Facultad de Contaduría y Administración López Barreto José Antonio Teoría del Conocimiento 1195 El Alcoholismo en la Universidad

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Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X MONOGRÁFICO Jordi Planella Israel Rodríguez Coordinadores Vol.1

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Facultad de Contaduría y Administración López Barreto José Antonio Teoría del Conocimiento 1195 El Alcoholismo en la Universidad El tema que más me llamó la atención para escribir este ensayo fue el alcohol en los universitarios de la UNAM y cómo traen el vicio, la fiesta, la costumbre, y, a veces, muy arraigada desde el bachillerato. Es un tema muy trascendente a mi punto de vista, ya que muchos estudiantes ya se han convertido en alcohólicos (algo ya muy grave), y han dejado atrás el estudio. Un tema muy preocupante porque son causas que han desprestigiado el nombre de la UNAM en algunos sectores. Grupos que hoy llaman revoltosos a los estudiantes, porque se concentran más en el alcohol que luchar por el bien del país. Una frase que encontré escrita en un punto donde muchos estudiantes o pseudoestudiantes se congregan a beber: “Ponte a luchar y deja de chupar”, un dicho que hacer referencia al hartazgo de algunos estudiantes de ver como personas ajenas a la Universidad o los mismos estudiantes se preocupan más por alcanzar cerveza en la tienda que el de preocuparse por su país y hacer algo por ellos mismos. Pero mucho hartazgo de esos estudiantes son la proliferación de masas de personas que ni siquiera estudian en la UNAM y se ponen a beber en las inmediaciones, donde muchos otros estudiantes los siguen cual borregos, estudiantes que ocupan lugares que deberían ocupar otros. Aunque desde siempre en la Universidad han existido este tipo de incidencias, pero ahora con la situación del país es cuando salen los gritos de aversión, en contra de lo que hacen estos muchachos. Unos prefieren sentarse y ver, mientras otros marchar por cambiar algo. Pero como la comunidad estudiantil es tan vasta, hay de todo tipo de acciones empleadas por los estudiantes y muchos son aquellos que dedican su tiempo a convivir con los amigos, ir de fiesta, beber en las islas y estudiar manteniendo un promedio regular a bueno; pero como se mezclan entre todos a ellos también les tocan las pedradas e insultos por parte de los demás y de la sociedad. Así que si se quiere beber y divertir a preparar esa cartera y divertirse donde se pueda y con prudencia.

En la Universidad Nacional Autónoma de México; en los estudiantes de diversas carreras y posgrados y, que, además, se extiende hasta las escuelas de medio superior, el alcohol parece ser ya una parte esencial de su estudio, no importa si eres de primer ingreso o del último año. Desde el nivel bachillerato, los jóvenes empiezan a probar el alcohol, ya que hay más libertad de la que pudieron tener en la secundaria, donde no se tenia el suficiente tiempo para convivir con sus amigos. En el bachillerato, sea o no de la UNAM, poco a poco se empiezan a presentar con el alcohol. Ahí empieza, para unos la aceptación para otros la realidad. Es en el bachillerato cuando muchos estudiantes empiezan probando el alcohol y de ahí se seguirán hasta la Universidad y más. Algunos lo hacen para poder demostrar que no tienen miedo a las bebidas o pertenecer a un grupo específico de amigos. Otros lo prueban por gusto. Poco a poco empiezan hasta que lo terminan de hacer de cada viernes, luego de jueves y viernes, los sábados y domingos, todos los días. De acuerdo con un estudio hecho por la Dirección de Servicios Médicos de la máxima casa de estudios, 6 de cada 10 estudiantes han consumido bebidas alcohólicas. De esas cifras el dos por ciento llegan a presentar problemas de alcoholismo. Muchos estudiantes en el bachillerato empiezan a vivir su etapa de rebeldía que a veces dura más de lo debido. Y es donde empiezan con el alcohol, tabaquismo, sexo y demás drogas. Como si les dijeran: cuando entres a la preparatoria haz esto y aquello. Los estudiantes por conseguir aceptación o lucirse antes los amigos o la chica que le gusta empieza a fumar y hasta fumar y beber al mismo tiempo sintiendo que es “la onda”, lo máximo. O de otra instancia tratan de ingresar a los grupos porriles que acechan a las preparatorias, tanto de la UNAM como el Politécnico y Colegios de Bachilleres. Con tal de resaltar entre su grupo principal de amigos. Muchos ingresan a estos grupos porque les dicen que habrán mujeres, alcohol y drogas; otros ingresan porque se los piden sin saber o por miedo a “novatadas” que sólo están entrando a un callejón sin salida porque pocos logran resaltar académicamente o salir a tiempo de la preparatoria, se quedan atrapados. O por disfrutar de sus fiestas donde parecían un desorden total, repletas de alcohol, drogas y sexo. Esto ya no es tan notorio como antes, pero sigue sucediendo.

Los jóvenes estudiantes de bachillerato primeramente empiezan por tomar “kosakos”, bebidas constituidas por vodka y jugo de sabor—bueno, eso, al menos, en mis tiempos — ya que consistían en grandes cantidades de alcohol y baratos, una botella llegaba a contener tres litros, por un precio asequible y más si lo conseguían de varios. Esos y las Viña Reales, ya que eran prácticamente lo mismo. Eso se notaba en mis tiempos de preparatoria. Afuera, adentro, una gran cantidad de jóvenes embriagándose, jugando entre sí. Así empezaba para algunos lo que sería su hábito a seguir. Muchas veces se notaba a los estudiantes bebiendo fuera de la escuela bebiendo sin que les preocupara la policía, los cuales nunca estaban. Otras veces se les veía dentro de la escuela, en famosos vasos de unicel o botellas camufladas de refresco de sabor. Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, todos los días se vislumbraba lo mismo y seguramente para muchos también los sábados. Si no era Kosako o Viña era cerveza, pero si no era el famoso Tonayan o como lo llaman algunos: panalito, chinicuil y demás variedad de nombres, es un licor de agave que se asemeja al mezcal por el cual unos escuchan mezcal y piensan en una bebida corriente, que te pone ciego. El mezcal es una bebida digna de México reconocida a nivel mundial con botellas exclusivas y de gran calidad, especialmente en Oaxaca, estado con más producción de mezcal. Muchos al conseguir el tradicional Tonayan creen que todo el mezcal es así, de barato y sin sabor, y por ende se ha desprestigiado el mezcal entre los jóvenes. De esa bebida la mezclan con tangs y agua natural formando las famosas y reconocidas aguas locas y de igual forma lo mezclan con tangs y refresco para formar los champions, de esa manera los estudiantes toman el licor de agave. Asi empiezan varios estudiantes desde nivel medio superior y lo siguen hasta la Universidad, debido a lo barato de la bebida; pasando la cerveza, como bebida principal, a ser secundaria, también debido al aumento de esta. Así que del bachillerato a la Universidad ya entran por decir así “preparados”, con cayo. Los estudiantes, muchos de ellos, van con el vicio por delante de los estudios. La “gran facilidad” con la que se puede ingerir bebidas alcohólicas en Ciudad Universitaria, hace que aquellos estudiantes sólo quieran ir para beber. Muchos ni siquiera son estudiantes

de la máxima casa de estudios y ahí se la pasan bebiendo. Primer ingreso, último semestre, ahí se la pasan conviviendo entre todos. La Universidad, debido a ser gran punto de reunión de diversos espectáculos, es una gran oportunidad para empezar a ingerir alcohol, pero no por parte de toda la comunidad estudiantil universitaria, desde preparatorias anexas a la UNAM hasta preparatorias privadas,de igual forma llegan estudiantes de otras universidades. Conciertos, festivales, eventos culturales, ahí los encuentras. Fiestas de fin de semestre las preferidas para muchos, desde la ya extinta fiesta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: Polacas, donde parecían fiestas sin fin, desastre por todos lados, destrucción del mobiliario universitario. Sexo y alcohol al máximo. Delirio de muchos universitarios, entrabas y no podías salir. Otro acontecimiento importante en la vida alcohólica del universitario son las ya famosas Mega Ofrendas, “fiesta” que se celebra una vez al año, lugar donde ya no sólo se va a disfrutar de las magníficas ofrendas que se montan por las facultades de la Universidad y muchas otras escuelas. Sin duda algunas estas se han convertido más en un festival de todo tipo menos cultural. Un acontecimiento donde los universitarios se acuestan al rededor de las islas y empiezan a beber; padres, madres , niños, familias a los alrededores y sin importar. Destrozos por todas partes, tiradera de basura por todas partes. No digo que no se vaya uno a beber una cerveza, pero al menos recoger es lo que debería de hacer aquel que bebe en ese lugar. A ese festival muchas personas acuden sólo por beber y muchos son de otras escuelas, cosa que molesta a muchos. Se ha convertido en un lugar para hacer del baño por parte de los asistentes a las ofrendas, dejar su basura, tener relaciones sexuales. Es un lugar donde el olor a marihuana abunda. Padres procurando no dejar solos a sus hijos. Las tiendas de conveniencia, llámense Seven Eleven, Oxxo, junto a las vinaterías y las tiendas de abarrotes se quedan sin ninguna botella de alcohol que vender en tiempos de festivales, es sorprendente la cantidad que se consume por parte de los jóvenes, entre la mayoría hombre, pero mujeres también son bastantes. He notado conserjes, maestros y trabajadores de diversos campos de la UNAM inmersos en los festejos, con el codo arriba.

Días de esos donde puedes observar filas

enormes de chavos por comprar latas de cerveza o el famoso tonayan junto a sus aditamentos, botellas de tequila, brandy, whisky o vodka; bebidas en su mayoría consumidas, pero siempre las más baratas para “poder beber más y pagar menos”. También se ven ríos de gente a los alrededores en círculos de amigos pasándose el vaso, fumando como si no hubiera un mañana gran cantidad de cigarrillos y hasta marihuana. Miras como la gente seria se divierte como nunca, cuando el alcohol funciona como antidepresivo y a la gente llorar por sus vivencia, cuando el alcohol se convierte en depresivo; pero, por otro lado, también ves a la gente tirada en el suelo, como si de su cama se tratara, sin ayuda de nadie ni de sus amigos, ahí tirada a la intemperie a expensas de algún peligro. Sin embargo no todo tiene que ser gris o de una manera malo, hay gente creando conciencia con las demás personas, divirtiéndose sin necesidad de beber o simplemente no emborrachándose hasta perder la conciencia. Copilco, otro lugar para poder perderse en la fiesta. Llena de bares o no tantos como antes, pero sigue siendo abundado por cantidad de alumnos dispuestos a gastar su dinero en algunas cervezas o botellas. Al querer entrar en ambiente algunos mejor se van a Copilco o los bares que queden en la zona en lugar de quedarse a beber en Ciudad Universitaria con el frío y sin música. Últimamente en Copilco no que está llegando a pasar a segundo plano debido al aumento de los precios de la comida y bebidas, muchos si quieren un bar o lugar para estar un rato con los amigos se van al metro Universidad, donde parece hay bastante alumnado ahí. Un lugar favorito de varios chavos estudiantes para relajarse siempre son las islas, lugar mítico dentro de CU, donde todo evento toma lugar. Ahí cualquier día es bueno para los estudiantes ir a echarse una cerveza. Debido al aumento de personas que iban a beber o fumar marihuana, la vigilancia aumentó en el lugar, y he notado como mucha gente que se juntaba ahí ha migrado al pasillo donde está la Facultad de Odontología o los frontones cerca la Facultad de Contaduría y Administración. En esas localidades, en especial en la Facultad de Odontología, cada fin de semana parece la “fiesta” al pasar por ahí, todos bebiendo sin preocupaciones de nada. A la vuelta un Seven, consiguen las cervezas y de regreso a la Universidad, ya que afuera se observan a los policías que procuran que no se beba; y antes esos policías ni se acercaban a esa zona, hasta hace unos pocos meses por algunos disturbios entre

estudiantes y el Seven, hasta ahí lo que me cuentan. Se mantuvo clausurado la tienda hasta que se reabrió y los policías ahí se mantienen desde entonces. Alumnos de todas las facultades son los que se juntan a echar sus tragos, no hay una en específico. Es universal. Es más, casi todas las porras de las facultades tienen que ver con algún alcohol, sexo y hasta drogas. Son muy divertidas algunas, pero se da uno cuenta de la tradición que cargan los alumnos sobre el alcohol. Para mexicanos sería imposible deshacerse del alcohol y más siendo gran productor de mezcal y tequila, pero siempre ser responsable de los hechos. Algunos otros casos serían indigentes que se adentran a las instalaciones de Ciudad Universitaria y ahí en frente de todos a comenzar con su mezcal solo, sin nada más. Eso ya sería hablar del alcoholismo más en general, pero estando dentro de la Universidad luego están con grupos de estudiantes conviviendo entre todos, se quedan hasta que cierran las puertas principales de la Universidad y tienen que buscar otro medio de salida. Lo malo para aquellas personas es que no se la pueden seguir toda la noche como les gustaría. A mi parecer el tema del alcoholismo, tabaquismo o hasta drogadicción, siguen siendo tratados como tabú por la sociedad mexicana aún siendo muy conservadora. El asunto del alcoholismo junto a las otras dos adicciones puestas en los estudiantes y principalmente de la Universidad Nacional Autónoma de México es, en algunos casos, una vía de escape a lo que viven en sus hogares, a la presión de sus trabajos, o el estrés acumulado por las materias del semestre. Muchos no supieron calmar esas sensaciones y siguieron por un camino del cual es difícil regresar. Aunque la mayoría lo hace para darse un pequeño espacio entre ellos. No digo que esté mal beber, sino que se beba con moderación sin causar malestar a los demás, sin hacer desastre, sin tirar lo que consumes al suelo. Siempre es bueno tener el control mental de uno mismo porque si lo pierdes, puedes arrepentirte de por vida. Hay lugares y momentos para disfrutar de una cerveza o un vaso de tequila, saber compartir tiempo de diversión con tiempo de estudio. La mejor manera para beber es, muy a mi manera de verlo, moderarse y hacerlo

con personas cercanas a ti, por si algo llegara a pasar. Se disfruta, se convive y se divierte. Después de entregado este ensayo y como motivo el fin de semestre mis compañeros del salón me dirán: “vamos a beber”, a lo cual yo les tomaré las palabras porque se disfrutará como menciono arriba. Comienzan las fiestas decembrinas, con ello posadas y borracheras lo cual hay que moderarse aunque no se esté en Ciudad Universitaria.

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