GLI UFFIZI. Más allá del marco. Las guías del Más-allá de Carote e Lillà

GLI UFFIZI Más allá del marco Las guías del Más-allá de Carote e Lillà www.carotelilla.it 1 Madonna de Ognissanti Giotto di Bondone http://www.vir

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GLI UFFIZI Más allá del marco

Las guías del Más-allá de Carote e Lillà www.carotelilla.it 1

Madonna de Ognissanti Giotto di Bondone

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=58

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Detalle del fondo arriba a la derecha de la pintura, sobre la auréola del Niño Jesus.

Madre del cielo, te dono mi corazón, broto alegría.

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El cuadro se pintó alrededor de 1310, para la iglesia de Ognissanti en Florencia. Se le mencionó por primera vez, como obra de Giotto, en un documento de la iglesia que se remota al año 1418. En 1810 se trasladó de este sitio hacia la Galería de la Academia y, en el 1919 a los Uffizi, donde ahora queda expuesto. La ultima restauración se remota a 1991. Giotto con su obra marcó un cambio fundamental en el desarrollo del arte occidental. En sus pinturas restituyó el volumen a la figura humana, superando la pintura bidimensional, típica del estilo bizantino, e impulsó hacia una nueva orientación realistica. La arquitectura sutil del trono de la Virgen acoge y pone de relieve la masa azul del mantel; el claro-oscuro de los vestidos modela la forma de su cuerpo, haciendo sobresalir el pecho y las rodillas, inovación que podía parecer una heresia delante de los ojos de los antiguos fieles. El fondo de oro transmite su propria luminosidad a las auréolas doradas de los ángeles, de los santos y a los colores claros de los vestidos. El equilibrio de las solidas figuras de la Virgen y del Niño son la expresión de un nuevo lenguaje, de una nueva religiosidad, que se acerca con su humanización al mismo hombre.

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Madonna de la Santa Trinidad Cimabue

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=57

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Rezos y rezos Iglesia de la Santa Trinidad, hace cientos de años. Hay rezos y rezos. Hay unos rezos que son globitos luminosos que suben hacia lo alto, ligeros, y acaban parandose cerca de la cabeza de la Virgen del Cimabue. Su luz se derrama, ahí sobre el oro extendido sobre la tabla, y este parece todavía más luminoso. El oro resplandece como si estuviese quemandose el aceite de una lámpara. El aceite, llevado por los globitos, está hecho de pensamientos puros, de confianza, de aceptación, de paz, de servicio. Los globitos suben desde el corazón y desde las frentes de mujeres, hombres, muchachos, niños, frailes, de fieles, que se paran en la iglesia. Unas veces miran a la pintura de Cimabue (¿cómo no mirarla?), a veces no. Pero los globitos suben igualmente hacia lo alto, y se paran allá arriba, un rato. Luego, hay otros rezos que piden “Santa Virgen, dáme….” , “Virgen Santa, te ruego que hagas que….” El apego, el deseo de posesión, el orgullo de saber lo que es justo por nuestra propia vida, los deseos que presionan la voluntad, todas estas cosas van deformando los globitos luminosos. La luz se apaga, los colores se vuelven oscuros, marrón, gris, y luego las formas…El globito recién nacido se deforma, su aspecto se hace raro, irregular, sin forma. Intenta volar, incluso saca un par de alas, para subir arriba, pero es demasiado pesado, y ninguno de los ángeles que van dando vueltas por la iglesia baja para hecharle una mano para subir. Asi avanza, hacia la Virgen de Cimabue, pero queda bajo y se va justo en dirección a Jeremías. Ah, aquellos ojos! Harían que el más fanfarrón de los demonios escapase! Los ojos de Jeremías paran esas formas oscuras, y estas, al encontrar el camino cerrado, vuelven atrás, justo de donde salieron, hacia sus mismos creadores. Solo que son más grandes, más oscuras (en el esfuerzo de volar se hizieron gruesas, y se alimentaron del polvo oscuro que se encuentra en el aire bajo de la iglesia). Sus creadores (ellos también mujeres, hombres, muchachos, niños, frailes, fieles) de repente se sinten tristes, y preguntan por qué. “Estoy triste porque no tengo…., Virgen , te lo ruego, dámelo…”, y otra forma sale desde ellos, hacia el cuadro. Pero hay siempre Jeremías haciendo guardia al oro de la pintura, para que no se manche. Pero unas veces pasa que algunos de ellos levantan los ojos, muy arriba, y que una chispa de oro, alimentada por el aceite de los globitos, los derrumbe. Entonces, todo lo que quería pedir se desvanece. La mente se vacía, y los deseos parecen ridículos. Entonces un mechón de la barba de Jeremías se estremece, como si se reiese un poco. 6

Museo de los Uffizi, hoy “Mamá, has visto qué bonitos todos aquellos globitos sobre la pintura?” “¿Pero qué dices? Otra vez?” O-o. He visto de nuevo algo que ella no ve. Si sólo pudiera entender cuando puedo hablar y cuando no… Un globito luminoso se forma alrededor del corazón de una niña y sube arriba, hacia la Virgen de Cimabue. “Pero te lo dijo también la psicóloga que ciertas fantasías deberías dejarlas ya a tu edad, y que deberías pensar sólo en la realidad presente del aquí y ahora. Y ahora nosotros estamos aquí, en un museo, mirando las esplendidas obras de arte de pintores primitivos.” Querría que fuera una niña normal,como todas las demás. No le falta nada en fin. Es bonita, no es estupida, si sólo no estuviera siempre con la cabeza en las nubes. Dios, como lo querría … Una forma luminosa se forma delante del cuerpo de una mujer, luego intenta volar, se pone oscura, marrón, saca un par de esbozos de alas oscuras y vuela caprichosamente, como un murciélago, hacia el cuadro. Los ojos de Jeremías la paran. La forma oscura vuelve hacia donde la mujer. O, mama, no, te ruego! El globito luminoso de la niña ha cedido su aceite al cuadro. El oro brilla, todavía más fuerte. La mujer lo mira. “Primitivos, dije? Qué horror! Si son primitivos ellos, yo soy la mujer de Neanderthal…” La mujer se ríe. La forma oscura se derrite, y un poco de polvo se cae sobre la tierra, por debajo de los pasos de otros visitadores. “Oye, como ahora estamos solamente nosotras dos y no estás en la escuela, ¿me los enseñas también a mí los globitos esos de los que hablas?”

7

Anunciación de Simone Martini y Lippo Lemmi

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=68

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Detalle del mantel del Ángel.

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Virgen de la Humildad Masolino

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=39

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Taller de Masolino Buenos días, Don Masolino! ¿Me daría un poco de color? Elige el color que quieres y ponlo en este pequeño cuenco. Toma. Gracias Tomo éste Justo el oro... Con lo qué cuesta! Elige otro color... hay muchos... Me sirve justo el color oro. Tengo que pintar el sol 4

Uf... Está bien... he aquí un poco de color oro Gracias! Adios Masolino... Masolino! Masolino, somos los colores, aquellos que aprendiste cuando eras un niño. El ROJO del fuego vivo que quema en la chimenea y que te calentaba. El VERDE del campo, donde hacías miles de piruetas y corrías trás un abeja para descubrir sobre qué flor iba a apoyarse.

5

El AZUL. Tu primera tela, aquella sobre la cual te imaginabas los dibujos de las nubes. El AMARILLO de los limones y de las prímulas que con ...ohoo ... maravilla descubrías madurar y florecer en cada estación. El BLANCO de la nieve, de la que tanto oyste hablar, pero que nunca habías visto. El NEGRO de la oscuridad, que se ofrece de esconder a los co__ res, justo el tiempo de descansar un rato. El ROSADO del alba que te da los buenos días! El rosado de la rosa y de la belleza en el corazón 6

¿Y el oro es el color del sol? El sol es de todos los colores! Aquellos que ves en la luz del día. ... y aquellos que no ves, y que de vez en cuando se asoman en el cielo, en un arcoiris de oro es la luz, de todos los colores, Joya de un dono Masolino mira a la Virgen de la Humildad. Sobre la cabeza de Jesús brilla el sol. 7

Virgen con Niño (Madonna de las cosquillas) Masaccio

http://it.wikipedia.org/wiki/File:Masaccio,_Madonna-del-Solletico.jpg

8

Para sintonizarse con la luz canalizada por la pintura es util mirar, desenfocando la mirada, a unos centímetros de distancia sobre la cabeza de la Virgen. El gesto con el que la Virgen hace cosquillas al Niño está a la extremidad de una emoción naranja-rosada, que llega desde el vientre de la Virgen, punto sobre el cual apoya sus pies el Niño. Se notan areas oscuras, pesadas. Soplar sobre ellas con una sonrisa puede ayudar a limpiar la pintura y a dejarla en condiciones mejores, para los observadores siguientes. 9

La Batalla de San Romano Paolo Uccello

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=88

La derrota de San Romano El caballero en el centro parece emitir su último aliento, trapasado por aquella lanza sin piedad. ¿Cuántas veces me he sentido así? Como trapasado, derrumbado, suspendido. El caballero que se está muriendo parece más surprenderse que sufrir, más incrédulo, por aquel golpe mortal, que lamentándose de la muerte y de la derrota. La punta de la lanza penetra la coraza, equilibrada con sabiduría por el cuerpo del otro caballero. Del caballero que está trapasando no advierto transparentarse nada. Parece más muerto quien mata que su adversario trapasado y muriéndose. Quizás es así: quien mata no mata a ningún otro que a si mismo. 10

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El Duque y la Duquesa de Urbino Piero della Francesca

Parte posterior http://www.virtualuffizi.com/uffizzi1/Uffizzi_Pictures.asp?Contatore=87 1

Se trata de un díptico, formado por dos placas: la anterior muestra los retratos de Federico da Montefeltro, Duque de Urbino, y su mujer, Battista Sforza; la posterior una representación alegórica de sus virtudes. Se encuentra en los Uffizi desde hace 1773. Parece que el retrato de Federico ya se completó en el 1465, mientras que lo de Battista es póstumo. Las dos pinturas hoy están unidas dentro de un único marco, pero de antiguo quizás eran parte de un díptico con cremallera, que se abría como un libro. De hecho, la pintura sobre ambas partes haría pensar en un objeto privado, quizás pedido por el mismo Federico, como recuerdo de su mujer, muerta en el parto a los 27 años. En la placa posterior, se representa a Federico sobre el carro triunfal, tirado por dos caballos blancos, mientras una “victoria” alada le corona con el laurel. En la parte anterior del carro quedan sentadas las quatro virtudes cardinales: “justicia” (de frente, con espada y balanza), “prudencia” (de perfil, con el espejo), “fortaleza” (con la columna quebrada) y “temperancia” (de espaldas). Un amorino guia los caballos, aunque queda claro que la orden procede del mismo Federico que, llevando su armadura, empuña el bastón de comando, puesto de relieve por la prolongación de la línea horizontal por medio de un camino en el fondo. El triunfo de Batista exalta las virtudes coniugales: ella esta cogida durante la lectura, con las tres virtudes teologales: la “caridad” (vestida de negro llevando en su regazo un pelicán, símbulo de sacrificio maternal que dona sus propias carnes para la sobrevivencia de los hijos), la “fe” (vestida de rojo con el caliz y la hostia), la “esperanza” (de espaldas) y una cuarta virtud, la “temperancia” (de frente). Un amorino mira dos unicornios, símbulo de castidad. El paisaje procede claramente de los flamencos, donde la tiniebla aclarece las cosas mas lejanas y el cielo se va esfumando hacia el horizonte, como al amanecer. Se ha notado como el escenario se puede conectar en 360° si se une el de Federico con el de su mujer.

Detalle de la victoria alada que corona a Federico da Montefeltro. 2

Virgen y el Nino con santos Filippo Lippi

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=94

El paisaje es evanescente, el tiempo suspendido, disminuyéndose. Con un golpe de ala, el angelito abajo, a la derecha, nos guiña, con la alegría, lista, de un niño. hay mucha, mucha esperanza. 3

Palas y el Centauro Sandro Botticelli

http://www.virtualuffizi.com/uffizi/img/Ap070.jpg

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Mirada de piedad la materia se eleva cuando hay paz Vestir de olivar para seguir el alma hasta quien la creó

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Pala de San Giusto Ghirlandaio

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=26 Representados en la pintura: abajo dos obispos arrodillados (quizas San Zanobi y San Biagio), en el centro la Virgen con el Nino Jesus bendiciendo, el Arcangel Miguel y el Arcangel Gabriel, respectivamente a la derecha y a la izquierda de la Virgen, cuatro angeles alrededor de la Virgen y, en el fondo, cipresos, un granado y un naranjo.

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Cuánta gente se para delante de la pintura! A cada uno, si nos escucha, vamos diciendo algo... Las flores en el vaso Somos las floers en el vaso, rosas y lirios, violas y flores de campo, alguien nos cogió y aceptamos que cortasen nuestro tallo. Declaramos la belleza del mundo quedando en un vaso. Obispo Sentí rabia y el cansancio del camino sobre la tierra. Mil veces pregunté por qué, descubriendo, después, que mi corazón sabía. Arcángel Miguel Justicia divina es luz entre los hombres, Esperanza y Gozo, sigue con Fe y sabrás que todo esto es verdad.

Coro de los ángeles alrededor de Maria música dulce música del corazón, notas de luz y flores en el cielo

Arcangel Gabriel Viste tu vida con la pureza del lirio, que solo significa ver que un lirio es un lirio, un granado un granado, una naranja naranja.

Lirios entre los dedos del Arcángel Gabriel Hermanos, sobre la tierra resplandece toda bendición 7

En la pintura existen unas zonas oscuras, a lo largo del mantel del Arcángel Gabriel, en correspondencia de la ala del Arcángel Miguel y unas formas-pensamiento alrededor del arbol de naranjas. Especialmente necesitada de luz es el area del tapiz a los pies de la Virgen y el vaso, sobre el cual, por otro lado, resplandece la luz de las flores, dispuesta de campana. Puntos de luz son la cara del Arcángel Miguel y los lirios entre los dedos del Arcángel Gabriel. Los puntos con mayor fuerza luminosa se encuentran en el centro de la pintura y son cuatro: la estrella sujeta al mantel de Maria (a la izquierda), la mano de Maria apoyada sobre la pierna de Jesús, la cara del niño Jesús y su pequeña mano bendiciendo.Para ayudar la limpieza del las zonas oscuras podemos juntar los cuatro puntos luminosos que forman un ....

8

Primavera Sandro Botticelli

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=18 Fue pintada por Botticelli en 1482, para las bodas de Lorenzo el Lugareño, segundón de la familia de los Medici, primo de Lorenzo el Magnífico. Se realizó en ocasión de las bodas del primero, y se colocó en la villa de Castello, mansión de los segundones. Fue el Vasari el que le dió el nombre a la pintura, llamándola Alegoría de la Primavera. En el centro destaca la Tierra o Venus, en la dulce espera, sobre ella vuela Amor vendado, mientras lanza sus dardos. A su derecha está representado el mito de Clori, perseguida por Zefiro, que se transforma en Flora, llena de flores y de corolas. A la izquierda encontramos un grupo de tres mozas que unos indican como a las tres gracias. Mas al lado divisamos a Mercurio, mientras coge los frutos. También sobre los frutos hay pareceres que no concuerdan, naranjas, para algunos, diásporos, para otros. Es Primavera Sobre Venus luciente Latido de alas 9

El nacimiento de Venus Sandro Botticelli

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=25 La Belleza. Siendo que se invocó mas veces, primero con pensamientos susurrados, luego pronunciados, luego suspirados, y ahora hasta cantados, la Belleza decide responder a las llamadas de un grupo de artistas que la necesitan: justo hoy que por fin habría podido descansar, tras haber mandado a vides y arces, con sus colores otoñales, que trabajasen en su lugar… pero así es!… Y, entonces, hela aquí empezando por Michela, que, al revolver el boli entre las manos, suspira: “¿Cómo puedo escribir algo bello para un cumpleaños trivial de los 48 anos? Ojalá fueran 50…”… Siguiendo luego con Orietta, que fue la primera a invocarla, en el nombre del principio que el arte tiene que transmitir belleza incluso cuando explora las sombras del alma. Giovanni lleva los ojos cerrados, en meditación: fue llamándola tantas veces, en su manera, así tantas veces que no logra oír su respuesta. Erica está danzando: ésta es su manera de invitarla. Y Orietta se está mordiendo los labios y no logra quedar quieta: continuando a pensar en el lobo, tema del trabajo que le adjudicaron en el curso de escritura creativa, se ha vuelto ella también en un animal inquieto, en busca de espacios abiertos, y no de papel y pluma. “No, no se hace así…” sacude la cabeza la Belleza, pero no hay ningún reproche en su decir, solo la ternura de quien lleva por la mano a un niño que está aprendiendo a caminar. Y es exactamente así que resuelve actuar: llevarlos por la mano, a estos artistas en busca de belleza. Y cambia de tamaño, número, forma. Pietro está echando az úcar en la cebada cuando, por un instante, justo antes de que el azucar se hunda, ve el blanco y el negro que se mezclan, tierra y agua, y 10

comprende el cambio que hace que aquel instante desvanezca sin dejar otra huella que su belleza, que se queda dentro de él. Y “Qué bello!” dice Dorina sintiendo el agua que se derrama por sus dedos: simple gesto repetido tan a menudo y que hoy, de repente, llega a ser único. Elena y Mirco, ahora, acaban de renunciar a discutir: se han adormecido y sus sueños se pillan, robando el uno los colores del otro, para llegar a ser mas bellos. Virginia escribe, escribe, escribe: ¿Quién dice que la belleza no tiene palabras? Las palabras salen de ella sin que nisiquiera se diera cuenta, como una danza, que la deja asombrada y sonriendo. Lorena observa el gas que está calentando el agua: la llama azul que tiene unos esguinces rojos, de vez en cuando, y el rojo le sale por dentro a hurtadillas, sin quererlo, alumbrando como bayas sus zarzas. Erica va hacia el espejo, con sus cremas para la cara. Sabe que es bella por dentro, se lo van diciendo desde cuando era pequeña, pero no es asi que quisiera serlo: se encuentra afuera, para ella, el lugar de la belleza, justo en su cara …. Y mientras va untando la crema con las yemas se mira, mecánicamente, dentro de su espejo, amado y odiado, y se ve, de repente, bella. Sin que logre definirse de otra manera: sólo bella. Y el espejo recibe su mensaje y lo transmite a muchos otros espejos, que andan exclamando “Bella!” a Michelina, Silvia, Maria, Orietta, Carla, Dorina, Elena, Lorena…. Michelina fija sus ojos sobre el boli, recuerdo de los Uffizi, donde Venus la mira con ojos que llevan coraje. Ojos sin edad, sin tiempo … un compleaño podría incluso llegar a ser la negación del tiempo, si oportunamente encarado…. Michelina rompe el billete. Orietta resuelve salir a correr para coger inspiración, abre el armario y se pone la primera camiseta que encuentra, el pelo suave de la Venus impresa se le enrolla y desenrolla encima mientras se pone y tiende encima la camiseta. Correr, correr, cazar, explorar, … y los acostumbrados céspedes de las sendas del jardín público se vuelven un bosque inmenso, que la envuelve con su belleza. Pietro levanta la taza de la bandeja y limpia automáticamente con el dedo un bigote de cebada, que se ha transformado en un mechón de colores en el medio de los rizos rubios de Venus. Dentro de su cabeza sólo el silencio, como una canción. Este mismo silencio llena la tarde, ya de noche, ahora que oscurece tan pronto. Erica coge al vuelo la postal que, encajada entre el marco y el espejo estaba para caerse. Ahí está de nuevo, en su sitio, con esos ojos transparentes, mucho más de un espejo, la Venus de Botticelli, su ideal de Belleza. Silvia está para apagar el computador, cuando ve algo. La Belleza la mira, através de los ojos de Venus que Sandrino pinto para ella hace tiempo y que ahora está sobre la pantalla de un computador. Se guiñan el ojo, ella y quién está al otro lado. Y ahora, piensan los dos, podemos terminar también este día. En Belleza. 11

Anunciación Leonardo da Vinci

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=126

Las dos figuras se encajan en una cruz de San Andrés. No muy cercanas, un matiz “florecido” transmite la emoción. La luz es caliente, la emanación color de melocotón. Una caricia amorosa roza el vientre de la Virgen. 12

Perseo liberando a Andromeda Piero di Cosimo

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=123

Mundos diferentes, nos protege el cielo, ¡viva la paz!

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Hoy, en el Museo de los Uffizi. “¿Ese Señor allí arriba es Superman?” “No mi amor, es Perseo liberando a Andromeda...” “Seguro que tenía mucha fantasía este pintor! Mira aquí que extraños instrumentos, ni uno podría tocarlos...” “¿Y este sombrero con orejas? ¡Qué bonito! ¡Parece salirse del Muppet show!” “¡Por cierto el monstruo es requetefeo de verdad, eh! ¡Qué susto si te lo vas a encontrar delante!” “Mira aquellas casitas allá arriba! Me gustaría vivir allí, sobretodo ahora que ya no hay el monstruo..” La obra. Última obra de Piero di Cosimo, (cuyo verdadero nombre era Piero di Lorenzo), un pintor italiano dotado de una fantasía descomunal. Nos cuenta la historia de Andromeda, hija del rey Cefeo y de la reyna Cassiopea de Etiopia. Andromeda debía ser comida por un terrible monstruo marino, para salvar su país de la destrucción, que el dios del mar había amenazado. Cassiopea sostenía ser la más hermosa entre todas las ninfas del mar y, al oír esto, el dios del mar se enfurecio, despidiendo un terrible monstruo marino a que lo destruyera todo. Cefeo entonces consultó a un oráculo, que le dijo que diese a su hija Andromeda al monstruo para que se la comiese, para calmar su rabia. Arriba a la izquierda del cuadro, el pintor representó a Andromeda desesperada, que abraza a su madre, mientras un poco mas abajo está atada, esperando al monstruo que la devore. Abajo, a la izquierda, son visibles: la madre, el padre con un sombrero blanco y el prometido esposo de Andromeda, vestido de rojo. Del cielo llega Perseo, que se lanza sobre el monsturo y lo mata con la espada; lleva luego a Andromeda, sana y salva, a sus padres. En fin Perseo se casa con Andromeda, en lugar del cobarde Fineo.

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Libro antiguo Escuela alemana

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La obra, del primo cuarto del siglo XVI, se considera una pintura rara; el autor, anónimo, pertenece a la Escuela Alemana. Se inventarió en 1669 en la villa de Mattia De’ Medici en Lappeggi; probablemente se utilizó para embellecer una hoja de una librería.

15

El mapa del más-allá del cuadro pone de relieve una zona oscura, abajo en el centro. A ella se le oponen unos puntos de luz (en amarillo), en particular el borde inferior y lateral derecho del volumen representado. La sección central (naranja) puede favorecer la concentración de quien observa. La dinamicidad de las páginas pintadas volando lleva sobre las partes laterales de la pintura un azul que tranquiliza al observador, favoreciendo uno estado meditativo, que se refuerza gracias al color verde que nace en la parte central de arriba.

En la parte lateral a la derecha están representados dos ornamentos, una flor y una mariposa nocturna. 16

Retrato de Tommaso Moro Hans Holbein el joven

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=224

Cuello de la chaqueta.

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Narciso en la fuente Giovanni Antonio Boltraffio

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=242

Miro más allá de aquella cara. Estoy en el paisaje misterioso que se encuentra a sus espaldas. Estoy en el cuadro, del cuadro, quizás en la fuente. Agua que limpia mi vanidad. La siento correr fuerte dentro de mí. Vuelvo a este lado de la tela. Agua que es vida, la belleza mas pura.

18

Nació en Milán, Boltraffio, mejor conocido como Giovanni Antonio Boltraffio, fue un pintor del Alto Renacimiento. Se supone que perteneció a la escuela de Leonardo da Vinci, y que trabajó con él. Este asunto parece confirmarse en parte por el biografo Giorgio Vasari y también por algunas anotaciones de Leonardo que hablan de cierto Giovanni Antonio que trabajaba en su taller. El éstilo de Boltraffio además es muy cercano al de Leonardo en aquella época. Sus obras que muestran la influencia de Leonardo comprenden su Virgen con el Niño y otros retratos. Todos muestran claramente el utilizo de un trecho caracteristico de Leonardo, es decir la asociación de colores y tonos matizados (“sfumati”) utilizados para proporcionar hondura a la imágen, método llamado justamente Sfumato. La obra más famosa de Bolteraffio es una tela pintada en colaboración con otro aprendiz de Leonardo, Marco d’Oggiono, entitulada la Resurrección de Cristo. Por cierto período Boltraffio trabajó en Bolonia bajo la protección de la familia Casio, haciendo muchos retratos de ellos dignos de nota. Entre éstos la pintura El Poeta Casio, cuyo sujeto es Girólamo Casio, que restituyó el tributo a Boltraffio con unos sonetos.

19

Redondo Doni Miguel Ángel

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=252 Una familia Era una buena comisión esa que acababan de entregarle: un rico mercante le había mandado una pintura. Pensó representar a la Sagrada familia. Se puso en la obra, ¡pero nada le parecía a la altura! Trascurrieron los días y Miguel Ángel para aquella comisión empezó y no acabó no sé cuantos esbozos. Una tarde, en una callejuela, pasando por debajo de una pequeña ventana alumbrada, sintió llorar a un niño y el canto dulce y apaciguador de una mujer. Las tardes siguientes volvió a pasar por debajo de la pequeña ventana, pero ésta se quedó oscura y silenciosa, hasta que, una tarde, al encontrar la puerta abierta, Miguel Ángel entró en la casita… Se sentó en una silla y esperó, esperó por un tiempo que no lograría cuantificar, largo como diez noches o como el proprio instante en el que había entrado en la habitación. Y el sueño llegó. Cuando habrió los ojos la habitación estaba amueblada y alumbrada por el día. “¡Por fin!” Exclamò aguda una voz de mujer a sus espaldas. Miguel Ángel se volvió repentinamente y delante de si vió a su madre. “Te has quedado dormido sobre la silla esperando a tu padre” continuó la mujer. Miguel Ángel estaba confuso, pasmado, hasta un poco asustado. ¿Qué hacía allí su madre? ¡Se había muerto desde hace mucho tiempo! ¿Cómo era posibile? “No volvió a casa tu padre, por causa del maltiempo.” Continuó la mujer “Confio en que se encuentre en el camino hacia casa, ya acaba de llover desde hace un buen 20

rato. Ahora límpiate con el agua que he puesto en el cubo, come este trozo de pan y vete ya que te están esperando”. Y Miguel Ángel sintió la frescura del agua en la cara y lo bueno del pan en la boca. “¿Dónde tengo que ir?” preguntó Miguel Ángel, ya resuelto en seguir los acontecimientos, sin hacer otras preguntas. “A la fuente que se encuentra sobre la colina saliendo por la nueva puerta. ¿Te acuerdas?” “Ah sí, a la fuente, me voy”. Miguel Ángel encontró inmediatamente el camino, conocia bien el lugar, era el lugar querido de sus jugares cuando era un muchacho. A la fuente encontró un grupo de muchachos que jugaban y corrían, y entre ellos reconoció a si mismo! Estaba trazando en la tierra un redondo con un palito. “¡Cómo es redondo redondo!” exclamò una niña a su lado. “Sabes que vi a la estrella cometa?” Continuò la niña. “¡Pero qué! ¿Y dónde?” “¡Pasaba sobre la ciudad y se iba a Jerusalem y de allí de nuevo en todo el mundo! A horcajadas estaba la Virgen, San José y el Niño Jesús. Jesús estaba delante, en brazos de su mamá.” “Será…” La niña coge un pequeña piedra y dibuja una estrella cometa en el centro del redondo. “¡Aquí esta! Ahora faltaría dibujar a Mar ía, José y Jesús. Jesús va en brazos de María… Jesús va en brazos de María …. ¡Jesús va en brazos de María! Exclama Miguel Ángel levantandose de la cama. Sí, la pintura cabirá en un redondo y dibujeró a la Virgen, que estará delante, y atrás a San José, que pasa con cariño al niño Jesús a María, para que lo coja en brazos. Aquella mañana Miguel Ángel trabajò sin cesar y lleno de entusiasmo a su redodndo, y dibujò a San José y dibujo a la Virgen y al Niño Jesús que va en brazos. Miguel Ángel abre los ojos, está sentado en la silla, los brazos cruzados apoyados sobre la mesa en el centro de la pequeña habitación. Se levanta, sale de la casa a la callejuela y con paso rápido supera la que una vez era la puerta nueva. Llega hasta la colina de sus juegos de muchacho y sentado en la hierba observa el cielo de estrellas. Luminosa pasa una estrella Un niño juega en familia tiene su hogar en el corazón de la madre tiene su hogar en el corazón del padre pronto tendrá su hogar en el corazón del mundo

¡Mira, Miguel Ángel, una estrella! Sonrie el niño Sonrien los padres Luz divina 21

Virgen del jilguero Raffaello

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=265 Ano 1547.

- ¡Qué desastre! Pero ya no es por el derrumbe del techo, sino porque la Virgen se quedó debajo de los escombros! - ¿Y el señor? - ¿El señor? ¿Oyes que lo están llamando? Está allá en el medio, que no se da paz, pobre señor Battista. - ¿Battista , qué haces? Vete de ahí ¡ya no hay esperanza!!! No me rindo, no me rindo, piensa Battista. Creció con aquella Virgen en la casa, y siempre lo protegió, lo ayudó a rezar, a meditar, a observar, a escuchar, a decidir. No la dejo, no la dejo. Las manos tienen arañazos, están cubiertas de polvo. Aquí está, quitamos esta piedra más … ¡Una mano! Una pequeña mano apoyada sobre….¡es él, el jilguero! Venga, pequeño ángel, así como quitaste una por una las espinas de la frente de Jesús, ayudame a quitar las pedras, una por una, sin hacer daño. No quiero olvidar tu enseñanza: piensa sólo en tu tarea de hoy, y serás acariciado por las manos de Jesús. Y mi tarea es salvar esta obra de arte. Y una, y otra, luego otra más ….he aquí otro fragmento… 22

En 1547 la Virgen del Jilguero, que se encontraba en la casa de Lorenzo Nasi, para quien Raffaello la pintó en 1506, se rompió en 17 trozos por causa del derrumbe de un techo. Sobre el daño padecido escribe en 1568 Giorgio Vasari «Encontrados los trozos entre los caliches de la ruina, Battista, hijo de Lorenzo Nasi, muy aficionado al arte, hizo que se pusiesen nuevamente juntos en la mejor manera posible».

Hay un gran cruz rosada, cuyos brazos se encuentran exactamente sobre el jilguero; la extremidad superior está en la cara de la Virgen: el brazo horizontal pasa através de las cabezas de los dos niños. Los tres árboles al hondo corresponden a otras tantas intenciones de elevación. Es útil inspirar siguiendo la línea de cada árbol, desde las raíces hasta el desparramarse de las ramas. Tres arboles, tres respiros. 23

Retrato varonil Raffaello

http://it.wikipedia.org/wiki/Ritratto_del_Perugino La obra se conoce en los inventários de las Galerías florentinas desde hace 1704, cuando se registró como retrato de Martín Lutero y se atribuyó a Hans Holbein El Joven. Más tarde en el comentario a las Vidas de Audin (1825, continuado después por Milanesi en 1879), se identificó con un Retrato del Verrocchio hecho por Lorenzo di Credi, mencionado por Vasari. En 1922 Adolfo Venturi lo atribuyó, siguiendo a Thijs, al Perugino, luego Dagenhart (1931) volvió a nominar a Lorenzo di Credi, seguido por Lietzmann (1934), Offner (1934), Beenken (1935) y Ortolani, que por fin llamaron en causa a 24

Raffaello como autor y a Perugino como sujeto. Los contributos más recientes (Salvini, Bellosi), nominan a Raffaello, y es con esta atribución que se describe la obra en la Galería. Si la identificación con Perugino es hoy en día cierta, gracias a las comparaciones evidentes con el autoretrato en la Sala de las Udiencias del Colegio del Cambio, la atribución del autor oscila todav ía entre Raffaello y Lorenzo di Credi. Los partidarios de la atribución a Raffaello hacen una comparación con el Retrato de Francesco della Rovere en Florencia o el Retrato varonil en la Galeria Borghese, también juzgado por algunos un retrato de Perugino. Se representa al protagonista de media figura mientras fija al espectador y lleva las manos apoyadas sobre una barandilla en primer plano, con una pequeña hoja enrodillada en el puño derecho como el personaje en el Retrato de Joven, que siempre se atribuyó a Raffaello. La escena se ambienta en un cuarto con una ventana abierta sobre el paisaje, a la iquierda. El motivo de la baranda y de la ventana son una derivación evidente de las obras flamencas, en particular el retrato de Hans Memling. El hombre está vestido de negro, con una camiseta blanca que se asoma del cuello y una gorra también oscura. Curiosamente se trata de la misma ropa que la del Retrato de Lorenzo di Credi, atribuido al Perugino, que demuestra la manera usual en la que debían llevar la ropa los artistas en el círculo del Perugino.

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Mapa del más-allá (aconsejamos una breve observación del cuadro) Lo que domina en esta pintura es el negro, apaciguado por espacios de gris y por pequeñas islas de azul, amarillo, verde y naranja. Una mancha azul en fin se extende en la parte central, ahogada por el gris. Es una pintura que absorbe energía, y expande un sentido de vacío y de frío al su alrededor. Los espacios negros, verdaderos huecos negros, apagan las fuentes de luz, cuya tenue luminosidad es vanificada por la cupez de lo demás. Uno puede percibir un sentido de aturdimiento o hasta sentirse cansado por su pesadumbre. Incluso a los ojos no adiestrados a la visión del más-allá, el cuadro aparece cernerse con una severidad y una gravedad excesiva, que va mucho mas alla del aire serio de la figura representada. Quizás la primera equivocada identificación del sujeto con Martín Lutero, en la época el odiado erético, hizo que fueron depositandose pesadas y violentas formaspensamientos negativas que empaparon el cuadro, formando aquella telaraña de sombras que todavía hoy la hace obscura. El consejo es de limitar al mínimo el tiempo de observación del mismo, dejando deslizar sobre ello una pequeña burbuja de luz que pasaje tras pasaje quiterá las sombras de esta tela, volviendo a donarle la luminosidad original.

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Retrato de Bianca Cappello Alessandro Allori

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=368

Verdadera belleza: es la que conduce, al trono de Dios. 1

En la zona ocular encontramos una niebla rojiza. En el centro de la frente, un remolino negro, de ancho tamaño, irradia rayos de color rojo. En la parte superior de la cabeza, unos círculos concentricos suben arriba. A la altura de las mejillas, el verde conforta la mirada de quien obesrva el cuadro. Desde las orejas, sale una niebla gris e hilos de color oscuro, que van a juntarse con la zona roja de la garganta. El blanco y el azul, abajo, apaciguan la visión del observador.

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Dettalle de la chaqueta, abajo a la derecha. Alessandro Allori, estimado pintor florentino, entró muy joven en el taller del Bronzino, el cual fue su maestro, y lo trató como si fuera su hijo. Llegó a ser el artista oficial del Granduque Francesco I de' Medici, satisfaciendo sus refinadas exigencias y encargándose de diferentes tareas, hasta el punto que fue nominado también arquitecto de la Obra de la Catedral. Bianca Cappello fue antes amante y luego mujer del Granduque de Toscana Francesco I de' Medici. Famosa por encontrarse en el medio de muchos enredos, murió un día después de su marido Francesco, por causas todavia no comprobadas.

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Retrato de varón Tintoretto

1546, el hidalgo que nos mira, parece, a una primera, sumaria evaluación, sombrío y triste. Su historia, por otro lado, nos alumbra: la boca revela una imperceptible, controlada satisfacción. De hecho acaba de aprender que ha recién nacido el hijo varón tan deseado. La tristeza mal escondida de la mirada, nos lleva a la deselusión de las tres hijas mujeres precedentes. La oreja derecha, la única bien visible, está lista para acoger el testimonio de la alegría de todos nosotros.

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Retrato de Cosimo de’ Medici Pontormo

http://www.virtualuffizi.com/uffizi/img/3574.jpg

Detalle: brazo derecho de la silla.

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El mapa del más-allá del cuadro pone de relieve una figura triangular cuyos vertices son unos portales de luz. Las hojas de saúco donan a la pintura un verde brillante que favorece, en quien observa, el enraizarse, mientras el triángulo lleva el cuerpo astral hacia lo alto.

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Niña con raqueta y volante Jean Baptiste Siméon Chardin

http://www.virtualuffizi.com/uffizi1/Uffizi_Pictures.asp?Contatore=499

Puedo jugar? Aprendo de la vida, calle del cielo. 7

El área de color rosado de la cara, del pecho y del busto, acoge la mirada del observador. A la derecha, el color azul del volante y de la raqueta compactan el cuerpo astral. La zona amarilla sobre las espaldas refuerza la estructura energética del cuadro, y por consiguiente quien lo observa. El color verde – entremezclado azul, visible en la zona del vestido, limpia y lleva estabilidad al todo.

Chardin Protagonista de la Francia del Siglo XVIII, Chardin influyó en la pintura moderna europea, como testimonió también Van Gogh, que en una de sus famosas cartas al hermano Teo, lo define “grande como Rembrand”. Autor sobretodo de naturalezas muertas, de cuadros que tienen como sujeto los juegos simples de la niñez y de retratos hechos al pastel. Chardin transforma los gestos de la gente común, llevándola en primer plano en sus obras. Y luego?... Hay muchos cuadros más... Por hoy basta. 8

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