Story Transcript
SEGUNDA PARTE
AMERICA CENTRAL
las Grandes Zonas del Paisaje de America del Norte.
I -~
I AMERICA CENTRAL EN CONJUNTO CAPITULO X
DESCUBRIMIENTO Y EXPLORACION DE LOS VlAJES de los normandos a Norteamerica ya no se tenia recuerdo en el siglo xv. Los viajes de Colon 0 de sus sucesores, que condujeron al des cubrimiento de la America Central por los europeos, no tienen relacion aI guna con ellos. El primer viaje de Colon se llevo a cabo con premisas ente ramente distintas de las de los viajes normandos, que ya databan de siglo y medio atras. En la construccion naval se habian logrado adelantos y, sobre todo, desde el siglo XN, la brujula facilitaba mucho la orientacion durante los viajes maririmos de larga duracion. De suma importancia era tambien el cambio que se habia operado en el concepto que del mundo tenian los eu ropeos. Nuevamente habia logrado imponerse la teoria de la esfericidad de la tierra y a base de ella se vislumbraba la posibilidad de llegar a los paises de las especias tambien por la via de occidente. Sin embargo, en su carta a Colon (1474), Toscanelli tuvo que subrayar todavia expresamente: "Y no se asombre.:' ~'o llamo occidente ellugar de donde vienen las especias." Fue tambien T oscanelli quien por primera vez dibujo un mapa que mostraba en el Occidente ellado oriental de Asia y en Oriente ellado occidental de Euro pa. Asi, este sabio fue el primero en sen tar las bases cientificas para la idea del viaje occidental a Asia; la circunstancia de que el calculara mucho mas corta la distancia desde la costa occidental de Europa hasta la costa oriental de Asia, solo podia favorecer los deseos de arriesgar la travesia. Ademas, apremiantes acontecimientos historicos, como el avance de los sarracenos que ~,'1ian trabas al comercio con el Oriente, obligaban a realizar cuanto antes la teoria. Pero la navegacion hacia el Occidente significaba el descubrimiento del Nuevo Mundo, de cuya existencia ningun europeo tenia la menor idea. Aun sin el proposito deliberado de navegar hacia el Occidente, tal como Colon fue el primero en conceptuar y ejecutar en 1492, no se hubiera tardado mucho en tener noticia del nuevo continente. Desde que, en 1498, Vasco de Gama doblo el Cabo de la Buena Esperanza encontrando la ruta maritima a las Indias Orientales, los barcos portugueses que iban a las Indias aprove 503
505
AMERICA CENTRAL: EN CON]UNTO
DESCUBRIMIENTO Y EXPLORACION
chaban durante su navegacion los vientos alisios del NE, desviandose algu nas veces tanto hacia el Occidente que uno de elIos, el de Cabral, diviso, en el ana de 1500, la costa del Brasil. Sin embargo, para la evoluci6n cultural result6 de importancia ~ecisiva que el capitan italiano CristOforo Colombo no hallase apoyo en Portugal para realizar sus proyectos y emprendiera su viaje al servicio de la corona de Castilla. De esta manera las regiones alrededor del Mar Mediterraneo ameri cano, que se descubrieron en primer lugar, cayeron bajo la influencia cultu ral espanola. En su primer viaje Colon toc6 primero, el dia 12 de octubre de 1492, en la isla de Guanahani, de las Bahamas, y luego en Cuba y Haiti. Su empeno era acomOOar sus nuevos descubrimientos dentro del viejo concepto del mun do que tenian los europeos, de suerte que tomaba Cuba por una parte de la tierra firme de Asia. En su segundo viaje tom6 las pequenas islas situadas al sur de Cuba, por las que Marco Polo habia descrito como de la costa oriental de Asia. En su tercer viaje (1498) Co16n descubrio la tierra firme de la America del Sur y en su cuarto viaje (1502-04) tambien la costa orien tal de la America Central. Pero hasta su muerte (1506) se aferraba en su creencia, de igual manera que sus contemporaneos, de haber descubierto la costa oriental de Asia. Sin embargo, varias veces calific6 los paises que eI habia descubierto como un nuevo u otro mundo, a pesar de no haberse dado cuenta de que se trataba de un nuevo continente. El problema de 1a soberania sobre este mundo que acababa de descu brirse qued6 ya resuelto en el ano 1493 mediante la linea divisoria que el Papa Alejandro IV fij6 entre las posesiones espanolas y portuguesas. Debia formarse esta linea can el meridiana que corre a cien millas al poniente de las Islas de Cabo Verde 0 de las Azores. T oda la tierra al occidente de esta linea debia pertenecer a los espanoles y toda la situada al oriente de ella a los portugueses. En el Tratado de Tordesillas (junio de 1494) esta linea de demarcaci6n fue trasladada a 370 millas al occidente de las Islas de Cabo Verde, es decir, mas 0 menos hasta el meridiano 46. Con esta linea pareda imposible que ninguna de las tierras que Col6n habia descubierto quedase adjudicada a los portugueses y, de hecho, el Tratado de Tordesillas coloc6 par de pronto a tOOos los paises alrededor del Mar Mediterraneo americana bajo la influencia cultural espanola. Los viajes de Col6n no habian dado a conocer mas que las Antillas, una parte de la America Central y otra de la costa septentrional de la America del Sur. Muy poco a poco siguieron descubriendose nuevas tierras. El ano de 1508 Sebastian de Ocampo di6 la vuelta alrededor de Cuba, llegando asi a saber que se trataba de una isla. En 1513, Vasco Nunez de Balboa Hego, en la regi6n del Golfo de San Miguel, al Oceano Pacifico, llamandolo Mar del Sur, por haberlo encontrado al sur de Panama. Se tard6 ffiLiCho en ex-
plorar las costas del Golfo de Mexico. En 1518, una expedici6n al mando de Juan de Grijalva fue costeando el norte de Yucatan y el Golfo de Campeche, llamando Nueva Espana a las tierras descubiertas; en el ano de 1519, Alonso Alvarez Pineda se dedic6 a buscar un pasaje occidental entre Florida y Yu catan, fijando, durante su viaje, el curso de la linea costera del Golfo de Mexico en tOOa su extensi6n. Asi, las costas orientales de Mexico y la Ame rica Central llegaron a ser conocidas a grandes rasgos. La exploraci6n de la costa del Padfico se emprendi6, por de pronto, desde Panama, fundado en 1519. Por tierra y por mar, los espanoles siguieron avanzando hacia el Oc cidente; en el mismo ano de la fundaci6n de Panama lograron llegar al Golfo de Nicoya; en 1522, Gil Gonzalez Davila conquist6 las tierras situadas alre dedor del lago Nicaragua, mientras que Andres Nino naveg6 a 10 largo de la costa hasta el Golfo de Fonseca. En la regi6n de los actuales estados de Guatemala, El Salvador y Honduras, los conquistadores que ~enian de Panama, ya se habian encontrado con otros que Cortes habia despachado desde Mexico hacia el sur. En 1529, una expedici6n sigui6 eI curso del Rio San Juan, desde el lago Nicaragua hasta su desembocadura en el mar Caribe. Mas al norte, Hernan Cortes pis6 tierra firme en el mismo ano de la fun daci6n de Panama, estableciendo como pun to de apoyo de su empresa la poblaci6n de Veracruz, en la costa del Golfo de Mexico: tenia a su disposi ci6n mas 0 menos 600 hombres y 16 caballos. En una atrevida marcha en son de conquista, en cuyo transcurso supo aprovechar habilmente los conflictos entre los indigenas, logr6 llegar, pasando por Tlaxcala y Cholula, hasta la capital del Imperio azteca. Despues de algunos reveses, Mexico-Tenochtitlan, la ciudad indigena mas grande del Nuevo Mundo, qued6 definitivamente en su poder... Durante el decenio siguiente Cortes despach6 desde alli expedicio narios en todas direcciones, principalmente hacia el Occidente, eI Oriente y el Sur. Orozco, Alvarado, Olid, Sandoval, Chico, Avalos, Montejo y otros, eran los jefes de estas expediciones, en las que siempre tomaban parte mul titud de aliados indigenas. En la costa del Pacifico se estableci6 1a primera base, en el ano de 1522, en Zacatula, del actual estado de Guerrero. Pedro de Alvarado se encamino en el ana 1523, con 40J esparlOles y 20,000 aliados indigenas, hacia el sureste, sometiendo a los quiches y cakchi.queles, y extendiendo sus conquistas hasta El Salvador. En 1524, Cortes emprendi6 su famosa expedici6n al Golfo Dulce, a traves de las selvas tropicales de Veracruz, Tabasco y Chiapas. En 1527, Francisco de Montejo di6 principio a la conquista de Yucatan, que no termin6 hasta el ano de 1541. En Guate mala, el fraile dominico Las Casas lagr6 atraerse, desde 1536, con medios pacificos, toda una provincia que desde entonces Heva el nombre de Verapaz. En el ano de 1530, NUDa de Guzman avanzo en direccion al noroeste hasta el actual estado de Sinaloa, fundando como puesto franterizo el pueblo de Culiac:'m. Aqui se present6, en 1536, Alvar Nunez Cabeza de Vaca con tres
504
506
\;#
l
AMERICA CENTRAL: EN CON}UNTO
compafieros. Eran los ultimos supervivientes de la expedicion de Panfilo de Narvaez, que habiendo salido de Florida en el afio de 1528, acab6 por nau fragar sobre la costa de Texas. En el afio de 1527 se construyeron tres barcos en Zacatula, por orden de Cortes. Sin embargo, la primera expedicion no saM hasta el afio de 1532, dirigiendose al norte y costeando el litoral del Pacifico; la capitaneaba Hurta do de Mendoza y lIeg6 hasta el Rio Fuerte en el norte de Sinaloa. En el ano siguiente se descubri6 la Baja California y se crey6 que era una isla. Mas tarde, en 1539, Francisco de Ulloa logro IIegar hasta el extremo norte del Golfo de California y pudo comprobar que la Baja California era una peninsula, porque naveg6 hacia el norte a 10 largo de la costa exterior. Sin embargo, en los afios siguientes se 0lvid6 esta comprobaci6n y Juan de Iturbe, que recorri6 el Golfo de California en 1615 hasta EU extremo norte, volvi6 a considerarla como isla, con cuyo caracter aparece en mapas europeos del si glo XVII (fig. 117). S610 en el mapa del padre Kino (1705), la Baja California esd dibujada de nuevo como peninsula (fig. 118). En el siglo XVI, Culiacan, cere a de la costa del Pacifico, fue punto de partida para una serie de expediciones, por tierra, al norte de Mexico y aun mas aIIa, hasta regiones de los actuales Estados Unidos de Norteamerica. '\ En 1539, el fraile franciscano Marcos se puso en march a para buscar las le ..... g~ndarias "Siete Ciudades de Cib~la", de las' que Cabez~ '-d~~Va~~-'habia tenido noticias. Fray Marcos lIeg6 solamente hasta los limites de los pueblos indios zuni, pe;o sus relatos exagerados acerca de ciudades mas grandes y mas hermosas que el mismo Mexico dieron impulso a nuevas expediciones. En 1540, Francisco Vazquez de Coronado partio de Culiacan con una fuerza esplendidamem" armada; el territorio que iba a explorar en primer lugar estaba situado mas aIIa de la actual Frontera de Mexico. Desde el afio de 1548 la mineria indujo a numerosos espafioles a diri girse a Zacatecas y, en la segunda mitad del siglo XVI, tambien a Durango y Chihuahua. En 1579, Luis de Carbajal, gobernador de Nuevo Leon, .re corri6 durante sus cacedas de esclavos el territorio al norte del rio Panuco. De csta manera los espafioles Ilegaron a conocer tambien la altiplanicie del Mexico septentrional. ;-'n el tercer decenio despues del primer viaje de Colon se acabo de averiguar la configuraci6n de las costas de Norteamerica, a 10 largo de Me xico y de la America Central hasta la America del Sur. La visi6n del mun do de los europeos tuvo que acomodarse a estos nuevos conocimientos, impo niendose entonces el concepto de un nuevo continente, para el que Martin Waldseemuller habia propuesto el nombre de America ya en el afio de 1507. Hacia fines del siglo XVI se habia divulgado el conocimiento no s610 de las costas, sino tambien del interior de Mexico y de la America Central, aunque solamente de u r rn~"""ra muy superficial.
DESCUBRIMIENTO Y EXPLORACION
507
De los primeros tiempos de la Colonia, se han conservado no solo re latos de los espafioles, sino, tambien codices de los indios de la altiplanicie 0 jerogHficos de los mayas. La gran mayoda de eIIos fueron destruidos por el fanatismo del primer obispo de Mexico, Juan de Zumarraga, y en Yucatan por el obispo de Merida, Diego de Landa (1524-1579), por parecerIes peli grosos a causa de su contenido pagano. Mas tarde Landa pudo subsanar en algo el dafio que habia causado, al dedicarse al estudio de la cultura maya. Le debemos el unico informe sobre el tiempo de la conquista, la RelaciOn de las Casas de Yucatan, que se imprimio por primera vez en traduccion francesa en Paris, 1864. Posteriormente su obra fue completada con La His taria de la. Conquista de el Itza, de Juan Villagutierre Sotomayor, Ma drid, 1700. Despues de la conquista, escritores indigenas han anotado en varias oca siones las tradiciones de los indios en su propia lengua 0 en latin. T ambien espafioles como el franciscano fray Bernardino de SahagUn, que dominaban la lengua mexicana, anotaron fielmente los informes de indios conocedores. T ambien proporcionO impresionantes relatos un simple soldado, Bernal Diaz del Castillo, uno de los acompafiantes de Cortes. Muchos descubridores 0 conquistadores nos legaron informes sobre sus viajes, entre los que hay que mencionar en primer lugar las cartas de Col6n y los relatos de Cortes. El dominico Francisco Ximenez publico en el afio de 1721 el Papol Yuh, un texto en lengua quiche, con el titulo de Histarias del Origen de las Indios de esta Provincia de Guatemala. EI primer histo riador de Indias, Gonzalo Fernandez de Oviedo y Valdes (1478 a 1557), que IIeg6 a la America Central en 1514, nos lego una obra voluminosa sobre el descuhrlmiento y la conquista hasta el cuarto decenio del siglo XVI, en su importante Historia General de las Indias. Muchos relatos de la epoca de la conquista han sido publicados, desde 1864, en los 55 tomos de la Colec ciOn de documentos inooitos relativos al descubrimiento, conquista y coloni za.cian de las pose~iones espartOlas en America. Una impresionante descrip cion del exterminio de los indios por los europeos hizo el obispo de Chiapas, Bartolome de las Casas (1474 a 1566) en su Brevisima Relacioo de la. Des trucciOn de las Indias (1541 a 1542), y en su obra principal, la Historia de las 1ndias. T ambien el fraile franciscano Toribio de Benavente, por otro nombre Motolinia (t 1569), quien recorri6 como misionero Mexico, Guate mala y Nicaragua, nos lego una obra importante, intitulada: Historia de los Indios de Nueva Es,pana. A otro franciscano, Juan de Torquemada (t 1624), quien de nifio aprendi6 la lengua mexican a, debemos la valiosa obra in titulada Monarquia I,ndiOina. De los siglos XVII y XVIII tenemos muchas obras de religiosos, que muestran el creciente intert!s por las antiguedades indias. El primer extranjero que dej6 un extenso diario de viaje fue el dominico irIandes Thomas Gage (t 1655). Su libro se publico en 1693 tambien en
508
AMERICA CENTRAL: EN CON]UNTO
lengua alemana con el titulo de Neue merkwumige Reiselbeschreibung rulch Neu--Spanien (Nueva curiosa relociOn de un viaje a Nueva Espana). En 1684 el historiador de Indias, Antonio de Soto, dio a luz su Historia de la Conquista de Mexico, un libro que tuvo mucha aceptacion en su epoca, aunque carece de exactitud historica. En cambio, gran importancia historico geogri
z~
I~
519
Extensas zonas de la altiplanicie del continente y otras mas pequefias de las serranias de las Antillas Mayores estan cubiertas de bosques altos, mixtos
o de pinares que tienen cierta semejanza con los de las latitudes medias de
Norteamerica. En los bosques mixtos predomina en primer lugar la encina.
Los bosques de coniferas, facilmente inflamables, que en su mayoria consis ten en pinares, ha~ sufrido mucho bajo la influencia del hombre, habiendo se
conservado solamente como bosques compactos lejos de las regiones habitada s
y en suelos menos fertiles. Todos los bosques de las serranias mediana mente
humedas no son otra cosa que restos de una capa forestal antiguamente mu
cho mas extensa. Donde estos bosques fueron destruidos sin que se cultiva ra el suelo, su lugar ha side ocupado frecuentemente por montes de arbustos bajos. Sin embargo, tambien sobre antiguas tierras de cultivo 0 en zonas devastadas por actividades humanas se encuentran bosques que nuevam ente
han alcanzado la exuberancia arborea original.
En cuanto a su extension, las asociaciones vegetales abiertas superan a
las superficies cubiertas de bosques. Generalmente, las mencionadas en pri
mer lugar son caracteristicas de aquellas regiones que estan sujetas a una
temporada de sequia prolongada, predominando principalmente en el norte de Mexico, donde los bosques buscan refugio en los declives de las serranias mas favorecidos por las lluvias. En las tierras bajas de la costa del Pacifico de la America Central y en las zonas centrales de Cuba, se extienden sabanas de pastos 0 de poca vegetacion arb6rea. En Cuba, como tambien en las otras Islas antiIlanas, las sabanas con arboles se convierten frecuentemente en mon tes secanos. En cambio, la capa vegetal de grandes zonas del norte de Mexico esta formada por estepas 't:o anas, las que no solo son caracteri sticas de las mesetas del norte, sino tambien de la llanura mexicana de la costa sep tentrional del Golfo. Tambien en los paisajes que colindan con el Golfo de California predomina la estepa que, en las regiones de mayor aridez, toma va' un aspecto desertico en forma de estepa poblada de raquiticos arbustQS enanos. La fauna autoctona esta compuesta de representantes de la zona neo artica, asi como de la zona neotropical. T odavia en la era terciaria faltaba la conexion terrestre erhre las Americas del Norte y del Sur. Ei intercam bio de especies, por consiguiente, ha sido interrumpido por largo tiempo y aun h0Y se nota su deficiencia, especialmente en las Islas antillanas, donde a cau sa de las dificultades de la inmigraci6n escasean los mamiferos. Ninguno de los mamiferos norteamericanos ha podido llegar a Cuba. En el sur, unica mente en la Isla de la Trinidad, que esta situada cerca del continen te sur americano, hay relativa abundancia de mamiferos terrestres. Por ejemplo : viven todavia, en los bosques, dos especies de simios y el oso hormiguero que ya faltan en Tobago. El mamifer(' ~e mayor tamafio que ha penetrad o en
ifCl
I
.
, 520
AMERICA CENTRAL: EN CONJUNTO
las Antillas mas hacia el norte es el aguti suramericano (Dasyprocta aguti); en cambio, las serpientes venenosas faltan por completo. T ampoco en el continente, la fauna, a pesar de su mayor riqueza, tiene en ninguna parte la importancia que en ciertas zonas de Norte 0 Suramerica. El espacio vital de los grandes animales gregarios de las praderas y llanuras norteamericanas, especialmente del bisonte, nunca se ha extendido hacia el sur mucho mas alla del rio Grande del Norte, y el animal de piel mas pre ciosa, el castor, vive al sur de la frontera mexicana solamente en el delta del rio Colorado. En consecuencia, la caza nunca llego a tener la importancia que en Norteamerica, donde la moderna explotacion economica se baso fre cuentemente en las actividades de los cazadores de pieles. Animales monte ses, osos norteam~ricanos, habitan solamente en los bosques de la Sierra Madre Occidental hasta la region central de Mexico. Mucho mas limitadas son las relaciones con la fauna sudamericana. Ciertos habitantes de las selvas lluviosas de Sudamerica, como el tapir y los simios, viven en la compacta zona selvatica de los declives athinticos de la America Central hasta el rio Fanuco en el norte. EI armadillo sudamericano (Tatusia 7W~Jemcincta) es comlin en los paises abiertos, hacia el norte, hasta mas alIa del rio Grande del Norte. Faltan por completo los grandes mamiferos como los guanacos, alpacas y vi cunas, tan caractensticas de Sudamerica. La region del condor sudamericano no IIega tampoco por el norte mas alIa de la Sierra Nevada de Mexico. De 1a fauna indigena, los habitantes del Nuevo Mundo habian domesticado el pavo y una variedad de anades.
CAPITULO XII
LOS HABITANTES Y SUS FORMAS CULTURALES LA POBLACION indigena de las AntiIlas se componia, en la epoca de la con quista, principalmente de arawakos. T ambien vivian en Cuba todavia restos de una poblacion primitiva mas antigua. Como inmigrantes muy recientes los caribes se habian establecido en las AntiIlas Menores, avasallando y la poblaci6n arawaka y extendiendo sus merodeos hasta Puerto Rico, Haiti y aun Cuba. Respecto a los lIamados guanahatabeyes pre-arawakos, no nos quedan mas que unas tradiciones muy vagas. Si nos atenemos a un relato de Las Casas, quien los llama ciboneyes, deben haber vivido en cuevas, descono ciendo los cultivos y 'buscando sus sustento como recolectores de vegetales, cazadores y principalmente pescadores. Los restos de su cultura que se han conservado en varias regiones de Cuba son los depOsitos de conchas. Los pocos artefactos que se encontraron en ellos demuestran que este pueblo pri mitivo no conocia ni la cen'tmica ni las calabazas. Acostumbraban a hacer sus vasijas de grandes conchas y, por 10 demas, solo ten ian litiles muy primitivos. EI nombre de los arawakos era hu;ayos en las Islas Bahamas y ta~nos en las Antillas Mayores. Su region de origen era el continente suramericano, donde ya habian desarrollado sus principales formas culturales y economicas antes de emprender las migraciones prehistoricas a las AntiIlas. AI estable cerse el contacto con los espafioles, sus tradiciones de una inmigracion por mar aun eran recordadas por eIlos. Probablemente pasaron de la isla de Tri nidad a las Antillas Menores, IIevando consigo los bienes culturales mas im portantes de su pueblo, 10 que era posible en virtud de que las condiciones naturales de las Antillas correspondian perfectamente a su acostumbrado modo de vivir continental. Aunque practicaban tambien la pesea, su princi pal sustento se basaba en el cultivo de vegetales, especialmente de la yuca, que se da muy bien en las Antillas. Con metodos muy semejantes a los de las tribus sudamericanas, quitaban por medio de ralladoras y prensas el jugo venenoso de acido cianhidrico de la raiz -tuberculo de la yuca- antes de ha eer pan con su harina. En comparaciOn con el cultivo de la yuca, los cul tivos de maiz, batata, mani (Arachis hypogaea) y frijoles eran de poca impor tancia. Conocian el cultivo del tabaco, que solian fumar en forma de puro. Tambien habia plantios de algodon del que se tejian hamacas y prendas de 521
•• -
7'--~,-r,~~
522
AMERICA CENTRAL: EN CONjUNTO
vestir, mientras que la fibra del sisal servia para hacer cuerdas. Varias clases de arboles frutales, como la guayaba (Psidium guayava) y la anona, se culti vaban en huertas. Sus principales utiles para labrar la tierra eran hachas de piedra para rozar el monte, y para cavar, palos can la punta endurecida al fuego. La ceramica estaba poco desarrollada, si hemos de juzgar por los insignificantes restos que se han conservado. EI comercio directo de los ara wakos islenos con el continente sudamericano no fue interrumpido hasta que los caribes se aduefiaron de las AntiIlas Menores, pero todavia en la epoca de la conquista las canoas de los arawakos realizaban viajes entre las Antillas Mayores y aun llegaban hasta Yucatan. Estas embarcaciones estaban hechas de un solo tronco, no tenian quilla ni se usaba en elIas la vela; con sus tri pulaciones de hasta 80 remeros alcanzaban velocidades mayores que las de los botes espafioles. Los arawakos antiIlanos vivian en pueblos algunas veces muy extensos. En Haiti, Col6n vi6 una poblaci6n de cerca de 1,000 casas que se agrupaban alrededor de una gran plaza. La mayoria de los arawalws islefios vivia, sin embargo, en pequefios grupos de casas. S610 el cacique vivia con su familia en una gran casa propia. Los aldeanos habitaban casas plurifamiliares, en las que se alojaban de 10 a 15 hombres con sus mujeres y nin~s. Antes de la lIegada de los espafioles la forma tipica de la casa era una construccion redonda rematada en forma de cupula. Un gran numero de postes de ma dera acondicionada para resistir la corrosi6n se clavaban en drculo en el sue 10, encorvandolos hacia dentro y amarr:'ll1d,.los a un poste central; las paredes se hadan de zarzos de juncia. A causa de la inmigracion de los arawakos, las formas culturales de las regiones tropicales de Sudamerica lIegaron a gene ralizarse en todas las Antillas, siel'~J esta una fase de la historia evolutiva de las islas que debe haber tenido lugar en tiempos relativamente remotos, porque se consumo en una epoca en la que la cultura de los indios de las regiones tropicales de Sudamerica no lIegaba todavia al climax de su evolu cion. Par consiguiente, los arawakos islefios caredan de muchos de los elemen tos culturales de sus parientes del continente. Entre los artefactos arawakos de las diversas islas ya se hacen notar algunas formas de estilo caracteris tico que indican un desarrollo cultural independiente durante un prolonga do periodo. A pesar de. ... "Ie existian relaciones comerciales con la tierra firme centro americana, no eran de mucha importancia las influencias culturales que se hicieron sentir de aqueIlas regiones. De la misma manera que los arawakos, los caribes habian lIegado a las Antillas. Esta migracion mas reciente de indigenas no habia terminado toda via en la epoca de la conquista, en toda la region. Al aparecer los espanoles en escena, los caribes acababan de establecerse en las AntiIlas Menores solo hasta la isla de Vieques, pero sus incursiones ya se extendian hasta las An tillas Mayores, y durante su primer rl-~etnharco en Guanahani (1492), Col6n
HABITANTES Y FORMAS CULTURALES
m
pudo darse cuenta de que aun los habitantes de las Islas Bahamas vIVIan sobresaltados por temor a los caribes. Los conquistadores caribes no solo eran superiores a los arawakos por su espiritu guerrero, sino que estos los temian tambien por ser canibales. En primer lugar aventajaban a los otros por disponer, ademas de las canoas comunes y corrientes, de otras embarca ciones mejores, las piraguas, es decir, de canoas talladas en arboles a cuyas paredes se anadia un tablon. Con estas embarcaciones guerreras emprendian desde sus bases en Guadalupe, Dominica y Martinica, extensas correrias; desalojand.: a los arawakos paulatinamente del mar. Ademas, sus mazas muy pesadas y especIalmente sus grandes arcos con los que disparaban flechas preparadas con un veneoo mortal, eran armas ofensivas superiores, frente a las cuales los arawakos solo disponian de un arma defensiva muy debil, como eran sus escudos redondos. T ambien sus armas ofensivas, dardos y lan zaderas, eran menos eficaces. Por 10 demas, la cultura material de los caribes islenos era, en terminos generales, muy pal'ecida a la de los arawakos. T am bien ellos vivian, en grupos de cien 0 mas individuos, en grandes casas que consistian en armazones de madera cubiertos de paja 0 ramas, y sus metodos para cultivar la tierra eran muy semejantes a los de los arawakos, con los que ya empezaban a formar una raza mestiza. Los hahitames de tierra firme se diferenciaban mucho de los antillanos en cuanto a su origen y su cultura. Mientras que los arawakos y especial mente los caribes habian inmigrado a las Islas antillanas en tiempos relati vamente recientes, viniendo a Sudamerica, de donde trajeron Ia gran mayoria de sus formas culturales, los indigenas de tierra firme disponian ya de una evoluci6n cultural aut6ctona -'Ie muchos siglos. Es cierto que hasta ahora no se con~en mas que las fases principales de este desarrollo prehist6rico. No se han encontrado todavia las pruebas de que existiese una antigua pobla ci6n primitiva de recolectores de vegetales no cultivados. En cambio, desde Mexico hasta Sudamerica se hallan por todas partes vestigios de una capa cultural llamada arcaica, que yace en eI Valle de Mexico debajo de capas culturales mas recientes. Los depositarios de esta cultura ya conodan el cul tivo de la tierra y el arte de tejer y fabricaban vasijas de barro que adornaban con procedimientos especiales. Se cubrian las figuras con cera 0 chapopote y despues se pil,"~oa toda la vasija, de suerte que finalmente quedaba el decorado en los colores naturales del barro. Muy frecuentes eran tambien figurillas de barro de tipo arcaico, toscamente model ad as. T allaban la piedra no solamente para hacer utiles, sino tambien para formar figuras humanas, cuyos contornos se ajustaban siempre a las lineas naturales del material. De esta cultura arcaica derivaron todavia en epocas remotas otras cul turas superiores, de las que muchas volvieron a sucumbir, como por ejemplo la cultura maya, de la que, probablemente, habia pasado ya el momento culminante de florecimiento .iiT~d""i, 'r del afio 600 d. c. EI gran Imperio tol
~
524
AMERICA CENTRAL: EN CON]UN TO
teca floredo entre 900 y 1100 de nuestra era, mientras que la historia de los aztecas, como una gran nadon, no empieza hasta el siglo XIV. Cuando llegaron los espafioles, las lenguas de los indigenas de tierra fir me ya estaban profundamente diferenciadas. La mas divulgada entre elias, el mexicano 0 nahua, pertenece a la gran familia de lenguas yuto-aztecas, que tiene para el Nuevo Mundo mas 0 menos importancia semejante que el indo europeo para Eurasia. Esta familia induye pueblos de niveles culturale s muy variados, cada uno de los cuales habla su propia lengua. Los aztecas propia mente dichos no son mas que una tribu entre otras muchas, pertenec iente a la misma familia. Su lengua, el mexicano, en el sentido estricto de la pala bra, era el nalvuatl, "la (lengua) que suena bien". El mexicano, en su senti do mas amplio, 0 na.hua.t, se hablaba no solamente en las tierras altas del Mexico central, sino tambien en el sur de Guatemala, El Salvador, Nicaragu a y Costa Rica. Aun en otras zonas lingii.isticas encontramos toponim icos me xicanos; por ejemplo, predominan en la region de los zapotecas. El desmem bramiento y la extension de los pueblos de habla nahuat se realizaroi: J. ya en epocas prehistoricas. Hay muchos datos que indican que sus migracio nes se llevaron a cabo en direccion de norte a sur. La segunda gran familia lingii.istica de tierra firme se integra con las lenguas mayas, que se subdividen en mas de veinte idiomas diferente s. El idioma maya propiamente dicho 10 hablan los indigenas de Yucatan . Con este territorio lingii.istico, maya en el sentido estricto de la palabra, colindan otras regiones de pueblos afines, a los que pertenecen los quiches, cakchiqu e les, tzeltales, etc. Los huaxtecas, en el norte del estado de Veracruz , consti tuyen una region aislada de habla maya. Dentro del territorio de estas grandes familias lingii.isticas existen otras unidades lingii.isticas menores que se consideran como grupos aislados 0 cu yas afinidades can otras lenguas no han podido averiguarse todavia. A ellos pertenecen entre otros los tarascos, los totonacos, los zapotecas y los mijes del sur de Mexico. En el sur de 1a America Central existen tambien tribus que tienen afinidades lingii.isticas con Sudamerica. La evolucion de la economia y cultura de los grupos indigenas se ha rea lizado en una forma totalmente independiente de sus parentescos lingiiistic os. Los indios de 1a Baja California y del norte de las tierras altas de Mexico no conocian los cultivos, sino que vivian de la recolecci6n de vegetales y de la caza y pesca; sin embargo, para la gran mayoria de la poblacion indigena el cultivo de vegetales constituia la base de su vida. En algunas regiones, sus metodos de cultivo habian alcanzado tan alto nive! que causo la admirac ion de los conquistadores europeos. Eran muchas las plantas cultivadas por los indios y su cultivo debe datar de epocas muy remotas, porque parece que ya no exis ten en estado silvestre las form as primitivas de algunas de elias. Contras tan do con las Antillas y las regiones tropicales de la America del Sur, donde la
HABITANTES Y FORMAS CULTURALES
52S
yuca formaba la base de la alimentacion, en tierra firme era el maiz la prin cipal planta cultivada, de la que ya se conocian infinidad de variedad es. El tamafio de las mazorcas oscilaba entre 3 y 35 centimetros, y el tamafio y el color de los granos variaba extraordinariamente. En la altiplanicie del sur de Mexico se conocian mayor numero de variedades. Las teorias sobre el origen de maiz divergen considerablemente. Tal vez sea el teocintle (Enchlae na mexicana), una mala hierba mexicana, que es desconocida en Sudame rica, la forma primitiva. Un gran numero de variedades de cuatro especies dife
~CULTIVO DEL MAIZ COMO BASE DE "A ECONOMIA @CUL~ IVOS,OCASIONALES DE RECOLECTORfS M,HV,
Fig. 91. Extension del cultivo del maiz entre'los indios de Mexico y en las regiones vecinas, segun R. L. Beals.
rentes del frijol (Phaesolus vulgaris, multifloTUs, lwnatus 'j acutifoli us) se cultivaban casi en todas partes, de igual mooo que los tomates, las calabazas , los pimientos y e! algod6n. En la tierra caliente se daban el cacao, el achiote (Bixa orellana), la pifia (Ananas sativus), el aguacat~ (Petrsea drymifol ia y P. americana) y el arbol frutal mas comun de las regiones tropicales de Ame rica, la papaya (Ccvrica papaya L.). El genero de las anonas se cultivaba en diez variedades, de las que la Anona cherimolia era la mas conocida . Igual mente apreciados eran los frutos dulces de los zapotes (famila de las Sapota
526
AMERICA CENTRAL: EN CON]UNTO
ceas}. En las regiones calidas del sur de Mexico y en Guatemala se cultivaba el nispero 0 chico zapote (Achras sapota), asi como el mamey zapote (Lucu- rna mammosa), que tambien se da en tierra caliente. Otros arboles frutales rouy comunes eran el guayabo (Psidium Guayava L.) y el iocote (Spondia s mombin ), una anacardiacea. Hasta alturas de mas de 3,000 metros sabre el nivel del mar se cultivaban las granadillas, que es el nombre de varios re presentantes de las Passifloriaceas. Ademas, los indigenas recolectaban tam bien los frutos de numerosos arboles silvestres. Las opuntias, a las que se les da el nombre de tunas, y las cereoides que se Haman pitahayas, son' antiguas plantas mexicanas cultivadas de igual modo que las agaves. En la tierra fria,
del Agave atrovirens 0 maguey se extraia el zumo, que se transform aba, por
medio de la fermentacion, en el pulque. De otras agaves, especialmente de Agave tequila, se preparaban tambien bebidas fuertemente embriagantes. En las regiones calidas de Yucatan se cultivaba la agave sisal, para aprovech ar su fibra. En cambio, antes de la Hegada de los europeos, la papa era desco
nocida tanto en Mexico como en la America Central. El metodo de cultivo de la tierra variaba mucho en las distintas regiones. Por 10 regular, se desmontaba un terreno para la siembra y se Ie abandon aba tan pronto como el suelo quedaba agotado. Los utiles mas importantes eran pequefias hachas de piedra, palos para cavar y azadas de hoja triangula r, cuyo
nombre era eoaueatl 0 eoa (fig. 108). Despues de la roza se quemaba el terre no y se sembraba sin limpiarlo ni antes ni despues, de suerte que se trataba de un cultivo sin otra herramienta que el palo de cavar. En algunas regiones los indios se contentaban con quemar simplemente la maleza durante la tem porada de sequia, sin talarla siquiera; despues sembraban el maiz entre la broza quemada, aprovechando 1 0 primeras lluvias, y asi la mata del mail creela con mayor rapidez que lOb renuevos de arbustos que brotaban de las ralces de los destruidos. Despues de algunas cosechas, el campo se abando naba, dejando que volviera a extenderse el monte. A fin de cuentas, la re
petida quema de la vegetacion agotaba el suelo de tal manera que la sucesion normal de asociaciones vegetales resultaba imposible, y p~r largo tiempo solo crecfa maleza en vez de monte alto. En tales casos el suelo ya no servia tampoco para el cultivo. Por consiguiente, estos metodos, si seguian emplean dose, podian provocar, no solo la ruina de los cultivadores, sino tambien , por largos pedodos, el ern,., ;oramiento del pleno desarrollo natural de la vegeta cion. Evidentemente, la evolucion cultural ha recorrido en grandes zonas del Nuevo Mundo fases muy distintas que las que tuvo, por ejemplo, en el sur de Alemania. Mientras que en este ultimo territorio, segun las investiga ciones de Gradmann, se cultivaban primeramente plantas de origen estepario , en regiones sin vegetacion arborea, el cultivo parece haber nacido en el Nue vo Mundo principalmente en regiones boscosas. Lo mas acertado es buscar la razon de este fenomeno en la circunstancia de que las plantas de mas impor 0
HABITANTES Y FORMAS CULTURALES
527
tancia cultivadas en e1 Nuevo Mundo eran de origen boscoso. Cuando el suelo llegaba a tal grado de agotamiento. que los cultivos ya no prospera ban,
1a cultura que se basaba en ellos tenia que sucumbir. Sobre el antiguo sue10
cultivado solo se desarrollaba una vegetacion raquitica, matorrales 0 simple
mente herbaza1es. Pero para e1 1abriego que trabaja unicamente con la azada la siembra en los matorra1es 0 herbazales resulta sumamente dificil; usando la azada como arado es preferible romper la capa de cesped en terrenos de pra deras. Los indios no podian arar por carecer de animales de tiro, ni podian aprovechar las praderas como tierras de pastoreo por no tener ganado de nin
guna clase. Por consiguiente, las tierras desmontadas no eran el punto de
partida de una evolucion cultural sino que, al contrario, frecuentemente eran la ultima etapa de una cultura decadente. Bajo condiciones de vida que permiten el aumento de la densidad de poblacion, en ciertos territorios, el cultivo exhaustivo del suelo tiene que aca bar par producir hambres, obligando a la migracion. Donde la densidad de poblacion es muy baja y se dispone de tierras en abundancia, los campos de cultivo acaban por estar muy distantes de las poblaciones. Para aprove -char suelos ricos hay que hacer los desmontes frecuentemente en lugares que distan muchos kilometros de los pueblos. El transporte de la cosecha repre
senta entonees una parte importante de las labores y el campesino se ve obli
gada por fin a trasladar su morada cerca de los cultivos. Es posible que mu
chas de las migraciones prehistoricas puedan explicarse por este sistema primitivo de los cultivos exhaustivos. Se encuentran con frecuencia restes de antiguos cultivos y hasta plantas de cultivo degeneradas en bosques deshabi tados y aun en selvas lluviosas tropicales que se talan para sembrar platano. Es posihle que no haya n, A"1 Mexico ni en la America Central bosques de
alguna extension que representen los resultados de un desarrollo natural
ininterrumpidoj al contrario, es de suponer que el hombre ha interven ido, en
el transcurso de los tiempos, por todas partes, en el desarrollo natural y que el \ genuino estado unal de 1a capa vegetal constituye una rarISlma excepeio n. El hecho es que con frecuencia puede comprobarse que regiones esteparia s se extienden muy adentro de zonas potencialmente boscosas. En muchos ca~J sos la existencia de praderas de herrazales 0 matorrales, as! como de bosques secanos, se del:- _ a las intromisiones ininterrumpidas por parte del hombre. Al lado de la forma seminomada de cultivo con el palo de cavar, se ha bia desarrollado tambien en regiones fertiles, a las que principalmente per tenecen las recientes capas volcanicas de la tierra templada, otra forma de cultivo que hacia posible sembrar los mismos campos durante siglos. Estos suelos se labraban y cultivaban cuidadosamente. Aunque se desconoc ia el abono, se practicaba la rotacion de frijoles que acumulan nitr6geno , y de maiz (los dos productos base de la alimentacion) y de esta suerte el cultivo continuo resultaba posible l'''r largos perfodos. Cuando a pesar de este me
528
AMERICA CENTRAL: EN CON}UNTO
todo disminuia Ia fertilidad del suelo, se Ie dejaba descansar por breves pe dodos, sin permitir una regeneracion tan completa de la vegetaci
on que fuera necesario desmontarla 0 quemarla. En las laderas de los cerros se construi an terrazas para estos campos en los que, sin descanso, se alternaban los cultivos. En muchas regiones de la America Central y Mexico se hallan tales terrazas, que solian sostenerse por medio de muros de piedra, aunque no tan bien construidas como en el Imperio incaico, donde los cultivos en terrazas habian alcanzado un alto grado de perfeccion. Para esta clase de cultivos intensivo s era naturalmente indispensable el conocimiento del riego, especialm ente en la altiplanicie de Mexico. Para cultivar los campos se procedia de varias maneras. En ciertos casos, cada una de las familias preparaba un pedazo de terreno para su provecho exclusivo, ampliandolo despues por medio de nuevas rozas segun sus necesi dades, y en otros casos varias familias desmontaban un terreno boscoso man comunadamente, repartiendose despues las nuevas tierras de labor; de esta manera se formaban muchos pequenos campos con diferentes duenos, sistema que tiene cierta semejanza con la distribucion de los campos segun su calidad, dentro de un distrito determinado, como 10 hadan los antiguos germano s. El trazado de los poblados dependia enteramente del sistema agrario. A los campos indivisos que eran explotados por una sola familia correspo ndian los ranchos aislados. Segun este sistema, los quekchi, mijes, una parte de los zapotecas y otros pueblos vivian asi por familias, dispersos en todo su territo rio. Los aztecas, en cambio, acostumbraban a vivir en aldeas 0 aglomera ciones irregulares de casas. Parece que habia cierta relacion entre la formacio n de aldeas 0 aglomeraciones de casas y Ia situacion dispersa de los campos. En al gunas regiones Ia subdivision de los terrenos habia lIegado a un grado tal que era preferible para el aldeano vivir en el pueblo, puesto que no habra otro lugar mas cercano de sus terrenos dispersos. Solamente en algunos casos en que los aldeanos sin tierras propias lograban desmontar un nuevo terreno indiviso lejos de su aldea, se llevaba a cabo ocasionalmente la formacio n de una colonia, que consistia en una serie de ranchos aislados que se entregab an a las familias emigradas. Sin embargo, era 10 mas corriente que grupos de campesinos procedieran a fundar nuevos pueblos. En tales casos se formaba, lejos de otro ya establecido, un nuevo poblado con casas aglomeradas, alre dedor del cual estaban los nuevos campos fraccionados en fajas angostas . En las inmediaciones de los pueblos que, por su situacion, se encontraban ex puestos a los asaltos de tribus enemigas, habia frecuentemente sitios apro
piados con fortificaciones, donde los aldeanos podian refugiarse en caso de peligro. Muchas veces los pueblos credan a tal punto que llegaba a produ cirse una diferenciacion social entre sus habitantes. A pesar de que la gran masa de la poblacion seguia logrando su sustento por medio de los cultivos, ya habia muchos hombres que profesaban las artes mecanicas de una manera
---
--- ----)- ----
HABITANTES Y FORMAS CULTURALES
529
muy especializada. Algunos pueblos llegaron a especializarse en ciertas peque nas industrias con las que abastedan regiones situadas mucho mas alIa de los confines de su tribu; de suerte que habia pueblos de tejedores 0 alfareros , mientras que en otroS se produda n utiles de piedra, esteras, mantas de plu rna, etc. De esta manera ya se iniciaba la evolucion hacia la formacio n de
ciudades. Esta tendencia de las multitudes a la agrupacion en grandes ciu
dades fue frecuentemente causa de graves reveses en tiempos precolom binos.
A la lIegada de los espanoles, numerosas ciudades mayas ya habian desapa
recido bajo la espesura de las selvas tropicales, y el espIendoroso centro cul
tural de Teotihuacan, en el Valle de Mexico, estaba en ruinas. Pero tam
bien en la epoca de la conquista fIorecieron grandes ciudades, como, por
ejemplo, Tenochtithln, el Mexico actual, que con una poblacion de 300,000
almas aproximadatnente muy bien podia resistir la comparaeion con las gran
des ciudades europeas de la epoca. En estas ciudades tambien las artes ha
bian aIcanzado, al lado de las actividades de los artesanos, un alto grado de perfeccion. No solo se tallaban piedras semipreciosas como la turquesa 0 el jade, sino que se fundian y templaban metales como el cobre y el oro. Sin I embargo, la aleacion del bronce, que ya se conoda en el Imperio incaico, era desconocida aun de los indios de la America Centra!' En todas partes se r usaban todavia utiles y armas de piedra, y especialmente las herramie ntas de \ obsidiana estaban tan bien trabajadas que no resultaban muy inferiore s a Ills) de metal. Ya las ciencias habian comenzado a desaaoUarse sobre bases' fir meso Tanto los mayas y aztecas, como otros pueblos, tenian su lenguaje culto, i se dedieaban a estudios astronomicol> y poseian su propia cronok," ·,. La: y el arte ornamental de muchos pueblos mexicanos no tenian rivales en ninguna parte del Nuevo Mundo. J La influencia europea sabre el paisaje indig0M. Aunque la cultura de: los indios habia aJcanzado altos niveles de perfeccionamiento, sus armas eran muy inferiores a ius de los europeos. Sus armas defensivas faHaban frente a las armas de fuego, espadas de acero 0 lanzas, y los caballos de batalla y lOB perras de presa daban a los europeos una superioridad irresistible. Contra la armadura de los espanoles las armas ofensivas de los indi·.': resultaba n inefi caees. Lo unieo que podia infundir miedo a los conquistadores eran las fIe chas envenenadas de los caribes y por eso se abstuvicron de aduefiarse de las Amillas Menores, donde ademas sabian que el botin habria de ser escaso. Por otro lado, en tierra firme muchos de los pueblos estaban enemista dos en
tre si, circunstancia que brindaba a los espanoles ia oportunidad de ganarse
numerosos aliados. De esta manera los tlaxcaltecas, enemigos jurados de los
aztecas, llegaron a hacerse valiosos amigos de los espano]es, y los cakchiau eles de Guatemala pidieron ayuda a los espafioles contra sus enemigos y pariemes , los quiches. En tales circunstancias la resistencia de aquellas tribus que se
I
arquite~tura
I
530
AMERICA CENTRAL: EN CON]UNTO
distinguian por su excelente espiritu guerrero y su abnegacion, tenia que derrumbarse en poco tiempo. Como primera consecuencia de la conquista por los europeos, se produjo un enorme descenso de la poblacion indigena, cuyas causas eran debidas a varias circunstancias imprevistas. Enfermedades contagiosas que los espano les introdujeron, especialmente la viruela, escarlatina y sarampion, causaron enormes estragos entre los indios. T ambil!n enfermedades del pais mismo, como el paludismo, fueron propagadas por los espanoles mucho mas alla de sus focos originales de infeccion. A esto se agregaba la intromL'on de los es pafioles en el sistema economico de los aborigenes, al repartir inmediatamen te despues de la conquista las mejores regiones del pais y los indios que vi vian en elias, entre los viejos soldados, bajo el titulo de "encomiendas" 0 "repartimientos". Por todos los lugares donde los encomenderos obligaban a sus indios a trabajar en plantios 0 minas, es decir, a ocuparse en faenas a que no estaban acostumbrados, estos morian por millares, contribuyendo mucho el trato innecesariamente cruel que se les daba y que los llevaba a la des esperacion. Aunque los informes que Bartolome de las Casas presento en el ano de 1542 en su Brevisima relacian de la destruccion de las Indias al emperador Carlos V hayan sido exagerados, la situacion era en realidad desastrosa. En Cuba y Haiti la presion inaudita de los blancos llevaba final mente a los indigenas a suicidarse en masa. En aldeas enteras la gente marti. ri:o.da has(8 10 ultimo se reun!a para celebrar una fiesta de despedida y ahorcarse 0 e:wenenarse despues. La situacion fue peor en las Antillas, don de los esclavos negros tuvieron que reemplazar muy pronto a la yo. extinguida poblacion indigena. Las condicionc< de vida eran un poco mejores en el con tinente, especialmente en las regio!les donde no se obligaba a los indios a c:lmbiar su modo de vivir acostumbrado 0 donde no se les exigia mas que trabajos forzados de pocas horas. De esta manera una parte de la antigua poblacion pudo sostenerse, y esta es la que todavia hoy constituye la gran mayoda. Algunos de los grandes pueblos han logrado conservar su raza pura y tambien las lenguas siguen hablimdose en gran escala, especialmente entre la poblacion rural. S610 el maya 10 hablan todavia mas de 300,000 indios. Esto no obsta para que la influencia cultural europea haya penetrado en las tribus que han log-~ 10 conservar su raza y su idioma. Su indumentaria ha cambiado considcrablcmente, sustituyendo el calz6n y la camisa al tapa rrabos de los hombres, y agregandose la falda europea 0.1 huipil sin mangas de las mujeres. Pur todas partes se han introducido los animales domesticos europeos y la ganaderia se ha asociado a la agricultura. Pero, en cambio, has ta hoy los indios no han aprendido todavia a utilizar el estiercol en sus ago tados campos. EI abono, que en Europa es desde tiempo inmemorial una de las conquistas esenciales de la agricultura, es casi desconocido entre los indios de la America Central. Nuevas r' _,.::L ,'~ cultivo han sido importadas y los
HABITANTES Y FORMAS CULTURALES
531
metodos agricolas se han perfeccionado. Por todas partes se yen ahora ha chas de acero en vez de las pequefias hachas de piedra, con 10 cual se ha contribuido a aumentar la destruccion de los bosques. El cultivo con el palo de cavar no ha desaparecido por completo, pero, donde las condiciones del terreno 10 permiten, el arado 10 ha reemplazado totalmente. En todas las zonas, donde los espafioles dejaron a los indios en posesion de sus tierras, el antiguo aspecto de los campos se ha conservado, inclusive los nombres de los lugares indigenas. Un nuevo reparto de las parcelas, que parece indispensable en la region, no se hallevado a cajo todavia. Los pue blos de formacion compacta de los indios se han conservado en gran parte, a traves de los tiempos de 10. colonia, hasta eI presente, pero dondequiera que los indios vivian en predios aislados, las autoridades coloniales procedie ron a juntarlos a principios del siglo XVI en las llamadas "reducciones". Para facilitar la conversion de los indios y poder imponerles mayores contribucio nes, se obligaba en aquel entonces a las tribus que vivian dispersas a trasla darse a unos cuantos pueblos grandes. No tuvo exito en todas partes esta medida, y much as tribus volvieron a dispersarse tan pronto como la presion oficial disminuyo con el tiempo. Tenochtitlan, la ciudad mas grande, fue arrasada con todos sus edificios publicos, sus templos y piramides, para levan tar sobre sus ruinas Mexico, la nueva capital. (fig. 101). La colonizacion europea. Mientras que, por un lado, 10. llegada de los espafioles se tradujo en un enorme cle.ccenso de la pobbcion indigena, por el otro, la inmigraci6n europea no ofrecio mas que una comrensacion muy insu ficiente. A fines del sigJo XVI, no vivian en Mexico y la America Central mas que alrededor de 25,0(11' J..,lancos y otros tantos negros, frente a las cuaIes habia, conforme a un calculo de Karl Sapper, de 17 a 19.000,000 de indios. Aunque este calculo parezca excesivo, la gran mayoria estaba constituida, de todos modos, por la poblaci6n indigena de tierra firme, situacion que en parte ha seguido prevaleciendo hasta eI presente. Sin embargo, allado de los indios, los mestizos ganarori- poco a poco en importancia. Solo en Costa Rica -el estado centroamericano con menor numero de habitantes- la masa de la po blacion se compone de blancos. En las regiones de la costa del Atlantico, negrOS y mulat('o IOn numero considerable se han establecido entre los indios y blancos. PrincIpal mente en la primera mitad del siglo XIX, estas costas brin~ daban un refugio seguro a los esclavos negros que lograban evadirse de las Antillas. Despues, en el siglo XX, siguieron inmigrando muchos negros para bus car trabajo en las pJantaciones de pL~tano. En las Anrillas, los negros forman el elemento predominante de la pobJacion, y en las posesiones fran cesas e inglesas, el pequeno estrato superior de blancos pierde de dia en dia importancia. Solo en Cuba y Puerto Rico, los elementos blancos predominan, segtm la.o estadisticas que, s' __'n::·''5o, no son muy seguras. Estas dos islas,
HABITANTES.Y FORMAS CULTURALES 532
533
AMERICA CENTRAL: EN CONJUNTO
que permanecieron en poder de Espana hasta el ano de 1898, son todavia hoy dia la meta de muchos inmigrantes de la madre patria. Al igual de todas las otras potencias coloniales de aquella epoca, Espana administraba sus posesiones de ultramar conforme a principios mercantilistas. La metr6poli tenia en sus manos el monopolio del comercio con las colonias que se explotaban despiadadamente. En el ano de 1503, se dio a Sevilla el privilegio de fungir como unico puerto de salida 0 entrada; pero debido a la perdida de la "Armada" (1588), resultaba cada dia mas dificil evitar que se acercasen los piratas y principalmente los contrabandistas a las colonias espanolas. Ademas, los espanoles nunca habian tenido completamente en su poder las AntiIlas Menores, que carecian de metales preciosos y donde vivian los caribes, peligrosos por su espiritu guerrero. Lo mismo puede decirse de las selvas lluviosas de las costas atlanticas de tierra firme, cuyo clima no era pro picio para la colonizacion. En dlchas regiones comenzaron entonces, a prin cipios del siglo XVII, a establecerse franceses, holandeses, daneses, ingleses, asi como tambien suecos y brandeburgueses. A mediados del siglo XVII, los fran ceses tenian ya colonias en las islas de San Cristobal, Montserrat, Haiti, T or tuga, Guadalupe, San Martin, San Bartolome, Santa Cruz, Los Santos, Maria Galante, Santa Lucia y Granada. AlH cazaban ganado mostrenco y estable dan grandes plantaciones de tabaco y cana de azucar. Simultaneamente con ellos se establecieron los ingleses, primero, antes de la l1egada de los france ses, en San Cristobal (1623) y al ano siguiente en BarbCldus, asi como hasta 1672 en Nevis, Anguilla, Barbuda, T ortola y Antigua. De;de 1629 hasta 1641 existio en Providence una colonia puritana, que fue destrufda por los espa noles. En 1655, los ingleses conquistaron Jamaica y la Isla Caiman; en 1666 fundaron New Providence en las Islas Bahamas. En los uitimos anos del siglo XVII, la Darien Company, de nacionalidad escosesa, trato de establecer una colonia en ellado atUmtico del istmo de Panama, desde donde una nueva carretera interoceanica debia facilitar el trMico entre Europa y Asia. Los in gleses se establecieron sobre la costa del territorio que hoy dia ileva el nombre de Honduras Britanica, y en la Costa de Mosquitos. En sus colonias an tillanas, los inglese,s se dedicaban, de igual manera que los franceses, a la explotacion de plantaciones donde trabajaban esclavos negT-JS. Pero, al mismo tiempo, estas colonias servian tambien como puntos de apoyo para contra bandistas y piratas. De una manera muy parecida, los holandeses se estable cieran en Saba, San Eustaquio, San Martin y Cur8J;:ao. Los daneses se pose sionaron de una parte de las Islas Virgenes, donde, en 1682, tambien los brandeburgueses fundaron una factoria en Santo Tomas. Lns posesiones anti Hanas de Espana ya habian quedado reducidas, en Ja segunda mitad del siglo XVll, a Cuba, Puerto Rico, el este de Haiti y Trinidad. Finalmente, los ingleses ocuparon tambien, hacia fines del siglo XVEl, 13 isla mencionada en ultimo lugar, la cual les fue adjudicada definitivamente en el Tratado de
Paz de Amiens (1802). Como se observa, fueron muy diversas las influen das culturales que se hicieron sentir, en el curso de los siglos, en cada una de las islas antillanas, 10 que se manifiesta hoy dia par el hecho de que los negros antillanos hablan en parte espanol, en parte frances a ingles. En tierra firme, la influencia cultural espafiola siguio preva!eciendo, especialmente en las regiones mas valiosas y de mayor densidad de poblacion. La region norte ) hasta el istmo de Tehuantepec en el sur, formaba, can Yucatan, el virreinato de Nueva Espana; la mayor parte de Centroamerica y la provincia de Chia pas, juntos, se llamaba Capitania General de Guatemala, mientras que la ( actual Republica de Panam:'! pertenecb al virreinato suramericano de Nueva! \ Granada. En el siglo XIX se liberto del dominio europeo una gran parte de las re giones situadas alrededor del mar mediterraneo americano. Ya durante la revoluci6n francesa, les negros de Haiti consiguieron su independencia y for maron una republica. Despues, en el ano de 1810, dio principio, con el "Grito de Dolores", la guerra de independencia. Muy pronto, la insurreccion se hizo extensiva a las provincias septentrionales de Nueva Espana, donde los insur gentes recibian toda clase de ayuda de parte de los den;.ocratas de Estados Unidos, aunque no solaFnente por motivos de puro idealismo. Verdad que el presidente norteamericano Madison favorecio la revoluci6n en Baton Rouge, pero tan pronto com,' Ljut,J6 constituida la republica, mando ocupar la Flo rida Occidental. Una "liberacion" muy semejante tuvo que sufrir la Florida Oriental, porque este territorio no tardo en verse ocupado por Estados Uni dos. Tambien Texas fue "libertado" por una fuerza militar enviada por EstadQs Unidos, pero esta provincia fue reconquistada por los espanoles. Hasta 1821 no lograron los insurgentes deponer al virrey de Nueva Espana. Mientras que Mexico no pudo obtener su independencia sino despues de encarnizadas luchas y mediante la perdida de partes de su territorio, ~ ~a logrQ separarse pncificamente de la metropoli en el ano de~ ~or breve tiempo al imperio mexicano que acababa de fundarse. Pero ya en el ano de~s provincias unidas de Centroamerica formaron una republica, aunque sin Chiapas que se incorporo a Mexico. Panama si guio perteneciendo a Nueva Granada despues de las guerras de independen cia. Como se ve, igual que en Suramerica, as! tambien aqui, las subdivisiones administrativas de la epoca colonial sirvieron de base a la reorganizaci6n po litica de tierra firme en el siglo XIX, y mas tarde, la ~ ,;:?erica se ~ otra vez, en el afio d~ en los cinco Estados indepen dlentes de Guatemala, EI Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, cuyas fronteras correspondian con las de las provincias de la Capitania General en tiempos de la Colonia.
AMERI(,.A CEN1RAl: EN CON]UNTO
534
Aunque Ia antigua Nueva Espana habia surgido de las guerras de inde pendencia con el territorio mas extenso bajo el nombre de Mexico, tuvo que enfrentarse con el vecino 'mas peligroso, los Estados Unidos. Adem as, su capacidad de defensa contra ataques exteriores, se vic grandemente deb ili tada por luchas internas que, en parte, tenian por causas la forma de gobierno y la organizaci6n social, pero que, ademas, se entablaron a causa de las am biciones personales de una multitud de lideres, de los que, unos 50 gober naron el pals en los primeros 30 anos de su independencia. De esta manera, no era posible evitar Ia perdida de partes del territorio. En el ano de 1836 se independizo Texas que fue anexado por Estados Unidos en 1845. En la guerra que estallo a raiz de este acontecimiento, tropas de Estados Unidos desembar caron en Veracruz y ocuparon la capital de Mexico en el ano de 1847. En el Tratado de Paz de Guadalupe Hidalgo (1848), Mexico tuvo que ceder el te rritorio de los actuales estados norteamericanos de Nuevo Mexico, Utah, Nevada, Arizona, California y parte de Colorado. En 1853, las fronteras de A;'izona y Nuevo Mexico fueron transpuestas, en virtud de la Gadsden Pur chase (Compra de Gadsden), del rio Gila a la linea actual. De esta manera, la frontera politica entre Estados Unidos y Mexico, que corresponde a una muy bien definida linea divisoria geografico-cultural, quedo fijada hasta el presente. De nuevo se hicieron intentos para someter a Mexico al dominio europeo. cuando el archiduque austriaco Maximiliano constituyo, con la ayuda de Napoleon III y los conservadores-clericales mexicanos, el segundo imperio mexicano en el ano de 1863. pero tan pronto como el ejercito frances que Ie apoyaba, abandono el pais L __ el ano de 1867 bajo la presion de Estados Uni dos, el efimero imperio se desmoronc. Juarez, un indio zapoteca de raza pura, asumi6 el gobierno de la restaurada republica. En el ano de 1876, Porfirio Diaz llego a la presidencia bajo el lema de: "No reelecci6n", pero despues se hizo reelegir siete veces consecutivas, de suerte que tuvo en sus manos las riendas del gobierno hasta el ano de 1910. Bajo su regimen, el pais qued& pacificado, en el se establecieron numerosos extranjeros y se invirtieron gran des capitales, se construyeron ferrocarriles y se dieron nuevos impulsos a la minerfa. Simul,':,}eamenre, Ins latifundios siguieron extendiendose, de modo que las masas de la poblacion mestiza e indigena carecian cada vez mas de tierras laborables. Finalmente, Porfirio Diaz tuvo que retirarse debido a un movimiento social y revolucionario que condujo a un periodo de numerosas guerras civiles de mayor 0 menor envergadura. Mucho mas tiempo que en tierra firme, se sostuvo el dominio de Espana en Cuba y Puerto Rico. Pero, en estos ultimos restos del gran imperio colo nial hispano-americano, 100 o~tadounidenses lograron posesionarse en gran
IrJ'ycll/'!,N~Ci.(j /.a?l'/f.,5
_l>
;(1://0"'/,16.)
eNT
f)v
11/[
I'Q)ri(
t//-1~1 A tA
P177;V~.)ljfto/ CA()..MIA51«J
CiI\/'7I!.t!{,
TlC~,A:
y
0,
0 0 N
« "'" =:)
Gl if)
w
Q ~ Q
is ?
:> u.
0
7J
I1l
i"' ""'
« !l.
H
«
01
..;.
w
l-I.o
..J Ul
I
~
:J I I I I
Q
«
0
is
z :> "
0
cr
~ , 0 tienen desagile por ningtm lado como, por ejemplo, antiguam ente el Valle de Mexico. En estas cuencas el agua que baja de las serranias cercanas se acumula subterraneamente en las capas sueltas de materiales de acarreo y, saperficialmente, en lagos de poca profundidad. En muchos lugares el agua suhemi nea vuelve a aflorar en manantiales, parcialmente bajo presion, como los que proveen de agua potable a la ciudad de Mexico. La extension de los lagos en el Valle de Mexico se ha reducido considerablemente bajo la influen cia del hombre. En llna carta del ano de 1520, dirigida al emperad or Car
-----~--,
-
'---'
619
los V, Cortes habla de dos lagos "que casi cubren todo eI valle". En tiempos prehispanicos los aztecas solian reglilar el nivel de las aguas por medio de canales y diques; los espafioles continuaron estos trabajos, pero en primer lu gar comenzaron a desaguar eI valle mediante un tajo en las rocas, 10 que dio motivo a que se dividieran las aguas en cinco lagos, CLlYOS nive!es estaban escalonados con seis metros de diferencia. Todos estos lagos tenian muy poca profundidad y su extension fIuctuaba segUn la estacion del ano. Solo debido a la circunstancia de que se acumulaba en ellos parte de! agua subterra nea, tambien tenian agua en la temperatura de sequia y el agua era salada en el
lago de Texcoco y dulce en los de Chalco y Xochimilco. En el ano de 1900, V bajo e! gobierno de Porfirio Diaz, se Termine la construccien del Canal de Desagile que conduce las aguas del lago de Texcoco, es decir, del de mas bajo niveI, fuera del valle, a traves de un tune! de diez kilometros de longitud , que atraviesa la serrania de Xalpan. Desde entonces este lago esta seco en su mayor parte y su antiguo vaso de agua salada es una mancha esteril en el
valle de la que el viento levanta enormes nubes de polvo durante la tem
porada de sequia.
La capa vegetal orginal del fondo de las cuencas no es posible recons
truida con los pocos datos de que disponemos hasta ahora. Donde quedan
sin cultivar las tierras de menor altura en el Valle de Mexico se desarrol la
solamente una escasa vegetaci6n de arbustos y cactaceas, que se ajusta a la sequedad, y cuyo caracter es determinado probablemente no solo por el eli rna, sino tambien por la porosidad de los sedimentos volcimicos sueltos del subsue!o. Mas si se toman en cuenta los restos de las antiguas arboleda s de ahuehuetes (Taxodi um mucrona tum), el climax de la actual vegetaci on de IOS"6uelos de la cuenca parece dudoso. Ejemplares aislados de estos arbo les se encuentran en diversos lugares del Valle de Mexico y conjunto s mayo res existen en e! Sacromonte, cerca de Amecameca y al pie del Popocat epetl. Aunque es cierto que los antiguos ahuehuetes de Chapultepec viven gracias un sistema especial de riego. El desagile de! Valle de Mexico por el hombre ha influido sobre las condiciones naturales de las aguas subterrimeas y, por consiguiente, sobre la capa vegetal. Las serranias de la Meseta Central estan cubiertas en sus laderas de pinares mezclados con encinas. Ya no es posible fijar el limite inferior de los bosques, porque los desmontes 10 han hecho emigrar hacia arriba. En el Po pocateped los pinares no suben mas que a 3,000 metros, mientras en el Iztaccihuatl los alerces crecen todavia a una altura de 4,000 metros sobre e! nive! del mar. En los volcanes de mayor altura se extiende arriba de los bosques una region de praderas alpinas en las que crecen tambien cactacea s. El paisaje indigena. de Ia Meseta Central va habra pasado por un lar guisimo periodo evoluth'o cuando la invadieron los espanoles. Ya no es posi ble distingu;" mas que las fases principaIes de esta evolucion del paisaje cul
1
620
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: ALTIPLANICIE CENTRAL
tivado. Los hallazgos arqueol6gicos de mayor antigiiedad proceden de una poblaci6n que ya conocia los cultivos agricolas. Algunos restos culturales per fectamente conservados han sido descubiertos debajo de la vieja corriente de lava que baja del Cerro del Ajusco y que, con un espesor de mas de 10 metros, cubre muchos kil6metros cuadrados del Valle de Mexico. No sabe mos si una poblacion nomada de cazadores y recolectores habit6 en este paisaje antes que esos cultivadores arcaicos. Lo cierto es que, al principio de la epoca colonial, solo el borde septentrional y la mayor parte de las tierras altas del norte estaban en poder de cazadores n6madas que recibian el nom. bre de chichimecas. Tambien las tribus aztecas originalmente formaron parte de estos cazadores, hasta que se establecieron definitivamente en el Valle de Mexico durante el siglo XIV.
huacan en el Valle de Mexico." Desde. que se dio principio, en el ano de 1921, a los trabajos de exacavaci6n y reconstruccion, esta antigua ciudad forma nuevamente, con sus enormes piramides, calzadas, patios y terrazas, una im presionante parte integrante del paisaje cultural. Cerca de la ciudad de Cuer navaca se encuentran, sobre una loma facilmente defendible, las piramides, terrazas y patios de Xochicalco, la "Casa de las Flores". La arquitectura de las ruinas toltecas de T ula, del estado de Hidalgo, muestran grandes afinida des con las construcciones mayas de Chichen Itza. Chohda, la ciudad sa grada de los toltecas, es conocida principalmente por su enorme pirnmide, que esta construida de adobes y cuyo volumen slipera can mucho al de la piramide de Cheops, aunqlle su altura sOlo Hega a 65 metros. T odas las citadas ciudades toltecas estan situadas en el extremo sur de la Meseta Cen-
No hay suficientes datos que permitan reconstruir el antiguo paisaje in digena que pudiera corresponder al horizonte cultural arcaico de Spirnden. Parece, sin embargo, que ya en aquellos tiempos remotos los indios vivian en pueblos. Su principal planta de cultivo era el maiz, cuya forma primitiva era probablemente una graminea que se da espontanea en el paisaje, Hamada teocirntli." La antigua poblaci6n ya conocia la ceramica y el arte de tejer, mientras que la mayoria de los utiles se hadan de piedra. Estos antiguos cultivadores fueron los que echaron las bases economicas para la posterior evolucion hacia una cultura superior. Sin embargo, estas civilizaciones indi genas no se extendian sobre vastos territorios, sino que solamente se desarro llaban en cuencas aisladas, donde lIegaban a su apogeo y de las que despues desaparedan. l'
621
Fig. 108. Tlaloc, el dios de la lluvia, trabaja con una coa en un campo de maiz. (C6dice Borgia, segun Seier)
EI mas import ante de los pueblos civiIizados de la Meseta Central fue el de los toltecas. Sus poblaciones ya adquirieron el caracter de ciudades y estas fueron las depositarias de su cultura, en cuyos albores el Nuevo Imperio Maya en el norte de Yucatan ya habia llegado a la cusp ide de su desarrollo. Es evidente que existieron relaciones entre ambas culturas y parece probable que los toltecas hayan aprendido, en muchos sentidos, de sus predecesores. De los toltecas proceden en primer lugar las grandiosas ruinas de T eoti
tral; sin embargo, ya en el ano de 1535 los espanoles encol1traron a una distancia de 700 kilometros mas al noroeste y no muy lejos de la actual ciu dad de Zacatecas, un conjunto de grandes edificios abandonados. Este sitio arqueol6gico, Hamado La QlIemada, tiene numerosas relaciones con la cul tura toLteca y era tal vez su puesto de avanzada mas septentrional. EI florecimiento de la cultura tolteca cae probablemente en los primeros siglos del segundo milenio de la era cristiana. Como conquistadores que eran (se sabe que exigian tributos a sus vecinos), los soberanos toltecas fun claron un imperio extenso, pero poco duradero; se desmorono ya a principios del siglo XIII, probablemente a causa de guerras civiles. Las magnfficas ciu dades quedaron des:ertas y sus palacios se derrumbaron, con excepcion de Cholula. Otras tribus se posesionaron del territorio de los toltecas; eran pueblos que anteriormente habian Hevado una vida n6mada en las zonas Iimftrofes
• Estudios recientes de Mangdsdorf y Reeves han demostrado que eI maiz actual des dende de un maiz tunicado silvestre, el cual debe haber tenido como antepasado a una antigua Andropogonacea. Esta Andropogonacea di6 origen en Sudamerica a la especie Zea mays y en Norteamerica al genero Tripsacum. EI tocintli (del genero Euchlaena) es un hibrido que corresponde a la zona botanic a de contacto (Mexico y la America Central) y que se desarroll6 en epocas recientes.
t Segun George C. Vaillant, quien la ha estudiado mas profunda mente, esta cultura es tepica del centro de Mexico (Distrito Federal, Mexico, Morelos y Puebla), par 10 que por su situaci6n debe ser lIamada cultum media. La cultura media es contemporanea de !a pre-mayance y de Ia de La Venta, y las tres en conjunto forman 10 que se llama Horizonte Cultural Arcaico.
• Estudios hist6ricos de Wigberto Jimenez Moreno y arqueol6gicos de Jorge R. Acosta, Hugo Moedano y Alberto Ruz han demostrado que la cultura teotihuacana es anterior a Ia tolteca y que Ia sede del imperio de este ultimo pueblo fue Tula, Estado de Hidalgo.
J
eLI.
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: ALTIPLANICIE CENTRA L
septentrionales, pero habia entre ellos tambien otros que ya eran cultivado - res. No se sabe hasta que grado se asimilaron a elIos los restos de la pobl a cion tolteca. Algunas de las tribu s fundaron las poblaciones de Texc ocD, Azcapotzalco, T enayuca, etc. En el ano de 1325 la tribu de los aztec as se fstablecio en Chapultepec, y en 1364 cambio su asentamiento a Tenocht itlan, posteriormente la ciudad de Mex ico. Desde entonces se inicio una epx a de un vigoroso desarrollo de muchas ciudades, especialmente en el Vall e de Mexico, donde se levantaron en med io de numerosas aldeas. Es de suponer que los invasores, al establecerse por primera vez en el amplio Valle de Mexico en el siglo XIV, vivieran por de pron to en pequenas aldeas. En estas comunidades rural es predominaba el mismo si3tema agrario que describere mas adelante al trata r de los zapotecos ('.leaSe pp. 66755). Las
sementeras estaban divididas en fajas angostas que pertenecian a diferente s duenos. Esta subdivision de los cam pos no aparece solamente en los codi ces mexicanos como simbolo general para indicar tierras cultivadas, sino que tam
bien la sefialan los mapas precortes ianos que se refieren a los confines de pue
blos (fig. 109). Si la subdivision exag erada de los campos obligaba a los habi tantes de un pueblo a permanecer unidos, la poblaci6n 'tenia que exte nderse enormemente en epocas de paz cuan do podia aumentar a sus anchas. De esta
manera se ofrecia la posibilidad, en las poblaciones mayores, para un des
arrollo cultu ral superior, y el ejem plo que sin duda dieron los superviv ientes
toltecas civilizados que habitaba n en elIas encontr6 hlcilmente imita dores.
Algunos de los pueblos que fundaron Jas tribus inmigradas alrededor de 1300
originaron magnificas ciudades, mien tras que [a masa de [as poblaciones re
tuvo su caracter rural. Cua ndo esta evolucion habia llegado a su apogee, los
espafioles se presentaron en escena. Muchos de sus relates nos describen el paisaje ind'''.ena tal como 10 encontrar on. La ciudad mas grande de la altiplanic ie era Tenochtitw.n, la residencia
del soberano azteca Moctezuma II (1502-1520). La ciudad estaba construid a
en Una isla rasa en medio del lago de Texcoco y, para ganar tierras, sus pobla
dores habian extendido zarzos, apoy ados en postes, sobre las aguas poco pro fundas, cubriendolos de tierra para sembrar en ella (chimampas). En vista de que la ciudad sufria grandes dano s por las frecuentes inundaciones, result6 necesario construir grandes diques, de los que uno impedia que las aguas s veinte afios siguientes, tambien las regiones mas septentrionales de la Meseta Central quedaron en poder de los espanole s.
Caltepec; de calli, cas" y tepec, cerro. Casa del cerro. lxtepec; de Ixtl!, obsidlana, y tepee, cerro. Cerro de obsidian,. Mixtlan: de mixtli, nube, y dan, lugar. Lugar de nubes. lxtlan.; de ix,lI, obsIdiana, y dan, lugar. Lugar de obsidian,. Petatkin; de petla, estera, y dan, lugar. Lugar de pet.tes.
Ademas de Tenochtitlan, tambien otras poblaciones habian crecido al grado de formar grandes ciudades, como Texcoco y Tla.:opan (Tacuba ) resi dencias de otras soberanos. Estas tres ciudades formaron en cierta epoca de su historia una confederacion en la que cada uno de sus miembro s gozaba de iguales derechos; perc, paulatinamentC', Tenochtitlan logro tener la su premacia. Al lado de las citadas poblacioncs, habia otras de gran extensio n, como Xochimilco, Chalco, Ixtapalapa y Cuautitlan. Entre todas ellas, Xo chimilco se habia dedicado con especial arte a los cuitivos de hortaliza s y
I
)
628
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA}ES
Despm!s de este periodo de conquista, la influencia cultural europea estaba asegurada y sin que pueda decirse que esta influencia haya dominado en for~ rna absoluta, no se puede negar que en poco tiempo produjo profundos cam~ bios en el paisaje cultural. La transformacion mas radical y mas rapida la sufrio la capital del im~ perio azteca, la gran Ciudad de T enochtitlan. Los espanoles habian extermi~ nado casi por completo la capa superior de los intelectuales y una gran parte de los habitantes habia sucumbido en la lucha. Los supervivientes habian tardado tres dias y tres noches en abandonarla. Despues, la vieja Tenochti~ dan, la ciudad mas populosa y extensa del Nuevo Mundo, fue arrasada, y en seguida comenzaron las obras para levantar la nueva Ciudad de Mexico. Donde antes estaban los grandes conjuntos de templos, se extiende ahora la Plaza Mayor 0 Zocalo, en cuyos costados se construyeron la catedral y el pa~ lacio del gobierno. Alrededor de este centro, se hizo el trazado de la ciudad con !iDeas rectas, conforme a la costumbre de la epoca, y se rellenaron la ma~ yoria de los canales con los escombros de los edificios aztecas. De esta manera. la nueva ciudad adquirio por completo el mismo aspecto que el que despues tuvieron tantas otras ciudades latino-americanas de la epoca colonial. Cierta~ mente, por mucho tiempo, el numero de sus habitantes no logro igualarse aJ de la Tenochtitlan indigena. En el ano de 1600, su poblaci6n llegaba ape~ nas a unas 15,000 almas, y en 1750 habia aumentado hasta 90,000 aproxima~ damente. Grandes fueron las calamidades que la ciudad tuvo que sufrir a causa de las frecuentes inundaciones, de suerte que se procedio, en el ano de 1535, a rodearla de un dique que, sin embargo result6 insuficiente y, a pesar de los trabajos que se emprendieron con posterioridad, despues de la gran inundacion del ano de 1604, la situacion se hizo tan insostenible que Feli~ pe III llego al extrema de dar la orden de traslado de toda la ciudad a los lomerios situados entre Tacubaya y Tacuba. Solo despues de repetidas su~ plicas de parte del Cabildo se logro que el rey desistiera de sus propositos y, en el ano de 1607, se comenzaron obras de gran extension e importancia con objeto de buscar una salida de las aguas hacia fuera del valle. Un canal abierto, el Tajo de Nochistongo (1607) conduda el agua en direccion al norte. En 1868, se inicio la ampliacion de estos primeros trabajos y posterior~ mente se construyo un canal que empieza en la parte mas baja del lago T ex~ coco para atravesar los lagos de San Cristobal y de Zumpango y comunicar las aguas del valle con el sistema fluvial del rio Panuco a traves de un tunel y del Tajo de Tequixquiac. Ahora ocupan semen teras y praderas los anti guos lechos de los lagos de agua dulce, pero el vaso del antiguo lago salado de Texcoco se llena de agua en la temporada de Iluvias, mientras que su suelo se cubre, en la temporada de sequia, con grandes eflorescencias salitrosas que impiden toda clase de labores agricolas. Se ha logrado con este sistema ar tificial de desagiie que el nivel de las aguas subrerraneas baje considera~
MEXICO: ALTIPLANICIE CENTRAL
629
blemente y los sedimentos sueltos del subsuelo empiezan a secarse y con traerse. Este fenomeno ha causado graves danos a los grandes edificios de la ciudad, porque bajo su peso, el suelo ha cedido varios metros. A pesar de que la Ciudad de Mexico tuvo que comenzar a desarroIIarse totalmente de nuevo bajo el dominio de los espanoles, su porvenir como ca~ pital de Nueva Espana estaba asegurado; las otras ciudades del valle pronto descendieron a la categoria de ciudades de poca importancia 0 de simples pueblos. T excoco, la antigua residencia de grandes principes, habia perdido ya las ocho novenas partes de sus habitantes 60 anos despues de la con quista y todas las otras ciudades indigenas corrieron la misma suerte. Sin embargo, por otro lado, surgieron otras ciudades nuevas, cuyc florecimiento
~
L .ii, Rotha
C"illo
M,nue/-'
Chuth. RulZ Miguel Ga(tla
Valcil1D V.uqu,s
PioOlJintf1
Uu.oS.rcia • JO :0 30 .. .\0 i\?'!e 110 " MID...
JO&f f/or"
--
Fig. 112. L'l distribuci6n de tierra en la antigua aldea azteca de Cuajimalpa (ellugar dand. se tala el monte) el ano 1929.
se debia al cambio de las condiciones generales del pais. A los pocos arios despues de la conquista, f'e dejo sentir la to'nveniencia de establecer una plaza fuerte como apoyo a medio camino entre el puerto de Veracruz y la capital, motivo por el cual se prvcedio, en el ano de 1532, a fundar una ciudad al este del Popocatepetl, sin tomar en cuenta las antiguas poblaciones indigenas de Tlaxcala y Cholula que estaban situadas en el mismo valle. Asi nacia Puebla de los Angeles, una ciudad de caracter netamente espanol, cuya po blacion habia llegado, en el ano de 1940, a 138,000 habitantes como capital del Estado de Puebla (1940: l.287,COO h.). En cambio, la cercana ciudad de Tlaxcala, capital del Estado del mismo nombre (1940: 220,000 h,), perdi6 toda importancia, quedando reducida a su decima parte, de modo que ahora
630
~"
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: ALTIPLANIClE CENTRAL
tiene apenas unos 5,000 habitantes. Lo mismo ocurrio con Cholula, cuyos ha bitantes emigraron para establecerse en Puebla, de Ja que solo dista unos 15 ki lometros. ]uzgandoJa solo por el numero de sus iglesias, puede uno formarse una idea de 10 populosa que esta antigua ciudad debe haber sido en los pri meros tiempos de la colonia. Mas hacia el oeste se fundo Guadalajara que, como capital de Nueva Galicia y sede de un obispado, crecio rapidamente. En el ano de 1943, esta ciudad tenia 230,000 habitantes, siendo la segunda de Mexico por su poblaci6n.
ocupo el primer lugar. Los metodos para beneficiarIos, eran no menos rudi mentarios que la misma agricultura de los espanoles. En el ano de 1524, se abrieron las primeras minas en Pachuca "(1940: 53,000), capital del Estado de Hidalgo (1940: 751,000), al nornoreste de la ciudad de Mexico. A medida que se extendian los trabajos mineros progresaba el pueblo, y aunque sus habitantes tam bien tuvieron que dedicarse, en tiempos modernos, a activida des de otra indole, debido al descenso de la producci6n de minerales, la ciudad ha seguido hasta el presente ocupando uno de los primeros lugares entre las ciudades mineras de Mexico. En el ano de 1546, se descubrieron las ricas vetas de plata en Zacatecas, y dos afios mas tarde se abrieron en Guanajuato las primeras minas. La introducci6n del nuevo procedimiento de amalgamaci6n produjo un nuevo auge de la mine ria (1557). La dec!araci6n de la independencia de Me xico fue la senal del comienzo de otro periodo de intensas actividades mineras, porque el pais qued6 entonces abierto a una corriente de capitales y expertos extranjeros. La influencia de los mineros del norte de Europa qued6 muy pronto manifiesta, aun en el aspecto exterior de los pueblos mineros. De Real del Monte, cerca de Pachuca, se dice en el ano de 1860: ".•.que ellugar se parece mas a un pueblo de Cornwallis que a una aldea espanola, porque todas las obras estan hechas al estilo de esa region." (E. B. Tyler). En estos ultimos decenios, la mineria mexican a (Producci6n global en 1940: 134 mi Hones de d61ares) ha recibido nuevos impulsos bajo la influencia de los esta doullldenses, aunque este movimiento, por iniciarse desde el norte, comprende mas bien las regiones septentrionales de Mexico. T ambien las artes e industria~ ;ndigenas sufrieron las consecuencias de la influe;cia europea. De la mas grande importancia result6, naturalmente, el conocimiento de los diversos metales y sus metodos de elaboracion. Son in calculables las consecuencias que la difusion de los utiles de hierro produjo, por ejemplo, en la estructura de la capa vegetal. Con hachas de acero, los indigenas podian desmontar sus terrenos con mucha mas facilidad que ante riormente con sus pequefias hachas de piedra sin fila. Pocos afios despues de la conquista, se establecieron en Puebla y Cholula unos alfareros espanoJes que ensefiaron a los indigenas la fabricacion de los azuleios de color, origi naJmente mudejares qu" todavia se hacen en las citadas poblaciones con forme a los antiguos metod os. Aunque no tardaron en introducirse y extenderse las plantas de cultivo del Viejo Mundo, no por eso quedaron eliminadas las plantas de cultivo del pais. En el ano de 1505, Espana prohibi6 el cultivo de la vid y del olivo, por temor a la competencia con que los vinas y aceites de la Peninsula hu bieran tenido que enfrentarse. S610 los cereales, como el trigo y la cebada lIe garon a propagarse de una manera general. De mucho mas importancia re sult6 la cria de animales domesticu, ,~l1rv.'eos, que muy pronto se hicieron
Como las antiguas ciudades indigenas perdian su importancia y las nue vas villas fundadas por los espanoles no basta ban para suphr su falta, los pueblos siguieron siendo Ja instituci6n medular del pais, y todavia en los tiem pas actuales, un gran numero de ellos ha conservado el canlcter indigena en cuanto a su emplazamiento y la situaci6n de sus campos. Para conocer a fondo hasta que grado se han conservado las antiguas formas indigenas de cultivo de las tierras, se ha hecho un estudio de tall ado en el pueblo de Cuajimalpa, en las cercanias de la Capital (vease Bibliografia, N9 285). La historia de este pueblo mexicano que se fundo en medio de los montes (Cuajimalpa: el lugar donde se tala el monte), esta consignada en un documento, cuyas ulti mas noticias datan del ano de 1534. Esta historia local empieza con la ingenua descripcion de la naturaleza del paisaje tal como 10 encontraron sus primeros moradores, y se enumeran uno por uno los terrenos que se abrieron para el cultivo, muchos de cuyos nombres siguen usamlose hasta el presente. Despues se describe la organizacion que se dio al pueblo y se ve que esta sigue en vigor todavia actuaJmente, por 10 menos en sus rasgos esencia1es. SOlo 1a ex tensi6n de las tierras ha sido reducida, en perjuicio de la comunidad." Los espanoles tambien introdujeron ia agricultura en las regiones de mas alIa del rio Santiago, hasta donde se 10 permitian el clima y la calidad de los suelos. Pero en todo el norte, el minero lIevaba la delantera y, tras eJ, marchaba el agricultor, porque donde se iniciaban trabajos de mineria, alH encontraba el agricultor mercado para sus productos. Los pueblos que se for maban alrededor de las minas, casi siempre seguian existiendo, aun en el caso de agotarse las vetas, porque sus habitantes cambiaban de mo~o de vivir, dedicandose a alguna nueva industria. Como siempre, en los distritos mi neros, el numero de habitan'~' de los "reales de minas" mexicanos oscilaba mucho segun los rendimientos de Jas vetas. Guanajuato, por ejemplo, perdi6 de 1810 a 1840, mas 0 menos 20,000 habitantes; en el de 1940 su poblaci6n se componia de un as 24,000 almas. Durante toda la epoca colonial, la extracci6n de minerales argentiferos ~ En Mexico todav!a quedan alrededor de 700,000 habltante, que hablan nahua y en el sureste de 10 altiplanteie, habitan 300,000 otornies, 80,000 mazahuas, 3,000 parnes, 2,000 matlatzineas y 500 chlehirneea-Jonaz, todos de la misma famIlia lmguistica; al sur de Puebla, tambien habitan 3,000 choeha; l' 17,000 papoloca .
631
~
633
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: ALTIPLANICIE CENTRAL
indispensables como bestias de carga para el trMico, como animales de tiro, por ejemplo, para el arado, y tambit~n para abastecer de carne a la poblaci6n. De suerte que la ganaderia se desarro1l6 en la Meseta Central formando parte integrante de la agricultura en general y no como una rama indepen diente, cual aconteci6 en la altiplanicie septentrional. En los lugares donde se han conservado los rasgos esenciales del caracter indigena y su manera en la traza de las poblaciones y en la distribuci6n de las tierras cultivadas, no por ello la influencia espanola ha dejado de hacerse sentir. Inmediatamente despues de la conquista todo el pais fue declarado propiedad particular de la Corona de Espana, y fueron justamente las co marcas mas fertiles las que pasaron a manos de los conquistadores. Aun donde los nuevos amos permitieron a los indios que siguieran viviendo en sus pueblos, concretandose en cambio a imponerles tributos, les despojaron de parte de sus terrenos 0 les privaron de libertad para disponer de ellos. En las comarcas pertenecientes a los pueblos, comenzaron a formarse las ha ciendas. Al principio, los espanoles se conformaban con reclamar para si las tierras comunales incultas, labrandolas con el arado, pero, mas tarde, se apo deraron tambien de las tierras de los pueblos. Como ejemplo tipico de este lento proceso se hizo un estudio detallado del antiguo pueblo indigena de To timehuacan, cerca de Puebla, (vease bibliografia, NQ 285). En los primeros tiempos de la colonia los terrenos del pueblo eran tan extensos, que se le vantaron seis iglesias dentro de sus confines. Pero las diez haciendas que se instalaron alrededor de Totimehuacan, redujeron mas y mas el espacio del pueblo, restando tierras a los cultivadores, hasta que estos carecieron de las indispensables para Sll sustento. Muchos de los propietarios se fueron a vivir a las haciendas como peones, mientras que otros emigraron a la cereana ciudad de Puebla. Los pocos que se quedarol1, empobreeieron y, hoy dia, hay en el Jugar unos cuantos campesinos que lIevan una vida miserable. Las igle sias se derrumbaron y sus ruinas recuerdan los tiempos de la antigua pros peridad rural. En cambio, en las haciendas se levantaron magnificas caSas, en derredor de las cuales se agrupan las miserables chozas de los peones. La con secuencia de esta evolucion fue un descenso de la poblaci6n en las comarcas mas fer riles del paisaje. Para el Valle de Teotihuacan (vease Bibliografia, NQ 241), se ha caiculado una di,minucion de hasta un 5 0 10 % de la pobla ci6n precortesiana. Muchcs pueblos desapareeieron por completo. En la Meseta Central el desarrollo de los latifundios a expensas de los pueblos ha alcanzado proporciones mucho mas aiarmantes que, por ejemplo, en las regiones colindantes del sur de Mexico. Por tal motivo, es en la Me seta Central donde se manifiestan con mayor rigor las desventaias del sis tema, tales como empobrecimiento de las tierras debido a {alta de rotacion de los cultivos y de abonos, decadencia de los pueblos y transformaci6n de los campesinos libres en peones atados a1 lugar por sus deudas, 0 en prole-
tariado de las ciudades. Aun los campesinos todavia libres, disponen ya de tan pocas tierras, que apenas pueden producir 10 indispensable para su
632
sustento. Al lado de los latifundistas particulares, la iglesia catolica habia adqui rido terrenos tan extensos, que, en la epoca de la declaraci6n de la indepen dencia, la tercera parte de toda la tierra mexicana, y no la peor, estaba en manos del clero. No s610 estaban estas propiedades exentas de contribucio nes, sino que, ademas, los habitantes de Nueva Espana tenian que dar la decima parte de sus ingresos, el diezmo, a la iglesia, de por si ya riquisima. Este hecho explica la existencia de tantas magnificas iglesias, en contraste casi siempre con la miseria de los pueblos: a medida que estos empobrecian, se enriquecia el clero y se levan tab an mas suntuosas iglesias. Miles de indios tenian que abandonar sus siembras, durante largos meses, para trabajar en la construccion de los templos. Finalmente, la Ley de Co10nizaci6n del ano de 1894, tuvo como conse de sus propie cuencia que los indios de la Meseta Central perdieran el 90 dades rurales. Con esta ley, la institucion del latifundio lIego a su apogeo. Para el valle de T eotihuacan, en las cercanias de la Capital (vease Bibliogra fia,NQ 241) y del Estado de Mexico (1940: 1.124,000 h.), result6 la siguiente distribuci6n tipica de las tierras: en el valle, que tiene una extension de 10,500 hect8xeas, vivian 8,340 pen,onas en 22 pueblos y 7 haciendas; los siete hacendados ten ian 9,450 hectareas, 416 indios poseian 1,050 hectareas, y el resto de los habitantes no tenia propiedad alguna. En los Estados de Aguas calientes (1940: 160,000 h.), Guanajuato (1940: 1.050,000 h.), San Luis Po tosi (1940: 669,000 h.), Zacatecas (1940: 553,000 h.) y Queretaro (1940: 244,000"h.) vivian, en el ano de 1910, mas del 75 de la poblacion en ha ciendas, mientras que la gran mayoria de los hacendados residia en las ciuda des, dejando la administracion de sus propiedades en manos de sus empleados. Esta distribucion defectuosa de la propiedad rural fue, en el fondo, la causa de los disturbios que"desde 1910 han venido sacudiendo todo Mexico. El moderno movimiento socialista empieza de nuevo a fomentar la pequena propiedad agricola. En 1917, se dio principio al reparto de los latifundios particulares y del clero. A los pueblos que alm subsisten, se les dan ejidos, es decir, tierras en propiedad com un, a expensas de las haciendas circunvecinas. Desde que el indio Emiliano Zapata, del Estado de Morelos (1940: 182,000 h.), desem pen6 un papel decisivo en la revolucion, comenzo, al lado del agrarismo, un movimiento que se ha transform ado con el Hombre de indegenismo, y que ha 10grado que mejore la posicion social del indio, porque hasta entonces, la sociedad solo habia representado los intereses de los mestizos y los blancos. Durante el periodo moderno que se inici6 con la independencia, la ca pital lleg6 a alcanzar las proporciones de una verdadera gran ciudad que, en la actualidad, cuenta con una poblaci6n de cerca de dos millones de habitan
ro
ro
634
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA)ES
MEXICO: ALTIPLANICIE SEPTENTRIONAL
tes, induyendo los pueblos de los alrededores, que se comunican con el centro por medio de tranvias eh~ctricos (Distrito Federal (.1940): 1.773,627 h.). Hasta el afio de 1873, la capital no quedo comunicada con el puerto de Veracruz, en la costa del Golfo, por medio de un ferrocarril. Esta y otras Hneas de la red de ferrocarriles, que irradia de la capital, se construyeron despues de que Porfirio Diaz restablecio la tranquilidad publica en el pais. En la construcci6n de los ferrocarriles, los ingleses y norteamericanos han tornado parte en forma decisiva. En estos ultimos afios, tambien se comienza a fomentar la construcci6n de buenas carreteras para el tninsito en automovil, pero no por eso han desaparecido del paisaje los antiguos medios de trans porte. En las carreteras se yen toda clase de carras y bestias de carga, y en las ciudades y pueblos se siguen empleando cargadores indigenas como debit competencia a los medios mecanicos de transporte. Aunque la Meseta Central s610 comprende aproximadamente un diez por ciento de la superficie total de Mexico, casi la mitad de los habitantes de la Republica viven en ella, porque, ademas de la capital, se han desarro IIado otras diez y seis ciudades con mas de 20,000 habitantes." En estas po pulosas ciudades se ha desarroIIado la industria de transformaci6n, cuya pro duccion global era en 1940 de 326 millones de d61ares y forman mercados con gran demanda para toda clase de productos agricolas. La agricultura se ha organizado en atencion a las regiones centralizadas de consumo, de tal manera que se ha ido formando un agrupamiento de zonas de las diferentes ramas agricolas (Leo \Vaibel). En las inmediaciones de la capital predomi nan las huertas de hortalizas y arboles frutales en los lugares donde hay tie rras fer tiles de los antiguos lechos lacustres, asi como alfalfares que abastecen los establos de la capital. En la zona siguiente se culti"a, en primer lugar, el maguey (agave) que produce el pulque durante todo el ano. El pulque, la be bida alcoh6lica del indios de la Meseta Central, es de faeil descomposici6n, motivo por e! eual, resulta necesario introducirlo diariamente en grandes can tidades en la ciudad. En zonas marginales mas distantes, y especialmente hacia el norte, siguen regiones que suministran principalmente cereales, en primer lugar trigo (1940: 363 millones de kilogramos) y maiz (1940: 1,640 millones de kilogramos) para los habitantes de las poblacioncs populosas.
635
La Altiplanicie A,ida de Mexico Septentrional y la Sierra' Madre Occidental
A partir de la Meseta Central, la .altiplanicie va en declive hacia el norte, de suerte que Ciudad Juarez, a orillas del Rio Grande del Norte, queda todavia a una altura de 1,130 metros sobre el nivel del mar (Ciudad de Me xico: 2,260 metros). Por ambos lados, la Sierra Madre Oriental en el este, y la Sierra Madre Occidental en el oeste, cierran como un marco a la altipla nicie. No es solamente eI clima arido 10 que imprime su caracter peculiar a estas tierras altas, sino tambien la morfologia que se distingue de la de la pro~ vincia volcanic a que la limita hacia el sur. EI centro del Mexico Septentrio nal muestra la misma morfologia que la que ya se ha descrito al tratar de la altiplanicie de Arizona, al otro lado de la frontera norteamericana." En la al tiplanicie del norte de Mexico, e! subsuelo consiste principalmente de sedi mentos cretaceos. Los primeros procesos orogenicos ocurrieron, a 10 largo de Iineas que corren de norte a sur, simultaneamente con una elevaci6n general del terreno, hacia fines del cretaceo 0 en el eoceno. Otra segllnda elevaci6n (miocena?), en combinacion con movimientos orogenicos, produjo el rumbo noroeste-sureste de las Iineas estructurales, que morfo16gicamente subsiste todavia hasta el presente. En la altiplanicie y en partes de la Sierra Madre Occidental, se formo una estructura tipica Basin Range, que se caracteriza par la existencia de serranias aisladas en medio de planicies, prevaleciendo en este caso, como en la altiplanicie de Arizona, la extension de los planas horizon tales sobre la de las zonas montanosas. El nivel de las planicies queda a diferentes alturas: por ejemplo, se eleva cerca de Torre6n, a 1,100 metros y, cerca de Chihuahua, a 1,500 metros sobre el nivel Jd mar. Por termino me dio, las serranias se elevan a unos 1,700 metros, allnque en algunos casos llegan a alcanzar 2,700 metros sabre el nive! del mar. Segun su estructura, las serranias aisladas eran originalmente, 10 mismo que las montafias (ran ges) de Arizona y Jas de la Gran Cuenca (Great Basin), tempanos de frae tura, pero las Iineas de fractura han perdido su importancia morfol6gica inmediata, porque las laderas de las serranias han ido retrayendose consi~ derablemente bajo el efecto de la erosi6n pareja, que es tipica en dimas aridos. Par consiguiente, los altivalles «)D, en la actualidad, planicies de re~ lIeno solamente en parte, porque en las cereanias de las serranias se convier~ ten en planicies de denudacion. En las partes mas bajas de las Ilanuras (bolsones) se forman temporalmente lagos de poca profundidad que reciben sus aguas irregularmente de las serranias eircunvecinas. Algunas de estas cuencas no tienen desagiie. La regi6n sin desagiie mas extensa es el enorme BolsOn de Mapimi, que se compone de numerosas cuencas parciales. Tam bien el curso superior del rio Grande del Norte desaguaba antiguamente en
• Entre eilas, ademas de las citadas en el t""ta de esta obra, se pueden mencionar las siguientes: Aguascahentes, capital de Aguascalientes (1940), 82,000 habitantes Cohma, capital de Colima (1940) 23,000 Toluca de Lerdo, capital de Mexico (1940) 43,000 Moreha, capital de Michoacan (1940) 44,000 Queretaro, capital de Queretaro (1940) 34,000 Asi como las siguientes ciudades (1940): Le6n (74,000 h.), Irapuato (32,000) y Cela ya (23,000), las tres del Estado de Guanajuato; Ciudad Guzman (22,000), en el Estado de ]alisco; y Uruapan del Progreso (21,000), en el Estado de Michoar1~_
• Vease
1
51<
pra, pp. 336 55.
636
MEXICO: ALTIPLANICIE SEPTENTRIONAL
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA}ES
637
marcadamente arida y, en parte, sin desagiie hacia el mar. Sin embargo, la altura anual de la lluvia en algunos lugares todavia alcanza cantidades conside rabies (Chihuahua: 620 mm; Saltillo, 600 mm); pero las regiones interiores quedan muy debajo de estas cifras (Ciudad Juarez; 240 mm). En el Bolson de Mapimi, la cantidad anual de precipitacion atrnosferica no llega ni a 250 mm. Las oscilaciones no peri6dicas de altura de la lluvia de un ano al otro son extraordinariamente grandes. En Muzquiz, Estado de Coahuila, se midieron 150 mm y 1,070 mm, como valores extremos. Los meses mas llu viosos son de junio a septiembre, aunque en los meses restantes, las lluvias no faltan por completo. Las lluvias de verano se producen por efecto de la convecci6n en las horas de la tarde, estando frecuentemente acompanadas par tempestades. Las lluvias invernales son el resultado de ciclones no-tropicales que siguen una trayectoria muy meridional. La intensidad de la precipita cion es grande, el numero de dias lluviosos, en cambio, es pequeno. La ra diacion del sol es fuerte y sufre poca depleci6n con la formacion de nubes. La capa vegetal humeda de la Sierra Madre Occidental se diferencia notablemente de la de la altiplanicie. Encinares y pinares determinan el ca racter del paisaje, aunque estos bosques ceden su lugar en el lado oriental, mas seco, a arbustos de secano. En la altiplanicie septentrional se encuentran raquiticos bosques de secano, que consisten casi exclusivamente de mezqui tes (Prosopis). Vastos terrenos estan cubiertos de estepas de arbustillos, mo teados de cactaceas, agaves Y yucas, Y se convierten en las cuencas entera mente arid as en estepas de arbustos enanos. £[ paisaje indigena. Las altiplanicies interiores estaban habitadas por recolectores y cazadores nomadas (principalmente de la familia lingiilstica coailuilteq;), cuyo territorio se extendia, en la epoca de la conquista, mucho mas alla del borde de la zona arid a, hasta muy adentro de la Meseta Cen tral (fIg. 91). S610 los indigenas de la Sierra Madre Occidental eran cultiva dares, aunque habia tambien tribus a orillas del rio Conchos y de la laguna de Parras que sembraban un poco de malz, frijoles y calabazas. En tiempos prehist6ricos, vivian-tambien en la regi6n de Casas Grandes, en Chihuahua, indigenas que conocian los cultivos a base de riego, pero al llegar los espa noles, este paisaje cultural ya habia quedado deshabitado; probablemente sucumbieron sus habitantes ante los ataques de los n6madas. Los indios de la Sierra Madre Occidental preparan sus campos en tierras boscosas desmonta das; se destruyen los arboles, arrancandoles una faja de corteza alrededor del troneo para que mueran; despues, se les quema. No son determinadas tribus de indios las que cultivan la tierra, de modo que, por ejemplo, los tarahuma ras orientales eran cazadores, mientras que los grupos de la misma tribu que habitaban en la sierra, se dedicaban tambien al cultivo de azada. El paisaje colonial. Solo despues de que la colonizacion espanola habia alcanzado los limites de las regiones aridas mas 0 menos a la latitud de Za
un gran lago sin desagiie que se extendia al suroeste de EI Paso. Mas tarde, este lago se desec6, segUn parece, en direcci6n al sureste, es decir, hacia el Golfo de Mexico; pero en el actual lecho del rio Grande, estas aguas fueron desviadas en tiempos aun muy recientes, a causa de intrusiones volcanicas. Hoy dia, el rio Panuco y el rio Conchos, un afluente del Rio Grande del Norte, son los que desaguan la mayor parte del paisaje. Al oeste de la altiplanicie, se levanta la Sierra Madre Occidental. EI subsuelo de estas cordilleras consiste de calizas cretaceas que, a fines del cre taceo 0 en el terciario inferior (Laramide), fueron intensamente plegadas y luego consolidadas con rumbo norte-sur. Estos primeros movimientos oroge nicos estuvieron acompanados de intrusiones de magma dioritico y efusiones andesiticas que ahora resultan de gran importancia economica como yaci mientos de minerales. Sobre este nueleo de la sierra se vertieron entonces, en innumerables irrupciones, lavas de gran fluidez, que hoy dia constituyen la masa principal de las sierras. Estas irrupciones estaban combinadas con la for maci6n de !ineas de fractura que, en este caso, tenian rllmbo de noroeste a sureste. S610 por medio de un desgarramiento reciente que subdividi6 la masa en mesetas, todo el conjunto se transform6 en una region montanosa muy desgarrada. Hacia el oeste, la Sierra Madre Occidental cae al litoral del Oceano Pacifico a 10 largo de un gran borde de fractura con rumbo de nor oeste a sureste, que ya esta muy afectado por las fuerzas denudatorias. Los deelives orientales de la masa de la aItiplanicie estan formados par cordilleras que son menos abruptas. El clima de la altiplanicie septentrional difiere considerablemente, en sus rasgos esenciales, del de la Meseta Central, aunque el cambio se hace casi imperceptiblemente. En parte, el efecto de las latitudes mas altas sabre las temperaturas medias anuales se compensa can la menor altura, pero, de todos modos, las oscilaciones anuales de la temperatura son ya notable mente mas amplias: Ciudad de Mexico, 2,260 metros, 19°30' latitud norte: 6.4°; Zacatecas, 2,500 metros, 22°41'; 7.6°; Saltillo, 1,640 metros sobre el nivel del mar, 25°30' latitud norte: 11.6°; Ciudad Juarez, 1,130 metros, 31"°40', 20.2°. Hacienda caso omiso de las montanas de mayor altura, la altiplanicie septentrional tiene los inviernos mas frios de Mexico, y, ademas, esta ex puesta, sin defensa alguna, a las irrupciones de aire frio del norte. La hume dad del aire es baja, especialmente en invierno y primavera. La humedad media relativa del mes de mayo asciende en Chihuahua solamente a 33 %. La Sierra Madre Occidental que se levanta en el oeste, recibe precipi taci6n atmosferica anual de 500 a 1,500 mm, pero esta masa de montanas tiene una elevacion tan parejamente alta, que cierra, casi en forma absoluta, el paso a todo acarreo de humedad. Tambien la Sierra Madre Occidental es una mole de gran altura en cuyo declive los vientos del este descargan una gran parte de sus lluvias. En consecuencia, la altiplanicie septentrional es
i
1
638
AMERICA CENTRAL: LOS PAISAJES
MEXICO: ALTIPLANICIE SEPTENTRIONAL
catecas, fue posible extender el radio de la influencia cultural europea mas bacia el norte de la altiplanicie, aunque, por de pronto, los espafioles no avan zaron en esta altiplanicie tanto como en la costa del Pacifico. En el afio de 1541 cuando Coronado, con su expedicion que siguio la costa del Pacifico, ya habia llegado hasta Nuevo Mexico, estallo, en la fromera norte de la Meseta Central, una peligrosa rebeIion, la llamada del Mixton, y fueron precisos grandes esfuerzos de parte de los espafioles y sus aliados, para volver a some ter a los indigenas. En el decenio de 1540, comenzo a generalizarse la bus queda de yacimientos metaliferos en la altiplanicie septentrional. Las grandes ganancias que proporcionaba la mineria en Zacatecas (1940: 22,000 h.) y su comarca, aguijoneaban a los gambusinos a explorar mas hacia el norte, a pesar de la violenta resistencia de los indios. Tambien se iniciaron las actividad es de los misioneros y, en parte, estos se adelantaron a la colonizacion. Antes de que se fundara (1536) la ciudad de Durango (1940: 33,000 h.) ya habia existido en el mismo sitio un pueblo de indios cristianos bajo la direccion de los fran
ciscanos que Ie dieron el nombre de San Juan Bautista de Analco. Por mas de medio siglo fue Durango la capital de Nueva Vizcaya, como se llamaba en aquel entonces la parte septentrional de Nueva Espafia. En los alios de 1554 a 1590 los franciscanos habian fundado en total diez misiones en la altiplani cie septentrional, las cuales se administraban desde Zacatecas. SOlo entre los indios nomadas de Coahuila, los franciscanos no lograron establecer misiones permanentes; en el afio de 1582, se fundo Saltillo, hoy capital del Estado de Coahuila (1940: 50,000 h.),'" con el caracter dt' una mision, pero los indlus la destruyeron al poco tiempo. Cuatro afios mas tarde, los espanoles fundaron en el mismo lugar una colonia, pobIandola con colonos indigenas de Tlaxcala . En 1600 se fundo Monterrey, no muy le)os de Saltillo. En los alrededo res de estas ciudades espafiolas, comenzaron a desauullarse grandes hacienda s ganaderas (ranchos) que vendian sus productos a las minas de plata. A pesar de que, de esta manera, nacieron misiones, ciudades con guar niciones (presidios), minas y ranchos en el paisaje, la altiplanicie septentri o nal y las zonas colindantes de la Sierra Madre Occidental siguieron siendo, todavia por mucho tiempo, tierra de guerra, es decir, teatro de constant es luchas, donde gobernaban casi exclusivamente los militares, debido a la.s has tilidades de los indios n6madas y a la resistencia de los indios sedentar ios que no querian someterse a los trabajos forzad.os en las minas. En el afio de 1601, los aca;x:ees de la Sierra Madre se rebelaron contra los espanoles con 5,000
639
guerreros que destruyeron misiones y minas, y desde 1610, tambien los xixi mes, en las serranias al oeste de Durango, causaron grandes danos a los colo nos. Por fin, se logro que 7,000 de estos ultimos indios se sometier an y se convirtieran al cristianismo, estableciendose en pueblos que les fueron asig nados. Despues estallo, en el ano de 1616, la rebelion de los tepehuan es, que ya habian estado bajo la custodia de los jesuitas. Los colonos blancos de toda la region de Durango, tuvieron que retirarse a la ciudad y mas de 200 espa TIoles perdieron la vida. Toda la zona del centro de Durango fue devastad a, y la obra colonizadora de medio siglo quedo destruida. Pero tambien los tepehuanes habian sufrido grandes perdidas en las luchas que duraron dos afios, pues mas de 1,000 de sus guerreros muriewn y sus campos habian que dado sin sembrar. Durante el' ano de 1618, muchos de ellos salieron de sus escondites en la sierra para someterse y establecerse en pueblos de cuya vigi lancia se encargaron los jesuitas.
Mas hacia el norte, en la Sierra Madre de Chihuah ua, los tarahumaras formaban la tribu mas numerosa. A BU territorio lIegaron los prime rob misio neros, en el ano de 1607, y cuatro anos mas tarde pudo establecerse la pri mera misi6n. Pero debido a la guerra de los tepehuanes se interrum pieron nuevam ente estas actividades, que no fue posible reanuda r hasta el ano de 1640. Desde entonces hasta el presente han seguido estos trabajos de los mi sioneros, aunque con muchas interrupciones debido a repetidas rebelione s y sin que la influencia sabre los tarahumaras haya sido total ni de mucho provecho. En el ano de 1644, comenzaron tambien las guerras de guerrillas de los apaches y conchos, que venian de la altiplanicie del norte y que luchaban a caballo. Los asaltos de estos indios siguierol1 repitiendose, haciendo se mas peligrosos en tiempos en que las autoridades e,pafiolas carecian de suficien tes fuerzas armadas. A principios del siglo XIX, los merodeos de los apaches llegaron a extenderse mucho mas al sur hasta alcanzar las regiones septen trionales de la Meseta Central. Asi, pues, tanto en la altiplanicie como en la, regiones vecinas de la Sierra Madre, no habia seguridad publica ninguna. S610 era posible recorrer el camino real de Zacatecas a Durango y El Paso con grandes escoltas de fuerzas armadas. Grupos de indios nomadas a caballo acechaban por todas partes y numerosas haciendas fu('r~"1 destruidas. EI abigeato resulto real mente la base de la vida economica de los apaches, contra los que no habia protecci6n efectiva. Ante todo qued6 demostrado el fracaso del sistema de presidios, con el que se pretendia protegeI' las fronreras pur medio de peque fias guarniciones; pero tampoco era posible alcanzar las bandas huidizas de indios montados a caballo, mediante expediciones punitivas. Lo lmico que pudo quebfantar su espiritu guerrero, fue e) alcohol que en grandes cantidad es se hizo !legar a sus manos deliberadamente. Sin ernb2.rgo, todos los 2,OUS,
• En el Norte de Mexico tamblen deben mencionarse las ciudades sigulentes: Nueva Rosita, Coahuila 26,000 habltantes Cludad Juarez, Chihuahu a 49,000 Hidalgo del Parral, Chihuahu a 24,000 Gomez PalacIO, Durango 26,000 FresnllIo, Zacatecas 25,000
-1
.., 640
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA}ES
MEXICO, COSTA DEL PACIFICO
cientos de colonos caian victimas de sus atrocidades. Aunque es cierto que el desarrollo cultural del paisaje sufda grandes retrasos a causa de estos pe, ligros, no por eso dejo de seguir adelante. Alrededor del ano de 1705, se descubrieron en las cercanias de la mision franciscana de Nombre de Dios unos yacimientos metaliferos que produjeron, hasta el ano de 1800, plata par valor de 150 miIlones de. pesos aproximadamente. En la misma epoca, crecio la ciudad de Chihuah ua, que se fundo bajo el nombre de San Felipe como un pequeno pueblo de mineros. A pesar de su situacion apartada y sabre los limites de las regiones exploradas, y a pesar de los numeros os ata ques de parte de los indios, esta poblacion lIego pronto a constituirse en la ciudad mas prospera de todo el norte de Mexico. Ya antes del ano de 1767, Chihuah ua tenia aproximadamente 50,000 habitantes y el cercano pueblo de Santa Eulalia, tambien un "real de minas", tenia casi la misma poblacio n. En toda la region se establecieron muchos ranchos ganaderos. Todavia hoy, la suntuosa catedral de Chihuah ua atestigua el fIorecimiento de la ciudad en el siglo XViii (1940: 57,000 h.). A principios del siglo XIX, las guerras de independencia hicieron decaer
el interes del poder central en la lejana region fronteriza del norte, de suerte que los merodeos de los jinetes indigenas volvieron a tomar gran increme nto
alrededor del ana de 1830. Las tropas debilitadas y mal equipada s de la frontera no podian oponer mas que una debil resistencia a los grupos de 200 o 300 guerreros que aparecian donde menos se les e,peraba. Drmdeq uiera que iograban veneer la resistencia de los colonos, era su costumbre matar a los hombres y I1evarse a las mujeres y a los ninos para inccrporarlos a Sli tribu. Algunos de los jefes apaches mas temidos eran mestizos 0 blancos. Los reba'
nos de los colonos disminuyeron rapidamente y muchos ranchos tuvieron que ser abandonados. Los merodeos de los indios se extendieron paulatin a mente hasta Durango y Zacatecas, porque ni el ultimo recurso, 0 sea los altos premios por cada escalpo entregado a las autoridades, que atrajo a muchos ca zadores de escalpos profesionales norteamericanos, dio el resultado apetecid o. Despues vino la guerra con 105 Estados Unidos de Norteamerica, cuyas tropas entraron en Chihuah ua en el ano de 1847, y mas tarde, se entablo la lueha contra los franceses, de suer.te que el desarrollo del paisaje tuvo nuevos obstaculos. Fue Porfirio Diaz, en el decenio de 1880, quien logro dominar a los indios revoltosos y encarrilar las actividades economicas sobre bases se guras. En la Sierra Madre Occidental, sin embargo, todavia siguen viviendo algunas tribus indias que, como los tarahumaras (26,000 almas), tienen hasta el presente muy poco contacto con la civilizacion europea; tambien habitan ei1 eHa los caras (2,500) ,huicholes (4,000), tepe/wan es (5,000), y tribus en vias de extincion como los varohios (1,000) y tepecanos (100). En Coahuil a vivcn unos SOD kic/wpoGS inmigradoG de Estados Unidos. Por otro lado, la in fluencia norteamericana ha aumentado en el Estado de Chihuahua (1940:
641
614,000 h.) mas que en ninglin otro Estado mexicano, con excepcion de Sono ra. Desde el norte, se construyeron ferrocarriles hasta los distritos mineros, y el capital y metodos norteamericanos han transformado los Estados de Chi huahua, Coahuila (1940: 543,000 h.) y Durango (1940: 473,00 h.) en pro ductores de minerales de gran importancia. De esta manera, eI centro de gra vedad de la mineria mexicana, que en la epoca colonial estaba en el sur de la Meseta Central, ha emigrado mucho mas al norte. Pero al lado de la mineria, la cria extensiva de ganado sigue siendo el {actor economico principa l. En la llamada Region Lagunera, en los limites de los Estados de Durango y Coahui la, se ha formado, sabre eI antiguo vasa de un lago, que se riega por medio de canales, un gran centro productor de algod6n, que aporta el 50 % del total de la producci6n de algodon de Mexico (1941: 590,000 pacas). Donde apenas hace 40 anos, no habia mas que una sola hacienda, viven ahora mas de 300,000 habitantes. La ciudad de Torreon (1940: 76,000 h.) es el centro de esta importante region de cultivos.
El Noroeste de la Costa Mexicana del Pacifico
Hacia el oeste, la Sierra Madre Occidental baja abruptamente en una pendiente de 2,000 a 3,000 metros. Entre el pie de la sierra y la costa se ex tiende una planicie que arranca desde el Cabo Corrientes, a los 21 grados de latitud norte, y que se va ensallchando hasta la frontera con Estados Unidos, donde alcanza una anchura de mas 0 menos 300 kilometros. El subsuelo de Ia region costera consiste de rocas cristalinas antiguas y sedimentos plegados del paleozoico y mesozoico, que han side desgarradas de modo que ahora for
man J.!n plano horizontal. Esta planicie de aplanamiento que, en las llanuras
de los Estados de Sinaloa y Nayarit apenas esta cubierta de una delgada
capa de sedimentos recientes, determina en gran escala el caracter superfici al del paisaje. Mas 'hacia el norte, sin embargo, el paisaje esta formado de enor mes abanicos ~luviales, que se elevan, tierra adentro, hasta alturas de mas de 1,000 metros sobre el nivel del mar. Siguen despues, hacia el norte, nue vamente planicies de aplanamiento, de las que se elevan cerros aislados, de suerte que la planicie del noroeste muestra la misma morfologia que hemos encontrado en la region de los Basin Range de los Estados Unidos de Norte america. Desde Arizona, las planicies interrumpidas por cerros aislados, se extienden en todo su ancho hasta Mexico, donde, al I1egar al pie de la Sierra Madre Occidental, se dividen y penetran tanto en la altiplanicie septentri o nal como en el paisaje de la costa del Golfo de California. (fig. 113). Simul taneamente, el rumbo de las serranias aisladas que se determina por la estruc tura, sufre una desviaci6n par amoldarse al cuerpo de la Sierra Madre Occidental, de modo que las cadenas paralelas que emergen de los llanos (basins 0 bolsones), cambian su direccion predominantemente noroeste -sur
1
64Z
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: COSTA DEL PACIFICO
\
I
'#,5IEROA 5
Fig. 113. La costa noroeste de Mexico en el Pacifico.
643
este en Arizona por la de norte-sur en Sonora. Las cuencas mas elevadas se encuent ran cerca de la front era norteamericana donde la ciudad minera de Cananea yace en el fondo de un bolson, a una altura de 1,700 metros. Solo una parte de los bolsones carece de desagiiej la mayorla de ellos desagua n hacia el Golfo de California, en terrazas que la erosion de distintas epocas ha ido formando. Tierra adentro, el numero de los bolsones disminuye en com paracion con el de las serranias aisladas, y, estas ultimas pasan poco a poco a formar parte integrante de la ladera no bien definida de la Sierra. Parece, por consiguiente, que eI caracter tipo basin-range delpaisaje se ha ido for mando debido a fuer:as de erosion que 10 atacaron desde la costa. En la faja costera propiamente dicha, ya no se yen mas que cadenas de lomas bajas, mientras que las cuencas, se juntan, formando un solo llano horizont al. La ancha Ilanura costera debe su forma a una denudacion marina, consistie ndo su subsuelo en una planicie de aplanamiento que esta cubierta solamen te de una capa delgada de productos del intemperismo. El antiguo caracter insu lar de los cerros aislados esta comprobado por la existencia de terrazas de are na en las laderas. En tiempos muy recientes eI paisaje (ostero parece haber sufrido flexiones de gran envergadura, porque 5610 asi se explica el caracter diverso de los ClIrSOS fluviales que, en algunos lugares, tienen lechos bajos y anchos, de modo que las crecidas inundan vastos terrenos, mientras que en otros se han cortado lechos profundos. El clima de la C0sta D0f0ccidental mexicana aumenta en aridez de sur a norte. Las precipiwclOnes atmosfencas anuales ascienden a: Rosa Morada, Na'litrir, altura: 66 m, 22°10' latitud norte, 1,155 mm. MazatlIM1, Sinaloa, altura: 78 m, 23° 12' latitud norte, 737 mm. Sm'ltloa, Sinaloa, altura: 55 m, 25°49' j"ritud norte, 611 mm. El Fuerte, Sinaloa, altura: 100 m, 26°25' latitud norte, 405 mm. Gua)'IDas, Sonora, altura: 3 m, 27°55' latitud norte, 160 mm. La mayor parte de estas lIuvias cae en los meses de verano, cuya tempe ratura aumenta de. sur a norte (junio-octubre: Mazatlan, 27.9°j Sinaloa, 28.7°j Guaymas, 31.6° C.). Los inviernos son tan tempIados que sOlo en las zonas mas septentrionales se presentan ocasionalmente ligeras escarchas. Especial mente en el norte del estado de Sonora se evapora la mayor parte de las Ilu vias, de modo que grandes eXI,nsiones de la planicie costera no tienen desagiie. S6lo el rio Yaqui y el rio Mayo llegan a alcanzar el mar. la capa vegetal del paisaje refleja fielmente el aumento de la sequia hacia el norte. Bosques de secano de hojas caducas llegan desde el sur hasta mas 0 menos los 24° de latitud nortej desde aqui hacia el norte sigue monte bajo salpicado de cactaceas gigantescas. Al norte de los 28° de latitud norte, es decir, donde la precipitacion atmosferica es menos de 200 mm, ya no hay mas que estepas de gramineas duras y arbustillos enanos, que dejan sin cubrir 'grandes extensiones de la superficie. La '·~6..:t2.::~"n de la planicie costera,
644
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: COSTA DEL PACIFICO
amoldada a la sequedad, forma un vivo contraste con la region boscosa de los dec!ives occidentales de la Sierra Madre Occidental. Con temperaturas mas bajas y lluvias mas copiosas se presentan va, a alturas de 1,000 metros, enci, nares de hojas perennes, a los que les siguen pinares a alturas de mas de 1,700 metros. La pendiente muy escarpada y muy desgarrada de la Sierra Madre Occidental presenta, en un sentido geografica-comercial, una barrera casi in, franqueable para las comunicaciones entre la planicie costera y la altiplanicie del norte de Mexico.
en tiempos de los toltecas, una ramificaciOn septentrional muy avanzada de la alta cultura de la Meseta Central. El limite cultural septentrional de Az,' tatlan debe haber quedado mas 0 menos en el Valle de Culiacan. En contras, te con los indios-pueblo del norte, que por su situacion estaban al abrigo de ataques enemigos, las consideraciones estrategicas no parece que hayan des empefiado papel alguno en la seleccion de sitios para los establecimientos antiguos de Aztatlan, y los sitios de ruinas conocidos no muestran tam poco obras defensivas de ninguna c!ase. Ademas, la mayoria de los sitios arquea logicos, se encuentra en las llanuras de aluvion de los rios que deben haber tenido una poblacion muy densa. Para protegerse contra las inundaciones, parece que se habian construido monticulos artificiales de tierra en 10 mas llano del valle. La poblacion se alimentaba principalmente de frutos del campo, especialmente de maiz y frijoles. T ambien se cultivaba el algodon que servia para hacer prendas de vestir. Los cultivos eran exclusivamente de temporal, por no conocerse el riego. Los conch eros a 10 largo de la costa, en la que abundan las lagunas, indican que la pesca desempefiaba un papel especialmente importante en la alimentacion de los habitantes de Aztatlan. Segun antiguos relatos de espanoles, la poblacion mas numerosa vivia en en valle de Culiacan, en el que por 10 menos dos poblaciones eran verdaderas ciudades. EL paisaie de La epoca colonial. Ante el modo violento de proceder de ios primcros conquistadores espafioles, la cultura de Aztatlan se derrumb6 ya en IllS arios de 1530-31. Nuno de Guzman causa terribles destrozos en sus poblaciones, aunque en ninguna parte tuvo que veneer una resistencia real mente seria, llevil.l1dose muchos miles de pacificos habitantes como esclavos y permitiendo que tambien sus encomenderos desde los primeros anos cazaran y vendieran esclavos. En vista de que Aztatlan no era un pais rico en yaci mientos metaliferos, la mayoria de los espanoles abandono la region tan pronto como se divulgo la noticia de la conquista del Imperio incaico. Pero entonces los indios, ya debilitados, no podian defenderse contra las hostiles tribus serranas y, ademas, un gran numero de ellos cava victima de la viruela maligna 0 del sarampion. Se dice que solamente en los afios de 1535 y 1536 murieron en el valle de Culiacan 135,000 indios de epidemias europeab intra ducidas par IllS espanoles. En un paisaje en que Nuno de Guzman encontro abundantes provisiones, Coronado tenia que llevar consigo, diez anos mas tar de, todfls las provisiones para su tropa en su expedicion hacia el norte, porque la regi6n ya no podia ofrecerle mantenimiento de ninguna clase. En los arios siguienteo la cultura indi~ena de Azt8.tlan se extinguio por completo. Parfl sostenerse en este paisaie con tanta facilidad conquistado, Guzman fundo las ciud2.des de Culiadm y Espiritu Santo, a orillas del Rio del Presidio. POl' e,tas ciud2de~. pababa el camino de regreso a 1a altiplanicie de Mexico. Durante medio s1g10 Culiac:'m fue el puesto mas septentrional de la zom de
El paisaje mdigana. La transformacion del paisaje par las actividades de los indigenas ha tenido lugar en una forma que en atencion a las condiciones naturales no era de esperar logicamente. No concuerda con los hechos la conjetura de que el norte arido del paisaje haya sido habitado exclusivamente por tribus nomadas que vivian de la caza, de la pesca y de la recoleccion; muy al contrario, los halIazgos arqueol6gicos demuestran que el territorio cultural de los indios-pueblo norteamerica nos de Arizona, que eran sedenta rios y cultivadores, penetraba antiguamente en todo su ancho hasta la zona meridional del estado mexicano de Sonora. Una parte de sus establecimien tos (lmas antiguos?) estaba situ ada en terrenos abiertos y sin defensa alguna. mientras que otra (lmas recientes?) tienen manifiestamente una ubicaci6n en sitios facilmente defendibles. Como comprueban las ruin as, las viviendas tenian a veces una localizacion dispersa y otras veces se iuntaban en grupos. A juzgar par las reminiscencias culturales, en tiempos prehist6ricos recientes ya no existian lazos de ninguna clase con el centro cultural mexicano de la Meseta Central, es decir, que aHa en el norte existia una region cultural in dependiente. Fue mas tarde cuando pueblos nomadas comenzaron a reducir la zona de esta cultura basada en los cultivos, acabando por destruirla total mente. Para la conjetura de Huntington, de que fue un empeoramiento del clima el que destruyo la cultura prehistorica, aun faltan pruebas. No esta claro todavia cuM fue la relacion que pueblos como los o/yata, pima y yaqui guardaban can los antiguos cultivadores del norte. De todos modos sus me todos de cultivo y su cultura permanecieron, en general, en un nivel muy inferior y elIas mismos sufrieron despues bajo los ataques de cazadores no madas. No puede precisarse todavia el limite sur de la antigua region cultural de los pueblos, aunque parece segura que no llegaba a la de la poblacion sedentaria que vivia en el sur del paisaje. Los cultivadores del norte y los del sur estaban separados entre si, todavia a principios del periodo historico, por el territorio de recolectores nomadas que ocupaba el centro del paisaje. La influencia de los pueblos civilizados de la altiplanicie de Mexico se ex tendia, sin embargo, hasta las zonas meridionales de la planicie costera que se designaban con el nombre de Aztatlan. Pero Aztatlan no era, como podria suponerse, una region azteca de colonizacion reciente, sino que formaba, ya
645
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: COSTA DEL PACIFICO
influencia espanola en la costa del Pacifico. De alIi partieron las expedi~ dones que iban al norte para buscar las legendarias siete ciudades de Cibola, de las que Cabeza de Vaca y sus acompanantes habian traido informes (vea~ se p. 505). Con el tiempo, Espiritu Santo y Culiacan llegaron a ser las dos etapas mas importantes sobre el gran camino real que se extendio mas tarde hacia el norte hasta Sonora. Hasta el siglo XVII la influenda cultural espanola no comenzo a exten~ derse tambien a las zonas septentrionales de la costa del Pacifico. Los jesuitas y entre ellos tambien algunos alemanes, fueron los primeros que, con escoltas militares, penetraron en esas regiones; tras de ellos llegaron colonos espanoles. Paso a paso los jesuitas avanzaban de cuenca a cuenca, sometiendo una tribu tras otra a su influencia. En el ano de 1679 habia en los valles de los rios misiones, con aproximadamente 40,000 indios cor: Mayo, Yaqui y Sonora vertidos y la region de los misioneros ya habia llegado a la actual frontera norteamericana. Sinaloa habia dejado de ser una region fronteriza, aunque toda la poblacion espanola de la planicie costera no pasaba de unas 1,000 familias que se dedicaban a la cria de ganado y a Ia mineria. Durante el si glo XVIII su desarrollo tuvo que sufrir todavia muchos reveses. Un gran numero de tribus, especialmente los pimas, se rebelaron contra los espanoles. En eI ano de 1750 dio principio la guerra contra los salvajes seris; finalmente, los que quedaban de estos indios fueron deportados a la isla del Tiburon (1930: 160 personas). Tambien los apaches invadian frecuentemente la region. Sin embargo, fue aumentando eI numero de los colonos descendientes de espanoles. En la actualidad solo quedan unos 34,008 yaquis y mayos y algunas tribus en vias de extincion: pimas (800), papagos (500), ocoronis (80) y opatas (40). A 10 largo del camino real, en los lugares donde cruza ban los rios de mayor importancia, se fundaron nuevas poblaciones, mientras que los puertos no llegaron a desempenar un papel destacado durante la epoca colonial. Solo la independencia de Mexico de la metropoli y la liber tad del comercio que esta implicaba, marco nuevos senderos al comercio colonial. En los puertos del Pacifico empezaban a establecerse comerciantes europeos, para vender sus mercancias en el interior. En pocos auos el comer cio en la direecion oeste-este era de mas importancia que eI trafico de sur a norte, que hasta entonees habia provalecido. La magnifica bahia de Guaymas Ilego a ser un importante puerto para los distritos mineros, no solo de Sonora, sino tambien de Chihuahua, de igual manera que Mazatlan resulto ser el principal puerto de Sinaloa y Durango. Mazathi.n, por la importancia comer cial de su puerto, ha llegado a ser la ciudad mas grande de la planicie costera (1940: 32,000 habitantes), a la que sigue Culiacim, capital del estado de Sinaloa, con 22,000 aimas (1940). A medida que crecian las ciudades coste ras, las antiguas roblaciones perdieron su importancia y disminuyo eI numero de sus habitantes. La capital de Sonora tuvo one ser trasladada cada vez mas
rio abajo: primero, de Arispe a Ures, y finalmente, a Hermosillo, capital del estado de Sonora (1940: 19,000 h.). Tambien se ha desarrollado mucho Tepic, capital del estado de Nayarit (1940: 18,000 h.). La ultima fase del desarrollo cultural partio del norte. Durante el de cenio de 1880 la mineria de Arizona comenzo a extenderse a Sonora. Naco zari y Cananea llegaron a ser centros de dos importantes distritos mineros para la extraccion de cobre, y Cananea se hizo pronto la ciudad mas populosa de Sonora, con sus 35,000 habitantes de los que la mitad son norteamerica nos. En las minas de los alrededores de Cananea trabajaban en el ano de 1925 cerca de 20,000 mineros. Tambien Nacozari crecio en forma pare cida. Actualmente el centro de gravedad de la mineria mexicana se halla en Sonora y partes colindantes de Chihuahua, donde se trabaja con los meto dos mas mooernos de la industria. Los distritos mineros han adquirido el aspecto de modern os paisajes industriales, que a su vez representan buenos mercados para la agricultura. En consecuencia, la poblacion de Sonora ha ido en aumento rapidamente (1868: 110,000 habitantes aproximadamente; 1900: 220,000; 1910: 260,000; 1930: 315,000; 1940: 364,000). Ya en el ano de 1886 el ferrocarril Sud-Pacifico habia extendido un ramal de Arizona a Guaymas que abrio el camino mas corto al mar para los minerales de cobre de Sonora y Arizona. En medio de un yermo desertico, Guaymas (10,000 ha bitantes) se hizo pronto un puerto importante para la exportacion de mi nerales. T ambien Hermosillo pudo recuperar su anterior importancia de bido a la linea del ferrocarril. Su poblacion crecio de 8,000 en 1890 a 15,000 en 1910, yen el ano de 1930 tenia 17,000 habitantes. Pero los norteamerica nos no se ~ontentaron con abrir un camin(· para los minerales de Sonora ha~ cia el mar, sino que tambien siguieron extendiendo la linea del Sur-Pacifico. desde Guaymas mas hacia el.sur, sobre la ruta del antiguo camino real. En 1909 el ferrocarrilllego a Mazatlan, y en 1929 se consiguio el entronque con· la red de ferrocarriles mexicanos, en Guadalajara. EI estado de Sinaloa, en el: ano de 1940 tenia 486,000 habit antes y el estado de Nayarit 213,000. Para la penetracion del paisaje con influencias culturales norteamericanas el fe rrocarril Sur-Pacifico fue de la mayor importancia. Desde 1900, ganade ros norteamericanos adquirier0n grandes extensiones de terrenos, pero debido a las revoluciones, sus rebailOs han disminuido considerablemente. T am bien la agricultura recibio un gran impulso por. la iniciativa de los norte americanos, que en escala creciente contaban con los mercados de Estados Unidos. Especuladores en terrenos compraban vastas extensiones de tierras, para hacerlas cultivables por medio de sistemas de riego y venderlas despues a agricultores en pequeno. EI breve invierno templado de Sinaloa ofrece oportunidad para cosechar hortalizas tempranas, dos meses antes que en Ca lifornia. Se exportan a Estados Unidos, en primer lugar, grandes cantidades
646
n
647
648
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
MEXICO: DELTA DEL RIO COLORADO
de jitomates; en cambio, el cultivo de frutas tropicales tropieza con dificulta des debido a una ley que prohibe su exportacion al citado pais.
El Delta del Rio Colorado Tambien el delta del rio Colorado queda todavia dentro de la gran pro vincia de los basin-ranges que no alcanza su limite occidental hasta llegar al pie de la imponente masa cristalma de la Peninsular Range (Cordillera Pen insular). Pero en la region del delta propiamente dicho son sedimentos flu viales recientes del rio Colorado los que forman la superficie del terreno, del que emergen solamente unas serranias aisladas. El delta tiene una extension de 150 kilometros aproximadamente y un ancho de unos 50 kilometros; su superficie esta ligeramente combada. En el delta, los sedimentos son de enormen dimensiones, porque el Colorado es, de todas las corrientes fluvia les del mundo, el rio que baja las mayores cantidades de fango. T ambien mo vimientos tectonicos recientes han afectado al delta, manifestandose por fre cuentes temblores. En las cercanias de Cerro Prieto existen varios cientos de volcanes de fango activos que arrojan algunas veces nubes de vapor que se divisan a distancias de varios kilometros. Los cambios extraordinariamente irregulares del nivel de las aguas del rio Colorado se deben a las grandes di ferencias climaticas que rigen su cuenca. Las crecidas se presentan con regula ridad en la primavera, cuando se derriten las nieves en las regiones de las ifuentes del rio, mientras que los afluentes inferiores reciben las crecidas que producen las lluvias torrenciales y que se presentan a intervalos muy irregu lares: se les llama flash-floods (inundaciones rehlmpagos). Ciertas terrazas de arena indican que el niveJ del mar estaba todavia en el cuaternario, 30 metros mas alto que en el presente. Hoy dia el delta prin cipal separa del mar las cuencas mas septentrionales, como la Laguna Salada y SaItoo Sink. No se puede decir con seguridad si estas cuencas han que dado separadas del mar solamente por la acumulaci6n del delta, porque Ra rece probable que esta se intensificara con un levantamiento tect6nico. Den tro de la zona del delta los temblores, la formacion de grietas y los volcanes de fango son fen6menos frecuentes. Las zonas mas bajas de las cuencas se paradas del mar quedan debajo de su nivel y faltas de humedad, debido al dima excesivamente seco. S6lo de vez en cuando se Ilena el Salton Sink de agua, como sucedi6 durante la.< grandes crecidas de los anos 1828, 1840, 1849, 1862, 1867, 11391 y recientemente en 1905, cU8ndo el rio Colorado se desbord6 vertiendo el 87 % de sus aguas en el Salton Sink. Hasta 1907 no pudo ser fijado de nuevo el curso del rio por medio de diques. La cuenca de la Laguna Salada tuvo tambien lagos de poca profundidad en los anos de 1884, 1893, 1906, 1914, 1923 y 1928, cuyas aguas procedian igualmente del rio Colorado. E! dimll del delt8 del rio Colorado corresponde al de un desierto calu-
DELTA DEL RIO Ca.....ORADO,SEGUN F KNIFFER ;:::::: LECHO DEl. COLORADO DURANTE UNA _ _ LINUS e ANTlGUOS :"''''AVEN1DA e AGUAS EN 1928 WROE.S ':.~~~'.~ _ .... (IiRVAH>IGUAl ALTURA ':"~i:.:'ESTi:.ROS AlMTERVALOS 910 PIES ",EJE e FAlLAS "u'MiffSf,4£l(ICO YlOS. l'.lTAD05 .... UNID05 El r!ORTEAMERlC.~ hg. 114.
649
650
MEXICO: DELTA DEL RIO COLORA DO
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
roso (BWhw ). Se carece de observaciones meteorologicas en el delta que se refieran a largos periOOos. Los veranos son calurosos y los invierno s tem~ plados; sin embargo, casi tOOos los anos se presentan ocasionalmente algunas escarchas. Son muy grandes las oscilaciones diarias de la temperatura. Por 10 regular la humedad relativa del aire es muy baja, porque solamen te el viento de suroeste trae, especialmente a fines de verano, aire del Golfo de California, cargado de humeda d. La precipitacion atmosferica anua! es in significante y muy irregular de un ano al otto. En el cercano Yuma se midie ron 35.8 mm en el ano de 1904, y 285 mm en 1905. Las lluvias se presenta n principalmente en invierno y dependen de ciclones errantes; otra segunda mnxima, a fines de verano, se debe a la conveccion. La capa vegetal depende en alto grado del agua subterranea que pro cede del rio Colorado y sus afluentes. A 10 largo de los cursos fluviales , cho pos (Populus macdougalii), forman bosques escalonados. Hasta donde alcan za Ia marea, las margenes de los rios estan pobladas de junqueras de color verde subido. EI sicamoro, el mezquite y otras variedades de Prosopis forman bosques que se transforman en las regiones mas secas en praderas abiertas. Las zonas regularmente inundadas estan cubiertas de saucedales tupidos. De ninguna manera muestra la region del delta la pobreza vegetal que seria de suponer en atencion a su clima. Como region de asociaciones vegetales pre pondera ntement e edaficas de caracter mesofitico, el delta se destaca vigorosa mente del desierto gris que 10 rodea, y en concordancia con la vegetacio n, tam bien abundan en el animales de varias especies. En los cursos fluviales se encuent ran muclws peces y las margenes dan albergue al castor, antilope, ciervo, puma, coyote y conejo. Numerosas son tambien las aves, y especial mente en invierno s manera
ILl
~
.....
.\':
~~ ':::'\" ~.:. ~
.:.... ! ::" \/)
,
!~:'
..'1
\
,;~:
«
~
:::::
z
::.:
e
";"
~~
~ o
-."
civ
~
'a
~
",
~ .§
:~,
.gos
~
-'II:' ,,<
& 8
~;
"" u
'"
~ " ~
~
a:
D
-0
~
s comenzaron a dedi carse a la gaDa deria, y existen relatos de Chiapas. del siglo XVI!, que hablan de indigenas que poscian de 1,000 a 4-,000 cabezas de ganado vacuno. Los productos que e! sur de 11exico de la epoca colonial suministraba para la exportacion, eran, adem as de cochinilla (vease p. 693), algod6n, :Ell car, y cacao que se cultivaba en el Soconusco ya en tiempos prehispimicos, asi C"'DO cueros de las ~anaderias de Chiapas. Despues de lograr Mexico su in-
dependencia, en la primera mitad del siglo XIX, la influencia extranjera se hizo sentir, primero, en la mineria. En la Sierra de Ixtlan, de Oaxaca, la em presa que mayores actividades desplegaba era la Mexican Mining Company, que habia sido fund ada en Inglaterra, en e! ano de 1825. Esta compania trabajaba no solamente can metodos mineros alemanes, sino tambien casi ex cIusivamente con personal aleman. S610 en los anos de 1826 y 1827, lIegaron mas de cien alemanes a la regi6n de los zapotecas serra nos, y trabajaron alli casi durante 25 arios. Las minas que explotaban no les dieron mas que un resultado muy mediaEo, de suerte que la mayoria de ellos prefiri6 regresar, pero su influencia se manifiesta todavia hoy en e! paisaje. Los edificios de sus campos mineros quedarvn en ruinas y la exuberante vegetaci6n los cubre en parte, pero acercandose al pueblo de Yavesia, donde los alemanes tenian, hace mas de cien anos, su oficina central, se asombra lIno por e! extrafio as pecto que ofrece el lugar. Las casas tienen techos de tejamanil, muy indina dos, y tambien estan cubiertos de tejamaniles los paramentos exteriores de las paredes. Este tipo de casa que no es el que acostumbran a construir los zaporecas serranos recuerda de lcjos las casas de algunas regiones alemanas, y es de suponer que se construyo bajo la influencia de artesanos alemanes. Hasta los {!Itimos decenios del siglo pasado, e! cultivo del cafe sobre bases capitalistas modern as no empezo a introducirse en el sur de Mexico. Cuando, en Ia vecina republica de Guatemala, los rendimientos de los antiguos cafe tales comenzaban a disminuir, debido a1 agotamiento de la tierra, los cafeteros alemanes fuel on lc" rnmeros que cru:awn 18 froIltera, donde los declives surorientales de la Sierra Madre de Chiapas les proporcionaban la misma c1ase de sue 100 y el mismo clima que las ,"iejas regione, cafeteras de los dedi ves de~la costa del Pacifico de Guatemala. Con este hecho, el sureste del paisaje entro en un nuevo estado de evoluci6n. La finca cafetera se presenta como la forma modern a del latifundio, que hoy dia imprime ya un sella ca racteristico a todo el paisaje, y que ha hecho de la antigua ciudad de Tapa chula el emporio comercial mas importante del estado de Chiapas (1940: 660,000 h.). Su sistema de explotaci6n es analogo al que se sigue en las fincas cafeteras de Guatemrtla. Las tres cuartas partes de todos los cafetales de Chia pas e$tan en manos de emopeos 0 norteamericanos. La cuota alemana de la cosecha del ano de 1927 28 ascendio al 53 %. Ramificaciones de la region cafetera llegan ya a los declives de la wsta del Pacifico del Estado de Oaxaca. Las zonas mas altas de la Sierra Madre de Chiapas, que no pueden arro vecharse para d cultivo del cafe v que eran, hasta hace algunos decenios, zonas de monte cleohabitaQos, comenzarpl1 a ser colonizadas desde hace unos 50 anos. Sin embargo, lc)s colonos y sus metodos para establecerse son dis tintos de los dl' la zona cafetera, aunque existe una relaci6n estrecha entre la colonizacion de- bs montes serra nos y los cafetales en alturas menores de 1,80J metros sobre el nivel del mar. Lo, cafetales necesitan constantemente
l.-
676
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA)ES
trabajadores que, en su mayoria, se reclutan entre los tzeltales y tzotziles y tambien en Guatemala. Atra1dos por los jomales altos, numerosos mames y quiches se han establecido, por tal motivo, arriba de los cafetales, donde disponian de tierras boscosas libres. Estos inmigrantes ya han desmontado grandes extensiones de terrenos, en los que se establecieron de 40,000 a 50,000 almas. Cerca de la frontera de Guatemala, la colonizacion es mas densa, disminuyendo poco a poco en direccion al noroeste. Abandonados a SI mis mos, estos indios han vuelto a vivir conforme a sus antiguas formas economi cas. A poca distancia de la faja cafetera, se extienden los campos mal Tozados de los indios, que se cultivan con la pala triangular de la manera mas sencilla y que solo sirven para el sustento local (Waibel). En tiempos precolombinos, el trMico se hacia utilizando veredas. T odos los transportes de cualquiera clase dependian de los cargadores humanos, y as! siguen dependiendo en la actualidad, porque la red de caminos ha sido mejorada, pero en forma muy deficiente. Todavia hasta 1943, no existia ninguna carretera de la altiplanicie central de Oaxaca, y aim el camino real de Oaxaca a Tehuantepec fue por largos ailos inseguro debido a los salteado res que habitaban en los pueblos por donde pasaba el camino: en tiempos de guerras civiles 0 de dificultades economicas, el indio, igual que el chino, pro pende a dejar la agricultura para dedicarse al bandidaje. EI unico camino que atraviesa totalmente el paisaje es la carretera para automoviles de la ciudad de Mexico a Acapulco, en la costa del Pacifico, del Estado de Gue rrero (1940: 730,000 h.). La ciudad de Oaxaca, capital del Estado del mismo nombre (1940: 1.192,000 h.), esta comunicada con la capital de Mexico por medio de una carretera y de una linea de ferrocarril que termina un poco mas alIa de Oaxaca, sin lIegar a puerto alguno. Otra linea ferrea carre desde Ori zaba a 10 largo de la planicie costera del Golfo, y, conecta con el Ferrocarril del Istmo, aunque el movimiento de mercandas en el istmo es insignificante. Sali na Cruz, puerto del istmo sobre la costa del Pacifico, esta tan obstrufdo por bancos de arena, que son ya muy pocos los barcos que Ie tocan. Del Ferrocarril del Istmo parte otro ramal que corre al pie de la Sierra Madre de Chiapas, abriendo Ia zona cafetera y Soconusco al trMico y conectando Mexico con la Repllblica de Guatemala.
CAPI:ruLO XVII
AMERICA CENTRAL, PROPIAMENTE DICHA I(. LA AMERICA CENTRAL es, segun el concepto mas generalizado, la region de las pequeilas Republicas de Panama, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala; en esta obra continuaremos ateniendonos a este con cepto Iimitado, con excepcion de la region de EI Peten, que pertenece a Guatemala, pero que hemos incluido en nuestra descripcion de la peninsula de Yucatan, por ser en tados sus aspectos, de caracter enteramente diferente. Es necesario tratar en conjunto de Ia estructura y de la morfologia terrestres de la America Central, porque solo el clima y la vegetacion determinan el con traste que existe entre la naturaleza del lado atlantico con la del lado del Pacifico, contraste que ha sido decisivo para el desarrollo del paisaje cultural. Los movimientos tectonicos que, a grandes rasgos, determinaron la mor fologia actual de la America Central, dieron principio en el neogeno, conti nuando en los periados siguientes. En 10 esencial, la region esta ocupada por dos grandes sistemas orograficos diferentes, que fueron separados, durante Ia era terciaria, por un ancho mar que hizo imposible todo intercambio de la fauna y de la flora. En Honduras y Guatemala se presentan varias cordille ras paralelas que se agrupan en una gran comba abierta hacia el norte. For man elias la continuacion de los nucleos orograficos cie las Antillas Mayores, cuyo pleg;miento tuvo Jugar durante la Hamada fase antillana (mioceno me dio hasta el superior). Sedimentos carboniferos, mesozoicos y terciarios son los que forman las cordilleras septentrionales, mientras que el oligoceno y el mioceno inferior estan mucho menos dislocados que las rocas mas antiguas, de igual manera que en las Antillas. En las zonas de Guatemala y EI Salvador que se relacionan con la Sierra Madre de Chiapas, andesitas y basaltos re cientes forman la masa principal del material orogenico. EI levantamiento de los distintos bloques de sierras a su actual altura, tuvo lugar, en su mayor parte, a 10 largo de lineas de fractura y con rumbo oeste-este, despues de haber terminado el plegamiento antillano, porque se encuentta plioceno ma rino poco perturbado a una altura de 2,400 metros sobre el nivel del mar, en 1a Sierra de Chamula, de Chiapas. En la zona costera de Guatemala y Hon • En la America Central se distingue entre la America Central propiamente dicha,
que comprende Guatemala, Honduras, El Salvador, Nlcatagua, Costa Rica, Panama y Belice,
y Centroamerica que abarca sola mente a las cmco republIcas que constituyeron un Estado
federal al liberarse de Espana.
677
,. L
678
AMERICA CEI'ITRAL:
~OS
duras, llegaron a plegarse y fIexionarse aun sedimentos del plioceno superior (Sidney POWeTs), que en las Antillas yacen en todas partes en posicion ho~ rizontal y cuando mucho muy ligeramente flexion ados. Durante el terciario superior y el cuaternario empezo tambien una vigorosa actividad voldmica, llegando a formarse, en Guatemala y El Salvador, grandes conos volcani~ cos que alcanzaron alturas de mas de 4,000 metros. En cambio, en Honduras y Nicaragua, el magma f1uido y las masas efusivas se extendieron en forma de manto sobre grandes superficies, cubriendo el relieve mas antiguo. En esta ocasion el brazo de mar que separaba el continente americano del norte del continente americano del sur, quedo reducido considerablemente. Pero hasta que los levantamientos del plioceno superior acabaron finalmente por cons~ tituir la cuenca de Nicaragua en tierra firme, no se hl20 posible el intercambio de las faunas y floras norte y sud american as. T odavia a principios del cua~ ternario el lago Nicaragua era una bahia del oceano Pacifico, pero en esta misma era fue cortado del mar abierto y simultaneamente desalado por las masas volcanicas. La linea divisoria de las aguas estuvo al principio en el lado oriental del lago, pero en el curso de los tiempos la mayor fuerza erosiva del rio San Juan logro denudar las margenes del lago y desaguarlo hacia el Oceano Atlantico. El sistema orografico meridional empieza con la Cordillera del Guana~ caste, al sur del lago Nicaragua; tiene la Figura de un la20 0 de una "S" y se une en el este de Panama con el sistema orografico andino de Sudame~ rica (Troll). Como en el oeste de Colombia, tambien las montafias de Costa Rica y del oeste de Panama fueron subdivididas en una cordillera principal, una cuenca central y una cordillera costera. De esta ultima ya no queda mas que los nu"Ieos de las peninsulas de Nicoya, Osa, Burica y Azuero. Tambien en el sur, el proceso orogenico parece ser de tiempos muy recientes, porque las capas miocenas de Gatun, de la Zona del Canal, fueron depositadas aun en el mar. El gran contraste que se nota entre la naturaleza y la cultura de los lados atlantico y pacifico de la America Central depende, en el fondo, de las' con~ diciones climaticas. EI declive hacia el Mar Caribe recibe tam bien en invier~ no fuertes lluvias de los vientos alisios ascendentes, y la abundante ,humedad es la cavsa principal, dada la temperatura uniformemente alta, del desarrollo :ie extensas selvas humedas tropicales que, a medida que el terreno se eleva, se transforman, con casi la misma exuberancia, en selvas humedas serranas. Como una enOl'me ola, esta selva se alza en las pendientes de las sierras del lado atlantico, no terminando sino donde comienzan las zonas mas secas del interior de la America Central. Infinidad de rios y arroyos atraviesan estas tierras selvaticas. Parece que todos los intentos de los indigenas para trans~ plantar sus culturas desde las tierras altas a estas regiones selvaticas del lado athintico, no tuvieron mas que un exito muy pasajero; y, como un obstaculo
679
AMERICA CENTRAL PROPIAMENTE DICHA
PAISAJES
!!:
~
~
~:~f
l?'" ~ ~'"
~
,
~ :J
.... ~
'g""
'~g~ 4:
U
z
~
Q. Q
-
-<
~oc
:::l
w
ii:
.,:
ti
u
:
0
~ ~
~ ~
M
~
g
'3 3
;:;
~
Iv
'0
0
~
~ \}
'c"'
~ ~
.J...J u
~ ~~
M ~ «0:
I-
~ ~
~
W
U
I U1:J 1,,1
U1
w
t
z :3~ l5
0
I-
z
&.
2z
w
~w ~
~ti
0
::.::> '"
~~ \:~i ~ rn n
'"
' :t
2'·
680
681
AMERICA CENTRAL: LOS PAISA]ES
AMERICA CENTRAL PROPIAMENTE DICHA
invencible, las selvas humedas se enfrentaron tambien a los espafioles, los cua les solamente 10graron atravesarlas en sus puntos mas debiles, para abrirse paso hacia los paisajes densamente poblados del lado del Pacifico. Hasta el presente, la region de las selvas humedas tropicales alberga solamente a muy contados indios y blancos, de modo que los negros de origen africa no forman en este paisaje el elemento predominante de la poblacion.
ae manglares, detras de los cuales ~mpieza la selva humeda tropical siempre verde en sus formas mas exuberantes. La zona suroriental de esta region sel viltica, hasta la frontera de Nicaragua y Costa Rica, muestra estrechas rela ciones, en cuanto a la f!oresta, con Sudamerica. La zona de las selvas hu medas tropicales se eleva en las laderas hasta alturas de 2,700 metros sobre el nivel del mar, aunque en las regiones mas altas ya se transforma en bos que serrano, que abunda 'en helechos arboreos, gramineas y abigarradas orqui aeas, mientras que algunas especies de arboles de las tierras bajas alcanzan su limite superior a alturas de 300 a 1,000 metros. La riqueza en lianas y epifitos hace estas selvas del Atlantico casi impenetrables, de suerte que el tr:ifico sigue siempre el curso de los rios. El paisaje mdigena. Mientras que en Sudamerica, el limite de las selvas lluviosas en los declives orientales de los Andes 10 constituia, en tiempos pre colombinos, una importante linea divisoria demogr:ifica, las condiciones eran muy distintas en la America Central. Si echamos una ojeada al mapa lingiiis tico de la America Central, nos damos cuenta de que la tan bien marcada linea divisoria dentro de la naturaleza no tiene que ver nada con la localizacion de las regiones lingiiisticas. Especialmente en las zonas angostas del este de la America Central, los territorios de los pueblos con lenguas iguales 0 empa rentadas se extienden desde la vertiente del Atlantico hasta la del Pacifico del continente. Mas hacia el oeste, los pueblos mayas vivian desde la costa del Pacifico hasta la del Atlantica, y tambien los tencas que, en El Salvador y Honduras, cubrian un territorio que alcanzaba de un oceano al otro. Eviden temente los mayas y los lencas penetraron desde las tierras altas del interior y siguieron los cursos de los rios en las regiones selvaticas del lado atlantico, porque tenemos conocimi>:nto de antiguas tradiciones que nos hablan de ex tensas migraciones de algunas tribus. Pero tambien desde Sudamerica deben haberse llevado a cabo movimientos migratorios, 0 por 10 menos la difusion de elementos culturales a las regiones selvaticas del lado atlantico de la America Central, porque, por ejemplo, los cuevas de Panama y los talaTl'llllncas (2,000) y guatuzos (500) del sureste de Costa Rica pertenecen, en un sentido lingiiistko, a los chibchas de Colombia. Es posible que a eUos se deba el que se haya propagado el cultivo de la palma de pejivalle por toda la zona atlan tica selvatica hasta Nicaragua. El centro de gravedad de las culturas de la America Central estaba si tuado, ya en tiempos precolombinos, en la zona mas seca del interior y en el lado del Pacifico, mientras que las tribus de las regiones selvaticas atlanticas siguen siendo hasta el presente genuinos pueblos primitivos, aunque se en cuentran tambien dentro de la zona selvatica, huellas de culturas superiores extinguidas. Las ruinas de Copan, en el oeste de Honduras y de Quirigua (altura: 200 metros sobre el nivel del mar), cerca del ferrocarril que con duce de Guatemala a Puerto Barrios, pertenecen al grupo de los sitios arqueo
La RegiOn del AtlOOtico de la America Central Por todos lados, masas de agua caliente bafian las costas de la region atkintica de la America Central. La enorme influencia de los mares colin ,dantes sobre el clima se debe a la circunstancia de que predominan en toda la region los vientos alisios de noreste y a que estos hacen llegar condiciones