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En colaboración con
Foro Global de Turismo Andorra 2011 Construcción de nuevos modelos para el crecimiento turístico: competitividad y responsabilidad Andorra la Vieja, 6-7 de marzo de 2011
Resumen de las sesiones Sesión I La situación del sector y el panorama mundial: ¿En qué situación se encuentra el turismo después de unos años que han sido los más difíciles de la historia reciente y qué perspectivas tiene a corto plazo? Puntos principales •
Después de un periodo extraordinariamente difícil, el turismo internacional se ha recuperado, con un crecimiento del 7% en 2010.
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El sector sigue afrontando diversos retos, desde la incierta recuperación de muchas economías avanzadas hasta el desempleo y el aumento de los precios del petróleo.
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Los acontecimientos de Oriente Medio y el Norte de África presentan retos para el sector turístico, pero también abren importantes oportunidades.
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Dada su naturaleza extendida y horizontal, se hace necesaria una mayor coordinación entre los agentes del turismo para reaccionar de manera efectiva ante distintas convulsiones y presentar una voz única y fuerte en los círculos gubernamentales.
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A final de una década de extraordinario crecimiento para el turismo, pero también de convulsiones sin precedentes – incidentes de seguridad, pandemias, deterioro de las condiciones climáticas y crisis económicas– las llegadas de turistas internacionales aumentaron un 7% en 2010 hasta alcanzar los 935 millones. Los viajes y el turismo son ahora un sector de mayor peso que el de la automoción y se encuentran solo un puesto por detrás de la banca, viéndose impulsado su crecimiento en gran medida por las economías emergentes: la inversión turística se desplaza hacia el Este. En 2011, todo apunta a que el sector turístico consolidará su crecimiento en una tasa de entre el 4% y el 5%. No obstante, persisten aún algunos retos importantes de la última década. La amenaza de una recuperación incapaz de crear empleo ensombrece el panorama y los países en desarrollo crecen mucho más despacio que las economías en desarrollo. En esta nueva realidad, el turismo tendrá que adaptarse rápidamente a circunstancias cambiantes. La situación de Oriente Medio y el Norte de África, especialmente en Egipto y Túnez –donde el turismo representa una fuerza económica importante y es una fuente esencial de puestos de trabajo y de rentas– repercutió en el sector turístico de ambos países a corto plazo, aunque es posible que a la larga genere significativas oportunidades. La democracia es «una buena amiga del turista», dado su papel como proveedora de estabilidad, transparencia y responsabilidad, y ya se están manifestando un gran interés por volver a los principales enclaves turísticos de ambos países. De hecho, la plaza de Tahrir, en El Cairo (Egipto), se ha convertido en «un nuevo atractivo turístico» La previsión mundial de la OMT para el turismo internacional en 2011 no ha cambiado como resultado de la situación en Oriente Medio y el Norte de África. Los destinos que se benefician de la redistribución de los flujos turísticos no deberían dejar que la mayor entrada de turistas les disuadiera de abordar problemas estructurales subyacentes, sobre todo teniendo en cuenta que esta redistribución puede ser pasajera. El turismo es un sector extenso, horizontal y diverso. Por ello, es urgente incrementar la coordinación y la colaboración entre todos los agentes del turismo para afrontar futuros sucesos desestabilizadores, algo que quedó claro tras el cierre del espacio aéreo europeo en abril de 2010, debido a la erupción volcánica de Islandia. Una mayor coordinación ayudará también a que el público en general perciba el turismo como un sector económico que puede contribuir de manera decisiva a la economía y al desarrollo. Al mismo tiempo, en aras de aumentar al máximo la contribución del turismo a las economías nacionales en términos de corrientes de ingresos, exportaciones y creación de empleo, es preciso reforzar la coordinación a nivel gubernamental. En este sentido, uno de los mayores retos es la función y la voz del turismo en el marco general de las Administraciones Públicas. Muchas veces, cuando se formulan políticas que afectan directamente al turismo, como las relativas a los visados o al transporte, no se tiene debidamente en cuenta al sector. El sector turístico debe trabajar en coordinación con los círculos gubernamentales para abordar asuntos de importancia capital para el sector como la simplificación de la tramitación de visados, la implantación de nuevas tecnologías y la aplicación de impuestos sobre los viajes.
Sesión II La creación de un nuevo marco competitivo en el turismo y los factores clave para estimular el crecimiento: El crecimiento exigirá nuevos modelos competitivos. ¿Cuáles son los factores clave de la competitividad? ¿Qué significa la innovación en turismo? ¿Cómo pueden cooperar los sectores público y privado para crear un marco más competitivo,
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estimular la innovación, la capacitación institucional y la inversión y eliminar los obstáculos que actualmente dificultan los viajes? Puntos principales •
Los sectores público y privado deben colaborar para crear un entorno más competitivo para el turismo y garantizar un fuerte crecimiento del sector.
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Los megaeventos ofrecen una magnífica oportunidad de incrementar los flujos turísticos en un mercado internacional competitivo.
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Los impuestos sobre los viajes y el turismo pueden afectar seriamente a la capacidad del sector de crear puestos de trabajo y crecimiento económico.
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El crecimiento del turismo debe avanzar de la mano de la sostenibilidad.
Ante este panorama cambiante, es preciso que los sectores público y privado colaboren a fin de crear un entorno más competitivo para el turismo y garantizar un fuerte crecimiento del sector. Solo compartiendo unos mismos objetivos, podrá aprovecharse el verdadero potencial del turismo como motor de crecimiento económico, generación de empleo y desarrollo. Si bien los actores públicos y privados pueden trabajar al alimón, no hay duda de que ejercen funciones diferentes, aunque complementarias. El papel del Gobierno debe ser establecer un marco operativo favorable en el que el sector privado pueda aportar impulso al turismo. El Gobierno debe facilitar ciertas cuestiones, como la de los visados (avanzando hacia el uso de los visados electrónicos), eliminar o reducir barreras que frenan los viajes turísticos y aplicar políticas nacionales que conduzcan al crecimiento del turismo. Después, el sector privado invertirá para construir hoteles, infraestructuras, etc. La competencia entre destinos turísticos internacionales debería verse bajo una luz más positiva e incluso alentarse. Mejorar las infraestructuras y los accesos a un destino será beneficioso para los destinos cercanos, especialmente en un momento en que aumenta el turismo intrarregional. Los megaeventos – acontecimientos deportivos, eventos culturales, exposiciones y actividades de entretenimiento– ofrecen magníficas oportunidades para incrementar el flujo turístico en un mercado competitivo internacional. La Copa Mundial de la FIFA de 2010 en Sudáfrica tuvo un significativo impacto económico pero, más aún, hizo de Sudáfrica un destino turístico de primera fila con implicaciones a más largo plazo. Algunos eventos próximos, como la boda real del Reino Unido (abril de 2011), los Juegos Olímpicos del Reino Unido (verano de 2012), la Copa Mundial de la FIFA en Brasil (2014) y los Juegos Olímpicos de Brasil (2016), ofrecen a esos países oportunidades únicas para dar a conocer sus destinos, desarrollar sus infraestructuras, cosechar beneficios económicos y asegurarse un legado duradero. Últimamente, se ha manifestado una tendencia a incrementar los impuestos sobre el turismo y los viajes, especialmente en Europa, como forma de equilibrar las cuentas públicas. Estos impuestos pueden dañar gravemente la capacidad del turismo de crear empleo e impulsar el crecimiento económico. Además, no solo afectan negativamente al desarrollo de países de destino que dependen del turismo (ya que esos impuestos tienden a penalizar especialmente a los destinos lejanos), sino también a las economías de los países que imponen los gravámenes.
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Cualquier impuesto sobre el turismo debe ser justo, responsable y transparente, y deben explicarse claramente los motivos de su aplicación al público en general, haciendo que los fondos obtenidos reviertan nuevamente en el sector. Parte del problema deriva del hecho de que la población no es consciente de la importancia del turismo para la economía nacional y para el sustento de millones de personas de los países en desarrollo de todo el mundo. El resultado es la ausencia de un activismo local que proteste contra esos impuestos. El crecimiento del turismo debe avanzar de la mano de la sostenibilidad. Poner freno al crecimiento del turismo no es la respuesta, especialmente si se tiene en cuenta que el sector puede sacar de la pobreza a millones de personas. El objetivo es encontrar el equilibrio entre la atenuación de la pobreza y la protección de los bienes. Hace falta una hoja de balance del turismo en la que se contabilicen el activo y el pasivo del sector. Esta hoja serviría de base para demostrar el progreso del turismo hacia un futuro de bajas emisiones de carbono, al mostrar que puede ser parte de la solución y convencer al mundo de que el crecimiento del turismo no es algo que haya que evitar, sino al contrario.
Sesión III La inversión en el turismo responsable y la contribución a un crecimiento justo e incluyente: ¿Cómo construir un sector turístico responsable en lo ambiental y en lo social, que beneficie a las comunidades locales, conserve el medio ambiente y contribuya a la atenuación de la pobreza y al desarrollo? Puntos principales •
No debe subestimarse la importancia de la participación de las comunidades locales en el desarrollo sostenible del turismo.
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Proteger el medio ambiente es un buen negocio.
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La idea de que los viajes en avión son un gasto superfluo es algo que hay que cuestionar.
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La sostenibilidad tiene tres pilares -el económico, el ambiental y el social- y el turismo puede contribuir a todos ellos.
Con los recursos culturales y naturales como eje en torno al cual gira su negocio, el turismo tiene la responsabilidad de estar a la cabeza del desarrollo sostenible. Un aspecto clave para este objetivo, especialmente en un marco de rápido crecimiento del turismo en las economías emergentes, es el apoyo y la difusión de un comportamiento correcto y unas buenas prácticas. Sin duda, un comportamiento sostenible ha pasado de ser algo por lo que el cliente pagaría un extra a algo que espera encontrar. No debe subestimarse la importancia de la participación de las comunidades locales en el desarrollo sostenible del turismo. Aunque son los gobiernos y las empresas los que han de asumir el liderazgo en la construcción de un sector turístico responsable en lo ambiental y en lo social, el desarrollo sostenible del turismo solo será posible con la cooperación y la intervención de las comunidades locales. Los visitantes cada vez buscan más una «experiencia» cuando viajan y la interacción con otras personas es el elemento más importante de esta. Involucrar a todos los agentes del desarrollo turístico –mediante la formación, la interacción y el
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debate– hace que se sientan partícipes y que se enorgullezcan del enclave turístico, y puede ayudar a forjar relaciones duraderas entre los turistas y la población local. Proteger los bienes ambientales no solo es una responsabilidad, sino también una estrategia de negocio. Las reducciones del consumo de agua, del uso de energía y de las emisiones de CO2 no solo redundarán en beneficio del medio ambiente, sino que permitirán también a las empresas reducir sus costes e incrementar los beneficios. El mensaje de que las personas, los beneficios y el planeta van de la mano es esencial en el debate sobre la sostenibilidad y debe difundirse en mayor medida. El transporte aéreo es un ejemplo al caso. Las compañías aéreas, aunque sean a menudo señaladas como «el malo de la película», están intentando continuamente que sus aviones sean más eficientes y, por lo tanto, más respetuosos con el entorno. Al quemar menos combustible, los aviones reducen significativamente sus propios costes, por lo que la ecuación es positiva tanto en términos ambientales como empresariales. La idea de que los viajes en avión son un gasto superfluo es algo que hay que cuestionar. En muchos destinos, gran parte de las rentas y del empleo depende de la llegada de turistas por avión. Estos países -muchos de los cuales son también las principales víctimas del cambio climáticose verían doblemente afectados si perdieran la contribución económica del turismo. El desarrollo sostenible tiene tres pilares: el económico, el ambiental y el social; y el sector turístico está en posición de abordarlos todos. Algunas de las principales recomendaciones son la de alentar a los hoteleros a comprar a los proveedores locales en lugar de realizar compras al por mayor y la de desarrollar herramientas que permitan a las empresas turísticas medir su propia eficiencia energética.
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