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Aspectos generales
FORMULACIÓN MAGISTRAL: NORMAS DE CALIDAD Y LEGISLACIÓN
índice
TEMA 7. Conservación de las fórmulas magistrales 1. Introducción
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2. Factores que pueden alterar la estabilidad del medicamento
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- Factores intrínsecos
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- Factores extrínsecos
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3. Recomendaciones de caducidad de las fórmulas magistrales
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- Fecha de caducidad
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- Periodo de validez
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- Recomendaciones generales de caducidad
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4. Aditivos que favorecen la estabilidad de las fórmulas magistrales
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- Conservantes antimicrobianos
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- Antioxidantes
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5. Instrucciones para el paciente sobre la conservación de las fórmulas magistrales
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© Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada ISBN: 978‐84‐613‐2388‐3 Depósito legal: GR‐2110‐2009 Edita: Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada “Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del editor, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía, el tratamiento informático, la reproducción de ejemplares mediante alquiler o préstamo público, o su utilización como material didáctico.”
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Tema 7 Conservación
CONSERVACIÓN DE LAS FÓRMULAS MAGISTRALES 1. Introducción El farmacéutico, a cuyo cargo se encuentra el diseño y la elaboración de las fórmulas magistrales, debe procurar que las mismas resulten adecuadamente preservadas desde la elaboración hasta su consumo. Deberá tener en cuenta los factores que pueden alterar la estabilidad del medicamento, entendiendo por estabilidad: “la capacidad de las formas de dosificación para mantener sus especificaciones físicas, químicas, terapéuticas y toxicológicas”. 2. Factores que pueden alterar la estabilidad del medicamento
Factores intrínsecos: como la estructura molecular del fármaco, la posible incompatibilidad fármaco/excipientes, etc.
-
Factores extrínsecos, los más importantes son: Temperatura: es uno de los principales factores que afecta a la estabilidad de los fármacos, ya que la mayoría de las reacciones transcurren más rápidamente al aumentar la temperatura.
-
pH: para la mayoría de los fármacos, la catálisis específica ácido-base es el factor que tiene mayor incidencia, junto con la temperatura, sobre la estabilidad del fármaco.
-
Oxígeno: en contacto con el oxígeno se pueden oxidar los principios activos o los excipientes, alterando la composición o la estabilidad del fármaco.
-
Luz: la fotodegradación de los fármacos es difícil de estudiar, pero el efecto negativo se elimina utilizando envases adecuados opacos a la luz.
-
Fuerza iónica: a medida que aumenta, la velocidad de reacción entre iones de carga opuesta disminuye, mientras que la velocidad de reacción entre iones de carga similar aumenta, incrementando la inestabilidad del fármaco.
-
Humedad: juega un papel importante en la degradación de algunas sustancias, pudiéndose evitar su efecto con unas condiciones de almacenamiento del fármaco adecuadas.
-
Microorganismos: todo medicamento debe estar exento de contaminación por microorganismos, tanto durante su elaboración (buenas prácticas) como durante su almacenamiento (conservación).
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Tema 7 Conservación 3. Recomendaciones de caducidad de las fórmulas magistrales Si bien es cierto que las fórmulas magistrales, por definición, se han de preparar tras una prescripción facultativa a un paciente individualizado, y ello permite al farmacéutico que realiza la fórmula acotar el periodo de validez a la duración del tratamiento, para así minimizar los riesgos de una posible inestabilización del preparado, también es cierto que con la aparición del Formulario Nacional y consecuentemente con el reconocimiento oficial de una serie de fórmulas magistrales tipificadas y preparados oficinales, es necesario disponer de más datos que permitan conocer con mayor certeza la estabilidad y condiciones de almacenamiento de estos preparados. En general, según el Real Decreto (ver legislación), en los preparados oficinales y en las fórmulas magistrales tipificadas, la fecha de caducidad se establecerá de acuerdo con la caducidad que figure en la monografía correspondiente del Formulario Nacional. En el resto de las fórmulas magistrales, la fecha se establecerá en función de la duración del tratamiento prescrito. Sin embargo, esto último no parece muy correcto, primero porque la duración del tratamiento a veces no la indica el médico o puede ser muy larga, y segundo y más importante, porque la duración del tratamiento puede ser mayor que la estabilidad o caducidad del preparado. Por tanto, lo lógico es que la caducidad se establezca en función de los componentes del preparado, consultando las fichas técnicas de cada una de las sustancias utilizadas. Fecha de caducidad: es el tiempo que la fórmula magistral permanecerá estable sin ser manipulada; o lo que es lo mismo, fecha a partir de la cual la fórmula no cumple las especificaciones. Plazo de validez: es el periodo de tiempo durante el cual la fórmula magistral mantiene su composición y actividad. Este plazo es muy difícil de calcular, puesto que además de depender de las condiciones de conservación, estará influido por las condiciones de manipulación: número de veces que se abre el envase, modo de aplicación del producto, higiene del propio usuario, etc. A la hora de establecer el plazo de validez de las fórmulas magistrales debe tenerse en cuenta que son preparaciones extemporáneas e individualizadas, cuya aplicación debe efectuarse durante cortos y limitados periodos de tiempo, así como reparar en la forma farmacéutica, en la presencia de ciertos principios activos, excipientes o aditivos (conservantes antimicrobianos, antioxidantes, etc.).
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Tema 7 Conservación El empleo de envases adecuados también influye en la caducidad de la fórmula; por ejemplo: en las preparaciones semisólidas se recomienda utilizar tubos de plástico o de metal recubierto ya que se reduce la superficie en contacto con el aire y la consiguiente oxidación, o bien utilizar envases opacos o de color topacio en caso de principios activos fotosensibles, ya que influyen en la caducidad de la fórmula. De modo general, como recomendación de caducidad pueden servir los siguientes plazos de validez basados en las formas farmacéuticas, siendo adecuada la temperatura de conservación:
Forma farmacéutica
Recomendación de caducidad
Ampollas
6 meses
Cápsulas
6 meses
Champús
3 meses
Emulsiones (en tarro, con conservante)
3 meses
Emulsiones (en tubo, con conservante)
6 meses
Enemas
6 meses
Geles hidroalcohólicos (en tubo, sin conservante)
6 meses
Geles (en tarro, con conservante)
3 meses
Geles (en tubo, con conservante)
6 meses
Gotas nasales
3 meses
Gotas óticas (anhidras)
6 meses
Gotas óticas (estériles, acuosas)
1 mes
Infusiones (cocimiento sin conservante)
2 semanas
Infusiones (cocimiento con conservante)
3 meses
Papeles, sellos
6 meses
Pastas
6 meses
Polvos
6 meses
Pomadas anhidras
6 meses
Pomadas oftálmicas (acuosas)
1 mes
Pomadas oftálmicas (anhidras)
6 meses
Soluciones oftálmicas (para lavado, sin conservante)
24 horas
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Tema 7 Conservación
Forma farmacéutica Soluciones oftálmicas (para lavado, con conservante)
Recomendación de caducidad 1 mes
Soluciones por vía oral o lavado bucal (sin conservante)
2 semanas
Soluciones por vía oral o lavado bucal (con conservante)
6 meses
Soluciones de uso externo (sin conservante)
2 semanas
Soluciones de uso externo (con conservante)
6 meses
Supositorios
6 meses
Suspensiones (sin conservante)
2 semanas
Suspensiones (con conservante)
3 meses
En la tabla anterior se recopilan las recomendaciones galénicas de caducidad de las fórmulas magistrales en función de su forma farmacéutica, mantenidas a temperatura inferior a 25 ºC y en condiciones de conservación adecuadas; no obstante, hay que recordar que la fecha de caducidad legalmente no puede exceder de los tres meses, como consecuencia del Real Decreto 1718/2010, de 17 de diciembre, sobre receta
médica y órdenes de dispensación, que impone esta limitación a todas las prescripciones. Por otra parte, hay que recordar que todas las fórmulas magistrales que contengan los siguientes principios activos, necesitan la adición de antioxidantes y tendrán limitada su caducidad a un mes. Esto ocurre con: o
Ácido ascórbico.
o
Ácido azelaico.
o
Ácido retinoico.
o
Ditranol.
o
Eritromicina.
o
Espironolactona.
o
Hidroquinona.
o
Ketoconazol.
o
Permanganato potásico.
o
Peróxido de urea.
o
Resorcina.
o
Vitamina E.
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Tema 7 Conservación También algunos excipientes, como los aceites y grasas ricos en ácidos grasos insaturados, necesitarán la adición de antioxidantes. Por todo lo anteriormente expuesto, podemos decir que el plazo de validez exacto de una fórmula magistral es muy difícil de conocer, puesto que además de las limitaciones dadas por las materias primas (principios activos y excipientes) y condiciones de almacenamiento, habrá que tener en cuenta su manipulación y conservación por parte del paciente. A la hora de fijar la caducidad de las fórmulas magistrales debemos, también, tener en consideración que: -
Es un dato que debe figurar obligatoriamente en la etiqueta del producto y no debe inducir al paciente a utilizarlo más tiempo del debido. Fijar fechas de caducidad muy largas pueden fomentar el uso incorrecto de los preparados o la reutilización de los mismos (por el propio paciente o por otras personas).
-
En aquellas fórmulas en las que se han encontrado discrepancias, en la fecha de caducidad, entre las distintas fuentes bibliográficas se debe optar por la más restrictiva.
-
Cuando las fórmulas incluyan sustancias oxidables, aunque incorporen antioxidantes, se debe reducir en ellas el periodo de validez en base a que, al utilizar estos preparados es frecuente que permanezcan abiertos más tiempo del que sería deseable. Recomendaciones generales de caducidad
De forma general, se recomienda conservar las fórmulas protegidas de la luz, a una temperatura inferior a 25 ºC, en ambiente seco y en envases perfectamente cerrados. En cumplimiento de la legislación, para un buen empleo de las fórmulas magistrales debe vigilarse el tiempo máximo de utilización por el paciente, debiendo figurar con carácter obligatorio y en lugar bien visible de la etiqueta, tanto la fecha de elaboración como la de caducidad considerada. Como la fórmula magistral va destinada a un paciente determinado y para un tratamiento concreto, la fecha de caducidad deberá ajustarse a la duración de la terapia, cuando esta no exceda de tres meses y los componentes del preparado así lo permitan. El Formulario Nacional recoge la descripción de las fórmulas magistrales tipificadas y los preparados oficinales, indicando que su fecha de caducidad se establecerá de acuerdo con las monografías correspondientes incluidas en el mismo.
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Tema 7 Conservación 4. Aditivos que favorecen la estabilidad de las fórmulas magistrales Se define aditivo como toda sustancia con características especiales que se adiciona intencionadamente a los medicamentos en cantidades mínimas, de poco o ningún valor terapéutico, con objeto de modificar sus caracteres organolépticos, facilitar o mejorar su proceso de elaboración y/o conservación. Pueden ser:
Conservantes: Antimicrobianos y antioxidantes.
Correctivos de propiedades organolépticas: Saborizantes, aromatizantes y colorantes.
Conservantes
antimicrobianos:
generalmente
son
sustancias
químicas
bacteriostáticas, que actúan sobre los microorganismos inhibiendo su desarrollo y multiplicación. Ya que evitan la proliferación de bacterias y hongos, cuando no se adicionan a las fórmulas magistrales de fácil contaminación, pueden ocurrir los siguientes cambios en las mismas: -
Alteración de los caracteres organolépticos.
-
Reacciones de sensibilidad, al ser aplicadas.
-
Pérdida de estabilidad galénica.
-
Pérdida de la eficacia terapéutica.
Generalmente, las fórmulas con un elevado contenido en agua o aquellas con principios activos de origen orgánico natural, tanto animal como vegetal (colágeno, elastina, extractos vegetales, etc.) son más susceptibles de sufrir contaminaciones biológicas, de ahí la necesidad de incorporar conservantes antimicrobianos. Por el contrario, existen principios activos y excipientes (ácido bórico, ácido salicílico, timol, esencias, antibióticos, colodión, etanol a concentraciones superiores al 15%, fenol, glicerina y propilenglicol en porcentaje superior al 20 %, ictiol, resorcina, sales metálicas, iodo, alcohol isopropílico, etc.) cuya presencia en las fórmulas puede hacer innecesaria la utilización de conservantes antimicrobianos o permitir una disminución en las cantidades a añadir de los mismos (fórmulas autoconservables). Para considerar un conservante antimicrobiano idóneo debe: o
Tener un amplio espectro antimicrobiano.
o
Ser eficaz a baja concentración y en un amplio rango de pH.
o
No ser tóxico, irritante ni volátil.
o
Ser incoloro, inodoro y no alterar el producto.
o
Ser de fácil manejo y soluble en agua.
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Tema 7 Conservación
o
Ser estable y eficaz durante todo el plazo de validez del producto.
o
Ser compatible con los demás componentes de la fórmula y con el envase.
o
Ser legalmente permitido.
Los conservantes antimicrobianos más utilizados en formulación magistral son: Antimicrobiano
Porcentaje empleado
Nipagín® (p-hidroxibenzoato de metilo)
0,1-0,2 %
Phenonip® (Mezcla de nipagines y fenoxietanol)
0,1-0,7 %
Dowicil 200® (Cloruro de adamantano)
0,1-0,2 %
Kathon CG®
0,03-0,1 %
Ácido sórbico
0,1-0,2 %
Nipasol® (p-hidroxibenzoato de propilo)
0,1-0,2 %
Tiomersal (Timerosal)
0,01-0,1 %
En algunas ocasiones se utilizan mezclas de varios antimicrobianos con acción sinérgica (por ejemplo: parabenes y fenoxietanol), con objeto de: -
Ampliar al máximo la actividad antimicrobiana durante más tiempo.
-
Reducir al mínimo las concentraciones de cada uno de los conservantes de la mezcla.
-
Disminuir la posibilidad de formas bacterianas resistentes.
-
Aprovechar los efectos sinérgicos.
Antioxidantes: Evitan la oxidación de determinados excipientes y principios activos. Al igual que ocurre con los antimicrobianos, cuando no se adicionan en fórmulas de fácil oxidación pueden producir cambios en los caracteres organolépticos, reacciones de sensibilidad, pérdida de estabilidad y de eficacia terapéutica. Un cambio brusco de coloración en una fórmula magistral, suele evidenciar un proceso oxidativo. Como norma general, el antioxidante debe añadirse al producto que ha de proteger, antes de incorporarlo al resto de la fórmula.
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Tema 7 Conservación Para considerar un antioxidante idóneo debe: o
Ser eficaz a baja concentración y en un amplio rango de pH.
o
Ser soluble en el medio que se utiliza.
o
No ser tóxico, irritante ni volátil.
o
Ser incoloro, inodoro y no alterar el producto.
o
Ser de fácil manejo.
o
Ser estable y eficaz durante todo el plazo de validez del producto.
o
Ser compatible con los demás componentes de la fórmula y con el envase.
o
Ser legalmente permitido.
Los antioxidantes más utilizados en formulación magistral son: Antioxidante Butil Hidroxi Tolueno (BHT) Butil Hidroxi Anisol (BHA) Vitamina E (Acetato de alfa-tocoferol) Vitamina C (Ácido ascórbico)
Porcentaje empleado 0,01-0,03 % (puede llegar al 0,1 %) 0,005-0,02 % 0,1-0,5 % 0,1-1,5 % (puede llegar al 3 %)
Metabisulfito sódico
0,01-0,1 %
Sulfito sódico
0,01-0,2 %
Palmitato de ascorbilo
0.01-0,2 %
En algunas ocasiones se utilizan mezclas de varios antioxidantes con acción sinérgica, para reforzar la acción. En este grupo se encuentran compuestos como los agentes secuestrantes y quelantes (EDTA), que poseen pequeño efecto antioxidante, pero que son capaces de incrementar la acción de los verdaderos antioxidantes porque reaccionan con metales pesados e iones catalizadores de la oxidación. 5. Instrucciones para el paciente sobre la conservación de las fórmulas magistrales Para un buen uso de estos medicamentos, es imprescindible que el farmacéutico facilite al paciente (además de las específicas si las hubiese), las siguientes instrucciones con relación a la conservación de la fórmula magistral que le ha elaborado: o
Guardar la fórmula al abrigo de la luz y en lugar fresco y seco. (Nunca en el cuarto de baño).
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Tema 7 Conservación
o
Conservarla en el frigorífico solo cuando sea necesario. (No utilizarlo sistemáticamente para guardar cualquier fórmula).
o
Cuando vaya a utilizarse, mantener el envase abierto el menor tiempo posible y tras su uso cerrarlo bien.
o
Lavarse bien las manos antes y después del uso del preparado.
o
Consultar con el farmacéutico si se observa cualquier cambio en el aspecto de la fórmula, antes de seguir utilizándola.
o
Consultar con el farmacéutico si se observa cualquier reacción adversa en el paciente, antes de seguir utilizándola.
o
Por último, recordar siempre que los medicamentos deben mantenerse fuera del alcance de los niños.
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