ESTUCHE: EL CLAUSTRO DE LA CATEDRAL COMUNICA, CON SUS EQUILIBRADAS PROPORCIONES, SENSACIÓN DE SERENIDAD Y ARMONÍA

1394-1994 ESTUCHE: EL CLAUSTRO DE LA CATEDRAL COMUNICA, CON SUS EQUILIBRADAS PROPORCIONES, SENSACIÓN DE SERENIDAD Y ARMONÍA. SOBRECUBIERTA: LOS REY

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1394-1994

ESTUCHE: EL CLAUSTRO DE LA CATEDRAL COMUNICA, CON SUS EQUILIBRADAS PROPORCIONES, SENSACIÓN DE SERENIDAD Y ARMONÍA.

SOBRECUBIERTA: LOS REYES CARLOS III Y LEONOR, PROTECTORES DE LA SEO, BUSCARON A SU MUERTE DESCANSO ENTRE SUS MUROS. LA DISPOSICIÓN DE LAS EFIGIES NO ES LA REAL.

TOMOI

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P iF A H O R R O S D E A H O R R O S

DE NAVARRA

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ste año de gracia de 1994 se conmemora el sexto centenario de la construcción de la Catedral gótica de Pamplona, cuya primera piedra fue colocada el 27 de mayo de 1394 por Lancelot de Navarra sobre los restos de la románica y la prerrománica.

La Catedral, obra colectiva de los navarros, constituyó en la Baja Edad Media un ejemplo de la vitalidad del Reino de Navarra. Desde los orígenes se alzó, por la originalidad de las naves del templo, el claustro y las dependencias canonicales que la flanquean, como uno de los conjuntos más hermosos y ricos de la arquitectura medieval europea. Como ser dotado de enorme vitalidad, la Catedral ha ido acogiendo durante su ya prolongada vida las sucesivas aportaciones de la cultura y del arte: las corrientes humanísti­ cas del Renacimiento y del Manierismo de la Contrarreforma; el Barroco, presente en múlti­ ples retablos; y, en fin, el academicismo neoclásico, visible en la fachada levantada en susti­ tución de la románica. Sin embargo, el edificio material queda trascendido como símbolo de una idea, esto es, la espiritualidad ansiosa de luz, el permanente e inquieto anhelo de elevación y, en suma, el templo cristiano por antonomasia. Porque su discurso de piedra se dirige a la totalidad del pueblo cristiano y constituye la casa sagrada de todos. El significado de la catedral revasa, pues, el del mero recinto de carácter religioso. Dentro de sus muros han gozado de generosa acogida las cofradías, las Cortes del Reino, las ceremonias de coronación real, las plegarias funerales por los monarcas y sus sepulturas. Además, ha ofrecido cobijo en días de peligro; ha sido escenario de costumbres populares, reducto de leyendas, objeto de visitas multitudinarias y jubilares, museo de arte sagrado, aula de música sacra, escuela de cultura y biblia abierta en sus páginas esculpidas, por decirlo con palabras de don Jesús Arraiza Frauca. Y todas estas funciones las ha cumplido sin renunciar a su esencial carácter de lugar de oración. Por todo ello, la Catedral Metropolitana es parte sustantiva del patrimonio históricoartístico-cultural de Navarra. De ahí, que sea un derecho y un noble deber de todo el pueblo navarro defenderla y preservarla, ya que éste se reconoce a sí mismo a través de los valores que en ella han encontrado fuente de inspiración creadora a través de los siglos. El acuerdo firmado el día 25 de junio de 1991 entre el Presidente del Gobierno de Navarra y el Arzobispo de Pamplona iba encaminado a regular las intervenciones restaurado­ ras de este conjunto catedralicio excepcional, víctima inevitable del paso del tiempo. La re­ dacción del Plan Director de la Catedral se encomendó a la Dirección General de CulturaInstitución Príncipe de Viana, heredera de la benemérita Comisión de Monumentos Históri­ cos y Artísticos de Navarra. La intervención en la catedral, pionera en España por su afán de totalidad, se ha reali­ zado bajo la tutela técnica del Servicio de Patrimonio Histórico y su Sección de Patrimonio Arquitectónico entre los años 1992 y 1994. Trabajos de arqueología, labores de consolida­ ción y limpieza de muros y columnas, restauración de retablos, pintura de las claves y mejora del órgano son algunos aspectos señeros de la intervención, costeada íntegramente por el Gobierno de Navarra. La presente obra nace con el objetivo fundamental de ofrecer un panorama sistemático de las importantes huellas dejadas por la Catedral de Pamplona. En su concepción han pri­ mado las consideraciones histórico-artísticas, entendidas no como estudio frío del pasado sino como fecunda lección de plena vigencia en la actualidad. A l logro de esta finalidad se han subordinado todos los esfuerzos: la selección de un nutrido y selecto equipo de especialistas, encargados de la redacción de los textos, que en algunas ocasiones, a su vez, han guiado los pasos de los técnicos responsables de la restaura­ ción; el completo e irrepetible reportaje totogiático; y, en definitiva, un pioceso de edición de la mayor calidad. La colaboración del Gobierno de Navarra y la Caja de Ahorros de Navarra en este singular proyecto editorial debe ser motivo de legítimo orgullo para la sociedad nava­ rra, propensa a los empeños asociativos y colectivos. Confío en Que este libro contribuy3 3 ditundir el mejoi conocimiento de 13 C3tedr3l entre los navarros y foráneos y, sobre todo, a que ayude a los ciudadanos a reconstruirse en los valores - culturales artísticos y espirituales- inherentes a la referencia histórica multisecular de su catedral.

IUAN CRUZ ALLI ARANGUREN PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE NAVARRA Octubre de 1994

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I no de los objetivos de la Caja de Ahorros de Navarra es contribuir a la difusión y conocim iento de todo aquello que tenga interés para nuestra I Com unidad Foral, p or ello está justificada plenam ente la p u b lica ció n que J presentamos, ya que en la misma se canalizan los conocim ientos t inves tigaciones de los especialistas, en sus más variadas facetas, so b ie la Cate-

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dral de Pamplona. Supone esta obra editorial el encuentro de tres Instituciones con una meta común identificadas p o r una vocación didáctica sobre aspectos cercanos de nuestra propia civiliza ción , y asi: la Caja de Navarra, el G obierno de Navarra y el A rzo b isp a ­ do de Pamplona en estrecha colaboración y aunando esfuerzos hacen p osible esta publicación coin cidien do con la reapertura de la Iglesia Catedral tras las obras de repristinación llevadas a cabo en la misma. H oy, la Caja de Ahorros de Navarra actúa com o patrocinadora para reunir esa herencia plural plasmada en el esplendor de la fábrica de la Catedral y el de su claustro, que supera en belleza a sus coetáneos, com o dem ostración de que nuestras raíces culturales constituyen un nexo de unión con las tradiciones europeas más avanzadas. La construcción del Catedral de Pamplona involucró a la so cied a d navarra a lo largo de varios siglos, evolucionando con el devenir de la historia y acom odándo­ se a los nuevos estilos que el paso del tiem po ha ¡do m arcando. D e la misma forma, la Caja de Ahorros de Navarra desde su fundación en 1921, se ha vinculado cada vez más al entorno social, para acoplarse a las necesidades que nuestro p ueblo d e­ manda. Una pu blicación de este tipo debe inscribirse en el contexto de su época. Ha de mostrar el estado actual de las investigaciones com o punto de partida para futuros trabajos y p or otro lado ha de proponer nuevos estilos y formas que reflejen el tiem po en el que fueron realizados. Este libro ha de servir también para enlazar docum entos antiguos con estructu­ ras arquitectónicas, piezas de orfebrería con partituras de m úsica, vestigios romanos con esculturas o pinturas de otras épocas, etc., al objeto de m antener el equilibrio que requiere la obra. Confeccionar la edición al mismo tiem po que la propia reconstrucción de la Catedral, para que las dos finalicen al mism o tiem po, ha sido un reto que la Caja de Ahorros de Navarra ha asum ido con verdadero interés. Ha supuesto un esfuerzo im ­ portante pero creem os que ha m erecido la pena. Por todo ello hay que agradecer y felicitar también a todos los que han inter­ venido en esta publicación sobre la Catedral de Pamplona que constituye un punto de referencia de la sociedad navarra de 1994.

LO R E N Z O R IE Z U A R T IE D A D IR EC TO R D E LA CAJA D E A H O R R O S D E N A V A R R A

n el presente año de 7994 se cumplen los seiscientos desde que la catedral de Pamplona empezó a presentar el aspecto que, en su mayor parte, ha llegado hasta nosotros. Se comenzó entonces el templo gótico, completado con la facha­ da neoclásica y el último tramo de las naves, todavía en los últimos años del siglo XVIII. Pero, después de aquel lejano 1394, aún subsistirían por muchos años la cabecera y la fachada de la anterior catedral románica, cuyos fundamen­ tos hemos contemplado en la excavación. A su vez, el claustro gótico y casi todas las dependencias capitulares ya se habían levantado antes. Todo esto nos está diciendo que la catedral es algo que trasciende, en el tiempo y el espacio, lo que ahora contemplamos. Incluso ese mismo nombre sólo se impuso en los años de la Alta Edad Media, sustituyendo al más antiguo de «ecclesia», que en los oríge­ nes designaba al edificio sacro donde el «episcopus» se reunía con su comunidad cristia­ na para celebrar la eucaristía. Cuando los templos fueron ya numerosos y dispersos, se reservó el nombre de «catedral» a la iglesia en la que el Obispo tenía su «cathedra». Esta quedó com o símbolo visible del magisterio que él ejerce en cuanto sucesor de los Após­ toles, para guiar como pastor a la comunidad cristiana de una Iglesia Particular, o D ióce­ sis, en comunión con el Papa. En esta Iglesia Madre radica también el altar del Obispo. Si se recuerda que esa Iglesia Particular «se constituye congregada por el Obispo, me­ diante la Eucaristía», comprenderemos el denso simbolismo que encierra este altar, al que habría que añadir el del baptisterio y de la sede penitencial, como plasmación de otros dos momentos sacramentales: iniciación y reconciliación. Esta sería, en apretada síntesis, la realidad de la catedral, su razón y fundamento, el origen de su grandeza, la explicación de todo lo que en ella ha ido surgiendo a lo largo de siglos. Edificio y Cabildo, liturgia y cultura, todo existe en función de esa Iglesia Mayor, Iglesia Madre, Cátedra del O bispo, Sede o Seo Episcopal, que todos esos nombres designan el misterio y el servicio de la Catedral. Alrededor de ésta su razón de ser fundamental, han ido surgiendo y creciendo otras funciones también importantes. Con ellas tienen que ver las obras de arte, la músi­ ca, las tradiciones, la memoria histórica, los monumentos y sepulcros, su misma capaci­ dad material, susceptible de congregar multitudes en ocasiones y necesidades señaladas. Todo ello y mucho más ha sido recogido, con gran acierto, en este libro. Trabajos históricos o críticos dispersos, prácticamente ya inasequibles para la mayoría, han sido reunidos y actualizados, presentados por competentes especialistas, a los que hay que agradecer su indudable esfuerzo. Otros aspectos se tratan aquí por vez primera. Coincide la aparición de este libro con la terminación de una fase importante de trabajos de restauración del interior del templo, que han realzado lo que el tiempo había deteriorado y casi ocultado. El libro, bellamente presentado de la mano de la Institución Príncipe de Viana y la Caja de Ahorros de Navarra, secundadas por el Cabildo, nos invita y estimula a la contemplación y disfrute de esta realidad, puesta al servicio de todos, que es la Iglesia Madre de la diócesis de Pamplona y primer templo de Navarra.

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FERN AN DO SEBASTIAN A G U ILA R A RZO BISPO DE PAM PLONA Y O BISPO DE TUDELA

TÍTULOS DE CRÉDITO TÍTULO:

LA C A TED RA L DE P A M P L O N A EDITA:

CAJA DE A HO RRO S DE NAVARRA C O N LA C O L A B O R A C IÓ N DEL G O B IE R N O DE N A V A R R A FOTOGRAFÍAS:

JOSÉ LUIS LARRIÓN EN RIQ U E PIM O U LIER JOSÉ LUIS Z Ú Ñ IC A EU G EN IO Z Ú Ñ IG A COLABORACIÓN EDITORIAL:

AN A JAURRIETA DIBUJOS: PLANOS Y DIBUJOS DEL CLAUSTRO:

ESCUELA DE ARQ U ITEC TU RA DE LA U N IV ERSID A D DE NAVARRA* DIBUJOS PROVISIONALES DE LA IGLESIA CATEDRAL:

SECCIÓN DE PA T RIM O N IO A R Q U IT EC T Ó N IC O IN STITUCIÓ N PRÍNCIPE DE VIAN A A LFO N SO NIEVES INÉS CÍA LETRAS CAPITULARES:

B E G O Ñ A CÍA FO TO CO M PO SICIÓ N :

C O M ETIP S.L., BARAÑAIN TIPOS DE LETRA:

CLEARFACE REG U LAR para el texto general Ó PTIM A REGULAR para titulares y pies FOTOMECÁNICA:

ZIU R S.L., L O G R O Ñ O Y PA M PLO N A IMPRESIÓN:

CASTUERA IN DUSTRIAS GRÁFICAS TORRES DE ELORZ. N AVARRA PAPEL:

JO B DE 150 GRS. ENCUADERNACIÓN:

CIBENSA. VITORIA © C A JA DE A H O R R O S DE N AVARRA TIRADA: 7.000 EJEMPLARES O BRA COMPLETA: ISBN - 84-87120-21-0 TO M O I: ISBN - 84-87120-22-9 DEP. LEG.: NA. 1721-94 PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN, REGISTRO O TRANSMISIÓN TOTAL O PARCIAL DE LOS MATERIALES LITERARIOS Y GRÁFICOS DE ESTE IIB R O POR CUALQUIER M EDIO MECANICO, FO TO QUÍM ICO, ELECTRÓNICO, MAGNÉTICO O ELECTROÓPTICO, SIN EL PERMISO PREVIO Y ESCRITO DE LA CAJA DE AHO RRO S DE NAVARRA.

Ange, Traínas3" A l z a X ^ t d a , j ^ t i ^ '^ " T ? **= «• ™ v Migue, maineles: Miguel Muñoz - Sección Pilar +f: Sofía Gallego, M.JJosé Suárez y M.J Ángeles Roa - Puerta del Amnarrv Fmilin S L n rhl i r ~U3 ' • !’ ^ artíne* V Miguel Saldaña - Sección Pilar +c y Pedro Ibar, Julián Velasco y Alfredo Bengoa - Puerta Refectorio: Isabel de Miguel, losé Luis Cano, José Luis Gracia v Mario Carrera P^rt^Pr^ro^^M'3u 'T < '8nacio PalrT¡a - Puerta Arcedianato: Benito - Hoias Arquivolla: jorge Núñez y Ander Marquet - Secciones segundo modelo tracería' Jorge Cabrera íñieo Labres v RamAn r w f r ^ í t Fernández, Gabriel Chapa y |uan Antonio Blas Serrano - Tracería 2 bis: Humberto Fernández Jesús M.< Cutlérrez y Julián B a la te - T r a l l a G a b r i e IrS Lmrtn le,xe^ r.rfa ‘ Tracerfa 2: Angel Candela, Inmaculada Aured y ....“ * “ ¡,ia « - d o González y Antonfo ¿ a c ^ V e ja ^ o ™ ^

TEMARIO Y AUTORES DIRECCIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA

CO O RDINACIO N LITERARIA

A R T U R O N AVALLAS REBO LÉ

CARM EN JU SU É SIM ONENA

TOM O LITURGIA Y CULTO

\\

JESUS ARRAIZA FRAUCA

LA VEN ERACIÓ N A SANTA MARÍA LA REAL

25

JOSÉ GOÑI GAZTAMBIDE

EPISCO PAD O Y CABILDO

33

JOSÉ GOÑI GAZTAMBIDE

CATEDRAL E INSTITUCIONES CIVILES

71

EL SEÑ O RÍO EPISCOPAL DE PAM PLO N A HASTA 1276 CATEDRAL Y PODER POLÍTICO, 1276-1512 EL C A BILD O Y LA SOCIED AD CIVIL, 1512-1860

72 81 91

JUAN JOSÉ MARTINENA

G REM IO S Y COFRADÍAS

105

SUSANA HERREROS LOPETEGUI

VESTIGIOS RO M A N O S EN LA CATEDRAL Y SU EN TO RN O

U3

M.-' ANGELES MEZQUIRIZ IRUJO

ÉPOCA PRERRO M ÁN ICA Y RO M ÁNICA

133

ESPERANZA ARAGONÉS ESTELLA

LA CATEDRAL GÓTICA

103

ARQ UITECTURA

164

ANGEL MARTIN DUQUE LUIS JAVIER FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA

CLARA FERNÁNDEZ LADREDA JOAQUÍN LORDA

ESCULTURA PINTURA DECO RACIÓ N EMBLEMÁTICA

274 355 374

CARLOS MARTÍNEZ ALAVA M.J CARMEN LACARRA DUCAY MIKEL RAMOS AGUIRRE

T O M O II o

RENACIM IENTO PRIMER RENACIM IENTO M AN IERISM O

22

CONCEPCIÓN GARCÍA GAÍNZA

BARRO CO

35

RICARDO FERNÁNDEZ GRACIA

NEOCLASICISM O

75

MARÍA LARUMBE MARTÍN

ARTES SUNTUARIAS

91

ORFEBRERÍA

92

6

PEDRO ECHEVERRÍA GOÑI

CONCEPCIÓN GARCÍA GAÍNZA JOSÉ JAVIER AZANZA LÓPEZ

VIDRIERAS M AN U SC RITO S ILUSTRADOS CAM PANAS

I 10

JESÚS M.J OMEÑACA SANZ

120

SOLEDAD SILVA VERÁSTEGUI

131

ISIDORO URSÚA IRIGOYEN

LA M Ú SIC A EN LA CATEDRAL

137

AURELIO SAGASETA ARÍZTEGUI MARÍA GEMBERO USTÁRROZ

ARC H IV O Y BIBLIOTECA

165

JOSÉ GOÑI GAZTAMBIDE

M U SEO D IO CESANO

185

JESÚS M." OMEÑACA SANZ

INTERVENCIONES EN LA CATEDRAL

193

RESTAURACIONES HASTA 1940 RESTAURACIONES DE 1940 A 1994

194

JESÚS /VI." OMEÑACA SANZ

204

SERVICIO DE PATRIMONIO HISTÓRICO

LOS H O M BRES DE LA CATEDRAL

207

CARMEN JUSUÉ SIMONENA

BIBLIO G RAFÍA Y CITAS

214

JESÚS M.- OMEÑACA SANZ

NOTAS

221

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LITURGIA Y CULTO

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MISSALE MIXTUM. PRIMER MISAL IMPRESO DE LA IGLESIA NAVARRA (HACIA 1500).

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CLAUSTRO. LA­ VABO C A N O N I­ CAL. SEGÚN LA T R A D IC IÓ N , S U S M A T E R IA ­ LES PRO CED EN DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA.

itu rg ia , del griego «leitourgía», hace relación ^ , en su origen a la obra, acción o ini­ ciativa, asumida libremente por un hombre privado en favor del pueblo, del barrio, de la ciudad o del Estado. Con el paso del tiempo, perdió el carácter de «libre», para convertirse la liturgia en sinónimo de servicio, más o menos obligatorio realizado en favor del Estado o de la divinidad (servicio religioso). En la traducción griega del Antiguo Testamento, llamada de los LXX, la palabra liturgia significa siempre, sin excepción, servicio religioso realizado por los levitas a Yahveh. Era, por tanto, término téc­ nico referido al culto público y oficial, distinto del culto privado. Jamás aparece en el Nuevo Testamento la pala­ bra liturgia como sinónimo de culto. Pero práctica­ mente en el mismo tiempo de los últimos libros neotestamentarios, la Didajé y la primera carta del papa Clemente ya la usan tratando de la eucaristía. Así se introduce, pero con fortuna distinta. En Oriente viene a significar el culto cristiano en gene­ ral y la eucaristía en particular, mientras que en la Iglesia de Occidente es desconocida hasta el siglo XVI en que se emplea para determinar las variedades de culto: liturgia oriental, latina, galicana, hispánica, ambrosiana, etc., queriendo significar las diversas maneras en las que el culto cristiano se había expre­ sado a través de los siglos y el conjunto de los ritos y de las prescripciones que integran su ceremonial1. Efectivamente hoy, a la luz del concilio Vaticano II, entendemos por liturgia «la acción sagrada a tra­ vés de la cual, por medio de ritos, se realiza y conti­ núa en la Iglesia y por medio de la Iglesia la obra sacerdotal de Cristo, esto es la santificación de los hombres y la glorificación de Dios»2. Pues bien esta «acción sagrada» se ha hecho vida en la catedral de Pamplona durante siglos por parte del Cabildo Catedralicio, con la participación del pueblo fiel y en muchos casos presidida por el Obis­ po desde su sede oficial. Por ese mismo Cabildo que

en el siglo XVII hacía referencia al «discurso de en­ vejecidos tiempos, habiendo resplandecido en ellos y en los presentes el servicio y culto de Dios y su Ma­ dre, con admiración de estas Provincias, y confesión de las vezinas de Francia, juzgando los buenos a esta Santa Iglesia por un firmísimo propugnáculo de la Religión en estas fronteras»3. Tenían razón nuestros ilustres antecesores, pues la Catedral es la iglesia donde el Obispo tiene su cá­ tedra. Es, por tanto, la más importante (la Ecclesia maior, sénior), el centro litúrgico y espiritual de la diócesis. En nuestro caso, esta memorable Iglesia Catedral de Pamplona tiene su vida, escrita día a día, siglo a siglo, en los aconteceres litúrgicos más variados. Me atengo en este trabajo a los actos de la liturgia ofi­ cial o más señalada, pues sería difícil recoger en un mismo esquema toda la «liturgia popular» tan llena de ritos sabidos, devociones y oraciones desgranadas ante Santa María de Pamplona o ante el Cristo del Trascoro, los varios sonoros repiques de la campana María llamando a la fiesta grande o a la rogativa contra la seca o en defensa contra la peste, tanta beata de la Navarrería poniendo sus flores ante la Virgen de las Buenas Nuevas en plegaria por nave­ gantes ausentes o ante la Virgen del Amparo en sa­ lutación matutina. Sólo en las normas y hechos li­ túrgicos o relacionados con la liturgia, desarrollados en varios apartados. Liturgia que, de acuerdo con lo que nos van su­ giriendo los arqueólogos, sería de rito latino hasta los primeros siglos de la Edad Media en que se ex­ tendió el rito mozárabe; las iglesias catedrales de Sancho el Mayor y las anteriores al siglo XI, por tan­ to, siguieron en su liturgia ese rito, hasta que en los primeros años de D. Pedro de Roda se introduce en Pamplona la liturgia Romana arrinconando la mozá­ rabe o «Ley Toledana». Este fue el obispo de las re­ formas profundas para nuestra Catedral, pues en 1086 tomó también la determinación, urgido por la reforma gregoriana, de reemplazar los antiguos ca­ nónigos seculares por canónigos regulares de la Or­ den de San Agustín, lo cual supuso un modo de vida más ejemplar en el Cabildo y una mayor diligencia en la vida litúrgica. Aquellos eran sacerdotes dioce­ sanos llamados a constituir el senado episcopal ayu­ dando al obispo en el gobierno de la diócesis4. Estos hacían de su convivencia claustral y comunitaria una continua atención a la vida catedralicia.

LIBROS LITÚRGICOS El ayer es largo en la Iglesia y en su Liturgia. A lo largo de los tres primeros siglos no se conocieron verdaderos y propios misales; en las celebraciones solamente eran usados textos bíblicos, la mayoría de las veces elegidos en el momento. La «Didaché», la «I Apologética de Justino» y la «Tradición Apostóli­ ca» aportan datos y noticias. A partir del siglo IV las iglesias particulares crean sus propios textos litúrgi-

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EPISCOPADO Y CABILDO

SELLOS Y FIRMAS OBISPOS, 1660-1899.

José Goñi Gaztambide

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4. es, en la porción de la iglesia que llamamos diócesis o iglesia local, el jefe visible de todo el apostola­ do, maestro de la doctrina, sacerdote del culto sagra­ do y ministro para el gobierno. Es la encarnación de la iglesia local. Su misión es triple: santificar, ense­ ñar y regir. Debido a su carácter sagrado y a su cul­ tura, el obispo de Pamplona llegó a ejercer una proyección y un protagonismo excepcionales, no só­ lo en el seno de la comunidad eclesial, sino también en medio de la sociedad civil. Durante la Edad Media fue consejero influyente del rey y el personaje más importante del Reino, después del monarca. En la Edad Moderna fue presidente del brazo eclesiástico de las Cortes y en ocasiones virrey de Navarra. Los obispos realizaron su misión de una manera muy va­ riada. Hubo obispos «angélicos», artistas, guerreros, feudales, aseglarados y exclusivamente pastores de almas1.

Los prim eros obispos De los primeros obispos que asoman a la historia sólo se conoce un hecho relevante como es su asis­ tencia a concilios de Toledo: Liliolo al III (589); Juan al XII (681); Atilano al X III (683) y Marciano al XVI (693), estos dos últimos por procurador. La diócesis de Pamplona sobrevivió a la invasión musulmana y la cadena de sus obispos probablemen­ te no se interrumpió nunca. En 829 Opilano consa­ gro la iglesia de San Pedro de Usún. Wilesindo reci/10 y una carta de San Eul°gio de Córdoba (c. 845-860). CODICE EMILIANENSE. OBISPO SISEBUTO. (Cerca de 988-1000).

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Los obispos en La Rioja En el siglo X la sede episcopal de Pamplona sale ele la oscuridad y adquiere un nuevo brillo, a su lado

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