HISTORIAS POR CONTAR: MUJERES POBLANAS EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA

HISTORIAS POR CONTAR: MUJERES POBLANAS EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA Jaime Espinosa María Elizabeth Facultad de Filosofía y Letras Universidad Autónoma de
Author:  Hugo Montes Araya

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HISTORIAS POR CONTAR: MUJERES POBLANAS EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA Jaime Espinosa María Elizabeth Facultad de Filosofía y Letras Universidad Autónoma de Tlaxcala Carretera San Gabriel Ocotlán, esquina Morelos s/n. San. Gabriel Ocotlán, CP.90000 Tlaxcala, Tlaxcala. [email protected]

Mujeres antirreleccionista en Puebla La presencia de algunas mujeres como sujetos históricos en el proceso revolucionario en México, lo podemos identificar en a partir de la conformación de los primeros clubes que se organizaron en México, con el fin promover el voto para la sucesión presidencial en 1910. Para el caso de Puebla, el análisis del estado de la cuestión continúa siendo un importante tema por trabajar.1

“El libro de La sucesión presidencial en 1910 marco el inicio de la participación de Francisco I Madero en la escena política, la convocatoria a las elecciones fue el inicio de la presencia de la clase media intelectual en la escena política del país a través del establecimiento de los clubes antirreeleccionista.2 En el estado de Puebla, desde sus inicios el movimiento fue dirigido por Aquiles Serdán a través del club “Luz y Progreso”, (otoño de 1909) la asociación estaba integradas por: profesionistas, estudiantes, comerciantes y trabajadores de las diversas industrias que se habían establecido en la capital poblana durante el porfiriato. Así, bajo la coordinación de Aquiles Serdán, a finalizar 1909, ya existían los clubes: "Libertad y Progreso" de Rafael Roset, "Ignacio Zaragoza" dirigido por Agustín Durán, "Regeneración" formado por Francisco Salinas y los hermanos Andrés y Melitón Campos, y "Regeneración" que contó con la participación de Hilario Campos y Juan Cuamatzi.”3

En la medida en que el movimiento se fue consolidado, a sus filas se fueron integrando algunas mujeres que en un primer momento se unieron principalmente por los vínculos familiares y de amistad que las unía con los organizadores, como fueron los casos de Natalia y Carmen4 Serdán.5 Otras fueron impulsadas por sus consortes como fue el caso Elena Molina de Salinas, quien apoyó a su esposo Francisco Salinas en la conformación de los club “Zaragoza”, 1

Jaime, 1996. Madero, 1908. A las filas antirreleccionistas militaron hombres con diversas tendencias sobre todo las de carácter liberal que algunos intelectuales y trabajadores textiles habían adquirido a partir de la lectura de las propuestas del movimiento magonista, siendo Aquiles Serdán uno de sus principales representante. Mientras más moderado en su actuación lo conformaron los comerciantes, profesionistas que no habían sido favorecidos por la política estatal entre los que se encontró Carlos Aldeco, para más información sobre la conformación de los atirreeleccionistas en el estado Cf, La France. 4 Carmen Serdán Alatriste nació en la ciudad de Puebla el 11 de noviembre de 1873. Hija de Manuel Serdán y Carmen Alatriste. A partir de 1909 realizó importantes servicios a favor del antirreeleccionismo. Tras la muerte de su hermano Aquiles en noviembre de 1910, continuó colaborando en la causa maderista, y fungió como presidenta honoraria de la Junta Revolucionaria en sus dos etapas 1910 y 1913. Con motivo del golpe militar del general Victoriano Huerta se unió a Venustiano Carranza. Antes de concluir la revolución se retiró a la vida privada y murió en 1943. Para más datos biográficos. 5 Mendieta, 1980. 2 3

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“Regeneración” y “Libertad y progreso” que trabajaron de manera coordinada con otras asociaciones en el interior del estado. 6 Mientras que para otras, las razones fueron por amistad como los casos de las profesoras Paulina Maraver,7 y Celsa Magno8 que formaron parte del club "Luz y Progreso"

en el que

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desempeñaron como propagandistas en la ciudad y la zona conurbada.

Otras rebasaron las expectativas de los vínculos adquiridos por parentesco y amistad, debido, a que se insertaron por iniciativa propia como lo fueron las hermanas Rosa,10 Guadalupe11 y María12 Narváez Bautista. Si bien es cierto que no se unieron por el impulso directo de su padre, hermano o algún familiar del género masculino. No se pude negar que su incorporación, tiene como fundamento la influencia liberal que recibieron de su padre desde sus primeras letras. Del licenciado Mauro Narváez Mendoza, viejo juarista y republicano de quién aprendieron los conceptos de justicia, democracia e igualdad social.13 Con base en los testimonios de las hermanas Narváez, el factor decisivo que impulsó su inserción al antirreleccionismo fue la lectura del texto de Francisco I. Madero La sucesión presidencial en 1910. Convencidas del ideario y de la importancia de la libertad y democracia en el país, apoyaron inicialmente la causa en colaboración con el farmacéutico Diodoro Juárez importante correligionario de Aquiles Serdán. El plantear las razones de inserción de las

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Elena Molina Salinas además de trabajar en la convocatoria a incorporarse a clubes y realizar propaganda, también desempeñó importantes comisiones de espionaje. 7 Paulina Maraver Nació en 1877 en Huamantla, Tlaxcala. Hija de José María Maraver y María Concepción Cortés. Ingreso a la Escuela Normal del Estado de Puebla. Se adhirió al antirreeleccionismo en 1909 y figuró como una importante colaboradora de Aquiles Serdán. Tras el triunfo revolucionario se trasladó a la ciudad de México en donde murió en 1954. 8 Celsa Magno. Nació en Izúcar Matamoros, Puebla en 1875. Participó en el antirreeleccionismo a lado de Aquiles Serdán. Realizó actividad revolucionaria en los estados de Puebla y Tlaxcala. Fungió como correo y propagandista, asimismo, fue colaboradora de Alberta Leyva importante líder obrera. En 1910 formó parte de la Junta Revolucionaria que coordinaron las hermanas Rosa y Guadalupe Narváez Bautistas, posteriormente prestó importantes servicios al movimiento constitucionalista. 9 Jaime, 2000. 10 Rosa Narváez Bautista. Nació en Puebla el 17 de enero de 1878. Hija de Mauro Narváez y Rosa María Narváez Bautista. Realizó estudios en la Escuela Normal de Profesoras de Puebla. Ejerció su profesión y en 1909 tras la lectura del libro La sucesión presidencial en 1910, se unió al antirreeleccionismo en su ciudad natal. Prestó importantes servicios a la revolución entre 1909 y 1917. Tras la muerte de Venustiano Carranza en 1920 se trasladó a la ciudad de México en donde continuó ejerciendo su labor educativa hasta su muerte. 11 Guadalupe Narváez Bautista. Nació en la ciudad de Puebla el 12 de diciembre de 1896. Convencida del ideario de Francisco I. Madero se incorporó al antirreeleccionismo en 1909. En 1913 se adhirió al movimiento revolucionario constitucionalista en el que realizó una destacada actuación como dirigente de la Oficina de Propaganda Revolucionaria. Durante el gobierno constitucional de Venustiano Carranza se desempeñó como agente de información confidencial, tras la muerte de Carranza en 1920, junto con sus hermanas se trasladó a la ciudad de México, en donde desarrolló su profesión de maestra y, contrajo matrimonio con el ex revolucionario David Vilchis. Murió en la década de1950 en la capital del país. 12 María Narváez Nació en la ciudad de Puebla en 1881. Se incorporó al antirreeleccionismo tras la postulación de Francisco I. Madero a la presidencia. Su actividad combativa fue de menor importancia comparada con la que desarrollaron sus hermanas Rosa y Guadalupe. Durante el maderismo y el constitucionalismo realizó propaganda. En 1920 se trasladó a la capital del país en donde murió en la década de 1960. 13 Jaime: 1996.

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profesoras Narváez es importante, porque una vez que se desarrolló la lucha armada, ellas se convirtieron en reconocidas coordinadoras de grupos femeniles como se planteará más adelante.14 En la primera etapa del antirreleccionismo, en donde la creación de clubes fue determinada por los varones, el grupo femenil se insertó a éstos se encargó de los trabajos de propaganda, que prácticamente consistieron en hacer circular la obra La sucesión presidencial en 1910, y exhortar a los poblanos a incorporarse a las asociaciones. Sin embargo, a pocos meses de práctica proselitista ellas comenzaron a desarrollar otras formas de organización y su presencia “pública” adquirió otros matices, debido a que comenzaron a establecer sus propios de acción, a través de los clubes femeniles. Por ejemplo, Virginia Valdez fundó el denominó Sara Pérez de Madero, que difundió el antirreleccionismo entre las diversas clases sociales a través de la emisión de hojas volantes que ellas mismas redactaban. Es probable que estuviera constituido por mujeres letradas del sector medio urbano trabajador. Otra agrupación que llaman la atención por su composición social fue denominado "Josefa Ortiz de Domínguez", mayoritariamente constituido por la obreras de las fábricas de cigarros de la capital poblana, destacando numéricamente las trabajadoras pertenecientes a la empresa "Pinechet M. y Cía." y "El Porvenir". Bajo el liderazgo de Alberta Leyva, desempeñaron importantes esfuerzos de propaganda, asistieron a mítines y juntas que se efectuaron en la capital poblana. Es evidente que esta primera etapa de organización, marca el inicio de la participación de las mujeres letradas en la “cosa pública”, pues en corto plazo aprendieron habilidades que hasta ese momento les eran ajenas por su condición de género- sus roles sociales adquiridos las relegaban a la esfera de lo privado-. A partir de la postulación de Madero a la presidencia de república en 1910, el trabajo antirreleccionista, adquirió un nuevo giro en todo el país, debido a que aumentaron significativamente el número de adeptos. Después de la visita de Francisco I. Madero a Puebla (14 de mayo) los clubes aumentaron y extendieron su apoyo con los estados vecinos como ocurrió con el caso de Tlaxcala e inclusive con la capital de país. Luego del fraude electoral en el mes de junio asistieron a los diversos actos de protesta que concluyeron el día 7 de julio cuando el cuerpo armado de la ciudad reprimió brutalmente a los organizadores y asistentes.15 Por su parte las profesoras Narvaéz (Rosa, María y Guadalupe) reaccionaron ante los acontecimientos políticos, y generaron sus propios espacios acción pública, utilizando su negocio el "Instituto de clases especiales y corte universal" Convencidas de la importancia de la libertad, la

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Jaime, 1996. Ib.

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democracia y la no reelección, las Narváez repartieron propaganda entre sus amigas, alumnas, clientela y servidumbre con el objetivo de crear consciencia e involucrarlas en el proceso democrático. Conforme avanzó el movimiento la escuela de las hermanas Narváez, al igual que otros establecimientos del centro de la ciudad, se convirtieron en importantes sitios de conspiración sin que las autoridades sospecharan de sus fines. Tras los acontecimientos del 18 de noviembre, los hermanos Serdán fueron asaltados en su domicilio por las autoridades. En el tiroteo murieron Máximo Serdán y varios de los conspiradores, posteriormente las fuerzas del gobierno controlaron la situación y aprehendieron a Carmen Alatriste, Carmen Serdán y Filomena del Valle entre otros sobrevivientes. Mientras esto ocurría Aquiles Serdán se escondió en el sótano pero en la madrugada del día siguiente fue descubierto y ejecutado.16 La muerte de Serdán provocó la movilización de los maderistas en varias facciones, e intereses revolucionarios, por lo que se establecieron. A pesar de que el movimiento serdanista se paralizó debido a los acontecimientos del 18 de noviembre, hombres y mujeres de los grupos medios con distintos intereses respecto a las líneas políticas, sin embargo, con el fin de dar continuidad al movimiento se establecieron

cuatro juntas revolucionarias encabezadas

respectivamente por el Dr. Daniel Guzmán, Carmen Serdán, Paulina Maraver y el Dr. Zambrano. Sin tener un contacto directo estas asociaciones desempeñaron un papel fundamental en el proceso de sublevación en el estado de Puebla, como en el de Tlaxcala. Destacaron como coordinadores generales a través de la distribución de dinero, armas, parque y mensajes, asimismo escondieron y atendieron a correligionarios heridos en batalla.17 Mientras que la Junta que presidió Carmen Serdán de forma honorifica -pues ellas se encontraba en la cárcel cuando apoyo las causas-, tuvo su origen en la iniciativa de Rosa y Guadalupe Narváez de formar una agrupación de mujeres y hombres dispuestos a continuar con el movimiento maderista. Fue con el apoyo de Carmen quien aún se encontraba en la cárcel, que el 23 de diciembre en el domicilio de las Narváez se estableció la denominada Junta Revolucionaria de Puebla. Entre los integrantes se encontraron Ignacio García Avelar, Celsa Magno, Gilberto Carrillo, Cruz Mejía, Modesta González, Teodoro Pérez, Piedad García y María Narváez. El instituto de las hermanas Narváez se convirtió en un excelente centro de conspiración y debido al tipo de enseñanza que ahí se impartía, nunca fue motivo de sospecha e inspección por parte de las autoridades.18

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La France,1987. Ib. 18 Jaime, 2000. 17

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En esta nueva etapa, los vínculos de parentesco y amistad se van a hacer presentes, ya que se observa la participación más comprometida de familias, y los apoyos solidarios de las hermanas y las amigas. Por ejemplo, vemos involucradas en el movimiento a todas las Serdán: Carmen Alatriste viuda de Serdán, progenitora de Carmen y Natalia, y Filomena del Valle de Serdán, viuda de Aquiles, Alberta Cuesta de Rosales junto con sus hijas Concepción y Guadalupe, las profesoras y hermanas Pinto (Herlinda, Enriqueta, Natalia y Hortencia) entre otras decididas mujeres. 19 Uno de los principales objetivos que planteó la Junta fue la incorporación de los grupos obreros, el respaldo de los civiles de los distintos sectores sociales así como la inserción de los hombres al servicio del Ejército. Para lograr tal fin recurrieron a la organización de mítines y la difusión de hojas volantes. Así lo demostró Rosa Narváez que, a finales de diciembre, emitió una exaltada proclama dirigida a los soldados del ejército federal. En el documento la autora hacía un atento llamado a la milicia para que reflexionar ante la actitud represiva que estaban ejerciendo contra sus compatriotas, asimismo cuestionaba su papel incondicional ante el gobierno porfirista. Al respecto opinaba lo siguiente: "Uds. no tiene derecho ni obligación de pelear por un hombre y más cuando este solo lleva su capricho y no los deseos del bienestar de la Nación.”20 Para Rosa era claro que el problema principal de la nación estaba concentrado en dos aspectos: la esclavitud del pueblo y el poder personal de Porfirio Díaz. Estaba convencida de que la única solución al problema se encontraba en la unión de esfuerzos, por ello convocó no sólo a la milicia, sino a hombres y mujeres a que se adhirieran a la lucha maderista como la única alternativa de lograr la paz y libertad de la nación. Finalmente bajo una atmósfera de patriotismo y convicción Rosa expresó: “... Así que unámonos todos y con todas las energías recobradas por el amor á nuestra Patria, gritemos; viva la libertad, viva el gran Francisco I. Madero que es quien nos la esta devolviendo, pero acudid todos, si os consideráis verdaderos patriotas y mexicanos y así ya no correrá sangre.”

La Junta logró sobrevivir durante los primeros meses gracias al financiamiento que recibía por parte de los asociados y principalmente de las contribuciones de las profesoras Narváez. Dentro de las actividades que desarrolló el grupo se encontraron la reunificación de 19

Entre otras mujeres poblanas que se unieron a la Junta Revolucionaria de Puebla y Tlaxcala se encontraron: las hermanas Ignacia y Genoveva Vázquez, Guadalupe Alcerreca, Ana María Zamacona, Margarita H. Jiménez y su hija, Modesta González, Carmen García, María Espíritu de Campos, Petra Leyva, Guadalupe Mejía, Luisa H de García Rebeca Crespo, las hermanas Luz Dolores Betancurt, Luz Mejía viuda de Pérez, Guadalupe Mejía, Elena Amaya de Unda, Emilia Estrada, Elvira Huerta, Carolina Betanzos de Galván, las hermanas Micaela y Delfina López, María Galindo, profesoras: Aurelia Báez, Carmen de Domínguez, Elena Rocabrada, Joaquina Martínez, Carlota Ramírez, Adela Magno y Juliana Serrano y las hermanas Carmen y María Villacorta. 20 Jaime, 2000

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correligionarios que se habían diseminado durante los últimos días de noviembre y el financiamiento de una importante red de comunicación dentro de la ciudad de Puebla a través de la cual lograron reunir dinero, armas y parque que destinaban a revolucionarios de los distintos poblados del estado. Para trasladar el material de guerra y los mensajes desarrollaron una técnica ingeniosa y segura. Las mujeres ocultaron dentro de sus abrigos armas y bajo sus prendas interiores propaganda y mensajes que hacían llegar oportunamente. Rosa y Guadalupe tenían a su cuidado la recolección y distribución de pólvora y parque que obtenían de la ferretería "La Sorpresa" y la tlapalería "El Candado", de éste último compraban los materiales suficientes para fabricar bombas que construían con barro y perillas de las camas de latón, las cuales eran enviadas en paquetes disfrazados de pedidos de mercancía femenina tales como botones y pasadores. Las profesoras Narváez contaron con el apoyo de mujeres de estratos sociales medios quiénes además de realizar comisiones proporcionaron capital como fueron los casos de Modesta González y María Espíritu del Campo, esta última con ayuda de su esposo escondieron en su domicilio a varios jefes revolucionarios. Otras como Concepción y Piedad García como transmisoras de mensajes, Carlota y Delfina López como distribuidoras de parque, a Celsa Magno y Elia Salazar que protegieron a correligionarios. La creación de la Junta marca un momento importante en la participación revolucionaria de las Narváez, al demostrar su capacidad de liderazgo, que con el tiempo las hizo acreedoras a la confianza de los principales conspiradores que operaban en Puebla. El movimiento continuó desarrollándose a pesar de las dificultades de organización y unificación de los grupos urbanos y de los combatientes en el campo. A principios de 1911, las cuatro Juntas Revolucionarias se unieron con el objetivo de hacer frente común al régimen porfirista en el estado. Así el 5 de febrero quedó integrada la mesa directiva en la que figuraron el Dr. Antonio Sevada, Rómulo Guevara García y como presidenta honoraria Carmen Serdán, que aún continuaba en prisión. A la Junta se adhirieron comerciantes y profesionistas de la capital entre los que se encontraron Raymundo L. Rivera, Antonio Hernández, David Montes de Oca y las profesoras Paulina Maraver e Ignacia Vásquez que ejercieron funciones de agentes revolucionarios.21 Uno de los logros fundamentales de la Junta fue la unión con los principales activistas y dirigentes del centro y sur del estado. Entre los más representativos figuraron Magdaleno Herrera, Octaviano Solís y Aureliano Flores quiénes contribuyeron de manera significativa en el triunfo del movimiento. 21

Jaime, 2000.

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La Junta continuó vigente hasta el triunfo del maderismo a pesar de las diferencias ideológicas de sus integrantes y de la escasez de recursos para sostener la contienda. De acuerdo con lo establecido en el manuscrito de la unificación de las Juntas, Rosa y Guadalupe Narváez no formaron parte de este nuevo organismo. Sin embargo, la actividad política que desarrollaron durante los meses que duró el movimiento armado, hacen creer que continuaron en la Junta desarrollando actividades de agentes y propagandistas. En caso de no haber pertenecido a la institución, las Narvéz jugaron un papel importante como elementos autónomos al establecer sus propias áreas de acción. Así mientras Rosa se manifestaba a través de las hojas sueltas convencida de la pronta victoria, Guadalupe expresaba sus ideas políticas al ejercer funciones de enlace informativo mediante una red de correspondencia que mantuvo con diversos correligionarios en los estados de Puebla, Tlaxcala y Veracruz. Se puede afirmar que la mayor parte de las mujeres que se involucraron en el movimiento convocado por Madero entre 1909–1911, si inserción en un primer momento estuviera determinada y condicionada por sus vínculos de parentesco y amistad, que al involucrarse en el proceso y las nuevas dinámicas en las que se desarrollaron como fue participar en la vida pública realizando propaganda y en algunas realizado discursos públicos, en breve se tomaron conciencia de su presencia en el movimiento. Una vez concluida la revolución y con base a lo propuesto por los tratados de ciudad Juárez (21 de mayo de 1910), nuevamente se reactivaron los hombres y mujeres que habían militado en los clubes antirreeleccionista, pero ahora bajo un objetivo bien definido que era la victoria de Madero a la primera magistratura. Para lograr se enfocaron sus esfuerzos en la población civil. Un ejemplo fue el club Carmen Serdán, organizado por la profesora Paulina Maraver, en la que colaboraron las hermanas Narvaéz entre otras correligionarias clara de llevar a urbanas con la finalidad de convocar nuevamente a las elecciones. Además de la campaña proselitista, a través del órgano informativo del club Carmen Serdán, Defensa del Pueblo las hermanas Narváez convocaron a la población a que ejercieran su voto, así entre junio y septiembre desarrollaron una intensa campaña de cultura electoral que difundieron por todo el estado propuesta que fue respaldada por todas las integrantes de la asociación Todo parece indicar que al triunfo de la revolución las mujeres poblanas de la clase media y trabajadora que se involucraron en el movimiento regresaron a sus actividades laborales y profesionales una vez que se instauró el gobierno de Francisco I. Madero.

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Mujeres en acción en la lucha constitucionalista en Puebla Tras los sucesos de la Decena trágica

en febrero de 1913 que concluyó el asesinato de

Franciscos I. Madero y por ende, la convocatoria a la lucha armada propuesta por Venustiano Carranza, a través del Plan de Guadalupe. Para el caso de Puebla la Junta Revolucionaria de Puebla y Tlaxcala inició sus actividades previo a la propuesta de Carranza, con el objetivo de hacer frente común se unieron al plan de Guadalupe. La Junta estuvo a cargo de las hermanas Narvaéz y aglutinó a un importante grupo de féminas que habían participado en la lucha maderista y contaban con una experiencia de dos años que las habilitó en el arte de la guerra, en donde aprendieron a fungir como excelentes propagandistas, organizar y desarrollar redes trabajo. Algunas trabajaron dentro del campo de batalla, otras se convirtieron en excelentes agentes de información y reclutadoras

de

contingentes, actividad que desarrollaron satisfactoriamente hasta que la Junta Revolucionaria dejó de realizar sus actividades al iniciar el año de 1915. Es probable que el fortalecimiento del constitucionalismo modificara las estructuras de trabajo de las mujeres de la capital poblana y las colocará en una posición más privilegiada, con mayor responsabilidad y reconocimiento, como fue la creación de la Oficina de Local de Información y propaganda Constitucionalista, (OLIPC) el 24 de abril de 1915. Financiada por Venustiano Carranza y los gobiernos constitucionalista en turno, trabajó satisfactoriamente bajo la experimenta profesora Guadalupe Narváez, entre sus colaboradores más cercanas se encontraron sus leales hermanas Rosa y María, la misma Carmen Serdán, los profesores Rafael Jiménez, David Vilchis, Gilberto Carrillo y Alberto Rossete entre otros.22 En esta etapa de consolidación constitucionalista la OLIPC, se encargó de mantener actualiza a la población de la capital poblana de los ideales y triunfos de movimiento en los estados que se encontraban bajo el dominio del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. Objetivos que eran plasmados en el órgano informativo de la Hoja Constitucionalista que era editada por Guadalupe Narváez. Entro objetivo de la OLIPC, fundamental fue la organización de los grupos medios profesionistas –maestros-, y obreros para que se incorporaran a las filas del Ejército Constitucionalista o fungieran como promotores del movimiento, para tal fin, Guadalupe Narváez desarrollo un programa de actividades proselitistas que basado fundamentalmente en la realización de conferencias y discursos que se llevaban a cabo en los espacios públicos- jardines, teatros, cafés y plazas públicas. Asimismo, la OLIPC, dispuso de tableros informativos en lugares estratégicos en los que fijó información de las disposiciones legales del gobierno de facto. 22

Jaime, 2000

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Es probable que el grupo femenil que se mencionó a lo largo de la ponencia sea una pequeña muestra de los aportes que realizaron las mujeres de los diversos grupos sociales, que se involucraron en la lucha armada durante los años de 1910 – 1917, quizá exista un número mayor de féminas en la región, así como en otros estados del país que aún permanecen en el anonimato, los archivos estatales y privados que están en espera de su recuperación como actores sociales.

Consideraciones finales La presencia de las mujeres poblanas de extracción social media y trabajadora en antirreeleccionismo y posteriormente en la movimiento revolucionario bajo la dirección de Francisco I. Madero y en una segunda etapa abanderado por Venustiano Carranza, son fundamentales, para intentar explicar los diversos factores y razones que las impulsaron a participar, donde en un primer momento se observan su inserción por lealtades compartidas por parentesco y amistad. Sin embargo, también se observa que al igual que los hombres de la clase media –educada- se unieron a un ideal conscientes de la importancia de la lucha armada. De la experiencia adquirida de las féminas ilustradas entre los años de 1909 a 1917, algunos de sus líderes reconocieron sus capacidades de organización a través de las importantes redes de trabajo y comunicación que generaron en la capital poblana, y que posteriormente se extendió a las diferentes poblaciones e inclusive traspasaron los límites estatales. La conmemoración del centenario es una ocasión coyuntural fundamental - debate y reflexión en de los diversos foros, coloquios y congresos-, para la construcción de las historia de los sujetos sociales que aún no cuenta con una memoria social reconocida, como es el caso de la interpretación de la historia de las mujeres, desde los diversos perspectivas, ámbitos y frentes de acción durante el proceso revolucionario.

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