Story Transcript
Equipo de misión’2012 Provincia Nuestra Señora de la Asunción Hermanos de la Sagrada Familia
TATUADOS
Oración de la mañana
Educación Infantil Enero, febrero y marzo de 2012
ENERO Lunes, 9 de enero En la reflexión/oración de hoy invitamos a los niños y niñas a compartir cómo han celebrado la Navidad, qué han hecho, qué regalos han recibido, si se los merecían… También pueden compartir sus buenos deseos para el año que empieza.
Martes, 10 de enero Nadie puede vivir en este mundo sin cariño, cuidado ni protección. Hay personas buenas a nuestro alrededor, como nuestros padres, que nos ayudan a crecer y ser mayores. Así lo hicieron María y José con Jesús. El deseo de Dios Padre es que nadie viva en este mundo sin ser querido y respetado. Gracias, Padre Dios, por nuestra madre, por María, la madre de Jesús. Gracias por la vida que nos has regalado por medio de nuestros padres. AMÉN.
Miércoles, 11 de enero Hace muchos años mi papá y mi mamá no se conocían. Cada uno de ellos vivía con su familia. Un día, mis papás se conocieron, se enamoraron y poco después los dos formaron una familia. Yo formo parte de esa familia. Algunas familias son muy parecidas a la mía, y otras son muy diferentes. Una familia está formada por todas las personas que viven juntas, que se quieren, se cuidan y se ayudan. Todos los seres vivos necesitamos cuidados. Cuando yo era un bebé mi mamá me arrullaba, me alimentaba, me bañaba y me vestía, porque yo era muy pequeño y aún no podía cuidarme solo. Ahora también necesito ayuda. Me gusta que me abracen y me cuiden por las noches. En mi familia mi mamá hace la comida y mantiene la casa en orden para que la familia esté cómoda y contenta.
Los miembros de la familia se ayudan entre sí. En casa todos tenemos obligaciones y cooperamos con los papás para vivir contentos. Mis hermanos mayores me cuidan y me ayudan a hacer la tarea.
Jueves, 12 de enero Peluso juega a la pelota cuando, de pronto, ve llegar a su hermana. - ¿Puedo jugar contigo? -le pregunta su hermana Morita. - No- le contesta el osito-. Poco después, Peluso juega a los bolos. Morita quiere jugar con él, pero su hermano no le deja. Entonces, muy enfadada, tira su muñeca contra la pared, y, ¡crac!, se rompe. - ¡Mi muñeca! -lloriquea. Peluso recoge el juguete y dice: - No te preocupes, yo te la arreglaré con pegamento. Entonces la osita reconoce: - Bueno, en realidad no eres tan malo. Hoy pedimos por nuestros hermanos y para que nos ayudemos en casa…
Viernes, 13 de enero Soy feliz ayudando a papá, soy feliz ayudando a mamá, soy feliz cuando juego en casita con papá y mamá.
Un beso a mis papás, es hora de dormir. En casa nos queremos, en casa soy feliz.
Jugando con papá no paro de reír. ¡Qué bien con mi familia! En casa soy feliz.
Te quiero, Padre Dios, mi casa es para ti. Te pones muy contento al verme tan feliz.
Lunes, 16 de enero Los primeros cristianos vivían en pequeños grupos como una buena familia: rezaban juntos, compartían sus cosas, recordaban a Jesús y daban gracias a Dios por su amor. ¿Cuánto comparto y ayudo yo en mi familia?
Martes, 17 de enero Gracias, Padre, porque nos proteges, porque nos ayudas y nos quieres. Somos tu familia, gracias, Padre Dios; danos a tus hijos todo tu amor.
Miércoles, 18 de enero Estamos unidos, muy juntos, juntitos. (Se dan la mano) Gracias, Jesús, por este ratito. (Levantan las manos unidas) Haz que te queramos cada día más (Ponen las manos en el corazón) y así disfrutemos muchísimo más. (Se mandan besos por el aire) Se puede repetir varias veces para aprenderlo juntos.
Jueves, 19 de enero La otra noche, la otra noche, mi hermanito se enfermó, y mi madre le dio un beso y en seguida se curó. Cuando una madre da un beso, se oye el sonido de dos; con ese beso tan santo, otro beso imprime Dios. Damos gracias porque en casa nos cuidan con mucho amor… Gracias por los padres que nos protegen y ayudan…
Viernes, 20 de enero Hacer oración, rezar a Jesús, es hablarle; con el mismo cariño que hablamos con Él tenemos que contar las cosas a los padres, porque ellos nos quieren y también nos dan su cariño. Si dejamos de hacerlo y no existe comunicación no hay familia... Hoy podemos pensar un rato en lo mucho que queremos a nuestra familia
Lunes, 23 de enero Mi maestra me explicó lo importante que es lograr una buena convivencia para muy bien trabajar. Respetar a las personas, decir siempre la verdad es una buena manera de crecer juntos y en paz.
Martes, 24 de enero Los papás de Andrés lo quieren mucho. Todos los días lo despiertan con un beso. Cuando sale del colegio, siempre le preguntan cómo lo ha pasado. Por las tardes juegan con él y le ayudan en las tareas de clase. Sin embargo, Andrés casi nunca les da un beso, no les da las gracias por nada, se enfada en seguida… Por ello, los papás de Andrés están un poco tristes. Su abuelo se ha dado cuenta y le ha preguntado. - Andrés, ¿tú quieres a tus papás? - Sí, mucho -contestó Andrés. - Pues entonces tienes que expresarles tu amor con gestos de cariño. Andrés se quedó muy pensativo. Al día siguiente, dibujó una flor y se la regaló a sus padres. También les dio un abrazo y les dijo que los quería mucho. Desde entonces, son más felices porque todos se demuestran su cariño.
Miércoles, 25 de enero Mi familia son los que me quieren, los que me cuidan, los que me enseñan a vivir la vida.
Mi familia son los que me ayudan, los que me animan, los que me enseñan a vivir la vida.
No me importa si están lejos. No me importa si están cerca. Nosotros siempre nos queremos, estemos donde estemos.
Jueves, 26 de enero Gracias, Señor, por mis padres. Gracias por mi madre, amable y sencilla. Gracias por mi padre, cariñoso y atento. Gracias por mis hermanos y hermanas. Gracias, Señor, porque me has dado una familia que me quiere.
Viernes, 27 de enero Jesús, quiero pedirte hoy por toda mi familia. Mi papá, mi mamá, mis hermanos… que siempre puedan ser felices, que se quieran mucho. Que mis hermanos y yo estudiemos todo lo que aprendemos en la escuela, que ayudemos en casa sin protestar, y que aprendamos a jugar juntos y a llevarnos bien. Por todos los que nos rodean para que formemos una sola familia, donde siempre nos acompañes, y que vivamos muy unidos haciendo crecer tu inmenso amor en medio de nosotros todos los días, en todo momento. Que así sea, buen Jesús.
Lunes, 30 de enero Este domingo Elena, David y sus padres han ido de excursión al campo. Han llegado hasta un pueblo al pie de la montaña, y, en ese momento, han empezado a tocar las campanas. - ¿Qué es lo que se oye?, pregunta David. - Son las campanas, que avisan que va a empezar la Misa, contesta Elena. Sus padres les llaman para entrar en la iglesia. Elena y David corren hacia ellos y entran contentos de la mano. La iglesia es el lugar, la casa donde nos reunimos la familia de los cristianos.
Martes, 31 de enero Al terminar este mes de la Sagrada Familia, damos gracias a Jesús, María y José por todo lo que nos han ayudado a lo largo de él, y les pedimos que nos protejan y ayuden, porque son nuestros amigos. Lo hacemos con esta oración: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ, BENDECIDNOS Y HACED QUE OS QUERAMOS CADA DÍA UN POCO MÁS. AMÉN.
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FEBRERO Miércoles, 1 de febrero Señor Jesús, estoy contento por muchas cosas, y te doy gracias por todo lo bueno que me has dado. Pero te doy gracias, sobre todo, porque estás siempre conmigo, como un amigo que nunca falla. Gracias, Jesús.
Jueves, 2 de febrero Amigo Jesús: que en mis ojos se refleje tu mirada; que en mis manos se reflejen tus gestos; que en mi rostro se refleje tu sonrisa; que en mi corazón se reflejen tus sentimientos; que en mis labios se reflejen tus palabras; que de mi lengua salgan las palabras justas para decirte que te alabo y, por supuesto, para expresarte que te quiero.
Viernes, 3 de febrero ¡Ay, sí, sí! ¡Ay, sí, sí! Cinco sentidos tenemos, yo te lo voy a decir. ¡Sí, señor! ¡Sí, señor! Por esos cinco sentidos, damos las gracias a Dios.
Los ojos son para ver, la lengua para chupar, las manos para tocar y la nariz para oler. La oreja para escuchar lo que me quieres decir; los labios para besarte y poderte sonreír
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Lunes, 6 de febrero Sonreír es contagioso, y se contagia como una gripe. Cuando alguien hoy me sonrió, yo también empecé a sonreír. Mantén esta sonrisa en movimiento: ¡¡Todos necesitamos una sonrisa!!
Martes, 7 de febrero Jesús, mi buen amigo, quiero pedirte hoy por todos los niños que viven en la calle, que están solos, abandonados, desprotegidos, sin un papá o una mamá que los cuide y los quiera.
Ayúdame a descubrir tu rostro en cada niño que sufre, y enséñame a ser solidario. Puedo y quiero ayudar. Que no viva indiferente. Dame fuerzas para vivir un amor grande como el tuyo. Que no me quede en palabras, como le pasa a tantos adultos. Enséñame a amar de verdad.
Miércoles, 8 de febrero Aunque no lo veo, mi Dios piensa en mí. Si me ve contento, se siente feliz. Yo te mando un beso desde aquí. Sigue junto a mí, sabes que te quiero; ME HACES MUY FELIZ.
Jueves, 9 de febrero Mira con amor a los niños que rezan y a aquellos que no te conocen, a los niños que van a escuela, y a los niños que no pueden, a los niños que tienen una familia unida, y a aquellos que sufren por no ser así, a los niños que tienen una bella casa, y a aquellos que viven en la calle, a todos los niños de buena voluntad que quieren ayudarte a construir un mundo nuevo. Amén. 9
Viernes, 10 de febrero Cada parte de mi cuerpo es interesante. Con mis brazos cojo cosas y puedo abrazarte. ¡Qué importante es mi cuerpo! Yo lo cuido con amor: mis oídos, mi cabello, mi nariz, mi corazón.
Con mis piernas corro, ando. Veo con mis ojos. Con mis labios te doy besos súper cariñosos. ¡Qué importante es mi cuerpo! Yo lo cuido con amor: mis oídos, mi cabello, mi nariz, mi corazón.
Lunes, 13 de febrero - ¡Niños, nos vamos de compras! -dijeron papá y mamá. - ¡Yupiii! -gritaron alegres Pablo y María. Les encantaba salir de compras. Lo primero que hicieron al salir a la calle fue saludar a la farola que vivía junto a su casa. Siempre la saludaban. - ¡Hola, farola!, y se le iluminaba la nariz de alegría. Pero aquel día, la farola estaba triste. Se había quedado sin luz. ¡Pobre farola! - No te preocupes, farolita. Pronto vendrá Genaro y te regalará una bombilla nueva -dijo maría tirándole un besito. Luego se acercaron al quiosco para comprar el periódico. Roque, el quiosquero siempre les hacía preguntas divertidas: - ¿Qué cosita es que te da en la cara y no la ves? ¿Qué será, qué será... que es redonda y sirve para jugar? Y al despedirse, les regaló una tira larga de regaliz. Después fueron a la frutería. La dueña se llama Carmela, y tiene frutas de todos los colores. Cuando los ve llegar, siempre dice: - ¡Qué alegría! ¡Pablo y María vienen a mi frutería! Carmela siempre les enseña a conocer las frutas. - ¿A que no sabéis cómo se llama esta fruta? ¿Y esta otra? ¿Y aquella de allí? Y también se inventa poesías divertidas: - Una chirimoya y un aguacate se fueron de paseo con un tomate. A continuación fueron a la panadería. Eran capaces de llegar hasta ella con los ojos cerrados. ¿Sabéis por qué? Porque el señor Ramón, que es el dueño, hace unos pasteles tan ricos, tan ricos que dejan un aroma delicioso por toda la calle. Al llegar a la pastelería, mamá y papá siempre saludan al señor Ramón: - Buenos días, señor Ramón. ¿Qué tal se encuentra hoy? - Hoy me encuentro muy, pero que muy bien. Y tengo un pan calentito y unos dulces de nata riquísimos. Y les da a probar uno de sus estupendos bollitos de nata. Y así, mientras papá y mamá hacían las compras, Pablo y María fueron saludando a todos los amigos del barrio. Luego regresaron a casa, y su amiga la farola los recibió con una sonrisa, apagando y encendiendo la luz. ¡Tenía luz! Claro, Genaro, el electricista del ayuntamiento, le había puesto una bombilla nueva. Ahora la farola podía sonreír de nuevo; y de noche, con su luz, podía alumbrar a todas las personas del barrio. Pablo y maría, papá y mamá, eran felices en su barrio. ¡Tenían tantos amigos! 10
Martes, 14 de febrero Gracias, Padre Dios, por todas las personas de nuestro barrio que nos quieren y ayudan. Gracias, Padre Dios, porque nosotros también podemos ayudar a los demás. Gracias, Padre Dios, por las personas buenas que ayudan a los que lo necesitan.
Miércoles, 15 de febrero Una pequeña locomotora de vapor debía arrastrar un largo tren. Andaba muy bien, hasta que llegó a una empinada colina. Entonces, por mucho que se esforzaba, no lograba mover el largo tren. Tiró y tiró. Sopló y resopló. Retrocedió y avanzó: ¡Chu-chu! ¡Chu-chu! Pero era inútil. Los vagones no subían por la colina. Al final, la locomotora dejó el tren y echó a andar sola por las vías. ¿Creéis que había dejado de trabajar? ¡Claro que no! Iba en busca de ayuda: -Sin duda, encontraré a alguien que me ayude -pensaba. La pequeña locomotora cruzó la colina y continuó la marcha: ¡Chu-chu! ¡Chu-chu! Pronto vio una gran locomotora de vapor que se encontraba a un lado. Parecía muy grande y fuerte. Pasando al lado, la pequeña locomotora dijo: -¿Me ayudarías a traer mi tren desde el otro lado de la colina? Es tan largo y pesado que no puedo subirlo. La locomotora grande miró a la locomotora pequeña. -¿No ves que he terminado mi día de trabajo? –dijo-. Me han fregado y limpiado para mi próximo viaje. No, no puedo ayudarte. La pequeña locomotora lo lamentó, pero continuó su camino: ¡Chu-chu! ¡Chu-chu! Pronto llegó hasta otra locomotora grande: estaba descansando. Soplaba y resoplaba, como si estuviera cansada. -Ella podrá ayudarme, pensó la pequeña locomotora. Se le acercó y preguntó: -¿Me ayudarías a traer mi tren desde el otro lado de la colina? Es tan largo y pesado que no puedo subirlo. La segunda locomotora respondió: -Acabo de llegar de un viaje muy largo. ¿No ves que estoy muy cansada? ¿No puedes conseguir otra máquina que te ayude? -Lo intentaré -dijo la pequeña locomotora- y reanudó la marcha: ¡Chu-chu! ¡Chu-chu! Al rato se encontró con una locomotora pequeña, igual que ella. Se le acercó y dijo: -¿Me ayudarías a traer mi tren desde el otro lado de la colina? Es tan largo y pesado que no puedo subirlo. -Claro que sí –dijo la locomotora pequeña-. Me alegrará ayudarte, si puedo.
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Así las pequeñas locomotoras regresaron a donde estaba el tren. Una locomotora se puso a la cabeza del tren, y la otra en la cola. Resoplaron, chirriaron, pistonearon, y al final arrancaron. Poco a poco los vagones se pusieron en movimiento. Poco a poco subieron la empinada colina. Mientras subían, las dos locomotoras se pusieron a cantar: -¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Creo-que-puedo! ¡Y pudieron! Muy pronto habían subido la colina y bajaban por la otra ladera. Ahora estaban de nuevo en la llanura, y la pequeña locomotora podía arrastrar el tren sin ayuda. Así que agradeció a la otra locomotora su ayuda y se despidió. Y mientras continuaba alegremente su camino, canturreaba: ¡Creí-que-podía! ¡Creí-que-podía! ¡Creí-que-podía! ¡Creí-que-podía! ¡Creí-que-podía!
Jueves, 16 de febrero Con los labios sé besar, con mis brazos abrazar. Con las manos sé aplaudir y rascarme la nariz. Con las piernas sé saltar y a la pata coja andar. Con mi boca, Padre Dios, te regalo mi oración
Por la noche, por el día, salto y corro, brinco de alegría, juego al corro y al balón y eso le gusta a mi Padre Dios. Con las manos y los pies sé bailar como un ciempiés.
Viernes, 17 de febrero Padre, Padre y Padre nuestro: todos juntos te queremos. Eres un Padre estupendo. Eres un Padre muy bueno, y aunque vives en el cielo, con nosotros te queremos.
Queremos que nos ayudes, y queremos ayudarte. Queremos que nos perdones, y queremos perdonar. Queremos pan para todos. Queremos paz y alegría. Queremos que nos lo des a todos y cada día. 12
Lunes, 20 de febrero Había una gran cabaña de madera en el bosque donde todo el mundo decía que vivía una bruja muy mala, muy mala. Nunca nadie se había atrevido a entrar. Un día, mientras recogía hojas para un trabajo de su escuela, un chico se acercó a la cabaña. La curiosidad le llevó a entrar al jardín, y luego se acercó a una de las ventanas de la cabaña, pero no pudo ver nada. Como quería saber lo que había, pensó que no le pasaría nada, y entró en la casa. Parecía que estaba vacía que no había nadie. Pero al fondo divisó una viejecita que removía la cuchara junto al fuego. Se acercó con mucho cuidado, y la tocó en el hombro: - Buenas tardes, señora. - Hola muchacho -respondió ella. ¿No tienes miedo de mí? La pobre anciana estaba muy arrugada y no tenía dientes. El muchacho dijo que no. La anciana se puso muy contenta, e invitó al muchacho a merendar. Le contó que de joven había sido un hada buena, pero cuando se hizo mayor todo el mundo creyó que era una bruja, y no podía ir a la ciudad. Ya se había acostumbrado a vivir sola en aquella cabaña, pero siempre le gustaba pensar que algún día alguien entraría a verla; y así fue. Como el muchacho fue tan amable con ella, le dijo que le pidiera un deseo, pues se lo concedería. Y el muchacho de buen corazón, viendo a la anciana tan contenta por su visita, le pidió que su jardín se convirtiera en un parque infantil para niños. Y así fue: todos los niños jugaban allí, y la anciana les hacía la merienda, siendo muy feliz, muy feliz al saber que la gente ya no le tenía miedo. Y todo el mundo la llamaba cariñosamente ‘‘la bruja cocinera’’.
Martes, 21 de febrero Te saludo con cariño con abrazos de turrón, caramelos de alegría y besitos de bombón. ¡Hola, hola, hola!, voy a saludar:
dame la mano; ¿cómo estás? ¡Hola, hola, hola!, voy a saludar: con un besito de amistad.
Miércoles, 22 de febrero
¡Hola, hola, hola!, voy a saludar: con este baile de amistad.
Miércoles de ceniza
Si quieres ayudar a algún amigo a ser feliz, aprende esta receta de alegría con perejil. Regálale un besito con ruido de champán, con todos tus juguetes déjale jugar. Regálale cosquillas, no pares de reír, invítale a un cachito de tu regaliz. Invítale una tarde a casa a merendar, jugad al escondite sin alborotar. 13
Jueves, 23 de febrero Hace muchos, muchos pero que muchos años, vivía una niña en un pueblecito muy pequeño donde apenas había tiendas. Siempre había soñado con tener un caballito balancín. Un día su papá fue a la ciudad, y le compró el caballito para su cumpleaños. ¡Menuda alegría se llevó su hija cuando lo vio! Lo colocó junto a la ventana para poder cabalgar viendo el paisaje. Pero pasaron unas semanas, y la niña se cansó del caballito, y lo arrinconó. El caballito ya no podía ver el paisaje, y nadie jugaba con él. Cada día que pasaba esta más triste. Un día un amiguito de la niña estuvo comiendo en su casa, y vio el caballito. - ¿Me dejas jugar con él? -preguntó el niño. - Bueno, como quieras, a mí ya no me gusta. El niño montó en el caballo, pero éste no se balanceaba. Por más que el niño se movía el caballito estaba quieto. Muy asustado, el niño salió en busca de su amiga. La niña, creyendo que era una broma, entró y pudo comprobar que ya no podía cabalgar en su caballito. Revisando el caballito, vio que en su cara había unas lagrimitas. El caballito estaba triste, pues nadie le hacía caso. La niña comprendió a su caballito, y se lo regaló a su amigo, pues eran muchos hermanos. Así, el caballito nunca más estuvo abandonado, y siempre jugaban con él. Y además de ser muy feliz, hizo felices a todos los niños de la casa.
Viernes, 24 de febrero Al bajar del autobús, camino del colegio, Rodrigo paseaba todos los días cerca de una chabola; estaba hecha de ladrillos viejos y maderas, con el techo de aluminio y las ventanas de plástico. Sentados en la puerta, unos niños de corta edad; el pequeño apenas balbuceaba dos palabras nada más. Al ver a Rodrigo se quedaban embobados viendo sus bonitas ropas y su cartera, y entre ellos murmuraban: ¡Qué feliz será ese niño, con tantas cositas bellas y una buena cazadora que le calma del frío en el invierno! - Seguro que vivirá en una linda casita, rodeado de gente que le quiere, tendrá juguetes y una cama dónde dormir. Tendrá un colegio, una maestra que le enseñará del mundo todo lo más hermoso y le contará historias. Podría ir al parque, al zoo y de excursión… Rodrigo escuchaba sus voces infantiles y el balbuceo del más pequeño, y su cara inocente de niño tierno se llenaba de lágrimas y desconsuelo. 14
Él hizo lo que pudo por ayudarles: les traía ropa y alimentos muchas veces, pero eso no era todo lo que él quería, no era lo justo. Los niños deberían tener derecho a que sus sueños les hicieran crecer, a no pasar hambre, miserias ni sed. Derecho a aprenderlo todo sobre la libertad, a ser solidario y a saber amar. Rodrigo volvió a aquella casita; un día un chaval le dio en su manita una figura de madera que él mismo había tallado con un viejo cuchillo y muchas horas de trabajo. Era la figura de un niño que él mismo había pintado: era un niño de cabellos rubios y pelo rizado. La cara llena de bondad, que refleja un alma limpia. Al cogerlo, Rodrigo lloró, al sentir la gratitud del chaval. Siguió paseando por allí, hasta que un día se hizo mayor, dejó el colegio y se marchó, y nunca más volvió. Pero en una estantería de su habitación guardada en un sitio muy especial un tesoro, un tesoro de amor que un día le talló un chaval.
Lunes, 27 de febrero Bendita la luz del día y el Señor que nos la envía. ¡Bendito el Niño Jesús, bendita Santa María! Amén!
Martes, 28 de febrero El viejo Alberto se rompió una pierna. Está triste porque ya no puede trabajar en el jardín. - ¡Se le va a estropear todo! Pamela, Silvia y Samuel están hablando de él. Vamos a acercarnos para escuchar lo que dicen… - ¡Me gustaría tanto poder ayudarle!, dice Pamela. - ¡Es tan bueno con nosotros!, añade Samuel. - ¿Por qué no le ayudamos a limpiar su huerto?, propone Silvia. - Y, ¿no sería mejor darle una sorpresa?, dice Samuel. - ¡Qué buena idea!, aprueban, sonriendo, las niñas. ¿Vamos? Se ponen a trabajar, y dos horas más tarde está terminada la faena. Los tres amigos, con tierra hasta las cejas, llaman a la puerta del viejo Alberto, que, refunfuñando, se levanta del sillón, coge las muletas y abre la puesta. - ¡Tenemos una sorpresa1, ¡ven a verla!, dicen los niños. El viejo Alberto los sigue, y cuando ve su huerto se le hace un nudo en la garganta. Abraza a los niños, que ríen muy contentos de ver por fin feliz a Alberto.
Miércoles, 29 de febrero Comentan el cuento del día anterior y se hace un listado de “buenas acciones” que han hecho en su vida. 15
MARZO Jueves, 1 de marzo Todos los días, Pablo pide a sus padres que lo apunten a jugar a baloncesto. Sus padres le responden: - No puede ser, Pablo. No tenemos tiempo para llevarte. Pero como está triste, y sigue pidiéndolo, lo han apuntado. Cuando Pablo tiene entrenamiento, sus padres tienen que levantarse muy temprano para dejar la casa ordenada y, así, poder llevarlo por la tarde. También han tenido que trabajar más para comprarle el equipo: el palo de jockey, las botas…. Un día, su mamá se puso enferma y no pudieron llevarlo. Pablo se enfadó. Entonces, su papá le explicó que debía aprender a agradecer el sacrificio que hacían para que él pudiera entrenar. Pablo se dio cuenta de su mal comportamiento y descubrió lo mucho que sus papás lo querían, porque se sacrificaban por él. Pablo abrazó s sus padres y les dio las gracias. REFLEXIÓN: Agradecer a mis papás todo lo que hacen por mí.
Viernes, 2 de marzo Jesús, yo sé que me quieres, a veces te hago enfadar; hoy te lo digo bajito: “me tienes que perdonar”. Hago enfadar a los profes y no me quiero callar, o no hago caso a mis padres: “me tienes que perdonar”. Con lo chicos bueno, bueno, ayúdame, por favor, a perdonarlos a todos y a ser un poco mejor.
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Lunes, 5 de marzo Hay un tesoro escondido, yo lo quisiera encontrar; lo busco por los caminos, lo busco por la ciudad.
Hay un tesoro escondido No es plata, no es oro, es amor; es un tesoro escondido dentro de tu corazón.
No busques por las montañas ni por el fondo del mar. ¿Dónde estará ese tesoro? ¡Quién sabe dónde estará!
Dime, Jesús, el camino para poderlo encontrar. “Amor, cariño, alegría, ser bueno con los demás”. La vida es una aventura, Jesús me acompañará; quiero encontrar el tesoro que da la felicidad.
Martes, 6 de marzo - Abuelo, ¿verdad que la vida es muy bonita? - Sí, Ana. La vida es lo más hermoso que podemos tener, pero…aún podemos hacer que la vida sea más bella. - ¿Sí?, ¿cómo?, intervino Ana. - Compartiendo nuestra vida con los demás. Te propongo un juego; yo te digo nombres de personas que conoces y tú me dices cómo embellecen la vida. - ¡Vale, abuelo! El abuelo comenzó a citar nombres y Ana, a responder. - ¿Cómo embellece la vida…? -… - ¿Cómo embellece la vida Jesús? - Jesús hizo el bien y dio la vida por los hombres. Ana contestó muy bien a ésta y a todas las preguntas del abuelo. El abuelo sonrió y dijo: - Ana, tú también embelleces la vida.
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Miércoles, 7 de marzo Tú, Señor, que fuiste niño, y que siempre me acompañas; a ti, que nunca me engañas, y me tratas con cariño, te ofrezco mis pocos años te ofrezco mis muchos sueños. Líbrame de todo daño, porque tú eres mi dueño.
Jueves, 8 de marzo Está amaneciendo, y la nave en la que viaja Clik-Clik aterriza suavemente en un campo cubierto de alfalfa. Unas vacas que por allí pastan se has asustado un poco, pero enseguida han continuado rumiando. Sus grandes ojos miran sin mucho entusiasmo a este extraño intruso. Clik-Clik ha saltado sobre la hierba fresca de la mañana. Su cuerpo de hojalata, tornillos y circuitos se mueve acompasadamente. Su cabeza de metal brillante se enciende y apaga una y otra vez. El robotito, por una vez en la vida, va a jugar a hacerse niño. Muy despacito, para no ser observado, su cabecilla iluminada se asoma por la ventana del patio del colegio. “¡Cuántos niños! ¡Qué chuli poder estar junto a ellos…! ¿Y si me acerco un poco más? Pero no, Clik-Clik se conforma con mirar y observar lo que pasa. Es la hora del recreo, y todos los niños parecen muy contentos: juegan y se prestan los juguetes; ríen, saltan y charlan muy animados. Alguien se ha caído, y un peque le ayuda a levantarse. ¡Qué diferente es la vida en el patio de recreo del robotito! Allí cada uno va a lo suyo, cumple aquello para lo que ha sido programado, nadie piensa en nadie, y lo peor es que no saben jugar, ni reír, ni saltar… ¿Qué tendrán los niños para poder vivir así? Distraído como está, Clik-Clik no se ha dado cuenta de que alguien está a su lado. Es Gema, la niña del baby rosa. Como si le conociera de toda la vida, se ha acercado a él y le ha plantado un hermoso beso en su frente lisa y metálica. Clik-Clik no sale de su asombro. ¿Por qué se comportan así los 18
niños? ¿Por qué en su mundo los robotitos no saben hacer estas cosas? Si Gema se lo explicase… daría hasta uno de sus complicados circuitos para comprender la diferencia. Pero no hace falta: Gema está dispuesta a explicarlo todo, y no utilizará ni una sola palabra. La niña coge la mano del robotito y –lentamente- la aproxima a su corazón. Clik-Clik siente un movimiento extraño: pom, pom, pom… Su cuerpecillo metálico empieza a sentir una fuerza muy rara: tiene ganas de sonreír a todo el mundo, de jugar, de saltar…, de querer a todos. Y así, casi sin notarlo, el cuerpecillo metálico empieza a tener algo vivo dentro: pom, pom, pom...: En el robotito programado, llamado Clik-Clik, ha nacido un corazón de niño.
Viernes, 9 de marzo Llévame de tu mano, Padre bueno; quiero estar a tu lado, yo te quiero. Cuando voy al colegio, cuando salgo al recreo, tú caminas conmigo aunque yo no te veo. No me asusta la noche, me acaricias si duermo; siempre estás a mi lado, Padre bueno.
Lunes, 12 de marzo Quiero a mis amigos, quiero a mis papás, quiero a mis abuelos, ¡qué felicidad!
Ven a visitarme, ven a merendar, ven a mi casita, vamos a jugar.
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Dios me da cariño, Dios me da su amor, Dios me da un besito, ¡gracias, Padre Dios.
Martes, 13 de marzo Para ti, Señor de mi alma por ti, que tanto me quieres me pongo a hacer los deberes, con ilusión y con calma Y porque tú eres mi amigo te ofrezco todo, Jesús, quiero trabajar contigo, a tu lado y como tú.
Miércoles, 14 de marzo Es hora de irse a dormir. Laura se acuesta y su mamá va a charlar un rato con ella al lado de su cama. -¿Sabes, mamá?, esta semana soy la encargada de cuidar la planta de la clase. -¿Y qué tienes que hacer? - Pues regarla, ponerla cerca de la ventana, limpiar sus hojas… - Muy bien, hija. ¿Y qué más has hecho hoy? - He jugado mucho en el recreo… Pero hay un niño que no juega con nadie; siempre está solo. - ¿Y por qué no juega con nadie? - Pues no lo sé. - ¿Te has acercado a él para decirle que juegue contigo? - No - Laura, ¿a ti te gustaría estar sola y no jugar con nadie? - Pues no. Claro que no. - Pues igual que cuidas con cariño la planta de la clase, puedes cuidar a ese niño. Él es mucho más importante, porque es una persona. Laura se quedó pensativa. Su mamá la arropó y le dio un beso. - Y ahora, a dormir. ¡Buenas noches, Laura! - ¡Buenas noches, Mamá!
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Jueves, 15 de marzo Esto, Señor, te lo doy y con mi amor te lo envuelvo, lo que tengo y lo que soy a tus manos lo devuelvo. ¿Qué le regalamos a Jesús cada día?
Viernes, 16 de marzo Si quieres ayudar a algún amigo a ser feliz, aprende esta receta de alegría con perejil.
Regálale cosquillas, no pares de reír, invítale a un cachito de tu regaliz.
Regálale un besito con ruido de champán, con todos tus juguetes déjale jugar.
Invítale una tarde a casa a merendar, jugad al escondite sin alborotar.
Lunes, 19 de marzo Querido Jesús me ves pequeñito puedo enfadarte o bien ser tu amigo. Pero quiero decirte que cuentes conmigo. soy pequeño, pero puedo amar y aunque no soy rico también puedo dar.
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Martes, 20 de marzo Pa-pa para el cielo voy, pe-pe perdonado soy, pi-pi piadoso es Dios, po-po porque él me salvó, pa-pe-pi-po puro soy, y con él seguro estoy.
Miércoles, 21 de marzo - ¡Ya es primavera! -gritó el abuelo ratón una mañana, al abrir la puerta de su casa-. ¡Salid todos! - Cuando yo era un pequeño ratoncillo, iba a recoger las primeras flores de la primavera, y hacía ramos de narcisos y prímulas para mi madre. - ¡Vamos!, vosotros podéis hacerlo también. Y así decoraremos nuestra casa con los colores de la primavera.
Jueves, 22 de marzo Este era un pobre campesino, cuya única riqueza consistía en un pequeño campo sembrado de maíz. Trabajaba todo el día en él, arrancando la hierba y enderezando las matas. El campesino estaba triste porque, por falta de agua, el maíz estaba marchito y temía que se secara. Un día, mientras veía el cielo con tristeza, desde una buena nube dos gotas de agua lo miraron, y una de ellas le dijo a la otra: - El campesino está muy triste porque su maíz se muere de sed. Quiero hacerle algún bien. - Sí -contestó la otra-, pero piensa que eres sólo una gota, y no conseguirás humedecer siquiera una mata de maíz. - Bien -replicó la primera-, aún cuando soy pequeña haré lo que pueda. Y, al decirlo, se desprendió de la nube. Aún no había llegado a la tierra, cuando otra gotita dijo: - Yo iré también. - Y yo, y yo,... - gritaron muchas gotas. Al poco tiempo, miles de gotitas caían sobre el maíz en ruidoso aguacero. Agradecido, se enderezó enseguida, y el campesino obtuvo una cosecha abundante de maíz. Todo porque una pequeña gota de agua se decidió a hacer lo que podía. 22
Viernes, 23 de marzo El Sol tiene frío, no quiere salir, metido entre las nubes, se ha puesto a dormir. Lo llama la Tierra, lo llama la flor; el Sol está sordo a todo clamor. Los pájaros piden un rayo solar, sin esa caricia no pueden cantar. ¡Que deje la cama ese grandullón! ¡Arriba!, que cumpla con su obligación. Por las calles del cielo que se deje ver, que todos los nenes queremos correr. Que no haya caprichos y venga a alumbrar, bajo el tibio rayo queremos jugar.
Lunes, 26 de marzo Me quiere, me cuida, me besa, me mima, Dios me da su amor. Te quiero, te hablo, te canto, te amo. Yo te doy mi amor. Aunque no lo veo, mi Dios piensa en mí.
Si me ve contento se siente feliz. Yo te mando un beso desde aquí. Sigue junto a mí, sabes que te quiero; me haces muy feliz.
Martes, 27 de marzo Dios me protege, guía mis pasos, vela mis sueños, duermo en sus brazos. Es como un árbol mi Padre Dios: duermo en sus brazos, me da su amor.
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Miércoles, 28 de marzo Había una vez dos conejos que eran muy amigos; todos los días, tempranito, iban juntos a trabajar en el campo. ‘Orejitas’ era pequeño y retozón, y ‘Orejotas’ grande y serio. Cuando iban a trabajar, lo hacían cantando: Somos dos conejos muy trabajadores Por las mañanitas recogemos coles, Somos dos conejos muy trabajadores Sembramos tomate, zanahoria y coles. Así todos los días, tempranito, hasta que llegó el momento de recoger la cosecha. ‘Orejotas’, que era el más grande, cogió tres sacos con la cosecha para él, y solo le dio un saco a ‘Orejitas’, que, muy disgustado, le preguntó: - ¿Por qué me has dado solo un saco a mí y tres para ti? Doña Lechuza, que los estaba observando, le dijo a ‘Orejotas’: - Eso que has hecho no está bien, si siempre habéis trabajado juntos, debes compartir la cosecha a partes iguales. - Pero yo soy más grande -respondió Orejotas. - Eso no es importante; lo más importante es que sois amigos, y que hicisteis el mismo trabajo. Orejotas comprendió, le pidió disculpas a ‘Orejitas’ y le entregó otro saco con cosecha. Se pusieron contentos los dos y comenzaron a cantar: Somos dos conejos muy trabajadores Por las mañanitas recogemos coles, Somos dos conejos muy trabajadores Sembramos tomate, zanahoria y coles.
Jueves, 29 de marzo Merengue de amor, bizcocho de paz, besitos de nata, turrón de amistad.
Abrazos de anís, cariño suflé, confites de amigo, caricias de miel. Remuévela bien, con un cucharón; 24
saldrá calentita de tu corazón. Se debe comer con crema de amor con muchos amigos, con una canción
Viernes, 30 de marzo En una casita, en lo alto de una montaña, vivía hace tiempo una viejecita muy buena y cariñosa. Tenía el pelo blanco y la piel de su cara era tan clara como los rayos del sol. Estaba muy sola y un poco triste, porque nadie iba a visitarla. Lo único que poseía era un viejo baúl y la compañía de una arañita muy trabajadora, que siempre le acompañaba cuando tejía y hacía labores. La pequeña araña conocía muy bien cuándo la viejecita era feliz y cuándo no. Desde muy pequeña la observaba, y había aprendido tanto de ella que pensó que sería buena idea intentar que bajara al pueblo para hablar con los demás. Así aprenderían todo lo que ella podía enseñarles. Ella les enseñaría a ser valientes cuando estuvieran solos, a ser fuertes para vencer los problemas de cada día, y algo muy, muy importante: a crear ilusiones, sueños y fantasías. Las horas pasaban junto a la chimenea, y las dos se entretenían bordando y haciendo punto. La viejecita apenas podías sostener las madejas y los hilos en sus brazos. - ¡Qué cansada me siento!, ¡me pesan mucho estas agujas! La arañita la mimaba y la sonreía. Un día, la araña pensó que ya había llegado el momento de poner en práctica su idea. - ¿Sabes lo que haremos? ¡Iremos al mercado a vender nuestras labores! ¡Así ganaremos dinero y podremos ver a otras personas y hablar con ellas! La anciana no estaba muy convencida. - ¡Hace mucho tiempo que no hablo con nadie!, dijo la anciana. - ¿Crees que puede importarle a alguien lo que yo le diga? - ¡Claro que sí! ¡Verás cómo nos divertimos! Se pusieron en marcha, bajaron despacito pero sin pausa, como quien no quiere perder ni un minuto de la vida. Iban admirando el paisaje. Llegaron al mercado y extendieron sus bordados sobre una gran mesa. Todo el mundo se paraba a mirarlos. ¡Eran tan bonitos! La gente les compró todo lo que llevaban. ¡Además, hicieron buenos amigos! 25
Enseguida los demás se dieron cuenta de la gran persona que era la viejecita, y le pedían consejo sobre sus problemillas. Al principio le daba un poco de vergüenza que todo el mundo la preguntara cosas. Pero, poco a poco, descubrió el gran valor que tienen las palabras, y cómo muchas veces una palabra ayuda a superar las tristezas. Palabras llenas de cariño como: ¡Ánimo, adelante, puedes conseguirlo! ¡Confía en ti, cree en ti! Ella también aprendió ese día que las cosas que sentimos en el corazón debemos sacarlas fuera, quizá los otros puedan aprovecharlas para su vida. La arañita le decía a la anciana: ¡Deja volar tus sentimientos, sé alegre, espontánea, ofrece siempre lo mejor de ti! La viejecita y la araña partieron hacia su casita de la montaña. Siguieron haciendo bordados y bordados. Trabajaban mucho, y cuando llegaba la noche la araña se iba a su rinconcito a dormir. La anciana se despedía de ella y le decía: -¡Gracias por ser mi amiga! ¡Un amigo es más valioso que joyas y riquezas, llora y ríe contigo y también sueña! Mientras sentía estos pensamientos, la viejecita se iba quedando dormida, sus ojos cansados se cerraron y la paz brilló en su cara. La luna les acompañaba e iluminaba la pequeña casita y nunca, nunca, estaban solas. Más allá, muy lejos, sus seres queridos velaban sus sueños.
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TEXTOS SEMANA SANTA (Cada cole lo adapta a sus vacaciones) Cada día se puede leer o comentar ADAPTANDO las palabras, uno de los días de la Semana Santa para que los entiendan mejor…
Domingo de Ramos Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Es por esto que nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa. Jueves Santo Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicio. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su Cuerpo y su Sangre. Es el Jueves Santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la Última Cena, Jesús se fue a orar al Huerto de los Olivos. Viernes Santo Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilatos, la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo Conmemoramos con un Vía crucis solemne con la ceremonia de la adoración de la cruz. Sábado Santo El sábado recuerda el día que pasó Jesús entre la muerte y la Resurrección. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. También se suele rezar el rosario y dar el Pésame a Nuestra Madre Santísima. Por la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual en la que nos preparamos para el momento de la Resurrección de Jesús. Vigilia significa “la tarde y la noche anteriores a una fiesta”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos. Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua Pascua es el paso de la muerte a la vida. Es el día más importante y alegre para todos nosotros los católicos ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. 27
EQUIPO DE MISIÓN SAFA Oración de la mañana 28