E P I F A N I A GUADALUPANA Por M a n u e l

Gonzalez

Galvan

En la antesacristia de la catedral de Morelia, inmediata al portal de entrada por el atrio del poniente, se conserva una singular pintura (lam. 1) que casi pasa inadvertida en la permanente penumbra de esta habitacion intermedia, penumbra ο tono menor de colocacion que, quizä haya sido intencional, por lo que veremos adelante 1 . El cuadro es un oleo sobre tela, de reguläres proporciones, pues mide unos dos metros de ancho por dos y medio de alto, aproximadamente, ya que resulta dificil de medir con exactitud por la altura en que se encuentra y estar colocado por encima de una cajonera. El lienzo llama la atencion no por calidad tecnica ο acabada factura, sino por la extrana representacion iconogräfica. En una composition muy simple y simetrica, la Virgen Guadalupana de Mexico tiene bajo sus pies a los tres Reyes Magos, mas un gran letrero que ocupa toda la parte inferior y sin mäs explicaciones nos dice con mayusculas: «SOLO MEXICO TIENE ESTA GRAN FELICIDAD». Cabe anadir que, en los ängulos extremos superiores, se encuentran dos medallones pequenos con dos de las apariciones a Juan Diego, con la nota graciosa y de extrem a simetria que consiste en poner al privilegiado indigena hacia el centro del cuadro, de manera que la Virgen en el medallon de la derecha aparece volteando hacia su lado derecho, como es lo normal en la venerada imagen, pero en el medallon de la izquierda voltea hacia su izquierda y la figura se invierte de manera que todo se polariza hacia la gran Guadalupana central y nada escapa a su atencion, ni miradas ni actitudes, ni aiin las flores pues dos ramos de rosas y azucenas, tambien se colocan con tanta simetria que hasta el 1 ) Hace ya bastantes anos, en una nota periodistica titulada «La Guadalupana y los reyes», hab famos consignado el interes iconogräfico, e historico-documental que esta pintura presenta. El breve articulo aparecio en el semanario local de Morelia, Comunidad Cristiana, en la edicion del 16 de Enero de 1955.

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Manuel Gonzalez Galvän

Epifania Guadalupana, Catedral de Morelia.

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Epifania Guadalupana

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numero de flores es igual: siete rosas con cuatro capullos a cada lado y tres azucenas mäs un capullo penden de una sola vara, bajo cada medallon. La inversion de la imagen guadalupana no es frecuente observarla, sin duda por respeto al «sagrado original», pues ni en el relieve guadalupano, con las cuatro apariciones, de la portada oriente del crucero de la catedral moreliana esto aparece, y tal relieve podria haber servido de modelo al cuadro en cuestion, si en cambio recordamos como en Tepotzotlän, en la boveda del crucero derecho del templo jesuita, sobre el retablo dedicado a la Guadalupana, Miguel Cabrera pinta dos apariciones guadalupanas en actitud inversa a partir del centro ο clave de la boveda, en este caso muy logica y arquitectonicamente con el rostro inclinado descendente, pues la Virgen voltea hacia abajo conforme desciende en ambos lados la curva del intrados de la boveda. En nuestro cuadro, al fondo, un estilizado e idealizado paisaje barroco y serrano, marca una linea que divide horizontalmente, por su parte media, todo el conjunto, de manera que la cabeza del querubin tenante es el punto de cruce de los dos principales ejes centrales de composition, uno vertical y el otro horizontal. El apenas apuntado paisaje debe sugerir la geografia volcanica del consabido valle mexicano, escogido por la celestial Senora para su « Epifania» ο particular «Manifestation», puesto que ello es lo que significa la palabra en griego. Epifania Guadalupana que de manera tan barroca como intrigante es lo que esta pintura nos insinüa. De inmediato nos asaltan las preguntas: eQue trasfondo alegorico real pretende el cuadro? t Es un error religioso e historico ο se esconde aqui una sutileza politica que se cuela bajo el patrocinio Mariano? Observemos con mayor calma. Por su caräcter plästico, la pintura parece datar de fines del siglo XVIII, pues aunque no estä fechada en esa epoca, el estilo asi lo denota, a mäs de ser factura muy popular si no es que directamente de mano indigena, pues en el ängulo inferior izquierdo aparece la firma Pitacua Mf, C, sin duda queriendo decir: Pitacua Me fecit. Por otro lado, en el ängulo inferior derecho aparece la inscription: « Renovado por Jesus Perez de la Busta, Mayo 26 de 1877». Tal «renovation» consistio en algunos repintes perceptibles sobre

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Manuel Gonzalez Galvän

todo en el fondo deträs de las figuras, y si para 1877 se considero necesaria esta intervencion en el lienzo, esto nos indica que los avatares del tiempo ya lo habian maltratado y nos corrobora la mayor antigüedad de origen que consideramos de un siglo aproximadamente. Ademäs, el amplio letrero inferior debio anadirse en la ultima fecha anotada, asi lo indica su tipo de letra y sobre todo que esta pintado sobre tabla y no sobre la tela original, tabla que, ahora, a casi otro siglo de tiempo transcurrido, se encuentra en alto grado de apolillamiento. Y . . . volvamos a lo que mäs nos interesa;