GEOGRAFIA DE AMERICA I ~ AMERICA DEL NORTE. AMERICA CENTRAL. AMERICA DEL SUR OSCAR SCHMIEDER FONDO DE CUL TURA ECONOMICA. Pedro R

OSCAR SCHMIEDER Primera edicion en aleman. 1932-1934 Primera edicion en espanol. 1946 Universidad de Kiel GEOGRAFIA DE AMERICA ) AMERICA DEL N

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OSCAR SCHMIEDER

Primera edicion en aleman. 1932-1934 Primera edicion en espanol. 1946

Universidad de Kiel

GEOGRAFIA

DE AMERICA

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AMERICA DEL NORTE. AMERICA CENTRAL. AMERICA DEL SUR

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Version directa de

Pedro R. Hendrichs Perez

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Queda hecho el deposito que marca la ley

Copyright by Fonda de CultuTa Economica

I FONDO DE CULTURA ECONOMICA

Impreso y hecho en Mexico

Printed and made in Mexico

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Panuco. 63 - Mexico

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INT RO DU CC ION A LA EDICIO N ESPANOLA El Paisaje.

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EL ESTUDIO morfologico de esta geog rafia regional se aju staa l con· cepto moderno del paisaje y a la divi sion de este en paisaje natu ral y paisaje cultural. El paisaje puede definirse, segtlll Car l Sauer, como una asocia~ cion de formas (naturales 0 cultural es) que se localizan' en la super­ fide terrestre. Segun este autor, la morfologia del paisaje natural puede repre­ sentarse mediante el diagrama sigu iente:

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FACTORES

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Geognostico Clim atico

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FORMAS

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Mar y costa Vegetacion

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Ademas, seg{m el mismo autor, se pue de representar la influen­ cia de la cultura humana sobre el paisaje natu ral, es decir, el pai­ saje cultural, mediante el diagram a siguiente: FACT OR

MEDIO

FORMAS

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dens idad , , , ' lTIuv -:> PalSa)e natu ral {H b' imientos. ., } a HaC-lOn: plan , estru ctura . Produccion Com unic acio r '" 7

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PAIS '\JE CULT URAL

8

9

INTRODUCCION

INTRODUCCION

el producto de las modificaciones que los fenomenos monzomcos El Clima. En la obra de Oscar Schmieder, como en todos los trabajos mo.. demos de geograHa, se sigue el sistema de dasificacion de los dimas de Wilhelm Koppen. Segun este, se reconocen los tipos fundamen~ tales de dima siguientes: 1. Af Tropicailluvioso, con lluvias en todo el anoj 2. Aw Tropicailluvioso, con sequia en inviemoj 3. BS Seco esteparioj 4. BW Seco deserticoj 5. Cs Templado lluvioso, con sequia en veranOj 6. Cf T emplado lluvioso, con lluvias en todo el anoj 7. Df Frio lluvioso, con lluvias en todo el anoj 8. ET Boreal de tundraj 9. EF Boreal de hielos perpetuOSj 10. Am Tropicailluvioso, con intensas lluvias monzonicas; 11. Cw Templado lluvioso, con lluvias monzonicas de veranOj 12. Dw Frio lluvioso, con lluvias monzonicas de verano; 13. EB De alta montana. Los anteriores tipos fundamentales de dima corresponden a las zonas fundamentales siguientes: 1. A Tropical humeda: con temperatura media mensual supe.. rior a 18 Co en todos los meses y altura anual de la lluvia superior a 750 mm. 2. B Seco, en el que existe una correlacion espedfica entre la temperatura anual en Co y la altura anual de la lluvia. 3. C Templado humedo: con la temperatura media mensual del mes mas calido superior a 18 Co y del mes mas frio su.. perior a -3 Co. 4. D Frio humedo: con la temperatura media mensual del mes mas calido superior a 10 Co y del mes mas frio inferior a -3 Co. 5. E Boreal: con la temperatura media mensual del mes mas calido inferior a 10 CO. Los nueve primeros tipos fundamentales de clima ocupan una distribucion zonal sobre la superficie terrestre. Los tres siguientes son

ejercen sobre la circulacion general de la atmosfera. Y, el ultimo, es el clima tipico de altitudes de importancia. Con el fin de poner al alcance del lector los ultimos resultados de la dimatologia americana, se ha sustituido el mapa original de dimas de Norteamerica por otro mas reciente de Brooks, Connor y otros que publico la Universidad de Harvard, se induye un mapa de dimas de la region mediterranea americana debido al suscrito, y se reproduce la ultima carta de dimas de Suramerica de W. Koeppen.

Fisiografia. Segun el concepto de William Davis la ImJVincia fisiografica se establece sobre la base de tres factores: el estudio de la estructura en su mas amplio sentido, el analisis del proceso de los agentes erosivos y el grado de destruccion alcanzado por la erosion. Sobre la base de estos principios se adjuntan cartas fisiograficas de las tres gran des regiones de America. La de Norteamerica es una reproduccion de las que prepararon el investigador canadiense Dow.. ling y el estadounidense N. M. Fenneman; las de la region medite.. rranea y de Suramerica son debidas al suscrito.

La Vegetacion. La presente obra se ajusta, en 10 que atafie al estudio de la capa vegetal, a la correspondencia establecida por Wilhelm Koeppen entre el clima y la vegetacion, la cual es como sigue: Tipo fundamental de dlma Af

Am Aw BS BW Cs Cw Cf

Morfologia vegetal selva tropical lluviosa bosque tropical lluvioso sabana (tropical) esrepa desierto pradera (templada) pradera (templada) bosque tempI ado

10

INTRODUCCION

Df ET

EF EB

bosque frio tund ra hielos perpetuos tund ra solamente, tuos.

INTRODUCCION

11

Adiciones. 0

tund ra y hielos perpe­

Los bosques templados y frios pue den ser: mixtos, es decir, de angiospermas y gimnospermas; 0 taiga s, que son bosques de coniferas casi exclusivamente (gimnospermas). La selva y el bosque tropicales son exclusivamente de angiosperma s. La sabana y la prad era son formacio nes de plantas herbaceas; la estepa de estas ultimas plantas y de xerofitas, y el desierto de xero­ fitas exclusivamente, 0 de suelo desn udo y, en algunos casos, arenoso. La vegetacion de la tund ra esta form ada por musgos y liquenes, principalmente. Nomenclatura. Se han conservado en idioma ingle s los nombres geograficos de Norteamerica que aparecen en la obra original con el fin de respe­ tar el criterio del auto r que, com o el de los geografos modernos,

es reacio a establecer traducciones de accidentes geograficos.

Pero con el proposito de que elle ctor encuentre una rapida tra­

duccion de toda la nomenclatura geografica utilizada, se anade al

final un pequeno vocabulario ~ngles-c astellano de los nombres de ac­

cidentes geograficos.

Divisiones administrativas. Como apendice, se ha agrcgado a la obra una lista de todas las divisiones administrativas de los paj,,, ; mas importantes de Ame­ rica. En la obra de Schmieder solo se habra incluido una lista de nom bres y abreviaturas oficiales de los Estados Unidos de America. Y la adicion en la traduccion se just ifica como medio de auxiliar la lect ura de las descripciones regional es. En esta lista, sin embargo, s610 se incluyen las abreviaturas co­ rrespondientes a las divisiones adm inistrativas cuando su uso 10 ame­ rita .

La obra se ha enriquecido con los mas recientes datos estadisti­ cos de la poblacion de las diversas unidades administrativas de todo el continente, de las ciudades, de la pob lacion indigena y negra y, en algunos casos, de indole econ6mica. Ademas, se han ana dido mapas de la distribucion de la pobIa­ cion indrgena de Estados Unidos y de Mexico, de la poblacion negra de Estados Unidos y de todo el con tinente, as! como de las zonas cul­ turales prehispanicas. JORGE

A. VIVO

I EL CONTINENTE CAPITULO

r

LAS BASES NAT URA LES

Descubrimiento y Exploraci6n. En d noroeste, Norteamerica se acerca al continente asiatico, en el estrecho

de Bering, hasta una distancia de unos 100 kilometros aproximadamente. Ademas, el arco de las islas Aleu tianas forma un puente entre los dos cont inentes sobre el que, en la era post glacial, pescadores y cazadores podian pasa r desde Asia, de suerte que, desd e tiem­ pos inmemoriales, entre los habitante s de ambos continentes existieron rela­ don es que se establecian por medio de canoas. Sin embargo, al principio de los tiempos historicos, los antiguos pueblos civilizados del este de Asia no tenian conocimiento de la existenci a del continente americano. Norteamerica era mucho mas dific il de alcanzar desde el este que desd e el oeste. Solo navios de gran calado podian cruzar el Oceano Atlantico , moti­ vo por el cual lIego a est~blecerse la cornunicacion con Europa muc ho mas tard e que con Asia. Sin embargo, esta comunicacion tardia con Euro pa resul­ to decisiva para el desarrollo cultu ral de Norteamerica, porque el desc ubri­ miento fue seguido por la colonizac ion europea que tuvo por consecue ncia la europeizacion del continente. Segun leyendas antiguas de Islandi~ y con forme a los informes que Ada n de Bremen obtuvo en Copenhague, en eI ano de 1070, los normandos que se habian establecido en Groenlandia, alrededor del ano de 982, fueron los pri­ meros europeos que llegaron a Norteamerica, probablemente en el ano de 1001. Se ha creido poder iden tificar su Hell uland, Markland y Win land con Labrador, Terranova y Nueva Escocia. Acerca de los intentos para colo­ nizar estas tierras recien descubiertas tambien nos hablan estas leyendas, se­ gUn las cuales eI ultimo barco parti 6 en el ano de 1347 para Vinoland ia. Sin embargo, estos descubrimientos geogr:'tficos de los normandC'S volv ieron a olvidarse en los anos sigu;pr"es, y en epoca de Colon habian quedado total­ men te en olvido. 5610 despues de que Colon habia lIegado a las Anti llas en 1492 se emprendieron de nuev o viajes en latitudes mas altas, de los que tesulto el redescubrimiento de Nort eamerica. En la epoca en que los espanoles hacian esfuerzos por avanzar desd e las Antillas hacia el sur y el oeste , ningun capitan ingles se habia atrev ido a cruzar el Atlantico, de suerte que el veneciano Giovanni Caboto y su hijo Sebastum tuvieron el privilegio de ser los primeros en cruzar el Oceano, en el l'

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AMERICA DEL NORTE: EL CONTINENTE

ano de 1497, al servicio de Inglaterra, y en descubrir tierras nuevas en el nor' te, hecho con el cual aseguraron los derechos de Gran Bretana a esta porcion del Nuevo Mundo. No se sabe d6nde los Cabots, como se les llamaba en In­ glaterra, divisaron por primera vez el continente, pero es probable qUe haya sido en Labrador. A los Cabot siguieron, en 1500, los hermanos portugueses Gaspar y Miguel Cortereal, que durante varios viajes visitaron las Costas de Norteamerica desde la bahfa de Baffin hasta la Nueva Inglaterra y que dieron el nombre de Tierra de Bacalhaos a las costas de Terranova, que abundaban en pesca. Era tan grande la importancia economica que la Europa catolica atribuia a estas pesquerias recien descubiertas, que desde 1504 pescadores bretones visitaron con toda regularidad los bajos de Terranova. En los mapas de la epoca la costa oriental de Norteamerica apareda representada en frag, mentos discontinuos que solo poco a poco llegaron a unirse. En el ano de 1519, el espanol Alonso Alvarez Pineda trato de encontrar, pasando por entre las "islas" de Yucatan y Florida, la via maritima a las islas Molucas, descubriendo durante su viaje la costa septentrional del Golfo de Mexico. T odavia en el ano de 1520, Cortes creia en la existencia de un pasaje occi­ dental entre Florida y Terranova, y en 1525, Quexos navego, al tratar de descubrir este paso hacia el occidente, a 10 largo de la costa del continente hasta los 40° de latitud norte aproximadamente. Solo hasta el ano 1529 aparecio en los mapas como una linea ininterrumpida la Costa desde T erra­ nova hasta Centroamerica. Solo en el extremo norte del continente quedaba la posibilidad de un pasaje. El descubrimiento de la costa del Pacifico de Norteamerica no comenzo sino hasta despues de que Cortes hubiera conquistado Mexico y establecido en Zacatula una base para la exploraci6n de la costa occidental del continen­ teo Partiendo de este punto de apoyo, la primera expedicion espanola del ano de 1532 penetro en el Golfo de California. De mayor importancia resul­ to el viaje de Juan Rodriguez Cabrillo, que tuvo el encargo de buscar el pasa­ je desde el occidente. En 1542 lagro !legar hacia el norte hasta los 38°31' d~ latitud norte. Su piloto Fen-do logro llegar el afio siguiente hasta los 41 liz grados. Es curiosa que ninguno c1e los dos c1escubrio la bahia de San Francis­ co, cuya entrada estaba probablemente sustraida a la vista por nieblas cos­ taneras. La exploradon de la costa noroccidental no se llevo a cabo sino hasta dos siglos mas tarde, y no se realizo desde Mexico. En la primera mitad del siglo XVII los rusos habian alcanzaclo, avanzanclo a traves de Siberia, la costa del Oceano Pacifico. A pesar del vivo interes que el esclarecimiento de las relaciones entre Asia y America despertaba en Rusia, transcurrio casi otro siglo hasta que clio principio la exploraci6n rusa del noroeste de America. En los anos de 1725 a 1728 y de 1733 a 1741, el danes Bering emprendio aI servicio de Rusia y acompafiado del ruso Chirikof y del naturalista aleman

LAS BASES NATURALES

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Steller, desde Kamchatka, sus VlaJes al estrecho de Bering y la costa meri­ dional de Alaska. En 1778 aparecio en la costa noroccidental el ingles James Cook, acompafiado por el naturalista aleman J. R. Forster, para descubrir un pasaje en el noroeste, penetrando a traves del estrecho de Bering en el Ocea­ no Artico. G . Vancouver realizo triangulaciones muy minuciosas en la costa occidental en los afios de 1790 a 1795. El descubrimiento de un paso a traves del Nuevo Mundo era el objetivo principal de la mayoria de las expediciones a las costas occidental y oriental del continente. A medida que ~e conocian los contornos del continente se iba desvaneciendo la esperanza de encontrar dicho pasaje en latitudes media­ nas. 8610 en el norte del continente quedaba una- posibilidad para poder avanzar hacia el noroeste. Fueron principalmente ingleses los que tomaron parte en esta busqueda del pasaje septentrional. En los afios de 1576 a 1578 emprendio M. Frobisher sus viajes, durante los cuales descubrio la Tierra de Baffin, siguiendole John Davis, en los afios de 1585 a 1587, que avanzo hacia el norte hasta la bahia de Baffin. En 1610 Henry Hu-dson penetro en la gran bahia que hoy dia !leva su nombre. Es cierto que William Baffin pudo ave­ riguar en 1615 que esta bahia esta rodeada de tierra en el oeste y que de ninguna manera se comunica con el Oceano Pacifico, pero los resultados des­ alentadores de su viaje tuvieron como consecuencia que durante los siguien­ tes doscientos afios no volvieron a hacerse intentos para encontrar el pasaje interoceanicp noroccidental. Durante el siglo XIX los exploradores ingleses reanudaron la busqueda. En 1818 John Ross atraveso la bahia de Baffin hasta el estrecho de Smith, y al !legar al estrecho de Lancaster se en contra sobre la verdadera ruta. Pero Ross interrumpio su viaje prematuramente. Las si­ guientes expediciones de los capitanes David Buchan y Edward Parry tam­ poco tuvieron exito, a pesar de que Parry logro avanzar a traves del estrecho de Barrow hasta la isla Melville. Coincidiendo con estos viajes, John Franklin emprendio dos grandes expediciones por tierra (1819-1822 y 1825-1827) al litoral entre los rios Mackenzie y Coppermine. En mayo de 1845 Franklin emprendio su tercer viaje, del que no regreso; por ultima vez fue visto por al­ gunos pescadores de ballenas en la bahia de Melville. Aunque 1a expedicion de Franklin tuvo un resultado negativo, sirvio indirectamente para dar enorme impulso a las actividades de los investigadores. Se mandaron cerca de cuarenta expediciones en busca de Franklin y su gente y durante uno de estos viajes MacCLure (1850-1853) logro demostrar, por 10 menos, la posibilidad de un pa­ sajt' noroccidental que, sin embargo, no fue comprobado hasta los anos de 1903 a 1906 por RoaLd Amun-dsen. Los espafioles fueron los primeros en iniciar la exploracion del interior del continente desde el sur. En 1528, la expedicion de Panjilo de Narvaez naufrago en la costa de Texas. La mayorfa de los supervivientes peredo muy pronto; sOlo Alvar Nunez de Vaca con tres acompafiantes lograron, despues

I1.McKICA DEL NORTE: EL CONTINENTE

de seis anos de correrias a traves de Texas, Coahuila, Chihuah ua y Sonora, a1canzar en Culiacan las avanzadas septentrionales de los espanoles en Me­ xico. En 1539, Hernando de Soto emprendio un viaje, como Nar­ vaez de la bahia de Tampa, que duro casi Cuatro anos. De Soto principio por dirigirse al norte, penetrando en el Piedemonte, de Carolina; luego atra­

veso los Apalaches y la planicie oriental de la Costa del Golfo, para cruzar el Misisipi en las cercanias de la actual ciudad de Memphis; a traves de Arkan­ sas llego a Oklahoma y de alIi siguio el CUrso del rio Arkansas hasta su des­ embocadura en el rio Misisipi, donde De Soto mismo perecio. Los supervi­ vientes, bajo el mando de Luis de Moscoso, atravesaron tambien la planicie occidental de la Costa del Golfo. Finalmente regresaron al Misisipi, bajaron este rio en canoas, y siguiendo la Costa del Golfo, en el ano de 1543 llegaron a Panuco. Fueron en primer lugar los informes de Cabeza de Vaca, que ha­ bia oido hablar de ciudades al norte de su ruta, los que en Mexico y Espana despertaron nuevo in teres por las tierras desconocidas del norte. Varias expediciones se pusieron en marcha, pero no como hasta entonces par­ tiendo del lado a tiil.l1 tico, sino desde Culiacan, en la Costa del Pacifico. El franciscano Marcos fue el primero, en 1539, en llegar a la frontera de los pueblos zunis. Despues de su regreso proporciono un informe fantasticamente exagerado del pais de Cibol a recien descubierto, de cuyas ciudades decia que eran mayores que las de Mexico. A base de estos relatos emprendio Francisc o Vazquez Coronado, en el ano de 1540, Un viaje hacia e1 norte, salIendo de Culiacan con una expedicion magnificamente organizada. Muy pronto llego a los "pueblos" zunis. pero la pobreza de estos indigenas causo una cruel des­ ilusion en el animo de Io.)s (spanoles. De mayor importancia que las conquistas resultaron los descubrimientos de la exoedicion, que cruzo el rio Colorad o en las cercanias de su desembocadura; algunos miembros de ella fueron los primeros europeos que vieron el Grand Canyon. En el Rio Grande del Nor­ te se descubrio el pais de los Indios Pueblos. En 1542 Coronado penetro desde los Llanos de Cibo1a al este, es decir, a los llanos y praderas , donde vivian indios nomadas y bisontes, para regresar en seguida a Mexico. _ Los primeros franceses que lIegaron a Norteamerica fueron navegan tes bretones y normandos, que probab1emente pescaban cerea de Terrano va al­ rededor del ano de 1500. Despues de que el florentino Giovanni Verazzan o hubo llevadn a cabo, por orde'" ie la Corona de Francia, 1a primera expedi_ ci6n al Nuevo Mundo, slguieron, de a 1542, varios viajes del frances Jacques Cartier, quien exploro en primer lugar la depresion del San Lorenzo.

Hasta princ;piclS del s;glo XI'1l no llego a ser el golfo de' San Lorenzo el punto de partida de los -.-iajes dO' exploraci6n de los franceses que se ex­ tenciieron sobre grandes :(lnas del interior del continente. Los exponen tes de estas actividades [uemn principalmente compr,.dores de pides y caza­ dores, que se valian de los metodos peculiares de los indigenas para recorrer

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grande-~

15J~

LAS BASES NATURALES

23

el pais, siguiendo las vias fluviales en ligeras canoas de corteza. Entre eI gran numero de exploradores franceses de· los primeros tiempos Samuel Cham­ plain ocupa eI primer Iugar; en 1613 exploro eI rio Ottawa y, en 1615, acom­ pano a un grupo de indios hurones por el mismo camino hasta la bahia

Georgian, de manera que fue el primer hombre blanco que recorrio Ia via fluvial que debia ser despues la principal ruta de los compradores de pie­ les hacia el interior del continente. En 1673, el comprador de pieles Joliet, acompanado por el jesuita Marquette, lleg6, en la desembocadura del rio Wisconsin, al Misisipi, el que sigui6 do abajo hasta la desernbocadura del rio Arkansas. Por temor a los espanoles, ambos regresaron subiendo el rio Illi­ nois y llegando al lago Michigan. En 1680, el franciscano Louis Hennepi n visit6 el Misisipi superior, proporcionando el primer mapa y descripc ion del rio. En el ano siguiente, Robert de La Salle bajo el Misisipi hasta su des­ embocadura, dando a la gran cuenca del rio el nombre de Luisiana, por de­ berse su primera exploracion al espiritu emprendedor de los franceses . Tam­ bien hasta las praderas y llanos extendieron los coureurs des bois franceses sus expediciones. Ya antes de 1688 llegaron franceses del Canada al Rio Grande del Norte, y alrededor de 1694 vivian traficantes de pieles de esta nacionalidad entre los indios del Missouri. Pero tambien hacia el este penetra­ ron montaneses franceses, subieron los rios Ohio y Tennessee y lIegaron en el ano de 1699 por primera vel, bajando el rio Savannah, hasta Carolina del Sur. Vemos, pues, que la region de los grandes lagos y la cuenca del Misisipi fueron explorados por los franceses desde el valle del San Lorenzo. En consecuencia, solo algunas zonas de los paisajes de la costa del At­ lantico quedaron desconocidas y df' su exploracion se encargaron ingleses, holandeses, suecos y alemanes. COll Ia fundacion de Jamestown, en el ano de 1606, se di6 principio a la penetracion en estas regiones, acompan ada si­ multaneamente por una colonizacion reducida pero extensa. Solo en el nor­ te del Canada encontraron los ingleses, en el siglo XVIII, una oportunidad para explorar extensas zonas del continente. El punto de partida para estas acti­ vidades eran las factorias de la bahia de Hudson. Desde aqui lIego Samuel Hearne, en 1771, siguiendo el rio Coppermine, al Oceano Artico; Alexand er Macl(enzie, en 1789, descendio par e1 gran do que hoy lIeva su nombre has­ ta su desembocadura. T-hcia fines del siglo XVIII comenz6 tambien la explo­ racion de las cordilleras por los ingleses. Durante BU segundo gran viaje (1792-93), Mackenzie escogi6 el rio Peace como via de acceso, logrando atra­

vesar las montanas y Ilegar al Oceano Pacifico. De esta manera se habia cru­ zado par primera vez el continente en todo su ancho al norte de la zona de influencia espanola y se habia abierto a los traficantes canadienses de pieles el camino al Oceano Pacifico. La moderna exploracion cientifica no dio principio sino hasta el si­ glo XIX. En los anos de 1803 a 180', lJS .:.ficiales del ejercito Lewis y Clarke

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realizaron su viaje por el rio Missouri arriba y el rio Columbia abajo hasta el 'Oceano Pacifico. Despues Ie siguieron otras expediciones, como la de Zebulort M. Pike (1805-1807) a los Llanos y las Montafias Rocallosas meridionales, y 1a de Stephen W. Long (1819-1823) a la region de los lagos superiores y las Montafias Rocallosas centrales. En 1807 se fundo el Instituto TopogrMico de Costas (Coast Survey), para levantar pIanos de las costas de Estados Uni­ dos. Sin embargo, los trabajos no dieron principio sino hasta 1816, progre­ sando entonces sOlo muy lentamente. En 1871 se Ie agrego finalmente el Instituto Geodesico (Geodetic Survey), que llevo a cabo, como primer trabajo, la triangulacion desde la costa del Athlntico a la costa del Pacifico, siguiendo el grado 39 de latitud norte. Definitivamente se organizO la Oficina Costera y Geodesica (Coast and Geodetic SU'f'Vey). En el afio 1830 empezo la orga­ nizaciOn de la triangulacion dentro de cada uno de los estados de la Union. En 1843 llege a fundarse el Geological and Natural History Survey of Ca­ fUlda. En Estados Unidos los trabajos preliminares para la construccion de los ferrocarriles transcontinentales dieron motivo, en la sexta decada, a ex­ tensas empresas explotadoras de enorme importancia geografica. T ambien para la exploracion militar, geogr:i.fica y geologica el Congreso de Estados Unidos organizo varias expediciones. Las empresas mas importantes de esta dase, de las que finalmente (1879) nacio la Oficina de Exploracion Geolo­ gica de Estados Unidos (United States Geological Survey), fuero:l las si­ guientes: Exploraciones geologicas de los Territorios, por Hayden (Hayden's Geological Surveys of the Territories); Exploracion geologica del paralelo 40°, por King (King's Geological Survey of the Fortieth Parallel); Explora­ cion geologica y geografica de la region de las Montafias Rocallosas, por Powel (Powell's United States Geol.ogical and Geographical Survey of the Rocky Mowntain Region); y Exploraciones geograficas al oeste del 100° meri­ diano, por Wheeler (Wheeler's Geographical Surveys West of the One Hundredth Meridian). Hombres como C. E. Dutton, S. F. Emmons, G. K. Gilbert, F. V. Hayden, W. H. Holmes, Clarence King, J. W. Powell, t. C. Russel y otros, por sus trabajos dentro del margen de estas empresas rin­ di,eron grandes servicios no s610 a la exploracion del continente, sino en general al desarrollo de nuestros wnocimientos geogrMicos. Con ellos logro 1a ciencia geografica llegar a una altura que des de entonces no ha vuelto a alcanzar. La exploracion cientffica del continente y su cartografia no estan, sin duda, completas en la actualidad; pero de todos modos se hallan mucho mas avanzadas que en la America Latina. Con gran claridad se destacan los grandes rasgos de la naturaleza del continente, y es inmenso el numero de monografias que tratan, en parte con una escrupulosidad ejemplar, sobre los problemas parciales. En cambio, 10 que falta todavia son obras sinte­ ticas de geografia regional.

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LAS BASES NAnJRALES

AMERICA DEL NORTE: EL CONTINENTE

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fig. 1. La estruclura del con!inonte,

Estnu:tura y morfologia. En contraste con Suramerica, la Norteamerica anglosajona est a situada fuera de los tropicos y, ademas, su anchura aumenta considerablemente hacia el polo. En el norte, el escudo canadiense forma el subsuelo. En el sureste, el sistema montafioso de los Apalaches es su

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AMERICA DEL NORTE: EL CONTINENTE

continuaclOn. EI sistema de montanas andinas ocupa eI oeste del continen te. Flanqueado por dicho sistema en el oeste, por el escudo canadien se en el norte y por el sistema de los Apalaches en el este, se extiende en el interior un vasto paisaje escalonado. Mientras que en Suramerica el macizo mas antiguo de montanas, 0 sea las Mesetas del Brasil y de la Guayana, esta situado en el este del conti­ nente, la masa laurentina, que se puede comparar con ellas, ocupa el norte del continente. Son rocas metamorficas cristalinas las que constituy en esta masa de montanas que, desde el periodo orogenico del algonqui ano, solo fue tocada parcialmente por movimientos tectonico~, mientras que en su conjulHo no estuvo sujeta mas que a movimientos epirogeneticos. En conse­ cUencia, este antiguo macizo de montanas quedo reducido, con el tiempo, a una penillanura de poca altura, levantandose a mayores altitudes unicame n­ te en el noreste de Labrador. En donde la penillanura no esta cubierta de an­ tiguos estratos sobrepuestos, sufrio durante el diJuvio una transform acion por el avance del hielo continental que produjo una superfice escabros a. En las costas de la bahia de Hudson, asi como en el oeste y el sur, r acen sobre el escudo canadiense, en posicion discordante, primero la forma­ cion algonquiana y despues varias series de estratos de formaciones paleozoi­ cas que, durante la historia geologica, solo en determinadas regiones fueron plegadas y levantadas entre el escudo laurentino, los Apalaches y las cor­ dilleras. De esta enorme y muy extensa masa de estratos Ilego a f0rmarse, con d tiempo, el gran paisaje de estratos escalonados del interior del conti­ neme. Hacia fines del perfodo permico. las zonas oriental y surorien tal de este cuerpo de sedimentos sufrieron la accion del plegamiento apalachi ano; sin embargo, en el curso de los tie'11ll10S, toda esta montana de plegamie ntos paleozoicos quedo totalmente aplanada. El sistema montanoso de los Apa­ laches, tal como se nos presenta hoy dia, solo debe su origen a levantam ien­

tos mas recientes, a fall as y, sobre todo, tambien a los distintos grados de resistencia de las mcas que la erosion dejo al descubierto. Mucho mas grandioso que el sistema montanoso de los Apalaches, que tiene mas bien el caracter de una serrania de segundo orden, es el sistema de cordilleras del oeste del continente. Esta gran montana esta compues­ ta de un gran nllmero de' elementos integrantes que geneticamente son muy diferentes. Coiinda ndo .vJ1 el paisaje de' estratos escalonados del interior del c011tineme, se Ievantan las Montanas Rocallosas que se nos presema n, aI sur de Ia depresic)n de \Vyoming, como una montana de plegamie nto~ frae­ turacios. Las cordilleras que corren de norte 8 sur, consisten principa lmen te de series de anticlinales sencillos y muy extensos, cuyo mkleo esta formado por rocas intrusi\'as. Por 10 regular, los nucleos cristalinos han perdido ya SllS estratus sobrepuestos por Ia acci6n de Ia denudacion, de suerte que ahora forman peniplanos. Las zonas mas altas de las Montafias Rocallos as meri-

LAS BASES NATURALES

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dionales muestran numerosas huellas de glaciaci6n diluvial. Al norte de Ia depresion de Wyoming, las Montanas Rocal1osas estan plegadas y fracturad as desde eI oeste. El rumbo de las cordilleras refleja Ia direccion de las lineas estructurales. Al oeste de las Montanas RocaHosas se encuentra la Hamada zona inter­ montana, que esta formada por la cuenca del Yukon, la meseta del Fraser, la del Colombia, la Gran Cuenca, la altiplanicie de Arizona, los desiertos de Mohave y Sonora y las mesetas del Colorado. Nuestros conocim ientos de las mesetas interiores de Alaska y Canada son todavla tan escasos que no se puede dar de ellas una descripcion general definitiva. En la cu~nca del Yu­ kon, los peniplanos tambien cubren sedimentos dislocados de agua dulce de la formacion Kenai que se considera como del eoceno. Por eso, Brooks supone que las penillanuras del Yukon pertenezcan al eoceno superior 0 al mioceno. Algunos geologos canadienses consideran los peniplanos de la me­ seta del Fraser como de la misma edad que los del Yukon. Esta hipotesis acerca de la existencia de un peniplano intermo ntano ininterrumpido del perlOOo eoceno, que se extiende desde Alaska a Colombia Britanica , sin em­ bargo, no encuentra hasta ahora ningun apoyo en las observaciones. En Ia meseta del Fraser ya se acentua 10 Hano de la zona intermontana debido a los mantos de lava del terciario medio que yacen en posicion casi horizontal. En la meseta del Colombia, tales rocas extrusivas recientes si­ guen formando la superficie terrestrc, de suerte que se conoce muy poco acerca de la estructura del subsuelo. En la parte septentrional de la zona intermontana, se han conservado todos los rasgos caracteristicos de la me­ seta hasta eI presente, de suertA que esta region debe haberse manteni do durante el" perfodo terciario cornu una masa inmovil. Muy distintas son las condiciones que encontramos en la Gran Cuenca y hacia eI sur en la alti­ planicie de Arizona y los Desiertos de Mohave y Sonora. En esta parte

meridional de Ia zona intermontana predomina Ia Hamada estructu ra de cuencas y cierras (Barin Range), (vease pp. 35955,). En direcci6n meridion al en la parte norte, y en direcci6n noroeste-sureste en 1a parte sur, corren innumerables cadenas cortas de lomas angostas, que aparecen en el mapa como un ejercito de orugas que caminan hacia Mexico (Dutton ). Entre estas sierras (ranges) se t"''''2nden cuenca, (basms), cuyo piso esta formado princi­ palment e por sedimentos recientes que a su vez yacen sobre peniplan os. En el sureste de la zona intermontana se presenta tociavia, como un elemento morfologico independiente, una region de estratos en posicion ho­ rizontal, 0 sea eJ alto macizo de las mesetas del Colorado. Es caracteri stico de ella el hecho de que Ie [alta por completo todo plegamiento genuino desde el cambrico hasta el terciario. De la manera mas impresio nante se rresenta al viajero esta sucesion imperturbada de estratos de Ia meseta en d Grand Canyon del Color u,,, ":v.;de estos estratos se levantan a Una

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LAS BASES NATURALES

altura de mas de 2500 metros y donde el profundo vaIle del rio los ha cor­ tado hasta el nucleo montanoso arcaico. En el oeste, la zona intermontana colinda con el sistema de montanas del Pacifico. En el noroeste, las Alaskidas (Suess) forman una montana de plegamientos, atravesada por numerosas faIlas, en cuyos sedimentos meso­ zoicos y paleozoicos penetraron grandes masas de granodioritas. El arco de las AIeutianas se compone principalmente de rocas volcanicas recientes que yacen sobre un zacaIo de sedimentos plegados del terciario y del mesozoico. La Sierra Costera (Coast Range) de la Colombia Britanica y una parte de las islas en frente de ella, consisten principalmente de un solo batolito enormemente grande de granodiorita. La intrusion del batolito se realizo probablemente en el periodo del jurasico y se prolongo hasta los comienzos del cretaceo. En la composicion de sus rocas y su estructura. Ia montana costera septentrional muestra semejanzas con la Sierra Nevada. T ambien en la region de Ia montana costera de Alaska y de la Colombia Britanica se presentan peniplanos de considerable altura. Spencer (vease bibliografia NQ 665) cree poder relacionar estos peniplanos con los de las mesetas inter­ montanas. Segun esta hipotesis, la montana costera septentrional hubiera sido levantada hasta su actual altura en epocas posteocenicas. La Sierra Cascada y la Sierra Nevada, que siguen hacia el sur, descien­ den hacia el este con mucho declive en direccion a la meseta del Colombia y la Gran Cuenca. En la Sierra Cascada es en primer lugar el gran numero de ma,as volcanicas de mucha altura 10 que llama la atencion. La Sierra Nevada forma parte, segun toda su estructura, de las sierras (ranges) de la Gran Cuenca, aunque se caracteriza por sus dimensiones especialmente gran­ diosas. En el oeste, se extienden delante de la Sierra Cascada y la Sierra Ne­ vada varias depresiones de las que el Gran Valle de Califllrnia es la de ma­ yores dimensiones. Hacia el Oceano Pacifico, el Gran Valle esta cerrado por la Sierra Costera (Coasr Ranges). Este sistema montanoso cQnsiste en un gran numero de cordilleras para leIas, cuyo rumbo forma un angulo agudo con el curso de la costa. Cada uno de estos n{lcleos montanosos tiene su propia historia geologica, y las tensiones entre eIlos han sido la causa, aun en los tiempos mas recientes, de violentos movimientos en direccion vertical, pero tambien especial mente en sentido horizontal. Es considerable el numero de lineas de afallamiento a 10 largo de las cuales han tenido lugar movimientos aun en epocas historicas. Entre ellas es la mas conocida la falla de San Andres, que todavia en el ano de 1906 entro en actividad en una extension de cerca de 850 kilometros. El elemento morfologico regional mas reciente del continente es la pia­ nicie costera que, desde el cabo Cod hacia el sur, constituye las costas del Atlantico y del Golfo. Por 10 general, la estructura de estas tierras bajas es

bastante sencilla. Arenas y arcillas del cretaceo y terCiariO, las mas de las veces poco endurecidas, van bajando con muy poco declive hacia la costa, de suerte que resulta un paisaje escalonado debilmente articulado. El an­ cho de Ia Coastal Plain fluctua entre unos cuantos cientos de metros y 800 kilometros. La mayor parte del continente norteamericano ha estado sujeta, en cuanto al caracter de sus suelos y su morfologia, a la accion de la glaciacion diluvial 0 del pleistoceno (fig. 2). El hielo continental norteamericano tuvo su origen en tres grandes fuentes. 'Desde Labrador se movian masas de hielo en direccion al sur y suroeste, Ilegando en la costa Atlantica hacia el sur hasta Nueva York y al oeste de los Apalaches hasta el Ohio. La fuente central 0 de Keewatin estaba situada dentro y aI oeste de la bahia de Hud­ son. El casquete de Keewatin avanzo hacia el sur y el suroeste hasta mas alla del Missouri, y hacia el oeste hasta las Montanas Rocallosas. En las mon­ tanas del noroeste se forma el centro de las cordilleras. En medio de las enormes masas ininterrumpidas de hielo, que procedian de las tres fuentes, quedaba al oeste del lago de Michigan la extrana area Bndorreica (driftless area). en la que no se encuentran huellas de una antigua glaciacion. Generalmente, se subdivide el diluvio en una glaciacion mas redente 0 wisconsiniana y otras mas antiguas de Iowa, Illinois, Kansas y Nebraska. Al area del alto fenoscandinavo del Viejo Mundo corresponde en Norteame­ rica el area laurentina, en la qUe se encuentran las formas tipicas de la ero­ sion glacial. Los sedimentos glaClales yacen en su mayoria en el sur del es­ cudo canadiense. Sus rasgos caracteristicos son enteramente identicos a los del norte de Europ'a. Sin embargo, Norteamerica se distingue por la exten­ sion especiaimente vasta del paisa)e de morrenas recientes, que en partes alcanza el limite de la glaciacion maxima. Por consiguiente, el paisaje de morrenas antiguas presenta una extension mucho menos vasta. En las re­ giones marginales se present an tambien formaciones fluvio-glaciales y exten­ sos sedimentos de loess. En la region de las Praderas Canadienses se represo, durante la regre­ sian de los hielos, el lago que W. Upham ha bautizado con el nombre de Lake Agassiz, y cuyos restos constituyen hoy dia los lagos de Winnipeg y de los Bosques (fig. 35). De conformidad con las extensas cuencas de la re­ gion de los actuales Grandes Lagos, se origino en la epoca wisconsiniana una articulacion de la orilla del hielo en lenguas individuaIes. Durante la regre­ sian de los hielos Ilegaron a formarse, en las grandes cuencas, lagos represa­ dos por los hielos, que varias veces cambiaron su extension. su forma y la direcci6n de su desague. En las fases mas antiguas, estos lagos desaguaban delante de las lenguas del Michigan y del Ontario por el Illinois hacia e1 Misisipi y por el Wabash hacia el Ohio. En las fases uiteriores, deja de exis­ tir el desagiie hacia el Wabash, pasando las aguas por el Illinois y el Sus­

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AMERICA DEL NORTE: EL CONTINE NTE

LAS BASES NATURALES

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~ ZonA libre de hielos

Fig. 2.

E3 Limit.e de 1'6 ultima gIaciacion

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Limit e

Dirf'ccionps de gIfl.cj~cioneB movim ientodyf',j Zona glacial contin ental anleriorl';B erosio nes actuul

La zona glacial en la America septentrion al.

queh anna . En la fase mas recie nte (de Cha mpl ain) , los lagos repre sados !legaron a tener su extension max ima. Los lagos Huron, Michigan y Supe­ rior formaban un '0' 10 cuerpo inme nso de aguas ininterrumpidas, el !lam ado lago Algonquiano (Lake Algonqui n). A traves de la depresion del San Lo­ renzo y la depresion Hudson-Cha mplain penetraba el mar hasta eI lago Onta rio. actual S610 despues que se verifico la regre sion de los hielos, !legaron a for­ marse, en el Jugar donde las agua s del lago Erie pasaban al lago Onta rio, las cataratas del Niagara y el desf iladero 0 abra del Niagara que tiene una extension de 11 kilometros. Las form as de este desfi1adero reflejan sus dis-

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tintas fases Je retrogresion. El hech o de que el desfiladero no se haya for­ mado en toda su extension sino hast a despues de la regresion de los hielo s por el retroceso todavia hoy dia activ o de los saltos, diJ6 motivo a obse rva­ ciones crono16gicas. Segtm F. B. Taylor, el tiempo transcurrido desd e la ablacion de los hielos abarca un perio do de 20,000 a 35,000 ailos. De la situacion de los sedimentos marinos del mar Cha mpl ain y el ni­ vel ascendente hacia eI norte de las terrazas de playa de los lagos repre sados, se puede deducir, en la region de los Grandes Lagos, una elevaci6n post­ glacial general y progresiva hacia eI norte. Tambien los contomos de playa en el lago que investigo Warren Uph am, denotan deformaciones parecida s. Debido a estas observaciones se ha !legado a pensar en una relacion causal de las alteraciones del nivel con la antigua sobrecarga y descarga glacial, respectivamente. EI clima. Para poder interpretar debi damente el clima del continente, hay que tomar en cuenta eI cara cter de los mares colindantes, adem as de su situacion, sus dimensiones, su artic u1acion y su relieve, cuyos pormenor es pueden observarse en los mapas. Debido a su situacion, la Norteam erica anglosajona no tiene c1ima tropical. La escasa formacion de ensenada s en la gran masa terrestre, pero en prim er lugar el rumbo del elevado siste ma de las Montafias Rocallosas que corr en paralelas y a poca distancia de la costa del Pacifico, tienen como cons ecuencia que las influencias ocea nicas no pueden penetrar l11ucho en eI inter ior. Por consir:uiente, los dim as cont i, nentales prevaJecen en 10 general. -Los Apalaches '10 son 10 suficiente mente altos para poder tener influencia como linea divisoria entre los dim as y, ademas, estan situados a satavent o del continente y corren paralelos a la direccion nredominante d los vien tos, de Sllerte que no bastan para pro­ teger las regiones costeras al este de elIos contra las irrupciones de tempe­ raturas bajas del interior. No se nota tampoco en los Apalaches el contraste del lado humedo occidental con Jos dec1ives secos orientales, que es tan fuertemente marcado en muchas cordilleras. En eI clima de los paisajes al nort e y este de las Montafias Rocallosa s,

las aguas articas influyen de una manera decisiva, penetrando en la bahia

de Hudson hasta los 51 0 de 1atitud norte, es decir, hasta la latitud de Lon­

dres mas 0 mf'r ", y formando un centro de temperaturas bajas en el interior del continente, que hace retrocede r las isotermas muy lcjos hacia el ,ur. La primavera tarda en lIegar debido a la influencia de las masas de hielo s y de las aguas frias del norte sabre la atmosfera. T ambien el mar de Bering es una fuente de frio, y en eJ este, la corriente fria de Labrador avan za hacia el sur hasta mas alia de Terr anova, introduciendose a 10 largo de la costa entre el continente y la corriente del Golfo aun hasta el cabo Hatteras . Debido a SllS hielos flotante's, esta corriente maritima resulta peligrosa para la navegaci6n. La linea div;''''ria entr e la corriente de! Golfo y las aguas arti­

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AMERICA DEL NORTE: EL CONTINENTE

LAS BASES NATIJRALES

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- y poseian su propia cronok," ·,. La: y el arte ornamental de muchos pueblos mexicanos no tenian rivales en ninguna parte del Nuevo Mundo. J La influencia europea sabre el paisaje indig0M. Aunque la cultura de: los indios habia aJcanzado altos niveles de perfeccionamiento, sus armas eran muy inferiores a ius de los europeos. Sus armas defensivas faHaban frente a las armas de fuego, espadas de acero 0 lanzas, y los caballos de batalla y lOB perras de presa daban a los europeos una superioridad irresistible. Contra la armadura de los espanoles las armas ofensivas de los indi·.': resultaba n inefi­ caees. Lo unieo que podia infundir miedo a los conquistadores eran las fIe­ chas envenenadas de los caribes y por eso se abstuvicron de aduefiarse de las Amillas Menores, donde ademas sabian que el botin habria de ser escaso. Por otro lado, en tierra firme muchos de los pueblos estaban enemista dos en­

tre si, circunstancia que brindaba a los espanoles ia oportunidad de ganarse

numerosos aliados. De esta manera los tlaxcaltecas, enemigos jurados de los

aztecas, llegaron a hacerse valiosos amigos de los espano]es, y los cakchiau eles de Guatemala pidieron ayuda a los espafioles contra sus enemigos y pariemes , los quiches. En tales circunstancias la resistencia de aquellas tribus que se

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arquite~tura

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AMERICA CENTRAL: EN CON]UNTO

distinguian por su excelente espiritu guerrero y su abnegacion, tenia que derrumbarse en poco tiempo. Como primera consecuencia de la conquista por los europeos, se produjo un enorme descenso de la poblacion indigena, cuyas causas eran debidas a varias circunstancias imprevistas. Enfermedades contagiosas que los espano­ les introdujeron, especialmente la viruela, escarlatina y sarampion, causaron enormes estragos entre los indios. T ambil!n enfermedades del pais mismo, como el paludismo, fueron propagadas por los espanoles mucho mas alla de sus focos originales de infeccion. A esto se agregaba la intromL'on de los es­ pafioles en el sistema economico de los aborigenes, al repartir inmediatamen­ te despues de la conquista las mejores regiones del pais y los indios que vi­ vian en elias, entre los viejos soldados, bajo el titulo de "encomiendas" 0 "repartimientos". Por todos los lugares donde los encomenderos obligaban a sus indios a trabajar en plantios 0 minas, es decir, a ocuparse en faenas a que no estaban acostumbrados, estos morian por millares, contribuyendo mucho el trato innecesariamente cruel que se les daba y que los llevaba a la des­ esperacion. Aunque los informes que Bartolome de las Casas presento en el ano de 1542 en su Brevisima relacian de la destruccion de las Indias al emperador Carlos V hayan sido exagerados, la situacion era en realidad desastrosa. En Cuba y Haiti la presion inaudita de los blancos llevaba final­ mente a los indigenas a suicidarse en masa. En aldeas enteras la gente marti. ri:o.da has(8 10 ultimo se reun!a para celebrar una fiesta de despedida y ahorcarse 0 e:wenenarse despues. La situacion fue peor en las Antillas, don­ de los esclavos negros tuvieron que reemplazar muy pronto a la yo. extinguida poblacion indigena. Las condicionc< de vida eran un poco mejores en el con­ tinente, especialmente en las regio!les donde no se obligaba a los indios a c:lmbiar su modo de vivir acostumbrado 0 donde no se les exigia mas que trabajos forzados de pocas horas. De esta manera una parte de la antigua poblacion pudo sostenerse, y esta es la que todavia hoy constituye la gran mayoda. Algunos de los grandes pueblos han logrado conservar su raza pura y tambien las lenguas siguen hablimdose en gran escala, especialmente entre la poblacion rural. S610 el maya 10 hablan todavia mas de 300,000 indios. Esto no obsta para que la influencia cultural europea haya penetrado en las tribus que han log-~ 10 conservar su raza y su idioma. Su indumentaria ha cambiado considcrablcmente, sustituyendo el calz6n y la camisa al tapa­ rrabos de los hombres, y agregandose la falda europea 0.1 huipil sin mangas de las mujeres. Pur todas partes se han introducido los animales domesticos europeos y la ganaderia se ha asociado a la agricultura. Pero, en cambio, has­ ta hoy los indios no han aprendido todavia a utilizar el estiercol en sus ago­ tados campos. EI abono, que en Europa es desde tiempo inmemorial una de las conquistas esenciales de la agricultura, es casi desconocido entre los indios de la America Central. Nuevas r' _,.::L ,'~ cultivo han sido importadas y los

HABITANTES Y FORMAS CULTURALES

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metodos agricolas se han perfeccionado. Por todas partes se yen ahora ha­ chas de acero en vez de las pequefias hachas de piedra, con 10 cual se ha contribuido a aumentar la destruccion de los bosques. El cultivo con el palo de cavar no ha desaparecido por completo, pero, donde las condiciones del terreno 10 permiten, el arado 10 ha reemplazado totalmente. En todas las zonas, donde los espafioles dejaron a los indios en posesion de sus tierras, el antiguo aspecto de los campos se ha conservado, inclusive los nombres de los lugares indigenas. Un nuevo reparto de las parcelas, que parece indispensable en la region, no se hallevado a cajo todavia. Los pue­ blos de formacion compacta de los indios se han conservado en gran parte, a traves de los tiempos de 10. colonia, hasta eI presente, pero dondequiera que los indios vivian en predios aislados, las autoridades coloniales procedie­ ron a juntarlos a principios del siglo XVI en las llamadas "reducciones". Para facilitar la conversion de los indios y poder imponerles mayores contribucio­ nes, se obligaba en aquel entonces a las tribus que vivian dispersas a trasla­ darse a unos cuantos pueblos grandes. No tuvo exito en todas partes esta medida, y much as tribus volvieron a dispersarse tan pronto como la presion oficial disminuyo con el tiempo. Tenochtitlan, la ciudad mas grande, fue arrasada con todos sus edificios publicos, sus templos y piramides, para levan­ tar sobre sus ruinas Mexico, la nueva capital. (fig. 101). La colonizacion europea. Mientras que, por un lado, 10. llegada de los espafioles se tradujo en un enorme cle.ccenso de la pobbcion indigena, por el otro, la inmigraci6n europea no ofrecio mas que una comrensacion muy insu­ ficiente. A fines del sigJo XVI, no vivian en Mexico y la America Central mas que alrededor de 25,0(11' J..,lancos y otros tantos negros, frente a las cuaIes habia, conforme a un calculo de Karl Sapper, de 17 a 19.000,000 de indios. Aunque este calculo parezca excesivo, la gran mayoria estaba constituida, de todos modos, por la poblaci6n indigena de tierra firme, situacion que en parte ha seguido prevaleciendo hasta eI presente. Sin embargo, allado de los indios, los mestizos ganarori- poco a poco en importancia. Solo en Costa Rica -el estado centroamericano con menor numero de habitantes- la masa de la po­ blacion se compone de blancos. En las regiones de la costa del Atlantico, negrOS y mulat('o IOn numero considerable se han establecido entre los indios y blancos. PrincIpal mente en la primera mitad del siglo XIX, estas costas brin~ daban un refugio seguro a los esclavos negros que lograban evadirse de las Antillas. Despues, en el siglo XX, siguieron inmigrando muchos negros para bus car trabajo en las pJantaciones de pL~tano. En las Anrillas, los negros forman el elemento predominante de la pobJacion, y en las posesiones fran­ cesas e inglesas, el pequeno estrato superior de blancos pierde de dia en dia importancia. Solo en Cuba y Puerto Rico, los elementos blancos predominan, segtm la.o estadisticas que, s' __'n::·''5o, no son muy seguras. Estas dos islas,

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AMERICA CENTRAL: EN CONJUNTO

que permanecieron en poder de Espana hasta el ano de 1898, son todavia hoy dia la meta de muchos inmigrantes de la madre patria. Al igual de todas las otras potencias coloniales de aquella epoca, Espana administraba sus posesiones de ultramar conforme a principios mercantilistas. La metr6poli tenia en sus manos el monopolio del comercio con las colonias que se explotaban despiadadamente. En el ano de 1503, se dio a Sevilla el privilegio de fungir como unico puerto de salida 0 entrada; pero debido a la perdida de la "Armada" (1588), resultaba cada dia mas dificil evitar que se acercasen los piratas y principalmente los contrabandistas a las colonias espanolas. Ademas, los espanoles nunca habian tenido completamente en su poder las AntiIlas Menores, que carecian de metales preciosos y donde vivian los caribes, peligrosos por su espiritu guerrero. Lo mismo puede decirse de las selvas lluviosas de las costas atlanticas de tierra firme, cuyo clima no era pro­ picio para la colonizacion. En dlchas regiones comenzaron entonces, a prin­ cipios del siglo XVII, a establecerse franceses, holandeses, daneses, ingleses, asi como tambien suecos y brandeburgueses. A mediados del siglo XVII, los fran­ ceses tenian ya colonias en las islas de San Cristobal, Montserrat, Haiti, T or­ tuga, Guadalupe, San Martin, San Bartolome, Santa Cruz, Los Santos, Maria Galante, Santa Lucia y Granada. AlH cazaban ganado mostrenco y estable­ dan grandes plantaciones de tabaco y cana de azucar. Simultaneamente con ellos se establecieron los ingleses, primero, antes de la l1egada de los france­ ses, en San Cristobal (1623) y al ano siguiente en BarbCldus, asi como hasta 1672 en Nevis, Anguilla, Barbuda, T ortola y Antigua. De;de 1629 hasta 1641 existio en Providence una colonia puritana, que fue destrufda por los espa­ noles. En 1655, los ingleses conquistaron Jamaica y la Isla Caiman; en 1666 fundaron New Providence en las Islas Bahamas. En los uitimos anos del siglo XVII, la Darien Company, de nacionalidad escosesa, trato de establecer una colonia en ellado atUmtico del istmo de Panama, desde donde una nueva carretera interoceanica debia facilitar el trMico entre Europa y Asia. Los in­ gleses se establecieron sobre la costa del territorio que hoy dia ileva el nombre de Honduras Britanica, y en la Costa de Mosquitos. En sus colonias an­ tillanas, los inglese,s se dedicaban, de igual manera que los franceses, a la explotacion de plantaciones donde trabajaban esclavos negT-JS. Pero, al mismo tiempo, estas colonias servian tambien como puntos de apoyo para contra­ bandistas y piratas. De una manera muy parecida, los holandeses se estable­ cieran en Saba, San Eustaquio, San Martin y Cur8J;:ao. Los daneses se pose­ sionaron de una parte de las Islas Virgenes, donde, en 1682, tambien los brandeburgueses fundaron una factoria en Santo Tomas. Lns posesiones anti­ Hanas de Espana ya habian quedado reducidas, en Ja segunda mitad del siglo XVll, a Cuba, Puerto Rico, el este de Haiti y Trinidad. Finalmente, los ingleses ocuparon tambien, hacia fines del siglo XVEl, 13 isla mencionada en ultimo lugar, la cual les fue adjudicada definitivamente en el Tratado de

Paz de Amiens (1802). Como se observa, fueron muy diversas las influen­ das culturales que se hicieron sentir, en el curso de los siglos, en cada una de las islas antillanas, 10 que se manifiesta hoy dia par el hecho de que los negros antillanos hablan en parte espanol, en parte frances a ingles. En tierra firme, la influencia cultural espafiola siguio preva!eciendo, especialmente en las regiones mas valiosas y de mayor densidad de poblacion. La region norte ) hasta el istmo de Tehuantepec en el sur, formaba, can Yucatan, el virreinato de Nueva Espana; la mayor parte de Centroamerica y la provincia de Chia­ pas, juntos, se llamaba Capitania General de Guatemala, mientras que la ( actual Republica de Panam:'! pertenecb al virreinato suramericano de Nueva! \ Granada. En el siglo XIX se liberto del dominio europeo una gran parte de las re­ giones situadas alrededor del mar mediterraneo americano. Ya durante la revoluci6n francesa, les negros de Haiti consiguieron su independencia y for­ maron una republica. Despues, en el ano de 1810, dio principio, con el "Grito de Dolores", la guerra de independencia. Muy pronto, la insurreccion se hizo extensiva a las provincias septentrionales de Nueva Espana, donde los insur­ gentes recibian toda clase de ayuda de parte de los den;.ocratas de Estados Unidos, aunque no solaFnente por motivos de puro idealismo. Verdad que el presidente norteamericano Madison favorecio la revoluci6n en Baton Rouge, pero tan pronto com,' Ljut,J6 constituida la republica, mando ocupar la Flo­ rida Occidental. Una "liberacion" muy semejante tuvo que sufrir la Florida Oriental, porque este territorio no tardo en verse ocupado por Estados Uni­ dos. Tambien Texas fue "libertado" por una fuerza militar enviada por EstadQs Unidos, pero esta provincia fue reconquistada por los espanoles. Hasta 1821 no lograron los insurgentes deponer al virrey de Nueva Espana. Mientras que Mexico no pudo obtener su independencia sino despues de encarnizadas luchas y mediante la perdida de partes de su territorio, ~ ~a logrQ separarse pncificamente de la metropoli en el ano de~ ~or breve tiempo al imperio mexicano que acababa de fundarse. Pero ya en el ano de~s provincias unidas de Centroamerica formaron una republica, aunque sin Chiapas que se incorporo a Mexico. Panama si­ guio perteneciendo a Nueva Granada despues de las guerras de independen­ cia. Como se ve, igual que en Suramerica, as! tambien aqui, las subdivisiones administrativas de la epoca colonial sirvieron de base a la reorganizaci6n po­ litica de tierra firme en el siglo XIX, y mas tarde, la ~ ,;:?erica se ~ otra vez, en el afio d~ en los cinco Estados indepen­ dlentes de Guatemala, EI Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, cuyas fronteras correspondian con las de las provincias de la Capitania General en tiempos de la Colonia.

AMERI(,.A CEN1RAl: EN CON]UNTO

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Aunque Ia antigua Nueva Espana habia surgido de las guerras de inde­ pendencia con el territorio mas extenso bajo el nombre de Mexico, tuvo que enfrentarse con el vecino 'mas peligroso, los Estados Unidos. Adem as, su capacidad de defensa contra ataques exteriores, se vic grandemente deb ili­ tada por luchas internas que, en parte, tenian por causas la forma de gobierno y la organizaci6n social, pero que, ademas, se entablaron a causa de las am­ biciones personales de una multitud de lideres, de los que, unos 50 gober­ naron el pals en los primeros 30 anos de su independencia. De esta manera, no era posible evitar Ia perdida de partes del territorio. En el ano de 1836 se independizo Texas que fue anexado por Estados Unidos en 1845. En la guerra que estallo a raiz de este acontecimiento, tropas de Estados Unidos desembar­ caron en Veracruz y ocuparon la capital de Mexico en el ano de 1847. En el Tratado de Paz de Guadalupe Hidalgo (1848), Mexico tuvo que ceder el te­ rritorio de los actuales estados norteamericanos de Nuevo Mexico, Utah, Nevada, Arizona, California y parte de Colorado. En 1853, las fronteras de A;'izona y Nuevo Mexico fueron transpuestas, en virtud de la Gadsden Pur­ chase (Compra de Gadsden), del rio Gila a la linea actual. De esta manera, la frontera politica entre Estados Unidos y Mexico, que corresponde a una muy bien definida linea divisoria geografico-cultural, quedo fijada hasta el presente. De nuevo se hicieron intentos para someter a Mexico al dominio europeo. cuando el archiduque austriaco Maximiliano constituyo, con la ayuda de Napoleon III y los conservadores-clericales mexicanos, el segundo imperio mexicano en el ano de 1863. pero tan pronto como el ejercito frances que Ie apoyaba, abandono el pais L __ el ano de 1867 bajo la presion de Estados Uni­ dos, el efimero imperio se desmoronc. Juarez, un indio zapoteca de raza pura, asumi6 el gobierno de la restaurada republica. En el ano de 1876, Porfirio Diaz llego a la presidencia bajo el lema de: "No reelecci6n", pero despues se hizo reelegir siete veces consecutivas, de suerte que tuvo en sus manos las riendas del gobierno hasta el ano de 1910. Bajo su regimen, el pais qued& pacificado, en el se establecieron numerosos extranjeros y se invirtieron gran­ des capitales, se construyeron ferrocarriles y se dieron nuevos impulsos a la minerfa. Simul,':,}eamenre, Ins latifundios siguieron extendiendose, de modo que las masas de la poblacion mestiza e indigena carecian cada vez mas de tierras laborables. Finalmente, Porfirio Diaz tuvo que retirarse debido a un movimiento social y revolucionario que condujo a un periodo de numerosas guerras civiles de mayor 0 menor envergadura. Mucho mas tiempo que en tierra firme, se sostuvo el dominio de Espana en Cuba y Puerto Rico. Pero, en estos ultimos restos del gran imperio colo­ nial hispano-americano, 100 o~tadounidenses lograron posesionarse en gran

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era muy numerosa la poblacion negra en las grandes ciudades coloniales, que podian permititse el lujo de contar con muchos esclavos. ; Si de esta manera eran entetamente diferentes entre si los elementos originarios a costa de los cuales se des~rrollo en la epoca colonial la nueva poblaci6n mestiza, no 10 era menos la proporcion cuantitativa de esta mezcla. En las regiones que desde tiempos remotes tenian una poblacion densa, como en el imperio incaico, el elemento indigena sigui6 siendo tan numeroso que pudo absorber a los europeos inmigrados y sostenerse en una posicion pre­ dominantej aun la muy exigua capa social de los europeos ha tenido que acomodarse, en cuanto a su caracter, al temperamento peculiar de los indi-

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genas. Pero tambien en aquellos palSajeS, en los que el elemento indigena quedo numericamente en minoria, este elemento ejercio una influencia deci­ siva sobre la moderna poblacion mestiza y aun sobre los habitantes de origen europeo puro. Durante los tres siglos de la epoca colonial los blancos com­ partieron la Pampa con los indios. En este periodo se !levo a cabo, a pesar de las continuas guerras entre colonos europeos e indios libres, un perfecto acomodamiento racial y econ6mico entre los dos grupos. El tipo del gaucho, que fue el producto de esta mezcla, no se distinguia en nada del tipo de indio libre. Hoy dia la m0derna inmigraci6n europea en gran escala prevalece des­ de hace mucho en la Pampa sobre la antigua raza mestiza colonialj pero por sus cualidades valiosas, su resistencia, valentia y sentimentalismo, el gaucho ha sido elevado, en la conciencia del pueblo, a la categoria de un ideal na­ cional, y aun el argentino moderno, de linaje europeo puro, gusta oir que se diga de el encomiasticamente que es "muy gaucho". I De esta manera la mezcla de la poblaci6n autoctona con inmigrantes ha tenido por resultado el nacimiento de muy distintas razas mestizas, y la in­ troduccion del espanol 0 portugues como lenguas dominantes en la mayor parte del continente produce la apariencia de que existe una distribuci6n de la poblacion en dos grandes grupOSj pero, en realidad, esta poblacion es ex­ traordinariamente heterogenea, tanto etnica como culturalmente. t Hasta cl siglo pasado no se inicio la rnmigracion europea en masa hacia ciertos paisajes. Los primeros que llegaron fueron portugueses insulares y alemanes, despues siguieron italianos, espanoles y polacos. Este movimiento migratorio acab6 POt alcanzar tan vastas proporciones que la poblacion de algunos paisajes adquirio un caracter preponderantemente europeOj de esta manera ~l Brasil meridional y la Pampa se encontraron, en menos de un siglo, con una numerosa poblacion que, en su gran mayoria, desciende de europeos. El interior del continente y los paisajes que ya en la epoca colonial habian tenido una poblaci6n densa, s610 atrajeron un numero reducido de inmigran­ tes, con la unica excepcion de la region de Mendoza, a donde el cultivo de la vid y sus grandes perspectivas atrajo a muchos italianos. T ambien la Patago­ nia oriental, cuya poblacion aut6ctona siempre habia sido muy escasa, fue colonizada en los ultimos setenta anos mayormente por europeos. La inmigracion europea en masa tambien influyo de una manera muy especial en el desarrollo de las gran des poblaciones, en las que el elemento europeo lleg.', a alcanzar una preponderancia decisiva. Mientras mas rapida­ mente cteda una ciudad, tanto mas pronto perdia su caracter indigena-colo­ nial y mas se europeizaba. Sin embargo, solamente una minoria de las ciudades experimento las consecuencias de esre proceso de modernizacionj la mayoria sigui6 conservand0 su aspecto colonial. S610 unas cuantas ciudades se europeizaron totalmentej hoy dia Buenos Aires, Rosario, Rio de Janeiro,

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Montevideo, Sao Paulo son grandes ciudades cosmopolitas, en las que el elemento indigena ha sido relegado por completo a segundo termino. '" /Bajo la influencia de los europeos tambien se transformo la economia de los indigenas, aunque el ritlmo del desarrollo ecorulmico ha variado mu­ cho en los distintos paisajes. Durante la epoca colonial, ni los espanoles ni los portugueses lograron en ninguna parte transformar los metodos economi­ cos de los indigenas de una manera radical. Dondequiera que se pretendio introducir entre los indigenas un nuevo sistema econOmico, el experimento fracaso. Los indios nomadas de la Pampa prefirieron luchar hasta el ultimo hombre antes que transformarse en cultivadores al servicio de los espanoles. Esta mentalidad del indigena de la Pampa IIego a contagiar a los europeos que se establecieron en el paisaje, pues a fines de la epoca colonial el trabajo del agricultor era una ocupacion despreciable, no solamente en el concepto de los indios, sino tambien en el de los mestizos y blancos que vivian en la Pampa. I Fue menester que IIegara la moderna inmigracion europea en gran escala para que se formara una poblacion cuyo modo de pensar respecto de la agricultura era diferente, que estuviera dispuesta a extraer con el arado la ri­ queza que hasta entonces habia quedado escondida y desaprovechada en el suelo, y a transformar la Pampa, en unos cuantos decenios, en el paisaje mas valioso de todo el continente. T ambien los tuf>is de la costa -brasilefia y los arawakos de la costa de la Guayana, que vivian como cultivadores, pescadores y cazadores libres, prefi­ rieron sucumbir en In iucha ante que dejarse constrefiir a trabajar como es­ clavos en las plamaciones de los portugueses u holandeses. Solo despues de haber exterminado a los indigenas de estos paisajes pudo pensarse en el cam­ bio del sistema economico por medio de escla'l()< negros importados y de trabajadores asiaticos. En cambio, los indigenas que, aunque sometidos, po­ dian seguir vivien do en 10 esencial conforme a su antiguo sistema economica, Iograron sobrevivir al periodo de transicion cultural y,. despues de haber dis­ minuido su numero rapidamente a principios de la epoca colonial, volvieron a aumentar poco a poco. Especialmente en la region del antiguo imperio incaico, la extremadamente conservadora poblacion indigena pudo retener las viejas formas economicas en sus rasgos esenciales., Cierto que un gran nu­ mere de indios siempre estuvo obliga rl " a trabajar en las minas, pero la masa de la poblacion vive hoy, como en 1o, tiempos prehispanicos, principalmen­ te de la agricultura1Bajo los incas, como bajo los espafioles, much as generacio­ nes vivian en las mismas aldeas y laboraban los mismos campos que solo se dejaban de cultivar cuando el suelo estaba agotado. Hoy, como en tiempos prehistoricos, esta poblacion autoctona esta intimamente vinculada al suelo de sus antepasados y tod:wia arraigada en el, mucho mas profundameme que los habitantes de otros paisajes sudamericanos. Los conquistadores se concretaron casi exclusivamente a arran car tributos de esta poblacion de cam-

pesinos. Cierto que los metodos brutales y crueles de que se servian para estos fines no han dejado de impresionar hondamente a los indios, y es nece­ sario hacer memoria de esta dura presion, que por siglos ha pesado sobre ellos, si se quiere lIegar a comprender el caracter de los habitantes actuales. Desde los afios de la conquista, los metodos para labrar la tierra han experimentado muchos cambios. Los indios del altiplano de los Andes apren­ dieron' a valerse del buey como animal de tiro y por todas partes adoptaron la forma primitiva del cultivo con arado. En cambio, entre los indios de la Guayana, en la cuenca del Amazonas y en el centro del Brasil, se ha conser­ vado el cultivo de azada en su forma primitiva, y en las regiones selvaticas del Brasi! aun 10 siguen empleando los colonos europeos. La agricultura de muchos paisajes ha sido enriquecida notablemente con la introduccion de los animales domesticos y plantas de cultivo del Viejo Mundo, sin que el maiz y la yuca hayan perdido su importancia para el sustento de la poblacion. En algunos casos la introduccion del caballo ha sido la influencia decisiva para el modo de vivir de los indiosj en muy poco tiempo los indigenas de la Pampa y de la Patagonia oriental se transformaron en pueblos pastores. En los tiempos modern os algunos de los paisajes sudamerica nos han ad­ quirido kesperadamente gran importancia para el mercado mundial. En la epoca colonial eran principalmente las minas de plata de los Andes centrales y las plantaciones de can a de azucar de la costa brasilefia las que exportaban productos de alto valor. En los tiempos modernos eI auge de la cria de ga­ nado y de la agricultura han dado a la Pampa una importancia que segura­ mente no constituye un fenomeno pasajero, sino que es una fase duradera y decisiva en eI desarrollo cultural de este paisaje. I En cambio, eJ destacado papel qus la cuenca del Amazonas habia CIlmemado a desempefiar como productora de caucho termino en una crisis. De la misma manera el nuevo impulso cue se ha dado a 1a mineria boliviana solo Se debe a las exigencias pasajeras del mercado mundial del estano, y eI salitre chileno, cuya extr~c­ cion dio r.10tivo a que se poblara repentinamente la costa del norte de Chile en la segl1nda mitad del siglo pasado, tiene que enfrentarse ya a su poderoso rival el nitrato sintetico. Si la baja de los precios del salitre chileno en el mercado mundial no se encarga de poner fin a este auge que la mineria prociujo en eI norte de Chile, 10 ~ondra el agotamiemo de los yacimientos, que tarde 0 temprano tendra que bobrevenir. T ambien la posicion economica privilegiacia de Sao Paulo como principal proveedor cafetero de Europa y de Estados Unidos corre ya el peligro de verse superada por sus campetidores. La e:onomia de Sudamerica todavia se basa hoy dia en la agricultura, que ciew::mente produce en primer lugar para el consumo local de la pobla­ cion. En el mere ado mundial, solamente los productores agricolas de la Pampa y de Sao Paulo son de importancia para la exportacionj en cambio, la mineria trabaja casi exclusivamente para la exportacionj porque en ningu­

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na parte ha podido llevarse a cabo una industrializacion intensa, y solo bajo la proteccion de altos derechos aduanales algunas industrias son capaces de hacer frente al consumo del mercado local. I La importancia preponderante de la agricultura tiene como consecuencia que la formacion de los paisajes culturales se amolde generalmente, de una manera muy estricta, a los limites de los paisajes naturales. Es evidente que la diferenciacion natural del continente proporciona la base de las princi­ pales !ineas del desarrollo economico moderno. Los Estados. En un sentido politico, el continente sudamericano fue fe­ partido entre Espana y Portugal antes de su completo descubrimiento. La linea de demarcacion, tal como habla sido fijada, aunque con alguna vague­ dad, por el tratado de TordesiIlas (1494), adjudico a Portugal la parte del _continente que quedaba al este de los 49° de longitud. Por consiguiente, la corona portuguesa reclamo para si la tierra nueva que Cabral habia descu­ bierto en el ano de 1500. Con este hecho la linea de demarcacion dejo de tener validez, porque la verdadera frontera entre las colonias espanolas y portuguesas se formo en cada caso sin tomada en cuenta, y en 1750 quedo definitivamente anulada mediante un tratado entre Espana y Portugal. En realidad, ya en aquella epoca Portugal habia extendido sus posesiones mucho mas alIa de la citada linea de demarcacion y las fronteras definitivas que se fijaron en 1761 y, finalmente, en 1777 mediante el Tratado de San Ildefonso, ".; quedaron mucho mas allit de los 49° de longitud. Los intentos de otras naciones para establecerse tambien en el continen­ te no tuvieron mucho exito. En el siglo XVI los alemanes, bajo la direccion de los Welser, no aprovecharon debidamente la oportunidad que tuvieron para colonizar Venezuela. Los intentos de los franceses para fundar, en el mismo siglo, una France antarctique en la costa del Brasil con Rio de Janeiro como centro, y mas tarde, una France equinaxiale, fracasaron debido a la resistencia de los portugueses. Mas afortunados fueron los holandeses, en el siglo XVII, en la costa del Brasil, pues lograron, por 10 menos temporalmente, establecerse en el Brasil y, por fin, junto con ingleses y franceses, en la Gua­ yana de una manera definitiva. Un ataque de los ingleses a Buenos Aires (1806 a 1807), que se emprendio con el fin de conquistar el paisaje de La Plata, fracas6 completamente. De esta manera Espana y Portugal lograron durante tres siglos defender su dominio en Sudamerica con todo exite. Si finalmente se perdieron las colenias, esto no se debi6 a agresiones exteriores, sino a movimientos revolu­ cionarios que fueron el resultado de metodos de colonizacion rigidos y ca­ ducos. Durante toda la epoca colonial, tanto Espana como Portugal solo hablan considerado a sus posesiones de ultramar como objeto de explotacion. Las metropolis tenian estrictamente monopolizado el comercio con las colo­ nias, con grave perjuicio para estas. Deliberadamente se suprimia todo inten-

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to para aprovechar materias primas en el pais mismo 0 para establecer indus­ trias, con el fin de asegurar el consumo de productos espanoles 0 portugueses en el mercado sudamericano.4AI lado del monopolio comerciallas metropolis pretendian tambien el establecimiento de un monopolio para toda clase de fabricas; todavia en el ano de 1785, por ejemplo, se prohibi6 en el Brasil el uso de telares. Con este sistema Portugal y Espana aplicaban los mismos metooos coloniales que los ingleses hablan introducido en sus posesiones nor­ teamericanas, llegando a obstaculizar aim la transmision de la cultura espi­ ritual de Europa. Para retener las riendas del gobierno en manos espanolas, los descendientes de europeos nacidos en el pais, los lIamados erial/os, no ten ian acceso a los empleos administrativos, como tam poco los indios ni los mestizos. AI correr de los anos estos metooos de colonizacion dieron motivo a un des contento cada vez mas profundo entre los criollos, a los que la separacion de Estados Unidos de la metropoli servia de ejemplo. A principios del si­ glo XIX se hicieron numerosos intentos para alcanzar la independencia, y en la batalla de Ayacucho, del ano 1824, el dominio de los espanoles en Sur­ america se derrumbO definitivamente. Simultimeamente se lleva a cabo la separacion de las colonias portugue­ sas de la metropoli, aunque sin conmociones de mayor alcance. En 1807 la familia real portuguesa huyo de Portugal ante el ejercito frances de ocupa­ cion para establecerse en Rio de Janeiro. La Casa de Braganza habia perdido su pais, Portugal. Debido a esta circunstancia, quedaron anuladas tooas las medidas gubernamentales que habian hecho del Brasil de la epoca colonial un objeto de explotacion por parte de Portugal. En 180'13 todos los puertos del BrasilSe abrieron a los barcos de todas las naciones para las importaciones y exportaciones, y se abrogaron todas las leyes que habian impedido el co­ mercio de brasilenos con extranjeros. En el mismo ano tam bien se declararon nulas las Jeyes que impedian las actividades industriales de los brasilefios. De esta manera se derrumb6 el monopolio portugues de la epoca colonial y el Brasil quedo libre economicamente. Esta situacion se consolid6 en 10 sucesivo por Ia circunstancia de que, al tomar nuevamente posesion de Portu­ galla Casa de Braganza, en el mismo ano (capitulaci6n de Cintra: agosto 30, de 1808), el rey Juan VI se decidi6 a permanecer en Rio de Janeiro y a nombrar en Lisboa un representante. En 1815 el Brasil fue declarado rei no, uniendole, con iguales derechos, a Portugal y Algarve. Rio de Janeiro era desde entonces capital y residencia del gobierno, desde donde el nuevo Reino del Brasil fue organizado y administrado sobre una ba~e centralista. De esta manc:ra las colonias portuguesas obtuvieron la ventaja de contar con un cen­ tro comun que les habia faltado a las posesiones espanolas al conseguir su independencia. Sin embargo, el contraste entre los brasilenos nativos y los portugueses que vivian en el Brasil no pudo ser eliminado. En 1821 el rey

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Juan regreso a Portugal, nombrando al principe heredero, Don Pedro, principe regente y gobernador general del Reino del Brasil, con poderes casi reales. Al poco tiempo empezaron a hacerse en Portugal intentos para restablec er la antigua dependencia de la metropoli. Por de pronto (1821) se les exigio a las provincias brasilenas que se comunicaran directamente con el gobierno de Lisboa, evitando el gobierno central de Rio de Janeiro; con este decreto se abrigaba la esperanza de poder minar nuevamente la union del Brasil, fomen­ tando movimientos regionales. Despues, las Cortes portuguesas realizaro n nuevos intentos que obedecian al mismo plan, pero que encontraron resis­ tencia y dieron motivo, finalmente, a que en 1822 se declarase la indepen­ dencia del Brasil proclamando a Don Pedro emperador. EI Brasil siguio como imperio independiente hasta que se proclamo la republica en el ano de 1889. Estos acontecimientos historicos explican el hecho de que las colonias portuguesas, en contraste con las espanolas, quedaran unidas en una sola entidad politica y, con esto, en el estado mas extenso de todo e1 continen te, en el que existen hoy dia paisajes que difieren grandemente en recursoS na­ turales, importancia economica, poblacion y. desarrollo historico. La division colonial en capitanias generales se ajustaba a esta desemejanza natural y cultural, pero al mismo tiempo fomentaba el regionalismo, al que se opusie­ ron desde 1808 los acontecimientos historicos. En los tiempos moderno s la union ha recibido nuevos impulsos gracias a una red de comunicaciones cada vez mas extensa Y a los progresos de la colonizaciOn que ha logrado acercar los paisajes entre S1. Sin embargo, los vaivenes del desarrollo economi co mo­ demo que han otorgado, sucesivamente, a un paisaje y despues a otro, una importancia sobresaliente, son la causa de que el gobierno central haya en­ contrado dificultades para salvar la union El actual valor politico del estado brasileno no debe juzgarse unicame nte a base de su extension y del numero de sus habitantes (1940: 41.3 millenes ). Es indudable que todos los paisajes de este gran territorio encierran grandes recursOS naturales que esperan su desarrollo; sin embargo, el actual estado de la colonizacion todavia deja vastas regiones fuera del alcance de la autorida d del estado. EI valor de los diferentes elementos etnicos es extraord inaria­ mente desigual. Al lado de los habitantes muy mezclados con sangre negra de la costa nororiental, se ve Uf'" poblacion rural de origen europeo en el sur del Brasil y una poblacion mayormente indigena en Matto Grosso. Sera ta­ rea del futuro la de refundir todos estos elementos heterogeneos en una sola nadon. La separacion de las colonias espanolas de la metropoli no se !levo a cabo de una manera tan pacifica y lenta como la de las posesiones portugue ­ sas. Cierto que el ultimo vestigio dd poder espano] se derrumbo definitiv a­ mente en la batalla de Ayacucho, pero las colonias libertadas carecian por completo de una administradon central tr~rlicional, de suerte que era muy

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natural que cada uno de los departamentos de la administracion colonial se segregara de los demas como estado independiente y que aun estos departa­ mentos se dividieran en entidades politicas mas pequenas. Esta division de las antiguas colonias se lIevo a cabo mediante sangrientas luchas entre los nuevos estados que, en algunos casos, ni hasta hoy dia han podido ponerse de acuerdo sobre sus fronteras. Sin embargo, en estos uitimos tiempos varias de estas disputas han podido ser arregladas de una manera pacifica, como por ejemplo en 1902, cuando se fijo la frontera argentino-chilena en Patago­ nia mediante el arbitraje de la Corona britanica, 0 se termino la controve rsia entre Chile y el Peru por las provincias de Tacna y Arica en virtud de la mediacion de Estados Unidos: en el ano de 1929, el Peru recobro T aena, mientras que Chile se quedo con Arica. Despues de la solucion de estas dis­ putas sobre limites, quedan por resolver en todo el continente solamen te dos problemas, de importancia, porque son todavia muy divergentes las opinione s de los estados interesados sobre la determinacion de la frontera entre Para­ guay y Bolivia en el Gran Chaco,'" por un lado, y de la frontera entre el Ecuador y el Peru, en la planicie al este de los Andes, por el otro.t EI valor politico de cada uno de los estados de la zona lingiiistica espanola es muy desiguaI. A la cabeza marcha, indudablemente, Argentin a, el estado mas europeo del continente. Segun el primer censo del ano de 1896, la republica tenia 1.7 millones de habitantes. Segtm el tercer censo, esta po­ blacion habia crecido a 7.9 millones y hoy dia Argentina supera a todos los otros estados hispano-americanos en cuanto a su importancia economi ca y el nivel de vida de sus habitantes, que suman (1941) 13.5 millones. Su situa­ cion fuera de los tropicos, en el sur del continente y lejos de la prepond eran­ cia contin~ntal de los Estados Unidos del ''Torte, ha sido de una influenc ia decisiva para BU desarrollo economico, cultural y politico. Cierto que la repu­ blica tiene que pagar bien cara su destacada posicion como gran exportad or de productos agricolas en el mercado mundial, dejando las mejores tierras en manos de un reducido grupo de grandes terratenientes y careciendo, por con. siguiente, de una capa social de pequenos agricultores de arraigo; ademas, debido a la numerosa inmigracion de los ultimos decenios, son muy hetero­

geneos los elementos que compenen eI pueblo argentino, de suerte que la

naci6n est:'! todavia en pleno l'r()ceso de integracion.

En comparaci6n con Argentina, es bien exigua Ia importancia politica

de los dos estados que colindan con ella en las I1anuras: Uruguay (con un numero estimativo de 2.1 millones de habitantes en 1938) y Paraguay (1941:

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• Esta controversia trajo como consecuencia la guerra entre ambos paises (1932-1935), que termino con los buenos oficios de varias nadones americanac ::, mediante el armisticio

de junio 12 de 1935.

t Tambien surgi6 un conflkto belieo entre estos dos paises (1941-1942), que termin6 en virtud del Tratado de 29 de el1ero de 1942,

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1.000,000 de habitantes, estimativamente). Solo una muy pequena parte de la moderna inmigraeion en masa de Europa se dirigio hacia estos dos estados. Ademas, a pesar de que todo su territorio esta situado en las ricas tierras de la Pampa, Uruguay esta economicamente atrasado, por dedicarse exclusiva­ mente a la ganaderia. Paraguay, con su poblaeion predominante de indios guaranis era, todavia en el siglo XIX, politicamente tan fuerte como sus veci­ nos, como 10 prueba el que solo por medio de una guerra de siete anos (de 1864 a 1872) las fuerzas unidas del Brasil, Uruguay y Argentina lograron su derrota. Pero no debe buscarse la causa de los exiguos adelantos econo­ micos y culturales de Paraguay, en los tiempos modernos, en el agotamiento general de su poblacion por la prolongada guerra contra los paises limitrofes. Sin esta guerra de siete anos Paraguay no hubiera podido tam poco progresar de la misma manera que sus veeinos, porque por un lado, su situacion des­ ventajosa en el interior del continente, y por el otro la existencia de una numerosa poblaeion indigena, representan dificultades muy dificiles de ven­ eer. En la epoca colonial los guaranis, por ser cultivadores, representaban la riqueza de Paraguay, porque su trabajo daba al territorio un valor mucho mas alto que el que correspondia, por ejemplo, a la Pampa, cuyas riquezas potenciales no se habian puesto en juego todavia. Fue la gran corriente de inmigrantes europeos la que hizo que se invirtiera la escala de valores. En Paraguay, cuyo suelo estaba ya ocupado por indigenas, quedaba poco lugar para los europeos, mientras que la Pampa y el sur del Brasil estaban todavia desiertos, de suerte que pudieron ser poblados rapidamente con una pobIa­ cion de alto valor economico, que ha incrementado de una manera notable el valor politico del Brasil, Argentina, asi como de Uruguay. Tambien en las otras partes de Ia zona de cultura espanola ha habido fuertes fluctuaciones en cuanto al valor politico de los diferentes estados. En tiempos de la colonia, el virreinato del Peru ocupo una posicion muy destacada, pero en las luchas que siguieron a las guerras de independencia, Chile supo sacar provecho de las cualidades guerreras de su poblacion. La raza mestiza que se habia formado de conquistadores espanoles y de arau-­ canos proporciona todavia hoy los mejores soldados de Sudamerica. A la superioridad militar de su poblacion autoctona debio Chile su victoria sobre Bolivia y el Peru en la guerra de 1879 a 1884, asi como la adquisicion de las regiones salitrosas de tan alto valor economico. A pesar de que Chile casi no fue tocado por la corriente moderna de inmigrantes europeos, esta repu­ blica ha sabido colocarse a la altura de la Argentina y el Brasil (numero de habitantes de Chile en 1940; 5.000,000). Asi que Ia poblacion del pais que esta muy mezclada con sangre india no Ie resulto gravosa a Chile, muy en contraste con 10 que ocurre en Paraguay. Para Bolivia, el Peru y el Ecuador -los tres herederos del antiguo im­ perio incaico--, la muy numerosa poblacion indigena que se resiste a toda

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innovaClOn significa una remora insuperable. El mismo material humano que, durante la epoca colonial, contribuyo esencialmente a la importancia economica del Peru, porque era £aeil constrenirlo a trabajos forzados, es hoy un obstaculo, por hacer casi imposible la inmigracion de elementos extranos. De igual manera que Paraguay, tambien Bolivia (segun un calculo del ano de 1938: 3.4 millones de habitantes), el Peru (en 1940: segun el censo, 7 mi. Hones de habitantes) y el Ecuador (segun el censo de 1942, 3.2 millones de habitantes), son preponderantemente estados indigenas cuyo valor politico no puede competir con el del Brasil, Argentina 0 Chile. Venezuela (1941: segun el censo 3.8 millones de habitantes) y Colom. bia (en 1942, 9.5 millones de habitantes), cuyo nombre era originalmente Nueva Granada cuando ambas constituyeron en el ano de 1830, junto con Ecuador, a raiz del desmembramiento del antiguo virreinato de Santa Fe, la republica de la Gran Colombia, tam poco pudieron atraer hacia sus playas Ia corriente de inmigraeion europea, y su desarrollo se ve obstaculizado por su pobIacion, que es mayormente indigena en las mesetas, y, en las llanuras, africana. Estos Estados han logrado modernizarse en eiertos sectores de su economia debido en gran parte a influencias extranjeras estadounidenses, en primer lugar. La debilidad poHtica de Colombia qued6 manifiesta de una manera evidente al no poder oponerse a la segregacion de Panama. Mientras que el desarrollo politico de la zona cultural portuguesa ma­ nifiesta, ya desde hace mas de cien anos, la tendencia hacia la integra cion de un Estado unitario con vinculos nacionales, ia disociacion en la zona cul­ tural espanola al estar dividida en diferentes entidades politicas ha hecho ya grandes progresos. La poblacian de las repllblicas de habla espanola no esta mas difereneiada que la del Brasil, y sin embargo, se ha agrupado, en nueve republicas que son otras tantas naeiones independientes; y, a pesar de que estas hablan la misma lengua, han desarrollado, en el curso de su breve historia, una individualidad nacional tan marcada que entre elIas se

han venido formando, en algunos casos, contrastes mas profundos que los

que pueden encontrarse en el Viejo Mundo. Si la politica internaeional de

las republicas hispano-americanas ha caminado, hasta ahora, por send eros

relativamente padficos, esto se debe en primer Jugar al hecho de que cada

una de las jovenes republicas encuentra todav!a amp lias posibilidades de des­

arrollo dentro de su propio territorio. As! pues, Ia mayor parte del continente esta oCllpada por Estad06 inde­ pendientes, y solamente una pequefia parte de la Guayana (1944: 570,000 habitantes), que estuvo bajo el dominio de ingleses, holandeses 0 franceses, no fue afectada al extenderse el movimiento libertador a principios del si­ glo XIX sobre Sudamerica. Las tres colonias extranjeras de Ia Gllayana sigllen siendo administradas desde Europa, y Sll importancia economica es muy exi­ gua; soJamente la Guayana Inglesa arroja un pequeno superavit, mientras

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que la colonia holadensa y, especialmente la francesa dependen, para sus gastos de administracion, de subsidios que les destinan sus respectiv as me­ tropolis.

n LOS PAISA]ES. CAPITULO XX

LA ZONA CULTU RAL ESPA1QOLA Los Andes Septentrionales, Su COSTA SEPTENTRIONAL fue la primera parte de Sudamerica que se presen­ to ante la mirada de los europeos. Ya en el ana de 1498, Col6n diviso por primera vez el continente cerca de la peninsula de Paria, sin seguir, sin em­ bargo, la costa, por haber torcido su ruta hacia el norte. Pero ya en el ana siguiente, Alonso de Ojeda, en compania del pilato Juan de la Cosa y de Americo Vespucci, explor6 toda la costa de la actual Venezuela hasta el Cabo de Vela. Un ano mas tarde (1500), Rodrigo de Bastidas, nuevam ente acompanado por de la Cosa, que acababa de regresar de su viaje con Ojeda, continu6 la exploraci6n de la costa hacia el oeste hasta el Golfo de UraM. La exploraci6n del interior, sin embargo, tard6 mucho en emprend erse, y cuando al fin Jimenez de Quesada lleg6, en el ano de 1536, desde Santa Marta al altiplano de Bogota, se encontr6 alli can otra expedicion que ha­ bia avanzado hasta los Andes Septentrionales desd" pi imperio incaico, con­ quistad~ hacia poco. La naturaleza de los Andes Septentrionales presenta muchos rasgos ca­ racteristicos que la distinguen de los Andes Centrales con los que linda en el sur. AI norte del Nudo de Pasto bajo el ler grado de latitud norte, comien­ za a desintegrarse'la cordillera andina, dividiendose en varias cadenas que en parte cambian tambien su rumbo por completo, 0 sea de una manera que ha dado motivo para compararla con la desintegraci6n de los Alpes Orien­ tales. Aqui como alia, Una parte del sist~'Tla orografico se hunde a 10 largo de lineas de fractura, mientras que las cordilleras que subsisten, rienen su continuaci6n, despues de un cambio muy marcado de su rumbo, en las sie­ rras de Panama, la Sierra de Perija, la Sierra de Merida y finalmente en las cordilleras costeras venezolanas, en una forma muy parecida a la de los Al­ pes Orientales que continuan en los Carpatos y las cadenas dinarica s. La particularidad de los Andes Septentrionales consiste en la bifurcacion de las cadenas andinas y en la encajadura de profundas depresiones y fracturas en 723

r. 960

AMERICA DEL SUR: LOS PAISAlES

es e

donde se extendieron al poco tiempo las plantaciones de los holandes al

principio dio se que parece donde y os, kilometr de cientos por ingleses

tierras fertiles las como desarrollo de un paisaje cultural. Pero tan pronto

in­ las ando abandon as, cultivarl a entes de la costa indujeron a los terrateni cu­

mediatas a los rios, la selva pudo posesionarse nuevamente del interior, hu­

trabajo del huella toda borrando y casas y campos ente nipidam briendo islas

mano. Hoy dia solo alglin viejo arbol del pan que, originario de las primeros los desde tropical Sur del Molucas, fUe cultivado en la America vivio tiempos, 0 alguna mata de bambu importado, recuerdan que una vez el hombre en estas selvas y que la cultura habia triunfado sobre la natura­ de "las leza. Todas las demas huellas estan borradas, porque la mayoria n en pereciero frutales, arboles 0 azucar de plantas de cultivo, como la cana el en costa la de tierras las s6lo ente, Actualm tropical. la selva humeda por cultural, paisaje sentido estricto de la palabra pueden considerarse como 10 menos en parte, es decir, en los lugares donde los pantanos han sido dese­ zona cados por medio de sistemas de diques. Desde hace mucho la angosta de detras , cemento de diques con o reforzad sido ha couridas de del bosque

nes plantacio las negros, los 'que se levantan, bien protegidas, las aldeas de los la sede su tiene donde , ciudades s pequefia de los holandeses e ingleses y las cia de

administracion de las colonias. Georgetown, la ciudad de mas importan

la Guayana, es una pequefia ciudad-jardin tropical (1938: 66,000 habitan­

de­ pantanos los de zona la en tes), con amplias avenidas, que esta situada te

bajo del nivel del mar durante la fase de la pleamar. E1 agua sale sol:)men

ce­ quedan esclusas las alta, marea la de hora la en bajamar; durante la

que de hecho el hoy rradas. El aspecto del paisaje cultural recuerda todavia

los y drenajes de sistema el eron fueron los holandeses los que introduj ion.

que escogieron justamente esta parte de la Guayana para la colonizac en diques de rodeadas s marisma de regiones la.s de europeos colonos SOlo resecar

costas del mar del Norte pudieron concebir en el siglo XVI! la idea de la

acruaies, tiempos los en Aun . Guayana la de los pantanos de la costa . modema ciudaduna para josa desventa muy resulta own Georget de situacion

ser podido ha no La canalizacion resulta tan dificil que hasta la fecha

potable agua r consegui posible es no construida, y en el suelo de puro fango

dei amente exclusiv n depende es habitant Los iones. por medio de perforac las

agua de lluvia, que recogen en los techos de sus casas, mientras que emer­ de tiempos para iglesias y edificios publicos almacenan una reserva

las

gencia. A Georgetown Ie sigue en importancia Paramaribo (1938: 52,000 habi­ de tantes), capital de Surinam, y Cayrna (1938: 14,000 habitantes), capital la Guayana Francesa.

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Fig. 1.I32 Mesetas interiores. "'­ Provincias Fisiognifica, gegun Jones. A,. Altiplanicie brasilena; A,. Llanuras sudameric~nas; Mesetas y montanas orientales; B. Altiplanicie de Ia Guayana; C. C.ribe. D. Los Andes; E. Llanuras y sierras costeras del Pacifico y del

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