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Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial Dirección de Ecosistemas República de Colombia
FUNDAMENTOS CONCEPTUALES BASE PARA UNA POLITICA NACIONAL DE BIODIVERSIDAD 2010-2020 - DOCUMENTO VERSION DE TRABAJO NO CITAR, NO REPRODUCIR
MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL
DIRECCION DE ECOSISTEMAS PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA INSTITUTO DE ESTUDIOS AMBIENTALES PARA EL DESARROLLO
Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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FUNDAMENTOS CONCEPTUALES BASE PARA UNA POLITICA NACIONAL DE BIODIVERSIDAD 2010-2020 MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL
DIRECCION DE ECOSISTEMAS PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA INSTITUTO DE ESTUDIOS AMBIENTALES PARA EL DESARROLLO
- DOCUMENTO VERSION DE TRABAJO NO CITAR, NO REPRODUCIR
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TABLA DE CONTENIDO 1. PRESENTACIÓN .................................................................................................................... 5 1.1 La Política Nacional de Biodiversidad (PNB) en Colombia ....................................... 6 1.2 Revisión y actualización hacia una Política Nacional de Biodiversidad 2010-2020... 6 1.3 La cartilla sobre los fundamentos conceptuales de la Política Nacional de Biodiversidad: contenido, alcances y limitaciones .......................................................... 7 2. LA BIODIVERSIDAD ............................................................................................................... 9 2.1 CONCEPTOS Y DEFINICIONES ............................................................................. 9 La complejidad de una definición ................................................................................ 9 Análisis de un concepto desde diferentes ópticas ..................................................... 10 La necesidad de un lenguaje común......................................................................... 11 2.2 IMPORTANCIA ...................................................................................................... 13 Los servicios ecosistémicos ...................................................................................... 14 Servicios proporcionados por los diferentes ecosistemas ......................................... 17 La biodiversidad como requisito en la provisión de bienes y servicios ecosistémicos 20 2.3 PROBLEMÁTICA - MOTORES DE PÉRDIDA Y TRANSFORMACIÓN .................. 27 Pérdida y transformación ecosistémica ..................................................................... 30 Introducción de genes y especies ............................................................................. 31 Sobre-explotación ..................................................................................................... 31 Contaminación .......................................................................................................... 32 Cambio climático ...................................................................................................... 33 Tendencias actuales y futuras .................................................................................. 34 3. LOS ENFOQUES EN LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD ............................................. 39 3. 1. ¿QUÉ SIGNIFICA GESTIONAR LA BIODIVERSIDAD? ...................................... 39 3.2 LA GESTIÓN ANTES DEL SIGLO XXI .................................................................. 39 3.3 UN NUEVO ENFOQUE PARA LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD ................. 43 La sociedad y la naturaleza como un sistema complejo interdependiente ................ 43 La resiliencia ............................................................................................................. 46 La naturaleza en el espacio y el tiempo: escalas conectadas. .................................. 49 La sociedad y la toma de decisiones en la gestión de la biodiversidad: conflictos, gobernanza y bienestar ........................................................................................... 51 Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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Los diferentes tipos de conocimiento, la interdisciplinariedad y la gestión. .............. 54 El enfoque ecosistémico ........................................................................................... 56 4. LA BIODIVERSIDAD COMO ELEMENTO DE POLÍTICA PÚBLICA .................................... 59 4.1 ¿QUÉ ES UNA POLÍTICA PÚBLICA?.................................................................... 59 4.2 ¿PARA QUÉ SE CONSTRUYE Y SE DEFINE UNA POLÍTICA PÚBLICA? ........... 59 4.3 QUÉ ELEMENTOS CONTIENE UNA POLÍTICA PÚBLICA? ................................. 60 5. MENSAJES CLAVE PARA LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD ................................... 62 6. GLOSARIO............................................................................................................................ 65 7. LITERATURA CITADA.......................................................................................................... 67
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1. PRESENTACIÓN Es creciente el reconocimiento que se le ha dado en las últimas décadas a la biodiversidad como principal expresión de las diferentes formas de vida en el planeta, como parte fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas y sobre la intima relación que tiene con el bienestar y la calidad de vida de los seres humanos. En este último aspecto cada vez comprendemos mejor la relación directa de la biodiversidad con la salud y la riqueza humana así como con su seguridad y cultura (GEO4 2007). Estos beneficios que se derivan de los ecosistemas donde la biodiversidad ocurre, son conocidos como servicios ecosistémicos y se expresan en aquellos servicios tangibles de soporte, provisión y regulación como en aquellos intangibles de tipo cultural (ver capítulo 2). En todos los casos la prestación de estos servicios es indispensable para la supervivencia de la vida en el planeta y esto será solo posible si los ecosistemas mantienen la biodiversidad que garantiza la ocurrencia de los procesos y funciones de los cuales se derivan (MEA 2005). Gran parte de las sociedades en el mundo han comenzado a reconocer gradualmente este valor potencial y estratégico que tiene la biodiversidad en su desarrollo social y económico. Como reflejo de ese interés son innumerables las iniciativas y esfuerzos que a diferentes escalas se han implementado para prevenir, manejar y mitigar los efectos negativos que generan las diferentes fuerzas que han conducido a una acelerada pérdida y transformación de la biodiversidad en todo el planeta. Dentro del amplio abanico de acciones que se han promovido en las últimas décadas están principalmente aquellas dirigidas a la protección de áreas naturales en gran parte de los países del mundo, de los servicios ecosistémicos que de allí se derivan, como a la necesidad de consolidar sistemas productivos e implementar herramientas de manejo que complementen tales esfuerzos más allá de sus fronteras. Igualmente cabe resaltar aquellas iniciativas enfocadas en la identificación y conservación de especies bajo algún riesgo a la extinción o los esfuerzos dirigidos a restaurar diferentes ecosistemas así como a recuperar sus funciones y servicios ecosistémicos. Sin embargo estas acciones no ocurren de manera aislada y generalmente responden a una estrategia que conjuntamente la sociedad ha decidido implementar. Esto se ve reflejado en una serie de acuerdos y tratados internacionales así como de políticas, planes, programas y en términos generales, de normatividad especifica que sobre la biodiversidad se ha desarrollado en gran parte de los países del mundo. Esto refleja el interés de los estados por reconocer el valor que tiene la biodiversidad no solo de forma intrínseca sino frente a la necesidad de gestionar los impactos negativos que puede generar su pérdida y transformación sobre la calidad de vida y el bienestar de la población.
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1.1 La Política Nacional de Biodiversidad (PNB) en Colombia Colombia no ha sido la excepción en la ratificación de acuerdos internaciones y en el desarrollo de políticas, planes, programas y marcos normativos que reconocen el papel estratégico de la biodiversidad. Dentro de estos instrumentos se destacan su participación en las Declaraciones de Río de Janeiro de 1992, el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) ratificado en 1994, la Declaración del Milenio 2000, la meta 2010 y otros instrumentos similares que plantean la necesidad de conocer, conservar y utilizar de manera sostenible la diversidad biológica del país. El mejor ejemplo de este creciente interés de Colombia en la gestión de la biodiversidad, es la Política Nacional de Biodiversidad (PNB), publicada en 1996 y la propuesta técnica para la formulación de un Plan Nacional de Acción en Biodiversidad (PNAB) del año 1998, que a pesar de no ser un documento formalmente aprobado por el Consejo Nacional Ambiental, ha servido de base para el desarrollo de los objetivos de la Política y para la formulación de varios planes regionales de acción. Tanto la Política como la propuesta técnica fueron elaboradas siguiendo las recomendaciones y los mandatos del Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (CDB) y de otros compromisos internacionales que Colombia ha adquirido como Estado Parte.
1.2 Revisión y actualización hacia una Política Nacional de Biodiversidad 2010-2020 De acuerdo con el artículo 6 del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) ratificado por el país mediante la Ley 165 de 1994, Colombia se ha comprometido a diseñar y revisar permanentemente sus políticas públicas en el tema y a adoptar mecanismos concretos para la protección de la diversidad biológica del país. Adicionalmente este marco de referencia insiste en la importancia de articular las políticas nacionales de biodiversidad con otras políticas sectoriales y de promover la mayor participación social y comunitaria en el diseño de dichos instrumentos. Por tal razón y en consonancia con las obligaciones del Estado en materia de actualización de sus políticas públicas, el Viceministerio de Ambiente a través de la Dirección de Ecosistemas se propuso adelantar un proceso de revisión y actualización hacia una Política Nacional de Biodiversidad 2010-2020. El propósito explícito propuesto para este proceso fue el de desarrollar un fundamento técnico y conceptual que sirviera de base para la revisión y actualización de la PNB a partir de los conceptos que sobre la biodiversidad y su gestión han sido desarrollados en los últimos anos en el mundo y en los avances logrados por Colombia gracias a la implementación de esta política. Para lograr ese objetivo, el MAVDT consideró necesario contar con el acompañamiento de una serie de entidades que hacen parte del SINA (cerca de 13 entidades tanto gubernamentales como académicas) y que son representadas por una secretaria técnica conformada por la dirección de Ecosistemas del MAVDT, el Departamento de Nacional de Planeación (DNP) y el Instituto Alexander von
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Humboldt (IAvH). Igualmente considero indispensable el acompañamiento de una entidad que tuviera la capacidad técnica de apoyar la tarea de construir estos fundamentos. Esto último se logró gracias a la participación de la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ), institución que en convenio con el MAVDT ha venido facilitando y apoyando el proceso de trabajo colectivo con diferentes entidades, organizaciones instituciones y personas clave en la gestión de la biodiversidad en Colombia. Este proceso ha permitido a la fecha la elaboración entre otros productos de una propuesta conceptual que presenta un marco de referencia para la gestión de la biodiversidad en el país en el siglo XXI. Igualmente ha permitido la consolidación de un diagnóstico nacional de avance de la implementación de la PNB en los últimos 10 anos además de una propuesta de los motores que están llevando a una pérdida y transformación de la biodiversidad en Colombia. Finalmente, El MAVDT con el apoyo de la PUJ ha venido desarrollando un proceso de construcción prospectiva de la PNB con diferentes actores de los sectores no solo ambientales sino igualmente productivos, sociales y académicos implicados de manera directa con la biodiversidad del país. Esto con el fin de generar un objeto común de política así como una serie de principios, estrategias e instrumentos que definan una PNB que responda a las diferentes realidades, tendencias y oportunidades presentes en todo el territorio nacional . El camino por parte del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial será tomar y analizar todos los insumos que diferentes actores de la sociedad colombiana han construido participativamente en este proceso para generar con ellos una PNB actualizada con visión 2010-2020. Igualmente lograr articular esta PNB con otras políticas tanto a su cargo como a cargo de otras entidades del SINA, o con aquellas que se promueven e implementan desde otros sectores de la sociedad.
1.3 La cartilla sobre los fundamentos conceptuales de la Política Nacional de Biodiversidad: contenido, alcances y limitaciones El documento que se presenta a continuación busca entregar a los diferentes actores involucrados directa o indirectamente en el proceso y/o en la gestión de la biodiversidad en Colombia, elementos y orientaciones de forma sintética y pedagógica sobre las principales propuestas de carácter conceptual que constituyen el marco de referencia que guiará la gestión de la biodiversidad en Colombia en la próxima década y la implementación de la PNB 2010-2020. Para tal fin este documento presenta un primer capítulo que describe las definiciones y conceptos propios de la biodiversidad, su importancia y las principales fuerzas o motores que presionan sus componentes, funciones y atributos. Un segundo capítulo presenta los enfoques propuestos en relación con la gestión de la biodiversidad tanto históricamente como los que se busca guíen el trabajo y la toma de decisiones en esta temática en Colombia en los próximos años. En un tercer capítulo se presenta la biodiversidad como un elemento de política pública y los elementos que se requieren para lograr ese objetivo.
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Finalmente el documento presenta una serie de mensajes clave para la gestión de la biodiversidad, los cuales reúnen las principales conclusiones de este proceso técnico. Igualmente se presenta un glosario de términos que apoyarán al lector en el seguimiento e interpretación de la cartilla y a lo largo de todo el texto se presentan gráficos, tablas y esquemas así como estudios de caso que apoyan la comprensión e identificación del lector con algunos de los conceptos y propuestas.
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2. LA BIODIVERSIDAD 2.1 CONCEPTOS Y DEFINICIONES El marco más importante que a nivel internacional aborda la comprensión y gestión de la biodiversidad corresponde con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el cual ha sido ratificado por cerca de 191 países y es la piedra angular sobre la cual se han construido gran parte de las políticas, iniciativas y esfuerzos que comprenden la gestión de la biodiversidad en el mundo. Este marco de referencia define la biodiversidad como “La variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas”. Esta definición es reconocida tanto por los estados que han ratificado el CDB como por las principales evaluaciones y publicaciones que sobre esta temática se vienen desarrollando en las últimas décadas a escala global (como la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, MEA 2005), nacional, regional y/o local. La importancia de esta definición es que llama la atención sobre las múltiples dimensiones en que se expresa la biodiversidad, que pueden ir desde reconocer explícitamente sus escalas de expresión a nivel taxonómico, ecológico y genético así como su carácter dinámico en el espacio y en el tiempo (MEA 2005). Igualmente por medio de esta definición se reconoce la necesidad de que su gestión se aborde desde una óptica multidimensional que permita comprender mejor la relación entre los cambios de la biodiversidad y los cambios en el funcionamiento de los ecosistemas y en los servicios que estos pueden proveer.
La complejidad de una definición Sin embargo lograr una única e integral definición de biodiversidad que refleje toda la complejidad de expresiones que ésta comprende no es una tarea fácil y menos es lograr describir en pocas palabras a qué hace referencia específicamente este término, cuál es el alcance real del mismo y qué efectos tiene esas descripciones en su gestión. El reto de una definición se ve reflejado en la evolución que el mismo concepto ha sufrido en las últimas décadas y en como a través de los años se han generado múltiples aproximaciones (algunas ampliamente aceptadas como las ya mencionadas y adoptadas en el CDB), sin que exista hasta el momento un consenso definitivo que compartan diferentes actores y sectores de la sociedad interesados en su compresión y gestión. En términos generales es posible identificar que históricamente el uso de este concepto se ha movido en un gradiente que puede ir desde una mirada netamente científica y taxonómica asociada a una simple relación del número de especies o su abundancia en un lugar determinado (Schwarz, 1976 En DeLong 1996) (mas relacionada con la riqueza Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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de especies o el listado de formas de vida presentes en un lugar) a una descripción de las diferentes formas de vida, sus atributos, funciones y en general a toda la variabilidad presente en la naturaleza (Spellerberg y Hardes 1992 En DeLong 1996, Noss 1990). En ese gradiente una aproximación relativamente reciente hecha por Edward Wilson en 1986, fue el uso de la contracción del termino Diversidad Biológica en lo que hoy conocemos y usamos ampliamente como ―Biodiversidad‖ y a partir del cual se han derivado todo tipo de usos y expresiones. Cabe resalar cómo esta denominación ha tenido desde su origen un sentido más político que busca llamar la atención a los diferentes sectores de la sociedad sobre la amplia variedad de expresiones de vida presentes en el planeta así como la problemática que enfrenta y los efectos que puede tener su degradación sobre la calidad de vida y el bienestar de la humanidad.
Análisis de un concepto desde diferentes ópticas A pesar de la amplia variedad de definiciones y conceptos que parecen estar asociados al término Biodiversidad, como lo evidencia DeLong (1996) en cerca de 85 diferentes definiciones que podían ser rastreadas hasta el año 1996 (Tabla 1), el término puede ser analizado conceptualmente desde diferentes enfoques. Esto con el fin de comprender mejor los diversos alcances y las limitaciones que generan algunas aproximaciones (mas allá seguramente de un listado de especies) y las implicaciones que estas tienen en la gestión de la biodiversidad. Un primer enfoque es analizar el término biodiversidad desde la óptica de la derivación etimológica de la palabra y la clasificación que busca generar. En tal sentido DeLong (1996) menciona primero que este término es una derivación de la raíz latina ―diversitas” que significa variedad, la cual se ve modificada por el prefijo griego ―bios que significa vida. En este sentido etimológico es posible ver la biodiversidad simplemente como la diversidad de la vida lo cual evidencia contextos del término que van más allá de una mera lista de componentes y refleja los complejos procesos de interacción, funciones y atributos que los caracterizan. Es igualmente posible dar a esta definición una mirada semántica a la luz de lo que significa ver esa raíz de diversidad como una clase que puede tener diferentes grupos. En este caso ese grupo está señalado específicamente por el prefijo vida que muestra las diferencias que pueden existir con otros grupos de diversidades tales como las asociadas a contextos geológicos, culturales, climáticos, etc. Estos últimos aunque no necesariamente hacen parte del alcance conceptual de lo que podría definirse por el término biodiversidad, están íntimamente relacionados en su expresión y desarrollo. Un segundo enfoque busca comprender la biodiversidad a partir de una definición que permita la descripción de sus componentes, características, propiedades y cualidades. Esto ha sido útil debido a la dificultad de concertar una definición única para este término y por tanto ha resultado más provechoso describir sus componentes y atributos con el fin de transmitir la amplitud y complejidad del panorama de lo que este concepto abarca. En este caso es posible resaltar aproximaciones generadas principalmente por Noss (1990) quien llama la atención sobre la dificultad para generar una definición integral de este término, y a la necesidad de comprenderlo desde el reconocimiento de los diferentes Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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componentes, atributos y funciones que la componen así como de las escalas jerárquicas y la dinámica de espacio y tiempo en que esta se expresa. Estas aproximaciones son las que mayor aceptación han tenido en los últimos anos, tal como se evidencia en la definición propuesta por el CDB. Un tercer y último enfoque es la definición que de la biodiversidad podría hacerse desde la óptica de los conceptos y aproximaciones prácticas que persiguen algunas disciplinas (p.e. social, económica, antropológica, etc.). Esto referencia la búsqueda de comprender qué significa la biodiversidad desde la óptica misma de la gestión y los objetivos que se persiguen en esos campos. A pesar de la practicidad de este tipo de definiciones , en algunos casos este enfoque puede confundir o sesgar el significado mismo del término así como de los alcances en cuanto a su compresión y gestión.
La necesidad de un lenguaje común Ante este panorama de aproximaciones podemos asegurar que los conceptos y definiciones que sobre este término existen, son tan diversos como la misma biodiversidad. Sin embargo nos permiten reconocer la complejidad que lleva implícita no solo su definición o los componentes funciones y atributos que la describen sino igualmente la problemática que puede afectarla y la gestión que requiere. Aunque la comprensión y gestión de la biodiversidad no puede depender exclusivamente de un definición exacta de este término, es claro que la carencia de tal claridad puede afectar la comunicación y cooperación efectiva que sobre tal temática pueden desarrollar los diferente actores involucrados directa o indirectamente con su gestión. En tal sentido cualquier aproximación debe tener en cuenta los enfoques anteriormente mencionados, su relación con otros conceptos ecológicos y el propósito que estemos buscando con la comprensión de la biodiversidad desde algún tipo de disciplina en particular (DeLong 1996)
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Tabla 1. Mirada histórica de los diferentes enfoques y definiciones asociadas biodiversidad, Tomado de DeLong 1996. Ámbito de los componentes ecológicos y procesos
Caracterización de la biodiversidad
al término
Autores que han publicado la definición
Riqueza
Schwaraz et al 1976, Stankey 1990, CloudsleyThompson 1993, Harms 1994.
Riqueza y equitatividad
Cloudsley-Thompson 1993, Lapin y Barnes 1995.
Variedad
Sandlund et al 1992
Riqueza
Erwin 1991, Foster 1992, Spellerberg 1992, Raven 1994
Variedad
Murphy 1988, Koford et al 1994, Reid y Miller 1989, Raven et al 1992, Thelander et al 1994
Riqueza
States et al 1978,
Riqueza y equitatividad
Patton 1992
Riqueza
Schwaraz et al 1976, Salwasser 1991
Variedad
Norse et al 1986, Wilcove 1988, Landres 1992, Henderson et al 1993
Riqueza
Dasmann 1991, McNeely 1992
Riqueza y equitatividad
Cooperrider 1991, Spellerberg 1992
Variedad
Probst and Crow 1991, Fiedler y Jain 1992, Harris y Silva-Lopez 1992, Naciones Unidas 1992, Wilson 1992, Scott et al 1993, Adams 1994, Allaby 1994, Eisner y Berring 1994, Huston 1994, Meffe y Carroll 1994, Hunter 1996
Riqueza
Naiman et al 1993
Variedad
Wilcove y Samson 1987, Samson y Knopf 1994
Riqueza
Barker 1993
Riqueza y equitatividad
McNeely et al 1990, McMinn 1991, Ratliff 1993
Variedad
Keystone 1991, Spellerberg y Hardes 1992, Daniels et al 1993, West 1993, Noss y Cooperrider 1994, Scott et al 1995
Especies
Genes y especies
Genes, especies, ensamblajes
Genes, especies, ensamblajes, procesos bióticos
Genes, especies, ensamblajes, ecosistemas
Genes, especies, ensamblajes, procesos ecológicos y sus interacciones
Genes, especies, ensamblajes, procesos ecológicos, componentes ecológicos, ecosistemas y sus interacciones
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2.2 IMPORTANCIA El GEO 4 menciona el énfasis e interés durante los últimos 20 años, desde la publicación del informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland), en comprender y resaltar la importancia de la biodiversidad. Como consecuencia de este interés se ha logrado comprender cada vez más el papel de los humanos en los ecosistemas y su dependencia directa a la biodiversidad para la consecución de la salud, la seguridad y la cultura, es decir para la misma supervivencia humana. En el año 1996 Kellert describió las siguientes categorías de valor dados a la biodiversidad (Tabla 2). Tabla 2. Categorías de valor dados a la biodiversidad
TIPO DE VALOR UTILITARIO
NATURALISTA
SIMBÓLICO
CIENTÍFICO
MORAL/ÉTICO
DEFINICIÓN Explotación práctica y material de la naturaleza. Servicios ecosistémicos. Experiencia directa, exploración y disfrute de la naturaleza. Uso de la naturaleza para la comunicación y la estructuración de sistemas de pensamiento. Estudio sistemático de la estructura, función y relaciones en la naturaleza Valoración espiritual y preocupación ética por la naturaleza.
FUNCIÓN Mantenimiento físico, seguridad básica y mejoramiento económico. Recreación, descubrimiento, inspiración y creatividad. Comunicación, categorización y significado.
Conocimiento, entendimiento y manejo de la naturaleza. Conciencia del mundo.
En 1997 el INSEB (Informe Nacional sobre el Estado de la Biodiversidad) recoge el sistema de clasificación de los valores dados a la biodiversidad y menciona que los diferentes valores dados por la sociedad a la biodiversidad generan conflictos y choques de intereses. Durante los últimos años gracias al trabajo adelantado por la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MEA por sus siglas en inglés) se le ha dado especial importancia al papel de la biodiversidad como base y requisito indispensable en la ocurrencia de la mayoría de procesos y funciones que contribuyen con la provisión de servicios ecosistémicos.
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Los servicios ecosistémicos Durante los últimos años se ha reconocido la importancia de la biodiversidad como soporte y requisito indispensable en la provisión de los bienes y servicios de los que depende el funcionamiento de los ecosistemas y la viabilidad de las poblaciones humanas. Los servicios ecosistémicos son actualmente muy importantes en investigación, gestión, y formulación de políticas. Desde los años 70 se conocen como bienes y servicios ecosistémicos (de aquí en adelante llamados servicios ecosistémicos) aquellos procesos y funciones de los ecosistemas que son percibidos por el humano como un beneficio (de tipo ecológico, cultural o económico) directo o indirecto. El concepto de servicio ecosistémico es netamente antropocéntrico, pues sólo los procesos y las funciones percibidas por los humanos como benéficas se reconocen y denominan de esta forma.
Durante más de treinta años varios autores han nombrado y definido este concepto de diversas formas (Tabla 3). La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2003 y 2005) clasifica los servicios ecosistémicos en: 1. Servicios de provisión: bienes y productos que se obtienen de los ecosistemas, como alimentos, fibras, madera, agua y recursos genéticos. 2.
Servicios de regulación: beneficios resultantes de la regulación de los procesos ecosistémicos, incluyendo el mantenimiento de la calidad del aire, la regulación del clima, el control de la erosión, el control de enfermedades humanas y la purificación del agua.
3. Servicios culturales: beneficios no materiales obtenidos de los ecosistemas, a través del enriquecimiento espiritual, el desarrollo cognitivo, la reflexión, la recreación y las experiencias estéticas. 4. Servicios de soporte: necesarios para la provisión de los demás servicios ecosistémicos, entre éstos se incluyen, la producción primaria, la formación del suelo y el ciclado de nutrientes, entre otros.
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Tabla 3. Nombre y definición otorgados a los servicios ecosistémicos desde los años 70 hasta la actualidad. Elaborada con base en Holdren & Ehrlich (1974), Ehrlich & Ehrlich (1981), Hawkins 2003, Daily 1997, Constanza 1997, Binning et al 2001 y la Evaluación de Ecosistemas del Milenio (MEA por sus siglas en inglés: Millennium Ecosystem Assessment (2003, 2005). NOMBRE DADO A LOS SERVICIOS AUTOR AÑO DEFINICIÓN ECOSISTÉMICOS Holdren Ehrlich
&
1974
Funciones de los servicios de carácter público proporcionados por el ambiente global
Dentro de estas funciones incluyeron el control de plagas, la polinización, la regulación del clima, la retención del suelo, el control de inundaciones, la formación del suelo, el ciclado de materia, la composición de la atmósfera, el mantenimiento de la fertilidad del suelo y el almacenamiento de información genética
Ehrlich Ehrlich
&
1981
Servicios ecosistémicos
No se tiene información
Daily
1997
Servicios públicos de los ecosistemas globales
Define los bienes como los productos proporcionados por los ecosistemas que generan beneficios a través de su consumo y los servicios como las condiciones y procesos a través de los cuales los ecosistemas naturales y las especies sostienen y mantienen la vida humana
Constanza
1997
Servicios ecosistémicos
Beneficios que obtienen las poblaciones humanas de las funciones de los ecosistemas
Binning et al
2001
Servicios ecosistémicos
Son aquellos que fluyen de los activos naturales o reservas de recursos naturales (suelo, agua, plantas, animales, atmósfera) para proporcionar al humano beneficios ecológicos, culturales y financieros
Evaluación de los Ecosistemas del Milenio
2003 y 2005)
Servicios ecosistémicos
Beneficios que obtiene la gente de los ecosistemas
Los servicios ecosistémicos garantizan el funcionamiento de los ecosistemas y el bienestar de las sociedades, por ejemplo, los servicios de regulación son indispensables para la existencia de los servicios de provisión; y estos últimos son indispensables para la supervivencia humana.
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En el siguiente esquema (Figura 1), se presenta la clasificación de los servicios ecosistémicos y su relación con el bienestar humano, según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2003, 2005).
SEGURIDAD
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
Seguridad personal
PROVISIÓN
Acceso seguro a los recursos
Alimentos, agua, leña, madera, etc
Seguridad frente a desastres MATERIALES BÁSICOS PARA UNA BUENA VIDA
SOPORTE Ciclado nutrientes
de
REGULACIÓN
del
Climática, hídrica, purificación del agua, etc
SALUD Acceso a aire y agua limpios.
Producción primaria
CULTURALES
Etc
Educación, recreación, investigación, etc
Color de las flechas: potencial de mediación por
BIODIVERSIDAD
BUENAS SOCIALES
RELACIONES
Cohesión social, respeto mutuo, habilidad para ayudar a otros
Color de las flechas: potencial de mediación por factores socioeconómicos Bajo Medio Alto Grosor de las flechas: Intensidad de la relación entre servicios ecosistémicos y bienestar humano. Débil Mediana Fuerte Figura 1. Relaciones entre servicios ecosistémicos y bienestar humano. Tomado y traducido del Millennium Ecosystem Assessment (2005). Conceptual framework.
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DE Y
Oportunidad de alcanzar lo que un individuo valora ser y hacer
Acceso a bienes Alimentación
Formación suelo
LIBERTAD DECISIÓN ACCIÓN
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En la anterior figura la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005) presenta las cuatro categorías de servicios ecosistémicos y algunos ejemplos de éstos para cada una de las categorías. Incluye dentro de los productos o servicios de provisión de los ecosistemas los alimentos, las fibras, los productos no maderables del bosque, entre otros; en los servicios de regulación incluye el control de enfermedades, la regulación hídrica, etc; dentro de los servicios culturales se puede ubicar la recreación, la investigación, los beneficios espirituales y estéticos que ofrecen los ecosistemas, entre otros; y finalmente los servicios de soporte, sin los cuales no podrían existir los anteriores servicios ecosistémicos, por ejemplo, se necesita el ciclado de nutrientes y la formación del suelo para que se produzcan los alimentos de los cuales depende la seguridad y el acceso a los elementos que permiten la supervivencia. Además de presentar la clasificación de los servicios ecosistémicos, la figura evidencia mediante flechas y el grosor de éstas, el grado de intensidad y dependencia en las relaciones entre los diversos servicios ecosistémicos y los aspectos del bienestar humano. Por ejemplo hay una fuerte relación entre los servicios de provisión como los alimentos y los de regulación como el control de enfermedades y aspectos del bienestar humano como la salud; entre otros ejemplos que la Evaluación de Ecosistemas del Milenio evidencia mediante el gráfico anteriormente presentado. La adopción de los servicios ecosistémicos como marco de análisis hace posible aproximarse a los ecosistemas a partir de los beneficios que proporcionan a las sociedades humanas, haciendo posible aplicar el enfoque de socio-ecosistema.
Los servicios ecosistémicos son además proporcionados en diferentes escalas espaciotemporales, por ejemplo, la regulación del clima y el almacenamiento de carbono ocurren a escala global; la protección contra inundaciones y el ciclado de nutrientes, a escala regional; y la formación del suelo y la polinización a escala local (De Groot et al 2002).
Servicios proporcionados por los diferentes ecosistemas Las interacciones entre los elementos y estructuras bióticas y abióticas y entre los procesos ecosistémicos a diferentes escalas espacio-temporales, llevan a que los diferentes ecosistemas proporcionen importantes servicios ecosistémicos.
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1. BOSQUES SERVICIOS ECOSISTÉMICOS (Dickson 2009, Krieger 2001, Myers 1997, Tobón 2009)
Protección de los suelos contra la erosión Captura y almacenamiento de agua Almacenamiento y ciclado de nutrientes Formación de suelo Productividad primaria Prevención de propagación de plagas y enfermedades Regulación de flujos de agua Purificación del agua por medio de la estabilización de los suelos y la filtración de contaminantes Mejoramiento de la calidad del aire Prevención de inundaciones y sequías Regulación del clima local y regional por medio del control de los regímenes de precipitación Regulación del clima global mediante la absorción de CO2 Provisión de hábitat. Turismo. Posibilidades de realizar investigación científica. Valor estético y espiritual. Servicios de provisión como madera, combustible, alimentos, plantas medicinales y otros productos forestales no maderables como resinas, tintes y fibras, entre otros
2. PÁRAMOS SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
Captura y almacenamiento de CO2. Regulación hídrica. Almacenamiento de agua. Potabilización del agua Las turbas de los suelos desempeñan un papel de esponja al liberar el agua que queda adherida a ellas y contribuyendo con la formación y alimentación de ríos. Por el almacenamiento y liberación lenta del agua intervienen en el control de inundaciones, y en la retención de sedimentos así como participan en la recarga y descarga de acuíferos. Proporcionan bienes como plantas medicinales y aromáticas, especies cinegéticas, etc.
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3. AGROECOSISTEMAS SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
Servicios de provisión como alimentos. Si se implementan buenas prácticas de manejo pueden contribuir con la provisión de servicios de regulación y el mantenimiento de los servicios de soporte. Remoción y almacenamiento de carbono atmosférico Provisión de rutas de conectividad entre hábitats en paisajes altamente fragmentados Hábitat para polinizadores y controladores de plagas Mantenimiento de suelos Conservación de servicios ecosistémicos hidrológicos
4. HUMEDALES SERVICIOS ECOSISTÉMICOS (Fundación Humedales 2004, Convención Ramsar 2000, Turner et al 1998). Depuración del agua al retener nutrientes y sedimentos. Exportación de nutrientes. Aporte de nutrientes (fertilización) para suelos agrícolas en las tierras que circundan los humedales. Control de inundaciones. Control de erosión. Almacenamiento de agua. Regulación hidrológica local y regional. Recarga y descarga de acuíferos Reposición de aguas subterráneas. Eliminación por parte de la vegetación de sustancias tóxicas. Regulación de las características hidroquímicas. Regulación/ estabilización del clima local /regional /global (dependiendo de su tamaño). Provisión de hábitat para especies. Influencia (estabilización) sobre ecosistemas aledaños. Producción de energía. Captura de carbono atmosférico. Papel en el ciclo de vida de la biota acuática y terrestre. Ruta migratoria de aves. Turismo. Educación. Investigación. Transporte. Servicios de provisión
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La biodiversidad como requisito en la provisión de bienes y servicios ecosistémicos En los ecosistemas se mueve y transforma la energía y la materia a través de procesos básicos como la fotosíntesis, la toma de nutrientes, la actividad de las raíces, la mineralización, la sucesión vegetal, las interacciones predador-presa, la descomposición, entre otros (Ruhl et al 2007). Cada proceso que ocurre en un ecosistema contribuye con una o más de las funciones que este desempeña y que son además indispensables para su funcionamiento. Por ejemplo, la transformación de energía y materiales en estructuras vegetales proporciona además hábitat para diferentes tipos de organismos (Virginia Y Wall 2001 en Ruhl et al 2007). Debido a que no hay una correspondencia uno a uno entre los procesos y las funciones ecosistémicas, la gestión de la biodiversidad debe estar orientada de manera integral buscando la persistencia de esas relaciones funcionales, entre escalas espaciales y niveles de la organización biológica, que son indispensables en la ocurrencia y expresión de los servicios ecosistémicos. El vínculo entre la diversidad biológica y los servicios ecosistémicos, se encuentra en todos los niveles de la organización biológica y escalas espaciales del territorio. La diversidad de especies, de ecosistemas, genética, las estructuras físicas, las características químicas del sistema biofísico, son la base para que ocurran el sinnúmero de interacciones que por una parte mantienen condiciones de largo plazo (―slow change variables‖) sobre las que, por otra parte, ocurren procesos y estructuras de cambio más rápido (―fast change variables‖). Esta función de ―soporte‖ y estructurante, y su relativa estabilidad, basada en los elementos de la biodiversidad y sus atributos, y en las características físicas, químicas, abióticas en general, es la que mantiene y determina las tasas de ocurrencia de procesos ecosistémicos de más rápido cambio. La dinámica conjunta, que se basa en los elementos ya mencionados, determina la provisión de servicios ecosistémicos. Durante los últimos años ha habido un interés creciente en comprender el papel que desempeña la biodiversidad en los diferentes procesos, funciones, en el funcionamiento y en la provisión de servicios ecosistémicos. Debido a que muchos servicios ecosistémicos son el producto de más de una función, resulta difícil relacionar cambios en los servicios con cambios específicos en la biodiversidad. Esta situación ha llevado a que se desconozca e ignore la importancia de los procesos ecológicos, o servicios ecosistémicos de regulación, y los servicios ecosistémicos de soporte, como sustento de los servicios de provisión. En general solamente se da este reconocimiento cuando hay agotamiento, disminución e incluso eliminación de los servicios de provisión. Para hacer evidente el vínculo biodiversidad-servicio ecosistémico, algunos autores señalan que es necesario identificar los procesos más importantes que subyacen a la provisión de un servicio ecosistémico determinado y luego explorar el papel que desempeña la biodiversidad en el mantenimiento de ese proceso (Robson 2006). La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005) señala que la biodiversidad, incluyendo el número, la abundancia y la composición de genotipos, poblaciones, Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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especies, tipos funcionales, comunidades y unidades de paisaje, influye de manera directa e indirecta, y es indispensable en la provisión de los servicios ecosistémicos y por lo tanto en el bienestar humano. Los procesos, que según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005), están más relacionados y se ven más afectados por los cambios en la biodiversidad (pero creo que esto hace referencia al nivel de especies únicamente), son la polinización, la dispersión de semillas, la regulación del clima, el secuestro y almacenamiento de carbono y el control de plagas y enfermedades. De igual manera por medio de su efecto en procesos como la producción primara, el ciclado de nutrientes y agua, la formación y retención del suelo, la biodiversidad sustenta de manera indirecta la provisión de alimentos, fibras, agua potable, refugio y medicinas (MEA 2005). A continuación se presentan algunos de los resultados encontrados en investigaciones adelantadas para comprender la relación entre biodiversidad y servicios ecosistémicos, señalando los componentes de la biodiversidad que se consideran indispensables para garantizar la provisión de dicho servicio y los mecanismos por medio de los cuales se proporciona (Tabla 4).
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Tabla 4. El papel de la biodiversidad en la provisión de servicios ecosistémicos. Elaborada a partir de Finlay et al 1997; Cuevas et al 1991, Kutiel & Danin 1987; Rusch & Oesterhel 1997; En: Schwartz et al (2000) y MA (2005). SERVICIO ECOSISTÉMICO
PRINCIPAL COMPONENTE DE LA BIODIVERSIDAD IMPLICADO EN LA PROVISIÓN DEL SERVICIO ECOSISTÉMICO Y MECANISMOS POR MEDIO DE LOS CUALES SE PROPORCIONA EL SERVICIO
SERVICIOS DE SOPORTE Cantidad de producción primaria
Composición funcional: plantas de rápido crecimiento, grandes, más eficientes, mejor adaptadas localmente van a generar más biomasa. Riqueza de especies: se garantiza que entre las especies existentes haya algunas altamente productivas.
Estabilidad en la producción primaria
Diversidad genética: la variabilidad genética de especies de cultivo protege la producción de pérdidas por enfermedades o cambio ambiental. Las especies difieren en su respuesta al ambiente y perturbaciones estabilizando la producción, aunque se pierdan especies. Riqueza de especies: los policultivos (más de una especie cultivada) mantienen la producción bajo un amplio rango de condiciones. Composición funcional: la historia de vida, estrategias de uso de recursos y la estrategia de regeneración de las plantas dominantes determinan la resistencia y resiliencia del ecosistema frente a perturbaciones.
Provisión de hábitat
Diversidad de hábitat, incluyendo distribución espacial, tamaño y forma de las unidades de paisaje: la conectividad, heterogeneidad y unidades de paisaje grandes son necesarias para la migración de especies y algunas especies necesitan grandes áreas para alimentación. Composición funcional de la vegetación: algunos vertebrados necesitan una estructura vegetal compleja para la reproducción. Riqueza de especies: si en cada nivel trófico hay más
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especies, se proporciona una base de recursos….
SERVICIOS DE REGULACIÓN Resistencia a la invasión de especies
Composición de especies: algunas especies nativas son muy competitivas y pueden actuar como control biológico en el establecimiento y naturalización de invasores. Arreglo de unidades del paisaje: los corredores pueden facilitar la dispersión de invasores. Riqueza y diversidad de especies: las comunidades que son ricas en especies tienen una probabilidad más alta de contener especies altamente competitivas y pocos nichos vacantes, por lo tanto son más resistentes a las invasiones.
Polinización
Composición funcional: la pérdida de polinizadores especializados lleva a la reducción en el número y calidad de frutos y en el mejoramiento genético de las plantas. Riqueza de especies: la baja riqueza de especies de polinizadores lleva a la reducción en el número y calidad de frutos y en el mejoramiento genético de las plantas. Arreglo y tamaño de las unidades de paisaje: grandes unidades de paisaje y/o la conectividad entre ellas mantiene el pool genético de las plantas y el número y calidad de los frutos.
Regulación biofísica del clima
Arreglo y tamaño de las unidades de paisaje: el tamaño y arreglo espacial de las unidades de paisaje sobre grandes áreas de terreno influye en el clima desde la escala local a la regional, por el movimiento lateral de las masas de aire de diferente temperatura y niveles de humedad. Composición funcional de la vegetación: la altura, diversidad estructural, la arquitectura, entre otros, pueden modificar el albedo, la absorción de calor y la turbulencia mecánica, cambiando la temperatura atmosférica local y los patrones de circulación del aire. Regulación funcional: determinan el intercambio de agua y energía y por lo tanto influye en la temperatura del aire
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local y en los patrones de circulación Secuestro de carbono
Arreglo y tamaño de las unidades de paisaje: la pérdida de carbono es mayor en los bordes de los bosques y en la medida en que los fragmentos de bosque disminuyen en tamaño, una gran proporción del paisaje pierde carbono. Composición funcional de la vegetación: las plantas de rápido crecimiento, rápida descomposición, pequeño tamaño, retienen menos carbono en su biomasa, que las de lento crecimiento, lenta descomposición, gran tamaño. Riqueza de especies: la alta riqueza de especies puede retrasar la propagación de plagas y patógenos, los cuales son agentes importantes de disturbios y pérdida de carbono de los ecosistemas
Control de plagas sistemas agrícolas
y enfermedades en
Diversidad genética de cultivos: reduce la densidad de hospederos para plagas especialistas y por tanto su habilidad de dispersión. Alta riqueza de cultivos, semillas y especies de invertebrados: similar a la diversidad genética, por otro lado se incrementa el hábitat para los enemigos naturales de las plagas. Distribución espacial de unidades de paisaje: los parches de vegetación natural mezclados con cultivos son el hábitat de muchos enemigos naturales de las plagas. Especies que mejoren la fertilidad del suelo y especies de raíces densas que eviten la erosión y pérdida de suelo
Mantenimiento de los recursos del suelo
Los anteriores ejemplos permiten ser categóricos en la afirmación ―la biodiversidad juega un papel fundamental en las funciones que contribuyen con el suministro de servicios de soporte, provisión, regulación y culturales. La variabilidad y biodiversidad existen por, y sostienen los ecosistemas, debido a las interacciones entre los procesos a diferentes escalas espacio-temporales; cuando hay transformación y pérdida de biodiversidad el sistema comienza a cambiar con manifestaciones en la funcionalidad, alteración de las tasas de procesos y finalmente estados degradados (Gunderson & Holling 2002) en los cuales los servicios ecosistémicos se desvanecen hasta desaparecer, o subsisten unos pocos. La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio concluye que la composición de especies es mucho más importante que el número de especies en la ocurrencia de los procesos ecosistémicos de los que se desprenden gran cantidad de servicios ecosistémicos. Los Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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altos valores de biodiversidad, riqueza de especies, han sido planteados como indispensables para mantener las funciones y funcionalidad de los ecosistemas. Sin embargo no es el número de especies per se, la única característica relevante e importante. La existencia de los grupos funcionales y en ellos la redundancia funcional, son fundamentales para mantener el ecosistema en los regímenes/dominios de estabilidad en los cuales es posible mantener la prestación de servicios ecosistémicos (Huitric M. Ed. 2009). A partir de lo anterior el MEA señala que la conservación o restauración de grupos funcionales es más importante que la maximización en el número de especies. La diversidad funcional es entonces el componente de la biodiversidad más importante para garantizar el funcionamiento ecosistémico (Díaz y Cabido 2001; Loreau et al 2001; Hooper et al 2005 En MEA 2005) y por tanto la provisión de servicios ecosistémicos. La existencia de los grupos funcionales y en ellos la redundancia funcional, son fundamentales para mantener el ecosistema en los regímenes/dominios de estabilidad en los cuales es posible mantener la prestación de servicios ecosistémicos en magnitud y frecuencia óptima y necesaria. Por ejemplo, algunas especies que pueden parecer redundantes para el funcionamiento del ecosistema durante ciertas etapas del desarrollo del ecosistema, pueden ser críticas en otras fases, en las que las condiciones ambientales son diferentes. Son especies que aunque desempeñan la misma función, responden de manera diferente a la variación ambiental y son capaces de mantener el servicio ecosistémico que proveen (p.ej. retención de nutrientes, polinización, regulación de la cantidad de agua requerida por un ecosistema, etc), mientras las condiciones ambientales cambian y las especies clave, vuelven a estar presentes en números adecuados. Si el cambio es permanente, las especies menores‖ pueden suplir las funciones de las otras y de la misma forma, pueden suplir la provisión de servicios ecosistémicos necesarios (Walker & Landgridge, 2002). La redundancia funcional es una característica no solamente dentro de los grupos funcionales, también entre grupos funcionales. Esto es lo que se llama diversidad de respuestas funcionales. La pérdida de diversidad de respuestas funcionales lleva a la pérdida de capacidad de amortiguación de los impactos de las perturbaciones naturales y antrópicas sobre los ecosistemas y los cambios pueden entonces ser irreversibles. Frank & Mc Naughton (1991 en Schwartz et al 2000), encontraron que la diversidad está relacionada positivamente con la resistencia al cambio en la composición de especies frente a las perturbaciones. Por otro lado algunos autores han hecho énfasis en que la biodiversidad no es necesaria solamente (¿) para el mantenimiento de algunos procesos ecológicos bajo condiciones ambientales constantes o benignas. La biodiversidad es esencial, para el mantenimiento de procesos ecológicos bajo condiciones de cambio. La hipótesis del ―seguro o buffer‖ establece que la biodiversidad proporciona un seguro o buffer frente a las fluctuaciones ambientales, debido a que diferentes especies responden de manera diferencial a dichas fluctuaciones (diversidad de respuestas funcionales). Además de la diversidad funcional, algunos atributos espaciales como el tipo, el arreglo espacial, la extensión y la proximidad entre los ecosistemas se han correlacionado de manera positiva con la provisión y especialmente con el flujo de servicios ecosistémicos de un ecosistema a otro (Holdren y Ehrlich I974; Ehrlich y Ehrlich 1981). Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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Por último es importante resaltar que a pesar de los avances en la comprensión de la relación existente entre biodiversidad y provisión de servicios ecosistémicos quedan muchas preguntas por resolver, entre éstas: 1. ¿Qué cantidad de cambio en la biodiversidad se puede permitir para garantizar el funcionamiento de un ecosistema y su capacidad para proporcionar servicios ecosistémicos? 2. ¿Cuál es la relación existente entre resiliencia y provisión de servicios a diferentes escalas espacio-temporales? 3. ¿Cuál es la relación entre la pérdida de biodiversidad y el funcionamiento ecosistémico a través de las diferentes escalas espacio-temporales?
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2.3 PROBLEMÁTICA - MOTORES DE PÉRDIDA Y TRANSFORMACIÓN Las sociedades modernas han basado gran parte de su desarrollo en la transformación y degradación de los recursos naturales, muchos de ellos no renovables o con procesos de recuperación muy lentos, lo que ha llevado al planeta en las últimas décadas a situaciones nunca antes registradas de insostenibilidad ambiental (MEA 2005). El resultado de este proceso ha sido dramático para el medio natural, el cual se ve constantemente amenazado tanto por un crecimiento desbordado de la población mundial como por un incremento sin control en los patrones de consumo (Azqueta 2002, MEA 2005). Aunque los ecosistemas así como la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que están asociados a ellos experimentan cambios y trasformaciones permanentes gracias a causas naturales (convirtiéndolos en el mismo motor de la evolución), en la actualidad esta tendencia ha superado ese umbral natural de cambio, principalmente por causas humanas, generándose patrones de perdida y transformación dramáticos para la vida en el planeta. Por esta razón se menciona que uno de los efectos más dramáticos de esta acelerada transformación está relacionado con la pérdida de la biodiversidad o de las formas de vida en sus diferentes estructuras y niveles (Bierregaard J ret al. 1992, Kattan et al. 1994, Guindon 1996, Vitousek et al. 1997, Renjifo 1999). Este deterioro se evidencia en la pérdida de componentes de esa biodiversidad (especies, ecosistemas), en la degradación de las funciones ecológicas que estos cumplen y en la disminución en la calidad de bienes y servicios generados para el bienestar humano. De acuerdo con el Millennium Ecosystem Assessment(2005), 9 de los 14 grandes biomas identificados en el mundo han sido transformados en alguna medida por la agricultura y donde los bosques secos tropicales son los más afectados por estos patrones de cambio, pues casi la mitad de sus hábitats nativos han sido reemplazados por tierras cultivadas. Otra evidencia de estos procesos de degradación ambiental se observa en la extinción de especies. De acuerdo con esta misma fuente, durante los últimos siglos las actividades propias de los seres humanos pueden haber aumentado la tasa de extinción de especies en varios órdenes de magnitud, lo que ha llevado a algunos autores a proponer que estamos entrando en una sexta etapa de extinción en masa (Raven 1987, Myers 1993). De igual forma, la UICN estima que en la actualidad cerca de un 38% (16.928 especies) está en vía de extinción, incluyendo un 22% de vertebrados, 41% de invertebrados y un 70% de especies de plantas y líquenes (UICN 2001). Un ejemplo de este efecto son las masivas extinciones que han sufrido algunos grupos como los anfibios de los cuales se estima la pérdida de más de un tercio de las poblaciones de todo el mundo (32% representado en 1.856 especies) y donde más de 120 han desaparecido desde el año 1980 (Stuart et al. 2004). De igual forma, hay cientos de ejemplos como la masiva pérdida de corales en los ecosistemas marinos debido al incremento de los sedimentos en las costas y el calentamiento global (Waddell 2005) o la extinción de numerosas especies de aves a escalas regionales por la fragmentación de sus hábitats naturales en el trópico (BierregaardJret al. 1992, Kattanet al. 1994, Oldfield et al. 1998, Renjifo 1999, Renjifoet al. 2002, BirdLife International 2004). Otra evidencia de la pérdida y transformación de biodiversidad en la actualidad radica en Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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que la distribución de especies en el planeta se ha tornado más homogénea. Esto se refiere a que las diferencias entre el grupo de especies que existe en un lugar particular y el grupo existente en otro son en la actualidad muy similares en la mayoría sus componentes, o en este caso, en la mayoría de sus especies. Existen dos factores principales que explican esta tendencia: En primer lugar, las especies únicas de regiones particulares están experimentando altas tasas de extinción. En segundo lugar, las altas tasas introducción de especies y de procesos de invasión en nuevos rangos especiales se han acelerado al ritmo en el que lo hacen las actividades comerciales y los medios de transporte. En estos procesos, no solamente la diversidad de especies se ha deteriorado, sino igualmente la diversidad genética ha disminuido a nivel global, particularmente entre especies domesticas. Desde 1960 se ha presentado un cambio fundamental en el patrón de la diversidad de especies en los campos de cultivo y sistemas productivos agrícolas como resultado de la llamada ―Revolución verde‖ (MEA 2005). La intensificación de los sistemas agrícolas, sumado con la especialización de mejoramiento vegetal y los efectos homogenizantes de la globalización, ha llevado a una reducción sustancial de la diversidad genética de plantas domesticadas y animales para sistemas agropecuarios. Colombia no es la excepción a estas tendencias. Tomando en consideración solamente la región andina, se ha experimentado una pérdida de 1.750.000 hectáreas de ecosistemas naturales en el período comprendido entre 1985 y 2005, es decir, una pérdida del 13,68% de los ecosistemas naturales en dicho período de tiempo (Romero et al. 2008). Una tendencia similar ha sido registrada en otros ecosistemas del país (altamente amenazados como el bosque seco) donde las transformaciones han sido cuantificadas utilizando análisis multitemporales que han establecido un impresionante panorama de transformación en los últimos siglos (Etter y van Wyngaarden 2000, Romero et al. 2004, Armenteras et al. 2005, Etter et al. 2006). Esto se ha visto igualmente reflejado en el estado actual del país en términos de especies en vía de extinción que se acerca a más de 531 (alrededor del 10- 15%) de grupos como aves, mamíferos, anfibios, reptiles y plantas entre otros (estadística tomada de Chávez y Santamaría 2006). Las fuerzas que están detrás de estas negativas tendencias sobre la biodiversidad y sobre su relación con los servicios ecosistémicos, son cada vez mejor conocidas y actualmente es común hablar de motores de pérdida de biodiversidad como el cambio climático, la transformación, pérdida y fragmentación de ecosistemas, la introducción de especies exóticas, la sobreexplotación y la contaminación de agua, aire y suelos entre otros, los cuales afectan la calidad y bienestar de la vida en el planeta (Diamond 1999, Myers y Knoll 2001, MEA 2005, Groom et al. 2006) Estos motores generales de perdida de biodiversidad se constituyen a su vez por diferentes causas directas y subyacentes que generan impactos no solo en la biodiversidad, sino también en el bienestar humano (Tabla 5). A continuación, se describe brevemente cómo han incidido estos motores de pérdida y transformación de biodiversidad en Colombia.
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Tabla 5. Motores de pérdida y transformación definidos en los fundamentos técnicos y conceptuales de la PNB (Adaptado del MEA 2005 y el GEO4 2007) MOTORES
CAUSAS DIRECTAS
IMPACTOS ESPERADOS
IMPLICACIONES PARA EL BIENESTAR Y LA CALIDAD DE VIDA
PÉRDIDA Y TRANSFORMACIÓN ECOSISTÉMICA
Sistemas productivos no sostenibles Deforestación y tala selectiva Densificación habitacional Degradación y cambio en los regímenes hídricos Desarrollo de obras e infraestructura de gran impacto Incendios de origen antrópico
Decrecimiento y perdida de ecosistemas Homogeneización en la composición de especies Fragmentación de paisajes Degradación de la tierra Perdida de la funcionalidad del ecosistema
INTRODUCCIÓN DE GENES Y ESPECIES
Movilización de especies Descarga de aguas de lastre
Competencia directa con las especies nativas y depredación de las mismas Cambios en la funcionalidad del ecosistema Extinciones Homogeneización en la composición de especies Contaminación genética
SOBRE-EXPLOTACIÓN
Tráfico ilícito de fauna y flora Sistemas extractivos no sostenibles
Extinciones y descensos en poblaciones silvestres Introducción de especies exóticas tras el agotamiento de recursos Homogeneización en la composición de especies Cambios en la funcionalidad del ecosistema
Disminución de la disponibilidad de recursos Disminución del potencial de ingresos Incremento del riesgo ambiental (decrecimiento de la resiliencia) Transmisión al ser humano de enfermedades de los animales objeto de explotación
CONTAMINACIÓN
Índices de mortalidad elevados y potenciales extinciones Incremento en la carga de nutrientes Acidificación
Decrecimiento de la resiliencia del servicio Decrecimiento de la productividad de servicio Pérdida de protección costera, con la degradación de arrecifes y manglares Eutroficación, cuerpos de agua anóxicos que conducen a la pérdida de recursos pesqueros
CAMBIO CLIMÁTICO
Uso de combustibles fósiles Deforestación y tala selectiva Incendios de origen antrópico
Extinciones Expansión o contracción de las distribución de las especies Cambios en las composiciones e interacciones de las especies Cambios en la funcionalidad del ecosistema
Cambios en la disponibilidad de recursos Difusión de enfermedades a nuevas especies Cambios en las características de las zonas protegidas Cambios en la resiliencia de los ecosistemas
Emisión de material particulado Vertimientos Contaminación lumínica y sonora Uso indiscriminado de fertilizantes y agroquímicos
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Aumento de la producción agrícola Pérdida del potencial de regulación de agua Dependencia a menor número especies Decrecimiento de la pesca Decrecimiento de la protección costera Pérdida de conocimientos tradicionales
Pérdida de recursos disponibles tradicionalmente Pérdida de especies potencialmente útiles Pérdidas en la producción de alimentos Incremento en los costos de la producción en la agricultura, silvicultura, pesca y gestión del agua Disrupción del transporte de agua
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Pérdida y transformación ecosistémica La pérdida y transformación de hábitat y ecosistemas es seguramente el más amplio y complejo motor de pérdida y transformación de la biodiversidad, no solamente por darse a escala de paisaje generando en la biodiversidad el decrecimiento y perdida del área de ecosistemas, homogenización en la composición de especies, fragmentación de paisajes, degradación del suelo y pérdida de la funcionalidad del ecosistema, sino también porque se produce gracias a la acción de diferentes procesos sociales y ecológicos que muchas veces actúan de manera simultanea. Entre ellos es posible identificar causas directas como el cambio en los usos del suelo y el desarrollo de sistemas productivos no sostenibles, la deforestación y tala selectiva, la densificación habitacional, la degradación y cambio en los regímenes hídricos y la modificación física de los ríos en su caudal, el desarrollo de obras de infraestructura de gran impacto y los Incendios de origen antrópico. La perdida y transformación de ecosistemas ha tenido diversas implicaciones para el bienestar social, incluyendo el aumento de la producción agrícola, la pérdida del potencial de regulación de agua, la dependencia a menor número especies para la producción de servicios ecositémicos, el decrecimiento de la pesca, de la protección de playas y la pérdida de conocimientos tradicionales El desarrollo de actividades productivas en Colombia ha generado la destrucción y cambio de las coberturas vegetales naturales (Rudas et Al 2007). El IAvH y el IDEA (2003), señalando la transformación y la destrucción de ecosistemas naturales como el principal impacto ocasionado por las actividades agrícolas y pecuarias. Por otra parte, en Colombia el aprovechamiento forestal esta sustentado en la extracción selectiva de especies nativas y la extracción de maderas debido principalmente a la presión ejercida por la violencia y el desplazamiento en el campo (Guevara 2002). Existe un gran desconocimiento de la pérdida del área de los ecosistemas generándose muchos vacíos en diferentes zonas del país incluso en algunos ecosistemas que en a actualidad por su poca área pueden llegar a desaparecer pronto, como es el caso de bosque seco tropical Colombiano. Dentro de los procesos productivos con mayor impacto en la biodiversidad en Colombia esta la minería, que teniendo un incremento entre los años 2000-2007, ha generado principalmente la alteración de los recursos, la remoción de la cobertura vegetal y del suelo. Aunque no es el principal factor de transformación de ecosistemas en el país, el establecimiento y erradicación de los cultivos ilícitos ha sido un factor especial que ha generado transformación de hábitat natural en Colombia; sin embargo, se desconoce con precisión las zonas sembradas en comparación con años anteriores, y los efectos cuantificados de su erradicación sobre el medio natural. Las obras de infraestructura generan a su vez fragmentación de los ecosistemas, reduciendo el hábitat original de las especies y amenazando la viabilidad de las inversiones (Gascón et al 2000). Existen pocos estudios realizados para evaluar los 30
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efectos de estas obras sobre la biodiversidad y no existe en el país un sistema general de monitoreo que evalúe los efectos luego de realizarse las construcciones. Existe también un alto porcentaje de incendios forestales producidos por los descuidos del hombre (Zuluaga 2001). El IDEAM 2004, reporta que los ecosistemas más afectados por los incendios en los años 2000-2003 fueron las sabanas y los pastizales. Los efectos directos que generan los incendios sobre los ecosistemas, su funcionamiento y sobre la biodiversidad han sido poco evaluados (Santamaría et al 2005).
Introducción de genes y especies La introducción de especies exóticas, algunas de ellas con características de especies invasoras, ha causado grandes daños en los ecosistemas, como desequilibrios ecológicos de las poblaciones, competencia directa con las especies nativas y depredación de las mismas, cambios en la funcionalidad del ecosistema, extinciones, homogeneización en la composición de especies, contaminación genética y transmisión de enfermedades a especies nativas. A su vez este motor de pérdida de biodiversidad ha tenido implicaciones sobre el bienestar social reflejados en la pérdida de recursos disponibles tradicionalmente, la pérdida de especies potencialmente útiles, pérdidas en la producción de alimentos, incremento en los costos de la producción en la agricultura, silvicultura, pesca y gestión del agua, y en la disrupción del transporte de agua La introducción de especies exóticas es causada directamente por la movilización de especies y la descarga de aguas de lastre, situaciones fomentadas por actividades humanas se han acelerado en los últimos 150 años y la biota parece haber entrado en un proceso de homogenización. Algunas especies introducidas se convierten en plagas o malezas y desplazan especies nativas, en algunos casos llevando a numerosas expresiones y funciones de la biodiversidad a su perdida (Ojasti 2001 en Alvarado y Gutiérrez, 2002) En Colombia, con el fin de contrarrestar las invasiones biológicas se han creado medidas y directrices en el tema, se han establecido criterios de generales para abordar las introducciones de especies (intencionales, no intencionales), incluyendo principios orientadores para su identificación, una lista de especies prioritarias para el control, lineamientos para priorización de áreas vulnerables a invasiones biológicas y protocolos de control (Gutiérrez 2006). Dentro de los principales factores de introducción de especies invasoras en el país se encuentran: la movilización e introducción de especies y la descarga de aguas de lastre.
Sobre-explotación La sobreexplotación de especies se caracteriza por el aprovechamiento indiscriminado de una gran cantidad de individuos de poblaciones silvestres, y por la consecuente perdida Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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de viabilidad de su existencia. Este motor en acción combinada con otros motores de pérdida y transformación ha generado en la biodiversidad extinciones y descensos en poblaciones silvestres, introducción de especies exóticas tras el agotamiento de recursos, homogeneización en la composición de especies y cambios en la funcionalidad del ecosistema. Una de las causas directas de la sobre explotación de especies es la existencia de sistemas extractivos no sostenibles como la caza no sostenible de especimenes para subsistencia (más no tanto la caza comercial y científica). Esto ha causado que en el medio natural se están alterando las densidades poblacionales de fauna silvestre (INACIB 2005). La otra causa subyacente a la sobre explotación de especies el tráfico ilícito de fauna y flora. Esta actividad en Colombia recae principalmente sobre reptiles, aves y mamíferos, según los decomisos realizados por el DAS durante los años 1998-2004, (Procuraduría General de la Nación 2006). La tendencia de crecimiento demográfico acarreando factores como la intervención del territorio, la contaminación o la disposición inadecuada de los recursos. En Colombia, la región de los Andes presenta la mayor concentración de población, alcanzando el 77,4% (Romero et al 2008).
Contaminación Aunque existen diferentes tipos de contaminación, esta en conjunto vista como uno de los principales motores de pérdida de biodiversidad es causada principalmente por la emisión de material articulado, por vertimientos industriales y domiciliarios, por el uso indiscriminado de fertilizantes y agroquímicos, y en el caso de la contaminación lumínica y auditiva, por el excesivo ruido e iluminación. En general, los impactos generados por este motor se resumen el aumento en los índices de mortalidad, lo cual aumenta la probabilidad de extinciones, el incremento en la carga de nutrientes en algunos ecosistemas (especialmente hídricos) y la acidificación de ambientes terrestres y acuáticos. A su vez, la contaminación tiene diferentes implicaciones para el bienestar humano, como el decrecimiento de la resiliencia y la capacidad productiva de los ecosistemas para servicios ecosistémicos, la pérdida de las capacidades de ecosistemas costeros para la protección de costas, la degradación de arrecifes y manglares, y la eutrofización y generación de cuerpos de agua sin oxígeno que conducen a la pérdida de recursos pesqueros Como evidencia de los efectos que genera la contaminación por actividades mineras en Colombia, la Contraloría (2008) menciona que la actividad minera de carbón y oro altera los recursos naturales en la remoción de la cobertura vegetal y del suelo desencadenando en más efectos ecológicos. Por otra parte, en la actividad aurífera se genera residuos tóxicos que concluyen en la morbilidad y mortalidad de las poblaciones.
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En relación con el uso de plaguicidas, se ha evidenciado que su uso excesivo ha afectado ríos como El Magdalena, Cauca, la Ciénaga de Zapatoza y Grande de Santa Marta, entre otros (Benavides 2006). Por otra parte, existen otras consecuencias generadas por los cultivos ilícitos y como resultado de las fumigaciones y la aspersión en otras áreas para su eliminación. Uno de los más comunes ejemplos de los efectos transformadores de la contaminación sobre la biodiversidad es la eutrofización en ecosistemas acuáticos, la cual conduce entre otras cosas a la degradación general de estos ecosistemas y a la pérdida de biodiversidad pesquera (Conde y Rodríguez 2002). Entre los factores antropogénicos que generan este factor se encuentran los vertidos municipales o industriales, los detergentes, los fertilizantes y la escorrentía debida a la deforestación o el sobrepastoreo. Sin embargo, las descargas municipales son la principal y más generalizada causa de la contaminación de los recursos hídricos superficiales (OPS y OMS, 1993). Los ríos Bogotá, Medellín, Chicamocha, alto Cauca, Lebrija y Chulo son los más deteriorados a nivel nacional (IDEAM, 2004). Por otra parte, los desechos atmosféricos tienen mayor producción en las áreas metropolitanas. Las fuentes fijas corresponden a la industria, al sector eléctrico y a las refinerías de petróleo y las fuentes móviles provienen de un parque automotor de 2.616.752 vehículos (DNP 2002)
Cambio climático Los cambios recientes observados en el clima a nivel mundial, y especialmente en las regiones con temperaturas más cálidas, ya han presentado impactos significativos sobre la biodiversidad y los ecosistemas, incluyendo extinciones, expansión o contracción de las distribución de las especies, cambios en las composiciones e interacciones de las especies, en la funcionalidad del ecosistema incluyendo cambios en los tiempos de reproducción y de migraciones, y un incremento en el surgimiento de plagas y enfermedades. A su vez, el cambio climático global tiene importantes implicaciones para el bienestar humano como cambios en la disponibilidad de recursos, la difusión de enfermedades a nuevas especies, cambios en las características de las zonas protegidas y cambios en la resiliencia de los ecosistemas Este fenómeno es causado principalmente por el uso de combustibles fósiles, la deforestación, tala selectiva y los incendios de origen antrópico. Se ha proyectado que el cambio climático incrementará la pérdida de biodiversidad y el riesgo de extinción de muchas especies, especialmente aquellas que ya se encuentran clasificadas bajo alguna categoría de riesgo por factores como bajo numero de poblaciones y rango restringido de de hábitat, entre otros. Debido a los efectos potencializadores frente a otros motores de pérdida y transformación, el cambio climático global muchas veces ha sido considerado como un factor sinérgico que incrementa la probabilidad de ocurrencia de otros motores de transformación y pérdida, más que un motor de pérdida en si mismo. Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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Por otra parte, se ha proyectado que el cambio climático afectara de forma adversa el cumplimiento de diferentes metas de desarrollo, incluyendo la provisión y suministro de agua limpia a poblaciones humanas, servicios de energía, y alimentos. También afectará negativamente el mantenimiento de un ambiente sano y la conservación de sistemas ecológicos, de biodiversidad asociada y de los bienes y servicios producidos por esta. La incidencia de enfermedades transmitidas por vectores biológicos como malaria y dengue, así como enfermedades incubadas en aguas estancadas, como el cólera, aumentara según las proyecciones realizadas por el MEA en muchas regiones, así como la tasa de mortalidad por calor y las problemáticas del decrecimiento en la calidad nutricional en otras regiones. Se ha proyectado también que la disponibilidad y calidad de agua será menor en muchas regiones áridas y semi-áridas del planeta.
Tendencias actuales y futuras Las causas directas de pérdida y transformación de biodiversidad son impulsadas por diferentes factores o causas indirectas. De forma agregada y a escala global, para el análisis de los motores de pérdida y transformación de biodiversidad existen diferentes causas subyacentes que raras veces se habían tenido en cuenta para la determinación de efectos en la biodiversidad y en los servicios ecosistémicos. Estos factores o motores indirectos pueden catalogarse en factores demográficos, económicos, socio políticos, culturales y religiosos, y científicos y tecnológicos, todas estas vinculadas directamente con el bienestar humano. Estas causas indirectas o subyacentes pueden ser identificadas de forma particular para cada causa de pérdida directa de la biodiversidad descrita en la sección anterior (Tabla 4). Gracias a los avances científicos realizados especialmente en los últimos 20 años, se ha evidenciado que el análisis de estos motores de transformación y pérdida en la biodiversidad no actúan de forma separada, más aún, su acción conjunta genera efectos acumulativos que intensifican los efectos sobre la biodiversidad, los ecosistemas, los servicios ecosistémicos y por ende, sobre el bienestar humano (Figura 1). Al ser la biodiversidad el soporte para la producción de servicios ecosistémicos, el efecto combinado de los motores directos de pérdida de biodiversidad junto con los motores indirectos operando a diferentes escalas espaciales y temporales generan un detrimento en la capacidad de la los ecosistemas para sustentar la producción de los servicios ecosistémicos que son requeridos para mantener y mejorar las condiciones de bienestar de la sociedad (Figura 2)
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Procesos interescalares
Procesos interescalares Procesos interescalares
Salud, necesidadesbásicas, ingresos, seguridad, libertad, relaciones sociales
Esquema conceptual del MA (2), modificado para ilustrar las conexiones entre las escalas local, regional y global para algunos procesos. Las flechas azules indican acciones que son susceptibles a las intervenciones policivas
Figura 2. Esquema representativo de la forma en que operan los motores de pérdida y transformación con base en causas directas y subyacentes y la relación de sus efectos en los servicios ecosistémicos. Fuente: Modificado de MEA 2005. Según lo anterior puede decirse que las actividades humanas que han generado transformación y pérdida de la biodiversidad en Colombia y en el mundo se han dado por la necesidad del ser humano de realizar modificaciones a los ecosistemas con el fin de mejorar un servicio ecosistémico, sea la producción de alimentos, la explotación de materias primas, o el suministro de agua para la sociedad. Sin embargo, esto generalmente se ha dado en detrimento de otros servicios ecosistémicos, y sin la compensación o mitigación adecuada hacia las personas afectadas y hacia los mismos ecosistemas. Estos factores han generado que la cantidad y calidad de los servicios ecosistémicos que el planeta y la naturaleza están actualmente en capacidad de proporcionar para el bienestar humano sean en general menores a los servicios ecositémicos que la sociedad global requiere para su bienestar (Figura 3)
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Figura 3. Servicios ecosistémicos de provisión, regulación y culturales: Su tendencia actual de uso (Graficas superiores) y su condición actual (Graficas inferiores). Fuente: Modificado de Duraiappah et al (2009). Solamente 4 de los 24 servicios ecosistémicos analizados a nivel global por la Evaluación de Ecosistemas del Milenio han sido considerados objeto de mejora, entre ellos los cultivos, la producción de carne de ganado, la acuicultura y (en las últimas décadas) el secuestro de carbono. Por otra parte, 15 de los demás servicios han sido degradados incluyendo la captura de peces, la producción de madera, el suministro de agua, el tratamiento de residuos incluyendo residuos tóxicos, purificación de agua, protección de peligros ambientales, regulación de la calidad del aire, regulación de clima local y regional, regulación de procesos de erosión y diferentes beneficios culturales. Estos impactos que han generado las concesiones entre servicios ecosistémicos afectan diferentes tipos de personas en diferentes maneras (MEA, 2005). Igualmente en la cantidad de procesos de la globalización que han amplificado la fuerza de algunos motores de cambio en servicios ecosistémicos y han atenuado otras fuerzas diferentes. Globalmente, la tasa neta de transformación de algunos ecosistemas ha empezado a disminuir, aunque en algunos casos esto se debe a que son pocos los remanentes de hábitat que quedan por transformar. Los motores que generan la pérdida de biodiversidad y los motores que generan cambios en los servicios ecosistémicos, sin embargo, se han mantenido estables y no muestran evidencias de disminuir con el tiempo o siguen Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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creciendo con intensidad. (MEA, 2005) Existen diferentes formas de abordar la mitigación de los motores directos de pérdida y transformación de la diversidad. Por ejemplo, en la PNB de 1995 se identificaron algunos factores de pérdida pero de forma fragmentada, y se buscó contrarrestarlos a partir de los ejes de gestión de biodiversidad conocer, conservar y utilizar propuestos por el Convenio de Diversidad Biológica, pero sin tenerse en cuenta el contexto histórico, político y socioeconómico determinantes para la biodiversidad. Según esto, y teniendo en cuenta la gran cantidad de variables que influyen en la pérdida y transformación de la biodiversidad, es necesario entender estos factores desde una perspectiva amplia y sistémica que contemple los efectos acumulativos y en cascada, positivos y negativos que se evidencian a partir del análisis integrado, no solo de los motores directos e indirectos de la transformación y pérdida de la biodiversidad, sino también entre ellos y el estado de la biodiversidad como elementos de naturaleza cambiante, que difícilmente se mantienen en condiciones estáticas y o bajo tendencias predecibles. Un ejemplo del efecto acumulativo y sistémico de los factores de pérdida y transformación de la biodiversidad, y de la necesidad de entender estos procesos desde una perspectiva amplia es el caso de la ganadería en Colombia. Recientemente la ganadería ha recibido gran atención debido a su contribución con la producción de gases de efecto invernadero (metano y CO2) y en algunos países por la degradación del suelo y bosques, entre otros factores que produce la ganadería de ladera, como en la pérdida de regulación hidrobiológica de las cuencas y la desestabilización. La tipificación de la conectividad trans - escalar de los sistemas sociales y ecológicos integrados e interdependientes (socio - ecosistemas) ganaderos es difícil de entender mediante datos aislados, por lo que requiere una visión extensa de tiempo y espacio, vinculando los factores involucrados y sus formas de relación. El reconocimiento de las dinámicas sectoriales, ha generado la alternativa de los sistemas agrosilvopastoriles que mejora las dinámicas en los socio ecosistemas en aspectos como la retención y capitalización de bienes y servicios o la liberación de tierras para la restauración., entre otros factores (Forero y Corrales, 2007). Otro ejemplo es el caso de la transformación del hábitat causado por los cultivos ilícitos que genera vínculos entre la deforestación, el cultivo, el procesamiento, el control territorial con la neo institucionalidad (perversa) de lavado de capital y la corrupción. Para abordar estas problemática, es necesario analizar todos los agro ecosistemas del país, indígenas, campesinos o industriales y reconocer sus particularidades socio - ecológicas. La compresión de las sinergias presentadas en estas problemáticas ha permitido por ejemplo el uso de la palma de aceite como instrumento de restauración en terrenos agrícolas o pecuarios para la producción de agro combustibles. A su vez, los procesos de transformación del hábitat convergen y se acumulan en los socio - ecosistemas acuáticos, generando incremento de los costos de prestación de servicios públicos, perdida de biodiversidad marina, amenazas al sector turístico, etc. Si bien hay mayor generación de conocimiento e integración de programas de manejo, aún persiste un vacío entre la ordenación costera y terrestre, el resultado es la pobreza de los
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pobladores costeros. Los ejemplos más claros ocurren en Cartagena y en Buenaventura (CCO, 2008). En conclusión, para que una política pública exista es necesario que las instituciones definan una serie de estados deseables y de procesos destinados a cambiar aspectos percibidos como problemáticos (Roth 2002), para esto se deben establecer prioridades a partir de una identificación clara de las problemáticas que incluya su entendimiento desde una perspectiva amplia, cambiante e interdisciplinar. Así mismo, en el proceso de gestión de la biodiversidad es necesario reconocer un marco conceptual en evolución y actualizar la problemática actual de la pérdida de biodiversidad por medio de mecanismos de monitoreo y experimentación sobre la práctica.
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3. LOS ENFOQUES EN LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD 3. 1. ¿QUÉ SIGNIFICA GESTIONAR LA BIODIVERSIDAD? Gestión integral de la biodiversidad, de acuerdo con los fundamentos conceptuales propuestos en el marco de la PNB 2010-2020 y reunidos en esta cartilla, hace referencia a "El conjunto de acciones coordinadas para preservar, utilizar o restaurar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en un escenario social y territorial definido" (Baptiste com pers). Sin embargo este concepto y su aplicación, al igual que el de biodiversidad que el objeto de esa gestión, ha evolucionado en el tiempo en la medida que hemos logrado obtener mayor claridad en el alcance, el propósito y los resultados de esas acciones. A continuación se hace una relación de la forma en que tal gestión ha cambiado de enfoque en las últimas décadas y los principales elementos conceptuales que orienta la misma en la actualidad.
3.2 LA GESTIÓN ANTES DEL SIGLO XXI Durante el desarrollo de las ciencias ambientales, han existido diferentes cambios en la concepción de la naturaleza y del mundo, pasando desde aquellas espirituales y simbólicas hasta las materiales, entre otras. La visión del ser humano sobre la biodiversidad no ha sido ajena a estos cambios, los cuales han influido en la forma en que la sociedad entiende, apropia, y maneja sus diferentes componentes, atributos y funciones. La esencia de la visión clásica en ecología es la idea que en ausencia de la interferencia humana, los sistemas ecológicos se caracterizarían idealmente, por estar o desarrollarse hasta un estado estable de equilibrio (Botkin 1990), el cual se conoce como estado climax. Bajo esta visión los disturbios (como el fuego, las plagas, las enfermedades) son considerados como sucesos raros, externos, y como algo que aquellos que manejan ecosistemas y/u otros componentes, atributos o funciones de la biodiversidad (como bosques, cultivos, reservas naturales entre otros) deben prevenir y eliminar. Esta visión asume que la naturaleza se rige por leyes naturales mecánicas que siempre son susceptibles de ser comprendidas y descritas, (Langston 1998), por lo cual los efectos del manejo de los ecosistemas son predecibles. Con base en esta visión la aproximación al manejo de la biodiversidad se ha enfocado hacia el comando y control (ver recuadro). Otro aspecto base de esta visión clásica radica en considerar que sin la presencia humana, los sistemas ecológicos son homogéneos y autorregulados, por lo cual serían estructural y funcionalmente completos sin esa intervención. Uno de los principales cambios en la percepción de la sociedad hacia la biodiversidad se refleja en las justificaciones para conservarla. Estas han oscilado históricamente entre los dos extremos de un espectro continuo. De un lado es posible identificar una visión Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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preservacionista que concibe la biodiversidad como parte de nuestra herencia natural y considera que los sistemas naturales deben preservarse en estado prístino, sin intervención humana. Los adeptos a esta visión consideran que la naturaleza ―como producto de la evolución‖ es motivo de maravilla y merece ser conservada per se y de acuerdo a su valor intrínseco, el cual por su condición no puede ser valorada (Baptiste y Franco. 2009). En el otro extremo del espectro se encuentra una filosofía utilitarista, la cual concibe a la biodiversidad como un recurso que puede ser usado. Llevada al extremo, esta visión únicamente concede valor a la biodiversidad en la medida en que sea útil: que pueda ser consumida o vendida. La concepción utilitarista se basa en la pregunta, ¿para qué sirve?. Además del uso directo de la biodiversidad (como bienes de consumo), la aproximación utilitarista acepta que los sistemas naturales tienen utilidad como proveedores de servicios ambientales (Baptiste B.L.G y L. Franco. 2009). Hoy la aproximación de manejo tradicional parece replicarse en la forma como usualmente se trata de gestionar los ecosistemas. Para la solución de los problemas es preciso tener control sobre los eventos y los resultados a través del comando y el control (Meffe et al., 2002). Comando significa tener la autoridad o jurisdicción para lograr un resultado deseado (es la dimensión legal). Con el control se manipula, maneja o regula para tomar acciones que lleven un determinado estado actual hacia un estado deseado (es la dimensión de la gobernabilidad). El comando real es entonces posible sólo si el control existe. Pero esto únicamente es viable en sistemas bien conocidos donde hay una muy alta probabilidad que lo que se asume o conoce es lo que en realidad sucede. Sin embargo en los sistemas naturales la aproximación comando y control para el manejo de los recursos naturales (con objetivos como controlar o cambiar la naturaleza) casi siempre fracasa. Es posible que en el corto plazo esta forma de manejar los ecosistemas funcione, pero en el largo plazo está casi que invariablemente destinada al fracaso. La razón está en la complejidad y la incertidumbre inherente a los sistemas naturales que se evidencia por ejemplo en la ausencia de limites estrictos de los ecosistemas, en la forma de respuesta no lineal a la manipulación (p. ej. las especies introducidas que se vuelven invasoras cuando cambian las condiciones) o en las externalidades no previstas y que afectan profundamente a los ecosistemas. En resumen, esta aproximación al manejo fracasa porque los sistemas naturales no cumplen con las situaciones necesarias para que el comando y control funcionen. Otro de los cambios importantes en la visión del ser humano frente a la biodiversidad ha sido la forma en que la ciencia de la ecología ha cambiado la manera de entender el funcionamiento de la naturaleza, particularmente cambiando los énfasis y la perspectiva en la forma en que la sociedad debe manejar las especies y los ecosistemas. El principal cambio al respecto se refleja en el paso de entender el funcionamiento de la naturaleza Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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como un sistema en equilibrio y estático (visión clásica) a reconocer la dinámica y el cambio tanto en el espacio como en el tiempo, como un aspecto intrínseco de la misma naturaleza. Bajo esta visión y ya en la realidad, en algunos casos el manejo de recursos naturales ha tomado una forma patológica en la que la complejidad de las problemáticas, la inercia institucional y la incertidumbre han llevado a un estado de estancamiento institucional, donde la falta de acción causa que algunas problemáticas ecológicas sean ignoradas y que las políticas existentes continúen sin ajuste alguno a esas nuevas situaciones. (Gunderson L.H; Pritchard L. 2002.) Igualmente, cuando se han presentado experiencias positivas a corto plazo en el manejo de recursos bajo ese tipo de esquemas de gestión, se han generado tendencias en las que se crea gran dependencia hacia la continuación de estos sistemas, pero desconociendo, limitando y degradando aún más el soporte ecológico que estos requieren. Esto lleva a estados en los que el cambio ecológico y la dependencia de los recursos naturales se incrementan de forma no deseada y se vuelve cada vez más difíciles de reemplazar. Frente a esto, los tomadores de decisiones posteriormente se ven sorprendidos cuando las decisiones de manejo y políticas inadecuadas con el tiempo no están alineadas con la dinámica de los ecosistemas. Esto se ve finalmente reflejado en un desajuste entre la dinámica del ecosistema y las dinámicas propias de las instituciones que pretenden manejarlos. Un ejemplo de este tipo de enfoque de gestión son las diferentes soluciones que se han planteado para el manejo de las inundaciones y de los consecuentes desastres "naturales" que se presentan repetidamente en la región de La Mojana en el departamento de Sucre. Inicialmente, en la región habitaban comunidades locales que se adaptaban a la dinámica de las inundaciones manteniendo sistemas de ganadería trashumante, con los cuales se despasaban hacia zonas altas en época de inundación y volvían a las zonas bajas en época seca. Posteriormente con el incrementó de densidad poblacional humana, llegaron nuevos actores como terratenientes que limitaron la ocurrencia de esos sistemas trashumantes mediante la construcción de cercas y el favorecimiento de asentamientos permanentes que impidieron las migraciones tradicionales en época de invierno. Posteriormente con la degradación ambiental de las cuencas de los ríos Cauca y Magdalena, y gracias a los picos del ciclo de inundación de largo plazo que muchas veces tienen temporalidades mayores a 20 años, en el año 2005 sucedió una de las mayores inundaciones registradas para la región, ocasionando graves daños sociales en infraestructuras y sistemas productivos. Por ello, el estado optó por construir un dique que controlara las inundaciones del el río Cauca esperando con ello eliminar el problema de raíz. Sin embargo, luego de años de obras y gracias a la dinámica cambiante del curso del río cauca, las limitaciones presupuestales para la construcción del dique y los cambios en la fuerza y los pulsos de inundación del río, el dique construido ha tenido que ser reparado en numerosas ocasiones y las inundaciones siguen afectando a la población local. Este ejemplo evidencia un caso en el que las soluciones institucionales que se basan en la adaptación del ecosistema a una demanda social no son tan efectivas como aquellas que buscan adaptar las instituciones y la sociedad hacia el funcionamiento de Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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los ecosistemas. De la mano con el cambio de visión científica sobre el funcionamiento de la naturaleza y de los ecosistemas, la visión de sostenibilidad también ha evolucionado, y aunque solamente en las últimas décadas se introduce este concepto bajo la motivación utilitarista de no agotar el recurso para que pueda seguir siendo explotado (por ejemplo en la pesquería), la sostenibilidad ha cambiado de un concepto de ―producción máxima sostenible‖ (maximum sustainable yield) al concepto de ―manejo adaptativo de cosecha‖. La primera visión de ―producción máxima sostenible‖ ha fracasado en numerosas ocasiones ya que esta no concuerda con la evidencia científica de que la cantidad de individuos de una especie cosechada puede estar muy por debajo de cantidad de individuos necesarios para que la especie cumpla adecuadamente con su papel ecológico. Con base en esto la gestión ambiental ha evolucionado hacia un ―manejo adaptativo‖ (Salafsky et al, 2001, citado en Baptiste B.L.G y L. Franco. 2009) con el cual se busca mantener un monitoreo de las especies cosechadas como base para su manejo y así evitar su sobre - explotación. El concepto de resiliencia ecosistémica (ver pagina 30) también recogió esta preocupación enfatizando el carácter cambiante y vulnerable de los sistemas naturales por influencia del ser humano. Reconociendo estas problemáticas de la visión clásica, ha surgido una visión alternativa de la ciencia para el entendimiento y manejo de los ecosistemas, que aunque tuvo sus inicios desde los años 70, (Ver Holling 1973) solo hasta la década de 1990 empezó a consolidarse en la ciencia ecológica. De acuerdo con esta visión, el proceso de desarrollo (o sucesión) de los sistemas naturales es mucho menos determinístico, que lo que se pensaba (Pahl-Wostl 1995) y se centra en entender los sistemas naturales como sistemas abiertos que generalmente a largo plazo no evidencian estabilidad (Hobbs y Morton 1999). Acá, los disturbios son reconocidos como un elemento inherente a la dinámica de los ecosistemas y determinan la temporalidad de los procesos sucesionales (Holling et al. 1995). El equilibro es simplemente un fenómeno percibido por la forma y la escala temporal de observación de la naturaleza, mas no una propiedad intrínseca del sistema (Wallington et al 2005); más aún, ahora el cambio y la incertidumbre pasan a ser factores determinantes para el manejo del sistema. De tal forma que el manejo busca entonces que se den los procesos ecológicos necesarios y su dinámica, para que el sistema pueda conservar las relaciones funcionales y con ello su integridad ecológica y funcional. Estos cambios en la visión sobre la naturaleza, y en especial la visión sobre los sistemas ecológicos, hacen de la gestión de biodiversidad un reto mayor. La complejidad inherente a los sistemas ecológicos, y su reconocimiento para la gestión, implican que las relaciones entre escalas espaciales y niveles de la organización biológica debe ser conservada. Es esta visión alternativa de manejo de ecosistemas la que se ha tomado como base para el planteamiento de Política Nacional de Biodiversidad revisada a 20102020, por lo cual una descripción más completa de las implicaciones y elementos conceptuales de esta visión es desarrollada en las siguientes secciones de este capitulo del texto.
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3.3 UN NUEVO ENFOQUE PARA LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
La sociedad y la naturaleza como un sistema complejo interdependiente En el estudio y gestión de los ecosistemas naturales se ha admitido paulatinamente el papel activo del ser humano en la transformación y pérdida de biodiversidad, ya sea por efectos propios de su manejo, (por factores como el desarrollo de proceso productivos a gran escala, la instalación de asentamientos humanos, etc), así como por la acción de un conjunto de los procesos sociales, económicos y políticos a ellos asociados (ver sección 2.3). Según esto, con una gama tan amplia de aspectos a considerar en la gestión y estudio de los sistemas naturales, se hace necesario entender la realidad bajo esquemas de conocimiento integradores, que reconozcan y entiendan bajo un mismo enfoque las problemáticas que los afectan, para así poder emprender acciones de conservación y uso sostenible realmente efectivas. Una alternativa en este reto es el entendimiento y gestión de los sistemas sociales y naturales como sistemas complejos. Investigar y trabajar con un sistema complejo significa estudiar o manejar un ―trozo de la realidad‖ que incluye aspectos físicos, biológicos, sociales, económicos y políticos. La teoría de los sistemas complejos constituye una propuesta para abordar el estudio y manejo de tales sistemas. Se trata en primera instancia de una metodología de trabajo interdisciplinaria que parte del reconocimiento de que en el ―mundo real‖, las situaciones y los procesos no se presentan de manera que puedan ser clasificados por su correspondencia con alguna disciplina o ciencia en particular. En este sentido, podemos hablar de una realidad compleja. Por ejemplo en la actualidad se reconoce que para el desarrollo de iniciativas que permitan mejorar el bienestar social de una comunidad, es necesario abordar su comprensión desde diferentes perspectivas. Esto se debe a que dentro del bienestar social y dentro de una sociedad confluyen diferentes formas de pensamiento, diferentes prioridades para cada quien, y diferentes necesidades básicas por suplir. Para una persona su necesidad primordial puede ser mejorar su situación económica, mientras que para otra puede serlo su salud, o seguridad, o la necesidad de tener de un ambiente sano, de ahí la dificultad de llegar a soluciones que abarquen el panorama total de las problemáticas y que a su vez beneficien a la mayor cantidad de personas posibles. Según lo anterior, Un sistema complejo es la representación de un recorte de esa realidad, conceptualizado como una totalidad organizada (de ahí su denominación de sistema) en la cual los elementos que lo constituyen no son “separables” y por tanto, no pueden ser estudiados o manejados aisladamente (García R. 2008). Los sistemas complejos que se presentan en la realidad carecen de límites precisos, tanto en su extensión física como en su problemática. De aquí la necesidad inevitable de establecer ―recortes‖ o de imponer límites más o menos arbitrarios, para poder definir el sistema que se propone estudiar o gestionar (García R. 2008). Sin embargo, dejar ―afuera‖ de los límites del sistema algún aspecto que influye en el problema no significa necesariamente dejar fuera de consideración ese aspecto. En los casos en que aquello que quedó ―afuera‖ de la problemática interactúa con lo que quedó ―adentro‖, su acción se Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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toma en cuenta a través de las condiciones de los límites. Tales condiciones se especifican en forma de flujos de materia, energía, información, etc. Una importante propiedad de los componentes de un sistema complejo radica en que estos son interdefinibles, es decir, no son independientes, sino que se determinan mutuamente. La elección de los límites debe realizarse en forma tal que aquello que se va a estudiar o gestionar presente cierta forma de organización o estructura. Los otros elementos quedan ―afuera‖. Las interrelaciones entre ellos y los elementos que quedan dentro determinan las condiciones de los límites. Los elementos del sistema suelen constituir ―unidades‖ que también son complejas (subsistemas) y que interactúan entre si (García R. 2008) El reto central del análisis de la dinámica de estos sistemas es el estudio de los procesos que en ellos ocurren. Estos describen los cambios que tienen lugar en el sistema y se hacen evidentes en las interacciones entre los componentes internos del sistema, así como de las asociadas con sus elementos externos. Si el estudio y gestión del funcionamiento de los sistemas naturales es abordada desde la perspectiva de los sistemas complejos, y si se entiende que toda la estructura y funcionamiento de los sistemas sociales y ecológicos está interrelacionada y que es imposible separar sus componentes (los físicos de los bióticos y estos de los culturales), se logrará comprender entonces que son las interacciones entre los sistemas sociales y ecológicos las que configuran los escenarios de intervención definidos por el conocimiento de la biodiversidad, y que es necesario manejar esto a partir de la toma de decisiones simultáneas de uso y conservación. En otras palabras, bajo este enfoque se entiende que son los procesos de intervención humana los que definen cómo el uso de la biodiversidad requiere un componente de conservación y viceversa, tal como Galaz et al (2008), esquematizan en la Figura 4.
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Figura 4. Aproximación estratégica a la biodiversidad en el contexto de sistemas ecológicos y sociales acoplados (¿socio-ecosistemas?). Adaptado de: Galaz, V., P. Olssxon, T. Hahn, C. Folke & U. Svedin. 2008. En imprenta. The problem of fit among biophysical systems, environmental and resource regimes, and broader governance systems: insights and emerging challenges. The Stockholm Resilience Center, Estocolmo.
Bajo el enfoque de la complejidad de los sistemas naturales, se ha entendido que en escenarios actuales los ecosistemas están, más que ligados, interconectados con los sistemas sociales directa e indirectamente y en diversas escalas espaciales y temporales. Incluso se habla de los sistemas ecológicos y sociales, SES, en los enfoques de manejo, al menos en su aproximación conceptual, donde la dimensión humana es central y está considerada desde un punto de vista teórico, en el mismo nivel de importancia que los componentes biológicos (estructurales y funcionales). Esta visión socioecosistémica en el abordaje de la biodiversidad ha sido divulgada y difundida en los últimos años por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y apropiada por el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) (Baptiste B.L.G y L. Franco. 2009). Según Gunderson y Pritchard (2002 - 1), cabe resaltar que existen cuatro propiedades principales de esos sistemas complejos, de las cuales depende su comportamiento (enfatizando en sistemas sociales y ecológicos interdependientes). Estas son:
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La resiliencia ecológica: La resiliencia se refiere a la capacidad de un sistema para soportar una perturbación antes de cambiar a otro estado. (Gunderson L.H; Pritchard L. 2002). De manera ideal en las interacciones entre los sistemas ecológicos y sociales se debe promover el mantenimiento de la resiliencia ecológica para evitar que los ecosistemas atraviesen umbrales de cambio donde se establezcan configuraciones indeseables e irreversibles que los transformen. En esos estados tales ecosistemas serán seguramente incapaces de suministrar total o parcialmente los bienes y servicios que antes ni podrán mantener sus estructuras y procesos ecológicos (Baptiste B.L.G y L. Franco. 2009) (Ver sección XX). La complejidad: La complejidad es la variedad de estructuras y procesos que ocurren al interior del sistema. Por ejemplo, si se trata de un humedal ubicado en un sector urbano, ¿que especies lo conforman actualmente?, ¿qué procesos ecológicos se generan en él? ¿Qué bienes y servicios ecosistémicos presta a la población local? La capacidad de autoorganización: Es la habilidad de estas estructuras y procesos para interactuar mutuamente, para reforzarse y mantenerse entre si. Siguiendo con el ejemplo anterior, ¿Qué procesos o disturbios lo afectan? ¿Cómo los procesos ecológicos y el manejo que la población local hace, se complementan entre si para que el humedal no desaparezca? El orden del sistema: Los procesos de autoorganización producen orden a partir del desorden, pero las interacciones de los procesos a través de diferentes escalas también destruyen y reconfiguran la organización ecológica, produciendo dinámicas ecológicas complejas (Gunderson L.H; Pritchard L. 2002). Para el caso del humedal, ¿cómo ha cambiado el humedal con el tiempo? ¿Existen diferentes especies, características o procesos ecológicos en el humedal en comparación con años anteriores?
La resiliencia La teoría de la resiliencia es un modelo de gestión que permite aproximarse al manejo de los socioecosistemas, incorporando el cambio y los diferentes estados por los que atraviesan los ecosistemas y que proporciona estrategias para amortiguar o adaptarse al cambio inesperado. Más que tratar de controlar los recursos naturales para una producción estable o máxima y una ganancia económica en el corto plazo, asume un contexto incierto y complejo y busca alcanzar la provisión sostenible de servicios ecosistémicos en el largo plazo. La construcción de resiliencia ofrece la protección necesaria para el mantenimiento del flujo de servicios ecosistémicos y para enfrentar los impactos inesperados del sistema mediante el fortalecimiento de la capacidad de aprender y adaptarse (Resilience Alliance 2007a). En la definición de resiliencia se pueden encontrar dos aproximaciones que parten de diferentes aspectos relacionados con la estabilidad de los sistemas. Por un lado desde la Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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"resiliencia ingenieril" se entiende que los sistemas ecológicos se encuentran cercanos a un estado de equilibrio estable; y desde este punto de partida la resiliencia es entendida como la velocidad a la que retornan los sistemas al equilibrio, después de un disturbio o perturbación (Pimm 1984; O´Neill et al 1986; Tilman y Downing 1994 En: Gunderson y Pritchard Jr 2002). La segunda definición, a la cual se ha llamado resiliencia ecológica (Walker et al. 1981, Holling 1996 En: Gunderson y Pritchard Jr 2002) enfatiza en las condiciones alejadas de un estado fijo estable, en las cuales la inestabilidad puede cambiar un sistema hacia otro régimen de comportamiento, o en otras palabras, a otro dominio de estabilidad. Desde la resiliencia ecológica, se entiende la resiliencia como la magnitud de disturbio que puede ser absorbido por el sistema antes de que sea reestructurado con nuevas variables y procesos de control (Gunderson y Pritchard Jr 2002). Es pues la habilidad que tiene el sistema para absorber las perturbaciones, mantener la misma identidad (estructura básica y funcionamiento) y continuar proporcionando servicios ecosistémicos (Resilience Alliance 2007a) en magnitud y frecuencia necesarias para sustentar las necesidades humanas y los procesos ecológicos de los sistemas biofísicos. Un sistema resiliente es aquel que puede absorber cierta cantidad de cambio, proveniente de perturbaciones naturales y/o antrópicas, y aún así retener sus funciones y funcionalidad (Nelson, Adger & Brown, 2007). La principal diferencia entre estas dos formas de ver la estabilidad, radica en que la gestión de la naturaleza en la resiliencia ingenieril se enfoque en mantener la eficiencia funcional, mientras que en la resiliencia ecológica se enfoca en mantener la existencia de las funciones. La resiliencia, a la luz de la cada vez más fuerte interconexión de los sistemas ecológicos y sociales, depende de la capacidad de la sociedad para ―manejarla‖ a través de la acción colectiva que busca la permanencia de los estados deseados del ecosistema para que puedan enfrentar la transformación que inducen los motores del cambio ambiental, manifiestos con severidad diferencial en nuestro territorio. Por ejemplo la capacidad de mantener la producción de alimentos, para las comunidades más vulnerables, en escenarios de cambio climático; o la habilidad de mantener buena provisión de agua, en cantidad y calidad óptimas, cuando aumenta la sobrecarga de nutrientes y sedimentos provenientes de las cuencas agrícolas y ganaderas y que desencadena los síntomas de la eutrofización en ecosistemas acuáticos; o la habilidad de mantener la producción de miel y frutos a través de polinizadores naturales; o la habilidad de controlar las plagas de cultivos y enfermedades humanas con base en procesos ecológicos y especies de organismos con esta función dentro del ecosistema. Los avances conceptuales y prácticos en torno al paradigma de la resiliencia han dado como resultado la formulación de orientaciones para mantenerla y lograr el manejo de los umbrales y estados deseables de los ecosistemas, siendo éste el objeto principal de la gestión integral de la biodiversidad en una política pública para el país. El marco de la resiliencia sugiere las siguientes recomendaciones para la gestión de la resiliencia de tal forma que se garantice el funcionamiento de los ecosistemas y su provisión continua de servicios ecosistémicos en el tiempo y el espacio.
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1. El manejo de la resiliencia requiere enfocarse en la gestión de los sistemas a múltiples escalas espaciales, temporales y de la organización social. Un mejor entendimiento de cualquier socioecosistema se logra conociendo lo que pasa en sistemas de menor y mayor escala y cómo esta jerarquía de sistemas interactúa a través del espacio, el tiempo y la organización social (Resilience Alliance 2007a). La resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas depende de cómo estas diferentes escalas interactúan entre ellas, lo que se conoce como interacciones a través de escalas o interescalaridad (Resilience Alliance 2007). 2. El manejo de la resiliencia requiere además comprender cómo las dinámicas históricas del sistema han moldeado el sistema actual. Los socioecosistemas son dinámicos y los cambios a los que se someten son algunas veces lentos y predecibles y otras veces rápidos e imprevistos. Estos cambios pueden resultar de fuentes externas que interactúa con las vulnerabilidades internas del sistema. Tener una visión amplia del cambio del sistema a través del tiempo puede revelar motores del sistema, los efectos de las intervenciones, disturbios y respuestas pasadas (Resilience Alliance 2007a). 3. Debido a que los sistemas tienen el potencial de existir en más de un estado (sin embargo algunos sistemas tienen solo un estado estable) y por lo general un estado en particular es más deseable que otro, se recomienda comprender los posibles estados alternos de un sistema y los procesos que mueven al sistema hacia un umbral determinado (Resilience Alliance 2007).
Un sistema alterno se distingue porque el sistema adquiere una estructura y una composición de organismos diferente y un cambio en los procesos que refuerzan un estado en particular. Algunos estados son difíciles, limítrofes o imposibles de cambiar. Son estados altamente resilientes y sin embargo no necesariamente son estados deseables
4. Es necesario identificar y manejar los umbrales críticos que separan los estados deseables de los no deseables. Conocer los factores que empujan a un sistema más allá de un umbral es más importante que conocer el umbral per se. Una vez se ha atravesado un umbral puede ser muy difícil o imposible retornar al estado previo. Cuando sea posible se deben mantener los sistemas lejos de umbrales que lleven a estados indeseados (Resilience Alliance 2007).
Un umbral se ha atravesado cuando las retroalimentaciones cambian y como consecuencia las características que definen el sistema cambian, llevando a un estado alterno del sistema (RA WB). Los umbrales pueden también moverse. Por lo general son las variables de cambio lento en un sistema las que causan un cambio en la posición del umbral.
5. El manejo social para proteger y mantener la resiliencia de los ecosistemas, de tal manera que se garantice la ocurrencia de los procesos indispensables para el ser Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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humano y su bienestar, se basa en mantener las relaciones funcionales entre escalas de la organización biológica con base en los siguientes componentes de la biodiversidad: a. Los grupos funcionales de organismos y la diversidad de especies dentro de ellos (Chapin et al., 1997 y Luck et al, 2003 citados en Folke et. al. 2004): los grupos funcionales son los conjuntos de organismos que en un sistema desempeñan diversas funciones como polinización, depredación, fijación de nitrógeno, descomposición, generación de suelo, modificación de los flujos de agua, creación de parches para reorganización, etc. Cada grupo de estos es diverso en especies para que la función dentro del ecosistema se dé en la frecuencia y magnitud óptimas y necesarias. b. La diversidad de respuestas funcionales: se refiere a la variedad de respuestas que dentro de un ecosistema son posibles ante los cambios ambientales y está sustentada por las especies que contribuyen a la misma función ambiental y que pueden actuar bajo diferentes condiciones (Chapin et al., 1997, Luck et al, 2003 (citados en Folke et al. 2004), Elmqvist et al. 2003, Walker & Langridge, 2002). Por ejemplo en escenarios de cambio global ambiental, un ecosistema debe poder sustentar funciones como el mantenimiento de reservorios de carbono, regulación del flujo de carbono, nitrógeno, agua, o regulación de evapotranspiración, funciones que están determinadas por los atributos de las especies (Walker et al. 1999). La diversidad de grupos funcionales y la diversidad de respuestas funcionales (redundancia funcional) dan cuenta del funcionamiento e integridad en los ecosistemas porque sustentan los diversos mecanismos de resiliencia presentes en las distintas escalas espaciales.
La naturaleza en el espacio y el tiempo: escalas conectadas. La naturaleza y los sistemas sociales y ecológicos operan a diferentes escalas espaciales y temporales. Igualmente, diferentes estructuras y procesos dominan el comportamiento de los sistemas de acuerdo con estas escalas. En ese marco de referencia, la naturaleza entendida desde los ecosistemas comprende escalas espaciales que pueden variar desde cientos de metros (por ejemplo un parche de bosque) hasta cientos de kilómetros (por ejemplo una cuenca hidrografica), mientras que vista desde el estudio de una pequeña población de hormigas con poca movilidad su estudio puede restringirse simplemente a algunos pocos metros. Lo mismo sucede con los procesos ecológicos y su escala en el tiempo: Procesos de formación de suelo a escala de paisaje pueden tardar cientos de años en darse, mientras que el ciclo reproductivo algunos animales, puede restringirse a un poco mas de un par de días o meses.
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Un ejemplo de cómo varía las estructuras y procesos en diferentes escalas espaciales y temporales en Colombia, se hace evidente en parches de sabana orinocence donde el factor determinante para su mantenimiento es la temporalidad en el manejo del fuego que permite la regeneración de los pastizales, mientras que a una escala mas amplia, el factor determinante de formación y mantenimiento de esos ecosistemas es el ciclo del agua y los pulsos de inundación de los humedales del piedemonte. Según esto, la organización de la naturaleza y su funcionamiento puede ser vista como una jerarquía, en la cual cada nivel jerárquico tiene sus propias dinámicas espaciales y temporales, así como sus propias estructuras y procesos dominantes. Bajo el enfoque clásico ya mencionado en secciones anteriores, se entendía la naturaleza y la relación entre las escalas espaciales y temporales como una jerarquía convencional en la que los procesos que suceden al interior de cada nivel o escala son estables, poco o nada cambiantes y se mantienen por ellos mismos, controlando los procesos mas pequeños y rápidos que los afectan y por ende, siendo inmunes a cambios en ellos. Sin embargo en la naturaleza estos sistemas que operan a diferentes escalas no son estáticos sino dinámicos y se adaptan a los cambios en los procesos que los afectan. A su vez, los niveles que conforman las diferentes escalas son sensibles a disturbios o cambios leves, y se mantienen gracias a su relación con otros sistemas que las sustentan. Por tal razón, en la ciencia del manejo de ecosistemas se ha optado por llamar estas estructuras no jerarquías, sino Panarquias. (Gunderson L.H; Pritchard L. 2002) Existen dos principales conexiones entre las diferentes escalas amplias y finas que operan en los sistemas naturales, incluyendo las espaciales y temporales: La primera se refiere a las influencias de escalas finas (por ejemplo un parche de bosque) con las escalas amplias (por ejemplo la cuenca hidrográfica en la que se encentra el parche de bosque). En esta los elementos que existen en las diferentes escalas finas pueden confluir en un mismo tiempo y generar una fuerza tan grande que por su acción en cadena generen que el sistema traspase el umbral hacia otro estado diferente (Resilience Alliance. 2007b). Por ejemplo, según un estudio realizado por EAFIT en la cuenca del río Magdalena, se identificó que el sistema (la cuenca), debido a diferentes influencias negativas que han confluido y se han incremento en los últimos 100 años, ha hecho que la cuenca del río pasara de ser un sistema con procesos ecológicos funcionando de forma relativamente armonizada a ser un sistema caótico en el cual los procesos ecológicos que soportan funcionen de manera impredecible y donde las acciones realizadas para su recuperación sean insuficientes. Dentro de estos factores que han confluido en la cuenca se encuentran procesos de trasformación de ecosistemas, cambios en los regímenes hídricos y en la regulación de agua por uso intensivo de agua para riego, deficiente control natural de la sedimentación y incremento significativo en la cantidad de personas que soporta la cuenca. Sin embargo, cuando los sucesos o procesos que se presentan en escalas finas no ocurren al mismo tiempo, su ocurrencia puede ser un factor positivo para los ecosistemas ya que al introducir innovación y movimiento en el sistema, contrarrestan su inflexibilidad y por ende fortalecen su capacidad de mantenerse en el tiempo (en otras palabras, su resiliencia) (Resilience Alliance. 2007b).
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Del otra lado, la influencia de las escalas amplias hacia las escalas finas se refiere a la capacidad de la las escalas amplias para proveer recursos a las escalas finas cuando estas se encuentran en una fase de reorganización. Por ejemplo, en un parche de bosque seco tropical del Caribe que haya sido afectado por un disturbio, existiría una mayor capacidad para su recuperación si en zonas aledañas (en escalas más amplias) existen semillas y organismos que las dispersen, y que permitan generar procesos de recolonización en el parche. Sin embargo en los casos en que esa cobertura es escasa o esta altamente degradada, las posibilidades de recuperación de parches afectados es muy limitada. Esta capacidad de influencia desde las escalas amplias a las finas hace que exista una conexión entre el presente y el pasado, entre escalas locales y aquellas más distantes. Sin embargo, la memoria de los sistemas y la conexión entre el pasado y el presente no es necesariamente un aspecto positivo. En ocasiones (particularmente en ambientes altamente perturbados en espacio y tiempo) puede ser mejor para la sociedad que el ecosistema entre en un estado diferente y que para ello se requiera romper las conexiones entre escalas amplias hacia las finas y así permitir innovación y el cambio hacia un umbral diferente. (Resilience Alliance. 2007b) Por ejemplo, para la sociedad puede ser mejor que un humedal que está actualmente influenciado por procesos de eutrofización, que ha sido invadido por especies vegetales que cambian su estructura y función (como la Elodea o le buchon de agua) y que con el tiempo está pasando a ser un sistema sin oxigeno, sea gestionado activamente para que pase a ser un sistema que tenga un cuerpo de agua visible amplio, con oxigeno y con especies dulceacuicolas que mantengan el agua limpia y que sean fuente de alimento para los pobladores aledaños.
La sociedad y la toma de decisiones en la gestión de la biodiversidad: conflictos, gobernanza y bienestar Como se ha descrito anteriormente, las relaciones entre escalas espaciales y temporales, el entendimiento de los sistemas naturales y sociales como elementos interconectados, interdependientes y dinámicos, y el papel de la biodiversidad en los servicios ecosistémicos son aspectos fundamentales que moldean la forma en que la sociedad interviene y gestiona la biodiversidad. Sin embargo, los aspectos sociales que guían la gestión de la biodiversidad y por ende su estado actual se ven igualmente influenciados por conflictos al interior de la sociedad, por las expectativas frente sus necesidades, por la forma en que los diferentes grupos humanos se organizan y por los mecanismos que usan para la toma de sus decisiones. Como ya se menciono, uno de los mayores emprendimientos para analizar el papel de la biodiversidad en el bienestar de la sociedad ha sido la Evaluación de Ecosistemas del Milenio (MEA 2005). El MEA sitúa el bienestar humano como el enfoque central de la evaluación, reconociendo que la biodiversidad y los ecosistemas tienen valores intrínsecos (valor no solo por los beneficios y utilidad que generan, sino también por su misma existencia) y que las personas tomas decisiones sobre ellos basados en esas Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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consideraciones pero también en la relación que tienen sobre su propio bienestar y el de los demás. Sin embargo, se identifica también que aunque se ha obtenido beneficios sustanciales gracias a las acciones en el manejo de los ecosistemas, estas muchas veces han causado homogenización o pérdida de la biodiversidad. A su vez, que aunque muchas personas se han beneficiado en el ultimo siglo de la transformación de ecosistemas naturales hacia ecosistemas dominados por el ser humano, y por la explotación de la naturaleza, estos logros individuales han implicado un elevado costo por la pérdida de biodiversidad, la degradación de los servicios ecosistémicos y la exacerbación de la pobreza en otras poblaciones. En otras palabras, los costos sociales de la transformación y pérdida de la biodiversidad son mayores en comparación con los beneficios individuales obtenidos debido a que estos beneficios no han sido distribuidos en la sociedad de una forma equitativa y porque en la historia, los costos de la transformación de los sistemas naturales no han sido tenidos en cuenta para la toma de decisiones. Como resultado el discurso que ha sustentado la gestión de biodiversidad ha sido en su mayoría basado en la importancia del manejo de la biodiversidad per se, sin considerar los componentes y funciones de esta que son importantes para los medios de vida de pobladores locales, de la sostenibilidad de sistemas productivos a pequeña escala o de la sociedad en general, factor que toma mayor importancia teniendo en cuenta que muchos de ellos generalmente son los más dependientes de la biodiversidad. Por tal razón, es importante enfocar la gestión de la biodiversidad hacia la reducción de impactos tanto sobre la biodiversidad como sobre los sistemas sociales vinculados con esta (Swiderska, K, 2009). En ese marco de gestión vinculada entre sistemas ecológicos y sociales, es claro como la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en numerosas ocasiones genera un conflicto de intereses entre autoridades locales y regionales, propietarios de tierras y poblaciones locales. Muchos de estos conflictos radican en los cambios de uso de la tierra, en el emprendimiento de proyectos de infraestructura como carreteras y diques, así como en otros factores de política de uso del suelo y de la biodiversidad. Por estas razones, atender este tipo de conflictos puede ser visto como un factor inherente a la gestión de la biodiversidad (Countdown 2010 Secretariat, 2008). Cabe resaltar en este punto como un análisis de políticas nacionales relacionada con biodiversidad de diferentes países del mundo, identificó algunas barreras que han impedido incorporar la biodiversidad de forma contundente en las políticas de desarrollo. Entre ellas se encuentran, según Swiderska, et al (2009):
Deficiente flujo de información entre quienes toman decisiones y los que producen conocimientos científicos sobre biodiversidad y servicios ecosistémicos Falta de derechos y participación de actores locales en el proceso de toma de decisiones Falta de coordinación entre sectores económicos a diferentes niveles. Ausencia o debilidad en los mecanismos seguimiento en el proceso de toma de decisiones
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Debilidades en los departamentos gubernamentales encargados de gestionar la biodiversidad Estructuras sectoriales gubernamentales no armonizadas con la toma de decisiones en el tema Resistencia en las instituciones en hacer trabajos coordinados Ausencia de un a instancia de alto nivel de soporte político nacional Poca atención en los procesos políticos que ven la gestión de la biodiversidad como un aspecto técnico aislado. Poca capacidad técnica, analítica y de herramientas para abordar las oportunidades y cambios ambientales Poca atención a la pobreza y el desarrollo por parte del sector ambiental Al mismo tiempo que han surgido estos conflictos frente a la gestión de la biodiversidad, la sociedad ha reconocido por más de tres décadas que los derechos humanos y la protección ambiental, incluyendo la conservación de la biodiversidad y de los recursos naturales, son factores interrelacionados y fundamentales para el bienestar de la comunidad global. Los vínculos entre estos dos factores son multidimencionales y recíprocos. Estos han sido recogidos en 4 principios según Greiber (2009): La no conservación de los recursos naturales y de la biodiversidad pude determinar el no cumplimiento de los derechos humanos, especialmente, en grupos humanos que dependen directamente de los ecosistemas para su superciencia La naturaleza puede soportar el respeto y mejoramiento de las condiciones y derechos humanos, asegurando la disponibilidad sostenible de servicios ecosistémicos. Desafortunadamente ciertas aproximaciones hacia la conservación tienen un potencial conflicto con los derechos humanos, por ejemplo, la designación de áreas protegidas que excluyen a pobladores de un área El no asegurar el respeto internacional y local de los derechos humanos puede llevar a la destrucción ambiental. Para que la sociedad logre balancear estos conflictos de intereses y las expectativas que se generan hacia la biodiversidad como elemento fundamental para la prestación de servicios ecosistémicos, es necesario fortalecer los sistemas de gobernanza y de toma de decisiones. La gobernanza en este campo la constituye el proceso de cómo decide una sociedad el futuro y la gestión de la naturaleza, incluyendo quienes participan en el proceso de toma de decisiones, su influencia y como estas se vinculan estos resultados a políticas, instituciones, procesos y en general al poder. Muchas veces las decisiones son influenciadas por actores poderosos financiera y políticamente mientras que otros grupos en la sociedad tienen menor influencia. Experiencias en la gobernanza de sistemas de uso de recursos naturales muestran que las decisiones son más efectivas para toda la sociedad cuando estas involucran un amplio rango de actores relacionados (incluyendo actores locales), diversos sistemas de flujo de información y el aprendizaje que parte de experiencias de campo (Swiderska, K, 2009). Los atributos de las instituciones y los sistemas amplios de gobernanza en los niveles locales, regionales, nacionales y globales, son elementos fundamentales que se deben Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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acoplar a la dinámica de los sistemas biofísicos para lograr la resiliencia ecológica (Ostrom et al 2001). Esta gobernanza, a su vez, descansa en acuerdos colectivos parciales que interpretan las condiciones ambientales y retroalimentan las prácticas de manejo, constituyéndose en sistemas de conocimiento ecológico que interactúan políticamente unos con otros. Así como las formas de conocimiento con las cuales una sociedad se aproxima hacia la gestión de la biodiversidad son muy variadas, la percepción de la gente hacia una ―buena‖ gobernanza difiere en cada persona. Por ejemplo, algunos enfatizan en el rol del estado como el principal actor que vela por el control de los sistemas de gobernanza locales, mientras que otros han buscado empoderar a la sociedad civil en la toma de decisiones y en la democratización de las instituciones gubernamentales. En estas circunstancias, el papel del estado y de la sociedad esta en intervenir para asegurar el nivel de provisión de servicios ecosistémicos y de biodiversidad deseado y/o decidido por la sociedad (Swiderska, K, 2009). Esto es posible no solamente vinculando la biodiversidad y el desarrollo local y nacional en sus propias políticas sectoriales, planes y programas, sino también estableciendo incentivos y políticas que fomenten el vínculo entré los diferentes sectores.
Los diferentes tipos de conocimiento, la interdisciplinariedad y la gestión. Para lograr una gestión efectiva de la biodiversidad, es necesario que la sociedad, incluyendo aquellos que toman decisiones, implementan acciones o los que la afectan directa o indirectamente, cuenten con suficientes y adecuados conocimientos para poder gestionar el cambio en los ecosistemas y la dinámica ya descrita que es propia de la naturaleza. Esta necesidad de aprendizaje, innovación y capacidad adaptativa de los actores es una respuesta al cambio ecosistémico como parte del ciclo ―diseñar y actuar; monitorear y observar; y reflexionar y revisar‖ que proponen algunos autores (Campbell et al. 2001 citado en Baptiste y Franco. 2009) Sin embargo, la sociedad actual tiene esquemas de conocimiento, de organización de información, de toma de decisiones y de gobernanza tan diversos como las diferentes culturas presentes en todo en planeta y los cuales confluyen en decisiones sobre el bienestar y la gestión de la biodiversidad. Específicamente, el conocimiento utilizado para la toma de decisiones de uso y conservación, puede estar codificado de maneras diferentes o no compatibles entre sí, dando como resultado conflictos culturales e incluso, intraculturales, en la medida en que todo grupo humano produce y sistematiza conocimiento permanentemente, bajo diversos mecanismos asociados con la construcción de subjetividad (Funtowitz y Ravetz, 1996 citado en Baptiste y Franco. 2009). Esto hace que la gestión de los ecosistemas requiera complejos arreglos institucionales capaces de reconocer e integrar las diferencias de criterios en sistemas de reglas concertadas. En la figura 2 se presenta la interpretación que hacen Baptiste y Franco (2009) respecto a los distintos tipos de conocimiento y su alcance en términos de la toma de decisiones, reconociendo una realidad más compleja que la identificada en ámbitos científicos o académicos. Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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Figura 2. Papel de las formas de conocimiento en la gestión ambiental. Tomado de: Funtowicz S y J Ravetz (1996, citado en Baptiste B.L.G y L. Franco. 2009).
Como mecanismo para abordar la complejidad de los sistemas naturales y para la armonización de los diferentes tipos de conocimientos que existen actualmente en la sociedad, en los últimos años se ha venido abordando la comprensión de los sistemas complejos desde una visión interdisciplinaria. Aunque ninguna investigación particular tiene la capacidad de integrar diferentes disciplinas, los procesos de integración disciplinaria (al igual que los procesos de diferenciación que han dado lugar a cada una de las disciplinas científicas) han significado replanteamientos fundamentales que no se limitan a ―poner juntos‖ los conocimientos de diferentes dominios. La interdisciplinariedad supone la integración de diferentes enfoques disciplinarios, para lo cual es necesario que cada uno de los miembros de un equipo de investigación sea experto en su propia disciplina. La diferencia fundamental entre la investigación interdisciplinaria y las llamadas investigaciones multi (o trans) disciplinarias está en el modo de concebir una problemática y en el común denominador que comparten los miembros de un equipo de investigación (García R. 2008).
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Mientras que en el caso de las investigaciones multidisciplinarias se suelen sumar los aportes que cada investigador realiza desde su disciplina particular entorno a una problemática general que puede ser analizada desde diferentes perspectivas, una investigación interdisciplinaria supone la integración previamente de estos diferentes enfoques para la delimitación de una problemática. Ello supone concebir cualquier problemática como un sistema cuyos componentes están interdefinidos (explicado anteriormente) y cuyo estudio requiere la coordinación de enfoques disciplinarios que deben ser integrados a un enfoque común. De ahí que la interdisciplina implique el estudio de problemáticas concebidas como sistemas complejos y que el estudio de sistemas complejos exija de la investigación interdisciplinaria (García R. 2008). En tales casos, la delimitación de un sistema complejo no solo requiere de una concepción común entre los miembros del equipo de investigación sobre la problemática general a estudiar, sino también de una base conceptual común y de una concepción compartida de la investigación científica y de sus relaciones con la sociedad. En síntesis, lo que integra a un equipo interdisciplinario para el estudio de un sistema complejo es un marco conceptual y metodológico común, derivado de una concepción compartida de la relación ciencia – sociedad, que permitirá definir la problemática a estudiar bajo un mismo enfoque, resultado de la especialización de cada uno de los miembros del equipo de investigación.
El enfoque ecosistémico El enfoque ecosistémico (EE) es ―una estrategia integrada para el manejo de la tierra, el agua y los recursos vivos, promoviendo la conservación y uso sostenible de una forma equitativa‖ (CBD, 2002). Sus principios se relacionan con los aspectos ecológicos, sociales y de gestión de los ecosistemas y buscan contribuir al entendimiento y resolución de las realidades concretas que emergen de la interacción entre la sociedad y la naturaleza. El enfoque ecosistémico pretende contribuir a superar la crisis del manejo, previendo las interacciones entre el sistema natural y el social, en diferentes escalas espaciales y temporales. También es una orientación para formular objetivos de manejo que integren los aspectos biológicos, económicos y sociales y que permitan ―avanzar simultáneamente en la restauración ecológica, la reestructuración de las instituciones y la revitalización del manejo‖ (Gunderson et al., 1995). El EE propone una serie de orientaciones esenciales para la conservación de los sistemas ecológicos y sociales y el manejo para la resiliencia ecológica, por lo cual constituye una herramienta de gestión de gran utilidad. Con mayor precisión, se habla de conservación de los ecosistemas como el conjunto de actividades o decisiones de preservación y/o uso de la biodiversidad con efectos deliberados y diferenciados en el tiempo y el espacio. Es decir, se asimila la idea de conservación a la de gestión, pero una gestión en un contexto muy específico de posibilidades, tal como se desprende de las secciones anteriores. Este enfoque busca ser una herramienta para la implantación de los objetivos del CBD y fue adoptado por las partes como "el principal marco de acción para la conservación" en Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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el año 2000 (decisión V/6). Enfatiza no solamente en la gestión de la biodiversidad y su conservación a partir del entendimiento de los sistemas ecológicos como elementos en constante cambio, sino que también en principios de gobernanza, consolidándose así como un marco guía para la conservación de la biodiversidad con equidad. El EE busca también generar un balance entre los diferentes intereses que la sociedad tiene frente a la sociedad y los servicios ecosistémicos, como los valores locales frente a los valores globales, y la conservación frente al desarrollo. A continuación se propone una comparación del enfoque de manejo convencional y de las implicaciones del manejo propuesto por el EE que contribuyen a asegurar la resiliencia ecológica, a partir de la conservación de la biodiversidad como núcleo de las interacciones entre los sistemas sociales y ecológicos y fuente de la dinámica funcional entre los diferentes niveles de la organización biológica (Tabla 6). Tabla 6. Comparación del enfoque de manejo convencional y de las implicaciones del
manejo propuesto por el Enfoque Ecosistémico. Manejo convencional Manejo ecosistémico · Énfasis en el manejo de algunos · Énfasis en un manejo que lleve al servicios ambientales o la extracción de balance entre los bienes, servicios recursos. ambientales y la integridad ecológica. · Se reconoce la existencia de · Se busca lograr el equilibrio, la ecosistemas dinámicos, que se mueven estabilidad y el estado de ―clímax‖ en las entre estados alternos de equilibro comunidades bióticas o los ecosistemas. estables, determinados en gran medida por su capacidad de resiliencia. · Se basa en una aproximación que · Se conoce y entiende mejor la se enfoca en aspectos estructurales de naturaleza e implicaciones del cambio los sistemas ecológicos, y enfatiza el ecológico[2] manejo de especies individuales. · Se basa en una aproximación · El manejo es prescriptivo y rígido. holística, enfocada en los aspectos Define un estado de ―deber ser‖ único e funcionales, y en las escalas más inflexible. amplias de la organización biológica (ecosistemas y regiones). · Las alternativas de manejo las desarrollan las agencias con mandato de manejo de los recursos naturales, o los sitios de interés natural.
· El manejo acepta la incertidumbre inherente a los ecosistemas y se permite cierta flexibilidad para incorporar cambios.
· Hay confrontación en la búsqueda de las alternativas, y polarización en torno a hechos o visiones únicas que generan controversias en el manejo.
· No se basa solamente en manejar los ecosistemas para mejorar su salud y así maximizar la oferta de bienes y servicios a la sociedad. En la práctica esto implica la resolución de conflictos de
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intereses entre actores sociales por lo que es necesario equilibrar los criterios científicos con las visiones y percepciones de grupos sociales. Las posibles soluciones se construyen colectivamente y se desarrollan con participación de todos los actores (―stakeholders‖). · Las decisiones se toman por consenso: se sopesan escenarios alternativos de manejo, hay compromisos entre las visiones e intereses de los diferentes actores. El enfoque ecosistémico enfatiza en diferentes necesidades actuales de la sociedad inidentificadas en las ultimas décadas para la gestión efectiva de los sistemas ecológicos con equidad, entre ellas, las múltiples necesidades que la sociedad debe suplir con los servicios ecosistémicos y la biodiversidad, la descentralización, la integración entre sectores productivos y los derechos de las comunidades locales. Sin embargo, su referencia y aplicación ha sido obviada en muchas de las Políticas de Biodiversidad y conservación de diferentes países del mundo, en parte, debido a la falta de entendimiento de los gestores sobre cómo aplicar estos principios en la práctica. En la actualidad, uno de los principales retos para la gestión de la biodiversidad es simplificar el enfoque ecosistémico para que pueda ser entendido y utilizado por actores externos a las ciencias ambientales y por sectores productivos, como una herramienta para optimizar los beneficios económicos sociales que brinda la naturaleza.
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4. LA BIODIVERSIDAD COMO ELEMENTO DE POLÍTICA PÚBLICA La gestión de la biodiversidad enfocada en el manejo de la resiliencia se logra a través de sistemas de gobernanza flexibles, basados en la producción de información y en la integración de diferentes modelos de conocimiento. Una política pública para la gestión de la biodiversidad debe reconocer e integrar las diferencias de criterios en sistemas de reglas concertadas.
4.1 ¿QUÉ ES UNA POLÍTICA PÚBLICA? Desde la segunda mitad del siglo XX, politólogas como Hannah Arendt describen la política como aquella actividad humana que trata sobre la forma como los seres humanos se organizan para vivir y estar juntos. Según Arendt, la política define el tipo de relaciones que debe orientar la convivencia entre los miembros de una comunidad (Arendt, 1997). En un sentido similar Herman Heller, la define como el orden de la cooperación entre relaciones humanas de reciprocidad de toda índole, entendiendo con esto que el fin de la política es el orden de las relaciones sociales y la organización de la sociedad (Heller 1996) (Quijano 2009). Si la política se concibe como una actividad reguladora de las relaciones humanas, y en ese sentido como el ámbito del gobierno de la sociedad en su conjunto (polity en inglés) también debe entenderse como la arena en donde se dirimen los conflictos de poder y donde se llevan a cabo las luchas organizadas por el control para ejercerlo (politics). Es a partir de esta doble condición que surgen las políticas públicas (policy) como decisiones, programas, planes o acciones de los sistemas de autoridad legítimamente constituidos para materializar sus ideas sobre el orden de la sociedad (Roth, 2002; Quijano, 2007). La política pública es un proceso complejo de toma de decisiones en el que una autoridad competente, investida legalmente del poder para hacerlo, determina el curso de acción a seguir en los asuntos que son de su competencia, en busca de unos objetivos que se definen como deseables. La política pública involucra un amplio número de actores, lo que determina su naturaleza pública y la sitúa tanto en el escenario del debate político como en el ejercicio planificador de la administración estatal.
Se recomienda entender la política pública como un conjunto complejo de decisiones que diversos actores deben tomar, ya sea para solucionar problemas o para orientar procesos encaminados a la consecución de objetivos compartidos que se consideran deseables para todos los miembros de la sociedad.
4.2 ¿PARA QUÉ SE CONSTRUYE Y SE DEFINE UNA POLÍTICA PÚBLICA? De acuerdo con André Noël Roth, una política pública ―…existe siempre y cuando instituciones estatales asuman total o parcialmente la tarea de alcanzar objetivos estimados Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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como deseables o necesarios, por medio de procesos destinados a cambiar un estado de cosas percibido como problemático‖ (Roth, 2002). Las políticas públicas son un medio para alcanzar objetivos y propósitos de una sociedad organizada a través de acciones de gobierno que se caracterizan por ser acciones con sentido, propositivas, estratégicas, planeadas e intencionales (Aguilar Villanueva, 1996 citado en Quijano 2009). En efecto, las políticas públicas ofrecen soluciones y alternativas de intervención a las demandas y necesidades que han sido problematizadas socialmente y que han llegado a las agendas públicas de los gobiernos como ―cuestiones‖ relevantes para la sociedad que está representada en un amplio conjunto de actores.
4.3 ¿QUÉ ELEMENTOS CONTIENE UNA POLÍTICA PÚBLICA? Según Quijano (2009), las políticas públicas, entendidas como procesos y secuencias de decisiones, cumplen un ―ciclo‖ desde el momento en el cual se define una necesidad o se problematiza una demanda social hasta que se logra su resolución. En este ciclo se diferencian cuatro momentos: 1) El primero lo determina la llegada de las demandas y necesidades problematizadas socialmente a las agendas públicas. 2) En el segundo se diseñan y se formulan alternativas de intervención o ―cursos de acción‖ a seguir para dar cuenta de estas necesidades problematizadas. 3) En el tercer momento, el curso de acción propuesto como solución se ejecuta o implementa. 4) En el cuarto momento se hace seguimiento y evaluación, buscando medir el cumplimiento de los objetivos y por tanto el impacto de las acciones que la política se ha propuesto (Oszlak y O'Donnell, 1976). Siguiendo a Meny y Thoenig, hoy se acepta que la política pública se caracteriza por tener, entre otros aspectos, los siguientes componentes: 1. Un contenido, que identifica el quehacer específico de la actividad pública. La movilización de recursos para producir un resultado a través de un proceso programado e intencional. 2. Un programa, que identifica la política como parte de una acción o de un conjunto de acciones institucionales definidas en una agenda gubernamental. Dicha agenda muestra la intención de la autoridad pública frente a la necesidad de conseguir unos objetivos previstos con anticipación. 3. Una orientación normativa, en la que se describen las pautas generales de comportamiento y los valores que orientan la acción y las preferencias y finalidades de los tomadores de decisiones. Se expresan generalmente como objetivos específicos de la política. 4. Un factor de coerción, que se manifiesta principalmente en la legitimidad con la que está investida la autoridad gubernamental, tanto para orientar el orden legal, como para tener el monopolio de la fuerza. En este sentido, la política
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pública es la expresión de un acto público legítimo emanado de una autoridad legítima. 5. Una competencia social, en la medida en que la política pública también se define por su competencia y por sus acciones y disposiciones gubernamentales orientadas a incidir en la vida de las personas de la comunidad. La administración pública debe siempre tener en cuenta los intereses sociales de la comunidad que se ve afectada, directa o indirectamente, por las políticas y las acciones gubernamentales (Meny y Thoenig, 1992). Las políticas se materializan en instrumentos públicos tales como: leyes, sentencias de las cortes, órdenes ejecutivas, decisiones administrativas, planes de gobierno, programas y proyectos que expresan la voluntad de acción de los Estados y los gobiernos frente a situaciones socialmente problematizadas (Quijano, 2007).
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5. MENSAJES CLAVE PARA LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD A continuación, se resumen los principales mensajes clave que sobre la teoría de resiliencia, la incertidumbre, el enfoque ecosistémico y la interdisciplinariedad pueden ser extraídos de esta cartilla y que serán la base que guíe la futura gestión de la biodiversidad en Colombia: 1. Necesidad de un cambio en las formas de intervenir la biodiversidad. El
carácter dinámico de los ecosistemas como sistemas complejos adaptativos implica el reconocimiento de umbrales de actuación por parte de los seres humanos, umbrales que son a menudo difusos, cambiantes y de difícil precisión, por lo que se requiere un enfoque preventivo en su gestión. Estos cambios conceptuales no significan sin embargo, una visión irresponsable respecto a las capacidades adaptativas de la vida, y si en cambio revelan aspectos esperanzadores de ajuste y cierta flexibilidad en la toma de decisiones. También revelan la vulnerabilidad de los sistemas sociales y ecológicos y los riesgos que para estos incluye hasta el colapso, tal como la historia ambiental reciente nos lo reseña. 2. El cambio de enfoque hacia el mantenimiento de la resiliencia de los
ecosistemas. Este manejo impone el reto de hacer un cambio en las políticas enfocadas en el control del cambio en los sistemas asumidos como estables, a políticas que gestionen la capacidad que tienen los socioecosistemas de hacer frente y adaptarse al cambio (Berkes et al., 2003 En Gordon et al. 2010). Desde este nuevo enfoque se debe reconocer que la variabilidad, el disturbio y el cambio son componentes importantes de los ecosistemas y base fundamental de su efectiva gestión. 3. Describiendo el sistema - Describiendo el presente. Manejar la resiliencia
requiere un entendimiento ecológico, social y económico integrado. Uno de los elementos clave del manejo de la resiliencia es la necesidad de examinar en conjunto sistemas socioecológicos, enfatizando el papel de la gente como parte de la naturaleza. Sin embargo, entender estos componentes como piezas, no asegura un entendimiento del sistema como un todo. Tener un entendimiento holístico del comportamiento del sistema también implica respetar e incorporar el conocimiento de aquellos que tienen un entrenamiento y perspectiva diferente. 4. Expandiendo el sistema - Múltiples escalas. Manejar la resiliencia requiere la
gestión del sistema en múltiples escalas de espacio, tiempo y organización social. Un más completo entendimiento de cualquier sistema socioecológico puede darse a partir del conocimiento de las interacciones qué se están dando en el sistema a diferentes escalas, y la manera de cómo estos sistemas jerárquicos interactúan a través del espacio, el tiempo y las organizaciones sociales. 5. Relacionando el pasado y el presente – Línea histórica de tiempo. Manejar la
resiliencia requiere un entendimiento de cómo las dinámicas históricas han definido las características del sistema. Los sistemas sociales y ecológicos son dinámicos y sus cambios subyacentes pueden ser en ocasiones lentos e Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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predecibles, aunque otras veces rápidos e impredecibles. Teniendo una vista previa de los cambios del sistema a través del tiempo se pueden revelar los motores de cambio del sistema, los efectos de las intervenciones sobre el, los disturbios pasados que lo han afectado y sus respuestas. 6. ¿Resiliencia para qué? - Los disturbios. Manejar la resiliencia implica manejar y
trabajar sobre regímenes de disturbio. Los esfuerzos que se realizan para prevenir o controlar los disturbios pueden, de forma inadvertida, debilitar la resiliencia del sistema. Los regímenes de disturbio pueden también cambiar en el tiempo, por lo cual se requiere un entendimiento del patrón histórico de disturbios y una mirada a futuro de las posibles adaptaciones a ellos. 7. El concepto de resiliencia, y su manejo activo. La comprensión del alcance
practico de la aplicación este termino debe ser considerado como la clave para el sustento de la sociedad, porque en esta propiedad de los ecosistemas recae la posibilidad de que existan los servicios ecosistémicos de soporte, regulación, provisión. Si estos servicios se mantienen, la relación sociedad-naturaleza es funcional determinando así la viabilidad de las conexiones culturales con el territorio, y por lo tanto la permanencia de los servicios ecosistémicos culturales. 8. Escenarios futuros. Manejar la resiliencia y tomar decisiones basados en ella
requiere considerar el futuro. Problemáticas complejas como el desarrollo regional o el cambio climático son retos especialmente difíciles debido a que los cambios en las dinámicas de los sistemas sociales y ecológicos pueden ser impredecibles. Un gran número de aproximaciones diferentes se han desarrollado para abordar estos problemas, aunque, por la complejidad de los sistemas ya mencionados, se pueden considerar como apropiadas al menos dos: La primera el desarrollo de modelos sistémicos, los cuales puedes ser usados para ayudar al entendimiento de las dinámicas no lineales. La segunda es el desarrollo de escenarios. Estos deben corresponder historias cuidadosamente construidas acera del futuro, que incluyen descripciones, eventos, actores (gente) y mecanismos, Estos son modelos descriptivos o representaciones acerca de tendencias posibles y alternativas que los sistemas sociales y ecológicos pueden tomar. 9. Los ciclos de cambio y el ciclo adaptativo. El manejo de la resiliencia requiere
comprender los ciclos de cambio y las vulnerabilidades y ventanas de oportunidad que estos ciclos de cambio introducen en el sistema. El ciclo adaptativo describe cuatro fases de cambio (crecimiento, conservación, emisión, y reorganización) que son características de muchos sistemas. Comprender en que punto se encuentra un sistema en el ciclo adaptativo, así como tener información de los ciclos pasados de cambio, hace posible un mejor manejo del sistema. De igual manera conocer cómo cambian las vulnerabilidades y oportunidades en cada una de las fases, ayuda a guiar las decisiones que sobre el manejo de puedan tomar. 10. Interacción a través de escalas. El manejo de la resiliencia en una escala
particular requiere comprender cómo interactúa el sistema con otros de mayor escala en los que éste se encuentra integrado, así como con los sistemas de pequeña escala (lo que se denomina panarquía). Conocer en qué fase del ciclo Cartilla Fundamentos Conceptuales PNB 2010-2020
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adaptativo se encuentran estos sistemas conectados al sistema focal, puede ayudar a guiar el manejo para reducir las vulnerabilidades de este último, las cuales son causadas por las dinámicas del sistema en otras escalas. 11. Adaptabilidad y el manejo del cambio. El manejo de la resiliencia requiere
adaptabilidad ―la habilidad de monitorear, medir, responder, recuperarse y renovarse después de los disturbios y cambios‖. Un sistema adaptable es capaz de mantener o manejar la resiliencia ecológica. Algunas veces se requiere la adaptación o el cambio de un sistema. 12. Intervenciones. El manejo de la resiliencia implica conocer cuándo, dónde y cómo
intervenir. Implica manejar las intervenciones de forma holística, considerando cómo múltiples intervenciones pueden interactuar con otras, y planear cuidadosamente la secuencia de acciones. Una sola intervención o ―soluciones rápidas‖ ofrecen por lo general soluciones parciales y son rara vez exitosas en el largo plazo. Es importante considerar los efectos potenciales de una intervención a través de múltiples escalas. 13. Evaluación y manejo adaptativo. El manejo de la resiliencia implica la
aproximación a las intervenciones basada en el conocimiento. Saber cuándo, dónde y cómo intervenir se puede lograr por medio de la aproximación del manejo adaptativo, que implica probar el sistema de forma experimental con el fin de ganar comprensión sobre las dinámicas del sistema. También es importante para considerar qué intervenciones llevar a cabo, saber qué no hacer y cuándo parar las actividades que en el largo plazo pueden afectar la sostenibilidad del sistema. 14. El mantenimiento de la diversidad funcional (diversidad de grupos y respuestas
funcionales ―redundancia funcional‖) es garantía para la resiliencia de los sistemas y para la provisión de servicios indispensables para el funcionamiento de los ecosistemas y clave de la calidad de vida y el bienestar humano. 15. La biodiversidad es esencial en la habilidad de los ecosistemas para reorganizarse
en términos de absorber las perturbaciones y seguir funcionando.
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6. GLOSARIO Adaptabilidad y capacidad adaptativa: Capacidad de adaptarse al cambio, Es también la capacidad de los actores de influir en la resiliencia del sistema. Cambio de régimen: Es la reorganización rápida del sistema, de un estado relativamente no cambiante (unchanging) (o régimen) a otro. Disturbio: en términos ecológicos un disturbio es un evento relativamente discreto en tiempo, que viene de afuera y altera ecosistemas, comunidades o poblaciones, cambia la disponibilidad de recursos y crea oportunidades para el establecimiento de nuevos individuos o colonias. Diversidad de grupos funcionales: grupo de organismos que desempeñan diferentes funciones en un sistema (polinización, depredación, fijación de nitrógeno, etc (Folke et al 2004). Diversidad de respuestas funcionales: Variedad de respuestas que son posibles en un ecosistema ante los cambios ambientales. Escala: Cualquier dimensión medible. Para la evaluación y el manejo de resiliencia la escala de un sistema socio - ecológico está determinada por: paisaje/escala local, subcontinental/subregional, continental/regional y escala global, en un periodo específico de tiempo. Escalaridad: influencias entre las dinámicas de los sistemas a una escala y las dinámicas de aquellos que están integrados en el sistema o que están fuera de él. Estado alterno: Se identifica por un cambio en los organismos dominantes o en la estructura del sistema y en los procesos que refuerzan un estado en particular. Estado estable: Un sistema con estabilidad. Es la habilidad del sistema de retornar a un estado de equilibrio después de un disturbio temporal. Entre más rápido retorne y netre menor sea la fluctuación, es más estable. Régimen: Es una configuración del sistema identificable. Un régimen tiene estructuras, funciones y retroalimentaciones características. Por lo tanto tiene identidad. Resiliencia: Habilidad de un sistema de absorber impactos, de evitar atravesar un umbral hacia un estado alterno y posiblemente irreversible y de regenerarse después de un disturbio. Retroalimentación: Una señal en el sistema que loops back para controlar el sistema. En los sistemas naturales la retroalimentación puede ayudar a mantener la estabilidad en un sistema (retroalimentación negativa) o puede acelerar procesos y cambio en el sistema (retroalimentación positiva).
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Sistema: Es una combinación de elementos que interactúan para formar una entidad más compleja. Sistema socioecológico: Es un sistema integrado de ecosistemas y sociedad humana con retroalimentaciones recíprocas e interdependencias. El concepto hace énfasis en la perspectiva humanos en la naturaleza. Es el sistema en el que interactúan los componentes culturales, políticos, sociales, económicos, ecológicos, tecnológicos, etc.
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