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HISTORIA Y CULTURA DE POTOSI Para desarrollar el Proyecto sobre la historia local del municipio de Potosí, como de su cultura, es necesario recurrir a los espacios que ofrece “las Tics”, donde se puede entre otras cosas: Compartir tu opinión, fotos… con tus amigos y con todo el mundo. Personalizar el diseño, las fuentes, los colores… Las TICS hacen referencia a los dispositivos electrónicos utilizados con fines concretos de comunicación como por ejemplo: la televisión, la radio, el Internet, el celular, el computador, las memorias USB, los video juegos, la edumática, la tecnología digital, el facebook y todas las demás innovaciones tecnológicas que forman parte de la cultura informática. El presente proyecto se desarrolla con el uso de las Tics, las cuales no mejoran la educación por sí solas, sino a través de un cambio de currículo, el factor humano de la docencia y el educando, un análisis pedagógico que podría convertirse en un modelo eficiente. Además se requiere de la información de documentos como: “POTOSI: GEOGRAFIA, HISTORIA y CULTURA”;*2 donde están plasmados diferentes aspectos que caracterizan la biofísica, la situación socio-económica, cultural e histórica del municipio de Potosí. A manera de conclusión, podemos afirmar que con la utilización de estas herramientas que ofrece la informática, las Tics, los documentos de estudio encontrados en archivos; los cuales poseen algunas modificaciones a su origen, tales como fotografías, comentarios, e investigaciones recientes, especialmente sobre la cultura regional; los estudiantes participan en clases en forma activa para hacer más ameno y práctico el proceso del aprendizaje y al docente se le facilita la enseñanza de la historia local que incluso, antes ni la conocía. *2: Rafael Adalberto Peña
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POTOSI: HISTORIA Y CULTURA (Rafael Adalberto Peña)
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CAPITULO I EVOLUCION Y POBLAMIENTO DEL ESPACIO 1.1. ORIGEN Y SIGNIFICADO DEL NOMBRE DE POTOSI El nombre de Potosí tiene algo que ver con el idioma quechua, pues las tres leyendas que explican su origen, tienen que ver con los antepasados comunes del sur de Colombia y norte del Ecuador. POTOC-SI:
Se refiere a un gran estruendo
POTOJSI:
Manantial de plata
POTOSI:
Eminencia
La verdad que es un nombre muy significativo hasta el punto de designarse con él todo lo que indique riqueza fabulosa. “Y por el corazón de sus gentes y por el corazón de sus tierras, el Potosí situado en un angosta franja en la orilla derecha del río Guaitara hace honor a los legítimos ancestros de sus raíces idiomáticas”. J. Mejía (1953). 1.2. ARGUMENTO – JUSTIFICACION El nombre Potosí fue inspirado por los nombres de los primitivos pobladores POTOSLCHIN y PUTUCZHI. El primero figura como apellido hasta finales del siglo XVII según los datos de una partida de defunción. Parroquia San Pedro Mártir – Potosí. “El 9 de julio de 1.695enterré a Magdalena Potoslchin y según su aspecto era de más o menos 100 años y por verdad la firmo Fray Diego Rosero Zuñiga”: por lo tanto hay grandes posibilidades que el señor cura de Ipiales por la relación y semejanza del apellido Potoslchin haya utilizado la palabra Potosí para bautizar al pueblo con ese nombre. Otra versión que existe “Según copia de escritura de pluma de Rafael Wbersindo Quilismá del 22 de junio de 1.939, diego Poltochín funda la villa de Potltochín, en la villa de los Pastos, el 6 de enero de 1.538”. En un principio fue anejo de Ipiales del cantón de Carlos Os-ama propiedad del cacique principal don Cristobal García Carlosama y Mueses de Quiñones que la poblaron con naturales del pueblo “Canchala”, forasteros, quienes quisieron arrebatar las tierras de Raimundo Chapuelcacique principal del pueblo de Males. En el año de 1.585llegaron a la nueva Ipialeslos religiosos dominicos: Fray Andrés Moreno de Zúñiga y Diego Benavides, enviados desde Quito como doctrineros y catequistas de los Pastospor el celoso y eminente prelado Fray Luis López de Solís, quien celebrando el primer Senado Diocesano Quitense ordenó en el capítulo III de sus constituciones, la pronta evangelización de los Pastos, mandando además que se
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tradujera en el idioma de los indios, el catecismo de la doctrina cristiana. Estos sacerdotes tuvieron la noticia que de la otra banda del río Pastarán, hoy Guaitara había gente incógnita y que había un puente para pasar hasta allá; envió algunos hombres a que registrasen aquellas serranías. Al llegar al lugar encontraron algunos indígenas que tenían un pueblecito sembrado de maíz y papa; como les hablaron en el lenguaje inca que es la lengua general del Perú les prestaron atención, les hicieron regalos y los obligaron a sujetarse al cura de Ipiales a estos personajes que los encontraron en forma bárbara; el cura al ver clima tan bueno y la tierra tan fértil dijo: “Yo aquí he encontrado un Potosí” (sinónimo de riqueza, abundancia, fertilidad). De esta expresión comenzó a llamarse a este pueblo Potosí (Mejía J. 1.954). Fray de Santa Gertrudis en su libro “Maravillas de la Naturaleza” al narrar la visita al Santuario de Las Lajas, confirma ese vínculo donde dice: “de la otra banda del río Guaitara (Pastarán) hay un pueblecito que llaman el Potosí. No es el Potosí de la Provincia de las Charcas nombrada por los muchos minerales de plata que hay allí, sino un pueblecito corto de indios. “En la revolución que hubo en la provincia de los Pastos se retiró allí esa gente y quitando un palo que servía de puente para pasar el Guaitara, quedaron ignorados por muchos años; ellos eran gentes y se conversaban, el demonio los tenía ilusos con su idolatría que tenían, cautelosos de conservar y perpetuar allí su culto y adoración que nunca entrase allí la luz del evangelio; el demonio era el árbitro y aparecía en forma horrorosa a todos los que querían acercarse a bajar al Guaitara, si iban a caballo se les ponía sentado en la gruta, era esto de manera que atemorizaba a la gente y no había quien se atreviese a bajar a dicho paraje.
Una vez explicado la parte teórica sobre el origen y significado del nombre Potosí, los estudiantes, para reforzar sus conocimientos, pasarán de la teoría a la práctica, desarrollarán el ejercicio del programa hotpotatoes-JCloze que consiste en rellenar los espacios con la palabra correcta de acuerdo a la información suministrada ( Anexo actividad No 1).
1.3. PROCESO DE OCUPACION Y FORMACION DE TERRITORIO Las condiciones socios ambientales que rodeaban no solo a los habitantes del suroccidente colombiano, sino todo nuestro territorio colombiano indígena antes de la llegada de los españoles, diferían ciertamente de los actuales.
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Al momento de la llegada de los conquistadores europeos, eran muchos y muy dispersos los grupos étnicos que habitaron el actual departamento de Nariño. En la región montañosa los conquistadores encontraron grupos como los Abades, los Pastos, los Quillacingas (grupos interandinos y de montañas) y Sibundoyes, entre los más numerosos. A excepción de los Pastos, los demás grupos indígenas, incluidos los Quillacingas no han podido ser asociados exactamente a material arqueológico alguno hasta el momento (Groot y Hooykaas, 1.991). Sin embargo, a partir de los trabajos publicados por María Victoria Uribe en 1.977 se identifican para Colombia dos complejos culturales, los cuales ocupan la Provincia del Carchi en el Ecuador y buena parte de la región andina del sur de Colombia en el departamento de Nariño. Uno de estos complejos, cuyas primeras evidencias cronológicas, se remonta al siglo VI d.c., y se conocen como PIERTAL-TUZA, constituyen los restos materiales de lo que fue la etnia de los Pastos. Se admite una tradición cultural continua que asocia al complejo Piartal con los “Protopastos”; cuya evolución hacia los Pastos propiamente dichos se asimila al complejo Tuza (Uribe, 1.977).
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El territorio comprendido hoy por el municipio de Potosí en el sur-oriente del departamento de Nariño, formó parte del entorno donde habitó un grupo indígena perteneciente a la etnia de los Pastos, cuya influencia cultural – que no obediencia a criterios geográficos – abarca también el nor-occidente del vecino país del Ecuador. (Río Guaitara, límite con los Quillacingas hasta el río Chota en el norte del Ecuador). Entre 1.553 y 1.638, la identificación y ubicación de los asentamientos prehispánicos de la cuenca del río Guaitara, es posible hacerla por las visitas y tasaciones (1.558 y 1.571) y la relación presentada por: Cieza de León (1.553); García Valverde (1.571) y Antonio Rodríguez de San Isidro (1.638). Pueblos bajo la denominación de los “Pastos” para el área comprendida en la Gobernación de Popayán; región Andina de Nariño, densamente poblada en tiempos precolombinos, cuya economía se basaba en la explotación de los recursos locales y el intercambio de productos (cuyes, aves y llamas, entre otros).
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Se ha logrado establecer que el intercambio por ellos realizado tiene varios niveles de alcance espacial; primero está el intercambio más próximo entre cacicazgos limítrofes con productos artesanales, agrícolas y de caza; luego el intercambio entre zonas frías y cálidas, “Al respecto merece destacar la gran adaptabilidad del maíz a las condiciones climáticas que permiten su cultivo en diferentes cinturones altitudinales. Sin embargo, la producción es mayor en alturas por debajo de los 2.000 metros donde el clima acelera el ciclo de producción obteniendo hasta dos cosechas por año, mientras que en las tierras altas solo es posible una”. (Calero, 1.991).
Los grupos indígenas establecen convenios de convivencia o arreglos de intercambio; los Pastos por ejemplo establecen colonias de trabajadores denominados “Camayos” quienes permanecen en un lugar por un tiempo determinado, cultivando productos que su cacique no posee; a cambio se paga un tributo o arrendamiento al cacique dueño de las tierras, consistente en especies de alto valor intercambiable. Así mismo intercambian con otras regiones como el Chota productos inexistentes en la región como la sal; como también con los habitantes de las selvas bajas del amazonas, el oro, la chonta, cerámica, (prueba de ello son los hallazgos arqueológicos en tumbas indígenas: elementos elaborados en chonta, conchas marinas, representaciones zoomorfas de monos y animales de la selva). Las excavaciones arqueológicas muestran claras evidencias que se trata de una sociedad rígidamente estratificada, donde se desarrolla una élite de nobles que viven del tributo de los indios comuneros, el cual se paga con mantas de algodón, animales de caza, chaquiras y otros productos que por esa misma razón adquieren mayor valor.
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Al abordar la temática sobre el proceso de ocupación y formación del territorio, es necesario que los alumnos se remitan al programa hotpotatoes- JMatch donde aparecen conceptos ordenados en la columna de la izquierda, que se deben relacionar con los elementos de la parte derecha que aparecen en desorden (Anexo actividad No 2). La estratificación social también se refleja en la distribución y profundidad de las tumbas, correspondiendo a los nobles las más profundas y ubicadas en el centro del cementerio, caracterizadas además por enterrar a los muertos con ricos adornos, ajuares, alimentos y hasta sus mujeres. Hacia fuera en el segundo círculo están los caciques menores, chamanes y en el círculo exterior los indios del común en tumbas superficiales sin ajuares o adornos.
Fotos Museo de las lajas
La arqueología permite establecer la presencia de pequeños poblados de bohíos circulares y una que otra vivienda rectangular, seguramente empleada en rituales especiales.
Maqueta Casa Antigua
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Por tratarse de comunidades densamente pobladas, el desarrollo agrícola es fundamental, por tal motivo para el uso del suelo desarrollan herramientas de trabajo que se conservan a través de la herencia cultural; es decir con el cultivo de la arracacha, papa, ocas y ollocos que proceden de Bolivia y Perú, también llegan las herramientas de trabajo, calendarios agrícolas, usos del suelo, rituales de siembra y cosecha, hábitos alimenticios, etc. “que perseveran aún hasta hoy” y que establecen cierta homogeneidad en las culturas andinas. Se asume que en el tiempo de la conquista algunas llanuras aún permanecen empantanadas, razón por la cual elaboran zanjas de drenaje y camellones; otras lagunas hoy desaparecidas eran utilizadas para la pesca y el riego. Si bien por lo que se sabe de los Pastos eran de ánimo calmado, también se preparaban muy bien para sus batallas; en ellas utilizaban armas certeras como: mazos estrellados, las boleadoras, las estáticas y diversos proyectiles. “La industria textil estaba bastante adelantada, los Pastos se vestían con lujosas mantas de algodón, algunos adicionaban colgantes de oro (especialmente las mujeres). Los indios se cubren con una manta larga que tendrá tres o cuatro varas, con la cual se dan una vuelta por la cintura y otra por la garganta y echan el ramal que sobra por encima de la cabeza y en las partes deshonestas traen maures pequeños”; de esta manera describe Cieza de León a los Pastos, (Según Salomón Frank: los señores étnicos de Quito en la época de los incas. 1.980). En el desarrollo de esta temática, aparecen algunas muestras, fotografías del “Museo las Lajas” sobre vivienda, vestido, cerámica, y hallazgos arqueológicos de tumbas del pueblo de los Pastos donde podremos identificar con mayor claridad la estratificación, poblados, artesanías, vestido… remitirse al programa Photo 3D Galería Potosí (Anexo actividad No 3).
1.4. PRIMITIVOS POBLADORES Antes de la revolución de los Pastos existieron indígenas en el actual territorio de Potosí, que con el tiempo organizaron el espacio social formando núcleos o familias Pujamues- que puede ser Mueses y –Tucpud-, Cuaspud y Potosí. Según María Victoria Uribe las cerámicas encontradas en los distintos sitios, pertenecen al complejo PiartalTuza, que nos ubican al proceso de formación de la población en la época en referencia. Los primeros aborígenes de Potosí son descendientes de los Pastos, quienes se apropian, organizan y transforman este espacio. La lengua que hablaron fue la Inga, según lo confirma Fray de Santa Gertrudis en su libro Maravillas de la Naturaleza. Estos indígenas, como todos los indios colombianos, tuvieron una organización social, cuya base fundamental era la familia, la cual formaba la Tribu, que estaba dirigida por don Pedro Potosí, quien gobernaba el Alto de Mueses y el cacique principal del pueblo de san Pedro de Potosí don Raimundo Mueses de Quiñones. (1.726)
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Estas tribus tenían una organización socio-económica y política caracterizada por la propiedad “colectiva” sobre los medios de producción e instrumentos de trabajo. La agricultura fue la principal actividad, especialmente el cultivo de maíz y papa como narra el sacerdote que de Ipiales se trasladó para adoctrinarlos. Estos cultivos ponen a los indígenas a seleccionar semillas y suelos. El maíz no podía ser sembrado en cualquier parte, hay que conocer la época y la intensidad de las lluvias. Además este grano para ser utilizado de diferentes formas como alimento, necesita de instrumentos apropiados para molerlo y guardarlo, lo que obligó a que las técnicas de trabajo de la piedra y de la cerámica mejoren, a medida que pasa a ser un elemento importante entre la familia. Al dar dos cosechas de maíz al año y poderse almacenar sin que se pudriera, permitió que con el trabajo de algunos miembros de la comunidad se sostuviera la misma y que los que no trabajaran en la agricultura puedan dedicarse a otras tareas. Al tiempo que ayudó al crecimiento y distribución de la población, lo que dio lugar a la formación del caserío de San Pedro, sitio donde los religiosos doctrineros tomaron posesión de gran porción de tierras conocidas como la “Hacienda de los Padres del Oratorio de san Felipe” con sede en Ipiales cuya protección perdura hasta cuando Potosí deja de ser encomienda anexa a Ipiales. Es necesario aclarar que todos los cambios no se produjeron en un mes o en diez años, tal vez pasaron cientos de años para que una comunidad encontrara un territorio para plantar o descubriera cual era la mejor tierra y la mejor época para sembrar, aprovechando los desniveles del terreno y hacerlo en las pendientes de las montañas que conforman el entorno de Potosí. El indígena pasó mucho tiempo probando y equivocándose hasta que las cosechas por fin fueron abundantes. Solo entonces las comunidades adquirieron el pleno dominio de las montañas y fueron abriendo espacio para las diferentes actividades agrícolas en diferentes sectores, donde se formaron las veredas de Mueses, Yamuesquer, San Pedro y Cuaspud. La actividad artística de nuestros aborígenes fue poco especializada, el artista se dedica a todo y a nada en particular, por ello no logró perfeccionar un oficio determinado. El arte indígena sirvió para fines mágico-religiosos con un sentido social, fue una fuente de productividad y medio de acrecentar el rendimiento de la agricultura y asegurar la supervivencia de la comunidad. Para comprender mejor sobre la existencia de habitantes en el municipio mucho antes del pueblo de los Pastos que fueron quienes encontraron los españoles, después de la explicación teórica, nos remitimos al programa hotpotatoes-JQuiz para responder a preguntas sobre el nombre que recibieron esos primeros habitantes, su lengua, sus actividades diarias, actividades artísticas, entre otras. (Anexo actividad No 4)
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El hilado y tejido surgieron por la necesidad de protegerse del clima; la música, la danza y el canto fueron actividades artísticas que aunque practicadas continuamente fueron poco especializadas. Al compás de los cascabeles fueron las piedras o semillas secas, realizaban sus danzas, se adornaban con plumas y penachos, utilizaban pulseras, orejeras, narigueras, collares y pectorales para participar en los eventos festivos. Según testimonio de Pedro Chamorro, guaquero de profesión y natural de Potosí los entierros que se han encontrado en excavaciones en diferentes zonas del municipio fueron pobres; los entierros colectivos carecen de oro, pero sí se encuentran objetos de cerámica muy bien elaborada, como vasijas, escudillas, cucharas, platos, etc; siendo muy apreciados los muñecos con perforaciones craneales.
El arte rupestre, fue expresado por los primitivos en pinturas y grabados en piedra en bajo relieve como el que se encuentra a 4 kilómetros de la cabecera municipal en la margen derecha del río Guaitara, conocido con el nombre de “Piedra de los Monos” nombre dado por las gentes debido a la presencia de dibujos de primates. Este pictógrafo “Piedra de los Monos” tiene una superficie de 24 metros cuadrados, el cual contiene figuras zoomorfas y antropomorfas, geometrías abstractas; las figuras antropomorfas encuentran en el centro del mural y representan pastores y danzantes unos con bastón y otros cuadros humanos con una cola erguida y entorchada; entre las figuras geométricas se encuentran triángulos y círculos radiados, conocidos con el nombre de estrella de ocho puntas perteneciente a la cultura de los Pastos, se utilizaron como colores el rojo Siena, el negro y el amarillo ocre que también se utilizaron en la realización de la cerámica. Es posible que este sitio sirviera como un lugar de adoración a sus dioses por la topografía del terreno, el pictógrafo monumental se encuentra en la parte alta de una roca en un lugar donde se forma una playa del río, donde los indígenas seguramente se reunían para celebrar sus ritos; también existe la versión que el lugar sirvió de límites entre los asentamientos.
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Replica de la Piedra de los Monos
Para identificar una serie de transformaciones y/o conservación de los hallazgos, especialmente este pictógrafo encontrado en las riveras del río Guaitara, los estudiantes observan una fotografía reciente que se encuentra en el álbum de la casa de la cultura; así como también las actuales modificaciones del ambiente natural, tala de bosques, cultivos en las montañas, entre otros que también nos ocuparemos en el próximo capitulo (Anexo actividad No 5 Photo 3D álbum casa de la cultura). La llegada de los españoles implica el establecimiento de otra lógica en la organización del espacio que refleja el nuevo proyecto de vida que implanta España en sus colonias. Aparecen nuevas prácticas económicas expresadas en nuevos cultivos como: cebada, trigo, hiervas y en general la expansión de la frontera agrícola, que trae como consecuencia la tala de extensos “bosques”, introducción de ganado vacuno, caballar, lo mismo que el pastoreo de ovejas (Cerón. 1.997). Al respecto Calero (1.991) afirma que “cuando los españoles penetraron en las montañas de Nariño en 1.535, las comunidades indígenas afrontaron cambios violentos y rápidos que terminaron por destruir sus culturas. Estos cambios devastadores causados por los europeos incluyeron la introducción de enfermedades desconocidas, el establecimiento de nuevas formas de dominación social y económica, desalojo de tierra, asimilación gradual de valores de la cultura dominante, importación de nuevas tecnologías, plantas y animales. En pocas décadas ocurrió una profunda transformación de la sociedad nativa y su medio ambiente, cambio que destruyó la herencia ancestral indígena”. Como expresión de las prácticas políticas en espacio aparece la encomienda que sirve como instrumento inicial para establecer el dominio político y económico de los españoles, garantizándoles oferta generosa de mano de obra y suministro de tributo en especies. Es así como en el año 1.571, Potosí e Ipiales fueron una sola encomienda adjudicada por una vida a don Agustín Benalcázar y más tarde fue encomienda de una y dos vidas de muchos personajes a cambio de tributos al Rey Fernando VII, los cuales se pagaron en patacones de oro.
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La encomienda consistía en dar autoridad a un español encomendero sobre una región poblada de varias tribus, los indígenas debían pagar al encomendero un tributo en productos agrícolas o mineros, además debían de trabajar las tierras del encomendero llamadas aposentos en el municipio de Potosí, estaban ubicados en lo que hoy es la hacienda de San Pedro y Cuaspud. Estas tierras no pertenecían legalmente al español, pero el se apropiaba de las tierras disponibles cercanas a la encomienda. Con los bienes y productos recibidos se mantenía por una parte las buenas relaciones con la corona, dándole una parte de lo adquirido, otra parte servía para sostener la iglesia donde un sacerdote daba la Educación Religiosa y el resto servía para beneficio del encomendero. Con el avance del tiempo la encomienda se fue debilitando por la escasez de mano de obra debido a los abusos inhumanos que se cometían con los indígenas, tanto en el trabajo como en las minas y en el cultivo de la tierra; la población indígena fue disminuyendo debido a la muerte y enfermedades. En 1.571 Ipiales y Potosí fue una encomienda y entre los años 1.574 a 1.582 esta pasó a ser un cacicazgo bajo el mando de don Pedro de Enao, según el libro del padre José María Vargas, cuyo texto dice: “Teniendo en cuenta que el cacique de Ipiales y Potosí, de los pueblos actuales colombianos, pero de etnia pastense, fue contemporáneo de García Tulcanaza, el 31 de diciembre de 1.582 don Pedro de Enao cacique y gobernador de Ipiales, hizo probanza de méritos para obtener la confirmación de su cacicazgo”. Habiendo fallecido don Gabriel Chillaban, gobernador y cacique principal de Ipiales, se presentaron a la audiencia de Quito don Juan Pircues y don Francisco Flallamies, representantes de los naturales de Ipiales y Potosí, pidieron para su gobernador al cacique don Pedro de Enao, el presidente y oidores de la audiencia, extendieron el título el 28 de mayo de 1.574. En calidad de gobernador hasta 1.582 servido a los indios y conseguido que se organizaran en pueblo-condujo hasta el pueblo de Otavalo a 150 indios tributarios de la encomienda de don Sebastián de Benalcázar, vecino de San Juan de Pasto, fue este un gran servicio, por cuanto los indios se hallaban fugitivos, vagabundos desde el tiempo de Gonzalo Pizarro. En 1.584, viajó a España y consiguió cédulas a favor de esos indios, en ellas se mandaba trazar los tributos, no sacar de sus tierras, que la audiencia y el obispo vigilara que no se hiciese agravio alguno y se les confirmaba en la gobernación. Para evitar la desaparición del indígena como en la mano de obra, la corona les entregó algunas tierras que serían explotadas por los mismos indios que serían los mismos jefes y con sus propias leyes quienes se encarguen de hacer trabajar a sus nativos. El cacique les repartía las tierras entre las familias y recogía el tributo para la corona española. En la tasación de 1.638 de la villa de Pasto, hecha por Antonio Rodríguez de San Isidro (AGI/ Quito 7 – 1.683) aparece Potosí registrado como pueblos y estancias, es decir 10 más de los enumerados en 1.553. la fragmentación de los asentamientos indígenas se
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debió a la política colonial de movilización de mano de obra indígena y de extracción del tributo. Si la encomienda fue la institución socio-económica de sometimiento a la servidumbre indígena, el cura que era el encargado de adoctrinar se convirtió en el “emisario”, ya que la transculturación del indígena se facilitó mediante la ideología religiosa. La contraprestación del encomendero a recibir la encomienda en la cristianización de los encomendados, por eso junto al reparto de la encomienda se realizaba el reparto de doctrinas asistidas por un cura. Al finalizar el siglo XVI, en 1.590, las doctrinas en Nariño se dividían en Provincias: P. de los Pastos, P. de los Quillacingas, P. de los Abades, tres provincias con 74 doctrinas, cada una de ellas mantenida y manejada por un encomendero y el número de indios que cada doctrina debía instruir e incorporar a la nueva sociedad interiorizando sus estatutos (Chávez M. 1.982). Con lo que respecta a la encomienda de Ipiales, Potosí y otras doctrinas, se señalan el nombre del encomendero como obligación de sostenerla para su propio beneficio y el número de indios pertenecientes a la doctrina citada.
Ya para iniciar el siglo XVIII y precisamente el 17 de junio de 1.726, Potosí aparece con nombre cristiano y como anejo de Ipiales: se lo llama San Pedro de Potosí y se hallaba entonces bajo el cuidado pastoral de Fray A. Fuenmayor. Fue entonces cuando se hizo la numeración y la descripción de los “indios, chinas y muchachos del pueblo de San Pedro de Potosí de la corona Real del Rey nuestro señor”, por esta descripción sabemos que la razón de ella era cacique principal y señor de dicho pueblo don Raimundo Mueses de Quiñones, hijo legítimo de don Agustín Mueses de Quiñones, difunto y doña María Tudnem y don Vicente Mueses de Quiñones su hermano legítimo y gobernador. Se contaron entonces 192 indios, entre los cuales uno era ciego de nacimiento y otro tenía el oficio de sacristán, contados además 5 ancianos, 24 chinas de 12 años para abajo, 68 indias de 12 años para arriba y 44 indios tributarios, fuera del cacique, gobernador y 2 principales. De allí en adelante Potosí sigue figurando como anejo de Ipiales hasta muy entrado el siglo XIX, época en la cual empezó a tener vida propia al ser elevado a la categoría de Vice-parroquia (Mejía J. 1.954). La real Audiencia de Quito al otorgar unas tierras a los indígenas, acepta la petición de don Pedro Potosí para que Mueses fuera repartido por el juez comisario don Alejandro de la Torre Cocio en noviembre 16 de 1.711, registrada en la escritura del Resguardo mediante el decreto No. 1 del 22 de octubre de 1.931, fecha en la cual se ratifica a Mueses como Resguardo Indígena del pueblo de los Pastos. De ahí en adelante hasta nuestros días Mueses sigue funcionando como “Resguardo Indígena” con sus usos, costumbres y servidumbres.
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1.5. EVOLUCION DEL ESPACIO El modelo de ocupación del espacio en el altiplano frío y húmedo de Potosí, giró en torno a la producción de tubérculos y de maíz. Por otra parte existen diferencias ecológicas y botánicas entre los cultivos de maíz y papa. La papa y en general los tubérculos son cultivos de altura, con mayor resistencia a las heladas, cuyo rendimiento y adaptación encuentran sus mejores niveles en las zonas húmedas. El maíz en cambio, es preferentemente de clima templado de mayor temperatura y su cultivo es más seguro en lugares con menos frecuencia de heladas. Los campesinos de las veredas de Yamuésquer, Mueses y Cuaspud; preferiblemente cultivan la papa, aunque también siembran el maíz que lo cosechan tierno (choclo) debido a las heladas y a su largo periodo de maduración. Los campesinos de Clares y San Pedro cultivaban maíz, a parte de los nuevos cultivos que se introdujeron con la llegada de los españoles. Una vez establecida la cultura hispánica, los europeos se apropiaron de las áreas ecológicamente mejor dotadas y más productivas, en tanto que los indígenas son desplazados a terrenos laderosos o menos productivos; se inicia así el deterioro de los bosques que son reemplazados por cultivos y potreros; se modifica el uso del suelo implantándose cultivos comerciales como el trigo y la cebada, manteniéndose el maíz, que en buena medida es empleado para el mantenimiento de animales y para la elaboración de la “chicha”* (bebida embriagante de ese entonces, que ahora se emplea como aperitivo en las fiestas familiares y como refresco en las peonadas). En contraste comienza a disminuir los cultivos de ocas, ullocos y quinua, en razón de que su proceso de cultivo y preparación es dispendioso y especialmente porque son considerados como alimentos de indios, por tal razón pierden espacio en la nueva cultura.
*Ciencias Sociales Grado 4 Editorial Santillana La Chicha Prehispánica Sin duda, el maíz fue el producto fundamental que permitió el desarrollo de las culturas indígenas colombianas. En efecto el medio ambiente de nuestro territorio hace fácil la cosecha, por lo que el maíz se da de manera abundante prácticamente en todos los pisos térmicos de la geografía nacional. En cuanto a su utilización, desde la época prehispánica, el maíz se usó para obtener la chicha de diferentes calidades; formaba parte de la canasta familiar. En cada choza se conservaban vasijas de barro llenas de esta bebida. Preparación: Se recolecta el grano y se hace la selección del maíz duro y blando. El duro para preparar la mazamorra. El blando se machaca en piedra o se muele hasta hacer un engrudo muy blando que se hecha en vasijas de barro (ahora en el famoso puro el maíz molido con molino). Se deja reposar durante unas horas y luego se pone al fogón.
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Mientras se cocina, se debe rebullir constantemente con un cucharon de madera para que la pasta de maíz no se pegue. Después se deja enfriar y reposar en un lugar oscuro, con las ollas bien tapadas por lo general con hojas. Usos: Se utilizaba para acompañar las comidas diarias de las familias (ahora se utiliza como refresco para las comidas de las peonadas, especialmente en el sector rural de potosí). En las celebraciones de acontecimientos como: el nacimiento de un bebé, los matrimonios, cuyas festividades podían durar varios días. En los funerales, la chicha tenia una importancia sagrada; una vez que el difunto era depositado en la tumba, se ponía a su alrededor una gran cantidad de vasijas llenas de la bebida para que su viaje fuera más placentero. Problemas de la chicha: Muchos de los nativos, fueron adictos a la chicha, alcanzando altos grados de alcoholismo. “Pedro Cieza de León” (Cronista) expresaba: “Son tan viciosos en beber, que se bebe un indio de una asentada una arroba y más, no de un golpe, sino de muchas veces. Teniendo el vientre lleno de este brebaje, provocan a vomito y lanzan lo que quieren. No son muy grandes comedores y esto del beber es vicio envejecido en costumbre que generalmente tienen todos los indios que hasta ahora se han descubierto en estas indias”. A comienzos del siglo XX, sobre todo en las ciudades, las administraciones se propusieron acabar con las chicherías para combatir el alcoholismo y el desaseo. Actividad No 6: luego de conocer la forma de preparación de la chicha en la época prehispánica, los alumnos observan el video sobre “preparación de la chicha hoy día y establecen semejanzas y diferencias sobre la preparación y uso. Con base en el video, los estudiantes preparan su propia chicha” (Anexo Video “Preparación chicha”) El trigo y la cebada como cultivos más importantes, implantan un nuevo lenguaje, otro calendario agrícola, dieta alimenticia, uso de arado, hoz, guadaña y animales de tiro (Cerón. 1.997). Como resultado, en muchas quebradas aparecen los molinos de rodezno o la vianza española. En Potosí hasta 1.965 existió un molino en la quebrada de Yamuésquer (Chares) y en la quebrada Amarilla (Sector Frontales) como prueba del predominio del cultivo del trigo y la cebada. La región Potositana (gentilicio de Potosí), no avanza en tecnología, industria o comercio; lo que implica la persistencia del minifundio y su producción dirigida al autoconsumo. Su economía no entra en un proceso capitalista, en tanto que no hay casi circulación de dinero, pues se intercambia fuerza de trabajo y productos. Los campesios e indígenas elaboran sus propios vestidos, frazadas, ruanas, alimentos y utensilios de trabajo en madera y barro. El latifundio por su parte permanece ocioso con baja rentabilidad, pues no hay mercado excepto para el trigo que se comercializa con Popayán y Cali.
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Potosí se mantiene como un asentamiento semiurbano dado que sus pobladores viven del campo; es un pueblo dormitorio, en la medida en que sus gentes permanecen dedicas a las labores agrícolas durante el día. Los únicos visos de comercialización se relacionan con el trigo, la madera y textiles que a través de telares heredados de sus ancestros indígenas elaboran artículos que tienen demanda en el mercado externo. A partir de 1.899 cuando se establece el camino de herradura, el comercio se dinamiza, generando transformaciones significativas en el sector rural y urbano. Los indios caltarranos (de Túquerres y sus alrededores) llevan a la espalda y a caballo hacia Barbacoas, cargas de queso, carne deshidratada, harina de trigo y cebada, maíz, papa, sogas de fique, empaques y otros artículos artesanales. Obtienen por dichos productos altos precios por la inflación local registrada en el puerto fluvial, debido a la abundancia de oro. No cabe duda que Potosí se beneficia enormemente de ese comercio y que para entonces los cultivos principales son trigo y cebada, además cobra importancia comercial la carne de cerdo y otros animales esenciales para el consumo en la zona minera. Este proceso afianza el uso tradicional del suelo, lo que según crónicas, explican la presencia de extensos trigales y potreros como parte esencial de la fisionomía del paisaje. En esta medida se obtiene a cambio de estos productos, materiales de consumo que no se conocía, entre ellos: loza, velas, herramientas de ferretería, paños ingleses, artículos suntuarios como lámparas, pianos, cristalería entre otros. Así mismo para corresponder a la demanda de productos agropecuarios, se selecciona el ganado y semillas, se acelera la reproducción de mulas, mejoran los aperos de labranza y montura; estos cambios se consolidan hasta 1.930. Además del comercio con Barbacoas, Potosí y toda la región sur, mantiene activo el comercio con Ecuador, gracias al beneficio del cambio de moneda que permite obtener a bajo precio las mercancías. Continúa el comercio entre Popayán, Barbacoas y Túquerres, convirtiéndose este último en un puerto seco (inmensa bodega de importación y exportación). Este panorama se modifica a partir de 1.932 ya que por la guerra con el Perú el gobierno concluye en un tiempo record la carretera Pasto- Popayán. Hecho que reivindica a Pasto como centro administrativo y económico más importante con la consecuente decadencia de Túquerres y toda la región sur. Al abrirse el mercado con Popayán y Cali por carretera, se benefician las áreas rurales de Pasto y sus alrededores a donde se traslada la alta producción de artículos agropecuarios, en detrimento de las áreas del sur de Nariño incluyendo a Potosí. La construcción del puente colgante entre las Lajas y Potosí a finales de 1.957 por el Ingeniero Julio Souza Alvez, ciudadano Portugués se resuelve el paso de vehículos y Potosí puede participar en el comercio con el Valle del Cauca donde la demanda de productos es alta; en esas circunstancias, se reactiva la producción de trigo, papa y hortalizas.
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La explotación de la Quina en el municipio de Potosí, a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX; por considerarse esta planta medicina que ayuda a combatir el paludismo, ocasiona la muerte del árbol y reduce así la composición multiespecífica del bosque, especialmente en lo que hoy son las veredas de Purbuntud y Sinaí, sitios aledaños a Puerres de donde se exportaba la cascarilla de la planta. En la temática sobre “Evolución en el espacio”, continuamos el proceso de aprendizaje y refuerzo a través de la galería de la casa de la cultura, actividad No 5, donde los estudiantes pueden observar los diferentes paisajes (altiplanos), cultivos tradicionales, la aparición del comercio y la moneda (Anexo actividad No 5)
1.6. VIDA MUNICIPAL Después de Potosí ser una villa del pueblo de los Pastos, pasó a pertenecer a la municipalidad de Obando creada por la Ley 131 del 23 de octubre de 1.863, reconocida por la Asamblea del Estado Soberano del Cauca, en el cual se revela la creación del municipio de Obando, con capital Ipiales, conformados por los distritos parroquiales de Carlosama, Cumbal, Iles, Males, Pupiales e Ipiales, las aldeas de Puerres, Putis, Potosi, Gualmatan, Pastas y Mayasquer; los caseríos de Colimba, Yaramal, Chiles y el Pun. En sesiones ordinarias de la Asamblea del estado soberano del Cauca, el 9 de mayo de 1.903, según la Ordenanza No 61 se crea el municipio de Potosí con su capital Potosí. Los límites territoriales establecidos son: “por el oriente, la cima de la cordillera oriental que separa la provincia del Caquetá (hoy departamento del Putumayo); por el norte, el río Chiguacos que parte límites con el distrito de Puerres (hoy municipio de Córdoba); por el occidente con el río Guaitara o Carchi; y por el sur la línea divisoria con la República del Ecuador (hoy franja del corregimiento de la Victoria, municipio de Ipiales). En el año de 1.904, el departamento de Nariño es creado como unidad políticoadministrativo del país, el presidente José Manuel Marroquín sancionó la Ley que creaba el décimo departamento de Colombia (Chávez, 1.983) por lo tanto el municipio de Potosí a partir de este año forma parte del nuevo departamento de Nariño, siendo el primer alcalde el señor Máximo Ruiz Figueroa. Actualmente, en el municipio de Potosí existe una corporación Administrativa elegida popularmente y en forma democrática para un periodo de cuatro años en el Concejo Municipal integrado por 11 ediles, quienes tienen la responsabilidad de impulsar el desarrollo del municipio mediante el cumplimiento cabal de sus funciones. Además el alcalde es el ejecutivo de la Administración local, elegido igualmente en forma popular y democráticamente para un periodo de cuatro años, quien tiene el sagrado deber de propiciar el desarrollo y progreso del municipio en todos los campos. El primer alcalde de Potosí elegido por voto popular fue el señor Eduardo Revelo en el año de 1.986; actualmente el ejecutivo municipal es el ingeniero Luis Antonio Arevalo Figueroa.
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Para conocer con mayor profundidad aspectos sobre la vida municipal de Potosí, en el programa hotpotatoes-JMix, encontrará un texto en desorden que le permite organizar sus ideas y confrontar las respuestas con sus compañeros (Anexo actividad No 7). 1.7. DISTRIBUCION ESPACIAL DE LA POBLACION La distribución de la población en el municipio de Potosí, refleja en gran parte la historia del desarrollo económico, en donde se nota una interrelación entre el tipo de población y las comunicaciones, lo mismo que las tenencias y uso del suelo y el sistema de explotación. El mayor número de población se concentró al occidente del municipio debido a que se establece el primer asentamiento con carácter permanente por parte de los primeros aborígenes, apoyados por algunos sacerdotes doctrineros de Ipiales como inicio del proceso de ocupación y doblamiento que a su vez tiene relación con las posibilidades naturales específicas del área y la incorporación del trabajo al espacio y la capacidad de inversión para la producción. Además la mayor densidad de la población en el occidente ha sido estimulada por el auge turístico al Santuario de las Lajas y la cercanía a la ciudad de Ipiales la cual ha generado una serie de transformaciones, actividades y desplazamientos humanos. Igualmente dicho proceso ha motivado el establecimiento de obras de infraestructura y algunos servicios que convierte al municipio en el centro de las actividades sociales, productivas y culturales. Las condiciones topográficas y la calidad del suelo, favorecen relativamente una mayor concentración de la población en torno a la producción agropecuaria; el relieve asciende en forma suave, lo cual ha favorecido a su vez a la apertura carreteable interveredal.
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Panorámica Potosí
Gran parte de las viviendas y fincas se ubican a lo largo de las vías en forma semiconcentrada; el resto de la población se distribuye dispersadamente a medida que se adentra hacia el bosque natural, por lo que las condiciones de vida, el valor del suelo y productividad son estimulantes o limitantes proporcionalmente a la distancia y vías de acceso. La dispersión de la población en las partes altas tiene que ver con la actividad extractiva de madera y carbón, que obliga al campesino a adentrarse cada vez más a la montaña a medida que el recurso se agota. 1.8. EL PROCESO MIGRATORIO Las migraciones son un fenómeno social permanente y sistemático en todos los países, acentuándose en aquellos donde se manifiesta el desarrollo social desigual, propio del capitalismo dependiente. Colombia no es la excepción, tampoco el departamento de Nariño, donde la evidente migración campo-ciudad, se expresa en el estancamiento o decrecimiento poblacional de aquellos con menor desarrollo económico. Este comportamiento es extensible en el municipio de Potosí por la frecuente salida de habitantes hacia diferentes lugares del país y el departamento, en especial, Pasto e Ipiales, así como los departamentos del Putumayo, Valle del Cauca, Bogotá y la República del Ecuador, los cuales se pueden constatar a través de los datos inter censales, donde el promedio de la tasa de crecimiento desde 1.938 hasta 1.951 es inferior al 1% y el periodo comprendido entre 1.985 y 1.993 demuestra un índice de 0.85%
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Los factores que han incidido en las migraciones de Potosí van desde mejoramiento académico, hasta razones familiares; pero también han incidido la economía campesina parcelaria, por lo tanto la gente ha salido en busca de empleo, tendientes a mejorar las oportunidades de vida. En la temática sobre el proceso migratorio, el estudiante asimilará las causas y consecuencias de este fenómeno a través del programa hotpotatoes-JCross que consiste en ubicar palabras y pistas de ellas para identificarlas en el crucigrama (Anexo actividad No 8)
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CAPITULO II ASPECTOS SOCIO-POLITICOS Y CULTURALES 2.1. ASPECTOS CULTURALES Los aspectos culturales e ideológicos de la vida de los potositanos a principios del siglo XX continúan dentro del parámetro colonial, dominado por la atmósfera religiosa que penetra en todas las esferas sociales y manifestaciones espirituales de sus habitantes. Centrados en las preocupaciones espirituales, la vida social de Potosí transcurre sin sobresaltos, pausada y tranquila; solo interrumpida por el día de mercado, la misa del domingo y alguna fiesta. Según Milciades Chávez (1.983: 201), “los pueblos de Nariño siguen en monotonía que impone la sociedad conservadora y clerical. La clase dirigente es la misma, con los mismos rancios apellidos, los artesanos de la madera, los plateros, zapateros, herreros, también eran los mismos; los sastres en sus pequeñas sillas confeccionando la sotana del cura, el vestido del gran señor y más allá del perímetro urbano o mejor confundiéndose con el indio del resguardo, cultivando a tarde y mañana la pequeña parcela para llevar el día de mercado el repollo, el atado de cebolla, el costalillo de papas, ocas y ollocos para vender y comprar sal, la manteca, un poco de jabón de tierra y una botella de querocene”. “hacen parte importante de la sociedad las fiestas religiosas, heredadas de la colonia, dentro de un calendario en el que asumen papeles diversos todos los pobladores”. 2.2. ASPECTOS SOCIO-CULTURALES Y RELIGIOSOS De esta manera los meses iniciales del año caracterizados por ayunos, abstinencias y retiros de cuaresma, continúan con la semana Santa; son ocho procesiones y el aprovechamiento para la opulenta cena del jueves, son ruidosas las fiestas de la parroquia, busca protagonismo distribuyéndose las celebraciones a lo largo de todo el año entre los respectivos patrones (San Pedro y San Pablo, San Isidro Labrador, Corpus Cristi, la virgen de Fátima, San José, La virgen del Rosario, etc.); se destacan en estas conmemoraciones el derroche de altares, ramos de flores, pólvora y “Camericos” a cargo de los fiesteros. Llama la atención el día de mercado la vistosidad de campesinos e indígenas, cargados de frutos de huertas, con sus vestidos y atuendos todos iguales, como dice Miguel Cané: “mirar a uno es mirar a todos”, con su sombrero de paja, camisa, ruana, pantalones anchos a media pierna y descalzos, cubriendo el cuerpo con un camisón y ruana de lana oscura”. Después del mercado los indios se dirigen a las chicherías, en tanto que los pudientes consumen cerveza y licores. Según algunos testimonios de la época, las chicherías constituían un problema de salubridad por ser espacios reducidos y sin baños; además de la embriaguez que causaba indignación en la gente, contribuían con la aversión a estos establecimientos, donde se produce un subconsumo pagano y subversivo (Castro 1.994:10).
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La rutina socio-cultural se resquebraja por la guerra de los mil días a finales y comienzos de los siglos pasados, lo cual contribuye a aumentar la miseria, la desconfianza, los odios en la región. Esta guerra se inicia por el intento de los liberales para recuperar el poder, lo que hace prever que en Potosí la contienda es desigual, aunque en los municipios de Ipiales y Córdoba gran parte de la clase política es liberal. Al culminar el estudio de la parte teórica de estos temas, el estudiante encontrará en el programa Ardora-Sopa de letras palabras, tanto en forma vertical, como horizontal, las que definen los aspectos socio-culturales y religiosos de Potosí. (Anexo actividad No 9)
2.3. ASPECTOS SOCIOPOLITICOS 2.3.1. LA GUERRA DE LOS MIL DIAS
Foto Archivo
La ideología expresada tanto por el partido liberal como por el conservador en el sur de Colombia, la capitaneaban personas de la clase dirigente en las diferentes comarcas y ciudades. En la ciudad de Pasto la clase dirigente ingresó al partido conservador fundado por Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro; y en Ipiales y Túquerres la mayoría de la clase dirigente ingresó al partido liberal, marcando desde ese entonces una idiosincrasia política entre Pasto e Ipiales. Cuando estalló la guerra de los Mil Días, a finales del siglo XIX el enfrentamiento entre los liberales de la ciudad de Ipiales y los conservadores de la ciudad de Pasto no se hizo esperar. La chispa que inició el enfrentamiento fue la imposición de la Ley Marcial por parte del gobierno conservador y el responsable de ejecutarla el general Miguel María Villota quien el 19 de octubre de 1.899, llegó a Ipiales y proclama la ley. En esta ley “se negaba la doctrina liberal”; por esta razón los liberales de refugian en el Ecuador y organizan sus ejércitos para realizar las invasiones en el sur de Colombia. El enfrentamiento según Juan Evangelista Revelo (1.951) en el sur de Colombia tiene cuatro invasiones: en la primera se realiza el combate de Cascajal, la segunda se la identifica como el combate de Ipiales, la tercera fue el combate de San Francisco y la última donde realizaron los combates de Chiguacos, el 14 de agosto, del 24 de agosto, el 30 de agosto, y el 19 de septiembre. El escenario de la guerra también tocó espacios del municipio de Potosí, tuvo sus protagonistas lo cual se manifiesta en la descripción que hace del acontecimiento Juan E. Revelo en su libro “La guerra de los mil días en el sur de Colombia”.
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Para tener una percepción de los acontecimientos se hace una trascripción de los hechos que se narran desde la tercera invasión “Combate en San Francisco”, que sucedió en San Francisco, Puenes y Rumichaca en el año de 1.900; “Tregua de un año” los liberales sufren una tercera derrota; los jefes del liberalismo se convencieron de la ineficiencia de sus esfuerzos y toman la decisión de darse una tregua, quedando algunas guerrillas capitaneadas por el revolucionario Joaquín Erazo en las selvas de la Tola Alta, el Cucho, Yaramal, San Marcos (Potosí) y otros. Esta tregua termina en junio de 1.901 con el arribo a Quito de los generales Benjamín Herrera, Avelino Rosas, Paulo Emilio Bustamante, Lucas Caballero y otros. Ellos se presentan ante el presidente Alfaro en busca de un último auxilio para alcanzar el triunfo de sus ideales, dejando huérfanos, viudas y una desolada pobreza.
Foto Archivo
Como dicho presidente no le importa el empobrecimiento del tesoro del Ecuador a trueque de ver flamear el pabellón rojo (Símbolo del liberalismo) mas allá de sus dominios, convino con sus peticionarios quienes se dieron prisa a organizar la invasión que en estos campos inmortales debía dar con el traste. Ultima invasión y sus combates: A finales de 1.901, al jurar ante el presidente Alfaro el arremeter con el ímpetu del que eran capaces, partieron para la costa Pacífica los generales Herrera, Bustamante, Caballero y otros, para el sur del Cauca, el “vencedor de Cuba” general Abelino Rosas natural de Dolores departamento del Cauca. Un mes bastó para que el jefe dolorense estuviera al frente del ejercito compuesto de algo así como de cuatro mil hombres, merodeando a guisa de guerrillero en los campos de Yaramal, Tola Alta, San Marcos y otros. En Tola Alta fijó su cuartel general por ser bastante estratégico. Desde allí arremetía algunas veces sobre Ipiales; otras, levantaba el campo e iba aparecer allende al Carchi; desde allí, extendía su radio de acción hasta Chiles y Cumbal, Panam y Carlosama, llevando a su paso el pillaje y la devastación, pero siempre aumentando sus huestes. El jefe de la legitimidad, general Guerrero, a su vez, había logrado reorganizar su ejército que, con motivo de la tregua de un año, había disminuido notablemente. A sus órdenes pusiéronse los siguientes cuerpos: “El de honor”, al mando del entonces coronel Carlos J Guerrero; “El Villota”, al del coronel Ricardo Zarama; “el Casabianca”, al del general Adolfo Guerrero; “El Primero” (antes cuarto”), compuesto
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de tambeños y florainos, sandoneños y yacuanquereños, al del general Gonzáles Urtado A.; a el “Segundo” o de “Túquerres”, al del teniente coronel Luis Guerrero; el “Tercero”, compuesto de obandeños, al del general Cayetano Mazuera; el “Quinto”, al del entonces coronel Sinforoso Eraso; el “Séptimo”, al del teniente coronel Leonidas Fajardo; el de “Zapadores”, al del general Floresmilo Zarama; el “Medio batallón de Pupiales”, al del coronel Juan Ramón Rosero; el “Medio batallón de Puerres”, al del mayor Manuel de J. González; y el “Medio batallón de Funes”, al del mayor Rafael Santacruz. También estaban organizadas las policías de Cumbal, Carlosama, Guachucal, Pastás (hoy Aldana), Potosí, Chiguacos (hoy Payán), Contadero, Gualmatán, Iles y las Lajas, al mando del capitán Azael Pazos, del mayor Telésforo Chávez, del capitán Miguel Burbano, del capitán Balmore Alomía, del sargento mayor Máximo Ruíz, del sargento mayor Evangelista Sarásti, del capitán Nicanor C. Gurrero, del capitán Anibal F Coral, del capitán Genaro Acosta y del sargento Epaminondas Sarasti, en su orden, las cuales presentaron ad-honoren importantes y oportunos servicios. Algunas de estas eran verdaderos batallones, como la de Cumbal, Carlosama y Potosí. Todo el grueso del ejército del gobierno se hallaba allende el Guaitara, en marchas y contramarchas desde la cima de las Lajas hasta el morro de Macas (Pastas) mientras que en la altura de Chiguacos, solo se hallaba el “medio batallón de Puerres”, compuestos de doscientos setenta hombres, al mando, como se ha dicho del mayor Manuel J. Gonzáles y cincuenta hombres que formaban la policía de Chiguacos, al mando del sargento mayor Sarasti. Combate del 14 de agosto: “como el enemigo, en uno de sus movimientos, había avanzado con su ala izquierda hasta Cumbal, el jefe legitimista quiso obligarlo a abandonar la Tola Alta y a presentarle batalla campal en la sabana. El 14 de agosto ordenó el mayor Gonzáles atacar el ala derecha por las montañas de Potosí. La orden fue cumplida y en consecuencia, apoyada por el cuerpo que comandaba el sargento mayor Sarasti, por la policía de Potosí mandada por el sargento mayor Máximo Ruíz y por los capitanes Salvador Ramírez e Isaac Fuertes. A las 10 del día, rompió sus fuegos en Tenquer. El enemigo aunque en número superior y bien municionado y conocedor práctico de sus escondrijos, ante la arremetida de las fuerzas legitimistas, retrocedió hasta Cuaspud y Cortadera dejando unos cuantos muertos”. Combate de Chiguacos: “El incidente anterior parece envalentonó al general Rosas, porque desde ese día movió su ejercito por la banda de Puerres, quizá con la idea de tomar a Pasto con facilidad al amparo de la infranqueable cuenca del Guaitara y de la cordillera de los Andes. En consecuencia, el 17 de agosto por la mañana, las fuerzas acantonadas en Chiguacos fueron atacadas por Rosas habiédolos obligado a retirarse al otro lado del Guaitara”. Combate del 30 de agosto: “dueñas ya de la plaza de Puerres las fuerzas del gobierno, otra era la suerte que les esperara y así desde la alborada del día treinta, rompieron sus fuegos cerca de las trincheras enemigas, situadas al otro lado del río Tescual, es decir, en la colina de Males.
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Desde las alturas de Teques hasta los peñascos de San Juan no se oía sino el cañón, el estridor de las cornetas y el estruendo ensordecedor de las descargas de más de seis mil fusiles portadores de la muerte. Como a las doce del día, las fuerzas de gobierno adueñadas de la plaza de Males y de las alturas de Teques y Tandaú, cuando, una carga formidable de los que ocupaban el cementerio los obligaban a retroceder; empero el empuje de la reserva formada por el cuerpo de pastusos comandada por el mayor Moises Martínez, el enemigo sale de sus reductos, retrocede acobardado y a las 6 de la tarde la diosa de la victoria ciñe de laureles las sienes de los briosos paladines de la patria y de la fe. El enemigo, repasando el río Chiguacos, fue a lanzar sus alaridos de desesperación a las montañas de Purbuntud, Santa Rosa y Ratonera, sus inexpugnables posiciones. Un tendal de cadáveres y heridos; la toma de 200 rifles, sistema “maglicher”, y de los cientos y más prisioneros fue el fruto de esta jornada”. Preparativos para el desenlace: “tanto por dar descanso a las tropas, como porque las municiones se agotaron, el jefe de las fuerzas del gobierno, resolvió evacuar el campo conquistado a fuerza de sacrificios. Esta retirada, dio ocasión para que el jefe revolucionario avanzara con sus tropas hasta Males. Las dos primeras semanas de septiembre se deslizaron sin el menor contratiempo, y hasta puede decirse en relativa calma, pero esa tranquilidad, era augurio de una furiosa tempestad que iba a desencadenarse. El general Rosas, sabiendo que en la plaza de Puerres no había sino escasa guarnición, puesto que los batallones “Primero”, “Tercero”, “Quinto”, “Séptimo”, “Villota”, de “Honor” y hasta el “medio batallón de Pupiales” se hallaban al otro lado del Guaitara, entre el paramillo de San Juan, las Cruces, las Lajas e Ipiales, ignorando quizá que a Contadero había acabado de llegar el batallón “Calibio” (uno de los batallones del norte), resolvió tomar esta plaza el día 22, para realizar su sueño dorado de entrar triunfante en la “Reina de Atriz”. Para asegurar el éxito el día 16, dispuso que un piquete de 250 hombres, al mando de los coroneles César Vela y Joaquín Mejía, internándose por la cordillera y siguiendo el curso del río Angasmayo se situara en la altura del collado de Maicira y atacara la retaguaardia de las fuerzas gobiernistas cuando el 22 se hubiera prendodo el combate.
El general Guerrero por su parte, había resuelto, también atacr al enemigo, en sus formidables posiciones de Males, Purbuntud, Santa Rosa y Ratonera, tan luego como se le hubiera incorporado el Batallón “Dieciséis” que acababa de llegar de Pasto.
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Parece que el escogido para dicho ataque era el día 24, puesto que ese día se celebraba la fiesta de la Virgen de las Mercedes, a quien los pastusos tienen especial devoción y los militares la aclaman su “Generala”. Preparativos para el último combate: “El estampido del cañon y el estruendo de la fusilería, hundiendo los espacios, llevan a Ipiales la noticia del gran combate que se está librando, veinticinco kilómetros al oriente. El general Gustavo S. Guerrero, aunque ignora los estragos del espantoso siniestro, comprende sin embargo, el peligro que corre la plaza de Puerres, por lo poco guarnecida que se encuentra. Le preocupa, sobre todo, el pensamiento de que el puente de san Juan puede ser tomado por el enemigo en un momento, y que, en tal virtud, el ejercito legitimista quedara allende el Guaitara, imposibilitando para impedir el avance de Rosas hacia Pasto. En tan apurado lance, no hay tiempo que perder; cualquier vacilación, la más pequeña demora, puede dar al enemigo ventajas insuperables. Su genio militar concibe instantáneamente el plan que ha de salvar la situación y elevar al pináculo de la gloria de su nombre. Con celeridad que exige tan premiosa situación, ordena: Que el batallón de “honor”, vuele a defender el puente de San Juan; Que el “Villota”, respalde al anterior, situándose en el Paramillo y Yanalá. Que el “Primero”, ocupe el Barrial y las Cruces. Que el “Tercero” y la Policía de Potosí, se situen en la Calera, las Lajas y Santa Inés. e) Que la policía de Cumbal, Carlosama, Guachucal, Pastas y otras permanezcan hasta nueva orden en el Puente Viejo, el Manzano, Puente Nuevo, Rumichaca y Puenes; f) Que el “Cuerpo de Cívicos” de Ipiales y otras policías a órdenes del perfecto Abelardo Burgos, custodien el parque de dicha ciudad y conduzcan donde fuere necesario con la oportunidad que las circunstancias lo exigieren ( este cargo fue brillantemente cumplido y por tanto el señor Prefecto tiene su página de honor en los fastos de la patria). g) Que los batallones “Calibío”, “Quinto” y “Séptimo”; el “Medio batallón de Pupiales”, marchen consigo al centro del incendio. a) b) c) d)
Aunque la entrada a la plaza de Puerres por parte del general Guerrero se logró en horas de la noche, después de ocurrir el desastre, se sabe que el general Avelino Rosas murió en estos combates y con él queda aniquilada la invasión revolucionaria y por consiguiente echadas las bases de la paz en el sur de Colombia”.
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Puente que comunicaba a Ipiales con Potosí (Río Guaitara)
Como consecuencia de la derrota, los liberales de Potosí, Córdoba, Ipiales y Puerres se refugiaron en el Ecuador, sector el Carmelo; otros en lo que ahora es el corregimiento de la Victoria del municipio de Ipiales, colonizada y fundado por estos personajes. La clase dirigente conservadora, siempre como mayoría absoluta, se radicalizan y perpetúan en el poder; utilizan todos los medios para defender sus ancestrales privilegios en complicidad con la iglesia, conducidas por el pensamiento de Mariano Ospina Rodríguez. En el desarrollo de esta temática, el estudiante recreará los acontecimientos más sobresalientes y los lugares que ahora son turísticos, ecológicos y naturales, a través del programa Ardora- El ahorcado (Anexo actividad No 10) 2.4. EL PAPEL DE LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX La identificación del clero con el partido conservador, se debe a que las dos entidades conciben el proyecto de modernización capitalista, conservando las estructuras de autoridad y mentalidad tradicional; es decir aceptan la necesidad de progresar, pero sin alterar el orden social tradicional. Este estilo de agresividad desarrollada por el clero, en nombre de algunos vicepárrocos, se volvió costumbre en Potosí: Juan Agustín Ramírez Pedro Pablo Narváez Francisco Peña Juan Ramírez Cogüesango José María Médecis Manuel Arcos
14 de febrero de 1.857 19 de junio de 1.857 9 de octubre de 1.857 31 de abril de 1.858 31 de marzo de 1.875 6 de febrero de 1.882
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Nicomedes Hurtado Tomás A. Urresta Joaquín y José Angel Chamorro
29 de noviembre de 1.884 13 de septiembre de 1.885 7 de febrero de 1.893
Los conservadores adoptan actitudes dogmáticas y de señalamiento para desacreditar a cualquier persona de espíritu progresista, tildándolo de comunista. Entre los años de 1.896- 1.906 asume como obispo de Pasto Ezequiel Moreno Diaz, quien utiliza todos los espacios para difundir los principios de organización social, consolidados a través de varios siglos de colonialismo clerical conservador. El obispo no desperdicia oportunidad para lanzarse con fanatismo contra los liberales, en las calles, el confesionario, los púlpitos y los pastorales o párrocos y feligreses (Cerón: 1.997: 363). En las instrucciones al clero de la diócesis en 1.902, establece su aparición radical y dice que los principales enemigos son los católicos liberales, puesto que es imposible la conciliación entre estas dos doctrinas; “O con Jesucristo o contra Jesucristo, o liberalismo o catolicismo”. O pena de excomunión, la única alternativa de los feligreses es alejarse “de este partido nefando y maldito…de esta secta que persigue la iglesia de Jesucristo” (Chávez 1.983: 204). Este procedimiento represivo lo cumple a cabalidad el cura Nicomedes Hurtado, durante los años 1.901 y 1.909, quien es nombrado párroco de Potosí, llegando al extremo de no suministrar el sacramento de la penitencia a los liberales del pueblo porque “ser liberal era pecado”. Ante tales formas de represión de la iglesia, muchos liberales atemorizados y perseguidos se radican en el Ecuador y la Victoria. Continúan la filosofía antiliberal, otros párrocos como Manuel Sebastián Mejía – 1.911, Florentino Arteaga Florez- 1.915, Julio Bravo- 1.918.
A comienzos del siglo XX la sociedad potositana, en sus expresiones culturales, estaban totalmente descontextualizadas del acontecer nacional. Los años de aislamiento conservan intactas las costumbres coloniales; el dominio eclesiástico conduce a mantener un sentimiento colectivo de conformidad y rechazo a lo novedoso. De otra parte la ausencia de escuelas y medios de comunicación fomentan una cultura con pocas expectativas.
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Las divisiones sociales se acentúan a través de la militancia partidista, que de alguna manera deslinda a los reaccionarios y progresistas dentro del mismo partido conservador, ya que los liberales son prácticamente inexistentes. La clase política tradicional, acostumbrada a no tener contradictores a lo largo de la historia, se mantenía por la misma razón anquilosada, reproduciéndose al calor de sus propias arbitrariedades gamonalísticas, muy lejos del descenso y el ejercicio moderno del poder. Un acontecimiento importante de inicio del siglo que cambia el sistema político administrativo, el 9 de mayo de 1.903, según la ordenanza No 6 de la Asamblea del Cauca, Potosí fue elevado a la categoría de Municipio, siendo el primer alcalde el señor Máximo Ruiz. Con este acontecimiento Potosí adquiere una administración y desarrollo independiente en forma lenta, por carecer de un presupuesto significativo y material humano que enrumbara hacia el desarrollo. Las referencias revelan que no hay un cambio social. La iglesia católica interviene en política, ejerce control eficaz de los valores establecidos y vigila el transcurso de sus proyectos institucionales. Para mantener esta misión domina el aspecto educativo y en general todas las manifestaciones de cultura espiritual. Bajo esta perspectiva es nombrado como párroco el Pbro. Luis Antonio Montero, quien con el fervor y la alegría de las gentes, construye el templo en menos de tres años y es inaugurado el 13 de mayo de 1.954 por el Excmo... Señor obispo Emiliano Botero González.
Foto Padre Luis Antonio Montero
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Durante el estudio de esta temática se resaltará el papel de la iglesia en la sociedad, especialmente el actuar del sacerdote Luis Antonio Montero quien es recordado en el municipio como un ser que ayudó al pueblo a progresar; entre otras obras se recuerdan la construcción de la carretera que conduce del puente al casco urbano, el Hospital del municipio, el cual lleva su nombre, así como la Institución Luis Antonio Montero. Para darle mayor realce a sus obras los estudiantes pueden acudir al programa Ardora-Puzle donde armaran el rompecabezas con una fotografía del sacerdote Montero. (Anexo actividad No 11) La población de Potosí a comienzos del siglo XX ha sido eminentemente campesina. La población rural es siempre dominante, las relaciones sociales son estrechas en la vereda y se extienden hasta la cabecera municipal, su intercambio social más amplio se verifica el día feriado, por lo general el domingo, cuando cumplen el deber religioso de asistencia a misa luciendo el mejor traje que poseen. Cada ocho días por unas cuantas horas se rompe el aislamiento, se departe con el amigo, se saluda al compadre y se comenta sobre la buena o la mala cosecha, sobre lo bueno que habló el párroco o propósito de la última fiesta religiosa. El campesino cultiva sus terrenos y él mismo lo administra, su producción grande o pequeña; son propietarios de sus herramientas y ellos mismo intercambian el excedente agrícola con artículos de consumo semanal (sal, manteca, jabón, etc.) y en ocasiones telas y sombreros para mejorar su atuendo, los domingos y días de fiesta los hombres participan activamente del juego de la pelota de chaza, de mano o de tabla, en los desafíos de gallos. Las mujeres pasean en el parque del pueblo y visitan a sus familiares y amigas de escuela. Los demás días de la semana se ocupan de la las labores agrícolas, de cuidar el ganado vacuno, caballar y lanar y preparar los alimentos. En la vereda y en todo el municipio es apreciado el campesino con más tierra, el cual ocupa un puesto privilegiado en el vecindario y poco a poco delimitándose el papel del patrón que compra la fuerza del trabajo a los vecinos pobres asignándoles el calificativo de peones. Con respecto a las viviendas en el espacio rural, la mayoría estaban cubiertas de paja, Material que permite mejores condiciones de calor por ser térmico, de otra parte se trata de materia prima abundante extraída de lugares cercanos al “páramo de Mueses” y “Cerro san Francisco” las paredes se construyen en bareque, pilares de madera rolliza con bases de piedra; para la construcción de viviendas se emplea la madera local o sea existente en la región o en sus alrededores como: arrayán, Alizo, Punde y Amarillo.
Foto Viviendas Rurales
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La distribución interna de las viviendas reproduce el diseño de toda la región andina heredado de la cultura indígena; es decir la cocina constituye el espacio mas importante donde la familia se reúne alrededor del fogón compartiendo el espacio con los cuyes, perros y gallinas. Hoy en día se continúan construyendo edificaciones rurales de tipo colonial (llamadas no 7), adicionándose, claro esta os servicios públicos de la modernidad (agua, luz, en algunos redes telefónicas). También en algunos casos, se implementan las construcciones en ladrillo, eternit y concreto. Al culminar la edificación hay que resaltar la convocatoria que se hace a los vecinos para el enteje “la minga”, donde acude todo el vecindario a colaborar en este evento, el cual se convierte en un festejo, utilizando las comidas con el plato típico de la región, “el cuy” y la bebida milenaria “la chicha” Los estudiantes al abordar esta temática, se recrearán con la realización de un puzzle del programa a ardora-puzzle (anexo actividad no 12) El cambio empieza cuando se extiende la red eléctrica a partir de los años 80, generando nuevos hábitos culturales que mejoran la calidad de vida de la mayor parte de la población; son muy pocos los campesinos sin tierra que permanecen por fuera de este proceso. Como se trata de una sociedad agraria de medianos y pequeños propietarios vinculados al mercado externo, la llegada del servicio eléctrico permanente, les permite ser usuarios de electrodomésticos que modifican sustancialmente las prácticas culturales de la población. El campesino durante este siglo ha empleado como instrumentos de trabajo la pala, el machete y el hacha; utilizando también animales como la yunta de bueyes para la labranza de la tierra y el caballo y la mula para el transporte de productos. Para la preparación de los alimentos se utiliza la leña y el carbón vegetal; “hoy en día la mayoría utiliza la estufa de gas con el fin de evitar la tala de los bosques”. La familia se considera natural y el matrimonio eclesiástico es considerado como una institución social, declarándose a la unión libre como algo fuera de las normas sociales y morales de los cristianos. Por la necesidad de alimentos, construcciones de vivienda, tenencia de ganados, la explotación del carbón y la sobrepoblación de las regiones altas del municipio, sus gentes, cada vez más van terminando con los bosques naturales y destruyendo el medio ambiente. Para fundamentarse más sobre este tema, los estudiantes observarán video relacionado con cultivos, ganado y paisaje del municipio de Potosí, concretamente en la vereda cárdenas (anexo actividad no 13 Video paisaje Potosí) Durante gran parte del siglo XX el cura y el alcalde fueron los representantes del municipio para todo lo que fuera progreso, el párroco Luis Antonio Montero
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permaneció estable por varias décadas al frente de la parroquia, el cual miró pasar varios alcaldes movidos por el clientelismo politiquero. Cuando se preveía la visita de un jerarca de la iglesia como el obispo, los habitantes de la cabecera municipal y los de las veredas advertían su llegada, para lo que se mejoraban las vías, se pintaban las casas y se preparaban a las escuelas a su recibimiento. La educación es el reflejo de la situación socioeconómica. En las cuatro primeras décadas del siglo XX la educación primaria es reclamada insistentemente. Los habitantes de la cabecera municipal y algunos campesinos pudientes asisten a la escuela primaria y sienten la necesidad de leer y escribir; así como manipular las cuatro operaciones matemáticas, asistiendo durante dos o tres años a la escuela. En estas primeras décadas solo se alcanzó a que la clase pudiente asistiera a las escuelas primarias completas en el casco urbano y, en el sector rural a la primaria incompleta. Un hecho importante en la vida cultural y religiosa es la llegada de la comunidad Franciscana en el año de 1.950 (2 de enero) que bajo el empuje de los sacerdotes: Félix María Ramírez y Félix María Cadena y de la benefactora Gertrudis Ramírez, quien dona la casa para su permanencia y desarrollo espiritual, hace que esta benemérita comunidad junto con el párroco perpetúen los principios religiosos de las gentes de Potosí y a la vez orienten la educación de la juventud. La hermana Aquilina, quien era superiora general, nombra a la hermana Mónica como superiora y a sor Diomira, hermana Matea, sor Alma y sor María Adelaida como maestras. La lucha por la formación de un colegio fue ardua y continua, y Potosí mira pasar los años sin que este propósito se hiciera realidad y solamente en el año 1.960 se funda la escuela de mejoradores del hogar hasta el grado de enseñanza media (“hoy en día grado noveno”) dirigida por hermanas franciscanas y el liderazgo del Párroco Luis Antonio Montero. En el año de 1.967 se obtuvo la licencia de funcionamiento para el ciclo básico de Educación Media y en el año de 1.980 mediante Resolución No. 05110 del 9 de abril se autoriza al Instituto Nuestra Señora de Lourdes a otorgar el Título de Bachiller Académico. En el año de 1.992 se funda el colegio departamental con modalidad Agropecuaria, en la vereda Cuaspud Núcleo; “ahora Institución Educativa Agropecuaria Luis Antonio Montero”, el cual en el año de 1.998, entregó su primera promoción a la sociedad potositana, egresados que facilitan nuevas estrategias y técnicas de desarrollo agropecuario a la región. Posteriormente, en las veredas San Antonio y Sinaí, se crean las instituciones “San Antonio de Padua y Bajo Sinaí”, respectivamente, contando el municipio en la actualidad con cinco instituciones que abarca la cobertura del 100% de la población en edad escolar y que propenden por el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. A la par de las carencias propias del escaso desarrollo, un espectro digno de admitir en
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Potosí es la idiosincrasia de la gente, que jamás deja el cultivo de las expresiones artísticas, entre ellas al gusto musical que surge sin directrices de escuela. En general existe en la cultura local casi espontánea para el canto y la guitarra; es así como el Concejo Municipal, el 20 de enero de 1.937 mediante acuerdo No 02 vio la necesidad de integrar una banda municipal considerada como “alma del pueblo” a la cual le dieron el nombre de Banda Boyacá, bajo la dirección artística del señor Juvenal Chávez y los músicos: Otoniel Benavides, Félix Chamorro, Reinaldo Ruiz, Alfredo Ramírez, José Castro, Lucio Arevalo, Juan Pío Arteaga, Luis Meneses, Rafael Quiñones, Marcial Cadena, Manuel Isidoro Córdoba, Octavio Castillo, Segundo Ramírez, Humberto Chamorro, Lorgio Bacca, Arnulfo Tobar, Erasmo Cadena. Entre otros directores que se destacaron está el maestro Teófilo Monederos, quien es autor de la música del himno a Potosí. Los estudiantes y demás personas de cualquier parte del mundo pueden apreciar el talento artístico de los potositanos, expresiones de música y danza que demuestran el conocimiento empírico y sus raíces ancestrales. (Anexo video “Talento artístico de Potosí” actividad no 14) Además de dentro del arte y la cultura se destacan grandes valores en la música organizados en grupos, dúos, tríos y solistas, tanto a nivel urbano, como rural; prueba de ello, en la actualidad, son los grupos musicales existentes , tales como “Brisas del sur” quienes tienen grabado canciones inéditas, sin publicar aún (2011) y “ el Trío Reminiscencias, integrado por el Maestro Luis Quelal, gran requinto, el señor Luis Benavides y el señor Javier Cadena … “ quienes en Potosí deleitan a propios y extraños, los primeros con sus creaciones musicales propias de su ingenio, compuestas en el casco urbano, pero con tonalidades entremezcladas de despecho, amor, alegría e idiosincrasia de los pueblos, y los segundos con su música y canto románticos que ponen los nervios de punta a todos los enamorados. Así mismo en el sector Rural, entre otros el grupo Ruiseñor…de la vereda Cárdenas, integrado por un músico nato invidente de nacimiento, el señor Leonel Cuadros, quien se hace acompañar de los vecinos labriegos que aprendieron con él a tocar la guitarra, la tambora, la flauta y otros instrumentos y él con su requinto o su acordeón entonan canciones propias de las regiones rurales del municipio. También existen exponentes en la danza, la declamación y la pintura quienes han participado a nivel local, departamental y nacional.
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Merece especial reconocimiento la capacidad artística musical y de canto de José Félix Chamorro Córdoba, en la década de los noventa, quien ha participado en diferentes festivales de música colombiana y ha alcanzado muchos triunfos siendo reconocida su actitud artística por los diferentes periódicos de circulación regional y nacional.
Al relacionar las frases de la izquierda con la derecha en el programa ardorarelacionar frases, los niños y niñas identificarán su municipio, la evolución en el espacio y el tiempo desde la creación hasta nuestros días. (Anexo Actividad No 15)
Los estudiantes y docentes que trabajan en primaria en el municipio de Potosí, podrán observar a través del programa “Codebox” el documento “Conozcamos la historia y la cultura de Potosí, haciendo uso de las Tics” en el libro virtual (Anexo actividad No 16)
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En lo relacionado con la cultura daremos a conocer también las prácticas culturales del pasado, como las actuales, teniendo en cuenta la idiosincrasia del pueblo potositano.