FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LO COTIDIANO María Gracia Castillo INAH Jalisco. México 1. La vida cotidiana

FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LO COTIDIANO María Gracia Castillo INAH – Jalisco. México 1. La vida cotidiana Vida cotidiana, vida diaria, vida privada, r

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NEUROCIENCIAS EN LA VIDA COTIDIANA..!
Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumno: Mauro Castro www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] Faceboo

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FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LO COTIDIANO María Gracia Castillo INAH – Jalisco. México 1. La vida cotidiana Vida cotidiana, vida diaria, vida privada, rutina, son términos que de manera frecuente se usan como sinónimos tanto en el lenguaje no académico como en el académico. Sin embargo estudiar lo cotidiano, aún de manera costumbrista o descriptiva, representa retos teóricos y metodológicos relacionados, entre otras cosas, con su entramado, versatilidad, riqueza y dificultad de delimitar sus fronteras con otros ámbitos de la vida. La cotidianeidad constituye una perspectiva de conocimiento –diferente a la política, religiosa, económica u otras-, que implica concepciones teóricas respecto a lo histórico-social y cuyos referentes empíricos constituyen un universo muy basto. El salto epistemológico sugerido por la perspectiva de la cotidianeidad supone la observación “del individuo en interacción, posicionado espacio-temporalmente” (Lindon Villoria, 1999: XXVIII) y requiere no conformarse con leer la vida diaria y elaborar recuentos exhaustivos de usos y costumbres. Dicha perspectiva adquiere matices particulares dependiendo de si se concibe que el individuo crea, recrea o reproduce la sociedad en que vive (Torres Sánchez, 1999: 194) 1. 2. La gente común Todos los seres humanos tenemos una vida cotidiana. Sin embargo ésta no es igual para todos pues reviste especificidades dependiendo de la situación social, la edad, el género y las características culturales del medio en que se desenvuelve la persona. La vida cotidiana de un alto funcionario gubernamental, es diferente a la de un obrero; la de un joven estudiante parecerá extraña a la de una mujer consagrada a la vida religiosa; dos madres de familia, una con esposo de buena posición económica y otra sin esposo, sin duda echaran mano cotidianamente de prácticas culturales distintas. De ahí que frente a las tendencias que desde posiciones de dominio buscan uniformizar y borrar las diferencias, se levantan posturas como la de Michelle De Certeau (1996) quien vio lo cotidiano como las mil 1

En tanto que la concepción fenomenológica asigna a los individuos un papel creador y recreador, para aquellos que conceden un papel determinante a las estructuras sociales, la vida cotidiana sustenta la

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maneras en que los individuos consumen la cultura que les es transmitida, maneras que no son uniformes y cambian constantemente incluso en el caso de una misma persona. Por su parte Marsall Sahlins (1995) sostiene que los individuos, a través de sus acciones, constantemente someten a pruebas empíricas al sistema cultural en el que están insertos. Los sectores sociales cuya vida transcurre sin grandes altibajos y sin movimientos que llamen la atención han contribuido a través de su vida cotidiana a actualizar –tanto porque pone al día como porque pone en práctica- el sistema cultural en que se insertan, con lo que inciden en la permanencia de algunos de los aspectos y en el cambio de otros. Por ello la vida de la gente común tiene un papel que debe ser rescatado por la historia. Sin embargo la memoria selectiva y la distorsión de la historia han sido herramientas utilizadas por el poder hegemónico, uno de cuyos intereses es negar, excluir o esconder la agencia social e histórica del hombre común y las mujeres (Lerner, 1997: 206 y 209). ¿Será que los que detentan el poder no quieren evidenciar la manera en que el hombre común a través de su vida cotidiana los obliga a cambiar y a adecuarse a sus nuevas necesidades e intereses; o será que efectivamente la agencia del hombre común no trasciende a las esferas del poder? 3. Las fuentes orales y la historia de la vida cotidiana de la gente común Conscientes de que muchos sujetos y aspectos sociales habían sido excluidos de la historia, algunos investigadores interesados en ellos idearon formas de leer y analizar las evidencias de manera que les mostraran indicios de los aspectos que les interesaban. Para los preocupados por la historia reciente el problema de las fuentes es menor, pues además de que cuentan con mayor número de evidencias, no sólo escritas, sino de diversas clases –restos materiales de varios tipos, fotografías, etcétera-, encontraron en la historia oral una forma de construir fuentes de naturaleza distinta a las conservadas por la memoria oficial, que les permitió rescatar la experiencia histórica en su “variada, dialéctica integridad”. A través de ella, dan “la palabra a aquellos –grupos, clases sociales e individuos- que estaban tradicionalmente obligados al silencio o parecían mudos incluso cuando gritaban, dado que los grupos dominantes se tapaban los oídos y los historiadores al servicio de la corte declaraban su inexistencia”. La historia oral se convirtió en “la historia de los que no tienen historia” (Ferraroti, 1991: 22 y 23). Al reunir la memoria autobiográfica con la histórica, reproducción de las mismas y por tanto carece de significado estudiarla; esta posición ha sido superada por los

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posibilita la incorporación de los marginados al conjunto de la historia de la humanidad ya que se propone conocer y comprender la experiencia social a partir del recuerdo histórico personal de lo vivido; (Van de Casteele y Voleman, 1992). Ante tal perspectiva y con el interés de abordar la vida cotidiana de la gente común elegí estudiar a los habitantes de Analco, un barrio tradicional de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, y las evidencias que privilegié fueron los testimonios proporcionados por los propios analquenses. Estos muestren la versión e interpretación que el sujeto histórico hace de sus procesos particulares, con lo que el historiador no sólo echa mano de lo que otros dicen sobre sus sujetos de estudio. Estas versiones se confrontaron, completaron y se ubicaron en contexto a partir de las evidencias proporcionadas por fuentes oficiales, tanto civiles como religiosas. Las entrevistas para estudiar la vida cotidiana en el barrio de Analco fueron de corte biográfico pues éstas además de encontrar un primer contexto histórico en la propia vida del individuo, nos sitúan en su “pequeño mundo”, el que le dio las pautas de cómo “consumir el sistema cultural en que se inscribe”, es decir, de vivir la vida cotidiana. Entre las ventajas de utilizar la historia oral en estudios sobre lo cotidiano J.J. Pujadas señala que permiten “profundizar en el impacto que sobre la vida cotidiana de los individuos tienen las progresivas modificaciones a nivel de la estructura” y viceversa, “nos introduce en profundidad en el universo de las relaciones sociales primarias” ya que el relato de vida permite desplazar el foco de análisis entre las relaciones familiares, las de sociabilidad y las de trabajo. Además, en los estudios sobre cambio social, ese tipo de relatos constituyen valiosas evidencias para “conocer y evaluar el impacto de las transformaciones, su orden y su importancia en la vida cotidiana, no sólo del individuo, sino de su grupo primario y del entorno social inmediato” (1992: 12 y 44-45). Como han señalado varios historiadores –Collingwod, Bloch, De Certeau, Ginzburgentre otros, la relación problemática entre evidencia y realidad hace que el trabajo del historiador sea fundamentalmente inferencial. Ahora bien, para establecer las proposiciones inferenciales es necesario un marco interpretativo específico: el contexto en el cual fue construida la evidencia. Al respecto Ginzburg argumenta: “El contexto, visto como un marxistas críticos quienes otorgan al individuo un papel activo en la sociedad

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espacio de posibilidades históricas, le da al historiador la posibilidad de integrar la evidencia... El objetivo específico de esta clase de investigación histórica debería ser... la reconstrucción de la relación entre las vidas de los individuos y los contextos en los cuales se desarrollaron... Los intentos de conectar estos dos polos son a menudo conjeturales” (1988, 3). De ahí la conveniencia de que los testimonios orales sean autobiográficos, pues permiten situar las evidencias tanto en el contexto de la vida del individuo como en el grupo o grupos sociales a los que ha pertenecido. A diferencia de la inferencia, cuyo nivel de certeza se considera mayor, la conjetura consiste en suposiciones que se hacen basándose en señales, indicios y apariencias de las cosas. Inferencia y conjetura son recursos de los que hecha mano el historiador cuando la evidencia es inadecuada, dudosa o su relación con “lo real” no es clara. La utilización de dichas formas de conocimiento no dependen de la oposición entre “verdadero” e “inventado”, sino de la articulación de “realidades” y “posibilidades”. Además de lo posible, la elaboración de conjeturas también tiene que tomar en cuenta lo “verosímil”, pero presentándolo como tal y distinguiéndolo, haciendo que se vea diferente a lo real (Ginzburg: 1988, 16). Estos procesos metodológicos se hacen presentes en la entrevista, pues aunque el informante no sea conciente de ello, también hace inferencias y conjeturas, y por ello es necesario analizar la vinculación de sus versiones con la realidad, distinguir entre lo que para él fue “real”, y lo que narra como una posibilidad y es verosímil porque ubicado en el contexto tiene relación con la realidad. Ubicar el testimonio en el contexto, tanto social como de la entrevista ayuda a distinguir la mentira, el invento, la distorsión o tergiversación, todas tienen difeente intencionalidad y vinculación con lo real. La utilización de fuentes de diferente tipo de la oral posibilita, entre otras cosas, elaborar cronologías que auxilien a recordar el pasado y confrontar las “tradiciones inventadas” que suelen aparecer en los testimonios; pero lo más importante es que brindan elementos para discutir la vinculación del testimonio con la realidad a la que se refiere y para reconstruir el contexto histórico de lo narrado (Ginzburg, 1988, p.6) Situando en otro plano las inferencias y las conjeturas, Ginzbug observa cómo los retratos biográficos pueden convertirse, a veces, en las biografías de otros “hombres y mujeres de la misma época y lugar”. En el caso de los analquenses, el testimonio de uno

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puede ser representativo de más de ellos al menos en algunos aspectos. Y en el caso de la vida cotidiana, lo que acontece a los analquenses pude ser válido también para grupos citadinos similares. 4. El valor heurístico de la primera entrevista El estudio de lo cotidiano implica tantos aspectos que se hace necesario seleccionar sólo algunos de los que se consideren representativos. Para saber cuales podrían ser los más significativos para los analquenses hice una primera entrevista con fines heurísticos. Rescaté el testimonio de la señora Luz Becerra, una mujer de sesenta años que toda su vida ha habitado en el barrio. La entrevista a Doña Luz me sugirió temáticas para abordar la vida cotidiana y a la vez provocó reflexiones metodológicas. La narración de la forma en que han sido usados las plazas y jardines barrio, de los cambios materiales en los templos y lugares que le son significativos, así como de sus recorridos diarios o periódicos en la parte del barrio en la que vive, me llevó a considerar que las formas en que se usa el espacio y los procesos a que da lugar ese uso, constituyen aspectos significativos de lo cotidiano. Las relaciones que tanto de pequeña como de adulta ha mantenido con las personas que viven en su misma cuadra -desde los juegos infantiles, cumpleaños y festividades navideñas compartidas hasta ayudas solidarias por enfermedades, vejez o costumbres funerarias-, me dijeron de que las relaciones vecinales son importantes en localidades como Analco. Los templos, las festividades patronales, asociaciones eclesiásticas o piadosas y actividades relacionadas con la parroquia, así como la referencia a sus creencias a lo largo de la entrevista, hizo evidente que la religión es algo que de diversas maneras y en las diferentes edades y circunstancias, está siempre presente en la vida de las personas y tiene una influencia determinante en las prácticas culturales. Así, con base en esa primera entrevista seleccione como indicadores de lo cotidiano el espacio, su uso y apropiación; la religiosidad; y las relaciones vecinales. Esa entrevista me llevó también a plantearme algunas cuestiones metodológicas y teóricas de relevancia para la investigación. Confirmó mi convicción de que para el conocimiento histórico las entrevistas de corte biográfico son más convenientes que las temáticas, pues las narrativas biográficas no sólo brindan datos para la reconstrucción e interpretación de la forma en que se vivieron los procesos, sino que además, en la medida

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en que se profundiza en las diferentes edades del testigo, cada testimonio puede brindar visiones de lo acontecido hasta con cinco generaciones, con una perspectiva más o menos rica, dependiendo de la duración de las vidas que se entrecruzan. En el caso de doña Luz, su relato transmite lo que ella observó de sus abuelos, padres, de sus contemporáneos, sus hijos y sus nietos. Otra de las ventajas de las entrevistas biográficas es que muestran las diversas interrelaciones que se dan entre la vida social y la vida individual. Esto es muy enriquecedor en el análisis de la vida cotidiana, pues hace evidente que una de las condicionantes importantes de las formas en que se apropia y practica el sistema cultural es lo que se dado en llamar "tiempo de vida". Por ejemplo, Doña Luz afirmó que lo más importante para ella era: su religión, su familia y su trabajo, en ese orden. Si bien, los principios, normas y obligaciones eclesiásticas han estado presentes a los largo de toda su vida, en cambio, su participación en las asociaciones religiosas no ha sido constante y ha variado. De niña, dado que su abuela era quien la cuidaba y participaba en la Cofradía de Nuestra Señora de la Salud de los Enfermos, ella perteneció a la sección infantil de la Cofradía. De joven tuvo que trabajar, por lo que ya no participó en ninguna organización piadosa, hasta que sus hijos crecieron, pues mientras estaban en edad de crianza no podía apartarse de ellos. Sin embargo, ahora participa en la organización de las fiestas patronales de Nuestra Señora del Refugio y del Viacrucis viviente del Viernes Santo. De manera semejante menciona varias actividades que ahora realiza y que no hacía mientras que sus hijos estuvieron chicos. Esta y otras entrevistas evidenciaron que la forma de relacionarse socialmente, la vida cotidiana y la percepción del mundo de mujeres adultas pertenecientes a la misma generación varía dependiendo de su situación social, económica, de su escolaridad y cultura política entre otros aspectos grupales, pero también está condicionada por su tiempo de vida, es decir, difiere entre una soltera, una casada sin hijos, una casada con hijos en edad de crianza, una casada con hijos mayores, una mujer sola con hijos, una viuda o una divorciada. Entre los problemas teóricos que la entrevista me planteó está el de las múltiples dimensiones, interrelaciones y manifestaciones de lo público y lo privado, aspecto que constituye un eje transversal de la vida cotidiana. En el relato hay momentos en que estos ámbitos quedan bien definidos, pero en ocasiones parecen mezclarse: doña Luz habla tanto 6

de momentos de privacidad y soledad en su habitación, como del hecho de que durante su infancia las ventanas y puertas de la casa estaban abiertas para ver lo que pasaba en la calle y que cuando jugaba ella se sintiera vigilada desde dentro; asimismo, menciona cómo en casos de enfermedad y muerte, los vecinos se llegan a meter a las casas sin anticipar su presencia. Señala la influencia que tienen sobre la privacidad la distribución y uso del espacio, así como las características de las construcciones El que entre las casas del barrio sólo haya una pared de por medio, va en contra de la privacidad; en cambio, en colonias donde las casas están rodeadas de jardines, es más difícil darse cuenta de lo que pasa con el vecino. El abordar lo público y lo privado, planteó otra serie de aspectos a dilucidar, tales como si el barrio puede considerarse una comunidad y si es unámbito privado en relación con la ciudad, pero público respecto a lo doméstico; el papel de las mujeres y de la parroquia en la construcción de comunidades, la relación que tiene las formas de vida y la cotidianeidad de la gente común con la modernidad, con los sistemas normativos liberales, con la ciudadanía y la política, las diferencias genéricas y generacionales en la manera de concebir y de vivir lo público y lo privado. 5. Las entrevistas y la selección de los testigos La “operacionalización” de los aspectos que sobre la vida cotidiana interesaba indagar, tuvo como base categorías de análisis y no de indicadores precisos, pues éstos varían conforme transcurren los procesos.2 Entre las categorías de análisis utilizadas tanto para dirigir las entrevistas, como para interpretarlas contemple las siguientes: actividades vecinales, solidarias y piadosas; género, generación, estado civil, posición económica, tipo de trabajo, escolaridad, territorio, religiosidad popular.3 A partir de ellas, del tema general de la investigación, así como de una perspectiva histórica-contexto general de barrio, elaborado a partir de evidencias proporcionadas por fuentes oficiales estadísticas y planos

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Establecer indicadores demasiado precisos para las categorías analíticas en temas que implican la apropiación, uso y significación de lo social por parte de los individuos, más que contribuir a la creación de conocimiento, al imponer esquemas preconcebidos a las evidencias, puede coartar la posibilidad de acercarnos a una comprensión más cabal de los procesos sociales, pues deja de lado todo aquello que nuestra visión previa no tuvo la capacidad de tomar en cuenta 3 La discusión teórica de ellas forma parte del trabajo amplio.

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de época, afiné el guión temático de las entrevistas y elaboré los criterios de selección de una muestra de posibles entrevistados. Las categorías de análisis a utilizar me llevaron a considerar la posibilidad de contar con testimonios representativos de ambos géneros, entrecruzados con las categorías de generación, estado civil, escolaridad, posición económica y zona del barrio donde habitan. Esto con el fin de tener una muestra representativa no de manera estadística, pero si de lo rico y heterogénea de la población común, de sus múltiples intereses y muchas diferencias y similitudes. Al respecto, se entrevistaron mujeres de entre 23 y 82 años, solteras, casadas y viudas. Dado que el hilo conductor de la entrevista es la vida de la persona en el barrio, se dificultó encontrar informantes hombres jóvenes y en edad madura, que no ancianos. Además, considero que sería conveniente contar con la visión de personas que tienen negocios establecidos sobre las calles del barrio. El contar con testimonios masculinos es importante dado que existe el supuesto -sostenido entre otros por Mc. Phail (1997) y Keller (1975)-, de que las mujeres tienen un papel más destacado en el sostenimiento de las relaciones vecinales y que, cuando se las interroga, tienden a olvidar, e incluso desconocen, las actividades y relaciones vecinales de los hombres. Entre las concepciones de que partió este estudio está la de que en Analco se ha vivido y se vive de manera particular la ciudad, aunque haya muchas similitudes con entornos parecidos. Dado que la preocupación del trabajo no es Analco por sí mismo, sino las formas en que se ha manifestado la vida cotidiana de la gente común, las diferencias respecto al resto de la ciudad se han asumido a partir de la consideración de que los propios analquenses “saben” en qué se han distinguido de otros tapatíos y por tanto a partir de la perspectiva de sus propias narraciones. Por ello, para facilitar las comparaciones en este sentido uno de los criterios en selección de los informantes, fue el tiempo que han sido vecinos de Analco. Otra de las consideraciones que guió la elección de los informantes, fue que Analco es un barrio grande, dividido a su vez en “barrios” más pequeños desde diferentes perspectivas: la individual, la parroquial –zonas en que está dividido para la labor pastoral y “apego” de los habitantes a alguno de los templos que existen en el barrio- y la de las instituciones gubernamentales. Sin embargo la representatividad de esta selección hay que

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relativizarla, pues tres de las informantes han vivido en al menos tres domicilios diferentes en Analco, una toda su vida ha permanecido en la misma casa y la otra llegó al barrio ya casada. Ahora bien, dada la extensión del barrio, no todos los analquenses mantienen relaciones vecinales entre sí, de ahí que este criterio, correlacionado con el de nivel socioeconómico y cultural aporta datos interesantes sobre las particularidades de la vida cotidiana en el barrio. Todas las fuentes coinciden respecto a la existencia de una diversidad socioeconómica y cultural entre los habitantes del barrio. El crecimiento y diversificación de la ciudad durante el siglo XX, la aparición de zonas residenciales, las modificaciones en el espacio analquense ocasionadas por el establecimiento de negocios de varios tipos, industrias y sedes institucionales, así como obras urbanas, han influido para que “los ricos” del barrio hayan ido a vivir a otros lados de la ciudad. Sin embargo todavía es posible encontrar representantes de familias pudientes establecidas en Analco desde lejanos tiempos. Los testimonios recabados muestran diferencias, cambios y permanencias entre varias generaciones, en los que se destaca la voluntad individual, pero también evidencian la intervención de factores más generales. Por ejemplo, pese a la desigualdad de alternativas, los “deseos de mejorar" propician que las gentes con una posición socialmente subordinada, adopten una serie de “tácticas” que inciden en las transformaciones sociales y ponen de manifiesto el papel de la vida cotidiana en los procesos históricos. La señora Luz Becerra señala, en relación a su deseo de que sus hijos progresaran y al trabajo femenino “Yo ya trabajé. Para darles estudio a mis hijos. Ya muchas mamás de mi época ya trabajaban, ya entra distinto, ya quieres que tus hijos mejoren ¿verdad?” 6. Otras fuentes Para elaborar el índice temático –cuestionario base- sobre el que se construirían los relatos autobiográficos, para conducir de manera adecuada las entrevistas, así como para completar la visión proporcionada por los testimonios y construir el contexto a partir del cual se interpretan y se vinculan con “lo real”, me basé en fuentes de carácter oficial: planos, fotografías, informes de gobierno, censos y documentos archivísticos. Las fuentes de carácter oficial proporcionan indicadores tanto de los procesos generales por los que atravesó la ciudad, como de algunas particularidades de Analco. Su importancia

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radica en varios aspectos. Por una parte, aportan una panorámica, información y datos que ayudan a una mejor realización de las entrevistas y a situar los testimonios de los informantes; por otra parte, posibilitan la confrontación entre su perspectiva “dura, fría y objetiva”, con las visiones e interpretaciones particulares, personales y subjetivas de los entrevistados. Además permiten contrastar la memoria histórica y colectiva de los analquenses con la memoria oficial y contribuyen a elaborar un contexto general en el cual ubicar Analco y condicionanates en que se desarrolla la vida de la comunidad. La visión, justificación e interpretación de lo que ha afectado a los analquenses que brinda cada tipo de fuentes es diferente. De ahí que contrastarlas posibilita una visión más compleja del barrio, que contribuye a mostrar la riqueza y versatilidad de la vida de Analco vista como un proceso social en el que hay que tomar en cuenta las interrelaciones de los particulares individuales, el grupo, las instituciones y las autoridades; interrelaciones en las que a su vez se manifiestan los rejuegos entre la solidaridad y el poder. 6.1 Los planos El papel de los planos en la elaboración del contexto fue significativo ya que aportaron visiones de conjunto respecto al crecimiento de Guadalajara, a la situación urbana en que fue quedando Analco conforme la ciudad se extendió y a algunas de las modificaciones que sufrió el paisaje citadino en general y el del barrio en particular. Además se elaboraron otros mapas en los que se vertió la información censal, lo cual permitió establecer diferencias y similitudes las poblacionales, económicas y de vivienda de las diferentes zonas del barrio. La visión que dan las fuentes cartográficas ayuda a ubicar en varias dimensiones espaciales el recuerdo: lo local y lo citadino, lo cercano y lo lejano, el tamaño y densidad del uso del espacio del barrio entre otras. 6.2 Los informes de gobierno Las memorias de los gobernadores concentran información en torno a las políticas y obras materiales, educativas, económicas, legales, realizadas anualmente en Jalisco y en sus municipios –entre las que siempre se otorga un lugar destacando a Guadalajara como su capital-, así como una explicación de las preocupaciones que las guiaron. Su especificidad y claridad son variables dependiendo del periodo y del gobernador de que se trate. Estos documentos ayudan a enmarcar en un contexto amplio los aspectos que afectan de manera

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más particular a determinados grupos –en este caso los analquenses. Durante todo el periodo que cubre la investigación se presentaron informes anuales, a través de los cuales se puede observar el tipo de políticas que privilegió cada administración estatal. Respecto a Guadalajara, en los informes se mencionan obras que se realizaron principalmente para dotar a la ciudad de la infraestructura material e institucional que requería una urbe en expansión, tales como la apertura o pavimentación de calles o la instalación de drenaje y alcantarillas, el establecimiento de oficinas administrativas y de servicios –Central Camionera, oficinas de la compañía de luz-. También se incluyen otras que se realizan para atender necesidades locales y tomando en cuenta las características de una zona determinada: escuelas, mercados, jardines. Se puede observar que tanto las obras que se realizaron para atender a problemas colectivos como en las hechas para solucionar necesidades más localizadas estuvieron vinculadas y se desprendieron de políticas que privilegiaban la resolución de problemas generales. Confrontar fuentes oficiales como éstas con testimonios de gente común, da cabida y sentido a cuestionamientos tales como si las autoridades tomaron en cuenta las necesidades y atendieron las repercusiones que tuvieron localmente determinadas obras, como por ejemplo el establecimiento del Estadio Municipal en el terreno antes ocupado por un cementerio situado en las inmediaciones de Analco, uno de los barrios más viejos, más poblados en ese momento y con mayor tradición. O ¿cuáles fueron las consecuencias para los vecinos de su posterior transformación en Central camionera? O ¿cómo se manejó el problema de las muchas familias que quedarían sin casa cuando se abrió la calle Catalán para convertirla en una avenida que sin duda contribuiría al mejor funcionamiento de la ciudad pero esta obra trastocaría el habitat y las relaciones vecinales y la vida cotidiana de un conjunto de habitantes de la ciudad? 6.3 Censos y padrones En cuanto a la información censal, una de las ventajas que tiene Analco para su estudio histórico es que en diferentes momentos y de diversas maneras ha coincidido o formado parte de las divisiones político administrativas, lo cual posibilita la obtención de datos estadísticos para diferentes épocas. A principios del siglo XX sus límites coincidían con los del 8º cuartel de la ciudad. Gracias a ello contamos con datos específicos del barrio para

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1895, 1900 y 1910 en que los censos asentaban la información general de la ciudad y la particular de cada uno de los nueve cuarteles en que estaba dividida. A ellos se agregan los de un padrón parroquial levantado en 1907. Entre 1920 y 1985 no se encontraron datos particulares para Analco, pues los censos sólo se refieren a Guadalajara en su conjunto. Sin embargo, para 1990 y 1995 volvemos a contar con información propia para el barrio gracias a que, para recoger la información estadística, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) dividió el territorio del país en Areas Geográficas Básicas (AGEBs) y Analco coincide con seis de ellas. Si bien el periodo entre estos grupos de series es muy amplio, considero que la comparación entre ambas brinda una panorámica que posibilita la contextualización y ubicación de muchos procesos históricos por los que atravesó Analco y que son descritos en las historias de vida de sus habitantes, algunos de los cuales también se reflejan en los planos. La exactitud de las fuentes estadísticas es muy cuestionada y su confiabilidad depende de los propósitos con que se emplee y los usos que se haga de ellas. En este caso, más que los datos precisos o exactos, interesaban las tendencias generales para procesos como el de la estructura y características de su población y casas, el uso del suelo, el trabajo, entre otros, ya que forman parte del contexto de las formas de vida cotidiana de Analco y ayudan a ubicar la relación de los testimonios con la “realidad” a que se refiere. Con los datos incluidos por esas fuentes se elaboraron cuadros comparativos entre las seis zonas del barrio, entre cada una de ellas y el conjunto del barrio y entre el barrio y la ciudad. Las comparaciones y caracterizaciones se hicieron tomando en cuenta datos absolutos y relativos sobre los mas variados aspectos. Los resultados obtenidos aportaron criterios para seleccionar los analquenses a entrevistar y para la elaboración de hipótesis particulares en la conducción y procesamiento de las entrevistas. 6.4 Archivo parroquial El papel de la la religiosidad de los analqueses son aspectos fundamentales en la vida cotidiana del barrio. De ahí que la consulta del archivo parroquial fuera importante. Revisé los libros de gobierno de la parroquia desde 1920 hasta la actualidad. En ellos se encuentran informes, correspondencia, nombramientos, relaciones, permisos, información

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relacionada con las escuelas parroquiales y colegios de religiosas así como de las actividades de las asociaciones. También consulté los libros que se refieren a las asociaciones religiosas. La información obtenida contribuye a un conocimiento más amplio de las características de la población de Analco, brinda elementos sobre las estrategias que desde lo litúrgico ha tenido la labor parroquial para atraer a los fieles y, tal vez lo más significativo en lo que se refiere a la vida cotidiana, proporciona datos cualitativos y cuantitativos de las asociaciones religiosas que se dedicaron a hacer labor social en el barrio, la cual ha incidido en la solución de problemas relacionados con carencias materiales, salud, atención a ancianos, servicios y educación. Respecto a las fiestas patronales y religiosas la información documental es escasa, en tanto que en los testimonios rica. No obstante, las fuentes parroquiales precisan versiones de los testigos respecto a asociaciones religiosas, su temporalidad y funciones. 6.5 Recorridos de campo Teniendo presente la relación entre el pasado y el presente, durante el tiempo que realicé esta investigación hice frecuentes recorridos por el barrio, buscando elementos que me permitieran una mejor comprensión y explicación de la vida de los analquenses. Asistí a lugares y eventos que consideré propicios para el establecimiento de relaciones vecinales y recorrí sus calles observando a la gente, las construcciones, el ambiente. Pasé horas caminando o sentada en el Jardín de San José, en la Plaza de San Sebastián y en la Plaza de la Bandera. Alguna que otra vez acudí al Patio de los Angeles y también observé las clases de danzón que por las noches se impartían a la salida de éste. Desayuné, comí y cené en las fondas, mercados y puestos de comida que se dispersan por el barrio, y también tomé algunas cervezas en algunas de las cantinas. Observé entradas y salidas de las escuelas; jóvenes y niños jugando en las calles; señoras y señores de pie o sentados, platicado en las calles; talleres en pleno desempeño de sus labores y a sus trabajadores jugando damas, ajedrez, dominó o similares con refrescos o cervezas en una mesa a la hora de terminar sus trabajos. Asistí a fiestas patronales y celebraciones de semana santa; a misas, rosarios, primeras comuniones, quince años, matrimonios, pero me faltaron funerales. También platiqué de manera informal con muchos analquenses.

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Ilustrativa fue una misa a la que me tocó asistir, y con la cual culminó la peregrinación de los niños dentro del novenario de la fiesta de Nuestra Señora de la Salud; simultáneamente se celebraban los quince años de una jovencita y entre las intenciones figuraban la de una familia en la que había varios enfermos y difuntos; en el sermón el padre entremezcló las lecturas del día con todos estos aspectos. Estas actividades de observación se relacionan con dos aspectos que consideré importantes en el desarrollo de la investigación: por una parte percibir si las características supuestas de un barrio se podrían observar todavía en Analco, pues hacía seis años había sido la comunidad más afectada por las explosiones de abril de 1992, a raíz de lo cual tuvo reacomodos espaciales y demográficos significativos que repercutieron en la vida de sus habitantes. Pero además en cuanto a la vida del barrio, nos encontramos con que dos años antes de las explosiones dejó de funcionar la Vieja Central Camionera como lo había venido haciendo desde la década de los cincuentas, pues con la construcción de una nueva, la vieja sólo quedó para dar servicio a los pasajeros que viajan a poblaciones muy cercanas de la ciudad. En torno al gran movimiento que significaba la Central antes de su reubicación, mucha gente había construido una forma de vida que obviamente se vio afectada con el cambio. Además, me interesaba observar si algunas de las viejas costumbres y tradiciones todavía se practicaban en Analco. Esto debido a que una de las cosas que me llamaron la atención del barrio es que entre sus habitantes pervivan aunque con menor intensidad que antes, relaciones estrechas y un conocimiento particular de lo que pasa en él, a pesar de estar situado al centro de la ciudad y en las inmediaciones de la calle más transitada de Guadalajara. Además de lo mencionado, los recorridos por Analco tuvieron otra repercusión. Las pláticas con algunos analquenses me sugirieron preguntas y me ayudaron a acotar el trabajo. 7. Otros testimonios Además de los testimonios orales se contó con tres escritos. Estos, a diferencia de los orales en que la narrativa es más espontánea y son dirigidos por la intención del investigador, son cuidadosamente pensados y se orientan por la intención del autor. Todos dan cuenta del cambio en cuanto a costumbres y espacios. Sin embargo en tanto que los escritos

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privilegian el cambio, lo que era y ya no es, en los orales se pueden percibir mejor las permanencias. Uno de los testimonios escritos fue hecho por don Francisco Escalante Moreno, quien en 1994, dos años después de las explosiones, publicó un libro titulado Analco ayer, hoy y siempre (1994). El texto está dividido en dos partes: en la primera describe aspectos del Analco que le tocó vivir durante su infancia y juventud, remarcando cómo los cambios materiales y la “pérdida de valores morales” afectaron las costumbres del barrio y en general de la Perla Tapatía; en la segunda parte cuenta de manera muy particular la experiencia de su familia y la suya personal en las explosiones de abril de 1992. Otro de los testimonios escritos es un documento mecanuscrito, anónimo y sin fecha, titulado Breve Crónica del barrio de Analco. La crónica recorre de manera breve personajes, calles, lugares y edificios públicos y privados, festividades y actividades laborales del barrio. No habla del cambio propiamente dicho, aunque sí da indicios de él al usar gramaticalmente solo el tiempo pasado.El tercero fue hecho por Esther Arroyo Amador y se titula El Analco de mi Juventud (1987). En él narra los recuerdos de su ingreso y actividades en la Acción Católica; incluye conferencias y discursos que se ofrecieron en ocasión de diversas celebraciones y, en la parte final, habla de aspectos de su infancia en Ameca, Jalisco y de cuando llegó a vivir en Analco. También realicé entrevistas cortas a diversas personas en el barrio con el objetivo de obtener pistas para la investigación, corroborar datos y localizar informantes. 8. El análisis de las entrevistas El eje central de la interpretación fue la concepción de la vida cotidiana como la forma de apropiarse, consumir, imprimirle características propias, practicar el sistema cultural. Esto implica hacer análisis minuciosos de cada entrevista, no sólo por las características del propio entrevistado, sino también por las que él no vivió pero si percibe. Este análisis requirió que se seleccionen los pasajes relativos a cada tema o indicador para las diferentes etapas generacionales, para hombres y mujeres, se ubicaron en el tiempo y se confrontaron con la concepción mencionada de la vida cotidiana, para analizar en qué medida constituyen continuidades o cambios en la forma de consumir o practicar el sistema cultural. En este aspecto, la cantidad de evidencias posibilitó en ocasiones abordar de

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manera colectiva ciertas manifestaciones de lo cotidiano e incluso hacer generalizaciones; sin embargo, en otros aspectos se hizo necesario el tratamiento individual. Fueron las preguntas que se realizaron en el momento de la conversación y la manera en que se corroboraron las respuestas, las que posibilitaron que los testigos aportaran a través de sus respuestas e interpretaciones los indicadores de las características de la vida cotidiana en el barrio y la fuerza que tienen en sus vidas. El primer tratamiento que se dio a estas versiones, y que en ocasiones se realizó desde el momento de la entrevista, es el que exige el método histórico, como lo llamó Bloch, y que se lleva a cabo con cualquier fuente histórica, esto es, considerar su grado de veracidad y credibilidad, ubicarlo en el contexto de que emanó y confrontarlo con otro tipo de evidencias a fin de establecer cuál es su vinculación con “la realidad” a la cual se refiere. Esta contextualización se relaciona tanto con las características personales del informante y con el momento de la entrevista, como con las diferentes etapas y procesos históricos a los que aludió el testigo La riqueza y versatilidad de los testimonios orales da cuenta de la interrelación de muchos aspectos de la vida del hombre común y de su vida cotidiana. Los testimonios muestran cómo a partir de las actividades religiosas, se generan relaciones vecinales y a su vez esto implica, en no pocos aspectos apropiación del territorio. El ejemplo más típico encontrado son las posadas vecinales por cuadra. Las versiones sobre los aspectos religiosos no sólo dan cuenta del papel de las creencias y actividades vinculadas a la parroquia en la vida cotidiana, sino también de las relaciones jerárquicas al interior de la Iglesia católica, de los vínculos de ésta con el poder civil, de la diversidad de posiciones frente al dogma y a la vida dentro de la misma iglesia y los conflictos a que ellas dan lugar. Por otra parte muestran la concepción que de la historia y de lo social tienen los individuos, de algunos aspectos que marcan su conocimiento y del desconocimiento o falta de valorización de lo cotidiano para la historia. Aunque hay datos e interpretaciones que se repiten en las narraciones -memoria colectiva- hay otra serie de evidencias e interpretaciones que son particulares y que si bien se relacionan con el contexto general, también están condicionadas por la situación individual de cada testigo en el medio social en que se desenvuelve. De ahí que uno de los problemas para el análisis de las entrevistas fue la cantidad y diversidad de evidencias

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respecto a un mismo tema. Un ejemplo de ello son las diferentes explicaciones que los testigos dan a la preferencia que la mayoría de los analquenses tienen por alguno de los dos templos centrales del barrio: San José y San Sebastián; hay explicaciones de corte histórico, económico, espacial, cultural, pastoral y hasta artístico y educativo. Considero que las versiones de todos los entrevistados –poco más de cincuentaaportan y dan una visión rica que muestra que el barrio es un conglomerado humano complejo, con diferencias y contradicciones, pero también con semejanzas y tipicidades. A través de ella se pueden observar también relaciones significativas de poder. 9. Objetividad y subjetividad en los testimonios Dado que las fuentes principales elegidas para estudiar la vida cotidiana fueron las versiones de la historia personal de los habitantes de Analco, hay que tener presente que no se trata de versiones “objetivas” -en el sentido cientificista del concepto- pues lo que se busca en ellas es captar la forma en que los actores, desde su subjetividad, ven en perspectiva aspectos que el investigador provoca en la entrevista. Una de la metas de la historia oral es encontrar versiones que complementen o problematicen tanto las metodologías de la disciplina, como el punto de vista oficial, y que, por tanto, brinden una panorámica histórica más cercana a los actores sociales que generalmente no son tomados en cuenta por la memoria oficial, que es la que tradicionalmente se considera “objetiva”. La historia se ocupa individuos ubicados social y temporalmente, con emociones, afectos y sentimientos, relacionados de variadas y diferentes maneras con el entorno en que se desenvuelven. Por ello no es lógico ni racional que, con miras a lograr una supuesta objetividad, hagamos a un lado estos aspectos, menos aún cuando la perspectiva que se privilegia es la de la vida cotidiana en donde lo individual tiene mucho que aportar. El problema no se resuelva encontrando razones para ignorar la subjetividad; el problema se puede manejar cuando se acepta la subjetividad de lo humano y se le ubica y contextúa. La vinculación objetividad-subjetividad también está relacionada con la memoria. A partir del momento en que se solicita la entrevista a una persona, ésta inicia un proceso de investigación interna –recuerdo y selección de información- respecto al tema del que hablará; en ocasiones también recurre a lectura, búsqueda de documentos y fotografías, e incluso pláticas con individuos cercanos a él y al asunto de la entrevista. Busca “refrescar

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su memoria”. Si hasta entonces no lo había hecho, en ese momento empieza a tomar conciencia de que tiene una historia personal que contar y que es importante para los demás, para la memoria grupal o colectiva. Una vez iniciadas las conversaciones, a través de la o las primeras narración(es) de la experiencia personal, de lo que el informante interpreta y enfatiza, y también de lo que omite, se perciben los eventos que considera decisivos en la vida del individuo o del grupo. La propia entrevista combina lo “objetivo” y lo “subjetivo” de los procesos históricos. Como señalan Ruiz Funes y Tuñón: “...A través del testimonio tenemos acceso… a la manera cómo los hechos han sido percibidos por un sujeto determinado, en un momento histórico igualmente determinado… podemos recuperar la vida cotidiana de un sujeto histórico en sus distintas etapas o ciclos, la cual contiene elementos ideológicos, formas particulares de percepción de los hechos, sentimientos, relaciones, tiempos en el momento histórico específico que le toco vivir” (Ruiz Funes y Tuñón1996, 193). Esta vinculación entre lo objetivo y lo subjetivo se hace especialmente significativa en el caso de localidades como Analco, pues los relatos de la forma en que cada persona participa, interactúa, se relaciona con el espacio, con los vecinos, de las solidaridades, miedos y festividades comunes, hacen evidente que es precisamente a través de la participación de todas esas individualidades que continuamente se está construyendo y renovando la comunidad y el espíritu que la conforma. Dicho de otra manera, lo objetivo está constituido y se construye a partir de subjetividades

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Bibliografía ANÔNIMO. Breve crónica del Barrio de Analco. Mecanuscrito ARROYO AMADOR, Esther. El Analco de mi juventud. II tomo de Lira vivencia de un ideal. Guadalajara, S.E., 1987 DE CERTEAU, Michel. La invención e lo cotidiano. I. Las artes de hacer. México, UIAITESO, 1996 ESCALANTE, Moreno, Francisco. Analco ayer, hoy y siempre. Guadalajara, Edición particular, 1994 FERRAROTI. Franco, La historia y lo cotidiano. Barcelona, Península 1991 GINZBURG, Carlo. “Pruebas y posibilidades: al margen de ‘El regreso de Martín Guerre’ de Natalie Zemon Davis”. Traducción mecanográfica de Helena de la Peña de la versión publicada en inglés 1988 KELLER, Susan, El vecindario urbano. Una perspectiva sociológica. Madrid, Siglo XXI, 1975 LERNER, Gerda. Why history matters. New Cork, Oxford University Press, 1997 LINDON VILLORIA, Alicia (1999) De la trama de la cotidianidad a los modos de vida urbanos. El valle de Chalco. México: El Colegio de México –El Colegio Mexiquense. MC. PHAIL, E. “Vida cotidiana, tiempo libre y género: formas de comunicación” en Encuentro CONEIC, Querétaro, marzo de 1997 PUJADAS MUÑOZ, JJ. El método biográfico. El uso de las historias de vida en ciencias sociales. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas (Cuadernos Metodológicos), 1992 RUIZ FUNES Concepción y TUÑÓN, Enriqueta. “Historia oral. Creación e interpretación de fuentes en los estudios de la mujer” en VELASCO AVILA, Cuauhtémoc (coord). Historia y testimonios orales. México: INAH, 1996, p. 193 SAHLINS, Marshall, Islas de historia. La muerte del capitán Cook. Metáfora, antropología e historia. Barcelona, Gedisa, 1995 TORRES SÁNCHEZ, Rafael (1999) “Descripción e historia de la vida cotidiana”, en González Corona e Irma Beatriz Garcìa Rojas. Diversidad cultural en la Globalización . Guadalajara, Universidad de Guadalajara. DECR, 1999, pp. 191-203 VAN DE CASTEELE, S y D VOLEMAN. “Fuentes orales para la historia de las mujeres” en C. RAMOS, comp. Género e Historia: La historiografía sobre la mujer. México: Instituto Mora, 1992

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