FORJADOS POR EL ESPÍRITU SEMBRAREMOS LA CULTURA DE PENTECOSTÉS

FORJADOS POR EL ESPÍRITU SEMBRAREMOS LA CULTURA DE PENTECOSTÉS Michelle Moran FRUTOS DE UNA ORACIÓN Es muy bonito ver el gozo del Espíritu cuando la

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Forjados por el Espíritu sembraremos la cultura de Pentecostés
“Forjados por el Espíritu sembraremos la cultura de Pentecostés” La imagen que vemos – Elena Guerra señalando hacia el símbolo del Espíritu Santo –,

REFUERZO DE LOS FORJADOS
FORJADOS MIXTOS DE ACERO HORMIGÓN Conectores de perno CTF Conectores de estribo DIAPASON REFUERZO DE LOS FORJADOS FORJADOS DE ALTAS PRESTACIONES

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FORJADOS POR EL ESPÍRITU SEMBRAREMOS LA CULTURA DE PENTECOSTÉS

Michelle Moran

FRUTOS DE UNA ORACIÓN Es muy bonito ver el gozo del Espíritu cuando las personas de Dios se reúnen, cuando están llenos del Espíritu Santo, hay un gran gozo. Es para mí un privilegio hablar con ustedes de qué es estar lleno del poder del Espíritu para que podamos expandir la Cultura de Pentecostés. En la charla que dio Reynaldo, nos habló de la historia en la Iglesia, de cómo empezó esa Cultura de Pentecostés. Fue cuando el Papa Juan XXIII llamó al Segundo Concilio Vaticano; él hizo una oración, es una oración que ustedes conocen muy bien, en la que pidió al Señor renovar la tierra como un nuevo Pentecostés; pero también en ese momento dio ánimo a toda la Iglesia a unirse todos en una continua oración, así como los discípulos en el cenáculo están orando y esperando el Espíritu Santo, así también pidió a toda la Iglesia a unirse en oración y esperar. Creo que esto tiene mucho sentido porque la cultura de Pentecostés fluye de una profunda oración y la clave para ser lleno del poder en el Espíritu es orar ¡Ven Espíritu Santo! Todos fuimos bautizados en el Espíritu Santo, pero eso no es solamente algo que quedó en el pasado, no es solamente parte de nuestra historia. El bautismo en el Espíritu Santo es para ahora, es para cada día, es para cada día de nuestras vidas, es por eso que tenemos que estar siempre orando ¡Ven Espíritu Santo! ¿Quién necesita un nuevo toque del Espíritu Santo hoy día?, entonces tenemos que seguir diciendo y gritando al Señor: ¡Ven Espíritu Santo! para movernos con el Poder del Espíritu Santo. Quiero contarles la historia de mi amigo Joseph Colvo, él estaba por muchos años en la cárcel, en Sud-Africa, al mismo tiempo que Nelson Mandela, estaban en el mismo penal de la Isla de Robert Aislan. José en verdad no hizo nada malo para estar en la cárcel, él era un predicador y las autoridades pensaban que estaba hablando en contra del gobierno, entonces lo agarraron y le pusieron en la cárcel y pasó muchos años en el penal, cuando el sistema cambió y todos los que eran prisioneros políticos fueron liberados, él también salió en libertad y me dijo que había estado en la cárcel tanto tiempo que 1

cuando lo soltaron no sabía qué hacer, no sabía dónde estaba su familia y en su desolación oró y recibió un texto al final del evangelio de Juan; se acuerdan cuando Jesús murió en la Cruz, cuando los discípulos están tratando de sacar algún sentido de todo lo que había pasado, en ese momento cuando Pedro dice voy a ir a pescar, como él sabía hacer. Mi amigo José tomó esto como un mensaje del Señor para continuar su ministerio y regresó a la tierra donde estaba antes, al mismo distrito y entre los muchos pobres que allí estaban comenzó a ejercer su ministerio, predicando el Kerigma, compartiendo el evangelio y en poco tiempo reunió a una comunidad de 300 personas. Se estaba moviendo poderosamente el Espíritu Santo y fue en ese momento que yo conocí a José. Fue un hombre que me impresionó mucho porque tenía una fe muy fuerte y yo estaba muy interesada en ver como él hacía su evangelización. Podía ver que su ministerio daba mucho fruto y quería descubrir cuál era el secreto de todo, entonces comencé a hablar con él, estaba lista con mi lapicero y papel para escribir todos los detalles pero sólo me dijo una cosa: la renovación comienza en tus rodillas. Nosotros conocemos muy bien esta palabra. Los Salmos nos hacen recordar que si no construye la casa el Señor en vano se afanan los trabajadores, por eso les quiero dar ánimo a ustedes hermanos a ir más profundo en la oración, más profundo en las fuentes de salvación a través de una profunda oración contemplativa y carismática. Conocen a la renovación carismática por nuestra oración, ¿es verdad?. La gente nos conoce por ser personas de oración. Tengo el gran privilegio de conocer personalmente al Santo Padre Benedicto XVI, lo veo cada año más o menos dos o tres veces y cada vez que me reúno con el Santo Padre, antes pongo en mi mente a todas las personas de la Renovación Carismática y le doy un saludo de parte de todas ellas. El año pasado, en estos tiempos, conocí al Papa Benedicto y le dije: “Saludos Santo Padre de toda la Renovación Carismática” y agarró mi mano y me miró muy cercanamente y me dijo: “Renovación Carismática ora por mí”. En Pentecostés de este año, me reuní nuevamente con el Santo Padre, era un tiempo difícil para la Iglesia porque había muchas noticias malas en los periódicos en ese momento, y otra vez le dije al Santo Padre: “Saludos de toda la Renovación Carismática” y esta vez dijo: “Gracias por tus oraciones, necesitamos de tus oraciones en este tiempo que es muy difícil en la Iglesia”. Ahora que estoy compartiendo con ustedes quiero que sepan que el Santo Padre está muy cerca a nosotros dentro de la Renovación Carismática, nos conoce y nos da ánimo. ¡Amén! SOMOS UN PUEBLO DE ALABANZA Por eso les quiero animar en dos aspectos, primero quiero que ustedes sigan creciendo como un pueblo de alabanza, es muy importante porque algunas veces creo que en la Renovación Carismática nos estamos debilitando en nuestra alabanza, tenemos un maravilloso Ministerio de Música y somos muy 2

bendecidos por nuestros músicos, pero alguna vez permitimos a los músicos hacer todo por nosotros y nosotros nos sentamos atrás como espectadores en un concierto, ¡Hermanos, amigos, no hay espacio para espectadores en la Renovación Carismática!. ¡Amén! Entramos en relación con Dios alabando su nombre, los salmos están llenos de ánimo para dar alabanzas al Señor, tenemos que mantener nuestra alabanza fuerte, tenemos que alabar por un buen tiempo, un buen periodo de tiempo y todos tenemos que alabar juntos. Desde esa alabanza el Señor nos llevará a un lugar más profundo, es un lugar de intimidad, un lugar donde realmente sentimos la presencia de nuestro Dios, un lugar de adoración donde podemos escuchar su voz, un lugar donde podemos sentir el amor de nuestro Dios y después desde ese lugar podemos escuchar la voz de nuestro Dios y actuar; por eso yo les quiero animar ¡crezcan fuertes en su alabanza!. Algunas semanas atrás yo estaba en los Estados Unidos. Estamos haciendo un programa de líderes y al final de la semana tuvimos una misión, fuimos a un lugar en el centro de la ciudad, a una Iglesia bien pobre, había muchas personas que vivían en la calle, muchas prostitutas, muchos adictos y nos reunimos en esta Iglesia e invitamos a todos a venir. No muchos vinieron pero eso no importa. Mientras nos reunimos nuestra alabanza estaba fuerte, mientras la alabanza crecía más fuerte, es como que nuestra fe creció más fuerte y después me levanté para compartir una prédica y mientras estaba predicando el pastor gritó de atrás de la Iglesia: “por favor vengan que se están sanando aquí” yo quise decir “pero todavía no hemos comenzado con la oración de sanación” y es que cuando nosotros alabamos a nuestro Señor las bendiciones bajan, cuando predicamos la Palabra de Dios las bendiciones bajan y esa noche aunque sólo vinieron unos pocos, podía decir que fue una de las noches más ungidas en la cual he estado. Un hombre comenzó a caminar, una señora se sacó un aparato que la ayudaba a escuchar, había milagros en ese lugar porque las personas eran fuertes en su alabanza. EL PODER DE LA ORACIÓN DE INTERCESIÓN: EL DON CARISMÁTICO DE LA FE En la segunda área que quiero animarles a ustedes es en la intercesión. Sé que hemos desarrollado este ministerio en muchos países y es muy lindo saber que mientras estamos aquí hay gente que están orando por nosotros y esto es muy bueno, pero quiero decirles que la intercesión es deber de cada persona, no es solamente por unos cuantos. Si hay un ministerio particular de intercesión sí, pero todos estamos llamados a ser personas de intercesión y yo creo que si tomamos este reto verdaderamente en serio va haber muchas victorias ganadas a través de la oración, a través de la intercesión de los fieles de Dios.

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El profeta Habacuq en el capítulo dos, versículo uno, tiene un modelo muy bueno para nosotros como intercesores, él dice: “Me voy a parar en mi torre de vigía” (Cf. Hab 2, 1), porque cuando nosotros estamos intercediendo tenemos que tomar nuestro lugar, nuestro puesto, tenemos que estar atentos a las cosas del Espíritu, por eso nos paramos como saldados, como centinelas. El profeta dice “voy a tomar mi lugar en la batalla” y desde ese lugar el profeta dice nuevamente: “Estoy esperando y mirando a ver lo que Él me va a decir”, es que en el ministerio de intercesión se usan los ojos a ver lo que Él va ha decir y se usan los oídos para escuchar el corazón del Señor, entonces actuamos según su voluntad y la oración de un fiel es escuchada por el Señor. Entonces, por favor hermanos, que cada uno tome su lugar como soldado guerrero de oración, para que escuche lo que Dios quiere que tú ores. Ora con ayuno, ora con alabanza, ora con fuerza y cree, porque el Señor escucha las oraciones de sus fieles. Actualmente la Renovación Carismática es más que un movimiento de oración y eso es importante si pensamos en la cultura de Pentecostés. Si regresamos al primer Pentecostés cuando los discípulos estaban reunidos en oración, diremos que sí, el Señor vino y los bendijo con el poder del Espíritu Santo, pero después tuvieron que responder a ese derramamiento del Espíritu; siempre tenemos que responder a las acciones del Espíritu Santo en nuestras vidas porque no estamos llamados a ser unas personas o un pueblo pasivo, estamos llamados a colaborar con el Espíritu Santo, con el Señor; por eso después de Pentecostés los discípulos salieron en misión, les fue dado el poder por el Espíritu Santo y cuando el Espíritu bajó todos hablaron en lenguas y salieron con un nuevo poder a predicar; Pedro que no era un teólogo muy instruido, predicó un mensaje y es un mensaje con poder, porque el Espíritu Santo está trabajando a través de él, así el Espíritu Santo trabaja a través de nosotros; y vemos que hay frutos, que 3000 personas se convirtieron al Señor. Así nosotros también tenemos una responsabilidad: movernos con los dones carismáticos a través del poder del Espíritu Santo y ser un pueblo misionero en nuestro mundo. Mientras viajo por el mundo me doy cuenta que, no sé si en Latino América, en algunos lugares hay un debilitamiento del uso de los dones carismáticos. Quiero darles ánimo y motivarlos a seguir creciendo fuertes a través del uso de los dones carismáticos; en la Primera Carta a los Corintios, capítulo 12, nos narra que el contexto para esos dones carismáticos es el Cuerpo de Cristo, entonces los dones son dados al Cuerpo de Cristo. Los animo a cada uno de ustedes a moverse en esos dones; algunas veces pienso o pensamos que los dones son solamente para personas especiales, para un santo sacerdote que puede tener los carismas o algún Obispo o una laica; quiero decirles que cada persona puede desear los dones del Espíritu Santo, pero hay un don que muchas veces no lo tomamos en cuenta y que deseo animarlos particularmente 4

a pedirlo, para mí ese don es el más fundamental del Espíritu Santo y es el don carismático de la fe, este es un don especial, no es lo mismo que el de la fe del Credo o la fe en las cosas que creemos, es más bien el don carismático de la fe, el don de una fe que está esperando qué va a recibir, es una fe que esperas, tenemos que ser un pueblo que va creciendo en esa fe que espera. Esperemos en el Señor que Él sí va actuar, tenemos que estar siempre orando: “Señor yo creo, dame más de ese don de fe que espera, que sabe que vas a cumplir”. Hay una historia que me gustaría compartir con respecto a este don de la fe que espera. En el texto de Mateo capítulo XIV, Jesús ha mandado a sus discípulos antes que él porque quiere pasar un tiempo en oración y ellos han ido adelante, en el barco y las aguas están un poco tormentosas, como en nuestras vidas que experimentamos tormentas, y qué pasa Jesús sale a su encuentro en la tormenta de sus vidas, al principio están un poco temeroso, pero Jesús les dice tengan valentía, no tengan miedo ¡soy yo!, es en este momento que tienen que moverse en fe, Pedro es el primero en hablar, normalmente es el primero en hablar, y él dice: “Señor sí eres tú”, vez que no está tan seguro y quiere moverse en fe, “si eres tú mándame ir hacia ti” y Jesús dice una palabra: ¡Ven!, y Pedro sale de la barca y comienza a caminar hacia Jesús, ahora imagínense Pedro es un pescador, sabe y conoce las aguas muy bien entonces comienza a salir de la barca, pone su pie en el agua y sabe que puede hundirse pero en alguna forma el agua lo mantiene y sale con otro paso y está pensando en esto, está muy diferente y camina otro paso y de repente el pierde la visión, olvida mantener sus ojos en Jesús y es cuando perdemos nuestra visión y comenzamos a hundirnos. Y esto es exactamente lo que le pasó a Pedro y Jesús le dice “Pedro por qué dudaste”, ya conocemos esta historia; pero quiero que ustedes se imaginen conmigo al fin de ese día, cuando Pedro reflexionó lo que había pasado, sí se dio cuenta que iba a comenzar a hundirse, pero yo creo que él iba estar hasta más consciente que antes que se comenzara a hundir el caminó sobre el agua, por eso yo me imagino a Pedro diciendo: “Sí lo hice y la próxima vez lo voy hacer mejor”. Porque mis amigos el Señor siempre nos está preguntando y nos está llevando a crecer más en la fe, nos invita a ir más profundamente con Él. No se queden pensando en sus errores, aprendan de sus errores para que la próxima vez puedan moverse hasta más profundo y más grande su fe. La Renovación Carismática aquí en el Perú tiene 40 años y alabamos a Dios por todas las bendiciones. Pero quiero recordarles que cuarenta es un número que tiene mucho sentido, los israelitas fueron cuarenta años en el desierto, Jesús fue al desierto también por cuarenta días, por eso creo que es muy importante en esta etapa de su historia preguntarle al Señor: ¿a dónde estás yendo?, es un tiempo para reflexionar, es un tiempo para dar gracias a Dios por lo que ha pasado y es un tiempo para mirar hacia delante, a los nuevos retos, 5

a las nuevas bendiciones, a las nuevas oportunidades. Si el siglo XX fue dedicado al Espíritu Santo que vimos ser derramado en cada país, en muchas diferentes tribus, el Espíritu Santo fue derramado en todo el mundo y por ello se va ha conocer como el siglo del Espíritu Santo; hoy estamos en pleno siglo XXI y no podemos vivir solamente de las bendiciones de ayer porque Dios está siempre en movimiento y siempre tiene nuevas cosas para nosotros. Al comienzo de este nuevo siglo Juan Pablo II continuamente estaba orando por una nueva primavera y yo creo que este siglo va ha ser un siglo que se va conocer por la actividad misionera heroica, es un tiempo para el crecimiento, es un tiempo para ir más profundo, es un tiempo para expandir la cultura de Pentecostés y esto va a costar, mientras estemos siendo llamados por el Señor a ser sus discípulos tenemos que saber que hay un costo para ser discípulo y este siglo creo que va ha ser el tiempo que vamos a pagar ese precio, es el tiempo en que el Señor nos va a decir a nosotros a la Renovación Carismática: “Estás de verdad conmigo, en verdad estás en serio”, todo lo que ha pasado hasta este momento ha sido preparación pero ahora estoy haciendo algo nuevo dice el Señor; vemos esto en la vida de Jesús, es muy claro en Lucas capítulo cuatro, vemos que Jesús en su bautismo está lleno del Espíritu Santo, nosotros a través del bautismo en el Espíritu hemos sido llenados y necesitamos seguir siendo llenados. En otro texto Pablo les recuerda a los Efesios que siguen siendo llenados por el Espíritu. Y Jesús guiado por el Espíritu es llevado al lugar del desierto. MADUREZ EN EL DESIERTO En la Renovación Carismática el Señor nos ha llevado a veces a lugares difíciles donde ha habido retos, dificultades, ataques. El desierto mis amigos es un lugar donde crecemos en la madurez, el desierto es donde se entrena, se hace entrenamiento para poder vivir en tierra prometida; después de que Jesús está lleno del Espíritu, después que he sido guidado por el Espíritu va al templo, va al lugar de adoración, abre la lectura de Isaías y lee como se puede decir su dicho de misión, las palabras de su misión, palabras que nosotros conocemos de Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.” (Cf. Lc 4, 18-19) ahí creo que nosotros estamos en la Renovación Carismática, esto es lo que los documentos de Aparecida están hablando y diciendo, hemos recibido un gran empoderamiento del Señor, pero ahora tenemos que responder en fe, ahora tenemos que pagar ese costo, ahora tenemos que volvernos porque el Señor nos está llamando. Cuando pienso en los Israelitas que van por el desierto caminando y después de 40 años se encontraron al lado del río Jordán, es como cuando tú vez el rio Jordán, después de haber estado en el desierto tanto tiempo, es un lugar muy bueno, muy de bienvenida porque el agua está fluyendo, porque hay 6

vegetación, se mira como un lugar bueno, cuando llegamos a un buen lugar hay una tentación a querer quedarse ahí y la Renovación Carismática después de 40 años hay una tentación, queremos quedarnos donde estamos, pero no podemos ser un pueblo estático, porque el Señor llama a las personas a ser un pueblo de peregrinación, un pueblo que está en movimiento. Entonces mientras estaban allí los Israelitas al lado del río Jordán, les fue dada una invitación y la invitación era muévete, adelante, no tengan miedo, no se preocupen de gigantes, ve adelante con mi poder y toma esta tierra. Ahí es donde creo que nosotros estamos en la Renovación Carismática, estamos llamados a ser una comunidad de discípulos en misión. En la Renovación Carismática sabemos sobre comunidad y los animo para proteger sus comunidades, van ha tener dificultades, van a tener retos, pero siempre aprendan a amarse y perdonarse para que puedan crecer fuertes en el Señor. En Efesios capítulo cuatro, versículo tres nos dice has todo lo que tengas que hacer para preservar la unidad del Espíritu, a través de la paz que los une; crezcan fuertes en comunidad, vamos a necesitarnos unos a los otros, si nos vamos a mover adelante en la batalla del Señor, estamos siendo llamados a ser discípulos, por eso yo les animo a crecer en una fe madura. La Renovación Carismática ha llegado a su edad, no seamos ya como niños más bien tomemos nuestros lugares, la gente que Dios nos ha llamado ha ser es maduros y adultos en la fe, comiendo de comida sólida para que podamos ser fuertes en el Señor y entonces abracemos la misión que el Señor nos está llamando a realizar, es una misión en la que nos va a necesitar para proclamar la verdad, va a ser una misión en la que vamos a tener que servir al mundo a través de las obras de misericordia y justicia y es una misión que comienza en cada una de nuestras vidas. Cuando Aparecida habla de la misión Continental es fácil pensar que la misión está allí afuera en algún lugar, pero dónde está la misión: en mi vida en mi familia, en mi barrio, en mi lugar de trabajo, en mi parroquia, en el mundo en el cual yo vivo. El Señor nos está llamando ha ser su ejército, a marchar con poder, a marchar con fe y a marchar con confianza. Ahora les pregunto están listos para esto, es fácil decir sí en un grupo grande, es fácil ser llevado por el entusiasmo del uno y el otro, pero acuérdense que este es un siglo de misión heroica. ORACIÓN Voy a orar por ustedes ahora, voy a preguntarle al Señor si puede reunirse con cada uno de ustedes y darles todo lo que necesitan para responder a esta invitación especial. Señor, queremos darte gracias por tu fidelidad a nosotros, queremos darte gracias por las bendiciones a la Renovación Carismática y te pedimos que hoy día vengas a cada uno de nosotros. Señor sabemos que estás resucitando un gran ejército, por favor háblanos a cada uno de nosotros, muéstranos el lugar que quieres para nosotros y que seamos ese ejército, por favor danos una 7

nueva unción en tu Santo Espíritu para que podamos continuar moviéndonos en fe y para que podamos continuar siendo un pueblo de misión. Oremos en el Espíritu. Gloria a ti Señor. Ayúdanos Señor a pagar ese precio, ayúdanos a no tener miedo de morir, a morir a esas cosas que nos mantiene atrás, ayúdanos a soltar el temor, danos una nueva valentía, danos nueva audacia, ayúdanos a creer que cada uno de nosotros tenemos un lugar en tu misión, ayúdanos a creer que podemos caminar sobre las aguas. ¡Ven Espíritu Santo! Señor tú nos dices que haces todas las cosas nuevas, visítanos con nuevas cosas este día, realiza nuevas cosas en nuestra vida Señor, aumenta esa esperanza, ese esperar en nosotros. El Señor está diciendo “Te estoy dando una nueva canción y la música está escrita en el cielo mientras tú mantienes tus ojos en mi, vas a aprender a cantar estas nuevas melodías, quiero hacer nuevas cosas, están abiertos a las nuevas maneras, abiertos a las nuevas oportunidades, tengo muchas cosas para ustedes, lo que han visto hasta ahora sólo es el comienzo. Hay días de reto, pero yo estoy reinando en gloria y esa gloria va aparecer entre ustedes y van a ver mi luz y van a ser mi luz en todas las áreas en las cuales yo te mando, yo les llamo mi pueblo a ser luz para el mundo, déjame llenarte, para que puedas brillar, para que todo el mundo vea, porque yo estoy haciendo algo nuevo este día”. ¡ Gracias Señor ¡

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TEMA 5 CUESTIONARIO

1. ¿Estás listo para emprender la misión que el Señor nos está llamando a realizar? ¿cómo lo harías? 2. ¿De qué manera le dices al Espíritu Santo que llene tu vida? ¿En qué momentos? 3. Ante la expresión “ La Renovación comienza en sus rodillas” ¿Qué puedes comentar? 4. ¿Qué retos tiene la Renovación Carismática Católica para crecer como pueblo de alabanza? 5. Cuando la hermana Michelle Moran nos dice que No hay espacio para espectadores ¿A qué nos estás exhortando? 6. Comparte un testimonio de lo que Dios ha hecho en ti en medio de la alabanza. 7. ¿Cuál es tu opinión sobre el llamado que tenemos todos a ser personas de intercesión?

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