este caso, que se encuentra entre las planicies desérticas de Siguas y Majes) y la ausencia casi total de lluvias (Obando 1996: 12). Cuadro Nº 1: Epidemias y fenómenos naturales en los valles de Siguas y Tambo. AÑOS

EPIDEMIAS

LLUVIAS

1763

Epidemia

 

 

 

1775

Epidemia

 

 

 

S

*

 

 

M

*

 

 

1778-1780 1781

Gripe

1783 1784-85

  Sarampión

 

Epidemia

 

1790 1791

SEQUÍAS

* *

TERREMOTOS

 

ENSO

S

 

Terremoto

 

 

 

 

VS

2 Entre mayo y octubre las temperaturas están entre 12º y las máximas alrededor de 20º. Los demás meses son más calurosos y las máximas alcanzan los 26º y las mínimas oscilan sobre los 20º. (Dollfus 1980: 53). También: Ortlieb1995. 3 Para el caso del terremoto de 1868: AAA. Libros Parroquiales. Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción del Valle de Tambo, Libro de Matrimonios/1: 1835-1885. Ver además: Barriga 1939, y Amanqui 2006. 4 AAA. Causas Civiles/ 53: 1790-1791. “Juan Isidro Febres pide al Convento de Santa Teresa la liberación de la deuda y pensión o rebaja del censo, que por las lluvias de enero de 1790, destruyó una hacienda de viña ubicada en la quebrada de Guacan”. Marzo 4 de 1791. 5 Carta de Pedro José Quiroz, cura propio de la doctrina de Cocachacra, al electo Arzobispo de Lima: José Sebastián de Goyeneche y Barreda. Marzo 19 de 1860. AAA. Administrativo: 1856-1862.

58

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

1792

Sarampión

 

1795

Sarampión

 

1801

Epidemia

1802 1803-04

*

 

 

 

 

 

 

*

 

 

VS

  *

 

S+

1805

Viruela

 

 

 

1809

Epidemia

 

 

 

1810-12

Malaria

 

 

 

1813

Epidemia

 

 

 

1814

Epidemia

 

 

 

S

1819

Epidemia

 

 

M+ (1817-19)

1821

Rabia y disentería

 

 

Terremoto

M

1827

Epidemia

 

 

1828-1832

*

M+ (1812)

 

  *

 

1833

Epidemia

1834

Epidemia

1837

Epidemia

 

 

 

1841

Epidemia

 

 

 

1843-1844

Epidemia

 

 

 

 

 

 

1844

* M+

M/S

1848

Disentería, tabardillo y viruela

1849

Epidemia

 

 

 

1852

Epidemia

 

 

 

1853

Viruela

 

 

 

1854

Fiebre amarilla

 

 

 

1855

Fiebre amarilla

 

 

 

 

 

M

1858

Tifus, difteria y tifoidea

 

 

 

M

1859

Epidemia

 

 

 

M

*

1857

*

1860

M M

 

 

1862

Epidemia

 

 

 

1864

Fiebre amarilla y tifus

 

 

 

1865

Epidemia

 

 

 

1866

Epidemia

 

 

 

M+

1867

Epidemia

 

 

 

M+

1868

Fiebre amarilla y tifus

 

 

Terremoto y tsunami

M+

Fuente: Quispe, S/F.

M+

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

59

Como vemos en el cuadro 1, la relación entre epidemias y otros fenómenos naturales tiende a ser muy natural, y las primeras muchas veces tienden a ser consecuencias derivadas, pero a la vez tienen su propio ritmo de desarrollo y la presencia de otro fenómeno al mismo tiempo, podría aumentar las proporciones de las catástrofes6. Relacionando estos sucesos, un documento nos hace pensar que la presencia de una etapa lluviosa en la parte alta también suponía la presencia de un verano más caluroso en la costa y en los valles bajos7 y por consiguiente un mayor desarrollo de los vectores transmisores de la malaria y la fiebre amarilla8, que son los agentes patógenos con más presencia en estas dos zonas9. En ambos casos son lluvias y sequias los factores más importantes que muestran una anomalía climática; en el caso de Tambo por ejemplo, la estación calurosa concuerda con una elevada mortandad; los 28 casos registrados de alta mortandad en dicho valle desde 1760 hasta 1868, catorce ocurren en los meses de verano; en el caso de Siguas los números nos indican que se desarrolla tanto este factor como la presencia de eventos epidémicos provenientes de la zona de Caylloma, por lo cual la estacionalidad de las mismas es menos marcada. Resumiendo, Siguas y Tambo; son dos zonas diferentes en sus aspectos climáticos, pues la primera se halla entre la cadena costera y los denominados cerros pre andinos; y la segunda está ubicada entre las estribaciones de la cadena costera y el nivel del mar (Cardona 2003: 12); y como veremos a continuación esta diferencia no fue relativa para el desarrollo de dos vectores transmisores de la malaria y la fiebre amarilla, nos referimos: al anopheles pseudopunctipennis y el Aedes Ageypti; como indicamos a continuación. El vector transmisor de la malaria necesitaba de ciertas condiciones ecológicas para poder sobrevivir como: temperatura mayor a 15 grados, agua estancada, baja altitud, estacionalidad de las lluvias y sobre todo de huéspedes susceptibles al virus10. Estas condiciones son las que se ven en la costa arequipeña entre los meses de diciembre y marzo, en los cuales la temperatura de la zona aumenta, lo que hace posible el desarrollo del principal vector de la

6 De esta forma, “el evento natural puede ser el pretexto para describir y analizar procesos más amplios que revelan las vulnerabilidades acumuladas por años”; Los eventos de impacto lento como sequias e inundaciones y los de impacto súbito, como terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, maremotos, granizadas o heladas, tienden a desarrollar un factor desequilibrante en la sociedad. (García 1996: 20). 7 Carta de Pedro José Quiroz, cura propio de la doctrina de Cocachacra, al electo Arzobispo de Lima: José Sebastián de Goyeneche y Barreda. Marzo 19 de 1860. AAA. Administrativo: 1856-1862. 8 Revel y Peter, dividen la historia de la enfermedad en dos, por un lado proponen la historia natural de la morbidez, donde la ecología y etiología retrospectiva es el punto más importante dejando de lado al hombre; el siguiente es en sí una sociología de la morbidez y presenta al hombre como actor fundamental y con la presencia de epidemias de forma opresiva sobre éste. (Revel, y Peter 1980: 175-176). En este punto también está incluida la relación de la morbidez con la demografía, economía, así como “la conciencia política, religiosa”, etc. (Ibídem. p. 177). 9 Lamentablemente no contamos con información que nos den datos sobre los nombres de las epidemias, solo en algunos casos reconstruimos el nombre a través del seguimiento de la mortalidad de varias parroquias, tanto de la sierra como del valle de Arequipa. 10 Según Cueto en el Perú, existían tres de las cuatro formas existentes del virus: vivax, malarie y falciparum; y la cuarta e inexistente en el país era: ovale (Cueto 1997: 129).

60

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

malaria en la zona: el anopheles pseudopunctipennis, (Calderón, Curaca, et. al. 1974: 91) 11. El endemismo del Anopheles en las zonas bajas en los meses de verano, ocasionó desde el siglo XVI, una visión médica muy particular, como lo menciona Musset, las zonas bajas eran consideradas enfermas y se prefería poblar lugares altos y bien ventilados (Musset 1996: 27-28)12. Las teorías hipocrático-galénicas, explicaban una tendencia proclive a las tercianas en los valles debido a la poca ventilación que tenían, las altas temperaturas, y a la presencia de aguas estancadas, que formaban ciénagas, pantanos y fangos que ocasionaban multitud de enfermedades; y por último a los cambios bruscos de temperatura, ocurridos tanto en el día como en la noche13. Pero a lo que más se temía era a los cambios bruscos de temperatura y a las largas temporadas de calor, frío, sequedad y humedad (Musset 1991: 272) 14. Por ejemplo, es preponderante la visión tanto de clérigos como de migrantes, que van y cruzan los dichos valles en épocas en las cuales: “bajan las tercianas” 15. En el caso de la fiebre amarilla o v����������������������������������������������������� ó���������������������������������������������������� mito negro, se supone un origen común al de las tercianas y se desconoce que sea el mosquito Aedes, el transmisor de dicho mal, su desarrollo es muy recurrente sobre las poblaciones (Lossio 2003: 66). La primera epidemia está referida al caso de la Isla de Barbados en 1647 y México un año después (Molero y Bocquet 1998)16, mientras que para América del Sur, se refieren la presencia de ella en Guayaquil en 11 La etapa fría que va desde mediados del siglo XV hasta mediados del siglo XVIII, conocida como la “Pequeña Edad de Hielo”, hacía dudar de la presencia masiva y en gran escala en toda la costa del Perú del vector transmisor, pero inmediatamente nos pusimos de acuerdo cuando encontramos información sobre la presencia del paludismo en zonas cercanas al Polo Norte, como fue el caso de Inglaterra y Dinamarca. (Buchan 1851: 122). 12 Por ello por ejemplo se reubica el poblado de Quilca, incluso se le quita la categoría de puerto principal, el cual es dado al de Islay; uno de los factores sería la insalubridad del clima. El Republicano, Arequipa. Mayo 6, 1826. p. 107. 13 Para el caso de la ciudad de Arequipa, podemos encontrar información de esta distribución climática de las enfermedades en: Archivo Municipal de Arequipa. Libro de Expedientes: 02, Cuadernillo 1. 14 El cambio a fines del siglo XVIII, fue notorio; la cultura de la salud anterior a este siglo se trasformó y vio a edificios locales, como el caso de los hospitales no solo como instituciones de piedad y caridad, y pasó a relacionarlo bien como un edificio donde se albergaba la muerte, por lo cual se paso a reformarlo, planteando para ellos que debían servir no para ayudar a morir a las personas sino para curar y restablecer a los enfermos. Las reformas borbónicas plantearon además aplicar ideas de ornato, limpieza, policía y civilización a los espacios públicos, asimismo entraron en esta temática dos elementos fundamentales: el agua y el aire. Calles, cementerios, y acequias, también entraron en el nuevo debate en pro de la salud pública. Véase: Warren 2010: 94. Las políticas siguen el modelo miasmático pero éste es solo uno dentro de la pluralidad de “creencias”… “de cómo entender las formas de curar, la enfermedad y el cuerpo en el Perú Colonial.”. (Warren 2009: 41). 15 Hay información abundante sobre este tema recurrente sobre todo en la comunicación de los curas de los valles, para ser cambiados o que eran llamados por alguna circunstancia a la ciudad de Arequipa, en AAA, Correspondencia: 1817-1825. 16 Según Cook, el radio de acción del mosquito era pequeño y necesitaba de agua estancada para poder desarrollarse lo cual ocurría en los meses más calurosos del año… “el mosquito hembra no pica cuando la temperatura desciende por debajo de los 17º. Los síntomas son: enfermedad repentina o letargo, fiebre, pulso deficitario y en ocasiones vómitos de sangre, primero de color claro y después más oscuros. Dichos vómitos llegan a ser casi negros, de ahí el nombre de “vómito negro”. Finalmente la víctima presenta ictericia, un síntoma que diferencia a la fiebre amarilla de otras fiebres y que además le da el nombre…” (Cook 2005:195). Cueto indica que la transmisión podía darse de una persona enferma hacia otra pero

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

61

1740. Algunos autores afirmaban su presencia en el Perú a fines del siglo XVIII17, pero los rastreos confirman su presencia recién a mediados de XIX, desde el cual asoló y devastó los puertos además de los valles de la región. Sin duda el crecimiento de la población del valle de Tambo y en toda la costa y su aglomeración facilitaron la transmisión, pues había dos poblados (Cocachacra y Punta de Bombón) que tenían más de la mitad de la población total del valle. Finalizando, los dos casos presentan una ecología, dependiente de la acción de los factores climáticos, que ocurren principalmente por acción del mar, la Cordillera de los Andes, y el Anticiclón del Pacífico Sur; las oscilaciones térmicas por ende tuvieron mucho que ver con el desarrollo de los vectores tanto de la malaria como de la fiebre amarilla. Esta relación en el siglo XVIII y XIX, entre clima y sociedad es muy fuerte, por lo cual los indicadores demográficos, económicos y culturales están en relación con este tema, como veremos a continuación. MIGRAR, NACER Y MORIR EN LOS VALLES DE LA COSTA Los estimados de población de la costa sur, al momento de la conquista dan como resultado una población pequeña respecto de los demás sectores, como lo refiere Cook: “Entre las décadas de 1570 y 1600, la costa sur peruana experimentó la tasa más rápida de despoblación india de todas las regiones. El contraste entre la sierra sur y la costa meridional es grande: la región de la sierra de Cusco a Chucuito estaba cayendo a -1.1% anual, en tanto que la costa sur caía a -3.8% cada año” (Cook 2010: 224)18. Por esta misma fecha es difícil establecer a qué repartimiento correspondía la jurisdicción de Siguas, y los documentos muestran que había una relación entre los parroquianos de Santa Isabel de Siguas y Pampamico, debido a su cercanía. En el siglo XVIII por su parte el valle estaba dividido en dos: la parte baja (San Juan), pertenecía al Partido de Camaná; mientras la parte alta y media (Pitay y Santa Isabel) eran de Collaguas; pero la Parroquia principal estaba asentada en Santa Isabel; Davies indicaba que estas zonas habían decaído demográficamente, por lo cual los españoles desarrollaron una producción de elementos agrícolas europeos netamente comercializables como fue el caso de la vid (Davies 1978). Por su parte el valle de Tambo y su zona anexa de la costa tenía una población pequeña en 1570, y la mayoría se dedicaba a la pesca, aunque no se descarta la presencia de pobladores siempre a través del mismo vector. (Cueto 1997: 62). 17 En la descripción de la Intendencia de Trujillo, se habla de la muerte de jóvenes, por “vómito de sangre” en 1790 (Lequanda 1793: 37). Igualmente para la zona sur en los Libros de Defunciones del Valle de Tambo se escribe la muerte de un hombre por “un accidente de vómito de sangre”. AAA. Libros Parroquiales. Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción del Valle de Tambo, Libro de Defunciones 1. 18 Revisando los datos poblacionales de 1572 y 1602, de los corregimientos de la zona, los Collaguas caían en 30% a una tasa de -1.2% anual; en tanto Camaná perdió en el mismo periodo el 67% de su población total, es decir a -3.6% de tasa anual.

62

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

de las zonas altas que tenían tierra en la zona, los documentos del siglo XVII daban esta encomienda como baca, debido a la desaparición de toda su población19, por tanto es difícil establecer cuánta población hubo antes de la conquista en ambos sectores. Una de las características de estos siglos es que en ellos, la población de las zonas geográficas enclavadas en el ��������������������������������������������������������������� área����������������������������������������������������������� de Arequipa ten������������������������������������������� ía����������������������������������������� una amplia movilización, por lo cual encontramos a una persona de Siguas fallecida en la Parroquia de Santa Marta; en la misma Parroquia dos personas de Tambo son registradas como fallecidas; todas ellas durante la epidemia de 1719-172020. Es difícil establecer la emigración de ambas zonas, debido a la carencia de fuentes, pero debió ser muy amplia; sobre todo hacia la ciudad de Arequipa y hacia algunos sectores de la sierra, por lo cual el tema, que s�������������������������������� í������������������������������� se hace factible y que pasaremos a describir a continuación es la migración hacia estas dos zonas. Dedicada desde muy temprano a la producción vitivinícola, el valle de Siguas, al igual que los valles dedicados a este rubro; presenta una amplia movilización social, ya sea de forma obligatoria, o por fuerza mayor, debido a la fuerte presión que ejercían los caciques en la paga de las tasas de tributo21. El siglo XVIII, debido al crecimiento demográfico, el trabajo asalariado debió modificar este sistema, Kendall Brown explicaba que las zonas vitivinícolas, empleaban mano de obra indígena, en pleno siglo XVIII, debido a los altos costos que significaba mantener a los esclavos, por lo cual la industria del vino prefirió este tipo de mano de obra22. Luego la producción económica de ambos valles y el trabajo estacional modificaron pronto sus conjuntos demográficos debido a una fuerte presión que ejercía la población sobre la tierra, en las zonas de la sierra y de algunos pueblos de los alrededores de la ciudad de Arequipa; como fue el caso de Socabaya, en el que, tanto hombres como mujeres tendían a migrar hacia los valles de estudio entre los siglos XVIII y XIX23. El crecimiento demográfico de Tambo y Siguas muestra que va de la mano con el creci19 Documentos del siglo XVII y XVIII, muestran que había poblaciones de los repartimientos de Pocsi y Puquina que explotaban guano en las islas ubicadas en la desembocadura de este río, véase al respecto: Galdos 1992. 20 AAA. Libros Parroquiales. Parroquia de Santa Marta. Libro de Defunciones/01. 21 Asimismo en el siglo XVI, se habla de una fuerte presencia de los indios del repartimiento de Cabanaconde, trabajando en los viñedos de la zona. (Barriga, Tomo I, 1939: 399). 22 Además, Brown, halla una relación entre hacendados y clérigos, pues estos últimos “enviaban”, indios a trabajar en las haciendas: “El pueblo de Tapay surtía a la hacienda de Catalina Bustamante, con trabajadores; y el padre Santiago Rivero del pueblo de Yanqui, enviaba trabajadores indígenas a Guachipi. Una relación similar existía entre el pueblo de Achoma y la hacienda Guatipa en Majes”. (Brown 2008). La producción de Siguas fue modificándose conforme avanza la crisis del vino y el aguardiente, por lo cual en el valle se empieza a sembrar forrajes, trigo y papas. AAA. Siguas: 1684-1852: “Arriendo de viña y tierras del pago de Lucanilla, 1746”; y AAA. Siguas: “Cuaderno de diario de ventas del año 1896.”. 23 Según la ONERN, Socabaya contaba con 228 hectáreas de tierras. En el siglo XVIII y XIX, este lugar acogía a la gran propiedad rural perteneciente primero a los jesuitas y luego a la familia Goyeneche y contaba con 200 hectáreas de extensión, es decir más del 90% de las tierras agrícolas de la zona. (Malamud 1982: 66-67).

63

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

miento económico, el primero no necesariamente debe explicarse con el número de nacimientos ya que estos no son tan trascendentales, sobre todo en el valle de Tambo, sino con el número de migrantes hacia estas zonas. Son conocidos la estación en la cual se desarrolla el paludismo, además de los meses en los cuales había más trabajo; por lo cual las líneas de defunciones y nacimientos-bautizos, están ligados a estos dos factores, una revisión de los mismos a nivel mensual ayuda a observar mejor este criterio, donde los meses con mayor mortandad son los correspondientes a los meses donde se desarrolla el vector transmisor de la malaria24. Cuadro N° 2 MOVIMIENTO ESTACIONAL DE NACIMIENTOS Y DEFUNCIONES: TAMBO, 1810-1819 MESES CRITERIO DEMOGRÁFICO

E

F

M

A

M

J

J

A

S

O

N

D

NACIMIENTOS

62

52

66

77

89

72

69

71

87

68

66

63

DEFUNCIONES

105

118

76

78

94

96

73

71

63

59

59

57

A

M

J

J

A

S

O

N

D

E

F

M

-43

-66

-10

-1

-5

-24

-4

0

24

9

7

6

MES DE CONCEPCIÓN Diferencia

FUENTE: AAA. Libros Parroquiales: Tambo: 1810-1819



El caso del valle de Tambo muestra por otra parte una amplia movilización de la mano de obra desde la misma Arequipa y sus contornos, como ya explicábamos líneas atrás; pero también de parte de los pueblos de la zona del altiplano. En estos mismos datos la población migrante de mujeres y hombres es casi similar. Como esperábamos la presencia de pobladores de la zona de Moquegua también es importante, juntamente con la de Camaná. Cuadro N° 3: Origen de los pobladores en Tambo y Siguas TAMBO: ORIGEN DE SUS POBLADORES SEGÚN REGISTROS PARROQUIALES DPTOS Y PROVINCIAS AREQUIPA PUNO

SIGUAS. ORIGEN DE LOS MIGRANTES, SEGÚN LIBROS PARROQUIALES

BAUTIZOS: 1848-1853. Origen de los padres

DEFUNCIONES: 1848-49. origen de los difuntos y sus padres

MATRIMONIOS: 1835-40. origen de viudos y solteros

MATRIMONIOS: 1827-35. origen de viudos y solteros

DEFUNCIONES: 1849-50. origen de los difuntos y sus padres

63

101

77

27

9

7

5

17

15

24 La migración siempre ha sido un factor relacionado con el paludismo, era notoria la falta de mano de obra en los valles de la costa, por lo cual los serranos “… eran los más susceptibles a sufrir sus efectos. La inmunidad ilimitada inferida por la malaria comenzaba en la niñez… la enfermedad se transmitía generalmente a hombres jóvenes en edad laboral…” (Cueto 1997: 132-133).

64

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

MOQUEGUA

7

CAMANÁ

1

LIMA

1

3

1

3

5

1

3

CUSCO

1

CAYLLOMA CONDESUYOS

1

ARICA

4

4

15

25

1

1

6

5

1

1

TACNA

1

OTROS DPTOS

5

4

EXTRANJEROS

1

3

2

6

1

SIN DATOS

4

0

9

1

3

TOTAL

71

127

112

82

59

FUENTE: AAA. Libros Parroquiales: Parroquia de Nuestra Señora de La Asunción del Valle de Tambo y Parroquia de Santa Isabel de Siguas.

Como vemos ambos valles atraen población de sus zonas cercanas, salvo el caso de los puneños que se les ve en ambas zonas, sobre todo en el valle de Siguas, la mayoría de ellos son niños, tienen la denominación: “doméstico de…”25. Conforme se avanza en el siglo XIX, ambas zonas irán desarrollando una población con características más marcadas, como el caso del valle de Tambo, donde la presencia del ferrocarril y el desarrollo de grandes haciendas dedicadas a la producción de azúcar, ubicarán una alta concentración de población asiática y extranjera; mientras tanto Siguas, dejaba de lado la producción de vino para dedicarse de manera casi completa a la producción de tubérculos y grano26. Ambas tendencias económicas son importantes relacionándolas con el movimiento estacional de nacimientos y el trabajo agrícola, como es el caso del valle de Siguas, donde la mayor parte de las concepciones se dan en los meses donde las faenas agrícolas27 se duplican y hay por consiguiente una alta presencia de migrantes estacionales. Cuadro Nº 4 MOVIMIENTO ESTACIONAL DE NACIMIENTOS Y CONCEPCIONES: SIGUAS, 1830-1869 MES DE CONCEPCIÓN

A

M

J

J

A

S

O

N

D

E

F

M

MES DE NACIMIENTO

E

F

M

A

M

J

J

A

S

O

N

D

1830-39

54

55

59

68

63

68

52

68

60

54

63

48

25 AAA. Libros Parroquiales. Parroquia de Santa Isabel de Siguas. Libro de Defunciones/ 02: 1848-67. El ejemplo más saltante está en el folio 26v. 26 AAA. Santa Isabel de Siguas: Cuaderno de Diario de Ventas desde el mes de octubre del año de 1896. 27 Romero explica esta dinámica en el valle de Majes, tomando los estudios de Tsunekawa (1986): “advertimos que existe una migración temporal de serranos que bajan para ocuparse de ciertas actividades económicas cuando la actividad local decae. Tales poblaciones son empleadas para actividades agrícolas de cosecha y siembra o recolección marina o de río”. (Romero, 1994: 95)

65

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

1840-49

68

51

85

65

66

57

77

86

68

52

51

47

1850-59

69

61

58

90

75

62

89

101

82

80

60

60

1860-69

61

70

83

62

91

83

74

73

84

63

71

80

TOTAL

252

245

285

285

295

270

292

328

294

249

245

235

Fuente: Libros Parroquiales. Parroquia de Santa Isabel de Siguas. Libros de Bautizos/ 1-4.

Hay que indicar también que la mayor parte de los migrantes son solteros, que logran establecerse en los lugares de estudio, estos lugares debieron ser su lagar de interés ya sea para vivienda temporal o para establecerse definitivamente en el lugar, a partir del censo de 1876, podemos acercarnos a este punto; esto debido a que los pueblos de la sierra como Caylloma y La Unión tienen un desbalance en la cantidad de mujeres que sobrepasa en número a la de varones entre las edades de 20-60 años; y en los valles se invierte el asunto, cuando los solteros son en su gran mayoría hombres en las edades anteriores, el caso de Tambo es el que ofrece una desproporción abismal28. Por su parte, las tasas de nacimientos en el caso de Tambo son demasiado bajas, debido a una fuerte mortandad en el valle, por lo cual la cantidad de entierros es casi igual a la de nacimientos-bautizos, pero que es sobrepasada en los mese en los cuales hay alta mortandad, como lo explica la siguiente gráfica. Gráfico Nº 1

FUENTE: AAA. Libros Parroquiales: Tambo, Libros de defunciones/01-06. Libros de bautizos/01-05.

En el caso de Siguas se ve una alta presencia de infantes y la línea de nacimientos sobrepasa a la de defunciones, salvo las temporadas en las que se presenta una epidemia en los periodos de 1845-46 y 1860-63. Por lo cual su movimiento demográfico está más acorde con 28 Esto no quiere decir que los dos valles captaran gran parte de la población flotante de las zonas de la sierra, ya que los números de migrantes estaban tan extendidos tanto en la costa como en la sierra. El censo de 1876, muestra para el caso de Tambo una alta presencia de migrantes y trabajadores captados que son extranjeros, como asiáticos (221), chilenos (65), italianos (11), bolivianos (15) y argentinos (10).

66

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

tendencias ocurridas en las zonas de la sierra y en los suburbios de la ciudad de Arequipa, lo cual explica un crecimiento natural de la población29. Gráfico Nº 2

FUENTE: AAA. Libros Parroquiales: Parroquia de Santa Isabel de Siguas. Libros de Bautizos/01-04. Libros de defunciones/02-03.

El promedio de nacimientos por mes indica la estacionalidad de ambos casos, como se ilustra en los siguientes cuadros, la parte final de los mismos registra el promedio anual de las decenas, correspondientes a ambas zonas. Las caídas y las bajas de los promedios ilustran las coyunturas por las cuales pudieron haber pasado los valles, habría que relacionar estos con los movimientos económicos, y las coyunturas sociales que también se producían en la ciudad, y sobre todo en la región. Los movimientos militares y políticos que se presentan en Arequipa también deben ser tomados en cuenta, así como una larga sequia ocurrida desde 1828 a 1832. Cuadro Nº 5. Promedio mensual de nacimientos en Tambo y Siguas NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE NACIMIENTOS,

NÚMERO PROMEDIO MENSUAL DE NACIMIENTOS, SIGUAS: 1760-1869

TAMBO: 1760-1869 MESES

176069

177079

181019

182029

183039

184049

185059

186069

MESES

183039

184049

185059

186069

ENERO

2.7

2.6

6.2

5.3

4.3

4.6

4.4

8

ENERO

5.4

6.8

6.9

6.1

FEBRERO

1.4

2.1

5.2

4.9

3.4

4.2

5.1

6.7

FEBRERO

5.5

5.1

6.9

7

MARZO

1.9

2.6

6.6

5.5

3

4.3

4.8

6.4

MARZO

5.9

8.5

5.8

8.3

ABRIL

2.7

2.7

7.7

5.4

3.8

5.5

4.3

7.7

ABRIL

6.8

6.5

9

6.2

MAYO

3.6

3.3

8.9

7.6

3

6.2

4.3

8.8

MAYO

6.3

6.6

7.5

9.1

JUNIO

2.1

3.1

7.2

6

4.4

6.5

4.9

9.1

JUNIO

6.8

5.7

6.2

8.3

29 En 1837 el Juez de Paz de Siguas, indicaba un crecimiento de la población en los anexos de Pitay y San Juan, por lo cual solicitaba permiso al Obispo de la Diócesis para crear un oratorio. AAA. Correspondencia: 1837-1855.

67

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

JULIO

3

2.4

6.9

5.4

3.8

5.6

5.3

10.8

JULIO

5.2

7.7

8.9

7.4

AGOSTO

1.8

3.9

7.1

7.4

4.5

5.5

6.2

9.6

AGOSTO

6.8

8.6

10.1

7.3

SETIEM

3.6

3.5

8.7

5.8

5.1

5.3

4.9

10.8

SETIEM

OCTUBRE

2.7

4

6.8

4.7

5.9

5.9

4.6

9

NOVIEM

1.7

2.4

6.6

5.9

4.9

5.3

4.1

DICIEM

2.1

2

6.3

4.9

3.1

6

4.1

MOV. ANUAL

29.3

34.6

84.2

68.8

49.2

84.9

92.2

6

6.8

8.2

8.4

OCTUBRE

5.4

5.2

8

6.3

8.8

NOVIEM

6.3

5.1

6

7.1

9.7

DICIEM

4.8

4.7

6

8

105.4

MOV. ANUAL

71.2

77.3

89.5

89.5

FUENTE: AAA. Libros Parroquiales: Tambo y Siguas: elaboración propia.

El dato que ayuda a relacionar el movimiento de nacimiento y defunciones con los migrantes, es que en estas zonas la mayoría de niños ilegítimos tanto bautizados como difuntos se quedaban con la madre por ejemplo, en 1848, el 61.7% de los niños registra que era la madre la que se quedaba con ellos, asimismo también el año de 1853, muestra que en el 36.5% de los casos sucede lo mismo. La diferencia está en 1848, este es un año epidémico por lo cual se denota la huida o muerte de los padres; y el año de 1853 es un año “normal”, y que registra la alta tendencia de la movilidad de los varones30. Ahora bien el último tema a tratar serán las defunciones, las tendencias ofrecen que éstas crecen en la medida que hay más población susceptible, y el patrón mensual indica lo que venimos dando a conocer, los meses con m�������������������������������������������� á������������������������������������������� s muertos son efectivamente los meses calurosos, donde se desarrolló el vector de la malaria, y para mediados del XIX, el vector de la fiebre amarilla. El caso más marcado está en Tambo donde el desenvolvimiento de los eventos es más independiente; Siguas tiene una amplia relación con eventos epidémicos provenientes de la zona de Caylloma y Arequipa. El año 1834, por ejemplo para el caso de Siguas; el evento se presenta un mes antes en las zonas del valle del Colca, ese mismo mes infecta la ciudad de Arequipa y alrededores y pasa luego a la zona del valle. En Tambo en 1855, la mortalidad elevada hace pensar en un evento epidémico de fiebre amarrilla, pero su expansión hacia el interior nos hace repensar la situación, por lo cual creemos que si se tratara de fiebre amarilla, ésta vino acompañada de otra enfermedad. 3. PALABRAS FINALES, LA POBLACION DEL SIGLO XVIII AL XIX. Carlos Buller indica en un reciente libro, que el trabajo de los viñedos descansaba sobre los mestizos y las castas presentes en mayor número en la zona, esto en parte no fue así; desde el siglo XVI, el trabajo de las zonas de valle estuvo supeditado a los negros, pero en 30 Marcos Cueto, indicaba que la epidemia generaba miedo en la población, por lo cual una respuesta muy común, era la huida. (Cueto 1997: 221).

68

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

la medida que crecía la población en los siglos posteriores, la relación entre indios y trabajo en los valles es más concisa, posiblemente porque se les pagaba menos que a los mestizos, Brown hace constar este tema indicando que había curas que enviaban a los indios a trabajar en las zona de viñedos de Vítor, Siguas y Majes31. El alto número de nacimientos estaba supeditado a la migración intensa que se desarrollaba en los meses de cosecha y siembra. Igualmente la mortalidad en ambos lugares en los meses de verano, muestra esa relación con un mínimo de nacimientos ocurridos en la estación. Los matrimonios no son tomados en cuenta por no ser un indicador determinante y porque las zonas carecen de datos para completar las series, y las que existen muestran unos números muy bajos, para emplearlos. El caso de las mujeres que se quedan con los niños es también interesante, ello sucede tanto en Tambo como en Siguas y debido al espacio, solo propusimos ejemplos. Los cambios dados en ambos casos, son: que la población negra disminuye, en ambos sectores y son los mestizos los que tienen más presencia juntamente con los indios; en el caso de Tambo se hace notar la presencia importante de asiáticos. Las tasas de población de ambas zonas dan a conocer el crecimiento que se dio entre 17901876; 1.7% en el caso tambeño y 1.0% en el de Siguas. El crecimiento lento de Siguas está relacionado con su economía más dependientes de su principal mercado: Arequipa; el caso de Tambo es más alto el crecimiento de la población, debido a la presencia del Ferrocarril, a la cercanía del Puerto y a la agricultura intensiva alrededor de la producción de azúcar y arroz (Flores Galindo 1977). Los indicadores que marcan nuestras series de los gráficos 1 y 2, son: la endemicidad de la malaria en la zona y las opciones de trabajo. Este ciclo puede romperse debido a la aparición de eventos epidémicos mayores como la presencia de la fiebre amarilla o de algún brote de tifus o viruela, proveniente de la sierra, como ya lo explicamos líneas arriba. Por otra parte, la región también muestra un crecimiento paulatino de su población y las tasas dan a conocer este suceso, de 1750 a 187632. El crecimiento de la población en las zonas de la sierra ocasionó sin duda que el sobrante de éstas se extendiera por todo el sur, asimismo llama la atención el caso de Socabaya, que no contaba con abundantes tierras disponibles; por lo cual, su gran número de migrantes presentes en ambos valles. El caso de Camaná entre 1832 y 1850, (como se lee en el cuadro Nº 5) presenta una caída en la población de los valles, lo cual concuerda con la caída de los nacimientos de Tambo en la 31 Masuda, explica la intensa migración desarrollada hacia los valles, sobre todo de la zona de Caylloma; ya sea para trabajar en sus propias tierras o para buscar algún estipendio económico. Asimismo, la extracción de mariscos y la pesca eran también actividades no descartadas para esta población migrante. (Masuda 1981: 178-181). 32 Para una revisión general del crecimiento de la población en el Perú de finales del XVIII, pero sobre todo del censo de 1876, revisar: Gootemberg 1995.

69

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

misma etapa, desconocemos las causas; pero debió ser por la contracción económica y las crisis políticas en las que se vería muy involucrada la región, pero ¿qué afectará solamente a los valles?, es una pregunta cuya respuesta aún debemos mantener en blanco. Cuadro Nº 6 TASAS DEMOGRÁFICAS: 1750-1876 AÑOS

CAMANÁ

CAYLLOMA

AREQUIPA

1750-1791

0.04

0.23

1791-1832

0.5

0.82

0.78

1832-1850

-0.97

1

1.05

1850-1862

0.57

-1.79

-1.48

1862-1876

1.89

0.14

0.76

1792-1876

0.53

0.39

0.54

FUENTE: Gootenberg, 1995.

Finalizando la población de los siglos XVIII y XIX, sufrieron por lo menos una epidemia cada diez años y no solo fueron los niños y ancianos los más susceptibles; en los valles bastaba con no tener un sistema inmunológico bien desarrollado para morir a manos de la malaria y la fiebre amarilla; el manejo de los libros parroquiales nos da a conocer estos puntos, pero la no presencia de censos o padrones de población para estas zonas disminuyeron nuestras posibilidades, de acercarnos a la imagen real del crecimiento de la tasa de población. A pesar de lo ya explicado no intentamos dar una revisión acabada de este tema, ya que pretendemos aportar y no agotar el mismo; y las cr��������������������������������������� í�������������������������������������� ticas o sugerencias que podrían sobrevenir serán también importantes para el mejor conocimiento de esta materia que aún no ha sido desarrollada a plenitud en nuestra región, los trabajos a desarrollarse en adelante deberían tener más en consideración estos factores y relacionarlos aún más a los factores económicos para tener una visión a escala mayor de lo que sucedió con las poblaciones de las zonas de la sierra, la costa y la ciudad de Arequipa y alrededores. FUENTES DE ARCHIVO: Archivo Arzobispal de Arequipa (AAA) - Administrativo: 1856-1862. - Correspondencia: 1817-1825. - Correspondencia: 1837-1855. Libros Parroquiales:

70

EDISON QUISPE / Epidemias y Población: los Valles de Siguas ...

Parroquia de Santa Isabel de Siguas: - Libro de Defunciones/ 02-03. - Libro de Bautizos: 1-4. - Libro de matrimonios: I. Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción del Valle de Tambo: - Libro de Defunciones/ 01-06. - Libro de Bautizos: 1-5. - Libro de matrimonios: I. Parroquia de Santa Marta: - Libro de Defunciones/01. Vicaría: - Santa Isabel de Siguas: Cuaderno de Diario de Ventas desde el mes de octubre del año de 1896. - Siguas: 1684-1852. (Expedientes). Archivo Municipal de Arequipa (AMA): Libro de Expedientes (LEXP):LEXP 02. Cuadernillo 3. FUENTES Amanqui, Yony. (2006) Mentalidad de la población de la ciudad de Arequipa ante los terremotos, siglos XVI-XVIII. Tesis para optar el título de Licenciado en Historia. Universidad Nacional de San Agustín Arequipa, Perú. Arriaza, Bernardo, et al. (2010) Possible influence of the ENSO phenomenon on the pathoecology of diphyllobothriasis and anisakiasis in ancient Chinchorro populations. Memorias del Inst. Oswaldo Cruz. vol.105, n.1: 66-72. Río de Janeiro: Instituto Oswaldo Cruz. Barriga, Víctor. (1939) Documentos para la historia de Arequipa. Tomo I. Arequipa: Imp. La Colmena. Barriga, Víctor. (1951) Los Terremotos de Arequipa: 1582-1868. Arequipa: La Colmena. Buchan. Jorge. (1851)Medicina doméstica o tratado completo del método de precaver y curar las enfermedades. París: Librería De Rosa, Bouret y Cía. Buller, Carlos. (2011) Vinos, aguardiente y mercado. Auge y declive de la economía del vino en los valles de Arequipa (1770-1853). Lima: Quellca, Centro de Estudios Andinos. Calderón, G. Curaca, A. Llancari, J. Napan, M. y F. Sipán. (1974) Distribución geográfica de los vectores de la malaria en el Perú. Revista Peruana de Medicina Tropical. Nº 2 (2): 89-91. Lima: UNMSM. Cardona Rosas, Augusto. (2003) Arqueología de Arequipa. De los albores a los Incas. Arequipa: CIARQ.

HISTORIA N°10 / 2011 / ISSN 2220-3826

71

Cook, Noble David. (2005) La conquista biológica: las enfermedades en el Nuevo Mundo, 1492- 1650. Madrid: Siglo XXI. Cook, Noble David. (2010) La Catástrofe Demográfica Andina. Perú, 1520-1620. Lima: PUCP. Cueto, Marcos. (1997) El Regreso de las Epidemias. Salud y Sociedad en el Perú del Siglo XX. Lima: IEP. Dollfus, Olivier. (1980) El reto del espacio andino. Lima: IEP. Flores Galindo, Alberto. (1977) Arequipa y el Sur Andino: ensayo de Historia Regional. Siglo XVIII-XX. Lima: Horizonte. Galdos Rodríguez, Guillermo. (1992) Migración y estructuralismo en la etnohistoria de Arequipa. Arequipa: UNSA. García Acosta, Virginia. (1996) El estudio Histórico de los desastres. En: GarcíaAcosta, Virginia. (Coord.) Historia y Desastres en América Latina, pp. 5-22. Vol. I, Bogotá: La Red/CIESAS. Gootenberg, Paul. (1995) Población y etnicidad en el Perú republicano. Algunas revisiones. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Hocquenghem,Anne Marie y LucOrtlieb. (1992) Eventos El Niño y lluvias anormales en la Costa del Perú: siglos XVI-XIX”. Bulletin de l’InstitutFrançaisd’ÉtudesAndines, Vol. 21(1): 197-278. Lima: InstitutFrançaisd’ÉtudesAndines. Lequanda, José Ignacio de. Descripción geográfica de la ciudad y partido de Trujillo. En: Mercurio Peruano. Tomo VIII, Nº 247. (Edición facsimilar). 1793. Lossio, Jorge. (2003) Acequias y gallinazos: salud ambiental en la Lima del siglo XIX. Lima: IEP. Malamud, Carlos. (1982) La consolidación de una familia de la oligarquía arequipeña: los Goyeneche. Quinto Centenario Nº 2: 66-67. Madrid: Universidad Complutense de Madrid. Masuda, Shozo. (1981) Cochayuyo, camarón, machas e higos charquedos. En: Masuda, S. (ed.). Estudios etnográficos del Perú Meridional. pp. 178-181. Tokio: Universidad de Tokio. Molero, María y Jean-Pierre Bocquet. (1998)La première description connue d’une épidémie de fièvre jaune, Mérida (Mexique) 1648”. Bulletins et Mémoires de la Société d’anthropologie de Paris. Volumen 10. Número 1-2: 201-208. Paris. Musset, Alain. (1991) De Tlaloc à Hippocrate. L’eau et l’organization de l’espacedans le bassin de Mexico (XVIe-XVIIIesiècle)”. Annales, ESC. Vol. 46. Nº 2: 261-298. Paris.

72 Musset, Alain. (1996)Mudarse o desparecer. Traslado de ciudades Hispanoamericanas y desastres. En: García Acosta, Virginia. (Coord.) Historia y Desastres en América Latina, pp. 41-69. Vol. I, Bogotá: La Red/CIESAS. Obando, Marcos. (1996) Modelo de conducción agrario en el valle de Arequipa. Documento de Trabajo/ 77. Lima: IEP. Ortlieb, Luc. (1995) Eventos El Niño y episodios lluviosos en el Desierto de Atacama: el registro de los últimos dos siglos. Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos. Vol. 24. Nº 3: 519-537. Lima: IFEA. ONERN(1974). Evaluación de los Recursos Naturales de la costa: ríos Quilca y Tambo. Lima: ONERN. Quispe, Edison. Cronología de epidemias y fenómenos naturales en Arequipa, siglos XVIXIX. Inédito. Revel, Jacques y Jean Pierre Peter. (1980) El cuerpo. El hombre enfermo y su historia. En: LeGoff, Jacques y Pierre Nora (Dir.) Hacer la Historia. Vol. III: Nuevos Temas. pp. 173195. Barcelona: LAIA. Romero, Álvaro. (1994) Complementariedad ecológica en los cursos bajos y medios de los valles occidentales. Diálogo Andino/ 13: 79-91. Universidad de Tarapacá, Arica-Chile. Sandweis, Daniel, et. al. (2004)Geoarcheological evidence gormultidecanal natural climatic variability ans ancient Peruvian fisherie”.Quaternary Research, vol. 61: 330-334. Washington: Univerisity of Washington. Warren, Adam. (2009) Recetarios: susautores y lectores en el Perú colonial. Histórica Vol. XXXIII, Nº 1: 11-41.Lima: PUCP. Warren, Adam. (2010) Medicine and Politics in Colonial Peru.Population Growth and the Bourbon Reforms.Pitsburgh: Pitsburgh University Press.

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.