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Revista de Investigación Social Número 5. Enero -junio 2007 Enero-junio

Universidad de Sonora Hermosillo, Sonora, México 3

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Imaginales, número 5, enero-junio 2007

Dirección Rodolfo Basurto Álvarez Trinidad Chávez Ortiz Comité editorial Benjamín Burgos Flores Jesús Enríquez Acosta Guadalupe García de León Peñúñuri Coordinación de este número Miguel Ángel Vázquez Ruiz Consejo editorial Arturo Anguiano (UAM, México, D. F.) Ernesto Camou Healy (CIAD, Hermosillo, Sonora) Dora Elvia Enríquez Licón (UNISON, Hermosillo, Sonora) Zarina Estrada (UNISON, Hermosillo, Sonora) Carlos Gallegos Elías (UNAM, México, D.F.) Daniel Carlos Gutiérrez Rohán (UNISON, Hermosillo, Sonora) Eloy Méndez Sáinz (COLSON, Hermosillo, Sonora) Alejandro Mungaray (UABC, Mexicali, B.C.) Guillermo Núñez Noriega (CIAD, Hermosillo, Sonora) Patricia Pensado Leglise (Instituto Mora, México, D.F.) Miguel Ángel Vázquez Ruiz (UNISON, Hermosillo, Sonora) Las fotografías de este número pertenecen a la serie “Señas y señales” de Carlos González Lizárraga, en exclusiva para Imaginales.

© UNIVERSIDAD DE SONORA Edición: Mora-Cantúa Editores, S. A. de C. V. Fotografía de portada: Distribuidor vial San Pedro, Carlos González Lizárraga. “Imaginales” es una publicación semestral de la Universidad de Sonora. La responsabilidad de los contenidos es estrictamente de sus autores. Para su reproducción por cualquier medio se requiere autorización expresa de su dirección. Correo electrónico: [email protected] Índices: Índice de Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades de la UNAM (CLASE). Sistema de Información Bibliográfica sobre las Pubicaciones Científicas Seriadas y Periódicas Producidas en América Latina, El Caribe, España y Portugal (Latindex). Universidad de Sonora. Rosales y Blvd. Luis Encinas, C. P. 83000. Hermosillo, Sonora, México. www.uson.mx ISSN:

en trámite

HECHO EN MÉXICO MADE IN MEXICO

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UNIVERSIDAD DE SONORA

Directorio Institucional Rector: Dr. Pedro Ortega Romero Secretario General Académico: Dr. Enrique Fernando Velázquez Contreras Secretario General Administrativo: M. C. Arturo Ojeda de la Cruz Director de Planeación: Dr. Benjamín Burgos Flores. UNIDAD REGIONAL CENTRO Vicerrector: Dr. Heriberto Grijalva Monteverde Directora de la División de Ciencias Sociales: Dra. Blanca A. Valenzuela Director de la División de Ciencias Económicas y Administrativas: M. A. Vicente Inzunza Inzunza Director de la División de Humanidades: Dr. Gerardo Francisco Bobadilla Encinas

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Í N D I C E Los retos políticos del desar rollo en la economía del conocimiento.............................................9 desarrollo Rodolfo Basurto Álvarez Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004..............................25 Alfredo Erquizio Espinal Mario A. Mendoza Sánchez La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productivas regionales....................................................................................................................43 Ramona Flores Varela Las ciencias sociales en Sonora, los trazos generales de su desar rollo desarrollo y situación actual.................................................................................................................................59 José Raúl Rodríguez Jiménez Frontera y desier to en Sonora: una aproximación a sus nuevas características............................69 desierto Miguel Ángel Vázquez Ruiz El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abar rotes abarrotes en Her Hermosillo......................................................................................................................................81 mosillo......................................................................................................................................81 Carmen O. Bocanegra Gastélum to: for mación de una ideología regional dominante........................101 Los vencedores del desier desierto: formación J. Trinidad Chávez Ortiz Navojoa, agrociudad. 1897-1930..................................................................................................115 Juan José Gracida Romo Análisis de la pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El caso de Sirebampo, Sonora........................................................................................................127 Rosana Méndez Barrón y Álvaro Bracamonte Sierra Resignificar la huelga de Cananea (1906-2006)............................................................................137 Juan Manuel Romero Gil Colonización y reorganización espacial: el caso de Sonora, México (siglos XVII-XVIII)......................................................................................................................151 Ariane Baroni Boissonas

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Los retos políticos del desarrollo en la economía del conocimiento Rodolfo Basurto Álvarez Universidad de Sonora [email protected]

Resumen Este artículo presenta tres marcos interpretativos sobre los desafíos que la era del conocimiento marca a Latinoamérica. El primero cifra esperanzas en el funcionamiento del mercado. El segundo estima impostergable recuperar la fuerza estatal hasta lograr un equilibrio entre el estado y el mercado. El tercero insiste en dar relevancia a la autoorganización de la sociedad y al papel de las redes de conocimiento. La base de la discusión retoma el entorno y la agudización de los problemas suscitados con la reforma neoliberal en América latina, región que sobresale en el mundo por la más alta desigualdad inicial ante la apertura económica y por seguir puntualmente las recomendaciones del consenso de Washington sin obtener resultados similares a los alcanzados por países que no siguieron los lineamientos. El cuadro comparativo que se presenta permite visualizar los retos políticos desde la perspectiva de la transformación social exigida por la economía del conocimiento. Palabras clave: desigualdad social, estado desarrollista, economía del conocimiento

Abstract This article presents three interpretative frameworks of the challenges confronting Latin America that arise from the age of knowledge. The first focuses its hopes on the functioning of the market. The second one considers that we can not defer recuperating the strength of the state until the state and the market achieve equilibrium. The third insists on giving relevance to the selforganization of society and the role of knowledge webs. The basis of the discussion reclaims the environment and the worsening of the problems that arose with the neoliberal reform in Latin America, a region that stands out in the world with the highest inequality in the initial stages of the opening economy and for following completely the recommendations of the consensus in Washington without obtaining similar results of those achieved by countries that did not follow faithfully the same guidelines. The comparative outline that is presented permits the visualization of the political challenges from the perspective of a knowledge economy. Key words: inequality, development state, know-ledge economy.

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Introducción El presente documento examina los retos políticos del desarrollo de América Latina en la etapa de cambio mundial sustentado en el conocimiento. El análisis se inscribe en el terreno de los desafíos nacionales, razón por la cual las preguntas a responder son las siguientes: ¿Sigue siendo adecuado concebir el desarrollo como el resultado de esfuerzos deliberados de una sociedad? ¿En la era global es pertinente propulsar las capacidades de los sistemas políticos nacionales como la base para alcanzar el desarrollo? Las respuestas se enmarcan en la etapa internacional denominada globalización, toda vez que el debilitamiento del estado, y su internacionalización, se ha asociado al ascenso de la tercera ola globalizante de cambio de siglo. El propósito es debatir qué tanto la globalización marca el comienzo histórico de la caída del estado nación como agente fundamental del desarrollo y cuáles son algunas de las opciones que se le presentan actualmente a los estados de la periferia. Para el desarrollo del tema se pone atención en varias cuestiones que se enlazan siguiendo una secuencia de seis apartados. El primero coloca sobre la mesa tres nociones de globalización consideradas útiles para el diseño del cuadro comparativo en que se basa el presente artículo. El segundo establece los retos implícitos en cada una de las definiciones de globalización escogidas. El tercero contextualiza el fracaso en América Latina de la actual gestión globalizadora en sus principales aspectos. El cuarto revisa y superpone tres interpretaciones del fracaso neoliberal en Latinoamérica. El quinto observa la confluencia de perspectivas sobre la necesidad de construir nuevas instituciones para impulsar la transformación de la región. El sexto, y último, concluye con un balance general de los retos que enfrentan las economías latinoamericanas en el marco de la economía del conocimiento. 10

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Nociones de globalización Los tres conceptos de globalización que hemos elegido para realizar el análisis marcan distancias entre sí pero no se contraponen del todo. En cierto sentido, cada concepción arroja visiones ideológicas definidas y perspectivas teóricas diferenciadas, pero, en esencia, lo que de ellas se desprende son dimensiones complementarias de la realidad. La primera pone acento en el esparcimiento mundial de los modos de vida y trabajo que resultan del impulso acelerado hacia un mundo sin fronteras ni restricciones para la acumulación de capital. La globalización, en esta perspectiva, es un proceso de transmisión de un número reducido de estándares, productos y procesos científicos, políticos, económicos y sociales al conjunto de los microelementos que conforman la economía mundial.

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La segunda concepción enfoca los procesos de integración y asimilación de economías y sociedades. Para este enfoque, la globalización es un proceso de crecimiento sustancial de la integración entre regiones, sociedades y culturas del planeta que implica aumentos bruscos de la interdependencia, de los intercambios y de las comunicaciones, concebidos, en conjunto, como dispositivos para la creación de una entidad única (sociedad, cultura, mercado) cuyo ambiente es el planeta entero. La tercera concepción recoge los elementos fundamentales de la conformación de la sociedad y su dinámica de transformación. En esta vertiente, la globalización se entiende como un proceso de reestructuración profunda de un capitalismo impulsado por la revolución en las tecnologías de información y de comunicación en el cual el conocimiento adquiere relevancia fundamental para la generación de la riqueza.

Principales retos que se derivan de cada concepción De la primera noción se desprende el reto de las oportunidades de competitividad para las regiones. Tales oportunidades se visualizan si el reto se desplaza del nivel macroeconómico de los países al nivel microeconómico de las empresas. Los analistas que representan esta vertiente abogan por aceptar la globalización como un hecho irreversible y asumen como lo más adecuado diseñar estrategias de inserción de las economías nacionales y subnacionales en el mercado mundial. El segundo concepto permite derivar el reto hacia la crisis de representatividad del estado nación y, con ello, en buena medida, a la identidad social y nacional construida en torno a esta figura de organización y gestión social. Los principales exponentes de esta postura sugieren que son las localidades, por

un lado, o un gobierno mundial, por el otro, las entidades que tienden a sustituir históricamente al estado nación. La tercera concepción da pie para ubicar el reto principal en la crisis del trabajo como centro del sistema productivo. Bajo esta perspectiva, la seguridad ha dejado de ser la columna vertebral de la política social, por lo que, desde este análisis, surge la advertencia de un cambio profundo en la relación individuo-sociedad-estado. Es la crisis de la economía de la seguridad y de la propia sociedad lo que se pone en juego con la reestructuración del capitalismo y, por ello, la cuestión más relevante del reto es el mismo devenir de la especie humana. El entrelazamiento de estas perspectivas da como resultado un acercamiento multidimensional a la globalización, entendiéndola como fenómeno que interrelaciona lo económico, lo político, lo social y lo ideológico/cultural, de un proceso histórico que acentúa y acelera la interconexión de los diversos espacios sociales a niveles nunca antes vistos. Por tal motivo, las tres nociones mencionadas se complementan entre sí.

Situación de América Latina Este apartado destaca los principales rasgos de la situación actual de América Latina para desprender los retos del desarrollo que en el terreno político deberíamos plantear si tomamos en cuenta que requerimos conciliar el enfoque de los rezagos estructurales con el enfoque orientado a establecer medidas de competitividad de la era del conocimiento. El modelo de acumulación desvaloriza el trabajo Es necesario subrayar que la globalización ha generado un sistema de producción que se encadena a lo largo de continentes y territorios nacionales exigiendo cada vez un menor volumen de trabajo para rea11

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lizar la parte de la riqueza de mayor circulación planetaria. El régimen acumulativo creado se sustenta en el conocimiento y en sus tecnologías, que configuran un capitalismo que funciona repeliendo globalmente el trabajo y agudizando la precariedad de los mercados laborales. De acuerdo con Ulrich Beck (2000), la irrupción de lo precario, lo discontinuo y lo informal marca el inicio del fin de la sociedad laboral para el sistema en su conjunto. En esta nueva época, los trabajadores con empleo de tiempo completo pasan a ser la minoría de los trabajadores. En sus diferentes modalidades productivas, la hegemonía de lo «intangible» establece y difunde la «economía de la inseguridad» y el fin del pleno empleo. En América Latina, lo precario e informal tiene, además, la carga de constituir una herencia de la modernidad industrial de la posguerra. La «sociedad dual» creada en el siglo XX, en la cual la formalidad y la marginalidad laboral coexisten, se ha considerado un rasgo sobresaliente del subdesarrollo, de tal suer-

te que las reformas de corte neoliberal de los veinticinco años más recientes, puede decirse, sólo han profundizado la dualidad genética de la región introduciendo formas posmodernas de precarización del trabajo. El impacto ha sido enorme, al grado de que siete de cada diez puestos de trabajo en Latinoamérica pertenecen en la actualidad al sector informal. El modelo pronuncia la divergencia económica El modelo de acumulación que se impone no confirma la hipótesis ortodoxa de que el libre mercado facilitaría la convergencia de ingresos entre países pobres y ricos. Según Joseph E. Stiglitz, en su artículo «El rumbo de las reformas. Hacia una nueva agenda para América Latina» (2003), hubo convergencia durante las décadas anteriores a la reforma neoliberal, pero a partir de 1980 comienza la divergencia, con la desventaja adicional de que dichas reformas, en lugar de disminuir la inestabilidad del crecimiento, la hacen crecer.

Tabla 1. América Latina y Estados Unidos: tasa media anual de convergencia y mediciones de inestabilidad en el crecimiento antes y después de la reforma neoliberal

PIB PIB per cápita

1960-1970 1.42 0.01

Tasa anual de convergencia 1970-1980 2.58 1.19

1980-1990 -1.93 -2.95

Mediciones de inestabilidad 1960-1980 (anterior a la reforma) Variabilidad: Estados Unidos América Latina Número de años de crecimiento negativo: Estados Unidos América Latina Número de años de crecimiento inferior a 50% del promedio de 1961-2000. Estados Unidos América Latina Fuente: Stiglitz, 2003.

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1990-2001 -0.46 -0.90 1980-2000 (período de la reforma)

2.26 1.80

1.92 2.36

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Terciarización de la estructura ocupacional Además del aumento de la divergencia y de la disminución del volumen de trabajo, el modelo agudiza la terciarización laboral al aumentar el volumen de empleo informal en el comercio y los servicios. En los años noventa, las reducidas tasas de crecimiento de América Latina se combinan con una marcada transformación de la estructura ocupacional, de tal manera que, de los 33 millones 800 mil nuevos empleos, la agricultura absorbe sólo siete por ciento, la industria 6.5, la construcción 8.3, el transporte y las comunicaciones 8.0, el comercio 27.2 y los servicios 42.9. Esto hace que el sector terciario concentre más de 78% del total de empleos creados. Así, la brecha entre las ramas y sectores en que la productividad crece y las actividades donde se estanca se hace más grande. De esta forma, la modernización del empleo se mantiene sólo en la parte más pequeña de un amplio espectro laboral en el que predomina la informalidad. En toda Latinoamérica, la mayoría de los trabajadores se enfrentan, tarde o temprano, a la disyuntiva de ocuparse en actividades de baja productividad o permanecer desempleados. La terciarización ocupacional que prevalece no favorece la modernización en sentido amplio, ya que la migración hacia los servicios no es producto de dinámicas virtuosas sino de insuficiencias estructurales en el crecimiento. Sólo 34% de los nuevos empleos urbanos se generan en el sector formal. El hecho de que 66% sea empleo informal repercute en un incremento de la participación de los trabajadores no calificados por cuenta propia en el comercio y servicios (24.2%), seguido por los autoempleados y asalariados de microempresas (18.2%), trabajadores domésticos (9.4%), trabajadores por cuenta propia no calificados de la construcción y de otras industrias (8.1%) y trabajadores de actividades primarias (6.0%). La baja calidad de la mayoría de estos empleos muestra el menudo desempeño de la eco-

nomía urbana para aumentar la productividad media del trabajo. Así, en la última década del siglo pasado el empleo informal aumenta de 41 a 46.3%, siendo esta la otra cara del decrecimiento del trabajo formal. El decrecimiento de lo formal se observa en el sector de asalariados privados no profesionales ni técnicos cuya participación se desplaza de 35.9 a 29.1% y en la reducción de los asalariados públicos que de significar 16% de la fuerza de trabajo urbana pasan a representar sólo 12.9%. El problema más grave, sin embargo, se observa en que dicha disminución no se ve compensada con los nuevos empleos de profesionales y técnicos del sector privado (que pasan de 4.7 a 7.8%), ni siquiera sumando los nuevos empleadores y profesionales independientes, que pasan de 3.8 a 4.3%. Los empleos formales se distribuyen en profesionales y técnicos asalariados en 20.1%; empresarios, profesionales y técnicos independientes, 6.5%; asalariados no profesionales ni técnicos, 5.4% y empleados públicos, 2.1%. Se deterioran las condiciones laborales El cuarto aspecto corresponde al cambio de las condiciones laborales, como la falta de contratos de trabajo, la proliferación de empleos temporales o de tiempo parcial, la carencia de seguridad social, la ampliación de causales de término de contrato, la reducción de las indemnizaciones por despido y las mayores limitaciones al derecho de huelga, a la afiliación sindical y a la negociación colectiva, entre otros. En los años noventa, en áreas urbanas de Chile, Colombia y Costa Rica se observa un aumento de los empleos no permanentes en microempresas en una proporción que duplica al de empresas de mayor tamaño. Los contratos temporales proliferan entre los trabajadores del sector terciario y entre las ocupaciones menos calificadas. Hacia mediados de la década, la carencia de contratos de carácter indefinido afecta a más de 40% de los asalariados en Bra13

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sil, Paraguay y Perú y a más de un tercio en Argentina y Colombia. La carencia de contratos indefinidos alcanza a cerca de 20% de los asalariados en Chile y a 33% en México, realidad que se traduce en una marcada disminución del salario; los ingresos de asalariados no permanentes se mantienen en niveles más bajos que los obtenidos por asalariados permanentes. Esta misma inequidad ocurre entre asalariados con y sin contrato de trabajo; las diferencias más grandes se verifican en México, donde los trabajadores sin contrato reciben el equivalente a 41% de los ingresos de los trabajadores con contrato. En síntesis, la informalidad y el deterioro creciente de las condiciones laborales de los años ochenta y noventa son sólo dos problemáticas que se acumulan a los estragos de la descampesinización de los años cincuenta, sesenta y setenta, marcándose un proceso interminable que agudiza la vulnerabilidad de la fuerza de trabajo latinoamericana. De esta suerte, para el año 2005 el número de pobres urbanos de la región suma 290 millones de personas, de los cuales 39.8% vive en condiciones de pobreza y 15.4% en condiciones de pobreza extrema (CEPAL, 2006). Crecimiento sin bienestar social El quinto elemento a subrayar es el hecho de que la apertura económica y las privatizaciones, después de 25 años de iniciadas las reformas en América Latina, no consiguen su primer objetivo explícito que fue hacer crecer las economías. La tabla 2 muestra las diferencias en crecimiento de las economías de América Latina y Asia Oriental en el período 1981-2003 y el cambio suscitado a partir de 2004-2005, período en el cual se entrevé un crecimiento aceptable que indicaría la posibilidad de que Latinoamérica pudiera recomenzar a competir con Asia Oriental, como lo hizo, en este rubro, en la etapa previa (1965-1980) a la reforma neoliberal.

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Tabla 2. América Latina y Asia Oriental: tasa de crecimiento del PIB, 1965-2005 Años América Latina Asia Oriental 1965-1980 6.0 7.3 1981-1990 1.6 7.8 1991-2000 3.3 7.7 2001-2003 0.4 6.8 2004-2005 5.2 5.7 Fuente: CEPAL, 2006.

Para justificar el fracaso de la aplicación de las políticas del consenso de Washington en el lapso 1980-2003, se ha argumentado sobre la necesidad de reformas de segunda y tercera generación. Sin embargo, de acuerdo con los cambios políticos parece claro que el repunte del crecimiento latinoamericano del período 2004-2005 no obedece a la aplicación de reformas de segunda generación o a la continuidad de las recomendaciones de Washington, sino, por el contrario, a la rebeldía de los países sudamericanos a seguir con las políticas diseñadas por los organismos internacionales. Así, mientras Argentina crece en 2004-2005 a tasas de nueve por ciento –después de la crisis de 2001 en que el FMI la abandona a sus propias fuerzas–, y mientras Venezuela alcanza tasas de 17.9 y 9.3%, gracias a la política desarrollista de Hugo Chávez, México, siendo el país socio del TLCAN, lo hace a un ritmo mucho menor de 4.3 y 3.0% en el mismo lapso. Pero, más allá de los datos, si todos los países lograran crecer con las reformas indicadas por los organismos internacionales, quedaría por resolver cuestiones de tipo cualitativo, de carácter cultural y psicosocial, que son esenciales en estudios de mayor complejidad cuando se habla de desarrollo. Es claro que las estadísticas no bastan para analizar a cabalidad las situaciones existentes; inclusive, los mejores indicadores de crecimiento no son prueba suficiente de mejoramiento social. El crecimiento es factor fundamental para la mejora sostenida y equitativa de la

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calidad de vida; sin embargo, elementos de naturaleza sociológica, ética, moral y sentimental deberían considerarse para medir el bienestar de las sociedades. La libertad, el amor a lo correcto, la eliminación de la opresión, la igualdad de oportunidades, o eliminar la interferencia de los gobiernos en el desarrollo de proyectos de vida, son algunos de estos elementos. Según Philip Oxhorn (2004), Chile es el país de América Latina que ha logrado cierto éxito en crecimiento y disminución de la pobreza sin impactar la distribución del ingreso, y en el cual prevalece un sentimiento de inseguridad y una percepción inoculta de que el modelo establecido es un proyecto que inhibe el desarrollo humano. Oxhorn observa en este país rasgos de un pesimismo reinante que no encaja con el éxito de metas económicas alcanzadas. Desde esta óptica crítica, el desarrollo debería entenderse de manera más amplia y concebirse como la condición social dentro de un país que satisface necesidades auténticas de la población con uso racional y sostenible de sistemas naturales, con tecnologías respetuosas de la cultura y los derechos humanos, con garantía de oportunidades de empleo, con satisfacción de necesidades básicas, con tasas positivas de distribución y redistribución de la riqueza y con sistemas de gobierno de legitimidad legal.

Alta desigualdad: problema nodal de Latinoamérica El estudio del Banco Mundial de 2003, «Desigualdad en América Latina: ¿ruptura con la historia?», arroja indicadores de la gran desigualdad que registra la región en materia de ingresos, bienes, participación y acceso a servicios básicos, educación y oportunidades, dejando claro que la décima parte de la población más acaudalada recibe 48% de los ingresos totales, mientras la décima parte más pobre sólo accede a 1.6%, cuando en países desarrollados las tasas son de 29.1 y 2.5%, respectivamente. Armando Ortuño y Christopher Pinc, en «Globalización, desigualdad y reformas en la América Latina de los años 90», ven la globalización como irreversible y consideran que más que discutir la conveniencia o inconveniencia de la integración al mundo, deberíamos cuestionarnos sobre las capacidades y condiciones internas que Latinoamérica debe impulsar para adaptarse al cambio y orientarlo en un sentido favorable al desarrollo equitativo. La hipótesis es que los elevados niveles de desigualdad de activos e ingresos son las claves que explican la baja capacidad de los países para aprovechar las ventajas de la globalización y que los fundamentos del desarrollo competitivo estarían dados por las capacidades tecnológicas, humanas y de gestión política para promoverlas. De acuerdo con los datos de la tabla 3, para entender la situación de América Latina es primordial tener claro el problema de la desigualdad inicial frente a la apertura económica, ya que revela que es la región del planeta que abrió sus fronteras en las peores condiciones posibles, con los índices de desigualdad más altos en términos comparados. Y si se acepta que la desigualdad resulta de la distribución inequitativa de activos productivos (tierra, capital, edu15

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nómica y, contrariamente, las barreras para obtener créditos aumentaron con reformas tributarias que privilegiaron los impuestos indirectos y con el impulso a la liberalización de los mercados financieros y de capital. En general, Latinoamérica vio crecer la vulnerabilidad de los pobres por la distribución desigual de activos y por la flexibilización del mercado laboTabla 3. Índices de desigualdad (Gini) ral que incrementó la inseguridad de los trabajapromedio entre regiones (1976-1980) dores. Para Ortuño y Pinc, la desigualdad afecta Regiones Gini ingresos Gini tierra las capacidades de adaptación de la sociedad por Este Europa 30.8 57 dos vías. En primer lugar, porque no permite que Sudeste asiático 35.4 56 amplios sectores de la sociedad aprovechen pleEste Asia Pacífico 38.5 56 Medio Oriente / N. África 41.9 67 namente las nuevas oportunidades económicas África subsahariana 44.0 61 generadas con la apertura, el desarrollo tecnolóAmérica Latina 49.8 81 gico y la mayor interdependencia económica. En Fuente: Armando Ortuño y Christopher Pinc (2003). segundo lugar, porque aumenta el conflicto social, el cual, a su vez, limita las opciones de reforma Para estos autores, el impacto de la desigualdad al incrementar su costo y al dificultar reacciones oporde activos en el crecimiento tiene que ver con las batunas ante las crisis. rreras e incentivos negativos a la inversión, toda vez que el reparto desigual de tierras o propiedades liMayor vulnerabilidad y menor capacidad de mita el acceso al crédito por la falta de garantías. respuesta Situación que se agrava en países que carecen de sisDe acuerdo con Stiglitz, las reformas aumentaron la temas financieros auténticos para impulsar el desaexposición de los países al riesgo sin acrecentar su rrollo. Latinoamérica, bajo esta perspectiva, es una capacidad para enfrentarlo. Este autor asume que los región que se distingue por el número de grupos estados latinoamericanos cumplieron el papel señahumanos que no pueden desarrollar plenamente sus lado de desproteger la economía y apostarle a un potencialidades productivas debido a la gran desigualnuevo tipo de regulación comandada por el mercadad existente. Ortuño y Pinc muestran cómo los paído, sin tomar en cuenta que el mercado no funciona ses en desarrollo con alto crecimiento presentan mepara todos, pues no satisface necesidades fundamennores índices de desigualdad (Corea, Indonesia, etc.), tales de los seres humanos. Con esto, se manifiesta mientras Latinoamérica con su alta desigualdad se la crisis del ciudadano frente al Estado, al debilitarse mantiene con los peores ritmos de crecimiento. la construcción política sustentada en el Estado tuPor un tiempo se supuso que las reformas disetelar sin abrir las esclusas necesarias para un sistema ñadas para la región a partir de los años ochenta tepolítico alternativo encaminado a construir un Estanían el propósito de levantar las barreras que difido con posibilidad de integrar a la nación. cultaban el acceso de los pobres a nuevas oportuniEn este marco se inscribe lo que para muchos dades económicas; sin embargo, los logros se redufue el logro más importante de la reforma latinoajeron al control de la inflación y la estabilización ecocación), así como de los rendimientos que éstos generan, lo que se muestra en la tabla es el nudo principal que explica el derrotero de fracasos de Latinoamérica en su apertura al mundo, ya que las experiencias de mayor éxito muestran correlaciones inversas entre desigualdad inicial y crecimiento económico.

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mericana, la democratización de los procesos políticos. Pero si bien la ola democratizadora se ha considerado un logro para la región, sus alcances han sido cuestionados, toda vez que dicha democratización no ha significado mayor participación de la sociedad en la toma de decisiones fundamentales que repercuten en la vida de la gente como son las decisiones económicas (Stiglitz, 2006). Por otro lado, nadie cuestiona que la democratización haya surgido paralela al predominio de la política neoliberal; sin embargo, es también ésta la razón por la cual el modelo político ideológico neoliberal ha marcado las limitaciones de la democratización política latinoamericana. La influencia ideológica del neoliberalismo ha sido tan penetrante que los principios del mercado se impusieron como el fundamento de la democracia incipiente; es decir, el voto ciudadano se concibió sin mayor recato como parte de un mercado político y los procesos electorales como fenómenos de naturaleza y competitividad mercadológica. De esta manera, se privilegia el derecho individual como fundamento del sistema político en detrimento del derecho y los valores colectivos de la sociedad. La perspectiva histórica de forjar sociedades con base en la identidad colectiva tutelada por el estado nación se pulveriza para favorecer regímenes que identifican la democracia con procedimientos propios de la mercadotecnia electoral. En síntesis, el neoliberalismo limita los derechos ciudadanos de maneras muy variadas y específicas: a) con la inseguridad económica que debilita la capacidad social o individual para actuar en lo político y defender derechos; b) con la mercantilización del estado de derecho que criminaliza la pobreza (el rico tiene acceso a la justicia que el pobre anhela), marcando un crecimiento de la delincuencia y, c) con la fragmentación y el debilitamiento de la sociedad por efecto de la marginalización de los actores colectivos.

Podemos decir entonces que la disminución de las capacidades políticas de las sociedades latinoamericanas para afrontar los riesgos de la mayor vulnerabilidad social tiene origen tanto en la crisis del modelo de inserción de América Latina en la globalización como en la resistencia y obstaculización de las elites políticas para impulsar tanto una agenda distributiva como una agenda auténtica de reforma política.

Visiones sobre el fracaso de la reforma neoliberal en América Latina La experiencia de apertura neoliberal de América Latina de los últimos veinticinco años arroja resultados inquietantes: a) la fragilidad laboral se agudiza y el autoempleo se erige en mecanismo de supervivencia, b) aumenta la divergencia económica con Estados Unidos, c) crece la inestabilidad en el crecimiento, d) se agudiza la terciarización de la estructura ocupacional, f) aumenta la vulnerabilidad social derivada de la pobreza y la desigualdad y, g) crece la desilusión frente al Estado y la democracia electoral. Las explicaciones no radicales del porqué de los resultados desalentadores pueden clasificarse de la siguiente manera: a) explicación ortodoxa por parte de los organismos internacionales, b) dilucidación autocrítica derivada del enfoque de Joseph E. Stiglitz y, c) explicación académica derivada de los análisis de Manuel Castells. En la perspectiva dominante, el fracaso del desarrollo de América Latina, con todo y que la región haya seguido fielmente las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, se atribuye a las formas de gobierno prevalecientes en la región, donde la corrupción y la implantación insuficiente o inadecuada de las políticas es lo que define el fracaso. Entre los aspectos específicos señalados sobresale la inadecuación de las instituciones, 17

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la rigidez del mercado laboral y las crisis financieras que afectan el crecimiento y el ahorro. Por consiguiente, la solución esgrimida por esta corriente de pensamiento es pronunciar las políticas neoliberales con reformas de segunda y de tercera generación, entre las que sobresalen la apertura del sector energético, reformas tributarias, leyes laborales que favorezcan la desregulación del trabajo y planes regionales que profundicen la integración de los distintos países a la economía mundial. Del análisis autocritico de Joseph E. Stiglitz se concluye que el fracaso de la experiencia de apertura de América Latina obedece a la conjunción de varios factores: a) aumento de la exposición al riesgo de los países latinoamericanos sin acrecentar la capacidad de enfrentarlo, b) impulso de reformas desequilibradas que enfatizaron el combate a la infla-

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ción pero descuidando la generación de empleo y el crecimiento económico y, c) impulso de privatizaciones y fortalecimiento del sector privado sin dar importancia al mejoramiento del sector público. Bajo este diagnóstico, la solución a los problemas puede encaminarse por la ruta de la construcción de una nueva agenda que se sustente en el rechazo al pensamiento único y gire alrededor de un equilibrio estratégico entre lo que debería impulsar el Estado y lo que debería dejarse a los mecanismos del mercado. Es decir, una fórmula que al lograr la conexión del régimen político con la economía, reconsidere la importancia de la comunidad mediante la orientación del desarrollo, ubique las consecuencias sociales sin confundir medios con fines y proyecte una visión del desarrollo que supere la estrechez de los principios económicos. Bajo el tercer tipo de razonamiento, el fracaso latinoamericano frente a la inserción global se explica por lo siguiente: a) impulso de una estrategia de crecimiento intensiva en factores escasos en la región (capital humano y capital físico); b) vinculación dicotómica entre desarrollo regional y globalización al producir fracturas regionales, des-economías y desestructuración social; c) supresión de los esquemas de regulación estatal y, d) crisis de legitimidad del estado con la separación entre estado y sociedad. La ruta de solución que emerge debe pasar por la endogeneización tanto de los procesos productivos como del saber hacer (conocimiento); asimismo, por la formación de un nuevo Estado desarrollista que impulse el desarrollo regional-local, abatiendo la pobreza y el acceso diferencial a los recursos mediante la construcción de redes sociales con criterios de confianza y movilización autónoma. En general, mediante la autoorganización y movilización social, toda vez que bajo este esquema constituyen los tejidos básicos e insustituibles de la era de la información.

Los retos políticos del desarrollo en la economía del conocimiento

En un intento de resumir las tres visiones podemos señalar lo siguiente: para el enfoque neoliberal, la crisis y la recuperación traerán consigo una etapa de desarrollo para América Latina siempre y cuando se mantenga la confianza en la mano invisible del mercado, en virtud de que el avance tecnológico se concibe básicamente derivado de la rentabilidad económica, además de que esto implica aceptar la premisa de que la globalización es un proceso de largo plazo que poco a poco pero inexorablemente reducirá la desigualdad y la pobreza aunque traiga consigo ganadores y perdedores. En el enfoque autocrítico de Joseph E. Stiglitz, el desarrollo se persigue y se construye con políticas heterodoxas y con metas ambiciosas, donde la solución debe recaer en última instancia en la figura de los estados nación que, para esto, logren construir visiones estratégicas sobre lo que buscan. Desde esta perspectiva es fundamental asumir que tanto el Estado como el mercado son imprescindibles para el desarrollo social y aspirar decididamente a su funcionamiento equilibrado. El enfoque derivado del pensamiento de Castells parte de considerar que la globalización no es sostenible en Latinoamérica sin el despliegue de la informatización, asumiendo con ello que la era de la información sólo tendrá cabida en las regiones rezagadas del mundo si las sociedades desarrollan tejidos sociales autónomos que puedan fungir como

células garantes del acceso al conocimiento y potencien la capacidad de innovación. En esta perspectiva, no es la creencia en el funcionamiento del mercado, ni en el funcionamiento equilibrado Estado y mercado lo que subyace, ya que se opta por buscar soluciones en el seno de la misma sociedad, a través de su fortalecimiento y transformación, para que sea desde abajo como se pueda edificar una nueva relación Estado-Sociedad.

La necesidad de construir nuevas instituciones En el contexto señalado, se han generado consensos sobre la necesidad de construir nuevas instituciones que gestionen el conflicto social derivado de la desigualdad y la pobreza, sobre la necesidad de impulsar acciones más eficientes para mejorar los niveles de distribución de los activos críticos para los grupos más pobres: reparto de tierra, extensión de la educación y capacitación para el trabajo, y sobre la importancia de un cambio institucional para estimular la competitividad. Sin embargo, las ideas alrededor del tipo y prioridad particular de las instituciones que se requieren son variadas. En la tabla 4 recuperamos tres visiones que confluyen en la perspectiva de una política reformista, toda vez que coinciden en la posibilidad de la convergencia de América Latina con el mundo desarrollado, pero que, por otro lado, mantienen diferencias importantes en los

Tabla 4. Enfoques convencional y heterodoxos sobre el cambio institucional Convencional(ortodoxo) Incrementar el grado de democracia y libertad junto con instituciones jurídicas, políticas y sociales que mejoren la recaudación y distribución de recursos presupuestarios y favorezcan la inversión de los ahorradores privados.

Stiglitz (heterodoxo) Instituciones que gestionen el conflicto social derivado de la desigualdad y la pobreza para mejorar el nivel de distribución de los activos críticos para los grupos más pobres: reparto de tierra, extensión de la educación, capacitación para el trabajo.

Castells (nuevo paradigma) Estado desarrollista con transformación de la sociedad. Instituciones encargadas de estimular la ventaja competitiva de las economías nacionales. Las empresas maximizan la rentabilidad; el estado la competititividad y la sociedad el conocimiento.

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misma manera, propone brindar mayor atención al diseños estratégicos, debido a visiones ideológicas medio ambiente e impulsar políticas de microcréditos divergentes. para favorecer la movilización social. Para el pensamiento neoliberal se requiere increDel pensamiento castelliano se desprende que, mentar el grado de democracia y libertad junto con junto a la transformación de la sociedad, se requiere instituciones políticas, jurídicas y sociales, ya que impulsar un nuevo estado desarrollista que fomente desde los ámbitos que cubren este tipo de instituel desarrollo tecnológico en la industria y en infraesciones se determina cómo es que los países recautructura productiva, como el camino seguro de la dan y distribuyen los recursos presupuestarios y productividad y la competitividad. Un concepto de cómo finalmente se invierten los recursos de los estado altamente politizado, dado que, mientras las ahorradores privados. Este pensamiento parte de la instituciones de Estado tienen la misión de estimucerteza de que los bajos niveles de libertad y los elelar la ventaja competitiva de las economías nacionavados índices de corrupción, que son propios de los les, las empresas sólo se encargan de maximizar la regímenes autoritarios, propician que los recursos rentabilidad. El elemento fundamental, sin embarse canalicen a factores y recursos improductivos cogo, no se reduce a esta división del trabajo entre renmo es la compra de armamentos, gastos en seguritabilidad y competitividad, sino en el papel del indidad, edificios para el dictador en turno e inversión viduo como responsable de maximizar el conocien televisión y medios de comunicación con fines miento. Por tal motivo, el reto fundamental en este propagandísticos. esquema es transformar la sociedad para incremenPara Joseph Stiglitz lo que se requiere es incretar la capacidad tecnológica de sus células básicas, mentar el grado de protección social y mantener el entendidas a nivel de los individuos, pero esencialpapel del Estado en rubros estratégicos como el agua, mente como tejidos sociales que aprenden a aproel gas, la energía eléctrica y el transporte. Le parece piarse del repertorio de conocimientos de la sociefundamental, además, propiciar y estimular la voz dad planetaria y de la cultura digital. Las tres visiode las mayorías mediante instituciones que favoreznes se distinguen en torno al concepto de Estado y can el respeto de los derechos humanos, libertades de instituciones políticas, cuestión que se advierte civiles, de expresión y prensa, así como invertir en en el enfoque particular que cada vertiente de penproyectos de reforma agraria orientados a disminuir samiento otorga al papel de la educación en la transla desigualdad en acceso a activos materiales e inverformación de la sociedad, como se puede apreciar tir dinero en los contenidos de la educación para en la tabla 5. influir en la mentalidad del individuo y su actitud frente al cambio y frente a Tabla 5. Tipo de Estado y papel de le educación la tradición, con el fin últien enfoques ortodoxo y heterodoxos mo de favorecer el conociConcepto de Estado Papel de la educación Enfoque miento de derechos y resFondo de acumulación apropiaponsabilidades y las fórmu- Neoliberal Estado mínimo (no intervencionista). do para la inversión. las para hacerlos valer meJ. Stiglitz Estado desarrollista tradicional Mecanismo de movilidad social diante el impulso de siste(económico-social). y de actitud frente al cambio. mas educativos basados en M. Castells Estado desarrollista de nuevo tipo Fundamento del conocimiento el autoaprendizaje. De la (económico-competitivo). y el desarrollo tecnológico. 20

Los retos políticos del desarrollo en la economía del conocimiento

La primera hipótesis plantea potenciar los microelementos en un sistema de acumulación mundial donde el mercado dota a cada región, a cada sociedad y a cada individuo, de niveles diferenciados de competitividad de acuerdo a los esfuerzos particulares de actores factores y a las capacidades diferenciadas de los mismos. La segunda se ocupa fundamentalmente de potenciar la capacidad del Estado Nación, de tal manera que sobresale la importancia del papel estatal para reforzar los mecanismos redistributivos de movilidad social como la base indispensable del crecimiento económico. La tercera hipótesis se orienta a asumir el reto de la era de la información como el paso necesario que exige la nueva economía para reconfigurar los procesos de producción, los de la experiencia y los de poder en la nueva sociedad del siglo XXI.

Retos políticos del desarrollo Para concluir, retomemos las preguntas iniciales: ¿Sigue siendo adecuado concebir el desarrollo como el resultado de esfuerzos deliberados de una sociedad? ¿En la era global es pertinente propulsar las capacidades de los sistemas políticos nacionales como la base para alcanzar el desarrollo? De las tres visiones, los retos políticos centrados en la figura del Estado se retoman tanto en el pensamiento de Joseph E. Stiglitz como en el de Manuel Castells, no así en el caso del pensamiento neoliberal latinoamericano. Para este último, los estados nacionales deben seguir los lineamientos del Estado internacional emergente que, en su primera etapa, se ha basado en el consenso de Washington, y permitir que las fuerzas económicas de libre movimiento del capital favorezcan el desarrollo, con ayuda de nuevas reformas estructurales de liberalización de factores y recursos. Desde esta perspectiva, el desarro-

llo no se concibe como el producto de un esfuerzo deliberado de las sociedades, quedando, entonces, sólo el propósito de adecuar los sistemas políticoelectorales para hacer más compatible el régimen económico con el político. Se retoma en este esquema la teoría convencional de la modernización que asume que las sociedades son más productivas en la medida en que cumplen tres aspectos fundamentales: diferenciación de la estructura política, secularización de la cultura política y aumento de la capacidad del sistema político. En contraste con lo anterior, los retos políticos que se deducen del pensamiento de Stiglitz y de Castells se perfilan en la necesidad de reforzar el estado desarrollista, desde la óptica redistributiva o bajo el esquema de políticas de competitividad. En ambos casos, es importante ampliar la capacidad política de la sociedad para reforzar la democracia en niveles que van más allá de la democracia electoral, buscando ampliar las posibilidades que permitan a una comunidad nacional o local participar en la toma de decisiones que le afectan directamente, como son las decisiones económicas que están en manos de fuerzas supranacionales y de elites políticas alejadas de la sociedad. Por tal razón, el reto mayor se encuentra en lo que ha señalado Hirsch de que «Hoy en día la lucha por la democracia no se puede limitar a mejorar el estado nacional ni tampoco apuntar a la construcción de un estado mundial. Lo que se necesita es superar del todo la forma tradicional del estado [...] No se trata de procurar un Estado nuevo y perfecto, sino crear nuevas estructuras descentralizadas y vinculadas por modos de cooperación» (Hirsch, 2001: 248). Este mismo autor señala que: Una democratización que trascienda las barreras del Estado nacional, requiere no sólo del desarrollo y la institucionalización de nuevas estructuras económi-

21

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5

los procesos de acumulación, aborda los requerimientos de la economía de la innovación continua que traspasa fronteras. Bajo este esquema, la posibilidad de ampliar las capacidades políticas de una sociedad como eje del desarrollo se vierte en varias direcciones, tanto en el plano mundial como en el nacional, tanto en el espacio regional como en el local, tanto en la esfera de la subjetividad individual como en el ámbito de las redes autogestivas de solidaridad; es decir, se vierte en las diferentes dimensiones que están dando cuerpo a un nuevo civismo que en su desenvolvimiento deberá procrear una nueva democracia fundada en el derecho al conocimiento y en la ética de su apropiación. De esta manera, los tres aspectos de la globalización de la tabla 6 podrán confluir a favor de una gloTabla 6. Tres concepciones de la globalización balización de corte más humaTransmisión Integración Reestructuración nista. De productos, procesos De regiones, sociedades y De la forma como funco-sociales a nivel internacional, sino también de una reorientación política e institucional en el ámbito mismo del Estado nacional. Que el proceso político tienda a sustraerse de las categorías del Estado nacional […] no significa que éste podría ser obviado como contexto para la acción. Estructuras democráticas globales necesitan fundamento y respaldo ahí donde todavía se encuentran importantes potencialidades de poder y competencias de regulación, donde existe una estructura institucional desarrollada y sea posible codificar e imponer eficazmente los acuerdos sociales […] La lucha por imponer un modelo de regulación que ofrezca una alternativa más democrática y social al modelo neoliberal, debe comenzar ahí, en el plano nacional-estatal. (Hirsch, 2001: 250)

científicos, políticos, económicos y sociales al conjunto de microelementos que conforman la economía mundial.

culturas del planeta, creando una entidad única (sociedad, cultura, mercado) cuyo ambiente es el planeta entero gracias a la interconexión de todas las dimensiones de la vida social.

ciona el capitalismo, dando importancia creciente al conocimiento, produciendo riqueza mediante un proceso en el cual pierden relevancia el trabajo y el capital.

Bajo esta perspectiva, la propuesta de Castells encaja con mayor medida en las exigencias de impulsar una «descentralización profunda» y de «reubicar facultades políticas a nivel local y regional» como un requerimiento para «recrear las instituciones políticas», como lo sugiere Hirsch. Esta coincidencia se debe a que la tesis de Castells aboga por la autoorganización de la sociedad como el imperativo que debe facilitar la redefinición de las comunidades políticas y, al mismo tiempo, porque sostiene la importancia de un nuevo Estado desarrollista que, al abocarse a encuadrar, local, regional y nacionalmente 22

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Los retos políticos del desarrollo en la economía del conocimiento

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Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-20041 Alfredo Erquizio Espinal Universidad de Sonora [email protected]

Mario A. Mendoza Sánchez Universidad de Sonora [email protected]

Resumen Se examina, con dos instrumentos, el rol de la economía del conocimiento en el crecimiento regional: los índices de competitividad y los modelos de convergencia absoluta y condicional. Los índices revelan que la divergencia regional observada es consecuencia de que son muy pocas las entidades federativas que están relativamente preparadas para los retos de la apertura externa y el surgimiento de la economía del conocimiento. El análisis de convergencia mide la contribución de algunas variables representativas de la economía del conocimiento en la explicación del crecimiento. Así, el trabajo altamente calificado no es significativo por la disociación entre el sector científico-educativo y el sector productivo. Pero las patentes como parte dura de la economía del conocimiento si son significativas para el crecimiento regional. Palabras clave: economía del conocimiento, crecimiento regional, economía mexicana, índices de competitividad, modelos de convergencia.

Abstract The role of knowledge economy on regional growth is analyzed with two instruments: competitive and knowledge economy indexes and absolute and relative convergence models. The indexes show that the regional divergence observed is a consequence of the small number of states that are prepared for the challenges of the economic liberalization and the knowledge economy. The convergence analysis measures the contribution of some representative variables of knowledge economy on regional growth. The skilled labor is not significant for that, because there a disconnection between the scientific education and productive sectors. But the patents or hard part of knowledge economy are significant for regional growth. Key words: knowledge economy, regional growth, mexican economy, competitive indexes, convergence models

1 El presente artículo es parte del proyecto: «Estructura, crecimiento y ciclos regionales en México» (No. auspicia la Universidad de Sonora.

IDCEA-0002)

que

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Imaginales

Introducción El sistema regional en México adolece de profundos desequilibrios; empero, se dice que estos se han profundizado con el proceso de la apertura externa y la reubicación espacial de la producción, los cuales aparecen al paralelo del surgimiento de un nuevo orden económico internacional y de la revolución científica tecnológica. Lo anterior tiene implicaciones que impactan de manera diferenciada el crecimiento regional, en el sentido de que algunas economías estatales se adaptan de mejor manera a los procesos de apertura y a la economía basada en el conocimiento. A partir de la década de los ochenta los determinantes de la nueva división internacional del trabajo que se derivan de la revolución científica tecnológica reconvirtieron el perfil de muchas industrias y las capacidades competitivas a nivel mundial; en México, empezó a presentarse una transición industrial de carácter intensivo caracterizada por la tecnificación industrial, el aumento de la composición orgánica del capital y la automatización.2 Una vez considerado esto, podría esperarse que los elementos relacionados con una economía basada en el conocimiento tomen mayor preponderancia en la explicación del crecimiento regional de la última década. Verificar si ello es cierto es el propósito del presente artículo. El crecimiento regional y el papel de la economía del conocimiento pueden ser examinados desde dos perspectivas: los índices de competitividad regional y los modelos de convergencia absoluta y condicional. Aquí se explora ambas. Así, en la primera parte se revisan los índices más recientes de competitividad regional y economía del conocimiento para revelar en que medida explican la tasa de crecimien2 Una economía más tecnificada requiere de fuerza de trabajo mas calificada, en el sentido de que los obreros requieren más habilidades para utilizar nuevos y más modernos medios de producción.

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5

to y el nivel del PIB por persona de las entidades federativas en 1993-2004 y se concluye que la divergencia regional observada se debe a que son muy pocas las entidades federativas que están en la actualidad pertrechadas para los retos de la apertura externa y el surgimiento de la economía del conocimiento. En la segunda parte se verifica la ausencia de convergencia absoluta en el lapso 1993-2004 y se reflexiona acerca de la vinculación entre la economía del conocimiento y el crecimiento regional, para lo cual se propone un ejercicio de convergencia condicional que dimensiona la importancia de ésta en la explicación de la divergencia regional y se concluye que el trabajo altamente calificado como variable de economía del conocimiento es no significativo para la explicación del crecimiento, lo cual puede derivarse de la disociación entre el sector científico-educativo y el sector productivo. Sin embargo, cuando se toman las patentes como parte dura de la economía del conocimiento se encuentra que éstas tienen una capacidad explicativa para el ritmo de crecimiento. Economía del conocimiento, competitividad y crecimiento económico regional Desde los años noventa y a raíz de la publicación de los índices de desarrollo humano que elabora las Naciones Unidas, muchas instituciones privadas y públicas calculan índices de otros aspectos del crecimiento y el desarrollo económico, para lo cual utilizan valiosa y copiosa información de alcance nacional. En años más recientes los esfuerzos se dirigen a hacer lo propio desde una perspectiva subnacional; es el caso de México. Así, en 2005 y 2006 se publicaron los siguientes estudios acerca de la competitividad y la economía del conocimiento regional:

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

N

N

Generales N

ITAM-STPS (2005): Índice de competitividad

N

regional. IMCO - EGAP (2006): Índice de competitividad estatal.

Economía del conocimiento N

N

Fundación Este País (2005): Índice de Economía del Conocimiento. Robles, Molina y Fuentes (2005): Índice Estatal de la Economía Basada en el Conocimiento.

Para ello el Índice de Competitividad Estatal mide aspectos como: P

Por el mayor detalle de los indicadores utilizados y por qué se puede comparar su trayectoria 19992003, aquí se revisan dos de ellos:

Índice de competitividad estatal que mide mediante 120 variables «la habilidad de una región para atraer y retener inversiones [en la medida en que] ofrezca las condiciones integrales aceptables internacionalmente, que permitan por un lado, maximizar el potencial socioeconómico de las empresas y personas que en ella radican o quieran radicar y, por otro lado, incrementar de forma sostenida su nivel de bienestar, más allá de las posibilidades endógenas que sus propios recursos, capacidad tecnológica y de innovación ofrezcan y, todo ello, con capacidad de enfrentar las fluctuaciones económicas por las que se atraviese» (IMCOEGAP, 2006: 29). Índice estatal de la economía basada en el conocimiento que mide mediante 59 variables «cuáles son las fortalezas y debilidades que tienen los estados para aprovechar las oportunidades que se les presentarán en años venideros y convertirse en economías basadas en el conocimiento [que] es el nombre que se le ha dado a la naciente configuración económica de nuestro siglo, que se basa en la creación de valor mediante el uso intensivo del conocimiento en la producción y que plantea la premisa de que en los [próximos años] la información, la tecnología, el aprendizaje y la colaboración tendrán un rol más que relevante en el desempeño económico [nacional y regional]» (Robles, Molina y Fuentes, 2005: 15).

P P P

Sistema de derecho confiable y objetivo. Manejo sustentable del medio ambiente. Sociedad incluyente, preparada y sana. Macroeconomía estable. 27

Imaginales

P P P P P P

5

Y se entiende que existe una cadena de causalidad entre dichas capacidades y el proceso de crecimiento y desarrollo regional. Tal como se muestra en la gráfica 1. Una alternativa para examinar la pertinencia de la línea de causalidad propuesta es el diagrama de

Sistema político estable y funcional. Mercados de factores eficientes. Sectores precursores de clase mundial. Gobiernos eficientes y eficaces. Relaciones internacionales benignas. Sectores económicos con potencial.

Gráfica 1. Economía del conocimiento, competitividad y crecimiento económico Competitividad regional

Capacidad de ataer inversiones

Crecimiento y desarrollo regional

Economía del conocimiento

Competitividad regional

Crecimiento económico

CDesarrollo económico

Índice estatal de la economía basada en el conocimiento 2003

Índice de competitividad estatal 1999 y 2003

Tasa de crecimiento del PIB por persona 1999-2004

Nivel del PIB por persona 2004

Fuente: elaboración propia.

Mientras que para elaborar el Índice Estatal de Economía del Conocimiento se considera que en una región deben estar presentes:

caja usado por Silva Lira (2003: 20-21) para señalar la presencia de regiones potencialmente: P

P

P

P

P

P

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Un capital humano calificado y un uso intensivo del conocimiento en la producción. Cierto grado de atractividad internacional, un buen nivel de competitividad y una clara orientación hacia el exterior. Un marco institucional y un capital social que favorezcan la certidumbre y la confianza entre los agentes y que disminuyan los costos de transacción de las actividades económicas. Uno o varios sistemas de innovación en conjunción con una buena capacidad emprendedora. Una adecuada y expandida infraestructura de información, comunicación y tecnología.

P

P

P

Ganadoras, si muestran niveles por encima del promedio nacional del PIB por persona y de la tasa de crecimiento del PIB por persona. Perdedoras, si muestran niveles por debajo del promedio nacional del PIB por persona y de la tasa de crecimiento del PIB por persona. En marcha, si muestran niveles por debajo del promedio nacional del PIB por persona pero por encima del promedio en la tasa de crecimiento del PIB por persona. En retroceso, si muestran niveles por encima del promedio nacional del PIB por persona pero por debajo del promedio en la tasa de crecimiento del PIB por persona.

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

Gráfica 2. Tipología de la evolución económica regional

Tasa anual de crecimiento del PIBPC 1993-2004 (%)

Cuadrante 2: - + Territorios dinámicos y con bajo PIBPC: «potencialmente ganadores» (en marcha)

Cuadrante 1: + + Territorios dinámicos y con alto PIBPC: «potencialmente ganadores»

Cuadrante 3: - Territorios no dinámicos y con bajo PIBPC: «potencialmente perdedores» (estancados)

Cuadrante 4: + Territorios no dinámicos y con alto PIBPC: «potencialmente perdedores» (en retroceso)

PIBPC

2004 ($)

Fuente: Silva Lira, 2003: 20.

Se puede examinar si hay una relación importante entre el Índice de Competitividad Regional y el Índice Estatal de Economía del Conocimiento utilizando una adaptación del diagrama de caja descrito: Gráfica 3. Competitividad y economía del conocimiento

Índice de competitividad estatal 2003

Cuadrante 2: - + Entidades federativas competitivas con bajo conocimiento: «ptencialmente ganadoras» (en marcha)

Cuadrante 1: + + Entidades federativas competitivas con alto conocimiento: «ptencialmente ganadoras»

Cuadrante 3: - Cuadrante 4: + Entidades federativas no Entidades federativas no comcompetitivas y con bajo cono- petitivas y con alto conocimiencimiento: «potencialmente to: «potencialmente perdedoperdedoras» (estancados) ras» (en retroceso) Índice Estatal de la Economía Basada en el Conocimiento 2003

Fuente: elaboración propia.

Y considerando los valores del promedio nacional de los referidos índices se revela que efectivamente 28 entidades federativas se ubican en la clasificación ganador/perdedor al ser evaluadas con un índice u otro. Puesto que es así, y considerando que sólo se tiene la trayectoria reciente del Índice Competitividad Regional, se usa como Proxy del Índice Estatal de Economía del Conocimiento. 29

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Gráfica 4. Competitividad y economía del conocimiento En marcha Campeche

Ganadoras Aguascalientes Baja California Baja California Sur Chihuahua Coahuila Colima Dristrito Federal Guanajuato Nuevo León Morelos Querétaro Quintana Roo Sonora Tamaulipas En retroceso Estado de México Jalisco Puebla

Índice de competitividad Perdedoras estatal 2003 Chiapas Durango Guerrero Hidalgo Michoacán Nayarit Oaxaca San Luis Potosí Sinaloa Tabasco Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas Índice Estatal de la Economía Basada en el Conocimiento 2003 Fuente: elaboración propia en base al cuadro A del anexo estadístico.

Y si se aplica el mismo procedimiento para vincular el dinamismo del crecimiento y los niveles alcanzados del PIB por persona para el lapso 1993-2004, se obtienen los resultados de la página 5.

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Gráfica 5. Crecimiento y desarrollo económico En marcha Durango Guanajuato Michoacán Puebla San Luis Potosí Yucatán Zacatecas

Índice de competitividad Perdedoras estatal 2003 Colima Chiapas Estado de México Guerrero Hidalgo Morelos Nayarit Oaxaca Sinaloa Tabasco Tlaxcala Veracruz PIBPC

Ganadoras Aguascalientes Baja California Sur Chihuahua Coahuila Dristrito Federal Nuevo León Querétaro Sonora Tamaulipas

En retroceso Baja California Campeche Jalisco Quintana Roo

2004 ($)

Fuente: elaboración propia en base al cuadro A del anexo estadístico.

Y lo mismo se puede hacer para vincular el dinamismo de la competitividad regional y los niveles alcanzados en el lapso 1999-2003 (gráfica 6).

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

Gráfica 6. Tasa de crecimiento del índice de competitividad y niveles de competitividad

Tasa de crecimiento del índice de competitividad estatal 1999-2003

Cuadrante 2: - + Entidades federativas con competitividad al alza pero con baja competitividad actual: «potencialmente ganadores» (en marcha) Cuadrante 3: - Entidades federativas con competitividad a la baja y con baja competitividad actual: «potencialmente perdedores» (estancados)

Cuadrante 1: + + Entidades federativas con competitividad al alza y con alta conpetitividad actual: «potencialmente ganadores»

La lista se reduce aún más si se combinan los índices de competitividad y PIB por persona y la dinámica de los mismos, como se propone en la gráfica 8.

Cuadrante 4: + Entidades federativas con competitividad a la baja pero con alta competitividad actual: «potencialmente perdedores» (en retroceso)

Índice de competitividad estatal 2003 Fuente: elaboración propia.

Los resultados revelan que son sólo ocho las entidades con un alto nivel de competitividad y que además muestren una trayectoria ascendente del índice respectivo. Gráfica 7. Tasa de crecimiento del índice de competitividad y niveles de competitividad Ganadoras En marcha Guerrero Aguascalientes Hidalgo Baja California Sur Chihuahua Jalisco Michoacán Coahuila Oaxaca Distrito Federal Guanajuato Puebla Tlaxcala Morelos Tasa de Nuevo León crecimiento Veracruz Zacatecas del índice de En retroceso competitividad Perdedoras Chiapas Baja California estatal Durango Campeche 1999-2003 Estado de México Colima Nayarit Querétaro San Luis Potosí Quintana Roo Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Yucatán Índice de competitividad estatal 2003 Fuente: elaboración propia en base al cuadro A del anexo.

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5

Gráfica 8. Tasa de crecimiento económico y del índice de competitividad en relación al nivel de competitividad

Tasa anual de crecimiento nacional 1993-2004 (%) y Tasa de crecimiento del índice de competitividad estatal 1999-2003

Cuadrante 2: - + Entidades federativas dinámicas y con competitividad al alza pero con bajo PIB por persona y baja competitividad actual: «potencialmente ganadores» (en marcha) Cuadrante 3: - Entidades federativas no dinámicas y con competitividad a la baja y con bajo PIB por persona y baja competitividad actual: «potencialmente perdedores» (estancados) PIBPC

Cuadrante 1: + + Entidades federativas dinámicas y con competitividad al alza y con alto PIB por persona y alta competitividad actual: «potencialmente ganadores» Cuadrante 4: + Entidades federativas no dinámicas y con competitividad a la baja pero con alto PIB por persona y alta competitividad actual: «potencialmente perdedores» (en retroceso)

2004 ($) e Índice de competitividad estatal 2003

Fuente: elaboración propia.

Y efectivamente se comprueba que sólo en menos de la mitad de las entidades federativas hay correspondencia plena en los dinamismos y los niveles que alcanzan la competitividad y el crecimiento y desarrollo. Gráfica 9. Tasa de crecimiento económico y del índice de competitividad en relación al nivel de competitividad En marcha Ganadoras Morelos Aguascalientes Baja California Sur Tasa anual de Chihuahua crecimiento Coahuila nacional Distrito Federal 1993-2004 (%) Nuevo León y Tasa de Perdedoras En retroceso crecimiento Chiapas Baja California del índice de competitividad Estado de México Campeche Nayarit Colima estatal Sinaloa Querétaro 1999-2003 Tabasco Quintana Roo Sonora Tamaulipas PIBPC 2004 ($) e Índice de competitividad estatal 2003 Fuente: elaboración propia en base al cuadro B del anexo.

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Y si finalmente se combinan las dimensiones de la competitividad y el crecimiento regional aquí revisados, es posible elaborar una suerte de tablero de la competitividad y el crecimiento-desarrollo regional, en el que apenas seis entidades federativas resultan ganadoras en la cuatro dimensiones señaladas y que, por tanto, son las únicas que actualmente están relativamente preparadas para enfrentar los retos de la globalización y la emergencia de la economía del conocimiento.

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

Gráfica 10. Tablero de la competitividad y el crecimiento-desarrollo regional Ganadoras

CrecimientoDesarrollo Regional

En marcha

Querétaro Sonora Tamaulipas

Durango San Luis Potosí Yucatán

En retroceso

Perdedoras

Baja California Campeche

Chiapas Estado deMéxico Nayarit Sinaloa Tabasco Perdedoras

Colima

En retroceso

Michoacán Puebla Zacatecas Jalisco

Guerrero Hidalgo Oaxaca Tlaxcala Veracruz En marcha

Aguascalientes Baja California Sur Chihuahua Coahuila Distrito Federal Nuevo León Guanajuato

Quintana Roo

Morelos

Perdedoras

Competitividad Regional Fuente: elaboración propia en base al cuadro C del anexo estadístico.

Convergencia absoluta, convergencia condicional y economía del conocimiento Dentro de las diferentes percepciones provenientes de los estudios regionales se dice que el crecimiento regional en México durante las últimas dos décadas ha estado caracterizado por un menor dinamismo y la pronunciación de las desigualdades en términos del PIB por persona. Cuadro1. Tasa Media de crecimiento del PIB por persona 1970-2004 (%) 1970-2004 1.67 1970-1985 2.86 1986-2004 1.01 1993-2004 1.61 Fuente: elaboración propia en base a datos de Germán (2005) e INEGI (2006).

Como puede notarse en el cuadro 1, el ritmo de crecimiento regional ha venido disminuyendo, de

modo tal que la inserción de México al surgimiento de las nuevas corrientes del comercio, la apertura externa y la economía basada en el conocimiento no han logrado imprimirle mayor dinamismo a la generación de riqueza en el ámbito regional. Para revisar los hechos característicos de la convergencia y el crecimiento regional en México se analizan los modelos de convergencia absoluta y condicional. La convergencia condicionada surge como una defensa del modelo neoclásico, el cual estuvo cuestionado después de que se encontraran evidencias empíricas que señalaban la ausencia de convergencia para diversas muestras entre países y regiones. En un sentido estricto, la convergencia económica se refiere al proceso en el cual un subconjunto de economías relativamente menos desarrolladas tienden a presentar un ritmo de crecimiento más

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acelerado al de aquellas economías inicialmente más prósperas, de tal forma que a largo plazo el crecimiento en términos de PIB por persona tiende a ser homogéneo (convergencia absoluta). Sin embargo, cuando existen otras variables explicativas diferentes del nivel inicial del PIB por persona que impactan al crecimiento, se dice que el proceso de convergencia está condicionado a la influencia de otras variables que permiten que las economías inicialmente ricas adquieran mayor dinámica que aquellas economías inicialmente pobres (convergencia condicional). Lo anterior se explica –según la teoría neoclásica– por la transición a diferentes niveles de estados estacionarios. Para el caso de las entidades federativas de México, se revisará el caso de la convergencia absoluta y convergencia condicional; para el primer caso, se observa si existe una relación inversa entre la tasa de crecimiento de los estados y el nivel inicial del PIB por persona. Esto es lo que comúnmente se conoce como convergencia â (beta) y se expresa de la siguiente manera:

5

log (yit) - log (yit-1) = c + â1 log (yit-1) + uit

(1)

Para el caso de la convergencia condicional se corre la siguiente regresión: log (yit - yit-1) = c + â1 log (yit-1) + â2 X1it-1+ â2 X2it-1 ………. Bn Xnit-1+uit

(2)

Esta es una regresión múltiple que condiciona el crecimiento de una economía al comportamiento de otras variables, desde X1, X2……..Xn conjunto de variables que condicionan el crecimiento. Estas variables pueden ser diversas según la similitud que exista entre las características estructurales de cada una de las economías objeto de estudio. Por tanto, se dice que existe convergencia condicional cuando la tasa de crecimiento del PIB por persona está relacionada con otras variables explicativas diferentes al nivel inicial del PIB por persona; es decir, con otras variables que influyen en alguna medida y actúan como determinantes del crecimiento.

Normalidad

Periodo

1 2

1970-2004 1970-1985

-0.0015* 0.0031 -0.01935 0.0039

3

1993-2004

0.0018*

4 5

1970-2004 1970-1985

0.0035 0.0075 pasa Parte B chicamtab** -0.0026* 0.0029 0.0292 no pasa pasa pasa -0.0214 0.0041 0.5213 pasa pasa pasa

6

1993-2004

0.0018*

* No significativa al cinco por ciento. ** Excluye a Chiapas, Campeche y Tabasco.

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Autocorrelación

Regresión

â

ee â

0.0042

R cuadrada

Heteroscedasticidad

Cuadro 2. Convergencia absoluta tipo â (beta) para las entidades federativas en México

Parte A 0.008 0.08

0.0068

pasa pasa

pasa

Método de Observaciones corrección

pasa pasa pasa pasa Estimador White pasa pasa -

pasa pasa

Método Eviews -

32 32 32 29 29 29

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

En el cuadro 2 se presentan los resultados de convergencia absoluta tipo â para el lapso 1970-2004. Los resultados obtenidos de acuerdo a la convergencia absoluta en el sentido â señalan la existencia de un proceso de convergencia en el lapso 19701985, dado que se obtiene un relación negativa entre PIB por persona inicial de las distintas entidades federativas y la tasa de crecimiento del PIB por persona; en otras palabras, las evidencias señalan que las economías relativamente pobres crecen a un mayor ritmo de crecimiento al de aquellas economías regionales inicialmente ricas.3

La medición de convergencia beta en su forma econométrica no mostró la suficiente robustez para declarar la existencia o no existencia de este proceso; sin embargo, su presentación gráfica muestra que las entidades federativas con menor PIB por persona crecen a una menor dinámica que las entidades inicialmente más prosperas. Esto se revela en la tendencia positiva que muestra la convergencia beta en el lapso 1993-2004. Dado que no hay suficientes argumentos para predecir convergencia o divergencia, se calcula la desviación estándar como medida de dispersión del PIB por persona, puesto Gráfica 11. Convergencia Beta, 1993-2004 que la convergencia sigma es una condición necesaria para predecir convergencia.

Sin embargo, para el periodo 1970-2004 y 19932004 se encuentra que los parámetros obtenidos no son estadísticamente significativos y el modelo cuenta con muy baja capacidad explicativa.4 El lapso 19932004 es el lapso de mayor importancia para este análisis, puesto que es donde se considera que hay una mayor influencia de las variables de economía del conocimiento. Dado lo anterior, se muestra en su presentación gráfica la convergencia beta y la convergencia sigma.5 Los mismos resultados se obtienen al excluir de la muestra a los estados de Chiapas, Campeche y Tabasco. 4 Aunque si bien es cierto aprueba las pruebas econométricas clásicas. 5 La convergencia absoluta sigma es una medida de dispersión del PIB por persona que nos muestra qué tanto se han re3

ducido o ampliado las brechas entre las economías ricas y pobres en términos de PIB por persona; es decir, nos muestra si las economías están en un proceso convergente o divergente; y en sí nos dice si se cumple realmente la convergencia absoluta ya que la existencia de ó-convergencia exige la existencia de âconvergencia.

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Gráfica 12. Convergencia Sigma, 1993-2004

El aumento de la dispersión del PIB por persona en el lapso 1993-2004 revela que las economías estatales guardaron un patrón de divergencia; es decir, las economías ricas crecen más rápido que las economías pobres. Por tanto, en términos generales se puede decir que en el periodo 1970-1985 hay un patrón de convergencia regional; no así para el lapso 1993-2004, puesto que las economías pobres crecen a menor dinámica que las ricas, mostrando un pa-

trón de divergencia dentro de un contexto donde se supone la existencia de una economía basada en el conocimiento. Para el análisis de convergencia condicional se incluyen algunas variables de trabajo 6 7 altamente calificado y calificado, además de las patentes como parte dura de la economía del conocimiento. Habría de esperarse que el promedio educativo sea la variable con menor significativa para el crecimiento debido a que las variables de trabajo altamente calificado y las patentes contribuyen –teóricamente– en mayor medida a la eficiencia productiva. En el cuadro 3 se presentan los resultados de la convergencia condicional para el periodo 1986-2004.8

Cuadro 3. Convergencia condicional para las entidades federativas en México, 1986-2004 (GATT) Variable dependiente: Tasa de crecimiento del PIB per capita. Periodo: 1986-2004 Variable explicativa Parámetro Probabilidad Parte A Promedio escolaridad 0.0134 0.0004 Patentes 0.0008 0.0473 Población con grado universitario 1.88 (-07) 0.1941 Población ocupada en act. C y T** 1.80 (-07) 0.2933 Población con grado universitario en act. C y T*** 1.65 (-08) 0.5599 R cuadrada 0.66 Parte B chicamtab* Promedio escolaridad 0.0138 0.0002 Patentes 0.0008 0.0433 Población con grado universitario** 1.74 (-07) 0.2121 Población ocupada en act. C y T*** 1.61 (-07) 0.3320 R cuadrada 0.64 * Excluye la Población con Grado Universitario en Actividades de Ciencia y Tecnología. **Población Ocupada en Actividades de Ciencia y Tecnología. ***Población con Grado Universitario en Actividades de Ciencia y Tecnología.

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Población con Grado Universitario, Población Ocupada en Actividades de Ciencia y Tecnología y Población con Grado Universitario en Actividades de Ciencia y Tecnología. 7 Promedio de escolaridad o logro educativo. 8 Se toma el periodo 1986-2004 debido a que se obtienen resultados más confiables en este lapso. 6

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

El ejercicio de convergencia condicional señala que el promedio educativo y las patentes son las variables estadísticamente significativas y que, por tanto, explican el crecimiento, no así el trabajo altamente calificado. De aquí se desprende que el trabajo altamente calificado como variable de economía del conocimiento no es una variable muy significativa para la explicación del crecimiento, lo cual podría entenderse dentro de la fase en que se encuentra el desarrollo industrial en México (una vez entendida la nueva división internacional del trabajo impulsada por la revolución científica tecnológica) y de la falta de articulación entre los sectores científico-educativos y los sectores productivos. Lo anterior limita la formación del ciclo virtuoso del conocimiento y la producción, que es la creación de valor nuevo a partir del conocimiento, conformando la cadena sector científico-educativo, conocimiento, competitividad, acumulación, crecimiento y bienestar. Por otra parte, en relación a las derivaciones aducidas con respecto a la variable patente, estadísticamente significativa para la explicación del crecimiento, tenemos que ésta es una parte dura del conocimiento y, desde este punto de vista, la patente es un resultado del proceso productivo; es decir, es un fenómeno que proviene fundamentalmente del conocimiento de la actividad productiva, lo cual está orientado a la existencia de una innovación tecnológica y no solamente de una invención. Por ultimo, el promedio educativo es la variable más importante en la explicación del crecimiento regional, lo cual refuerza la idea de que el crecimiento esta sustentado sobre un crecimiento industrial no fundamentado en la economía del conocimiento. La idea básica es que la transición al desarrollo industrial como motor de la economía requiere fuerza de trabajo calificada, pero no altamente calificada.

Conclusiones El crecimiento regional y el papel de la economía del conocimiento fueron examinados desde dos perspectivas: los índices de competitividad regional y los modelos de convergencia absoluta y condicional. Así, la revisión de los índices más recientes de competitividad regional y economía del conocimiento para revelar en qué medida explican la tasa de crecimiento y el nivel del PIB por persona de las entidades federativas en 1993-2004, mostró que la divergencia regional observada se debe a que son muy pocas las entidades federativas que están en la actualidad relativamente pertrechadas para los retos de la apertura externa y el surgimiento de la economía del conocimiento, y que son ésas las que crecieron más y alcanzaron un mayor nivel del PIB por persona en el lapso indicado. En los términos de convergencia absoluta, se encuentra un patrón de disminución de las desigualdades en el lapso 1970-1985; sin embargo, la tendencia de este patrón parece revertirse en la etapa 1993-2004, agravando el problema de la desigualdad regional; es decir, las economías pobres crecen menos que las ricas dentro de un contexto donde se supone la existencia de una economía impulsada por el conocimiento. Por tanto, el mayor ritmo de crecimiento en 19701985 está acompañado de un proceso de convergencia; empero, cuando se debilita el patrón de crecimiento de las economías estatales se agrava la divergencia regional. Por otra parte, el ejercicio de convergencia condicional revela que el trabajo altamente calificado como variable de economía del conocimiento es no significativo para la explicación del crecimiento, lo cual puede derivarse de la disociación entre el sector científico-educativo y el sector productivo. Sin embargo, cuando se toman las patentes como parte dura de la economía del conocimiento se encuentra que 37

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estas tienen una capacidad explicativa para el ritmo de crecimiento.

Bibliografía Conapo (2006) Estadísticas de Población (www.conapo. gob.mx). Fundación Este País (2005) México ante el reto de la economía del conocimiento. Resultados nacionales y por entidad federativa, México. Germán Soto, Vicente (2005) «Generación del producto interno bruto mexicano por entidad federativa, 19401992», El Trimestre Económico, núm. 287, vol. LXXII (3), julio septiembre, pp. 617-653. IMCO-EGAP (2006) Competitividad estatal 2006. Preparando a las entidades federativas para la competitividad. 10 mejores prácticas, México, Instituto Mexicano para la Competitividad. INEGI (2006) Banco de Información Económica, (www.inegi. gob.mx). ITAM-Secretaría de Trabajo y Previsión Social (2005) Diagnóstico de la competitividad a nivel regional, México. Robles Peyro, Héctor, Alfredo Molina Ortiz y Rolando Fuentes Bracamonte (2005) Economía basada en el conocimiento. Las condiciones de los estados Mexicanos, México, Centro de Estudios Estratégicos del Tecnológico de Monterrey, Campus Guadalajara. Silva Lira, Iván (2003) Disparidades, competitividad territorial y desarrollo local y regional en América Latina, Santiago de Chile, Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) Dirección de Gestión del Desarrollo Local y Regional, serie Gestión Pública, núm 33.

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5

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

Anexo estadístico Cuadro A. Indicadores de la economía del conocimiento, la competitividad y el crecimiento económico Índice Estado Índice de Resulta- PIB por Tasa de Resulta- Índice Tasa de Resultade dos dos creciestatal de dos Compepersona crecila econotividad reporta- 2004. miento reporta- com- miento reportamía basados en la Prome- del PIB dos en la petivi- Índice dos en la estatal dad gráfica 7 por gráfica 5 de da en el gráfica 4 2003. dio estatal competiconociPromedio nacional: persona 2003. tividad miento nacional: 14 697.8 1993Prom. 1999-03 2004. 2003. 42.1 Nal.: Prom. Promedio Promedio 42.1 Nal.: 0.9 Nal.: 0.9 Nal.: 4.9 Ganador Ganador 52.4 2.5 1.1 6 Ganador 19115.2 Aguascalientes 52.4 Retroceso 49.4 -4.1 Retroceso 0.6 6.85 Ganador 18352.2 B. California 49.4 50 Ganador 1.2 Ganador 7.2 5.68 Ganador 18806.7 B. C. Sur 50 43 -1.0 Retroceso -9.2 Retroceso 3.77 Marcha 24399.1 Campeche 43 Ganador 46.6 Ganador 2.5 1.9 6.33 Ganador 21932.8 Coahuila 46.6 0.2 Perdedor 45.6 -2.7 Retroceso 5.42 Ganador 14519.1 Colima 45.6 Perdedor 30.7 0.3 -12.3 Perdedor Chiapas 2.26 Perdedor 6471.1 30.7 Ganador 48.4 3.9 Ganador 1.8 6.2 Ganador 20653.8 Chihuahua 48.4 Ganador 1.1 Ganador 57.7 9.4 7.5 Ganador 36550.3 Distrito Federal 57.7 38 Marcha -4.7 Perdedor 1.9 4.29 Perdedor 13791.6 Durango 38 -0.1 Perdedor 38.1 -4.4 Perdedor 5.63 Retroceso 11221.8 Estado de México 38.1 42.9 Marcha 2.2 10.7 Ganador 5.17 Ganador 12079.6 Guanajuato 42.9 Perdedor 35.8 Marcha -0.1 19.3 2.68 Perdedor 7697.3 Guerrero 35.8 Marcha 0.2 Perdedor 36.8 4.5 3.5 Perdedor 9129.2 Hidalgo 36.8 Marcha Retroceso 41.7 2.2 0.7 6.77 Retroceso 14823.2 Jalisco 41.7 37.8 Marcha Marcha 1.5 4.3 3.44 Perdedor 8701.2 Michoacán 37.8 Ganador -0.1 Perdedor 42.9 1.2 5.29 Ganador 13148.3 Morelos 42.9 Perdedor -0.6 Perdedor 37.4 0.6 3.42 Perdedor 8579.1 Nayarit 37.4 52 Ganador Ganador 1.7 2.7 7.63 Ganador 27546.9 Nuevo León 52 Perdedor 31.6 Marcha 0.0 6.8 1.86 Perdedor 6153.6 Oaxaca 31.6 38.9 Marcha Marcha 1.1 6.5 5.18 Retroceso 9781.7 Puebla 38.9 Ganador 45.8 1.8 -4.3 Retroceso 6.46 Ganador 17575.8 Querétaro 45.8 -0.4 Retroceso 47.2 -4.3 Retroceso 5.04 Ganador 22853.5 Quintana Roo 47.2 36.6 Marcha 4.62 Perdedor 12093.8 1.8 -7.6 Perdedor S. Luis Potosí 36.6 0.2 Perdedor 37.5 -3.8 Perdedor 4.34 Perdedor 11909.4 Sinaloa 37.5 45 Retroceso 1.3 Ganador -1 6.35 Ganador 17971.3 Sonora 45 Perdedor 37.2 Perdedor 3.25 Perdedor 8812.5 -1.0 0.8 Tabasco 37.2 1.8 Ganador 47.2 -4.3 Retroceso 6.04 Ganador 16679.8 Tamaulipas 47.2 Perdedor 38.9 Marcha 0.8 1.1 3.95 Perdedor 8293.5 Tlaxcala 38.9 38 Perdedor Marcha 4 Perdedor 8944.5 0.6 5 Veracruz 38 39.9 1.6 Marcha -2.9 Perdedor 4.9 Perdedor 12346.2 Yucatán 39.9 38.7 Marcha Marcha 1.8 5.4 Zacatecas 3.15 38.7 Perdedor 9395.0 Fuente: elaboración propia en basa a Peyro et al, 2005; IMCO-EGAP, 2006; INEGI, 2006 y CONAPO, 2006.

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Cuadro B. Indicadores del desarrollo económico y la competitividad Resultados Índice PIB por de la de Persona 2004. competividad comparación en estatal Promedio niveles del 2003. nacional: Promedio PIB por 14697.8 nacional: persona y 42.1 la competitividad 52.4 Aguascalientes 19115.2 Ganador 49.4 B. California 18352.2 Ganador 50 B. C. Sur Ganador 18806.7 43 Campeche Ganador 24399.1 46.6 Ganador Coahuila 21932.8 45.6 Colima Ganador 14519.1 30.7 Perdedor Chiapas 6471.1 48.4 Chihuahua 20653.8 Ganador 57.7 Distrito Federal 36550.3 Ganador 38 Durango Perdedor 13791.6 38.1 Edo. de Méx. 11221.8 Perdedor 42.9 Guanajuato Marcha 12079.6 35.8 Perdedor Guerrero 7697.3 36.8 Hidalgo 9129.2 Perdedor 41.7 Jalisco Retroceso 14823.2 37.8 Perdedor Michoacán 8701.2 42.9 Morelos 13148.3 Marcha 37.4 Perdedor Nayarit 8579.1 52 Ganador Nuevo León 27546.9 31.6 Perdedor Oaxaca 6153.6 38.9 Perdedor Puebla 9781.7 45.8 Ganador Querétaro 17575.8 47.2 Quintana Roo 22853.5 Ganador 36.6 S. Luis Potosí Perdedor 12093.8 37.5 Sinaloa Perdedor 11909.4 45 Sonora 17971.3 Ganador 37.2 Tabasco Perdedor 8812.5 47.2 Tamaulipas Ganador 16679.8 38.9 Perdedor Tlaxcala 8293.5 38 Veracruz Perdedor 8944.5 39.9 Yucatán Perdedor 12346.2 38.7 Perdedor Zacatecas 9395.0 Estado

Tasa de crecimiento del PIB por persona 1993-2004. Promedio nacional: 0.9 2.5 0.6 1.2 -1.0 2.5 0.2 0.3 1.8 1.1 1.9 -0.1 2.2 -0.1 0.2 0.7 1.5 -0.1 -0.6 1.7 0.0 1.1 1.8 -0.4 1.8 0.2 1.3 -1.0 1.8 0.8 0.6 1.6 1.8

Tasa de crecimiento del índice de competividad estatal 1999-2003. Promedio nacional: 0.9 1.1 -4.1 7.2 -9.2 1.9 -2.7 -12.3 3.9 9.4 -4.7 -4.4 10.7 19.3 4.5 2.2 4.3 1.2 0.6 2.7 6.8 6.5 -4.3 -4.3 -7.6 -3.8 -1 0.8 -4.3 1.1 5 -2.9 5.4

Fuente: elaboración propia en base a IMCO-EGAP, 2006; INEGI, 2006 y CONAPO, 2006.

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Resultados de la comparación en tasas de crecimiento del PIB por persona y la competitividad Ganador Perdedor Ganador Perdedor Ganador Perdedor Perdedor Ganador Ganador Retroceso Perdedor Ganador Marcha Marcha Marcha Ganador Marcha Perdedor Ganador Marcha Ganador Retroceso Perdedor Retroceso Perdedor Retroceso Perdedor Retroceso Marcha marcha Retroceso Ganador

Resultados reportados en la gráfica 9

Ganador Ganador Ganador Perdedor Ganador Ganador Perdedor

Marcha Perdedor Ganador

Perdedor Perdedor

Economía del conocimiento y crecimiento regional en México: 1993-2004

Cuadro C. Indicadores de competitividad y del crecimiento y desarrollo regional Estado

Aguascalientes B. California B. C. Sur Campeche Coahuila Colima Chiapas Chihuahua Distr. Federal Durango Edo. de Méx. Guanajuato Guerrero Hidalgo Jalisco Michoacán Morelos Nayarit Nuevo León Oaxaca Puebla Querétaro Quintana Roo S. Luis Potosí Sinaloa Sonora Tabasco Tamaulipas Tlaxcala Veracruz Yucatán Zacatecas

Índice de competividad estatal 2003. Promedio nacional: 42.1

52.4 49.4 50 43 46.6 45.6 30.7 48.4 57.7 38 38.1 42.9 35.8 36.8 41.7 37.8 42.9 37.4 52 31.6 38.9 45.8 47.2 36.6 37.5 45 37.2 47.2 38.9 38 39.9 38.7

Tasa de crecimiento del índice de competividad estatal 1999-2003. Promedio nacional: 0.9 1.1 -4.1 7.2 -9.2 1.9 -2.7 -12.3 3.9 9.4 -4.7 -4.4 10.7 19.3 4.5 2.2 4.3 1.2 0.6 2.7 6.8 6.5 -4.3 -4.3 -7.6 -3.8 -1 0.8 -4.3 1.1 5 -2.9 5.4

Tasa de Resultados Resultados reportados Resultados PIB por en la gráfica 10 reportados persona crecimiento reportados Compe- Crecimiento en la en la 2004. del PIB por gráfica 5 titividad y desarrollo gráfica 7 Promedio persona regional nacional: 1993-2004. regional 14 697.8 Promedio nacional: 0.9

Ganador Retroceso Ganador Retroceso Ganador Retroceso Perdedor Ganador Ganador Perdedor Perdedor Ganador Marcha Marcha Marcha Marcha Ganador Perdedor Ganador Marcha Marcha Retroceso Retroceso Perdedor Perdedor Retroceso Perdedor Retroceso Marcha Marcha Perdedor Marcha

19115.2 18352.2 18806.7 24399.1 21932.8 14519.1 6471.1 20653.8 36550.3 13791.6 11221.8 12079.6 7697.3 9129.2 14823.2 8701.2 13148.3 8579.1 27546.9 6153.6 9781.7 17575.8 22853.5 12093.8 11909.4 17971.3 8812.5 16679.8 8293.5 8944.5 12346.2 9395.0

2.5 0.6 1.2 -1.0 2.5 0.2 0.3 1.8 1.1 1.9 -0.1 2.2 -0.1 0.2 0.7 1.5 -0.1 -0.6 1.7 0.0 1.1 1.8 -0.4 1.8 0.2 1.3 -1.0 1.8 0.8 0.6 1.6 1.8

Ganador Retroceso Ganador Retroceso Ganador Perdedor Perdedor Ganador Ganador Marcha Perdedor Marcha Perdedor Perdedor Retroceso Marcha Perdedor Perdedor Ganador Perdedor Marcha Ganador Retroceso Marcha Perdedor Ganador Perdedor Ganador Perdedor Perdedor Marcha Ganador

Ganador Retroceso Ganador Retroceso Ganador Retroceso Perdedor Ganador Ganador Perdedor Perdedor Ganador Marcha Marcha Marcha Marcha Ganador Perdedor Ganador Marcha Marcha Retroceso Retroceso Perdedor Perdedor Retroceso Perdedor Retroceso Marcha Marcha Perdedor Marcha

Ganador Retroceso Ganador Retroceso Ganador Perdedor Perdedor Ganador Ganador Marcha Perdedor Marcha Perdedor Perdedor Retroceso Marcha Perdedor Perdedor Ganador Perdedor Marcha Ganador Retroceso Marcha Perdedor Ganador Perdedor Ganador Perdedor Perdedor Marcha Ganador

Fuente: elaboración propia en base a IMCO-EGAP, 2006; INEGI, 2006 y CONAPO, 2006.

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La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales Ramona Flores Varela Universidad de Sonora [email protected]

Resumen La creación y consolidación de capacidades productivas y tecnológicas es una vía por demás indicada para la generación de competencias en el ámbito regional o nacional, y es en el rubro de la formación de capital humano donde se verá reflejada en mayor medida la adquisición de ese valor agregado que permita participar de las nuevas condiciones del mercado. Lo anterior resulta de gran relevancia ya que las trayectorias en investigación y desarrollo y en ciencia y tecnología, así como los apoyos brindados a éstos por el gobierno, son fundamentales en la generación de ventajas competitivas y en la creación de capacidades tecnológicas y productivas locales, por lo que la formulación de una política pública que apoye las actividades de innovación, a fin de crear condiciones idóneas de desarrollo regional, resulta muy conveniente para la entidad. Palabras claves: innovación, capacidades tecnológicas, capacidades productivas

Abstracts The creation and consolidation of productive and technological capacities are a route beside the point indicated for the generation of competitions in the regional or national scope, and it is in the heading of the human formation of capital where one will be reflected in greater measurement the adquisition of that added value that allows to participate in the new conditions of the market. The previous thing is from great relevance since the trajectories in investigation and development and science and technology, as well as the supports offered to these by the government, are the fundamental in the generation of competitive advantages and the creation of technological capacities and productive premises, reason why the formulation of a public policy that support the innovation activities, in order to create suitable conditions of regional development, is very advisable for the state. Key words: innovation, technological capacities, productive capacities.

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Imaginales

Introducción El Estado de Sonora, en las últimas dos décadas, se ha caracterizado por su fuerte vinculación a la economía global, especialmente a partir de la profundización del modelo basado en maquiladoras, la inserción de la agricultura fruto-hortícola al mercado de exportación y por la dinámica seguida en la industria automotriz, lo que ha llevado a la necesidad urgente de generar ventajas competitivas que le permitan incorporarse al ámbito internacional en condiciones favorables con relación a otras regiones del país y del mundo. Esta nueva situación obliga a las empresas sonorenses a incursionar en la búsqueda de formas para generar competencias a través del uso del conocimiento como generador de valor, a la vez que se le exige al gobierno estatal actuar en el mismo sentido, lo que permitirá elevar los estándares de calidad y competitividad que se requiere en los momentos actuales de la vida económica de la región. La creación y consolidación de capacidades productivas y tecnológicas es una vía por demás indicada para la generación de competencias regionales, y es en el rubro de la formación de capital humano donde se verá reflejada en mayor medida la adquisición de ese valor agregado en la entidad con miras a participar de las nuevas condiciones del mercado internacional.

Antecedentes Desde finales del siglo XIX se identifican tres períodos en la historia económica de Sonora1 caracterizados por la existencia de un sector oficialmente reconocido como estratégico, hacia el cual se canalizan los recursos para guiar el crecimiento económico de la entidad. Estos períodos son: 1 Los fundamentos de esta periodización se encuentran en Ramírez, 1985.

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5

a) La explotación minera. Para finales del siglo XIX, Sonora tenía ya conformada su estructura productiva. Contaba con un sector minero preponderante. La agricultura, el comercio y la ganadería también eran importantes. El núcleo central de la actividad económica se encontraba en los municipios de Ures, Álamos, Guaymas y Hermosillo. De todas las ramas productivas de Sonora, la que predominó en esa fase de desarrollo fue la minería, misma que desde la colonia había despuntado como una de las ramas más dinámicas, especialmente en lo que concierne al oro y la plata. b) La modernización agrícola. La revolución de 1910 constituyó un parteaguas en la historia económica de Sonora. La nueva clase en el poder busca impulsar una fase de desarrollo económico distinta a la anterior, donde la actividad económica no esté sustentada sólo en la minería, sino que busca introducir en la competencia a los productos agrícolas que generaba la entidad. Después de la crisis de 1929 se puede afirmar que en Sonora se inicia la era moderna de la economía, cuyo principal protagonista es el Estado y la figura principal será la denominada agricultura extensiva. Dicha estrategia vendrá a sustituir a la actividad minera para fincarse en la actividad de los grandes valles agrícolas. c) La industrialización en Sonora. Para finales de los años sesenta e inicios de los setenta, la historia económica de Sonora de nuevo cambia su dinámica. De hecho, inicia un giro que arranca desde la atención que se había brindado a la agricultura y ganadería hacia la nueva diversificación urbano-industrial. Por primera vez en Sonora se vieron aparecer empresas electrónicas y textiles total-

La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales

mente independientes de los valles de la entidad. Nogales y Hermosillo son a partir de entonces los puntales de este nuevo estilo de crecimiento estatal, especialmente con la creación de parques industriales, el rápido crecimiento de la industria maquiladora y el anuncio en 1983 de la llegada de la Planta Ford. De este tipo de empresas que, a finales de los años setenta y con mayor fuerza en los ochenta, se instalan en Sonora, se encuentran entre las más importantes, la industria automotriz. De igual manera está presente la industria electrónica de exportación, como industria de ensamblado con uso intensivo en fuerza de trabajo, pero también está la industria electrónica de alto nivel de calidad que está sujeta a la utilización de complejos procesos tecnológicos de producción y control de calidad. Entre las empresas nacionales que se sumaron a este nuevo proyecto de industrialización destacan especialmente la industria del Cemento (Cemex) –con la expresa misión de producir para exportar–, la Cervecería Cuauhtémoc, Bimbo del Noroeste y Gamesa, entre las más importantes. Con lo anterior, el estado experimentó transformaciones importantes en su distribución espacial de las actividades económicas. Además, los procesos de apertura de la economía mexicana transformaron el mapa económico de la entidad, que pasó de ser un estado donde las regiones más dinámicas2 eran los focos de atención de los planes y programas de desarrollo estatal, a considerar a los centros urbanos como polos prioritarios de desarrollo. En términos económicos y territoriales, en la mayoría de los diagnósticos de académicos y agen2 Los valles agrícolas del Mayo, Yaqui, Guaymas-Empalme, la Costa de Hermosillo, Caborca y la región serrana.

cias gubernamentales,3 a Sonora tradicionalmente se le ha dividido en tres regiones: 1) La Costa, donde se asientan los mayores centros urbanos y se cuenta con una actividad económica más diversificada basada en la agricultura de riego, la industria, el comercio y los servicios. 2) La Frontera, cuyo eje principal es la maquiladora, el comercio y los servicios aduaneros. 3) La Sierra, cuyas actividades fundamentales son la ganadería, la agricultura y la minería. Para los años noventa, Sonora presenta nuevas tendencias de ubicación geográfica como resultado de los cambios en el patrón tradicional de localización industrial que da lugar a una nueva división territorial del trabajo y a nuevas especializaciones regionales. Según Wong (1996), este fenómeno de configuración novedosa del espacio sonorense tuvo como bases fundamentales dos factores: a) La localización de nuevas inversiones, como fue el caso de la Planta Ford en Hermosillo y las ampliaciones de las industrias ya existentes, especialmente la Planta de Cementos Mexicanos y Ceya, S. A. (Cementera del Yaqui), las cuales, como era de esperarse, se ubican en el principal centro urbano de la entidad, con actividades eminentemente exportadoras, intensivas en capital y con segmentos de sus procesos productivos altamente automatizados. b) La llamada «nueva industrialización rural», ligada a la entrada de la industria maquiladora 3 Para mayor conocimiento acerca de estos diagnósticos se pueden consultar los trabajos realizados por Pablo Wong (1993 y 2004) y los distintos planes estatales de desarrollo en su sección de política regional estatal: PED 1979-1985, 1986-1992 y 1992-1996.

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hacia los lugares más apartados de la región sonorense, donde queda de manifiesto la capacidad de la maquila para instalarse en cualquier espacio de la geografía nacional y regional. Lo anterior se puede interpretar como una reconfiguración de la economía sonorense, donde a lo que se asiste es a una evolución de los puntos clave de la actividad económica, misma que ahora no estará anclada únicamente a los sectores productivos tradicionales, sino que empiezan a emerger nuevos polos de desarrollo pensados en estructuras productivas altamente tecnificadas y con miras a producir para el mercado internacional y no sólo para el mercado local o regional. Estas nuevas estructuras productivas se encuentran localizadas especialmente en la industria automotriz y de autopartes, electrónica, aeronáutica, médica, agroalimentaria y la industria del software.

Estructura industrial en Sonora La competitividad en la actividad económica de una nación o región tradicionalmente había estado determinada por la abundancia o escasez relativa de los recursos con los que contaba; hoy en día estos recursos disponibles no son suficientes para hacer que un país sea competitivo, sino que además se requiere de la acción de un conjunto de variables como el nivel tecnológico, la organización de la producción, el financiamiento, la comercialización, la política económica y la innovación tecnológica. Se puede decir que una de las preocupaciones actuales de los agentes económicos son los diferenciales en la productividad que presentan las empresas y los sectores entre sí. Ante esta situación se ha señalado a la innovación tecnológica como una variable fundamen-

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tal para alcanzar y sostener altos niveles de competitividad. En esta etapa decisiva de su desarrollo, Sonora y su planta productiva estatal enfrentan una situación que podríamos llamar de transición; esto es, están viviendo una fase donde las nuevas condiciones del mercado se mueven de manera vertiginosa y exigen a los que en ella participan una dinámica acorde a sus necesidades y requerimientos. Esta circunstancia plantea importantes retos que es necesario afrontar y deja al descubierto las oportunidades, mismas que se reflejan en algunos lineamientos básicos del Plan Estatal de Desarrollo 2004-2009: a) Lograr el crecimiento de la economía aprovechando las vocaciones económicas y productivas de las regiones. b) Buscar una mayor integración de las actividades económicas con base en la articulación de cadenas productivas. c) Estimular y promover una cultura empresarial como fundamento y motor del desarrollo de negocios y empresas. d) Promover el desarrollo humano integral para cambiar la actitud de las personas hacia una mayor productividad y competitividad. El sector industrial cuenta con 8 233 establecimientos, entre los que destacan las unidades manufactureras. De acuerdo a la clasificación que hace el gobierno del estado, a través de la Secretaría de Economía, respecto a las dimensiones de la empresa, ésta queda determinada como micro, pequeña y mediana industria, las cuales generan 54.04% del empleo, abarcando 99.03% del total de los establecimientos industriales. La gran industria, con sólo 0.97% de los establecimientos, genera 45.95% del empleo en el estado.

La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales

Por las características propias de la industria, en Sonora quedan muy definidas las áreas de localización de la misma, lo que ha excluido a gran parte de los municipios, ya que al parecer la industria sigue buscando colocarse sólo en aquellos espacios donde la urbanización sea suficiente, de la misma manera que la infraestructura. Así, se puede observar que la industria de la transformación sigue estando concentrada en los principales centros urbanos de la entidad,4 destacando Hermosillo, Nogales, Ciudad Obregón, San Luis Río Colorado, Agua Prieta, Caborca, el eje Guaymas-Empalme y Navojoa. Las grandes inversiones en la industria automotriz, maquiladoras y cemento, se han concentrado en Hermosillo, mientras que las grandes empresas de origen nacional productoras de alimentos se han asentado principalmente en el sur del estado, como resultado de la cercanía de sus insumos. Y en Nogales, Agua Prieta y San Luis Río Colorado, principalmente, está la industria maquiladora de exportación. Destaca que de los 72 municipios en Sonora, sólo ocho por ciento de ellos concentren la actividad industrial bajo el argumento de que en el resto de los municipios no hay condiciones idóneas para su desarrollo. En el Programa de Desarrollo Industrial 20042009, el gobierno del Estado plantea entre otros objetivos, los siguientes: 4 La concentración de las actividades en paralelo al desarrollo urbano de las principales ciudades del estado ha estimulado de manera inercial la necesidad de una mayor cantidad de servicios urbanos básicos, como son mayor cantidad de vivienda, crecimiento de las redes de agua potable y drenaje, mayor infraestructura de comunicación y alumbrado de las ciudades, servicios de transporte urbano, infraestructura de seguridad, etcétera. Por ejemplo, la imagen urbana de ciudades como Hermosillo, capital del estado, es muy distinta a la ciudad de los años setenta. Actualmente su crecimiento urbano, los asentamientos humanos, sus nuevas colonias, sus establecimientos comerciales, la maquila, los bancos, etcétera, exigen un mayor esfuerzo de inversión para no caer en el rezago de la cobertura de los servicios básicos.

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Sentar las condiciones que permitan recuperar los ritmos de crecimiento industrial y el papel que tradicionalmente el sector ha jugado como uno de los más importantes en la generación de empleos, recientemente debilitados por los impactos en la entidad de la recesión económica e industrial a nivel internacional. Avanzar hacia una industrialización de alto perfil y de clase mundial, con nuevos estándares de productividad y competitividad generados sobre la base de la capacidad de aprendizaje tecnológico y socioproductivo, la acumulación visible de conocimiento y experiencia en la implementación de operaciones

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manufactureras y el desarrollo de una sólida cultura empresarial y laboral. Y para ello se requiere: N

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La reactivación y dinamización del sector agroindustrial de Sonora a través de la consolidación y la generación de industrias que den valor agregado a la producción de las diferentes actividades del sector primario. La industrialización en las diferentes regiones del territorio sonorense aprovechando vocaciones y recursos locales. La integración estratégica de las grandes empresas a fin de desarrollar cadenas productivas y cadenas de proveedores que detonen el empleo y el desarrollo de la entidad desde una perspectiva endógena.

Siguiendo lo planteado en el programa industrial, ahora –se piensa– nos enfrentamos al hecho ineludible donde los sectores oficial, empresarial, académico y laboral, en su conjunto, tienen que ser capaces de articular una estrategia de industrialización que incorpore a la innovación como elemento central de las políticas encaminadas a generar una transición efectiva hacia un nuevo modelo de desarrollo para la entidad. Dicho modelo deberá buscar la transición de un estilo de industrialización que privilegiaba la utilización de mano de obra barata como principal ventaja competitiva hacia otro que permita impulsar la industria de alta tecnología, el desarrollo de cadenas productivas y la incorporación de proveedores locales. Uno de los principales obstáculos en el camino hacia ese nuevo modelo es el hecho de que la actividad industrial sonorense está basada más en las características de empresas individuales que en la competitividad derivada de posibles agrupamientos 48

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que podrían ser su fortaleza. Las empresas de la región no han logrado del todo establecer redes de vinculación entre ellas mismas y su entorno, lo que redundaría en mayores beneficios en términos de conocimiento, aprendizaje y, básicamente, en mayor productividad y, por tanto, mayor integración al mercado local, regional e internacional. Para lograr lo anterior se requiere una política de Estado que busque la forma de vincular a las empresas con los distintos agentes y actores de la sociedad sonorense, que los encamine hacia una estrategia que eleve su nivel competitivo. Estos actores no son otros que el sector educativo, los centros de investigación, las instituciones de apoyo y, sobre todo, la política pública en términos de una buena reglamentación y apoyos en inversión en ciencia y tecnología, así como en la promoción de la innovación. Se requiere, asimismo, generar un ambiente de certidumbre y de seguridad jurídica, de trámites simples tanto para el empresario regional como extranjero. Hay, en perspectiva, una serie de programas y proyectos que el gobierno del estado empieza a implementar en esa dirección: 1. Programa de asistencia técnica en desarrollo de parques industriales, cuya función consistirá básicamente en capacitar a los inversionistas y empresarios en la preparación de los estudios de viabilidad para el desarrollo de parques industriales de acuerdo a la normatividad de Nafin. 2. Parques industriales de alta tecnología (PIAT) que permitirán a la entidad ofrecer a las empresas la infraestructura especializada, urbanización y servicios eficientes y competitivos en instalaciones de clase mundial que incrementen su competitividad e impulsen su ca-

La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales

pacidad de investigación y desarrollo tecnológico. 3. Programas de asistencia técnica industrial; esto es, acciones de gestoría, orientación y asesoría e información en las áreas de mercado y comercialización de productos, tecnología y capacitación, etc. 4. Programas de eventos para la integración a cadenas productivas mediante esquemas de atención personalizada donde se involucre especialmente a las medianas y pequeñas empresas. 5. Programas de vinculación tecnológica con el objetivo de identificar necesidades del sector productivo que permita vincular a éste con centros científicos y tecnológicos para su atención. Sistema de innovación en Sonora: capacidades productivas locales Una región5 se construye en función de la interacción entre los agentes y actores que la conforman y por la definición de sus capacidades productivas locales como algo que no es determinado en el tiempo sino que es un proceso en construcción permanente.6 Un sistema de innovación tiene como consecuencia lógica la búsqueda de esa interacción, así como la creación de capacidades productivas y tecnológicas. El sistema de innovación hacia el que transita Sonora 5 El concepto de región lo entendemos, de acuerdo con Boisier (2002), como aquella porción de territorio determinada por las circunstancias políticas, étnicas o geográficas espaciales. 6 Ya que, según los especialistas, la nueva era del capitalismo requiere una nueva clase de región, aquella que adopte los principios de la creación de conocimiento y del aprendizaje colectivo y continuo. Según el mismo Boisier, las regiones hoy, de hecho, deberían ser learning regions; esto es, aquellos espacios donde se aprende y se conforma una comunidad erudita, una región informada, donde la innovación no será ya un evento único sino un proceso basado en aspectos graduales y acumulativos de las trayectorias pasadas de desarrollo.

paso a paso ha ido conformando sus capacidades y potencialidades endógenas. Y será la división del trabajo entre las empresas la que construirá el andamio de interdependencias productivas que perfilen las formas de cómo deben emerger esas capacidades productivas locales. En la medida en que las grandes empresas han pasado a formar parte de la localidad o región donde se encuentran instaladas, han ido entablando una serie de interrelaciones con la comunidad que se manifiestan en mayor esfuerzo de crecimiento, así como en mayor conocimiento transferido recíprocamente. Porque así como la comunidad puede aprender de la empresa que se instala en un determinado espacio geográfico, también la empresa adquiere conocimiento de la comunidad al irse enterando de los usos y costumbres de la misma, lo que marca de manera definitiva el papel que juega en dicha comunidad. De ahí surge un nuevo elemento, la especialización productiva, que en el ámbito de la empresa estimula la acumulación de conocimientos específicos, facilitando la introducción de nuevas tecnologías. A este proceso se suma el hecho de que, al incrementarse el número de sujetos involucrados con la empresa y su entorno, se adoptan comportamientos de acuerdo a las necesidades tanto de la empresa como de la comunidad, con una elevada probabilidad de disminuir problemas existentes, seguido paulatinamente de respuestas en términos de innovación y aprendizaje social. Las innovaciones, desde luego, dependerán de la forma como se realice la comunicación entre los agentes locales, del desarrollo de conversaciones, del surgimiento de un vocabulario común, del establecimiento de diálogos y del intercambio de experiencias. Estos elementos son los que generarán un ambiente de innovación, el cual facilitará una rápida y amplia circulación de la información, para con ello contribuir a convertir los conocimientos aislados en 49

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un activo común de la región al ampliar la cultura y los rasgos locales no transferibles y la capacitación profesional de los trabajadores. Otra característica interesante en la creación de capacidades productivas para el potencial sistema de innovación en Sonora, es aquel que se refiere a la existencia de relaciones cara a cara entre los diferentes sujetos, sobre todo entre proveedores y usuarios de productos intermedios y de servicios empresariales, lo cual favorece la transmisión de las mejoras tecnológicas y organizativas hacia el resto de las empresas, aumentando en su conjunto la eficiencia del sistema regional. La funcionalidad de dichas relaciones alcanza los niveles más elevados en los contactos directos entre innovador y usuario de la innovación. Se sabe que la mejor manera de ejercitar el aprendizaje tecnológico en espacios regionales o locales es a través del conocimiento tácito, vía comunicaciones informales, transmitido de generación en generación. En la medida en que este aprendizaje se vaya socializando se podrá hablar de un proceso colectivo de creación de capacidades de aprendizaje, que, para efectos de mejores resultados, se irá incor-

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porando cada vez en forma de conocimiento codificado en manuales, libros, folletos, etc. Sin embargo, el problema que prevalece a nivel de la región sigue siendo la falta de vinculación entre el esfuerzo empresarial y el resto de la comunidad. En esta perspectiva, se requiere de una mayor energía para integrar el esfuerzo empresarial con los demás agentes económicos y sociales. El proceso de creación de capacidades y aprehensión del conocimiento en nuestro estado, se puede constatar en los niveles de educación y capacitación que ha venido experimentando la región, donde se ha avanzado hacia la conformación de un capital humano más calificado, de acuerdo con las cifras del censo de población del año 2000, donde el porcentaje de la población con instrucción postprimaria estuvo por arriba del nacional, que fue de 41.5% (INEGI, 2000). De igual forma, se elevaron los porcentajes de la población con instrucción media superior, superior, maestría y doctorado (SEC, 2004). Es lógico pensar que todo esto lleva consigo cambios en la forma como se establecen los intercambios de ideas, de información y de conocimiento, creando una sociedad más culta y con una argumentación más sólida para la constitución de diversos espacios de discusión. Educación, ciencia y tecnología en Sonora Indudablemente, son las instituciones educativas las que dan sustento a los proyectos de desarrollo de largo plazo. Sin ellas se estaría desperdiciando un alto grado de potencial humano y económico indispensable al promover modelos de desarrollo que privilegien la generación de conocimientos, donde las instituciones de educación superior y centros de investigación son los responsables de la dinámica de su adquisición y construcción. En la actualidad se observa que las economías están cada vez más basadas en la idea de implementar

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a toda costa el conocimiento y la innovación, donde la investigación científica y tecnológica juega un doble papel: por un lado, es la receptora y transmisora de los flujos de conocimiento de la ciencia y la tecnología, tanto a nivel nacional como internacional, absorbiendo, en la medida de lo posible, todo ese cúmulo de información y conocimiento; por otro lado, se presenta como receptora y fuente de oportunidades de generación y transferencia de tecnología, que facilita a las empresas el recorrido por la senda de la invención e innovación, así como la difusión de las mismas. Caminando por esa ruta, en Sonora se han propuesto programas de mediano y largo plazo, buscando caracterizarse como una economía que produce y vende conocimientos y que trabaja en la investigación científica y tecnológica. Y para ello, naturalmente, se requiere de una población educada, un alto porcentaje de desarrollo humano con grandes capacidades acumuladas que propicie una comunidad reflexiva, como las denomina Ruiz (2004), donde la educación y el aprendizaje como logro personal y colectivo se haga indispensable.

nal que es de 80.1%, pero ocupando la vigésima posición en cuanto al resto de las entidades federativas (SEC, 2004). Para el ciclo 2004-2005, de la composición de la población inscrita en los distintos niveles educativos, 75.9% lo ocupa el nivel primario y secundario, considerado como el nivel básico. El nivel medio superior ocupó 11.7%; 9.7% el nivel superior y 2.6% estaba inscrito en instituciones donde la oferta es de capacitación para el trabajo. El cuadro 1, que hace referencia al ciclo escolar 2004-2005, nos ofrece una panorámica de la educación en Sonora. Como se puede notar, las condiciones en términos educativos, aunque se presentan en un lugar destacado respecto al comportamiento nacional, todavía se pueden mejorar, sobre todo si se piensa que para obtener una economía razonablemente competitiva en el mercado actual, donde los rubros a fortalecer son conocimiento e innovación, Sonora debe apretar el paso en los niveles de educación media superior, superior y postgrados; en éstos últimos, principalmente, porque son los que marcarán la pauta en la nueva sociedad que recién se empieza a planear para el estado.

Recursos humanos y perfil educativo en Sonora El promedio de escolaridad de Sonora es de Cuadro 1. Ciclo escolar 2004-2005 8.5 años, un poco arriba del promedio naNivel educativo Cantidad Total de Total de Total cional que es de 7.9 años, ocupando la sexta de escuelas alumnos grupos personal posición con respecto al resto de las entidaTotal Entidad 4 761 747 131 28 384 62 201 des federativas. En lo que se refiere a la efi- Educación Básica 4 242 567 245 24 575 40 507 ciencia terminal, en primaria, Sonora se en- Capacitación cuentra también sobre el promedio nacio- para el trabajo 179 19 381 1 311 1 391 381 87 750 2 498 8 902 nal, ya que para el ciclo 2004-2005 se mane- Media superior Superior 39 72 755 n. d. 11 501 ja un porcentaje de 90.4% con respecto a Especialización n. d. 113 n. d. n. d. 89.7% en el ámbito nacional. En secundaMaestría n. d. 3138 n. d. 496 ria, si bien es cierto se tiene un alto índice de Doctorado n. d. 94 n. d. 5 absorción, es preocupante el rubro de re- Fuente: Conacyt, 2005. probación y el de la eficiencia terminal, que representa 80.2%, apenas superando el dato nacio51

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Cuadro 2. Educación superior según área de conocimiento Educación superior Área Matrícula Las escuelas de educación superior en 2001 2003 2005 2005 (%) cualquier entidad se presentan ante la Ciencias agropecuarias 641 666 678 1.1 sociedad como impulsoras y pro1 540 1 698 1 856 Ciencias de la salud 2.9 motoras del desarrollo y de las capa1 148 1 165 1 253 2.0 Ciencias naturales y exactas cidades productivas regionales, por lo Ciencias sociales y administrativas 32 147 33 161 34 188 53.5 que son consideradas como las más Educación y humanidades 1 332 1 389 1 393 2.2 indicadas para generar y transferir co- Ingeniería y tecnología 20 802 23 272 24 507 38.4 nocimientos a través de los distintos Fuente: Contreras y Fumec (2005). programas y proyectos de investigación científica y Y aunque se puede pensar que todavía existe débil tecnológica. De ahí la importancia que reviste el hecapacidad de innovación, también es cierto que exischo de que un estado cuya perspectiva sea conforten espacios donde la productividad científica y tecmar en el mediano plazo una sociedad basada en el nológica es muy eficiente. Esto se observa al constaconocimiento, considere tales aspectos para el cuitar que el área de ingeniería y tecnología poco a poco dado y el buen desempeño de aquellas instituciones va adquiriendo relevancia en la entidad, donde prededicadas a la formación de capital humano. dominan las áreas de física, biología, biotecnología, De acuerdo a los datos de la Secretaria de Edumateriales, polímeros y recursos naturales, principalcación y Cultura (2005), Sonora cuenta con 34 instimente. Sin embargo, un problema importante de las 7 tuciones de educación superior (IES). La matrícula IES es que las licenciaturas enfocadas a la ciencia y en el ciclo 2004-2005 asciende a 72 755 estudiantes, tecnología son insuficientes aún, a pesar de que por de los cuales 4 362 serán técnicos superiores; 60 092 todo el estado han surgido institutos tecnológicos están en licenciaturas y universidades tecnológicas. tratando de satisfacer las necesidades de microreEn alguna especialidad se encuentran 113 estudiangiones en particular, sobre todo en aquellas donde tes; en maestría, 3 135 y en doctorado 94. Se puede la maquiladora se ha presentado como una opción decir que el estado está en una posición favorable de desarrollo local. frente al resto del país, ya que siguiendo los datos de alumnos inscritos para ese ciclo, tenemos que exisLas capacidades para generar investigación ten aproximadamente 31 personas cursando la eduDe las 34 instituciones de educación superior en cación superior por cada mil habitantes en Sonora, a Sonora, treinta tienen suficiente capacidad para readiferencia de la información a escala nacional que lizar investigación en ciencia y tecnología. De ellas, maneja un aproximado de 24 estudiantes por cada 16 se dedican principalmente a la investigación y 14 mil habitantes. son instituciones dedicadas básicamente a la docenLa matrícula en educación superior está districia pero que han incorporado a sus programas dobuida en seis áreas especialmente, destacando el área centes el área de investigación para cubrir la demande ciencias sociales y administrativas, siguiendo el da de un mercado cada vez más exigente. área de ingeniería y tecnología, con un porcentaje de El apoyo para realizar investigación viene casi 53.5% y 38.4%, respectivamente (cuadro 2). exclusivamente del gobierno federal,8 ya que todavía Si se considera a las escuelas normales para formación del magisterio, entonces estaremos hablando de 39 instituciones de educación superior. 7

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8 Se tiene que, según Cevallos (2005), el Conacyt registra cinco instituciones federales que canalizan recurso a la ciencia

La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales

no se han establecido los marcos legales e institubergan a 93% de los integrantes del SNI. Poco más cionales para reglamentar y vigilar el apoyo a la inde cincuenta por ciento de los investigadores pertenevestigación en la entidad. Han surgido algunas inicientes a esta red son académicos de la Universidad ciativas que apenas empiezan a rendir frutos, tal es de Sonora; le sigue el CIAD, con un porcentaje de el caso de la ley de ciencia y tecnología que en meses 24%, con 43 investigadores, y después está el COLSON, pasados acaba de ingresar al Congreso del Estado con 6.2% y diez investigadores pertenecientes al Sispara su aprobación. Está también la conformación tema Nacional de Investigadores (cuadro 3). de un consejo estatal de ciencia y tecnología, que sería el responsable de Cuadro 3. Investigadores incorporados al SNI según institución (2004) elaborar las distintas proInstitución C I II III Total % puestas respecto a la pro- Universidad de sonora 18 65 13 0 94 53.1 moción y apoyo a la in- Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo novación y tecnológica. 5 30 7 1 43 24.3 El Colegio de Sonora 1 6 3 0 10 6.2 Como puntal para el 0 7 1 0 8 5.6 desarrollo de la investiga- UNAM Instituto Tecnológico de Sonora 2 5 0 0 7 4.0 ción científica y tecnolóInstituto Nacional de Investigaciones gica y mejoramiento de Forestales y Agropecuarias 0 4 0 0 4 2.3 su capital humano, Sono- Centro de Investigación Biológicas del Noroeste 1 2 0 0 3 1.7 ra cuenta con un total de Instituto Nacional de Antropología e Historia 0 2 0 0 2 1.1 0 1 0 0 1 .06 174 investigadores en el ITESM Dirección General de Educación en Ciencia Sistema Nacional de In0 1 0 0 1 0.6 vestigadores9 (SNI), con- y Tecnología del Mar Dirección General de Institutos Tecnológicos 0 1 0 0 1 0.6 centrados en cinco instiTotal 27 124 24 1 176 100.0 tuciones: la Universidad Fuente: Contreras y Fumec, 2005. de Sonora, el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Las instituciones de Sonora han avanzado en la consolidación de grupos especializados de investiEl Colegio de Sonora (COLSON), el Instituto Tecnogadores de alto nivel en ciencia y tecnología. Sin lógico de Sonora (ITSON) y la Universidad Nacional embargo, persisten problemas para lograr que esas Autónoma de México (UNAM), que en conjunto alcapacidades se reflejen en investigaciones aplicadas y tecnología en Sonora: SEP; Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Acuacultura (Sagarhpa); Secapaces de mejorar las organizaciones, los produccretaría de Ambiente y Recursos Naturales; Secretaría de Ecotos, los procesos y las tecnologías. Por ejemplo, tonomía y el mismo Conacyt. 9 El Sistema Nacional de Investigadores es una red creada davía se observa que en Sonora se tienen grandes por Conacyt para fortalecer y estimular la calidad de la investidificultades para acceder a los niveles II y III del SNI gación científica, ofreciendo apoyos a los investigadores e inspor el alto nivel de requerimiento de ciencia y tecnotituciones de educación superior o a los centros de investigación, con el fin de propiciar la dedicación exclusiva a las labología aplicada en las investigaciones hechas. Esto es, res de investigación. Cabe destacar que la fuente referenciada todavía se está en las primeras formas de investiga(Contreras, 2005) maneja un total de 174 investigadores en Sonora y Conacyt en su informe 2004 maneja 176, habiéndose ción y no se arriesga mucho en la creación y propoincrementado el número de candidatos a doctor. Sin embargo, esto no hace ninguna diferencia en el análisis.

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sición de nuevas tecnologías e innovaciones, mucho menos en su difusión. De las seis instituciones más activas en materia de investigación, que cuentan con un total de 371 investigadores, las principales áreas de investigación son las ciencias naturales y exactas, ciencia y tecnología de los alimentos, ciencias sociales y desarrollo regional, tecnología, producción agropecuaria, geología, acuacultura y ecología marina. Con respecto a la situación nacional, Sonora a 2004 se encontraba en el lugar 13 en lo que concierne al número de investigadores por entidad, con un total de 176 investigadores, de los cuales 124 están en el nivel I, 24 en el nivel II, 1 en el nivel III y 27 candidatos a investigadores nacionales, siguiéndole estados como Puebla, Morelos, Estado de México, Jalisco, Baja California y Guanajuato, entre los más importantes en su número, sin considerar el Distrito Federal, que concentra aproximadamente a la mitad de los investigadores nacionales. Entre las instituciones científicas que surgieron en Sonora a finales de los años setenta y principalmente en la década de los ochenta, destacan aquellas de origen federal como son: el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C. (CIAD) y el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cinbor), ambas con instalaciones en Hermosillo y Guaymas. El Centro Regional de Investigación 54

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Pesquera (CRIP), ubicado en Guaymas; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias ( INIFAP ), en Navojoa, Ciudad Obregón, Hermosillo y Caborca; el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y el Observatorio del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), en Cananea y, de primordial importancia para el sector pesquero en Sonora, el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos de la Universidad de Sonora (CICTUS)10 (Cevallos, 2005). En los últimos años se ha estado invirtiendo en investigación básica y aplicada y ya se cuenta con cuatro centros de investigación estatales. Uno es el Instituto del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Imades), el Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora (IAES) y el Laboratorio Estatal de Salud Pública (LESP), además del Colegio de Sonora (Cevallos, 2005). Existen otros proyectos que también reciben apoyos tanto federales como estatales, así como de organizaciones de productores, empresarios, fundaciones y otros. Aquí destacan el Centro de Investigaciones Pecuarias del Estado de Sonora (CIPES), la Fundación Produce Sonora, el Sistema de Investigación del Mar de Cortés (Simac), el Fondo Mixto Conacyt-Gobierno del Estado de Sonora, el Instituto Sonorense de Administración Pública (ISAP), las Incubadoras de Empresas de Base Tecnológica del Instituto Sonorense de la Juventud y las de la Universidad Tecnológica de Hermosillo. Asimismo, el recientemente creado Programa Institucional de Transferencia de Tecnología de la Universidad de Sonora (Tx Tec). Estos centros tienen en común el objetivo de detectar oportunidades para promover la aplicación 10 Ahora Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora (DICTUS).

La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales

del conocimiento y la transferencia de tecnología, aunque las incubadoras de empresas van un poco más allá al ofrecer asesorías en la creación de este tipo de empresas, el fortalecimiento de empresas ya establecidas y la búsqueda de soluciones a los distintos problemas del sector productivo y social. Entre los principales servicios que ofrecen están: a) Sistematización de la oferta tecnológica, recursos humanos e infraestructura con que cuentan. b) Promotores del programa Avance de Conacyt para apoyar la competitividad a través de la innovación. c) Apoyo en los trámites de propiedad intelectual. d) Unidades de apoyo a la innovación tecnológica. e) Creación y fortalecimiento de empresas. f) Elaborar modelos de incubación de tecnología intermedia reconocidos por la Secretaría de Economía del Gobierno del Estado con la finalidad de integrarlos a los apoyos ya existentes para la pequeña y mediana empresa de la entidad. De cualquier manera, en Sonora se debe poner más atención en el terreno de la inversión destinada a promover la investigación científica y tecnológica, ya que la meta nacional de mediano plazo es contar con dos investigadores, científicos y tecnólogos por cada mil personas de la población económicamente activa (Cevallos, 2005). Aunque, desde luego, contar con un buen nivel de escolaridad y un número alto de científicos no es necesariamente garantía suficiente para asegurar la capacidad innovadora de la región, pero sí es el principio básico de entrada, pues el impulso de una política a la innovación depende de muchos otros factores aparte del educativo, donde la

calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje nos dice por dónde se camina en una región determinada. Lo anterior resulta ser un dato interesante, sobre todo si se observa como el proceso de vinculación de las IES con el sector productivo es un fenómeno relativamente reciente en las diferentes entidades del país, porque hasta hace poco las instituciones de educación superior concentraban sus energías casi exclusivamente en las funciones de docencia y eventualmente desarrollaban investigación y, si la hacían, ésta era básica; es decir, se generaba conocimiento pero no se orientaba a su aplicación. Recientemente se ha llegado a la conclusión de lo importante que es que esta generación de conocimiento se lleve a la práctica en forma de alternativas de solución a los distintos problemas que aquejan tanto al sector productivo como al sector social, de tal suerte que el conocimiento empieza a ser transferido hacia los distintos puntos de las regiones donde las necesidades de las empresas o los sectores productivos así lo requieran y lo soliciten. Pero no sólo las IES se han adaptado a las nuevas condiciones, las empresas también empiezan a entender la importancia de la vinculación con los centros de investigación, las universidades y los institutos tecnológicos, buscando con ello aprovechar el conocimiento generado en estas instituciones para elevar la calidad y competitividad de los productos y servicios que ofrecen en el mercado, el cual poco a poco deja de ser sólo local para incursionar en el mercado nacional e internacional, conformando, de esta manera, una relación más estrecha entre el gobierno del estado, las instituciones de educación superior y el sector empresarial, que ya empiezan a tomar en serio ese desafío que la situación actual de las economías pone frente a ellos. Así, vemos que desde el año pasado (2006), en nuestro Estado aparecen por doquier iniciativas para

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propiciar la entrada a la llamada sociedad del conocimiento. El Fondo Mixto de Conacyt-Gobierno del Estado emprende una campaña de gran difusión a su propuesta global de «Sonora hacia el 2030». Se crea el Consejo de Ciencia y Tecnología de Sonora, se forma el Consejo Estatal de Vinculación, etcétera, entidades todas encaminadas hacia un mismo objetivo: generar un estado donde la prioridad sea la conformación de una región cuyo soporte sean la ciencia y la innovación tecnológica. Las iniciativas de leyes en ese sentido no se hacen esperar. En el Congreso del Estado recién se inicia la revisión de la nueva Ley de Ciencia y Tecnología para Sonora que, de ser aprobada, entrará pronto en vigor.

Algunas conclusiones 1. Desde los años ochenta del siglo anterior, la industria manufacturera ha encabezado el dinamismo económico de Sonora con una fuerte vinculación a la economía global, fundamentalmente a partir de la profundización del modelo basado en la maquiladora, con la rama electrónica, de autopartes y automotriz liderando esta actividad y la inserción de la agricultura frutohortícola preparada para la exportación. Lo anterior dio pie a que la entidad sufriera cambios importantes en la distribución espacial de sus actividades económicas, facilitando una reconfiguración de la economía sonorense en la que los polos de atracción ya no son los sectores productivos tradicionales sino nuevas estructuras altamente tecnificadas. 2. Los principales agentes productivos y actores sociales empiezan a modular una estrategia de desarrollo que incorpora la innovación 56

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como elemento central de sus planes de crecimiento en el corto y mediano plazo. Se toma conciencia de la necesidad de convertir en potencialidades y fortalezas cada uno de los recursos con los que cuenta la región, de propiciar aquellas políticas públicas que estimulen a las empresas a trabajar en colaboración con otras empresas, con la sociedad y con las instituciones generadoras de conocimiento. 3. Es de destacar el hecho de que en la entidad ya se empieza a consolidar una política industrial que aglutina los esfuerzos de los programas de fomento a la innovación de instancias estatales, federales, públicas y privadas que aceleran el desarrollo de proyectos de alto valor agregado, al mismo tiempo que se empiezan a generar proyectos de innovación, considerando su aportación económica y de conocimiento. 4. Sin embargo, es fundamental anotar que un sistema regional de innovación se construye a partir de la interacción entre los agentes y actores que lo conforman y por sus capacidades productivas locales. En Sonora se trabaja en ese aspecto; así lo demuestran los datos en torno a la importancia que el rubro de educación ha adquirido y, especialmente, la educación superior y de postgrado. El conocimiento acumulado, tanto en los centros de investigación como en las instituciones de educación superior, se transfiere de manera intermitente, aunque lenta, hacia el sector productivo de la entidad. Sin embargo, es necesario apuntar que aún es preciso elevar la competitividad y la innovación en la región, incrementar la inversión en actividades de investigación y desarrollo, lo cual significa invertir más en la formación de personal y en la generación de servicios

La innovación en Sonora y sus capacidades tecnológicas y productividades regionales

tecnológicos, rubros donde ya se empiezan a generar varios instrumentos reflejados en la iniciativa de ley en ciencia y tecnología para el estado, así como en los programas de mediano plazo en ciencia y tecnología y de desarrollo industrial de Sonora. 6. Para finalizar, aunque una de las fortalezas de nuestra entidad es contar con recursos humanos altamente calificados para llevar a cabo investigación en ciencia y tecnología, existen bastantes dificultades aún para lograr que esas capacidades se reflejen en aplicaciones idóneas en procesos, productos y tecnologías de las distintas empresas y organizaciones. Por ello, se requiere que, a la par con los cambios que se están generando, se realice a la brevedad posible la adecuación de la legislación relacionada con la ciencia y la tecnología, en particular la relacionada con la investigación científica y tecnológica, así como la urgencia de establecer un esquema de incentivos que impulse el gasto de las empresas en investigación y desarrollo tecnológico. Asimismo, hay que resolver algunos problemas apremiantes, entre los cuales destaca la falta de infraestructura tecnológica para la innovación y la escasez de inversión por parte del sector privado para generar sus propios equipos de investigación que conformen sus centros de investigación y desarrollo para motivar la creatividad y la innovación dentro de sus propias empresas. 7. Algunos casos en Sonora, donde se observa esta propensión a la innovación y el impulso tecnológico, son: a) El centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico del ITESM.

b) El Programa Institucional de Transferencia de Tecnología de la Universidad de Sonora. c) El Centro de Tecnología Avanzada del Instituto Tecnológico de Cajeme. d) El Centro de Incubación de Empresas Tecnológicas de la Universidad Tecnológica de Hermosillo. En suma, en Sonora actualmente existen las condiciones necesarias para procurar un fuerte impulso a las actividades de generación y consolidación de sus capacidades tecnológicas y productivas, pero aún falta mucho camino por recorrer para que estas condiciones sean las suficientes como para alcanzar un buen nivel de competencia como región inmersa en la competencia tanto regional como internacional.

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Las ciencias sociales en Sonora, los trazos generales de su desarrollo y situación actual1 José Raúl Rodríguez Jiménez Universidad de Sonora [email protected]

Resumen Este trabajo explora el desarrollo y la situación actual de las ciencias sociales en el estado de Sonora. Analiza la participación de este tipo de ciencias en el conjunto de la educación superior en Sonora y muestra que las éstas son desarrolladas preferentemente en los establecimientos públicos del estado. Además, propone una serie de temas para su fortalecimiento. Palabras clave: Sonora, ciencias sociales, educación superior.

Abstract This paper explores the development and the current situation of social sciences in the state of Sonora. The participation of this type of sciences to higher education system of Sonora is analyzed. The analysis demonstrates that social sciences are preferably developed in public institutions of the state. Several subjects for the strengthening of social disciplines are proposed. Key words: Sonora, social sciences, higher education.

1 Una primera versión de este trabajo fue presentada originalmente en el Seminario Itinerante de Discusión y Análisis Sobre el Estado Actual de las Ciencias Sociales en México, Región Noroeste, Culiacán, Sinaloa, 26 y 27 de abril de 2006.

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Presentación Este trabajo expone los trazos más generales del desarrollo y situación actual de las ciencias sociales en Sonora. Su intención, más que arribar a conclusiones definitivas, es proponer una serie de líneas que permitan el análisis de este amplio y complejo campo de conocimiento. El trabajo consta de cinco breves apartados. El primero presenta los elementos sobre el proceso de institucionalización de estas ciencias en Sonora. El segundo muestra su participación en el conjunto de la educación superior en Sonora. El tercero aporta elementos para su enseñanza y el cuarto compara su desempeño en tres instituciones del estado. Por último, al final del trabajo, aparecen algunas consideraciones sobre el tema.

Los trazos generales de la institucionalización de las ciencias sociales en Sonora Las ciencias sociales requieren de la combinación de tres factores imprescindibles: una sociedad atenta y preocupada por los procesos y problemas que genera la convivencia humana, una comunidad de practicantes encargada de la transmisión y generación de conocimiento y una institución (normalmente la universidad) que resguarde, regule, organice y legitime las formas que adquiere el conocimiento social (Collins, 1992). En el caso de Sonora, estos factores emergen en la primera mitad del siglo pasado. Durante este tiempo la sociedad sonorense experimenta una serie de transformaciones de largo aliento; al respecto, baste mencionar los cambios que registra la economía, política y demografía regionales, los cuales llaman la atención de algunos de los intelectuales de su tiempo. Justamente, esta atención contribuye a la creación de la primera institución de educación superior en el estado, la Universidad de Sonora (1942), que será responsable, entre otras de sus funciones, de la formación de nuevas generaciones 60

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de expertos, además de organizar, conservar y ampliar el conocimiento social. De esta manera, las ciencias sociales en Sonora están fuertemente ligadas a las instituciones de educación superior, aunque por supuesto también a la sociedad local. Con la creación de la Universidad de Sonora se genera el primer intento sistemático y perdurable por cobijar institucionalmente este tipo de ciencias. El segundo intento está dado por los establecimientos orientados expresamente hacia la investigación y el posgrado en ciencias sociales; a saber, El Colegio de Sonora (1982) y el Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo (CIAD) (1982).2 En términos generales, estas tres instituciones han comandado la creación y el desarrollo de las ciencias sociales en el estado, aunque no de la misma manera ni con el mismo desempeño. En la primera se genera preferentemente la enseñanza de estas disciplinas. En un largo período comprendido entre 1953 y 1987, la Universidad de Sonora fundó una decena de licenciaturas en el campo de las ciencias sociales, en su acepción más amplia: Derecho (1953), Letras (1967), Trabajo Social (1965), Economía (1973), Sociología y Administración Pública (1978), Psicología y Ciencias de la Comunicación (1982) e Historia (1987), por mencionar las más destacadas. Pero, además, la Universidad de Sonora también hace intentos por institucionalizar la investigación; ello a través de la fundación de un puñado de centros e institutos de investigación: el Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas (1960), el Instituto de Investigaciones Históricas (1974), el Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (1986) y el Centro de Investigaciones y Servicios Psicológicos (1986). Conviene anotar que, pese a estos esfuerzos, ninguno de estos centros existe en la actualidad, ya 2 El CIAD tiene como objetivo apoyar los sectores productivos agroalimentario, pesquero, industrial y comercial mediante la realización de estudios y asesorías (CIAD, 2006), de ahí que una de sus líneas de investigación sean las ciencias sociales.

Las ciencias sociales en Sonora, los trazos generales de su desarrollo y situación actual

que, por diversas razones, desaparecieron en el trayecto, lo que no significa que la investigación en este campo se haya extinguido en la Universidad de Sonora, por el contrario, existe, aunque esté organizada de otra manera.3 Por su parte, El Colegio de Sonora y el CIAD nacen con el objetivo expreso de generar investigación social, especialmente aquella relacionada con la entidad; este par de establecimientos ha tenido un desempeño muy importante, dado que no sólo logran ampliar el horizonte de conocimiento a través de la producción científica, sino que han generado los principales posgrados de excelencia en el campo. Convendría preguntarse las razones de esta orientación diferenciada en las instituciones que han cobijado a las ciencias sociales en el estado. Más aún, resulta necesario conocer cuáles son los pisos institucionales más propicios para la maduración de este tipo de ciencias. Seguramente, como muestran algunas publicaciones (Álvarez, 2004; Garretón, 2005; Schwartzman, 1988), la respuesta corre desde el tipo de incentivos institucionales en juego, la calidad y pertinencia de los saberes, la relación con actores externos, hasta la imagen que la sociedad local se forma de estas ciencias. De cualquier manera, esta línea de análisis debería de estar contenida en una posible agenda para el desarrollo del campo.

Algunos números sobre las ciencias sociales en Sonora. Una mirada a la matrícula, instituciones y programas de estudio Resulta menos que obvio que para observar el peso de las ciencias sociales en el conjunto del sistema de En 1991, después de un largo proceso de turbulencias políticas, la Universidad de Sonora lleva a cabo una amplia reforma institucional que modifica sus estructuras académicas y administrativas (Durand, 2006). A partir de este año, los centros de investigación desaparecen y sus funciones son integradas a los departamentos, los cuales suponen que ordenan la docencia y la investigación. 3

educación superior en México se recurra a las bases de datos oficiales, especialmente a la de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES) o la Secretaría de Educación Pública. Estos organismos hacen importantes esfuerzos por recuperar y sistematizar la información al respecto. Sin embargo, además de las cifras, las bases de datos contienen un sistema de clasificación-ordenación amplio, tanto de instituciones y actores como de áreas de conocimiento. En nuestro caso de interés, las ciencias sociales están agregadas a las administrativas, lo cual distorsiona en buena parte su apreciación. Este grupo de ciencias es el más nutrido en matrícula en el país; para el año 2004 este campo de conocimiento tenía una participación de poco más de 48% del total nacional (ANUIES, 2003). Sin embargo, al separar las ciencias sociales de las demás disciplinas, su participación disminuye considerablemente (Rodríguez Gómez, 2001). Lo mismo ocurre en la entidad, la matrícula de ciencias sociales y administrativas es la más numerosa en el sistema de educación superior en Sonora (SESS); en 2005 concentraba cuarenta por ciento del total de estudiantes. Sin embargo, al separar las opciones administrativas, el campo pierde más de la mitad de su participación para situarse en 16% de la población estudiantil en el sistema, aun cuando se incluyan en el conjunto estudios ubicados en el campo de las humanidades o de la salud, como historia, lingüística y psicología. 61

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Tabla 1. Programas, matrícula y tipo de institución de las ciencias sociales en Sonora, 2005 Institución Programas Matrícula Tipo de Participación en el institución conjunto estatal Licenciatura Universidad de Sonora Economía 374 Pública Universidad de Sonora Historia 113 Pública Universidad de Sonora Lingüística 117 Pública Universidad de Sonora Letras Hispánicas 150 Pública Universidad de Sonora Sociología 181 Pública Universidad de Sonora Administración Pública 618 Pública Universidad de Sonora Ciencias de la Comunicación 1 204 Pública Universidad de Sonora Derecho 4 705 Pública Universidad de Sonora Psicología 1 246 Pública Universidad de Sonora Trabajo Social 354 Pública Instituto Tecnológico de Sonora Economía y Finanzas 808 Publica Instituto Tecnológico de Sonora Psicología 611 Pública Universidad del Noroeste Psicología 129 Privada Centro Universitario de Sonora Psicología 99 Privada Instituto de Ciencias y Educación Filosofía 55 Superior Privada Universidad Kino Periodismo 99 Privada Universidad de Hermosillo Derecho 60 Privada Universidad del Noroeste Derecho 366 Privada Centro Universitario de Sonora Derecho 112 Privada Instituto Tecnológico de Estudios Derecho 2 Superiores de Monterrey Privada 17.92 Subtotal Licenciatura 11 403 Especialidad Universidad de Sonora Derecho 37 Pública 26.81 Subtotal Especialidad 37 Maestría Universidad de Sonora Lingüística 7 Pública Instituto Tecnológico de Sonora Psicología 36 Pública El Colegio de Sonora Ciencias Sociales 52 Pública Instituto Sonorense de AdministraAdministración Pública 60 Privada ción Pública Desarrollo Regional 23 Pública CIAD 5.27 Subtotal Maestría 178 15.95 Total 11 618 Fuente: construcción propia, con información de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC, 2004).

Varias son las cuestiones importantes de remarcar de la información contenida en la tabla 1. Primeramente, la oferta de estudios sociales asciende a 26, lo que representa poco más de siete por ciento del 62

total de programas escolares existentes en el SESS; esto indica, además de una limitada presencia, que las ciencias sociales no se destacan por la innovación en sus opciones profesionales, ya que continúan

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ofreciendo los tradicionales estudios.4 Por otra parte, la matrícula tiene una participación notoria en el conjunto de la educación superior con 16% del total de estudiantes. Sin embargo, conviene señalar que el grueso de los estudiantes está inscrito en el tramo de escolaridad de la licenciatura (98%) y muy raramente en el posgrado (2%). Más aún, estas ciencias todavía no desarrollan estudios doctorales.5 En cuanto al tipo de instituciones que cultivan las ciencias sociales, existe un predominio de los establecimientos públicos (17), aunque la presencia de los privados es considerable (9). No obstante, el primer tipo de establecimientos es el que concentra el grueso de la población estudiantil con 92%, mientras que la participación de los segundos es francamente minoritaria. Incluso, ocho de cada diez estudiantes de las ciencias sociales están inscritos en la Universidad de Sonora. De aquí que pueda sostenerse que las ciencias sociales en Sonora son abonadas con recursos públicos y tienen asiento preferentemente en la más importante institución de educación superior de la entidad. Pero si se recorta la noción de ciencias sociales y se excluyen los programas de Psicología y Derecho, de los más nutridos en el SESS, el campo pierde alrededor de dos terceras partes de su población estudiantil para quedar con 4 295 estudiantes y una proporción de únicamente 6% de la matrícula total. Pero no sólo es el número de estudiantes lo que disminuye sin estos programas, sino que también las instituciones privadas pierden presencia, quedando sólo tres 4 Como se puede observar en la tabla, las opciones de Psicología y Derecho se ofrecen repetidamente en varias instituciones, por lo que la variedad de programas se reduce a 19. Por el contrario, el campo que muestra mayor dinamismo en su oferta educativa es la administración. 5 Recientemente, en 2005, El Colegio de Sonora inauguró el primer doctorado en ciencias sociales; sin embargo, al redactar este escrito se carecía aún de cifras oficiales, de ahí que no sea considerado aquí. Además, el nivel doctoral es un tramo de escolaridad poco abundante en el SESS, ya que para el año de 2004 se tenían considerados sólo seis programas de este tipo.

de ellas, con una matrícula de alrededor de doscientos estudiantes, lo cual confirma que estas organizaciones ocasionalmente incursionan en el campo, seguramente porque las ciencias sociales no son redituables. Así, observadas desde las instituciones responsables de formación de las nuevas generaciones de practicantes, las ciencias sociales son minoritarias en el conjunto y se concentran en el tramo de escolaridad de la licenciatura. Quizá esta configuración se deba mucho a la escasa diferenciación de sus opciones profesionales o a que el campo no se relaciona directamente con las demandas del mercado. Pero cualquiera que sea la explicación, aquí se encuentra una posible situación alarmante, puesto que el campo está perdiendo uno de sus elementos imprescindibles; a saber, la reproducción de la comunidad de sus practicantes.6

Ampliando la visión de las ciencias sociales, el campo de la enseñanza Schwartzman (1989) sostiene que una de las maneras de crecimiento de las ciencias sociales es su participación en la formación de profesores para los niveles medio y superior de la educación. Esta aseveración tiene confirmación para el estado de Sonora, en virtud de que una buena parte de los egresados de las licenciaturas de ciencias sociales tienen este destino ocupacional, sobre todo para los casos de sociología, letras, lingüística e historia, por mencionar algunas de ellas, con lo que esta aseveración se confirma, además de que la importancia de las ciencias sociales no sólo puede ser observada únicamente a través de la población estudiantil que actualmente 6 En el pasado reciente algunas de las licenciaturas de las ciencias sociales tenían mayor demanda que en la actualidad. Por ejemplo, en la década de 1980 la licenciatura de sociología en la Universidad de Sonora contaba con una matrícula tres veces mayor que la actual.

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se forma, lo cual en sí es importante, sino también a través de los programas de estudio de otras áreas que hacen uso de los saberes de estas disciplinas. En este sentido, las ciencias sociales han tenido una presencia importante en la educación sonorense, aunque con variaciones en los niveles de escolaridad, instituciones y períodos. En la Universidad de Sonora, durante los años comprendidos entre 1980 y 2000, una buena parte de los planes de estudio de licenciaturas tan disímiles como Ingeniería, Administración de Empresas o Derecho, tenían considerados en sus programas materias de ciencias sociales. Lo mismo ocurría en la instrucción media superior; por ejemplo, en los mismos años, el Colegio de Bachilleres de Sonora contemplaba una buena cantidad de cursos del área de ciencias sociales, entre los que sobresalían Historia, Sociología, Economía o Problemas Sociales de México. El caso también se presentaba en la educación media, especialmente en la secundaria, en donde los cursos de Literatura o Redacción formaban parte del currículum oficial. Sin embargo, con la entrada de los llamados planes de estudio basados en competencias, las ciencias sociales, al menos como se consideraban antaño, fueron desplazadas por otro tipo de saberes. En este sentido, vale citar, de nueva cuenta, a la Universidad de Sonora, en donde las otrora materias del campo fueron substituidas por cursos como Aprender a Aprender o Etica, que se imparten en todas las licenciaturas de esta universidad. El mismo patrón puede apreciarse en el bachillerato, donde las ciencias sociales fueron restringidas como opción especializante. Con base en lo anterior, pareciera que la enseñanza de las ciencias sociales está perdiendo terreno en la actualidad. Justamente, éste debería de ser uno de los puntos de atención para sus practicantes, formular nuevas propuestas para la docencia en ciencias sociales, las cuales no sólo deberían de considerar la actualización en los recientes y abundantes 64

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saberes del campo, sino también contemplar procedimientos innovadores para su transmisión. En esto no sólo está presente un principio de defensa del campo, sino que además se considera que los conocimientos producidos por las ciencias sociales son necesarios en la formación de las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes, con independencia de su campo de formación específico, sobre todo para mostrar cuáles son los tipos de sociedad en las que habitan y tener la posibilidad de incidir en su mejoría.

Una aproximación al desempeño de las ciencias sociales en Sonora Como se menciona antes, las ciencias sociales, al igual que las demás disciplinas, tiene su asiento en instituciones de educación superior. Estas organizaciones ordenan, regulan y legitiman la producción y transmisión del conocimiento, aunque no de la misma manera. De ahí que sea esperable que organizaciones con orientaciones y estructuras distintas presenten desempeños diferenciales. Este es el caso de los tres establecimientos que albergan el grueso de los estudios sociales en la entidad: la Universidad de Sonora, El Colegio de Sonora y el CIAD. Mientras que la primera cuenta con una organización volcada preferentemente hacia la enseñanza en el nivel de la licenciatura, aunque también produce conocimiento científico, los otros dos se inclinan expresamente hacia la investigación y la transmisión de conocimiento en el posgrado. Aun así, conviene mostrar de manera aproximada su desempeño académico; para ello se utilizan tres criterios comúnmente aceptados en la actualidad: profesores con doctorado, miembros en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y publicaciones. Como se advertía antes, las instituciones muestran diferencias importantes en los indicadores. Los dos establecimientos orientados hacia la investiga-

Las ciencias sociales en Sonora, los trazos generales de su desarrollo y situación actual

Tabla 2. Desempeño académico de los practicantes de ciencias sociales, 2005 Indicadores Universidad El Colegio CIAD** de Sonora* de Sonora Total de puestos académicos 379 26 97 Doctorados 42 19 50 Peso en el conjunto de la planta académica 11.08 65.51 51.54 Miembros del SNI 25 13 69 Peso en el conjunto de la 6.59 50.00 71.13 planta académica 38 24 s. d. Publicaciones

satisfactorios y una universidad con un modesto desempeño–, conviene preguntarse las razones de este comportamiento diferencial. Al respecto, pueden anotarse un par de posibles explicaciones. De un lado, la organización de las actividades académicas en los establecimientos de investigación tiene avances importantes para regular y fomentar la producción de conocimiento nuevo; dos casos ilustran lo anterior. El grueso de * Total de puestos académicos corresonde a profesores de tiempo completo e incluye las divisiones de Ciencias Sociales, Económico-Administrativa y Huma- los proyectos de investigación debe ser nidades y Bellas Artes. financiado por agencias externas, las ** Para el CIAD la información no está desagregada por área de adscripción de sus cuales someten a rigurosa evaluación las académicos, por lo que habrá que tomar las cifras de manera provisional, puesto propuestas, mientras que los criterios de que incluye académicos de todas sus áreas de conocimiento. Fuente: Construcción propia, con información de los siguientes documentos: ingreso, promoción y, eventualmente, para Universidad de Sonora: Indicadores de Calidad (2005); para El Colegio de expulsión de los académicos están asoSonora: Secretaría General (2005); para el CIAD: Coordinación de Programas ciados a su productividad. En cambio, Académicos (2005). en la Universidad de Sonora la activición y el posgrado sobresalen por la proporción de dad central consiste en la enseñanza o en el apoyo a sus profesores con el grado de doctor y su participaésta, mientras que la investigación ha sido escasación en el SNI. En el CIAD poco más de la mitad de su mente desarrollada y regulada, aunque se registran planta académica cuenta con el grado máximo de acciones tendientes a su fomento. Pero también las escolaridad y más de dos terceras partes de sus miemdiferencias pueden ser interpretadas como una buebros forma parte del SNI, aunque, como se dijo, no na división de funciones, actividades y responsabilitodos estos académicos pertenecen al campo de las dades entre los establecimientos; una universidad ciencias sociales. Por su parte, El Colegio de Sonoencargada de la enseñanza de las ciencias sociales en ra, con la menor planta de académica de las tres insel nivel de la licenciatura y otras dos en la productituciones, tiene dos terceras partes de sus investigación de conocimiento nuevo y en la formación de dores con el grado doctoral y la mitad tiene memrecursos humanos de alta calidad. Cualquiera que bresía en el SNI. Por el contrario, los valores menores sea la explicación de las diferencias convendría pose hayan en la Universidad de Sonora, pese a que ner mayor atención en el componente institucional cuenta con el mayor número de profesores; aquí sólo como un factor central en la consolidación del camuna décima parte alcanza el máximo grado escolar y po de las ciencias sociales. menos de siete por ciento de ellos son miembros del sistema de investigadores. Más allá de las interpretaciones que sostienen que Consideraciones finales éstos son los únicos parámetros válidos para medir Las ciencias sociales en Sonora ocupan un sitio en la las calidades de los establecimientos –en donde se sociedad local cuyas expresiones más claras son las tendrían dos centros de investigación con indicadores 65

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opciones profesionales en las instituciones de educación superior y la producción de conocimiento. Sin embargo, enfrentan algunos retos para su consolidación y avance, especialmente ampliar y fortalecer la comunidad de profesionales en el campo, innovar la transmisión de sus saberes y generar mayor y mejor conocimiento científico. Quizá la mejor manera de encarar estos desafíos sea colectivamente. En efecto, los problemas de las ciencias sociales, tanto los señalados aquí como otros, son responsabilidad de sus practicantes; son ellos los que deben presentar nuevas e innovadoras propuestas para las ciencias sociales. A reserva de que en un futuro cercano se atiendan estos asuntos, aquí se formulan una serie de planteamientos con la intención es alentar el debate. a) La agenda de investigación. Hasta ahora la investigación se ha sostenido por esfuerzos e intereses individuales y, muy ocasionalmente, por equipos de investigación. Justamente son estos investigadores aislados los que tienen el mérito de haber inaugurado líneas de indagación en varios campos; urbanismo, economía, salud, género, historia, psicología y política, por mencionar sólo algunos de los más conocidos. No obstante su importancia, los adelantos producen una mirada parcial, por lo que se ha escapado el análisis de conjunto. De ahí que pueda ser conveniente trazar líneas generales de indagación que vayan más allá de los campos de conocimiento específicos, incluso de las disciplinas, y que alienten la producción interinstitucional de las ciencias sociales. Seguramente los posibles resultados de una empresa como ésta contribuyan a tener un mejor y mayor conocimiento de la 66

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sociedad, sobre todo de la sonorense. Tal vez una de las primeras acciones al respecto pueda ser establecer un conjunto de prioridades de investigación en el campo. b) La enseñanza. Como se sostiene antes, una de las actividades que le ha generado legitimidad a las ciencias sociales es la docencia, sobre todo por ser el principal recurso para la formación de las nuevas generaciones de practicantes. No obstante su carácter estratégico, a la enseñanza se la conoce muy poco, incluso se asemeja a la famosa «caja negra», de ahí que abunden las imágenes sencillas cuyas expresiones más conocidas en las instituciones de educación superior son las emitidas por los profesores: «es que los estudiantes no son como antes, carecen de talento y dedicación o mi materia no les interesa». Pero no son sólo los estudiantes los responsables de los magros resultados en la enseñanza, aquí hay una serie de factores –la calidad y pertinencia de los saberes, los recursos para la enseñanza o los climas institucionales, por mencionar sólo tres de ellos– francamente inexplorados, si no es que despreciados. Con base en lo anterior, convendría que las ciencias sociales formularan amplias propuestas para la enseñanza de sus disciplinas, las cuales deberían

Las ciencias sociales en Sonora, los trazos generales de su desarrollo y situación actual

incorporar programas para la actualización de los profesores, proyectos de investigación centrados en la enseñanza-aprendizaje e, incluso, la elaboración de nuevos instrumentos para mostrar el desempeño de los académicos en las aulas.7 c) Guiar al mercado.8 En las sociedades contemporáneas el mercado ocupa una de las posiciones más relevantes y en la mayoría de las ocasiones las ciencias sociales han criticado su avance, sobre todo por los excesos y desequilibrios que genera. Pero, además de estas críticas, las ciencias sociales cuentan con un enorme potencial para proponer mejoras en amplias franjas de las sociedades, incluidas las normadas por el mercado. Esta posibilidad no ha sido intentada en Sonora y convendría someterla a discusión no sólo porque abre las puertas para la obtención de recursos financieros extraordinarios, sino porque eventualmente contribuiría a evitar o corregir los excesos generados por el mercado.

Bibliografía Álvarez, Germán (2004) Modelos académicos de ciencias sociales y legitimación científica en México, México, ANUIES. ANUIES (2003) Estadísticas de la educación superior (http:/ /www.anuies.mx/). Brunner, José Joaquín (1986) Las ciencias sociales en Chile: institución, política y mercado en el caso de la Sociología en Chile, Chile, FLACSO (http://cronopio.flacso.cl/fondo/ pub/publicos/1986/DT/000901.pdf). 7 Aunque ya existen instrumentos para la evaluación del desempeño docente, los cuales se aplican con regularidad en las instituciones de educación superior, su riqueza es limitada, ya que en la mayoría de las ocasiones se limitan a preguntar sobre la puntualidad en el ingreso de los profesores, la entrega del programa de estudios o el respeto que muestran los profesores hacia los estudiantes. 8 Este subtítulo está tomado de uno de los recientes trabajos para la educación superior chilena (Brunner et al., 2005).

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Frontera y desierto en Sonora: una aproximación a sus nuevas características Miguel Ángel Vázquez Ruiz Universidad de Sonora [email protected]

Resumen La región norte de México históricamente ha mostrado una movilidad que en su dinámica la acerca cada vez más a Estados Unidos. Esto no significa que todo el territorio que la conforma haya avanzado en una tendencia de desarrollo homogénea, porque los estados del norte-noreste y del norte-noroeste tienen diferencias que se expresan en el hecho de que estos últimos tienen un peso económico-social mayor en todo el conjunto. Dentro de las peculiaridades de cada entidad fronteriza destacan las de Sonora, que presenta una dinámica fronteriza geográficamente inversa respecto a las características de la región fronteriza en su conjunto. En Sonora, la actividad fronteriza se desplaza de los municipios del noreste a los del noroeste, dejando atrás los quehaceres tradicionales de la economía, para entrar en una nueva etapa caracterizada por el desarrollo de una agricultura y minería moderna, un turismo internacional y nacional cada vez mayor y un intenso proceso migratorio de paso hacia Estados Unidos. Avanzar en el análisis del nuevo perfil que presenta lo fronterizo en Sonora constituye el motivo de este artículo.

Abstract The Northern region of Mexico historically has shown mobility that in its dynamics approaches more and more to the United States. This does not mean that all the territory has advanced in a homogenous tendency of development because the states of the north-northeast and the north-northwest have differences that are expressed in the fact that the last ones have a greater economic-social weight in all the set. Within the peculiarities of each border organization we emphasize those of Sonora, which displays geographically an inverse border dynamics with respect to the characteristics of the border region as a whole. In Sonora, the border activity moves from the municipalities of the northeast to those of the northwest, leaving the traditional tasks of the economy, to enter a new stage characterized by the development of an agriculture and modern mining, an international and national greater tourism and an intense migratory process towards the United States. To advance in the analysis of the new profile that the border presents in Sonora constitutes the aim of this article.

Palabras clave: frontera, Sonora, heterogeneidad, etapa, perfil.

Key words: border, Sonora, heterogeneity, stage, profile. 69

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Introducción Si bien la frontera norte de México suele estudiarse como una gran región donde se destacan los aspectos que la homogenizan a partir de la vecindad con Estados Unidos, cada uno de los estados fronterizos tiene sus particularidades. Así, por ejemplo, los estados del norte-noreste –Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas– son los que tienen una relación comercial y económica más intensa con Estados Unidos a partir de la «interdependencia» que existe con Texas. En cambio, los dos estados del norte-noroeste –Baja California y Sonora– dividen su relación, el primero con California y el segundo con Arizona, entidades de desarrollo relativo muy distinto, lo que a su vez también condiciona los vínculos con la contraparte sonorense. La heterogeneidad fronteriza también se presenta en Sonora. La conformación económica y social, así como la dinámica de de los municipios del centro y noreste sonorense es distinta respecto a los municipios localizados en el noroeste del estado. En este artículo se analizan las características económicas, sociales y demográficas, así como los factores que le imprimen dinamismo a la región fronteriza de Sonora, a partir de contrastar la conformación y funcionamiento de las tres «subregiones» que la integran: la central, la frontera desértica del noroeste y la noreste. Para lograr su objetivo, el trabajo se divide en varias partes: en la primera se describen algunos elementos para entender las características paradójicas de las fronteras, que en la lógica de la globalización presume un mundo sin fronteras, pero que, en el ámbito del realismo del sistema internacional, tienden a cerrarse. En el siguiente apartado se describen los distintos ciclos que han definido la relación fronteriza de México con Estados Unidos. En la tercer parte se dan unas «pinceladas» sobre las características económicas, sociales, demográficas, así como de 70

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los factores que le imprimen su propio sentido e intensidad al movimiento a cada «subregión», con el propósito de poder contrastarlas. Finalmente, se ofrecen las conclusiones y se hace un recuento de la bibliografía utilizada.

Para entender las fronteras El análisis actual de muchos autores que analizan los vínculos entre territorios ligados por la vecindad trasnacional, va en el sentido de que, al funcionar en la lógica de la globalización, las fronteras tienden a diluirse, formándose grandes espacios para la libertad de movimiento del comercio, las inversiones y las personas. Pero esto es paradójico, porque si bien la globalización impulsa que los vínculos con lo local se acrecienten, por otra parte operan fuerzas reales y formales que, por un lado, se cierran a establecer otros vínculos que no sean los tradicionales y, por otro, siguen sus propias formas de reproducción empujadas por la lógica de la sobrevivencia económica. Es el caso de la relación fronteriza entre México y Estados Unidos, donde, no obstante la intensificación de los vínculos, de un lado se construye una gran muralla de contención a la migración y, del otro, se crea un «submundo» económico y social que poco a poco va tomando características particulares, como sucede con los territorios fronterizos del norte de México, y de cada uno de los estados lo integran. Y es que: ahora que impera la globalización, ¿acaso son las fronteras sólo cicatrices de la historia? Nada es menos seguro. Si bien las fronteras se esfuman en Europa, están renaciendo en otras partes al mismo tiempo: hoy día se construye una cerca electrónica de 350 kilómetros para separar a Cisjordania de Israel y de Jerusalén. Mientras se constituyen las grandes redes, las

Fontera y desierto en Sonora: una aproximación a sus nuevas características

nacionalidades despiertan y dan lugar a la explosión de los Balcanes ayer o a los conflictos actuales en la región de los Grandes Lagos de África, donde están Rwanda, Burundi, etc. Y si bien las fronteras parecen más porosas que ayer, son, sin embargo, infinitamente más numerosas que a principios del siglo XIX, cuando sólo unos cuantos imperios se repartían las tierras habitadas. En África, en Medio Oriente y en Asia, las fronteras constituyen desafíos geopolíticos mayores. En Europa Central, el tema de los límites nacionales sigue siendo fundamental para países que a veces fueron borrados del mapa durante varios siglos (por ejemplo Polonia) o cuya identidad fue por mucho tiempo reprimida, de Croacia a Eslovenia o a Eslovaquia. Las fronteras se transforman, pero no desaparecen. Se flexibilizan y se vuelven selectivas, hecho que introduce nuevas formas de desigualdad. Pues si bien los más desahogados pueden hoy día tener un sentimiento de libertad total (al recorrer el mundo en unas cuantas horas de Bangkok a Santiago, de Moscú a Toronto o a París, con tan sólo llenar una serie de formularios), los más desamparados sólo tienen ante sí ventanillas, más infranqueables que las antiguas murallas. (De Villepin, 2003)

México y sus ciclos fronterizos En lo que atañe a México, en las últimas cuatro décadas la frontera norte ha experimentado transformaciones profundas que se aceleraron en los umbrales del siglo XXI. Esto es valido tanto para «la gran región» fronteriza como para cada una de sus «subregiones» noroeste y noreste, así como para cada uno de los estados y sus «microregiones». La frontera entre México y Estados Unidos, que entre Tijuana y Matamoros suma 3 141 kilómetros de largo, históricamente ha cambiado la modalidad de su relevancia de acuerdo con el perfil, la intensidad y las tendencias que se avizoren en las relaciones de largo

plazo entre ambos países. Los ciclos de la relación fronteriza se pueden resumir así: a) Durante el siglo XIX fue motivo de disputa territorial, hasta que se definieron los nuevos límites, donde México perdió la mitad de su territorio. b) A finales del siglo XIX y en el transcurso del XX, ante la expansión estadounidense, sobre todo hacia la costa oeste del Pacífico, el gobierno mexicano decretó las zonas y perímetros libres para salvaguardar de alguna manera la soberanía económica de la región. c) Para la década de los años sesenta la frontera cobró nueva relevancia ante el encuentro de dos coyunturas: la de Estados Unidos que perdía productividad, competitividad y rentabilidad ante otras potencias capitalistas y la de México, cuya agricultura acababa de entrar en crisis, dejando a miles de campesinos sin fuente de empleo. La solución para ambos países fue la instalación de empresas maquiladoras. Lo que entonces se llamó «redespliegue industrial», le permitió a Estados Unidos recuperar sus niveles de competitividad internacional, explotando mano de obra barata, mientras que a México le fue posible dar ocupación a miles de personas. d) Los años ochenta continuaron con la misma tendencia, pero en un marco distinto para México. El modelo aperturista que se implementa desde entonces hizo de la frontera, por las ventajas comparativas y competitivas que presenta, un lugar ideal para llegar a los mercados de Norteamérica y de la globalización. Parte de este escenario fue la llegada de nuevas inversiones del mundo, no maquiladoras, como la industria automotriz, así como el desplazamiento de capitales nacionales del cen71

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tro del país hacia la frontera norte. A partir de entonces, en este territorio se diversifica la presencia de capitales. e) Con la llegada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en los años noventa, la frontera se consolidó como un espacio intensamente internacionalizado, donde aparecen nuevas figuras económicas y sociales que articulan a uno y otro país: ampliación de las zonas libres; corredores económicos y urbanos, donde resalta la localización de la industria maquiladora de alta tecnología y diseño; la ampliación y modernización de la industria automotriz; el resurgimiento de la gran minería metálica y la consolidación de la no metálica; corredores comerciales para el intercambio de servicios y bienes, así como un intenso movimiento de personas en una y otra dirección fronteriza con dos propósitos: uno proveniente de Estados Unidos hacia México para vacacionar temporalmente o adquirir bienes inmuebles y otro, de México hacia Estados Unidos, en busca de empleo. Los cambios históricos mencionados han traído consigo la necesidad de ensayar nuevas interpretaciones de los fenómenos fronterizos regionales que, en primer lugar, definan el espacio de estudio más allá de la línea fronteriza tradicional. En ese sentido, la frontera de hoy es más compleja y difusa y llega hasta donde se reproducen relaciones económicas y sociales de agentes de ambos países. Si bien es cierto que éstas se encuentran en lo más profundo de la geografía de México y Estados Unidos, es en los estados limítrofes donde se concentran y son más intensas. Esta es la nueva frontera. Atendiendo a las transformaciones de la región, distintos estudios sobre lo fronterizo en México han privilegiado perspectivas de análisis diversas: el estudio de 72

los municipios (39) y condados (25) colindantes, el enfoque geográfico espacial, la perspectiva histórica, la internacionalidad de lo fronterizo y el estudio de los espacios urbanos transfronterizos. En su momento, cada uno de estos enfoques ha respondido a necesidades de interpretación específicas sobre los acontecimientos que se dan en esa región.1

Pinceladas de la frontera sonorense La frontera sonorense tiene una extensión de 583 kilómetros (18.6% de toda la frontera mexicana), con una población de 527 257 personas, según datos del censo de 2000, misma que representaba 23.78% de la población de Sonora. El crecimiento demográfico no es des1

Al respecto véase Vázquez, 1997.

Fontera y desierto en Sonora: una aproximación a sus nuevas características

deñable, ya que en el transcurso de un lustro, es decir, para 2005, la población se incrementó en 7.5%, al pasar a 566 939 habitantes (INEGI, 2007). En términos de participación porcentual, la población fronteriza sonorense es mayor que la población de toda la región fronteriza mexicana, que es de alrededor de 17%. Pero si bien la población fronteriza es significativa respecto a la del estado, la cantidad de personas no equivale siquiera a la de una de las grandes ciudades del norte de México, como Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez o Matamoros. Demográficamente es una frontera de contrastes. Según los resultados definitivos del conteo de INEGI de 2005, el municipio de Nogales tenía una población de 187 643 habitantes, pero sus vecinos Santa Cruz 1 748 y Saric, 2 486; Agua prieta, 68 757 y Naco, 5 945; Caborca, 68 937 y Altar, 8 337; San Luis Río Colorado, 153 384 y Plutarco Elías Calles, 12 304; Puerto Peñasco, 44 162 y también su vecino, Plutarco Elías Calles, como ya se mencionó, poco más de doce mil habitantes (INEGI, 2007). Esto indica que la población fronteriza se concentra en cinco municipios y se dispersa en otros cinco, lo cual sugiere un futuro reacomodo territorial, donde los municipios pequeños en población pasen a formar parte de los más grandes. La composición económica es diversa. En el espacio fronterizo coexisten todas las actividades económicas, desde las tradicionales, como la agricultura, la ganadería, la minería y la pesca, hasta las manufacturas industriales y el comercio y los servicios. Pero, tal vez, lo que mayormente sobresale de la región fronteriza sonorense son las particularidades de cada uno de sus municipios, así como de las pequeñas regiones que conforman: El noreste: Agua Prieta-Naco Originalmente agropecuarios y mineros, posteriormente maquiladores (aproximadamente unas treinta maquiladoras), está tríada de municipios sobresale también

como lugar de migración de paso y negocios relacionados (transportes, hoteles, casas de huéspedes, restaurantes, polleros, entre otros). Antes de que la migración de paso hiciera de Altar-El Sasabe la ruta preferida, Agua Prieta-Naco era una localidad clave, lo cual se puede demostrar en el número de detenciones por la patrulla fronteriza. A finales de la década de los años noventa, en una sola quincena, 66% de las detenciones se llevó a cabo en Douglas y Naco, lugares de influencia de Agua Prieta (cuadro 1). Cuadro 1. Lugares y número de indocumentados detenidos (1 al 15 de agosto de 1999) Lugar Douglas Naco Nogales Tucson Willcox Casa Grande Ajo Sonoyta Phoenix Total

Cantidad de detenidos 10 512 3 617 1 788 1 626 1 590 1 274 896 77 0 21 380

Fuente: Patrulla Fronteriza. Tomado de el periódico El Imparcial, Hermosillo, Sonora, México, 23 de agosto de 1999 (página principal).

El norte-centro: Nogales-Santa Cruz Económicamente hablando, como puede observarse en el cuadro 2, Nogales marca pautas en la frontera por el número de establecimientos de la industria maquiladora que allí opera, cantidad que siempre es superior a la suma de los establecimientos de Agua Prieta y San Luis Río Colorado. Desde los años sesenta, cuando dio inicio el programa de industrialización fronteriza, la ciudad fue un punto de atracción para la población tanto del interior del estado como del resto del país, que buscaba un puesto de trabajo. Sin embargo, es de mencionarse que, siendo la principal ciudad fronteriza por su población, número de maquiladoras y empleos que genera, no son 73

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esos los principales rasgos que la singularizan entre el conjunto de ciudades de la frontera norte de México. Cuadro 2. Establecimientos de la industria maquiladora en la frontera (1990-2005) Años 1990 1995 2000 2005

Agua San Luis Prieta Río Colorado 27 16 30 24 34 39 20 _

Nogales

Sonora

69 65 90 89

156 176 284 205

Fuente: INEGI, estadísticas de la industria maquiladora de exportación, varios años. N

Nogales no puede verse únicamente como centro maquilador. Su importancia deriva de otros hechos igualmente significativos: N

N

N

Geográficamente es un puerto de cruce estratégico. Por allí se mueven los productos industriales que se generan en el sur y centro del estado, como es el cemento y los automóviles que se exportan a Estados Unidos, y durante el invierno por allí cruza 75% de las hortalizas mexicanas que luego se consumen en Estados Unidos y Canadá.2 Asociado con la producción agrícola sonorense y su acceso al mercado estadounidense, en Nogales, Yuma y San Luis, Arizona, se ha desarrollado toda una infraestructura de comercialización que abarca transportistas, distribuidores y brokers (Núñez, 1999: 81). Un elemento adicional que como ciudad fronteriza tiene Nogales es el gran desarrollo del comercio y los servicios. Al igual que otras ciudades del norte, en ésta se instrumentó el

2 Según López Barraza (2006: 250), «La industria del producto hortícola comenzó en Nogales algunos años después de 1910, con el servicio de ferrocarril entre Nogales y Tucson. La industria tomó un giro en 1947, con la llegada de los carros refrigerados, con los cuales el producto podría ser descargado y el contenido redistribuido, algo imposible con los coches del ferrocarril.

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N

5 Programa de Artículos Gancho en 1971, que tenía como propósito captar al consumidor nacional y local antes de que se trasladara a consumir a Estados Unidos. Asimismo, han crecido significativamente una serie de servicios que tienen que ver con la atención a las necesidades de la población local, pero también de personas que cruzan de Estados Unidos. Entre los que destacan en especial, se puede mencionar el servicio de consultorios médicos. Asimismo, es de destacarse el crecimiento de la economía informal, una especie de refugio contra el desempleo en la parte formal de la economía. Las actividades informales se observan principalmente en el cruce de la línea fronteriza de parte de vendedores ambulantes, cuyo principal «nicho de mercado» se encuentra en los mexicanos que viven en Estados Unidos y en los turistas de origen anglosajón que, principalmente los fines de semana, cruzan la línea fronteriza. El cruce de personas, en dirección de ambos Nogales, es una de las acciones que le da más intensidad a la vida económica, social y cultural de la frontera. Anualmente, por Nogales se presenta un cruce aproximado de doce millones de personas, lo que significa un millón anual de individuos moviéndose en ambas direcciones. De éstos, cuarenta por ciento corresponde a ciudadanos estadounidenses y el restante sesenta por ciento a mexicanos que van de visita a Estados Unidos. Obviamente, a estos flujos de personas los mueve el interés de realizar algún negocio, adquirir mercancías o servicios o realizar transacciones financieras o intercambio de divisas (Lara y Coronado, 1995).

Fontera y desierto en Sonora: una aproximación a sus nuevas características

Por las transacciones fronterizas que se realizan por la frontera, Sonora es la entidad que menor movimiento de exportaciones e importaciones presenta. El hecho de que Nogales, como puerto de salida hacia Estados Unidos, compita con otras ciudades fronterizas, le da una ventaja relativa porque, comparada, por ejemplo, con Tijuana o Nuevo Laredo, no está totalmente saturada. Este puede ser un aspecto potencialmente aprovechable para la vida económica de la ciudad. N El hecho de que Nogales sea la principal ciudad fronteriza de Sonora ha motivado un crecimiento demográfico importante que se expresa en el cuadro 3. Como se puede apreciar, dentro de doce años Nogales rebasará los doscientos mil habitantes, los cuales presionarán la demanda de vivienda y toda N

Estado/Municipio Sonora Nogales %

10 154) entre las personas que habitan la ciudad, de donde se deducen retos en educación y empleo para el futuro. El otro reto hacia el futuro tiene que ver con el desarrollo de infraestructura y aprovisionamiento de recursos naturales. Destacadamente hay que apuntar los problemas del agua: 65% de las viviendas de ese lugar no cuentan con servicio de agua en el interior. Finalmente, Nogales tiene como característica que su identidad se ve segmentada por la composición de su población: a) parte de la población nacida o que hace muchos años llegó para quedarse, misma que siente plena identificación con su tierra, aun cuando, culturalmente hablando, sea un híbrido alimentado por la influencia estadounidense y mexicana; b) la población flotante que llega para quedarse a trabajar en las maquiladoras, de la cual una parte se regresa a su lugar de origen, otra se instala con la

Cuadro 3.Población proyectada de Nogales 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2 246 651 2 392 665 2 521 991 2 637 719 2 739 873 2 825 931 2 893 085 152 419 169 892 185 715 200 115 213 001 223 972 232 600 6.7 7.1 7.3 7.5 7.7 7.9 8.0

Fuente: elaborado con datos de COESPO Sonora, «Sonora demográfico», 2000.

clase de servicios. Lo que se deduce de esto es que se viven los tiempos de planear el crecimiento urbano de la ciudad. Según datos de INEGI (2007), la población de Nogales en 2005 era cercana a las doscientas mil personas.3 De la población total, poco más del cuarenta por ciento es población económicamente activa. El hecho de que sesenta por ciento sea población clasificada como inactiva, por un lado sugiere juventud (en 2000 el número de estudiantes era de 3 Es importante hacer notar que la tendencia real de población de Nogales superó a las proyecciones del Consejo Estatal de Población, que para 2005 proyectó, como puede verse en el cuadro 3, una población cercana a los ciento setenta mil habitantes.

perspectiva de quedarse a vivir y una parte más busca internarse a Estados Unidos y, c) la población de paso que proviene del sur del país y que dura sólo días u horas en la ciudad, antes de pasar la frontera. La entrada al desierto: Caborca-Altar-Saric En palabras de Miguel Méndez en su libro El circo que se perdió en el desierto de Sonora: De norte a sur a medio camino entre Nogales y Hermosillo estamos fincados aquí bajo el nombre y cuidado de nuestra Santa Patrona: Santa Ana, sí señor. De aquí hacia el oeste se desprende la carretera hasta San Luis Río Colorado, Sonora; de allí a un paso queda la ciudad de 75

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Mexicali, Baja California. Entre medio de dichas ciudades cruza el famoso Río Colorado. A través de esta ruta y sus flancos han vivido su vida antaño ermitaña algunos de los pueblos situados en el desierto de Sonora, o desierto de Altar, o como a ti te cuadre llamarle. En aquellos días, hundidos ya en el cementerio del tiempo, los nombres de estos pueblos sonaban como cosa de ultramar. Altar, Oquitoa, Pitiquito, Caborca, más allá Sonoyta, el Atil y demás lugares; eran nombres que no cuajaban en figuraciones transparentes. Hoy por hoy ya es otra la canción; merced al pavimento son de fácil llegada. Sus plazas y calles están provistas ahora de plantas y árboles trasplantados a sus topografías incoloras desde allá donde señorea lo verde. El tramo entre Sonoyta y San Luis Río Colorado, con doscientos kilómetros vedados al mismo diablo, estira su trayecto sobre rameríos espinosos y arenales acolchonados, para al rato irse trepando en cruces a sinuosidades de breves cordilleras montañosas de una hermosura bárbara, pues que son ni más ni menos esqueletos de sierras en vida forradas de verdores energéticos, allá en la recóndita niñez y juventud de sus arboledas umbrosas. Sin embargo, muerta y monolítica en apariencia, a esa naturaleza aún le crecen uñas y cabellos: cactos y ramerío rastrero, ralos. (Méndez, 2002: 57)

En términos generales se trata de una microregión que, no obstante estar enclavada en el desierto, combina una serie de actividades: agricultura, agroindustria, minería, comercio y servicios, en parte vinculados al intenso proceso migratorio de paso que se vive en ese territorio. En el caso de las actividades primarias, hay una larga historia relacionada con la producción de trigo, algodón, vid y, más recientemente, el cultivo del espárrago. Los tres primeros cultivos han venido perdiendo importancia, sobre todo el algodón y la vid, ante la escasez de agua y los altos costos de la energía eléctrica. En cambio, el espárrago le da gran presencia al munici76

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pio de Caborca. En Campo Grande, El Chamizal, Girasol, Tanquecitos, México, Sauce, El Paraíso, El Alamo y la Misión, propiedad de Exportadora de Caborca, laboran aproximadamente mil trescientos jornaleros procedentes de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Guanajuato.4 Se trata de la única región del estado que produce espárrago, casi en su totalidad para exportación. En el cuadro 4 se puede observar como, de una tendencia ascendente del volumen de la producción, donde en 1995 alcanzó 95% de la producción, a partir de 2001 hasta 2003, comienza un declive espectacular de las exportaciones, que de alguna manera se asocia con los problemas experimentados por la economía estadounidense durante esos años. En el caso de la minería destaca la presencia de Peñoles, del grupo Bal, que en el municipio de Caborca opera la minera la Herradura. En efecto: Cuadro 4. Volumen de producción y exportación de espárrago en Caborca (toneladas) Ciclo agrícola 1997-1998 1998-1999 1999-2000 2000-2001 2001-2002 2002-2003*

Volumen de producción 18 925 27 698 23 872 37 786 26 854 26 538

Volumen de exportación 15 000 25 760 22 710 35 347 1 390 1 196

% 79.2 93.0 95.1 93.5 5.1 4.5

*Avance preliminar del ciclo agrícola. Fuente: Sagarpa Delegación Sonora. Tomado de López Nogales (2003: 92-93).

Entre los bancos de arcilla de la mina de Altar, una de las zonas más calurosas del país, es normal ver gigantescos camiones de seis metros de altura por diez metros de largo conducidos hábilmente por jóvenes mujeres de entre 18 y 30 años de edad que, maniobrando de aquí para 4 Periódico El Imparcial, «Chipilean a jornaleros», Hermosillo, Sonora, México, 26 de marzo de 2006, p. 22/A.

Fontera y desierto en Sonora: una aproximación a sus nuevas características

allá, arrancan el oro de las entrañas de la tierra. En lo árido de este suelo norteño, se ha desatado una revolución silenciosa en el ámbito laboral, donde los roles del trabajo se empiezan a igualar. (www.expansión.com.mx)

Nueve por ciento del personal de La Herradura –en total quinientos– son mujeres y en su mayoría trabajan las actividades operativas (www.expansión. com.mx). Lo peculiar de lo que aquí describimos, según Leopoldo López, Coordinador de Desarrollo Comunitario, con base en la fuente anterior, es que ahora existe «una ventaja competitiva de género» fundamentada en que «El trabajo femenino tiene un desempeño en eficiencias y ahorros que surge de un mejor mantenimiento del equipo, uso y optimización de insumos, apro-

vechamiento de la capacitación y construcción de adecuado clima de trabajo fundado en respecto y valores». El otro rasgo distintivo de esta microregion es el fenómeno migratorio que se mueve entre Altar-Sáric y El Sásabe. Se trata de la llamada ruta del desierto que día a día desahoga a miles de personas que, venidas del sur del país y Sud y Centroamérica, buscan internarse a Estados Unidos. Este fenómeno presenta una gran cantidad de paradojas dado el impacto económico positivo en un territorio que llegó a ser conocido como «el tercer mundo» sonorense. Altar, en especial, es un municipio digno de un análisis de laboratorio para observar las transformaciones de su economía, del comercio y los servicios que ofrece, de la variedad gastronómica que presenta y la diversidad demográfica que avanza. Un foco rojo en este corredor de unos cien kilómetros, es la situación de los derechos humanos de los migrantes en relación con «polleros», autoridades y patrulla fronteriza, una vez que logran internase en el desierto hacia alguno de sus destinos en Estados Unidos. La esquina noroeste: San Luis Río Colorado-Puerto Peñasco-Plutarco Elías Calles La esquina que conforma San Luis Río Colorado, Puerto Peñasco y Plutarco Elías Calles, tiene igualmente rasgos muy propios y, por su lejanía del centro del estado, subordina su dinámica a los movimientos de California y de Arizona. Es una parte de Sonora donde, según datos de 2005, radican 214 366 personas, 38% de los municipios fronterizos (INEGI, 2007), a las cuales habría que añadir las que llegan de paso por razones de trabajo o diversión. En particular sobresale Puerto Peñasco por su desarrollo turístico muy alimentado por visitantes de Arizona. En este lugar hay una especie de invasión silenciosa de población anglosajona, en cuyo honor se cambia el idioma, se construyen hoteles y demás servicios complementarios. San Luis Río Colorado es más diverso, pero también el municipio más alejado del sentir sonorense, ya 77

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que parte de las actividades de las instituciones y personas que viven allí se llevan a cabo en Mexicali, Baja California. En la perspectiva económica, según el Plan de Desarrollo Municipal, San Luis Río Colorado es parte de una poderosa región económica donde participan Mexicali, Ensenada y Tijuana por la parte mexicana y San Diego, Los Ángeles, Phoenix y Yuma por la estadounidense.5 En el caso de este municipio se advierte un gran problema de identidad relacionado con la vecindad de Baja California, particularmente con Mexicali, y, evidentemente, con la lejanía de la capital del estado, Hermosillo.

Conclusiones En la frontera norte de México, si bien es considerada una gran región, cada uno de los estados que la integran tiene sus especificidades. Pero igual sucede al interior de cada uno de ellos. Los municipios sonorenses que están en la frontera se ven influenciados por distintos motivos: geográficos, históricos, económicos, demográficos, culturales y de identidad. Nogales es gran puerta de entrada a Estados Unidos, particularmente con el estado de Arizona, con el que se tiene grandes proyectos de colaboración, de tal manera que la perspectiva es de crecimiento, más allá de lo que significa la presencia de la industria maquiladora de exportación. Nogales tiene vecindad con dos municipios poco poblados y pobres como son Santa Cruz y Sáric, el primero sin perspectivas visibles de desarrollo y, el segundo, en movimiento impulsado por el comercio minorista y servicios para los migrantes indocumentados, de paso hacia Estados Unidos. En la frontera noreste del estado, Agua Prieta y Naco forman un binomio municipal de relativo estancamiento, en comparación con los situados en la frontera noroeste de Sonora. Se trata de dos municipios ligados a la historia de la revolución mexicana, con una evolución económica que ha sido lenta en el marco de un patrón 78

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económico conformado por agricultura, ganadería, comercio, servicios e industria maquiladora. Pero, por otro lado, ambos municipios son partícipes de dos factores externos que les da un movimiento relativo: ser puertos de entrada a Estados Unidos y lugar de paso para migrantes que buscan internarse a este país. Una ventaja comparativa, que ambos municipios no han explotado, es el hecho de estar localizados en la ruta que conduce al estado de Chihuahua y particularmente a la conexión Ciudad Juárez, Chihuahua-el Paso, Texas. La zona fronteriza del desierto, no obstante los grandes retos de la geografía y los problemas de agua y clima, es una región que experimenta importantes transformaciones en términos económicos y sociales: Caborca en sus orígenes es agrícola, pero con tendencias a la diversificación; una parte del otrora «tercer mundo» (Altar, Sáric, Sásabe) es movilizada por una variable externa, que hace años se desconocía: la migración internacional; Puerto Peñasco está dando el gran salto de la pesca a los servicios turísticos y los negocios inmobiliarios, sobre todo para extranjeros venidos de Estados Unidos; y San Luis Río Colorado, además de las actividades agrícolas, comerciales y de la industria maquiladora, está en la zona de influencia de los grandes proyectos de las zonas de la economía del conocimiento, como California. Los grandes cambios de esta «subregión» apenas comienzan. De lo anterior puede deducirse que la «subregión» fronteriza sonorense que más rápidamente se transforma es la ubicada en la parte noroeste del estado, mientras que la localizada en el centro norte profundiza viejas tendencias y la del noreste permanece relativamente estancada, sin presencia de cambios que auguren transformaciones significativas. Paralelamente a los cambios particulares que se dan en la frontera sonorense, hay otros en el resto de la región fronteriza mexicana. Esto plantea un reto teórico en el sentido de revisar permanentemente el tipo de instrumentos teórico-conceptuales para analizar ese terri-

Fontera y desierto en Sonora: una aproximación a sus nuevas características

torio, que como tal permanece aparentemente estático, pero que por la presencia de flujos económicos, comerciales y demográficos, así como de instituciones, actores y agentes económicos, es intensamente dinámico.

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El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo Carmen O. Bocanegra Gastélum Universidad de Sonora [email protected]

Resumen Las transacciones comerciales más intensas en las economías de mercado son las de bienes de consumo personal realizadas en el comercio minorista. El consumidor accede a este tipo de mercancías a través del micro y pequeño comercio tradicional, así como del moderno, donde se distinguen las grandes cadenas trasnacionales de autoservicios. En el presente artículo se analiza la evolución y relevancia del comercio minorista tradicional en Sonora, con énfasis en las características que actualmente presenta en la ciudad de Hermosillo, en la modalidad de abarrotes. Se detalla la importancia que tiene en número de establecimientos, personal ocupado, ingresos y costos por ventas, origen de las mercancías, montos de compras, diversidad de mercancías que ofrece, relación con proveedores y por último, la asociación a cámaras empresariales. Se demuestra que el comercio tradicional, en este caso el conformado por abarrotes, sobrevive a los grandes embates de la competencia, dado el rol clave que desempeña en el funcionamiento del sistema económico. Palabras clave: comercio tradicional, minorista, abarrotes, agentes comerciales, Sonora, Hermosillo.

Abstract The most intense commercial transactions in the market economies, are on those goods of personal consumption done in the trade retailer. The consumer accedes to this type of commodity through the small traditional micro stores, and through the great modern trade of the big shops of self-services, conspicuously the transnational chains. In the present article is analyzed the evolution and relevancy of Sonora’s traditional retailer trade, stressing the analysis in its characteristics showed in Hermosillo City, mainly in those stores named grocer’s shop (best known as the Corner Store). We can see the importance of number of businesses, employment, income and costs for sales, origin and diversity of the merchandises they offer, amount of buys, relation with suppliers, and association to Chambers of Business. It shows that the traditional trade, in this case represented by Corner Stores, survives to the strong attack of the competition because of the central role played in the functioning of the economic system. Key words: traditional trade, retailer, corner store, agents of trade, Sonora, Hermosillo.

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Introducción El comercio minorista a nivel global actualmente está en un proceso de cambios continuos generados por el gran avance en el desarrollo tecnológico, lo que implica nuevas formas de control y ofrecimiento de la mercancía por parte del comerciante detallista. Esto implica el procesamiento de datos del producto desde su producción hasta el consumo final; la información registrada a través de los medios electrónicos permite obtener datos sobre la vigilancia de robos al interior de la empresa comercial, tanto por clientes como por trabajadores, demanda del consumidor final, fecha de caducidad y consumo, entre muchas otras particularidades. Un aspecto en continúa evolución, y fundamental en la venta de mercancías, es la mercadotecnia publicitaria, pilar de la realización de los artículos al presentar nuevos y diferenciados productos que abarrotan el mercado en un periodo breve y que rápidamente tienen que venderse, dado que otro nuevo producto viene a sustituirlo. Es decir, el lapso de permanencia en el mercado cada vez es más efímero (tres meses), debido a los cambios generados en su elaboración y diversificación, lo que hace que pronto se convierta en un artículo pasado de moda. Por lo mismo, el papel publicitario es fundamental para su rápida salida del mercado con beneficios que permitan recuperar y multiplicar la inversión. Otro cambio se está registrando en la forma de adquisición de los productos por parte del consumidor final, ya que éste los obtiene a través de la red, donde cada vez es mayor el número de empresas que ofrece sus productos por este medio. Esta forma de realización de las mercancías desplaza la noción de mercado como un espacio físico, donde para la adquisición del bien es necesaria la presencia del consumidor, para observar, palpar y escoger el producto que desea adquirir. Estos son algunas de las muchas transformaciones que se están presentando 82

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en las transacciones comerciales minoristas que dirigen, coordinan y representan hoy en día las grandes empresas globales comerciales, publicitarias, financieras e industriales. Actualmente en México el consumo de bienes personales se realiza por dos grandes grupos: uno moderno, donde se encuentran los supermercados y sus diferentes formatos: el hipermercado y el megamercado; y otro tradicional, integrado por establecimientos representados principalmente por los abarrotes y las misceláneas. En el país, 54% de las ventas minoristas de productos de consumo de alimentos, bebidas, cuidado personal y limpieza, entre otros, se realiza en las tiendas tradicionales, mientras que el 45% restante lo hace a través de las redes comerciales.1 El número de establecimientos de abarrotes y misceláneas en 2003 ascendió a 33.2% del total de locales del comercio minorista. Estas tiendas emplearon 22% de la población ocupada en dicha actividad (INEGI; 2006). Dichos establecimientos se destacan de la actividad comercial por su expansión constante y generación de empleos, lo cual significa ingresos y autoconsumo para los propietarios de los mismos. Sin embargo, aun cuando se destinan al ofrecimiento de bienes de consumo básico a la población de ingresos medios y bajos, principalmente, establecen una relación de compra-venta muy estrecha con el gran comercio en su fase de mayorista. La relación con proveedores durante 2003 fue fundamentalmente entre los comercios, con los cuales se abasteció de 75.6% de sus productos; el resto, 24.4%, lo obtuvo de productores industriales. El destino de sus mercancías fue de 96.5% al consumidor final en el mismo año (INEGI, 2006). De la venta de productos al demandante de bienes básicos, el abarrotero obtiene en promedio un margen de comercialización de 0.46 centavos. Es 1 Roberto Campa, diciembre 2004 (http://www.SoyEntre preneur.com).

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

decir, por cada peso de compra de mercancías, obtiene una ganancia de 46 centavos. Con estos datos se observa la importancia que representa para el abastecimiento de bienes de consumo personal el establecimiento de abarrotes. Con ello, el desarrollo que se ha experimentado, particularmente a partir de la década de los años noventa, en el comercio minorista en México, no inhibe el crecimiento del comerciante tradicional, que pese a todos los cambios tecnológicos continúa con sus mismas características de origen. Dicho proceso de cambios continuos en la fase capitalista reciente está transformando la forma tradicional de comercializar los bienes de consumo personal al detalle en todos los rincones del globo. Pese a ello, el comercio tradicional en Sonora, y en específico en su capital, Hermosillo, que es nuestro espacio de estudio, la obtención de bienes básicos se realiza también a través del mercado tradicional. Específicamente de la clase de actividad de abarrotes y misceláneas, unidades comerciales que se destacan por su número de establecimientos, personal ocupado, ingresos por ventas, compra de mercancías y valor agregado. De ahí la importancia del objeto de estudio, porque, contrariamente a las grandes y novedosas transformaciones tecnológicas que conducen a nuevas formas de realización de las mercancías, persiste este sistema de mercadeo totalmente tradicional. En Hermosillo es donde se concentra el comercio minorista. En 2004 agrupó 27.2% de los establecimientos, incluidos las grandes cadenas comerciales que operan con un alto desarrollo tecnológico, como es el caso de Wal Mart y Soriana, que son de las firmas más grandes del país.2 2 Ello representó en Hermosillo 7 964 unidades, mismas que ocuparon a 33 342 personas. El municipio de Cajeme reportó en el mismo año 4 934 establecimientos minoristas; es decir, 16.8%. Los municipios de Nogales y San Luis Río Colorado registraron 7.7 y 7.3%, respectivamente (http://sc.inegi. gob.mx/simbad/blanco.html 18/04/2007).

Para el estudio de la trascendencia y evolución de los establecimientos de abarrotes en Sonora, en el presente trabajo primero se describen algunos conceptos teóricos para entender el comercio minorista y la importancia del mismo en el crecimiento económico de una entidad. Posteriormente se bosqueja un recorrido por la historia comercial de Sonora, desde 1960 hasta el presente siglo XXI, destacando la presencia del negocio comercial en cada una de las etapas. Finalmente, se analiza el comercio minorista en Hermosillo a partir de una encuesta aplicada a doscientos abarroteros de la ciudad, misma que se divide en siete secciones: datos generales, personal ocupado, ingresos y costos por ventas, origen de las mercancías, montos de compras, diversidad de productos, relación con proveedores y, por último, la asociación a cámaras empresariales.

Algunos conceptos teóricos sobre comercio minorista Particularmente en lo que se refiere al estado de Sonora o la localidad de Hermosillo, el comercio de abarrotes forma parte de los procesos económicos que promueven e impulsan el crecimiento al interior del propio estado. Enlazadas las manufacturas de alimentos, la agricultura, los servicios y el comercio, son una buena fórmula para inducir el crecimiento de la economía local. Esta propuesta de análisis se basa en la importancia que le adjudican al comercio, teóricos como Aurelio Montemayor, Drucker, Collins, Holton y Mittendorf, como la actividad que puede estimular y promover los procesos productivos en las economías capitalistas. Montemayor sostiene que la reactivación de los sectores que componen la economía en su totalidad se da siempre y cuando el vínculo entre la última fase del proceso de producción, que es la comercialización, esté plenamen83

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te enlazada con la productiva de la localidad en cuestión. El autor argumenta que la economía puede impulsar vertiginosamente el crecimiento económico con ayuda de la comercialización de alimentos y de productos. Además, alude a tres principales vertientes sobre la importancia del papel del comercio en el crecimiento de las economías. La primera de ellas la obtiene de Peter Drucker (citado en Montemayor, s. f.: 4), quien sostiene que a través de la comercialización de alimentos innovadores se apoya e impulsa el desarrollo económico. La comercialización puede expandir la agricultura y los servicios relacionados con ella, siempre y cuando se mantengan bajos los costos de los alimentos y aumente la demanda. Estas observaciones comprenden la segunda tesis expuesta por Collins y H. Holton. Los autores consideran que la comercialización es un factor que tiene fuerza para impulsar la agricultura y las manufacturas, siempre y cuando se controle la demanda y los costos de la agricultura (citados en Montemayor, s. f.: 5). El tercer argumento sobre la misma tesis insiste en que el sector comercial actúa como un gran catalizador del crecimiento económico. Un factor sobresaliente en este razonamiento es la modernización del comercio. En la medida que se comercialice de una manera más rápida y segura, se elevará la demanda hacia la agricultura y hacia la industria, con lo que se incentivará la producción y aumentará la eficiencia (citado en Montemayor, s. f.: 6-7). Si bien los autores no hacen mención a los establecimientos de abarrotes como parte de este fase de comercialización, debido a la relevancia que representan en la dinámica económica de la localidad y del estado se consideran en el presente estudio como un motor de crecimiento endógeno, al vincularse directamente con los productores de la localidad en la comercialización de los productos, mismos que por su alta rotación y la compra en volu84

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men, al agruparlos pueden generar efectos positivos en los eslabones que componen las actividades productivas en la entidad. Ahora bien, para tener una idea más clara del lenguaje que se maneja en esta actividad, se parte de los conceptos que permiten tener un conocimiento específico del objeto de estudio, el micro establecimiento comercial de bienes de consumo alimenticio al detalle en Hermosillo, Sonora: el abarrotes. Los elementos teóricos de los autores mencionados se entrelazan con nuevas concepciones y expresiones sobre el comercio, vertidas por autores contemporáneos o por instituciones que analizan y registran la dinámica comercial actual. De esta manera, se empieza con la definición de la estructura del comercio en general, dividida en mayoreo y menudeo. Por la primera se entiende, según Alfred Marshall: «Todo sistema de comprar para volver a vender en cantidades importantes» (1954: 25). Un autor más reciente, Castillo Berthier, lo puntualiza haciendo alusión, más que a las cantidades intercambiadas, hacia quien se destina el intercambio: «Mayoreo: es la actividad comercial por medio del cual dos comerciantes intercambian productos por dinero» (1994: 64). Entre las concepciones sobre la actividad del mayorista se destaca el comprar para volver a vender, y su destino, el comerciante detallista. Entre las acciones más importantes del comerciante mayorista se encuentran el acopio y almacenaje de las mercancías; al mismo tiempo, dentro de esta función, la transportación del productor industrial o agrícola hacia su centro de acopio, y de ahí la factura a la empresa comercializadora al detalle.3 La presencia de este agente comercial en el comercio de bienes de consumo personal es muy relevante, dado que forma un eslabón más de la cadena que constituye el sistema de comercialización. Este sujeto apareció en la historia comercial como el resultado del crecimiento de las ciudades al ser cada vez más difícil transportar las mercancías del lugar de producción –por los mismos productores, ya fueran artesanos o agri3

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

El comerciante al menudeo se entiende como vendedor al detalle. El concepto de Castillo Berthier (1994: 64) aclara el término: «Menudeo o detalle: es la actividad en la que un comerciante le vende directamente al último consumidor». Aquí se específica al oferente y su distribución al detalle; es decir, al consumidor final en unidades mínimas. La definición del INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática) complementa estos conceptos: «se entiende al detallista como el comerciante que vende al por menor. El comercio al por menor, como la compra de mercancías en grandes cantidades –al por mayor– para su reventa en

cultores– a la zona de realización de las mismas; es decir, al mercado local (Magaña, 1996: 17-32).

pequeñas cantidades a los consumidores finales de manera directa» (INEGI, 2000). Esta integración del comercio al menudeo privado, que ofrece bienes de consumo personal al detalle, Marshall lo concentró en dos grandes grupos:1) el gran establecimiento comercial y, 2) el pequeño tendero. Al primero lo caracterizó de la siguiente manera: a) efectúa compras en mejores condiciones, b) posee transportes más baratos y seguros y, c) ofrece una mayor variedad de bienes, apropiada a los gustos de los consumidores. Las particularidades del segundo: a) realizaban ventas a crédito, –actualmente son conocidas como ventas de «cartera», según los propios «tenderos», b) requieren de un pequeño monto de inversión y, c) puede subsistir el negocio con una mínima ganancia(1954: 240-241). Marshall hace referencia desde entonces a la importancia que representa la tienda de abarrotes para la dinámica de la economía. Como se observa, son las mismas características de las tiendas de abarrotes en la actualidad. Esta agrupación es de fundamental importancia para el estudio del comercio de abarrotes dado que proyecta la relevancia que ha adquirido dicha clase de actividad en las economías capitalistas. Asimismo, se observa que hoy en día encontramos en el estado de Sonora la misma agrupación comercial minorista. De este autor clásico de la economía se retomaron ideas centrales, mismas que se amplían a partir de características actuales del comercio minorista. Al grupo del pequeño tendero se le conoce como tradicional, dado que conserva casi las mismas características desde sus orígenes. Sus particularidades son: un gran número de establecimientos micros y pequeños. Los micros emplean hasta cinco trabajadores, los pequeños de seis a veinte. Dentro del micro establecimiento fijo se localizan los abarrotes al detalle –también llamadas «tiendas de barrio»–, las misceláneas y las tiendas especializadas como las fruterías, panaderías, carnicerías y pescaderías, etcétera. 85

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En general son atendidas por sus propietarios y no existe el autoservicio. Los productos que distribuyen son poco diversos: en alimentos ofrecen algunos abarrotes comestibles4 y algunos productos perecederos. De estos últimos solamente ofrecen seis tipos de productos. También brindan abarrotes no comestibles5 y alimentos «chatarra». No existe diversidad de bienes y no manejan las 24 líneas de artículos restantes, a diferencia del moderno, que participa en todas las líneas y de cada una ofrecen una gran variedad (ANTAD, 2000: 6-7). La clase de actividad más representativa de este grupo es la de abarrotes. La infraestructura de este último consiste en instalaciones fijas con un área de ventas, de exhibición y bodega no mayor a los cincuenta metros cuadrados. En el ámbito tecnológico, no poseen cajas registradoras para el cobro de las mercancías o el control de las mismas. Cuentan con uno o dos aparatos especiales de refrigeración para los productos que así lo requieren. No poseen integración vertical ni horizontal. Adquieren de sus proveedores las mercancías en pequeños volúmenes, por lo que el costo es mayor, mismo que se ve reflejado en el precio del producto, el cual ofrecen con un alto margen de comercialización. Los artículos obtenidos para la reventa los realizan de la misma manera; es decir, en proporciones muy pequeñas; sin embargo, son de alta rotación. El establecimiento no cuenta con estacionamientos especiales. Se ubican principalmente en la casa habitación de sus propietarios, misma que se localiza principalmente en las zonas de bajos y Los abarrotes comestibles comprenden: aceites, azúcar, bebidas refrescantes, botanas, café procesado, dulcería, enlatados, especias, galletas, entre otros artículos que en total conforman 38 productos básicos (ANTAD, 2000: 6 -7). 5 Los bienes no comestibles son detergentes, jabones, productos de limpieza, suavizantes, etcétera, de un total de 21 artículos básicos. Los perecederos incluyen, frutas y verduras, carnes, pescados y mariscos, salchichonería, panadería, tortillas, huevos, lácteos y congelados. Todos estos productos son parte de los bienes de consumo personal (ANTAD, 2000: 6 -7). 4

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medios ingresos. La productividad obtenida por trabajador es muy baja.

Antecedentes de los abarrotes en Sonora La importancia de esta unidad comercial para la economía estatal se observa desde 1940 cuando una de las formas principales del aprovisionamiento de víveres e insumos productivos se hacia a través del abarrotero, que ofrecía tanto al mayoreo como al menudeo. En el periodo de los años cuarenta a finales de los sesenta en Sonora, el comercio interno estuvo estrechamente vinculado a las actividades productivas de la economía local, como la agricultura, la ganadería y la industria manufacturera, al ser éste el canal de distribución principal al interior de la propia economía local, regional y nacional, lo que permitió, sin lugar a dudas, el crecimiento de la producción en dichos sectores. Durante estos años, se puede decir que en general la demanda de bienes de consumo personal de la población sonorense era abastecida en su mayor parte por comerciantes locales, que distribuían artículos producidos en el país y en la región. Una proporción menor provenía del extranjero. Por lo tanto, se puede señalar que la actividad comercial interna de ese entonces –por su misma relación con la economía del estado– reflejó la dinámica de la minería, la agricultura, la ganadería y la industria. El comercio local se encontraba ligado a la naciente burguesía sonorense, mismo que se ubicó en los principales espacios urbanos, que en ese entonces eran los valles de Hermosillo, Cajeme, Navojoa y Guaymas. La estrategia de industrialización a través de sustitución de importaciones, estimuló el desarrollo del mercado interno del estado al ligar la industria con el mercado de la localidad. El establecimiento comercial sonorense no se dedicaba exclusivamente al ofrecimiento de bienes

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

de consumo personal, también distribuía los insumos necesarios para las labores productivas como la agricultura, la ganadería, la industria y la minería. Todo se brindaba en un mismo establecimiento. Esta organización comercial predominó hasta principios de los años sesenta. La agricultura, la ganadería, la industria y el comercio eran las actividades más vinculadas entre sí; por un lado, producían para el mercado interno y, por el otro, se dirigían hacia el exterior. Esta integración permitía que cada establecimiento comercial ofreciera artículos de uso personal como alimentos, ropa y enseres domésticos elaborados en la localidad, al mismo tiempo que brindaba mercancías para cada una de las actividades económicas. Hermosillo recibió la influencia comercial del vecino país del norte, pero, al mismo tiempo, sus establecimientos comerciales luchaban por su permanencia en el mercado local. Así, esta ciudad distribuía los bienes de consumo al mayoreo y menudeo a través de seis almacenes de abarrotes. Entre éstos se encontraban tres tiendas de trascendencia en el comercio local. Estos eran: Abarrotera de Sonora, S. A., La Cosalteca y Valenzuela y Laborín. Los tres comercios surtían a gran parte de la sierra y la costa del estado. A principios del siglo XXI, el primer establecimiento comercial continua distribuyendo su mercancía, aunque ya con límites geográficos y de diversificación de mercancías. La segunda tienda, La Cosalteca, inaugurada desde 1898 por José Mazón, cerró sus puertas al consumidor de bienes de consumo básico –principalmente a los trabajadores agrícolas de la Costa de Hermosillo a mediados de la década de los años noventa del siglo pasado. En Hermosillo, además de las grandes tiendas departamentales, también se instaló, y con mayor fuerza, el comercio de abarrotes al menudeo; establecimientos que ofrecían los mismos bienes alimenticios básicos que los supermercados, sólo que sin

variedad y a precios más elevados; característica que permanece hasta la actualidad. La actividad comercial de la ciudad incluía los bienes que requerían también las actividades productivas. Un ejemplo de ello eran los establecimientos de productos avícolas con destino al consumidor final, los de implementos agrícolas para la reproducción de la actividad, empacadoras de carne y fábricas de ropa, entre otros establecimientos más que producían y distribuían su producto en el mercado local (Directorio Comercial del Norte de México, 1952-1953, s. p.). En las ciudades económicamente más importantes del estado se concentraba, entre las décadas de los años cuarenta y sesenta, la dinámica comercial más intensa del estado; estas eran Hermosillo, Obregón y Navojoa. El comercio siempre estuvo ligado a las actividades productivas; por un lado, ofreciendo los bienes elaborados por la agricultura, la ganadería y la industria, a través del comercio al detalle y al mayoreo y, por el otro, los bienes necesarios para el desarrollo de las mismas labores productivas; es decir, los implementos de trabajo.

Desplazamiento del gran abarrotero y nuevos agentes comerciales, 1960-1980 Al finalizar la década de los años sesenta, en lugar de avanzar en un proceso de integración de las actividades primarias con las industriales, se propició la separación entre éstas, a través de la industria maquiladora de exportación. La maquiladora llegó para impulsar una dinámica que nada tenía que ver con la lógica de crecimiento que había alcanzado durante décadas atrás la economía sonorense. El esfuerzo industrializador de características endógenas comenzaba a quedar atrás para dar paso a otro de dominio externo. Las maquiladoras comenzaron a llegar para quedarse a mediados de la déca-

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da de los años sesenta, con lo cual se abría la frontera de Sonora como un nuevo espacio económico. Las nuevas empresas maquiladoras se ubicaron en un principio en las ciudades fronterizas de Nogales, San Luis Río Colorado y Agua Prieta, además, y precisamente por su colindancia con la frontera de Estados Unidos, se mantuvieron ligadas a ese mercado. Es importante destacar el surgimiento de esta nueva actividad, dado que vino a romper con la integración que existía hasta ese entonces entre la agricultura, la ganadería, la industria, el sector servicios, el comercio y su mercado local y regional. Vinculación que no se ha recuperado hasta el actual siglo XXI. Ante esta situación de desintegración, se trató de intensificar la relación entre el comercio local con el del interior del país y del extranjero para el abastecimiento de los bienes de consumo que demandaban los sonorenses. Las ciudades comenzaron a crecer demográficamente, en primera instancia por las migraciones internas; es decir, por el éxodo de la población rural hacia los centros urbanos. Conjuntamente, los servicios que permitían el desarrollo de la misma industria maquiladora mostraron una tendencia ascendente. En 1965 los establecimientos comerciales más numerosos fueron los abarrotes, ya que estos participaron con 63%; es decir, 3 968 comercios dedicados a la venta de alimentos básicos (Secretaría de Industria y Comercio, 1968). El comercio de bienes de consumo personal se encontraba en los años sesenta más diversificado y especializado que en décadas pasadas, pero también menos ligado a las actividades de la localidad. La diversificación de los productos permitía el ofrecimiento de artículos en establecimientos especializados –incluso se puede considerar que fue la etapa de asentamiento de este formato– como los deportivos, fotográficos, eléctricos, electrónicos, para el hogar, de regalo, bicicletas, mueblerías, papelerías, 88

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expendios de cerveza, de frutas y verduras, vinos y licores, florerías, joyerías, librerías, mercerías y misceláneas, entre otros. La trayectoria del comercio de bienes de consumo personal en los años sesenta se caracterizó por un número mayor de micros comercios dedicados a la venta de abarrotes comestibles. El contraste se percibe a nivel nacional donde ya existían los grandes establecimientos comerciales dedicados a la venta de bienes de consumo personal como los supermercados, almacenes y tiendas departamentales, operando con infraestructura, técnicas de mercadeo y tecnología de vanguardia. Sonora participaba muy precariamente en los años sesenta de esta dinámica comercial. Un elemento particular del comercio sonorense en este periodo fue su desligamiento de las activida-

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

des productivas de la entidad, la agricultura, la industria, la ganadería y la pesca. Los establecimientos donde se ofrecían bienes de consumo personal, además de brindar en menores proporciones artículos elaborados en la entidad, dejaron de distribuir los insumos necesarios para las actividades productivas. Ello condujo a la especialización de los establecimientos al distribuir productos para cada necesidad y por separado. Los años setenta iniciaron definiendo la posición predominante del comercio minorista en la entidad. Ello a diferencia de lo que se había observado en décadas anteriores donde prevaleció la importancia del mayorista como proveedor de abarrotes y alimentos en general. Las estadísticas expresan estos cambios cuantitativos donde el comerciante al por mayor perdió presencia ante el detallista, inclusive en las variables que años atrás participaran con relevante superioridad. Así, el mayorista redujo su participación en el número de establecimientos a 3% en 1970. El minorista conformó el 97% restante del total del comercio establecido en la entidad. Simultáneamente, en estos establecimientos se colocó 93% del personal empleado en el comercio en 1970 (Secretaria de Industria y Comercio, 1975). De esta manera se observa como fue perdiendo el mayorista su función de intermediario o proveedor del detallista y abarrotero. El auge del mayorista se fue disipando por el crecimiento del gran comercio y de las tiendas especializadas, que cada vez requirieron menos del mayorista al establecer vínculos directos entre el productor final y el propio canal de distribución. La relación del intermediario mayorista siguió predominando en las áreas rurales. Los establecimientos que participaron especialmente en esta redefinición del comercio sonorense fueron los micros, que representaron noventa por ciento en el número de comercios, con una tasa de crecimiento medio anual de 1965 a 1970 de 2%.

Del grupo tradicional y de los micros empresarios en los años setenta, sobresalieron las actividades de los abarrotes, ultramarinos, tendajones y misceláneas, con 4 428 tiendas, representando sesenta por ciento de los locales comerciales al por menor. Los supermercados empezaron a proliferar en la localidad por el alto grado de aceptación de los consumidores, llegando a 54, y las tiendas de departamentos ascendieron a 23 establecimientos; es decir, representaron 0.3% (Secretaría de Industria y Comercio, 1975).

Apertura y globalización: nueva dinámica comercial y los grandes centros comerciales Con el rompimiento definitivo entre las actividades productivas del estado y los establecimientos de comercio minorista, en la décadas de los años ochenta, noventa y principios del siglo XXI, la oferta de bienes de consumo básico se realiza a través de grandes comercios que utilizan tecnología avanzada en la operatividad de la empresa en todos los ámbitos: mercadotecnia, infraestructura, control de la mercancía, obtención de datos de demanda, distribución y comercialización, entre otros rubros. Al mismo tiempo, se encuentra compartiendo el mercado la empresa tradicional, ya que a pesar del tiempo y de los cambios sustanciales en las formas de funcionamiento de las grandes cadenas comerciales, la micro empresa persiste y no cede su espacio, inclusive es parte fundamental de la integración que se establece entre las grandes firmas comerciales y las industriales, al ser abastecedoras de las primeras. Es importante destacarlo, dado que una fuente importante del abastecimiento del micro negocio comercial son los grandes industriales de bienes de consumo en firmas como Jumex, Bimbo, Coca Cola, Pepsi, Nestle, Sabritas, entre otros. Estos proveedores suministran directamente al abarrotero, ofreciéndole promocio89

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nes de pintado del establecimiento por la exclusividad de la venta en el producto; es decir, por no aceptar productos similares de la competencia; como ejemplos están las compañías de Nestle, Coca Cola y Pepsi. Entre otros argumentos, difícilmente la tienda de abarrotes tenderá a la desaparición del mercado, dado que es una fuente importante de ingresos para estas industrias. Por ejemplo, Bimbo obtiene 80% de sus ingresos por ventas de las unidades comerciales tradicionales; Lala, obtiene sesenta por ciento, Jumex sesenta por ciento y Coca Cola 85%.6 En general, en el cuadro 1 se puede apreciar el porcentaje de participación de los establecimientos de abarrotes en el comercio minorista de la entidad de 1965 a 1998. En todos los años se aporta del cincuenta por ciento en adelante en número de unidades; la ocupación laboral es de 25% hacia arriba. Las variables del cuadro referente destacan la importancia que representa para la actividad comercial al menudeo dichos establecimientos y confirma la tesis de que, acompañado de la expansión constante del gran comercio en sus dimensiones globales, se encuentra el tradicional como parte inherente a la propia dinámica de integración entre el comercio moderno ampliamente desarrollado y éste, que sigue

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conservando la esencia de sus características tradicionales. Las ventajas que ofrece este tipo de establecimiento son los factores principales por los cuales el micro empresario decide abrirlo.

Ventajas del comercio tradicional: abarrotes Las ventajas que proporciona el ofrecimiento de las mercancías de forma tradicional en su rama de actividad, los abarrotes, son las siguientes:

Propietario La ubicación del establecimiento es un factor fundamental; éste, de manera general, se localiza en la casa habitación del propietario; de ahí el bajo costo. La infraestructura básica son servicios públicos, agua y energía eléctrica (los mismos de la casa habitación). La atención directa del propietario o de familiares (contrata poco personal). La mercancía que se ofrece es de poca diversidad e incluye básicamente abarrotes como latería, botanas y conservas, perecederos, dulcería, refrescos, artículos de higiene personal, limpieza del hogar, etcétera. El abastecimiento de bienes de consumo se hace fundamentalmente a la población de ingresos medios y bajos, incluyendo los que perciben su salario por Cuadro 1. Porcentaje de participación de abarrotes y misceláneas semana o quincena. Estos granen el comercio minorista en Sonora, 1965-1998 Abarrotes / Misceláneas 1965 1970 1975 1985 1993 1998 des segmentos de la población Establecimientos 63.0 60.0 50.0 56.4 61.0 56.0 destinan la mayor parte de sus Personal ocupado 48.0 32.0 25.0 34.0 39.0 34.0 recursos a la obtención de bienes Ingresos (ventas) 32.0 16.5 10.0 27.0 22.0 de consumo básico en los abarroCompra de mercancías 34.0 17.0 12.4 28.0 23.0 tes. No necesita empleados espeValor agregado 30.0 14.0 9.0 26.0 15.0 16.4 cializados como contadores, adMargen de comercialización 0.3 0.4 0.4 0.5 Comercio al por menor 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 ministradores, gerentes, etcétera. Fuente: Estimaciones obtenidas con datos de los censos comerciales de 1968, 1975, El propietario realiza todas las ac1980, 1990, 1995 y 2000, Secretaría de Industria y Comercio, Secretaría de Programación tividades. No utiliza inventario; su y Presupuesto e INEGI. espacio de venta almacena todos 6 Roberto Campa (http: //www.SoyEntrepreneur.com, sus productos al mismo tiempo. El uso de tecnolo2004).

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El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

gía es apenas lo indispensable (refrigerador). El número de trabajadores que se ocupa puede llegar a cinco; en promedio se emplean dos, a los cuales se les retribuye con uno o dos salarios mínimos. En general, la inversión que se requiere para iniciar este tipo de negocio comercial es muy pequeña; ésta puede llegar a ser de alrededor de cien mil pesos.7 Crea los ingresos mínimos de subsistencia que la falta de empleos en la economía local no genera. Consumidor El horario de atención al cliente es relevante, dado que por tratarse de un establecimiento comercial ubicado en el hogar, éste permanece abierto gran parte del día, incluyendo días festivos y de descanso. Tiene la preferencia del cliente al tratar de adquirir un producto o dos, ya que no es necesario hacer fila como en el supermercado y perder tiempo. Por ello, según los propietarios, consideran que sesenta por ciento de sus clientes visita diariamente su local; el veinte por ciento una vez a la semana. Es un negocio atendido por su propietario, lo que hace la atención personalizada y de confianza. El pago de los consumidores puede realizarse en algunos casos por «tarjeta»; es decir, crédito que se apunta en una tarjeta y se va amortizando los días de pago, ya sea por semana o quincena, aunque 93% de los encuestados afirmó que sus ventas son al contado, dado que se refieren a bienes de consumo básico como leche, huevos, pan, etcétera. Otro punto importante es la distancia, dado que se encuentra ubicado en la misma zona de residencia y no es necesario el transporte, tanto para el consumidor como para el propietario.

Proveedor Alta rotación de los productos, lo que permite mayores ingresos que los que se obtienen en los grandes supermercados. El establecimiento tradicional en Sonora cumple con todas las condiciones anteriores, inclusive la ausencia de empleos generados por las grandes empresas y las instituciones públicas, que es uno de los factores más decisivos para la instalación de una tienda de bienes básicos con características tradicionales. Debido a ello, el abarrotes posee gran aceptación por la comunidad consumidora. Se deberían establecer mecanismos de abastecimiento por proveedores locales que permitieran el crecimiento de industriales oriundos de la región y de los comerciantes al menudeo tradicionales. El análisis de las páginas anteriores deja de manifiesto la importancia que representa para la actividad comercial al menudeo y los vínculos que se establecen con las actividades productivas de la región, mismos que pueden permitir el desarrollo de las actividades en conjunto. Por ello, la relevancia del estudio y la propuesta de una verdadera atención en incentivos fiscales, de inversión, asesorías y de contratos con proveedores de la región. Ante este contexto se hizo el análisis de las encuestas aplicadas a doscientos establecimientos de abarrotes en la ciudad de Hermosillo, Sonora. El desarrollo de la investigación se aborda con base a veinte preguntas que se plantearon a los abarroteros, mismas que se agruparon en siete secciones, las cuales se explican cada una con detenimiento.

Respuesta de los abarroteros

http://www.SoyEntrepreneur.com, 12/10/2006.

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Datos generales Una de las características esenciales que permiten el establecimiento de los abarrotes es la ubicación en 91

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el domicilio del propietario; por lo tanto, es dueño del micro local comercial; esto lo encontramos en 82.5% de los encuestados (gráfica 1). Gráfica 1. ¿El establecimiento con que cuenta es propio?

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Personal ocupado Otra de las características de los establecimientos de abarrotes es la cantidad de empleados, el cual no es mayor a cinco trabajadores. En la mayoría de los establecimientos se contrata entre una y dos personas (gráfica 2). Ello es importante, dado que para desarrollar la actividad no es necesario más personal, factor decisivo en la instalación del local comercial. Gráfica 2. ¿Cuántas personas laboran en su empresa?

Al mismo tiempo se observa que de 17.5% que no son propietarios del establecimiento, noventa por ciento renta el local; el resto es de unidades que están siendo cuidadas o atendidas por diversas causas, como por ejemplo que el propietario se encuentra enfermo. Con esto se corrobora que la mayor cantidad de establecimientos son atendidos personalmente por su propietario, lo que se asume como generación de autoempleo. Una de las interrogantes que acompañan este apartado, en relación a los que rentan el local, es: ¿a cuánto asciende la renta del local?; no se pudo mantener un rango, dado que la respuesta era similar en casi todos los casos: depende de las ventas; por lo general éstos son abarrotes poco surtidos, con poca dedicación empresarial por parte del arrendatario, mismo que se ocupa también en otras actividades productivas.

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Ingresos y costos por ventas Los ingresos obtenidos por la comercialización de bienes de consumo básico, específicamente los alimentos, es una de las variables más importantes, porque dentro de ellas se encuentra la relación que se establece con los proveedores, al ser abastecedores estos últimos de los micro empresarios. Ochenta y cuatro por ciento de los propietarios considera que sus clientes ganan entre dos y tres salarios. De ahí que el ingreso sea el mínimo suficiente para subsistir como empresario, pero no el suficiente para satisfacer las necesidades de subsistencia personal. Sin embargo, 81% declaró que obtienen casi cuarenta por ciento de estos salarios. Incluso 78% de los abarroteros manifestó tener entre cuarenta y cincuenta clientes por día para el abastecimiento de bienes básicos. En el rango de ingresos adquiridos por los abarrotes, se observa, de acuerdo a la respuesta de

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

los propietarios, que 32.5% obtiene entre 0 y cinco mil pesos al mes (gráfica 3) y 29.5% entre 5 001 y diez mil pesos mensuales. Los niveles de 10 001 hasta más de quince mil permiten el crecimiento, aunque

es superior a los quince mil pesos mensuales, lo cual es bastante significativo, dado que el volumen de compra de mercancías es muy reducido; poca diversidad pero muy alta rotación. Este es el aspecto que

Gráfica 3. ¿En cuál de los siguientes rangos se encuentra su nivel de ventas totales al mes?

Gráfica 4. ¿En cual de los siguientes rangos se encuentra su nivel de compra mensual en mercancías?

lento, de la pequeña microempresa. Pero ello se logra en muy pocos locales, dado que no hay toma de decisiones empresariales, en la mayoría de los casos, que permitan desarrollar su empresa, por el temor a arriesgar su inversión sin éxito. Los costos de las mercancías adquiridas para la reventa son definitivos en la obtención de ingresos. Debido a este importe monetario, que en la mayoría de los casos es alto, exige un considerable incremento de los precios al momento de ofrecer la mercancía al consumidor final. El margen de comercialización representa esta variable, que consiste precisamente en el incremento al precio por cada peso de compra. La gráfica 4 muestra los rangos de montos destinados a la compra de mercancías, donde se observa que 18% de los encuestados hace gastos de entre 10 001 y quince mil pesos mensuales. Sólo 19%

interesa a los proveedores. El resto, 63% –126 tiendas– realiza menos de diez mil pesos en compras. Por ello es importante la agrupación, para elevar la compra en volumen y obtener descuentos o facilidades de pago. Origen de las mercancías y montos en compras La relación que se establece entre el proveedor de bienes y el abarrotero es importante debido a la movilidad y cantidad de ingresos que se generan. Además de la reproducción en la economía local, si los abastecedores son de la propia localidad, éstos pueden generar una reacción en cadena al reproducir las actividades que están relacionadas con los alimentos, como las verduras, frutas, lácteos, dulcería o, bien, con los de limpieza del hogar y personal. Todo ello es posible haciendo un agregado de los 93

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micros empresarios. Así, los empleos y los ingresos de la localidad se pueden reproducir generando un crecimiento endógeno. Sesenta y siete por ciento de los abarrotes (134 unidades) no tiene conocimiento de donde proviene el producto que ellos ofrecen. De ahí la necesidad de empezar por el proceso de información y capacitación. Ahora bien, según la gráfica 5, ochenta y cuatro empresas de abarrotes determinan gastos en compra de bienes a otros estados hasta por mil quinientos pesos mensuales; ello representa 42%. Treinta y siete por ciento, que son 74 abarrotes, adquieren productos de otros estados hasta por tres mil pesos al mes. Si se toma el agregaGráfica 5. ¿Cuál es el monto mensual que destina a la compra de productos provenientes de otros estados del país?

do de las 158 tiendas, se pueden llegar a generar ingresos mensuales por 348 mil pesos, mismos que de quedarse en la localidad pueden reactivar las actividades económicas que antaño fueran pilares de la economía sonorense, la agricultura y la ganadería y las manufacturas de alimentos. Esto puede ser posible si los dueños de los abarrotes tienen conocimiento de cuáles productos son elaborados en la entidad y decidir por su oferta, al 94

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mismo tiempo que tienen que establecer mejores acuerdos de compra-venta entre ambos. Sobre el conocimiento que se tiene del origen de los productos elaborados en Sonora, setenta por ciento (140 establecimientos) no sabe qué ofrecen los proveedores locales; es un porcentaje alto, por lo tanto se hace necesaria la asesoría y los acuerdos entre las dos figuras centrales: el abarrotero y el proveedor. Es importante destacar cuál es el monto que destinan los abarrotes a la compra de productos sonorenses. La gráfica 6 muestra como 68% de los establecimientos asumen un gasto mensual entre 0 y tres Gráfica 6. ¿Cuál es el monto que destina mensualmente a la compra de productos sonorenses?

mil pesos. El resto se destina a montos de entre cuatro mil quinientos pesos y más en compras de bienes locales. Nuevamente, éstos son indicadores de la participación determinante que poseen estos establecimientos, mismos que en conjunto permiten acrecentar los ingresos generados en la economía local. Esta sección no podría quedar concluida sin la interrogante siguiente: ¿se adquieren productos de otros países?, a lo cual 81% de los encuestados afirmó no comprar mercancías de otros países para la

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

reventa. Esto en gran medida es así porque los establecimientos de abarrotes ofrecen primordialmente alimentos básicos. Las importaciones se obtienen cuando el micro local comercial ofrece mercancía más diversa como regalos, artículos de uso personal o papelería, entre otros, para complementar la actividad. Para esta práctica se requiere de mejores ingresos y de un establecimiento más consolidado. En los productos que se ofrecen del extranjero predominan los juguetes, ropa para niños y accesorios para dama, así como papel higiénico y artículos para el hogar. Es importante observar cómo parte de los gastos en compras de mercancías por parte del micro empresario se distribuye en bienes adquiridos en la localidad, de otros estados y también de otros países. Dentro del grupo de productos importados, los montos en adquisiciones oscilan entre los 0 pesos y hasta más de cuatro mil al mes (gráfica 7). Sesenta por ciento de los encuestados se ubica en el primer rango que va de los 0 pesos hasta los mil quinientos. Veintiocho por ciento invierte entre 1 501 y tres mil pesos mensuales. En general, el gasto en estos proGráfica 7. ¿Cuál es el monto mensual que destina a la importación de productos del extranjero.

ductos, que también se elaboran en la localidad, pero que el abarrotero cuando lo adquiere lo prefiere del exterior, puede permanecer en la entidad y reproducir la actividad económica en la medida en que se adquieran los productos de abastecedores locales, como es el caso de las frituras, pastas, carne, pollo y manteca. Entre los productos nacionales y sonorenses que más demandan los establecimientos de abarrotes se encuentran la leche «Yaqui», en primera posición, con 108 abarrotes; salsa «Castillo», con 42; Tostadas «La Sonorense», con 25; harina «La Fama», con 25; tortillas de maíz elaboradas en la localidad, con 31; frituras y pastas, con 15 y coyota con 10 (gráfica 8). Hay productos locales como queso cocido y regional, chorizo de res o de puerco, que no poseen razón social y que son altamente demandados por los abarroteros y su clientela. Como puede observarse, el movimiento existe entre los proveedores que producen la mercancía en el estado y los abarroteros; esta dinámica de integración debe incentivarse. Empero, dado que la mayor parte de estos establecimientos son abastecidos en primera instancia por grandes firmas industriales, como Jumex, Coca Cola, Pepsi Cola, Nestle, Sabritas, Bimbo, etcétera, esto debe cambiar dado que estas compañías generan un monopolio de abastecimiento hacia el micro y el pequeño comercios, mismos que deben integrarse a la economía local. Por ello, resulta conveniente la información y capacitación a los empresarios micro y los acuerdos con proveedores locales. Por mencionar algunas, se encuentran las especies «Su mesa» de fabricación local, así como la salsas «Maya» también de elaboración en la ciudad de Hermosillo. En algunos casos, estos productores son también micros y pequeños empresarios industriales y ubican sus empresas en su casa habitación. Por lo tanto, son dos fuentes de autogeneración de empleos y de ingresos que hay que proteger e impulsar para su crecimiento. 95

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Gráfica 8. Productos más demandados por los abarrotes

Relación con proveedores La relación de compra-venta que se establece entre los proveedores y los micro empresarios de abarrotes debe permitir las promociones en las cuales los pagos se efectúen ya que se ha vendido la mercancía o, bien, bajo condiciones de crédito o pagos diferidos. Tan sólo a 44% de las tiendas, que representan a 88 unidades del total, se les proporcionan promociones de venta. Cincuenta y seis por ciento restante no recibe ninguna promoción. Entre los productos más favorecidos por las promociones se encuentran los de las grandes in-dustrias como Gamesa, Pepsi, Sabritas, cigarros, Bimbo y Coca Cola, las cuales participan con 73% del total. En segunda posi-

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ción, otra gran industria local, leche «Yaqui», con 15%. Los productos restantes comprenden cada uno tan sólo dos por ciento (gráfica 9). Como puede observarse, es claro que las me-jores condiciones en la compra-venta las ofrece la gran industria nacional, y en una mínima parte la lo-cal. Es importante rescatar la elaboración de los pro-ductos sin marca y establecer una razón social, misma que les permita el crecimiento de su actividad, al tiempo que su integración a la economía local. Asociación a cámaras empresariales La asociación entre las cámaras empresariales y los establecimientos micros y pequeños es mínima com-

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

Gráfica 9. ¿Cuáles son esos productos?

parada con la que se establece entre éstas y el gran comercio. Las tiendas familiares necesitan apoyos en asesoría financiera; es decir, en cómo van a redistribuir los recursos escasos que poseen en la adquisición de bienes para la reventa, contratación de personal o, bien, en mejoras de infraestructura y tecnología. Por otro lado, puede ser el medio de acercamiento entre los comerciantes locales y los proveedores también locales, con la finalidad de hacer compras en grupo y, por lo mismo, en volumen. De ahí la necesidad de estas relaciones que en la práctica son muy escasas. En la encuesta se distinguió que solamente 18% tiene relación alguna con las cámaras empresariales. Ochenta y dos por ciento manifestó no pertenecer a asociación empresarial alguna, pero además no desean mantener esas relaciones, dado que consideran que «no sirven para nada». De 82%, que representa a 164 establecimientos, 93% afirma que no recibe ningún servicio por las organizaciones a las cuales están asociados. Siete por ciento muestra a 11 empresarios que si obtienen servi-

cios de apoyo: sesenta por ciento se refiere a la relación con proveedores, treinta por ciento a cuestiones legales o jurídicas y diez por ciento a seguridad. No se debe olvidar que sesenta por ciento representa a tan sólo cuatro empresas de las doscientas encuestadas y treinta por ciento a sólo dos empresas, lo cual demuestra que en este aspecto hay mucho que trabajar en relación con las organizaciones empresariales-proveedores locales y comercios de empresas familiares. Se observa, a través de los datos estadísticos y las encuestas, cuatro aspectos importantes. El primero es destacar la relevancia que ha mantenido la actividad comercial de bienes de consumo básico, en especial los alimentos, a través de la historia económica de Sonora, al estar vinculada la actividad comercial al crecimiento y desarrollo de la economía local. En el segundo, se enfatiza la importancia que representa el comercio familiar en la generación de empleos e ingresos. Además de ello, como tercero, destaca la necesidad de estos negocios familiares en la comercialización de los alimentos básicos a la población de ingresos bajos, principalmente, por la forma de subsistencia alimentaria que se adopta por parte del consumidor final. Por último, y cuarto, por su alta rotación de mercancías, los grandes industriales forman parte de esta cadena de establecimientos, donde obtienen por encima de setenta por ciento de sus ingresos por ventas. Por todo ello, la importancia de su mejor condicionamiento de operatividad y su vinculación con la economía local.

Conclusiones Desde la década de los años cuarenta hasta finales de los años setenta el comercio en Sonora estuvo ligado a las actividades productivas más importantes. Éstas eran la agricultura, la ganadería y la industria vinculada a ellas. El comercio formaba parte in97

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tegral del conjunto de la economía por dos motivos: el primero, porque ofrecía los bienes de consumo personal necesarios para la subsistencia de los consumidores y, el segundo, por distribuir al mismo tiempo los insumos necesarios para la realización de dichas actividades. Todo ello se concedía en los municipios donde se concentraba la mayor población y el mayor número de personas ocupadas en las actividades económicas de punta del estado. Es decir, su sede eran los municipios de Hermosillo, Navojoa, Obregón, Guaymas y Nogales, principalmente. En esta etapa el comercio se abastecía para la redistribución al detalle de las actividades productivas del propio estado, lo que permitía un crecimiento conjunto entre éstas y el comercio de la localidad. Al estimularse el nuevo patrón de acumulación que exigía un crecimiento sustentado en la comercialización hacia fuera, las condiciones del comercio empezaron a establecer nuevas estrategias de comercialización. Estas nuevas ideas fueron puestas en práctica especialmente por los establecimientos de autoservicio, los supermercados y las tiendas especializadas y departamentales. Estas últimas ya existían en Sonora, pero se propició su desarrollo. Las transformaciones en el comercio del estado a que ello condujo fueron, por un lado, la desintegración entre el comercio local y las actividades productivas; por el otro, la diversificación de los establecimientos al proliferar los locales comerciales especializados y los supermercados. Estos últimos arribaron con el firme propósito de eliminar por completo al gran abarrotero sonorense. Es decir, al comerciante que se dedicaba a vender los bienes de consumo personal y los insumos para las actividades productivas en un mismo gran establecimiento. Este objetivo se cumplió. El supermercado se especializaba en los bienes de consumo personal y artículos propios para el hogar. Con precios anticipadamente determinados, con una gran diversidad de artículos expuestos 98

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en anaqueles, donde el consumidor podía escoger él mismo a su entera satisfacción los productos que deseara. Estas particularidades del supermercado y de la tienda de autoservicio al detalle modificaron sustancialmente la manera de mercadear los productos en el estado. El gran abarrotero desapareció y los nuevos canales de comercialización sólo permitieron la existencia del abarrotero de bienes de consumo básico, exclusivamente como vendedor al detalle. Al disiparse la actividad del abarrotero general, también se eliminaron las diferencias con el comercio nacional, adecuándose el primero a las tiendas especializadas en bienes de consumo personal al detalle. En la actual época de globalización, el estímulo a la inversión ha recaído fundamentalmente en el gran

El comercio minorista tradicional en Sonora: la relevancia de los abarrotes en Hermosillo

capitalista que tenga clara la visión de trasnacionalización de los mercados. Es por ello que la inversión comercial directa en la entidad de grandes capitalistas, con una trayectoria en los negocios por décadas, se ha elevado en los últimos años. Empero, ante este desarrollo que ha manifestado el gran comercio, el empresario tradicional no ha perdido su trascendencia en el comercio estatal. No sólo por la proliferación de los establecimientos y la generación de empleos y, especialmente, el autoempleo que genera, sino también por sus aportaciones al producto económico de la entidad. Sin embargo, ello expresa que, aun cuando ha crecido el espacio comercial del grupo moderno, éste no ha eliminado de su mercado al grupo tradicional, ni siquiera ha disminuido su tendencia de expansión. La unidad del mercado sonorense se comparte entre el comercio moderno y el tradicional. Ello conduce a pensar que la modernización de la economía sonorense en el ámbito del comercio es todavía muy relativa. El crecimiento de los micro y pequeños negocios persiste, no se ha detenido ni aun con la llegada de este gran comercio a Sonora, con todo y sus avances de infraestructura y tecnología. Prueba de ello ha sido que a través de la evolución que ha registrado la historia del comercio por sus etapas de desarrollo, el comerciante tradicional no ha cedido su mercado y, lejos de eso, lo acrecienta constantemente. Con todo ello, el comercio interno continúa siendo una actividad con particularidades tradicionales. En función de la operatividad trascendente del comercio tradicional, se debería motivar verdaderamente a este empresario, que mantiene una relación de compra-venta directa y estrecha con las actividades productivas de la entidad, no sólo como abastecedor de los bienes de consumo básico, sino como comprador de estos bienes a los productores locales. Al mismo tiempo, el Estado, como promotor de la inversión en gran escala en la localidad, debería

regular ésta con la finalidad de no permitir la formación de oligopolios comerciales, los cuales, por si fuera poco, son externos, lo que no permite la retroalimentación de los ingresos al interior de la comunidad sonorense, ya que éstos son sacados y reproducidos productivamente en otras actividades de otras latitudes, ajenas totalmente al crecimiento económico del estado. También se debe recordar que desde 1940 el comercio de la entidad ha formado parte de las diferentes etapas de crecimiento por las que ha transitado la evolución económica del estado, al ubicarse en las mismas localidades en que se han establecido las actividades productivas en cada momento económico. El asentamiento del comercio ha llevado el objetivo principal de abastecer de bienes de consumo personal básico y del hogar a la población consumidora.

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Los vencedores del desierto: formación de una ideología regional dominante J. Trinidad Chávez Ortiz Universidad de Sonora [email protected]

Resumen El binomio política-negocios vino a distinguir a los empresarios agrícolas sonorenses a lo largo del siglo XX y, en mayor o menor medida, ha estado presente en todos los empresarios destacados de Sonora. Concesiones y contratos, el acceso privilegiado a fuentes de crédito y de inversiones selectas de infraestructura, manejo de influencias en el aparato de Estado e información clasificada, son sólo algunos ejemplos. Inicialmente, la dicotomía entre civilización y barbarie sienta las bases para que se consolide una cultura regional excluyente, más tarde las diferencias entre el norte y el sur y entre lo tradicional y lo moderno, sirvieron para justificar no sólo el despojo del que fueron objeto los indios, sino también para representar y dar una forma de identidad regional a sus habitantes.

Abstract The binomial politics-business came to distinguish the managers agricultural sonorenses along the XX century and, in more or smaller measure, it has been present in all the outstanding managers of Sonora. Concessions and contracts, the privileged access to credit sources and of select investments of infrastructure, handling of influences in the state apparatus and classified information, they are only some examples. Initially, the dichotomy between civilization and barbarism sits down the bases so that consolidates an excluding regional culture, later the differences among the north and the south, and the traditional thing and the modern thing, were good to not justify alone the spoil of which were object the Indians, but also to represent and to give a form of regional identity to their inhabitants.

Palabras clave: política, negocios, cultura e identidad regional.

Key words: politics, business, culture and regional identity.

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Los empresarios agrícolas y ganaderos En el panteón de los héroes sonorenses contemporáneos hay cuatro personajes que destacan y que, cada uno en su momento, han representado de manera fiel las aspiraciones y la imagen que los empresarios de Sonora quisieran mostrar para sí y los demás sonorenses, por lo que fueron convertidos en símbolos de identidad regional; me refiero a los generales Álvaro Obregón Salido, Plutarco Elías Calles y Abelardo Rodríguez y, más recientemente, Luis Donaldo Colosio. Álvaro Obregón Salido nace en 1880, el mismo año que muere su padre, quedando bajo el cuidado de su madre Cenobia Salido y de sus tres hermanas: Cenobia, María y Rosa, maestras de profesión. Su hermano José es director de la escuela primaria en Huatabampo, en donde Álvaro cursa su educación elemental y convive con niños de la tribu mayo, de quienes aprende su idioma. Si bien por línea materna está emparentado con las familias más poderosas de la época, los Salido y los Almada de Álamos, él y su familia son los parientes pobres, por lo que la necesidad lo obliga a abandonar la escuela. A los 11 años entra a trabajar en un taller mecánico bajo las órdenes de un gerente norteamericano, en donde va a mostrar notables aptitudes para la mecánica. A los 13 años compró una pequeña parcela donde cultivó tabaco que él mismo cosechaba y secaba para fabricar cigarros «América», con poco éxito en el mercado (Hall, 1985). En 1898 se trasladó a Navolato, Sinaloa, para emplearse como tornero en el ingenio azucarero propiedad de los parientes maternos. Finalmente, en 1906 compró al gobierno federal 180 hectáreas de terreno en Huatabampo. A dicha propiedad la bautizó con el nombre de la Quinta Chilla y empezó a cultivar garbanzo para exportación. En 1907 –a los 27 años– Obregón ve con mayor claridad su futuro económico; sin embargo, el destino le depara una 102

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nueva tragedia: muere su esposa Refugio Urrea, con quien se había casado en 1903, y dos de sus cuatro hijos; entre ellos el primogénito. En 1909, viudo y con dos hijos pequeños, Obregón inventa una máquina cosechadora de garbanzo que luego se produciría en serie en la Fundición de Sinaloa en Mazatlán, para ser vendida a todos los agricultores del Valle del Mayo (Krauze, 1987a). Antes del estallido de la revolución, Obregón es, pues, un sonorense joven que se ha sobrepuesto al destino, básicamente a través del esfuerzo personal, de su ingenio y su carácter emprendedor. Es hombre blanco, sin embargo mantiene lazos estrechos, inclusive de amistad, con mayos y yaquis. Habla su idioma y conoce estrechamente su cultura. Conoce de la vida de los trabajadores de las empresas agrícolas porque él mismo fue mecánico en ingenios azucareros y molinos harineros. Sin ser un hombre rico, había logrado una buena posición como agricultor e inventor de tecnología agrícola; mantiene relaciones con la clase media ilustrada y jacobina, pues en cierta forma su familia es parte de ella, pero al mismo tiempo conoce y cultiva sus relaciones con los empresarios de la época, pues aun en la escala inferior está emparentado con ellos. No es de extrañar que a esta serie de triunfos personales se le agregaran otros más, sobre todo de orden político y militar, al estallido de la revolución. En 1911 fue elegido presidente municipal de Huatabampo y en el mismo año abrió siete escuelas rurales en el municipio y otra más en la cabecera; gravó con impuestos a las cantinas y suprimió los impuestos a los canales de riego; inicia la construcción de un sistema municipal de abastecimiento de agua potable y de riego agrícola (Hall, 1985). Este interés le va a acompañar a lo largo de su vida. Los años de 1912 a 1917 son la etapa del caudillo triunfador al lado de otros sonorenses, como Plutarco Elías Calles, Benjamín Hill, Manuel M.

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Diéguez, Salvador Alvarado, Adolfo de la Huerta, y de mayos y yaquis como el mayor Juan Cruz, gobernador mayo, y el mayor Luis Bule, gobernador de la tribu yaqui. La toma de la ciudad de México y las derrotas militares de Francisco Villa y Emiliano Zapata lo elevan a la categoría de caudillo triunfador en la revolución mexicana, a pesar de la figura de Venustiano Carranza, primer jefe constitucionalista. Con esa imagen de triunfador regresa a Sonora en 1917. Su finca, la Quinta Chilla, pasó de 180 a 3 500 hectáreas sembradas mayormente de garbanzo; en ese año organiza la Sociedad Agrícola Cooperativa que une a los garbanceros de Sonora y Sinaloa con varios propósitos: facilitar el financiamiento, el almacenaje, la distribución y la venta del producto y crear estaciones experimentales para mejorarlo, así como evitar los costos de intermediación y presentar un frente unido al mercado exterior para proteger el precio, mejorar las condiciones de embalaje y montar una empacadora que realizara esta función. En 1918 personalmente recibe más de cincuenta mil dólares como comisión por la venta de 112 430 sacos de garbanzo, totalidad de la cosecha de los garbanceros de la Sociedad Agrícola (0.50 dólares por saco), operación que el mismo negoció con los compradores norteamericanos (Hall, 1985). Obregón, como señala acertadamente Linda Hall, tiene este tipo de proyectos agrícolas, que dan cuenta de su visión empresarial. Ve en la modernización tecnológica y la experimentación con variedades de semillas, sin negar su interés por la reforma agraria y los cambios sociales, los medios para el mejoramiento de los agricultores. Así pues, se destaca en este campo como modernizador y organizador agrícola. Esta visión pragmática, adquirida de su experiencia personal y del medio en que se desarrolló (los valles agrícolas del sur del estado), lo llevan a afirmar orgulloso que «El trabajo más penoso está lleno

de placer y de materiales para el mejoramiento propio [...] el trabajo honrado es el mejor de los maestros y la escuela de las penalidades es la más noble escuela» y que para triunfar en la vida se requiere la conjunción de tres factores: oportunidad, esfuerzo y técnica en el esfuerzo. Con esa visión y esa experiencia gobernó al país. La mala opinión que tenía de los latifundistas no era por abuso, injusticia o explotación, sino por algo peor para él: su improductividad como empresarios. Al término de su periodo presidencial (en 1924) regresó a Sonora para continuar con su labor empresarial. Con el apoyo del Banco Nacional de Crédito Agrícola adquirió buena parte de las tierras de la Compañía Richardson y amplió y diversificó sus negocios: irrigación del Valle del Yaqui, molino de arroz en Cajeme, empacadora de mariscos, fábrica de jabón, venta de materiales de construcción y equipo agrícola, oficina comercial de exportación e importación, granjas y plantíos de tomate, importación de henequén, estación agrícola experimental, mejoras al puerto de Yavaros, distribuidora de autos, fábrica de bolsas de yute, etcétera (Hall, 1985). Al término de su vida, en 1928, Obregón había formado un verdadero imperio económico en Sonora basado en el binomio política-negocios (que se prolongaría después de su muerte), a través de concesiones y contratos, el acceso privilegiado a fuentes de crédito y de inversiones selectas en infraestructura (Almada, 2000). Este binomio es lo que vino a distinguir a los empresarios agrícolas a lo largo del siglo XX y que, en mayor o menor medida, ha estado presente en todos los empresarios destacados de Sonora. El caso de Plutarco Elías Calles es igualmente ilustrativo. Nació en Guaymas en 1877 y fue el primero de dos hijos «ilegítimos», fuera del matrimonio de Plutarco Elías Lucero y María de Jesús Campuzano. Su padre provenía de una de las familias terratenientes más importantes de Sonora, misma que llegó a po103

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seer doscientas cincuenta mil hectáreas. Sin embargo, el padre desde muy joven cae en el agobio y el desánimo, encontrando refugio en el alcohol, lo que le lleva al abandono de sus dos hijos: Plutarco y María Dolores. Al morir su madre, cuando cuenta apenas con tres años, queda al cuidado de su tía materna María Josefa Campuzano y del esposo de ésta, Juan Bautista Calles, comerciante en licores y abarrotes, en cuya familia hay varios maestros de escuela, de quien hereda el apellido y algo más: la profesión de maestro (Macías, 1995). Plutarco Elías Calles se formó como profesor en Hermosillo en la Academia de Profesores, que impartía una educación fundada en la razón positiva y en la ciencia; asume por convicción el ateísmo. A los 17 años es inspector de las Juntas de Instrucción Pública, profesor en la Escuela Número 1 para va-

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rones y ayudante de párvulos en el Colegio de Sonora, en donde conoce a Adolfo de la Huerta. A los veinte años de edad regresa a Guaymas en donde imparte clases en el quinto año de primaria, edita la Revista Escolar y dirige la escuela de la Sociedad de Artesanos (Macías, 1995). A los 22 años se casa, únicamente por lo civil, con Natalia Chacón y comienza a procrear una extensa familia, lo que le obliga a emplearse en otras actividades aparte de profesor: tesorero municipal en el puerto de Guaymas, inspector general de educación, administrador de un hotel y, finalmente, agricultor, cuando le adjudican nueve mil hectáreas cerca del municipio de Fronteras, que aún le quedaban a su viejo y alcoholizado padre, las cuales siembra con trigo, papa y maíz, con poco conocimiento y poco éxito. Entre 1899 y 1910 los diversos proyectos y negocios que emprende son culminados por el fracaso económico; sin embargo, para ese entonces contaba ya con el apoyo de sus tíos paternos: Alejandro, Manuel y Rafael Elías Lucero que, a diferencia de su padre, destacaron en los negocios, convirtiéndose en prósperos empresarios y a los cuales frecuentemente acudía en busca de ayuda (Krauze, 1987b). Sin embargo, no fue en ese tipo de negocios en los que Plutarco Elías Calles destacaría, sino en los relacionados con la política, la guerra y la administración pública. En 1911, cuando iniciaba un nuevo negocio –un pequeño almacén en el que había de todo– fue nombrado por el gobernador Maytorena comisario de Agua Prieta, trabajo que implicaba mantener el orden público, administrar justicia y encargarse de la aduana. Al sobrevenir la decena trágica, Elías Calles coordinó, como comisario, el reclutamiento de voluntarios en Douglas, Arizona, para rebelarse al usurpador Huerta. De ahí en adelante su carrera político-militar va a estar ligada a la del caudillo Álvaro Obregón, a sus triunfos revolucionarios, como la derrota de Villa en Sonora, y a sus pro-

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yectos de consolidación institucional. En 1915 es nombrado, por Venustiano Carranza gobernador interino y comandante militar del estado de Sonora. No cabía duda, su experiencia personal, su trayectoria de vida, sería su principal fuente de inspiración para gobernar, primero, al estado de Sonora y, posteriormente, al país. El día que tomó posesión como gobernador dio a conocer su programa de gobierno. Destacaban las reformas a la instrucción pública: se proponía abrir escuelas en los lugares con más de quinientos habitantes, se obligaba a las compañías mineras o industriales a instalar escuelas, por parte del gobierno se creaba un sistema de becas, bibliotecas, escuelas normales y de adultos, etcétera. Reformaría la justicia promoviendo una nueva legislatura civil y penal. Haría reformas a la agricultura promoviendo mejores sueldos y la subdivisión de las grandes propiedades, y un sinnúmero de reformas más que iban desde la construcción de caminos, reforma fiscal, hasta programas que inculcaban hábitos de limpieza y salud. Sin embargo, destacaban varios aspectos en su preocupación personal: los niños huérfanos, particularmente los de la guerra, por lo que funda la Escuela de Artes y Oficios para Huérfanos «Coronel Cruz Gálvez» y emite el Decreto Número 12 que anunciaba la creación de las escuelas que protegerían a los huérfanos en general y niños abandonados, sin distinción de partidos políticos. La escuela Cruz Gálvez, en forma de internado, albergó a cerca de quinientos niños varones y cuatrocientas niñas – entre ellas a sus propias hijas–, en donde cursarían los seis años de primaria ligados con la enseñanza industrial y el aprendizaje de oficios como la agricultura, la carpintería, la mecanografía, etcétera. (Krauze, 1987b; Macías, 1995). Como parte de las acciones para la moralización de la sociedad, decretó también la prohibición de importación, venta y fabricación de bebidas embria-

gantes, la prohibición de los juegos de apuesta y, una de las medidas más radicales, la expulsión de todos los sacerdotes católicos, sin excepción. En materia obrera y agraria, promulgó las leyes de Trabajo y Previsión Social, de Juntas de Conciliación y Arbitraje y la Agraria, con las que se fijó el sueldo mínimo para jornaleros y peones y se declaró de utilidad pública la explotación de todas las fuentes productivas del estado (minas, industria, terrenos) que permaneciesen inactivas (Macías, 1995). Conviene destacar otra de las preocupaciones de Calles: el problema con las tribus yaqui y mayo, a las que consideraba una «rémora fatal para el adelanto del estado», por lo que las privó de la ciudadanía «entretanto conserven la organización anómala que hoy tienen sus rancherías y pueblos». Para él, las demandas legítimas de restitución de tierras que hacían los yaquis eran del todo inadmisibles. En 1917, aprovechando un incidente en el que el comandante yaqui Luis Matus abrió fuego contra un destacamento de caballería que se encontraba acampando en los sembradíos del jefe indígena, en carta abierta dirigida «Al pueblo de Sonora», afirmaba lo siguiente: No es posible que un puñado de salvajes mantenga a raya a un pueblo civilizado, laborioso y viril, como ha demostrado más de una vez serlo el de Sonora […] El gobierno, por su parte, está resuelto y así lo declaramos formalmente a emprender de una vez por todas una campaña enérgica, definitiva y si es preciso terrible, contra la tribu yaqui, y asegurar la paz en el estado, sin omitir sacrificio alguno, llegando al exterminio de la tribu, si fuese necesario. (Macías, 1995: 228)

No cabía duda, para él, el mejor indio era el indio muerto. La experiencia adquirida como gobernador de Sonora y la puesta en práctica del basto programa de reformas, serán fundamentales cuando asuma la 105

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presidencia de la república y, posteriormente, a la muerte de Obregón, al erigirse como jefe máximo de la revolución. Hay que señalarlo, en ambos casos Obregón y Calles representan a los triunfadores de la revolución, son símbolos que encarnan la viabilidad de un proyecto regional basado en la modernidad agrícola y la empresa eficiente, en donde la educación racional, la ciencia y la tecnología deben ser fuentes para la emancipación y el progreso económico y moral; poseedores de una visión pragmática, oportuna y jacobina del mundo. Provienen de familias de gran arraigo y reconocimiento, uno en el sur y el otro en el norte de Sonora. Hombres blancos los dos, con personalidades contrastantes y complementarias si se quiere, dueños de gran carisma y, finalmente, presidentes de la república. En el contexto regional, el período que abarca de 1915 a 1936, año en que Calles es desterrado del país, Sonora es gobernado por Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón Salido en forma directa, o por subordinados suyos en el ejército como lo fueron Adolfo de la Huerta, Cesáreo Soriano y Miguel Piña, pero también, posteriormente, por familiares y descendientes, como fue el caso de Alejo Bay (cuñado de Obregón), Francisco S. Elías, Rodolfo Elías Calles o Álvaro Obregón Tapia. Es en los años veinte, cuando quedan sentadas las bases de la relación entre la naciente burguesía regional y el Estado federal, la revolución encumbró a una capa de la clase media (ayudantes de contaduría, maestros de escuela, pequeños propietarios, etcétera) que, con base en sus experiencias individuales, las cuales sin duda quedaron marcadas en sus mentes y en sus cuerpos por las condiciones regionales, ensayan un proyecto de nación que está fundamentado, precisamente, por esas condiciones, las cuales les dieron origen y serán sustento del nuevo

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proyecto económico e ideológico de los empresarios de la revolución. Es en este norte desconocido y diferente al «sedimento mesoamericano» que se forja la tendencia vencedora de la revolución mexicana, el llamado «Grupo Sonora». Este grupo vencedor, desde la óptica de su experiencia regional, es el constructor del Estado moderno y de la naciente nacionalidad mexicana y, sin duda alguna, de la ideología regional de los empresarios sonorenses. ¿Cómo se manifiesta pues esta experiencia regional, esta visión del mundo en los constructores de la región y de la nación? Por lo que respecta a los indígenas, en una sociedad de frontera, siempre fueron considerados, desde la antinomia barbarie-civilización, la «rémora fatal para el adelanto del estado», y de quien, el colono blanco, representante de la civilización, debió defenderse con las armas en la mano de las incursiones constantes protagonizadas por yaquis y apaches. Contra ellos se establecieron campañas militares permanentes. Es la cruenta guerra del yaqui y el anecdotario terrible de casi todas las familias sonorenses de la época (por supuesto, igual o más terrible para los indígenas). El futuro era imaginado sin los indios: «es que usted no conoce a los yaquis», diría en su momento Elías Calles, idea que, de diversos modos, es repetida hoy día. Una forma de insulto entre el común de la población es calificar a alguno de yaqui. Esta dicotomía –o antinomia como decía André Breton– entre civilización y barbarie, entre gente blanca y de razón frente a los indios irracionales, muy utilizada todavía a principios del siglo XX, sirvió para justificar el despojo del que fueron objeto los indios, pero también para representar y dar una forma de identidad regional a sus habitantes como gente de razón en lucha contra los salvajes, como colonos resistentes a la adversidad y agentes de la civilización. De esta forma, la población blanca pudo

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constituirse en centro del poder económico, político y simbólico. Por lo que respecta a la cuestión agraria, salvo las exigencias indígenas para que se les restituyera la tierra, en Sonora prácticamente no hubo litigio ejidal o comunal, pues no existía escasez de tierra. El problema era el agua (y lo sigue siendo), la organización de la producción y la falta de fuerza de trabajo. El impulso a los proyectos agrícolas en los valles costeros, fundamentalmente asociados con la distribución y almacenamiento del agua para riego, así como la tecnificación del campo y la experimentación agrícola, son elementos que se han esgrimido con orgullo, como símbolos distintivos de lo regional. Así, la empresa agrícola eficiente y moderna, orientada fundamentalmente a la exportación, fue el ejemplo probado de la tenacidad y esfuerzo del sonorense en un medio hostil. Con gran elocuencia se empezó a hablar de haber logrado vencer también al desierto. Pero es en las décadas de los años cuarenta y cincuenta cuando se consolidan definitivamente el proyecto y la ideología empresarial como proyectos dominantes, en torno a los cuales la sociedad y sus prácticas culturales serán organizadas. Es, a nuestro juicio, Abelardo L. Rodríguez quien juega un papel de suma importancia en este proceso, es él quien provee una especie de orientación e ideario del deber ser a los empresarios sonorenses, basado en la idea de progreso y modernidad. Abelardo L. Rodríguez nació el 12 de mayo de 1889 en San José de Guaymas, Sonora. De origen humilde, fue uno de los 11 hijos que procrearon Petra Luján y Nicolás Rodríguez. Su padre era un arriero dedicado al transporte de mercancías en «trenes de mulas», recuas de carga –que partían de Durango atravesando la Sierra Madre Occidental en su parte más abrupta–, que comerciaba con algunos minerales como el de Topia, en Durango, y pueblos y ciudades como Mazatlán, Culiacán y El Fuerte en Sina-

loa, así como Álamos en Sonora. Caído en la ruina por el cierre de los minerales con los que comerciaba, por una de las tantas crisis, se avecindó en Guaymas y posteriormente en Nogales. Desde temprana edad, el joven Abelardo tuvo que ayudar a su familia, por lo que abandonó los estudios sin terminar la primaria, y trabajó al lado de su hermano mayor en un pequeño negocio comercial. Posteriormente, se empleó en la Compañía Minera de Cananea en el departamento de ferretería y materiales de construcción. En 1912 es invitado por el prefecto del Distrito de Nogales para hacerse cargo de la comandancia de policía de esa ciudad, puesto en el que lo sorprende el cuartelazo de Victoriano Huerta, por lo que se incorpora a la revolución con el grado de teniente bajo el mando de Álvaro Obregón. Ocupó la oficina de la Pagaduría General del Ejército del Noroeste y fue incorporado a la escolta personal de Venustiano Carranza. Participó en las batallas de Celaya, la Trinidad y León contra el villismo. En 1916 es ascendido a coronel al mando de la Segunda Brigada de Infantería, compuesta en su mayoría por indios yaquis. De 1917 a 1919 se dedicó a combatir a la propia tribu yaqui, situación contradictoria, pues la Segunda Brigada, que él comandaba, estaba conformada por miembros de esa tribu. En 1920 se une al Plan de Agua Prieta y, en ese mismo año, es ascendido a General Brigadier y nombrado por Plutarco Elías Calles, en ese entonces ministro de guerra, Jefe de Operaciones Militares en el Distrito Norte de la Baja California y, posteriormente, en 1923, gobernador de aquella entidad federativa, puesto que ocupó hasta diciembre de 1929. En 1931 ocupa el cargo de Subsecretario de Guerra y Marina; en el año de 1932 es designado secretario de industria y comercio y, ese mismo año, ocupa la presidencia de la república en forma interina hasta 1934, año en el que hace entrega del cargo a Lázaro Cárdenas. 107

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Abelardo L. Rodríguez partía del falso supuesto de ser apolítico. Su llegada a la presidencia la atribuye a razones de «alta política», de modo tal que él se consideraba administrador y «dejaba dicha actividad en manos de políticos»; es decir, de Plutarco Elías Calles, su jefe militar y protector. Efectivamente, la labor que le dio mayores satisfacciones y reconocimientos, y en la que logró destacar, fue en la combinación de la administración pública y los negocios privados. Los puestos que tuvo, primero como gobernador del Distrito de Baja California, después como presidente de la república y, finalmente, como gobernador de Sonora, le permitieron fundar, organizar y desarrollar más de ochenta empresas de diversa índole: empacadoras de productos pesqueros en Sonora y Baja California; congeladoras de camarón en esos estados –incluyendo a Sinaloa– industrias navieras y astilleros, proveedoras de buques, instituciones financieras como el Banco del Pacífico, Banco Mexicano, Banco Mexicano de Occidente, Financiera del Golfo de Cortés, etcétera, además de una industria olivarera y vitivinícola en Baja California, fabricación de aviones y aeronáutica, estudios Tepeyac, distribuidoras de películas, Teatros Nacionales, empresas cinematográficas, compañías constructoras e inmobiliarias, etcétera (Rodríguez, (1962). En fin, la gama de negocios es más amplia, lo que importa destacar aquí es, nuevamente, la relación entre política y negocios que distinguió, también, a Abelardo Rodríguez. Fue durante su periodo como gobernador de Sonora cuando adquiere forma y se consolida el nuevo discurso empresarial de progreso y modernidad y es en torno a ese binomio que se organizan los procesos sociales más fundamentales. Si bien en la década de los años treinta se dan las primeras migraciones favorables a los valles –en detrimento de las localidades serranas– y un aumento de las actividades comerciales y de servicios, es en los años cua108

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renta y cincuenta, con el florecimiento de la agricultura que se practica en estos mismos valles, basada en la tecnificación y el riego, cuando se intensifica ese discurso en correspondencia a las cuantiosas inversiones agrícolas y a los procesos de urbanización. La empresa de progreso que abandera el gobierno de Abelardo Rodríguez –nos dice Guillermo Núñez– adquiere el carácter de una verdadera empresa misional (de hecho se crean las «Misiones Sonorenses de Superación Popular» a cargo de la escritora Enriqueta de Parodi) dirigida por los idearios de Roosevelt, Lincoln, la revolución mexicana y el anticomunismo, con el objetivo de que Sonora quede «alineado en las primeras filas de los pueblos más avanzados del Universo». El progreso va a significar posesión de conocimientos científicos, hábitos urbanos, educación universitaria, lo último en tecnología e incluso un cambio dialectal –el gobernador Rodríguez se avergüenza porque en Sonora se hablan algunas palabras del viejo castellano (Núñez, 1995). Son símbolos de progreso las nuevas presas hidráulicas, la fábrica de cemento (de la cual Abelardo Rodríguez es accionista, junto con Ignacio Soto, quien lo sucederá en el gobierno), la recién fundada Universidad de Sonora y la construcción de edificios como el Museo y Biblioteca de la propia Universidad, el Hospital General del Estado, oficinas, cines y hoteles, las nuevas colonias residenciales, avenidas y bulevares, etcétera. Un elemento común en estas construcciones es el rompimiento que establecen con una tradición regional de construcción, no sólo al nivel de los materiales (se suprime el adobe) sino de estilos, de organización espacial. En su lugar, se impone el concreto (el gran signo de la modernidad), el estilo californiano, el porche en las casas (Núñez, 1993: 84). Las trayectorias personales de estos cuatro sonorenses dan cuenta de un ciclo que liga directamente

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a la historia nacional con la regional, y que se abre con Álvaro Obregón Salido para cerrarse con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, en donde se enfatiza al sonorense en general y a los empresarios en lo particular, como provenientes «de la cultura del esfuerzo» que reivindica al trabajo, las adversidades de toda índole, lo inhóspito del paisaje y la ferocidad y actitud indómita de «sus» indios (pero también su combate) como parte consustancial de la cultura sonorense, en oposición a la idea vasconceliana y sureña de que en Sonora terminaba la cultura y empezaba la carne asada; concepación en la que los propios empresarios resaltan la franqueza y el igualitarismo entre sus habitantes, donde los dueños de los campos agrícolas y rancheros comparten con sus peones agrícolas y vaqueros no solo las faenas

diarias sino también el pan y la sal, o un café por las mañanas en el mercado municipal, y departen en convites, asumiendo no pocas veces actitudes paternales que agrada y compromete a ambas partes. Así pues, podemos señalar que fue la llanura costera el espacio donde se puso en práctica la modernización agropecuaria con lógicas empresariales basadas en las experiencias regionales, primero de los caudillos revolucionarios y, posteriormente, de sus herederos y del conjunto de empresarios sonorenses, quienes asumieron como suyo el discurso de los vencedores de la revolución, pues ellos, finalmente, también se consideraron vencedores, en este caso del desierto. Fueron los «agrotitanes», como gustaron también llamarse estos empresarios, los émulos de Obregón y Calles, prototipos del hombre blanco emprendedor, quienes aceptaron dar impulso a la revolución verde en la agricultura (que adoptaron las semillas mejoradas y el paquete tecnológico inherente y sobretecnificaron sus campos agrícolas como símbolo de estatus social), empresarios que muy pronto se acostumbraron a las ganancias sin riesgo y al dinero fácil, en donde el consumismo, el derroche y la ostentación fueron asumidos como estilos de vida. Ya a fines de los años setenta Cynthia Hewitt advertía que: Con pocas excepciones, y señaladamente entre las familias alemanas e italianas que fueron las primeras en asentarse en Sonora, algunas de las cuales viven muy modestamente y ahorran su dinero para reinvertirlo en sus explotaciones, el modo de vida de los miembros del sector agrícola privado en Hermosillo y el Valle del Yaqui es el de la clase urbana superior de las grandes ciudades de la República [...] donde tienen grandes mansiones en las mejores zonas residenciales. El viajar, como el tener automóviles norteamericanos de último modelo y pertenencias personales o artículos para el hogar importados, es uno de los prin-

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cipales símbolos de estatus. Para tratarse una enfermedad, van a Rochester o Houston; para tener un bebé, a Tucson; para sus vacaciones, a Europa. Si es posible, los hijos de los ricos terratenientes estudian en las academias militares de Arizona o California, o en escuelas religiosas del centro de la República, o bien en universidades privadas de Guadalajara o de la Ciudad de México. El consumo ostentoso es un modo de vida en Sonora, no sólo para la clase superior, sino también para la clase media urbana y para los ejidatarios y colonos que toman a los grandes terratenientes por norma de referencia. La emulación es una poderosa fuerza motivante en las ciudades de Hermosillo y Ciudad Obregón. La maquinaria agrícola, como los automóviles, debe ser de último modelo; las bodas y las fiestas de presentación en sociedad han de rivalizar en esplendor con todos los acontecimientos sociales anteriores de ese tipo. Estas manifestaciones de competencia material, que a veces rayan en lo increíble, parecen datar de los primeros años cincuenta, en que la combinación de obras públicas masivas y crédito fácil hicieron a muchos de la noche a la mañana más ricos de lo que pudieron jamás soñar. (Hewitt, 1978: 159)

Empresarios que convirtieron a la agricultura en una «agricultura minera», como le denominó atinadamente Jaques Chonchol por el saqueo de recursos que hacían objeto a la naturaleza; que orientaron el desarrollo agropecuario hacia la exportación y propiciaron la sustitución de cultivos para consumo humano por cultivos forrajeros para engordar ganado, o cultivos orientados a la exportación y a la producción de insumos para la industria. En el primer caso sujetos a precios internacionales y a restricciones de importación a Estados Unidos y, en el segundo, sujetos a una industria que se estancaba o de plano cerraba por la crisis; fueron los rancheros que experimentaron con el confinamiento de gana110

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do vacuno para ser engordado con alimentos balanceados de granos y oleaginosas, pero también los que provocaron la pecuarización de la agricultura y la especialización de los productores serranos, en detrimento de los que menos tienen; fueron los constructores de los nuevos espacios urbanos, de colonias residenciales, de grandes avenidas y bulevares, de centros comerciales, todos ellos exhibidos como símbolos de distinción y de poder; pero también quienes especularon con el suelo urbano y las necesidades de miles de migrantes que fueron poblando las ciudades costeras; fueron los impulsores del comercio y los servicios, pero, sobre todo, fueron los que usufructuaron el poder del Estado y aprovecharon las relaciones políticas privilegiadas que ellos o sus ancestros construyeron, regional y nacionalmente, para ser utilizados en beneficio de sus negocios particulares, pervirtiéndose con ello y condenándose como clase. Hoy día, los grupos empresariales más conspicuos están relacionados con nombres y apellidos de personajes que han participado políticamente en la construcción del estado, y son registrados por la historia contemporánea de Sonora. La familia Obregón tiene una importante participación en las actividades agrícolas del Valle del Yaqui y la Costa de Hermosillo, participa en actividades comerciales, como concesionarios de maquinaria y equipo y como comisionistas de la industria automotriz internacional. A la riqueza acumulada por el general Obregón, origen de este grupo, hay que agregar la que obtuvo Álvaro Obregón hijo durante su gestión como gobernador, en el sexenio 1955-1961, años en que se inicia la «revolución verde» y el enorme impacto que tuvo regionalmente (Vázquez, 1988). El grupo de los Elías Calles, que tuvo su origen cuando Plutarco Elías Calles fue gobernador del estado, presidente de la república y jefe máximo de la revolución, y que se consolidó durante la gestión de

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su hijo Rodolfo Elías como gobernador en 19311935. Los Elías poseen propiedades importantes en el Valle del Yaqui y en el norte del estado: «Mascareñas», «El Aribabi» y «Cocóspera». A este grupo pertenece también Faustino Félix Serna, empresario del Valle del Yaqui, quien fuera presidente municipal de Cajeme, diputado federal y gobernador por el PRI y dueño de varios medios de comunicación regional (Vázquez, 1988). Otros grupos que se relacionan de diversas formas con el «Grupo Sonora» de Obregón, Calles, De la Huerta y Rodríguez, son: el grupo Mazón, que surge durante la colonización de la Costa de Hermosillo –sus negocios son diversos y van desde actividades agropecuarias (poseen cerca de cuatro mil hectáreas en la Costa de Hermosillo), comerciales (son dueños de varias tiendas de ropa, muebles y autoservicio), concesionarios de maquinaria y equipo, hasta actividades bancarias y financieras (en Banamex y Bancomer); el grupo Valenzuela con actividades minero-agropecuarias en su origen –en la actualidad son agricultores, ganaderos y agroindustriales (son propietarios de más de cuatro mil hectáreas en la Costa de Hermosillo), son comerciantes (dueños de las tiendas de autoservicio VH diseminadas por todo el estado y el norte de Sinaloa), participan en actividades financieras (Arcadio Valenzuela fue presidente de la Asociación Nacional de Banqueros); los Robinson (familia del actual gobernador) en Cajeme con 1 150 hectáreas, dueños de Avícola Bachoco, S. A., agricultores y ganaderos, comerciantes de automóviles, tractores e implementos agrícolas; los Zaragoza en Guaymas, con cerca de mil quinientas hectáreas en los valles del Yaqui y Mayo y más de tres mil en Empalme y Guaymas, dedicados a la agricultura, porcicultura y avicultura, poseedores de una cadena de supermercados en Guaymas, Ciudad Obregón y en Sinaloa; los Tapia en Hermosillo con tres mil hectáreas en la Costa,

son agricultores y ganaderos, comerciantes en el ramo ferretero, poseen varias constructoras, concesionarios de la Ford (Tapia Hermanos) y participantes en actividades financieras (Vázquez, 1988). Podemos decir pues, que fue bajo la relación matrimonial o de amasiato, como en su momento la denominó Warman, que se dio entre la burguesía local con el Estado mexicano y sus instituciones, como lograron consolidarse los principales grupos de poder regional en Sonora, mientras que los momentos de tensión y distanciamiento siempre se vieron coronados, hasta ahora, con la reconciliación y el final feliz; sin embargo, empiezan a soplar nuevos vientos, habrá que esperar para ver como son campeados por los empresarios.

Conclusión A manera de conclusión podemos decir que, como vencedores de la revolución, el «grupo Sonora» legitimó su espacio de poder y su inserción en el proyecto de construcción del Estado nacional-revolucionario desde la óptica de su experiencia regional. El pragmatismo con que actuaron fundamentalmente Obregón y Calles, aunque también De la Huerta y Rodríguez, les permitió consolidar un proyecto de nación cuyas bases fueron, esencialmente, proporcionadas por las ideas de progreso y modernidad, ideas que habían sido experimentadas y probadas regionalmente en Sonora y que formaban parte del discurso social común (de las elites y la población blanca) aun antes de la revolución. Si bien, a escala nacional, fue necesario que los sonorenses negociaran y concedieran con otros grupos sociales y regionales la construcción del estado nacional-revolucionario (particularmente con las tendencias campesinas y reformistas), su posición dirigente y privilegiada les permitió que, hacia el interior del territorio sonorense, no encontraran oposi111

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ción seria al proyecto empresarial moderno. Más aún, esa situación de privilegio de la que gozaban en el ámbito nacional les permitió canalizar recursos de todo tipo, lo que facilitó, a la postre, el desarrollo regional y legitimó su propio poder en Sonora. Por ello, el discurso regionalista desde su origen, ha sido un discurso político construido por las elites mediante la selección en forma excluyente de elementos simbólicos, reales o inventados, que no tienen nada que ver con la diversidad cultural existente en Sonora. Es un discurso que le ha servido a esas elites para legitimar acciones políticas de gobierno y buscar el consenso de los ciudadanos, que les ha permitido organizar distinciones sociales y proveer de prestigio simbólico a determinados individuos y acciones, legitimar o deslegitimar maneras de hacer o de ser (Núñez, 2002). Discurso político que, al mismo tiempo que construía en el imaginario colectivo un «nosotros», un «ser sonorense», sentaba las bases de la otredad, de las diferencias significativas, sobre lo no sonorense. En primera instancia, los indígenas nunca fueron considerados sonorenses, mientras que la supuesta inferioridad, en todos los aspectos, de las personas del sur del país, los guachos y chilangos, es resaltada por el discurso regionalista. Muy diversas son las prácticas que orientan este discurso: legitimar proyectos económicos neoliberales, convocar sentimientos políticos antiizquierda (los izquierdistas no son sonorenses), deslegitimar movimientos sociales «que dañan la paz de los sonorenses», desentenderse de los indigentes y niños de la calle pues son del sur del país, etcétera. En nuestros días dicho discurso orienta, de manera sutil, prácticas que dan el beneficio simbólico de ser «auténtico y legítimo sonorense». De esta manera quedan excluidos de lo «verdaderamente sonorense» los flojos, los vagabundos, los sindicalistas, los comunistas y, en ocasiones, los estudiantes universitarios, entre otros. Al constituirse 112

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como un discurso de verdad sobre el ser regional, el discurso identitario construye no sólo una ontología, sino también una epísteme, una posibilidad de conocer, de diferenciar, de distinguir a los «buenos» de los «malos», a los fieles de los «herejes víctimas de la influencia de ideas e intereses extraños», a los «auténticos» de los «falsos». Como bien lo señala Guillermo Núñez, el discurso de la identidad regional construye una imagen poderosa del «nosotros». Los sujetos que se afilian a ese «yo colectivo» pueden, no sin ambigüedades y contradicciones muchas veces, crear una imagen de sí mismos también poderosa. El discurso de la identidad regional es la ideología de los vencedores del desierto y construye a los sujetos desde su interior, con sus gustos, con sus filiaciones, sus nostalgias, su sentido del pasado, sus nexos con el territorio. Es un discurso que nos provee de placer y que habita como estructura de sentimientos (Núñez, 2002: 85-86). La existencia del discurso regional como estructura de sentimientos, hace posible la interpelación del Estado en nuestras fibras más íntimas, en nuestra necesidad de ser, y con ello obtiene nuestro consenso, si no como aceptación total de sus postulados, si por lo menos en forma de apatía cotidiana. Así pues, el discurso de la identidad regional participa activamente en la construcción de la hegemonía: ese liderazgo moral, intelectual, económico y político que ejercen algunos grupos o clases sociales sobre otros grupos o clases y que les permite reproducir ciertos privilegios. Tal es el caso, y esa la condición del regionalismo sonorense, de la ideología de los agrotitanes, de los vencedores del desierto.

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Navojoa, agrociudad. 1897-1930

Juan José Gracida Romo Centro INAH Sonora [email protected]

Resumen Al inicio del siglo XX, en el noroeste de México, se fue desarrollando un proyecto agrícola de producción comercial. En Sonora, nos encontramos dos regiones, la del Yaqui y el Mayo. En esta última se fue desarrollando la producción agrícola capitalista de exportación con el garbanzo. Esta tuvo como centro de crecimiento la población de Navojoa, que poco a poco fue adquiriendo la característica de una agrociudad. En los estudios recientes sobre el desarrollo de las regiones agrícolas del mundo, han surgido nuevos métodos y teorías de estudio que nos permiten acercarnos a explicarnos esas realidades.

Abstract At beginning of XX century an agriculture project of commercial production took place in the northeast of Mexico. In Sonora we found two regions, the Yaqui and Mayo. The last one developed the agriculture capitalist exportation of garbanzos, based in the city of Navojoa, whose in short time acquired the characteristic of an agro city. In the last studies of development of agriculture regions around the world, new methods and study theorys have emerged, methods wich allow us to learn more and explain ouself about it. Key words: agrocity, development of agriculture, Navojoa.

Palabras clave: agrociudad, desarrollo agrícola, Navojoa.

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de Historia del Centro INAH Sonora, se realizaron Antecedentes Este trabajo forma parte de las reflexiones que reados tesis, una de licenciatura y otra de postgrado de lizamos en los seminarios del proyecto de investigaMiguel Ángel Siqueiros Murrieta sobre los comerción «Empresas y agricultura de exportación en el ciantes de Álamos y la ciudad de Navojoa (Siqueiros, noroeste de México. Historia económica y tenden1997 y 2000). cias actuales», que se realizó desde el año 2002 hasta 2006 por un grupo de investigadores de la UNAM, Concepto de agrociudad UANL, UAS, INAH y UNISON. Coordinado por el Dr. Durante los seminarios del proyecto «Empresas y Arturo Carrillo de la UAS, el Dr. Mario Cerutti de agricultura de exportación en el noroeste de MéxiUANL y la Dra. Maria Eugenia Romero de la UNAM. co» fuimos revisando diferentes teorías que nos perEl espacio que se adoptó como escenario de esmitieran abordar de una manera más adecuada el tudio se encuentra en el noroeste de México, entre el Valle del Yaqui, Sonora y el Valle de Culiacán, Sinaloa, siendo jurídicamente un espacio biestatal (mapa 1) (Cerutti, 2006). Durante los seminarios internos del proyecto, nos fuimos dando cuenta del gran dinamismo de la región y de las regiones que lo componen, más allá de lo que sabíamos. Ahí nos dimos cuenta de la importancia de algunas de estas subregiones que han sido soslayadas por las investigaciones por su aparente falta de importancia. Una de estas que, mostró gran dinamismo a principios del siglo XX y ha sido poco explorada, es la región del Valle del Mayo y la ciudad de Navojoa. Esta región la estudiamos en la década de los años ochenta durante el proyecto de las historias municipales dirigido por la Dra. Cynthia Radding, resultando algunos trabajos como el de Socorro Gallareta sobre Huatabampo y una monografía de Diego Navarro sobre Álamos (Gallareta, 1984; Navarro, 1987). En los Fuente: Cerutti, 2006: 90. años noventa, dentro del Seminario 116

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tema central del proyecto: empresa y agricultura de exportación. Dentro de éstas, nos pareció adecuada la utilización de dos conceptos derivados de los estudios que se venían realizando en el sur de Italia, España, Portugal y América Latina (Cerutti, 2006: 88-89), en zonas donde hubo o hay predominio histórico de la agricultura. Silvia Gorenstein destaca la noción de «sistemas locales de producción», donde se subrayan los factores que inciden en los vínculos entre el medio rural y el urbano, así como los eslabonamientos hacía tras y hacia delante, inducidos por la articulación de la agricultura con la agroindustria y los servicios (Gorenstein, 2001: 46-47). Mario Cerutti profundiza sobre la definición y establece que: «la aparición de asentamientos urbanos que acentúen o multipliquen la división del trabajo u operen como prestadores de servicios diversos, beneficia el desarrollo agrícola, intensifica la agriculturización del territorio bajo estudio, fertiliza la capacidad de engendrar empresas y fortalece el tejido empresarial (Cerutti, 2006: 88). En este sentido, estaría naciendo, allí, la agrociudad. Es decir, un tipo especifico de urbe gestado por un contexto de pujante dinámica agrícola, con elevada fertilidad empresarial y que, sustentada en una localización adecuada, una infraestructura funcional y en instituciones que maduran en su favor, es históricamente capaz, nos dice Cerutti, de: a) Tornarse punto de referencia significativo para la administración y la atención del espacio agrícola que lo rodea. b) Ser proveedora estratégica de un conjunto de servicios indispensables: almacenamiento, mantenimiento, diversión, educación, seguridad, crédito, salud, contactos sociales. c) Concentrar buena parte de la transformación industrial de las materias primas cosechadas en el entorno rural.

d) Convertirse en hegemónica o preponderante dentro de un sistema de ciudades pequeñas y medianas que crecen en el mismo territorio.1 Durante los seminarios, como mencionamos anteriormente, nos fuimos dando cuenta del gran dinamismo que vivió la región establecida para el estudio desde principios del siglo XX. En el espacio biestatal estudiado, encontramos también una muy importante actividad no solamente por subregiones, sino por periodos de existencia, como fue el caso en el Valle del Mayo y la ciudad de Navojoa.

Colonización sonorense del siglo XIX Dentro de Sonora se encuentran las regiones del Yaqui y el Mayo, que se asientan en las cuencas hidrológicas de los ríos de los mismos nombres, ubicadas en la planicie costera en el sur del estado.2 Allí se encuentran, en la región costera del golfo de California, las dos zonas agrícolas más importantes de Sonora formadas por los deltas del río Yaqui y Mayo. En el siglo XIX, después de la lucha contra el Imperio de Maximiliano y de mejorar sus relaciones con los indios mayos, se establecen las primeras haciendas en el Valle del Mayo, como fue la que se estableció en el antiguo pueblo de Navojoa, por la casa comercial Ortiz de la población de Álamos. Además, se construyen los primeros canales de irrigación, en la Hacienda «Tres Hermanos» de la familia Salido en 1865, y poco después se construyó el canal «Ortiz Hermanos» de la Casa Ortiz (Mange, 1932: 41). 1 En un trabajo sobre las agrociudades de López Ontiveros (2001: 65), este autor establece que otra característica de las agrociudades es la mezcla inextricable en su estructura de rasgos urbanos y rurales. Mario Cerutti (2006: 89) lo aplicaría para el caso de Ciudad Obregón. 2 El estado de Sonora se encuentra en una enorme región donde se incluye al noroeste de México, así como el sur y oeste de Arizona y el sureste de Alta California, donde el desierto domina la geografía.

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El Valle del Mayo (se encontraba adscrito al distrito de Álamos, durante el siglo XIX y el porfiriato), tuvo un desarrollo anterior al del Yaqui, ya que la colonización de éste proviene de la década de los años ochenta del siglo XIX, cuando entran los primeros agricultores sonorenses y nacionales, después de la derrota de las huestes de José María Leyva «Cajeme» en 1886. Para 1892 el señor José de Jesús Salido solicita una concesión de agua sobre el río Mayo para conducir agua a la Hacienda Rosales, entre Tesia y Navojoa, para lo cual se abrió el canal Rosales (Hernández, 2006: 45). El mismo año se fundó la hacienda «Juárez», propiedad del señor Morales y el general García Peña, quienes abrieron otro de los canales medios del río y empezaron a construir el molino harinero «García Morales», siendo el primer molino moderno de la región.3 Rápidamente se fue desarrollando una agricultura comercial que tuvo como centro de desarrollo Navojoa y Huatabampo. Esta última población se había formado el 30 de junio de 1893. Para entonces centro del desarrollo agrícola del Mayo. Posteriormente, para el 12 de diciembre de 1898, fue declarada cabecera municipal del nuevo municipio de Huatabampo. Para 1895 el municipio de Navojoa contaba con 8 003 habitantes; en la cabecera habitaban 3 685 personas, en Etchojoa 688 y 1 782 en Huatabampo. Este último poblado se convirtió en el centro regional de la producción y distribución del garbanzo, antes de la llegada del ferrocarril a Navojoa. El garbanzo, durante las primeras décadas del siglo XX, fue uno de los principales productos de exportación agrícola del estado, junto con la harina de trigo producida en las vegas de los ríos sonorenses, y mecanismo del gran dinamismo agrícola en la región del Mayo (Dirección General de Estadística, 1897). La hacienda se encontraba a cinco kilómetros de Navojoa, cerca del pueblo de San Ignacio. Se producía maíz, garbanzo, chícharos y alfalfa (Pegueros, 1926: 207). 3

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El distrito de Álamos mantuvo como cabecera la ciudad del mismo nombre, fundada en el siglo XVII como Real de Minas. La población, desde su fundación, se había constituido en el centro minero y comercial de una amplia zona que abarcaba los minerales del distrito de Álamos, como Minas Nuevas, La Aduana, el Quiriego, el Rosario y Baroyeca, así como los minerales de Guadalupe y Calvo, Jesús María y Chinipas en Chihuahua. La zona del Valle del Mayo, que se encuentra en la planicie costera, habíamos mencionado, se empezó a colonizar de una manera determinante desde la década de los años ochenta del siglo XIX, cuando se inician las primeras inversiones para la explotación agrícola. A finales del siglo XIX y principios del XX, la planicie costera del Mayo se proyecta de manera determinante ante la crisis de la minería de la plata que se vive en Álamos, alentando la colonización de la planicie ante la demanda del garbanzo en el mercado mundial; fenómeno que se acrecentó en la primera década del siglo XX con el fortalecimiento de los poblados de Etchojoa y Huatabampo. A diferencia del Yaqui, en el Mayo los proyectos agrícolas corren a cargo de los sonorenses y de los generales encargados del estudio y deslinde de terrenos, como fue el general García Peña, que estableció una sociedad con Jesús Morales para formar la sociedad Morales-García Peña, que fue la sociedad con más propiedades de tierras en el valle durante el porfiriato. Su hacienda, del mismo nombre, llegó a ser la más extensa e importante del Mayo (Hernández, 2006: 48).

La crisis económica de 1907 y la llegada del ferrocarril Southern Pacific al Mayo Junto con el proyecto agrícola de la Compañía Deslindadora Richardson en el Valle del Yaqui, en 1904, se da el de la construcción del ferrocarril hacia

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a establecerse definitivamente en Navojoa, para impulsar el proyecto de producción comercial agrícola del Valle del Mayo (Montaño, 1932: 205; Navarro, 1987). La llegada del ferrocarril Southern Pacific a la villa de Navojoa se dio el 7 mayo de 1907, con un tramo de 322 kilómetros. Su arribó coincidió con hechos determinantes que se combinarían para cambiar el rumbo de la región, como fueron: a) La inundación del 21 de enero de 1907 de Pueblo Viejo (Navojoa). b) La crisis económica de 1907 que afecto la minería del distrito de Álamos. c) El cambio del eje regional de la ciudad de Álamos a Navojoa (Siqueiros, 2000). d) El desplazamiento de los capitales mineros a los valles del Yaqui y Mayo (Montaño, 1932: 205). e) La apertura de más tierras de la costa a la producción. el sur del país. El 27 de octubre de 1904 la compañía norteamericana Southern Paficic obtuvo una concesión de 99 años para construir y explotar una vía férrea desde Guaymas a Guadalajara, dividida en cinco tramos.4 El ferrocarril inicio su construcción el 15 de septiembre de 1905, en un lugar llamado Empalme. La crisis de 1907 terminó con la minería de la región de Álamos y propició el decaimiento consiguiente de esta ciudad, favoreciendo a Navojoa, por lo que los capitales mineros y comerciales se desplazaron a los valles del Yaqui y el Mayo, aunque la crisis también afectó al Valle del Mayo. Finalmente, la crisis minera alentó a los hombres de empresa, profesionistas y pobladores de «la ciudad de los portales» I. Guaymas-Álamos, II. Álamos-Culiacán, III. CuliacánMazatlán, IV. Mazatlán-Tepic, V. Tepic-Guadalajara (Almada, 1990: 245). 4

Con la llegada del ferrocarril, Navojoa, al igual que estación Corral en el Yaqui, se convirtió en el centro ferroviario del Valle del Mayo. Desde «La Perla del Mayo» se construyó, también, el tan anhelado ferrocarril a la ciudad de Álamos, con el cual esperaban fortalecer su economía. Su construcción se inició el 2 abril de 1907 y se terminó en noviembre del mismo año. La inundación de enero y el establecimiento de la estación fuera del pueblo, llevó a los habitantes de Navojoa a pedir el cambio del poblado alrededor de «La Estación», nombre con el que se conocería el lugar elegido por la compañía del ferrocarril para establecer la Terminal de Navojoa, que a partir de entonces se convirtió en centro ferroviario del sur de Sonora, carácter que años después sería reforzado con la construcción del Ferrocarril del Río Mayo. 119

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La llegada del ferrocarril favoreció el desplazamiento del centro regional de Álamos a Navojoa (Siqueiros, 2000). A nivel del Valle del Mayo significó el desplazamiento de Huatabampo por Navojoa como el centro distribuidor de la producción agrícola, en especial del garbanzo.5 Con la llegada del ferrocarril, la estación de Navojoa se convirtió en la receptora de los carretones jalados por bueyes, que llegaban desde el Valle del Mayo con la producción de garbanzo, arroz, maíz y fríjol, para ser transportados por el ferrocarril, como aparece en los informes de la compañía ferrocarrilera. Después del establecimiento de «La Estación», en el mes de septiembre se registra la primera empresa en el nuevo fundo; ésta fue la Western Comercial Co. S. A. (sucursal) con una inversión de cuatro mil pesos (Hernández, 2006: 60). Después, un hotel y otro comercio de Jesús Ruy Sánchez y otros más se fueron estableciendo, a medida que se regularizaban los solares en discordia del nuevo fundo (Hernández, 2006: 61). Para finales de 1907 había siete giros comerciales establecidos con un capital mayor a los diez mil pesos, reflejando la fertilidad empresarial que se va dando en la zona alrededor de la producción agrícola del valle y su nuevo centro comercial. Cuadro 1. Giros comerciales de primer orden Navojoa 1907 Establecimiento Razón Social / Capital Propietario Sin nombre Pánfilo Santini 14 000 Sin nombre Jesús Morales 14 000 Sin nombre Orrantia y Quiros 14 000 Sin nombre Jesús Tirado 12 000 La Barata Flavio Bórquez 12 000 Sin nombre Ángel Quirós 12 000 Sin nombre Juan S. Cacho 10 000 Fuente: Siquieros, 2000. En 1906 aparecen unas estadísticas en donde Huatabampo registra 2 350 habitantes y Navojoa dos mil, y las cuales no hemos podido corroborar. 5

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A finales del porfiriato, de las ciento cincuenta mil hectáreas susceptibles de aprovechamiento en el Mayo, se pusieron en explotación cuarenta mil hectáreas de riego, de las cuales veinticinco mil se dedicaban al cultivo del garbanzo.6 Lo anterior permitió que la zona agrícola del río Mayo se colocara como la más importante de Sonora y el noroeste, ya que era superior a las trece mil hectáreas que tenía en explotación la Compañía Constructora Richardson en el Valle del Yaqui y a las que explotaban en Culiacán con la caña de azúcar. Al llegar el año de 1910 la región se había transformado y esto se refleja en las estadísticas demográficas. La primera es que el distrito de Álamos se mantuvo a lo largo del porfiriato como el más poblado del estado, con las ventajas que esto significaba en un estado de escasa población como Sonora. En 1880 contaba con 21 800 personas, en 1895 había elevado su población a 51 184, en 1900 a 57 837 y en 1910 a 59 224. Como se aprecia, se da un gran crecimiento de la población hasta 1900, como consecuencia en la población del valle, donde surgen nuevos municipios y poblaciones. El magro crecimiento de 1900 a 1910 refleja claramente los efectos de la crisis económica de 1907 (Dirección General de Estadística, 1901; Departamento de Fomento, 1918). A escala municipal, para el año 1900, Álamos es el municipio más grande del estado con 18 793 habitantes, Navojoa el cuarto con 8 500 y Huatabampo el séptimo con 5 989. Para 1910 Álamos refleja los efectos de la crisis de 1907 y baja al tercero con 19 696, Navojoa se mantiene en el cuarto con 10 882, Huatabampo en el séptimo con siete mil y Etchojoa en el doceavo con 5 342. Como se aprecia, los municipios del valle mantuvieron su crecimiento reflejando la migración al Mayo. Para 1910 los municipios Esta es una cantidad de hectáreas mayor a las que puso en explotación en el Yaqui la Compañía Richardson, que fue de trece mil hectáreas irrigadas a finales del porfiriato. El dato del río Mayo se puede ver en Mange, 1932: 46 y 56. 6

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de Navojoa, Etchojoa y Huatabampo representaban 8.72% de la población total del estado. A medida que avanzó la colonización en el resto del valle, Etchojoa y Huatabampo se fueron incorporando a la producción del mercado local, regional e internacional. Desde principio de siglo se tiene detectada la producción de hortalizas como el tomate, pero principalmente la producción de arroz y garbanzo que se exportaban al extranjero. Por ciudades, en el año 1900 Álamos era la tercera población del estado con 6 180 habitantes, Navojoa la séptima con 2 955 habitantes, Huatabampo la treceava con 1 458. Para 1910 Álamos había bajado a la cuarta ciudad en importancia del estado con 5 736 y Navojoa a la doceava con 2 430 habitantes. Aquí el fenómeno nuevo es que para 1910, mientras los municipios crecieron, las cabeceras municipales se estancaron. Para entonces, el pueblo de Navojoa había dejado de crecer (Departamento de Fomento, 1918).

El garbanzo factor del cambio. La agrociudad Desde el año de 1902 la producción de garbanzo se utilizaría para su exportación al mercado cubano, norteamericano y europeo. La producción promedio del período de 1902 a 1916 fue de treinta mil sacos de cien kilogramos, con veinticinco mil hectáreas cultivadas, la extensión más alta en esos años de la historia del valle, pues el segundo período, que va de 1917 a 1923, fue de dieciocho mil sacos con veinte mil hectáreas y, el último período, de 1924 a 1930, fue de veintiséis mil sacos (Mange, 1932: 50 y 51). Durante la Revolución Mexicana la región del Mayo se convirtió en tierra de dominio revolucionario, lo que la convirtió en zona de financiamiento revolucionario al poner la agricultura de la región al servicio de los intereses revolucionarios (Santillán, 1998: 87). En beneficio del movimiento armado se utilizaron animales, garbanzo, trigo, harina y útiles

de labranza (Gracida, 2004). Huatabampo se convirtió en la tierra de los generales y Navojoa en uno de los lugares de refugio de la población durante el movimiento armado. Así, mientras el estado sufría de diferente manera la revolución, La Perla del Mayo creció poblacionalmente y en sus actividades económicas.7 Después de la creciente del río Mayo en el año de 1914, en 1917 se decidió definitivamente cambiar la cabecera municipal del pueblo viejo a la «Estación». En 1921 el municipio era ya el tercero en importancia con 18 907 habitantes, mientras que la villa de Navojoa pasó de 2 430 habitantes en 1910 a 5 473, duplicando su población hasta colocarse como la quinta población más habitada de Sonora. Mientras a nivel municipal Etchojoa, con 7 840 habitantes, se colocaba como el octavo municipio de la entidad; su cabecera llegó a 1 850 habitantes. Mientras, Huatabampo, con 3 511 habitantes, se colocaba como la novena población del estado. En su conjunto, los tres municipios de Navojoa, Etchojoa y Huatabampo habían pasado de representar 8.7% de la población total de Sonora en 1910 a 13% en 1921, reflejando los cambios que vivía la región. Pero todavía faltaba lo más importante, cuando el general Álvaro Obregón, desde el poder político de la presidencia de la república, impulsaría cambios institucionales y la creación de la infraestructura necesaria para el desarrollo agrícola del Mayo, como fueron: la construcción de vías férreas, puertos de altura, proyectos de regadío, canalización y, más aún, el reconocimiento del portentoso porvenir que esperaba de la región, según las publicaciones de la época.8 Cuando Navojoa alcanzó la población suficiente para ser considerada ciudad se presentó la solicitud, De la región del Mayo salieron el general Álvaro Obregón y su tío Benjamín Hill apoyados por los indios mayos además de agricultores como Manuel J. Guereña, Alberto Ramos, Miguel C. Urrea e Ignacio P. Gaxiola (Aguilar, 1986: 373-374). 8 En los dos álbumes que consultamos de la época aparece constante esta idea (Montaño, 1932; Pegueros, 1926). 7

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misma que le fue concedida el 6 de julio de 1923 (Almada, 1990: 444). Para entonces: Navojoa, la cabecera del municipio más importante de la región del Mayo y al sur de Guaymas cuenta con establecimientos en los giros de agencia mercantil, botica, casa bancaria, casa de comisiones, fabricas de cigarros, tabacos labrados, expendios de gasolina, molinos harineros, molinos de nixtamal, zapaterías, fabricas de soda, panaderías, fotografías, fabricas de ladrillos, cribadoras, imprenta y encuadernadora, barbería, carpinterías, carrocerías, herrería, hojalatería, plomerías, tenerías, relojerías y platerías, sastrerías, talabarterías, fabricas de dulces, de hielo y de porcelana, planta de luz eléctricas, expendios de madera, hoteles, casas de huéspedes, fondas y restaurantes. (Almada, 1993: 123)

Un artículo del año pasado, analiza la actividad económica y empresarial, de toda la década de 1920 en el Valle del Mayo, utilizando los protocolos notariales de 1921-1934. En el trabajo se nota parte de la dinámica empresarial ya que nos dice que se realizaron un total de 67 operaciones, 40 en el municipio de Navojoa, 14 en Etchojoa y 13 en Huatabampo. De las cuales 20 fueron contratos de contra-venta de terrenos, 9 en constitución de Sociedades, 7 en contratos de hipoteca, 5 en compra-venta de acciones de toma de agua, 3 en préstamos de habilitación de avío y el resto en operaciones diversas (Clark y Carrillo, 2006:37). En los primeros años de la década ya se habían instalado en la naciente ciudad diferentes empresas que mostraban la fertilidad empresarial en la región. Estas empresas daban servicio a la ciudad y a las actividades agrícolas del Valle del Mayo, como el Molino Harinero «García Morales», el «Regional del Mayo» 9; agenLa Hacienda Juárez, propiedad del general García y Peña y del señor Morales, llegó a tener mil hectáreas (Pegueros, 1926: 207 y 210). 9

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cias de autos como la Dodge Brothers y Mateo Boyd y Compañía, la cual fue muy importante porque, a parte de los automóviles Willys Knight, vendía los tractores Caterpillar, tan necesarios en la nueva agricultura moderna que se desarrollaba en el valle;10 también, desde 1923, se había instalado una empresa telefónica de carácter regional (Yaqui y Mayo); comercios como «La Barata», «J. Dabdoub y Hermanos» y «La Francesa» (Pegueros, 1926: 212, 214, 215 y 220; asimismo, había intermediarios y bodegueros como Ignacio Ruiz y Francisco Cárdena que se dedicaban la compra venta de la producción agrícola de la región11 y, por

Los automóviles habían llegado al Mayo y se habían convertido en un artículo de gran demanda que traían por ferrocarril junto con los famosos tractores «Caterpillar» (Pegueros, 1926: 209 y 218). 11 Posteriormente, en otro trabajo podremos ver los resultados de una investigación que permitirá observar la natalidad de los negocios en la región (Pegueros, 1926: 217). 10

Navojoa, agrociudad. 1897-1930

último, se contaba con las sucursales del Banco de Sonora, del Banco Nacional de México y el Banco Refaccionario de Occidente.12 Junto con los cambios institucionales que se agregaron para facilitar los trámites legales y hacendarlos del valle, se cambiaron el Juzgado de Primera Instancia, la Agencia Fiscal y otras oficinas establecidas en Álamos. La Agencia Fiscal en Navojoa tuvo como radio de acción los municipios de Etchojoa, Quiriego, Rosario, Nuri y la Dura, convirtiéndose en la tercera en importancia del estado en recaudación.13 Para entonces, Navojoa había reafirmado su hegemonía sobre las poblaciones de la región del Mayo y confirmado su papel de centro comercial, financiero y de servicios (Montaño, 1932:. 206). Uno de los organismos que más contribuyeron al fomento de Valle del Mayo fue la Cámara Agrícola y Comercial del Río Mayo, en el año de 1921; organización fundada por agricultores y hombres de negocios que jugaría un papel muy importante en las trasformaciones del valle del Mayo durante los años veinte del siglo pasado, ya que impulsaría la construcción de carreteras, del ferrocarril del río Mayo, obras públicas y la formación de empresas (Montaño, 1932: 207; Santillán, 1998: Clark y Carrillo, 2006: 37). Para hacer frente a la demanda del exterior por el garbanzo, el frijol y el arroz, se proyecto la construcción de un ferrocarril que uniera originalmente la población de Álamos con el puerto de Yavaros.14 El proyecto del ferrocarril, del siglo XX, es para impulsar el desarrollo de la región agrícola, que permi-

tiera sacar la producción por el Ferrocarril Sud Pacifico, en un principio, y el puerto de Yavaros, aunque se tenía proyectado la construcción del ramal hasta el estado de Chihuahua para conectarlos con los ferrocarriles nacionales y con el mercado nacional y norteamericano (lo que se proyectó para el ferrocarril Chihuahua al Pacífico, en Sinaloa, saliendo desde el puerto de Topolobampo). En el año de 1922 el gobierno del presidente Álvaro Obregón impulso a un grupo de agricultores del río Mayo, agrupados en la Cámara Agrícola Comercial del río Mayo, para que contribuyera para construir un ferrocarril de vía ancha de 62 kilómetros, de Navojoa al puerto de Yavaros, pasando por las principales haciendas: San Ignacio, San Pedro, Bacobampo, Etchojoa, Estación Rosas, Huatabampo y Yavaros. El ferrocarril que se proyectó para ser una inversión privada, finalmente fue financiado por parte de la federación, con el decidido apoyo del general Obregón, que estaba atrás del proyecto. Así se inició la construcción del ferrocarril el año de 1923, aprovechando la gran demanda internacional que había para el garbanzo del Mayo, tanto en Estados Unidos como en Europa (Gracida, 2006). Con lo anterior, cuando el ramal de Navojoa-Álamos había prácticamente dejado de funcionar (se levanta la vía en 1930), cuenta nuevamente en Navojoa con dos ferrocarriles y estaciones, manteniéndose como centro ferroviario. Para entonces podemos considerar que Navojoa era una agrociudad porque:

12 El Banco Refaccionario de Occidente, con un capital de quinientos mil pesos, fue impulsado por el general Álvaro Obregón. 13 El primer agente fue el señor Aurelio Peñuñuri (Pegueros, 1926: 213). 14 Éste, en realidad, era un viejo proyecto de finales del siglo XIX que lo veían como muy necesario para desarrollar el mercado local de la región de Álamos, visto principalmente para satisfacer la minería.

a) Se había convertido en punto de referencia significativo para la administración y la atención del espacio agrícola de los valles del Mayo y del Yaqui. b) Era la proveedora estratégica de un conjunto de servicios indispensables: almacenamiento, 123

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mantenimiento, diversión, educación, seguridad, crédito y salud, además de contactos sociales. c) Era la ciudad hegemónica o preponderante dentro de un sistema de ciudades pequeñas y medianas que crecen en el mismo territorio, como Huatabampo y Etchojoa, y hasta cierto punto Cajeme.15 d) Concentró buena parte de la transformación industrial de las materias primas cosechadas en su entorno rural. Cuadro 2. Producción de granos en el Río Mayo 1920-1928 (sacos de 100 kilos) Frijol Trigo Años Garbanzo Maíz 1920 320 000 28 000 9 000 18 000 27 000 23 000 25 000 1921 260 000 1922 200 000 23 000 29 000 22 000 1923 118 000 21 000 30 000 26 000 1924 100 000 18 000 20 000 20 000 1925 110 000 20 000 60 000 30 000 1926 180 000 30 000 10 000 40 000 20 000 15 000 25 000 1927 60 000 25 000 20 000 30 000 1928 60 000 1929 40 000 20 000 28 000 25 000 Fuente: Montaño, 1932: 56.

Cuando llega la crisis de 1929, llega también el fin del ciclo del garbanzo y el frijol «ojo negro». En el cuadro 2 podemos ver como el principal producto de exportación, el garbanzo, fue a la baja. Mientras que para 1924 alcanzó los 13.50 dólares, para 1932 había bajado a 4.86 dólares. A lo anterior se le agregó el cierre de los mercados de España, Cuba y Estados Unidos que, además, subieron sus impuestos (Santillán, 1998: 98). Lo mismo sucedió con el otro producto de exportación, el frijol «ojo negro», 15 En un trabajo sobre las agrociudades, de López Ontiveros (2001: 65), este autor establece que otra característica de estas ciudades es la mezcla inextricable en su estructura de rasgos urbanos y rurales. Mario Cerutti (2006: 89) lo aplicaría para el caso de Ciudad Obregón.

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que se vio enfrentado a las políticas proteccionistas del mercado norteamericano (Santillán, 1998: 90 y 91). Lo anterior vino a terminar la bonanza en el valle del Mayo, a pesar de las inversiones en obras de irrigación y en medios de comunicación y transporte que se canalizaron hacia la región. Ya desde la década de los años veinte el general Obregón había decidido cambiar su residencia al Valle del Yaqui. Después de su muerte, la entonces recién nombrada Ciudad Obregón continúo transformándose hasta constituirse en una agrociudad.

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Análisis de la pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El Caso de Sirebampo, Sonora. Rosana Méndez Barrón El Colegio de Sonora [email protected]

Álvaro Bracamonte Sierra El Colegio de Sonora [email protected]

Resumen El documento analiza la pertinencia de los índices de pobreza para Sonora divulgados por la SEDESOL como un referente confiable para inducir la situación que prevalece en ámbitos poblacionales pequeños como son las comunidades rurales. Se parte de la idea de que los parámetros de Sedesol, al elaborarse a partir de promedios, subestiman y sobrestiman la pobreza de las localidades menores de dos mil quinientos habitantes. Para comprobarlo se calcularon los ingresos percibidos por la población de Sirebampo, asentamiento ubicado en el municipio de Huatabampo, Sonora, mediante la aplicación de matrices de contabilidad social (MCS). La conclusión es que la pobreza en esa localidad es más grave de la que se desprende de los indicadores municipales proporcionados por la dependencia mencionada. Esto, desde luego, afectará a la comunidad, pues probablemente no aplique en los programas sociales canalizadas a las zonas más empobrecidas del país. Palabras claves: pobreza, comunidades rurales, matriz de contabilidad social, Sonora, Sedesol.

Abstract The document analizes the veracity of the Sonoran poverty indicators as stated by SEDESOL as a truthful reference to understanding the situation that prevails on small population matters such as small rural communities. We start from the idea that since Sedesol, parameters are elaborated on the basis of average results, they overestimate and underestimate the poverty level on smaller that two thousand five hundred inhabitant communities. To prove our point, We calculated the community income of Sirebampo, a small town set on Huatabampo county, in the state of Sonora. The information was gattered by using Social Accounting Matrixes (MCS, in Spanish). Our results conclude that the poverty level on this community is gravest than expressed on the county indicators stated by said agency. This, of course, will affect the community itself since officialy, said community probably will not be favored by the social programs issued to the poorest areas of the country. Key words: poverty, rural comunities, social accounting matrixes, Sonora, Sedesol.

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Introducción En las últimas décadas, la política social1 ha pretendido dejar su orientación asistencialista para concentrarse más en proporcionar, a la población en situación de pobreza, las condiciones mínimas de salud, alimentación y educación, a fin de que accedan paulatinamente a mejores estadios de bienestar. Una limitante que enfrentan las autoridades responsables del área es la selección de las estrategias apropiadas para mitigar los efectos de la desnutrición, el analfabetismo y las enfermedades curables, puesto que prevalece una fuerte confusión en cuanto a su medición. A pesar de que se han desarrollado metodologías interesantes, mismas que representan avances significativos, continúa la controversia, habida cuenta de que día a día observamos una realidad distinta a la indicada en los ejercicios de medición. En resumen, el problema recurrente de la política social es la definición de la pobreza y su medida. ¿Quién es pobre? ¿Qué aspectos deben considerarse para señalar que una persona vive en pobreza?, son preguntas cuyas respuestas nos remiten a un debate inagotable.

La política social en México parte de la necesidad de eliminar las restricciones que impiden o dificultan la acumulación de activos y el acceso a oportunidades. Para llevarlo a la práctica se deben crear políticas de dotación de servicios, programas de apoyo a la nutrición, instrumentos financieros que permitan el ahorro de la población de menores recursos, seguros de diversos tipos, obras de infraestructura que fomenten la creación de empleos en áreas geográficas específicas, cambios en la legislación laboral para evitar prácticas discriminatorias, mercados financieros para los sectores más desprotegidos, instrumentos financieros que sirvan como sustituto a las garantías colaterales, mecanismos de información sobre la reputación de los sujetos de crédito e, incluso, formas alternas para otorgar financiamiento, como los créditos comunitarios. Este enfoque considera a la pobreza como un problema integral de desarrollo cuya solución no puede limitarse a la aplicación de paliativos –identificados tradicionalmente como programas sociales–, sino que también se deben impulsar políticas que hagan más productivas a las personas y, en consecuencia, que contribuyan al desarrollo del país (Szekely, 2002). 1

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El objetivo central de este documento es determinar la pertinencia de las nuevas metodologías en un ámbito poblacional distinto. Normalmente, la cuantificación de la pobreza se hace considerando áreas geográficas agregadas, como es el caso de los estados y los municipios. Sin embargo, existe poca evidencia a nivel de comunidades rurales conformadas por localidades cuya población es menor a los dos mil quinientos habitantes. Para tal efecto, se estudian las condiciones que prevalecen en Sirebampo, pequeña comunidad asentada en el sur de Sonora, específicamente en el municipio de Huatabampo. La información utilizada en este documento se tomó de una Matriz de Contabilidad Social (MCS) construida especialmente para cotejar los índices de pobreza en esa localidad con los obtenidos a nivel municipal. La pregunta que guía estas reflexiones es esencialmente si las comunidades indígenas del sur de Sonora, en particular las de Huatabampo, se ajustan a los resultados de la medición de la pobreza formulada por la Sedesol. Esta pregunta, aunque difícil de responder, inspira la elaboración de este ensayo. El trabajo está integrado por tres apartados. En el primero se describen los lineamientos básicos de la metodología de medición confeccionada bajo los auspicios de la Secretaría de Desarrollo Social. En el segundo se exponen los resultados de esa metodología al caso del estado de Sonora, haciendo una clasificación por categorías de pobreza y por municipios. El tercero consiste en la clasificación de los niveles de pobreza de una comunidad rural, del municipio de Huatabampo, Sonora, a través de la MCS. Aquí mismo se describen las características de la comunidad, el procedimiento y detalles de la construcción de la matriz de Sirebampo, así como sus principales resultados. Finalmente se señalan algunas reflexiones y conclusiones derivadas de estos resultados.

Análisis de la pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El Caso de Sirebampo, Sonora

cial de medición de la pobreza que fuera aceptada por los distintos expertos y especialistas en el tema.3 Entre los acuerdos del comité destacan dos: 1) utilizar la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) como fuente primaria de información para estimar la pobreza y, 2) tomar como medida de bienestar el ingreso por persona. A partir de estos elementos se definieron tres líneas de referencia para agrupar a la población por su nivel de ingreso: a) pobreza alimentaría, b) desarrollo de capacidades y, c) desarrollo de patrimonio. Tomando en cuenta dichos criterios de clasificación, y a partir de los resultados obtenidos en la ENIGH de 2000, quedó definida la población mexicana en pobreza. Los resultados se muestran en el cuado 1. Lo primero que destaca es que más de la mitad de los mexicanos Cuadro 1. Clasificaciones de pobreza padecen algún tipo de caClasificación Definición Ingresos diarios Porcentaje Porcentaje de rencia, sea ésta de alimen(pesos) de hogares población tos, educativa, salud o vesRural Urbano Pobreza Ingreso insuficiente para tido, incluso varias o todas alimentaria cubrir las necesidades de 15.4 20.9 18.6 24.2 al mismo tiempo. alimentación En segundo lugar el Desarrollo de Ingreso insuficiente para cuadro permite subrayar 25.3 31.9 capacidades cubrir las necesidades de 18.9 24.7 lo siguiente: el primer nieducación y salud vel (pobreza alimentaría) Desarrollo Ingreso insuficiente para supone no contar con los de patrimonio cubrir las necesidades de 28.1 41.8 45.9 53.7 vestido, calzado, vivienda y ingresos adecuados para transporte público adquirir la dieta básica. En Fuente: ENIGH-INEGI, agosto-diciembre 2000 (muestra de 10 108 hogares/42 535 individuos). este caso está 24.2% de la población. En cuanto a desarrollo de capacidades, Con el objeto de cerrar esa polémica, en 2001 la que incluye limitaciones en salud y educación, adeSecretaría de Desarrollo Social conformó el Comité más de ingresos insuficientes para garantizar el míTécnico para la Medición de la Pobreza en México, nimo alimenticio, el porcentaje asciende a casi cuacuyo propósito fue desarrollar una metodología ofirenta por ciento. En el tercer nivel, que abarca a las La metodología desarrollada por Sedesol: algunos resultados En México, pese a los múltiples esfuerzos y a la gran cantidad de programas destinados al combate a la pobreza,2 lo cierto es que una parte considerable de la población sigue viviendo en condiciones de precariedad inaceptables; sea esto porque no satisfacen los requerimientos alimenticios mínimos o, bien, debido a que no tiene acceso a servicios de salud y educativos. Por otro lado, la cantidad y el porcentaje de pobres en México depende del método que se empleó; cada especialista, al defender su metodología, propició una interesante controversia que con frecuencia afectó los criterios para determinar la población objetivo a la que se dirigirían las acciones de intervención gubernamental.

2 Destacan, entre estos programas, los de Coplamar (desarrollado durante la presidencia de José López Portillo, 19761982), Solidaridad (Carlos Salinas de Gortari, 1988-1994), Progresa (Ernesto Zedillo, 1994-2000) y OPORTUNIDADES (desde la administración de Vicente Fox hasta la fecha).

3 El Comité está conformado por siete expertos nacionales independientes, cuyos miembros académicos pertenecen a instituciones como El Colegio de México, la Universidad Iberoamericana, Universidad Autónoma Metropolitana y el Centro de Investigación y Docencia Económica.

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otras dos y, además, la carencia de vivienda, transporte, vestido y calzado, está prácticamente 54% de los mexicanos.

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Cuadro 2. Sonora: población bajo el umbral de pobreza Clasificación Total de la población Población urbana Población rural de la pobreza Porcentaje Personas Porcentaje Personas Porcentaje Personas 232 354 21.7 50 518 78.3 181 836 Alimentaria 10.5 344 301 28.4 97 849 71.6 246 452 15.5 Capacidades 756 703 45.2 341 956 54.8 414 747 34.1 Patrimonio Fuente: elaboración propia con datos de SEDESOL, 2005.

La pobreza en Sonora: medición La situación es distinta cuando se analizan las entidades federativas.4 En lo que corresponde al estado de Sonora, resultados recientes (noviembre de 2004) muestran que de los 2 216 969 habitantes registrados por INEGI en el censo de 2000, 10.5% (232 354) vivían en pobreza alimentaría y 15 y 34.1% en pobreza de capacidades y de patrimonio, respectivamente; es decir, un total de 344 301 personas en el primer caso y 756 703 en el segundo.5 Los datos del cuadro 2 sugieren que Sonora, en comparación con el resto del país, parecería no contar con niveles tan extremos de pobreza, puesto que menos de la mitad vive en condiciones de precariedad y más aún si se considera la pobreza alimentaria, la cual es de diez por ciento. Considerando los resultados nacionales, seríamos enlistados como «un estado sin pobreza» o, por lo menos, con índices no preocupantes. No obstante, esta conclusión es discutible, lo que obliga a hacer un análisis más detallado; esto es, a nivel municipal e incluso por comunidad, ejercicio que se desarrollará en los siguientes apartados. 4 La Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares no tiene representación estatal; sin embargo, a través de un método que consiste en utilizar el análisis discriminante para catalogar ciertos indicadores de la muestra de hogares de la ENIGH 2000 y luego traspasar esta ponderación de indicadores hacia la información generada en el XII Censo General de Población y Vivienda 2000, es posible clasificar la información a nivel estatal, municipal, localidad e, incluso, a nivel manzana (SEDESOL, 2005). 5 En 34.1% de la población en pobreza patrimonial están incluidas las personas de las dos clasificaciones que le anteceden, pobreza de capacidades y pobreza alimentaria, por lo que no pueden sumarse entre sí (SEDESOL, 2005).

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Bajo esa consideración, en el cuadro 3 se muestran los cinco municipios sonorenses con mayores porcentajes de población en cada una de las clasificaciones de pobreza definidas por Sedesol. Cuadro 3. Sonora: municipios más pobres Lugar Pobreza Pobreza de Pobreza de alimentaria capacidades patrimonio 1 Quiriego Quiriego Álamos 2 Álamos Álamos Etchojoa 3 Yécora Yécora San Ignacio Río Muerto 4 Rosario Rosario Huatabampo 5 Etchojoa Etchojoa Benito Juárez Fuente: SEDESOL, 2005.

Se advierte que los municipios en peor situación serían los de Quiriego, Álamos, Yécora, Rosario y Etchojoa, dado que un porcentaje importante (el mayor comparado con el resto de los municipios del estado) cuenta con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades mínimas de alimentación, educación y salud (pobreza alimentaría y de capacidades); incluso, dentro de estos cinco municipios, Álamos y Etchojoa serían un caso aún más grave, puesto que entran en las tres categorías. Por tanto, en caso de aplicar una política social de combate a la pobreza, sería hacia éstos donde debería concentrarse el esfuerzo de los programas de combate de la pobreza. Sin embargo, qué pasa con el resto de los municipios «catalogados como de mayor pobreza en el estado», ¿se descartan simplemente? Al limitar el análisis a la esfera municipal se incurre en el sesgo advertido al comparar los resultados

Análisis de la pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El Caso de Sirebampo, Sonora

nacionales con los locales: debido a que se trata de un promedio, éstos minimizan la pobreza de regiones particulares. En este caso, los indicadores a nivel municipal son inconsistentes para medir la pobreza en localidades rurales,6 debido a que la estimación se hace tomando en cuenta solamente a la cabecera municipal (ENIGH). Esta circunstancia repercute sobre los efectos positivos que tienen o pueden tener las políticas públicas diseñadas para mitigar la pobreza. En este sentido, a continuación se presentan los datos de pobreza encontrados en una comunidad rural del municipio de Huatabampo, Sonora, por medio de una metodología de análisis económico, conocida como Matriz de Contabilidad Social (MCS).

Análisis de la pobreza con matrices de contabilidad social (MCS): el caso de Sirebampo7

La comunidad cuenta con servicio de energía eléctrica y agua potable; una escuela primaria y una telesecundaria. Pese a contar con las instalaciones para un centro de salud, no hay doctor que preste el servicio de forma permanente. Existen sólo dos abarrotes que proveen parcialmente de alimentos a la población; se carece de otro tipo de servicios comerciales. En general, los habitantes se emplean fuera de la comunidad, esencialmente como jornaleros en campos agrícolas cercanos, en trabajos de albañilería y prestando servicios de limpieza doméstica en la ciudad de Navojoa. Algunos residentes elaboran artesanías, las cuales venden en los cruces carreteros y en el mercado municipal de ese mismo municipio. Una proporción menor se dedica a la pesca de camarón y en trabajos a destajo, como el cargamento de «dompes» con arena para la construcción.

Sirembampo, Sonora: algunos datos Sirebampo es una localidad del municipio de Huatabampo, del estado de Sonora. Geográficamente se localiza a cuarenta kilómetros al sur de la ciudad de Navojoa (sobre la carretera internacional 5). Es una comunidad indígena mayo y cuenta con una población de 530 habitantes (INEGI, 2000), habitando un total de 110 viviendas (MENDEZ, 2004). De acuerdo a Evolución de las Ciudades (INEGI, 1993), quedan dentro de la categoría pueblo campesino, localidad o comunidad rural, aquellas unidades geográficas cuyo número de integrantes (habitantes) es de dos mil quinientos o menos. Específicamente se considera a la población que reside en un área con límites claramente definidos, quedando fuera los residentes asentados más allá de estos límites, aun y cuando las relaciones culturales, afectivas y económicas sean intensas (Bracamonte, 2001). 7 La comunidad es una de las cinco seleccionadas por un estudio a nivel nacional llamado Encuesta Nacional a Hogares Rurales en México (ENHRUM), desarrollado por El Colegio de México y la Universidad de California en Davis, California, durante 2003, en ochenta comunidades rurales del país. El Colegio de Sonora colaboró en el levantamiento de dicha encuesta, la cual es la fuente de información de la presente investigación. 6

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Mapa 1. Ubicación geográfica de Sirebampo, Sonora.

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¿Qué es una Matriz de Contabilidad Social? Características principales La Matriz de Contabilidad Social (MCS) es una estructura contable en la cual se resume la estructura económica de un país, una región o una comunidad en un periodo de tiempo determinado, por lo general un año (Bracamonte, 2001). Éstas incluyen las principales actividades económicas de los habitantes (producción de cultivos básicos y de cultivos comerciales, ganadería, producción no agropecuaria y comercio), los factores de producción (tierra, trabajo y capital), los tipos de hogares, el ahorro y la inversión que estos últimos hacen en capital físico y humano (educación) y a las relaciones de las poblaciones y sus habitantes con el exterior. El diseño y construcción de la MCS se basa en la conjunción de las instituciones y sectores que componen la estructura productiva en estudio, detallan-

Actividades

Factores Instituciones (HNP, Hpa, HPc, HPp) Capital (S/I) Resto del Mundo Total

Cuadro 4. Estructura genérica de una MCS para un pueblo: Sirebampo, Sonora Instituciones Resto del Actividades Factores (HNP, HPa, Capital (S/I) Mundo Total HPc, HPp)* Consumo Consumo intermedio privado y Inversión Exportaciones Ventas totales (MIP) (X) público Valor agregado de la producción Valor agregado local Ingreso Ingreso de Impuestos factorial de Transferencias Remesas los hogares las familias Ahorro de las familias y el Ahorro externo Ahorro total gobierno Importaciones Gasto total de Inversión Exportaciones Ingresos y (M) las instituciones total y remesas gastos totales Gastos totales Gasto total de (PIB) los factores

*La clasificación de los hogares en Sirebampo se hizo a partir de la estructura de ingresos (HNP: Hogares No Pobres; HPa: Hogares Pobres en Alimentación; HPc: Hogares Pobres en Capacidades; HPp: Hogares Pobres en Patrimonio). Fuente: Bracamonte, 2001.

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Análisis de la pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El Caso de Sirebampo, Sonora

do aquéllos que son de interés para la investigación.8 Después de definir los agentes y sectores que formarán parte de sus cuentas, a cada una de éstas se les asigna una fila y una columna, las cuales registran las transacciones efectuadas en la economía. Como uno de los supuestos es que la MCS sea cuadrada, es decir, que la suma de los renglones sea igual a la suma de las columnas, el registro se hace teniendo cuidado de mantener la igualdad entre los ingresos y los gastos (filas y columnas) dentro del sistema. Las cuentas más comunes que conforman una MCS son los factores de producción, los hogares, las empresas, las actividades de producción, las mercancías, el gobierno, el capital, los impuestos, los subsidios y resto del mundo.9 MCS-Sirebampo

La MCS-Sirebampo se elaboró a partir de una encuesta aplicada en la comunidad durante el mes de enero de 2003. Esta encuesta fue diseñada no sólo para determinar el total de ingresos y gastos de los hogares, sino para conocer con mayor detalle las características productivas y las relaciones de intercambio entre la comunidad y el exterior. Para ello se aplicaron 22 encuestas a igual número de hogares, mismos que se seleccionaron a partir de un Muestreo Simple Aleatorio.10 Dado que el interés era evaluar las condiciones de pobreza prevalecientes en la comunidad con base en los criterios establecidos por SEDESOL, se clasificaron los hogares a partir de los umbrales de pobreLa MCS son flexibles en su construcción pues pueden agregarse o desagregarse a partir de los requerimientos de análisis en cuestión: pueden agregarse y desagregarse los flujos de bienes y servicios, así como los de producción en cuantas ramas sea posible. 9 Para más detalles sobre la metodología y procedimientos de construcción de matrices de contabilidad social puede consultarse a Yunez y Taylor (1999) y Bracamonte (2001). 10 Para mayor conocimiento sobre el procedimiento de selección y muestreo véase Méndez (2004). 8

za fijados en cada uno de los niveles establecidos: alimentaria, capacidades y patrimonio. En el cuadro 5 se muestran los rangos de ingreso para cada clasificación de pobreza. Cuadro 5. Ingresos per cápita anuales mínimos por umbral de pobreza (pesos) Rural Urbana Umbral de pobreza Alimentaria 5 544 7 524 6 804 8 892 Capacidades 10 116 15 048 Patrimonio Fuente: elaboración propia a partir de datos de Sedesol, 2003.

Dados los rangos establecidos, se definieron dos tipos de hogares en Sirebampo: hogares no pobres (HNP) y hogares pobres (HP); los primeros se ubican por encima del umbral de pobreza de patrimonio11 o, bien, sus ingresos son mayores a 10 116 pesos; por su parte, los HP tienen ingreso anual menor a este umbral. Asimismo, los HP se clasificaron a partir de cada uno de los tres umbrales de pobreza, obteniendo por tanto tres tipos de hogares pobres: hogares en pobreza alimentaria (HPa), hogares en pobreza de capacidades (HPc) y hogares en pobreza de patrimonio (HPp). A partir de esta clasificación se construyó la MCS-Sirebampo. En el cuadro 6 se muestran los tipos de hogares, su participación en el total y la población registrada en cada clase. Puede observarse que los hogares pobres son los más numerosos en la comunidad y, dentro de éstos, los HPa son los que concentran a la mayor parte de la población en la comunidad: 61% de la población de Sirebampo no cuenta con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades de alimentación.

Se considera al umbral de patrimonio como el de menor incidencia, pues todavía se alcanzan a cubrir las necesidades de alimentación, salud y educación. 11

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Cuadro 6. Clasificación de hogares de la MCS-Sirebampo Hogar Porcentaje por tipo de hogar Población total HNP 13.0 76 HPa 61.0 356 HPc 17.4 101 HPp 8.6 50 Total 100.0 583 Fuente: elaboración propia a partir de la MCS-Sirebampo.

Resultados de la MCS-Sirebampo A partir de la información recopilada en la encuesta aplicada en Sirebampo se obtuvo una MCS de 18x18 (filas y columnas). Además de las cuentas de hogares se definieron cuentas de actividades productivas: agropecuarias, comercio y servicios y otras actividades productivas (OAP); de factores productivos: tierra, capital y trabajo (asalariado y familiar) y de relaciones de intercambio con el exterior (resto de la región, resto de México y resto del mundo). Asimismo, la MCS permitió conocer la estructura del Producto Interno Bruto local (PIB), la composición de remesas y de ingresos. Para el caso del presente documento, nos concentraremos en estos últimos: ingresos por hogar y per cápita. Cuadro 7. Distribución del ingreso anual por hogar y per cápita (pesos) Ingreso Ingreso per cápita Hogar 1 009 933.93 13 325.42 HNP HPa 1 657 490.49 4 660.72 547 834.61 5 400.47 HPc 364 323.75 7 266.42 HPp Total 3 579 582.78 6 139.94 Fuente: elaboración propia con base en la encuesta aplicada en Sirebampo, 2003.

Con la MCS de Sirebampo se obtuvieron los ingresos totales y per cápita por tipo de hogar. Se observa en el cuadro 7 que los HPa son los hogares que concentran la mayor parte de los ingresos de la comunidad; sin embargo, como también son los más numerosos, su ingreso per cápita resulta el más bajo, 134

4 660 pesos; incluso es menor al ingreso promedio de Sirebampo, el cual es de 6 139 pesos. Incluso, retomando los ingresos mínimos por umbral de pobreza (véase cuadro 4), observamos que, al tomar como referencia el ingreso promedio, la comunidad se ubica dentro del estrato de pobreza patrimonial (menos de 10 116 pesos anuales por persona) e incluso cerca del de capacidades. Esto comprueba el sesgo de los porcentajes planteados arriba: efectivamente, contrario a los resultados presentados por SEDESOL, la comunidad de Sirebampo, asentada en el municipio de Huatabampo, presenta niveles de pobreza para todos los estratos considerados, mientras el propio municipio quedó solamente dentro del umbral de pobreza de patrimonio. Este resultado confirma que los promedios tienden a diluir la gravedad de la pobreza en espacios específicos; también comprueba que las MCS aplicadas a comunidades rurales son un instrumento de gran utilidad

Análisis de la pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El Caso de Sirebampo, Sonora

para determinar la precariedad en localidades particulares y aclarar con sus resultados la confusión que suele presentarse cuando esas pequeñas poblaciones se integran como parte de indicadores agregados, como son los referentes a la pobreza nacional, estatal e, incluso, municipal. Lo anterior queda comprobado al comparar los porcentajes de población en pobreza que SEDESOL presentó para el estado de Sonora y el municipio de Huatabampo contra los resultados arrojados por la MCS-Sirebampo. En el cuadro 8 se resumen los resultados de cada uno de estos niveles. Vistos al mismo tiempo los tres escenarios, estado, municipio y comunidad, se perciben diferencias significativas con respecto al porcentaje de población en cada uno de los umbrales de pobreza. Vemos que, curiosamente, al avanzar hacia el espectro de comunidad, el porcentaje de población en cada uno de los rubros aumenta, principalmente en el rubro de pobreza alimentaria; solamente se reduce para el caso del umbral de pobreza de patrimonio. Estos resultados muestran lo importante que es bajar el análisis de la pobreza a nivel comunidad y diseñar, por tanto, políticas de apoyo que vayan encaminadas a solucionar el problema. Cuadro 8. Comparativo MCS-Sirebampo y Sedesol Población en Pobreza (por ciento) Umbral de Estado pobreza Sonora Alimentaria 10.5 Capacidades 5.0 Patrimonio 18.6 Total 34.1

Municipio Huatabampo 29.3 9.3 22.8 61.4

Comunidad Sirebampo 61.0 17.4 8.6 87.0

Fuente: SEDESOL y MCS-Sirebampo

Reflexiones finales Las matrices de contabilidad social (MCS) son una herramienta de análisis muy flexible, pues se pueden adaptar dependiendo de los intereses de la investi-

gación en cuestión. Este instrumento se ha utilizado para describir la estructura productiva, para evaluar la importancia y composición de las remesas e, incluso, para analizar la distribución del ingreso dentro de la comunidad. En esta ocasión pudimos comprobar su eficacia para evaluar los niveles de pobreza en una comunidad rural del estado de Sonora. El ejercicio de evaluación de los niveles de pobreza, a través de la construcción de una MCS, es una opción para el eficiente funcionamiento de la política social. Esto se debe a que la MCS no sólo señala los grados y población en pobreza, sino que muestra un mapa a seguir para contrarrestar el problema: ubica las actividades económicas que pueden explotarse o reactivarse e, incluso, los mercados hacia los cuales puede dirigirse dicha producción. Así, el aporte no sólo queda en la descripción, sino que contribuye con líneas para la solución. El problema de la pobreza es recurrente y esto se debe principalmente a que solamente se busca dar solución a corto plazo: el otorgamiento de apoyos directos que subsanen las necesidades más apremiantes de la población. Sin embargo, ello no corrige el problema, sino que lo mantiene como un círculo vicioso. El desagregar el análisis de pobreza a nivel de comunidades permite reconocer las áreas críticas y dirigir acciones específicas para cada una de éstas.

Bibliografía Bracamonte S., Álvaro (2001) «Análisis de los impactos de políticas económicas en comunidades rurales de Sonora en base a modelos de equilibrio general aplicados. El caso de El Júpare, Sonora», tesis de doctorado, México, UAM-Iztapalapa. Bracamonte S., Álvaro y Rosana Méndez B. (2005) «Análisis de pobreza en Sonora con matrices de contabilidad social. El caso de Sirebampo, Sonora», ponencia presentada en el congreso «La Política Social en Sonora», realizado dentro del marco del XXXIV Aniver-

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sario del Departamento de Economía, Hermosillo, Sonora, México, Universidad de Sonora, noviembre de 2004. Banco Mundial (2003) La Pobreza en México: una Evaluación de las Condiciones, las Tendencias y la Estrategia del Gobierno. Resumen y Mensajes Principales, México. INEGI (1993) Evolución de las Ciudades, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México. (2000) XII Censo General de Población y Vivienda, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México. Méndez Barrón, Rosana (2004) «Cambios en la estructura económica de una comunidad rural: acercamiento

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a través del análisis de multiplicadores. El caso del Ejido La Victoria, Sonora» (tesis de maestría en ciencias sociales con especialidad en estudios regionales) Hermosillo, Sonora, México, El Colegio de Sonora. Sedesol (2005) La Pobreza en Sonora, presentación de la secretaria de desarrollo social Josefina Vázquez Mota en su visita a Sonora, México. Szekely, Miguel (2003) «Lo que dicen los pobres», Secretaría de Desarrollo Social (www.sedesol.mx). Yúnez Naude, Antonio y J. Edward Taylor (1999) Manual para la elaboración de matrices de contabilidad social con base en encuestas socioeconómicas aplicadas a pequeñas poblaciones rurales, Documento de Trabajo núm. XIV, México, Centro de Estudios Económicos, El Colegio de México.

Resignificar la huelga de Cananea (1906-2006)

Juan Manuel Romero Gil Universidad de Sonora [email protected]

Resumen En este trabajo se pretende recuperar el significado histórico de la huelga de 1906 en la comunidad minera de Cananea, en eventos posteriores a tan emblemático acontecimiento. Es decir, reconocer en el periodo 1906-1930 la forma en que los trabajadores traducen la impronta de la huelga en un sentido de «tradición selectiva» para afrontar o derivar distintas estrategias en situaciones de inestabilidad y conflicto social, analizando tal comportamiento sociocultural alrededor de tres situaciones que experimenta la comunidad de Cananea: la crisis económica de 1907, los acontecimientos que desata la Revolución mexicana en cada una de sus etapas y el nacimiento en la década de los años treinta de organizaciones de corte sindical, en el contexto de otro abrupto momento de crisis económica y consecuente inestabilidad social. Finalmente, apuntamos que intentamos superar el encapsulamiento de la historiografía regional que ve a la huelga como el «inicio de la revolución», soslayando en otros eventos la carga simbólica de la experiencia o tributo de los mineros en la etapa formativa del mineral y su condición obrera.

Abstract The aim of this work is to recover the historic meaning of the 1906 strike at the mining community of Cananea, in former events to such an emblematic happening. That is, to recognize in the period of 1906-1930 the way in which the workers translated the moral step of the Strike in a sense of «selective tradition» to derive different strategies in unstable situations and social conflicts. It worth to declare that in this reflection such social-cultural behavior the community of Cananea was experiencing was analyzed by means of three situations: the economical crisis of 1907; the events that unleashed the Mexican Revolution in each of its stages; and the newborn 1930’s decade that brought into scene labor-union-like organizations, right in the context of another abrupt moment of economical crisis and consequent social instability. Finally, we intend to struggle against the traditional idea that stands the Strike as «the beginning of the Revolution» eluding in other events the symbolic burden of this experience or the tribute of the miners in the formation step of the mineral and their working condition.

Palabras clave: crisis, huelga, organización, resistencia, revolución, sindicalismo, tradición selectiva.

Key words: crisis, strike, organization, resistance, revolution, syndicalism, selective tradition. 137

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Un movimiento cívico-obrero El primero de junio de 2006 se conmemoró el centenario de la huelga de Cananea. A un siglo de distancia es necesario resignificar su presencia en la memoria histórica de esa populosa y prolífica sociedad minera del norte de México y, consecuentemente, en los anales de la clase trabajadora. Esta tarea no ha sido asunto exclusivo de los historiadores, es materia de todos aquellos interesados en recuperar la historia de la defensa y soberanía de la frontera y, asimismo, registrar el comienzo y largo proceso de los trabajadores por alcanzar la autonomía políticosindical. Como sabemos, la huelga de Cananea duró poco tiempo y apenas ocupó los primeros días de junio de 1906. Sin embargo, para comprenderla mejor en una retrospectiva histórica, es preciso rescatar la gestación de un movimiento cívico que incluía a obreros, comerciantes y profesionistas liberales; movimiento que nació paralelo a la apertura de los trabajos de construcción de este pueblo minero. En efecto, desde la creación de la infraestructura productiva de las minas y la urbanización acelerada del espacio destinado a la vivienda y los servicios, bajo la modernidad capitalista, surgió una sociedad polarizada y jerarquizada (Sariego, 1988: 89). Este desarrollo económico, que abrió la explotación de los fundos mineros del norte, trajo consigo el arribo de grandes masas de trabajadores, atraídos –como ahora– por la oferta de trabajo en una amplia zona fronteriza que incluía a las minas de Sonora y Arizona (Romero, 2001: 119-121; Sariego, 1988: 109). Para el caso de Cananea, tal vorágine significó nada menos que pasar de una pequeña ranchería de no más de cien personas a cerca de veinte mil en los primeros años del siglo XX (Aguilar, 1981: 111); de esta población, cinco mil personas eran obreros. Cananea fue el paradigma del proceso de urbanización y desarrollo tecnológico que experimentaron los mine138

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rales que surgieron durante el porfiriato; especialmente los que explotaban el metal rojo. El ordenamiento que hizo la Cananea Consolidated Copper Company (4C) del espacio destinado para los servicios y la vivienda fue el arquetipo que respondió a una lógica de inversión capitalista: la ciudad como oportunidad de mercado o negocio; es decir, que respondiera al mismo tiempo a los fines productivos de la empresa. Asimismo, se pretendía controlar a esa población de veinte mil personas que acudió en tropel al mineral (Romero, 2001: 286). A una altura de cinco mil pies, en la parte dominante del sistema serrano que se extiende en la región septentrional del estado de Sonora, se formó el legendario mineral, bajo la tutela del aventurero y especulador William Green. En un periodo de cinco años, 19001905, tomó el rostro de una ciudad moderna que la volvió atractiva para las corrientes de migración que se movían hacia el norte. Cananea se convirtió, de esta forma, en el centro de población más grande de la región. Sus pobladores se distribuyeron en tres barrios: el célebre Ronquillo, donde se ubica actualmente la «esquina de la democracia», Cananea Vieja y la Mesa (Bernal, 1905: 4). El Ronquillo era el sitio más populoso y comunicaba con la parte alta de la sierra en donde se establecieron los grupos mineros siguientes: Chivatera, Puertecitos y Buena vista (Trueba, s. f.). Tal proceso estuvo lejos de ser idílico; en la medida en que se iba transformando el espacio minero, con modernas instalaciones y servicios (casa de fuerza, planta de fundición, concentradora, ferrocarril, laboratorios, hospital, banco, mercado, escuelas, iglesias, funeraria, etc.) el ambiente era larvado en contradicciones que, colocadas a flor de piel, pronto brotaron en un conflicto liso y llano entre el capital y el trabajo (Sariego, 1988: 129; Romero, 2007). En ese contexto, especialmente competido resultó el territorio de la vivienda y la zona del comercio. Vale decir que en Cananea se dieron cita no sólo

Resignificar la huelga de Cananea (1906-2006)

obreros de todos los estados del país y del mundo, ya que también arribaron comerciantes y profesionistas diversos atraídos por el jugoso mercado de los servicios (Romero, 2001: 258). Este sistema o modelo industrial de marcadas diferencias –como ya apuntamos– generó prematuramente diversos conflictos. A tres años de que ocurriera la huelga, en mayo de 1903, en un amplio documento firmado por setenta ciudadanos, se concentraba la visión de los obreros, y seguramente de algunos comerciantes, sobre el problema de la propiedad urbana y las desigualdades sociales. En el texto enviado a Porfirio Díaz, se desnudaba el interés especulativo de la empresa y se exhibía la complicidad de las autoridades: Agobiados por el enorme peso de la tiranía y opresión que jamás se viera, ejercida por la Cananea Consolidated Copper Co. y sus inhumanos empleados, de quienes las autoridades locales, instituidas para hacer respetar y sostener las garantías que a todo hombre otorgan la Constitución General de la República y la del Estado, no son más que ejecutores de los delitos que día a día se cometen contra el pueblo [...] Una vez formada esta población que por lo numerosa debería llamarse ciudad, la citada Compañía, titulándose dueña de terrenos en que la población está fincada, ha puesto cercos de alambres de púas en todas direcciones y rumbos obstruyendo el tránsito de calles y caminos y dejando en rigurosa incomunicación y sin salida en sus propias casas a centenares y miles de almas [...] nos vemos precisados a cruzar los cercos humillándonos, convirtiéndonos en reptiles para pasar por debajo respetando los alambres, y en el acto, no se nos vuelve al redil sino que somos multados o llevados a una pestilente e inmunda bartolina que no tiene ni cuatro metros por costado donde se hacinan decenas de víctimas...! ¡Oh, es increíble lo que pasa! estos atropellos de lesa humanidad y lesa civili-

zación causa hasta hilaridad e indignación de los yankees quienes en tono de reconvención y como calificándonos de cobardes e indignos, nos han preguntado ¿Por qué los mexicanos toleran ser tratados como bestias y expulsados por extranjeros de su propio pueblo? [...] Lo hemos tolerado no por temor a los gringos, ni diez veces más que fueran, lo toleramos por temor al poder público, por temor a las autoridades que armadas del poder público para garantizar nuestros derechos de libertad de comercio, industria y trabajo, por el sueldo y beneficios que reciben de la Compañía se convierten en nuestros principales enemigos y verdugos [...] En esta virtud para coronar la obra y asegurar el triunfo absoluto se hace entender, al primer Magistrado del Estado que siendo propietaria la Compañía de los terrenos de la población, no podría el pueblo oponerse al lanzamiento ni debería esperar garantías del gobierno [...] Cuando en días pasados se esperaba al gobernador, el pueblo había acordado [...] reunirse para hacerle una digna recepción y exposición de quejas, pero [...] apenas lo supo el comisario ante cuya palabra no hay leyes y, en presencia de toda la policía, amenaza de prisión para todos, única ley que a cada paso invocaba. Así es el poder, así son las cosas del mundo y su justicia [...] las víctimas son revoltosas, díscolas, escandalosas y por lo tanto sólo el menosprecio merecen.1

Después de exponer su visión sobre la situación política del mineral, los autores del manifiesto hicieron una defensa jurídica del derecho de asociación y de propiedad. Amparados en las garantías individuales, reclamaban la libertad de industria, de trabajo, de tránsito, de creencia y, sobre todo, que debían cubrirse los requisitos indispensables para privar a un hombre de su libertad.2 «Cananea, denuncia de obreros de los abusos de la 4C», Archivo del Gobierno del Estado de Sonora (AGES), 1902, t. 1704. 2 Ibid. 1

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Se apoyaban también en el artículo 27 de la Constitución vigente, que preveía la ocupación de un terreno, sin consentimiento del dueño, por causa de utilidad pública y previa indemnización. Además, citaban el artículo 103 del Código Civil, que regía cuando la población se formó y que permitía el consentimiento de una relación contractual de palabra, por escrito o por los hechos. Con base en este artículo, sostenían que, debido a la ocupación pacífica de los lotes por espacio de tres años, tenían derecho de propiedad. Cerraban su demanda con la amenaza de utilizar la vía armada para defender las fincas construidas, en caso de que el gobierno no actuara en favor del pueblo: No se crea que nomás la ciencia de los justos nos favorece: también la ley escrita o positiva vigente en el Estado. No es menos precisa y categórica al efecto cuando dice, todo homicidio a excepción del casual es punible CUANDO SE EJECUTA SIN DERECHO (Art. 454 del Código de la materia) [...] Más claro no podía estar. No es pues malo matar sino hacerlo sin derecho.3

El gobierno permaneció impasible ante el reclamo de justicia, pues al finalizar el año a casi la totalidad de los vecinos que habitaban en El Ronquillo se les había desalojado. Estos movimientos que tienen un perfil social heterogéneo y con marcada participación de profesionistas liberales –a juzgar por el contenido del discurso que manejaban– coincidían con otras acciones de protesta que llevaron a cabo en esos años iniciales los trabajadores norteamericanos. En 1902 estalló una huelga por parte de mecánicos extranjeros que construían la fundición. Demandaban mejor salario en compensación por las condiciones inhóspitas del mineral; la expulsión hacia Arizona fue la respuesta. Un año después estalla otra huelga, 3

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Ibid.

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ahora por parte de caldereros, quienes quemaron un tren para evitar la llegada de esquiroles. En 1904 trabajadores norteamericanos amenazan con un nuevo paro de labores (Cárdenas, 1998: 182-183). El otro elemento que tensaba la vida en el mineral era la aplicación selectiva de la justicia. Lázaro Gutiérrez de Lara, el abogado tamaulipeco de vena anarquista, dejó constancia de ello en su novela testimonial Los Bribones. En 1903, víctima de un infundio de Green (lo acusó de hurto de madera), será uno de los primeros en pisar la cárcel de Cananea (Sariego, 1988: 133). En el primer año de operaciones de la 4C, más de cuatro mil mineros conocerán por dentro esta prisión. Como lo definió el propio Gutiérrez de Lara (s. f.): «en Cananea existe una justicia abyecta y autoridades marionetas al servicio de Green, su «majestad el Rey del cobre».

Resignificar la huelga de Cananea (1906-2006)

En medio de estas contradicciones avanzaba un proceso de formación del proletariado minero regional. No en vano, un observador de la época comentaba acerca de Cananea: Y en tanto que media ciudad duerme, la otra sigue laborando en el fondo de las minas y entre el fuego […] y así pasan las horas y nunca el alba sorprende a la ciudad durmiendo toda [...] Y cuando las sombras de la noche han sido arrolladas por los rayos del sol –que desciende por las montañas a los campos y a la ciudad–, los trabajadores de la noche salen de las bocas de las minas y de los talleres y van a recuperar las fuerzas perdidas al dichoso y honrado hogar, en tanto que sus compañeros, los que descansaron con el día, siguen funcionando en esta interesante y gigantesca empresa minera. (García, 1905-1907)

Este sistema de trabajo, de día y de noche, no dejaba tiempo –como señaló Marx en su texto Maquinaria y gran industria– para calentar catres y tapetes. Fue aplicado en las tres compañías cupríferas de la región, los tres grandes tigres del norte: Cananea, Nacozari y El Boleo. En otro sentido expresaba un proceso disciplinario y una utilización desmedida de la fuerza de trabajo. Aunque, cabe observar, que son estas empresas las que imponen salarios más altos en la región, en un intento por liberalizar el mercado y como parte de una estrategia para competir con las minas del sur y con las poderosas compañías de Arizona y, asimismo, arraigar a la fuerza de trabajo. Igualmente, si comparamos con las condiciones de vida que privaban en el campo y poblados mexicanos de la época, las que encontraban los trabajadores en Cananea eran mejores (Cárdenas, 1998: 106; Sariego, 1988: 127). Vale comentar: en Cananea el precio que los obreros y sus familias pagaban bajo este sistema de trabajo era alto en vidas. Entre 1903 y 1905 murieron 1 092 personas, señalándose como causa el hacinamiento

de los obreros y la insalubridad de la población (Bernal, 1905: 14; García, 1905-1907). A ello agreguemos los accidentes fatales: en 1906 se registraron 31 fallecimientos y en 1907 la cifra bajó a 24. El reporte señalaba como causa de los decesos hemorragia de los pulmones, fractura de cráneo, asfixia, hemorragia intestinal, etcétera (Cárdenas, 1998: 120; Romero, 2003: 180; Torúa, 2003: 360). Es de subrayarse que tanto la mecanización del proceso productivo como la jornada intensa de labores y sin descanso, eran parte de la confrontación entre el capital y el trabajo, misma que hizo crisis prematuramente, resultando el trasfondo de la huelga de 1906. Como es de suponerse, el perfil o rostro social de la comunidad minera que se formó intempestivamente fue el de una Torre de Babel; es decir, el de una sociedad variopinta en razas, lenguajes, costumbres e ideología. En otro ángulo de esta lectura, es el momento del nacimiento de una emergente clase media. Son precisamente estos nuevos sectores sociales –clases medias y obreros industriales–, producto de la modernidad de fines del siglo XIX y principios del XX, los que constituyeron el torrente social –permeado por el anarquismo– que intentará poner un dique al poder de los inversionistas extranjeros y al entreguismo de las autoridades porfiristas, nacionales y locales (Sariego, 1988: 129). Son ellos, los obreros y las clases medias, los que rompen los cercos de alambres de púas (físicos y mentales) para levantar comunidades políticas, que definen posiciones en defensa del territorio y la frontera. Ejemplo de ello fue el nacimiento de organizaciones en Cananea como la Unión Liberal Humanidad y el Club Liberal; el primero en el campo minero de Buena Vista, bajo la autoría intelectual de Esteban Baca Calderón y Manuel M. Diéguez y el segundo en El Ronquillo, el barrio obrero más populoso, bajo iniciativa de Lázaro Gutiérrez de Lara. El caldo de cultivo que favorecía el rol político-ideoló141

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gico de estas organizaciones, vinculadas tempranamente al magonismo, era un sistema con altas cargas de trabajo y marcadamente jerarquizado (Sariego, 1988: 130; Torúa, 2003: 41-69) Esto último en lo referente a las categorías laborales y salariales diferenciadas entre los obreros mexicanos y los empleados norteamericanos. Ahora bien, la presencia masiva de norteamericanos y europeos en Cananea reafirmó el modelo productivo basado en marcadas diferencias técnicas y sociales. Es decir, éstos vinieron a ocupar los puestos más calificados y mejor remunerados en los departamentos de la empresa (Cárdenas, 1998: 106; Sariego, 1988: 113), como ocurrió en los otros centros mineros bajo control del capital externo que se instalaron en el porfirismo. A mediados de 1906, un par de meses antes de la histórica huelga, el número de extranjeros con trabajo en la 4C se elevó a 2 200 y de éstos 1 520 mantuvieron un trabajo permanente, lo que representaba 57% del personal que laboraba los treinta días del mes; los mexicanos ocupaban las 1 120 plazas restantes. Enseguida estaban los 3 800 trabajadores que laboraban tres días de cada semana. Bajo esta forma de contrato las cifras se invertían: los mexicanos ocupaban 2 300 plazas, el sesenta por ciento, mientras que los extranjeros cuarenta por ciento.4 No obstante lo anterior, los cargos de dirección, administración y vigilancia continuaron durante mucho tiempo en poder de norteamericanos y europeos, quienes conformaban una elite que recibía los mejores salarios y vivía con comodidades. Tal situación reflejaba la relación asimétrica de dos mundos: el de comodidad y el de carencias y hacinamiento. Para los obreros estaba claro que ta4 «Anexos con relación a la huelga de junio de 1906», en Memoria de la Administración Pública de Estado de Sonora durante el periodo constitucional de 1903 a 1907, presentada a la legislatura del mismo por el gobernador C. Rafael Izábal, Hermosillo, Imprenta Oficial a cargo de Antonio B. Monteverde, 1907.

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les diferencias tenían su origen en la división técnica del trabajo que mantenían las empresas; así lo explicaban en el memorial que sustentó la huelga de 1906 y que agregó a la demanda de «ocho horas de trabajo y cinco pesos de salario» un tinte nacionalista, veamos: Es preciso, urgente, que no sean únicamente los extranjeros quienes sirvan de árbitros en los destinos del obrero mexicano; en bien de la justicia, creemos que es muy conveniente que también los mexicanos tengan jefes entre sus compatriotas, escogidos con atingencia, a fin de garantizar nuestro porvenir [...] El pueblo minero ha demostrado siempre su amor al trabajo, así se ha educado; pero las aspiraciones de ese pueblo, en el orden actual, se han encaminado a la muerte; porque como no existe equidad en la distribución de sueldos, los extranjeros tienen la preferencia y ese pueblo, amante de la dignidad, daría mejores utilidades a la compañía [...] deseamos pues que se utilice la inteligencia de los mexicanos y se mejore la organización en que han estado sujetos [...] Cananea a 1o. de junio de 1906.5

Son, pues, ese cúmulo de tensiones y desigualdades las que se conectan y acaso definieron el curso de los acontecimientos de la histórica huelga de 1906. Los hechos escenificados entre el 1 y el 3 de junio dejaron mucha tela para cortar con respecto a los actores que intervinieron en el conflicto: ¿Cuál era el liderazgo laboral de un sector como los barreteros que iniciaron el movimiento de huelga en la mina Oversight y pronto fue secundada por otros mineros? ¿El movimiento fue totalmente espontáneo o nace en un ambiente político calentado por los magonistas? ¿El conflicto contó con la simpatía de los trabajadores norteamericanos de base? ¿Quién redacto el volante apócrifo que convocaba al cambio de gobierno y a la xenofobia? ¿Los centros mineros de propie5

Ibid.

Resignificar la huelga de Cananea (1906-2006)

dad norteamericana pegados a la frontera se habían constituido en territorios privados? ¿La participación de gente armada proveniente de Bisbee, rangers o ciudadanos, significó una violación a la soberanía? ¿La actuación de los gobernantes locales en los acontecimientos –estatal, prefectura, municipal, comisario, juez– con Izábal, Filiberto Barrozo y Pablo Rubio a la cabeza, confirmaba su condición de palafreneros de Green? ¿La huelga y los acontecimientos que desató fueron sólo una protesta obrera o un movimiento cívico popular? ¿Significó la huelga de 1906 el preludio de la revolución mexicana? Muchas preguntas diría Bertold Brecht, todas son parte de una misma historia y la respuesta a algunas de ellas son materia virgen para la investigación histórica.

De la crisis de 1907 a la Revolución A un año de la huelga que dejó más de treinta obreros muertos y líderes encarcelados y desterrados, otro evento –este de naturaleza económica– sacudió la vida del mineral. Se trató de la aguda recesión de 1907, primera crisis mundial del capitalismo en el siglo XX, que trajo primero el cierre de operaciones y, después, la reorganización del proceso de trabajo en perjuicio de los trabajadores (Cárdenas, 1998: 96; Sariego, 1988: 161-181). El mismo Sariego le da una explicación política al cambio tecnológico, pues, en su opinión, permitieron el ajuste de cuentas con los trabajadores de filiación anarquista, miembros de la Western Federación of Miners (Sariego, 1988: 161168), que tenía sus cuarteles en toda la región fronteriza y cuya presencia se sintió en la histórica huelga de 1906. Tal evento impactó sobremanera el ambiente político y social de las comunidades mineras; sobre todo porque se trataba de núcleos de población de reciente formación y sin opciones de trabajo alrededor de la mina. En efecto, el fenómeno de la crisis

marcó profundamente la vida de los mineros y sus familias, así como la del resto de la gente y comunidades vecinas que dependían de su mercado. Los trabajadores, a contracorriente, probaron distintas estrategias de sobrevivencia o resistencia, algunas no ajenas a los métodos violentos propios del anarquismo. También ensayaron distintas formas de tenacidad laboral y cultural ante la disciplina fabril que llegó con los cambios en el proceso de trabajo (Romero, 2001: 249). El derrumbe de las expectativas de mejor vida y empleo seguro entre los trabajadores provocó desorden y violencia social. Colocados a cielo abierto por el cierre de sus empresas y el recorte de personal, no les quedó otro remedio que el bandolerismo, los actos anarquistas y la apropiación furtiva de metales. En las compañías de tamaño pequeño y mediano, normalmente lejos de la fuerza pública, proliferaron los asaltos a las tiendas de raya. Incluso en zonas de importancia, mejor resguardas y comunicadas, como Cananea, medró el abigeato. 6 En Cananea ocurrieron eventos bajo sospecha de que eran parte de la ola de criminalidad y violencia que formó la recesión. Entre junio y octubre de 1907 dos jefes de minas, uno de la Veta Grande y otro de la Oversight, fueron asesinados por obreros despedidos (Cárdenas, 1998: 77). En junio del mismo año, en el Ronquillo, un incendio destruyó varios departamentos propiedad de la 4C. El siniestro consumió el almacén de mercancías, los talleres de carpintería y mecánica, así como las oficinas de ensaye, teléfonos, rentas y raya. Las pérdidas ascendieron a trescientos mil pesos y, si bien la compañía no fincó responsabilidad,7 resulta interesante que ocurriera en la boca del barrio obrero más combativo.

Microfilm 72/150, Archivo de la 4C, Biblioteca del INAHCentro Regional Sonora. 7 Incendios en la 4C, AHGES, 1907, t. 2301. 6

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Todo indica que en la crisis de Cananea confluyó la corriente energizada de dos fuentes. Por un lado, la que heredó la huelga de 1906 y, por otro, las del tornado económico. De la primera quedaba el limo transformado en rabia social; de la segunda, un ambiente turbio, propicio para resolver por propia mano el hambre que caía sobre sus silicosas espaldas. En 1907 la 4C se quejaba del incremento de los salarios a la fuerza rural que protegía los intereses de The Cananea Cattle Company. La policía rural cobraba doscientos pesos mensuales por proteger el ganado; después del movimiento de huelga, ocurrido el año anterior, se cotizaron en ochocientos pesos mensuales.8 El gambusinaje y la apropiación clandestina de metales eran los actos más socorridos de los mineros frente a la adversidad que provocaba el vendaval de la crisis. Es preciso recordar que al desempleo se unían otros percances como las malas cosechas, que causaron escasez y encarecimiento en la dieta de los obreros (González, 1983: 19).9 Ante este oscuro panorama, los buscones cobraron importancia y dieron aliento a la pálida economía familiar. En operación hormiga peinaron los cerros en busca de jales y minas abandonadas. Avituallados de batea y fuelle trabajaron sobre extenuados promontorios, placeres y arroyos. Cabe mencionar que algunos cientos de toneladas de mineral encontraban mercado en las oficinas de las empresas o en otras que expreso se formaron.10 Microfilm 72/150, Archivo de la 4C, Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro Regional Sonora. 9 «La situación se hizo más difícil cuando a la crisis monetaria se unió la agrícola a consecuencia de las sequías de 19081909 [...] el maíz subió en un 230% su valor; el trigo 200%; la carne, papa y carbón subieron de 25 a 50%; manteca, chile, cigarros y cobertores de 10 a15%». No hay que olvidar, que en Sonora llevaban tres años de malas cosechas. 10 En la 4C era común adquirir significativas cantidades de metal de los buscones y gambusinos; estos obtenían el ensaye de sus muestras sin cobro alguno. Parte de este oro terminaba en la caja de los comerciantes y almacenistas, lo que acrecentó su fortuna. 8

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Otro recurso de sobreviviencia resultó la apropiación furtiva de metales, que alcanzó un carácter generalizado y, si bien es cierto que no era nueva, en momentos de desempleo y carestía fue, al igual que el gambusinaje, un soplo de aliento en la atribulada y difícil vida de los mineros.11 En algunos lugares el robo de metales se convirtió en un acto consuetudinario; por supuesto que en la crisis se incrementó. Ahora bien, como indicamos, la huelga de junio de 1906 fue corta en tiempo, pero su impacto político y su efecto serían de larga duración, al quedar prendidos en la memoria social de los pueblos que surgieron bajo un perfil obrero en el régimen de Porfirio Díaz. Resignificar este movimiento social a cien años de acontecido tiene, entre otros propósitos, comprender que, más allá del significado que tuvo o no como cuna de la revolución mexicana, tema que ha causado polémica entre los historiadores, tiene un valor social y político para la clase obrera del país en su conjunto. Incluso, en nuestra opinión, el clima previo y posterior a la huelga resultó germinal para comprender el tinte social que tomó la revolución con la participación de gentes como Baca Calderón, Juan G. Cabral, Manuel M. Diéguez, Salvador Alvarado, Plácido Ríos; todos ellos forjados en la brega de la política en el mineral sonorense, cuya experiencia obrerista y de gobierno le daría un tinte social al Constituyente de 1917 (Aguilar, 1981: 110). Cabe señalar, para abonarle a lo anterior, que en los movimientos obreros que surgieron posteriores a 1910, la huelga de 1906 alcanzó un valor histórico 11 Algunos mineros de la región que hasta hace poco llevaban su vida al parejo del siglo, como Don Leonardo Aguirre, vecino de La Colorada, recuerdan con sabor y nostalgia que los mejores momentos en la pesada vida del minero eran cuando, gracias a su ingenio, podían sacar de la mina algún buen terrón para beneficiarlo domésticamente. Señal inequívoca del talento era traer la banda de música y no presentarse en varios días al trabajo. Aunque, cuando las mujeres corrían desesperadas de casa en casa en busca de auxilio, era la muestra de que el método casero no era infalible; algún atrevido minero se había intoxicado.

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invaluable para la comunidad minera de Cananea; es decir, quedó fija en el imaginario. En efecto, para los propios mineros de Cananea ha significado un horizonte emblemático en cada uno de sus movimientos. Cabe entonces recordar que en las huelgas sucesivas que se efectuaron en las décadas de 1910-1920, el referente del movimiento que ahora es centenario, era su mejor arma histórica. En efecto, en cada uno de los movimientos: huelgas, paros, crisis, lockout empresarial o cierre de la empresa, siempre fue exitosa la negociación de los obreros, porque sus estrategias de sobrevivencia estaban sin duda fundadas en la experiencia histórica de la huelga de 1906, cuya mejor impronta fue la creación de la Unión Obrera de Cananea, viejo sueño obrero y forma

embrionaria del sindicalismo regional, mismo que puso en jaque en 1911 a la 4C, al estallar un movimiento de huelga que demandaba mejor trato en el trabajo y mayor salario. De nuevo, la mina Oversight, en donde se originó la protesta de 1906, estaba en el ojo del huracán y las demandas eran las mismas de principio de siglo (Sariego, 1988: 138-140).12 Además, no podemos soslayar que Manuel M. Diéguez en ese año fue electo presidente municipal con el voto de la comunidad minera. De esta forma los trabajadores refrendaban el liderazgo de Diéguez. Incluso, debemos resaltar que en los años más álgidos de la década revolucionaria la no incorporación masiva al movimiento armado de los mineros cananenses no significó la anulación de sus aspiraciones de mejorar sus condiciones de vida. Por el contrario, los mineros aprovechan primero los intersticios de poder que deja la revolución en su fase armada y, posteriormente, utilizan el marco de la política social que se abre en la etapa constitucionalista para negociar y exigir un conjunto de demandas relacionadas con los salarios y las condiciones de trabajo. La inexistencia de un gobierno fuerte y el ambiente de crisis política generalizada influyeron para que los mineros presionaran en forma directa a los empresarios y, en algunos casos, ejercer, aunque efímeramente, un control absoluto, logrando imponer un poder popular que decretó la expulsión territorial de los directivos de la empresa; un símil de la «Comuna de París». Durante el período comprendido entre 1915 y 1918, Calles y de la Huerta impusieron en todo el estado de Sonora una doble política: por una parte, exigir a las empresas, mediante decretos, el establecimiento de un salario mínimo, la indemnización por accidentes en el trabajo y el reparto de utilidades. Información detallada sobre la huelga de Cananea en documentos sobre minería en la Archivo Histórico del Gobierno del Estado de Sonora (AHGES), 1911, t. 2749. 12

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Por otro lado, se diseñaron mecanismos que pretendían ejercer un control sobre los trabajadores. La medida institucional más sobresaliente se dio durante el interinato de Adolfo de la Huerta, en octubre de 1916, al emitir el decreto No. 71 para la creación de la Cámara Obrera y, de esta forma, matizar ideológicamente las relaciones entre el Estado y la clase obrera (Soltero y Romero, 1989: 470). La Cámara quedó constituida el 1 de enero de 1917, con un delegado por cada mil obreros o fracción mayor de quinientos (Almada, 1990: 112). Cinco de los diez obreros que integraron la mesa directiva provenían de Cananea. Curiosamente, esta medida con intención de control sobre los trabajadores resultó todo lo contrario a un remedio para los conflictos laborales. Igualmente, permitió que la voz de los obreros se escuchara en un foro como el legislativo local, sitio vedado a la representación trabajadora. Con este organismo podían canalizar sus demandas para que fueran resueltas por los diputados sonorenses (Soltero y Romero, 1989: 471). Durante ocho meses de existencia, la Cámara fue el foro más apropiado para canalizar viejas demandas obreras en contra de las compañías. En efecto, se le otorgaron facultades para formar su reglamento interior, estudiar las organizaciones y los sistemas sociales que produjeran bienestar al obrero, así como emitir juicios periciales sobre accidentes laborales para otorgar indemnizaciones. En especial esta última atribución generó expectativas en muchos mineros lisiados que demandaban indemnización (Soltero y Romero, 1989: 471). Algunos obreros demandantes se habían lesionado en los primeros años de operación de la empresa. Los diputados obreros integrantes de la Cámara tomaron demasiado en serio su papel de representantes de los trabajadores sonorenses, en especial de los mineros. Durante su efímera tarea legislativa recogieron y revisaron un conjunto de asuntos; a sa146

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ber: señalaron a las empresas que no cumplían con los reglamentos de seguridad e higiene, exigieron constantemente el pago del salario mínimo y fijaron importantes indemnizaciones para reparar el daño físico de los mineros accidentados.13 La pujante gestión llevada a cabo por la Cámara Obrera incomodó a los gobernantes locales, pues amenazaba con salirse del control. Además, generó una cruda oposición entre las empresas mineras.

El nacimiento del sindicato Es esta impronta de experiencia y lucha obrera la que fijó los cimientos o definió la actitud política ante diversos eventos, especialmente una disposición a preservar la fuente de empleo y una actitud solidaria hacia trabajadores en desgracia o desempleados. Con base en ello, se explica mejor el papel que jugaron los mineros en la segunda gran crisis económica del siglo veinte: la del 29 o jueves de corpus christi, cuando el fantasma del desempleo y el hambre golpearon de manera importante a estas comunidades (Sariego, 1988: 185-205). En efecto, los mineros de Cananea pudieron sortear situaciones adversas e, inclusive, crear en los años treinta lo que sería la primera organización sindical importante del noroeste de México. En ese contexto encontramos un conjunto de novedosas estrategias impulsadas desde dentro de las comunidades mineras para resistir los embates de la crisis. El fenómeno político y social más importante fue la formación de los sindicatos; en un lapso de dos años se registraron 118 sindicatos. El eje de este sindicalismo, que marcó la pauta de la resistencia y organización de los trabajadores, estuvo en Cananea. En efecto, el sindicalismo, con antecedentes históricos en los clubes y uniones mineras de la primera década 13 Informe de la Cámara Obrera de Sonora, Hermosillo, Sonora, 8 de junio de 1917, AHGES, t 2127.

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del siglo (especialmente reconocida en todo el noroeste, fue la mutualista «Aquiles Serdán»), tomó cuerpo en 1930 al integrarse los obreros en el sindicato «Nueva Orientación». Este sindicato, entre 1930-1931, resistió, sin poder evitarlas, las políticas de la empresa en cuanto a recortes de personal y modificación de jornadas. El mérito de sus negociaciones de esos años consistió más bien en evitar la parálisis total de la empresa. En 1932, un sindicalismo más fogueado enfrentó la segunda etapa de recortes promovida por la 4C. En enero de ese año, la empresa inició el despido de 250 obreros, a los cuales sólo ofrecía 75 pesos de indemnización, 10 pesos de comestibles y un pase para abordar el Ferrocarril Sud-Pacífico.14 La intervención del Sindicato «Nueva Orientación» logró que la empresa nada más recortara a ochenta obreros, recibiendo cada despedido un mes de salario de indemnización. Los directivos de la 4C, preocupados ante el empuje del sindicato minero, alentaron la formación de una organización alternativa, incondicional a sus intereses. En febrero de ese mismo año apareció con afanes de sindicalismo blanco la organización «Empleados y Obreros de Cananea». Ambas organizaciones presentaron proyectos de contrato colectivo a la 4C; no obstante, la empresa sólo tenía negociaciones con los sindicalistas «rojos» de «Nueva Orientación». La titularidad se definió ante la Junta de Conciliación, pactándose la unidad de los trabajadores en una nueva organización denominada: «Gran Sindicato Obrero Mártires de 1906» (Sariego, 1988: 185-205). La empresa y sindicato terminan firmando el contrato en agosto de ese año.15 Conjuntamente a la definición sindical, un par de acontecimientos ligados a la crisis incrementaron los sobresaltos y volvieron más angustiosa la vida cotidiana en Cananea. Primero la huelga de cuatro 14 15

El Intruso, 9 de enero de 1932. El Intruso, 16 de agosto de 1932.

meses en el Ferrocarril Sud-Pacífico, misma que paralizó el movimiento entre Guadalajara y Nogales, provocando carestía en el comercio cananense16 y, segundo, la autorización por parte del Senado de Estados Unidos en gravar en cuatro centavos la libra de cobre de importación, con objeto de proteger la producción cuprífera norteamericana.17 Este último acontecimiento provocó de parte de la 4C un intento por suspender labores en junio. La amenaza se disipó, en parte por la presión sindical, pero, sobre todo, por la ayuda económica brindada por la Anaconda, que le compró importantes remesas de cobre. En la sociedad trabajadora de Cananea se desparramó el impacto político de este nuevo sindicato. Otras organizaciones nacen en este período y completan el cuadro sindical. Los trabajadores de los cines y teatros se agrupan en el «Sindicato de Trabajadores del Circuito del Pacífico». En el sindicato «Artesanos Unidos de Cananea» quedan organizados los trabajadores del calzado. Los maestros de la brocha forman el sindicato de «Pintores y Similares»; con los trabajadores de cantinas, prostíbulos, lavanderías, hoteles y el pequeño comercio se formó el sindicato de «Empleados y Similares de Cananea».

A manera de epílogo: la apropiación de la experiencia Regresar a ese acontecimiento a cien años de haberse efectuado y encontrarle su verdadero significado, nos permite comprender mejor el factor o el perfil político de una sociedad como la de Cananea y, consecuentemente, de otras comunidades mineras. Es decir, expresado a través de los movimientos de sus mineros que, a lo largo de un siglo, una y otra vez, enfrentaron con éxito –como organización– cada uno El Intruso, 27 de junio y 7 de julio de 1932. El Intruso, 21 de abril y 11 de mayo de 1932.

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de aquellos actos o políticas del estado en contra de su comunidad. Pero, asimismo, podemos reconocerlo en la crisis más contemporánea, la que está simbolizada en los acontecimientos del «Domingo Verde de 1989», cuando la política económica neoliberal del régimen de Salinas pretendió acabar con un proyecto minero que tenía un tinte social muy importante. De nuevo la memoria histórica de un pueblo logró sortear una de las crisis más fuertes que han experimentado en los últimos años, logrando matizar los afanes privatizadores de los tecnócratas del salinismo (Contreras et al., 1998). En el testimonial que dejaron jóvenes de la escuela secundaria «Mártires de 1906» acerca de lo ocurrido en el año de 1989, se comprende el sedi-

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mento histórico o de tradición selectiva del acontecimiento que hoy conmemoramos: Esta acción indignante en contra de los cananenses comenzó a las cinco de la mañana, cuando llegaron a la compañía minera tumbando puertas para entrar, cosa que no había necesidad […] los soldados a bayoneta calada empezaron a sacar a empujones, como les dio la gana a los trabajadores de ese turno, ni tiempo les dieron de cambiarse de ropa.

Otro alumno: te recomiendo que no creas lo que dice la prensa, porque desgraciadamente dice lo que le conviene al gobierno y a los grandes intereses y nunca dice lo que verdaderamente habla y sufre el pueblo.

Otro alumno: Sé que este problema se inició por la política económica del actual gobierno a la cual se le llama reconversión industrial, que significa producir más a menos costos de operación, o sea, tratan de quitarle a los mineros lo que tantos años de lucha y sacrificio les costó: su contrato colectivo de trabajo […] En los días de hoy Cananea está triste pero muy firme en su lucha, una lucha justa que esperamos ganar por el bienestar de todos los trabajadores de Cananea, de Sonora y de México en general.18

La explicación más próxima sería: los pueblos recuperan su memoria colectiva siempre en sentido positivo. La permanencia en el imaginario es una veta de explicación, todavía virgen, que nos refiere que siempre en términos de producción y reproducción de significados social y culturalmente aprendidos, los 18 Cartas enviadas desde Cananea por jóvenes que estudiaban en la secundaria «Mártires de 1906».

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obreros, en este caso los de Cananea, son un ejemplo con una carga histórica. Es decir, reproducen un conjunto de prácticas políticas como parte de su cultura laboral-sindical en un sentido de apropiación selectiva (Joseph y Nugent, 2002). Ésta es, desde nuestro punto de vista, la mejor manera de recordar un acontecimiento que ocurrió hace cien años y que todavía está vivo en la memoria social de una comunidad. Los mineros resignifican su pasado, a contrapelo de la desmemoria de los tecnócratas que provocaron y agudizaron este año los conflictos en las empresas mineras del país.

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Colonización y reorganización espacial: el caso de Sonora, México (siglos XVII y XVIII)1 Ariane Baroni Boissonas Universidad de Sonora [email protected]

Resumen La Colonia ha sido ampliamente estudiada en México; sin embargo, el enfoque de la geografía histórica le da una nueva dimensión aún poco explotada. Aquí se muestra cómo, en Sonora, la organización espacial prehispánica fue transformada a partir de la colonización española. Primero se instalaron misiones que reorganizaron la forma de vivir de los indígenas y su economía, transformando al mismo tiempo su organización espacial. Luego llegaron colonos en busca de oro y plata, adquirieron propiedades para criar ganado y cultivar tierras. Poco a poco los indígenas dejaron su antigua economía, viendo su campo de acción reducido por la formación de propiedades privadas. Se borraron los límites territoriales y distinciones entre las diversas etnias para incorporarlas en un mismo sistema, el cual se integró a la Nueva España, cuyo centro político se encontraba en la península ibérica. A través del comercio, de la producción de plata y oro, este espacio entró en el sistema económico mundial.

Abstract In Mexico the colonial period has been broadly studied, however the approach in historical geography has been poorly developed, and could bring a new dimension to history. In this paper, I would like to show how, in Sonora, the spatial pre Hispanic organization has been transformed with the Spanish colonization. Firstly, the missions had been installed and they reorganized the economy and the way the natives lived, as well as their spatial organization. Afterward the settlers came looking for gold and silver, they also created properties for agriculture and cattle raising. Progressively the native’s field of action was reduced until they had to abandon their original economy. The territorial limits and the distinctions between several ethnic groups had been erased to incorporate them in the world-wide economical system, which was integrated to New Spain with the political center in the Iberian Peninsula; throughout trade and mining productions, Sonora entered in the world-wide economical system.

Palabras clave: colonización, misiones, minería, tenencia de la tierra, geografía histórica.

Key words: colonization, missions, mining, property, historical geography.

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Ponencia presentada en el VIII Coloquio de Geocritic, México, D. F., mayo de 2006.

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Introducción La colonización de México es un tema que me llamó la atención particularmente para estudiarla con la perspectiva de la geografía histórica; las sociedades que ocupaban México antes de la conquista española habían organizado su espacio según su proyecto de sociedad, y cuando irrumpieron los españoles con el suyo, muy distinto del de las sociedades prehispánicas, transformaron los espacios conforme a sus propios intereses. Bernardo García Martínez (1987) en su obra sobre la sierra del norte de Puebla mostró cómo se modificó la organización espacial en una región mesoamericana. En el norte de México las sociedades prehispánicas presentaban diferencias en relación a la civilización mesoamericana; las condiciones del medio y los recursos que ofrecían el norte y noroeste hicieron que el proceso de colonización se diera de forma distinta y con resultados particulares. El objetivo de este trabajo es mostrar cómo los españoles organizaron el espacio sonorense según su proyecto de sociedad y organizaron a las sociedades indígenas para adecuarlas a sus intereses. Además, veremos que un mismo proyecto no se concretizó de manera uniforme en todas partes, porque algunos de los grupos dominados mostraron más resistencia que otros a la imposición de una legislación contraria a su forma de vida. Se utilizará el enfoque de la geografía crítica o radical, la cual considera que la construcción y organización de los espacios refleja la estructura social y del poder; el espacio «se ordena reproduciendo los proyectos y las relaciones de los grupos económicos y sociales que animan la estructura [...] y nace una jerarquía de relaciones de poder que permite a la unidad dominante controlar las condiciones necesarias al funcionamiento de los demás grupos» (Cosinschi y Racine, 1991: 110). Este artículo se enfocará más hacia la relación entre indígenas y españoles, sin entrar en el análisis de distintos grupos que también 152

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existían entre los mismos españoles; se insistirá especialmente en los cambios de la organización espacial en el momento de la colonización en el siglo XVII y en una nueva transformación debida a las reformas borbónicas hacia 1770. Dividiré el trabajo en cuatro partes: en la primera se abordará el tema de la organización territorial sonorense antes de la llegada de los españoles; en la segunda se mostrará cómo el sistema de misión reorganizó a las poblaciones indígenas; en la tercera se hablará de los colonos que poco después del establecimiento de las primeras misiones empezaron a llegar en busca de metales preciosos y a ocupar tierra para ganado y cultivos y en la cuarta se mencionaran los nuevos cambios que las reformas borbónicas provocaron.

El espacio sonorense antes de la colonización Sonora se encuentra en el noroeste de México, entre los 26º14’ y 32º29’ de latitud norte y entre los 108º46’ y 115º2’ de longitud oeste. Por lo tanto, se sitúa en una zona subtropical, de clima caluroso y seco, clasificado como semidesértico a desértico. Las precipitaciones anuales apenas llegan a cien milímetros en el noroeste y, en el mejor de los casos, alcanzan los ochocientos milímetros en la sierra. La Sierra Madre Occidental cruza el estado de nornoroeste a sursureste en forma de cadenas montañosas sucesivas; la más alta llega a dos mil quinientos metros de altura y corresponde a la frontera con el estado de Chihuahua. Cada cadena está separada por valles donde fluyen los principales ríos. Es también en la sierra que se encuentra una de las riquezas de Sonora que atrajo a colonos: yacimientos de oro y de plata. El principal limitante del medio es la escasez de agua y la agricultura sólo es posible con alguna forma de regadío.

Colonización y reorganización espacial: el caso de Sonora, México (siglos XVII y XVIII)

El grupo lingüístico cahita, representado en Sonora por los yaquis y mayos, ocupaba la desembocadura de los ríos del mismo nombre,2 que corresponden a las mejores tierras agrícolas de Sonora. Se piensa que antes de la llegada de los españoles, yaquis y mayos contaban con unos sesenta mil individuos (Spicer, 1992: 50);3 su territorio era el más densamente poblado con unos 4.3 habitantes por kilómetro cuadrado. Formaban grandes aldeas de trescientos cincuenta a cuatrocientos habitantes cada una (Spicer, 1992: 48 y 56). Los ópatas vivían en los valles de la sierra a lo largo de los altos y medianos cursos de los ríos San Miguel y Sonora, en los valles de los ríos Moctezuma, Bavispe y en el valle medio y alto Mapa 1. Distribución étnica de la población de Sonora en el siglo XVI del río Yaqui. Los ópatas del sur y suroeste han sido nombrados eudebes y presentaban algunas diferencias culturales y lingüísticas en relación con los del norte. Antes de los primeros contactos con los españoles había unos sesenta mil ópatas y eudebes en un territorio más amplio que el ocupado por los cahitas, así que la densidad demográfica no se elevaba a más de 1.5 habitantes por kilómetro cuadrado (Ortega, 1993a: 74). Robert West da la cifra de cien mil ópatas y eudebes y en ese caso la densidad hubiera sido de 2.3 habitantes por

El espacio que comprende ahora el estado de sonora, el norte de Sinaloa y el sur de Arizona, estaba habitado por diversos grupos étnicos: Los seris o cunca’ac ocupaban la franja costera central de Sonora y era el único grupo de esta región que no practicaba agricultura debido a la ausencia de fuentes de agua permanente en su territorio. Vivían de la pesca, caza y recolección. Se piensa que eran unos cinco mil individuos en el momento del contacto con los europeos, organizados en bandas nómadas y su densidad demográfica no habría pasado de 0.2 habitantes por kilómetro cuadrado (Ortega, 1993b: 74).

Fuente: Spicer, 1992: 11 (tomado de Baroni, 1999; versión en francés).

2 Los mayos ocupaban el territorio que ahora se encuentra al norte del estado de Sinaloa y sur de Sonora. 3 Según Carl Sauer había veinticinco mil mayos y treinta mil yaquis (Arboriginal Population of Northwestern México, Iberoamericana, núm. 10, 1935, p. 1-33, citado por Ortega: 1993a, p. 74). Spicer (1992: 50) menciona que los españoles contaron treinta mil yaquis y treinta mil mayos en el momento de los primeros contactos.

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kilómetro cuadrado (West, 1993: 20). Estaban establecidos en aldeas dispersas de ciento cincuenta a trescientos habitantes cada una. Los veinticinco mil pimas bajos se ubicaban en el sur de los valles de la sierra, acorralados entre los ópatas que avanzaban hacia el sur y los yaquis, con quienes no parecían mantener relaciones muy amistosas en el momento del contacto con los españoles. El territorio de los pimas bajos no debía de contar más de 0.6 habitantes por kilómetro cuadrado (Ortega, 1993a: 74). La Pimería Alta cubría un amplio territorio desde los ríos Magdalena y Concepción hasta el río Gila en el actual Arizona. Sus habitantes habían formado pequeñas aldeas permanentes de cien a doscientos cincuenta habitantes a lo largo de los ríos Magdalena, Altar, Concepción y, más al norte, en los valles de los ríos San Pedro, Santa Cruz y Gila. Sin embargo, muchos pimas altos se desplazaban en este vasto territorio y se establecían sólo temporalmente cerca de un río. Se cree que eran unos treinta mil antes de la llegada de los españoles y la densidad demográfica en esta zona habría estado alrededor de 0.3 habitantes por kilómetro cuadrado (Ortega, 1993a: 74). En conjunto se piensa que había aproximadamente unos ciento ochenta y cinco mil habitantes, quizás doscientos mil, en este territorio de más de doscientos cincuenta mil kilómetros cuadrados (menos de un habitante por kilómetro cuadrado). Había establecimientos estables a lo largo de los ríos donde se cultivaban tierras. Estos presentaban un aspecto disperso; las casas de una misma aldea distaban unas de otras a veces hasta ochocientos metros, aunque eran más compactas entre los cahitas, que construían las casas a una distancia de entre cincuenta a cien metros unas de otras (Spicer, 1992: 12 y 56). Los habitantes cultivaban las tierras alrededor de las aldeas y existían distintas formas de regar los campos. Desde el regadío a mano hasta la desviación de 154

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las aguas de río o de lluvia en zanjas; esto particularmente entre los ópatas. Si las cosechas pertenecían a la familia que las producían, no existía un concepto de propiedad de la tierra. Los terrenos no cultivados se utilizaban para caza y recolección y, en ocasiones, especialmente entre los pimas altos, las aldeas se abandonaban temporalmente después de las cosechas hasta la siguiente siembra. Todos los grupos de la región se habían adaptado al medio en forma equilibrada o, en otras palabras, vivían en simbiosis con el entorno, gracias en particular a un gran conocimiento de éste, acumulado durante siglos. Un punto importante de subrayar es que, aunque se establecían contactos entre los diversos grupos, estaban totalmente independientes unos de

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otros. Entre los años 800 y 1300 después de Cristo, los ópatas, y probablemente también los pimas, habían recibido influencias de la cultura de Casas Grandes o Paquimé en Chihuahua. Según las evidencias arqueológicas existían en Sonora pueblos más grandes que otros, que probablemente tenían el papel de centros políticos. Las excavaciones emprendidas a lo largo del río Sonora muestran que había aldeas de nueve a veinticinco casas, pueblos de veintiséis a cien casas y por lo menos dos pueblos grandes o ciudades de más de doscientas casas (West, 1993: 18). Sin embargo, en el momento del contacto con los españoles, esta cultura había decaído desde hacía varios siglos y no existían ya verdaderas unidades políticas organizadas.

Las misiones jesuitas Después de la colonización de la «Gran Chichimeca», que costó cincuenta años de guerra a la monarquía española (1542-1600), la política de penetración en nuevos territorio cambió y se dispuso mandar primero misioneros, mejor aceptados entre los indígenas que los soldados. El papel de las misiones, además de cristianizarlos era propiciar su adaptación al sistema español para que pudieran servir a los intereses de éstos. En Sonora, los religiosos jesuitas entraron en territorio mayo en 1614 y en el yaqui en 1617, fundando las primeras misiones. A partir de allí, remontaron los valles de las sierra –río Yaqui, Sahuaripa, Moctezuma, Sonora, San Miguel y Bavispe. Entre 1619 y 1655, 46 pueblos de misiones habían sido creados entre pimas bajos y ópatas. El terreno accidentado de la sierra y la dispersión de las aldeas indígenas hacían que el avance fuera más lento que en la zona cahita. De 1655 a 1672 no hubo nuevas misiones, pero las primeras se consolidaron. En 1672 había unas cincuenta y cinco misiones donde vivían

veintiocho mil seiscientos indígenas mayos, yaquis, pimas bajos y ópatas. De 1673 a 1680 ocho nuevas misiones se formaron en la parte oriental del territorio ópata y de 1687 a 1699, gracias al famoso padre Kino, se pudieron establecer 25 pueblos de misiones de pimas altos en el valle alto del río San Miguel y los valles de los ríos Aliso, Magdalena, Altar, Sonoita y Santa Cruz. Después se fundaron otras misiones, pero no se logró avanzar más al norte y las misiones de la Pimería Alta nunca se consolidaron del todo –sublevaciones de los pimas, ataques de apaches (véase mapa 2). Este avance de las misiones constituye la base de las mayores modificaciones que la vida de los indígenas ha podido sufrir; los jesuitas tuvieron, entonces, una gran parte de la responsabilidad en cuanto a los cambios económicos, sociales y culturales de las sociedades prehispánicas de Sonora. Y, por supuesto, la organización del espacio ha sido modificada: esto a dos niveles: primero en cuanto al conjunto del territorio de la región donde existían misiones y, segundo, a nivel más local, en la conformación misma de los pueblos y utilización de las tierras adyacentes. A medida que se fundaban nuevas misiones, éstas incorporaban en un mismo sistema poblaciones cultural y lingüísticamente distintas, que antes vivían independientemente las unas de las otras. Las misiones las incorporaban no sólo dentro de la organización de la Compañía de Jesús, cuyo superior general se encontraba en Roma, sino también al imperio español, gobernado por el rey de España y el virrey residente en la Ciudad de México. Además, al exigirles producir excedentes agrícolas que se vendían a la población ocupada en la minería, o trabajar en la minería, se incorporaban al sistema económico mundial (véase Palerm, 1979). Las misiones de Sonora se repartían en cinco rectorados, divididos en partidos con una cabecera, 155

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en 1648 se creó la provincia de Sonora al noroeste de Ostimuri. Se habla de un sistema de misión para indicar que estaban en relación unas con otras. Había intercambios entre ellas; si a una le faltaban trabajadores podía pedir a otra que le mandara algunos indígenas. Si la cosecha había sido mala en un pueblo se pedía alimentos a otro. Una red de Mapa 2. Las misiones de Sonora caminos se formó entre ellas, principalmente a lo largo de los valles, pero también a través de las sierras de un valle a otro. Se construyó el camino real que permitía el paso de carretas y, una vez por año, una caravana se mandaba desde México para abastecer las misiones de lo que no se podía producir localmente (telas, ornamentos para las iglesias, herramientas de trabajo, etc.) y se recolectaban las contribuciones que los misioneros debían a la compañía. A nivel local, la organización misma de la misión implicó cambios importantes en la vida del indígena. La primera tarea que emprendía el religioso al fundar una misión era construir una iglesia, en forma rudimentaria al principio, en adobe y techo de palma; más tarde, cuando la misión se consolidaba, se reedificaba con materiales Fuente: Baroni (1999, versión en francés) en base al cuadro 3.1 de Ortega (1993b: 53). más duraderos. Por supuesto, la mano de obra la constituían los mismos indígenas. Asimismo, las misiones dependían de las autoriAsimismo, trataba de agrupar la población alrededades civiles y eclesiásticas de la Nueva España. Sodor de esta iglesia, incitando a los indígenas a abannora hacía parte del obispado de Durango. La prodonar sus aldeas dispersas y a construir sus casas en vincia de Sinaloa ya existía, pero se formó también forma de pueblo agrupado. Por ejemplo, entre los la provincia de Ostimuri entre los ríos Mayo y Yaqui; la misión, donde residía el religioso encargado también de los pueblos de visita. Un procurador se encargaba de las relaciones comerciales entre las misiones y la Ciudad de México: se mandaban de esta ciudad bienes que pedían los misioneros en cambio de los pagos que éstos debían como contribuciones de cada misión a la Compañía de Jesús.

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yaquis se formaron ocho pueblos de las ochenta aldeas o «rancherías», como los españoles las calificaban. Todas las misiones se fundaban cerca de un río, donde había tierras irrigables para su cultivo. La población no indígena durante el siglo XVII era todavía muy poca, así que no había competencia por el suelo y las misiones pudieron instalarse en las mejores tierras. Todo pueblo indígena, según la legislación colonial, tenía derecho a tierras y los pueblos de misión también. Así que, con la creación de las misiones, la tenencia de la tierra empezaba a reglamentarse: se medía para cada pueblo un fundo legal. Dentro de este fundo, una parcela se reservaba a la misión y el resto de las tierras cultivables se distribuía periódicamente en lotes a cada familia para que cultivara lo que necesitaban para su subsistencia. La parcela de la misión se trabajaba por el conjunto de los indígenas. De esta forma, otra novedad les fue impuesta: producir un excedente que servía al sistema de misión; la producción de esta parcela en un principio servía para abastecer misiones recientes cuya producción no les alcanzaba –las misiones del Yaqui, por ejemplo, mandaban alimentos a las de Baja California. Pero pronto, cuando los colonos empezaron a explotar minas en la sierra, donde no había tierras cultivables, las misiones les vendían productos agrícolas y ganado. Con esto, el pueblo indígena se articulaba con la producción minera, la cual estaba vinculada al sistema económico mundial. Los religiosos introdujeron nuevos cultivos, especialmente el trigo, que se sembraba en la parcela de la misión, y también caña y diversos frutales. Los indígenas seguían produciendo sus cultivos tradicionales –maíz, frijol, calabaza, chile, amaranto, algodón, etcétera. Otra novedad fue la introducción del ganado, el cual pertenecía a la misión, pero estaba al cuidado de indígenas; periódicamente había distribución de carne a la población. Se esperaba que con la ganadería, los indígenas dejaran de abandonar tem-

poralmente el pueblo para ir a cazar. Algunos indígenas estaban a cargo del ganado para que lo tuvieran alejado de los cultivos. El fundo legal comprendía tierras de agostadero; sin embargo, por lo menos hasta la segunda mitad del siglo XVIII, no había un estricto respeto por los límites del fundo y los indígenas seguían recolectando, cazando y dejando pastar el ganado en un radio amplio alrededor de la misión. Esto cambió cuando la población de colonos aumentó y cuando muchos de ellos ocuparon tierras y formaron propiedades privadas. Se sabe de misiones que tenían una cantidad importante de ganado y vendían animales tanto a los colonos de la región como a otras partes a veces alejadas; en 1677 la misión de Mátape, por ejemplo, había vendido ochocientos torillos a tres pesos cada uno (Montané, 1996: 23) y en 1680 el religioso de esta misma misión mandó un hato de cinco mil cabezas al centro de México (West, 1993: 39-40). En la misión, el trabajo estaba reglamentado: todo hombre de más de 18 años tenía que trabajar tres días a la semana en la parcela de la misión, y esto sin retribución. Otros tres días los dedicaba a la parcela familiar. Los domingos y días festivos toda la población tenía la obligación de acudir a misa. Cuando era necesario, el misionero utilizaba el trabajo de los habitantes para la edificación o reparación de la iglesia o casa del religioso y para construcción y limpia de las acequias de riego. Algunos indígenas trabajaban de tiempo completo en el mantenimiento, limpieza de la iglesia, servicio personal del misionero y custodia del ganado. Los Jesuitas fomentaron también el trabajo artesanal –trabajo del cuero, hilado y tejido del algodón, ya conocido antes y adaptado también al trabajo de la lana, fabricación de harina de trigo, azúcar, jabón, etc. Por lo tanto, las misiones incorporaron a los indígenas, independientemente de su origen étnico, al sistema colonial, organizaron a las misiones de acuer157

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do al modelo ya implementado en el centro y sur de la Nueva España y que servía en este caso a los intereses de la Compañía de Jesús y también a la colonización civil que pudo expandirse en regiones donde la población estaba más o menos pacificada y controlada. Por supuesto, el avance misional sólo fue un preámbulo a la colonización civil.

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mineras se multiplicaron y, a diferencia de la penetración jesuita, que desde el sureste remontó los ríos hacia el norte, la colonización civil partió de Chihuahua al este, se encontraron con misiones ya establecidas y avanzaron en su búsqueda de metales preciosos hacia el sur, norte y oeste. La particularidad de los yacimientos de Sonora ha sido su carácter efímero, con la excepción de Álamos, que se constituyó en 1684 como real de minas y persistió hasta hoy en día. En Sonora rápidamente se creaban reales de minas cuando se descubrían yacimientos, pero generalmente se explotaban un tiem-

El poblamiento civil En 1640, más de veinte años después de que llegaran los primeros misioneros al Mapa 3. Las minas de sonora (siglos XVII y XVIII) sur de Sonora, el virrey mandó a Pedro de Perea, alcalde de la Nueva Andalucía, nombrada en 1648 provincia de Sonora, fundar un pueblo con cuarenta soldados y su familia. Esta empresa no tuvo resultados porque hubo conflictos entre Perea y los jesuitas, luego entre Perea y el Virrey, quién lo destituyó de su cargo. Sin embargo, los colonos que lo habían acompañado descubrieron yacimientos de plata – San Pedro de los Reyes, Nacatabori y Sinoquipe–, lo que marcó el principio de las migraciones en Sonora. Es probable que, independientemente de la empresa de Perea, algunos colonos, en busca de metales preciosos, cruzaran la sierra desde Parral en Chihuahua (West, 1993: 45). Sin embargo, es después de 1640 que las explotaciones Fuente: elaborado por Baroni, 1999 (tomado de la versión en francés). 158

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po y luego se abandonaban porque se agotaban pronto. La inseguridad debido a rebeliones indígenas o ataques de «apaches»4 obligó también a abandonar algunas minas a fines del siglo XVII, como las de San Ildefonso de Ostimuri, Nacatabori, Tacupeto y Nacozari. Cuando un yacimiento era lo suficientemente rico y estable se creaba un real de minas. Correspondía a un distrito minero donde las autoridades reales aplicaban las medidas necesarias para mantener y aumentar la producción de metales y cobrar el impuesto real sobre metales; una ciudad se creaba donde vivían los dueños de minas y los trabajadores mineros. La principal ocupación era la minería; sin embargo, a partir de ello se desarrollaban otras actividades. Especialmente los comerciantes intervenían desde un principio para comprar plata y oro y a menudo para prestar el dinero necesario a las inversiones productivas a mineros y, a cambio, éstos pagaban las deudas en forma de metales preciosos. Los mineros generalmente traían ganado o lo compraban; los productos de la ganadería, como el sebo y el cuero, eran indispensables a la actividad minera, lo mismo que animales de carga como caballos y mulas. Las posibilidades agrícolas eran muy escasas en la sierra, así que, por lo menos en un principio, los reales de minas dependían de la producción de las misiones para alimentarse. Poco a poco, y sobre todo a partir del siglo XVIII, algunos colonos empezaron a dedicarse a la agricultura, a formar pueblos de colonos –por

4 Los llamados apaches incluían diversos grupos entre los cuales se pueden mencionar los mimbreños, mezcaleros, gileños y vhiricuhuad, cuya lengua hacía parte de la familia Athapaskan; migraron progresivamente desde Canadá y aparecen en el sur de los Estados Unidos actuales y norte de México del siglo XVII.

ley, hasta las reformas borbónicas no estaban autorizados a vivir en pueblos de indios. Queremos subrayar aquí el papel de la producción minera y del comercio como factor esencial que incorporó el espacio sonorense a la economía mundial. De Sonora, el oro y la plata eran conducidos por los comerciantes a la ciudad de México y de allí una buena parte se embarcaba en Veracruz hacia España, que pagaba sus deudas o compraba productos europeos o asiáticos con metales americanos, incluyendo los de Sonora. Por otro lado, aunque Sonora estuviera tan alejado del centro de la Nueva

España tuvo que desarrollar una economía en parte autosuficiente para no depender en las necesidades básica de un comercio poco fluido; siempre necesitaba del comercio para adquirir maquinaria y herramientas necesarias en la minería, mercurio, vino y aceite de olivo españoles, tejidos que no se producían en la región, y los que podían permitírselo adquirían telas finas europeas o asiáticas o que provenían de los obrajes de Querétaro, Celaya, Tlaxcala o la Ciudad de México. Desde el centro de la Nueva España, el comercio se hacía por tierra (el puerto de Guaymas se habilitó sólo en 1814 como puerto de altura y se desarrolló después de la independencia); desde la Ciu159

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dad de México se pasaba por Durango, Parral y se llegaba a Sonora por el norte –Fronteras–, bajando luego por los valles hacia el sur. Otro camino se desarrolló desde Sinaloa hacia Álamos en el sur y alcanzaba la ruta del norte por el valle del río Sonora. Se necesitaban de dos a seis meses para llegar desde la Ciudad de México. La población no indígena de la provincia de Sonora aumentaba poco a poco: en 1678 no se contaban más de mil cuatrocientos colonos, unos tres mil en 1730 y siete mil seiscientos en 1760. En esta fecha Ostimuri5 contaba con 3 641 individuos no indígenas (Ortega, 1993b: 78), así que en las dos provincias había un total de 11 241 colonos, cuando la población indígena establecida en misiones llegaba a cuarenta y cuatro mil quinientas personas en 1744 (Burrus y Zubillaga, 1986: 93-101 y 171-196).6 Hasta entonces, los centros mineros se abastecían principalmente con la producción agrícola de las misiones y los religiosos exigían siempre más trabajos a los indígenas para poder vender más productos. Algunos colonos empezaban a instalarse en tierras cultivables; todavía eran pocos y en general se instalaban fuera de las misiones por el cuidado que los jesuitas tenían para cumplir la ley de prohibición a los no indígenas para instalarse en pueblos de indios. Los mineros en cambio se hacían siempre más numerosos y necesitaban mano de obra. Aunque los indígenas de las misiones no pagaban tribuEl espacio que conocemos como el estado de Sonora comprendía el norte de la provincia de Sinaloa, donde se ubicaba Álamos, la provincia de Ostimuri (entre los ríos Mayo y Yaqui) y la provincia de Sonora, cuya frontera norte no estaba bien delimitada (Gerhard, 1996). 6 Según la visita del visitador general, fray Juan Antonio Baltasar. Menciona sólo el número de familias pero indica que cuenta con cuatro personas por familia. De los ciento ochenta y cinco mil o doscientos mil indígenas que había antes del contacto, muchos murieron por epidemias y Sonora también conoció una baja demográfica importante. Además, todavía había indígenas que no e incorporaban a misiones, especialmente los seris y muchos pimas altos. 5

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to, tenían la obligación de participar en el repartimiento para proveer a las minas de fuerza de trabajo. Sin embargo, los religiosos trataban de impedir que los indios de sus misiones se fueran y empezaba a haber tensiones entre colonos y jesuitas; los conflictos se multiplicaban y se agravaban siempre más. La expulsión de los jesuitas llegó a Sonora justo en un buen momento para los colonos. Significó la decadencia de las misiones y una nueva transformación para los indígenas; transformación apoyada también por las instrucciones de José de Gálvez emitidas en 1767.

Efectos de las reformas borbónicas Las reformas borbónicas se manifestaron en Sonora sobre todo con la expulsión de los jesuitas y las instrucciones de Gálvez. La primera permitió secularizar las misiones de los mayos y yaquis y las otras se confiaron a los franciscanos, limitándoles mucho el papel que jugaban en las misiones. Las instrucciones de Gálvez atendían uno de los puntos importantes para esta zona fronteriza: favorecer el poblamiento para consolidar la colonización y proteger mejor el territorio de las incursiones apaches y las rebeliones de los seris, pimas, yaquis y mayos. Si ya se habían establecido varios presidios en Sonora antes de esta fecha, se construyeron otros cuatro después de 1770. Las instrucciones de Gálvez, en primer lugar, permitían y alentaban a los colonos establecerse en los pueblos indígenas. Además, facilitaban la adquisición de tierras para los nuevos colonos. Se ordenaba volver a medir los fundos legales de los pueblos indígenas reduciendo su superficie a una legua a los cuatro vientos; las tierras agrícolas debían de repartirse a razón de una suerte para cada familia.7 También había que distribuir lotes a las fa7 Los capitanes tenían derecho a tres suertes, los gobernadores y principales a dos.

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milias de mestizos y castas. Fuera de estos fundos, la tierra estaba disponible para otorgarla a colonos. La política de poblamiento tuvo el siguiente efecto: si en 1760 había 11 241 colonos, en 1810 se contaban 30 500 habitantes no indígenas8 y 24 940 indígenas,9 55 y 45%, respectivamente (Gerhard: 1996: 352).10 Si tomamos como ejemplo la misión de Ures y su jurisdicción, entre 1770 y 1820 el número de bautismos subió de un promedio de treinta al año a 177. Cuando entre 1770 y 1774, setenta por ciento de la población era indígena y 22% no indígena (españoles, mestizos), en 1820 los bautismos de los indígenas de la misión (pimas bajos) sólo representaban 15% de todos los bautismos; 34% eran de yaquis, los cuales

Mapa 4. La colonización de Sonora

Fuente: elaborado por Baroni, 1999 (tomado de la versión en francés).

8 En 1781 se contaban en la intendencia de Arizpe, que comprendía Sonora y Sinaloa, 87 644 habitantes y, en 1810, 135 385, de los cuales 60 855 eran indígenas y 74 530 no indígenas. Cincuenta y nueve por ciento de esta población correspondería a Sinaloa. (Escandón, 1993: 363). Habría contado en 1810 con unos cincuenta y cinco mil quinientos habitantes, de los cuales 24 940 habrían sido indígenas y 30 560 colonos no indígenas. 9 Se habían contado más de cuarenta y cuatro mil en 1744. Si las epidemias todavía cobraban vidas, fue sobre todo el proceso de mestizaje que reducía la población considerada como indígena. 10 El total de habitantes de la Intendencia era de 135 385, de los cuales 74 530 eran no indígenas y 60 855 indígenas. Calculamos que 41% correspondería a Sonora.

trabajaban en las tierras de los colonos y 51% eran bautismos de colonos no indígenas (Baroni, 1999: 225-226). En 1788 se midió el fundo legal y se repartieron lotes individuales a las familias indígenas; el fundo perdió una legua al este y otra legua al oeste, donde tierras de cultivo fueron otorgadas a colonos (Baroni, 1999: 230). Las misiones de la opatería sufrieron los mismos cambios (véase Radding, 1994) y las de la Pimería Alta también, aunque algo más tarde (véase Villalpando, 161

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Que de ninguna manera les perjudica don Juan Antonio Sánchez en la tierra que registra [...] y que sólo las pitayas que había en aquel paraje querían, que es lo que les podía servir. (AHGES, T. P., T. XXXI, Exp. 426: 393)

los animales entraban en sus tierras y destruían las cosechas. A estas quejas las autoridades contestaban que tenían que cercar sus parcelas; sin embargo, el costo de poner un cerco superaba el valor de la tierra, así que más valía venderla (Radding, 1994). A finales de la colonia la población indígena de Sonora ya era una minoría, 45% contra 55% de colonos. Las misiones estaban en decadencia y se transformaban en asentamientos donde los colonos eran más numerosos que los indígenas. Por supuesto, también había empezado un proceso de mestizaje que reducía más a la población india. La minería seguía siendo una de las principales atracciones para los colonos, aunque muchos tenían otras actividades como el comercio, tierras agrícolas o ranchos ganaderos. La expulsión de los jesuitas y las instrucciones de Gálvez habían consolidado el proyecto de sociedad fomentado por las autoridades españolas. Sin embargo, todavía la costa ocupada por seris y cahitas no había podido ser colonizada. En cuanto al norte, los nuevos presidios y la compra de la paz con los apaches permitieron una cierta estabilidad, aunque era más bien en la parte central de la sierra y de los valles que se había fortalecido el proyecto. Fue sólo al final del siglo XIX que realmente el proyecto de desarrollo; ya esbozado por Gálvez, logró concretizarse. Y entonces es cuando también hubo una reorganización del espacio sonorense, esta vez debido a la construcción del ferrocarril y al desarrollo de la agricultura comercial en los deltas de los ríos Yaqui y Mayo. Pero esto sería el tema para otro trabajo.

Por supuesto, se dio el terreno a Sánchez, quién lo desmontó para ponerlo en cultivo, así que desaparecieron las pitahayas. Por otro lado, los ranchos ganaderos que se formaban alrededor de las misiones provocaban conflictos con los indígenas, quienes se quejaban de que

Conclusiones Este breve artículo tuvo por objetivo mostrar como la colonización española construyó un espacio que ya no tenía nada que ver con la organización anterior de los grupos indígenas que vivían en Sonora,

1991). En cambio, los yaquis y mayos lucharon para impedir el establecimiento de colonos en sus tierras y rechazaron todo intento de repartir sus tierras en lotes individuales: «Dios nos dio la tierra a todos nosotros, los yaquis, y no un pedazo a cada quien» (Figueroa, 1994: 107) decían todavía a finales del siglo XIX, antes de haber sido deportados por su rebeldía. A medida que aumentaba el número de colonos en Sonora y en las misiones, también crecía el número de solicitudes de tierra, tanto de cultivo como para ganado, y se formaban siempre más propiedades privadas alrededor de las misiones. Esto limitó el campo de acción de los indígenas que tuvieron que abandonar en gran medida sus costumbres de caza y recolección. Al pedir que declaren los indígenas de Ures si una concesión de tierra que solicitaba un colono (Sánchez) no les afectaba, contestaron:

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lo que, por supuesto, es el reflejo de las intenciones e intereses de los grupos dominantes. Hubo, ciertamente, resistencia a la implantación de este proyecto de sociedad, concretizada por numerosas rebeliones, especialmente las de los cahitas, cuyas tierras eran muy codiciadas. Pero, a pesar de todo, estos mismos yaquis y mayos no dejaron de ofrecer su mano de obra tanto en la minería como en las tierras de cultivo, y por lo tanto servían también a los intereses de los españoles, quienes tuvieron que ser algo más flexibles en cuanto a la aplicación de la legislación –no pudieron insistir en el reparto de sus tierras, por ejemplo–. Esto muestra cómo puede haber límites para la realización de un proyecto de gobierno. Indudablemente en este espacio tuve que dejar de lado diversos aspectos, como el de la organización administrativa; no pude ampliar tampoco el tema de la legislación que refleja el proyecto de sociedad que la monarquía quería implementar, pero creo que este ejemplo de la colonización de Sonora muestra que cada área tiene sus particularidades, aunque forman parte de una misma entidad política bajo un mismo gobierno. Por ello, espero que este trabajo haya contribuido a la comprensión de la organización y transformación espacial regional a través de la historia.

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CONVOCATORIA La Universidad de Sonora, convoca a profesores-investigadores y comunidades académicas que desarrollan investigación social, histórica y humanística a que participen con trabajos y resultados de investigación científica en este proyecto editorial. Imaginales tiene el propósito de fomentar la publicación de resultados de investigación de ciencias sociales y humanidades de la Universidad de Sonora y contribuir al intercambio académico con instituciones e investigadores nacionales e internacionales que trabajan los mismos campos de conocimiento. Imaginales se ha concebido como un proyecto editorial que, además de favorecer la identidad institucional, pueda contribuir al encuentro de cuerpos académicos afines y complementarios con el desarrollo interno de nuestra casa de estudios. Además, sumado al propósito de estimular el intercambio entre núcleos disciplinarios establecidos institucionalmente, el proyecto busca trascender fronteras para acoger la reflexión interdisciplinaria que tiene lugar en el amplio horizonte de la geografía del conocimiento. Dada la importancia del proyecto, se pide a los colaboradores cubrir con los cánones internacionales estandarizados para este tipo de esfuerzos editoriales. El modelo de revista, sin perder identidad, será flexible, razón por la cual no sólo se privilegiarán los números temáticos por objeto de estudio sino que se incluirán secciones que den cabida a artículos diversos y a la confrontación de enfoques y perspectivas. Se aceptarán trabajos de reseñas, entrevistas y otros géneros. Sin embargo, se subraya la identidad de este proyecto como revista de investigación, con el propósito de orientar su curso como vehículo dirigido a un público de especialistas. En este tenor, se exigen artículos de investigación y ensayo científico de veinte a cuarenta cuartillas. Se considerarán para su posible publicación artículos y reseñas que preferentemente no se hayan publicado en español y que no estén sometidos a dictamen con simultaneidad en otros medios. Los escritos deberán enviarse a: Universidad de Sonora, Revista Imaginales, Blvd. Luis Encinas y Rosales, Colonia Centro, C. P. 83000, Hermosillo, Sonora, correo electrónico: [email protected]. Imaginales acusará recibo de los originales en el momento de su recepción. La aceptación de cada colaboración dependerá de los dictámenes confidenciales realizados por especialistas anónimos. De acuerdo con esta evaluación, la revista Imaginales decidirá sobre la publicación e informará a los autores en un plazo menor a seis meses. Los trabajos deberán estar escritos a espacio y medio, en fuente times new roman de 12 puntos, en procesador de textos Microsoft Word, archivados en disco compacto y acompañados de dos copias impresas. Los textos (incluyendo notas, citas y referencias bibliográficas) no deberán exceder de cuarenta cuartillas.

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Los originales deberán incluir la información siguiente: a) nombre del autor e institución en la que colabora, b) currículo breve (no más de diez líneas), c) domicilio, número telefónico, de fax y cuenta de correo electrónico, d) un resumen con extensión de trece líneas en fuente Times New Roman de 12 puntos (en español y en inglés) en el que se destaquen los aspectos relevantes del trabajo y se incluyan las palabras clave del artículo. Las reseñas de libros deberán incluir la ficha bibliográfica completa. Las citas en el texto deberán ser de la forma (Ramírez, 1988: 103). Al final del texto las referencias deberán aparecer alfabéticamente de la siguiente forma: Núñez Noriega, Guillermo (1988) “Madres adolescentes y maquiladoras rurales. Políticas de género y globalización en la sierra sonorense”, Estudios Sociales: Revista de Investigación del Noroeste, vol. VIII, núm. 16, México, Universidad de Sonora/ Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo/El Colegio de Sonora. Picó, Joseph (1999) Cultura y modernidad. Seducciones y desengaños de la cultura moderna, Madrid, Alianza. Si en el artículo aparecen ilustraciones, éstas deberán tener una resolución mínima de 300 ppp. Para mayor información comunicarse con los editores de la revista: Guadalupe García de León: J. Trinidad Chávez Ortiz: Rodolfo Basurto Alvarez:

ggarcí[email protected], [email protected], [email protected]

ATENTAMENTE “El saber de mis hijos hará mi grandeza”

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“Imaginales 5” se imprimió en los talleres gráficos de Imagen Digital del Noroeste, S. A. de C. V. Veracruz 19-A, Hermosillo, Sonora, México Teléfono y fax (662) 214-8822 Tiraje: 500 ejemplares La edición estuvo a cargo de Mora-Cantúa Editores, S. A. de C. V. Alfredo Eguiarte 56-A, Col. Bugambilias, Tels. (662) 285-11-45, 214-7087 y 213-3783 Correo electrónico [email protected] Diseño y digitalización de imágenes: José Juan Cantúa.

PORTAFOLIO: SEÑAS Y SEÑALES AUTOR: CARLOS GONZÁLEZ LIZÁRRAGA MAESTRO DEL TALLER DE FOTOGRAFÍA DE LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA TÉCNICO ACADÉMICO EN EL ÁREA DE TALLERES DE LA LICENCIATURA EN CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN HA REALIZADO EXPOSICIONES INDIVIDUALES Y HA PARTICIPADO EN EXPOSICIONES COLECTIVAS ES FOTÓGRAFO PROFESIONAL DESDE HACE 35 AÑOS

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