gorgojo de Ins flores del manzano

^^^ i .^^^. EI gorgojo de Ins flores del manzano MADRID NOVIEMBRE 1960 N.° 21 -60 H (Enfermedad del «clavo») Fernando lópez de Sagredo Ingeniero

55 downloads 140 Views 529KB Size

Recommend Stories


SEDE INS GUADALUPE CONDICIONES PARTICULARES SEGURO DE INS MEDICAL REGIONAL
SEDE INS GUADALUPE CONDICIONES PARTICULARES SEGURO DE INS MEDICAL REGIONAL FECHA : 06/06/2012 POLIZA Y PLAN : 0216 GFG-7-00 TOMADOR DEL SEGURO :

INS. ALFONSO SANCHEZ D
INS. ALFONSO SANCHEZ D. ES TODA DEMANDA FISICA O PSICOLOGICA FUERA DE LO HABITUAL Y BAJO PRESION QUE SE LE HAGA AL ORGANISMO PROVOCANDOLE UN ESTADO

PERSPECTIVAS DEL CULTIVO DEL MANZANO EN EL ESTADO DE PUEBLA
PERSPECTIVAS DEL CULTIVO DEL MANZANO EN EL ESTADO DE PUEBLA M. C. J. Pablo Cruz Hernández Profesor Investigador, Departamento de Fitotecnia, Universi

Ins tuto Electoral del Estado Sueldos 2014 Consejo General
Ins tuto Electoral del Estado Sueldos 2014 Consejo General Sueldo Consejero(a) Presidente Mensual PERCEPCIONES Concepto DEDUCCIONES Importe Sueldo

PROJECTE EDUCATIU DE CENTRE INS JOAN ORÓ
PROJECTE EDUCATIU DE CENTRE INS JOAN ORÓ PROJECTE EDUCATIU DE CENTRE INS JOAN ORÓ ÍNDEX 1. CONTEXT 2. IDENTITAT I CARÀCTER PROPI 2.1 Principis rec

Story Transcript

^^^

i

.^^^.

EI gorgojo de Ins flores del manzano

MADRID NOVIEMBRE 1960 N.° 21 -60 H

(Enfermedad del «clavo») Fernando lópez de Sagredo Ingeniero Agrónomo del I. N. I_ A. (Estación de Fitopatologío Agrícola. Madrid)

MINISTERIO DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE COORDINACION, CREDITO Y CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION

EL GORGOJO DE LAS FLORES DEL MANZANO ENFERMEDAD DEL "CLAVO" En diversas provincias españolas existe con carácter de plaga el g^orgojo de las flóres del manzano, coleóptero llamado científicamente Anthonomus pomoruyyz L. (1), causante de lo qtze se conoce vttlgarmente como enfermedad del «clavo». Se debe dicha denominación a que los capullos, secos por el ataque del insecto o de la larva, presentan un aspecto semejante al de los clavos de especia. Zonas invadidas y daños.

Este g-orgojo se halla muy difundido por las comarcas con plantaciones de manzanos. Sin embargo, aunque no deja de ser común en las pomaradas del Norte de España, donde tanto interés alcanza este cultivo, sus daños parecen ser menores que e.n las provincias del Centro y Nordeste, más intensamente atacadas y de clima más frío y seco. Acaso sea por el elevado grado de humedad, casi constante, en la zona cantábrica.

En la mitad Sur de la Península Ibérica, de clima cálido, únicamente se ha señalado su presencia en determinadas zonas de Almería. La intensiciad de la floración y los factores climáticos influyen en el comienzo e importancia de los daños. Son de temer, sobre todo, cuando el tiempo lluvioso y f río retarda el crecimiento de las yemas de flor, después de movidas, porque quedan expuestas más tiempo a las picaduras y se prolonga el período favorable de puesta. A1 contrario, con tiempo cálido y soleado, las inflorescencias se desarrollan y abren, antes de que los gorgojos tengan oportunidad de poner muchos huevecillos o antes de que nazcan las larvas. Esto último sólo ocurre si la puesta se ha hecho en flores a punto de abrirse, estropeándose, como es natural, el huevo. Cuando hay mucha flor, de la cual se pierde una gran parte, la actividad del insecto se hace sentir relativamente poco; (1) Sobre los perales no es raro encontrar otra especie: el Anthonomus pyri Koll = A. cinctus.

-3--

no obstante, cuando 1^ floración es escasa, sus ataques sorr más evidentes, pudiendo mermarse mucho la producción.

Fi^. 1.--I^aino dc n^anzano con dos capullos florales destruídos ^por el A^^tlaoyao-^ ^nus ponzoru^^a L.; los da^ios son, natnralmente, más graves cuando la abundancia de insectos coincide con una escasa floración.

llóy

-4-

No es raro, entonces, observar en ciertas primaveras la destrucción de más del 60 al 70 por 100 de las flores. Sobre el peral los daños de este Atitithono^nus son muy limitados por su g-ran precocidad en la floración. En el momento de la puesta, las flores del peral están ya, en general, abriéndose, y no of recen, por tanto, un medio f avorable a la hembra para dejar los huevos. Los ataques a los pelales se observan más en los años que la floración se retarda, y principalmente sobre variedades tardías. Estados en que se presenta el gorgojo.

De las distintas fases, adulto, larva, ninfa o pupa y huevo, en que pasa a lo largo de su desarrollo, sólo vamos a describir someramente las más comttnes.

Los ad^^^ltos, cuya longitud total, incluída la prolonga-

Fig. 2.-Gorgojo adulto del manzano, de color negruzco, recubierto por una vellosidad gris ceniza, que fonna una banda más clara en V, hacia el ápice de los élitros.

-5-

ción de la cabeza a modo de pico, es de 5 a 6 milímetros, tienen el cuerpo de forma oval alargada y son de color pardo rojizos o negruzcos, estando recubiertos de pequeñas cerdas que en conjunto forman una pubescencia de tonalidad amarilla sucia o gris ceniza. En la parte dorsal posterior muestran una faja o banda en «V» ligeramente más clara y con sus má>-genes laterales oscuros. La larva es blanquecina, con la cabeza negra, cilíndrica, y, puesta de lado, se arquea. Dispone de numerosos pliegues transversales, pero carece de patas, y su tamaño, cuando alcanza el máximo desarrollo, oscila entre ocho y diez milímetros. Las ninfas o^^uf^as en que se transforman las larvas son también blan;las y blanquecinas o amarillentas. Se mueven

Fig. 3.-1'res larvas ápodas de color blanco sucio, con numerosas arrugas y ninfa o pupa (en cl centro) Llanquccina y blanda, con tma membrana transparente que envuelve las antenas, alas, patas y pico plegados sobre el cucrpo.

bruscamente cuando se las toca, por lo cual, si no se tiene cierta experiencia, pueden con:f.undirse una con otra. Estas dos íiltimas fases se encuentran siempre en e1 ínterior de los capullos «picados» . Para verlas es suficiente^ abrir uno de ellos antes de la salida de los adultos.

^bG

-G-

Vida y costumbres.

I,os gorgojos invernan guarecidos en las resquebrajaduras de las cortezas de los frutales viejos, bajo montones cie hojas, hierbas, piedras, etc., e incluso a veces en el mismo terreno. Aunque su salida de los refugios invernales varía con las condiciones climáticas del alio y de la reg^ión que se con-

Fig. 4.-Larva sobre el cáliz de una flor de manzano, abierta para apreciar los daños ; en cada botón floral, la hembra pone un solo huevecillo, previa perforación de aquél con su largo pico.

sidere, podemos, no obstante, señalar su aparición escalonada por febrero o marzo, según se eleva la temperatura. Es muy común verlos por esas fechas, los días soleados y a las horas de más calor, sobre los manzanos, mostrando una gran actividad e ir en cortos vttelos de un árbol a otro. En estos primeros días se nutren ávidamente de las hojas y yemas florales, a las que pican y perforan cuando comienzan a«mover», para reponerse del ayuno forzoso de todo el invierno. ^in embargo, los daños que ocasionan en esta época son menos importantes que los producidos por las hembras al bttscar sitio para poner sus httevos, y sobre todo por las larvas.

3

2

6

A. Lkblom pinx.

EL (^OR(;010 DI^: LAS I^1.OI.F:S DEL MAN7AN0 (.atztlior^o^^i^us pui^iorta^ri, ^f..) Ramo florido de^ manzano atacado por cl ^;or^^ojo, con unn Ilor san3, y rintonomo licmhra haciendo la pursta en un capullo. I.arva, pupa ^^ insecto a^hiltq aamenta^los. Aliajo, capullo con larva en su iuCcrior ^^ otro cou cl a^u1^^'o dc salida dcl inticcto. (Uibujo ori^inal ^lc :A, likblom.)

-^-

au

F^ig. 5.-Distintas fases y desarrollo del Anthononius povnor2sryn 1.. en un atio. L Gorgojo invernante.-2. Hembra agujereando la Uasc de un captillo donde pondrá un hucvo.-3. Larva fuera del botón floral.^l. Capullo sin cíaiio aparente, pero con la larva en su interior.-5. Botón floral desecado por el ataqur de la larva.--6. El mismo mostrando el a^ujero de salida dcl insecto adulto.-7. Gorgojo buscando refugios para inver^ ar.-t3. Insecto adulto invernante que va a guar., cerse en el terreno, resqueUr2jaduras de ]a corteza, etc. (Segím Grovnxxt VASSLiRA.^

^^ ^

-8-

Una vez nutridas y fecundadas, dichas hembras comienzan la puesta, cuyo proceso es muy curioso. Después de escoger un capullo bastante crecido, la hembra lo perfora lateralmente con el pico, que hunde, en su interior, hasta el nivel de los ojos. Esta perforación dura aproximadamente una media hora, al final de la cual retira lentamente el pico, y dándose media vuelta, la misma hembra, toina una posición muy pai-ticular; aplica fuertemente la extremidad del abdomen contra la abertura practicada, estira los miembros y expulsa el huevo. Esta operación es muy rápida y no dura más allá de uno a tres minutos ; después, la hembra abandona el capullo y permanece inactiva durante dos o tres horas, hasta empezar de nuevo.

Frecuentemente ocurre que las hembras perforan los capullos sin hacer la puesta, tratándose entonces de una simple exploración o de una picadura alimenticia. El período de puesta dura aproximadamente un mes, y una hembra a veces no pone más de un huevo por día, porque para hacerlo necesita practicar numerosas picaduras de exploración. Estas picaduras son cada vez más numerosas a medida que la primavera avanza, pues el número de botones o capullos taladrados va en aumento y sólo deponen un huevo por capullo, para que las larvas se alimenten bien. ^^ los cinco o seís días, si el tiempo no ha sido muy frío, nace la larva, que comienza a roer y destruir dentro del botón los órganos florales, como son estambres, pistilos, etc. La corola detiene por consecuencia su desarrollo, se seca y la flor no se abre, adquiriendo los pétalos un aspecto rugoso y de color marrón oscuro parecido al clavo de especia, de lo que, como ya dijimos, toma su nombre vulgar.

Dentro del mismo botón floral desecado o«clavo», y al cabo de unos quince días, la larva se transforma en pupa, de donde sale el adulto pasada casi semana y media de la ti-ansf ormación. Los nuevos gorgojos salen del capullo hacia fines de abril o mayo perforando los pétalos desecados y, después de andar varios días entre los manzanos, buscan en seguida res-

-9-

quebrajaduras, piedras, etc., como guaridas donde refugiarse y pasar inmóviles hasta la próxima floración. Fn ese corto período de vida activa, desde su aparición hasta que se esconden, no hacen daños ni necesitan alimentarse, por

Fig. 6.-Destrozos causados en los capullos florales del manzano. Roído el capuIlo interiormente por la ]arva, los pétalos secos, arrugados y de color rojizo le dan el aspecto característico que justifica el nombre vulgar de Kenfennedad del clavo». En el capullo de la derecha se advierte la señal del orificio de puesta.

la gran canticíací de reservas en forma de grasa que tienen, si bien algunos mordisquean las hojas frescas. (Fig. 7.) Medios de lucha. Hasta hace unos años no se disponía de un medio de lucha verdaderamente eficaz y práctico para combatir el A^iihonomus po^siorziwvz. - La recogida de insectos adultos y de las flores enfermas por sacudidas sobre lonas extendidas al pie de los árboles, medida tradicionalmente recomendada. - Ll empleo de refugios artificiales y bandas pegajosas sobre troncos. - Las pulverizaciones de Carbolineum, dinitroortocresol y otros insecticicías aplicados al final o cíurante el invierno, antes de abrirse las yemas, etc., son, junto con los anteriores, únicamente remedios complementarios, cuya eficacia,

«siempre muy relativa», depende, además, en g-ran parte, de la oportunidad, constancia y esmero con que se apliquen. Vistos a la vez bajo el aspecto comercial, por exigir mucha mano de obra, serían incluso antieconómicos, al dar, como hemos dicho, resultados imprecisos. Las pulverizaciones a fin de invierno y comienzo de pri-

Iig. 7.-Hojas de manzano que muestrau los daños causados por los ^nsectós adultos al alimentarse.

mavera con caldos arsenicales o sulfocálcicos, dirigidos contra los insectos adultos, resultan igualmente de escasa acción contra este gorgoj o, cuya peculiar vida y f orma de alimentarse hace poco menos que inútiles los insecticidas clásicos, afectáncíole casi exclusivamente los clorados y de contacto. Así, pues, como remedio más efectivo contra el gorgojo tenemos hoy en día los insecticidas orgánicos, y particularmente el D. D. T., según se puso cíe manifiesto en experiencias llevadas a cabo, primero, en las provincias de Barcelona y Vizcaya por la Sección de Plagas de las respectivas Jefaturas Agronómicas, obteniéndose resultados muy satisfactorios, y posteriormente por otras, que los confirmaron. De dichas experiencias se dedujo que el éxito del tratamiento depende, en primer lugar, de hacer la aplicación del D. D. T. con oportunidad. F_l vrtio^^iento adecuado j^ara ^ulverizar los manzanos lo marca la aparición de los adultos y el comienzo del breve período de alimentación anterior al apareamiento y, por consiguiente, a la puesta. Su presencia se comprobará sacudiendo los árboles sobre un lienzo o tela blanca. Deberá, pttes, aplicarse el insecticida a base de D. D. T. (por ejemplo, en emulsión del 20 por 100 de riqueza, cíiluído en agua hasta el 0,5 por 100, o sea medio litro en 100 de agua) antes de que la.r he^nbras comiencen la puesta de los huevecillos, pero no tan pronto que pierda su toxicidad antes de que salgan de sus refugios invernales los insectos cíe los parajes más fríos. Si no ha habido lluvias que limpien el follaje de insecticida, el tratamiento sólo tiene efectividad durante unos quince días después de hecho. Como la marcha de la vegetación guarda cierto paralelismo con la actividad de los insectos, estando ambas influídas por la temperatura del ambiente, podría adoptarse por norma ^iráctica la de pulverizar los manzanos en cuanto las yemas comiencen a hincharse, y el tratamiento total de la pomarada deberá quedar terminado antes de que los capullos dejen al descubierto el ápice de los pétalos.

En nuestros climas, los gorgojos suelen abandonar sus

-12-

refugios de invierno de mediados de febrer0 a primeros de marzo, comenzando generalmente en la primera o segunda decena cíe este mes el período cíe puesta. Según las circunstancias, bastará o no con un tratamicnto. Se obtienen, no obstante, mejores resultados con dos, espaciados de diez a quince días, o coincidiendo el segundo con la aparición de las hojitas. Ln seg-undo lugar, para conseg-uir buenos resultados, l,a ^ulveyi^ación ha de ser abundaitte, sin escatimar el caldo insecticida, que debe aplicarse con máqttina o aparato pulverizador que trabaje a una presión próxima a las ocho atinósferas, l^rocurando acercar las boquillas a los grupos de flores en capullo, pero pulverizando también el follaje. Respecto al tratamiento con D. D. 1'. en polvo, atmque eficaz, resulta siempre más costoso que las pulverizaciones, no sólo porque se emplea el producto sin dilución, sino también porque la distribución del mismo es más desigual y su persistencia sobre el follaje menor, lo cual exig-e repetir los tratamientos, a fin de tener los árboles de:fenclidos contra los ataques del insecto. Todo esto concluce a un mayor gasto clel insecticida y a encarecer el tratamiento. Con preharad^-s a base de HCH o de lindano no se han log-raclo resultados satisfactorios en las e^heriencias efectuadas, por lo cual estimamos debe hrescindirse de este proclucto en la lucha contra el Arttlz^^^^ao^li^^tis. La variedad del manzano también influ^-e en el éaito cle la lucha. ^e ha observado que la varieclacl «Reineta» es menos atacada ^^or el gorgojo que la «Vercle doncella» }- otras, lo que clepende de la precocidad en la floración. Se recomienda, hues, que en zonas donde la enfermedacl del «clavo» se presenta toclos los años, traten dc hlantar en los nuevc^s httertos variedades de manzanos con flcn-ación teinprana.

DF.POSITO LEGAL, M. 3.109-1958. GRAPfCAS UGUINA - hfADRID

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.