Evolución de los bautismos en Castilla la Nueva, Un crecimiento modesto 1

Evolución de los bautismos en Castilla la Nueva, 1580-1850. Un crecimiento modesto1 Felipa Sánchez Salazar (U.C.M.) Noemí Cuervo Fuente (C.E.S Felipe

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Evolución de los bautismos en Castilla la Nueva, 1580-1850. Un crecimiento modesto1 Felipa Sánchez Salazar (U.C.M.) Noemí Cuervo Fuente (C.E.S Felipe II, U.C.M.) 2

Introducción

En el trabajo que aquí presentamos hemos tratado de reconstruir la trayectoria de la población rural en el área de Castilla la Nueva entre 1580 y 18503 a través de los registros bautismales de noventa y cuatro parroquias: siete de la provincia de Ciudad Real4, trece de la de Cuenca5, diez y ocho de la de Guadalajara6, cuarenta y una de la de Madrid7 y quince de la provincia de Toledo8. 1

Este es un texto provisional, se ruega no citar sin permiso de las autoras. Este trabajo ha sido posible gracias al Proyecto de Investigación “El crecimiento económico en la España moderna (1500-1800). Reconstrucción del PIB y del movimiento de la población“, Ministerio de Educación y Ciencia, SEJ-2005-05070/ECON. En la recopilación de registros bautismales, además de las autoras, han participado los miembros del equipo: José U. Bernardos; Enrique Llopis; Emilio Pérez Romero; José Antonio Sebastián; Juan Zafra, Manuel González Mariscal y Héctor García Montero. 3 El marco espacial en el que se desarrolla este trabajo incluye el territorio actual de las siguientes provincias: Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo. 4 Siete de la provincia de Ciudad Real: San Benito de Agudo; San Sebastián de Almadén; Nuestra Señora de la Visitación de Argamasilla de Calatrava; San Juan Bautista y Santo Domingo de Silos de Chillón, la Inmaculada Concepción de Herencia; Virgen de Gracia de Puertollano; y San Andrés Apóstol de Villanueva de los Infantes. La serie de Almadén nos la ha proporcionado Rafael Dobado. Archivo Diocesano de Ciudad Real, Libros Bautismales de Agudo, Argamasilla de Calatrava, Chillón, Herencia, Puertollano y Villanueva de los Infantes. 5 Trece de la provincia de Cuenca: la Asunción de Albadalejo del Cuende; Colegiata de San Bartolomé de Belmonte; San Pedro de Buenache de Alarcón; San Pedro de la Horcajada; San Antolín de Leganiel; Santa Ana de Masegosa; San Gil de Motilla del Palancar; San Miguel Arcángel de La Peraleja; Nuestra Señora de la Asunción de El Picazo; San Miguel de Bari de Priego; San Marcos Evangelista de Quintanar del Rey; Santo Domingo de Silos de Tribaldos; y la Asunción de Valdeolivas. Las series de Albaladejo del Cuende, Belmonte, Buenache de Alarcón, Leganiel, Priego, La Peraleja, y Valdeolivas han sido elaboradas por David Reher; la de Motilla del Palancar procede de Pérez Moreda (1977); las de Zafra de Záncara y Villarejo de Fuentes fueron recopiladas por Gonzalo Anes y utilizadas por Nadal (1984: 78-81). Archivo Diocesano de Cuenca, Libros bautismales de Masegosa y Priego. Archivo Parroquial de Tribaldos, Libros Bautismales de Tribaldos. 6 Diez y ocho de la de Guadalajara: San Miguel de Alovera; Inmaculada de Balbacil; Nuestra Señora de la Zarza de Balconete; Nuestra Señora de los Llanos de Cereceda; Santa Eulalia de Chiloeches; Santa Catalina de Embid de Molina; San Miguel de Escariche; Asunción de Nuestra Señora de Galve de Sobe; la de Hontanillas; Nuestra Señora del Consuelo de Mantiel; Natividad de Miedes de Atienza; Santo Domingo de Millana; San Juan Bautista de Milmarcos; Nuestra Señora del Remedio de Mochales; Asunción de Nuestra Señora de El Olivar; San Mateo de Peralejos de las Truchas; Asunción de Nuestra Señora de Setiles; y Santa Eulalia de 2

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Somos conscientes de que el uso de la trayectoria seguida por el número de bautizados como proxy de las tendencias de la población sólo resulta admisible en aquellos territorios en los que, en el período de análisis, la tasa de natalidad o bien permanece constante o bien registra variaciones pequeñas. Así parece que fue en la mayor parte del territorio de la España interior: primero, porque en régimen de fecundidad incontrolada, los diferentes indicadores de fecundidad legítima apenas tenían desviación respecto a unos niveles promedio determinados por las condiciones de nupcialidad y mortalidad adulta, y ambos no se modificaron sustancialmente en las tierras del interior peninsular durante el Antiguo Régimen9; segundo, porque tanto en el medio como en el largo plazo la pirámide poblacional se mantuvo prácticamente Sienes. Las series de Cereceda, Chiloeches Mantiel, Mochales y Hontanillas (hasta 1824) proceden de Pérez Moreda (1977). Las restantes han sido elaboradas a partir de las siguientes fuentes: Libro de Bautismos de Escariche, Archivo Histórico Nacional, Clero, Libros 19.46719.472; Archivo Diocesano de Sigüenza, Libros de Bautismos de Alovera, Balbacil, Balconete, Embid de Molina, Galve de Sobe, Miedes de Atienza, Millana, Milmarcos, El Olivar, Peralejos de las Truchas, Setiles y Sienes. 7 Diez y seis rurales de la provincia de Madrid: Santiago Apóstol de El Álamo; San Pedro Apostol de Alcobendas; San Juan Bautista de Arganda del Rey; San Pedro Apostol de Barajas; Santa María del Castillo de Canencia; Asunción de Nuestra Señora de Colmenar Viejo; Asunción de Nuestra Señora de Griñón; Asunción de Nuestra Señora de Miraflores de la Sierra; Nuestra Señora de la Asunción de Móstoles; Nuestra Señora de la Asunción de Parla; San Sebastián Martir de San Sebastián de los Reyes; La Inmaculada Concepción de Soto del Real; San Juan Evangelista de Torrejón de Ardoz; San Martín Obispo de Valdilecha; San Miguel Arcángel de Villamantilla; y Santiago Apostol de Villaviciosa. La serie de Miraflores de la Sierra procede de Delgado (1987: 257-281). David Reher nos ha proporcionado las series de Colmenar Viejo, Griñón, Móstoles y Torrejón de Ardoz. Archivo Diocesano de Getafe, Libros Bautismales de El Álamo, Villamantilla y Parla. Archivo Diocesano de Madrid, Libros Bautismales de Barajas, Canencia, San Sebastián de los Reyes y Soto del Real. Y veinticinco urbanas: Santa María, San Martín, San Ginés, Santa Cruz, San Justo, San Sebastián, Santiago, San Juan, San Nicolás, San Salvador, San Miguel, San Andrés, San Pedro, San Gil, San Luis, San José, San Lorenzo, San Millán, Nuestro Señor del Buen Suceso, Buen Retiro, Ministerial Palacio, San Marcos, San Ildefonso, San Antonio Florida, Real Casa Campo y San Luis FRanceses. Los registros bautismales desde 1594 hasta 1839 proceden de Carbajo (1987: 257-281), para el resto de fechas de los Libros Bautismales de los siguientes archivos parroquiales: Santa María, San Martín, San Ginés, Santa Cruz, San Justo, San Sebastián, Santiago, San Pedro, San José, San Millán, San Ildefonso.. 8 Quince de la de Toledo: Santa María Magdalena de Ajofrín; Nuestra Señora de la Asunción de La Guardia; Santa María Magdalena de Mascaraque; San Sebastián de Méntrida; San Esteban Protomartir de Mocejón; San Sebastián de Los Navalucillos; San Pedro Apostol de Olías del Rey; Santo Tomás Apóstol de Orgaz; San Pablo de San Pablo de los Montes; San Blas de Valdeverdeja; San Pedro Advíncula de Las Ventas con Peña Aguilera; San Antonio Abad de El Toboso; San Esteban de La Torre de Esteban Hambran; San Juan de Los Yébenes; y San Benito Abad de Yepes. Las series de Mascaraque, Orgaz, El Toboso, Valdeverdeja y Yepes fueron recopiladas por Gonzalo Anes y utilizadas por Nadal (1984: 7881) y por Reher (1991: 19 y 51-57). Las series de Ajofrín y Navalucillos proceden de Paz et al. (1990) y Molina (1990: 125-130) respectivamente. Archivos parroquiales de La Guardía, Méntrida, Mocejón, Olías del Rey, La Torre de Esteban Hambran, San Pablo de los Montes y Las Ventas con Peña Aguilera, Libros Bautismales de esas localidades. En la recogida de las series de La Guardía, Méntrida, Mocejón y Olías del Rey ha colaborado David González. 9 Llopis y Cuervo (2004: 40).

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inalterada, es decir, el porcentaje de mujeres que podían ser madres respecto al total de población tendía a ser constante10. Los argumentos anteriores apuntan a que la tasa de natalidad se mantuvo en torno al 40 por 1.000 en buena parte del interior peninsular11. Sin embargo, debido a que la tasa de natalidad, aunque apenas oscilaba en el medio y largo plazo, en el corto podía registrar cambios significativos debemos admitir que la utilización de los registros bautismales para estimar los movimientos de la población puede suponer cometer algunos errores. Suelen sesgar los resultados al alza tanto cuando aumenta el número de efectivos humanos como cuando desciende12. Llopis (2004b: 10-11) ha llamado la atención sobre la necesidad de construir índices de bautismos de ámbito regional sólidos, en base a una muestra de localidades amplia y representativa que cubra un arco temporal largo. Esto es lo que hemos intentado hacer para Castilla la Nueva13. Son abundantes los estudios referidos a algunas localidades y comarcas castellanomanchegas que utilizan como fuentes vecindarios, censos y registros parroquiales pero poco coordinados entre sí. Martín Galán (1991: 228-229) reflexionaba sobre la conveniencia de una planificación en aras a una mayor efectividad de los estudios de demografía histórica en el futuro14. Castilla la Nueva supone en la actualidad el 14,55 por 100 de la superficie peninsular15 y hacía 1787 concentraba el 11,92 por 100 de la población española continental16. Se trata de un territorio de grandes contrastes,

tanto

por

razones

medioambientales

como

económicas.

Comprendía áreas de dedicación ganadera y forestal en las sierras, cerealista 10

Llopis y Pérez Moreda (2003: 126). Llopis y Cuervo (2004: 40). 12 La tasa de natalidad solía ser más baja en las fases de crisis económica y demográfica y más alta en las de expansión. 13 Región que contaba con un trabajo pionero a este respecto en base a una muestra de 28 núcleos entre 1580 y 1789. Vid. Nadal (1986: 73-85). El índice elaborado por Llopis (2004b:11) abarcaba 37 localidades y cubría el lapso temporal de 1700 a 1849. Por su parte, Reher (1988: 17-75) reconstruía la población de esta zona entre 1521 y 1900 a partir de una muestra de 26 pueblos. 14 Las obras más completas sobre el área que trabajamos, hasta ahora, son las de LópezSalazar (1976, 1981 y 1986), aunque están centradas sólo en la Mancha durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Un estado de la cuestión sobre los estudios de demografía histórica en Castilla-La Mancha en Martín Galán (1988: 228-239). Vid. También Camacho Cabello (1997). 15 M.A.P.A. (1978: 7 y 8). 16 I.N.E. (1989). 11

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en La Mancha, importancia de las dehesas y de la trashumancia en el Campo de Calatrava y Valle de Alcudia, núcleos destacados pañeros y un relevante centro minero, Almadén17. Rasgos comunes a destacar serían la centralidad, la baja densidad demográfica18, la aridez estival, el predominio de los cereales, el encinar como vegetación climax y la trashumancia. Dado el peso de la agricultura cerealista, los cambios en la coyuntura de las cosechas de granos tenían que incidir en la evolución de los bautismos y viceversa. Las crisis demográficas tenían más incidencia en aquellos ámbitos dedicados a un monocultivo y menos en los de economía diversificada. Hemos optado por el análisis de la trayectoria de la población rural debido, fundamentalmente, a la deficiente conservación y al extravío de muchos de los libros sacramentales de las ciudades. En el arco temporal, la disponibilidad y el fácil acceso a las fuentes ha fijado tanto el límite inferior como el superior; además, respecto al último, hemos tratado de analizar la trayectoria de los bautismos durante la primera mitad del siglos XIX, uno de los períodos de la demográfica histórica, al menos de la España central, menos conocido. El trabajo se ha estructurado en los siguientes epígrafes: en el primero, realizamos un análisis de las fuentes y una descripción de la metodología empleada; en el segundo, trazamos la trayectoria de la población en Castilla la Nueva; en el tercero, comparamos la evolución demográfica de esta área con otras de la España peninsular y en el cuarto, nos acercamos al grado de fiabilidad de vecindarios y censos a partir de los registros bautismales. 1. Fuentes y metodología La principal documentación empleada en este estudio son los libros bautismales de varias parroquias pertenecientes a distintos territorios

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Sobre las minas de mercurio en esta localidad, vid. Dobado (1989). Castilla la Mancha, después de Extremadura, era la región de menor densidad demográfica en el siglo XVIII. García Sanz (1985: 641).

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diocesanos19, como ya hemos comentado. Esta fuente ha sido utilizada en numerosas investigaciones de demografía histórica y de historia económica y, como ya ha sido sometida a un estudio y crítica minuciosa, no realizaremos ninguna aportación al respecto20. Solamente queremos resaltar que, al menos para la Edad Moderna, el número de bautizados constituye una buena proxy de los nacidos, de la tendencia de la población, de la producción agraria21 y de otras variables económicas22. En cuanto a la metodología se ha seguido el trabajo de Llopis y Cuervo (2004). Se ha calculado un índice regional de bautismos a partir de los registros de sesenta y nueve parroquias rurales y veinticinco urbanas de Madrid23. En su elaboración se han tenido en cuenta los siguientes criterios: 1) que su magnitud relativa sobrepasara un determinado umbral. Al respecto, en 1787, los núcleos rurales analizados albergaban al 9,77 por 100 de la población de Castilla la Nueva (15,70 por 100 de la provincia de Ciudad Real, 8,92 por 100 de la de Cuenca, 5,21 por 100 de la de Guadalajara, 5,12 por 100 de la de Madrid rural y 38,66 por 100 si incluimos la ciudad de Madrid, y 11,65 por 100 de la de Toledo); 2) que sólo podrían formar parte de la muestra las parroquias que hubiesen conservado sus registros bautismales completos o casi completos para el período 1580-1850. Hemos recogido 25.474 registros bautismales (271 por cada una de las 94 parroquias). Sólo hemos tenido que calcular 443, bien porque faltasen o bien porque no estuviesen completos24; es decir, el 1,74 por

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El ámbito analizado se divide, en términos eclesiásticos, en siete diócesis: Alcalá de Henares, Ciudad Real, Cuenca, Getafe, Madrid, Sigüenza-Guadalajara y Toledo. 20 Berry y Schofield (1971: 453-463); Razzell (1972: 139-145); Pérez Moreda (1980: 26-29); Pérez Moreda y Reher (1988); Piquero (1991: 51-57). 21 Para Boserup (1967:18-22) el crecimiento de la población es la “variable independiente de mayor peso en la determinación del desarrollo de la agricultura”. 22 Pérez Moreda (1988b). 23 Las mismas de las notas 4-8. 24 De Ciudad Real: de la parroquia de Agudo 24, de la de Herencia 23, 2 de la de Puertollano y 2 de la de Villanueva de los Infantes; de la de Cuenca: 8 de la parroquia de Buenache de Alarcón, 45 de la de La Horcajada; 15 de la de El Picazo; 26 de la de Tribaldos, 1 de la de Valdeolivas y 12 de la de Masegosa; de la de Guadalajara: de la parroquia de Balbacil 5, de la de Sienes 2 y de la de Millana 2; de la de Madrid: 5 de la parroquia de El Álamo, 25 de la de Alcobendas, 1 de Canencia, 25 de la de Colmenar Viejo, 52 de la de Móstoles, 9 de la de Torrejón de Ardoz, 4 de la de Soto del Real, 15 de la de Valdilecha, 14 de la de Villamantilla y 33 de la de Villaviciosa de Odón; de la de Toledo: de la de Ajofrín 4, de La Guardia 2, de la parroquia de Mascaraque 5, de la de Mocejón 34, de la de Los Navalucillos 4, de Olías del Rey 4, de la de La Torre de Esteban Hambran 2, de la de San Pablo de los Montes 12 y de Los Yébenes.

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100 de las observaciones anuales. Por tanto, los registros bautismales estudiados están casi completos; sin embargo, el requisito de su dimensión no se cumple demasiado bien y también somos conscientes de que no representan adecuadamente la diversidad de rasgos geográficos y económicos del territorio de Castilla la Nueva. Por ello, seguimos trabajando en la ampliación del número de parroquias, así como en la búsqueda de documentación que nos permita introducir a los núcleos urbanos. No obstante, la muestra actual posibilita extraer resultados que no creemos que diverjan mucho si aquélla se ampliara. Las estimaciones de los valores no observados de las distintas series se han llevado a cabo a través de dos procedimientos: 1) cuando contábamos con registros de tres o más meses de un año, mediante el recurso a una distribución media mensual de los bautismos en diversos núcleos rurales de Salamanca, Soria y Zamora25; y 2) cuando no disponíamos de registros o éstos abarcaban menos de tres meses del año en cuestión, a través de la especificación de modelos multivariantes26, la estimación de los mismos27 y la interpolación de los huecos con el criterio de maximizar su verosimilitud considerando la información de varias series28. En cualquier caso, lo más relevante en este ámbito radica en que el porcentaje de valores interpolados ha sido muy pequeño. Como el número de habitantes difería de unas a otras provincias (en 1787 la de Ciudad Real tenía 171.458 habitantes, la de Cuenca 206.218, la de Guadalajara 163.265, la de Madrid 447.192 y la de Toledo 256.611 habitantes)29 y también el peso de la muestra en cada una de éstas, los tamaños relativos de los índices provinciales son necesariamente desiguales. Si al construir el regional no hubiéramos tenido en cuenta lo anterior y no 25

Javier Vela ha tenido la amabilidad de proporcionarnos dicha distribución mensual de los bautismos. 26 Los huecos en las series los ha estimado Alfredo García Hiernaux a partir de los modelos univariantes de cada serie, según las técnicas expuestas en Jenkins y Alavi (1981), se ha construido un modelo VARMA para el vector de seis series. 27 El modelo especificado se ha estimado para toda la muestra utilizando las técnicas de máxima verosimilitud para series con valores ausentes descritas en Terceiro (1990). 28 El método de interpolación empleado se describe en Casals, Jerez y Sotoca (2000). 29 I.N.E. (1989).

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hubiéramos establecido ningún tipo de ponderación, las provincias de Ciudad Real y de Toledo habrían estado sobrerepresentadas. Para evitar estos sesgos hemos elaborado los índices de los bautismos rurales de cada una de las cinco provincias; y, a continuación, el regional, otorgando ponderaciones variables a los de cada una de las provincias calculados en función de las variaciones en el peso relativo de la población que tenían en el transcurso de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Para establecer las ponderaciones tuvimos en cuenta varios factores: 1) la evolución de los distintos índices provinciales; y 2) la disponibilidad de vecindarios y censos de población provinciales completos y con un mínimo de fiabilidad en el período analizado. La similar evolución del número de bautizados en las cinco provincias permitía no cambiar las ponderaciones con frecuencia relativamente alta. En lo referente a los censos de población realizados durante la Edad Moderna, hay que tener en cuenta, como ponen de manifiesto diversas publicaciones, que se cometieron diversos errores de diferente signo y magnitud en su elaboración30. Los factores anteriores nos estimularon a buscar un método alternativo para elaborar el índice regional de bautismos. Lo primero que hicimos fue establecer unas primeras ponderaciones a partir del censo de población de Floridablanca (que es el que sale mejor librado de los test a los que otros autores han sometido los distintos recuentos de población modernos). A continuación, supusimos que la relación entre las tasas de natalidad provinciales permaneció constante entre 1580 y 1850; así los aumentos y disminuciones de los bautismos en las distintas provincias nos permitieron estimar los porcentajes de efectivos humanos que concentraban Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo, partiendo del supuesto de que la evolución de los bautismos en los núcleos de la muestra fue idéntica a la de esa misma variable en el conjunto de Castilla la Nueva. Después, decidimos calcular la distribución de los habitantes en las cinco provincias en las siguientes fechas: 1584, 1614, 1655, 1696, 1737, 1778, 1819 y 1846; esas

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Llopis y Cuervo (2003 y 2004) y Hernández (2004).

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ponderaciones las aplicamos al año en cuestión, a los veinte precedentes y posteriores salvo, lógicamente, a los años 1584 y 186431. Este procedimiento tiene como limitación la que se crea cuando en los pesos relativos de la población entre las distintas provincias se producen alteraciones significativas en el intervalo en el que se aplica la misma ponderación. No obstante, con este método evitamos los errores que se inferirían de la utilización de una única o unas pocas ponderaciones, reduciendo la magnitud de los sesgos cometidos. 2. Crecimiento moderado de la población en Castilla la Nueva desde 1580 a 1850. Cuadro 1. Índices de bautismos por décadas. Ciudad Cuenca Real 1580/89 100,0 100,0 1590/99 97,9 104,1 1600/09 97,0 103,0 1610/19 93,4 96,5 1620/29 90,4 94,1 1630/39 83,3 87,3 1640/49 78,3 81,2 1650/59 86,7 90,6 1660/69 86,3 87,0 1670/79 91,0 86,4 1680/89 93,8 80,6 1690/99 97,3 86,7 1700/09 93,0 89,9 1710/19 90,4 84,0 1720/29 109,1 95,6 1730/39 101,6 97,7 1740/49 99,2 96,5 1750/59 109,3 100,8 1760/69 108,0 107,0 1770/79 102,6 108,3 1780/89 101,1 108,3 1790/99 112,6 123,9 1800/09 97,2 107,8 1810/19 114,4 112,1 1820/29 131,3 131,8 1830/39 94,0 101,7 1840/49 103,8 102,2 Fuente: Las citadas en las notas 4-8.

Guadalajara

Madrid

Toledo

100,0 113,5 100,0 96,5 97,7 82,0 73,0 84,9 75,6 75,7 81,8 85,2 82,0 75,7 91,8 87,5 89,3 99,8 102,3 101,6 107,2 111,7 96,3 105,3 119,1 108,4 111,2

100,00 107,55 102,45 120,21 121,28 115,17 112,87 118,84 117,61 124,68 126,26 128,18 120,04 114,24 133,00 127,11 131,44 142,97 144,87 137,06 139,13 157,86 138,34 141,66 171,52 146,72 168,63

100,0 94,6 93,6 89,4 85,1 76,9 75,4 78,5 83,6 88,3 85,3 102,6 107,5 101,9 118,2 117,8 122,2 124,6 144,6 139,4 142,5 161,2 139,0 140,6 175,7 151,2 158,2

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Castilla la Nueva 100,00 106,28 101,69 104,69 104,86 95,24 91,27 98,95 95,78 99,86 100,23 105,11 101,00 95,64 111,88 107,69 110,69 118,73 123,31 121,09 123,29 138,33 120,34 125,12 150,65 129,14 141,93

La primera ha sido empleada en el período 1580-1593 y la segunda en el período 18401850.

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Hay que destacar, como ponen de manifiesto los Cuadros 1 y 2 y el Gráfico 1, que el número de bautismos en Castilla la Nueva aumentó casi un 87 por 100 entre 1580 y 1850; sin embargo, ese aumento elevado se debe a la presencia de la ciudad de Madrid. En las áreas rurales dicho crecimiento resultó muy modesto entre ambas fechas, apenas se superó en un 14,83 por 100 el máximo alcanzado a finales del siglo XVI. Cuadro 2. Ritmo e intensidad de los bautismos en Castilla la Nueva. Período

Tasa (%)

Incremento (%)

1580/88-1640/48 1640/48-1653/60 1653/60-1694/1702 1694/1702-1707/15 1707/15-1791/99 1791/99-1805/13 1805/13-1819/27 1819/27-1842/50 1580/88-1842/50

-0,12 0,70 0,04 -0,75 0,49 -1,44 2,11 -0,10 0,16

-7,05 9,49 1,61 -9,33 50,41 -18,34 33,91 -2,27 50,70

Fuente: Las mismas del Cuadro 1.

Aunque no disponemos de series bautismales anteriores a 1580, no obstante, se sabe que Castilla la Nueva en el siglo XVI presentaba la tasa de crecimiento anual más elevada de toda la España peninsular, después de Galicia, casi el doble del total nacional. Se explica si tenemos en cuenta que no había finalizado el proceso repoblador en el Quinientos32. El crecimiento demográfico, al menos en La Mancha33, fue más intenso en el área septentrional que en la meridional. La diversa estructura económica, cerealista y vinícola en la primera y ganadera en la segunda, puede explicar dicha diferencia. Cabe destacar, entre las causas, el aumento de la producción agraria debido a las roturas y a la privatización de tierras comunales34 que tuvieron un impacto negativo en la ganadería, por eso el menor incremento del sur de esa circunscripción. En el último tercio del siglo XVI, se moderó la intensidad del crecimiento de la población con respecto a los decenios 32

Vid. Nadal (1984: 74-75); López-Salazar (1986: 62-63); y González (1976). Influyó también la corriente inmigratoria procedente de zonas serranas o semiserranas de la actual provincia de Cuenca. López-Salazar (1986: 63). 34 López-Salazar (1986: 152-182). 33

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anteriores en el norte manchego debido posiblemente a una sobresaturación demográfica. Por el contrario, el comportamiento demográfico fue mejor en el sur (en Ciudad Real y Campo de Calatrava35) por la llegada de moriscos tras la rebelión de las Alpujarras36. Gráfico 1: Índice de bautismos de Castilla la Nueva, 1580-1850 (base 100 = media de 1580-89). Medias móviles de 9 años. 180,00 160,00 140,00 120,00 100,00 80,00 60,00 40,00 20,00

15 80 15 89 15 98 16 07 16 16 16 25 16 34 16 43 16 52 16 61 16 70 16 79 16 88 16 97 17 06 17 15 17 24 17 33 17 42 17 51 17 60 17 69 17 78 17 87 17 96 18 05 18 14 18 23 18 32 18 41 18 50

0,00

dato anual

media móvil de 9 años

El índice de bautismos de Castilla la Nueva (Véanse los cuadros 1 y 2 y el Gráfico 1) sigue la siguiente tendencia: entre 1580/89 y 1640/49 se produjo un fuerte descenso demográfico; el número de bautizados cayó a un ritmo anual de un -0,12 por 100. Desde 1650/59 a 1700/09 tuvo lugar un estancamiento; en esta etapa el índice de bautismos creció a una tasa media de apenas un 0,04 por 100. A continuación hasta 1840/49 se inicia un crecimiento moderado en las áreas rurales37, el número de nacidos aumentó tan sólo a una tasa de 0,19 por 100, y si incluimos la ciudad de Madrid ésta asciende a un 0,30 por 100, un crecimiento más que considerable. No

35

López-Salazar (1986: 64-65). Domínguez Ortiz y Bernard (1970, 1971, 1878). 37 La misma tendencia que en el conjunto español. Llopis (2004b: 20). 36

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obstante, se produjeron fuertes caídas entre 1734 y 1741, 1784 y 1787, 1797 y 1813 y 1824 y 1838, que no impidieron la tendencia al aumento. Los índices de bautismos rurales de las provincias siguen la misma tendencia que el de la región de la que forman parte si no se incluye la ciudad de Madrid; no obstante presentan algunas particularidades, como puede apreciarse en el cuadro 3 y gráfico 2: 1) Si el índice de bautismos rural regional descendía ya desde los últimos años del siglo XVI, así ocurría con los índices provinciales, salvo en Toledo y Guadalajara en los que la pérdida de población comenzó en el primer decenio del siglo XVII38. La crisis demográfica del Seiscientos se prolongó en todas las provincias hasta 1640/49, menos en Ciudad Real en la que se retraso una década. Sin embargo, no va a ser en esta etapa cuando los índices bautismales alcanzaron los mínimos absolutos del período analizado, a excepción de Madrid rural que aconteció en 1638 (el valor del índice en ese año fue de 64,93). Cuadro 3: Ritmo e intensidad de las tendencias de los bautismos en las provincias de Castilla la Nueva (tasas medias anuales, en %). Cuenca 1590/99-1640/49 1640/49-1730/39 1730/39-1820/29

-0,88 0,20 0,34

Guadalajara 1600/09-1640/49 -0,66 1640/49-1730/39 -0,02 1730/39-1820/29 0,59

Madrid rural 1580/89-1640/49 -0,41 1640/49-1710/19 0,21 1710/19-1820/29 0,34

Toledo Ciudad Real 1600/09-1640/49 -0,59 1580/89-1660/69 -0,22 1640/49-1710/19 0,05 1660/69-1820/29 0,47 1710/19-1820/29 0,41 Fuentes: Las mismas del Cuadro 1.

La depresión demográfica tuvo una mayor incidencia en las zonas manchegas que más habían crecido en el siglo XVI, es decir, en las cerealistas. Por el contrario, el balance del Seiscientos fue menos negativo para las que 38

Coincidimos con las fechas que para la inflexión demográfica estableció López-Salazar (1986: 57-80; 74-75) aunque las series bautismales analizadas por éste son distintas a las nuestras. Diferimos, en cambio, en cuanto a las fases establecidas por éste para analizar la evolución de los bautismos en el siglo XVII.

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tuvieron un comportamiento más moderado en la centuria precedente.39 La intensidad de la caída de la producción agraria en las primeras y su lentísima recuperación, por un lado, y el auge de la ganadería desde mediados de siglo en las segundas puede explicar esa divergencia entre el norte y el sur manchego. La crisis tuvo mayor intensidad en Cuenca, los bautismos descendieron a una tasa anual de – 0,88 por 100 y la caída fue de un -96 por 100 entre 1588 y 1647. Gráfico 2: Índices de bautismos de las provincias de Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid rural y Toledo, 1580-1850 (base 100 = media de 1580-89). Medias móviles de 9 años 200 180 160 140 120 100 80 60 40 20

15 80 15 90 16 00 16 10 16 20 16 30 16 40 16 50 16 60 16 70 16 80 16 90 17 00 17 10 17 20 17 30 17 40 17 50 17 60 17 70 17 80 17 90 18 00 18 10 18 20 18 30 18 40 18 50

0

Madrid

Toledo

Cuenca

Guadalajara

Ciudad Real

Los principales factores de la crisis demográfica que aconteció durante la primera mitad del siglo XVII fueron el descenso de la producción agraria40, el 39

López Salazar (1986: 75-76). López-Salazar (1986: 67) señala cierta coincidencia entre la trayectoria de las cosechas de cereales y de la población, sobre todo en el primer tercio del siglo XVI, que es cuando más crecieron ambas variables. Sin embargo, en los treinta últimos años de esa centuria se produjo una discordancia entre la prosecución del crecimiento demográfico, aunque a menor ritmo, y el estancamiento, cuando no descenso, de las serie decimales. Vid. También López-Salazar y Martín Galán (1981: 56-101). Las series que estos autores elaboraron fueron utilizadas por Llopis (1986: 16) para trasladarlas a un gráfico y extraer la conclusión de que entre los últimos años del tercer cuarto del siglo XVI y finales de la década de los treinta del siglo XVII tuvo lugar una intensa caída de las cosechas de granos en el arzobispado de Toledo (comprendía gran 40

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declive de otras actividades económicas y la emigración41; no obstante, en algunas localidades, al menos de La Mancha, también tuvo importancia la expulsión de los moriscos42. 2) Aunque la segunda etapa de la trayectoria del índice de bautismos de Castilla la Nueva se caracterizó por un estancamiento hasta 1710/19, en Cuenca y Guadalajara éste se prolongó hasta 1730/39. Va a ser en esta fase cuando la serie de Guadalajara alcanzó el valor mínimo absoluto del período 1580-1850 (en 1711, donde el valor del índice fue 51,00). En Ciudad Real aquél se alcanzó en 1685 (con un valor de 58,72). Hay que señalar, además, que en esta provincia no se conoció dicho período de estabilidad, sino que desde 1660/69 comenzó un aumento del número de bautizados, el mayor de la muestra hasta el final del lapso temporal analizado, que permitió superar en 1703 el máximo de finales del siglo XVI. La crisis fue prolongada, dado que hasta bien avanzado el setecientos no se alcanzaron los niveles máximos del quinientos, salvo en Cuenca (en 1822). La lenta recuperación de la producción agraria tuvo que incidir, pero también la mayor dependencia de los campesinos de tomar tierras en arrendamiento o emplearse como jornaleros como resultado de la privatización de tierras comunales y la desposesión de quienes no pudieron pagar los intereses de los créditos suscritos en el siglo XVII. 3) La última etapa, la de crecimiento, también requiere algunos comentarios. Los bautismos superaron los niveles más altos de finales del siglo XVI o principios del XVII en todas las provincias (en 1725 Madrid, en 1794 Guadalajara y en 1777 Toledo)43. Además, se alcanzaron los máximos del

parte de Castilla la Nueva). López Salazar (1986: 79-80) resta importancia a las diversas oleadas de epidemias de peste. Sólo la tercera tuvo incidencia en la región, pero fue puntual y sólo frenó el despegue iniciado por muchas parroquias en la segunda mitad del seiscientos. 41 Coincidimos con Pérez Moreda en lo relativo a las causas fundamentales de la contracción demográfica (1980; 1988: 376-384). 42 García Arenal (1978) y López Salazar (1986: 81). 43 Aunque la depresión agraria tocó fondo en el arzobispado de Toledo a finales de los años treinta del siglo XVII, una verdadera inversión de la tendencia no se produjo hasta poco antes de los setenta. Sólo se recuperó poco más de la octava parte del terreno perdido hasta 1680 con respecto al máximo alcanzado a comienzos de los setenta del siglo XVI. Llopis (1986):1617). Tenemos que esperar a que nuestros compañeros del proyecto concluyan su trabajo para poder comparar la trayectoria de la producción agraria y de los bautismos a fin de conocer qué

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período analizado en Madrid en 1821, en Cuenca en 1822, en Toledo y en Ciudad Real en 1824 y en Guadalajara en 1850 (los valores de los índices de

bautismo

son

de

152,74,

132,95,

139,90,

186,40

y

150,16

respectivamente). El despegue demográfico del siglo XVIII vendría determinado por el aumento de las roturas y de las cosechas. Castilla la Nueva destacaba sobre las demás regiones de la España continental por el número de solicitudes cursadas al Consejo de Castilla para roturar tierras (el 31,38 por 100 del total)44 siendo la segunda región, tras Andalucía, por los rompimientos realizados (el 21,93 por 100 del total). Ello contrastaría con los moderados resultados demográficos alcanzados. Hay que tener en cuenta que en el Seiscientos debió de producirse un importante abandono de tierras que, entre otras causas, explicaría la fuerte caída de los niveles de producción de cereales. Las roturaciones del siglo XVIIl pudieron suponer una recuperación de parte del terreno perdido, pero debieron ser insuficientes. Había una gran reserva de terrenos donde extender los cultivos si tenemos en cuenta que durante esa centuria la densidad demográfica seguía siendo muy baja, pese a que los bautismos crecieron, No hay que perder de vista que la Mancha era una de las principales zonas de invernadero de los ganados trashumantes y de predominio de las grandes propiedades. Había poderosos intereses contrarios a las roturas45. El arranque de los bautismos en Ciudad Real en relación a las demás provincias creemos que podría explicarse por los siguientes factores: 1) la expansión de las superficies cultivadas y el incremento de las cosechas de granos; 2) el auge de la ganadería trashumante y del comercio lanero en el variable inicio antes el declive y cuál se recuperó más pronto. De cualquier manera la tardía y lenta salida de la crisis agraria en gran parte del territorio analizado tuvo que determinar las tendencias de la población. 44 Por el número de solicitudes para roturar sobresalían Cuenca y Toledo, que concentraban el 33,22 por 100 y el 25,91 por 100 respectivamente del total de licencias cursadas por los municipios de Castilla la Nueva. En cuanto a los rompimientos destacaban la Mancha y Toledo, con el 47,45 por 100 y el 28,55 por 100 respectivamente de la superficie total roturada en la región. Sánchez Salazar (1988: 63-64). 45 Fue uno de los motivos que tuvo en cuenta el Consejo de Castilla para denegar algunas de las peticiones para romper tierras o para no resolverlas y también de tensiones sociales. Sánchez Salazar (1986: 63, 118-125).

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Setecientos46; 2) el apogeo de las minas de Almadén47; y 3) el desarrollo de la industria textil48. La tendencia favorable que presentan los bautismos en la década de 1790, pese a la contracción del comercio exterior y la crisis de las finanzas públicas, pudo deberse al aumento de las cosechas de cereales que posibilitaron las medidas de reparto de tierras de propios y comunales promulgadas por los gobernantes ilustrados. Aunque las mismas no suponían un permiso para roturar49, sin embargo, fueron utilizadas por los pueblos y vecinos para pedir al Consejo de Castilla licencia para repartir y romper tierras. Pudo suponer una mejora significativa para los campesinos el acceso a estas tierras en condiciones más favorables que antes y el disponer de más excedente que vender por la defraudación del pago de diezmos50 y censos. Durante la guerra de la Independencia se produjeron grandes cambios en el sector agrario: se acentuó el impago de diezmos y derechos señoriales, se dejaron de observar los privilegios de la Mesta, las autoridades de los municipios pusieron en venta tierras de propios y comunales, al margen de cualquier iniciativa legal51. Esos cambios resultaron irreversibles con el retorno del absolutismo; propiciaron una importante ampliación de las superficies cultivadas, mayores cosechas y un considerable aumento de los nacidos en la década de 182052. El crecimiento de los bautismos prosiguió, tras el bache de

46

Hay que tener en cuenta que la comarca del Campo de Calatrava era una de las principales áreas de invernadero de los ganados trashumantes. Algunos de los pueblos de la muestra están comprendidos en esta comarca. López Salazar (1987: pp. 9-19 y 22). 47 La producción de mercurio creció en el siglo XVIII, sobre todo en la segunda mitad, alcanzando el máximo nivel hacia 1800. Ese aumento, en parte, fue el resultado de la disponibilidad de más mano de obra. (Dobado: 1991:108). En la muestra se incluyen los bautismos de Almadén, Agudo y Herencia, estos últimos próximos al centro minero. 48 Había importantes núcleos rurales dedicados al trabajo textil en el Campo de Calatrava. Puertollano, en la comarca de Pastos, era un notable centro pañero en la Edad Moderna. López Salazar (1986: 104). Destacaba también la fabricación de encajes que ocupaba a la población femenina. Vid. Sarasúa García (1995: 151-174). El aumento de las posibilidades de empleo debido al apogeo de todas estas actividades tuvo que incidir en el comportamiento peculiar de la serie de Ciudad Real. 49 A excepción del decreto de 28 de abril de 1793 referente a Extremadura. Sánchez Salazar (1988: 153-155, 199-219). 50 Rodríguez López-Brea (1995: 285-293). 51 Sánchez Salazar (1990), pp. 125-166. 52 Vid. García Sanz (1985: 73-99); Llopis (1985: 129-150; 2004b: 16-17); Sebastián Amarilla (2004: 155-163).

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los años treinta del siglo XIX, gracias al aumento de la producción y a una mayor diversificación productiva como consecuencia de la difusión, entre otros cultivos, de la patata. Hubo mayores posibilidades y estímulos para roturar tierras debido a las transformaciones agrarias llevadas a cabo por los liberales, a la prohibición de importar cereales en 1820, al abaratamiento de la salida de los excedentes en los mercados de la periferia y en las colonias antillanas gracias a la mejora en el transporte que supuso el canal de Castilla y al aumento de la demanda externa53. Las series analizadas muestran dos intensas caídas en la primera mitad del siglo XIX, una entre 1797 y 1813 y otra en la década de 1830. La primera es el resultado de las crisis agrarias, epidemias de fiebre amarilla y paludismo y los efectos de la Guerra de Independencia. Esta depresión fue más intensa en Guadalajara y Ciudad Real que en el resto de las provincias. Pudo incidir, sobre todo en la última, la decadencia de la ganadería trashumante, la caída de las exportaciones laneras y la crisis de la minería54. La segunda tuvo que deberse a la epidemia de cólera que asoló el interior peninsular55 y a la incidencia de la primera guerra carlista. 3. Comparación de la trayectoria demográfica de Castilla la Nueva con la de otras áreas peninsulares. En este epígrafe realizamos la comparación de la trayectoria del número de nacidos en Castilla la Nueva con la de otras áreas peninsulares. Para efectuar dicha comparación hemos considerado más adecuado la elaboración y utilización de un índice de bautismos regional que no incluyese la ciudad de Madrid, debido a los sesgos o distorsiones que la inclusión de dicho núcleo urbano podía introducir.

53

Garrabou y Sanz Fernández (1985: 7-139). La caída de la producción de azogue de Almadén desde comienzos del XIX, que se prolongó hasta bien entrada la centuria, se debió a la crisis fiscal del Estado español y a la independencia de la América Continental, principal destino de las exportaciones de dicho mineral. Dobado (1989; 1991: 108, 112-115). 55 Pérez Moreda (1980: 392-397). 54

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El movimiento del índice de bautismos en el largo plazo muestra un crecimiento reducido en Castilla la Nueva, el menor de todas las grandes áreas de la España peninsular56. Mientras que en dicha región los bautismos aumentaron entre 1580/89 y 1820/29 a una tasa anual de 0,13 por 100, en la España mediterránea, que es donde el incremento de dicha variable fue mayor, la tasa alcanzó el 0,56 por 100. Destaca el importante diferencial de crecimiento de esta última zona respecto a las restantes57, seguido de la España septentrional, con una tasa anual de 0,34 por 100. Por el contrario, Andalucía y la España interior experimentaron un crecimiento pequeño y similar, en el mismo intervalo temporal (tasas anuales de 0,19 y 0,16 por 100 respectivamente)58. Analizamos la trayectoria de los bautismos en los diversos períodos históricos que la historiografía establece para estudiar la tendencia de la población española en el largo plazo. El objetivo de esta nueva división es comparar si Castilla la Nueva se comporta de manera similar a otras regiones o difiere. Observamos las siguientes fases: 1) De recesión (como puede apreciarse en el Gráfico 3 y en los Cuadros 4 y 5), salvo en la España septentrional, desde finales del siglo XVI y principios del XVII hasta mediados del Seiscientos, En la España mediterránea dicha crisis se prolongó hasta el decenio de los setenta de dicha centuria, pero su intensidad resultó la menor. Fue más profunda en Castilla la Nueva y la España interior, aunque más fuerte en la última y más prolongada en la primera. La caída demográfica fue muy reducida en Andalucía. La serie de la España mediterránea, en cambio, empezó más tarde por lo que no

56

Una visión de conjunto sobre la evolución de la demografía en España en el largo plazo puede verse en Nadal (1984) y Pérez Moreda (1988a: 345-431); sobre esta variable y la coyuntura económica en la Edad Moderna vid. Marcos Martín (2000); y para ese periodo y la Edad Contemporánea, Comín, Hernández, Llopis (eds.) (2002). Es de destacar también Llopis (ed.) (2004a) y Reher (1991). 57 Éste tendió a suavizarse entre finales del siglo XVIII y la segunda mitad de la década de los treinta del siglo XIX, según Llopis (2004b: 21). 58 Llopis (2004b) ha elaborado y analizado los índices de bautismos de España y de todas las regiones de nuestro país para el siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Los utilizamos solamente para comparar los que hemos realizado para Castilla la Nueva con aquéllos.

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conocemos los niveles de partida del Quinientos. Por ello, la tasa de descenso de los bautismos podría ser mayor que la calculada. Gráfico 3: Índices de bautismos por décadas en las grandes áreas de la España peninsular, 1580-1840 (base 100 = media de 1700-09). 300,0

250,0

200,0

150,0

100,0

50,0

15

80 15 /89 90 1 6 /99 00 1 6 /0 9 10 16 /19 20 16 /29 30 1 6 /39 40 1 6 /4 9 50 1 6 /5 9 60 16 /69 70 1 6 /79 80 1 6 /8 9 90 17 /99 00 17 /09 10 17 /19 20 1 7 /29 30 1 7 /3 9 40 17 /49 50 17 /59 60 17 /69 70 1 7 /7 9 80 17 /89 90 18 /99 00 1 8 /09 10 1 8 /1 9 20 18 /29 30 /3 9

0,0

Castilla la Nueva

España septentrional

España interior

Andalucia occidental

España mediterránea

Dentro de Castilla la Nueva la intensidad de la contracción demográfica fue más intensa en Madrid y Ciudad Real debido a que el descenso de la población se inició en el penúltimo decenio del siglo XVI, mientras que en Cuenca el crecimiento demográfico se prolongó hasta la última década del Quinientos y en Toledo y Guadalajara hasta el primer decenio de la siguiente centuria. 2) De estancamiento en Castilla la Nueva y en la España interior desde mediados del siglo XVII hasta comienzos del Setecientos. En las restantes regiones en cambio, se produjo un crecimiento, que fue más fuerte en la España mediterránea y éste se prolongó hasta mediados del Setecientos.

- 18 -

Cuadro 4: Índices de bautismos por década en las grandes áreas de la España peninsular (base 100 = media de 1700-1709)59. Castilla la Nueva rural

España septentrional

España interior

1580/89 1590/99 1600/09 1610/19 1620/29 1630/39 1640/49 1650/59 1660/69 1670/79 1680/89 1690/99 1700/09 1710/19 1720/29 1730/39 1740/49 1750/59 1760/69 1770/79 1780/89 1790/99 1800/09 1810/19 1820/29 1830/39

112,4 116,6 116,7 116,1 113,1 79,7 114,4 107,8 80,2 107,7 106,8 72,3 102,9 94,2 74,1 91,2 87,9 78,5 93,4 97,8 80,5 93,1 93,9 79,9 91,9 96,8 90,7 98,5 97,1 91,3 96,4 103,1 87,9 100,8 100,0 100,0 100,0 95,1 96,8 99,0 112,8 103,5 113,6 107,5 105,6 110,2 108,4 106,9 115,4 116,9 114,8 126,1 122,3 120,4 133,8 121,6 120,9 131,6 123,1 128,8 135,5 136,7 132,9 148,9 117,2 133,3 135,4 127,5 140,3 142,1 150,7 167,9 173,7 123,6 157,8 155,6 Fuentes: Las mismas del Cuadro 1 y Llopis y Sebastián (2000).

Andalucía occidental 87,0 82,6 80,9 84,6 84,9 86,9 85,3 79,9 88,8 98,6 93,3 102,7 100,0 94,7 105,1 102,5 100,1 111,3 114,7 105,8 106,1 126,1 113,5 110,5 136,4 123,9

España mediterránea

79,7 82,6 82,4 79,3 74,2 76,1 79,3 88,1 98,1 100,0 104,3 126,5 142,0 144,7 166,8 184,8 194,8 200,0 222,2 221,3 230,9 259,5 254,8

El estancamiento demográfico de Castilla la Nueva (el número de bautizados apenas varió un 2,22 por 100 como puede verse en los Cuadros 4 y 5) esconde, no obstante, grandes divergencias provinciales como las caídas de los efectivos humanos en Toledo, Cuenca y Guadalajara en contraste con el fuerte crecimiento de aquéllos en Ciudad Real. 3) De crecimiento durante el siglo XVIII, a pesar del freno que supusieron la Guerra de Sucesión y las malas cosechas entre 1708 y 1711. Ese aumento 59

La España septentrional incluye Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra; la España interior, Castilla y León, La Rioja, Aragón, Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura; y la España mediterránea, Cataluña, Valencia y Murcia.

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de los bautismos fue más intenso en la primera mitad que en la segunda en Castilla la Nueva, España interior y España mediterránea, mientras que en España septentrional y Andalucía occidental ocurrió a la inversa (véanse Cuadros 4 y 5). Cuadro 5: Variación del número de bautismos en las grandes áreas de la España peninsular (%): Castilla la Nueva 1580/89-1650/59 -13,25 1650/59-1700/09 4,02 1700/09-1750/59 17,11 1750/59-1790/99 16,79 1800/09-1830/39 10,48 Fuentes: Las mismas del Cuadro 4.

España septentrional

España interior

Andalucía occidental

-20,15 7,41 26,10 18,08 14,92

-8,16 25,16 11,30 13,30 9,16

24,22 14,80 15,77 18,38

España mediterránea 34,77 66,80 33,21 15,14

Cuadro 6: Variación del número de bautismos en Castilla la Nueva (%): Madrid

Toledo

Cuenca

Guadalajara

Ciudad Real

Castilla la Nueva

1580/89-1650/59

-13,26

-9,42

-15,07

-11,26

-21,49

-13,25

1650/59-1700/09

7,21

-0,75

-3,41

-10,53

36,87

4,02

1700/09-1750/59

17,58

12,10

21,70

17,98

15,93

17,11

1750/59-1790/99

2,94

22,89

11,86

28,08

29,43

16,79

1800/09-1840/49 -3,28 -5,68 Fuentes: Las mismas del Cuadro 1.

12,62

24,63

8,73

5,03

Hay que tener en cuenta que en Castilla la Nueva los datos de la primera mitad, aunque parecen mayores, están distorsionados por el estancamiento demográfico en los núcleos rurales madrileños60. También debemos señalar que en los cincuenta primeros años del siglo XVIII el número de nacimientos en la provincia de Toledo es muy bajo. En cambio, llama la atención el

60

La tendencia del índice de bautismos de los núcleos rurales de Madrid presenta un estancamiento en la segunda mitad del siglo XVIII (Gráfico 2). No obstante, si construyéramos un índice de la provincia de Madrid, incluyendo la ciudad, observamos que el crecimiento es mayor en la primera mitad de la centuria que en la segunda (un aumento de un 20 por 100 y de 7,5 por 100 respectivamente). Vid. para la ciudad de Madrid Carbajo (1987) y libros bautismales citados en la nota 6.

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considerable aumento de aquéllos en las provincias de Ciudad Real y Guadalajara en la segunda mitad de la centuria61. 4) En todas las regiones, salvo en España septentrional, el crecimiento es menor en la primera mitad del siglo XIX que en la centuria precedente, como pone de manifiesto el cuadro 5. El incremento de los bautismos en Castilla la Nueva en la primera mitad del siglo XIX es menor al habido durante la centuria anterior. A nivel provincial, en cambio, las diferencias son las siguientes: mientras que en Ciudad Real fue similar, en Cuenca, Madrid y Toledo los nacimientos crecieron más en la primera mitad del siglo XVIII que en la del XIX, en Toledo incluso en esta última etapa cayeron, en Guadalajara ocurrió a la inversa. 4. Las cifras de los recuentos de población de 1591, 1752 y 1787 a la luz de los registros bautismales Vecindarios y censos son fuentes complementarias a los libros sacramentales para el estudio de la población. No obstante, su uso presenta problemas e inexactitudes. Estas son las siguientes: 1) la necesidad de transformar el número de vecinos en habitantes utilizando un coeficiente de conversión; 2) la falta de datos de población de algunos núcleos; 3) las cifras contienen sesgos de distinto signo y magnitud. La elección del coeficiente habitantes/vecinos se ha inferido de los datos que proporciona el Censo de la Ensenada62. En Castilla la Nueva éste es el siguiente: 3,46 en Ciudad Real, 3,65 en Cuenca, 3, 92 en Guadalajara, 3,69 en Madrid rural y 3,78 en Toledo63.

61

Los municipios de Castilla la Mancha pidieron al Consejo de Castilla más licencias para roturar tierras entre 1750-59 y 1790-1800 que en la primera mitad de esa centuria, el 52 por 100 del total de la región, aunque la demanda se concentró, sobre todo, entre 1730-39 y 176069 con el 48,17 por 100. Sánchez Salazar (1988: 66). 62 Véase Llopis y Cuervo (2004: 51) en relación a la validez de dichas cifras. 63 Carasa (1993: 19). Somos conscientes de que las circunscripciones territoriales que analizamos no coinciden con las establecidas en 1834.

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El Vecindario de 1591 omitió los registros de 4 pueblos de Guadalajara, 4 de Madrid y 1 de Toledo del total de la muestra analizada64. Esta fuente recoge agrupada la población de algunas demarcaciones, lo que no permite conocer la población de cada núcleo, como es el caso de la provincia de la Ciudad Real. El Vecindario de la Ensenada excluyó 2 localidades de Ciudad Real, 1 de Guadalajara, 3 de Madrid y 1 de Toledo65. El Censo de 1787 es el único de los empleados66 que recoge la población de toda la muestra examinada. Hemos sometido las cifras que aportan los recuentos utilizados a dos test para analizar el signo y la magnitud de los sesgos que contienen: en primer lugar, el de la verosimilitud de las tasas medias de natalidad calculadas a partir de los registros bautismales y de los datos de vecindarios o censos; en segundo lugar, el grado de correspondencia entre la evolución de los bautismos y la de la población. El cuadro 7, en que aparecen estimadas las tasas de natalidad de las localidades que componen la muestra, sugiere varios comentarios: primero, a escala provincial, a excepción de Cuenca, resultan poco verosímil las bajas tasas obtenidas en 1591, que apenas superaron el 34 por 1000 en un momento en que aun no se había iniciado el descenso demográfico en Castilla la Nueva (véase el gráfico 2). No obstante, hay pueblos en los que las tasas pecan por exceso como puede verse en el cuadro citado. Segundo, resulta sorprendente que las tasas de crecimiento no sean mayores en 1752 en Madrid y Cuenca que en 1787 y a la inversa en Guadalajara. A escala local también se encuentran anomalías en las tasas calculadas a partir de los recuentos del siglo XVIII como se observa en dicho cuadro.

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Balbacil, Balconete, Hontanillas y Mochales (Guadalajara); Canencia, Horcajo de la Sierra, Móstoles, Villamantilla (Madrid) y Valdeverdeja (Toledo). 65 Chillón y Villanueva de los Infantes (Ciudad Real); Balbacil (Guadalajara); Canencia, Soto del Real y Villamantilla (Madrid) y Valdeverdeja (Toledo). 66 No hemos utilizado el Censo de la “Sal” de 1631 ni el de Aranda de 1773 por lo errores que contienen. Véase Llopis y Cuervo (2004: 51).

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Cuadro 7: Tasas de natalidad estimadas hacia 1591, 1752 y 1787: Localidades Albaldejo del Cuende Belmonte Buenache de Alarcón Horcajada de la Torre Leganiel Masegosa Motilla del Palancar Peraleja, La Picazo, El Priego Quintanar del Rey Tribaldos Valdeolivas Provincia de Cuenca

1591 36,3 47,1 28,0 26,8 31,2 37,0 51,3 28,0 61,6 36,2 47,9 37,0 40,5 39,2

Localidades Alovera Cereceda Chiloeches Embid de Molina Escariche GalveSorbe Mantiel Miedes de Atienza Millana Milmarcos Olivar, El Peralejos de Truchas Setiles Sienes Provincia de Guadalajara

1591 31,8 38,7 60,1 11,7 34,4 23,6 33,3 35,5 39,5 31,1 69,7 19,8 33,8 41,8 34,3

Localidades Alamo, El Alcobendas Anchuelo Arganda del Rey Barajas Colmenar Viejo Griñón Miraflores de la Sierra Parla San Sebastián de los Reyes Soto del Real Torrejón de Ardoz Valdilecha Villaviciosa de Odón Provincia Madrid (sin incluir la capital)

1591 35,7 32,9 6,3 32,6 40,8 31,5 28,4 36,8 41,4 54,8 43,9 37,4 31,0 24,4 34,6

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CUENCA 1752 28,58 41,59 37,65 38,09 43,54 44,65 36,98 36,03 44,01 28,01 42,56 48,36 37,77 38,40 GUADALAJARA 1752 38,76 91,48 41,48 46,88 36,44 11,85 50,44 33,15 33,67 37,34 28,09 91,47 34,40 42,52 35,01 MADRID 1752 43,30 43,58 34,36 42,33 45,17 40,37 33,40 45,17 31,87 43,16 0,00 47,08 41,57 48,98 41,44

1787 33,3 40,3 41,7 32,8 42,0 40,3 40,7 44,4 54,3 28,6 46,9 45,2 40,2 41,2 1787 41,5 40,4 53,0 36,5 36,5 9,8 28,8 37,4 48,0 40,3 34,4 35,4 49,9 34,3 35,2 1787 31,3 43,2 27,4 43,1 45,7 43,6 33,6 39,1 41,5 39,5 45,3 51,2 45,6 44,2 41,9

TOLEDO Localidades 1591 1752 Ajofrín 48,2 34,34 Guardia, La 35,2 38,73 Mascaraque 34,2 38,94 Méntrida 37,1 46,02 Mocejón 41,9 43,39 Navalucillos 58,1 47,17 Olias del Rey 49,6 39,07 Orgaz 40,1 36,76 San Pablo de los Montes 41,4 49,68 Toboso, El 34,2 23,10 Torre de Esteban Hambran 32,8 47,52 Valdeverdeja 0,0 0,00 Ventas con Peña Aguilera 32,6 40,56 Yébenes, Los 21,2 40,64 Yepes 25,2 42,93 Provincia de Toledo 34,1 38,79 Fuentes: Las mismas del Cuadro 1, INE (1984), INE (1989) e INE (1991).

1787 37,5 43,6 44,6 42,8 50,6 35,5 56,0 47,8 45,7 41,9 35,3 39,4 36,0 31,4 37,6 40,8

En suma, es factible que las cifras del Vecindario de los “Millones” sesguen al alza el tamaño de la población de Guadalajara, Madrid y Toledo. Pero este sesgo es menor que el hallado por otros autores en distintas provincias67. El recuento de 1752, también exagera, pero menos que el anterior, los datos de vecinos, salvo en la provincia de Madrid. El censo de 1787 sobrevalora la población de Guadalajara y parece infravalorar la del resto de las provincias da Castilla la Nueva. El cuadro 8 muestra que en los núcleos rurales de Castilla la Nueva los bautismos cayeron a una tasa de 0,047 por 100 mientras que la población lo hizo a una tasa de 0,104 por 100 entre 1591 y 1752. Creemos que esa diferencia no pudo obedecer a que la tasa de natalidad fuera mayor hacia 1752 que hacia 1591, ni tampoco a que el coeficiente habitante/vecino empleado en el recuento de finales del siglo XVI peque por exceso. De este modo, este segundo test confirma que el Censo de 1591 sobrevalora la población en el territorio analizado. El mayor crecimiento de los bautismos que de la población entre 1752 y 1787 (0,43 por 100 y 0,32 por 100 respectivamente) apunta hacia un sesgo al alza del Vecindario de la Ensenada y a la baja del Censo de

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Llopis y Cuervo (2004: 51-56) y Hernandez (2004: 27-31).

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Floridablanca. La comparación entre las tasas de crecimiento de los bautismos y de la población entre 1591 y 1787 confirma lo expuesto. En resumen, los dos test a los que hemos sometidos los diferentes recuentos demográficos señalan que el Vecindario de los “Millones” y el de la Ensenada sobrestiman las cifras de población, aunque menos en éste que en aquél, mientras que el Censo de Floridablanca las subestima, a excepción de las de la provincia de Guadalajara que parecen sobrevaloradas en 1787. Cuadro 8: Tasas de crecimiento de los bautismos y de la población en los núcleos rurales de Castilla la Mancha (en %):

Provincia de Cuenca Provincia de Guadalajara Provincia de Madrid Provincia de Toledo Castilla la Mancha

Provincia de Cuenca Provincia de Guadalajara Provincia de Madrid Provincia de Toledo Castilla la Mancha Fuentes: Las mismas del Cuadro 7.

1591-1752 -0,10 -0,01 0,04 -0,07 -0,047

Bautismos 1752-1787 0,39 0,61 0,08 0,61 0,43

1591-1787 -0,02 0,10 0,05 0,05 0,04

1591-1752 -0,09 -0,02 -0,07 -0,15 -0,10

Población 1752-1787 0,19 0,60 0,05 0,46 0,32

1591-1787 -0,04 0,09 -0,05 -0,04 -0,03

Conclusiones El movimiento de la población de Castilla la Nueva entre 1580 y 1850, a partir de la información proporcionada por los registros bautismales de sesenta y nueve parroquias rurales y veinticinco urbanas, se caracterizó por: una recesión demográfica desde las últimas décadas del siglo XVI hasta los años cuarenta del Seiscientos; el número de bautizados descendió probablemente más de un por 20 por 100. A continuación se inició una larga etapa de estancamiento que se prolongó hasta la segunda década del Setecientos. A partir de ese decenio tuvo lugar en los núcleos rurales una recuperación caracterizada por su lentitud y algunas involuciones, en la segunda mitad de los años treinta, en los sesenta y en los ochenta del siglo XVIII, que determinaron: - 25 -

primero, un crecimiento del número de bautismos, y por tanto de la población, moderado hasta mediados del Ochocientos; y segundo, que los niveles máximos logrados en el siglo XVI no se alcanzasen hasta el último decenio del siglo XVIII. No obstante, si consideramos también la ciudad de Madrid, en esta última etapa el número de nacidos aumentó considerablemente. El crecimiento del Setecientos quedó frenado a principios del siglo XIX con motivo de las crisis agrarias de 1803-1805, epidemias y Guerra de Independencia. Concluida ésta, se produjo un aumento considerable del número de bautizados, que quedó ralentizado en los años treinta del siglo XIX tanto por la epidemia de cólera como por los efectos de la primera guerra carlista. De este modo el balance demográfico de 1580 a 1850 en Castilla la Nueva es muy pobre, y resulta poco probable que la población creciese a una tasa superior al 0,08 por 100 en las áreas rurales; muy diferente del fuerte crecimiento del número de bautizados en la ciudad de Madrid que aumentó a una tasa de un 0,57 por 100. El índice de bautismos de las diversas provincias que conforman Castilla la Nueva presenta algunas peculiaridades. La contracción demográfica producida de la primera mitad del siglo XVII fue más intensa en Guadalajara que en el resto de las provincias y, en cambio, la recuperación demográfica resultó mayor en Cuenca. Además, hay que destacar el comportamiento particular de la serie de bautismos de Ciudad Real: mayor duración de la crisis, menor ritmo de descenso demográfico, e inicio del crecimiento más temprano que supuso un despegue desde 1660/69 respecto a las demás series. Logró recuperar los niveles máximos del siglo XVI en fecha temprana, en 1703; mientras que en Toledo no se superaron hasta 1825 y en Cuenca no se habían alcanzado en 1850. La diversidad del medio natural y de las estructuras económicas, que en gran medida desconocemos, pudieron incidir en la variedad de los índices bautismales de las provincias de la muestra. Castilla la Nueva fue la región que presentó el menor crecimiento demográfico de España entre 1580 y 1840, si consideramos sólo las áreas rurales. La inflexión en el número de bautizados iniciada a finales del siglo XVI - 26 -

fue más profunda en Castilla la Nueva y en España interior que en otras áreas, más prolongada en la primera y más fuerte en la segunda. Hacia mediados del siglo XVII se inició una lenta recuperación que permitió que en el siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX la población creciera de forma moderada, al igual que en el conjunto español. Además de los registros bautismales disponemos de diferentes recuentos de población para el análisis demográfico en el Antiguo Régimen, como ya hemos aludido. Sin embargo, la utilización de esta última fuente no está exenta de problemas. A parte de convertir los vecinos en habitantes en los vecindarios de 1591 y 1752 y de las omisiones que presentan éstos y el censo de 1787, se debe tener en cuenta el signo y magnitud de los sesgos que aquéllos contienen: en la región analizada el Vecindario de los “Millones” y el de la Ensenada parecen sobrevalorar la población, mientras que el Censo de Floridablanca creemos que la subestima, salvo en la provincia de Guadalajara en la que el sesgo es de signo contrario. Bibliografía – BERNARD, V. (1970): “L’expulsion des morisques du Royaume de Grenada et leur répartition en Castille (1570-1571)”, en Melanges de la Casa de Velázquez, nº 6, pp. 211-246. – BERNARD, V. (1971): “Combien de Morisques ont été expulsés du royaume de Grenade?”, en Melanges de la Casa de Velázquez, nº 7, pp. 397-399. – BERRY, B. M. y SCHOFIELD, R. S. (1971): “Age at batism in pre-industrial England”, Population Studies, XXV (3). – CAMACHO CABELLO, J. (1997): La población de Castilla-La Mancha (siglos XVI, XVII y XVIII): crisis y renovación. Toledo. – CARBAJO, M. F. (1987): La población de la villa de Madrid. Desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX, Madrid, Siglo XXI. – CASALS, J. ; SOTOCA, S. ; y JEREZ, M. (2000): “Exact smoothing for stationary and non stationary time series”, International Journal of Forecasting, 16, 1. – COMÍN, Fr., HERNÁNDEZ, M., LLOPIS. E. (eds.): Historia económica de España, siglos X-XX, Barcelona. - 27 -

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Apéndices: 1. Evolución del número de bautizados en Castilla la Nueva Año 1580 1581 1582 1583 1584 1585 1586 1587 1588 1589 1590 1591 1592 1593 1594 1595 1596 1597 1598 1599 1600 1601 1602 1603 1604 1605 1606 1607 1608 1609 1610 1611 1612 1613 1614 1615 1616 1617 1618 1619 1620 1621 1622 1623 1624 1625 1626 1627

Ciudad Real 717 728 800 680 796 619 691 719 716 770 675 543 648 734 708 781 720 657 718 661 701 756 699 748 738 647 595 614 660 616 629 650 659 692 652 677 711 658 567 576 618 619 562 605 647 608 623 599

Cuenca 563 649 723 679 728 651 556 737 882 808 840 849 655 796 688 751 861 865 802 808 792 817 843 785 728 730 499 531 683 569 677 638 736 717 634 630 600 718 667 718 690 716 747 729 655 674 624 700

Guadalajara 249 210 275 242 277 294 254 325 352 325 332 291 259 293 277 294 307 285 321 281 318 287 321 301 284 309 277 285 293 282 291 298 276 314 276 211 258 290 297 293 318 325 305 298 270 300 273 284

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Madrid rural 718 682 766 722 746 711 705 816 820 843 733 638 679 798 705 781 814 702 814 707 687 745 808 737 781 639 723 709 768 707 712 747 730 742 703 663 662 673 673 729 674 725 679 676 776 702 693 548

Toledo 948 1071 1214 1080 1306 1065 1078 1327 1327 1286 1157 1099 1136 1346 1181 1212 1250 1343 1297 1166 1115 1324 1299 1251 1293 1227 1154 1020 1199 1170 1139 1216 1200 1236 1106 1151 1144 970 1013 1113 1145 1140 1173 1045 1157 1098 1104 954

Año 1628 1629 1630 1631 1632 1633 1634 1635 1636 1637 1638 1639 1640 1641 1642 1643 1644 1645 1646 1647 1648 1649 1650 1651 1652 1653 1654 1655 1656 1657 1658 1659 1660 1661 1662 1663 1664 1665 1666 1667 1668 1669 1670 1671 1672 1673 1674 1675 1676 1677 1678

Ciudad Real 666 612 613 595 554 602 567 513 588 532 467 535 568 573 575 573 553 550 625 480 494 466 528 472 540 546 560 602 627 612 603 592 602 571 622 647 604 613 633 614 540 602 553 618 580 636 624 698 696 656 672

Cuenca 639 644 643 632 563 586 618 564 577 545 478 516 604 495 551 513 499 551 487 450 495 451 516 579 507 598 577 608 662 662 570 646 555 556 541 580 539 509 515 512 525 439 463 520 471 527 516 626 514 576 546

Guadalajara 256 269 291 234 216 238 267 217 233 238 224 211 236 242 223 223 250 209 262 200 211 214 241 226 266 250 230 251 291 252 248 233 218 225 247 227 251 229 233 260 217 217 225 240 284 241 250 240 256 244 271

- 33 -

Madrid rural 665 672 643 643 589 585 672 690 720 630 489 612 589 609 567 661 591 602 601 564 505 603 619 603 614 688 636 683 668 675 716 629 584 676 644 692 689 648 670 607 622 667 627 671 729 678 744 682 691 677 616

Toledo 1086 1113 1019 993 967 1053 1072 1050 1022 1096 957 990 970 950 947 1025 1001 984 967 920 822 919 970 993 947 1065 1013 1135 1075 1215 1112 1074 1021 1028 1010 1077 1039 1022 1110 969 972 932 915 1004 975 1044 1054 1048 934 1092 1063

Año 1679 1680 1681 1682 1683 1684 1685 1686 1687 1688 1689 1690 1691 1692 1693 1694 1695 1696 1697 1698 1699 1700 1701 1702 1703 1704 1705 1706 1707 1708 1709 1710 1711 1712 1713 1714 1715 1716 1717 1718 1719 1720 1721 1722 1723 1724 1725 1726 1727 1728 1729

Ciudad Real 657 655 601 615 681 546 425 676 604 669 702 746 719 747 766 771 687 706 779 737 771 748 794 796 814 850 818 860 773 669 655 628 664 711 705 753 798 754 782 798 784 869 813 910 790 765 760 880 887 948 934

Cuenca 523 578 533 629 571 520 468 602 575 616 616 626 621 602 611 620 552 574 596 630 515 537 565 601 562 613 596 646 521 540 542 432 485 558 495 533 542 547 552 539 596 582 586 678 605 592 639 668 691 686 679

Guadalajara 243 246 244 264 270 213 207 294 245 243 285 281 309 283 272 259 245 239 254 252 176 175 267 243 249 242 243 246 169 209 183 213 143 217 207 207 262 232 221 235 230 243 268 274 250 234 274 269 256 274 261

- 34 -

Madrid rural 737 704 679 723 761 638 618 747 737 703 752 791 804 755 769 705 692 666 731 737 674 686 753 703 753 762 791 781 656 601 516 613 561 699 633 736 731 665 736 709 720 723 789 814 837 762 866 803 911 843 867

Toledo 983 1025 942 1018 1031 834 644 980 927 968 1068 1050 1022 958 1013 1050 924 1003 1030 1074 1026 976 1029 1068 1015 1150 1119 1099 1078 1015 971 950 940 992 989 954 996 962 1044 1036 962 958 1126 1203 1109 1066 1036 1122 1109 1231 1228

Año 1730 1731 1732 1733 1734 1735 1736 1737 1738 1739 1740 1741 1742 1743 1744 1745 1746 1747 1748 1749 1750 1751 1752 1753 1754 1755 1756 1757 1758 1759 1760 1761 1762 1763 1764 1765 1766 1767 1768 1769 1770 1771 1772 1773 1774 1775 1776 1777 1778 1779 1780

Ciudad Real 934 947 980 964 984 783 728 905 606 692 715 677 857 900 939 937 950 1016 942 913 990 756 923 890 809 862 960 955 842 1029 1090 995 1113 1033 1136 1085 965 1027 1018 1004 984 1051 968 995 918 1002 950 1065 1111 1047 979

Cuenca 644 664 684 637 757 528 587 653 483 469 570 509 572 670 652 666 621 679 682 612 652 645 609 668 670 678 737 750 800 756 737 771 748 787 756 725 632 689 637 658 657 667 741 642 681 685 716 752 790 755 783

Guadalajara 212 243 227 243 244 238 219 223 198 184 231 200 223 253 249 248 254 250 239 254 254 247 256 275 242 254 247 275 314 262 265 287 271 263 274 264 284 279 261 289 264 264 285 287 270 316 313 303 341 313 326

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Madrid rural 839 750 815 803 823 727 755 763 673 704 698 684 739 756 790 793 718 805 699 787 827 769 780 840 926 671 861 841 815 902 845 952 843 804 819 771 703 823 789 779 729 786 750 797 751 735 786 817 760 812 787

Toledo 1120 1279 1252 1254 1281 1097 1061 1126 962 997 973 891 1071 1181 1217 1140 1198 1272 1163 1187 1178 1141 1069 1235 1036 1043 1256 1243 1275 1317 1276 1237 1324 1312 1315 1182 1211 1271 1226 1172 1188 1213 1196 1286 1273 1255 1314 1414 1252 1278 1276

Año 1781 1782 1783 1784 1785 1786 1787 1788 1789 1790 1791 1792 1793 1794 1795 1796 1797 1798 1799 1800 1801 1802 1803 1804 1805 1806 1807 1808 1809 1810 1811 1812 1813 1814 1815 1816 1817 1818 1819 1820 1821 1822 1823 1824 1825 1826 1827 1828 1829 1830 1831

Ciudad Real 989 985 1032 1173 1053 1037 940 1151 971 1172 1154 1186 1120 1199 1173 1217 1132 1148 1168 1162 1139 1100 1047 946 793 958 964 1052 902 874 1186 843 825 913 1072 1031 1077 1176 1175 1247 1262 1269 1330 1349 1266 1196 1259 1266 1272 1327 1179

Cuenca 697 724 706 804 791 786 676 775 740 770 786 805 787 841 772 824 730 707 769 759 766 723 669 573 446 704 673 732 673 726 774 692 507 727 754 753 794 777 843 776 849 928 808 850 865 824 794 833 782 855 818

Guadalajara 287 301 306 312 305 302 265 268 306 308 310 316 322 392 327 369 378 328 314 359 306 305 288 218 166 287 286 330 267 317 289 286 192 269 347 300 349 331 352 388 354 372 353 381 369 382 395 402 381 360 405

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Madrid rural 744 754 807 773 793 780 664 782 728 738 856 878 831 984 849 852 907 821 758 823 737 797 686 693 511 696 715 862 795 847 831 782 570 774 888 948 934 1043 994 1050 1150 1093 1028 1107 1094 879 867 824 792 808 836

Toledo 1117 1225 1270 1339 1314 1265 1170 1354 1346 1379 1447 1377 1480 1395 1407 1528 1609 1417 1453 1348 1433 1386 1266 1196 967 1221 1229 1303 1265 1193 1397 1231 939 1339 1296 1357 1423 1400 1537 1475 1611 1543 1539 1637 1560 1552 1507 1511 1483 1382 1352

Año Ciudad Real Cuenca 1832 1087 856 1833 1158 722 1834 998 787 1835 1177 782 1836 1079 821 1837 1048 672 1838 942 619 1839 947 633 1840 1037 619 1841 1001 657 1842 1041 713 1843 1050 750 1844 1139 786 1845 1162 867 1846 1170 854 1847 1319 870 1848 1228 764 1849 1303 879 1850 1285 862 Fuentes: Las mismas del Cuadro 1.

Guadalajara 367 329 360 382 341 338 288 335 294 306 356 315 331 351 359 404 345 411 421

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Madrid rural 636 694 694 658 697 682 673 698 728 685 783 714 747 820 806 812 802 919 827

Toledo 1191 1199 1200 1138 1186 1134 1076 1040 1080 993 1137 1096 1178 1234 1259 1292 1293 1392 1363

2. MAPA: Localización de los núcleos de la muestra utilizada para elaborar el índice de bautismos

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Leyenda: Provincia de Ciudad Real (C.R.): 1 Agudo 2 Almadén 3 Argamasilla de Calatrava 4 Chillón 5 Herencia 6 Puertollano 7 Villanueva de los Infantes

Provincia de Cuenca (Cu): 1 Albadalejo del Cuende 2 Belmonte 3 Buenache de Alarcón 4 Leganiel 5 Masegosa 6 Motilla del Palancar 7 Peraleja, La 8 Priego 9 Tribaldos 10 Valdeolivas 11 Picazo, El 12 Quintanar del Rey 13 Horcajada de la Torre

Provincia de Guadalajara (Gu): 1 Alovera 2 Balbacil 3 Balconete 4 Cereceda 5 Chiloeches 6 Embid de Molina 7 Escariche 8 Galve de Sobe 9 Hontanillas de Escariche 10 Mantiel 11 Miedes de Atienza 12 Millana 13 Milmarcos 14 Mochales 15 Olivar, El 16 Peralejos de las Truchas 17 Setiles 18 Sienes

Provincia de Madrid (M): 1 Álamo, El 2 Colmenar Viejo 3 Griñon 4 Miraflores de la Sierra 5 Móstoles 6 Soto del Real 7 Torrejón de Ardoz 8 Villamantilla 9 Arganda del Rey 10 Valdilecha 11 Villaviciosa de Odón 12 Alcobendas 13 Parla 14 San Sebastián de los Reyes 15 Canencia 16 Barajas

Provincia de Toledo (To): 1 Ajofrín 2 Mascaraque 3 Navalucillos, Los 4 Orgaz 5 San Pablo de los Montes 6 Toboso, El 7 Torre de Esteban Hambran, La 8 Valdeverdeja 9 Ventas con Peña Aguilera, Las 10 Yepes

11 Yébenes 12 Mocejón 13 Olías del Rey 14 La Guardia 15 Méntrida

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