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© Foto: Jordi Ferrer, Barcelona. Wikimedia Commons
IGLESIAS CRISTIANAS EVANGELICAS O PROTESTANTES iglesia evangélica de Filadelfia
IGLESIAS CRISTIANAS EVANGELICAS O PROTESTANTES iglesia evangélica de Filadelfia
Esquema de la celebración En la Iglesia Evangélica Filadelfia, los oficios fúnebres suelen tener el siguiente esquema:
1. Bienvenida y oración 2. Liturgia de la Palabra 3. Predicación 4. Despedida y últimas palabras de consuelo
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entro de las iglesias derivadas o que se identifican con los principios de la Reforma existe una importante variedad de formas de celebraciones litúrgicas o religiosas que se utilizan en los funerales, cultos u oficios religiosos de despedida de los restos mortales de los fieles de estas iglesias cristianas. No obstante, la mayoría de las celebraciones, aunque puedan ofrecer una apariencia formal diferente, en realidad siguen ciertos patrones litúrgicos o formales que son muy parecidos entre sí. Sobre esos principios religiosos o patrones que evidencian una misma fe se construyen los diferentes oficios religiosos que se adaptan en sus formas a las diferentes culturas o tradiciones religiosas y sociales. Nosotros hemos elegido tres modelos: ◊ El oficio fúnebre o culto de despedida elaborado conforme a un Programa Contemporáneo, a partir de las costumbres y las tradiciones de las iglesias evangélicas que carecen de liturgia oficial. ◊ El oficio de sepultura para adultos (programa tradicional) que figura en el libro de liturgia de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) perteneciente a la Comunión Anglicana. ◊ El culto fúnebre que ha sido elaborado teniendo en cuenta las costumbres y peculiaridades de la Iglesia Evangélica Filadelfia cuyos fieles pertenecen mayoritariamente a la etnia gitana. A través del contenido de las siguientes fichas, se manifiesta un acercamiento a la fe cristiana vivida desde las comunidades de fe evangélicas, anglicanas y protestantes y a sus creencias respecto a la circunstancia de la muerte y de la vida eterna. Para concluir, se incluye también en esta introducción una información esquemática general sobre algunas costumbres y creencias que inciden o tienen relación con los oficios religiosos y funerales, con el fin de poner de relieve algunos asuntos delicados o en los que han existido problemas, de cara a que se puedan arbitrar medios para evitarlos o superarlos, facilitando de este modo a los usuarios el acceso a un servicio público que, sin perjuicio de que se otorgue por medio de entidades públicas o privadas, garantice que su prestación se realiza en las mismas condiciones de dignidad, calidad e igualdad a todos los ciudadanos.
Costumbres y recomendaciones sobre el velatorio y los oficios religiosos El velatorio y los funerales son actos de consuelo y acompañamiento a los familiares y seres queridos del difunto. También son momentos de despedida de los restos mortales, pero no del alma, que ya ha partido y está en la presencia de Dios, sin que quepan ulteriores intercesiones. Si se trata de personas relevantes para la comunidad, también se realizan cultos corpore insepulto en la iglesia o cultos en su recuerdo después de haber transcurrido algunos días o semanas del sepelio. No son apropiados: los actos, intercesiones y oraciones a favor de su alma. Debe evitarse en los recordatorios fúnebres la utilización de expresiones como: “rogamos una oración por su alma” u otras frases en las que se acude a la intercesión de la Virgen o los Santos. Son apropiados el uso en los recordatorios de textos bíblicos y promesas de Dios sobre la vida eterna. El ataúd dispondrá eventualmente de la imagen de una cruz, aunque es preferible que no contenga imagen simbólica alguna. La instalación de la imagen de Cristo crucificado en el ataúd debe consultarse previamente. En España no suele plantear problema que el ataúd permanezca abierto durante el velatorio, aunque en algunos lugares y países lo usual es que el féretro permanezca cerrado y sobre él o al lado del mismo, se coloque una fotografía del finado. De este modo se potencia que el último recuerdo sea una imagen reciente de cuando estaba vivo.
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Capillas para el culto fúnebre. Recomendaciones y costumbres Se podrán usar las capillas existentes en los cementerios o tanatorios públicos o privados con independencia de que estos locales estén consagrados o sin consagrar. Para los evangélicos lo sagrado es el acto religioso o de culto, y no se da importancia al lugar donde se realiza. Por esta razón, también se pueden utilizar otras dependencias aunque no estén diseñadas específicamente para uso religioso, siempre que sean dignas o adecuadas para realizar en ellas los oficios religiosos. Las capillas de los tanatorios, siempre que sea posible, serán preparadas para un uso multiconfesional. Preferentemente serán sobrias en su ornamentación, sin imágenes ni sagrarios. Cuando existan salas de diferentes tamaños y ornamentación, lo más aconsejable es mostrar las dependencias existentes a la familia, para que esta pueda elegir aquella que le parezca más adecuada. En ocasiones, se elegirá aquella que, por su aforo, se ajuste más a la expectativa del número de asistentes esperados al sepelio, aunque esto signifique realizar el acto en una sala consagrada y ornamentada para el culto católico En otras ocasiones, se optará por salas de menor tamaño neutras en cuanto a su ornamentación religiosa. Se considera muy ofensivo y discriminatorio impedir el uso de una capilla de un tanatorio público con la excusa de que es un lugar únicamente católico o consagrado para el uso de dicha confesión. Si se diera esta circunstancia, debería existir otro espacio con la misma capacidad y con los mismos servicios y calidades a disposición de otras confesiones. El hecho de que la confesión protestante sea minoritaria en España no significa que la familia y amigos del difunto deban ser tratados distintamente a los creyentes de la confesión mayoritaria. Los protestantes españoles somos muy sensibles respecto a esto porque venimos de un cercano pasado histórico donde los muertos no podían ser enterrados en cementerios públicos, o eran inhumados a escondidas o en condiciones desfavorables. Por ello, es muy importante que los servicios se presten en condiciones de igualdad y dignidad. También resultaría ofensivo, por no ser un trato neutral, que fueran sacerdotes católicos quienes en la práctica detentaran la posesión y el uso de las llaves de los locales para ceremonias fúnebres y, por ello, fueran ellos quienes, con toda su mejor voluntad, dieran acceso a las dependencias, señalaran el tiempo para el uso religioso a otras religiones, o incluso, llegaran a cobrar de las empresas funerarias por los servicios religiosos realizados en la capilla pública o municipal por esas otras confesiones.
Imágenes religiosas No es costumbre incluir imágenes de Cristo o la virgen o santos en las capillas evangélicas. Algunas comunidades anglicanas o luteranas incluyen una imagen de Cristo crucificado, pero la mayoría utilizan, únicamente, el símbolo de la cruz, cubriendo las paredes con algún texto bíblico. Cuando en la capilla disponible haya imágenes, es aconsejable habilitar un sistema para cubrirlas, y debe consultarse a la familia sobre su preferencia en cuanto a cubrirlas o no hacerlo.
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a Iglesia Evangélica Filadelfia tiene su origen en España en el año 1965, momento en el que un grupo de gitanos españoles comienza la predicación del Evangelio entre su pueblo, tras haber conocido el movimiento pentecostal francés que se originó en 1950. La Iglesia Evangélica Filadelfia, que tomó su nombre de una de las iglesias fieles citadas en el Apocalipsis, comparte con las Iglesias pentecostales y carismáticas el ejercicio de los dones carismáticos y el énfasis en la alabanza y adoración. En la actualidad, es una Iglesia de implantación nacional con circunscripciones territoriales a cargo de responsables de zona. Así es que, mayoritariamente, los miembros de la Iglesia Evangélica de Filadelfia son gitanos y conservan de manera muy arraigada las costumbres propias de su pueblo y cultura. No obstante, esas costumbres van ajustando a las prácticas mencionadas en la Biblia. Uno de los rasgos distintivos de las comunidades pertenecientes a la Iglesia de Evangélica de Filadelfia es la frecuencia en la periodicidad de sus cultos y reuniones que suele ser diaria, ello potencia la cercanía entre el pastor y su comunidad. Por esta razón, lo habitual es que los feligreses hayan sido acompañados por el ministro de culto o pastor durante todo el proceso de enfermedad, hasta el fin de sus días. Ante la muerte de un conciudadano, es habitual la presencia de familiares y amigos que velan el cuerpo hasta el momento de la sepultura. En el caso de miembros activos de la congregación, también es habitual la presencia de algún representante de la Iglesia, de compañeros y hermanos de la comunidad. Cuando el difunto es un gitano que no ha sido miembro de la Iglesia Evangélica Filadelfia, el oficio fúnebre incluye los mismos actos que si se tratara de un creyente, salvo que no se hace referencia a la vida espiritual de la persona que ha fallecido, pero en ciertas ocasiones se puede aludir a su proyección como persona, es decir, como buen padre, buen esposo, buen familiar, etc., desarrollando la idea certera que todos formamos parte de la voluntad de Dios. La celebración funeraria, normalmente y de preferencia, se realiza mediante un culto en el templo o, en su defecto, en el propio cementerio o en el tanatorio, si el difunto se encuentra allí y siempre y cuando se permita la vigilia durante toda la noche. Corresponde a la propia familia la opción por el lugar, según las posibilidades existentes de trasladar la persona fallecida al templo para oficiar el culto de despedida. En aquellos casos en los que no sea posible, se lleva el cuerpo al cementerio directamente y allí se realizan las exequias. La celebración religiosa debe tener lugar antes de la colocación del féretro en el nicho.
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Creencias básicas sobre muerte y más allá
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as creencias sobre la muerte y el más allá son muy similares a las de otras iglesias cristianas, pero con matices.
Cuando uno parte va al paraíso, pero no está en la plena gloria. Los que no reconocen a Cristo van al seol, en hebreo, al hades en griego o, en latín, el infierno. El día de la resurrección de los muertos, los cristianos recuperan su cuerpo pero transformado, tal como dice San Pablo. Entonces se entra en la plenitud, porque la Biblia dice que seremos reyes y reinaremos con Cristo y los sacerdotes. Jesús dice que seremos el cuerpo y Él la cabeza, con lo que representa la unidad. También habla de que, en las bodas del Cordero, habrá galardones.
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Introducción y desarrollo de la celebración
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as explicaciones o referencias bíblicas se han colocado entre paréntesis. Los textos bíblicos aparecen en cursiva y culminan con una cita del pasaje bíblico del que han sido tomados y que en este caso pertenecen a la versión de la Biblia Reina-Valera, revisión 1960.
1. Bienvenida y oración 1.1. Palabras de bienvenida El oficio religioso siempre está dirigido por el pastor de la iglesia, el cual puede invitar a algún familiar de la persona fallecida y darle la posibilidad de transmitir un mensaje de orientación, si es pastor. La salutación se orienta a predisponer a los asistentes para la oración y el culto a Dios. En toda la celebración es muy importante tener en cuenta el vocabulario; no se suele decir, por ejemplo, que la persona ha muerto, sino que ha partido. 1.2. Lectura para la oración Un ejemplo de lectura para la oración de bienvenida es la Primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses. Lectura de la Primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18 “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”
1.3. Oración Seguidamente, cada uno de los pastores asistentes dirige una oración a Dios. La oración es libre, es decir, no está basada en la lectura de textos u oraciones confeccionadas previamente sino que, más bien, consiste en un diálogo con Dios en el que reconocemos su majestad y expresamos lo que hay en nuestro corazón con la expectativa de que Dios también nos hable durante el culto. Por tanto, en la oración, cada interviniente expresa libremente lo que considera apropiado para ese momento. Las oraciones suelen tener un contenido de ánimo, de bálsamo y de fortaleza ante el dolor que produce la separación.
2. Liturgia de la Palabra Tras las palabras de bienvenida, el pastor, por conocer la vida espiritual del que ha partido, es el encargado de traer el mensaje de aliento para todos los presentes o, en todo caso, puede invitar a otro ministro a la celebración del culto, la lectura bíblica que suele centrarse en textos como el que sigue:
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Lectura del Evangelio de Juan 11, 25 - 44 “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama. Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.”
3. Predicación Después de la lectura, el pastor suele hacer una efusiva predicación, que se intenta que no sea muy larga, (alrededor de unos 15´ o 30´) basada en el texto leído en la Liturgia de la Palabra o comentarios sobre el mismo. Normalmente, no se habla del difunto durante la predicación, sino que suele centrarse en la Palabra de Dios. La razón es que la persona ya ha partido y está en manos de Dios. Por tanto, no nos corresponde a nosotros juzgar a esa persona, ni mencionar nada, ya que el juicio es un tema personal reservado a Dios. En el caso de que la persona sea conocida por ser muy buena cristiana, se puede hacer referencias a su vida como cristiano, los méritos conseguidos en la iglesia, sus cualidades como creyente, lo que ha representado dentro de su comunidad, etc.
4. Despedida y últimas palabras de consuelo El mismo pastor que se ha encargado de la introducción, agradece la asistencia y formaliza la despedida mediante una oración de acompañamiento, expresada de forma libre, de manera similar a la oración de la introducción.
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Otros textos posibles Durante la celebración, se pueden añadir otros textos de la Biblia que elige el predicador. Ponemos un ejemplo de un texto de uso habitual. Parábola del rico y Lázaro “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.” Lucas 16: 19-31
Objetos de celebración y significado. No se utiliza ningún objeto especial. Lo único que se utiliza son las coronas que ponen las funerarias.
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Vocabulario básico Culto Con esta palabra nos referimos tanto al recinto donde se reúnen los fieles de la Iglesia de Filadelfia diariamente para sus celebraciones como al servicio religioso que se realiza en el templo. Luto Es una manifestación pública de respeto y de amor por el difunto, que asumen tanto los hombres como las mujeres. El luto es observado por la familia y también por algunos allegados y se considera muy importante mantener el respeto de esta norma y tradición. Música durante la ceremonia funeraria Durante este acto no se utilizan instrumentos musicales por luto de la familia. En algunos lugares y en ciertos casos, en función del criterio de la familia, pueden incluirse cantos durante el oficio religioso, pero en este caso se realizan sin acompañamiento musical. A posteriori, ya sin el cuerpo presente y en los días sucesivos del sepelio, se permite la música durante el culto, pero muy espiritual y discreta por respeto. Dentro de la tradición gitana, por amor y respeto al difunto, no está bien considerado que las personas que llevan luto escuchen música. Oraciones recitadas No es habitual recitar el padrenuestro, porque es un texto escrito que se considera como un modelo de oración. Este texto debe inspirar las oraciones de los cristianos que han de expresarse libremente, no de un modo ritual o inamovible sino con el corazón.
Partir Término utilizado como expresión del fallecimiento. En la comunidad gitana, no es habitual utilizar el término morir.
Predicación Palabras que el pastor dirige a los fieles. Resurrección Un aspecto fundamental en la fe del cristiano que debe ser conocido y profundizado por todo creyente.
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Esta ficha forma parte del manual Duellum: no tan solos. Guía sobre celebraciones funerarias de creencias y convicciones. Para más información, puede consultar el manual en: Direcció General d’Afers Religiosos: www.gencat.cat/afersreligiosos Memora: www.memora.es/ Asociación UNESCO para el Diálogo Interreligioso: www.audir.org
Foto portada: Cementerio de Montjuïc © foto: Jordi Ferrer, Barcelona