ERNESTO DAMIÁN SÁNCHEZ ANCE APUNTES HISTÓRICOS E IDENTITARIOS

ERNESTO DAMIÁN SÁNCHEZ ANCE APUNTES HISTÓRICOS E IDENTITARIOS San Miguel de Tucumán - Junio de 2013 1 Ernesto Damián Sánchez Ance APUNTES HISTÓR

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Story Transcript

ERNESTO DAMIÁN SÁNCHEZ ANCE

APUNTES HISTÓRICOS E IDENTITARIOS

San Miguel de Tucumán - Junio de 2013

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Ernesto Damián Sánchez Ance

APUNTES HISTÓRICOS E IDENTITARIOS Registro de la Propiedad Intelectual: En Trámite ISBN: En Trámite.

Ernesto Damián Sánchez Ance autoriza la reproducción de lo aquí publicado por el medio que fuere, con sólo citar la fuente. Imagen de Portada: Campanario de la Torre Mallku, ubicada frente a la plaza de la localidad de Macha (Potosí Bolivia), en la que se estableció el Cuartel General del Ejército Auxiliar del Perú comandado por Manuel Belgrano entre las batallas de Vilcapugio y Ayohuma (1813). Editado en San Miguel de Tucumán, en Junio de 2013 Se puede contactar al autor escribiendo al mail [email protected]

NOTA PREVIA El presente libro electrónico tiene como base otros escritos de E. D. Sánchez Ance que, en esta publicación, han sido enmendados y ampliados.

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IDENTIDAD CULTURAL O PLURICULTURALISMO

Imagen del Inca con el templo católico de fondo en la plaza de la localidad de Aguas Calientes – Machupicchu Pueblo (Cusco – Perú). Foto tomada por Ernesto Damián Sánchez Ance en Julio de 2011 3

No muchos años atrás, era común escuchar hablar (aún cayendo en un pintoresco folklorismo) de identidad nacional y de amor a la patria. Pero en la actualidad, esos conceptos van lenta y paulatinamente siendo dejados de lado ya que desde el Poder Mundial, en los últimos tiempos se ha empezado a irradiar términos como “Pluriculturalidad”, “Multiculturalidad” y “Diversidad Cultural”. Esos términos, que una década atrás muy poca gente empleaba, hoy son usados muy frecuentemente por los importadores de ideas extranjeras, siempre propensos a adoptar todo aquello que desde el extranjero se quiere imponer. El Pluriculturalismo reivindica la coexistencia de distintas culturas en un mismo territorio. Llaman pluricultural a espacios y situaciones que no debieran recibir tal categorización. Por ejemplo, tomemos el caso del Departamento Cusco (Perú). En Julio de cada año convergen en poblaciones como Písac, para la celebración de su Patrona, La Virgen del Carmen, miles de personas que presencian las festividades. Pueden estar al lado comunicándose y compartiendo su adhesión a la cultura cusqueña una persona indígena oriunda de la localidad de Acos que en el ámbito familiar y laboral habla Quechua pero que entiende y habla Castellano y otra persona mestiza residente en la Ciudad del Cusco que, si bien habla y entiende el Quechua a la perfección, rara vez lo usa, toda vez que se mueve en un ámbito urbano en el que no es menester saber Quechua. ¿Estamos ante un caso de Pluriculturalismo, Multiculturalismo o Diversidad Cultural? Al parecer, para muchos que hablan de lo Pluricultural, sí. Pero desde mi punto de vista esas diferencias no son tan grandes como para hablar de multiculturalidad. Sí creo que podemos hablar de variantes culturales originadas en el medio en el que cada uno habita, y que estamos ante un caso de matices identitarios, toda vez que ambos hablan Castellano y Quechua, que comparten su devoción por la Virgen del Carmen y si bien el citadino es descendientes de españoles y el campesino de indígenas quechuas, el primero también es descendiente de originarios. Ergo: pertenecen, aunque con diferencias de matices, a la misma cultura. Muy distinto sería si uno perteneciera a una familia de inmigrantes árabes y que se relacionara solamente con miembros de su colectividad en la que prevalece el Islamismo y otro de origen japonés que hable el Castellano solo por una cuestión comunicacional y adhiera al Budismo. Este sí sería un caso de Pluriculturalismo y Diversidad Cultural. No así el anterior. Tomemos otro caso pero ya en Bolivia. En la Ciudad de La Paz, en una procesión, caminan cientos o miles de personas. Dos de ellas no son oriundas del Valle de Chuquiagomarca. La primera es descendiente de indígenas aymaras de la cercana localidad de Tiawanaku sin siquiera un mínimo de sangre hispana y, además de Castellano habla bastante bien el Aymara, mientras que el otro individuo es un mestizo descendiente de quechuas e hispanos criado en un ámbito quechua y aprendió a hablar Castellano en el interior del Departamento Potosí ya cuando adolescente. ¿Es ese un caso de Pluriculturalismo, Multiculturalismo o Diversidad Cultural? De acuerdo al caso ya citado del Perú para los pluriculturalistas sí lo sería, mas yo creo que no lo es, ya que ambos son descendientes de pueblos andinos, se pueden comunicar en Castellano y están hermanados en la Fe Católica. Entonces sí creo que entre ellos hay diferencias culturales, mas no creo que sean estas tan significativas como para hablar de Pluriculturalidad. Distinto sería el caso de un australiano protestante y anglo parlante con un libanés católico y francoparlante. Ahí sí podemos utilizar toda la artillería semántica que se nos está imponiendo. Instalémonos ahora en Lules. Allí, un importante número de inmigrantes bolivianos bilingües y sus hijos que ya no hablan tanto en Quechua se dedican a actividades agrícolas como el cultivo de la Frutilla. Independientemente de la discriminación que en algunos deben padecer, conviven con criollos de mucho arraigo en la zona. ¿Se puede hablar de Pluriculturalismo o Diversidad Cultural? 4

Sin dudas que aquí ya se plantea una situación distinta a la de los anteriores ejemplos de Pisac y La Paz que sí daría lugar para hablar de ello. Sin embargo todo Pluriculturalismo queda bastante relativizado desde el momento mismo en que tanto el criollo o mestizo luleño y el boliviano indio o mestizo radicado en Lules hablan en Castellano y practican, en muchísimos casos, el Catolicismo. No es extraño ver el vehículo de un luleño con la imagen de la Virgen del Valle como tampoco lo es ver un boliviano residente en Lules con la imagen de la Virgen de Urkupiña en su camioneta. Entonces no estamos ante un caso de Diversidad Cultural sino de matices culturales. Sí sería Lules una ciudad pluricultural si en ella convivieran colectividades de griegos practicantes de la Religión Ortodoxa y sudafricanos de religión protestante. Podríamos seguir poniendo ejemplos de diferencias entre Diversidad Cultural y Matiz Cultural, pero lo creemos redundante. Bastan los citados para entender que los pluriculturalistas lo que persiguen es ahondar las diferencias que puedan existir entre los miembros de una región o de un país como primer paso para la destrucción de aquellos elementos que les son comunes. En distintas ocasiones he hablado con quienes defienden la Diversidad Cultural y he llegado a la conclusión que muchos de ellos son incapaces de analizar las identidades de los pueblos hispanoamericanos desde una postura que no sea la europea. No advierten que la América hispana no es pluricultural ni multicultural, sino que en ella hay, sí, atractivos matices que no llegan a dividir a nuestros países en naciones. Se puede decir, sin dudas, que en los primeros años de la colonización de América sí había dos culturas completamente diferenciadas. Pero a medida que pasaron los años y que los indígenas se fueron adentrando a la cultura hispana y los hispano criollos a las diferentes culturas indígenas las diferencias culturales ya no fueron tan grandes porque, sin pretender minimizar los abusos de los españoles sobre los indios, se fue construyendo una nueva cultura: la Indohispana: “La Indo-Hispano-América integra un conglomerado de pueblos que conforman una nación, unidos por el cordón umbilical del origen indigenista y la corriente civilizadora de la España Católica. Desconocer esta realidad sería negar los propios ancestros; soslayarla, significaría abjurar de la autenticidad”. (FLORENTINO DIAZ LOZA) “De esa colosal mixtura indo-hispana surgimos nosotros, la América criolla, la América morena. Dicha simbiosis produce una conciencia: la hispanoamericana, como un mixto perfecto, portavoz de una cosmovisión propia -ni tan español, ni tan indio, dirá Abel Posse-, análogamente diferente a las cosmovisiones de que está compuesta”. (ALBERTO BUELA) “Era preciso que en el lento transcurrir de los siglos, las dos vertientes fundamentales que dieron origen a Nuestra América, la indígena y la ibérica, se fusionaran en una nueva creación: la civilización iberoamericana, étnica y culturalmente mestiza, occidental pero no europea”. (DENIS CONLES TIZADO) Lejos de realzar lo supuestamente invisibilizado, creemos que el fin que se persigue con el Pluriculturalismo es provocar mas divisiones entre pueblos como por ejemplo el de Bolivia que, de ser una república hispanoamericana con riquísimos matices originados en el legado aymara, quechua, guaranítico y afro, ha pasado a recibir la categorización de Estado Plurinacional. Algo bastante subjetivo, ya que en toda Bolivia la gente se comunica en Castellano y la mayoría de la población aún está hermanada en la Fe Católica que, 5

independientemente de los enormes desaciertos de la Iglesia, siempre ha sido combatida por los importadores de ideas extranjeras. Con respecto a lo arriba expuesto cabe preguntarnos si no habrá una artimaña geoestratégica por detrás de la categorización de Estado Plurinacional, y en lo que respecta a la Pluriculturalidad, sería bueno dilucidar si no se esconde tras ella una tendencia a hacer de un conjunto de países con matices culturales como los hispanoamericanos una Babilonia de identidad endeble e indefinida. Es así que independientemente de su mas que notable influencia de lo europeo, y mas allá que no hable idioma indígena alguno, me pareció muy coherente lo que escuché decir tiempo atrás a un habitante de la Ciudad de Humahuaca: “No me vengan a mí con eso de pluriculturalidad. Yo soy Omaguaca”. En los últimos años los sirvientes de la cultura dominante hablan de lo pluricultural. Todo aquel que quiera estar en la cresta de la ola progresista, debe tener por norma llenarse la boca hablando de lo pluricultural y de la diversidad cultural, además de simpatizar con la sexualidad contranatura y con el asesinato del niño por nacer (aborto). Los pueblos tienen que abrirse de modo tolerante a toda influencia intelectual e ideológica originada en el extranjero y deshacerse del concepto de identidad. Para que reine el Pluriculturalismo, es menester relativizar la importancia de toda raíz cultural e identidad religiosa. Mucho de esto se origina en el hecho de que la Argentina tuvo un flujo migratorio enorme, intenso y hasta compulsivo, lo que nos llevó a ser etiquetados como “crisol de razas”. Como reacción contra todo esto, se originó un Hispanismo opuesto a las ideas extranjerizantes traídas por los inmigrantes principalmente del sur de Europa. Pero ese Hispanismo, a la vez, negaba lo indígena, y no repudió el genocidio de los afroargentinos. Y ahora está tomando fuerza un Indigenismo que ataca todo legado cultural hispano. Disiento con ambas tendencias, ya que el Noroeste Argentino tiene doble raíz: una raíz india y otra hispana. De la fusión de ambas surge lo indohispano. A pesar de los atropellos y excesos de los hispanos contra los indios, y más allá de las rebeliones indias contra el poder realista, LA INDOHISPANIDAD EXISTE, mal que a indigenistas y a hispanistas les pese. Sin embargo, en los albores de la argentinidad, no se tuvo en cuenta lo indígena. Fueron muy pocos los que pensaron en lo indio a la hora de proyectar el nuevo Estado. Quizás haya sido Manuel Belgrano el más coherente a la hora de reconocer la identidad de la mayoría de las poblaciones de 1816. Y lo hace con una propuesta enorme: las Provincias Unidas tendrían un sistema monárquico, y el rey sería un descendiente de los Incas: Juan Bautista Tupaq Amaru. Incluir lo indígena en un estado que debe ser refundado debiera ser prioritario. Pero para ello se debe relativizar cualquier opinión de antropólogos progresistas, dándole real importancia al estudio profundo de escritos (aunque poco relacionados con nuestra región) como los del Inca Garcilaso y de Felipe Guaman Poma de Ayala, como también consultar a las comunidades cuyos referentes no hayan sido mayormente influenciados por ideologías extranjeras. La Indohispanidad se refleja en distintas manifestaciones de nuestra identidad, como bien puede ser el Castellano enormemente influenciado por los idiomas indígenas o en la espiritualidad que se manifiesta en el Noroeste Argentino valliserrano. Es ahí en donde se encuentra lo más genuino de nuestra cultura, sin dejar de tener en cuenta lo africano que abunda en países en los que la población negra no fue exterminada. Obviamente que ese no es el caso de la Argentina, en que luego de la caída de Juan Manuel de Rosas -su protectorlos negros afro argentinos fueron extinguidos por los gobiernos liberales, que procuraron destruir toda raíz hispana, criolla, gaucha, india, afro y católica. 6

Sin dudas que la influencia de los grupos migratorios arribados a fines del Siglo XIX y comienzos del XX se hace sentir en las principales ciudades de nuestra región, mas el Noroeste Argentino genuino no es ese, sino el de los Valles Calchaquíes, Quebrada de Humahuaca, Puna y determinados sitios de la llanura en que la influencia extranjera no es tan hegemónica. Entonces podemos decir que hay una cultura nativa no necesariamente limitada a los museos. Hay una cultura indohispana que, a pesar de los intentos alberdi sarmientinos por destruirla, ha sabido sobrevivir. Hoy en día se habla de rescatar lo indígena, lo que aplaudo y comparto, pero todo se realiza desde un enfoque progresista y pluralista. Quienes se encuentran en esa línea no simpatizan con algunas prácticas de la cultura andino inka, como ser el rechazo hacia prácticas como la homosexualidad y el aborto. En algunas zonas de nuestra región, lo indio prevalece sobre lo hispano, y en otras lo hispano sobre lo indio. Pero EL AUTÉNTICO NOROESTE ARGENTINO ES INDOHISPANO y tiene una muy fuerte identidad espiritual en la Fe Católica, muchas veces fusionada con las creencias indígenas, lo que genera un sincretismo de gran arraigo. Los progresistas sostienen que con el Pluriculturalismo los pueblos indígenas están saliendo de la “invisibilización”. Eso es mentira. Los pueblos indígenas (en muchos casos mestizos más que indios, como en el caso de la Provincia de Tucumán) nunca fueron “invisibles”. Por el contrario. Quienes han crecido en el Noroeste Argentino y conocen las zonas de valles, quebradas y Puna saben perfectamente que en esta región existió siempre una fuerte impronta indígena en distintas poblaciones. Es ello lo que debemos rescatar y no el insano Pluriculturalismo. No debemos interesarnos en ningún tipo de diversidad cultural, sino en el rescate de lo indígena y de lo criollo. Es con ello que nuestra identidad se verá fortalecida y servirá como arma de resistencia ante los intentos progresistas de imponernos el devastador Pluralismo Cultural, porque como decía Walter Bevraggi Allende: “la fe católica y la fuerza cultural formidable de las tradiciones indígenas, ensambladas con aquella Fe, hicieron prácticamente inabordables a nuestros pueblos respecto de los agentes y estímulos foráneos…” Sirva este muy humilde y básico trabajo como un aporte para reivindicar todo lo nacional. Eso es lo indio, lo criollo, lo mestizo y, en los países y regiones en que esté presente, lo afrohispanoamericano. No necesitamos de antropólogos formados en universidades extranjerizantes que vengan a hablarnos de Pluriculturalismo, ni que intelectuales progresistas nos quieran formar la idea de que nuestra identidad es diversa, ya que en nuestra región hay una identidad originada en dos raíces: La India, representada por Qhanamikhoq, Juan Calchaquí, Chelemín y Viltipoco, y La Hispana, representada por Diego de Rojas, Francisco de Aguirre, Hernando de Lerma y Diego de Villaroel. De esa fusión cultural que sin dudas fue traumática, surge lo indohispano que, para bien o mal, es la mejor categorización que puede recibir nuestra región. Multiculturalidad, Pluriculturalidad y Diversidad Cultural es verso de charlatanes. En mas de una ocasión escuché a quienes se llenan la boca con esos conceptos defender el Aborto y el Control Natal emanado del Poder Mundial a los efectos de producir en los países subdesarrollados una considerable merma en su densidad poblacional con el fin de, en el futuro, apoderarse de los recursos naturales y del agua dulce que en ellos abundan. Ello queda reflejado en el proyecto de Crecimiento Demográfico Cero diagramado por los Estados Unidos en la época de Nixon y Kissinger. 7

El Aborto y la difusión tanto de pastillas anticonceptivas como de profilácticos tan defendidos por amplios sectores del Progresismo, son las armas más efectivas para la ejecución de las políticas antinatalistas apoyadas por las izquierdas funcionales al Poder Mundial, por lo que queda claro que, tanto los gobiernos neoliberales como el Marxismo más extremista, son funcionales a intereses supranacionales. Mas de uno de quienes hacen flamear Wiphalas y hablan de lo Pluricultural está en la misma trinchera de los abortistas. Debieran ver la película Yawar Mallku, filmada en 1969 y dirigida por Jorge Sanginés que refleja esa realidad. En ella, un grupo de médicos estadounidenses llega a una pequeña población andina de Bolivia. Con el apoyo de las autoridades, y mediante la entrega de productos para la vida cotidiana a la población local, se instalan en el lugar. Con el correr del tiempo, los indígenas advierten que las jóvenes de la comunidad no se embarazaban, quedando al descubierto que se trataba de un grupo de médicos cuya misión en realidad era la de esterilizarlas, obviamente sin su consentimiento. La película, filmada en una época en que las Wiphalas no eran tan difundidas como en la actualidad, anticipa lo que sucedería décadas después en el Perú, cuando Fujimori “en la década de los 90 lanza un programa de Planificación para el control de natalidad, mediante diversos métodos anticonceptivos, entre ellos la esterilización quirúrgica voluntaria, que tuvo como resultado 270.000 esterilizaciones, la gran mayoría de mujeres. Este programa respondía a la Ley Nacional de Población, que tenía como objetivo rebajar la taza de fecundidad a 2,5 hijos por mujer en el año 2000”, según informe de Giulia Tamayo, abogada feminista especializada en Derechos Humanos. No son pocos los partidarios de la Diversidad Cultural que se horrorizan cuando se toca el tema de la Justicia Comunitaria, práctica que se lleva adelante principalmente en los departamentos andinos de Bolivia y Perú como resultado del fracaso de la Justicia Occidental. En líneas generales, y mas allá de lo que sostengan los entendidos en la materia, la Justicia Comunitaria es el derecho que se atribuyen las comunidades de poder detener y castigar, incluso llegando a la muerte, a ladrones comunes descubiertos infraganti. Quizás, el ejemplo mas contundente de Justicia Comunitaria se produjo en Noviembre de 2008, día en el que Campesinos de Achacachi, 70 kilómetros de La Paz, flagelaron e intentaron quemar vivas a 11 personas a las que acusaron de acciones delictivas, luego de varias horas de ser golpeadas, paseadas por el pueblo y finalmente encerradas en el estadio local. Las 11 personas, seis hombres y cinco mujeres, fueron capturados por pobladores de Achacachi que las acusaron de una serie de robos y tras flagelarlas durante varias horas e intentar quemarlas vivas aceptaron finalmente entregarlas a la justicia ordinaria (diario hoybolivia.com, 17 de Noviembre de 2008). Así, es común ver en la vía pública de ciudades como El Alto (La Paz – Bolivia) muñecos colgados insinuando estrangulamiento con un cartel con una leyenda que especifica cual será el destino de los delincuentes atrapados por los vecinos. Soy testigo de que el caso de la Justicia Comunitaria es sumamente tortuoso para algunos partidarios del Pluriculturalismo que, aunque sea evidente que así lo piensan, difícilmente dirán que se trata de prácticas rayanas con el salvajismo y la barbarie. Su relativismo impide que con esos términos así se expresen. Pero yo no tengo problemas en reivindicar la Justicia Comunitaria. Yo no soy ni relativista ni defiendo lo pluricultural. Yo defiendo la Justicia Comunitaria que, guste o no, hace a una identidad socio cultural bien definida.

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APUNTES SOBRE LA GUERRA POR LA INDEPENDENCIA

LA BATALLA DE TUCUMÁN Oleo de Francisco Fortuny. “La caballería tucumana armada en su mayor parte con lanzas y cuchillos enastados en palos, y muchos sin mas que puñales largos y bolas, presentaba un aspecto verdaderamente salvaje. Caprichosamente vestida con ponchos de todos colores, y cubiertas las piernas con anchos guardamontes de cuero, sus fisonomías acentuadas hacían conocer una raza enérgica, cuyas ocupaciones, desenvolviendo las fuerzas del cuerpo, inoculaban en el espíritu el valor del soldado. Esta caballería semibárbara apoyaba su flanco descubierto sobre una sección de Dragones veteranos, regularmente disciplinados que contrastaba con el resto de la línea”. (Bartolomé Mitre)

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LA GUERRA POR LA INDEPENDENCIA FUE UNA GUERRA CIVIL Entendemos por Guerra Civil el enfrentamiento bélico entre dos bandos formados por connacionales, independientemente de que en el mismo puedan intervenir soldados o mercenarios ajenos al país cuyos ciudadanos y habitantes se enfrentan. Podemos decir que la Guerra por la Independencia de América fue una guerra civil, toda vez que no fue un enfrentamiento entre España y cualquier otro estado hispanoamericano. Por el contrario. Tanto los realistas, que procuraban mantener la soberanía y los derechos de Fernando VII sobre las colonias americanas, como el bando patriota, que buscaba su emancipación, contaban en sus filas con gente nacida tanto en España como en América. Si bien se trató de una guerra civil, la guerra por la independencia tampoco fue una guerra racial. No se trató de una pugna entre españoles europeos de raza blanca contra criollos y mestizos; no se trató de una guerra de criollos contra indígenas ni de afroamericanos contra cualquier otro grupo. Se trató de una confrontación en la que, del bando realista luchaban americanos de distinto origen racial y, del lado independentista, españoles peninsulares. Por ejemplo, en la Batalla de Tucumán, ambos generales eran nacidos en América: Pío Tristán (realista) era nacido en Arequipa (ciudad que formaba parte del Virreynato del Perú) y Manuel Belgrano (patriota) en Buenos Aires (capital del Virreynato del Río de la Plata). Ambos estudiaron en la Universidad de Salamanca. No son pocos los casos de americanos luchando para los realistas, como por ejemplo José Manuel de Goyeneche y Barreda, también arequipeño, no faltando casos de españoles peninsulares como Antonio Álvarez de Arenales, nacido en Villa de Reynoso (Castilla), que se entregó a la causa de la independencia americana. Pero más allá de estos distinguidos protagonistas de ese proceso histórico, la evidencia de que la Guerra por la Independencia fue una guerra civil queda de manifiesto en la conmemoración que se hace en Pampa de la Quinua, escenario de la Batalla de Ayacucho, donde con la presencia de las más importantes autoridades del Perú, se realiza una representación de ese hecho histórico. En la misma, en los momentos previos a las acciones, se permite a los soldados de ambos bandos saludarse, al existir familias cuyos integrantes formaban parte de ambos ejércitos. Tampoco faltan quienes pelearon para ambos bandos, como Mariano Gómez (1), nacido en Tucumán, quien es respetuosamente recordado por Gregorio Aráoz de Lamadrid en sus Memorias. Gómez, había formado parte del ejército comandado por Castelli y habría sido capturado por los realistas en la Batalla de Huaqui. Tras ello, sirvió un tiempo al ejército realista como ordenanza de un coronel de apellido Castro (estimamos que se trata de Juan Saturnino Castro, militar realista nacido en la ciudad de Salta, que estuvo presente en numerosas batallas, particularmente en la de Vilcapugio, en la que tuvo una destacada actuación), de quien obtuvo aprecio y respeto. Gómez reaparecerá sirviendo al ejército de Belgrano en las batallas altoperuanas de 1813. Tras la derrota belgraniana en Ayohuma, Gómez es al parecer seducido por una mujer de origen cochabambino en Humahuaca, quien facilita a los soldados realistas su captura. Apresado el tucumano, recibió insistentemente propuestas de Castro para reintegrarse al ejército del rey. Las negativas le significaron la pena de muerte. La captura y ejecución del soldado tucumano nacido en Lules es descripta con lujos de detalles por Lamadrid merced al relato de dos hombres que habían formado parte del ejército realista y que, a posteriori de la ejecución, pasaron al ejército patriota. Creemos que este hecho, que no es más que una de tantas anécdotas de la Guerra por la Independencia, es el más claro ejemplo de que ésta fue una guerra civil.

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NOTAS AL CAPÍTULO LA GUERRA POR LA INDEPENDENCIA FUE UNA GUERRA CIVIL (1) La plaza principal de Humahuaca (Provincia de Jujuy) lleva por nombre Sargento Mariano Gómez, y en ella encontramos un monolito con la siguiente leyenda: El Ejército al Sargento J. Mariano Gómez – Humahuaca MDCCCXIV – Héroe de Tambo Nuevo, sacrificó su vida en aras de la Patria sirviéndola con lealtad, valor y abnegación. ¿Quien fue Mariano Gómez? Fue un soldado nacido en Lules (Tucumán) que acompañó a las tropas enviadas por Buenos Aires al Alto Perú en 1811. Luego de la Batalla de Guaqui fue tomado prisionero por los realistas, llegando a ser ordenanza del coronel Castro, de quien supo ganar su confianza. Cuando el ejército realista se aproximaba a Tucumán en Septiembre de 1812, Gómez deserta, para incorporarse mas tarde al ejército de Belgrano. Recién volvemos a saber de él luego de la batalla de Vilcapugio (actual Departamento Oruro) librada el 1 de Octubre de 1813, siendo el Ejército del Norte derrotado. Registrose a posteriori de ella, otro hecho al que no todos los historiadores le prestan demasiada atención: “La Sorpresa de Tambo Nuevo”. Así se refiere Juan Luis Gallardo: “Ocurrió que un oficial de Belgrano -Gregorio Aráoz de Lamadrid- recibió por misión observar las fuerzas realistas. Adelantó para ello a tres suboficiales que, luego de aproximarse sigilosamente en plena noche, dieron con una compañía enemiga que descansaba. Actuando por iniciativa propia, redujeron a los centinelas, se apoderaron de armas dispuestas en pabellón e hicieron 11 prisioneros. Los “Tres Sargentos de Tambo Nuevo” fueron Mariano Gómez, Santiago Albarracín y Juan Salazar, tucumano el primero y cordobeses los otros dos y todos criollos de ley, precursores de los actuales “comandos”. Luego de la derrota de Ayohuma (14 de Noviembre) el Ejército del Norte se retira hacia el Sur. Ya en Uquía es alcanzado por las tropas realistas, que lo detienen y lo presentan ante su ex jefe en Humahuaca, quien lo invitó a sumarse nuevamente al ejército realista, lo que no fue aceptado por Gómez. Su negativa lo llevó a ser fusilado. Muchos de estos datos los obtuvo el General Gregorio Araoz de Lamadrid gracias a dos soldados que en ese momento formaban parte del ejército realista.

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EN LA GUERRA POR LA INDEPENDENCIA LA ARGENTINA NO EXISTÍA, COMO TAMPOCO LA IDEA DE FRAGMENTAR A HISPANOAMÉRICA Muchas veces decimos que en la Batalla de Tucumán las tropas argentinas hicieron esto o lo otro, como que la Independencia argentina se declaró en Tucumán. Son verdades muy relativas, ya que si bien existía el gentilicio “argentino” en esas épocas, como queda evidenciado en nuestro Himno Nacional aprobado por la Asamblea de 1813, nadie tenía planeado crear un estado nacional que llevara el nombre Argentina. No sólo eso. Cuando se declaró la Independencia en 1816, no se habla de Argentina, sino de Provincias Unidas en Sudamérica. Tratose las Provincias Unidas en Sudamérica (o las Provincias Unidas del Sur, como dice la letra del Himno Nacional), de un conjunto de provincias que hoy forman parte de las actuales Bolivia y Argentina. Dicho de otro modo, las Provincias Unidas que habían formado parte del Virreynato del Río de la Plata son la base geográfica y política de la actual Argentina. No formaban parte de las Provincias Unidas que declararon la Independencia en 1816, como tampoco integraban el conjunto de provincias artiguistas que no participaron del Congreso de Tucumán, los territorios que hoy forman parte de las provincias de la región patagónica como la de Chaco, que en esas épocas no habían sido integradas al territorio nacional. Otro dato que nos permite sostener lo relativo del término Independencia Argentina es que en el Congreso de Tucumán participaron congresales de antiguas provincias que hoy forman parte de Bolivia. Entre ellos: José Severo Malabia, Mariano Sánchez de Loria y José Mariano Serrano. Los tres, representando a la Provincia de Charcas (hoy Departamento Chuquisaca, en Bolivia). Cabe aclarar que Serrano fue quien tradujo el Acta de la Independencia de las Provincias Unidas al Quechua; Chichas (actual Departamento Potosí – Bolivia) estuvo representada por los congresales José Andrés Pacheco de Melo y Juan José Feliciano Fernández Campero, mientras que Pedro Ignacio Rivera fue el congresal que representó a Mizque (localidad que forma parte del actual departamento boliviano de Cochabamba). No pudieron enviar representantes, desde la actual geografía boliviana, La Paz, Santa Cruz de la Sierra, Potosí, ni Cochabamba, ya que estaban bajo dominio realista. Merece mencionarse el hecho de que el sacerdote Pacheco de Melo, congresal por Chichas, no había nacido en el Sur del actual Potosí, sino en la hoy argentina Provincia de Salta. No es el único caso de un congresal de una provincia nacido en otra. También otro cura, José Eusebio Colombres, siendo tucumano, representó a Catamarca. Hoy vemos a esas provincias altoperuanas como ajenas en la geografía y lejanas en el tiempo. Sin embargo, la relación que existía entre la actual Argentina y el Alto Perú era muy estrecha. Es así que algunos protagonistas de la Guerra por la Independencia, estudiaron en la Universidad de Chuquisaca, como Juan José Castelli y Mariano Moreno. A la vez, el potosino Cornelio Saavedra fue nombrado Presidente de la Primera Junta de Gobierno. Dicho en términos actuales: El primer “presidente” argentino fue boliviano. Pero nada más esclarecedor para dejar evidenciado que no existía ni siquiera una “idiosincrasia argentina” en esos años es el proyecto de Manuel Belgrano de establecer, luego de su viaje a Europa, una Monarquía de origen Inca. En efecto, la persona propuesta para rey era Juan Bautista Tupac Amaru, quien luego de fracasada la gesta de su hermano José Gabriel Condorcanqui Noguera (Tupac Amaru II) en Cusco, en la década de 1780, pasó 12

muchos años cautivo de los españoles en Cádiz y Ceuta. Una vez liberado por presión del sacerdote Marcos Durán Martel, vivió en Buenos Aires hasta su muerte (1827). Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta de esa ciudad. El proyecto de la Monarquía Inca terminaría fracasando. Aunque generó la simpatía de San Martín, Güemes y de varios congresales, también tuvo gente que se opuso. Los opositores a la Monarquía Inca no simpatizaban con esta idea de Belgrano no porque el Cusco quedara alejado ni porque no haya pertenecido a las Provincias Unidas, sino por cuestiones raciales de los porteños blancos y de un periodista de origen aymara. Dice José Alberto Diez de Medina sobre este tema: “El proyecto fue rechazado. Se prefirió la democracia, en salvaguarda del destino de las clases media y alta porteñas, frente a los indios y mestizos del Alto Perú. Los ricos estancieros de origen español defendían así sus propios intereses. Pero no sólo eran los ricos estancieros quienes se opusieron, sino que, en esta oposición, descollaba un periodista altoperuano, Vicente Pazos Kanki, partícipe del núcleo opositor encabezado por el diputado por Buenos Aires, Antonio Sáenz. Pazos Kanki dirigió y manejó el rechazo desde su periódico “La Crónica”, de Buenos Aires”. Transcribimos los títulos de algunos de sus artículos: “Una restauración de la dinastía de los Incas”, “¿Esta es la vuelta del Rey Don Sebastián?”. Junto a éstos hubo otros siete artículos sobre “La restauración de la dinastía Incásica”, en los cuales mencionaba a “un rey burdo, hechura de nuestra reflexión y del capricho, sacado de una choza, o del centro de la plebe, que no es bueno sino para la comedia”. Todos estos artículos destruyeron la idea del general Manuel Belgrano. Pareciera ser que la sangre aymara de Pazos Kanki fue la base de su antiquechuismo incásico”. (1) Pero sin dudas el hecho más importante por el cual podemos sostener que en aquella protoargentina no había una visión “argentinista”, sino que existía una concepción hispanoamericanista de la identidad, es que San Martín sólo tuvo una acción de armas en el actual territorio argentino. San Martín quedará en la historia grande no por el Combate de San Lorenzo, sino por, luego de cruzar los Andes, haber liberado mancomunadamente con ejércitos locales los actuales territorios de Chile y Perú. San Martín y los patriotas de 1817 no hicieron este enorme esfuerzo militar y económico para, en un gesto solidario con dos países vecinos, liberarlos de España. Ni siquiera puede decirse que estuvo originado en una idea geoestratégica del yapeyutense. Todo esto obedecía al hispanoamericanismo imperante en la época, en que se destacaban dos conjuntos de estados hispanoamericanos: la Gran Colombia, formada por los territorios de las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; y las Provincias Unidas, que habían conformado el Virreynato del Río de la Plata. Estados todos estos unidos en la Fé Católica y en la sólida conjunción de lo español con lo indio, a lo que hay que agregar una muy fuerte presencia afroamericana. Un hecho que creemos oportuno apuntar es un dato histórico que no se tiene demasiado en cuenta: la presencia del guerrillero chayanteño Asencio Padilla en las batallas de Tucumán y Salta. Hace notar el historiador boliviano Jorge Querejazu en su libro “La Amazona y el Caudillo” con respecto a Padilla: “en Tucumán tuvo el honor de entrar en acción entre solo ochocientos hombres comandados por el señor Belgrano contra más de cinco mil”. Agrega que en virtud de sus servicios Belgrano le confirió el título de Comandante de los Pueblos. A esto agrega Querejazu que: “…fue en Tucumán que (Padilla) participó por primera vez en una gran batalla librada por ejércitos de línea”. Significó para él una lección práctica de movimientos tácticos que le iba a servir después en su tierra cuando estuviera al mando de una republiqueta”. (3) (4) 13

NOTAS AL CAPÍTULO “EN 1812 LA ARGENTINA NO EXISTÍA, COMO TAMPOCO LA IDEA DE FRAGMENTAR A HISPANOAMÉRICA”. (1) http://www.eldiario.net/noticias/2012/2012_03/nt120330/opinion.php?n=11 (2) Página 18 (3) Página 19 (4) Se denomina Republiquetas a las distintas guerrillas que combatieron en el Alto Perú en el proceso independentista. Padilla y su esposa Juana de Azurduy lideraron la Republiqueta de La Laguna, localidad del norte del Departamento Chuquisaca. La misma se fragmentó tras la muerte de Padilla; Un sacerdote tucumano, Ildefonso de las Muñecas, comandó la Republiqueta de Larecaja en el actual Departamento La Paz. El cura tenía bajo su mando alrededor de 3000 guerrilleros que, aunque mal armados, lograron complicar al ejército realista de La Paz. Esta montonera desaparecerá en 1816 cuando, luego de ser derrotada, Muñecas es ejecutado. La oportunidad es propicia para recordar quien fue el cura Muñecas, reproduciendo un artículo publicado por El Diario, de Bolivia en su edición del 8 de Mayo de 2012: “Fue el cura patriota Ildefonso de las Muñecas, quien contribuyó también con su sangre por la emancipación de las tierras altoperuanas del colonialismo ibérico. Nació en el año 1776 en la ciudad de San Miguel de Tucumán. En 1789 se graduó como doctor en Teología y Cánones en la Universidad de Córdova y al mismo tiempo como sacerdote católico. En 1813 se trasladó al Cusco para ejercer los sagrados ministerios en la Iglesia Matriz de la ciudad. Producida la sublevación del caudillo indígena Mateo Pumakahua contra el despotismo español, el cura Ildefonso de las Muñecas, sintiendo el llamado de la sangre americana, se unió con entusiasmo a la causa de los indígenas. Con la misión de propagar este movimiento insurreccional, el cura Muñecas y el coronel Pinedo se trasladaron a La Paz la que fue tomada después de vencer al gobernador Valde Hoyos. El pueblo, de manera que no se llega a comprender, se dio a la tarea de cometer desmanes, siendo una de las víctimas el mismo Valde Hoyos. La represión realista fue sangrienta y Muñecas buscó refugio en Larecaja, donde estableció una “Republiqueta”. Desde allí partidas de guerrilleros altoperuanos al mando del cura revolucionario puso en jaque a los ejércitos realistas. Además, dictó una serie de disposiciones de protección para las comunidades indígenas; impidió que el producto de los impuestos y gravámenes fuese enviado a las Cajas Reales, estos recursos fueron empleados en la construcción de puentes y caminos y en las mejoras de los servicios públicos y en el sostenimiento de la guerra contra los realistas. Alarmado el virrey del Perú, Fernando de Abascal, dispuso el ataque contra la Republiqueta enviando al coronel Agustín Gamarra con 600 soldados y otra que salió de La Paz con 500 hombres al mando de José Aveleira. En poco tiempo los realistas lograron abatir a los patriotas de Larecaja, 26 de febrero de 1816. El cura Muñecas con algunos sobrevivientes del Batallón Sagrado lograron huir hacia la quebrada de Camata. El destacamento del capitán Navajas logró capturar a Muñecas y a otros subversivos el 23 de abril, las represalias fueron terribles, muchos fueron fusilados, el cura Muñecas fuertemente maniatado fue trasladado a La Paz donde se encontraba el general Joaquín de Pezuela, quien impartió la orden de que el sacerdote guerrillero fuera encadenado y trasladado al Cuzco para ser juzgado, degradado de su investidura sacerdotal y condenado a morir en la horca. 14

Cuando el líder guerrillero se encontraba muy cerca de Desaguadero, lugar limítrofe, entre Bolivia y Perú, el jefe de los guardias ordenó hacer fuego sobre el sacerdote, estos se negaron a obedecer, entonces en un arranque de ira desenfundó su pistola y disparó al sacerdote cuando éste se encontraba de espaldas, muriendo en el acto el 8 de mayo de 1816. Al día siguiente su cuerpo fue sepultado en el interior de la Iglesia de Guaqui·. http://www.eldiario.net/noticias/2012/2012_05/nt120508/nuevoshorizontes.php?n=8

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CASTELLI Y LOS PORTEÑOS HEREJES, HUMILLADOS Y DERROTADOS EN EL ALTO PERÚ GUAQUI o HUAQUI es una localidad del Departamento La Paz (Bolivia) a escasa distancia del límite con Perú en la cual se produjo un enfrentamiento bélico conocido como Batalla del Desaguadero o Batalla de Guaqui el 20 de Junio de 1811. En esa contienda, el ejército enviado desde Buenos Aires, comandado por Juan José Castelli y Antonio González Balcarce, fue derrotado por el ejército realista de José Manuel Goyeneche, que había roto una tregua de cuarenta días. En la Argentina, ese episodio es conocido también como “El Desastre de Huaqui”. A la derrota sufrida por el ejército de Castelli, hay que sumarle otro dato que la historia argentina oculta. Sucedió en la retirada de Huaqui, cuando se produjeron serios incidentes entre los soldados porteños y los refuerzos altoperuanos: “Martín Pueyrredón, que había sido Presidente de la Audiencia de Charcas por el gobierno de Buenos Aires, se retiró con cientocuarenta jóvenes chuquisaqueños. Allí se reunió con varios argentinos fugitivos tras el desastre de Guaqui. Uno de ellos, ebrio y armado de un cuchillo, hirió a un potosino. Fue la chispa que provocó el estallido popular contra los porteños. Los de uno y otro bando se armaron y lucharon rabiosamente en las calles. Ciento cuarenta cadáveres de argentinos y catorce de potosinos quedaron tendidos en diferentes puntos de la ciudad. Hubo que sacar en procesión la imagen del Señor de la Vera Cruz para apaciguar los ánimos. Al retirarse de Potosí, Pueyrredón hizo sacar todos los caudales de la Casa de la Moneda. Cargados en noventa mulas se los llevó hasta Buenos Aires. Los potosinos trataron de impedir el despojo pero fueron rechazados a mano armada por los porteños”. (JORGE QUEREJAZU: “La Amazona y el Caudillo”, página 11. Imprenta - Editorial Tupac Katari. Sucre, Bolivia. 2005)

El rechazo de muchos altoperuanos hacia los soldados enviados desde Buenos Aires ya se venía manifestando desde antes de la Batalla de Huaqui, siendo PORTEÑOS HEREJES el término con el que calificaban los realistas altoperuanos, y los sacerdotes afines al rey, a los revolucionarios rioplatenses como, entre otros, Juan José Castelli, Mariano Moreno, y el tucumano Bernardo de Monteagudo, todos ellos simpatizantes de las ideas liberales de la Revolución Francesa. Con ese calificativo, lograban que los pueblos altoperuanos -a más no poder católicos- vieran con pésimos ojos a las tropas enviadas desde Buenos Aires. No estaban equivocados, ya que el grupo de Castelli, impregnado de un rabioso anticatolicismo, realizó los más irrespetuosos y torpes atropellos contra la Fe de esos pueblos. El General Paz, en sus Memorias Póstumas comenta que: “Cuando se retiraba el ejército derrotado en el Desaguadero, se detuvo Castelli unos días en Chuquisaca, y sus ayudantes … acompañados por otros oficiales locos, pasando una noche por una iglesia vieron una cruz en el pórtico, a la que los devotos ponían luces; algunos de ellos declamó contra la ignorancia y fanatismo de aquellos pueblos, y otro propuso, para ilustrarlos, arrancar la cruz y destruirla; así lo hicieron, arrastrándola un trecho por la calle”. (PAZ, JOSÉ MARÍA: “Memorias Póstumas”, Página 14. Ediciones Estrada. Buenos Aires, 1957).

Pepe Rosa hace hincapié en la cuestión religiosa: “El peor efecto de la inactividad, además de la relajación moral y faltas de disciplina del campamento de Laja, será la propaganda antirreligiosa inspirada por Monteagudo, agregado al ejército y que gozaba de la confianza de Castelli. Ignacio Núñez dice que en la iglesia de Laja se cantaban por diversión y espíritu volteriano misas sacrílegas, y Monteagudo predicó desde el púlpito y vestido de sacerdote un sermón con el tema "La muerte es un largo sueño". En otras partes del Alto Perú se hará algo semejante: Facundo Zuviría habla de profanaciones en la iglesia de Biacha; en Charcas, más tarde, unos oficiales 16

porteños arrancan una cruz y la arrastran en burla por el suelo hasta la plaza mayor. Esos excesos levantaron la indignación general, sobre todo de los indios fanáticamente creyentes, y permitirán a Goyeneche predicar una guerra santa contra los "porteños herejes" que desgraciadamente tendrá eco en todas las clases sociales. Ya no fue una lucha de criollos contra españoles, a la cual el Alto Perú habíase adherido con entusiasmo, sino de cristianos contra herejes que pondría a todos contra los revolucionarios. Algo también hubo de resentimiento del altiplano industrial y minero contra el puerto de Buenos Aires”. (ROSA, JOSÉ MARÍA: “Historia Argentina”, tomo 2, Pág. 243. Editorial Oriente. Bs As. 1973)

Las ideas liberales no gozaban de mayor adhesión en el Alto Perú, a tal punto que, estando Castelli en Tiahuanaco (localidad del departamento La Paz conocida mundialmente por su importante yacimiento arqueológico), el 25 de Mayo de 2011, casi un mes antes de la batalla de Guaqui, protagonizó un hecho al que la inmensa mayoría de los historiadores no presta atención. Se trata de un discurso inspirado en las ideas de la Revolución Francesa que Castelli dio a los indígenas aymaras, quienes lo dejaron en ridículo, luego de que preguntara a la multitud allí reunida si preferían el viejo orden colonial o los supuestos beneficios del Liberalismo. Les hizo Castelli la pregunta, y la respuesta de los nativos fue totalmente inesperada: ¡AGUARDIENTE, TATÁY! Sin dudas, la mala conducta de los soldados revolucionarios, a lo que se le suma la simpatía de éstos por ideas extranjeras alejadas de la cultura originaria, llevó a los nativos a rechazar a este personaje que llevó a hacer peligrar el destino de la Revolución de Mayo. El hecho de Tiahuanaco no es de los más conocidos en nuestra historia, pero importantes historiadores se refirieron a él. Uno de ellos fue Hugo Wast en su libro Año X. El progresista José Pablo Feinmann, en un artículo “Apuntes sobre la Revolución de Mayo”, publicado por Página 12 en su edición del 24 de Mayo de 2009, da a entender que la respuesta de los indígenas a Castelli es un invento de Wast, al que “acusa” de fascista: “Claro que rechazamos la broma fascista de Hugo Wast que les hace decir a los indios una burrada infame como respuesta al discurso del orador de Mayo: “¿Qué preferís? ¿El Gobierno de los déspotas o el de los pueblos? Decidme vosotros qué queréis”. Y los indios: “¡Aguardiente, señor!”. Luego, Feinmann sostiene que la respuesta se debió a problemas estrictamente idiomáticos: “Pero aun rechazando la injuria, la tomadura de pelo racista, era cierto que los indios no entendían el idioma de Castelli ni éste el de ellos”. Dejando de lado ciertos ribetes racistas de Wast, no es el único historiador que hace referencia a la respuesta “Aguardiente, tatay”. Otros calificados autores como el citado Rosa en su Historia Argentina (Tomo II) y José De Guardia Ponté en un artículo titulado “La Batalla de Huaqui”, también reproducen la respuesta dada por los originarios a Castelli. Manuel Belgrano tomará nota del fracaso de Castelli en el Alto Perú, y entenderá que, más allá de lo estrictamente militar, no podrá lograr el apoyo de los pueblos mediante la difusión de ideas antinacionales y anticristianas, por lo que recurrirá al auxilio de la Virgen de las Mercedes como Protectora de su ejército. La devoción por Nuestra Señora de las Mercedes es de gran arraigo en Tucumán, provincia de la que es su Patrona, fortaleciéndose de modo notable el 24 de Septiembre de 1812, día de la batalla de Tucumán, ya que a ella se encomendó el General Manuel Belgrano en los momentos previos a la batalla. Resultan inexplicables ciertos hechos que, gente opuesta a la Fe, niega que puedan haber ocurrido, como la increíble presencia de una manga de langostas que, a pesar de las detonaciones, el humo y del mismo fragor de la batalla, entorpeció el accionar de los soldados de Tristán. Es que el resultado de la Batalla de 17

Tucumán no se explica desde la lógica… a tal punto que no faltaban quienes afirmaban que la Virgen de las Mercedes se apareció en el campo de batalla. Belgrano sostendrá en su Parte que “la patria puede gloriarse de la completa victoria que han obtenido sus armas el día veinte y cuatro del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos”, y el 27 de Octubre de 1812, la procesión, que debió haberse realizado el día de la batalla se detiene para que Belgrano le ofrende su bastón de mando a modo de agradecimiento por el auxilio brindado en la batalla del Campo de las Carreras, hecho de armas que en gran medida salvó la Revolución de Mayo. Como un castigo Divino por los atropellos cometidos por él y sus correligionarios el año anterior en el Alto Perú, entre la batalla y la procesión, en que su primo Manuel Belgrano reverenciaría a la Virgen de las Mercedes, víctima de un cáncer de lengua y en pleno juicio por su actuación en el Alto Perú, moría Castelli. Considerada Generala del Ejército Argentino, el nombre de Nuestra Señora de las Mercedes fue invocado también en la campaña altoperuana del Ejército del Norte. El sentimiento mariano de Belgrano quedará reflejado también en una de las primeras banderas argentinas. Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la bandera de Macha. Pero absolutamente nada se ha dicho de la bandera que usó el Ejército del Norte durante el reclutamiento de voluntarios para engrosar sus filas en Potosí. En efecto. Los investigadores María Cristina D’andrea y Julio M. Luqui Lagleyze, hacen referencia a una bandera con el formato idéntico o por lo menos muy parecido a la bandera argentina en el que se lee, a la antigua usanza de palabras abreviadas, la inscripción “A las armas por la Independencia de la América del Sud en el Ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata, bajo la protección de su Generala Ntra. Sra. de la Merced”. Los citados investigadores, confirmando aún más la devoción de Belgrano por la Patrona de Tucumán, comentan en base a sus investigaciones en el Archivo de Potosí que: “A la salida de las tropas de la ciudad con rumbo a la batalla de Vilcapugio, (un habitante del Potosí de 1813) describe la bandera del Regimiento No. 1 de Infantería de Patricios: “El Jueves 16 (de Septiembre) salió el No. 1 con 1400 hombres con su bandera de la Patria entre azul y blanco y una cruz al medio que tenía dicha bandera y arriba del escudo en la lanza la insignia de la libertad, dichas tropas salieron asimismo como las anteriores de mochilas, armamento, fusiles, y los Santos Escapularios de la Generala Sra. De las Mercedes”. Por sus triunfos en las Batallas de Tucumán y Salta, la Asamblea del Año 13 premió a Belgrano con 40.000 Pesos Fuertes. El prócer prefirió donarlos para la construcción de cuatro escuelas, a las que les impuso un Reglamente en el cual priorizaba la formación religiosa de los educandos. Así es que en el Artículo 5º Belgrano establece que se tendrá que enseñar “los fundamentos de nuestra sagrada Religión y Doctrina Cristiana…”; en el Artículo 7º impone que “En los Domingos de renovación, y en los días de las rogaciones públicas, asistirán todos los Jóvenes a la Iglesia presididos de su maestro: oirán la misa parroquial … y acompañarán en la procesión de Nuestro Amo. Todos los domingos de Quareama concurrirán en la misma forma a oír la Misa Parroquial y las exhortaciones o pláticas doctrinales de su pastor”; en el Artículo 9º establece lo siguiente: “todos los días asistirán los jóvenes a Misa asistidos por su maestro; al concluirse la escuela por la tarde rezarán las letanías a la Virgen, teniendo por Patrona a Nuestra Señora de las Mercedes. El sábado a la tarde le rezarán un tercio del Rosario”. (Agradezco a la Sra. Martha Dichiara me haya facilitado una copia del Reglamento) Los historiadores no tienen en cuenta un dato histórico enormemente rico. Debo agradecer mi conocimiento del mismo al Sr. Alberto Paz Posse, quien me envió un artículo publicado en el antiguo diario tucumano “El Orden” el 25 de Julio de 1912. En ese artículo titulado UNA 18

RELIQUIA HISTORICA JURADA EN TUCUMAN EN 1812. LA BANDERA DE LA VIRGEN GENERALA, HECHA POR BELGRANO PARA LA VIRGEN Y TUCUMAN, escrito por el sacerdote Joaquín Tula, se hace referencia a una bandera que habría sido diseñada por Belgrano y que se asemejaría a la que fuera la bandera oficial de Tucumán entre 1995 y 2008: Hacia el lado derecho tiene dibujada una gran cruz de color verdinegro, de cuyos brazos caen pendientes los escapularios de Nuestra Señora de las Mercedes, y toda ella orlada con anchos gajos de laurel a manera de corona simbólica. Refiere la tradición que esta bandera fue mandada a hacer por Belgrano, a raíz de la batalla de Setiembre, haciéndola jurar por las tropas en el mes de Octubre siguiente, todo lo cual esta admirablemente conforme con las relaciones del general Paz en sus “Memorias Postumas” Después del juramento, que tuvo lugar, según el testimonio de don Hipólito Suárez, en la plaza Independencia, la sagrada enseña fue por orden del general colocada en la torre del Templo de la Victoria donándola en definitiva a la Virgen como un homenaje del ejército a su celestial generala. En los días aniversarios de 24 solía aparecer en la misma torre del templo, hasta que en el año 1864 se le ocurrió al presbítero don Clemente Montaño destinar al fuego la preciosa tela. Pero si Belgrano reivindicó lo católico, José de San Martín fue mucho más allá, llegando a imponer pautas totalmente ajenas a lo que hoy recibe el nombre de “tolerancia religiosa”. En “Efemeridografía Argireparquiótica o sea de las Provincias Unidas” (Buenos Aires – 1868), Antonio Zinny destaca que: “en el ejército que instruía San Martín hubo ordenanzas militares dictadas poco antes de marchar a la campaña de la restauración de Chile”. La primera ley que se establece para la ocasión es que “todo el que blasfemare del Santo nombre de Dios, o de su adorable Madre, e insultare la Religión, por primera vez sufrirá cuatro horas de mordaza atado a un palo en público por el término de ocho días, y por segunda vez, será atravesada su lengua con un hierro ardiente y arrojado del cuerpo”. Ya en su cargo de Protector del Perú, San Martín dictó el Estatuto Provisional de 1821 que, en su Sección Primera presentaba los siguientes artículos: 1o. La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la Religión del Estado: El Gobierno reconoce como uno de sus primeros deberes el mantenerla y conservarla por todos los medios que estén al alcance de la prudencia humana. Cualquiera que ataque en público o privadamente sus dogmas y principios, será castigado con severidad a proporción del escándalo que hubiese dado. 2o. Los demás que profesen la Religión Cristiana, y disientan en algunos principios de la Religión del Estado, podrán obtener permiso del Gobierno con consulta de su Consejo de Estado, para usar el derecho que les compete, siempre que su conducta no sea trascendental al orden público. 3o. Nadie podrá ser funcionario público si no profesa la Religión del Estado. Entre quienes firman este Estatuto ampliamente beneficioso para el Catolicismo, dado el 8 de Octubre de 1821 en el Palacio Protectoral de Lima, entre otros figuran -obviamente- José de San Martín, relativizándose así la idea de su adhesión a la Masonería y, paradójicamente, Bernardo de Monteagudo, el mismo que diez años antes formó parte del grupo revolucionario que mancilló la Fe Católica de los pueblos altoperuanos. Pero, como si con esto no bastara, “entre diciembre de 1821 y febrero de 1822, Monteagudo dictó una serie de resoluciones destinadas a desterrar, confiscar parte de sus bienes y prohibir el ejercicio del comercio a los españoles peninsulares que no se hubiesen bautizado”. http://defierro.wordpress.com/biografias-m-p/

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LAS BATALLAS DE VILCAPUGIO Y AYOHUMA En el Alto Perú, el Ejército del Norte comandado por Manuel Belgrano, sufrió dos reveses de enorme importancia. Ambas batallas se disputaron en Vilcapugio (1) y Ayohuma (2). VILCAPUGIO o VILLCAPUJIO es un paraje del Departamento Oruro (Bolivia) por el que atraviesa la Ruta 1, en el cual las tropas del Ejército del Norte, comandadas por Manuel Belgrano fueron derrotadas el 1 de Octubre de 1813. En el enfrentamiento, el Ejército del Norte estaba haciendo pasar un muy mal momento al ejército realista comandado por Joaquín de la Pezuela hasta que en circunstancias muy poco claras hubo una orden de retirada, lo que terminaría significando la derrota del ejército de Belgrano. Sin embargo, los realistas pagaron muy caro el triunfo ya que, según Lamadrid, muchos soldados del rey murieron y no pocos se dispersaron, a lo que agrega que Pezuela regresó al campo de batalla mucho después de la retirada patriota. Lamadrid dice que en Arequipa estalló una rebelión probablemente como resultado de anticipadamente creerse perdida la batalla. A ello agrega que muchos dispersos del ejército realista se reunieron en Condo y que aún dos o tres días después de la batalla no habían recogido ni sepultado los cadáveres de sus camaradas. La actuación de las tropas que quedaron como vencedoras, fue tan poco lucida, que así se expresa el autor boliviano Jorge Querejazu sobre el tema: “el ejército de Pezuela quedó tan maltrecho que no pudo perseguir al de Belgrano, el cual logró establecerse en la zona de Macha” . (JORGE QUEREJAZU: “La Amazona y el Caudillo”, página 23. Imprenta - Editorial Tupac Katari. Sucre, Bolivia. 2005).

Nos preguntamos si el General San Martín hubiera tenido la relevancia que tiene en nuestra historia si no se producía, en Vilcapugio, esa desafortunada orden de retirada, que finalmente significaría la derrota del Ejército del Norte. Entre la Batalla de Vilcapugio y Ayohuma, Belgrano estableció el cuartel del Ejército del Norte en Macha (localidad del Norte del Departamento Potosí). La Batalla de Ayohuma tuvo lugar el día 14 de Noviembre de 1813 en un sitio cercano a Macha (11 kms según Wikimapia). Tenemos dudas con respecto al verdadero nombre del campo de batalla, ya que si bien la historia siempre se ha referido a este enfrentamiento como “Batalla de Ayohuma”, hemos escuchado a personas conocedoras del tema, entre otros al investigador Adolfo Mario Golman referirse a la batalla de Charaguayto o de Ayoma. El investigador en cuestión, que en Enero de 2006 estuvo en el sitio de la batalla, nos comentó que el verdadero nombre del lugar es Ayoma, y que los pobladores que se ven en los caminos sólo hablan quechua. También nos comenta que si a los lugareños se les pregunta por Ayohuma, no saben de qué les están hablando, pues el sitio es conocido actualmente como Ayoma. A la vez, para tener más éxito en la consulta, es oportuno pronunciar la Y como I y no como SH, como en amplias regiones de la Argentina se acostumbra. Si bien yo no tuve la suerte de estar en el sitio donde fue el enfrentamiento, sí tuve oportunidad de viajar de Potosí a Macha. Mi experiencia fue parecida a la de Mario Golman ya que, si bien los hombres a quienes les hicimos algunas consultas relacionadas con la ruta en el denominado Cruce de Macha hablaban Castellano, las mujeres, al parecer, no lo dominaban. Estas mujeres campesinas e indígenas a las que les consulté en la ruta de tierra que une Ventilla con Macha, solamente se expresaban en un Quechua muy cerrado y prácticamente imposible de entender, a diferencia del Quechua que en distintas ocasiones 20

escuché en la Ciudad de Potosí, ya sea a los bilingües niños lustrabotas de la plaza central o bien a los locutores radiofónicos, que se expresan con un Quechua citadino bastante castellanizado y con una fonética más relajada que permite a alguien como yo, que apenas sé expresarme en Quechua y que con mucha suerte puedo mantener un diálogo en los niveles básicos, entender con mas facilidad el Quechua de la ciudad que aquel que se habla en el campo. Sirvan estos datos no como alusiones pintorescas, sino para imaginar el panorama lingüístico que debió haber encontrado Belgrano en 1813, en que si bien los caudillos altoperuanos hablaban en Castellano, suponemos que la mayoría de los guerreros no lo dominaban, ya que solo deberían saber expresarse en Quechua y Aymara. En esta batalla volvió a ser derrotado el Ejército del Norte. Lamentablemente, muchas veces se habla, como consecuencia del resultado de la campaña altoperuana de Belgrano, que éste tenía sus serios defectos como estratega militar. No es nuestra preocupación analizar sus virtudes o falencias como tal. Del mismo modo que hay quienes critican esta faceta de Belgrano, también hay quienes, con conocimiento del tema, lo defienden. Nos parece un debate sumamente interesante, pero ajeno a este capítulo. Lo que sí pensamos es que, si las autoridades nacionales en 1812 le encomendaron la tarea de ponerse al frente del ejército que venía descendiendo del Alto Perú, y luego de la campaña a esa región, es porque alguna virtud tendría. Negarlo sería sostener que las autoridades de las Provincias Unidas en 1812 eran unos estúpidos o unos suicidas, pues a nadie se le encomendaría tamaña responsabilidad de no estar capacitado para ello. Las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma son, ni siquiera, analizadas a las ligeras. Directamente se las califica de “desastre”, sin comentar que, por ejemplo en Ayohuma, “las tropas que se estaban por enfrentar presentaban una desproporción importante. Mientras que la caballería patriota doblaba en número a la realista, los españoles contaban con el doble de infantería y diesiocho piezas de artillería, contra ocho de las tropas de Belgrano”, según el portal Wikipedia, que nos indica que la artillería patriota no tenía la suficiente potencia como para hacer daño al ejército realista. Con estos datos, empiezan a cerrar las cosas. En gran forma, el Ejército del Norte, reforzado con indígenas no preparados debidamente para la guerra, perdió la batalla a partir del inferior armamento. Se critica a Belgrano por ambos fracasos militares. Pero no se tiene en cuenta que el Ejército del Norte no iba “de cacería”, sino a enfrentarse con un ejército tremendamente profesional al que produjeron 200 muertos y 300 heridos, lo que significó que, sumado ese dato al enorme desgaste que produjeron los guerreros de la Independencia a los realistas, éstos no pudieran perseguirlos en su retirada a Potosí, según el Portal Revisionistas. Ayohuma fue una derrota previsible, ya que como destaca Larran de Vere, solo 1000 de los soldados de Belgrano eran veteranos. Pero a la vez muy honrosa, pues las tropas belgranianas, según el parte del general realista, en pasajes muy desfavorables del combate, permanecían sin retroceder “como si hubiesen criado raíces en el lugar que ocupaban”, hace notar Larran de Vere. Una anécdota prácticamente desconocida en la Argentina nos la hace saber el investigador salteño Yayo Pérez Torres, quien comenta que, días después de la Batalla de Ayohuma, a seis indios que colaboraban con el ejército de Belgrano, los realistas los toman prisioneros en Macha y les pintan las caras de blanco y azul previo a ejecutarlos. http://www.youtube.com/watch?v=mi3Qw_ZVRkE

Ya en Potosí, días después de la Batalla de Ayohuma, y en el momento previo a la retirada hacia el actual territorio argentino, Belgrano ordenó dinamitar la Casa de la Moneda, lo que finalmente no sucedió. El General José María Paz, en sus Memorias Póstumas, afirma que el citado edificio no estalló por culpa de un oficial mendocino de apellido Anglada quien, 21

como Mayor de la Plaza de Potosí, habría accedido al pedido de una mujer que simpatizaba con los realistas de evitar la explosión, que debía suceder cuando las topas belgranianas ya estuvieran alejadas de la ciudad. Por esa traición a Belgrano, los realistas acogieron a Anglada en su ejército. De haber estallado el citado edificio, los realistas se hubieran visto en un grave problema. Sin embargo, a casi doscientos años de Ayohuma, celebramos que ello no haya sucedido, ya que hubiera significado la pérdida de uno de los edificios históricos más importantes de Hispanoamérica y uno de los principales íconos de la Ciudad de Potosí. Mas allá de las posturas de quienes lean estas líneas, creo que los lectores coincidirán conmigo en ese punto ya que, independientemente de las simpatías o antipatías que despierten los realistas en estudiosos e investigadores, la impresionante cantidad de turistas bolivianos y extranjeros que visitan la Casa la Moneda, es testimonio de que este edificio conserva una riqueza histórica incomparable, además de haber sido testigo de una dolorosa página en la historia de aquella proto Argentina. Manuel Belgrano, se refiere a su orden de dinamitar la Casa de la Moneda de Potosí y a la minería alto peruana el 19 de Noviembre de 1813: “No pudiendo pues sostenerme en este punto [Potosí] he dispuesto la destrucción de la Casa de Moneda, único aliciente, porque tal vez el enemigo más hace la guerra, y la extracción de todos los fondos; imposibilitando el giro al Banco y todo cuanto pueda ser en beneficio de los Tiranos, pues me he propuesto de que lo que no sirva para nosotros, se acabe y destruya aunque sea reduciéndonos a la clase de (ilegible) Provincias. Esta operación que acaso parecerá imprudente a los que no reflexionan, es a mi entender la que va a variar todo el aspecto del Perú en los moral y físico: La clase de la minería es la gente más corrompida que puede presentarse en el universo y puedo asegurar a V.E. que en este pueblo que se compone y subsiste de ese ramo, no he hallado un hombre en quien fiarme. He dicho que también variará el Perú en su aspecto físico y que debiendo la gente buscar otro modo de subsistir se dedicará a la agricultura e industria, y eso también reformará sus costumbres que, son las más primeras y hará hombres de bien en que estos Países carecen desgraciadamente”. (Archivo General de la Nación, Guerra, Ejército Auxiliar del Perú, Julio-diciembre de 1813, Legajo X 310-6.") **********

No podemos terminar este capítulo sin mencionar a las afrorioplatenses Niñas de Ayohuma, heroínas de la independencia olvidadas tanto por nuestra dirigencia política formada en base a doctrinas extranjeras, como por las elites intelectuales, aficionadas a libros de autores marxistas y liberales. Injustamente ignoradas, solo se conoce el nombre de una de ellas, María Remedios del Valle (3), quien tuvo que llegar a mendigar en las puertas de los templos de Buenos Aires. Como tucumanos, nos reconforta que un conocido centro educativo de Banda del Río Salí lleve por nombre Niñas de Ayohuma. Muy poco es lo que se ha escrito de ellas. Solo se sabe qué fue de la vida de la citada María Remedios y creemos oportuno reproducir un poema de José Rafael “el Chacho” Arancibia titulado “Madre de la Patria”: María Remedios del Valle, recuerden es la madre de la Patria, morrunga negra porteña curtida a látigo y pala. Hoy que tilingos la sueñan de ojos claros y piel blanca, ah, ella les mojó la oreja con el grito de "abran cancha", que esta milica morena 22

sin su merecida estatua es más patriota que muchos hechos bronce en las plazas. En la noche de Ayohuma la suerte ya estaba echada y en manos del enemigo por ser negra torturada no se te cayó una mota ni tampoco una palabra. Al llegar a Capital por entrevero y batallas murió tu hijo y tu marido y el entenado, caramba. Siempre de luto tu piel, pero azul blanca tu alma. Ni la misma morenada recuerda tu vida y lucha, salvo el candombe que escucha, dolor de antigua llamada. Todo sigue -la gran puchacomo si no pasó nada. De haber estado en Malvinas hoy no habría ni un pirata pues junto al gaucho Rivero ni un gringo se te escapaba, menos tratantes de esclavos o los cipayos del Plata. Destiñó tu chaquetilla con el llanto de otras madres al preguntar por los suyos caídos en cien combates, y nadie te preguntó por tus negras soledades. Menos mal que Juan Manuel te encontrara aquella tarde y te puso su apellido pa' no seguir mendigante, pero en el '47 la muerte vino a llevarte.

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NOTAS AL CAPÍTULO LAS BATALLAS DE VILCAPUGIO Y AYOHUMA (1) VILCAPUGIO. Topónimo de origen quechua originado en las voces Willka (sagrado) y Pujiu (manantial). Traduciremos WILLKAPUJIU como Manantial Sagrado. (2) AYOHUMA. Topónimo compuesto por las voces Ayo y Uma. Pensamos que Ayo puede ser una deformación fonética de la voz quechua Aya (cadáver), mientras que tenemos la certeza que Uma es una voz quechua que traduciremos al Castellano como Cabeza. En caso que Ayohuma sea una deformación fonética de AYAUMA, sostenemos que su significado es “Cabeza de Cadáver”. (3) Recomendamos la lectura de un artículo llamado “Una Niña de Ayohuma mendigando en Buenos Aires”, de la Profesora Ma. Cristina Fernández, reproducido en distintos sitios de Internet.

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LAS BANDERAS DEL TEMPLO DE TITIRI ACLARACIÓN PREVIA 1º. No es el objeto de este escrito aclarar si alguna de las banderas encontradas en el templo de Titiri en 1885 fue la que Belgrano hizo jurar en 1812 en el Río Paraná. 2º. No es el objeto de este escrito dilucidar si alguna de las banderas halladas en el templo de Titiri en 1885 fue la que Belgrano hizo bendecir en 1812 en la Catedral de San Salvador de Jujuy. 3º. El objeto de este trabajo es preguntarnos si las banderas en cuestión fueron mandadas ocultar en el templo de Titiri por orden del General Manuel Belgrano. ********** Macha es una localidad del Norte del Departamento Potosí (Bolivia) de gran importancia en la rebelión 1780 liderada por Tomás Katari, quien no tuvo otra opción que alzarse con los indígenas de la región por la desproporcionada suba de impuestos de las autoridades coloniales. Macha, no es ajena a la historia argentina, ya que entre las batallas de Vilcapugio (1 de Octubre de 2013) y Ayohuma (14 de Noviembre de 1813) allí se instaló el cuartel General del Ejército del Norte, residiendo el General Manuel Belgrano en la parroquia de esa localidad. Es también muy conocida una festividad que se celebra a escasos metros de la Torre Mallku, en la plaza de Macha los días 3 de Mayo de cada año: El Tinku, que en medio de música regional y algarabía, algunos participantes, siempre con el control de la policía, se toman a golpes de puños hasta sangrar, en el concepto de que la sangre alimentará a la Madre Tierra. Hacia 1813 del Curato de Macha dependía un templo ubicado en un sitio no muy lejano de nombre Titiri. En esa región, el 14 de Noviembre de 1813 el Ejército del Norte comandado por Manuel Belgrano fue derrotado por las tropas realistas en la Batalla de Ayohuma. Varias décadas después de la contienda, ya en 1885, en el templo de Titiri, quienes estaban haciendo una limpieza, se dieron con una enorme sorpresa al encontrar, muy bien escondidas, dos banderas con los colores de la bandera argentina. Hay que resaltar que EL HALLAZGO NO SE DEBIÓ A UNA BÚSQUEDA EN BASE A LIBROS DE HISTORIA, NI DE DOCUMENTOS QUE PUDIERAN HABER EXISTIDO EN POTOSÍ DESDE 1813, NI POR INTERÉS EN ENCONTRAR OBJETOS DEL PASADO. Nada de eso. El hallazgo de las banderas en el templo de Titiri fue por pura casualidad. EN LA MENTE DE NADIE DE LA ÉPOCA ESTABA LA IDEA DE QUE PUDIERAN EXISTIR LAS BANDERAS EN CUESTIÓN. Una de ellas, tenía exactamente el mismo diseño de nuestra bandera, mientras que la otra presentaba un diseño invertido (las franjas superior e inferior eran blancas, mientras que la franja central era celeste). La primera, se denomina Bandera de Ayohuma, y se exhibe en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, mientras que la segunda es la Bandera de Macha en cuestión, y puede ser observada en el museo de la Casa de la Libertad de la Ciudad de Sucre.

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Nada se sabía en el Siglo XIX sobre la denominada Bandera de Ayohuma como tampoco de la de Macha hasta que el párroco de Macha, Primo Arrieta, las encontró en el templo de Titiri en 1885. No solo eso. También sería interesante saber cuantas personas se preguntaban en el Siglo XIX sobre el destino de “las banderas que Belgrano llevó al Alto Perú”. A ello, agreguemos que pareciera no existir documento alguno que nos revele qué suerte corrieron las mismas. Creemos que ni Belgrano, ni José María Paz, ni Lamadrid, ni historiador español o altoperuano alguno entre 1813 y 1885 hacen referencia a las banderas encontradas en ese templo por el Padre Primo Arrieta. No conozco y nadie me mencionó libro ni documento de entre 1813 y 1885 en que se hable de esas banderas. Nadie -que yo sepa- dijo nada sobre ellas, como por ejemplo que hayan sido extraviadas, ni incendiadas, ni que hayan caído en manos del enemigo, como tampoco que Belgrano o algún soldado patriota las haya conservado, ni mucho menos que Belgrano las haya mandado ocultar en Titiri ni en otro lugar. Sin embargo, desde el hallazgo de 1885, se ha impuesto la idea de que se trata de “las banderas que Belgrano mandó ocultar en el templo de Titiri”, sin que documento alguno avale tal posibilidad. Reitero: HASTA QUE FUERON ENCONTRADAS POR LA MÁS ABSOLUTA Y PURA CASUALIDAD, MUY DIFICILMENTE ALGUIEN PODÍA IMAGINAR QUE EN EL TEMPLO DE TITIRI HABÍA OCULTAS DOS BANDERAS QUE PUEDEN SER LAS BANDERAS QUE BELGRANO LLEVÓ AL ALTO PERÚ. Quien por primera vez las mencionó fue Primo Arrieta, quien en carta dirigida al Oficial Mayor de Relaciones Exteriores de Bolivia, Telésforo Aguirre, fechada en Potosí el día 24 de Noviembre de 1892, le informa sobre su hallazgo. En la misiva, Primo Arrieta comenta que habiendo consultado a dos ancianos capilleros, estos le dijeron que estaban al tanto de una batalla en la que había intervenido el cura de Macha quien, al identificarse con el ejército perdedor (a tal punto habría estado involucrado el Padre Aranívar con Belgrano que, entre las batallas de Vilcapugio y Ayohuma, éste residió en la casa parroquial de Macha), debió huir del pueblo para exiliarse en las comunidades indígenas llegando alguna vez a Macha de incógnito, a lo que agrega, refiriéndose al entonces párroco de Macha, que “éste fue quien trajo esas banderas”. Muy bien. Ya sabemos entonces que Primo Arrieta fue quien difundió el concepto de que las banderas encontradas por él en Titiri fueron ahí ocultadas por el Padre Aranívar, párroco de Macha y aliado de Belgrano más de siete décadas antes. Entonces, nos preguntamos: ¿en base a qué documentos sostiene tal hipótesis Primo Arrieta? Creemos que a ninguno. Solamente obtiene datos de un par de paisanos que tenían vagos conocimientos sobre una batalla ocurrida en las cercanías del templo más de setenta años atrás: “en tiempos del rey”. Creo que NO SE CONOCE DOCUMENTACIÓN QUE RESPALDE LA TEORÍA DE QUE LAS BANDERAS HALLADAS POR PRIMO ARRIETA EN TITIRI HAYAN PERTENECIDO A BELGRANO. Banderas que, luego de la derrota de Ayohuma, el Padre Aranívar supuestamente escondió en el templo. Primo Arrieta se estaría basando solamente en poco contundentes recuerdos; y sobre ello me pregunto: ¿Cuan generalizado estaba en Macha y en el Norte de Potosí entre 1813 y 1885 el conocimiento de que ambas banderas estaban escondidas en un templo de la región? Muy difícil de saber, aunque me temo que muy pocos o directamente nadie estaba al tanto de ello. Es más. Los norpotosinos de 1885, que ya no eran habitantes de las Provincias Unidas, sino de la República de Bolivia, a lo mejor, muy poco les hubiera interesado investigar sobre dos banderas extranjeras supuestamente extraviadas por un ejército 26

formado principalmente por argentinos en una época en que a nadie se le hubiera atravesado la idea de la existencia de un país llamado Bolivia. Agrego otra pregunta: ¿con qué necesidad Belgrano mandaría ocultar las banderas, siendo que no tenía necesidad de hacerlo? NO CREO QUE BELGRANO HAYA ORDENADO OCULTAR LAS BANDERAS. Es muy difícil que haya si quiera analizado esa posibilidad, toda vez que TRASLADAR DOS BANDERAS, POR MAS DURA QUE FUERA LA RETIRADA, ES ALGO MUY SIMPLE Y CON RIESGO PÁCTICAMENTE CERO, comparado con la tarea de tener que trasladar heridos, cientos de fusiles, o bien cañones. Considero que era totalmente innecesario mandar ocultar las banderas, ya que bastaba con doblarlas y ponerlas en una bolsa, como el lector imaginará. TRASLADAR UNA BANDERA ES ALGO POR DEMÁS FÁCIL. LO DIFICIL ES TRASLADAR UN CAÑÓN O BIEN CAMARADAS HERIDOS. La historia de las banderas de Titiri está llena de interrogantes. Sin embargo hay datos que sí pueden ser corroborados, como por ejemplo que los libros de registro de la Parroquia de Macha, hasta el día anterior a la batalla de Ayohuma, eran firmados por Aranivar y que, a posteriori de la batalla, quien firma dichos libros, era otra persona apellidada Laguado, de acuerdo a lo que, a raíz del hallazgo, investigó Primo Arrieta. Bajo ninguna circunstancia se puede negar que las banderas encontradas en Titiri hayan sido las banderas de Belgrano, pero sostener que sí lo fueron es totalmente infundado. Y así lo será hasta el día en que aparezca algún escrito de la época que haga mención a una bandera blanca en sus extremos y celeste en la franja del centro que Belgrano haya llevado a su campaña altoperuana. El día que aparezca un documento de la época en el que se especifique que Belgrano mandó ocultar sus banderas en Titiri, en el cual se describa el diseño de ambas, se despejarán todas las dudas. Mientras ello no suceda, todas las teorías e hipótesis sobre el tema son resultado de deducciones y especulaciones. Entiéndase que ESTO NO ES UNA CRÍTICA A QUIENES AFIRMAN QUE LAS BANDERAS ENCONTRADAS EN TITIRI FUERON LLEVADAS AL ALTO PERÚ EN 1813. No pretendo polemizar al respecto, ya que la lógica nos indica que sí pudieron serlo. No es nada descabellado pensar que, por los colores de ambas banderas, la cercanía de Titiri al lugar donde se desarrolló la batalla y otros argumentos que esgrimen quienes defienden la idea de que las banderas de Macha y Ayohuma son las banderas de Belgrano y del Ejército Auxiliar del Perú, tengan razón. Pero no existe documentación que avale sus hipótesis. No soy nadie para criticarlos puesto que yo, durante años, jamás cuestioné lo que ahora pongo en tela de juicio. La primera vez que escuche hablar de la Bandera de Macha fue allá por el año 1996 en un muy interesante programa llamado Nativo América, conducido y producido por la Sra. Poldy Abate, que se emitía por LRA 15 - Radio Nacional Tucumán. Circunstancialmente grabé esa emisión y años después volví a escuchar la grabación. La historia me apasionó tanto que una y otra vez volví a escuchar la cinta, hasta que cierto día me propuse llegarme a Sucre a conocer la Bandera de Macha, lo que sucedió en el Invierno de 2006. Por sugerencia del investigador barilochense Mario Adolfo Golman, conocí al director de la majestuosa Casa de la Libertad, donde la Bandera de Macha se exhibe, el señor Mario Linares Urioste. En una amena charla, cuyo tema era precisamente la presencia de Belgrano en la actual Bolivia, nos planteamos una situación. Sin dudas que hubo algunos miles de personas que vieron en el campo de batalla a las banderas de Belgrano. Entre esos miles, seguramente muchos argentinos que allí estuvieron, no solo que regresaron, sino que, además, dos de ellos (Paz y Lamadrid) se refirieron con lujos de detalles a la campaña altoperuana. Entonces se produjeron dos interrogantes. El primero: ¿por qué no se refieren a esas banderas, y en particular a la de Macha esos soldados – historiadores? El segundo interrogante: ¿Por qué 27

ninguno de los tantos soldados o autoridades argentinas, luego de producida la independencia de Bolivia, planteó la necesidad de investigar qué fue del destino de las banderas que estuvieron en la batalla de Ayohuma? Se me ocurren distintas respuestas, y con todo el derecho que tengo a equivocarme, me temo que una de esas respuestas puede ser la siguiente: NINGÚN SOLDADO ARGENTINO QUE ESTUVO EN AYOHUMA PLANTEÓ ESAS INQUIETUDES PORQUE A LO MEJOR BELGRANO NO HAYA DEJADO SUS BANDERAS EN EL ALTO PERÚ. Entonces surge otro interrogante. Si las banderas de Titiri no fueron las banderas de Belgrano, ¿a quien pertenecerían? Y me respondo: Solo Dios lo sabe, a lo que agrego: sin documentación, y habiendo pasado tantas décadas del hecho, toda teoría es infundada. También pareciera ser que nadie trató de averiguar sobre el deterioro que presentan ambas banderas. Deterioro que excede ampliamente el daño lento y paulatino que el tiempo genera en cualquier textil. Por el contrario. Las banderas de Titiri presentan daños que solo pueden producirse por haber sido disputadas del modo mas violento por dos o mas personas, faltándoles importantes pedazos de tela a ambas. En el caso de que hayan los realistas tratado de arrebatárselas a los patriotas, alguien tendría que haberse referido a ese hecho no menor. Pero no tenemos conocimiento de ello. Fue a partir de ese momento que empecé a cuestionar la idea cuasi dogmática de que las banderas de Titiri hayan sido las de Belgrano. Reitero que NO CRITICO A QUIENES AFIRMAN QUE AMBAS BANDERAS FUERON RESGUARDADAS POR EL CURA ARANIVAR por indicaciones de Belgrano. Lo que sí me parece digno de todo cuestionamiento es que la Bandera de Macha se haya adoptado como bandera de la Provincia de Tucumán. Ese vacío documental les viene como anillo al dedo a quienes en algunas representaciones teatrales sobre la Batalla de Tucumán la ponen en un lugar predominante del escenario. Lo mismo sucede con una conocida y reciente pintura del grupo artístico “Dibutopia” que representa ese hecho histórico. En la pintura de esos talentosos artistas tucumanos, se observa a un soldado patriota portando la Bandera de Macha mientras la caballería gaucha de Tucumán atropella a los soldados realistas, entre los que se encuentra uno de ellos con un estandarte con la Cruz de Borgoña muy parecido a los trofeos de guerra que se exhiben en la Basílica de la Merced de Tucumán. Sin dudar de las cualidades artísticas de Dibutopía, considero la inclusión de la Bandera de Macha en la mencionada obra, como también en un mural que pintaron en frente a la Plaza Belgrano, poco seria. En resumidas cuentas. Se puede afirmar o negar que las banderas del templo de Titiri hayan sido llevadas por el ejército de Belgrano al Alto Perú. En lo personal, me mantengo en una tercera posición, cual es la de la duda. Pero pensar que la bandera de Macha haya estado en la batalla del Campo de las Carreras es algo totalmente infundado, y que la Legislatura en casi su totalidad haya votado a favor de la oficialización de la Bandera de Macha como bandera de Tucumán, es un desatino total. Y un interrogante final que muy pocas veces fue planteado: las banderas encontradas en el templo de Titiri en 1885, ¿fueron confeccionadas en la actual Argentina o en la actual Bolivia durante la presencia de Belgrano en 1813?

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DIFERENCIAS ENTRE INDIGENISMO E INDIANISMO

Portada de una de las distintas ediciones de La Revolución India, libro de Fausto Reinaga, pionero de la corriente Indianista.

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QUÉ ES EL INDIGENISMO La América prehispana no fue el paraíso terrenal que se pretende hacer creer. Se puede escribir cientos de páginas sobre ese tema, pero lo sintetizaremos diciendo que Yawar es una voz quechua que se traduce como “Sangre”. La encontramos en descripciones de enfrentamientos entre los incas y otros pueblos prehispanos, como en el caso de Yawarpanpa (el Inca Garcilaso escribe Yahuarpampa), un nombre compuesto por las voces quechuas Yawar (sangre) y Panpa (llanura) que se traduce al Castellano como Llanura de la Sangre. Recibió ese nombre un sitio que fue escenario de una sangrienta batalla entre Incas y Chancas en la que murieron más de treintamil personas en ocho horas, según el Inca Garcilaso. El enfrentamiento se produjo en un lugar que luego se denominaría Yawarpanpa (llanura de la sangre, en Quechua), no solo por la impresionante cantidad de sangre que regó el suelo, sino porque, según los indios que allí estuvieron, corrió sangre por un arroyo seco que atraviesa el campo de la batalla, comenta Garcilaso en los Comentarios Reales (Libro V, capítulo XIX); a su vez Yawarqocha es un nombre compuesto por las voces quechuas Yawar (sangre) y Qocha (lago) que se traduce al Castellano como “Lago de la Sangre”. Pedro Cieza de León, quien escribe “Yaguarcocha” en “El Señorío de los Incas”, comenta que este término se origina en una matanza que el Inka Wayna Qhapaq realizó en el actual Ecuador. La misma consistió en degollar a los jefes de un pueblo rebelde y echarlos en un lago cercano. El agua perdió su color para tornarse roja por la espesura de la sangre. Esa es la realidad de América antes de la victoria de Atawallpa sobre su medio hermano Waskar. Atawallpa, usurpador del trono, mandó matar a un muy importante número de familiares directos de Waskar, como lo describe el Inca Garcilaso en los capítulos XXXV a XL de los Comentarios Reales. La madre de Garcilaso, mujer de la nobleza cusqueña, logró sobrevivir. Con esa guerra fraticida, se empezaría a desmoronar al Imperio Incaico, lo que terminaría de suceder con la llegada de los españoles pocos años después. Lejos de lo que puede suponerse, los hispanos no necesitaron millares de soldados con pormenorizada formación militar y munidos de sofisticado armamento para afianzar su dominio en América. Por el contrario. Los españoles no fueron los responsables de la caída del Tawantinsuyu, sino los pueblos indígenas sometidos por los incas, que vieron en los españoles un muy falso salvoconducto hacia su liberación. Si no hubiera existido apoyo militar o logístico de pueblos indígenas hacia los españoles, muy difícil que éstos se hayan podido asentar en nuestro continente. Podemos dar muchos ejemplos sobre el tema, pero daremos uno de gran riqueza histórica: “en la gran revolución india, iniciada en Macha hacia el año de 1780 por el caudillo Tomás Catari, cuyos hermanos, Dámaso y Nicolás fueron traicionados, vendidos y entregados en Chuquisaca, a las autoridades de la Audiencia de Charcas por los indios de Pocoata, los cuales, recibieron como precio de su traición 300 $. Desde aquellas épocas los indios y cholos de Macha guardan recónditos odios contra sus iguales de Pocoata”. (FAUSTO REINAGA: “Tierra y Libertad”, Pág. 41. Ediciones Rumbo Sindical. Bolivia).

Los españoles supieron sacar réditos de las rivalidades entre pueblos indígenas para afianzar su dominio en América; dominio que en algunos casos iba de la mano de la mas dura explotación, como en el caso del yacimiento argentífero de Potosí. (1) Más allá de que los hispanistas recurran a las excusas mas rebuscadas y sofisticadas para pretender imponer que los abusos cometidos por los españoles en América fueron hechos menores, independientemente de las leyes protectoras de los indígenas, y aunque se pueda exagerar los atropellos que padecieron los pueblos nativos, los españoles explotaron, maltrataron, y ultrajaron a esos pueblos. Es así que la explotación desconsiderada al nativo de nuestro continente por parte de las autoridades coloniales que no respetaban las Leyes de Indias y luego, el mal trato de los criollos a los indígenas que trabajan en sus haciendas, 30

llegando a usar el látigo y en algunos casos sintiéndose dueños del derecho de pernada mas las condiciones de pobreza y miseria que padecían las mayorías nativas, generaron lo que hoy conocemos como Indigenismo, término con que se califica a una línea de pensamiento que, en los más distintos órdenes, reivindica todo o por lo menos mucho de lo prehispano. Explicar qué es el Indigenismo no es tarea sencilla. De hecho, no existe una doctrina indigenista ni es fácil ponerse de acuerdo en aspectos que podrían ser básicos, como por ejemplo quién fue el fundador del Indigenismo, llegando a haber quien dice que éste comienza, paradójicamente, con dos religiosos católicos. Para unos, con Fray Bartolomé de las Casas; para otros, con Antonio de Montesinos. Así, creemos que el Indigenismo no es uno solo, sino que, al igual que ciertos movimientos que no tienen una única raíz doctrinaria, existen tantos indigenismos como indigenistas hayan. Procurar entender qué es el Indigenismo desde una óptica política es complicado, ya que se trata de un movimiento que nuclea a gente de los más variados orígenes y seguramente con distintos intereses. No hay que confundir tampoco Indigenismo Político con Indigenismo Cultural. Una cosa es el interés intelectual por las culturas indígenas. A los interesados en esos aspectos (arte, música, arquitectura, gastronomía, idiomas), les cabe perfectamente el calificativo de indigenistas. Pero el interés cultural no necesariamente tiene que ir de la mano con el Indigenismo Político, que tiene hoy en Evo Morales a su principal referente con una notable influencia de las Izquierdas, algo que se repite en muchos movimientos indigenistas. Ello queda reflejado en las siguientes citas: “Es importante, muy importante no olvidar ni pasar por alto que Evo Morales no representa ni el pensamiento ni el espíritu del indio, a pesar de ser indio de sangre; es la resurrección del izquierdismo en el cuerpo de un indio”. (MARIANO AMARU CRUZ: “Wiphalas al Viento”. Artículo publicado en la revista Mallki No 12 en La Paz, Bolivia en 2006).

“El hermano Evo Morales es prisionero de estos comunistas, tránsfugas y oportunistas. ¿Quiénes manejan realmente los hilos del gobierno nacional actual? Son los comunistas, entonces al hermano Evo lo manejan como a un muñeco y eso debe estar muy claro a nivel de la opinión pública”. (Lic. Juan Choque Apaza. Entrevista realizada por el periódico Pukara No 18 en La Paz – Bolivia, en Mayo de 2007).

“Evo Morales es indio, eso es importante. Tiene doctrina política izquierdista, no nuestra ideología, pero hace parte de nuestro pueblo. Quizás por ello toda la gestión de Evo Morales es débil. Evo ahora dice una cosa y en cuatro horas dice lo contrario”. (PEDRO PORTUGAL MOLLINEDO: “Constantino Lima: Memorias de un luchador indianista”. Artículo publicado por Periódico Pukara No 32 en La Paz – Bolivia, en Junio de 2008”).

“…tenemos presidente indígena, pero el neo indigenismo es promoción del mismo gobierno. El indigenismo surgió en tierras americanas como corriente de supuesta defensa de lo indígena, manifestándose en las artes, literatura y política. Era la expresión de lo indígena por los no indios. La figura del indio abundaba en todas su poses, en cuadros y pinturas, pero no eran indígenas quienes visitaban las galerías de exposición y menos quienes adquirían esos cuadros; el indio era el héroe de relatos y novelas, pero esos libros estaban ausentes de sus moradas. En lo político, se discutían paternales medidas de redención del indio, mientras éste seguía ausente en los círculos de poder y decisión. Y es que el indigenismo era una manera más de prolongar y mantener la situación de dominio y exclusión del originario. Era una manifestación romántica, superficialmente 31

halagüeña, dadivosa y promocional hacia el indio. Se trataba de enaltecerlo en las palabras y en las imágenes, para escarnizarlo mejor en la vida real de las relaciones sociales. Por ello una de las características del indigenismo es la hipérbole con que se refiere al indio. Crea un indio irreal, ficticio, casi un superhombre, para ubicarlo en el mundo ilusorio de la alegoría y no encarar así al indio real y objetivo. Actuar de otra manera significaría eliminar las relaciones de dominación y provocar que el indio sea cerebro y actor de su propia liberación y eso, justamente, el indigenismo busca evitar. Ahora está surgiendo un neo indigenismo y lo terrible es que surge en Bolivia alentado desde las mismas instancias del actual gobierno nacional. Esta situación parece incongruente dado que tenemos como presidente del país a un indígena, Evo Morales, pero es real y abundantemente probada en los hechos. A la larga medida de actos promocionales neo indigenistas se suma la ocurrencia de convocar a «sabios indígenas» para elaborar el currículo de la nueva reforma educativa. ¿Qué significa «sabios» para los convocadores? ¿Es lo que en aymara, por ejemplo, se denomina yatiri, o quizás amawt’a? ¿Saben qué rol juegan estos actores en la comunidad? Estos «sabios» serán remunerados con un estipendio mayor al que gana un diputado. ¿Conocen los promotores de este disparate el efecto que la monetarización produce en lugares donde todavía existen amawt’as y yatiris? Quizás si la conozcan y eso mismo pretendan lograr: la desestructuración social. En todo caso es una medida de show bussines, destinada al público sensible a la retórica neo indigenista. Olvidan, empero, que estamos en el siglo XXI y no en el XIX. Los intelectuales indígenas y no indígenas pueden tener otra aproximación al tema y el pueblo ha empezado un levantarse que no puede ser distorsionado ni interrumpido. Es urgente que el ejecutivo cambie de política, de otra manera el neo indigenismo corre el riesgo de convertirse en su lápida”. (Editorial del Periódico Pukara Nº 19. Editado en La Paz – Bolivia en junio de 2007)

En las últimas décadas, sectores progresistas y marxistas, que no se habían mostrado demasiado interesados en las culturas indígenas, se han apropiado de lo originario. Sobre el tema, Ayar Quispe, en su libro “Indianismo”, publicado en Enero de 2011 por Ediciones Pachacuti, es implacable con la Izquierda y el Marxismo, como queda reflejado en el siguiente fragmento de la página 28: “El año de 1989 ocurre el derrumbe del “socialismo real” en la Unión Soviética. Al desaparecer este referente histórico, los sectores de Izquierda de muchos países, abandonan esta bandera y sustento ideológico de Occidente. En el caso particular de Bolivia, la izquierda colonial desde la década del ’90 recurre a apropiarse de la “terminología indianista” para sobrevivir políticamente, es decir, han utilizado cínicamente los términos políticos e ideológicos indianistas para su beneficio político, como “Pachakuti”, “comunitario”, “pachamama”, “indianidad”, etc. En otras palabras, los “izquierdistas” se disfrazan con ropaje indianista para seducir a los indios. O mejor todavía, los “izquierdistas” se dan a la labor de vestir al lobo de oveja. Así por ejemplo, hoy día, el término socialismo comunitario aparece frecuentemente con toda naturalidad en labios de los “izquierdistas” del Movimiento al Socialismo. Hasta ha servido para intitular el libro de Carlos Adolfo Mier Aliaga, llamado El Modelo del socialismo comunitario. Pero estos “izquierdistas” le dan una nueva o distinta característica al socialismo comunitario. No se trata pues de un socialismo comunitario tal como nos dejaron nuestros antepasados, sino de un socialismo comunitario que fue contaminado con el Marxismo”. Ramiro Reynaga Burgoa, en una entrevista que puede ser vista en Youtube (buscar Ramiro Reynaga; "Tawa Inti Suyu") señala las incompatibilidades entre el Marxismo y lo indio: “Yo fui formado (o debería decir deformado) en la Juventud Comunista de Bolivia. Por eso quería hacer un puente entre mi ideología marxista y mi pueblo indio. El Comité Central del Partido Comunista me acusó cuando escribí “Ideología y Raza”…el Comité Central de Partido Comunista me dijo que yo estaba desviado hacia el Indigenismo, como una 32

enfermedad ideológica … entonces me dí cuenta que no se podía ser fiel al Marxismo y a la liberación india. Entonces me dije: ¿qué vale más? ¿La ideología europea o mi propio pueblo? Y rompí definitivamente con el Marxismo. El anterior Ministro de Educación, Félix Patzi, suele decir “soy aymara y soy marxista”. Eso equivale a que un judío diga “yo soy hitlerista”. Es igual. Las siguientes citas han sido extractadas del libro Tawa Inti Suyu, de Ramiro Reynaga Burgoa, editado en Lima en 1989 por el Consejo Indio de Sud América. Páginas 14 a 16: “Derecha e Izquierda adoran al desarrollo y al progreso, es decir la destrucción ilimitada de la naturaleza y de los pueblos” “Capitalismo y comunismo no sólo se parecen, se complementan. Aquel despoja a los pueblos de su habilidad para alimentarse, vestirse, alojarse, educarse, curarse, divertirse, vivir por sí mismos. Prepara la ecuación comunista: más pequeños e inhábiles los pueblos, más grande y poderoso el gobierno. El partido sabe y manda, la masa aprende y obedece”. “El comunismo y el capitalismo no solo se parecen y complementan. Forman una sola unidad. Son el proceso de dominación mundial del hombre blanco”. “La dicotomía capitalismo-comunismo es tan obstensible como falsa. Ellos, en el fondo, no son dos, son uno. Y una sola entidad merece un solo nombre. Yo lo llamo Capicom, el monstruo bicéfalo, genocida, etnocida, imperialista, patriarcal, tóxico y radiactivo”. Páginas 299 a 307: “Los roces del Marxismo con el pasado, presente y futuro kheswaymara son pocos, efímeros y hostiles”. “El marxismo cuando menciona nuestro pasado pierde su precisión al describir bancos e industrias. Balbucea con la típica nebulosidad del colonizador al describir el pasado de quien coloniza”. “El marxismo cuando menciona nuestro presente como resabio, desapareciendo o ya incorporados al mundo de mercado. Al llamarnos campesinos para eludir nuestro nombre kheswa o aymara nos niega y oculta”. “El marxismo no menciona nuestro futuro. Su visión del futuro es anticuada, es del siglo XIX. Como producto fabril que se imagina la Tierra de mañana fábrica total, Europa cubriendo todo el planeta. Ya industrializó, europeizó los pueblos siberianos”. “El marxista ofende nuestro ayer, niega nuestro hoy e ignora nuestro mañana. Según él siempre fuimos esclavos y la única esperanza que tenemos, en más de 50.000 años, son los grupículos marxistas. Precisamente quienes no desean conocer nuestra nación”. “el indio y el marxismo no estaban divorciados como yo creía, jamás estuvieron juntos ni se vieron. Mi esfuerzo por desalojar de la revolución el odio al indio fue censurado como peligrosa desviación de la verdad acuñada hace mas de un siglo por dos alemanes quienes supieron nada de Los Andes”. “Ahora veo mas factible ver al Vaticano santificar un kheswaymara que al marxismo sufriendo por el dolor del indio y reconociendo la colonización europea ideológica en Los Andes”. “No hay dos marxismos: uno europeo y el otro latinoamericano, hay uno solo, el otro es eco”. 33

“Un kheswaymara aprendiendo Marxismo es un kheswaymara aprendiendo ideas, palabras, valores europeos. Es un indio amestizándose”. “(en los Andes) los revolucionarios desprecian los idiomas oprimidos y originales. El marxismo ni siquiera usa el español vivo, indianizado, mayoritario de las poblaciones urbanas. Usa el español mas colonizante, arcaico, ibérico…”. “No hablar el idioma de un pueblo en su territorio es despreciarlo. Lo saben comerciantes y sacerdotes. Ambos en Los Andes van reemplazando el español por el kechua y el Aymara en la propaganda radial”. “El Marxismo en América habla, piensa, escribe en español, ingles o portugués. Todos portadores de la invasión cultural”. “cuando por primera vez el Marxismo habló Kheswa no fue en tierra kheswa. Fue en el Caribe. Por la Voz de Cuba, onda corta. Recién después lo usaron algunos marxistas andinos”. “Como religión, deporte, alcohol, moda en música o ropa, el marxismo puede ser un escape del sufrimiento colonial”. “El marxismo ahora condena a quién defiende al kheswaymara acusándonos de “nacionalistas”, “folkloristas”, “indigenistas”. Es el mismo odio europeo al indio hablando la jerga revolucionaria de moda”. “el kheswaymara después de leer la Biblia, textos escolares o universitarios conoce menos de su realidad, pasado, futuro. Igual después de leer marxismo. Se comprende a sí mismo menos que antes. La sabiduría ajena entra al cerebro colonizado desalojando, por fuerza, el saber propio”. “El marxismo no menciona, condena, ni ataca la desindianización. Es uno de los pasos de este proceso” ********** La llegada al poder de Evo Morales Ayma, generó que se instale en la opinión pública la idea de que se trata del primer presidente indígena de Bolivia. Sin embargo, no se tiene en cuenta a Andrés de Santa Cruz Calahumana, presidente de Bolivia entre 1829 y 1839. Sobre la identidad indígena de Morales Ayma se refiere Ramiro Reynaga Vázquez, residente en La Paz, en una entrevista digital que le realizamos el 4 de Febrero de 2012. La población boliviana, de alguna manera siente que "uno de nosotros" podría llegar al poder, y que siendo parte nuestra, podría lograr cumplir con las demandas sociales que se tienen. Es de esta manera que luego de la grandes revueltas del 2002, 2003 y 2005, Evo, de ser dirigente cocalero con representación parlamentaria, y apoyada por las ONG´s más grandes de Bolivia, asume la presidencia, apoyados en un proceso de mistificación de la figura, como indígena, como alguien que era como todos nosotros, mítico y originario, cuando llega al poder, de ser solo la figura, pretenden hacernos creer que se trata de un gobierno indígena, basados en todo un proceso de marketing impresionante, incluyendo una escenificación teatral en la posesión en las ruinas de Tiahuanacu, y la posterior elaboración de una nueva constitución, supuestamente identificada con las demandas sociales de igualdad, como si se pudiese lograrlo a través del establecimiento de leyes y decretos. De esta manera, Evo Morales se convierte en abanderado de la lucha de los pueblos originarios de América. El rostro indígena que nos venden, es solo el del Evo. Para el colmo esta figura política sindical, ni idioma nativo sabe. El discurso en Tiahuanacu de su segundo mandato, fue recitados, ya que claramente se trataba de una redacción muy académica y peruana. 34

Queriendo aparentar que ahora goza del respaldo de todos nuestros ancestros y míticamente es el predestinado a guiar una seudo revolución socialista con tintes indígenas, a partir de la recuperación de conceptos como "el vivir bien" a cambio de la filosofía "vivir mejor", implicando de esta manera una "nivelación" económica social de la población hacia abajo, cuando se trata del gobierno que mas ha gastado en el "vivir bien" de sus ministros y el presidente, un avión de más de 4 millones de dólares, vehículos último modelo para ministros, viceministros y toda autoridad de rango medio en el gobierno, una seguridad que hasta Obama envidiaría. Ya no tiene sastre en la casa de gobierno, pero compra su vestuario exclusivo en las tiendas de más alto diseño y por tanto, más caras e Bolivia. Esta lógica desnuda los intereses que se hallan detrás del Gobierno de Evo. No se trata de ninguna manera de un gobierno indígena, ya que el 95% del total de los ministros de gobierno, tiene que ver con el poder de las ONGs y con la oligarquía marxista, a la cabeza del Vicepresidente García Linera, parte de la K’arada más importante de La Paz, cuyo poder económico se demostró en años de usufructo de poder. Por tanto, de gobierno indígena, solo se tiene el rostro del presidente, utilizando al Estado, los nuevos políticos, para aprovecharse del poder para enriquecerse, y como en el mismo gobierno lo dicen, han generado una nueva clase media compuesta por más de un millón de personas. La pregunta es, ¿tantos son los que trabajan de manera directa e indirecta para el gobierno? El gobierno del Movimiento al Socialismo, no ha podido terminar con la pobreza en Bolivia. Es así que, caminando por las calles de La Paz, por lo menos hasta Agosto del 2012, en que visité por última vez esa ciudad, podía verse mujeres de avanzada edad mendigando en sus calles céntricas. Dice Soza Soruco: “La superación del colonialismo interno del que tanto se habla hoy no supera la situación de exclusión social en la que vive la mayoría de la población; la pobreza en la que viven los pueblos indígenas y la marginación social persisten”. (JOSÉ LUIS SOZA SORUCO: “El Discurso de la “Cosmovisión Andina”. Una lectura marxista del “mundo andino”, Pág. 56. Editorial El Viejo Topo. La Paz – Bolivia. 2012)

Los marxistas más coherentes consideran que adoptar conceptos de las culturas nativas puede resultar peligroso porque se corre el riesgo de ciertas desviaciones doctrinarias, ya que el Socialismo Científico es una ideología materialista que choca con la visión espiritualista de los pueblos indígenas. Del mismo modo que muchos indigenistas sostienen que el indio que ha sido catequizado ha perdido su identidad, comparto el criterio de quienes sostienen que un indígena leyendo El Capital o el Manifiesto Comunista está europeizándose. El Marxismo es opuesto a las verdaderas culturas originarias ya que es ateo, mientras que aquellas son politeístas. Difícilmente a Marx y Engels les hubiera agradado saber de la existencia de Tayta Inti, Mama Killa, Wiraqocha, Pachamama y de Illapa. Para el Marxismo la tierra no es sagrada. El Marxismo es opuesto a la espiritualidad. Con el Movimiento al Socialismo en Bolivia, se está produciendo una incoherente combinación entre Marxismo e Indigenismo, algo totalmente ilógico, ya que mientras que el Marxismo ateo tiene como objetivo erigir la Dictadura del Proletariado, culturas prehispanas como la Inca, pueden ser llamadas monarquías teocráticas, debido al origen divino que se le adjudicaba al Inca, al que se lo consideraba hijo de la principal deidad: el sol. También hay que decir que el indígena nunca planteó la lucha de clases, elemento éste que es la esencia del Marxismo. También, mientras el Marxismo es internacionalista, el indio genuino y no ideologizado siente un enorme apego por su tierra y su cultura. Al sostener Marx con su frase “proletarios del mundo uníos” que antes que la nación y la raza está el interés de clase, considero muy poco feliz que el indígena deba aliarse con el obrero blanco de Europa, siendo que la realidad del indio oprimido de Hispanoamérica es en muchos sentidos distinta de la del obrero (oprimido o no) de raza blanca que desconoce (y dudo que le interese interiorizarse al respecto) la cultura, la espiritualidad y los idiomas de los pueblos nativos de América. Los que impulsaron el Socialismo científico jamás se interesaron por la realidad 35

de los indios explotados de nuestro continente. Sus teorías nada tenían que ver con esta realidad porque los indígenas americanos no son una clase, sino grupos raciales que nada tienen que ver con el proletariado blanco de Europa. La opresión del indígena americano es, antes que opresión de clase, una opresión de tipo racial, como acertadamente sostiene el Indianismo. Llama también la atención cómo el Progresismo y el actual Marxismo, defensor de la sexualidad contranatura, pretende imponer la idea de que entre las antiguas culturas indígenas, la homosexualidad no sólo que era tolerada, sino también, que los homosexuales gozaban de gran prestigio social. Esto, no habría sido así en la Cultura Andino Inka: “(en tiempos de los Incas) el homosexualismo era uno de los delitos mas monstruosos. Para los que lo cometían había pena de muerte por arrastramiento y horca". (JESUS LARA: “El Tawantinsuyu”, pág 357; Editorial Los Amigos del Libro; Cochabamba La Paz Bolivia; 1990).

A su vez, Ramiro Reynaga Burgoa, en su libro Tawa Inti Suyu (Lima – 1989), sostiene en la página 60: “Nuestro pueblo ordenó el matrimonio obligatorio, desconoció la prostitución y aberraciones sexuales. Y fue acusado por quienes trajeron aquella y éstas de sodomía, palabra inexistente en Kheswa y Aymara”. Con esta afirmación, Reynaga dice que: 1º: la homosexualidad es una aberración y 2º: en época de los Incas la homosexualidad no existía, sino que esta fue traída a América por los españoles. Personalmente, creo que en la América prehispana, sí existió la homosexualidad. Pero también pienso que en el área andino inkana, no era bien vista ni tolerada. Citemos sino al Inca Garcilaso de la Vega: “Hubo sodomitas en algunas provincias, aunque no muy a descubierto ni toda la nación en común, sino algunos particulares y en secreto”. (INCA GARCILASO DE LA VEGA, Comentarios Reales de los Incas. Libro I, cap. 14. Publicado por Editorial Porrúa, México, en 1998, con introducción de José de la Riva Agüero).

El estudioso peruano Mario Mejía Huamán recurre a otra cita del Inca Garcilaso: En el Capítulo XIII del Primer Tomo de los “Comentarios Reales de los Inkas” podemos leer lo siguiente: “Por la costa de la mar reducen muchos valles y castigan los sodomitas”. “...Y en particular mandó el Inka Qhapaq Yupanki, que con gran diligencia hiciesen pesquisa de los sodomitas y en pública plaza que maten vivos los que hallasen, no solamente culpados sino iniciados, por poco que fuese; asimismo quemasen sus casas y, las derribasen por tierra y quemasen los árboles de sus heredades, arrancándoles de raíz, porque en ninguna manera quedase memoria de cosa tan abominable, y pregonasen por ley inviolable delito, so pena de que por el pecado de uno sería azotado todo el pueblo y quemados sus moradores en general, como entonces lo eran en particular”. “Lo cual todo se cumplió como el Inka lo mandó con grandísima admiración de los naturales de todos aquellos valles del nuevo castigo que se hizo sobre el nefando; el cual fue tan aborrecido de los Inkas y de toda su generación, que aún el nombre sólo les era tan odioso que jamás lo tomaron en la boca...”. (Extraído del libro TEQSE, de Mario Mejía Huamán. Página 82. Editorial Universitaria de la Universidad Ricardo Palma. Lima, Perú. 2011

Miguel Bonifaz, en su “Derecho Indígena” (1960) sostiene que en la cultura andina la homosexualidad era penada con la muerte: “¿Cómo fue la justicia comunitaria en el pasado? ... Merecían pena de muerte el homicidio, el rapto, el incesto…la sodomía y cobardía en la guerra estaban también penadas con la muerte”. (Citado por Pablo Alarcón Angari, en su libro Justicia Comunitaria, la alternativa de los pueblos – El Alto, Bolivia. 2007)

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También Antauro Humala, líder del Etnonacionalismo peruano, hermano del Presidente Ollanta Humala, afirma: “no es gratuito que las religiones clasifiquen a la homosexualidad como una aberración abominable. Por lo menos así lo enfoca el Antiguo Testamento y el Corán. También la ley incaica, según lo refieren los Comentarios Reales de Garcilaso y la Nueva Crónica de Huaman Poma”. A esto, Antauro Humala agrega: “no estoy proclamando la intolerancia ante los homosexuales, sino la necesidad de mantenerlos en la decencia e intimidad del closet y que su “orgullo” de competir con las hembras en la demanda del falo lo subordinen a la tolerancia socio heterosexual. Y encima como “movimiento” tienen la desfachatez agresiva de pretender usurpar la bandera del Arco Iris, propia de nuestra milenaria wifala tawantinsuyana. La tolerancia tiene su límite”. (PEDRO SALDAÑA LUDEÑA, “Conversaciones con Antauro Humala”. Juan Gutemberg Editores. Lima – Perú. 2007).

Del mismo modo que el Marxismo versión Siglo XXI apoya al homosexualismo, lo hace también con la práctica del Aborto. Esto se contradice con los pueblos indígenas, en que esta práctica estaba severamente castigada. Esto dice Filiberto Montecinos Avendaño en su libro “JUSTICIA COMUNITARIA (de masas) Y JUSTICIA ORDINARIA (occidental)”, editado en 2010 en La Paz, Bolivia: “Debido a la influencia y vigencia de las orientaciones dadas por los amautas y laramas en gran parte de los ayllus rurales, hasta hace algunas décadas en las comunidades agrarias la ociosidad, la mentira, la infidelidad, el robo y el aborto eran sancionados con drasticidad … Un ejemplo típico del castigo que se daba a mujeres que abortaban surgía como consecuencia de haberse generado algún fenómeno natural poco usual en sus comunidades… los dirigentes indagaban y aún ocurre ello en algunas regiones; la investigación de dirigía a la búsqueda de fetos humanos como resultado de algún aborto, que ocasionaba la reacción de la madre naturaleza, una vez evidenciado el hecho se hacía comparecer a todas las jóvenes embarazadas de la comunidad o de las comarcas aledañas, en cuyo acto los dirigentes estaban facultados incluso para examinar los pezones de las mismas, para tener certeza e imponer el castigo correspondiente a mas de obligar a sus parientes a ofrendar a la madre tierra con una mesa preparada para el efecto”. Obsérvese en esta cita cuanto, en la cosmovisión del campesino andino, un aborto puede hacer enojar a Pachamama, siendo castigada la mujer que ha asesinado al niño que llevaba en su vientre. Obviamente que un marxista no puede simpatizar con este tipo de creencias. A su vez, Jesús Lara, describe las penas que se aplicaban para casos de Aborto: “La provocación del aborto mediante tisanas o actos de sevicia, con muerte de la mujer, era considerado un delito mayor; el autor moría apedreado o ahorcado. Si el aborto era voluntario y el feto resultaba varón, la mujer era condenada a muerte; si era hembra, el castigo consistía en 200 azotes y destierro”. (“El Tawantinsuyu” 3ª edición, pág 355; editorial Los Amidos del Libro; Cochabamba La Paz Bolivia; 1990).

La fuerte influencia marxista en el Indigenismo oculta que las rebeliones de los tres principales mártires de la causa indígena (Tupaq Amaru II, Tupaq Katari y Tomás Katari ) tuvieron una marcada impronta católica, ya que ellas hubo presencia de sacerdotes y de criollos católicos. Esto dice Franz Gustavo Morales Méndez: “La condición de indios de estos tres líderes, y su entorno que no sólo fue de nativos ya que estuvieron respaldados por criollos, mestizos y varios sacerdotes; todos ellos hicieron que la historia oficial soslaye su participación en el proceso de la independencia de estos suelos”. (Franz Gustavo Morales Méndez: “Historia Crítica de la Independencia de Bolivia”, pág 54 Cochabamba. 2011) 37

Por su postura anticatólica, el Indigenismo marxistoide nada dice en lo referido a la adhesión de Tupaq Amaru II, uno de los máximos héroes de un país mayoritariamente indígena y mestizo, al Catolicismo. Que Tupaq Amaru fue católico es una verdad innegable, como surge de las siguientes citas: “… así en Perú, en los años 1780, la revuelta de Túpac Amaru, descendiente auténtico de emperadores incas. Esta sublevación india contra la administración española local, que los marxistas de hoy pretenden reivindicar tomando el nombre de tupamaros, se hizo en nombre de “nuestra sacrosanta religión católica”. Los sacerdotes se encontraron en ella en tal número que se la llamó la “revolución de los curas”, y el dominico Rodríguez fue en ella el capellán del gran jefe. (JEAN DUMONT: “La Primera Liberación de América”, artículo publicado por VERBO No. 267 – Octubre de 1986).

“Uno de los rasgos que no pueden obviarse en la reconstrucción de la gran rebelión es la atmósfera de religiosidad que se imprimió a los eventos. Para la ejecución de Arriaga, Túpac Amaru se rodeó de sacerdotes…” “…la evidencia registra que en los pueblos a los que entraba era recibido con palio y llevado a la iglesia local donde se le daba agua bendita”… “…sus manifiestos, como lo señalaron Areche y Mata Linares, estaban plagados de citas bíblicas que solo el clero era capaz de manejar. Desde un comienzo, a través de sus comunicados, hizo constar que no actuaba contra Dios ni contra el Rey reafirmando, luego de la excomunión, que no era contrario a la Iglesia ni al sacerdocio”… “Quizá se comportó de esta manera no solo debido a su formación cristiana, sino también al consejo de los doctrineros que lo secundaron”… (SCARLETT O’ PHELAN GODOY: “La gran rebelión de los Andes: de Tupac Amaru a Tupac Catari”, Pág. 122. Centro de Estudios Rurales Bartolomé de las Casas. Cusco, Perú. 1995).

“Tanto el caudillo como su gente fueron y se mostraron cristianos. En efecto, Tupac Amaru dirá, en su Edicto de Carabaya, que la rebelión que encabeza “no se endereza en lo mas leve contra nuestra Sagrada Religión Católica, sino a suprimir tanto desorden”. En el Bando de coronación dictará sus ordenanzas y mandatos: “en el nombre de Dios Todopoderoso”. En carta al Cabildo del Cuzco, del 3 de Enero de 1781, calificará los excesos de los corregidores como “extorsiones contra la ley de Dios…”. Finalmente garantizará “todo respeto al sacerdocio”, encontrando de hecho muchos curas leales a su causa. Por eso, en esta ocasión ofrecemos esta conmemoración y nuestro piadoso recuerdo a aquellos que en vida fueron cristianos y formaron parte de un pueblo también creyente. (Padre SEVERO APARICIO: Homilía en la Catedral de Cusco, el 18 de Mayo de 1971).

“cuando el Obispo del Cuzco excomulgó a Tupac Amaru y colaboradores, el rebelde animó a su gente asegurando que no se atenta contra Dios ni contra la Religión, “la que venero sobre mi cabeza”, sino que su acción iba contra los corregidores”, a lo que agrega: “en carta al Visitador Areche, desde Tinta, el 5 de Marzo de 1781, “en respuesta a las maquinaciones de los corregidores, dice Tupac Amaru: “No soy de corazón tan cruel ni extraño como los tiranos corregidores y sus aliados, sino cristiano muy católico, con aquella firme creencia que nuestra madre la Iglesia y sus sagrados Ministros nos predican y enseñan”. (JUVENAL PACHECO FARFÁN, “Tomasa T’ito Condemayta, Heroína de Acos”. Editado por JL Editores en Cusco, Perú, en 2008).

“Frente a la iglesia de Acomayo, Tupaq Amaru ordenó que saliera a recibirlo el cura del pueblo, no fuera creer que volvía derrotado. De inmediato, a la primera sugerencia salió el fraile Serapio Benavides, con cruz alta, botafumeiro y dos matracas. El cacique besó la cruz que portaba el religioso, se puso bajo palio y avanzó hasta el altar mayor de la iglesia. Al abandonar el templo lo hizo con igual pompa”. 38

(ANGEL AVENDAÑO: “Tupaq Amaru. Los días del tiempo profético”, Pág. 259. Editado en Lima – Perú en 2006 por el Instituto Nacional de Cultura (Dirección Regional del Cusco) y Universidad Mayor de San Marcos)

Del mismo modo, son escasísimos los autores que se refieren al catolicismo de Julián Apaza Tupaq Katari, el lider aymara que comandó el levantamiento indígena que se produjo en La Paz en 1781. Dice Luis S. Crespo al respecto: “Con 14.000 indios fue a atacar Puno, y rechazado allí, vino a poner sitio a La Paz, el 13 de marzo de 1781. Se situó en El Alto, y allí mandó construir una nueva ciudad indígena con palos y tolderías de lienzo. Fuera del toldo o palacio que tenía que habitar, mandó construir también una capilla, en igual forma, donde había un altar con el Santísimo sacramento y varias imágenes que mandó extraer de las iglesias parroquiales de la ciudad; poseía también un órgano robado del convento de San Francisco. En medio de la capilla habían dos sillas, bajo de dosel, con almohadas y cojines, donde se sentaban él y su mujer, Bartolina Sisa, india también de Ayoayo. Juntos oían la misa, y a sus costados tenían sus asientos los oidores, embajadores y demás altos funcionarios de su corte, todos los cuales recibían los homenajes que les rendían los sacerdotes, oficiales, sacristanes y soldados. El día 19 de abril, jueves santo, Katari, imitando sin duda lo que había visto en la iglesia de Ayoayo cuando era sacristán, mandó celebrar una misa solemne, pasada la cual lavó los pies a doce pobres, y les repartió limosnas”. (Publicado en El Diario – Bolivia, el 25 de Abril de 2012)

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NOTAS AL CAPÍTULO QUÉ ES EL INDIGENISMO (1) “Potosí. La ciudad más alta del mundo. La ciudad de “El Dorado”. Quizá la que mejor encarnó y supo alimentar, aunque fuese por un lapso fugaz, las ambiciones de los conquistadores. En su tiempo tenía las minas más importantes del mundo. De aquí salió la plata que sirvió para construir el “viejo mundo”, para que reinase y llegara a ser lo que ahora es. Era tanta la plata que desde aquí se envió a Europa que hoy se calcula que hubiera bastado para pagar completas las deudas externas de Perú y Bolivia juntos. Y todavía fue suficiente para que millones de lingotes se fugaran en el contrabando a las Filipinas y al Lejano Oriente, o se hundieran en el mar por obra de piratas y tormentas. Ocho millones de indígenas dejaron sus vidas dentro del “cerro rico” de Potosí durante la Colonia. Era el sumaj orko, el “gran cerro”, al que los incas más temían porque podían escuchar a su señor, el supay, bramar en su interior. El mismo al que los españoles no tuvieron reparo en profanar, perforar, dinamitar y despedazar durante siglos. El sumaj orko tiene ya más de cuatrocientos años de explotación devastadora, pero todavía hay cerca de quince mil mineros famélicos y exhaustos que escarban pacientemente, lastimeramente, sus entrañas, con la esperanza de un día “sacarse la lotería”, como dicen ellos. De encontrar una de las últimas vetas de plata que quizá todavía se esconde en el interior de la montaña. Mientras tanto, subsisten arrastrando hacia la superficie migajas de zinc, cloruro de cobre, hierro y otros minerales menores, pero en ello se les va la vida. Varios mueren intoxicados por el arsénico mucho antes de poder encontrar cualquier resto de plata, de tuberculosis, o por accidentes provocados por el cansancio y los efectos del alcohol de 96º que consumen sin cesar, para aguantar la fatiga y la vida siempre al borde de la miseria, en la oscuridad y la soledad más absolutas. Y se bebe alcohol de 96º porque si es alcohol puro en las venas del cuerpo, plata pura será en las venas de la mina también, explican los mineros”. (VALENTINA GLOCKNER FAGETTI: Elementos No. 67, Vol. 14, Julio - Septiembre, 2007, Página 35)

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DIFERENCIAS ENTRE INDIGENISMO E INDIANISMO El INDIANISMO es una corriente ideológica que “surgió en la segunda mitad del Siglo XX, el mismo que en términos políticos se manifestó en la insurgencia del Movimiento Indio Tupac Catari y el Partido Indio de Bolivia en los años de 1978 y 1979 respectivamente, sin embargo, en términos de difusión de su ideología y su reivindicación política alcanzó su cumbre máxima durante la emergencia de los Ayllus Rojos a principios de los 90; organización que posteriormente asumió el nombre de Ejército Guerrillero Tupac Katari. El ideólogo de esta corriente de pensamiento es Fausto Reinaga, en gran medida, las distintas corrientes indianistas vigentes en el país reivindican su pensamiento”. (JORGE SOZA SORUCO: “La Cuestión Nacional e Indígena en Bolivia” - 2ª Edición. Pág. 74; Ediciones Insurgente; La Paz Bolivia; 2012). Pero para José Luis Saavedra “el Indianismo nunca constituyó un pensamiento político,

menos una teoría política, mucho menos un movimiento emergente de las luchas de los pueblos aymaras y quechuas”, y lo reduce al invento de un antropólogo: “El Indianismo es simplemente una ideología, mas propiamente un pretexto ideológico inventado por los antropólogos indigenistas, como Robert Jaulin”. (“Indianistas convertidos en neocolonialistas”. Periódico Ayra No 132. La Paz, Bolivia. Junio de 2011). ********** El mencionado Fausto Reinaga (1906 - 1994), oriundo del Norte del Departamento Potosí (Bolivia), y de formación marxista en su juventud, se aleja de esta doctrina para convertirse en el principal teórico del Indianismo, y establece las diferencias entre éste y el Indigenismo: “el Indigenismo fue un movimiento del cholaje blanco mestizo; en tanto que el Indianismo es un movimiento indio revolucionario que no desea asimilarse a nadie y que se propone liberarse. En suma, indigenismo es asimilación, integración en la sociedad blanco – mestiza; a diferencia de esto el indianismo es: el indio y su revolución”. (FAUSTO REINAGA: “La Revolución India” – 2ª edición).

Como dato que poca gente conoce, diremos que Fausto Reinaga, como consecuencia de sus críticas al gobierno de Paz Estenssoro, estuvo exiliado en la Argentina durante el tiempo del primer Peronismo, habiendo radicado en Buenos Aires un año y medio. Perón le concede el asilo como reconocimiento por una defensa de su gobierno que Reinaga había realizado, cuando la gestión peronista era señalada por haber simpatizado con los regímenes de Hitler, Mussolini y Franco. En Argentina, por iniciativa de Perón, Reinaga pudo desempeñar su profesión de abogado en el caso de una empresa multinacional intervenida, según nos aporta Hilda Reinaga Gordillo, sobrina del pionero del Indianismo. La señora Reinaga nos contó que el nexo entre Reinaga y Perón había sido Carlos Desmarás, con quien se había conocido en México. Desmarás fue uno de los fundadores del Partido Unión Popular, que tuvo resonancia en la política argentina a posteriori de la caída de Perón en 1955. A su vez, Ramiro Reynaga Burgoa, conocido como Wankar, hijo de Fausto Reinaga, en su misma línea sostiene que: “Todo indigenismo es blanco, oficial. No hay indigenismo indio, opositor, contra el sistema colonial. Todo indigenismo es arma blanca antiindia” … “En 1992, por primera vez el Premio Nobel de la Paz fue concedido a una persona india, a Rigoberta Menchú, ¿Su mérito? Ser propiedad privada de los comunistas europeos, incapaz de pronunciar una palabra salida de su propio cerebro”. 41

(WANKAR REINAGA: “Tawa Inti Suyu”. 8ª Edición Internacional Actualizada. La Paz – Bolivia. Junio de 2009).

El pensamiento de Fausto Reinaga, tiene un fuerte tono racista, condenando no solo al español o criollo de raza blanca sino también al mestizaje indohispano: “Al indio nada le une con sus feroces opresores mestizos – blancos. Todo lo contrario: raza, lengua, historia, cultura, sistema social, propósitos y aspiración colectiva, al indio le separa del cholaje boliviano. Creer que hay unión entre el indio y el k’ara blanco, es seguir viviendo en la mentira, de la mentira y para la mentira. El mestizo cuando dice que es “latinoamericano”, miente. Porque no es de raza latina. Es mestizo hispano – indio; no latino. Al creerse y nombrarse latino, sigue siendo Europa; Europa enclavada en un mundo indio. Se niega como hispano y se niega como indio. Luego deviene en el peor enemigo del indio”. (FAUSTO REINAGA: “Tesis India”).

Aunque el racismo de Reinaga sea por momentos bastante exacerbado, diremos que se puede entenderlo, lo que no significa compartirlo. Reinaga detalla muy bien los atropellos cometidos por los blancos contra la población nativa, mas no creemos que haya existido en el pasado precolombino siempre una armónica relación. Sin embargo, la xenofobia no se evidencia en sus escritos (al menos no lo hemos advertido). No podemos saber si Reinaga odiaba a la raza blanca. En caso de así haber sido, diré que en sus publicaciones no quiso pasar del (por momentos justificado) resentimiento al odio contra blancos y ciertos mestizos. El rechazo de Reinaga a todo aquel que no fuera indio aún hoy es recordado: “En ese proceso teníamos claramente el objetivo de crear un instrumento político y este instrumento político nace con el Movimiento Revolucionario Tupac Katari, MRTK. Nace también el Movimiento Indio Tupac Katari, MITKA, con el cual en este proceso tuvimos pelea entre nosotros, por no tener una visión de claridad ideológica y política. Unos querían el indio no más al poder y los kataristas, que así nos llamábamos a la cabeza del compañero Genaro Flores, discutíamos al interior de nuestro equipo: «Y los blancos… ¿qué vamos a hacer con los blancos?, ¿acaso los vamos a botar?» Y nosotros, como Kataristas, dijimos a los hermanos mestizos blancos que no le vamos a botar, que los queríamos incorporar. Esa era la gran diferencia con los hermanos indianistas, ellos pensaban “sólo el indio al poder””. (DANIEL CALLE: “En el actual gobierno los Kataristas estamos excluidos”. Exposición organizada por el Periódico Pukara en el Museo de Etnografía y Folklore de la ciudad de La Paz, en marzo de 2010).

Sea como fuere, el tema del racismo es algo de lo que, en mi opinión, el Indianismo procura deshacerse. Sostiene Ayar Quispe en el Periódico Pukara Nº 34 (Agosto de 2008) que “Ser indianista es no ser racista y ser racista es no ser indianista”. A esto agrega Hilda Reinaga en un mail que me envió que “el pensamiento evolucionado de Fausto Reinaga, es para todo el mundo, por lo que no es un óbice ser criollo y católico, para comprender y saber hacia dónde en realidad conduce la obra de Reinaga”. El brazo político del Indianismo fue el Partido Indio de Bolivia, en cuyo Manifiesto, escrito por Fausto Reinaga, reivindicaba su tendencia racista. En el Prefacio se lee: “El Manifiesto del Partido Indio de Bolivia (PIB), no tiene por qué sujetarse a un modelo, regla o lógica formal e intelectual de los partidos del cholaje blanco – mestizo de Bolivia y de Indoamérica. No es un Manifiesto de una clase social. Es un Manifiesto de una raza, de un pueblo, de una nación; de una cultura oprimida”. El mensaje de Reinaga, por momentos, llevaría a suponer a quienes no tienen la menor idea de lo que es Bolivia, que el indio de ese país mantiene una pureza racial y una cultura totalmente ajena al proceso de mestizaje que, por las buenas o por las malas, se produjo en América. Es totalmente cierto que muchos bolivianos (sobre todo de zonas rurales) conservan su pureza racial, pero de tanto en tanto nos encontramos con gente que, criada 42

en un ámbito en que predomina lo indio, evidencia un notable mestizaje. También, en mi muy personal opinión, no hay lugar de Bolivia en que los indios no practiquen el Cristianismo, aunque bastante fusionado con las creencias indígenas. Damos por descontado que Reinaga no adhería al Catolicismo. Sin embargo, él, que se decía indio y habiendo sido criado en el ámbito de una comunidad indígena y campesina, tuvo la oportunidad de estudiar en una universidad fundada por españoles y graduarse de abogado (carrera universitaria traída por españoles) y adhirió al Marxismo (doctrina europea). Por lo tanto, diremos que, si bien los indios y campesinos bolivianos conservan intacto mucho de su legado cultural, no son tan impermeables en cuanto a la occidentalización de su cultura, lo que produce secuelas irreversibles. Y realmente, Reinaga nos deja totalmente descolocados cuando dice, en un pasaje de su libro “La Revolución India”, que la Coca es uno de los motivos de “embrutecimiento del ignorante y analfabeto indio minero”. Nos sorprende sobremanera ese concepto de Reinaga, ya que la práctica del acullico no es motivo de ningún tipo de embrutecimiento. Y creemos que solo una persona totalmente ajena a la cultura andina es capaz de sostener esa idea. Por lo tanto, pensamos que Reinaga, brillante intelectual, es el reflejo de muchos bolivianos que, desde lo racial, podrán ser indios puros, pero que en lo cultural, es prácticamente imposible que lo sean. Si bien Reinaga habla de un corte total con lo hispano, observamos una contradicción: todos sus libros fueron escritos en Castellano. Más allá de las explicaciones que se puedan esgrimir al respecto, creemos que se trata de un error de muchos indigenitas e indianistas. En su condición de tales, no debieran escribir en el idioma de sus opresores, sino en los distintos idiomas indígenas, no siendo la supuesta agrafía de estos idiomas la excusa para escribir en Castellano. Otra incoherencia encontramos en el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia, escrito por Reinaga en 1969. En él, habla de la existencia de un Socialismo Cósmico que supera al Socialismo de Marx. Consideramos no del todo feliz recurrir a un término creado por gente ajena a la Cultura Andina para calificar la ideología o doctrina por él impulsada. Pero lo mas grave es formar un partido político, expresión de la foránea Democracia, que tanto mal hace a los pueblos de este continente, sin diferenciar entre indios, mestizos, blancos, afroamericanos, etc. Aún así, y más allá de los puntos en que no coincidimos con Reinaga, como de sus posturas contradictorias, creemos que su evolución del Marxismo al Indianismo es totalmente lógica. Y consideramos un acierto cómo, en distintos pasajes de sus libros, Reinaga le pone los puntos sobre las íes tanto a indigenistas como a marxistas, sosteniendo en La Revolución India: “El liberalismo y el comunismo llegados de Europa, quieren asimilarnos a Europa. Y lo que el indio quiere es liberarse, precisamente, de Europa”.

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Ernesto Damián Sánchez Ance con sus sobrinos Paula Luciana y Lautaro Martín en las localidades de Vilcapugio (Oruro – Bolivia) y Guaqui (La Paz – Bolivia). Ambas fotos fueron tomadas en Febrero de 2009.

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