GAS Y GEOPOLÍTICA EN EL CONO SUR. Ing. Carlos Miranda Pacheco

GAS Y GEOPOLÍTICA EN EL CONO SUR Ing. Carlos Miranda Pacheco ILDIS - Caracas, Venezuela “Balance y Perspectivas de la Integración Energética en Amér

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GAS Y GEOPOLÍTICA EN EL CONO SUR

Ing. Carlos Miranda Pacheco

ILDIS - Caracas, Venezuela “Balance y Perspectivas de la Integración Energética en América Latina” Caracas-Venezuela, 26 de Octubre de 2005

GAS Y GEOPOLÍTICA EN EL CONO SUR I.

INTRODUCCION

II.

LA SITUACIÓN ACTUAL

III.

RED DE GASODUCTOS DEL CONO SUR - EL ANILLO ENERGÉTICO

IV.

LAS TENDENCIAS GEOPOLÍTICAS – ANTECEDENTES - HISTORIA

V.

POSIBLES EFECTOS DEL ANILLO

VI.

ALGUNAS INTERROGANTES

I.

INTRODUCCIÓN

En términos de abastecimiento y consumo de gas, el Cono Sur de Latino América está en un proceso de importantes transformaciones. Algunos rasgos que caracterizan al llamado Cono Sur, son los siguientes: tradicionalmente, este denominativo comprendía a Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Actualmente Perú ha sido incluido en términos de provisión de gas. Entre los componentes del Cono Sur se tiene un tradicional exportador de gas natural, Bolivia, y desde hace pocos años, Argentina. Vislumbrándose que a corto plazo, Perú también lo sea. Todos los países comprendidos en el Cono Sur, con la excepción de Paraguay y Uruguay, son productores de gas. No obstante lo anterior, todos ellos, con la excepción de Bolivia, son netos importadores. Paraguay escapa a estas definiciones porque no produce ni consume gas natural. El consumo de gas en la región, desde fines del Siglo XX, está mostrando un ritmo acelerado de crecimiento del orden del 9% anual. Los mayores consumidores en orden de importancia son: Argentina, Brasil y Chile. La comercialización del gas producido en la región, es realizada exclusivamente por gasoductos internos y de exportación directa entre país comprador y productor, sin la existencia de gasoductos de tránsito a través de terceros países. Se anticipa que para el 2008-2010, el LNG haga su aparición en la zona con instalaciones de liquefacción para despacho y de regasificación para recepción. Todos los países consumidores han instituido, con diferentes grados de sofisticación, sistemas o normas regulatorias, dentro de sus territorios, no existiendo a la fecha normas regulatorias homogeneizadas o concordadas regionalmente. Los precios del gas y las tarifas de transporte, obedecen a criterios de política interna dentro de los países y las transacciones internacionales son acordadas en negociaciones directas.

Todavía no existe un Gas Hub1 de referencia.

Las

transacciones internacionales son a través de contratos a largo plazo. La venta spot o a corto 1

Gas Hub – Lugar donde confluyen varios gasoductos y se establecen transacciones en un mercado libre.

plazo recién se está implementando. En gran resumen, en la región al presente se comercia, doméstica e internacionalmente, volúmenes entre 8.000 a 8.500 millones de pies cúbicos diarios (MMPCD), anticipándose que para el 2010-2012 estos volúmenes alcancen a los 10.000 a 12.000 MMPCD. Con este panorama general, la existencia y ubicación de reservas probadas y potenciales, gasoductos instalados y mercados, cobran una singular importancia en la región. TABLA NO. 1 RESERVAS DE LOS PAÍSES INTEGRANTES DEL GASODUCTO DEL SUR AL 2005

PAIS

RESERVAS PROBADAS TCF

TM3

ARGENTINA

20.1

0.57

BOLIVIA

31.4

0.89

BRASIL

16.3

0.47

CHILE

0.317

0.09

PERU

8.7

0.25

Fuente: Eni S.p.A., O & G, World Oil Gas Review 2005 Los gasoductos que conectan las fuentes de producción y mercados son los mostrados en el Mapa No. 1

MAPA NO. 1

Red de Gasoductos del Cono Sur al 2004 Paysandú

A la década del 90 A la década del 2000 Al 2004

II.

LA SITUACIÓN ACTUAL

Para el 2003, los países del Cono Sur tenían al gas natural incorporado a sus patrones de consumo energético en las siguientes proporciones: GRAFICO NO. 1

% de la Matriz Energética

GAS NATURAL EN LA MATRIZ ENERGETICA DE PAISES SELECTOS

50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0

43

27 22

4

5

2

ARGENTINA

BOLIVIA

BRASIL

PERU

URUGUAY

CHILE

Fuente: International Energy Agency (IEA) 2002

Como se puede apreciar, Argentina es uno de los países más gasificados del mundo. Para Chile y Bolivia el consumo de gas también ha alcanzado niveles que hacen imprescindible el contar con este energético. Brasil está incorporando rápidamente el gas a su matriz energética. En Argentina la demanda ha superado la producción, este desbalance no tiene visos de solución a corto plazo, y más bien, al contrario, cada año tiende a agravarse. Esta situación ha causado y, lo continúa haciendo, serios tensionamientos en las relaciones internacionales en los países del Pacífico del Cono Sur. La situación argentina se deriva del enfrentamiento que mantiene con las compañía petroleras en ese país, que a raíz de la pesificación de la economía y congelamiento de

precios, tarifas y precios al consumidor final, han visto reducidos sus ingresos a un tercio de lo que recibían antes de la pesificación. Las compañías tienen juicios internacionales de arbitraje con el gobierno y al mismo tiempo, han disminuido seriamente sus inversiones en la búsqueda y producción de gas.

Adicionalmente, los gasoductos internos argentinos están a tope de su

capacidad. Las compañías de transporte en la Argentina, al igual que las productoras, se muestran reticentes a inversiones para ampliar el sistema de transporte. Con el fin de atenuar sus déficits internos y poder cumplir con sus compromisos de exportación a Chile, Argentina ha recurrido desde el 2004 a importaciones de gas de Bolivia. Al presente, Bolivia está comprometida a suministrar 7.2 MMm3/d de gas, hasta fines del 2006.

La

exportación se está realizando regularmente, pero bajo el condicionamiento boliviano que ese gas, o volúmenes equivalentes de producción argentina, no sean derivados hacia Chile, mientras ese país no inicie negociaciones dirigidas a facilitar a Bolivia de un acceso soberano y útil sobre la Costa del Pacífico. El reclamo boliviano de lograr una franja de territorio en el norte de Chile, como compensación a los territorios perdidos por Bolivia a Chile en una guerra en 1879, ha sido un planteamiento boliviano en todos los foros internacionales. La posición de no suministrar gas a Chile, mientras no inicie negociaciones tendientes a resolver el enclaustramiento boliviano, es fruto de un Referéndum celebrado en Bolivia el 2003.

Bolivia, al presente, además de la

exportación a la Argentina, está suministrando volúmenes crecientes de gas al Brasil (25 MMm3/d). Ambos países tienen un contrato, por 20 años, de suministro de gas por 30 MMm3/d, que está siendo cumplido por Bolivia satisfactoriamente. Bolivia tiene las reservas suficientes para cubrir los faltantes argentinos, los compromisos de exportación de gas de ese país a Chile y poder abastecer el mercado uruguayo y paraguayo, además de atender una mayor demanda de su principal cliente que es Brasil. Lamentablemente, Bolivia en los dos últimos dos años, ha mostrado grandes y preocupantes problemas en cuanto al desarrollo futuro de su industria. El desorden político ha sido agravado con la promulgación de una nueva ley de hidrocarburos en mayo del 2005, que es rechazada por las compañías petroleras, al punto tal que se anticipa el inicio de juicios de arbitraje, similares a los que están sucediendo en Argentina, y efectos similares en cuanto a producción y exploraciones.

Simultáneamente a lo anterior, en Perú se ha logrado tender un gasoducto desde la región de Camisea, en el sudeste peruano, hasta Lima, con el propósito de incorporar activamente, gas en el consumo interno de energía del Perú e iniciar la exportación como LNG hacia México. Las empresas operadoras de Camisea han suscrito compromisos de exportación de LNG a partir del 2008. En gran resumen. Argentina y Chile, están sumidas en una crisis de provisión de gas. Bolivia condiciona la exportación a Chile y a la Argentina. El creciente mercado brasileño está siendo abastecido por Bolivia en forma satisfactoria.

La inestabilidad política y su nueva ley de

hidrocarburos muestran una inseguridad de contar con la provisión boliviana en forma oportuna para el futuro. Este panorama de una seria crisis actual, que puede ser mayor en el futuro, ha dado el pie para la elaboración del proyecto originalmente denominado Anillo Energético, ahora llamado Red de Gasoductos del Cono Sur.

III.

EL ANILLO ENERGÉTICO – RED DE GASODUCTOS DEL CONO SUR

El proyectado Anillo Energético, ahora diplomáticamente denominado Red de Gasoductos del Cono Sur, consiste en la construcción de un sistema de gasoductos y adecuación de otros dos existentes para la provisión de gas natural a Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay y Sur del Brasil, desde los campos de Camisea en el Perú (Ver Mapa No. 2).

MAPA NO. 2

Para tal efecto, se tiene delineado y en pleno estudio como primera etapa, la construcción de un gasoducto de Pisco (Perú) hasta Tocopilla (Chile), para abastecer las necesidades de las regiones 1 y 2 del norte chileno. Estas regiones se abastecen con gas argentino por dos gasoductos de Salta (Argentina). El abastecimiento es deficiente, y con cortes intempestivos. La provisión peruana a esas regiones haría innecesaria la importación de gas argentino. Esos volúmenes se quedarían en el norte argentino y podrían ser dirigidos hacia el sur reforzando la producción argentina para su consumo interno que está atravesando serios déficits de gas. Como segunda etapa, una vez cubierta la demanda del norte chileno, se incrementaría la provisión de gas peruano para poder revertir el sentido del flujo de dos gasoductos existentes entre las regiones del norte chileno y Salta en la Argentina. Estos volúmenes adicionales serían también incorporados al consumo interno argentino. Como tercera y etapa final, mayores volúmenes de gas de Camisea serían transportados por el gasoducto Pisco-Tocopilla, los dos gasoductos antes mencionados y finalmente conectado con un gran gasoducto a construirse en la Argentina, que corriendo por el Noreste Argentino, pueda proveer gas a las provincias del Noreste Argentino y llegar hasta Buenos Aires. De ese ducto, denominado Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) se derivarían ramales para los mercados del Paraguay, Uruguay y Sur del Brasil. En gran resumen la concreción del Anillo representaría la construcción de gasoductos nuevos y la adecuación de dos existentes para sustitución de la producción boliviana con gas de Camisea. Este proyecto ha sido entusiastamente acogido por el BID y Banco Mundial, que están facilitando los fondos para los estudios técnicos y jurídicos necesarios para demostrar su viabilidad técnico económica y preparar un tratado internacional a ser suscrito por los países integrantes de la proyectada Red de Gasoductos del Cono Sur. Al presente, las reservas de Camisea (10.8 TCF) podrían ser suficientes para la primera etapa del Anillo (2 TCF) sin menoscabar los planes peruanos para este gas, que contemplan el reservar volúmenes para su consumo interno (4 TCF) proyectado para los próximos 20 años y cumplir con los compromisos adquiridos para exportar gas a México en forma de gas liquificado (LNG) (4.3

TCF). El futuro tratado internacional se negocia entre Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Perú, con Bolivia como observador. El tema está siendo objeto de una gran diligencia, con reuniones cada tres semanas, a nivel ministerial de los países integrantes del Gasoducto del Sur, con el propósito que esté terminado para su aprobación hasta fines del presente año. Este futuro instrumento internacional pretende establecer el marco institucional para profundizar el proceso de integración física de los mercados de gas de América del Sur, teniendo como objetivo un avance paulatino para la viabilización y concreción de la Red de Gasoductos del Sur, teniendo en cuenta una asignación balanceada de beneficios, costos y riesgos entre las partes involucradas. El documento en preparación asigna un rol protagónico a la inversión privada. En tal sentido, las partes se comprometerían a promover, crear y mantener las condiciones para incentivar la inversión privada en la futura construcción de la red, modificaciones y ampliaciones necesarias para conectar con los sistemas de transporte existentes. Los países también acordarían sistemas de mitigación de riesgos a la inversión privada. La provisión de gas no debería ser objeto de ninguna discriminación. Asimismo, se proyectan estipulaciones sobre acceso abierto y libre tránsito por todas las partes de la futura red de gasoductos, así como mecanismos para que las partes que lo deseen, incorporen el total o parte de su infraestructura existente, a lo estipulado en el tratado. Entre aspectos importantes, se establecerían estipulaciones para evitar que los requerimientos de consumo interno de cualquiera de las partes pudiera afectar contratos de provisión a ser transportados por la red, propugnándose mecanismos de avisos anticipados para tal eventualidad. Dentro de esta tónica, el gas en tránsito no podría ser objeto de ninguna afectación por el país de tránsito. Se pretende instituir un sistema de resolución de controversias específico entre países y empresas involucradas en la Red de Gasoductos del Sur y finalmente se propugna el establecer una Secretaría Permanente como órgano de seguimiento y administración del tratado.

IV.

TENDENCIAS GEOPOLÍTICAS - ANTECEDENTES – HISTORIA

Si bien la Red de Gasoductos del Cono Sur ha salido a la luz pública a raíz de la visita al Presidente Toledo, en Junio del 2005, por los Ministros de Energía de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil, como un proyecto para solucionar la crisis energética del Cono Sur, está incidiendo en aspectos geopolíticos delicados en la región. Los antecedentes de las fuerzas geopolíticas que se han puesto en movimiento datan desde mediados del Siglo XX. ARGENTINA Argentina fue el primer país en Latinoamérica en comenzar y mantener hasta el día de hoy una política ininterrumpida en incorporar el gas a sus patrones de consumo energético. Por esta razón, desde 1950, se construyeron los gasoductos principales en este país, conectando las provincias productoras del sud del país con el área metropolitana de Buenos Aires. Después, la provincia de Neuquén fue incorporada al sistema con la construcción de dos gasoductos principales y posteriormente, los centros de producción del norte de Argentina fueron también conectados con Buenos Aires. En el largo recorrido de estas líneas, ciudades importantes y otros centros de consumo, tuvieron gas natural accesible. Por estos motivos Argentina es el país con el mayor consumo de la región (aproximadamente 120 MMm3/d). (Ver Mapa No. 1) El consumo representa algo más del 45% del total de la energía que usa Argentina (ver Gráfico No. 1). El gas es utilizado en los hogares, industrias y plantas termoeléctricas, e inclusive se tiene más de un millón de automóviles funcionando con gas natural comprimido (GNC). Esta agresiva gasificación del país, es soportada por los campos productores del sur, Neuquén en el centro y Salta en el norte.

Argentina tiene catorce importantes provincias de gas con

producción probada en tan solo cinco de estas cuencas. Para los 60’s, habiendo establecido un firme mercado interno, y en ese tiempo contar con un cómodo margen de reservas, hicieron que los planificadores argentinos puedan concebir su país como el centro de producción y distribución de gas del Cono Sur, capaz de suministrar gas a sus

vecinos, Brasil, Uruguay y Chile. Consecuentes con esta visión, en 1972, la red interna de gasoductos fue conectada con la primera línea boliviana de exportación, para transportar al mercado argentino, la producción de los nuevos campos descubiertos en Santa Cruz (Bolivia). La línea de exportación boliviana fue el primer gasoducto en la región, que cruza de un país a otro. Esa operación comenzó con 145 MMPCD, que llegó a escalarse hasta 240 MMPCD, que gradualmente disminuyeron hasta 1999, fecha de su conclusión. Hasta el 1992, el gas en Argentina era suministrado por dos empresas estatales.

YPF, la

productora de petróleo y gas y Gas del Estado, transportadora y comercializadora de todo el gas de YPF.

En ese año las actividades de producción, transporte y comercialización fueron

privatizadas. YPF fue convertido en una empresa privada, denominada YPF S.A. La exploración y producción en todo el país fue abierta a la iniciativa privada. Las líneas troncales de gas fueron privatizadas y su propiedad y transporte transferidas a consorcios de transporte, lo cual resultó en el establecimiento de las Compañías Transportadoras del Sur, del Centro y del Norte. No obstante esta nueva configuración de la industria de hidrocarburos, la política de los planificadores en convertir a Argentina en el centro de abastecimiento de gas en el Cono Sur fue continuada. En ese su afán, Argentina intentó infructuosamente tender un gasoducto al Brasil, pero logró concretar cuatro gasoductos, y los respectivos contratos de suministro de gas a Chile. Dos de ellos al área central de mayor consumo y los otros dos en el norte, dirigidos a la región minera de Chile (Ver Mapa No. 1). La construcción de esas líneas y el inicio de la exportación de gas a Chile fueron realizadas por la Argentina, mientras su economía nacional se dirigía hacia una economía de libre mercado. A fines de la década del 90, se estableció la paridad de cambio del Dólar con el Peso Argentino. El sistema económico basado en la paridad Dólar - Peso, en su aplicación, creó serios problemas sociales, obligando al gobierno argentino abandonar la paridad el 2002 y establecer 3 pesos por dólar. Simultáneamente, se puso en efecto la pesificación de los servicios, congelar precios a boca de pozo, tarifas de transporte y precios de consumidor final. Esta política creó serias divergencias con las empresas operando en ese país, las cuales no llegan a ser resueltas todavía, porque representa el reducir sus ingresos a un tercio de los que tenían antes de las medidas

mencionadas. Al mismo tiempo, por los precios rebajados y congelados, la tasa de consumo de gas de Argentina del 3% anual, subió a 7% anual. Esta rápida recapitulación del proceso argentino, explica sus reciente problemas. Por razones políticas, la producción de gas está siendo restringida, frente a una demanda cada vez creciente y compromisos de exportación incumplidos.

La búsqueda de soluciones a esta situación y

mantener la visión de centro de distribución de gas en el Cono Sur, forma parte de los hechos geopolíticos que se están generando con efectos de insospechada magnitud y desenlace en el área. BOLIVIA La nacionalización de Gulf Oil en Bolivia en 1969, mostrando campos sustancialmente de gas y condensado, y la construcción del gasoducto Santa Cruz – Yacuiba (ver Mapa No. 1), conectándose con la red troncal de Argentina, tuvo un serio efecto en los planificadores energéticos bolivianos. Más aún, a esa fecha la construcción del gasoducto Bolivia – Argentina, fue la mayor inversión realizada por ese país durante su vida republicana. En base a esos elementos, se iniciaron las tratativas de exportación de gas al Brasil. El primer resultado de esas negociaciones fue un convenio en 1974, que fue enmendado en 1988, hasta que finalmente en 1990, un convenio fue suscrito para la compra-venta de gas natural entre los dos países, que fue efectivizado por un contrato de compra-venta entre YPFB como vendedor y Petrobrás como comprador en 1992. La existencia de contratos de venta a largo plazo con dos de sus países vecinos, y continuos nuevos descubrimientos de gas y condensado en Bolivia, más la posición central de este país en el Cono Sur, fueron la base para que los planificadores bolivianos, conciban a Bolivia como el Gas Hub del Cono Sur (ver Mapa No. 3).

MAPA NO. 3

En 1994, esta concepción geoestratégica fue incluida en los planes de gobierno, e incorporada en las transformaciones económicas que se hicieron en el país. A partir de ese año Bolivia inició una fuerte corriente a una economía de mercado abierto, privatizando las principales empresas estatales, entre ellas YPFB, la empresa monopólica de la industria. Todos los campos de YPFB fueron traspasados a compañías internacionales en un arreglo de 50-50 con los fondos de pensiones, los gasoductos fueron privatizados a un consorcio internacional de transporte y la exploración del país más el mercado interno fueron abiertos a la iniciativa privada nacional y extranjera. Todas esas transformaciones fueron realizadas con la Ley de Hidrocarburos de 1996. Los cambios efectuados obtuvieron rápidos resultados, altamente satisfactorios. Las reservas probadas de 5 TCF en 1996, fueron incrementadas a 27 TCF de probadas y 27 TCF de probables para el 2003. El contrato de venta con Brasil fue revisado, concluyéndose con un arreglo para suministrar gas no sólo a Sao Paulo, sino hasta Curitiba y Porto Alegre. Para este efecto, un gasoducto de Río Grande (Santa Cruz-Bolivia) de 3.000 Km. hasta Porto Alegre en Brasil, fue

construido y las exportaciones se iniciaron en 1999. Adicionalmente, un ramal de ese gasoducto fue extendido hasta Cuiabá, que entró en operación el año 2000. En esta forma, el gas boliviano penetró en Brasil, alcanzando toda la parte Sudeste de ese país y la principal área agrícola del Brasil. Habiéndose logrado los mercados en la Costa del Atlántico, la atención fue fijada en el Pacífico. Compañías privadas operando en Bolivia (Repsol, Total y BG), diseñaron un proyecto de exportación de LNG a México y EE.UU. de N.A. El proyecto consistía en el desarrollo del campo Margarita con 14 TCF, en la parte Sudeste de Bolivia, y un gasoducto y oleoducto de ese campo hasta la costa chilena en el Pacífico. En este puerto, dos trenes de LNG debían ser construidos, para exportar a Baja California en México, debiendo instalarse una planta de regasificación con un gasoducto a California, como destino final. Desde sus inicios, el proyecto enfrentó problemas en el tratamiento del tema por los dos gobiernos, no llegando a definirse si las plantas de LNG a ser construidas en el puerto chileno, serían parte de las facilidades de tránsito libre para gas boliviano, o si Bolivia obtendría un enclave o un acceso soberano a dicho océano. Para el 2003, al igual que en la Argentina, en Bolivia invadió una sensación de frustración y desencanto, por la apertura de Bolivia hacia una economía de libre mercado, que comenzó en 1996. A ese desencanto se añadió a la falta de confianza en las negociaciones con el gobierno chileno. Todos esos factores generaron desórdenes sociales violentos, seguidos de una represión sangrienta, que ocasionó la renuncia del Presidente de la República y la sucesión por el Vicepresidente. El nuevo Presidente, llamó a un Referéndum Nacional, que mayoritariamente rechazó exportaciones a o a través de Chile, a no ser que dicho país llegara a un acuerdo de conceder a Bolivia un puerto soberano a la costa del Pacífico.

Perú ofreció a Bolivia la

posibilidad de usar el puerto de Ilo para la instalación de plantas bolivianas de LNG. Esta alternativa fue rechazada por las empresas que originaron el proyecto, aduciendo ser totalmente antieconómica. Por estas razones, las grandes reservas y producción de Bolivia, hasta la fecha no pueden ser comercializadas en o por Chile.

De ese entonces hasta la fecha, Bolivia ha caído presa de un período intenso de desórdenes sociales e indefiniciones políticas.

En ese clima de inestabilidad, la Ley de Hidrocarburos

existente fue reemplazada en Mayo del 2005 y una nueva Ley de Hidrocarburos fue puesta en ejecución. Al presente, el país está viviendo un período transitorio de relativa tranquilidad, porque se tiene programado Elecciones Generales en Diciembre del presente año. La nueva Ley de Hidrocarburos, actualmente en vigencia, es un instrumento legal ultra nacionalista, que ha sido rechazado por todas las empresas petroleras, previéndose la posibilidad de que a partir del próximo año, el país se vea envuelto en juicios de arbitraje internacional con las empresas petroleras, que califican la nueva ley de un instrumento confiscatorio, y por ende una ruptura de la seguridad jurídica con la cual las compañías obtuvieron áreas en contrato e invirtieron en Bolivia. CHILE Este país en su región más austral, Tierra del Fuego, posee una limitada cantidad de reservas de gas (más o menos 4TCF). Antes que el LNG sea una solución competitiva para gas remoto como este, Chile comprometió todas sus reservas para conversión a metanol. Esta decisión política energética, desde el punto de vista comercial, ha sido exitosa, al punto que la provisión de materia prima para las plantas de metanol de esta área tienen que ser suplementadas con producción argentina de campos circundantes. Chile es un país extendido de norte a sur de más o menos 4.200 Km., el mayor consumo energético asociado a la actividad económica correspondiente, está situado en las regiones centrales cerca de Santiago. A 1.700 Km. al norte de Santiago, está ubicada la zona minera que es otro de los centros de gran consumo de energía. Los cuatro gasoductos tendidos por la Argentina están dirigidos a esas dos grandes zonas de consumo, dos en la zona central y dos al norte. Desde aproximadamente 1996, este país decidió incorporar el gas natural a sus patrones de consumo de energía y en tal sentido optó por la producción argentina como su único abastecedor. En los primeros años, esta relación fue muy exitosa para vendedor y comprador, habiendo Chile logrado una gran penetración del gas en su matríz energética. Con los cambios de política económica de la Argentina, que redujeron la producción de gas de ese país, Chile está atravesando problemas muy serios por el

incumplimiento de los contratos de venta por parte de las compañías argentinas.

El

condicionamiento boliviano a tratar exportaciones de gas totalmente ligadas a una eventual salida al Océano Pacífico, ha producido que ese país deseche la posibilidad de contar con gas boliviano. Frente a esta situación, ha optado por buscar suministro de Camisea para la región norte y para la región central, está licitando la construcción de una planta receptora de LNG de ultramar. PERU Camisea, con importantes reservas, fue descubierta en el Perú a mediados de la década de los 80. En la década de los 90, hubo propuestas bolivianas para que el gas de Camisea se sume a las reservas bolivianas para conjuntamente exportar hacia el Brasil. Estas iniciativas no prosperaron, y más bien al contrario, Perú intentó sin éxito el proveer directamente gas al Brasil, sin pasar por territorio boliviano. Posteriormente, habiéndose retirado Shell de Camisea, el gobierno peruano logró interesar a un consorcio de compañías privadas, las cuales han tendido un gasoducto a Lima, con miras a incorporar el gas al consumo energético interno peruano, y exportar en forma de LNG, en primera instancia, hacia México. Hasta la aparición del Anillo Energético, Perú no contemplaba en sus planes la comercialización del gas de Camisea en el Cono Sur. BRASIL Bolivia y Brasil desde 1936, tenían convenios suscritos para la eventual provisión boliviana de hidrocarburos provenientes de áreas al este de Bolivia, que fueron prospectadas por compañías brasileñas sin éxito. La concreción de la exportación de gas boliviano a la Argentina, en la década de los 70, impulsaron a Bolivia y Brasil, desde entonces, a consolidar un convenio de compra y venta que fue finalmente acordado en la década de los 90. Este abastecimiento fue tenazmente perseguido por Argentina, habiéndose desatado en esos años una competencia entre Bolivia y Argentina para ingresar con gas al mercado brasileño, habiendo Brasil optado por la provisión boliviana.

La construcción de los gasoductos Bolivia-Brasil ha sido acompañada por fuertes inversiones de Petrobrás en toda la industria petrolera boliviana, desde la exploración, en la cual ha logrado grandes éxitos, seguidos por la construcción de un importante gasoducto que conecta con la línea de exportación al Brasil, adquisición por compra de las refinerías y comercialización de productos en cadenas de estaciones de servicio. La fuerte presencia de Petrobrás, y con la seguridad de abastecimiento boliviano, el gas natural ha sido elemento fundamental para que los planes brasileños incorporen el gas en la diversificación de sus patrones de consumo. En este sentido, Brasil tiene como objetivo el lograr que el gas represente un 10% a 15% de su consumo energético. Este planeamiento está ahora solidificado, basado en las crecientes reservas bolivianas y las nacionales descubiertas en Santos. La participación brasileña en la conformación del Anillo Energético, ha sido oficialmente admitida como una medida para investigar otras posibles fuentes de suministro. Tendencias Geopolíticas en Gas De la sucinta historiación se puede apreciar que en el Cono Sur, en materia de gas natural, existes las tendencias argentina y boliviana en convertirse en centros de abastecimiento y transporte de gas para la región. Por otro lado, la posición de Brasil, por las dimensiones de su mercado mantiene, una política firme tratando de asegurar fuentes de abastecimiento, mediante una presencia activa en el país proveedor de hidrocarburos. En el caso de Bolivia, la provisión de gas a Chile se concatena con la reclamación de lograr una salida soberana al Pacífico por territorio chileno, en compensación a lo perdido en la Guerra del Pacífico de 1879. Para que Chile no quede dividido, esa posible compensación podría ser un corredor al norte de Arica. Esta posibilidad ha sido varias veces discutida al máximo nivel entre ambos países. Esta zona son territorios que fueron perdidos por Perú, a Chile, en el conflicto armado antes mencionado. Los tratados de paz emergentes de la Guerra del Pacífico, entre Chile y Perú, especifican que cualquier cesión de Chile de esos territorios, deberá tener la aceptación peruana.

Finalmente, para añadir complejidad al tema, la formulación del Anillo Energético, contempla el gasoducto Pisco – Tocopilla, que atravesaría de norte a sur el área que el Perú perdió a Chile en la guerra de 1879, una zona llamada en el léxico popular peruano, como las “provincias cautivas”, con toda la connotación que ese calificativo encierra y se traduce en la política exterior peruana. (Ver Mapa No. 4) MAPA NO. 4

CHILE

V.

POSIBLES EFECTOS DEL ANILLO ENERGÉTICO

El Gasoducto del Sur (Anillo Energético), es un proyecto de largo alcance y su materialización está sujeta en el tiempo a poderse resolver en forma satisfactoria una serie de aspectos muy importantes, tales como el establecimiento de su factibilidad técnico económica, resolución de problemas geopolíticos entre los países, la firma de un tratado internacional entre las partes y el grado de participación de la iniciativa privada.

1ra. Etapa del Anillo – Gasoducto Pisco-Tocopilla

(MAPA NO. 2)

Esta etapa parecería la más factible. Las reservas peruanas actuales de 10.8 TCF podrían ser suficientes para asegurar el suministro de ± 5 MMm3/d de Camisea al norte chileno. Un rápido balance de reservas, y destino de las mismas, muestra lo siguiente: TABLA NO. 2 CAMISEA – RESERVAS Y DESTINO - 2005 RESERVAS PROBADAS

10.87 TCF

PROYECCION CONSUMO INTERNO POR 20 AÑOS

4 TCF

EXPORTACION CONTRATADA VIA LNG

4.3 TCF

GASODUCTO PISCO - TOCOPILLA

2.06 TCF SALDO

0.51 TCF

Fuente: Ministerio de Energía y Minas (Perú) – Dirección General de Hidrocarburos (Junio 2005)

Este gasoducto, con una inversión estimada de 1.100 millones de Dólares, podría ser construido en un período de 12 a 15 meses2. El establecerse la provisión de gas de Camisea al norte chileno mediante el gasoducto mencionado tendría, para los países del área, los siguientes efectos:

CHILE.a) La provisión segura de 5 MMm3/d daría solución a un 25% de la crisis chilena de abastecimiento de gas. b) Contando con ese abastecimiento, la importación de gas de la Argentina sería innecesaria o podría ser reducida substancialmente. c) Dotaría a Chile de una nueva fuente de suministro. ARGENTINA.a) Eliminada la exportación de gas al norte chileno, liberaría esos volúmenes para ser dirigidos a su consumo interno y contribuiría a las soluciones de su actual crisis de producción. b) La incorporación de volúmenes adicionales en el norte, dirigidas hacia Buenos Aires, aliviaría la presión de recortes en la exportación de gas a Chile por los gasoductos a Santiago y Concepción. c) Dejaría dos gasoductos ociosos, o subutilizados de Argentina a Chile. d) Consolidaría la posición argentina de mantenerse como un centro de distribución de gas al Cono Sur. PERU.a) Significaría la apertura de un nuevo mercado, proveyendo de fondos frescos a los productores de Camisea, mientras el consumo interno se desarrolla y se construye la planta de LNG para exportar a México. b) Lo anterior, harían más atractivas mayores y nuevas inversiones en el área de Camisea.

2

Estudio Suez Energy International, Agosto 2005

c) Representaría para el espíritu nacional peruano un paso real para el retorno de “las cautivas”. BOLIVIA.a) La posible provisión de gas boliviano al norte chileno sería prácticamente innecesaria. b) El arreglo chileno-peruano de esta naturaleza sería interpretado en Bolivia, y por la comunidad internacional, como el inicio de un proceso para negar a Bolivia un acceso soberano al Océano Pacífico. c) La actual provisión de gas boliviano a la Argentina podría ser afectada negativamente por la mayor disponibilidad de gas argentino en el norte. URUGUAY – PARAGUAY Y BRASIL.a) La concreción de esta primera etapa no redundaría en efectos sensibles en la provisión de gas a estos países.

2da. Etapa – Reversión del flujo de los gasoductos de Argentina a Chile al norte chileno.

(MAPA NO. 2)

La utilización a total capacidad de estos dos gasoductos (9 MMm3/d) (Gasoducto Nor Andino y Gasoducto Atacama), requeriría un incremento de reservas de Camisea, de aproximadamente 5 TCF. De todas maneras es concebible, por las urgencias que plantea la crisis energética del área, que a un relativo corto plazo, después de puesta en funcionamiento la Primera Etapa, esta Segunda Etapa también sea acometida, aunque sea en forma parcial, mientras se van verificando mayores reservas en Camisea. Los posibles efectos serían los siguientes: CHILE.- A los efectos señalados en la Primera Etapa, se añadiría: a) Por primera vez un país del área se convertiría en un territorio de tránsito de gas peruano con destino argentino. b) Esta provisión peruana a la Argentina, daría mayor seguridad al abastecimiento por el Perú para el norte chileno.

ARGENTINA.- En igual forma, a los efectos señalados en la Primera Etapa, se añadiría: a) Una provisión adicional de gas al sistema y consumo argentino, tanto para su consumo interno como un alivio mayor a las exportaciones hacia Chile, para Santiago y Concepción. BOLIVIA.- Adicionalmente a lo indicado en la Primera Etapa, la provisión de gas peruano en el norte argentino, con volúmenes adicionales a los que Argentina exportaba a Chile, dependiendo de precios y otras condiciones, se podría convertir en una competencia al gas boliviano.

URUGUAY – PARAGUAY – BRASIL.Al igual que con la concreción de la Primera Etapa, no se pueden adelantar efectos sensibles en la provisión de gas a estos países.

3ra. Etapa.- Conexión de los gasoductos revertidos al gasoducto por construirse del Noreste Argentino (NEA). MAPA NO. 2 La posible concreción de esta etapa del Anillo es un proyecto a largo plazo, porque requeriría entre otros: a) El aumento de las reservas de Camisea a 25-30 TCF. b) El desarrollo de campos que permitan una producción de cerca de 50 MMm3/d. c) La adecuación de todo el sistema de gasoductos desde Camisea a Lima, Chile y los gasoductos revertidos. d) La construcción del NEA con una capacidad de 20 MMm3/d. Al presente, los efectos que se pueden anticipar serían:

CHILE.La provisión al norte de Chile por gas peruano, garantizada por la dedicación de grandes reservas peruanas, cuya producción sustantiva para que la proyectada red pase por el norte chileno.

PERU.a) Perú se convertiría en un importante proveedor de gas al Cono Sur. b) Al lograr un incremento de reservas necesario para lo anterior, es presumible que también se logren mayores reservas para sus planes de exportación como LNG.

ARGENTINA.a) El suministro interno estaría garantizado por un mediano plazo. b) La aspiración geopolítica de convertirse en un centro de distribución, se vería cumplida en gran forma, por ser país de tránsito para Paraguay, Uruguay y Brasil.

BOLIVIA.a) La concreción de esa etapa constituiría para Bolivia el consolidar su enclaustramiento geográfico y la casi eliminación de exportar LNG a ultramar. b) Las reservas bolivianas quedarían cautivas del mercado brasileño.

VI.

ALGUNAS INTERROGANTES

Por todo lo anterior, se puede apreciar que la concepción de la Red de Gasoductos del Cono Sur ha sido impulsada fundamentalmente por los siguientes factores:

a) La crisis de producción argentina de gas está ocasionando cortes en el suministro de gas por no poder satisfacer la demanda interna, pero sobre todo reduciendo los volúmenes de exportación de gas a Chile. Tomando en cuenta que la Argentina es su único proveedor de gas, las dificultades que se crean en el consumo chileno son mayores, por el grado de penetración que ha logrado este hidrocarburo en los patrones de consumo energético. b) La condicionalidad boliviana a las exportaciones de gas a la Argentina, señalando que los volúmenes suministrados sean tan solo para el consumo interno argentino, especificando que esos volúmenes o equivalentes de producción argentina no sean derivados a Chile, mientras ese país no acepte ingresar en negociaciones con Bolivia, tendientes a solucionar su encierro geográfico, que le impide contar con un acceso soberano al Océano Pacífico. c) El rechazo chileno a esa condicionalidad, prefiriendo buscar otras fuentes de suministro. d) La imagen de incertidumbre que en los últimos tiempos ha estado proyectando Bolivia, en cuanto al futuro del desarrollo de su industria gasífera con señales en cuanto a volúmenes de producción y su puesta oportuna en el mercado regional no obstante contar con cuantiosas reservas de gas.

Los cuatro aspectos señalados parecen ser los factores fundamentales para proyectar suministros de gas de Camisea en el Perú, como una solución integracionista de abastecimiento regional para solucionar la crisis argentino-chilena, con proyección a incorporar en la solución el abastecimiento al Paraguay y Uruguay y además suplementar el abastecimiento de la demanda del sur del Brasil.

Este esquema integracionista en los hechos trasciende el tema de abastecimiento de gas solamente e ingresa en elementos geopolíticos muy delicados en los países del área.

Por lo anterior se puede señalar:

a) No parece real ni prudente que el Proyecto del Sistema de Gasoductos del Cono Sur pretenda ser una realidad sin la participación de Bolivia, el único país del área poseedor de 54 TCF de reservas que están en su fase de desarrollo, con una infraestructura de exportación instalada y en funcionamiento. b) El futuro Gasoducto del Noreste Argentino (Gasoducto NEA), que es la obra más importante del Anillo, tiene mayores visos de realidad con la producción boliviana de gas. Este aserto es basado en las distancias y costos de transporte que incurriría la producción de Camisea, frente a la producción boliviana del sudeste de este país. c) El futuro Gasoducto Pisco – Tocopilla, dentro de la concepción actual de la Red de Gasoductos del Cono Sur, se convertiría en un factor enervante de las relaciones internacionales entre Bolivia, Chile y Perú, que de hecho son delicadas y complejas por herencia de la Guerra del Pacífico de 1879 y los tratados de paz que se

suscribieron a principios del Siglo XX. En ese relacionamiento ha estado y continuará presente el reclamo boliviano de lograr una salida soberana al Océano Pacífico. Bolivia no acepta su condición de país mediterráneo, no obstante los 126 años transcurridos desde la contienda de la Guerra del Pacífico. Finalmente, como el tratado en elaboración para fijar las normas de la Red de Gasoductos del Cono Sur establece que la inversión privada será la que juegue el rol protagónico, está todavía por verse la reacción de que esos agentes estarían dispuestos a jugar en este complejo panorama geopolítico.

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