Hora Santa del Enfermo Misionero

Hora Santa del Enfermo Misionero EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO: Canto: Altísimo Señor MONICIÓN: La Eucaristía es alimento y medicina. Si estás en las tinie

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Hora Santa del Enfermo Misionero EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO: Canto: Altísimo Señor MONICIÓN: La Eucaristía es alimento y medicina. Si estás en las tinieblas, la Eucaristía es la Luz. Si sientes la fiebre de las pasiones, la Eucaristía es medicina. Si estás oprimido por las culpas, la Eucaristía es la victima que paga por ellas. Si tienes hambre, la Eucaristía es alimento del Alma. Si te sientes débil, la Eucaristía es tu fortaleza. Si tienes miedo a la muerte, la Eucaristía es vida, porque “El que come mi carne y bebe mi sangre, vivirá para siempre” ADORACIÓN: Jesús, Tú eres el pan de vida, el que viene a ti, no tendrá más hambre. Señor Jesús, si no comemos tu carne y no bebemos tu sangre no tendremos vida en nosotros. El que come tu carne, Tú lo resucitarás, Señor Jesús, ¿A quién iremos Señor? Tú sólo tienes palabras de vida eterna. Tú Señor, eres el pan bajado del cielo; el que coma de este pan, vivirá para siempre. Jesús, el permanece en ti, da muchos frutos; quien no permanece en ti, está muerto. Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman… (tres veces) (Padre Nuestro y Ave María) Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Yo te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El es ofendido. Por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María, te pido la conversión de los pecadores… (Vamos hacer un momento de silencio y traer a nuestro pensamiento a aquellas personas por las que queremos interceder) CANTO: SEÑOR ¿A QUIÉN IREMOS? O VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES ALABANZA Y ACCIÓN DE GRACIA: Te damos gracias y te bendecimos Dios Santo y fuerte, porque diriges con sabiduría los destinos del mundo y cuidas con amor, a cada uno de los hombres. Tú nos invitas a escuchar tu palabra, que nos reúne en un solo cuerpo, y a mantenernos siempre firme en el seguimiento de tu Hijo Jesús. Porque sólo El es el camino que nos conduce a Ti, Dios invisible, la verdad que nos hace libres y la vida que nos colma de alegría. Te damos gracias y te bendecimos Padre fiel y lleno de ternura porque tanto amaste al mundo que le has entregado a tu hijo para que fuera nuestro Señor y nuestro hermano. Jesús manifestó su amor con los pobres y los enfermos, con los pequeños y los pecadores. El nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano; su vida y su palabra son para nosotros la prueba de Tú amor; como un padre siente ternura por Tus hijos; así también Tú sientes ternura por tus fieles. Por eso, te alabamos y te glorificamos y, con los ángeles y los santos, cantamos tu bondad y tu fidelidad, proclamando el himno de tu gloria. Santo, Santo es le Señor, Dios del universo; llenos están el cielo y la tierra de tu gloria; ¡Hosanna en el Cielo, bendito el que viene en nombre del Señor, Hosanna en el Cielo!

LECTURA BIBLICA: ( 2 Cor 1 4-11 ) REFLEXIÓN: Cuando una persona ama de verdad, sincera y profundamente, es capaz de hacer cualquier cosa. El amor se vuelve como un río impetuoso que todo lo supera y lo arrastra. El enfermo que ama, le da otro sentido a su sufrimiento; ya no cuenta las noches de insomnio o los días de soledad, ya no lo atormentan sus penas o el pensamiento del fin que se aproxima… Siente en sí, dentro de él, una fuerza, un valor que no sabe explicar pero que lo sostiene y le dan serenidad y paciencia, pues “El amor es fuerte como la muerte” como leemos en el Cantar de los Cantares. "Nada se resiste al amor, todo lo transforma”. “Mi vocación es el Amor, en el corazón de mi Madre la Iglesia, YO SERE EL AMOR” decía Santa Teresita. Por eso nada, ni nadie le quitaban esa paz que irradiaba en trono suyo. Los mártires afrontaban persecuciones y tormentos con Valentía, porque esperaban de Dios el premio eterno; Santa Teresita sufre con fortaleza los dolores de la tuberculosis, pues todo lo ofrece para las misiones. Para aquél que Dios ha llamado a unir su sufrimiento a los de Cristo, no existe sino una sola y única virtud: EL AMOR. El amor lo es todo en su vida, y su vida es toda de amor… La esencia, pues, de esa persona es el amor. Siente que Dios lo ama. Y le corresponde con amor, al amor de Dios. Ya que el amor llevó a Jesús a entregarse como victima por nosotros. El amor impulsa al alma a entregarse a Dios en la inmolación del dolor… Amor, amor; no hay otra cosa, no hay otra fuerza que el amor que pueda hacer comprender y aceptar el sufrimiento en la vida…Hermano, el Padre Celestial dijo de Jesús: “este es mi hijo muy amado, al que miro con cariño” (Mt. 3,17) Si sabes descubrir el valor de tu dolor unido al de Cristo, sentirás que Dios no se ha olvidado de ti. Al contrario, también sobre ti resonará la voz del Padre: “Tú eres mi hijo muy amado, al que miro con cariño” Hermano, tú también, desde las cadenas de tu dolor y la oscuridad de tus sufrimientos, mira a este mundo que necesita ser salvado; mira a Cristo, que pide tu cooperación. No te desesperes. Al contrario, transfórmate en “Apóstol de Jesús y pregonero de su salvación” el mundo no se salva con las palabras, sino con la Gracia de Dios y los sufrimientos de Jesús y sus discípulos. Tú puedes ser cooperador de Cristo desde tu dolor y con tu dolor. Mientras Dios nos preste vida, debemos trabajar en el cumplimiento de su voluntad y para la venida del Reino en el mundo. La enfermad no debe ser un obstáculo para acercarnos a El; al contrario, debe ser un medio más para ser instrumentos de Cristo, cooperadores de su obra salvadora desde nuestra enfermedad y con nuestra enfermedad. Hermano, la fuerza y el valor del Apóstol Pablo no residían en el mismo, sino en la gracia y valor que venía de Cristo…”Todo lo puedo en El”; nosotros no somos nadie y no podemos nada sin El, también nosotros podemos y debemos llegar a decir de la misma manera…”Todo lo puedo en El” (momento de silencio y meditación) CANTO: CRISTO TE NECESITA PARA AMAR O UN MANDAMIENTO NUEVO SALMO RESPONSORIAL: R: Compadécete de mi, Señor, estoy enfermo.

Señor no me corrijas con ira, no me castigues con cólera. Misericordia Señor que desfallezco; cura Señor, mis huesos dislocados. Tengo el alma en delirio, y Tú, Señor ¿Hasta cuándo? R/ Vuélvete, Señor, liberta mi alma, sálvame por tu misericordia. Porque en el reino de la muerte nadie te invoca, y en el abismo, ¿Quién te alabará? R/ Estoy agotado de gemir: de noche lloro sobre el lecho, riego mi cama con lágrimas. Mis ojos se consumen irritados, envejecen por tantas contradicciones. R/ Apartaos de mí los malvados, porque el Señor ha escuchado mis sollozas; el Seño ha aceptado mi oración. R/ REPARACIÓN: Señor Jesús, tus nos has prometido habitar siempre con nosotros. Tú verdaderamente llamaste a todos los cristianos a acercarse y compartir tu Cuerpo y tu Sangre. Pero nuestros pecados nos han dividido y no está en nuestro poder compartir juntos la Santa Eucaristía. Nosotros confesamos nuestro pecado y te pedimos: perdónanos y ayúdanos a tomar los caminos de la reconciliación según tu voluntad. Abraza nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, concédenos el Espíritu de Sabiduría y de Fe; de audacia y de paciencia; de humildad y firmeza; de amor y arrepentimiento, por las oraciones de la Santísima Virgen Madre de Dios y de todos los Santos. A M E N SUPLICA: Señor Jesús, te acepto en mi corazón y en mi vida: quiero que Tú seas mi Señor, perdona mis pecados, y purifícame con tu Sangre Divina. Yo pongo ante ti mi sufrimiento y mi enfermedad. Sáname, Señor, por el poder de tus gloriosas llagas, por tu cruz y por tu preciosísima Sangre. Tú eres el buen pastor y yo soy una de las ovejas de tu redil: ten compasión de mí. Tú eres siempre el mismo. Tú tienes siempre el mismo poder; yo creo que Tú puedes sanarme porque tienes la misma compasión que tenías con los enfermos; porque eres la resurrección y la vida. Gracias, Señor Jesús, por lo Te doy gracias y te alabo. A M E N

que

BENDICIÓN CON EL SANTISIMO – ORACIÓN Canto: Mi alma glorifica al Señor mi Dios.

haces

por



y

acepto

tu

plan

de

amor.

Rosario del Enfermo (con meditaciones) El Santo Rosario es una devoción a Mariana de las más antiguas y más conocidas entre el pueblo cristiano. Para ti, hermano(a) que sufres, el Santo Rosario es la oración más apta, pues a veces transcurren horas y horas solo(a) sin saber en qué ocuparte. Además por tus mismas enfermedades, no puedes leer mucho. Rezar el Santo Rosario es una manera excelente para vencer tu soledad, aprovechar tu tiempo y pedir a Jesús y a la Santísima Virgen fuerzas y valor para llevar tus sufrimientos. Las lecturas bíblicas y las reflexiones que se presentan a continuación se pueden leer con los misterios que corresponden al día que se rece el Rosario. Dios nuestro, permítenos, ofrecerte junto con la Santísima Virgen María, este Rosario de meditación para los enfermos: Por la señal de la Santa Cruz… María, Salud de los Enfermos, Ruega por nosotros, y por todos los que sufren. Gloria al Padre…

PRIMER MISTERIO Curación del Leproso en Galilea Mc 1, 40-45 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas le dice: “Si quieres puedes limpiarme”.Compadecido de él, extendió su mano y le tocó y le dijo: “Quiero, queda limpio”. Y al instante le desapareció la lepra y quedó limpio.Lo despidió al instante prohibiéndole severamente: “Mira no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio”.Pero él, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que Jesús ya no podía presentarse en público en ninguna ciudad, sino que, se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes. REFLEXIÓN: Las personas con mucha facilidad o por ignorancia, conveniencia o maldad rechazamos a quienes padecen alguna enfermedad. Hasta llegamos a pensar que en la medida en que los apartamos de nosotros o que nos alejamos de ellos, somos mejores. El Evangelio de San Marcos, nos presenta la curación de un enfermo de lepra para dar a entender que Jesús no despreciaba a los enfermos sino que los aliviaba.

El enfermo independientemente de la enfermedad que padezca y de las causas de haberla contraído, necesita el amor, la comprensión, y la misericordia de quienes conviven con ellos. Más aún el Evangelio nos enseña que cuando un enfermo se siente acogido y aliviado aunque no sea curado, puede convertirse en mensajero entusiasta de buenas noticias para sus hermanos. Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria. Jaculatoria: Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.

SEGUNDO MISTERIO El Ciego de Jericó Mc 10, 46-52 Llegan a Jericó. Y cuando salían de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timoteo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mi!”. Jesús se detuvo, y dijo: “Llámalo”. Llaman al ciego, diciéndole: “¡Ánimo, levántate! Te llama”. Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús dirigiéndose a él le dijo: “¿Qué quieres que te haga?”. El ciego le dijo: “Rabbuní, ¡que vea!”. Jesús le dijo: “Vete tu fe te ha salvado”. Y al instante recobró la vista y le seguían por el camino. REFLEXIÓN: El Evangelio narra la curación del ciego Bartimeo, el último “Milagro” de Jesús narrado por Marcos. La narración acentúa sobre todo la importancia de la fe como fundamento del discipulado. Marcos, utiliza el verbo “seguir”: Bartimeo “sigue” a Jesús, no sólo ha recobrado la vista. El Evangelio quiere presentar al ciego como un modelo del verdadero discípulo. El acento recae en la fuerza de la fe. Esta es la que permite pasar de la tiniebla de la vida a la luz del borde del camino al centro del camino aspiramos a que nuestras heridas sean curadas.Deseamos ver. La confianza en Jesús produce la curación. La curación de Jesús no se limita a lograr un equilibrio psicosomático sino en una nueva capacidad para ver la realidad como Él la ve, para reconocerlo como Maestro, un hombre o una mujer curados están en condiciones de seguirlo por el camino. Quien no ha sido curado de nada, quien cree que está sano, difícilmente puede llegar a seguirlo. Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria. Jaculatoria: Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.

TERCER MISTERIO

Curación en sábado de la mujer encorvada. Lc 13, 10-17 Estaba un sábado enseñando en una sinagoga. Había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hace dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno “enderezarse”.Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”. Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía la gente: “Hay seis días en los que se puede trabajar; venid, pues, en esos días a curarse, y no en día sábado”. Dijo entonces Jesús: “Hipócritas”. ¿No desatan del pesebre todos ustedes en sábado a su buey, o su asno para llevarlo a abrevar? Y ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace dieciocho años, ¿No está bien desatarla de esta ligadura en día sábado? Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban abochornados, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía. REFLEXIÓN: El ámbito religioso. En Cristo se da la abolición de las leyes de pureza-impureza ritual y de todos aquellos ordenamientos jurídicos-religiosos mediante los cuales se atentaba, contra la dignidad de las mujeres y se las excluía o marginaba de su participación. Así como es necesario transformar aquellas condiciones opresivas para las mujeres dentro del ámbito doméstico, así también resulta imprescindible reestructurar el ámbito religioso en todos aquellos aspectos que presentan opresión, sometimiento, y exclusión para ellas. La narración que nos presenta a la mujer encorvada es exclusiva de Lucas. (13, 10-17). ¿Es posible asociar estos datos?: sábado, enseñanza, sinagoga, espíritu de enfermedad, mujer encorvada, con la descripción con la condición de las mujeres bajo las estructuras religiosas patriarcales de ese tiempo. La gloria de Dios, lo sabemos por los evangelios y por San Irineo, es que la mujer y el hombre vivan en plenitud. El que Jesús lo haya llamado y le haya impuesto las manos, podríamos considerarlo en términos de vocación como su reinserción de la plena participación en el ámbito religioso: ella es hija de Abraham. En el encuentro de Jesús con la mujer encorvada, todas las mujeres son llamadas a vivir la plenitud de su vocación y dignidad. Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria. Jaculatoria: Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.

CUARTO MISTERIO Curación de un enfermo en la piscina de Betesda. Jn 5, 1-16. Después de esto, hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se lama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos.En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua.Por que el Ángel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el premio que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: “¿Quieres curarte?” Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta a la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy otro baja antes que yo”. Jesús le dice: “¡Levántate, toma tu camilla y anda!”. Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: “Es sábado y no se te está permitido llevar la camilla”.El les respondió: “El que me ha curado me ha dicho: toma tu camilla y anda”. Ellos le preguntaros: ¿Quién es el que te ha dicho?: “Toma y anda”.Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido por que había mucha gente en aquel lugar.Más tarde Jesús lo encuentra en el Templo y le dice: “Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor”.El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. REFLEXIÓN: La Iglesia, familia que rodea y cuida del enfermo: “no tengo a nadie” tal vez sean las palabras más tristes del Evangelio. Tenemos un sueño: que nadie en nuestros hospitales, en sus hogares pueda repetir estas palabras sin esperanza y horizonte de vida. Ustedes son los predilectos del Reino de Dios, los que sufren. Estas palabras del Concilio son un eco a las de Jesús. Pero son eco también de la actitud de cariño y atención especiales que Jesús siempre tuvo para con los que sufren. Él nunca pasó indiferente junto al que sufría. Hermano(a) que sufres, Jesús es tu amigo. Para ti son sus mayores atenciones, gracias y favores… pues para los que sufren, especialmente, el Padre lo ha enviado. Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria. Jaculatoria: Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.

QUINTO MISTERIO María modelo del cristiano El Magnificat Lc 1,39-47.49-56 En aquellos días se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamó con gran voz, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿De dónde a mí que la Madre de mi Señor venga a mí?”. Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que fueron dichas de parte del Señor! Y dijo María: “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, por que ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre, y su misericordia alcanza de generación en generación a los que temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes, a los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia, como había anunciado a nuestros padres, a favor de Abraham y su linaje por los siglos.María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.” REFLEXIÓN: El evangelio de Lucas nos presenta la figura de la Virgen María como el mejor ejemplo de discípulo, de quien ha sabido vivir el proyecto de Jesús. Ella es la “llena de gracia” que acoge la palabra de Dios, la hace fructificar y engendra en sus entrañas a Jesús, El Salvador. La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles a levantar “los ojos a María, la cual brilla como modelo de virtud ante toda la comunidad de elegidos.” Por lo general se subraya la humildad y sencillez de María, pero no suficientemente su iniciativa, sentido de responsabilidad, atrevimiento y valor. Especialmente en el mundo del sufrimiento, la imitación de estas virtudes pueden ser fuente de dinamismo para los enfermos y sus familiares. El abandono en la voluntad de Dios bien se conjuga con un “sano protagonismo”, que exalta la presencia de la Gracia divina. En el corazón de María late la experiencia del altísimo descrita en el Antiguo Testamento: el Señor libera, Dios conoce nuestros límites si nos dejamos poseer por el SeñorDios es capaz de hacer grandes maravillas; el Señor está cerca de los que padecen. Dios guarda nuestra vida y es siempre fiel a sus promesas. Se reza Padre nuestro, 10 ave Marías y el Gloria. Jaculatoria: Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.

Por las necesidades del Santo Padre Benedicto XVI y de cada Obispo: Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre. Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen purísima y castísima antes del parto, en tus manos encomiendo mi fe para que la alumbres, llena eres de gracia etc. Santa María… Dios te salve María Santísima, madre de Dios Hijo, Virgen purísima y castísima antes del parto, en tus manos encomiendo mi esperanza para que la alientes, llena eres de gracia etc. Santa María… Dios te salve María Santísima, esposa del Espíritu Santo, Virgen purísima y castísima después del parto, en tus manos encomiendo mi caridad para que la inflames, llena eres de gracia etc. Santa María… ¡Dios te salve! Reina y Madre de misericordia…

LETANIAS DE LOS ENFERMOS Para implorar salud de cuerpo y alma Señor Jesús, que curaste al ciego de Betsaida (Mt 8,22) Ten piedad de nosotros Señor Jesús que curaste a dos ciegos en Cafarnaúm (Mt 9,27) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a dos ciegos en Jericó (Mt 20,29) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a un ciego y mudo (Mt 12,22) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al sordomudo en Decápolis (Mt 7,34) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a un leproso en Galilea (Mt 1,41) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a diez leprosos en Galilea (Lc 17,11) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al paralítico de Cafarnaúm (Mt 9,1) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al paralítico de la piscina (Jn 5,1) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al hombre de la mano atrofiada (Mt 12,9 ) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a la mujer hemorroísa (Lc 8,42 ) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a un hombre hidrópico (Lc 14,1 ) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al siervo del centurión (Mt 8,5) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al hijo del funcionario real (Jn 4,50 ) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a la suegra de San Pedro (Mc 1,25) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a un niño lunático (Mt 17,18) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste al poseso de Cafarnaúm (Mc 1,25) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a un poseso mudo (Lc 11,14) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a una joven posesa de Canán (Mc 7,24) Ten piedad de nosotros Señor Jesús, que curaste a dos posesos de Gerasa (Mt 8,28) Ten piedad de nosotros

Señor Jesús, que resucitaste a la hija de Jairo (Mc 5,41) Ten misericordia de nosotros Señor Jesús, que resucitaste al hijo de una viuda (Lc 7,14) Ten misericordia de nosotros Señor Jesús, que resucitaste a tu amigo Lázaro (Jn 11,1-43) Ten misericordia de nosotros Señor Jesús, que resucitaste Tú mismo del sepulcro (Mc 16,6) Ten compasión de nosotros Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Perdónanos Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Óyenos, Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Ten piedad de nosotros. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros; ¡Oh! Y Virgen gloriosa y bendita, ruega por nosotros, Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. AMEN.

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