Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012
Formar para emprender: principales retos de las Facultades de Comunicación. El caso de la Universidad San Jorge1 Vanessa Rodríguez Breijo – Universidad San Jorge
[email protected] Nerea Vadillo Bengoa – Universidad San Jorge
[email protected] Resumen: La formación de personas capaces de crear una empresa nueva y rentable, afrontando de forma creativa problemas como la contracción de la demanda, la escasez de financiación, los elevados impuestos y el exceso de trámites burocráticos, se constituye como una urgente necesidad para fortalecer el tejido empresarial del país y dar solución al aumento del desempleo. En el campo de la Comunicación, hacen falta profesionales con aptitud para la innovación, escaso temor al fracaso, conocimientos suficientes para reconocer oportunidades de negocio y habilidad para adaptarse fácilmente al cambio, para que diseñen proyectos empresariales innovadores que logren revertir la situación crítica de las empresas comunicativas españolas y hagan frente a los vertiginosos cambios que ha generado la migración digital en este mercado. Esta comunicación recoge los resultados de una encuesta aplicada a los estudiantes de 4º curso de Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad San Jorge, para conocer sus actitudes hacia la creación de empresas, así como sus percepciones sobre las principales facilidades y dificultades del entorno. A partir de esos resultados, se proponen estrategias de aprendizaje específicas y líneas de acción para potenciar las competencias correspondientes a perfiles emprendedores en estas áreas del conocimiento. Palabras clave: Universidad.
Empresa,
emprendimiento,
comunicación,
enseñanza,
1
La siguiente comunicación constituye un resultado de las investigaciones realizadas en el grupo de investigación "Grupo de Investigación en Educomunicación GIEC (S82)", reconocido como "grupo emergente" por el Gobierno de Aragón. Cofinanciado por Gobierno de Aragón y Fondo Social Europeo, “Construyendo Europa desde Aragón”.
ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 1. Introducción: la necesidad de formar para emprender La Universidad es cada vez más consciente de la necesidad de interrelación entre el mundo académico y la sociedad, y de que exista mayor concordancia entre los estudios superiores y las ofertas de trabajo disponibles (Jiménez González y Trujillo Ramírez, 2010).En este sentido, la creación, gestión y dirección de una empresa es una de las salidas profesionales que actualmente cobra mayor importancia en el área de la Comunicación, debido a las grandes incertidumbres e inestabilidades del mercado laboral para los empleados por cuenta ajena. El ámbito universitario es el escenario ideal para la gestación de ideas originales e innovadoras, que con el tiempo vayan ganando madurez y sean capaces de convertirse en empresas exitosas, pero también es el lugar propicio para desarrollar los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para el emprendimiento. Desde distintas escuelas y perspectivas se incide en el hecho de que el emprendedor suele ajustarse a un tipo de perfil muy concreto, con unas características únicas y particulares, que lo convierten en un individuo diferente del resto de la población (Martín Cruz, Hernangómez Barahona y Rodríguez Escudero, 2005). Debe saber “leer” los cambios de su entorno y convertirlos en oportunidades de negocio, superar la adversidad, asumir riesgos moderados, innovar continuamente y planificar de forma responsable a largo plazo (Suárez Sánchez-Ocaña, 2011). También es fundamental que posea cualidades directivas, una alta motivación al logro y deseo de aprender permanentemente (Veciana, 2005). Formar a personas con este perfil es un reto actual y urgente de la Universidad. El emprendedor es una figura indispensable para la buena salud de la economía, puesto que en buena medida de él depende la continua renovación y crecimiento del tejido empresarial de una sociedad (Veciana, 2005; Velasco Barroetabeña, 2003). Y si se asume que el sistema educativo debe esforzarse por enseñar o promover la generación de las actitudes, conocimientos y capacidades que el sistema productivo demanda (González Morales y Díaz Pérez, 2010), la universidad, como alma máter, no puede permanecer al margen de la promoción de más y mejores perfiles emprendedores. Más aún en el área de la Comunicación, en la que se han destruido 4.135 puestos entre 2008 y 2011 (Díaz Nosty, 2011) y en la que actualmente se están formulando y experimentando nuevas vías de negocio, marcadas por el entorno digital. En el Libro Blanco de los títulos de grado en Comunicación (Aneca, 2005: 291) ya se reconocía la necesidad de formar a los comunicadores como posibles futuros empresarios. En este documento se incluía como una de las competencias fundamentales de los egresados la “posibilidad de formar parte de los equipos directivos (entendiendo el término en el sentido amplio de emprendedor e incluyendo actividades institucionales y sin ánimo de lucro), y de adaptarse a su cultura, haciéndolos compatibles e incluso sinérgicos”. Pero para trazar estrategias educativas dirigidas al necesario fomento del emprendimiento desde la educación superior es necesario saber cuál es la situación desde la que se parte, y en qué medida se ha avanzado hasta ahora, puesto que la mayoría de las universidades españolas ya han incorporado ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 acciones, planes y estrategias en este sentido. Por esta razón, los estudios sobre las actitudes hacia el trabajo y hacia la creación de empresas han tenido un importante crecimiento los últimos años. En ellos se entiende la educación como un elemento fundamental para la adquisición de actitudes favorables para emprender proyectos empresariales por cuenta propia (González Morales, 2010). La edad, el sexo, la formación y la experiencia son considerados variables que influyen en la propensión a crear empresas de los estudiantes universitarios (Martín Cruz, Hernangómez Barahona y Rodríguez Escudero, 2005). Entre esos estudios se encuentra el desarrollado por Natalia Martín Cruz, Juan Hernangómez Barahona y Ana Isabel Rodríguez Escudero (2005) en la Universidad de Valladolid. Estos investigadores estudiaron los factores no psicológicos que podrían influir en que los jóvenes universitarios decidan crear una empresa propia al graduarse. Para ello, realizaron una encuesta a alumnos del último año en el curso 2003-2004. Los resultados indicaron que las actividades de formación adicional, como las estancias en el extranjero y los cursos de informática, así como las experiencias laborales negativas y la realización de prácticas, pueden potenciar el espíritu emprendedor. También corroboraron sus hipótesis sobre la menor propensión de las mujeres a poner en marcha iniciativas empresariales. En la Universidad de La Laguna, Francisco J. García Rodríguez y Carmen Inés Ruiz de la Rosa (2006) llevaron a cabo una encuesta a estudiantes de todas las titulaciones oficiales, para conocer cuáles eran los obstáculos más importantes que percibían para emprender. Los resultados indicaron que éstos eran: las dificultades para conseguir financiación, la necesidad de tener una idea empresarial buena y el esfuerzo y sacrificio que requiere crear una empresa. También encontraron que los estudiantes de sexo masculino tenían una mayor propensión a esta actividad. Mª Teresa Espí Guzmán, Germán Arana Landín, Iñaki Heras Saizarbitoria y Alberto Díaz de Junguitu (2007), desde la Universidad del País Vasco, pusieron en marcha un estudio para conocer el perfil emprendedor de los estudiantes con formación específica en el ámbito de la dirección y la organización de empresas. Uno de sus hallazgos más relevantes fue que la tradición familiar y el estatus social del empresariado tienen una influencia muy reducida sobre la decisión de emprender. En cambio, la posibilidad de poner en práctica sus ideas y la independencia y libertad que otorga el poder trabajar en la empresa propia son los aspectos más valorados al momento de tomar esa determinación. Por otra parte, los principales obstáculos percibidos son la falta de capital inicial y el riesgo de comenzar una iniciativa empresarial. Por su parte, María Jesús Freire Seoane y Mercedes Teijeiro Álvarez (2009) realizaron un estudio en 2008 en la comunidad autónoma de Galicia en el que intentaban descubrir qué factores inciden en la decisión individual de ser emprendedores en ciudadanos de 16 a 34 años. Los resultados indican que la mayoría de estos jóvenes trabaja por cuenta ajena, especialmente si se trata de mujeres. Los que tienen mayor propensión a emprender se encontraban en ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 la franja de edad entre 30 y 34 años, no tenían pareja y su nivel de estudios era bajo. Con estos antecedentes, se planteó como objetivo de este estudio conocer la propensión a la creación de empresas que tienen los estudiantes de último curso de Publicidad y Relaciones Públicas, Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad San Jorge durante el curso 2012-2013, así como sus principales motivaciones para el emprendimiento, las facilidades y dificultades que perciben en él y las razones más importantes por las que algunos no lo consideran una opción. También se buscaba comprender la interrelación de todos estos factores con la edad, el sexo y la experiencia laboral y de prácticas de los alumnos. Esta investigación tenía como segundo objetivo proponer, a partir de los resultados obtenidos, estrategias de aprendizaje capaces de fomentar las competencias, habilidades y actitudes relacionadas con el emprendimiento, así como líneas de acción que permitan potenciar las facilidades del entorno y disminuir las dificultades y problemas que frenan la iniciativa emprendedora. Se partió de la hipótesis de que la mayoría de los alumnos no tendría intención de emprender, principalmente debido a los problemas que plantea la situación económica para las empresas: disminución de la demanda, dificultades para conseguir financiación y elevados impuestos. Asimismo, se esperaba que los estudiantes más emprendedores lo fueran principalmente como estrategia o alternativa ante el incremento del desempleo. También se previó que los resultados indicarían una mayor propensión hacia la creación de empresas en los estudiantes menos jóvenes, del sexo masculino y con mayor experiencia laboral y de prácticas.
2. Metodología Para cumplir los objetivos trazados y verificar las hipótesis, se aplicó una encuesta a los estudiantes matriculados en 4º curso de los Grados de Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad y RR.PP. de la Universidad San Jorge, durante la segunda semana de noviembre de 2012. Se utilizó la aplicación web E-encuesta en su versión básica. Las primeras cinco preguntas del cuestionario recogían la información sobre la edad, el sexo, la titulación, la cantidad de tiempo durante el que han realizado prácticas y en el que han estado empleados. En la sexta pregunta se indagaba sobre sus intenciones de crear una empresa al graduarse. Si la respuesta era “No”, eran dirigidos a la pregunta 7, en la que tenían que seleccionar los tres motivos por los que no emprender. Y si respondían “Sí”, “Probablemente”, “Ya he creado una empresa y actualmente está operativa” o “No sabe/No contesta”, eran llevados a las preguntas 8 y 9, que les solicitaban escoger un máximo de tres motivaciones para crear una empresa comunicativa y tres facilidades del entorno para ese fin. Finalmente, todos los encuestados tenían que elegir tres dificultades que afrontan las empresas españolas actualmente. ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Se codificó la encuesta y los datos se importaron al programa SPSS para su tratamiento estadístico. Asimismo, con la ayuda de Microsoft Excel, se elaboraron tablas y gráficos con los principales resultados de las preguntas. Igualmente, se comparó el porcentaje obtenido por cada una de las respuestas de las preguntas 5 a la 10 ‒sobre intención de emprender, motivaciones, facilidades, razones para no hacerlo y problemas de la empresa‒ en los diferentes grupos por edad, sexo, titulación, experiencia laboral y de prácticas. Una vez analizados los resultados, se diseñaron propuestas para fomentar las habilidades, conocimientos y actitudes que favorecen el emprendimiento desde la enseñanza universitaria de la Comunicación.
3. Intenciones de crear una empresa al graduarse Fueron respondidas 73 encuestas en total: 30,14% por alumnos de Periodismo, 39,73% de Publicidad y Relaciones Públicas y 30,14% de Comunicación Audiovisual. Tres cuartas partes de los alumnos participantes en el estudio tenían entre 21 y 23 años. El resto se repartía entre quienes tenían entre 24 y 26 (15,07%), entre 18 y 20 (8,22%), y entre 27 y 29 (1,37%). Como suele ocurrir en las Facultades de Comunicación, predominaron las mujeres (58,90%) sobre los hombres (41,10%). En cuanto a la experiencia laboral, la mayoría ha realizado prácticas durante menos de seis meses (un 73,97% de los encuestados) y ha trabajado menos de dos años (61,65%). La respuesta mayoritaria de los alumnos de 4º curso a la pregunta sobre sus intenciones de crear una empresa fue que no las tienen. Un 36,99% no contempla el trabajo por cuenta propia como una opción de vida. Sin embargo, esta proporción fue menos elevada de lo que se esperaba y el porcentaje de los que sí creen que es probable convertirse en empresarios sorprendió con un 30,14%, muy cercano al de la respuesta negativa. Si se suma esta cifra al 13,70% de los que ya tienen decidido montar una empresa, estos resultados anuncian que una mayoría de los encuestados (43,84%) están abiertos a la idea de emprender, aunque no todos lo tengan ya decidido. Un 17,81% de alumnos ha elegido la respuesta “No sabe/No contesta”, y un 1,37% (equivalente a un estudiante) ya ha creado su propia empresa, que ya está en funcionamiento.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Figura 1 ¿Tiene intenciones de crear una empresa al graduarse?
Fuente: Elaboración propia
El grupo de alumnos con edades entre 24 y 26 años obtuvo el mayor porcentaje de respuestas afirmativas (un 27% de ellos ya tiene claro que quiere crear una empresa) y, a la vez, el más bajo en la opción de “Probablemente” (apenas 9%). De forma contraria, quienes tenían entre 18 y 21 años fueron los que demostraron menor determinación. Un 33% en la respuesta “Probablemente” y otro 33% en “No sabe/ No contesta” así lo demuestran. El segmento intermedio y mayoritario, los alumnos con 21-23 años, se decantaron de forma mayoritaria por el “No”, pero con un 33% de “Probablemente” y un 11% de “Sí”. Como ha ocurrido en estudios similares (Martín Cruz, Hernangómez Barahona y Rodríguez Escudero, 2005), los hombres respondieron que sí tenían intenciones de crear una empresa en mayor proporción que las mujeres (26,67% frente a 4,65%). En términos absolutos, solo dos de las 43 alumnas encuestadas considera la opción del emprendimiento. No obstante, la opción “Probablemente” fue más frecuente en ellas (37,21%), que en ellos (20%), lo que significa que incluso es posible que finalmente cambie la tendencia cuando tomen una decisión. El porcentaje de los que contestaron “No” es similar en ambos sexos (36,67% en los hombres y 37,21 en las mujeres). Respecto a las diferencias por titulación, las respuestas negativas predominaron en el Grado de Periodismo: 45%, frente a 28% de Publicidad y RR.PP. y a 27% de Comunicación Audiovisual. No obstante, Periodismo obtuvo el mayor porcentaje en la opción “Probablemente”, con un 32%. Las respuestas positivas fueron más frecuentes en Comunicación Audiovisual, con un 18%, no muy lejano al 14% de Periodismo o al 10% de Publicidad y RR.PP.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 La totalidad de los alumnos que tienen intenciones de crear una empresa al graduarse nunca han tenido experiencia en prácticas, o solo las han realizado durante menos de seis meses. De todos los que han hecho prácticas por un tiempo superior a ese, ninguno ha respondido que quiere decantarse por el emprendimiento, pero no conviene olvidar que solo está en esa situación un 20,55% de los encuestados. Lo mismo ocurre con los estudiantes que tienen una experiencia laboral superior a los dos años: representan ese mismo porcentaje y tampoco tienen intenciones de ser empresarios. Sin embargo, es preciso destacar que la frecuencia de respuestas negativas hacia el emprendimiento se hace menor en los grupos con mayor experiencia laboral, dentro de los que llevan hasta dos años y medio trabajando (los demás grupos están conformados por muy pocos alumnos como para establecer una comparación). Un 45% de los que han estado empleados durante menos de seis meses tiene decidido que no va a montar una empresa, pero de los que lo han estado entre dos años y dos años y medio solo un 33% piensa de esta misma forma. En cuanto a las prácticas, ocurre algo similar: la variación del “No” entre quienes nunca han realizado prácticas y los que las han desarrollado durante menos de seis meses es de 17 puntos porcentuales, aunque entre los que han tenido experiencias más largas esta relación no queda demostrada, por la escasa cantidad de encuestados en esa situación.
4. Razones para no emprender Las dificultades para conseguir financiación son la justificación mencionada más frecuentemente para no crear una empresa. Así piensa un 44,44% de los alumnos que contestaron de forma negativa la pregunta sobre sus intenciones de emprender. En segundo lugar, con menos de diez puntos porcentuales (33,33%), se encuentra una razón también económica, pero sobre todo personal: “Porque no tengo una idea empresarial susceptible de tener éxito en el mercado”. Esa falta de confianza en las propias capacidades y habilidades para hacer prosperar una empresa se manifiestan en las dos siguientes justificaciones: “Por el riesgo de fracasar como empresario” (25,93%) y “Porque no poseo habilidades y/o conocimientos para crear una nueva empresa” (22,22%). Un porcentaje minoritario de los encuestados explicó su decisión de no crear una empresa a través algunas características del mercado de la comunicación, como son los frecuentes fracasos de empresas comunicativas en los últimos años (14,81%) y la tendencia a la concentración en esta industria (3,70%). Otras peculiaridades más generales del mercado, como el exceso de competencia (18,52%)y la escasez de la demanda (7,41%) también fueron escogidas de forma más bien marginal por los estudiantes que no quieren ser empresarios. Las políticas públicas que afectan a la empresa tampoco resultaron ser la principal razón por la que los alumnos encuestados no desean emprender. Así ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 lo demuestran los bajos porcentajes obtenidos por las respuestas: “Por la dificultad para acceder a ayudas y subsidios” (14,81%), “Por la falta de información sobre la creación de nuevas empresas” (7,41%), “Por los impuestos que tienen que pagar la empresa y el empresario” (7,41%) y “Por la complejidad de los trámites administrativos iniciales” (7,41%). Otros motivos personales para no crear una empresa comunicativa resultaron, asimismo, minoritarios en esta pregunta: la propia falta de experiencia en el mercado laboral (14,81%), la mayor cantidad de horas que requiere el desarrollo de un proyecto empresarial (7,41%), las razones personales/familiares (7,41%), la falta de un socio para la empresa (3,70%) y otras (14,81%). Dentro de esta última alternativa, dos estudiantes manifestaron su intención de continuar estudiando tras graduarse y otro escribió que quería viajar y explorar a fondo su profesión. Figura 2 ¿Por qué razones no crearía una empresa comunicativa en este momento? (Seleccione un máximo de tres)
Fuente: Elaboración propia ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Las políticas públicas que afectan a la empresa tampoco resultaron ser la principal razón por la que los alumnos encuestados no desean emprender. Así lo demuestran los bajos porcentajes obtenidos por las respuestas: “Por la dificultad para acceder a ayudas y subsidios” (14,81%), “Por la falta de información sobre la creación de nuevas empresas” (7,41%), “Por los impuestos que tienen que pagar la empresa y el empresario” (7,41%) y “Por la complejidad de los trámites administrativos iniciales” (7,41%). Otros motivos personales para no crear una empresa comunicativa resultaron, asimismo, minoritarios en esta pregunta: la propia falta de experiencia en el mercado laboral (14,81%), la mayor cantidad de horas que requiere el desarrollo de un proyecto empresarial (7,41%), las razones personales/familiares (7,41%), la falta de un socio para la empresa (3,70%) y otras (14,81%). El grupo de edad mayoritario en este estudio (21-23 años) dio mayor importancia a las razones económicas externas: dificultades para conseguir financiación (20%) y problemas para acceder a ayudas y subsidios públicos (18,18%), para explicar su falta de interés por el emprendimiento. Solo en tercer lugar de frecuencia ubican la falta de una idea capaz de tener éxito en el mercado (12,73%). En cambio, los alumnos con 24-26 años destacan a esta última como su principal razón para no crear una empresa (18,18%). Los que tienen entre 18 y 20 años solo ofrecieron tres respuestas para esta pregunta: la falta de experiencia laboral, el riesgo a fracasar y la dificultad para acceder a ayudas y subsidios, todas con la misma frecuencia. Los hombres ubicaron la principal razón para no emprender en la propia falta de habilidades y/o conocimientos para crear una nueva empresa (20,69%), mientras que las mujeres lo hicieron en las dificultades para conseguir financiación para la empresa (19,44%). Este último motivo, sin embargo, también fue seleccionado frecuentemente por los alumnos del sexo masculino (17,44%). En las mujeres pesan más algunos motivos como el riesgo de fracasar (13,89% frente a 6,90% de los hombres), mientras que en ellos la falta de una idea empresarial capaz de ser exitosa (17,24%) es una razón más importante que para ellas (11,11%). Las dificultades de financiación de la empresa son la razón más frecuentemente seleccionada por los alumnos de Periodismo (23,3%) y de Publicidad y RR.PP. (20,8%) que han decidido no montar una empresa al graduarse. Este motivo no fue mencionado por los alumnos de Comunicación Audiovisual, aunque un 16,7% de estos destacó en esta pregunta la falta de ayudas y subsidios, tema relacionado directamente con la financiación. A este último grupo lo que más le inquieta es la falta de una idea empresarial susceptible de ser exitosa en el mercado (33,3%). En Publicidad y RR.PP., esta respuesta alcanzó un 12,5% y el riesgo a fracasar un 16,7%. En Periodismo, aunque nunca fue seleccionada la carencia de una idea de negocio, un 20% de los encuestados manifestó no poseer los conocimientos y habilidades necesarios para emprender. Estos datos muestran que los alumnos de las tres titulaciones que han decidido no constituir empresas al graduarse se sienten ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 condicionados principalmente por su percepción de estar poco preparados para ello y por el factor económico de la dificultad de acceso al dinero de la inversión inicial. Los alumnos con menos de seis meses de experiencia en prácticas señalan con mayor frecuencia dos razones para no emprender: la carencia de una idea capaz de tener éxito (18,42%) y la falta de conocimientos y habilidades para crear una empresa (10,53%). Los porcentajes de estas respuestas bajan en los estudiantes que han realizado prácticas durante 6 meses-1 año: la primera representa un 10,53% y la segunda un 5,26%. Para ellos, el principal motivo para no emprender es la dificultad para conseguir financiación (15,79%), que en el grupo con menor experiencia de prácticas tuvo seis puntos porcentuales menos. Los resultados de estos dos grupos parecen señalar que la percepción de la propia capacidad para emprender podría mejorar con la experiencia profesional, aunque sea en prácticas, así como también podría adquirirse una mayor consciencia de lo difícil que es conseguir financiación. El análisis de esta pregunta según la experiencia laboral de los encuestados confirma esta misma tendencia. Mientras que la respuesta más frecuente entre quienes han trabajado durante menos de un año es que no tienen una idea susceptible de lograr éxito empresarial (18,80%), en el grupo de los que tienen más de un año de experiencia laboral es la dificultad para conseguir financiación (23,80%).
5. Motivaciones para emprender Más de tres cuartas partes (76,19%) de los alumnos que no respondieron de forma negativa a la pregunta sobre si crearían una empresa tiene como motivación para emprender la posibilidad de desarrollar sus ideas. Asimismo, la autonomía e independencia de trabajar en su propia empresa es la segunda razón más frecuentemente seleccionada por ellos, en este caso por más de la mitad del grupo (52,38%). Se trata de dos estímulos relacionados con la autonomía, la libertad, la creatividad, y tienen en común que están más condicionados por factores personales que económicos. Si en la pregunta anterior el motivo más fuerte para no crear una empresa era externo ‒la dificultad para conseguir financiación‒, en esta pregunta la razón más potente para emprender surge desde el interior del propio emprendedor. Quienes respondieron que no van a desarrollar un proyecto empresarial al acabar la carrera esgrimían como una de las causas principales de esta decisión la falta de una idea de negocio. De forma coherente, quienes sí quieren emprender lo van a hacer, precisamente, porque tienen una idea que desean poner en marcha a toda costa. Los resultados de estas dos preguntas parecen decir a gritos que allí donde hay una buena idea puede surgir una empresa, incluso a pesar de los problemas del entorno. De allí la importancia de promover y potenciar en la enseñanza universitaria la creatividad y la innovación aplicadas al campo de la empresa. ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Otras respuestas en las que los alumnos manifestaron que se consideran capaces de triunfar en el mundo de la empresa y que tienen una fuerte vocación hacia él fueron: -“La confianza en mis capacidades y habilidades empresariales” (28,57%). -“El reto que representa sacar adelante una empresa” (21,43%). -“El poder estar al frente de una organización y/o dirigir un grupo” (16,67%). -“La idea empresarial que tengo, que cuenta con grandes posibilidades de éxito” (7,14%). Las hipótesis planteadas al comienzo destacaban al aumento del desempleo como una de las motivaciones que previsiblemente sería mayor en los estudiantes para crear su propia empresa. Sin embargo, la precariedad del mercado laboral solo obtuvo una frecuencia del 35,71%, menos de la mitad del porcentaje de la opción mayoritaria. “La posibilidad de crear empleos para otras personas” representó una respuesta minoritaria (16,67%). De esta manera, se puede confirmar que en la muestra estudiada tiene más peso la necesidad de desarrollar una idea y de hacerlo con la libertad y autonomía que otorga ser el dueño de una empresa, que el dar una respuesta a una situación de crisis económica que merma las oportunidades de trabajo. El entorno externo sí justifica en mayor medida, no obstante, a quienes no desean optar por el camino emprendedor. Figura 3 Principales motivaciones para crear una empresa
Fuente: Elaboración propia
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 La ilusión por crear y desarrollar las ideas propias es la razón más frecuentemente seleccionada por los estudiantes de 18 a 20años, y por los de 21 a 23. Con un 40% el primer grupo y un 21,84% el segundo, manifiestan una mayor ilusión por desarrollarse profesionalmente con menos cortapisas de las que tendrían en un trabajo por cuenta ajena. De hecho, en ambos casos, la segunda opción más seleccionada es: “La autonomía e independencia que me daría trabajar en mi propia empresa” (20% y 16,09% respectivamente). Los estudiantes con edades entre 24 y 26 años fueron algo más pragmáticos, escogiendo con mayor frecuencia la respuesta que hace referencia a la posibilidad de ganar más dinero que en otro empleo (30,43%). Tanto hombres como mujeres respondieron con mayor frecuencia que quieren emprender para desarrollar sus ideas, pero el porcentaje fue mayor en ellas (32,26%) que en ellos (24,56%). El deseo de autonomía e independencia, sin embargo, resultó más frecuente en los alumnos de sexo masculino (22,81%) que en los de femenino (14,52%). En las tres titulaciones, la principal motivación para emprender resultó ser la de desarrollar las ideas propias (33,33% en Periodismo, 25,49% en Publicidad y RR.PP. y 25,58% en Comunicación Audiovisual). El deseo de autonomía e independencia fue la segunda respuesta más seleccionada por los alumnos de los grados de Publicidad y RR.PP. y Comunicación Audiovisual (25,93% y 20,93% respectivamente) y la tercera en el de Periodismo (22,22%). En este último, la situación de precariedad en el mercado laboral fue la segunda alternativa más veces escogida, con un 25,93%. En Publicidad esta alcanza apenas un 7,84% y en Audiovisual un 9,30%. El grupo que en mayor proporción optó por la motivación de desarrollar sus ideas fue el que ha realizado prácticas durante menos de seis meses, con un 33,3%. En el resto de los grupos esta también fue la respuesta más frecuente, sin descender nunca de un 22%. Asimismo, en los alumnos que han realizado prácticas durante más de seis meses y menos de un año se expresó una motivación que en otros no estuvo presente: la de crear empleo en la sociedad (11,11%). En los estudiantes con menos de dos años de experiencia laboral, se mantuvieron como motivaciones principales las dos mencionadas hasta ahora (desarrollar las ideas propias y tener autonomía y libertad). Destaca, no obstante, el alto porcentaje obtenido por la segunda en el grupo de los que ha trabajado durante menos de seis meses: 40,90%. En los que tienen una experiencia laboral de seis meses a un año este ítem apenas representa un 16,9%. Esta diferencia podría deberse a la impresión causada por los primeros meses de trabajo, a la adaptación a equipos con sus propias normas y rutinas, que podría hacer desear en mayor medida la autonomía y autogestión. Según aumenta la experiencia laboral de los alumnos, esta motivación no deja de estar presente, pero aparecen otras con igual fuerza, como la posibilidad de crear empleo, el reto que significa sacar adelante una empresa, la confianza en las habilidades propias y el poder estar enfrente de una organización.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 6. Facilidades y dificultades para emprender De manera similar a la pregunta anterior, en esta se demuestra que la confianza en las habilidades y competencias de las personas que sacan adelante una empresa es frecuente en las personas que consideran el emprendimiento como alternativa de vida. Por eso, la facilidad que más frecuentemente perciben es la que tiene que ver con las fortalezas del equipo humano de la empresa (43,90%). De forma complementaria, también un 26,83% de los encuestados ha señalado que las capacidades y habilidades de los socios y trabajadores son de las principales facilidades para emprender. La tercera y la cuarta respuesta más frecuentes también son una expresión de la gran valoración que hacen los estudiantes del factor humano: “La carencia de un producto o servicio que satisfaga las necesidades que satisface el mío” y “La existencia de un mercado (clientes) para el producto o servicio que pienso ofrecer”(36,69% cada una). Estos planteamientos bien podrían traducirse como:“tener una buena idea de negocio”, lo que remite nuevamente a que la creatividad y la innovación son los más potentes motores de creación de empresas. Ellos dependen principalmente de las personas y curiosamente son los más necesarios cuando el entorno y la situación económica son adversos. El hecho de que el apoyo de la familia sea la segunda facilidad que han señalado los estudiantes más frecuentemente (41,46%) tiene que ver con las dificultades de financiación de la empresa, destacadas por ellos en otras preguntas. Cuando los bancos y los inversores privados no dan alternativas, siempre queda recurrir a la familia, que no solo presta con unas condiciones inmejorables, sino que además brinda apoyo emocional, ánimo y confianza. La debilidad de la competencia (24,39%), el apoyo público a los emprendedores (17,07%) y, por último, los trámites administrativos (4,88%) son los factores más débilmente percibidos como facilitadores del emprendimiento.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Figura 4 Facilidades del entorno para crear una empresa al graduarse
Fuente: Elaboración propia
El apoyo de la familia es percibido en mayor proporción como facilitador del emprendimiento en los grupos de estudiantes de 24 a 26 años (28,57%), y de 27 a 29 (33,33%). Los de 21 a 23 años y los de 18 a 20 no lo consideran tan importante (15,07% y 10% respectivamente). Estos dos grupos ven una ayuda mayor en los fallos de la competencia, por eso en el primero la facilidad seleccionada con mayor frecuencia es “La carencia de un producto o servicio que satisfaga las necesidades que satisface el mío” (17,81%) y en el segundo “La debilidad de la competencia en el sector en el que voy a funcionar” (30%). En el grupo de los hombres el aspecto que más frecuentemente fue señalado como facilitador de la labor emprendedora fue el apoyo familiar (22,22%), seguido de la capacitación del equipo humano (18,52%). Este último, sin embargo, comparte el primer puesto en el grupo de las mujeres, junto con la opción “La carencia de un producto o servicio que satisfaga las necesidades que satisface el mío” y (19,64% en ambos casos). Las capacidades, competencias y habilidades del equipo humano, unidas al apoyo familiar, son los elementos que facilitan en mayor medida el emprendimiento según los alumnos de Comunicación Audiovisual y Publicidad y RR.PP. Los de Periodismo, aunque también valoran el apoyo familiar (20,83%), priorizaron en esta respuesta la capacidad que tiene el producto de satisfacer de forma única una determinada necesidad (29,17%). ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 De la misma manera, los estudiantes que han hecho prácticas durante menos de un año pero más de seis meses obtuvieron un mayor porcentaje en la respuesta “La carencia de un producto o servicio que satisfaga las necesidades que satisface el mío” (28,57%, frente a 7,04% de los que tienen menos de seis meses de experiencia en prácticas). Este último grupo, sin embargo valora principalmente la calidad del equipo humano (19,72%) y el apoyo familiar (15,50%). En cuanto a la experiencia laboral, ocurre lo mismo: se valora en mayor medida como facilidad para el emprendimiento la inexistencia de un producto igual en el mercado a medida que aumenta la cantidad de tiempo que el estudiante ha trabajado.
Figura 5 Principales dificultades que afrontan las empresas en España
Fuente: Elaboración propia
En cuanto a las dificultades para emprender, las tres que fueron mencionadas con mayor frecuencia tienen que ver con la situación económica actual y son externas al sujeto emprendedor: “La dificultad para conseguir financiación en entidades bancarias” (57,97%), “La contracción del mercado (disminución de clientes), por la crisis económica” (53,62%) y “La falta de ayudas y subsidios públicos” (33,33%). Otra condición del mercado –el exceso de competencia‒ ocupa el cuarto lugar, con un 31,88%.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 Dos condiciones que son consecuencias de la normativa actual que regula la constitución de empresas ‒la complejidad de los trámites administrativos para la creación de empresas y los elevados impuestos‒ fueron señaladas con menor frecuencia como dificultades (17,39% y 26,09%). Esta última cifra se repite en la respuesta “La incapacidad para pagar las deudas adquiridas” y “La carencia de una cultura empresarial en la sociedad”. Los alumnos que tienen edades comprendidas entre 18 y 26 años consideraron importante en mayor proporción la dificultad referida a la financiación de la empresa, frente a todos los demás obstáculos. Los elevados impuestos y la falta de ayudas y subsidios públicos fueron mencionados en segundo lugar por los de 21-23 años y los de 18-20 años respectivamente.Sin embargo, los que tienen de 24 a 26 se fijaron en aspectos menos económicos, como la falta de una cultura empresarial en la sociedad (14,29%). En los hombres encuestados, la dificultad mencionada con más frecuencia fue la incapacidad de pagar las deudas adquiridas (18,07%), en cambio para las mujeres el mayor obstáculo es la dificultad de acceso a ese crédito (22,86%). En ambos casos, la segunda opción más frecuentemente elegida es la que se refiere a la contracción del mercado por efecto de la crisis económica (16,87% y 21,91% respectivamente). La dificultad para conseguir financiación es el problema percibido con mayor frecuencia por los estudiantes de Publicidad y RR.PP. (25,33%) y Comunicación Audiovisual (20,31%). Los de Periodismo, no obstante, ven como mayor obstáculo la contracción del mercado por la crisis y la disminución de clientes (25,93%), aunque en segundo lugar tengan en cuenta la gravedad del problema de la financiación (14,82%). El porcentaje que mide la cantidad de veces que los alumnos encuestados seleccionados la opción “La dificultad para conseguir financiación en entidades bancarias” va disminuyendo según aumenta el número de meses de experiencia en prácticas y de experiencia laboral. Asimismo, van apareciendo obstáculos de corte menos económico, como la inexistencia de una cultura empresarial y la complejidad de los trámites administrativos.
7. Conclusiones y recomendaciones Las principales conclusiones extraídas tras el desarrollo del trabajo de campo realizado expuesto en las páginas anteriores pueden resumirse en las siguientes: 1-En cuanto a la intención de creación de una empresa. Se probó la hipótesis principal sostenida, dado que la mayor parte de los encuestados asegura no tener intenciones de crear una empresa. Sin embargo, esta proporción fue menos elevada de lo que se esperaba y el porcentaje de los que sí creen que es probable convertirse en empresarios sorprendió con un 30,14%, muy cercano al de la respuesta negativa. Una cifra que sumada al 13,70% de los ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 que ya tienen decidido montar una empresa nos ofrece un resultado sutilmente distinto al esperado. Aunque la respuesta mayoritaria de los alumnos de 4º curso fuera que no consideran la puesta en marcha de un proyecto empresarial, ya que un 36,99% no contempla el trabajo por cuenta propia como una opción de vida, una mayoría de los encuestados, el 43,84% están abiertos a la idea de emprender, aunque no todos lo tengan ya decidido. 2-Por edades, el grupo de alumnos con mayor propensión hacia la creación de empresas resultó ser el de los estudiantes menos jóvenes, tal y como se había previsto inicialmente en las hipótesis, ya que el 27% de los alumnos con edades comprendidas entre los 24 y 26 años tiene claro que quiere crear una empresa. Lo destacable es que a la vez solo un 9% de este grupo contemple como probable la posibilidad de crear una empresa, el porcentaje más bajo registrado en la opción de respuesta de “Probablemente”. Frente a este grupo de edad, el segmento intermedio y mayoritario, los alumnos entre 21 y 23 años, que pese a que se decantaron de forma mayoritaria por el “No”, un 33% de ellos estimó como probable apostar por la creación de un proyecto y un 11% lo dio como seguro. Una cifra total muy superior a la obtenida en el grupo de edades más avanzadas, un 44% frente al 36% del grupo de edad entre los 24 y 26. Asimismo, llama poderosamente la atención que entre los estudiantes de 18 a 21 años, el grupo de edad que demostró menor determinación, también un 33% respondiera que veía probable la implementación de una empresa, una proporción idéntica a la obtenida por el mismo grupo a la pregunta “No sabe/ No contesta. 3-Por sexos, la ecuación volvió a descuadrarse de la planificación inicial. Se esperaba que fuera el sexo masculino el más propenso al desarrollo de proyectos de carácter empresarial, y el resultado inicial obtenido así parecía demostrarlo. El 26,67% de los hombres respondieron que sí tenían intenciones de crear una empresa frente al 4,65% de las mujeres. En términos absolutos, solo dos de las 43 alumnas encuestadas considera la opción del emprendimiento. Pero contrasta con este resultado, que el 37,21% de las mujeres considera como probable la opción de implementar un proyecto empresarial, un porcentaje muy superior al obtenido por ellos que se sitúa en el 20%. Algo que indica, que incluso es posible que finalmente cambie la tendencia cuando tomen una decisión. El porcentaje de los que contestaron “No” es similar en ambos sexos (36,67% en los hombres y 37,21 en las mujeres). 4-Por titulaciones, las respuestas positivas fueron más frecuentes en Comunicación Audiovisual, con un 18% no muy lejano al 14% de Periodismo o al 10% de Publicidad y RR.PP. Pero el grado menos predispuesto al emprendimiento fue el de Periodismo, ya que el 45% de los encuestados manifiesta su negativa a crear una empresa, frente al 28% de Publicidad y RR.PP. y al 27% de Comunicación Audiovisual. No obstante, la cifra obtenida por Periodismo es matizable, ya que el porcentaje mayor de alumnos que estiman como probable la creación de una empresa se registró en este grado con un 32%. ISBN-13: 978-84-15698-06-7 / D.L.: TF-969-2012
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 5-Atendiendo a la variable experiencia profesional, podemos concluir lo ya avanzado en las hipótesis, esto es, que hay mayor propensión hacia la creación de empresas en los estudiantes con mayor experiencia laboral y de prácticas. En cualquier caso, de los encuestados pocos tienen mas de dos años de experiencia, por lo tanto no se pueden hacer conclusiones determinantes en este sentido. 6-En cuanto a las razones esgrimidas para no emprender, se cumple la hipótesis planteada, ya que la justificación mencionada con mayor frecuencia para no crear una empresa es la dificultad encontrada para conseguir financiación. De hecho, el 88,3% de las pymes que se ha dirigido a entidades financieras en el tercer trimestre de 2011 ha tenido problemas para acceder a la financiación. Y de las pymes con problemas constatados para acceder a la financiación, el 13,4% finalmente no ha obtenido financiación externa (Consejo Superior de Cámaras de Comercio, 2012). Otra de las principales razones argumentadas fue la falta de ideas empresariales susceptibles de tener éxito en el mercado, puesta de manifiesto en dos justificaciones: el riesgo de fracasar como empresario y el no poseer habilidades y/o conocimientos para crear una nueva empresa. Además, aparecían como causas residuales: la tendencia a la concentración en esta industria, el exceso de competencia y la escasez de la demanda, la propia falta de experiencia en el mercado laboral, la mayor cantidad de horas que requiere el desarrollo de un proyecto empresarial, las razones personales/familiares, la falta de un socio para la empresa y otras. 7-Motivaciones para emprender. Reseñable en este punto es el hecho de que no se haya cumplido la hipótesis contemplada que esperaba que los estudiantes más emprendedores lo fueran principalmente como estrategia o alternativa ante el incremento del desempleo. Sorprende muy positivamente que la principal motivación de los alumnos para la puesta en marcha de un proyecto sea la de tener la posibilidad de desarrollar sus ideas propias. Las tres cuartas partes de los estudiantes, el 76,19%, así lo han creído frente al 35,71% que consideraron la precariedad del mercado laboral como la razón fundamental para emprender. La autonomía e independencia de trabajar en su propia empresa constituye la segunda opción más seleccionada por los universitarios, el 52,38% la señalaron como una importante motivación para la creación de una empresa.
Ante la realidad mostrada en este artículo, las autoras consideran de interés incorporar en este capítulo de conclusiones algunas recomendaciones que ayudarían a garantizar la actitud emprendedora de los universitarios y el fomento de la cultura emprendedora en nuestro país. Necesitamos instituciones académicas vivas que colaboren en el emprendimiento. Así sería conveniente:
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 1-Estimular mediante distintas actividades docentes el desarrollo de actitudes y habilidades relacionadas con el emprendimiento: • •
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Hacer talleres personalizados de innovación y creatividad para el surgimiento de ideas de negocio. Contar con la colaboración de profesionales que en su día se iniciaron en la aventura de emprender para que cuenten su experiencia y hagan saber a los estudiantes que no es tan difícil ni tan lejano emprender, y que no exige controlar todos los procesos y fases del desarrollo de un proyecto. Desarrollar cursos prácticos de creación de empresas para que los alumnos tengan conocimientos realistas sobre el proceso creativo y de puesta en marcha de un proyecto empresarial Organización de actividades transversales (concursos, charlas de empresarios, seminarios, etc.) que fomenten el emprendimiento.
2- Mejorar la formación específica en creación de empresas. Potenciar la utilidad de la asignatura de Proyecto aplicado con el objeto de mantener lo bueno que aporta (formar a los alumnos con aquellas competencias necesarias para ser capaces de plantear y desarrollar un proyecto empresarial viable en el sector de la comunicación, fomentando así el desarrollo de aptitudes para el emprendimiento y la innovación) y maximizar los resultados de aprendizaje, para así conseguir que del aula salgan ideas que se conviertan en empresas de verdad. 3-Procurar la prestación de servicios de asesoría y tutorización a los nuevos emprendedores desde el ámbito universitario, que complementen a los ya prestados por otras instituciones. 4-Promover e incrementar las experiencias del estudiante en el ámbito laboral a través de más y mejores convenios de prácticas dado que este aspecto constituye uno de los principales factores generadores de la actitud emprendedora de los universitarios. 5-Desarrollar investigaciones académicas que posibiliten la formulación de propuestas con alternativas a las vías de financiación tradicional. 6-Estrechar el diálogo con la Administración Pública para sugerirle medidas que estimulen verdaderamente el emprendimiento como la simplificación de los trámites administrativos para constituir empresas o la mejora de la financiación de nuevos proyectos empresariales a través de la creación de instituciones de capital riesgo y de otras inversiones privadas. 7-Establecer alianzas con el sector público y privado para desarrollar semilleros o viveros de empresas, parques tecnológicos, creación de empresas spin-off…, y contribuir en la medida de lo posible al desarrollo y expansión de la cultura innovadora.
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Actas – IV Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – IV CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2012 8-Confeccionar estrategias y líneas de acción específicas para mujeres con objeto de corregir su baja motivación al emprendimiento.
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