Story Transcript
FRANCISCO DE VITORIA: TEÓLOGO Y JURISTA ESPAÑOL Cimiento de la escolástica española del siglo XVI • BIOGRAFÍA: Nace en Burgos en 1.495?. Ingresó en el convento dominico burgalés. Estudió Humanidades y Teología en la Universidad de París. Regresó a España, y en 1.526 ganó por oposición la cátedra de Teología de la Universidad de Salamanca, enseñando también en la escuela de misioneros, que era su convento de San Esteban. Un ataque de gota le dejó medio paralítico, y por ello, se excusó de asistir al Concilio deTrento. Muere en 1.546, en Salamanca. Con su extraordinaria doctrina y sus nuevos métodos pedagógicos formó una pléyade de discípulos. No sólo renovó sus estudios teológicos con una orientación humanística, sino los de Derecho Público, siendo el creador de la Ciencia del Derecho Internacional y fundador de la Escuela Española del siglo XVI, Dejó manuscritos y apuntes de clase, que luego han sido publicados. Juan Luis Vives, compañero de Vitoria en París, dice a Erasmo por carta: Este hombre, de gran fama y crédito entre los suyos, defendió varias veces tu causa en las frecuentes reuniones de teólogos en París... Es de ingenio agudísimo, apacible y de gran mansedumbre. Los problemas relacionados con la justicia y el gobierno de la sociedad le interesaron de manera particular. Dijo: En verdad que tengo por una señal de reprobación que un año donde muere nuestro prójimo, tenga uno el intento de hacerse rico. • CARACTERÍSTICAS DE SU DOCTRINA: Santo Tomás de Aquino será su inspirador. El espíritu abierto de Vitoria le hace, a veces, correr el riesgo de cierta indecisión. Dio una orientación práctica a su enseñanza, centrándose en los problemas morales. El contacto con la realidad humana, en su concepción teológica, guiará la selección de temas. La consideración de la dignidad del hombre, creado a imagen de Dios, dotado de dominio sobre las cosas y de connatural sociabilidad, gobierna muchas de sus enseñanzas. También se opone a las tendencias teocráticas de la cristiandad medieval; y ejercitó notable influjo en la vida pública de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo. Las necesidades del momento le llevaron a estudiar las leyes de la economía, del cambio, del valor de la moneda y su influencia en la sociedad. • Obra teológica: M. Pelayo afirmó: De Vitoria data la verdadera restauración de los estudios teológicos en España. Su temple renovador le hizo sentir la urgencia de la restauración de la Teología y le proporcionó los medios para llevarla a cabo. Fue sensible a las aspiraciones del Renacimiento humanista, que alcanzaban también a la teología, trayendo consigo su renovación metodológica. Al regresar a España se enfrentó a una Teología carente de vida y ajena al Humanismo cultural. Buscará la revisión del método teológico. Con el interés Humanista del Renacimiento, quiere acercarse a las cuestiones humanas, desarrollando la parte práctica de la Teología. Con él se renuevan los procedimientos de enseñanza: utiliza un lenguaje sobrio y claro, que contrasta con las complicaciones de la Escolástica decadente. A partir de su enseñanza se hizo común la costumbre de copiar en el aula las explicaciones del profesor. Se formó una numerosa escuela de discípulos, que dan prueba de una 1
sana independencia de juicio, y en ocasiones retocan posiciones del maestro o formulan lo que en él no había pasado una intuición. • Obra jurídica: −Su concepción del Derecho Internacional. Concibió la idea de la comunidad universal de todos los pueblos organizados políticamente. Expresó los principios fundamentales del Derecho, llamado a regir la comunidad internacional. Comienza pronto a hablar en su Cátedra de un gobierno global del mundo. Abre la vía al Derecho Internacional, que no podía ser el que la razón natural estableció entre todos los hombres considerados individualmente, sino agrupados en naciones. Dice: El Derecho de Gentes no sólo tiene fuerza por el pacto y convenio de los hombres, sino que tiene verdadera fuerza de ley. Es la autoridad internacional deseada e intentada en el siglo XX, la autoridad pública universal reconocida por todos, con poder eficaz para garantizar la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos. No se limitó a concebir un sistema de estados soberanos, sometidos a las normas de un Derecho Internacional de coordinación, sino la instauración de un orden mundial al que se subordinen las soberanías estatales, y que afirmó amparador de lo Derechos Humanos. Deja bien claro que los hombres son libres y nadie tiene derecho a ser su dueño. −Su teoría del Derecho de la Guerra. La única y sola justa causa para hacer la guerra es la injuria recibida. Ha de ser grave y que sea el último medio para reprimirla, con tal de que la guerra no signifique un mal mayor para la nación y el universo entero. −Su doctrina sobre la conquista del Nuevo Mundo. En 1.512 se venía debatiendo en España la licitud de la dominación española en América. Afirma que los Indios eran verdaderos dueños antes de los españoles. No consideró ilegítima la acción española en América, sino que la depuró, rechazando títulos falsos de dominio, dejando sentado el principio de la libertad e igualdad jurídica de todos los pueblos, y advirtió que los españoles no debían abandonar las Indias: ¨Después de que se han convertido allí muchos bárbaros, no sería conveniente abandonar por completo la administración de éstas. Esta decisión fue de gran importancia histórica. Las protestas de los teólogos juristas, con Vitoria a la cabeza, contra los abusos del colonialismo americano detuvieron las conquistas. • SU RELACIÓN CON SALAMANCA: Una vez ganada la Cátedra de Teología en al Universidad de Salamanca, enseñó también, como vimos, en su convento de San Esteban. Numerosos discípulos suyos ocuparán cátedras en la Universidad de Salamanca Vitoria muere en su celda salmantina, donde había logrado una erudición increíble y una lectura casi infinita. Así, las Relecciones fueron escritas de su propia mano, haciéndose pronto algunas copias. La primera edición impresa se hizo en Lyón y la segunda, en Salamanca, en 1.565, con más cuidado y más crítica que la primera. En Salamanca se encontró Vitoria con célebres Humanistas, como Hernán Núñez, continuador de Nebrija; Juan Martínez Silíceo, con quien examinará las obras de Erasmo; Martín Azpilicueta, jurista afamado que, con Vitoria, inicia la escuela de economistas y cuantitativistas de su estancia en Salamanca; Domingo de Soto, con quien compartió sus ideales. Tuvo también discípulos famosos, como: Martín Pérez de Ayala y Melchor Cano, ambos teólogos de Trento. Ehrl ha llegado a decir: Salamanca debe principalmente a Vitoria el ocupar, en el siglo XVI, un lugar análogo al que tuvo París en la segunda mitad del siglo XIII. Fue él quien la transformó en la cuna de la nueva Escolática. • VEMOS A VITORIA EN SALAMANCA: Entre la Cueva de Salamanca y el Colegio de Calatrava, encontramos los restos de Francisco de Vitoria en el 2
Capítulo Antiguo o Panteón de Teólogos del Convento de San Esteban. A dicho lugar llegamos por la calle de Santo Domingo, perpendicular al conocido Paseo del Rector Esperabe (paralelo al río Tormes). La estatua conmemorativa de Vitoria podemos verla delante del Convento de San Esteban, complementado la belleza de la brillante ornamentación de su fachada, que data del siglo XVI. GUY, Alain. Historia de la filosofía española. Anthropos. Editorial del Hombre.
3