FENÓMENO DE EL NIÑO, ESTADO ACTUAL Y SUS POSIBLES IMPACTOS SOBRE ALGUNOS SECTORES PRODUCTIVOS DE AMÉRICA LATINA

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FENÓMENO DE EL NIÑO, ESTADO ACTUAL Y SUS POSIBLES IMPACTOS SOBRE ALGUNOS SECTORES PRODUCTIVOS DE AMÉRICA LATINA

Documento de consulta elaborado por: CARLOS BRENES RODRIGUEZ

SETIEMBRE 2014

Este documento se ha realizado con asistencia financiera de la Unión Europea. Las opiniones expresadas en el mismo no reflejan necesariamente el parecer de la Unión Europea.

Nota Técnica: Proyecto IICA-EUROCLIMA

I.

ANTECEDENTES.

En el marco del I Taller de Coordinación IICA-JRC EUROCLIMA, celebrado en la Ciudad de México, D.F., se ofreció una Conferencia Magistral bajo el nombre “El Fenómeno de El Niño y sus impactos sobre algunos sectores productivos”. El objetivo principal de dicha conferencia era mostrar en la escala de la variabilidad climática, un fenómeno cuyos efectos sobre el sector agropecuario son muy similares a los que podrían suceder en el futuro inmediato debido a algunos procesos asociados al cambio climático. Desde esta perspectiva, era una excelente oportunidad para tomar conciencia si las medidas de mitigación y adaptación al Niño que se vienen implementando en algunos países de la Región, están realmente dando los resultados esperados y qué perspectivas concretas se tienen en cuanto a su posible uso en fenómenos climáticos en una escala temporal mucho más amplia. Si bien es cierto desde principios del 2014, diferentes Centros Internacionales y Oficinas Meteorológicas Nacionales vienen alertando sobre la posible presencia del Fenómeno de El Niño en el escenario climático mundial, aún al día de hoy las probabilidades de que dicho evento se presente a partir de octubre y hasta marzo del 2015 se encuentran entre un 60 y 65%, y la Agencia Nacional del Océano y la Atmósfera, NOAA por sus siglas en inglés, sustentada en el comportamiento del Índice de El Niño Oceánico (ONI), aún no ha hecho la declaratoria oficial de dicha presencia. En este contexto, lo más relevante de destacar es que, si bien es cierto el calentamiento del Pacífico Ecuatorial no ha sido suficiente para que el ONI se haya mantenido por encima de +0.5 en los últimos cinco períodos de promedios móviles, una gran parte del continente americano continúa experimentando los efectos climáticos de dicho calentamiento, como si estuviéramos bajo los efectos de un nuevo Niño desde hace ya varios meses atrás. II.

INTRODUCCIÓN

América muy frecuentemente se ve afectada por anomalías climáticas originadas tanto por condiciones locales como por señales climáticas de alcance mundial, como son los fenómenos de El Niño y de la Niña. Desastres provocados principalmente, por déficit de agua y aumentos en la temperatura del aire, o en otros casos por excesos de agua afectan sensiblemente y de diferentes formas al sector agropecuario. Alteraciones climáticas de alcance planetario asociadas al Niño - Oscilación del Sur (ENOS) suelen potenciar condiciones que de por sí se manifiestan con cierta regularidad, como son la presencia de períodos secos prolongados en determinadas áreas del continente, desbordamientos de ríos en la temporada lluviosa y el aumento de incendios forestales durante los meses secos entre otros muchos. En este sentido, los efectos de las sequías, inundaciones e incendios por ejemplo, no son exclusivos de un sector en particular, y cada vez existe mayor conciencia de la naturaleza multisectorial de su impacto. Es por esta razón, que la preparación para atenuar sus daños y los esfuerzos para implementar medidas de adaptación con la finalidad de reducir la 2

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fragilidad de sectores productivos o de la sociedad civil en general, deben ser una responsabilidad compartida que cuente con el concurso de diferentes disciplinas profesionales, sectores y actores. En términos de los intereses del Sector, la experiencia reciente (daños causados por el último Niño 2009-2010 sobre algunas economías nacionales) advierte de la gran importancia del tema. Otro factor a tomar en consideración, es que los efectos de las fases cálida y fría de El Niño Oscilación del Sur, no se limitan a lo que acontece dentro de las fronteras nacionales, sino que generan amenazas y oportunidades desde el punto de vista comercial. Esperar la crisis para reaccionar no es prudente, como tampoco lo es esperar a que los pronósticos sobre la presencia de El Niño o La Niña se hayan cumplido para empezar a actuar. El enfoque debe ser proactivo, anticipatorio, con involucramiento directo de los potenciales afectados, con un planteamiento estratégico que apunte a la consolidación de una cultura de prevención y mitigación, pero sobre todo de adaptación. En el caso particular de las señales climáticas asociadas al ENOS (El Niño-Oscilación del Sur), a pesar de los logros obtenidos por la comunidad científica en la predicción de sus fases, todavía persisten limitaciones para establecer políticas efectivas de manejo de riesgos, y en general de aprovechar adecuadamente la capacidad de los pronósticos. Una de las principales limitaciones está relacionada con la falta de canales de comunicación adecuados entre los entes involucrados. III.

EL FENÓMENO DE EL NIÑO Y LA OSCILACIÓN DEL SUR

En 1891 el Dr. Carranza, Presidente de la Sociedad Geográfica de Lima, escribió un pequeño artículo en el boletín de dicha Sociedad, llamando la atención al hecho de que una contracorriente fluía desde el norte hacia el sur entre los Puertos de Paita y Pacasmayo. A esta contracorriente los marineros la llamaron “Corriente de El Niño" porque se observaba inmediatamente después de la Navidad. Las aguas cálidas de esta corriente modificaban las bajas temperaturas superficiales del mar frente a las costas de Perú y las fuertes lluvias que la acompañaban hacían literalmente florecer las áridas zonas costeras de dicho país. Cada cierto número de años esta corriente era más intensa de lo normal, se extendía más hacia el sur y sus aguas eran excepcionalmente cálidas. Estos años eran llamados entonces de "años de abundancia". Sin embargo en estas ocasiones, la abundante vida marina desaparecía temporalmente. No fue sino hasta la década de los 60's que los oceanógrafos observaron que las aguas cálidas superficiales frente a las costas de Perú durante los años de abundancia se extendían miles de kilómetros mar afuera, y que esta era una condición anormal a través de todo el Océano Pacífico Tropical. En los primeros años de la década de los 80’s, el Profesor Mark Cane del Instituto Tecnológico de Massachusetts en los Estados Unidos de América, desarrolló conjuntamente con el entonces estudiante de Doctorado Stephen Zebiak, modelos tendientes a simular el fenómeno de El Niño. Su objetivo inicial tenía fines puramente 3

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educativos, es decir, estudiar los diferentes mecanismos físicos responsables de las diferentes etapas del desarrollo del fenómeno. La simulación del fenómeno, permitía alterar en el modelo, diversos parámetros y analizar los posibles efectos que ello podría producir. Posteriormente, en forma casual se encontró que dicho modelo poseía capacidades predictivas significativas a pesar de que su formulación era bastante simple. Ello dio lugar a que durante la década de los 80’s, dicho modelo fuera estudiado extensivamente. Durante los primeros años de la década de los 90’s, y usando toda la experiencia acumulada, otras instituciones desarrollaron nuevos y más completos modelos, los cuales son los que están en operación actualmente. Ellos resuelven ecuaciones sofisticadas de la Dinámica de Fluidos y partiendo de condiciones iniciales permiten conocer la posible evolución de los diferentes parámetros indicadores atmosféricos y oceánicos. Sin embargo debemos enfatizar el hecho de que dichos modelos no son perfectos, y que a pesar de que su capacidad predictiva demostró una habilidad significativa, ellos no son infalibles. Para entender El Niño es necesario explicar cómo el océano se ajusta a los cambios en los vientos superficiales. Desde el punto de vista oceanográfico El Niño es causado por cambios en los vientos superficiales sobre el Océano Pacífico Tropical. Pero, ¿qué causa la fluctuación interanual de los vientos? El primero en estudiar estas fluctuaciones de la circulación atmosférica fue Sir Gilbert Walker, motivado no por El Niño, sino por desastres asociados a los monzones sobre el Océano Indico. Walker probablemente no tuvo conocimiento de los años de abundancia ocurridos entre 1877 y 1899, pero sí tenía evidencia de que las fluctuaciones interanuales del campo de presión sobre el Océano Indico y el Océano Pacífico Tropical Oriental estaban fuera de fase. Es decir, "cuando el campo de presión es alto en el Océano Pacífico, tiende a ser bajo en el Océano Indico desde África hasta Australia". Esta fluctuación irregular la llamó de Oscilación del Sur, y reforzó la idea de Walker de que los monzones son parte de un fenómeno global (Figura 1).

4

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Figura 1. Variación de los campos de presión sobre el Pacífico Ecuatorial asociado a la Oscilación del Sur.

Fuente: NOAA

La Oscilación del Sur es bastante compleja debido al gran número de correlaciones entre varios parámetros que se utilizan en diferentes partes del globo. El principal resultado que Bjerknes obtuvo al estudiar esta correlaciones fue que el movimiento atmosférico en gran escala en los trópicos, sobre escalas temporales de semanas o mayores, corresponde directamente a una circulación térmica, tal es el caso de la Circulación Hadley y Circulación de Walker. La Oscilación del Sur es una perturbación directa de esta circulación térmica y está asociada con fluctuaciones en la intensidad y la posición de las regiones de ascenso de aire húmedo. Los factores que influencian los movimientos interanuales de las zonas convectivas (variaciones en los patrones de la temperatura superficial del mar y en el calentamiento de los continentes), también influyen sobre los movimientos estacionales de dichas zonas. Actualmente el término El Niño ya no se describe como aquella corriente cálida estacional frente a Perú. El Niño es la fase de la Oscilación del Sur en la cual los vientos alisios son débiles y la presión es baja sobre el este y alta sobre el oeste del Pacífico Tropical. No solo cambió el uso del término, sino que nuestro punto de vista de El Niño se volvió peyorativo: El Niño es ahora asociado a desastres ecológicos y económicos que coinciden con grandes sequías sobre el Pacífico Ecuatorial Occidental y torrenciales lluvias en el Océano Pacífico Ecuatorial Central y Oriental. Un calentamiento del Océano Pacífico Tropical Oriental debilita la Circulación de Walker y causa que la zona convectiva de alta precipitación se mueva hacia el este desde el oeste dentro del Océano Pacífico Tropical Central y Oriental. En otras palabras, la Oscilación del 5

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Sur es causada por la variación interanual en la temperatura superficial del mar del Océano Pacífico Tropical. Sin embargo, desde el punto de vista Oceanográfico, los cambios en la temperatura superficial del mar son causados por la fluctuaciones en los vientos superficiales asociados con la Oscilación del Sur. A partir de estos argumentos circulares se infirió que las interacciones entre el océano y la atmósfera son el corazón de la Oscilación del Sur. Tenemos como un cambio inicial en el océano puede afectar la atmósfera de tal manera que las condiciones meteorológicas alteradas induzcan cambios oceánicos que refuercen el cambio inicial. Es claro entonces que un punto de vista meteorológico no es capaz de explicar al Niño por sí solo, para ello se necesita contar con las condiciones oceánicas iniciales. ¿Cómo “se entera” la atmósfera de El Niño? Para responderse esta interrogante es necesario imaginarse una cadena de procesos atmosféricos, donde cada eslabón de la cadena transporta información de las anomalías de la temperatura superficial del mar, debidas a El Niño a través de todo el sistema climático global. El primer eslabón es la respuesta tropical de la producción de lluvia por cumulonimbos1. Esto es crítico, porque la convección es el principal agente para intercambiar calor desde la superficie terrestre, y de este modo comunicar la presencia de El Niño a la atmósfera libre. Los climas tropicales húmedos tienden a coincidir con la “piscina de aguas cálidas” en el Pacífico Occidental y los monzones continentales. Durante El Niño, la lluvia aumenta sobre una distancia de varios miles de kilómetros a lo largo del ecuador a partir de la parte central hasta el extremo oriental del Pacífico, en respuesta al calentamiento de las temperaturas superficiales del océano. El segundo eslabón en la cadena es la comunicación horizontal de la presencia de El Niño, que envuelve la sensibilidad de la circulación atmosférica para cambiar o mover las zonas convectivas. La excitación de movimientos de ondas atmosféricas es necesaria para ajustar el flujo climatológico a las nuevas fuentes tropicales de energía. Así a partir de los patrones de las anomalías de precipitación, las principales anomalías convectivas están confinadas a pocos grados del ecuador durante el invierno. Sin embargo, asociadas a ellas, existe una circulación de masa y energía en la atmósfera que se extiende por varios miles de kilómetros hacia los polos en los subtrópicos. La Figura 2 muestra las características del Océano Pacífico en condiciones normales (a) y durante El Niño (b). Se observa la presencia de aguas relativamente cálidas en el Océano Pacífico Occidental y frías en el extremo oriental en situaciones normales. Las aguas cálidas son mantenidas en regiones alejadas a la costa de América del Sur por vientos intensos asociadas a corrientes marinas de este a oeste a lo largo de la región cercana a la línea ecuatorial. Por otro lado, en la misma figura, se observa que durante episodios de El Niño, dichos vientos junto con las corrientes marinas tienden a debilitarse y/o dirigirse de oeste a este por lo que las aguas cálidas se acercan a las costas de América del Sur.

1

Los cumulonimbus o cumulonimbos son nubes de gran desarrollo vertical, internamente formadas por una columna de aire cálido y húmedo que se eleva en forma de espiral rotatorio. Su base suele encontrarse a menos de 2 km de altura mientras que la cima puede alcanzar unos 15 a 20 km de altitud

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Figura 2: Condiciones oceánicas y atmosféricas sobre el Océano Pacífico Ecuatorial durante la presencia de El Niño y en períodos normales. CONDICIONES NORMALES

A

CEL DA CONVECTIVA

ECUADOR

120°E

80°W

B

CONDICIONES DE EL NIÑO AUMENTO CONVECTIVO

ECUAD OR

120°E

80°W

Fuente: National Oceanographic and Atmospheric Agency (NOAA).

Los patrones de vientos mencionados en el párrafo anterior están asociados a la presencia de altas presiones atmosféricas en el Océano Pacifico Occidental y a bajas presiones en el Pacífico Oriental durante condiciones de El Niño, tal como se muestra en el esquema de la Figura 3. Las presiones atmosféricas en las estaciones Tahiti y Darwin (Australia) son muy usadas para tal fin. Figura 3. Variación del campo superficial de la presión atmosférica entre Tahití y Darwin y los sistemas de vientos asociados a dicha variación

Fuente: NOAA

La aparición de aguas superficiales inusualmente cálidas en el Pacífico Tropical Oriental durante El Niño es uno de los más prominentes aspectos de este fenómeno. Esta es la 7

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característica más importante de El Niño porque la temperatura superficial del mar es el único parámetro oceánico que afecta significativamente la atmósfera. Las temperaturas superficiales del mar relativamente uniformes durante el Niño están asociadas con una integración de las zonas de convergencia atmosférica: la ZCIT se mueve hacia el ecuador, la Zona de Convergencia del Pacífico Sur se mueve hacia el norte y la Zona de Convergencia sobre el Pacífico Occidental se mueve hacia el este. La circulación zonal de Walker se debilita durante estos períodos pero la circulación meridional de Hadley se intensifica. Los eventos de El Niño ocurren irregularmente a intervalos entre 2 y 7 años, sin embargo el promedio se establece entre 3 y 4 años con una duración típica de 18 meses. ¿Ha aumentado su frecuencia de aparición y su intensidad? Resulta interesante tratar de responder a estas preguntas, sobre todo porque mucho se habla acerca de “la culpabilidad humana” en todo este fenómeno. Los trabajos de Quinn et al. (1978,1987) son una excelente fuente bibliográfica para iniciar la respuesta. En los últimos 450 años dicho autor consiguió “aislar” 47 eventos cálidos fuertes y muy fuertes. Desde el año 1800 han aparecido 32 Niños moderados. Entre Niños fuertes o muy fuertes ha habido siempre una separación del orden de los 7 años, muy raramente ese lapso ha sido de 4 o 5 años. Adicionalmente, las interrupciones más prolongadas entre eventos extremos fueron entre 14 y 20 años. En promedio después de 10 años de un Niño fuerte o muy fuerte hizo aparición otro de igual intensidad. Para las administraciones de los diferentes sectores de la economía esta información podría resultar útil. De todas maneras, estadísticamente hablando es poco probable que a un Niño fuerte le siga otro de igual magnitud. Lo que sí es muy probable que suceda, es que después de 3 o 4 años de haber tenido un Niño fuerte se produzca un Niño de poca intensidad. Volviendo al tema de “la huella humana” en todo este proceso, hay que tener presente que el calentamiento del planeta se viene desarrollando desde el último y pequeño período glacial ocurrido, y tomando en cuenta el aumento del efecto invernadero, es muy probable que vaya a persistir. Tal vez y en esto se estaría especulando, el calentamiento tiene que alcanzar un cierto nivel o tiene que durar un cierto tiempo para producir un cambio en el comportamiento global del sistema océano-atmósfera. También es probable que este umbral aún no se haya alcanzado; pero lo que sí es absolutamente cierto es que se alcanzará más temprano que tarde si el calentamiento actual perdura. Debido a que no hay datos suficientes de anteriores “épocas calientes” de la Tierra, esta pregunta abierta queda abierta. En muchas ocasiones el inicio de la fase cálida de la Oscilación Sur en el Pacífico Tropical Oriental coincide con la fase cálida de su ciclo estacional, de manera que El Niño lo que hace es amplificar esta fase. El Índice de la Oscilación del Sur (IOS) es la diferencia normalizada de la presión atmosférica superficial entre Tahití y Darwin, y es una medida del fortalecimiento de los vientos alisios. Cuando el IOS es negativo (mayor presión en Darwin que en Tahití) significa que los alisios son más débiles de lo normal. Cuando el IOS es positivo, los vientos alisios se presentan muy fortalecidos. La Tabla 1 muestra la variación temporal de dicho índice en los últimos 12 meses.

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Tabla 1. Índice de la Oscilación del Sur para los últimos 12 meses ( NOAA) Southern Oscillation Index (SOI) Last 12 Months: TAHITI-DARWIN Aug 2013 +0.2

Sep 2013

Oct 2013

+0.3

Nov 2013 +0.7

Dec 2013 +0.1

Jan 2014 +1.4

Feb 2014

Mar 2014

+0.1

-0.1

Apr 2014 +0.8

-0.9

May 2014 +0.5

Jun 2014

Jul 2014

+0.2 -0.2

Fuente: NOAA

IV.

REGIONES EL NIÑO

Para darle seguimiento a aquellas variables ambientales que tienen una relación directa con la aparición de El Niño, se han identificado varias regiones en el Pacífico Ecuatorial. Son las llamadas Niño 1 a Niño 4 (Figura 4). Niño 1. Esta es la zona de surgencia costera frente al Perú y Ecuador. Es una región extremadamente sensible a cambios en los procesos de interacción entre el océano y la atmósfera a nivel estacional y por supuesto ante la presencia de El Niño. Niño 2. Es la zona de las Islas Galápagos, y es una región de transición entre el Pacífico Ecuatorial Central y Oriental. Niño 3. Se ubica en el Pacífico Ecuatorial Central. Es una zona donde existe una señal fuerte de El Niño, pero no hay una buena sensibilidad a los cambios estacionales que ocurren en los diferentes procesos de interacción océano-atmósfera. Niño 4. Ubicada en una buena parte del Pacífico Ecuatorial Occidental, abarca la gran masa cálida de aguas con las mayores temperaturas superficiales del mar en el Pacífico. Niño 3.4. Zona que comprende una parte de la zona Niño 3 y Niño 4.

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Figura 4. Definición de las diferentes “regiones Niño”.

Fuente: NOAA

Actualmente la comunidad científica mundial se ha puesto de acuerdo en adoptar la “definición operacional” dada por la NOAA para decidir la presencia de un Niño, a partir del Índice de El Niño Oceánico (ONI): “Es una serie de tiempo de las anomalías de la temperatura superficial del mar calculadas a partir de mediciones in situ efectuadas en la región El Niño 3.4 (5 °N-5 °S, 120-170 °O). El periodo base abarca de 1971 a 2000 y los datos se obtienen con el método de medias móviles aplicado a periodos de tres meses. La temperatura utilizada para calcular el índice pertenece al banco de datos Extended Reconstructed Sea Surface Temperatura (ERSST.v2) del National Climatic Data Center de la NOAA (http://www.ncdc.noaa.gov/ersst/). Los episodios fríos y cálidos son definidos cuando la anomalía se encuentra por arriba o por debajo de un valor umbral (+0.5 °C) durante, al menos, cinco periodos consecutivos.” En la Tabla 2 se muestran los valores del ONI para los últimos 12 años. Tabla 2. Valores recientes del ONI para eventos cálidos (rojo) y fríos (azul). Year

DJF

JFM

FMA

MAM

AMJ

MJJ

JJA

JAS

ASO

SON

OND

NDJ

2002

-0.2

0.0

0.1

0.3

0.5

0.7

0.8

0.8

0.9

1.2

1.3

1.3

2003

1.1

0.8

0.4

0.0

-0.2

-0.1

0.2

0.4

0.4

0.4

0.4

0.3

2004

0.3

0.2

0.1

0.1

0.2

0.3

0.5

0.7

0.8

0.7

0.7

0.7 -0.8

2005

0.6

0.4

0.3

0.3

0.3

0.3

0.2

0.1

0.0

-0.2

-0.5

2006

-0.9

-0.7

-0.5

-0.3

0.0

0.1

0.2

0.3

0.5

0.8

1.0

1.0

2007

0.7

0.3

-0.1

-0.2

-0.3

-0.3

-0.4

-0.6

-0.8

-1.1

-1.2

-1.4

2008

-1.5

-1.5

-1.2

-0.9

-0.7

-0.5

-0.3

-0.2

-0.1

-0.2

-0.5

-0.7

2009

-0.8

-0.7

-0.5

-0.2

0.2

0.4

0.5

0.6

0.8

1.1

1.4

1.6

2010

1.6

1.3

1.0

0.6

0.1

-0.4

-0.9

-1.2

-1.4

-1.5

-1.5

-1.5

2011

-1.4

-1.2

-0.9

-0.6

-0.3

-0.2

-0.2

-0.4

-0.6

-0.8

-1.0

-1.0

2012

-0.9

-0.6

-0.5

-0.3

-0.2

0.0

0.1

0.4

0.5

0.6

0.2

-0.3

2013

-0.6

-0.6

-0.4

-0.2

-0.2

-0.3

-0.3

-0.3

-0.3

-0.2

-0.3

-0.4

2014

-0.6

-0.6

-0.5

-0.1

0.1

0.1

0.0

Fuente: NOAA.

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Nota Técnica: Proyecto IICA-EUROCLIMA

V.

CONDICIONES DE EL NIÑO EN ABRIL EL AÑO 2014

El último análisis realizado para cada una de las “regiones Niño” evidencia un calentamiento en cada una de ellas a partir de abril de este año 2014. Durante las últimas cuatro semanas transcurridas entre el 13 de agosto y principios y 3 de septiembre, las anomalías positivas de la temperatura superficial se mantuvieron en la parte central y oriental del Pacífico Ecuatorial (Figuras 5 y 6). La magnitud de estas anomalías positivas se ubicó entre 1 y 2 °C en el extremo oriental del Pacífico Ecuatorial. Nótese el calentamiento que está exhibiendo una buena parte del pacífico centroamericano. Figura 5: Anomalías de la TSM entre el 13 de agosto y 3 de septiembre de 2014

Fuente: NOAA. Series de Tiempo de las anomalías ( °C) de temperaturas de la superficie del mar (SST) en un área promediada en las regiones de El Niño [Niño-1+2 (0°-10°S, 90°W-80°W), Niño 3 (5°N-5°S, 150°W-90°W), Niño-3.4 (5°N-5°S, 170°W-120°W), Niño-4 (150°W-160°E y 5°N-5°S)]. Las anomalías de SST son variaciones de los promedios semanales del período base de 1981-2010.

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Figura 6: Anomalías de la TSM en °C, según regiones Niño.

Fuente: NOAA

A nivel subsuperficial una nueva onda Kelvin apareció a mediados del mes de agosto, erosionando la termoclina y transportando calor hacia el este (Figura7).

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Figura 7. Anomalías de la temperatura subsuperficial del mar (°C).

Fuente: NOAA

VI.

PRONÓSTICOS

Ante este panorama, los pronósticos apuntan a que existe una probabilidad entre el 60-65% de que El Niño se pueda desarrollar a partir del mes de octubre 2014, extendiéndose hasta el invierno del Hemisferio Norte (Figura 8). Figura 8. Pronóstico probabilístico de la ocurrencia de El Niño (CPT/IRI).

Fuente: NOAA

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Los pronósticos a partir de modelos dinámicos también apuntan a que las anomalías de la temperatura superficial del mar serán superiores a +0.5°C entre octubre y diciembre del 2014, extendiéndose hasta el invierno del Hemisferio Norte (Figura 9). Figura 9. Pronósticos dinámicos de la ocurrencia de El Niño (CPT/IRI).

Fuente: CPT/IRI

VII. TELECONEXIONES. Actualmente se manejan dos ideas muy diferentes acerca de cómo El Niño afecta el clima y el océano en regiones muy alejadas del ecuador. Una de ellas tiene que ver con el océano mismo y la identificación de “ondas guías” que son como canales para que las señales desde el ecuador se desplacen hasta altas latitudes, y la otra idea está asociada con las interacciones con la atmósfera. En este último caso se habla de “teleconexiones atmosféricas”. Las teleconexiones son correlaciones estadísticas significativas entre eventos climáticos que suceden en diferentes lugares del planeta y el Índice de la Oscilación del Sur (IOS). El desplazamiento que experimenta el área de grandes precipitaciones hacia el este, ocasiona fuertes perturbaciones sobre la presión atmosférica, influenciando de esta manera la posición de la corriente de chorro en altas latitudes (Figura 10).

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Nota Técnica: Proyecto IICA-EUROCLIMA

Figura 10. Cambios en los patrones convectivos en el Pacífico Ecuatorial durante El Niño, producen un patrón de anomalías de presión en la atmósfera (líneas sólidas) influenciando la atmósfera extratropical.

Fuente: (Rasmusson & Wallace,1983).

Este aumento de calor de la atmósfera tropical sobre el Pacífico Central y Oriental durante los episodios cálidos, afecta muchas características de la circulación atmosférica global. Las corrientes de chorro sobre el Pacífico Oriental son más fuertes de lo normal, también las tormentas extratropicales y los sistemas frontales siguen patrones que son significativamente diferentes a lo normal, dando como resultado anomalías en las precipitaciones y temperaturas en muchas regiones del globo.

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Nota Técnica: Proyecto IICA-EUROCLIMA

Cambios en los patrones convectivos en el Pacífico Ecuatorial durante El Niño, producen un fortalecimiento del transporte de calor desde el ecuador hacia las latitudes medias y altas, a través de la celda de circulación de Hadley (Figura 11).

Figura 11. Fortalecimiento de la Celda de Circulación de Hadley durante El Niño.

Fuente: NOAA

Algunos ejemplos son los siguientes:  Dentro de los trópicos se tienen condiciones extremadamente secas sobre el norte de Australia, Indonesia y Filipinas. Condiciones más secas de lo normal también se observan en el sureste de África y norte de Brasil. Durante el verano del Hemisferio Norte, la lluvia de los monzones en la India tiende a ser menor de lo normal, especialmente en la parte noroccidental de la India. Mayor humedad de la normal se observa a lo largo de la costa oeste de América del Sur, y en latitudes subtropicales de América del Norte (Costa del Golfo) y América del Sur (sur de Brasil al centro de Argentina).  Durante el invierno el sistema de bajas presiones en latitudes medias, tiende a ser más desarrollado que lo normal en la región del Pacífico Nororiental. Estos sistemas bombean aire anormalmente cálido dentro de la región oeste de Canadá, Alaska y en el 16

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extremo norte de los Estados Unidos. Las tormentas también tienden a ser más fuertes en el Golfo de México y a lo largo de la costa sureste de los Estados Unidos, dando como resultado un clima mucho más húmedo en esta región. No hay plena claridad aún acerca de cuáles anomalías del clima a nivel global están asociadas a El Niño, o cuales son el resultado de procesos atmosféricos normales. Parece ser que a nivel tropical las correlaciones entre las variaciones climáticas y la presencia de El Niño son mucho más confiables que en regiones fuera de los trópicos. En este último caso, las teleconexiones son mucho más difíciles de identificar debido a su lejanía del centro de acción de El Niño, y porque son muchos los posibles resultados que pueden darse entre las perturbaciones generadas por El Niño y las condiciones regionales y el clima local en áreas muy distantes.

VIII. NIÑO MODOKI Hasta antes de 1982/83, se habían documentado varios eventos conocidos como Niño Canónico (Rasmusson y Carpenter, 1982), en función de su evolución temporal. Es decir, cuando el calentamiento del mar se inicia en la costa peruana durante el otoño y se extiende hacia el oeste, con un máximo calentamiento en el Pacífico central-oriental durante el verano siguiente. Sin embargo, El Niño de 1982/83 rompió estos esquemas. Investigaciones recientes (Ashok et al., 2007; Ashok y Yamagata, 2009; Takahashi et al, 2011) dan cuenta de otro patrón de anomalías de temperatura superficial en el Pacífico central que no necesariamente llega a acoplarse con el Pacífico Oriental, convirtiéndose en el segundo modo dominante de variabilidad interanual en el Pacífico tropical: Niño Modoki. Modoki es una palabra japonesa que significa “similar pero diferente”. La diferencia en este caso es que el calentamiento oceánico ocurre más al oeste de lo esperado, o sea, en la parte central más que en la parte del Pacífico este tropical (Figuras 12 y 13).

17

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Figura 12. Condiciones oceánicas y atmosféricas para un Niño y Niña canónicos (a y c), y para un Niño y Niña Modokis (b y d). En el Nino Modoki las temperaturas más cálidas se presentan en el Pacífico Tropical central, rodeado por aguas más frías al este y al oeste, y están asociadas con distintos patrones de convección atmosférica.

Fuente: www.sciencemediacentre.co.nz

Figura 13. Anomalías de la temperatura superficial del mar durante un Niño canónico (A) y un Niño Modoki (B).

A

Fuente:

B

Fuente: NOAA

No hay claridad todavía acerca de las causas de este nuevo Niño. Esto podría formar parte de una oscilación natural de El Niño. Podría ser también la respuesta de El Niño al calentamiento atmosférico. Pero El Niño no actúa solo, sobre él se acopla otro fenómeno conocido como la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO por sus siglas en inglés), una fluctuación natural que alterna 18

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fases de calentamiento y de enfriamiento cada 20 o 30 años. Estudios indican que esta oscilación natural, determinaría la frecuencia e intensidad de El Niño. Hoy existe cierta incertidumbre en los centros mundiales de investigación del clima en cuanto a la evolución de la intensidad y frecuencia de El Niño en el futuro, debido a la recurrencia de patrones asociados a nuevos modos de variabilidad interanual, y al contexto del cambio climático.

XI. IMPACTOS DE EL NIÑO EN ALGUNOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA América Central cada vez que se encuentra inmersa en una fase cálida del fenómeno ENOS, experimenta fundamentalmente un período severo de sequía en su litoral pacífico, en especial en el área denominada como “corredor seco centroamericano” (Figura 14). El pasado reciente nos muestra que bajo este panorama climático, el istmo experimenta daños severos en los cultivos de granos básicos: arroz, maíz, frijoles, todos alimentos insustituibles en la dieta de los centroamericanos. La disminución de los índices de precipitación, la intensificación de los vientos y el aumento de la temperatura ambiental, generan una caída en la producción, reflejo no sólo de bajos rendimientos, sino también de una disminución real en cuanto a las intenciones de siembra, provocadas en algunos casos por el conocimiento previo por parte de los productores de la posibilidad de condiciones adversas para los cultivos. Subsectores como la pesca y la ganadería también experimentan efectos negativos, el primero debido a un cambio en la biogeografía marina producto del calentamiento de las aguas del Pacífico Centroamericano, y el segundo por la disminución de las áreas de pastoreo y de la baja disponibilidad de agua para los animales. Figura 14. Regiones en América Central en las cuáles el fenómeno de sequía es recurrente.

Fuente: CRRH 19

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La gran extensión de América del Sur hace que el impacto climatológico de El Niño sea muy diferente dependiendo del país, incluso varía considerablemente entre regiones de un mismo territorio. La tabla 3 contiene un resumen de dichos impactos por país.

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Tabla 3. Impactos climatológicos de El Niño sobre algunos países de América del Sur. PAIS ARGENTINA

1.

2.

BOLIVIA

1. 2.

BRASIL

1. 2.

CHILE

1.

COLOMBIA

1.

ECUADOR PARAGUAY

1. 1.

PERU

1. 2.

URUGUAY

1.

VENEZUELA

1.

EFECTOS CLIMÁTICOS Precipitaciones superiores al promedio normal en la cordillera en la época invernal, fuertes tormentas e intensas lluvias al nordeste del país durante el verano y el otoño. Aumento de los caudales producidos por la anomalía positiva de precipitaciones de verano en la Cuenca del Plata. Sequías en diferentes regiones del Altiplano incluido el Sector del lago Titicaca. En el Oriente Boliviano, se presentan intensas lluvias inusuales, desbordes de ríos e inundaciones. Sequía en el Norte y en el Nordeste del país. En las áreas Sur y Sudeste del país aumento de temperatura en relación al normal, lo que puede volver el invierno más caliente con un elevado índice de precipitación en el estado de Río Grande del Sur. Altas precipitaciones en la costa central de Chile. Reducción de lluvias entre un 30% y 50% en la Costa Caribe y entre 20% y 30% en la zona andina; por el contrario, las lluvias podrían aumentar en el sur del país y en los llanos orientales. Aumento de precipitaciones en la zona costera. Aumento de precipitaciones en casi todo el país, que a su vez generan inundaciones, tanto en la cuenca del río Paraná, como en la sub-cuenca del río Paraguay. En la zona norte, fuertes precipitaciones. Zona sur, ausencia prolongada de precipitaciones que generan sequía. Localidades del norte, centro sur del país, especialmente Cusco y Puno son duramente castigadas por torrenciales lluvias, ocasionando el desborde de ríos y deslizamientos de lodo y piedras.

Tendencia a precipitaciones superiores del promedio desde noviembre en años El Niño hasta el enero siguiente, particularmente en las zonas norte y oeste del Uruguay. Para dicho período, las mayores anomalías de mayor precipitación se dan en la zona norte del país. Hay anomalías positivas de precipitación altas de marzo a julio del año siguiente a un año El Niño, en la zona norte de Uruguay. Hay una débil tendencia de anomalías positivas en las subregiones marítimas del sur. Déficit en las precipitaciones, situaciones de sequía y anomalías positivas de temperatura en la mayor parte del territorio nacional.

Para finalizar, en la Tabla 4 y en la Figura 15 se presentan algunos impactos que las condiciones oceánicas y atmosféricas asociadas a un posible fenómeno de El Niño 2014 han tenido o pueden tener en el futuro inmediato en algunos países de América del Sur. La información vertida en dicha tabla se obtuvo luego de hacer un análisis de las noticias relacionadas con dicho fenómeno publicada en los principales medios electrónicos de cada 21

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país. No es una lista exhaustiva, pero refleja de una manera simple la huella que un El Niño deja en esta parte del mundo. Tabla 4. Algunos efectos (positivos o negativos) asociados al posible fenómeno de El Niño 2014 en algunos países de América del Sur. PAIS

SECTOR PESQUERO (Aumento de la TSM) EFEC. POS EFEC. NEG

AGRICULTURA (SEQUÍA-INUNDACIONES) EFEC. EFEC. NEG POS Soya Cereales

ARGENTINA Y URUGUAY BRASIL

Producción de soya al sur de Brasil podría alcanzar un record histórico.

Muertes de aves marinas

COLOMBIA

CHILE

Al norte aumenta captura de la sardina española

ECUADOR

Camarón, dorado

Café (Minas Gerais, 15% de pérdida en la cosecha de café arábica, puede ser 45%) La producción de caña de azúcar podría afectarse en los estados de Sao Paulo y Paraná (producen el 63% del total). Afectación en los cereales al sur (exceso de lluvias) Pasto para ganado

Anchoveta, muerte de moluscos. Muerte de aves costeras (pato guanay, piqueros y pelícanos) debido a profundización de cardúmenes Picudo banderón, muerte de aves marinas

22

Arroz, maíz, cacao, banano, pastizales, tubérculos,

COMENTARIOS

Aumento en los precios internacionales del café. Sao Paulo está teniendo un déficit histórico de precipitaciones, afectando resorvorios importantes (Cantareira) para el abastecimiento de agua a la población.

Sequía Departamento la Guajira el más vulnerable Disminución de lluvias y aumento de la temperatura en las regiones del caribe, andina y norte del Pacífico, aumento de lluvias en la parte andina y la Amazonía.

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cereales 43% de su territorio está siendo afectado por algún grado de sequía(SMN, junio)

MEXICO

PERU

Concha de abanico, dorado, caballa, jurel,atún, pez sierra, tiburones, camaroncillo rojo

Anchoveta (migra al sur, 30% menos de captura en junio), calamar gigante, muerte de tortugas, lobos marinos, delfines, pelícamos, aves piqueras. Presencia de la medusa carabela portuguesa, la cual es tóxica (cierre de playas)

Espárrago

Palta, trigo, maíz, arroz (30-40% menos en la producción, 308.000 ton), caña, algodón, mango, uvas, banano, limón, papaya. Aumento en plagas en

20% del hato nacional está en riesgo.

VENEZUELA

23

Sequía en la región sur, inundaciones en el norte. Adelantaron la temporada de pesca

Sequía de extrema a severa ha afectado a 9 de sus 23 estados.

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Figura 15. Posibles impactos de El Niño sobre América del Sur.

IX.

CONSIDERACIONES FINALES

El Niño ha existido siempre, como fenómeno natural ha estado acompañando la evolución de la humanidad de una manera recurrente. Probablemente, su popularidad hoy en día radica en el mayor conocimiento que se tiene de él, y de sus impactos sobre toda la sociedad civil, incluidos desde luego los diferentes sectores productivos que la componen. Cuando dirigimos una mirada a los acontecimientos climáticos que han azotado al continente americano en el pasado reciente, las cifras en pérdidas económicas y humanas asociados a ellos, nos muestran la imperiosa necesidad de diseñar estrategias de mitigación y adaptación antes situaciones climáticas extremas. Sequías e inundaciones han sido responsables de manera casi periódica de cuantiosas pérdidas sobre el latinoamericano. 24

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Un aspecto interesante que no puede pasar desapercibido para quienes tienen el poder de decisión política, es el hecho de que los escenarios climáticos asociados a la presencia de El Niño, guardan una similitud asombrosa con aquellos derivados de modelos de predicción de Cambio Climático. En ese sentido, medidas de adaptación ante un evento como El Niño en la escala de la variabilidad climática, se convierte en más que un ensayo para implementar con la antelación necesaria las acciones de adaptación que nos permitirán convivir con una realidad que a todas luces es imposible de evitar.

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X.

BIBLIOGRAFÍA

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