Fuerteventura representa. LA ESTELA FUNERARIA DE Diego de Herrera en Betancuria

EL DÍA, jueves, 9 de mayo de 2013 25 EL TELÉFONO AUTOMÁTICO llegó a Garachico antes que a Santa Cruz y a La Laguna 28 revista semanal de EL DÍA LA

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EL DÍA, jueves, 9 de mayo de 2013

25 EL TELÉFONO AUTOMÁTICO llegó a Garachico antes que a Santa Cruz y a La Laguna 28

revista semanal de EL DÍA

LA ESTELA FUNERARIA DE

Diego de Herrera en Betancuria 

muno en su destierro carcelario en esta isla; las iglesias y ermitas, revestidas de esa canariedad incipiente, sin añadidos ni retoques, con esa sobriedad que se anquilosa en la soledad, en el respeto, en el sacrificio... De todo ese patrimonio sobresale, o es nuestra intención que así lo haga, el convento de San Francisco, ubicado en la villa de Betancuria, vergel entre valles que todo visitante compara, en su cercanía, con su notable parecido a las poblaciones bethlemitas. Dentro de ese conjunto religioso, conformado por las ruinas del cenobio franciscano, el oratorio de San Diego de Alcalá –santo que iniciara su profesión religiosa en este apartado paraje de la geografía isleña–, así como sus alrededores, existe un elemento singular que otorga un valor inestimable a todo ese entramado patrimonial. Nos estamos refiriendo a la lápida o estela funeraria que cubre la fosa que guarda los restos de Diego García de Herrera y Ayala, que ha pasado a los anales isleños como don Diego de Herrera, señor que fuera de las Islas. Hijo de D. Pedro García de Herrera y Rojas –mariscal de Castilla, señor de Ampudia y uno de los miembros del Consejo de S.M.– y de su esposa, María de Ayala y Sarmiento, nuestro biografiado no se quedó a la zaga en cuanto a prebendas, honores y títulos. D. Diego de Herrera fue Caballero Veinticuatro de Sevilla, Caballero Trece de la orden de Santiago, miembro del consejo de S.M. Enrique IV y de los Reyes Católicos, entorchados estos a los que unió su condición consorte de Señor de Lanzarote y Fuerteventura. Contrajo esponsales, en 1465, con la señora Inés Peraza de las Casas –heredera de la saga Peraza, tan vinculada a la conquista y señorío insulares–, con quien procrearía cinco hijos: Pedro García de Herrera, Fer-

Texto: Daniel García Pulido Fondo de Canarias Biblioteca General y de Humanidades Universidad de La Laguna A mis amigos Yurena Sánchez Ramírez y José María Mesa Ormazábal, quienes, a través de su testimonio gráfico, son el origen de estas líneas y de este proyecto, concebido como ilusionante sueño...

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uerteventura representa en la actualidad el paradigma de los sueños de todo aquel enamorado del sol, de las playas y de la tranquilidad. Paisajes de ensueño, accesibles solo a través de películas o documentales paradisíacos, atestiguan su papel de escenario verídico y palpable del descanso, de la relajación, una realidad que queda ratificada en los folletos veraniegos, en los testimonios al regreso de los viajeros a casa, en las fotografías que muestran, en ese bagaje de los sentidos que se pierden y se entremezclan como en pocos lugares de las Islas y, acaso, del mundo entero. Ese producto o esencia de Fuerteventura subyace sobre un horizonte anterior que no debe desatenderse, debido a su riqueza inigualable, única. De todo su catálogo de bienes culturales baste reseñar la montaña de Tindaya, auténtico referente patrimonial no solo aborigen, con podomorfos de un valor incalculable, sino que atañe a los sentidos y a las creencias de un pueblo; los vestigios de los antiguos reductos de la época de los conquistadores Jean de Bethencourt y Gadifer de La Salle, que visten la historia de Canarias con sus primeras galas europeas; las estructuras en piedra de molinos de centurias pasadas, en escenarios de interminables campos de horizontes gastados, cantados por Miguel de Una-

Estela funeraria de Diego de Herrera./YURENA RAMÍREZ

pasa a la pág. siguiente®

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EN PORTADA ® viene de la página anterior nán Peraza, Sancho de Herrera, María Ayala y Constanza Sarmiento, personajes todos ellos que enraizarían con los diferentes episodios e individuos que jalonan la primera historia del Archipiélago. D. Diego de Herrera llegó a las Islas desde tierras peninsulares en 1455, estando desde un principio inmerso en los procesos de conquista que se llevaban en curso a mediados del Quinientos. Para Tenerife, a pesar de adelantarse hasta casi treinta años a la entrada en los anales históricos y al sometimiento a Castilla de dicha isla, nuestro biografiado ostenta un episodio memorable –especialmente por lo singular y relevante-: se trata de la conocida como «acta del Bufadero», suscrita en julio de 1464 en tierras de dicho paraje de la costa santacrucera, donde se firmó un primer acuerdo con los menceyes guanches –acuerdo del que existe copia certificada para el siglo XVIII ante el fedatario Juan Antonio Sánchez de la Fuente–. Otro hito en la existencia de D. Diego de Herrera lo constituye el levantamiento de la torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña, en la costa del Sahara, que configuraría los prolegómenos de la presencia castellana en los predios del norte de África. D. Diego de Herrera falleció en Fuerteventura el 22 de junio de 1485, siendo enterrado en el citado convento franciscano de Betancuria (que había sido erigido bajo su patronazgo), y su sepulcro sería adornado, casi una centuria después, en 1591, con una lápida explicativa sobre su fosa en recuerdo de su persona, de su memoria y de sus hechos. Esta estela pétrea, provista de cenefa con motivos geométricos y con una grafía esmerada en forma y literatura, en la actualidad soporta las inclemencias meteorológicas y los avatares del propio paso del tiempo directamente, al haber perdido la techumbre el cenobio en el transcurso de su historia, y estar convertido aquel recinto y sus alrededores en un entrañable, aunque abandonado, parque histórico, un espacio ávido de recuerdos y de remembranzas. Desde estas líneas aportamos la idea, de seguro ya esgrimida en círculos internos culturales de las Islas, de la posibilidad del traslado de dicho testimonio funerario de primer orden para la historia del Archipiélago a las dependencias del cercano Museo Arqueológico de Betancuria, donde se protegería totalmente de su lento deterioro y posible pérdida. Existen casos parecidos en tierras peninsulares, caso de la ciudad de Toledo, donde existe una sección del museo de la ciudad dedicada a las lápidas que han marcado el pasado de aquella histórica capital, donde se guardan para futuras generaciones esos ejemplos suntuarios de importancia primordial para sus anales. Incluso, si cabe, en el supuesto de la imposibilidad de su traslado a dichas instalaciones, sería interesante o necesaria la colocación de una lámina de

Interior del convento franciscano de Betancuria./YURENA RAMÍREZ

metacrilato, fijada a los correspondientes pilotes de anclaje, que protegiera esa estela funeraria de las inclemencias del tiempo y de los visitantes, así como de las apetencias coleccionistas de los amantes del “recuerdo histórico”. No debemos olvidar que a esta lápida le faltan algunos pedazos, quién sabe si custodiados privadamente en alguna vitrina parti-

Detalle de la estela funeraria ./Y. R.

Otra perspectiva del convento franciscano de Betancuria ./ JOSÉ MARÍA MESA

cular extranjera, conocedor su dueño de la existencia de un mercado de antigüedades donde ese trozo de nuestra historia ancestral, señalado con la memoria de tan insigne personaje, tendría un valor estimable. Con este gesto acaso consigamos que no sean ciertas las palabras de aquel Muza ben Abel Gazán, quien ante la realidad de una tumba perdida, sin su estela, llegó a declarar…«si a alguien le falta sepultura donde ocultar sus restos, no carecerá de un cielo que los cubra”.

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HISTORIA

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n la noche del lunes de carnaval del 14 de febrero de 1825, entre las doce y la una, se incendió el colegio convento de San Julián, de la orden de San Agustín, en Garachico. El incendio principió por la celda del padre provincial, donde habían hecho la cena aquella noche los tres religiosos que allí había: el vicerrector, fray Manuel Gutiérrez; el padre Francisco Adán, y el lego fray Nicolás Ortega. Este se quedó con la llave de dicha celda por disposición del reverendo padre maestro Verde, que había subido en aquella tarde a Icod para comer el martes con su familia. Casi en dos horas se aplomó y quemó el convento con su iglesia, sin poderse salvar más que las imágenes, bancos y algunos pedazos de retablos, con los enseres de la sacristía. Su Divina Majestad fue llevada en medio de este conflicto al convento de San Francisco por el presbítero Lorenzo Gámez, que fue el primer sacerdote que llegó allí. El de Garachico fue uno de los ocho conventos establecidos en Canarias por los agustinos. Había sido fundado por el capitán Julián Moreno Cotiño y su mujer, Ana María Prieto de Saa, en su hacienda de El Esparragal de Los Silos, por escritura pública otorgada el 16 de enero de 1621, aportando para ello diez mil ducados, las casas para su estancia, vasos sagrados y los ornamentos necesarios. Según la petición especial que a este matrimonio hizo el padre fray Antonio Yanes, prior del convento del Espíritu Santo, de La Laguna, y vicario provincial de estas islas. Pero realmente el acto de fundación no se llevó a efecto hasta 20 años después, a causa de la fuerte oposición que ejercieron el ayuntamiento de la isla (La Laguna), el alcalde mayor de Garachico y los principales hacendados de Daute, que impedían tan loable propósito. Así, el 4 de marzo de 1641, llegó el padre Nicolás Rosel, quien fuera su primer rector. Tomó posesión de las casas destinadas para su habitación, dijo la primera misa en una de ellas y consagró el Cuerpo de Cristo, para que quedara sacramentado en este colegio, que así es como se denominaban los conventos agustinos. Se dedicó la iglesia al glorioso San Julián, cuya fiesta se había de celebrar cada 8 de marzo, como patrono titular de la institución. Pocos días después, el 19 de abril del mismo año, el obispo de Canarias, don Francisco Sánchez de Villanueva y Vega, concede licencia a fray Nicolás Rocel, rector del colegio, para que en Miércoles Santo pudiesen hacer la procesión de la Humildad y Paciencia de Cristo, por los mayordomos y cofrades de la cinta de San Agustín, que recientemente se había instituido en el dicho colegio, y por tener la Orden concepción de los pontífices para ello. “Es nuestra voluntad”, apunta el obispo, “se haga la dicha procesión para que sea de la Sangre [disciplina], y así mismo puedan pedir limosna para la Cofradía de la Cinta todos los jueves del año”. Pasaban los años y el monasterio de los agustinos garachiquenses se iba robusteciendo con capillas, altares, capellanías, propiedades, etc. Hasta que la noche de la víspera de San José de 1697 un voraz incendio, que comenzó

El ÚLTIMO INCENDIO DEL

Convento de San Agustín de Garachico,

AÑO DE 1825 

Texto: José Velázquez Méndez, cronista oficial de Garachico. Fuentes: Archivo Histórico Provincial de Tenerife. Ante el escribano Gaspar Delgadillo, 16-01-1621 Archivo Diocesano de La Laguna, Signatura 1.421, documento 16).

en la plaza de las lonjas del puerto, quemó ciento nueve casas de la calle de Abajo, que desde entonces pasó a denominarse de San José. En esa calle estaba el convento de San Julián, que fue devorado por las llamas con la mayor parte de lo que contenía. Se perdió para siempre su bella y elegante arquitectura: una nave flanqueada de hermosas capillas ricamente adornadas, con su esbelta torre y puerta de entrada, la de Las Gracias, de cantería profusamente adornada. Sólo se salvó de él lo que sus moradores, con la ayuda de algunos piadosos vecinos, pudieron poner a salvo antes de que llegasen allí las llamas; entre ello, las imágenes de San Isidro Labrador, Santo Tomás de Villanueva, San Jerónimo, Santa Mónica y San Cayetano. Mientras, otros intentaban hacer cortafuegos derribando casas, cortando corredores, arrojando agua, etc. Mas todo fue en vano, y los edificios y corrales con estructura de madera y teja, que guardaban, los más de ellos, pólvora, aceites, brea, cera, sebo y otras materias inflamables, caían consumidos de seis en seis. Las limosnas de los vecinos, la venta de tributos conventuales y la ayuda económica de otros de la misma Orden hicieron posible se reedificase esta

En la imagen superior, fachada del convento. Bajo estas líneas, el detalle de la llamada puerta de Tierra.

emblemática institución religiosa de enseñanza; hasta que, como hemos indicado, llegó la noche del lunes de carnaval de 1825, convirtiendo en cenizas todo lo combustible que encontró. En esta fecha era párroco de Santa Ana de Garachico don José Abad y Martínez, quien notificó a don Pedro José Bencomo, gobernador del obispado de Tenerife, tan sensible pérdida: “Al amanecer del 15, me presentó el padre vicerrector del extinguido convento, una petición para que le permitiera trasladar la Realidad del citado convento, de San Francisco a el convento de Santo Domingo, al que proveí que se trasladara, sin perjuicio de lo que usted

tuviera a bien disponer. En efecto, a las 10 del día, salió de San Francisco Su Majestad Divina con el patriarca San Agustín, acompañado de las hermandades de Gracia, del Carmen y mucha gente del pueblo. Fue conducida por el mismo vicerrector fray Manuel Gutiérrez y depositada allí. Los frailes cumplen todos los días con el oficio divino, pero para que no perdieran el derecho a dicho convento incendiado se determinó se hiciese un cobertizo de tablas y se recogieran allí los religiosos, en donde han estado hasta la fecha, yendo siempre al convento de Santo Domingo a decir misa y cumplir con el rezo. Permaneciendo los religiosos en este estado, determiné que el padre fray Francisco Adán, recogiese todos los enseres que se hallaban en diferentes casas del pueblo y formase una lista para que esta sirviese a todo tiempo de gobierno al padre provincial fray José González Oliva”. El Ayuntamiento también lo comunica al Obispado, y después de exponer lo que significaba para el pueblo las clases que impartían los religiosos agustinos y la importancia que tenían estos para la comarca, informa de que “en medio de esta amargura, los pocos religiosos que lo habitaban tomaron el arbitrio de refugiarse provisionalmente en la ermita de San Sebastián, iglesia que fue del extinguido convento de Santo Domingo, allí colocaron a Su Majestad y allí continuaron haciendo su vida en común, y allí permanecen desempeñando las obligaciones de su instituto, aunque pernoctan en un pequeño sitio que han cubierto con tablas en un extremo del edificio incendiado para no perder la posesión de su antigua Casa. El ayuntamiento observa el anhelo y empeño de algunos vecinos de que se reedifique dicho colegio”. Solicitaban, además, los ediles garachiquenses, que fuesen, por lo menos y de pronto, restauradas unas celdas para que fuesen ocupadas por los mencionados frailes. Pronto el gobierno eclesiástico del Obispado responde a los munícipes: “¿Cómo pueden no haber perdido la posesión de su antigua casa por el sólo hecho de pernoctar en un pequeño sitio que han cubierto con tablas en un extremo del edificio incendiado? A mi entender, para no haber perdido los religiosos la posesión de su antigua casa, debieron haber permanecido en alguna pieza restante del antiguo convento, si acaso hubiera escapado del incendio, colocado en ella al Santísimo Sacramento, celebrando allí los divinos oficios y cumpliendo las demás obligaciones religiosas. El solo hecho de pernoctar bajo un mal colgadizo en los escombros de su antiguo convento y en sitio desierto, lo tengo por indecente a los mismos religiosos y por peligroso, según la rectitud de sus costumbres y exponerlos a las burlas que en todos los pueblos han de haberlas. Hay órdenes terminantes que prohíben reedificar los conventos, cuando estos, por cualquier causa, han sido del todo extinguidos o destruidos, yo no puedo desentenderme de tales órdenes, sin exponerme voluntariamente a una reprehensión severa del gobierno. La Laguna 17 de abril de 1825”. Los restos de este convento pasaron a Bienes Nacionales y por subasta fueron adquiridos por un particular para transformarlos en vivienda.

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HISTORIA LOCAL

TELÉFONO AUTOMÁTICO

Garachico lo tuvo en 1932: ¿y Santa Cruz? 

Textos: Carlos Acosta

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ursé la mitad de mi bachillerato en el Instituto de La Laguna, regentado, cuando llegué, por don Agustín Cabrera (q.e.p.d.) y luego por don Leoncio Afonso.¡Qué dos profesores, tanto en lo intelectual como en lo humano! Los recuerdo con veneración por su esmerado trabajo y su estilo personal. Me gustaba –y me gusta– La Laguna, pero me acordaba mucho de mi Garachico. Cuando mi familia quería hablar conmigo me llamaba por teléfono al Asilo de Ancianos, situado frente a la casa en que yo habitaba. Pero si era yo quien quería hablar con mi familia tenía que ir a la calle de La Carrera (nunca la he llamado Obispo Rey Redondo) a la Central de Teléfonos. Ocurría que, algunas veces, había mucho público esperando; entonces me iba a un bar que había cerca y tenía un teléfono público colgado en la pared. Pagábamos un par de pesetas, o menos, y ya está. La primera vez que entré en el bar para hablar por el teléfono dichoso, pregunté si había que introducir la monedita en la ranura desde el principio o tenía que darle antes a la manivela. Cuando hice la pregunta al señor que estaba tras el mostrador, sonrió socarronamente y me dijo: –¿Usted no ha hablado nunca por teléfono? –Sí, muchas veces; pero por el automático. –¿Cómo es eso? Usted no tiene aspecto de peninsular. Ni habla como los peninsulares. –Es que no soy peninsular. Soy de Garachico –¿ Y quiere usted hacerme creer que en Garachico…? –Sí, señor. Dos años después de nacer yo teníamos teléfono automático en mi casa. Y, claro, estoy tan acostumbrado a él que… Debo comunicarles, amables lectores, que la escena se desarrolló en 1946, cuando yo estudiaba 6º curso de bachillerato. El hombre del mostrador puso cara de asombro. A él le parecía inexplicable la situación. Una situación que quiero explicarles ahora para que ustedes vean lo poquito que sabemos de nuestra historia más reciente. Los detalles sobre Garachico los encontré en el diario “La Tarde”, ya desaparecido, en su edición del 17 de mayo de 1932. En cuanto a los datos que quiero ofrecerles sobre Santa Cruz… ¡Dios mío! Cuánto he trabajado para

contarles ahora ciertas cosas. Pero vamos primero con Garachico. Lean, por favor: “A las 11 de la mañana del domingo, con asistencia del gobernador civil de la provincia, presidente del Cabildo Insular, alcaldes de Icod, Garachico y Los Silos , consejero señor Franquet, rector de la Universidad, señor Hernández Borondo; director del servicio telefónico, señor López González; representantes de la prensa local y de numerosos invitados se inauguró la instalación telefónica automática que acaba de montar el Cabildo en la región Icod-Daute”. Se cuenta luego, un tanto ampliamente, toda una parafernalia de discursos, piropos recíprocos, deseos de futuro… En fin, de lo de siempre: esas felicitaciones tan emotivas ( o tan vacías, como ustedes quieran) que se suelen emplear en casos como el que les vengo contando. Voy a reducir parte de cuanto se dice en la crónica para que este trabajo no se extienda demasiado. Pero no puedo pasar por alto que las autoridades e invitados tuvieron que subir a Icod a tomar las copas de costumbre porque en el pobre Garachico no encontraron –y lo comprendo perfectamente– un lugar idóneo para tan elegante cometido. Menos mal que las cosas, al menos en este aspecto, han cambiado sustancialmente. Ahora tenemos cinco hoteles, tres de ellos en la zona urbana. ¡Cómo cambian los tiempos! Pero sigo la crónica garachiquense con permiso de ustedes: “El Cabildo adjudicó por concurso público a la Compañía Standard Eléctrica S.A. la espléndida instalación que acaba de inaugurarse por el precio de 180,000 pesetas”. (Espero que no se asusten por la cantidad). Se dice luego que “el proyecto fue redactado gratuitamente, merced a las gestiones realizadas por el señor don Emilio López González, por técnicos especializados, debiéndose dicho trabajo al ingeniero telegrafista español don Rafael Palma”. (Debo expresar mi sorpresa por lo de español en lugar de peninsular, pero así fueron las cosas y yo las respeto). Se aclara luego que la instalación comprendía 10.750 metros de cable telefónico de 31 pares y 3.300 de 50, con todos sus accesorios. Dirigió los trabajos de las centrales el técnico de la Standard Electric herr Winkel. Intervino también, siempre siguiendo la redacción que me ofrece “La Tarde”, el jefe de personal, don Luis Abreu. Y también tomó parte en los trabajos don Esteban Martínez, jefe de línea de Telégrafos. Lo más brevemente posible les diré

 La casa de la Telefónica de Garachico en los años treinta.

que la instalación estaba compuesta por la central de Garachico y dos estaciones satélites, equipadas para 460 líneas de abonados urbanos, ampliables hasta 1.500 en toda la región. Copio ahora literalmente: “El repartidor principal está montado en Garachico y a él llegan, además de los circuitos de abonados, 31 enlaces de Icod, 28 de Los Silos y 30 líneas urbanas de Santa Cruz y otros pueblos. (Obsérvese que no ha salido ni una vez en el trabajo la localidad de Buenavista; tampoco El Tanque). El tipo de máquinas adoptado es el 7-A, igual exactamente al que funciona en Madrid y poblaciones más importantes del mundo. El cuadro conmutador interurbano está también en Garachico, es luminoso, de dos posiciones y provisto de todos los adelantos modernos”. En la crónica se habla luego de felicitaciones y demás detalles secundarios. Pero prefiero cortar aquí, no sin darles mi palabra de que no me he inventado las cosas, ni siquiera los piro-

pos. Por eso no tengo inconveniente en decir que la central está actualmente en Icod, aunque sigan muchas máquinas iniciales en el propio Garachico, donde hay un hermoso edificio propiedad de la Telefónica en la calle Pérez Zamora. Me falta un pequeño detalle: recuerdo a varias de las telefonistas de la Villa y Puerto. Las más antiguas que están en mi memoria son doña Carmela Arocha y doña Julieta García. Esta última y su esposo, don Ramón Martell, técnico también de la Telefónica, fueron mis padrinos de bautismo. Las más cercanas a nuestros días fueron Carmencita Pont (ya ausente para siempre) y Anita Arocha. Las dos, excelentes telefonistas y excelentes amigas. –¡Sí, sí, todo eso está muy bien, pero ¿cuándo va a hablar usted de Santa Cruz? Lo ha citado en los titulares de su trabajo, pero no ha pasado de ahí. –Ahora, amigos, ahora. Pero quiero que sepan las peripecias sufridas en el empeño. Llamé por teléfono a mis

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HISTORIA LOCAL mejores amigos de La Laguna y Santa Cruz. No pudieron, pese a sus deseos, encontrar las fechas que yo necesitaba sobre la instalación del teléfono automático en la zona capitalina. Llamé al Cabildo y a la Telefónica. Y me hicieron creer que ese no era su cometido. Retiré de mi biblioteca el libro titulado “Imágenes para una historia. Cabildo Insular de Tenerife. 1913-1988”. Su último capítulo se titula “El Cabildo y el teléfono automático”, pág. 106. Tal capítulo, inexplicablemente, sólo tiene siete renglones. No hago comentarios. Pero sí digo que no me desalenté. Llamé a Madrid, a la Central Nacional. Siete llamadas. De un teléfono me mandaban a otro. Por fin, una amable señorita me pidió que cortara la comunicación y que ella me llamaría para darme la fecha que yo necesitaba. En efecto, me llamó dos horas después: –Anote, que le doy los datos. El 15 de agosto de 1965 inauguró Franco el cable submarino Cádiz-Tenerife para la implantación de teléfono automático San Fernando-Santa Cruz. Más contento que unas Pascuas, di las gracias y colgué. Pero… ¡mi gozo en un pozo! No era esto lo que yo buscaba. Santa Cruz ya tenía entonces el adelanto técnico del que venimos tratando. Aquello fue después. La señorita fue complaciente conmigo, pero no acertó. De nada me sirvieron mis siete llamadas a Madrid. Incluso me dieron un teléfono de Barcelona, el de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Yo tenía que solicitar la fecha por escrito y dirigirme a la calle Bolivia, núm. 56, D.P. 08081. Naturalmente, desistí. Hasta que Dios me iluminó y decidí ponerme en contacto con el singular historiador orotavense y gran amigo Manuel Rodríguez Mesa, un hombre de la escuela de don Antonio Ruméu de Armas, don Elías Serra Rafols y don Leopoldo de la Rosa, entre otros. ¡Qué acierto tuve! –Voy a buscarte el dato a partir de ahora mismo. Y te llamaré cuando lo tenga. Eran las 9 de la noche. Por la mañanita del día siguiente, entre las diez y las once… –Encontré los datos que me pedías en dos periódicos: el ABC de Madrid y “El Día”, de Santa Cruz. La fecha: el 3 de julio de 1949. Cuando Manolo, por correo certificado, me envió las fotocopias precisas, me quedé asombrado. Cierto que la nota de ABC era cortita, pero muy bien llena de datos. Por lo que respecta al periódico nuestro, traía el diario mañanero toda –casi toda– la primera plana y otros lugares del interior con datos y más datos del acontecimiento. Un acontecimiento que debí llamar evento, que es palabra más elegante (y más pedante, por supuesto). La satisfacción era general. Copio pequeños detalles porque la información es grandísima: “A las 8 de la tarde de ayer fue bendecido e inaugurado oficialmente el nuevo edificio de la Compañía Telefónica Nacional de España en esta capital, recién

construido en la calle de Teobaldo Power, frente a la Mancomunidad…”. Más adelante, después de citar a las autoridades que asistieron al acto (no asistió el obispo por indisposición; en su lugar estuvo el señor Herraiz Malo, vicario capitular del Obispado, quien bendijo el inmueble), “se expuso al público que la instalación cuenta con 3.000 líneas automáticas para el servicio urbano y 12 posiciones de operadoras para el servicio interurbano”. En los discursos no se olvidaron los oradores de las telefonistas que cesaban; aquellas que, durante años y años, estuvieron ante el cuadro atendiendo llamadas y más llamadas de un lugar a otro. “A continuación fueron visitadas todas las diversas dependencias del edificio (…). La planta principal sirve de alojamiento a los nuevos cuadros y en la tercera se halla la sala de operadoras interurbanas, así como centros para oficinas, despachos, salas de talleres, bar, etc.” Por último, las autoridades e invitados fueron obsequiados por la compañía con bebidas y pastas en una agradable reunión que se prolongó hasta las primeras horas de la noche. Todo esto lo he copiado de “El Día” correspondiente al 3 de julio de 1949, lo que quiere decir que el acto se había celebrado el día anterior. Y el lector habrá observado la distancia o el período de tiempo, como ustedes quieran, que se observa entre la instalación del teléfono automático en la zona de IcodDaute, con centro en Garachico, y la fecha en que el gran adelanto técnico llegó a la zona capitalina, o sea La Laguna y Santa Cruz. Nada menos que 17 años de intervalo entre ambos trabajos. Desde marzo de 1932 a 3 de julio de 1949. Igualito que hoy. Sirva de ejemplo anecdótico el nuevo puerto pesquero de Garachico. En 1974 publiqué en la prensa diaria un artículo en defensa de nuestros deseos. Fue, me parece, el primer contacto con la prensa en tal sentido. El puerto se inauguró el pasado año. Así que estuvimos esperando nada menos que 38. Total, no fue tanto. Por el ferry seguimos esperando. Y lo que te rondaré, morena. Metido de lleno en el periódico mañanero de Tenerife, me había olvidado de la pequeña crónica de ABC, de Madrid. La ofrezco ahora: “Mejoras telefónicas en Canarias. Santa Cruz de Tenerife, 2. A las ocho de la tarde se celebró la inauguración oficial del servicio automático en Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, situada a 9 kilómetros de la capital. En el momento de la inauguración pasaron de un servicio a otro 1.450 abonados y comenzaron a recibir el automático 1.010 nuevos usuarios del teléfono, con un total de 2.480, en Santa Cruz de Tenerife; en La Laguna, la subcentral fue inaugurada con 370 abonados en servicio. Aquella tiene una capacidad inicial de 3.000 líneas, que pueden ampliarse hasta 7.000; la de la Laguna, 60 y 2.000, respectivamente”. No puedo olvidar que este trabajo

mío se debe, en gran parte, a Manuel Rodríguez Mesa. La información que me ha enviado sobre Santa Cruz es tan amplia que me resulta excesiva para unirla a lo que ya llevo escrito. Pero voy a copiar, como gratitud a mi amigo orotavense, lo que en letras de gran tamaño se dice en la portada de nuestro diario: “Anoche comenzó a funcionar el servicio telefónico automático en esta capital y La Laguna. Solemne bendición e inauguración del nuevo edificio y de las instalaciones. En el acto pronunciaron discursos el capitán general, el gobernador civil y el ingeniero jefe de la compañía, don Manuel Marín”.(Todo, como digo, en grandes titulares).

 Telefonista ante el cuadro de la central de Garachico.

Si los lectores han llegado hasta aquí no les importará leer unos renglones más. Y es que quiero contarles una anécdota final, que tiene chispa. Cuando mi ya ausente, pero siempre recordado y respetado, amigo don Andrés Soler Hernández estudiaba Odontología en Madrid, acertó a ver, una tarde en que salió de paseo, un gran grupo de personas frente a un escaparate. Se acercó curiosamente y le dijeron: –¿Ve usted ese teléfono? No es normal. Es automático. Estamos a la altura de Nueva York. Y don Andrés respondió, orgulloso, como es lógico: –Y a la altura de Garachico. Sabe Dios la cara que pondría el pobre hombre al escuchar tales palabras. Y no hay más que contar. Al menos por hoy Pero, ¿verdad que resulta más que extraño que Garachico tuviera teléfono automático 17 años antes que Santa Cruz? Me dicen que los técnicos temían cualquier fracaso y que no es lo mismo equivocarse en un pueblo que en una capital. Puede que sea cierta tal afirmación, pero a mí se me hace muy cuesta arriba creerla. Otros serían los motivos.

HERÁLDICA del apellido de la familia

FEO

José Peraza Hernández Apellido de origen portugués, que se estableció en Canarias después de la conquista. Su primitivo solar lo tuvo en las inmediaciones del monasterio de Feanes, de la Orden de San Benito, en Portugal. Hubo dos ramas principales de este linaje: la de Martín Til el Feo, que procedía del linaje de los Ataúdes, y la de Fernández Feo de Valdorna. En el lugar de Fraria, de la isla de Lanzarote, radicó otra familia de este apellido de la que fue Luis González Feo Betancourt, natural de la villa, que casó con doña Rita Rodríguez Figueroa, nacida en La Geria, también de Lanzarote, siendo padres de Francisco Feo Rodríguez Figueredo, natural también de Fraria, que a su vez casó con doña María de la Candelaria de Armas Román, natural de Lanzarote. Su hijo, José Feo de Armas, contrajo matrimonio con doña Antonia Betancourt y Ayala, siendo progenitores de Víctor Feo y Betancourt, de Lanzarote, caballero de la Orden de Carlos III, en la que ingresó el 14 de junio de 1836. Según se expresa documentalmente, el primero de este nombre que vino a Canarias fue el capitán Pedro Feo, primo del Rey de Portugal, que acompañó a Diego de Silva en sus incursiones por Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, apoderándose en una de estas de las población de Telde. Armas En campo de plata, tres bandas de gules. Bibliografía Nobiliario Español de Julio de Atienza, pág., 370. Nobiliario de Canarias, tomo 1. pág. 813 y III pág. 357. POR LINO CHAPARRO D´COSTA

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TURISMO

LA VILLA DE LA OROTAVA, EN EL PÓDIUM DE LAS ENSEÑANZAS TURÍSTICAS MUNDIALES (I). ORÍGENES Y GÉNESIS DE UNA REALIDAD EVIDENTE 

Texto: Antonio-Pedro Tejera Reyes

Nada prosperará debidamente en el sector turístico del mundo sin una auténtica formación profesional, capacitada, honrada y decente, basada en la experiencia y el conocimiento. (Arthur Haulot. 1966)

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os años que van de 1966 al 1999 fueron para nosotros de profundas ilusiones ante una actividad increíble relacionada con la Universidad para la Paz, regida en aquel entonces por el magnífico e inigualable rector Francisco Barahona, y su equipo formado por los ilustres profesionales expertos en las recursos naturales aprovechados para soportar la paz mundial, tales como Felipe Matos González y Gerardo Budowski, este último rector encargado que inauguraría en el salón noble de la Villa de La Orotava la maestría que habíamos elaborado conjuntamente durante estos tres años, en frecuentes reuniones en la sede de esta singular universidad de las Naciones Unidas en Ciudad Colón, Costa Rica. Fueron acontecimientos que marcaron una época en las enseñanzas turísticas significativamente para toda Hispanoamérica, ya que graduados universitarios de casi todos sus países pudieron seguir unos estudios sobre Calidad Turística-Ambiental Sostenible y Promoción de la Paz con un reconocimiento profesional extendido hoy por muchos lugares del mundo. De forma decisiva se contó para esta gesta –creo que nunca mejor empleada esta palabra– con el apoyo irrestricto del Cabildo de Tenerife que presidía Adán Martín Menis, y la invalorable gestión del entonces juez Salvador Iglesias Machado, gracias al cual conseguimos el patrocinio simbólico de la Viceconsejería de la Presidencia del Gobierno de Canarias que ostentaba Pedro Rodríguez Zaragoza y de la de Turismo, en ese entonces gestionada por Jaime Rodríguez Cie. Fueron pilares en que se sustentaron los importantes proyectos que fueron terminados y entregados al Cabildo de Tenerife en el año 2001, después de una laboriosa labor en la cual intervinieron cientos de profesores y treinta y cuatro alumnos. Un trabajo de largos años Corrió mucha agua bajos los puentes en estos sufridos años hasta el 2012. Más de quinientos profesionales estuvieron involucrados, de alguna u otra manera, en la mencionada aventura como podemos calificar este singular acontecimiento. Decenas de trabajos ilustrados por unos tutores cana-

rios veían con profesionalidad e ilusión cómo les llegaban proyectos de adecuación de todo tipo recursos de los más dispares países de América, traídos por la esperanza de unos actores involucrados en el desarrollo turístico de sus orígenes que encontraban en Canarias en auténtico laboratorio, el cual les aportaba las mejores soluciones para sus proyectos, basados en los conocimientos y las expe-

riencias de unos profesores profesionales del turismo insular e internacional que participaban entusiásticamente para canalizar sus inquietudes. Fueron decenas de proyectos que se desarrollaron desde los Esteros del Iberá, en Argentina, hasta las islas brasileiras, pasando por los más

 Presentación de los estudios profesionales de turismo en La Orotava, ofrecido a la AIDIET y a la CONPEHT.

 Momento, en Costa Rica, de la firma del documento que vinculaba definitivamente a la Villa de La Orotava con la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas.

emblemáticos lugares de Perú, Chile, Uruguay, Nicaragua, Venezuela, Colombia, México, etc. Una autentica orgía de proyectos turísticos donde hasta los recursos religiosos de algunos lejanos lugares fueron analizados y puestos en escena buscándole el valor turístico que se les consideraba a los mismos. No solo sirvió este entramado de estudios único en el mundo, apoyados en este prestigiosa Universidad para la Paz, de las Naciones Unidas, sino que la multitud de estudiantes graduados que asistían a los mismos tuvieron la oportunidad de conocer en profundidad la realidad del turismo en Canarias, de forma muy espec ial en Tenerife, con algún añadido en La Palma y Fuerteventura, con la especial secuencia que esta significativa operación les ofrecía para la promoción de Canarias en general. Cabildo de Tenerife, ayuntamientos, museos, ITER, recursos naturales y enclaves turísticos fueron expuesto y explicados en detalle a este espectacular grupo de visitantes que pasaron de los quinientos en estos años, como decimos anteriormente.

La realidad actual Sería una omisión injusta si no citáramos como indiscutible realidad el apoyo del Excelentísimo Ayuntamiento de la Villa de La Orotava, con su alcalde al frente, Isaac Valencia Domínguez, y su director de Cultura, Francisco Linares García, quienes desde un primer momento, considerando la importancia del proyecto, cedieron las instalaciones necesarias para su realización, primero –donde se inició todo en al año 1996– en la Casa de la Cultura, y más tarde, en la actual sede por donde han pasado esos cientos de alumnos que mencionamos, independientemente de altas autoridades del Gobierno de México, y de relevantes universidades de Ecuador, Dominicana, Costa Rica y otras varias naciones americanas. Hoy, un programa profesional denominado Desarrollo TurísticoAmbiental Sostenible y Promocion de la Paz, desarrollado e impartido desde La Orotava, ha sido presentado ante la Asociación Iberoamericana de Institutos Educativos de Turismo, en Buenos Aires, así como a la propia Confederación Panamericana de Escuelas de Hotelería, Gastronomía y Turismo, entidades que abarcan todos los ámbitos educativos de turismo en las enseñanzas de turismo. Su aceptación está consiguiendo cotas muy considerables, ya que se trata exportar las experiencias aportadas por cientos de profesionales turísticos que participaron activamente en la realización de la maestría que hemos señalado en este reportaje. Un mundo de esperanzas En unos momentos en que el turismo mundial se encuentra en franca expansión, pese a la supuesta crisis que afecta a países que no han sabido hacer sus deberes, el poder poner en escena las experiencias nacidas del trabajo, la dedicación y el conocimiento, nos llevan a considerar una obligación el hacerlo, recordando el compromiso adquirido el día en que en la Universidad para la Paz, nos fueron entregadas las banderas de la citada universidad y de las Naciones Unidas ancladas hoy en nuestra sede de la Villa de La Orotava como un símbolo imperecedero de lo que puede la justicia, pese a los injustas actitudes que muchas de la veces han hecho abortar los más inmejorables de nuestros proyectos, cegados por fines inconfesables para algunos, pero perfectamente conocidos por nosotros.

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EL DÍA, jueves, 9 de mayo de 2013

CLAVES DEL CAMINO

De San Borondón, Mafasca y rutas mágicas por Canarias Esta semana aprovechamos para dar cuenta de diversas noticias de interés relacionadas con nuestras temáticas, una necesaria puesta al día que nos permitirá dar a conocer la primera, y puede que única, fotografía tomada hasta la fecha de la Luz de Mafasca. Igual de sugerente será conocer la existencia de la Orden Atlántica de San Borondón, el programa de actos del II Congreso Nacional del Misterio o la eclosión de rutas por toda Canarias que tienen al misterio como argumento. 

Textos: José Gregorio González

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ebemos reconocer que nos cogió por sorpresa, y que fue una sorpresa muy grata. Desde Fuerteventura, un oyente de nuestro programa en Canarias Radio la Autonómica “Crónicas de San Borondón” nos confiaba un documento único y a nuestro juicio excepcional: una foto tomada hace treinta años en la que aseguraba que aparecía la legendaria y escurridiza Luz de Mafasca. A pesar de las decenas de testimonios que personalmente hemos recogido en los últimos veinte años, y de los cientos de casos relativos a su observación de los que tenemos constancia, jamás habíamos oído hablar de la existencia de ninguna fotografía del fenómeno, y ni tan siquiera de intentos de inmortalizarlo gráficamente. La observación de la luz se llevó a cabo hace tres décadas por parte de varios miembros de una familia, al menos diez personas del grupo familiar que estaba pasando el verano en la playa de Giniginamar, en Tuineje, Fuerteventura. Observaron cómo la luz se dejaba ver con sus tonos rojizos, acercándose al grupo y realizando diferentes movimientos en el entorno, algo bastante habitual en su desconcertante comportamiento. Los testigos sabían perfectamente que aquello que estaban observando “era la Luz de Mafasca, de la que con tanta naturalidad y frecuencia habla la gente”. La observación se prolongó lo suficiente como para que se pudiesen lanzar cuatro fotografías, tomadas por Oliver Marrero en el momento en el que su padre apagaba la pequeña hoguera que tenían encendida, pensando que con más oscuridad la luz saldría más destacada en las fotos. Solo una de las imágenes logró salir en buenas condiciones, inmortalizando la luminaria y pasando a formar parte de los recuerdos y anécdotas más preciados de la familia. LOS CABALLEROS DE SAN BORONDON EXISTEN Otra curiosa sorpresa que nos llevamos a través del citado programa de radio fue la de conocer la existencia de los Caballeros de la Orden Atlántica de San Borondón, fundada e inscrita como asociación socio-cultural en el año 2011. Sus promotores dicen regirse por los

Única imagen conocida de la Luz de Mafasca, a la izquierda.

principios de las ordenes de caballería, cultivar los más nobles valores y promover acciones humanitarias, adoptando dos lemas: CORAN DEO ET HOMINIBUS: Delante de Dios y de los Hombres (o de todo el mundo). Significado: no nos escondemos de nadie; y RESPONDERE IN AMORE: Respondemos al bien con el bien. Significado: quien hace el bien es amparado por nuestra espada, quien hace el mal, acometido por ella. Al parecer, tras la reciente creación de la orden, sus promotores entraron en contacto con el historiador, teólogo yexpertoenlaEdadMediaAntonioGalera Gracia, quien les puso al corriente de la efímera existencia, entre 1610 y 1614, de una Orden de San Borondón

Escudo de armas de la orden de San Borondón

en Tenerife, tal y como había podido averiguar por casualidad trabajando en los archivos del Vaticano. La orden, fundada en La Laguna por comerciantes de vino, buscaba prestar cobijo y asistencia a los más desfavorecidos con las ganancias derivadas de su floreciente negocio, estando relacionada su desaparición con problemas con los poderes públicos y la Iglesia. La orden actual tiene su sede en Los Realejos y está en el proceso de elegir su vestimenta, aunque cuenta con un escudo de armas que combina una representación de la mítica isla con varios bucios, una corona de coral y una rosa de los vientos entre otros elementos. Puede ser localizada en Facebook o bien a través del correo electrónico [email protected] II CONGRESO NACIONAL DEL MISTERIO El pasado año la isla de Gran Canaria acogió un destacado acontecimiento relacionado con el periodismo del misterio y con innovadores y enriquecedores enfoques aplicables al turismo: la celebración de la primera edición, en Maspalomas, del Congreso Nacional del Misterio. Este año el congreso se traslada a Telde, con un grupo de invitados con el que se espera revalidar la aceptación lograda en su primera edición y que supuso contar con unas 600 personas entre el público, venidas de todas las islas, de diferentes lugares de la Península e incluso de Inglaterra, Francia y Austria. Su promotor, Ulises Acosta, está convencido de las “oportunidades promocionales que las leyendas y el misterio tienen para Canarias en la esfera turística, un aliciente más para un sector que necesitar reinventarse y abrir nuevos espacios, tomando como referencia modelos que ya funcionan en otras comunidades y países”. El congreso, que se celebrará el 8 y 9 de junio en el teatro Juan Ramón Jiménez, contará entre sus ponentes con Eric Frattini, Miguel Blanco, Sol Blanco Soler, Fernando Hernández, Pedro Amorós, Vicente Fuentes, Juanca Romero, Ricard Bru y Luis Javier Velasco, entre otros. Los temas oscilarán desde las casas encantadas y las psicofonías, a los misterios del Vaticano, las leyendas de Canarias, el fenómeno OVNI y la hipnosis, destinándose parte de la recaudación a la organización

¡NUMERÍZATE! ¿NOS MARCAN LOS NÚMEROS? Desde hace milenios el hombre ha considerado que su vida, personalidad y destino están condicionados en parte por ciertas cifras, por números asociados a su fecha de nacimiento o a equivalencias sobre su nombre que verá aparecer en momentos cruciales. Como si de un árbol se tratase, ese eje se ramifica hasta entrelazarse con las claves numéricas de quienes nos acompañan en la vida, así como de los acontecimientos y escenarios por donde discurre nuestra vida. La numerología nace del intento de comprender esas correlaciones y de buscar fórmulas para sacarles ventaja, algo que evidentemente no encuentra sustento en el modelo con el que hoy explicamos el mundo. No es extraño que muchos lleguen a caer en la trampa de encomendarse a los “números de la suerte” a cada instante o que crean encontrar de forma obsesiva correlaciones numéricas significativas en cualquier hecho. Pero, ¿hay un punto intermedio, un lugar en el que la numerología pueda ser una herramienta útil de autoconocimiento, capaz de arrojar luz sobre nuestros potenciales y los caminos más idóneos por los que discurrir? Ulyses Fariña González es numerólogo y está convencido de que ese punto intermedio existe y está al alcance de cualquiera. Su experiencia con los números le ha convencido hace tiempo y esa certeza se ha visto reforzada exponencialmente con la de muchas personas que acuden a sus charlas y cursos. Mañana, viernes,a las siete de la tarde imparte una conferencia en Casa Nostra, en Santa Cruz, y un taller práctico el sábado 11. Más información en el teléfono 639.78.45.78



Mensajeros de la Paz. Los interesados en recabar más datos cuentan con toda la información en la web www.congresonacionaldelmisterio.es y a través del correo [email protected] Un ejemplo adicional del efecto reclamo que supone el misterio y las leyendas para el turismo convencional y el interior lo encontramos en la curiosa eclosión que en los dos últimos años han tenido las iniciativas que ofrecen al público excursiones y rutas “mágicas” por diferentes lugares de Canarias. Ya empiezan a despuntar en muchos lugares, mientras que en otros están rotundamente consolidadas. La Laguna es el ejemplo más gráfico, pero Güímar, Teror, Telde, Santa Cruz y La Orotava también las acunan. Precisamente en la villa se lanzó en días pasados una sugerente ruta masónica que se sustenta en el atractivo histórico e interrogantes simbólicos de la masonería.

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jueves, 9 de mayo de 2013, EL DÍA www.eldia.es/laprensa

Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 874

PATRIMONIO HISTÓRICO-MONUMENTAL DEL PUERTO-CIUDAD DE SANTA CRUZ DE TENERIFE

Esculturas que miran al mar (I) La capital tinerfeña está festoneada de esculturas expuestas al aire libre, muchas de ellas de autores muy cotizados. El autor del presente trabajo propone un recorrido por aquellas que se encuentran cerca del mar o que tienen alguna relación él, como las que se encuentran en la Escuela de Náutica. Se trata de hacer una somera descripción de cada obra con sus datos más básicos, para mejor conocimiento del público. Comienza hoy la publicación de la serie, que abarca un total de quince esculturas. 

Texto y fotos: JoséManuelLedesmaAlonso

ARBOREA

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sta obra de Fernando Garcíarramos, arquitecto técnico, doctor en Bellas Artes, escultor y poeta, nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1931, está inspirada en el árbol de la sabina, especie botánica existente en la isla de El Hierro, que el viento

“Arbórea”, de Fernando García Ramos

SOL ROJO

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sta obra del escultor Edgar Negret Dueñas (Popayán-Colombia 1920), que se alza en el aparcamiento del Parque Marítimo César Manrique, y pertenece a la II Exposición Internacional de Arte en la Calle, organizada en 1994 por el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos de Canarias (COAAT), en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, y subvencionada por McDonalds. La escultura, de 4 x 4 x 1 m., fue realizada por el becario Manuel Suárez, bajo la supervisión de Drago Díaz y Manel Aldeguer, profesores de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, siguiendo la maqueta enviada por el artista a escala 1:10 Formada por módulos laminares de aluminio, unidos mediante tornillos y tuercas, se caracteriza por el uso de elementos geométricos cuyo rigor compositivo asimila características biológicas no exentas de fuerza poética.

se encarga de contorsionar caprichosamente. Al realizarla, su artífice concibió una mujer joven, de larga melena al aire, su cuerpo transformado en tronco de un árbol, y su cabello y brazos formados por las ramas. La escultura fue ofrecida a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife en el cincuentenario del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos de Canarias (1992) y fue colocada en la avenida Marítima, frente a la plaza de Europa. En el año 2010, debido a las obras de la Vía Litoral de Santa Cruz de Tenerife, a su paso por esta zona, la escultura fue trasladada a la rotonda ubicada frente a la Refinería, felizmente alejada de los atentados de graffiti que recibía en su anterior ubicación. “Sol rojo”, de Edgar Negret Dueñas

JUGUETE DEL VIENTO

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a escultura móvil que se encuentra instalada en el Parque Marítimo César Manrique de Santa Cruz de Tenerife, sobre un peñasco de lavas ubicado entre el borde de la piscina central y la orilla del mar, en una zona donde el viento suele soplar con

“Juguete del viento”, de Manrique

HOMENAJE A SANTA CRUZ

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a escultura instalada delante del castillo de San Juan (castillo Negro), junto al Parque Marítimo Cesar Manrique, de 15 metros de alto, 9 metros de ancho y 6.500 kilos de peso, con forma de diamante en la parte superior y de cruz en la inferior, está formada por una estructura fija de acero forrada de hierro en color blanco, y otra móvil, compuesta de un eje de acero inoxidable de 16 aspas que giran en la dirección del viento. De la interpretación e ingeniería de esta obra póstuma de César Manrique fueron responsables Juan Alfredo Amigó y José Luís Olcina, al igual que ocurre con “Juguete del viento”, siendo construida también en los talleres de Aquilino Dorta Pérez. La escultura, donada por la empresa Domingo Alonso S.A., fue inaugurada por el alcalde Miguel Zerolo Aguilar el 22 de septiembre de 2000. Su coste ascendió a 240.405 euros. Consideramos que el lugar donde está instalada no es el sitio más apropiado pues rompe la perspectiva visual e histórica del castillo de San Juan; por lo tanto, al llamarse “Homenaje a Santa Cruz”, debería colocarse en la rotonda existente al principio de la avenida 3 de Mayo.

fuerza, lo que hace que sus piezas se muevan como si de un juguete se tratara. La interpretación e ingeniería de esta obra póstuma de Cesar Manrique Cabrera (1919-1992), que simula los molinos de viento que conoció de pequeño en su tierra natal (Lanzarote), estuvo a cargo de Juan Alfredo Amigó y José Luis Olcina, siendo construida en Arafo, en los talleres de Aquilino Dorta Pérez. Realizada en acero corten, está formada por un tubo de seis metros de altura, cimentado fuertemente a la base de sustentación que se encuentra anclada a un prisma cuadrangular de 1,80 m. de altura, dentro de un pequeño estanque. En la parte superior del tubo se acoplan, alternativamente, 20 aspas en forma de cruz, con 3 y 2 módulos poligonales cada una, instaladas a sotavento y a barlovento, de manera que al ser impulsadas por el viento, rotan con movimientos opuestos, produciendo infinidad de combi“Homenaje a Santa Cruz”, de César Manrique naciones.

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