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GESTION DEL RIESGO DEL MUNICIPIO DE JERICO CONCEPTO TECNICO PARA LA OCUPACION DE ESCUELAS EN EL AREA RURAL Y CONSTRUCCION DE SOLUCIONES DE VIVIENDA EN EL AREA URBANA
Introducción El día 26 de julio de 2011, se realizó en Jericó, Boyacá, una reunión con participación de las autoridades departamentales encabezadas por el Señor Gobernador Dr. José Rozo Millán, el Director Nacional de Gestión del Riesgo, Dr. Carlos Iván Márquez, funcionarios del Ministerio de Agricultura, CORPOICA, el Señor Alcalde del Municipio de Jericó, José Bayardo Arguello Paredes, funcionarios municipales y comunidad. En dicha reunión se expusieron aspectos relacionados con la gestión del riesgo del municipio, centrados en la situación post desastre ocurrido en los meses de abril y mayo de 2011 en la zona rural al Norte y Este del Munipio (veredas de Cheva, Tintoba, La Estancia, Cocubal, Ovejeras y Chircal). Posterior a la reunión se realizó una visita a la zona afectada por los movimientos en masa y que fueron objeto de la reubicación de la población durante la emergencia. Simultáneamente a las actividades de gestión del riesgo citadas anteriormente, la Escuela de Ingeniería Geológica de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC, Sede Seccional Sogamoso, adelantó actividades de cartografía geológica en Escala 1: 10.000 de las zonas afectadas con fines de espacialización de los deslizamientos y cartografía geológica detallada de los mismos, en desarrollo de actividades académicas de campo, bajo la dirección del Ingeniero Geólogo Héctor Antonio Fonseca Peralta. Por la anterior razón, en este concepto se complementa lo anotado por la comisión integrada por el INGEOMINAS, el CREPAD y la Escuela de Ingeniería Geológica de la UPTC, en el informe presentado, producto de la visita de reconocimiento durante la ocurrencia de los movimientos en masa en el mes de mayo de 2011, centrados en la situación actual y las posibilidades de ocupación del territorio afectado, el regreso de las comunidades desplazadas y la utilización de algunas escuelas que fueron afectadas parcialmente o no sufrieron daños por las amenazas presentadas. De igual manera, se da un concepto geológico del área urbana en donde se construirán las soluciones de vivienda para las comunidades reubicadas.
Aspectos Generales El Municipio de Jericó se localiza a 250 km al NE de Bogotá, sobre las estribaciones de la Cordillera Oriental de Colombia, en cercanías a la Sierra Nevada del Cocuy. Esta limitado al Oeste por el Río Chicamocha y al Norte por el Río Chitano. Gran parte de su territorio tiene un cubrimiento de bioma paramuno y terrenos con escasa vegetación del “bolsón” semiárido del Cañón del Chicamocha. El terreno presenta mayoritariamente, pendientes quebradas a fuertemente quebradas. La región en general presenta un intenso fracturamiento y una amenaza sísmica alta, conferida por la sismicidad asociada a los sistema de fallas de Santa Marta – Bucaramanga – Soapaga, al Oeste y el sistema de Fallas de Chita, al Este del Municipio. La cabecera municipal se localiza a 3.100 m.s.n.m., sobre delgados depósitos fluvioglaciares y coluviales que reposan sobre un monoclinal dislocado al Oeste por una falla regional. Si bien, el casco urbano no presenta procesos de desestabilización por movimientos en masa, las laderas orientales de cara al río Chitano, si presentan una susceptibilidad alta, por estar atravesadas por fallas en su cabecera y parte media, y por estar constituidas por depósitos coluviales, rocas clásticas altamente fracturadas, lodolitas carbononosas con intercalaciones de calizas que conforman laderas estructurales, sobre las cuales discurren cursos de agua que drenan al río Chitano, el cual a su vez, muestra una dinámica reciente de grandes represamientos, desplazamiento de su curso y elevación del nivel base, en cercanías de Cheva, un caserío localizado a 2.300 m.s.n.m., sobre el carreteable que conduce al Municipio de Chita, al NE de Jericó. Las Veredas de Cheva y las aledañas de Tíntoba, Cocubal, La Estancia y Ovejeras, sustentaban hasta abril de 2011, gran parte de la economía del municipio con la producción agropecuaria, principalmente con el cultivo de la alfalfa, cultivo que demanda agua de regadío en las épocas de estiaje y que tradicionalmente los agricultores, lo realizan a través de acequias o canales abiertos. Adicionalmente, el crecimiento del caserío, se vio favorecido recientemente con la producción de carbón mineral del otro lado del río Chitano, con paso a través de los carreteables hacia Jericó. Con la ocurrencia del Fenómeno de La Niña, desde su detección en el trimestre Junio, Julio Agosto de 2010, de acuerdo con Índice Oceánico El Niño (ONI) reportado por la National Oceanic and Atmospheric Administration NOAA, los montos de lluvia se incrementaron considerablemente en el territorio colombiano. Particularmente en la región andina donde se localiza el Municipio de Jericó, las estaciones meteorológicas que funcionan en la región registraron desde el mismo mes de junio, incrementos superiores al 100%, tal como lo muestra la Fig. 1, donde se relacionan las precipitaciones medias mensuales en un periodo de tiempo desde 1971 hasta la fecha (935.4 mm/año) y las correspondientes a los meses de ocurrencia del Fenómeno de La Niña
(2072.7 mm/año), registradas en la Estación Jericó, localizada en la cabecera municipal y que se consideran representivas del sector en donde se detonaron los procesos de desestabilización de las laderas de la margen izquierda del río Chitano. PRECIPITACION MEDIA 1971 - 2011 PERIODO NIÑA 2010 - 2011 450 400
NIÑA 2010-2011
MEDIA
350
mm
300 250 200 150 100 50 0 J
J
A
S
O
N
D
E
F
M
A
M
Mes
Fig. 1 Diagrama de distribución de precipitaciones medias mensuales (barras rojas) y de periodo Niña (barras azules) desde junio de 2010 a mayo de 2011 (Estación Jericó). Las precipitaciones ocurridas en junio fueron excesivamente altas en comparación con la media que indica un bajo en los meses de junio, julio y agosto en el comportamiento bimodal, en donde los picos de septiembre – octubre – noviembre y de abril – mayo, fueron inusualmente muy elevados. Las precipitaciones de diciembre a marzo, tienen una alta correlación con la media, correspondiendo a un periodo de estiaje. Los altos montos de precipitación acumulados en los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2010, detonaron al final de noviembre, la desestabilización de las cabeceras de la Quebrada La Carbonera a 3.200 m.s.n.m., con un deslizamiento rotacional de depósitos coluviales arcillosos y lodolitas carbonosas de la infrayacente Formación Chipaque (cretáceo superior) y un aporte continuo de un flujo de lodo hacia aguas abajo, con acumulación en la parte alta de la Vereda La Estancia (Ver Fig. 2). Históricamente, el mes de abril es lluvioso, con una media de precipitación de 137 mm, pero en este mes en el año 2011, cayeron 396 mm, lo cual detonó una serie de procesos de movimientos en masa que se constituyeron en eventos desastrosos para las comunidades asentadas en Cheva, Tíntoba, Cocubal y La Estancia.
PRECIPITACIONES ABRIL 2011 – ESTACION JERICO 17.4
20
43.3
9.7
DIA
41.2 42.8
25.9 30.5
2.8 6.8 12.5
26.4
34.4 34.8
346.9 mm
13.3 8.2 9.7
173.2
31 29 27 25 23 21 19 17 15 13 11 9 7 5 3 1
15.8
PRECIPITACION TOTAL MES: 395.5 mm
0
10
20
30 40 50 mm Fig. 2 Precipitaciones diarias mes de abril de 2011. Estación Jericó. (Las barras rojas, indican eventos detonantes de movimientos en masa).
PRECIPITACION MAYO DE 2011 – ESTACION JERICO 31
3.2
29
2.7
5.9
27
7.4
25
11.5
23 21
4.8 6.3 6.2
19
DIA
17 15
2.5
13 11
22.5
6.8 7.8 8.7 10.3 6.5
9 7 5
0
3 1
0
5.1
52.5
14.5 12.9
9.1
10
29.5
20
30
mm
40
50
60
Fig. 3 Precipitaciones diarias mes de mayo de 2011. Estación Jericó. (Las barras rojas, indican eventos detonantes de movimientos en masa).
Eventos desastrosos El día 16 de abril, se presentaron sendos flujos torrenciales a lo largo de las Quebrada Chevana y Porquerana, las cuales tienen sus nacimientos a 3.600 y 3.400 m de altitud y confluyen aguas debajo de Cheva, para entregar sus aguas en el río Chitano a una altitud de 2.034 m.s.n.m. Los flujos torrenciales de la Quebrada Chevana, en su recorrido de 6.4 km, afectó el sector oriental del caserío de Cheva (ver en 1 de la Fig. 4), destruyó carreteables, y los estribos del puente en construcción de la carretera que comunica Jericó con Chita. Por su parte, el flujo a lo largo de la Quebrada Porquerana, afectó la Escuela de Cocubal y la carretera Jericó – Cheva. Posteriormente, el 23 de abril se inicia en la Vereda Tíntoba (ver en 2 de la Fig. 4), un movimiento traslacional que involucró depósitos coluviales y lodolitas carbonosas que se desplazaron ladera abajo sobre un estrato de caliza con orientación N60ºW e inclinación de 20º NE, relativamente constante hasta el rió Chitano a lo largo de 2 km., destruyendo a su paso, cultivos, 26 viviendas y la carretera que comunicaba Cheva con La Playa (del otro lado del río). Es de resaltar, que los flujos torrenciales de la Quebrada Porquerana de ocho días antes y las altas precipitaciones (176 mm en 5 días,) precedentes, además de saturar los materiales involucrados, lubricaron el plano estructural por donde se desplazó la masa deslizada. Luego, el 28 de abril, en la parte alta de La Estancia, en donde se acumularon los flujos de lodo de la Quebrada La Carbonera, desde finales de noviembre de 2010, se inicia un deslizamiento complejo (rotacional en su cabecera a traslacional en la parte baja), que fue empujando e involucrando depósitos coluviales y lodolitas carbonosas de la Formación Chipaque ladera abajo (ver en 3 de la Fig. 4). Este gran movimiento de 3 km de longitud desde su cabecera hasta el río Chitano y 2 km de ancho a lo largo del rio Chitano, destruyó viviendas, escuelas, infraestructura vial, acequias y el próspero sistema productivo del cultivo de alfalfa. La velocidad de la masa deslizada, en la parte media se estimó en 20 m/hora, en el sector densamente poblado de Santa Helena. Ladera abajo en el Sector La Laguna Limpia, por donde igualmente, se ubica la carretera que conducía de Cheva a Chita, existe un control estructural en las rocas infrayacentes, por la presencia de la Falla Bebedero que levanta levemente el bloque de aguas abajo, lo cual provoca un abombamiento por el desplazamiento de los materiales empujados sobre el escalón de falla, aumentando el espejo de agua lo largo del trazo de la falla (Fig. 5).
Fig. 4. Panorámica del área rural del Norte de Jericó afectado por movimientos en masa en 2010 y 2011. (1 Caserío de Cheva, 2 Deslizamiento de Tíntoba, 3 Deslizamiento de La Estancia, 4 Falla Bebedero, 5 Falla Landinez, 6 La Carbonera).
El empuje de la masa deslizada que sorteo el obstáculo representado por el escalón de la falla, fue suficiente para que se reactivara el movimiento hacia aguas abajo. Aquí, los depósitos coluviales aumentan su espesor y su empuje ladera abajo se ve favorecido por un plano estructural de calizas con rumbo preferencia NW e inclinación media de 20 º NE, que llega hasta el cauce del río Chitano. La desestabilización en cadena desde la corona hacia aguas abajo, alcanzo en cinco (5) días, el pie del deslizamiento, rebasando el lecho del río Chitano y remontándose la masa inestable sobre el talud rocoso de su margen derecha, provocando un cierre de su cauce y el represamiento del río, que dio lugar a la formación de un lago de 800 m de longitud, en la confluencia de los ríos Loblanco y Veraguas que conforman el río Chitano. Una vez represado el río, este inicia simultáneamente su disección, hasta abrir nuevamente su cauce cinco días después, socavando los materiales involucrados en la parte inferior del deslizamiento y quitándole soporte al pie del talud, lo cual facilitó el desplazamiento de la masa empujada ladera abajo, en los días posteriores.
Figura 5. Panorámica del sector bajo de la Estancia en la disección del represamiento del río Chitano (derecha primer plano), Caserío de Cheva (arriba a la izquierda), deslizamiento de Tíntoba (arriba a la derecha). Las flechas, indican el trazo de la Falla Bebedero y su control en los deslizamientos. El área afectada por movimientos en masa en las veredas de La Estancia, Tíntoba, Cocubal, Ovejeras y Chircal, supera las 2.000 has, siendo las de mayor afectación por perdidas económicas, las de La Estancia con 315 has y Tíntoba 190 has de terrenos dedicados principalmente a la agricultura, que dejaron 1.956 damnificados desplazados, 327 viviendas totalmente destruidas, 2 escuelas destruidas, 3 escuelas averiadas y 30 km de carreteras totalmente destruidos. Durante los eventos desastrosos, hubo un buen manejo de la emergencia (no se presentaron víctimas humanas) por parte de las mismas comunidades damnificadas, autoridades municipales, entes de atención de desastres, organismos de socorro, las fuerzas militares y empresas mineras establecidas en la región. Corresponde ahora, involucrar las lecciones aprendidas de estos eventos, en la resiliencia de la población afectada, en la estructuración de una aceptable planificación territorial y de gestión del riesgo, que tenga en cuenta que el entorno natural es susceptible a amenazas representadas por procesos geomorfológicos y procesos endógenos, que se debe hacer una conversión en las prácticas agrícolas y que en el uso del suelo debe quedar definidas
claramente las restricciones que permitan reducir los riesgos totales iniciales a un riesgo residual que no comprometa la vida de sus habitantes. Antecedentes En la definición de medidas de recuperación, prevención y preparación a la ocurrencia de amenazas en la zona objeto de estudio, se debe tener en cuenta, los procesos geodinámicos ocurridos en las últimas décadas, ligados a fenómenos como el de La Niña, e incorporar estas anomalías como alerta temprana en la Gestión del Riesgo. Los ríos Loblanco, Higueras y Veraguas, que confluyen para conformar el cauce del Chitano, que entrega sus aguas y sedimentos al Chicamocha, son testigos de la evolución de procesos geoclimáticos ocurridos sobre materiales fisiográficamente susceptibles a la desestabilización, eventos cosísmicos y la erosión. Como relicto de tales procesos, quedan los desplazamientos de los cursos de los ríos, la colmatación de los cauces con sedimentos y la elevación de sus niveles base y por tanto un desequilibrio en su dinámica fluvial y de vertientes. En noviembre de 1943, se presenta un gran deslizamiento al Este de la Estancia (Zanjón Landinez), formando una presa en el río Veraguas, de 150 m de altura y 300 m de largo entre estribos, y un lago de 120 m de profundidad máxima (Fig. 6). Según el reporte del Geólogo Alejandro Del Río, enviado por el Servicio Geológico Nacional para atender la emergencia, el derrumbe causó varias pérdidas de vidas humanas. La corona del desprendimiento, en ese entonces ubicada a 2.700 m de altitud, hoy se constituye en el frente libre con escarpe superior a 2.900 m de altitud, en cercanías a la corona principal del deslizamiento reciente de La Estancia, en ambos casos, con una clara influencia de la Falla Landinez y su intenso fracturamiento (Fig. 7). Los materiales involucrados en el gran deslizamiento de 1943 y reactivado en 2011, corresponde en su parte superior a depósitos coluviales de naturaleza arcillosa , bloques de arenisca, lodolitas carbonosas, bloques de caliza y liditas, todos estos materiales rocosos correspondientes a la Formación Ermitaño (correlacionable con la parte superior del Grupo Guadalupe de La Sabana de Bogotá y las Formaciones Luna, Pinos y Arenisca Tierna, descrita por Fabre en la memoria de la Plancha 153 – Chita). Justamente, en el Zanjón Landinez, los materiales anteriormente descritos, constituyen un sinclinal apretado, dislocado en su parte superior, buzante hacia el norte de cara al rio Veraguas, lo cual favorece los desprendimientos y flujos de lodo. Es de anotar que al igual que en el año 1943, por su parte superior y media, cruzan sendas acequias hacia La Estancia, sumándose ahora el carreteable que conduce de Chita a Cheva.
(a) (b) Fig. 6. En (a) Zona de arranque del deslizamiento del Zanjón Landinez que represó el río Veraguas en noviembre de 1943. En (b) represamiento sobre el río Veraguas en noviembre de 1943. (Fotografías tomadas por Alejando Del Río, febrero de 1944).
Fig. 7. A la derecha, panorámica del deslizamiento de La Estancia, a la izquierda, separada por la loma El Caracol, Zona Inestable de Zanjón Landinez. En la izquierda, curso del río Veraguas. (Fotografía tomada en agosto de 2011).
De igual manera, se correlacionan grandes deslizamientos que coinciden con periodos muy lluviosos asociados con fenómenos Niña en el año 1975, cuando se desestabilizan depósitos coluviales y areniscas, lodolitas y calizas de formaciones del cretáceo superior y paleógeno, desde la Loma de San Pedro, al NW de la cabecera municipal de Jericó. Este gran deslizamiento, represa el río Chitano, lo acosa contra el escarpe rocoso de la margen derecha, se forma un gran lago que posteriormente es colmatado por sedimentos y se eleva considerablemente el nivel base del río (Fig. 8).
Fig. 8. Represamiento del río Chitano ocurrido en 1975 (circulo). En primer plano Caserío de Cheva. (Fotografía tomada en agosto de 2011). Grandes deslizamientos correlacionables con periodos muy lluviosos coincidentes con fenómenos Niña, ocurridos en la región recientemente, son los de La Caldera detonado en 1.988, ubicado en la margen izquierda del río Chitano, aguas arriba de la confluencia del río Veraguas, y el deslizamiento del río Veraguas en el año 2.001 al frente de Canoas, aguas arriba del sitio donde se represó en 1943.
Concepto Técnico de Ocupación del Territorio y Recuperación de Infraestructura El primer elemento clave en la gestión del riesgo del Municipio de Jericó, es aceptar que gran parte de su territorio, dadas sus condiciones fisiográficas y antrópicas, es susceptible a movimientos en masa que pueden ser detonados por la sismicidad asociada a sistemas de fallas regionales o por lluvias. Por tanto se tiene un riesgo, que en la medida en que se pueda evitar, reducir con medidas preventivas, planear el uso de su suelo, realizar cambios en el manejo del agua, implementar alertas tempranas, manejo de emergencias y en un futuro cercano, porque no, hacer una transferencia del riesgo (seguros) para que, ese riesgo total inicial a la cual están expuestas las comunidades, sea reducido a un riesgo residual manejable con auto responsabilidad. A continuación se hace una descripción de aspectos fisiográficos por sectores, resaltando la vulnerabilidad localizacional con respecto a la dinámica de vertientes o procesos que dieron lugar a los eventos amenazantes que afectaron los elementos expuestos que motivaron el desplazamiento preventivo de 1956 personas y la reubicación definitiva de muchas de ellas. Cabecera Municipal Municipio de Jericó: Se localiza a 3.100 m.s.n.m., sobre una delgada cobertura de depósitos coluviales y niveles arcillosos de la Formación Guaduas que reposan sobre una gran secuencia de arenisca que corresponde con el miembro superior de la Formación Ermitaño, correlacionable con el tope del Grupo Guadalupe de la Sabana de Bogotá, de edad cretáceo superior. Esta secuencia de arenisca en la parte oriental de la cabecera municipal queda descubierta y conforma una ladera estructural con rumbo NE e inclinación hacia el NW (hacia el casco urbano). Esta secuencia, al Oeste es dislocada por una Falla denominada el Bebedero, por coincidir su trazo con la quebrada del mismo nombre, hasta inmediaciones del Caserío de Cheva, al norte de la cabecera municipal (Fig. 9). La cabecera municipal en general, presenta amenaza media a alta por sismicidad y baja por movimientos en masa. El sector sur y occidental del casco urbano bordea la Quebrada Bebedero, la cual en su dinámica presenta localizados procesos de desestabilización, remediables con estructuras de contención en la entrada al municipio (La Virgen) y a lo largo de la quebrada (zona de protección). Es recomendable, destinar una zona de protección, alrededor del casco urbano, con vegetación protectora y reguladora de flujos laminares y concentrados favorecidos por las pendientes que lo circundan. En cuanto a las características geológicas del sitio destinado para la construcción de soluciones de vivienda para las personas damnificadas, este corresponde a un terreno relativamente plano a poco inclinado de depósitos coluviales sin evidencias de desestabilización. No obstante de mostrar buenas condiciones para ser ocupado por construcciones, se requieren los estudios mínimos geotécnicos (de suelos) que a su vez recomienden las normas constructivas de sismo resistencia.
Fig. 9. Cabecera municipal vista desde el Este, nótese al Occidente el cauce de la quebrada Bebedero, con escasa vegetación protectora. Recuperación de Escuelas en el Área Rural: Con los eventos ocurridos en abril y mayo de 2011, fueron destruidas las Escuelas de Santa Helena y San Rafael, ambas localizadas en la Estancia. Como elemento de ordenación del territorio y de la gestión del riesgo, en el área desestabilizada definitivamente no se debe reconstruir ni viviendas ni escuelas. Por su parte la Escuela de Ovejeras, no se vio afectada directamente por flujos torrenciales ni deslizamientos, sin embargo su entorno fue objeto de una evacuación preventiva de gran parte de sus habitantes. Las refacciones a Escuela se pueden realizar en el presente año, sin embargo su ocupación en este mismo año no se recomienda, dado que esta decisión motivaría el regreso de la población evacuada. Durante los meses de octubre y noviembre próximos, que corresponden con picos de precipitación, se debe hacer un seguimiento de los terrenos afectados en abril y mayo. Dependiendo de la evolución de los procesos de desestabilización, en un futuro se puede recomendar, la ocupación del territorio, con restricciones sectorizadas en el uso del suelo y manejo del mismo.
La Escuela de Cocubal, definitivamente presenta una alta vulnerabilidad localizacional por estar ubicada sobre un cono coluvial en construcción con su ultimo "pulso" o evento en el mes de abril de 2011. Este último evento, es el reinicio de un proceso de desestabilización que involucra depósitos coluviales colgados que reposan sobre el nivel arcilloso de la Formación Ermitaño (miembro Los Pinos), justo encima del afloramiento de la secuencia de liditas de la misma formación con una alta pendiente, y por debajo de la carretera que conduce a Pueblo Viejo. Con estas condiciones no se recomienda su utilización y menos con destino a un centro educativo. (Ver Fig. 10).
Fig. 10. Localización de la Escuela de Cocubal. En el círculo rojo se muestra la infraestructura, amenazada por los flujos coluviales desprendidos de los depósitos coluviales que reposan por debajo de la carretera que conduce a Pueblo Viejo. Por su parte el Caserío de Cheva, que fue afectado por los flujos torrenciales de la Quebrada Chevana, se localiza sobre una falla geológica denominada El Bebedero, que es la responsable del fracturamiento y desplazamiento de las rocas de la Formación Chipaque, confiriendo además de una preparación de los materiales para su remoción y procesos erosivos, una disposición de ladera estructural sobre rocas duras, hacia aguas abajo, que ha facilitado el desplazamiento de las intercalaciones arcillosas superficiales y depósitos
coluviales, dejando al descubierto hasta la cabecera del caserío, el plano de deslizamiento de eventos anteriores. De no implementarse estructuras de contención, en un futuro pueden ser incorporados en el proceso de desestabilización sectores del caserío actual. Por lo anterior se recomienda no densificar la construcción en el caserío y estudiar la adopción de medidas estructurales. Finalmente, la Escuela de Cheva, no fue afectada por los flujos torrenciales ni los deslizamientos y su estructura está en buenas condiciones, lo cual la habilita para ser utilizada, sin embargo se debe considerar que la población de Tíntoba y La Estancia fue reubicada y no se debe contar con estas comunidades como posibles usuarios, ya que se estaría fomentando el retorno a los sitios que siguen en proceso de desestabilización. Por lo anterior se recomienda, hacer acondicionamientos y planeación de la ocupación para el próximo año, sin crear falsas expectativas en el regreso de las comunidades afectadas, considerando que hay un riesgo residual que debe ser manejado con auto - responsabilidad.
Recomendaciones adicionales de reubicación Una vez, evaluados los sitios afectados por los movimientos en masa y los sectores aledaños, se recomienda de manera imperiosa, incorporar dentro de las comunidades a reubicar, a los pobladores que ocupan la parte superior del Zanjón Landinez, ya que hay evidencias de reactivación del movimiento en masa que produjo el desastre con varias pérdidas de vidas humanas en noviembre de 1.943. En esta ocasión las evidencias de reactivación se manifestaron con flujos de lodo surgidos en el frente libre de la masa inestable y agrietamientos en toda la planicie superior de Zanjón Landinez en proximidades a Pueblo Viejo.
Conclusiones El predio donde se construirán las soluciones de vivienda en la cabecera municipal, geológicamente no evidencia problemas de inestabilidad, por lo que es viable, su uso para este fin. Por el presente año 2011, no se recomienda la utilización de la infraestructura actual de las escuelas de Ovejeras y Cheva, teniéndose en cuenta que su reapertura conlleva el retorno de las comunidades a las zonas afectadas por procesos de desestabilización, que deben ser monitoreadas durante los meses de octubre y noviembre, considerados históricamente como lluviosos. No se recomienda, la reapertura de la Escuela de Cocubal, por estar en un cono coluvial en construcción, con reinicio de un proceso de desestabilización. Sus cercanías con la cabecera municipal, suple el impacto de su cierre.
Se recomienda de manera imperiosa, incluir en los procesos de reubicación a la comunidad asentada en la parte superior del Zanjón Landinez, por evidencias de reactivación del deslizamiento que en noviembre de 1.943, causó la perdida de varias vidas humanas y represó el río Veraguas, con un tambre de 150 m de altura y 300 m de largo entre estribos.
Sogamoso, Septiembre 28 de 2011
Responsable,
HECTOR ANTONIO FONSECA PERALTA Ingeniero Geólogo M.P. 1095 del CPG Director Escuela de Ingeniería Geológica UPTC Sogamoso