Story Transcript
Conferencia pronunciada por la Hna. Carmina Roselló, rsc, en el acto inaugural del Aula Fe y Razón del Centro Cultural Padre Félix Varela
¿ES INTELIGENTE CREER EN DIOS?
“INTELIGENCIA” es una palabra compuesta de raíces griega y latina: Intus: dentro, o Inter: entre, en medio, en, y Lego, legere: considerar, escuchar, leer “Capacidad de escuchar, leer los signos, discernirlos desde dentro”. Los griegos describían la inteligencia como la capacidad de preguntarse, primero por el origen y fundamento del Universo y del ser humano y además el para qué, la causa final, última en la ejecución y primera en el pensamiento, el sentido y por último la marca que todo ser humano va dejando en la Historia – marca que llamamos el Bien y el Mal. “Inteligente” es la persona que se hace esas tres preguntas. “Sabia” la que puede dar RESPUESTAS… gozarse con ellas… y seguir preguntando... Origen y fundamento de la VIDA: ¿Por qué hay algo en lugar de nada…? ¿De dónde brota el fuego rojo del pensamiento? Como decía Teilhard de Chardin ¿Para qué tanto esfuerzo, qué estamos construyendo? ¿Por qué el dolor y la muerte? ¿Por qué el silencio de Dios? Inteligente el que ha caído en la cuenta de que existe un proyecto clave del Paraíso, que es el sumo respeto a cada persona humana, su felicidad y realización.
Jean Rosland, científico ateo francés del siglo XX dijo a un amigo: ”De lo que estoy seguro es que me gustaría que Dios existiera… no querría dejar de amar a mi mujer…” Un abogado agnóstico amigo mío, novio de una de mis estudiantes, me confió esta experiencia: ”desde el momento en que conocí a Asunción pensé que el amor tenía que ser eterno. Pero al pensar en eternidad me dije: ¿quién o qué será el soporte eterno de mi amor? Cual no fue mi
2 sorpresa cuando Asunción me dijo que en uno de sus libros está escrito que “Dios es Amor”, desde ese momento creí en Dios. Víctor Frankl psiquiatra austríaco, judío de raza y Religión, prisionero durante tres años en Auschwitz, en su libro El hombre en busca de sentido, escribió: ”Me pueden matar pero permaneceré libre para ofrecer mi vida y cantar a Dios” D. Miguel de Unamuno, angustiado siempre en su búsqueda del más allá, decía: “Necesito al que es Bueno para que me salve del espanto de la Nada”. Por otra parte… Cuando decimos “inteligente” ¿qué decimos? ¿Solo coeficiente intelectual? ¿Tenemos solo un tipo de inteligencia? Todos conocemos el descubrimiento que hizo Daniel Goleman de la Universidad de Harvard por los años 90, de algo que latía en la tradición filosófica de Occidente desde Descartes hasta Zubiri… que el ser humano no es solo “res cogitans”, ser pensante, sino también un ser que siente. Pensamiento y emoción son dos dimensiones entrelazadas de la realidad humana. En los albores del siglo XXI el debate abierto se centra en identificar otra forma de Inteligencia, la espiritual o trascendente.
Víctor Frankl, creador de la logoterapia, dice así: “la auto - trascendencia es una capacidad singular del ser humano que le lleva a adentrarse, a buscar lo que se esconde más allá de los límites de su conocimiento racional”. “Comprendí, no con mi inteligencia ridícula, sino con todo mi ser, que Él existe. ¡Él, el Dios vivo y personal, que me ama a mi y a todas las criaturas, que ha creado el mundo, que ha creado al hombre por amor, el Dios crucificado y resucitado”. Tatania Goricheva, fundadora del primer movimiento feminista ruso, que nació en Leningrado en 1947. Estudió Filosofía y fue educada en el ateísmo oficial del régimen comunista soviético. Tras convertirse al 3 cristianismo, desplegó una intensa actividad intelectual, que provocó su encarcelamiento y posterior expulsión del país. La Dra. Dahar Zohar profesora de Oxford y Ian Marshall de la Universidad de Londres (1997), físicos cuánticos, descubrieron que cuando las personas efectúan alguna práctica espiritual o piensan en el sentido de sus vidas, o en el Dios Compasivo y Misericordioso… las ondas electromagnéticas en su cerebro presentan oscilaciones de hasta cuarenta megahercios a través de las neuronas. La máxima oscilación se da en el lóbulo temporal. A ese “punto” del cerebro lo llamaron God Point. Según las investigaciones, las personas que cultivan esta forma de inteligencia, la última que ha sido explorada hasta el presente, son más abiertas a la diversidad, tienen una gran tendencia a preguntarse el porqué y el para qué de las cosas, buscan respuestas fundamentales y, además son capaces de afrontar con valor las adversidades de la vida. Según su perspectiva, las personas espiritualmente inteligentes buscan una concepción del mundo, tienden a valorar sus acciones y el conjunto de su itinerario y sus opciones de vida. La inteligencia espiritual, permite, pues, acceder a los significados profundos, plantearse los fines de la existencia y las más altas motivaciones de ésta. Es la inteligencia del yo profundo la que se enfrenta
a las graves cuestiones de la existencia y, a través de ella, busca respuestas creíbles y razonables. La inteligencia espiritual abre la mente a una constelación de preguntas que exceden las posibilidades de las otras modalidades de inteligencia. Son las preguntas últimas, que de un modo espontáneo emergen del ser humano cuando no se le reprime ni se le coacciona. Tales preguntas carecen de una respuesta definitiva por parte de la ciencia, pero no por ello son absurdas ni estériles. Expresan un dinamismo profundamente arraigado en el ser humano: una insaciable voluntad de saber. No basta con decir que carecen de sentido, que son insensatas o que son cuestiones mal formuladas. Expresan el deseo de trascender, de cruzar los umbrales y los límites del saber. 4 Estas preguntas últimas se pueden desglosar en siete bloques: a) Preguntas por el propio yo, su realidad, su fundamento último: ¿Quién soy yo? b) Preguntas sobre el destino futuro, la inmortalidad personal y el propio modo de ser después de la muerte: ¿Qué será de mi? c) Preguntas sobre el propio origen, el enigma del nacer y, últimamente la propia razón de ser: ¿De dónde vengo? d) Preguntas por el sentido de la vida, el enigma del universo…¿Cuál es el sentido de la vida? e) Preguntas por la finalidad de la vida y el universo: ¿Para qué todo? f) Preguntas por el origen del mundo, el por qué último de todo o el sentido del pasado y la historia humana: ¿Por qué todo? g) Preguntas sobre la posibilidad de un Dios, sobre el misterio del mal en el mundo… ¿Existe Dios? ¿Dónde está? Como expresa Soren Kierkegaard y muchos siglos antes que él, Agustín de Hipona, somos seres finitos abiertos al infinito, seres efémeros abiertos a la eternidad, seres relativos abiertos al Absoluto. Esta Apertura es consecuencia de la IES, de la forma más elevada de inteligencia que se ha generado a lo largo de la evolución.
Según Robert Emmons (2000) la Inteligencia Espiritual opta por valores capaces de dar sentido trascendente a la vida. Para desarrollar esa inteligencia está invitada la persona humana a llegar al fondo de su ser, detectar lo desarmónico y abrirse a los demás. Davis King (2007) desde Ontario, en Trent University, dice que la inteligencia espiritual capacita para contemplar la realidad de modo “cálido y crítico”. En el 2008 Coleman y Wallace, de la Universidad de Columbia, lo mismo que el Gobierno de Québec, incursionaron en el tema de la educación y 5 propusieron un “sistema educativo” para niños y jóvenes en el que señalaron que sin silencio, matriz de la Palabra, y sin las preguntas por el sentido, el origen de la vida y el cómo la vivimos, no puede haber proceso educativo, es decir crecimiento desde lo más profundo del ser humano.
Las preguntas, que por supuesto preceden a las respuestas, son sin duda alguna y como dijo y vivió Sócrates, la expresión más profunda de la Realidad Humana esencialmente diferente de toda otra creación, su cumbre y la única que puede trascenderla… precisamente preguntando… sin desánimo y con entusiasmo ¿Será INTELIGENTE CREER EN DIOS? Hna. Carmina Rosselló rscj.
-Servicio de noticiasArzobispado de San Cristóbal de La Habana. 2010-2013© Puede reproducir parcial o totalmente esta información, siempre que cite la fuente original