H I S T O R I E T A S B R E V E S

Mo no ra ma HISTORIETAS BREVES Mo no ra ma Bernardo Fernández Bef ©® MONORAMA Primera Edición: enero de 2007 ISBN: 968-06-0011-4 eISBN: 978-956-89

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Mo no ra ma HISTORIETAS BREVES

Mo no ra ma Bernardo Fernández Bef

©® MONORAMA Primera Edición: enero de 2007 ISBN: 968-06-0011-4 eISBN: 978-956-8992-09-5 D. R. ©Bernardo Fernández, BEF D. R. Editorial Resistencia S. A. de C.V.

DISEÑO GRÁFICO Y EDITORIAL: Josefina Larragoiti Alejandra Núñez Ángeles Prieto COLOR DE PORTADA: Eder Chaparro CUIDADO DE LA EDICIÓN: Aldo Alba EDICIÓN: ®Editorial Resistencia, S.A. de C.V. .B[BUM²Ot$POEFTBt $VBVIU¹NPDt.¹YJDP %' SFTJTUFODJBFEJUPSFT!ZBIPPDPNNY www.editorialresistencia.com DISTRIBUCIÓN DIGITAL: Editorial Digital ebooks Patagonia www.ebookspatagonia.com   

HECHO EN MÉXICO MADE IN MÉXICO

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio, sin la autorización previa por escrito de la editorial y/o el autor.

A Virgina, por enseñarme a soñar A Bernardo, por enseñarme a pensar

MONO: Adj. coloq. Bonito, lindo, gracioso // m. Nombre genérico con que se designa a cualquiera de los animales del suborden de los simios // sust. Dibujo rápido y poco elaborado.

8 El caso Kowalski

Prólogo

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35 Adiós, Supermán

29 Vigilante Paz y rutina

Bésame mucho

Un hombre es un hombre

Cuentos de hadas para niños muertos

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Tiempo de alacranes

No me olvides

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Gretta

El lugar más grande

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83 118 Mi método de trabajo

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112 Post scriptum

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107 The end

99 Palabras rotas

CUENTOS DE TODOS (UNA INTRODUCCIÓN EN SIETE PARTES)

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Una sola vez, y al comenzar, le haré esta advertencia: más vale que se olvide un poco de las

distinciones habituales, las escalas de “prestigio” que definen cuáles tipos de historias –y cuáles formas de esas mismas historias– son las que valen y cuáles no. Lo digo porque los cuentos que vienen a continuación, dibujados y casi siempre escritos también por Bef –el nombre compactito y de batalla de Bernardo Fernández Brigada–, son cómics: historietas, arte secuencial, narraciones en las que el entendimiento de la trama depende de avanzar, con la imaginación, por un conjunto EF JN²HFOFT Z UFYUPT RVF TF BDPNQBÁBO Z TF BQPZBO Esa forma de arte que muchos conocieron en los medios masivos del siglo pasado –y que para muchos está “manchada” por ser a veces objeto de difusión y consu-

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mo multitudinario–, pero que también ha sido el campo

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de numerosos creadores verdaderamente grandes. En todo caso, si usted no cree que vale la pena leer cómics: si le parecen indignos, deficientes, despreciables, ¿por qué sigue leyendo esto?

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Si pese a todo sigue aquí (gracias), podemos pasar a algo más interesante. Por ejemplo, a

considerar las doce historias de Monorama y lo que significan. Esto no quiere decir “interpretar” lo que Bef ha dicho ya en cada una de sus páginas, porque la interpretación es labor que corresponde a los lectores, a cada uno de ellos, y no a una introducción como ésta. En realidad, la interpretación que me interesa es otra, y tiene que ver con la siguiente pregunta: ¿Quién es este creador de historietas, de imágenes ZUFYUPT ¿Quién es quien habla en esos dibujos tiernos y UFSSJCMFT  FO MPT UFYUPT CSFWFT B WFDFT TFOUJNFOUBMFT  otras irónicos o dolorosos) que los enlazan?

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La pregunta no implica el “descubrir a la persona” detrás de las páginas: nuestra cultura venera a las

celebridades, se rinde ante sus protestas de sinceridad y sus ofertas de revelaciones, pero lo importante aquí no

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es esa máscara, pulida o basta, pero siempre falsa, que

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aun los que no somos famosos aprendemos a mostrar a los otros en vez de nuestro ser verdadero, más vulnerable y lleno de secretos y (tal vez) imposible de comunicar. Otra clase de identidad, cuya búsqueda vale más la pena en este caso, es la del creador en las páginas: la voz que un autor “deja oír”, el conjunto de ideas que revela en su trabajo, y que podríamos aprehender aunque no supiéramos ni su nombre.

Otro signo de nuestra época es que muchas obras artísticas –de cualquier tipo: todos, a fin de cuentas, caen en las categorías groseras del “entretenimiento” o el “contenido”– se fabrican por comité, con base en estudios de mercado y supuestas fórmulas infalibles para FM¹YJUPFDPOÂNJDP/PUPEBTFMMBTGSBDBTBO DPNPTF sabe, pero a la par de sus triunfos siempre está ocurriendo este fenómeno curioso: siguen apareciendo obras de creadores individuales, y aun solitarios, capaces de convocar el afecto y la fascinación sin pasar por el aval de los gurús de la mercadotecnia porque logran un contacto humano con quienes las leen, las miran o las escuchan. Ese contacto humano –belleza, pasión, emociones reales producidas por seres y heDIPT JNBHJOBSJPTo EFQFOEF FYDMVTJWBNFOUF EF MP RVF haya de humano en ellas, y ese algo, inasible pero siempre presente, depende de una revelación distinta: la de un conjunto de pasiones, de afectos, de obsesiones y EPMPSFTRVFTPOFYDMVTJWPTEFRVJFODSFBMBPCSB QFSP

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que a la hora de manifestarse pueden ser entendidos, y

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compartidos, por los otros. Bef es uno de esos creadores.

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Los mundos de estas historias nacen de muchos otros, pero sobre todo de dos: uno es de evoca-

ciones íntimas, emociones concretas y cotidianas, y el otro de robots, monstruos, superhéroes y esas versiones deformadas de la gente real que aparecen en los mitos

contemporáneos, desde el Narcotraficante hasta el Ciudadano de Clase Media. Que semejante mezcla pueda FYJTUJSOPFTUBOTPSQSFOEFOUFDPNPMBNBZPS½BEFOPsotros, Bef nació y escribe en una sociedad saturada de información, que se educa con la tele y puede casar sus sentimientos más cálidos y más profundos con los clásicos de cualquier especie, pero también con las imágenes de la pantalla, de las revistas innumerables o de las canDJPOFTEFMEFTmMFEF¹YJUPT Ahora bien, desde sus primeros trabajos en el diseño y el dibujo, y desde sus primeros cuentos, Bef ha mostrado las posibilidades de este proceder más allá de las imitaciones ñoñas de las telenovelas y de tantos libros, películas e historietas, y sus personajes recurrentes –sus niñas sufridas, sus amantes inalcanzables, sus solitarios melancólicos, sus cínicos de enorme corazón– siempre son más que los arquetipos que les dan origen. Así pue-

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den dar fuerza a imágenes y narraciones memorables.

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¿Qué une a la niña que discutía sobre Supermán, al mensajero del capo, a los robots que ponde-

ran la fragilidad o la tenacidad de la especie humana, a los viajeros del cosmos y los observadores –no siempre informados ni bienintencionados– de los horrores diarios? Están la técnica del dibujo y las estructuras que dan cuerpo y dirección a los dibujos dentro de cada página, desde luego, y éstas provienen de influencias tan diversas como Chester Brown y Germán Butze, Yves

Chaland y Abel Quezada: en cada proyecto Bef organiza un carnaval de referencias que no niega su origen NFYJDBOPZUBNQPDPTFWVFMWFJOTVMBS OBDJPOBMJTUBFO el peor sentido del término. Pero, además, todos esos personajes, y cuanto les acontece, coinciden también en un ánimo particular: una misma tristeza.

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¿Qué queda tras las evocaciones de la infancia? Casi siempre, la certeza de que la infancia pasa

y ya no vuelve. ¿Qué sigue al nacimiento del amor? Muchas veces, la conciencia de que el amor es imposible. ¿Qué sigue al dolor? Un alivio que tememos pasajero. ¿Qué sigue a la muerte? Para quien muere, tal vez nada, pero para quienes viven sigue el enfrentamiento con esa verdad última, definitiva, que nos unirá a todos y que nos reduce y nos afantasma incluso en vida. Los personajes de Monorama, por igual los más profundos y los más caricaturescos, comparten la misma perpleKJEBEBOUFMPTTJOTFOUJEPTZMBTJOKVTUJDJBTEFMBFYJT-

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tencia, pero no reaccionan con la rabia impostada que

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aquí y allá está de moda, ni con la resignación que –dicen– siempre ha sido la más popular entre nosotros. Soportan, pero no callan: nos mueven a la compasión porque nos invitan a compartir sus sentimientos.

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"#FGMFJOUFSFTBFYQMPSBSTVQSPQJBIBCJUBDJÂO su propio mundo, como a todos los que nos

decimos escritores, pero su meta es la de los mejores

FOUSFOPTPUSPTNPTUSBSOPT EFFTFSFQFSUPSJPEFFYQFriencias e imágenes, lo que mejor pueda tocarnos. Es, indiscutiblemente, uno de los punteros entre los narradores de su (nuestra) generación, y creo que bien puede llegar a ser el más famoso de todos, el más querido y frecuentado. Los fans que aguardan en su futuro harán bien en volver a este Monorama para ver una de las facetas más conmovedoras de su trabajo: son pocos MPTIJTUPSJFUJTUBTNFYJDBOPTEFOVFTUSPQSFTFOUF ZNFnos aún los que pueden lograr que sus acrobacias de la imaginación sean tan cercanas a quienes las leen, tan semejantes a los recuerdos remotos y agridulces que son de todos. ALBERTO CHIMAL -PNBTEF#FDFSSB .¹YJDP %'

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noviembre de 2006

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CUENTOS DE HADAS PARA NIÑOS MUERTOS Esa noche, Nonato encontró a Marciana devorando sus muñecas. “Los Tiburones”, explicó ella, “se comen a sus crias al momento de nacer. Prefiero ser mamá tiburón a que ellos sean hijos alacranes”.

E

sta es una de mis historias favoritas. Fue dibujada para Pulpo Có-

mics  BOUPMPH½B EF IJTUPSJFUB NFYJDBOB de ciencia ficción que edité y publiqué en 2004. Se trata de la adaptación de un cuento de Gabriel Trujillo, uno de los mejores escritores de ciencia ficción (y de cualquier otro tipo de narrativa) que IBZFO.¹YJDP

UN HOMBRE ES UN HOMBRE Publicada originalmente en el libro Pulpo Cómics Vol. 1, 2004.

&TDVSJPTPUSBCBKBSTPCSFFMUFYUPEF alguien más. Siendo yo mismo un escritor, hay un cierto placer invasivo al entrar en esos otros mundos. Es como desarmar un juguete ajeno para ver cómo se construyó. La historia de estas máquinas abandonadas a su propio tedio me pareció fascinante. Los robots me han hechizado desde siempre y como podrá ver-

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se en Paz y rutina, otra de las historias

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incluidas en este volumen, siempre echo mano del mismo repertorio de androides. Llámenlo flojera. Para mí, es estilo.

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