HUMANISMO EN LA "RESURECCION" DE PIERO DELLA FRANCESA

Arta HUMANISMO EN LA "RESURECCION" DE PIERO DELLA FRANCESA La actitud de los artistas florentinos durante las últimas décadas del Quottrocento favor

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LA PERSECUCION RELIGIOSA EN LA REVOLUCION FRANCESA (1789-1794) POR Luis LAVAUR Tan arduo resulta identificar a nadie que niegue la intensidad del m

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HUMANISMO EN LA "RESURECCION" DE PIERO DELLA FRANCESA

La actitud de los artistas florentinos durante las últimas décadas del Quottrocento favoreció las ideas neoplásticas, especialmente la doctrina que define la necesidad suprema de la existencia humana para el alcance de un estado de espiritualidad pura. Este objetivo último casi siempre se manifestó en la experiencia humana, ya sea en forma natural o en forma histórica, como búsqueda de la belleza, que es la misma búsqueda de la verdad. Esta búsqueda fue llevada al principio, más o menos empiricamente. Después siguió una dirección intelectual. Este cambio no excluyó, al contrario, afirmó el puesto del arte como fuente positiva y constructiva en la síntesis natural e histórica de la experiencia humana. Este concepto nuevo del arte encontró su expresión más sublime, su plenitud en los cuadros de Piero della Francesa y su apogeo en la pintura de la Resurrección (ca. 1460) del mismo. y es este cuadro, visto como encamación del ideal considerado. el que en este artículo se desea evaluar. En la pared del Palazzo Commu1UJle del Borgo San Sepolcro su ciudad natal, Piero della Francesa pintó el cuadro lleno de profundidad sentimental religiosa. Esta escena representa no solamente su fe, sino también la fe de su era. Es aquí donde Piero simboliza el poder que iluminando las obscuridades, despierta las criaturas dormidas y mueve lo muerto a la vida, transformando lo imperfecto y amorfo en perfecto y formado. Antes de examinar los detalle@ de la pintura, es importante presentar algunos ideales de los humanistas florentinos del Quottrocento en relación con. primeramente, su preocupación moral y religiosa, segundo su perspe'ctiva filosófica, y finalmente su relación con las artes visuales del Renacimiento. El hombre humanista estaba muy interesado en lo que decía y cómo Jo decía. Sintióse como obligación moral hacia la humanidad el contribuir al conocimiento de la antigüedad. Por lo tanto aprendió las lenguas griega y latina para así poder traducir los autores literarios clásicos, tales como: Platón, Aristóteles, Vitruvio, Plotino y Cicerón. El humanismo fue profundamente afectado por la idea de la dignidad del hombre y por lo tanto por los valores humanos; sin embargo, fue siempre cuidadoso en considerar las limitaciones humanas. El hombre humanista tuvo comprensión de su lugar y de sus realizaciones en la historia sin repudiar al Creador. Consecuentemente, la laicidad encontró un modus vivendi compatible con la fe católica. Los aspectos morales y filosóficos eran ingredientes esenciales del humanismo, en vez de ser fuerzas opuestas a la cultura. Obviamente, el humanista no separó la filosofía humana de la cristiandad; al contrario, abogó por la vita activa y la vita contemplativa; es decir, recalcó no solamente su posición central en el universo, sino que también vio que su

dignidad se asentaba en su humanidad. Siendo testimonio de la imagen de Dios, luego su perfección sólo podía ser realizada por razón de la divinidad de su alma. Estas ideas filosóficas estan fundadas en los conceptos neoplatónicos. La relación humanista con las artes visuales del Quattrocento .fue problemática y compleja. El desarrollo del estilo aU'antica con formas y temas clásicos apareció en la historia del arte del Renacimiento independiente pero paralelamente, al renacer de las letras antiguas, las cuales eran parte integral de los !tudia humanitatis es decir, los estudios de poesía, gramática, retórica, historia, etc. El concepto del arte humanista insiste en el paso de lo poético a lo visual, provocando en el observador emoción, acción y conocimiento. Esta idea del arte está basada en las enseñanzas neoplatónicas. Por ejemplo, Plotino alegó que el arte es necesario para mover el alma. (1) Con esto quizo decir que el arte debe simbolizar sólo la naturaleza concreta y visible moviéndose hacia el espíritu De tal modo, la representación pictórica llega a ser un medio por el cual la evocación instila emociones y nuevos estados de vida interna en el hombre, resucitando el alma. Entonces, el arte empuja el ánimo del hombre hacia nuevos sentimientos que podrían llamarse sentimientos trascendentales. La imitación de la realidad llega a ser el interés central del pintor. Este trata de narrar algo por medio de su pintura, que producirá una reacción emocional y moral en quien la contempla. Uno de los mayores exponentes de la teoría del arte humanista fue Leon Battista Alberti. En su libro Delia Pittura (1435-36) expresó la noción de que la perfección armónica de la forma geométrica representa un valor absoluto. (2) Además, formas simples y geométricas simbolizan estrurturas universales y proporcionan limetria. Alberti hace hincapié en tres elementos de un cuadro: primeramente, la evocació,. del espacio y la actualidad histórica por medio de una combinación de perspectiva artificial y un sistema de escalas basadas en la figura humana; segundo, la invención de una i.5toria y finalmente la elaboración del cuadro por medio de colores apropiados, luz, proporciones, composiCión .Y movimientos, para así comunicar un drama viviente que educará y emocionara al observador. (3) Teniendo estos conceptos en mente, vamos a analizar los detalles del cuadro de Piero. Encontramos, primero que todo, el Cristo resucitado que refleja la creencia del Renacimiento en el "descubrimiento del mundo y del hombre, como el factor fundamental del renacer".(4) En medio de la madrugada, Cristo emerge de su sarcófago marmóreo, contra el cual cuatro soldados romanos duermen reclinados sin notar el suceso. Cristo se levanta con su aureola; en su mano derecha sostiene la bandera de victoria; sin embargo su actitud no tiene expresión alguna, es muda y sin elocuencia. Solo aparece. La escena brota sobre el fondo de un paisaje montañoso en el cual mas diagonales de árboles convergen hacia el interior para enmarcar la figura de Cristo. Aunque aquí nos encontramos con una resurrección, la pintura carece de movimiento alguno, es estática. La Remrrección, representa un universo ordenado al cual el hombre esta sujeto existencialmente pero en el que a la vez es centro de importancia. Los soldados han caído vencidos por las demandas de su naturaleza: duermen. Cristo, al contrario, se despierta triunfalmente. La naturaleza, aquí, es solamente fondo del principio hasta el fin. Piero ha pintado un mundo geométrico en el cual una multiplicidad de líneas horizontales, verticales y diagonales cuajan en una unidad. Estas líneas se conectan en varios puntos, formando triángulos y rectángulos, algunos de los cuales se unen para configurar otras formas. En cuanto a las líneas horizontales, h~y unas que constituyen la base; la superficie de la tumba, y la línea del horizonte que pasa por los hombros de Cristo. En las líneas verticales, la central es, por supuesto, la figura alzada de Cristo, y a cada lado de él, se distinguen otras líneas verticales; una es la bandera sostenida por Cristo, las otras forman árboles. Las líneas ya mencionadas componen numerosos rectángulos. Por ejemplo, las 178

líneas que encuadran a Cristo están formadas por los árboleA situados a cada lado de él; la línea de la superficie del sarcófago, bajo el pie de la figura, y la línea del marco, arriba del Cristo constituyen una forma semi- cuadrada y al mismo tiempo semi-rectangular. La aparición del Cristo sobre los soldados parece insinuar una forma triangular. Este triángulo se forma al trazar diagonales desde la cabeza de Cristo hasta cada esquina de la base del cuadro y cada intersección es la espalda de los soldados durmientes. Varios triángulos invertidos se fonnan si se extienden diagonales divergentes ascendentes desde cualquiera de los varios puntos fijados a lo largo de la línea vertical central que es el cuerpo de Cristo. Estas diagonales pasan por ambos lados de la base y por el tronco de los árboles. Al usar este tipo de composición geométrica, Piero ha dado a la Remrrección monumentalidad arquitéctonica y pcrfección geométrica. Piero fue fuertemente influenciado por las manifestaciones de los arquitectos humanistas, tales como, Brunelleschi, Alberti. lnterpretó y adaptó las teorías antiguas de proporciones matemáticas y los estudios cosmológicos y simbólicos de la Resurrección. Por ejemplo, en el contexto de sus figuras geométricas, Piero se ha valido de las enseñanzas de Aristóteles y Plotino; el neoplatonillmo se interesó primeramente en la interpretación de la metafísica platónica, la cual se concentra en lQ Buéno (5) o Bello (6) para así revalidar la relación del hombre cc)n lo .mprarracional o Dios. Dentro de la influencia de esta inovación filosófica, Plotino desarrolló una teoría sobre la forma perfecta triangular en la cual Lo Uno (7) o Divino-la fuente de luz y vida- es el ápice del triángulo. De esta luz emana todo: el ánima, el intelecto, lo animal, lo orgánico, y lo inorgánico. -la naturaleza. Este concepto encuentra su origen en la nOlCión platónica de lo Bueno y al mismo tiempo refleja similitudes con las ideas de Aristóteles: acto puro o actividad pura y pensamiento puro. (8) Lo uno o lo BeUo no es solamente la fuente del conocimiento sino que también es la mismísima fuente del ser. En la Resurrección de Piero está perspectiva metafísica parece estar encamada en el Cristo aparecido que aporta la luz a las tinieblas y manifesta lo sagrado en la naturaleza. Aún más, la formación geométrica de esta noción está presente en el hecho, ya mencionado, de que la frente de Cristo sirve como vértice o ápice a la fonna triangular que domina el plano de la RemrrreccióPl. Mirando una vez más la :::omposición de la pintura, encontramos que la perspectiva general no está claramente delineada debido a la desigualdad frontal en la posición de la figura de Cristo, del sarcófago y de los centurionet!. Esa escena frontal no p.stá realmentp. conectada desde el punto de vista de la composíeión, con el paisaje sino que lo está solo simbólicamente. Es más, la perspectiva dentro de las mismas figuras, la modelación escultural, la colocación de las formas en el tiempo y 1'1 espacio, nos hacen sentir la existencia plena de todos ~1I~esivamente y simultáneamente. Aquí se reafirma el concepto de Alberti, porque Piero presenta sus figuras por medio de la perspectiva matemática y el sistema de proporciones artísticas en el presente y en la historia. Además, las figuras en el cuadro están compuestas de planos definidos, de volúmenes cúbicos o cónicos y transpasan el modelo esquemático de las líneas rígidas. Esta rigidez tiende a aplastar y siluetear las figuras. La figura de Cristo aparece como una fuerza natural que crece de la tierra. Cristo es concreto. Piero ha delineado a Cristo en un medio particularmente expresivo y sereno: Cristo representa el hombre humanista, centro del universo y objeto mensurable, y el Dios creador e infinito. Es por estas razones por las que Piero ha pintado un Cristo rústico, semejante a un campesino de Umbria que se levanta a contemplar todo su mundo por encima de su tumba. En Cristo está expresado el humanismo del Renacimiento. Cristo es el sujeto convencional religioso en el cual formas y temas clásicos están fundidos en una síntesis vital aun cuando nostálgica. Piero, por medio de colores apropiados, luz y proporciones , ha elaborado un paisaje que es también el Renacimiento de la naturaleza. El color en el paisaje es aplicado en lustres -algunos rasos y otros intensos- y está manchado de tonalidades verdes y 179

pardas. La primavera surge por medio del Cristo resucitado: el cielo es de color brillante y azulado que contrasta con el color bajo y terráqueo del paisaje. Dos visiones opuestas aparecen detrás de la figura de Cristo: a la izquierda los árboles son de colores castaños V rasos; la obscuridad, la muerte,.y el invierno parecen estar representados aquí: a la derecha, los árboles son de color verde y espesos: la luz, la vida. la primavera han aparecido. La resurrección de Cristo refleja los cambios de la naturaleza en el paisaje. Los soldados en la Resurrección duermen en actitudes intranquilas: esta forma incómoda se usa para indicar su estado natural. Parece que acaban de caerse al misnlO tiempo que Cristo se ha alzado de su tumba. Las caras de los centuriones están cubiertas parcialmente por los yelmos, con excepción del segundo soldado cuya cara es frontal y descubierta. Los soldados romanos descansan contra el sarcófago marmóreo, lo cual denota la influencia de la técnica escultural clásica, la manera antigua de adornar. El sarcófago romano es un ejemplo del arte clásico. La ittfluencia escultural de DonateIlo está presente en el uso de la tumba de mármol como fondo, en la calidad escultural de la figura, y en la talla de los ¡:¡Iegadizos de los mantos y túnicas de los centuriones. Piero sitúa todos los volúmenes de las formas en un espacio en perspectiva, medido por medio de la hondura de las sombras modeladas por las formas. La manera como Piero trata el espacio se debe a la perspectiva matemática (posición de los soldados), a la forma humana all'antica (figuras en el cuadro), y a la composición general dentro de un marco arquitectural establecido por Alberti. La influencia de la perspectiva de Dccello puede ser evaluada en la forma como Piero coloca las armaduras, los yelmos, los petos de bronce, los escudos, la posición de los cuerpos de .}OS centuriones y sus vestiduras. Los soldados están pintados con colores térreos, verdes v pardos. Estos colores obscuros contrastan con el Cristo, que aparece en una luz rosada. Hay un contraste de obscuridad y de luz, de hombre y de Dios, y de la vieja obscura creeencia medieval con la nueva luz y fe del Renacimiento. La Resurrección de Piero es un producto humanista no sólo por el resurgimiento de lo clásico, sino también porque crea un renacer de fuerzas intelectuales y físicas: una nueva existencia. En Cristo, Piero ha caracterizado una imagen universal, una visión personal del hombre -una istoria de acuerdo con las ideas de Alberti- un hombre centro de su universo y una figura de Dios hombre; es decir, Piero ha humanizado '1 Cristo: esta es la apoteosis de su hombre ideal de esta manera Piero ha elegido un cuerpo idealizado y clásico para Cristo, constratando ~on la cabeza típica de un campesino de Umbna. Los dos efectos juntos, lo clásico y lo común, lo majestuoso y lo rústico, tipos de la antigüedad} del Renacimiento, son ideas humanistas del pintor del Quattrocento. En la Resurrección los conceptos de Alberti son una vez mas aprovechados no sólo en el uso de una istona narrativa y en la composición arquitectónica, sino también en el delineamiento de la figura bella y serena de Cristo, la cual encarna los principios de decorum y armonía clásica. Aquí nos encontramos con la realidad sobrepasada por la perspectiva moral y espiritual. Cristo, aún con cuerpo humano, refleja claramente la ascensión del alma y el llamado hecho al hombre para que reconozca la centralidad espiritual de su vida. El observador, al reaccionar ante el Cristo resucitado de Piero, inicia su propia edificación moral.

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NOTAS

1.

2.

Plotino, Eneacúu Traducción de G. H. Tumbull en E"ence of Plotinru (New York: Oxford Press, 1934), p. 5, i, 2. Leon Battista Alberti, Delia Pittura (Firenze: ed. L. Malle, 1950), pp. 55-8,

65-73. 3.

Leon Battista Alberti, op. cit., pp. 55-8,65-73.

4.

Amold Hauser, The Social History of Art., Vol 2. (New York: Alfred A. Knopf, Inc., 1951), p. 4. (La traducción es mía).

5.

Platón, República, Traducción de F. M. Comford (New York: Oxford Press,

(1945), pp. 338-344. 6.

Platón, Banquete, Traducción de W. R, M. Lamb (Cambridge: Harvard University Press, 1924), pp. 174, 177, 213.

7.

Plotino,op. cit., pp. 5, iii] 12-15.

8.

Aristóteles, Metafísica, Traducción de W. D. Ross en Works of Aristóteles, Vol. VIII (Oxford: Oaredon Press, 1908), p. 99ai.

Liana De Girolami-Cheney

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