GRUPOS DE ORACIÓN EN LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA SERAFÍN ORTEGA JUNCUAS

GRUPOS DE ORACIÓN EN LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA SERAFÍN ORTEGA JUNCUAS En este documento pretendemos ofrecer una visión general de los grupos

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GRUPOS DE ORACIÓN EN LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA SERAFÍN ORTEGA JUNCUAS En este documento pretendemos ofrecer una visión general de los grupos de oración dentro de la Renovación Carismática Católica (R.C.C.), asimismo indicaremos algunas voces de algunos papas, grupos locales de oración, composición y la misión del equipo de servidores. 1. ALGUNOS ASPECTOS GENERALES “La R.C.C., es una corriente, un movimiento mundial; pero no uniforme ni unificado. No tiene fundador particular ni grupo de fundadores como otros movimientos (por ello se dice que no es un movimiento en la Iglesia, sino la Iglesia en movimiento).” (Cardenal Suenens) La R.C.C. es una agrupación de fieles en grupos muy diversos y con frecuencia más o menos independientes uno de otros en diferentes grados, como consecuencia de que el crecimiento y el desarrollo de los grupos no es homogéneo, pero que participan todos de la misma experiencia de fe y persiguen los mismos objetivos. Este modelo de relaciones sumamente flexibles, se encuentra tanto a nivel diocesano como a nivel, regional, nacional e internacional. Por ello no posee una estructura organizada, y cuyo liderazgo se caracteriza más que como un gobierno, como un ofrecimiento de servicio. 2. LA VOZ DE ALGUNOS PAPAS JUAN XXIII: “Señor, renueva en nuestro tiempo los prodigios como en un nuevo Pentecostés y concede que la Iglesia Santa, reunida en unánime e intensa oración en torno a María, madre de Jesús, y guiada por Pedro, propague el reino del Salvador divino, que es reino de verdad, de justicia, de amor y de paz”. Amén. (Convocatoria Concilio Vaticano II). PABLO VI: “La necesidad de la gracia supone una carencia imprescindible por parte del hombre, supone la necesidad de que el prodigio de Pentecostés tenga que continuar en la historia de la Iglesia y del mundo.” (Sínodo de Obispos 10-10-74) Hablando a los dirigentes de la R.C.C.: El pasado mes de octubre, en presencia de algunos de vosotros, dijimos que la Iglesia y el mundo necesitan más que nunca que “el prodigio de Pentecostés” se prolongue en la historia. Entonces, esta “Renovación Espiritual”, ¿Cómo no va a ser una suerte para la Iglesia y para el mundo? Y en este caso, ¿Cómo no adoptar todos los medios para que siga siéndolo? (Reunión en Roma en el mes de mayo de 1975) JUAN PABLO II: “Este es mi primer encuentro con vosotros, católicos carismáticos. Permitidme explicar mi propia vida carismática. Yo siempre he pertenecido a esta Renovación en el Espíritu. Mi propia experiencia es muy interesante. De manera que estoy convencido de que este movimiento es un importante componente de esta total renovación de la Iglesia. (Consejo Internacional R.C.C. 1979) “En la Alegría y en la Paz del Espíritu Santo, quiero dar la bienvenida a cuantos habéis venido a Roma para participar en la IV Conferencia Internacional de Dirigentes de la R.C.C. El hecho de haber elegido a Roma como lugar de esta Conferencia es un indicio 1

especial de la importancia que tiene para vosotros el estar arraigados en esta unidad católica de la fe y caridad, que tiene su centro visible en la Sede de San Pedro. Hemos constatado con especial alegría la manera de cómo los dirigentes de la R.C. han desarrollado cada vez más una amplia visión eclesial, esforzándose al mismo tiempo por hacer de esta visión una realidad creciente para cuantos dependen de ellos en su dirección” (Consejo Internacional de Dirigentes mes de mayo de 1981) En su encíclica: “Dominum et Vivificantem” escribió Juan Pablo II: “Nuestra difícil época tiene necesidad de oración. En estos años va aumentando el número de personas que, en movimientos o grupos cada vez más extendidos, dan la primacía a la oración y en ella buscan la renovación de la vida espiritual. Este es un síntoma significativo y consolador, ya que esta experiencia ha favorecido la renovación de la oración entre los fieles” (D. et V. Nº 65). Dirigiéndose a los Obispos franceses, el Papa les dijo: “Se puede hablar de una gracia dirigida a santificar la Iglesia, a renovar en ella el gusto por la oración, a hacer redescubrir, con el Espíritu Santo, el sentido de la gratuidad, de la alegre alabanza, de la confianza en la intercesión, y convertirse en una nueva fuente de evangelización.” (Enero 22 de 1987). En la sexta Conferencia Internacional de Líderes de la R.C.C. dijo el Papa:”El vigor y la fecundidad de la Renovación atestiguan ciertamente la poderosa presencia del Espíritu Santo que actúa en la Iglesia, en estos años posteriores al Concilio Vaticano II. Por supuesto, el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia en todos los tiempos, produciendo una variedad de dones entre los fieles. A causa del Espíritu, la Iglesia conserva una permanente vitalidad juvenil, y la R.C. es una elocuente manifestación de esta vitalidad hoy, una expresión vigorosa de lo que “el Espíritu está diciendo a las Iglesias” (Ap. 2, 7) “. 3. GRUPOS LOCALES DE ORACIÓN Uno de los elementos más ricos de la R.C. son los “grupos de oración” que se han multiplicado en casi todas las diócesis de una manera sorprendente. Los grupos son la célula básica de la R.C.C. Es un grupo de personas que se reúnen para orar. Le dan al Señor una oportunidad para poder escribir en su vida una historia maravillosa de perdón, de amor y de salvación. De sus labios, con frecuencia resecos, brota la alabanza y la acción de gracias. Es allí donde generalmente los católicos conocen la Renovación, y comparten la oración con sus hermanos de una manera espontánea bajo la conducción del Espíritu Santo y con una clara conciencia de la presencia que Jesús prometió a quienes se reuniesen en su nombre (Mt. 18, 20). Por o tanto los grupos de oración son la expresión concreta de la R.C. En ellos se da la experiencia de Alabanza personal y comunitaria, Oración compartida, Palabra de Dios, Enseñanza, los Dones, Carismas y Frutos del Espíritu Santo, los Testimonios de Vida, Intersección, Comunidad de fe y de amor y Evangelización. Todo ello, con la fe puesta en Jesús Señor presente en medio de la asamblea y a impulsos y bajo la moción del Espíritu Santo. Es importante que estos grupos no pierdan su propia identidad y espiritualidad propia de la R.C. es decir por indicar algún ejemplo concreto no pueden convertirse en reuniones para hacer oraciones rezadas o recitadas sin más. El predominio de la alabanza es señal de madurez en estos grupos conjuntamente con el ejercicio de los diferentes dones, carismas y los frutos del Espíritu

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Santo. Fundamental el amor entre los hermanos en todos sus aspectos especialmente ternura y misericordia con los más necesitados. Mirad como se aman. “Todo árbol bueno da frutos buenos” (Mt. 7, 17). La R.C.C. ha demostrado que es un árbol bueno por los excelentes frutos que produce cuando es auténtica y profunda. Los Obispos belgas señalan como el primer fruto de la R.C.C. “el descubrimiento de la Persona viviente de Jesús, reconocido como Hijo único de Dios, con el cual el cristiano entra en relación personal como Salvador, Señor y Mediador cerca del Padre. Puesto que el E.S. nos ha sido prometido para revelarnos a Jesús y llevarnos a la plenitud de la Verdad, este descubrimiento de Jesús en profundidad responde a la promesa misma del Maestro. Tomamos así conciencia de que el cristianismo es un encuentro, una identificación con Cristo resucitado, vivo, que ha pasado por la Cruz y por la muerte”. Otros frutos de estos grupos podrían ser los siguientes: a) Conversión y santificación. b) Gusto por la Oración profunda, personal, comunitaria y litúrgica, especialmente por la Eucaristía. c) Aprecio de los Sacramentos d) Aumento de vocaciones e) Crecimiento espiritual f) Sanación interior y física g) Fuerza en la Evangelización h) Colaboración con la Parroquia en algunas misiones o servicios i) Crecimiento en las relaciones fraternales. Creación de algunas Comunidades j) Testigos del Señor k) Cristianos más formados l) Apertura al E.S. (Espíritu Santo): crecimiento en dones, carismas y frutos. m) Amor a la Palabra de Dios. Uso mayor de la Biblia. n) Devoción Mariana o) Etc. Sin la existencia de estos grupos la R.C. estaría muy amenazada. En ellos se ve de un modo concreto, la acción poderosa del E.S.; en ellos se detecta, como una filigrana, hacia dónde quiere llevar el E.S. a los hombres y a la Iglesia, El E.S. es el río, los grupos son los cauces por donde corre el agua. “Es hermoso y saludable pensar que, en cualquier lugar del mundo donde se ora, allí está el E.S., soplo vital de la oración. Y este divino Espíritu no sólo hace que oremos, sino que nos guía interiormente en la oración supliendo nuestra insuficiencia y remediando nuestra incapacidad de orar. Y esta oración por obra del E.S. llega a ser la expresión más madura del hombre nuevo, que por medio de ella participa de la vida divina” (D. et V. Nº 65). Los Grupos de Oración tienen autonomía propia para el desarrollo de su propio carisma es decir visión y misión unidos, dentro de la identidad carismática. Los miembros del grupo se reúnen en Asambleas de Oración semanalmente, en Encuentros y Retiros tanto del propio grupo como en los Encuentros a nivel regional y nacional. Los Grupos de Oración se articulan entre sí a nivel regional y nacional, para lo cual, han de ser coordinados dentro del Órgano Regional o Coordinadora Regional, aceptando su autoridad moral y finalmente nacional mediante la Coordinadora

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Nacional. Por encima de todos los grupos y a nivel internacional está en Roma el ICCRS (Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica). Se trata de una estructura u organización elemental y mínima. 4. COMPOSICIÓN Para que estos grupos de Oración perseveren y maduren es preciso que tengan animadores humildes que sean servidores, no quieran imponerse como superiores, que cuenten con el apoyo y animación de los Pastores y que no entren en rivalidades con otros. En otras palabras el Grupo de Oración tiene constituido un Equipo de Servicio compuesto por un número de cuatro a siete servidores de grupo, dependiendo de su número, característica y situación. Estos son elegidos en votación y con la participación de todos los miembros del grupo presentes comprometidos (normalmente durante un Retiro) y por un periodo de TRES y máximo SEIS años consecutivos, como norma general. A la Coordinadora Regional se le comunicará con la debida anticipación las próximas elecciones para que pueda presidirlas. Suelen reunirse una vez a la semana y todas las decisiones a tomar por este equipo de servicio, se hacen en reunión de todos sus miembros y siempre después de un tiempo de oración y de escucha. 5. MISIÓN DEL EQUIPO DE SERVICIO Los Grupos de Oración son pastoreados por los servidores elegidos, teniendo siempre presente que el único Pastor del grupo es Jesús. Los servidores son guías en el camino espiritual de los miembros del grupo. Las principales responsabilidades que se señalan para los servidores podrían ser las siguientes: a) Preparar a los que llegan al grupo para el bautismo en el Espíritu, orar sobre ellos cuando estén dispuestos a una entrega total, acompañarlos en su camino, orientarlos en todo momento, ayudarlos en el ejercicio de los carismas. b) Animar la oración de alabanza del grupo, urgir a todos para que participen en ella, impedir que los miembros del grupo se instalen y se acomoden y que la alabanza languidezca y decaiga. c) La dirección de grupo debe ser lo más ligera y lo más sencilla posible. d) Mantener la identidad de la R.C.C., favorecer el ejercicio de los dones, carismas y frutos del E.S., los distintos ministerios y colaborar con la Iglesia local. e) El equipo de servidores fomentará la unidad, tanto en el grupo a que pertenece como con los grupos de oración de su ciudad y su entorno. f) Como dirigentes que también son, tendrán muy presente los objetivos y la visión de futuro tanto de la R.C.C. como de la Iglesia en el mundo. g) Los servidores deberán reunirse periódicamente, normalmente como se ha dicho anteriormente una vez a la semana para orar y para discernir la marcha del grupo. h) Los servidores de los grupos tienen que colaborar con las Coordinadoras Regionales y con la Nacional en todo aquello que sea conveniente para el bien común de todos.

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i) Es bueno que no olviden nunca que son servidores. Deberán entregarse con alma y corazón al servicio de los hermanos durante todo el tiempo que dure su ministerio. Para finalizar este documento sobre los Grupos de Oración, nos gustaría comentar algunas cuestiones respecto de los sacerdotes. En primer lugar damos gracias por los sacerdotes que conocen y están integrados en la R.C.C., en segundo lugar le pedimos al Señor que nos envíe mas sacerdotes a los Grupos de Oración, pues en muchos de nuestros grupos carecen de ellos y finalmente recordad las palabras del Papa Juan Pablo II que dijo con motivo de la Cuarta Conferencia de Líderes de la R.C.C el 10 de mayo de 1981: “…Como consecuencia, el sacerdote tiene una única e indispensable tarea para cumplir en y para la R.C., lo mismo que para toda la comunidad cristiana. Su misión no está en oposición, ni es paralela a la legítima tarea del laicado. El sacerdote por el vínculo sacramental con el Obispo, a quien la ordenación confiere una responsabilidad pastoral para toda la Iglesia, contribuye a garantizar a los Movimientos de Renovación espiritual y al apostolado seglar su integración en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia, sobre todo mediante la participación en la Eucaristía”. Y añadió: “El sacerdote no puede cumplir su servicio a favor de la R.C. en tanto no adopte una actitud de acogida ante la misma, basada en el deseo de crecer en los dones del Espíritu Santo”.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS 1) Vicente Borragán Mata, Como un Vendaval. Servicio de Publicaciones de la R.C.C. (SERECA), Madrid, 1998. 2) Documento elaborado por la Coordinadora Nacional de le R.C.C. en España con motivo del XXV aniversario. Servicio de Publicaciones de la R.C.C. (SERECA), Madrid, 1998. 3) Coordinadora Nacional de la R.C.C., ¿Qué es la Renovación Carismática? Servicio de Publicaciones de la R.C.C. (SERECA), 2ª Edición, Madrid, 1991. 4) Salvador Carrillo Alday, La Renovación Carismática: Un Pentecostés Hoy. Servicio de Publicaciones de la R.C.C. (SERECA), Madrid, 1996.

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