Inauguración de la

I Semana Aeroespacial del Ejército del Aire

ALOCUCIÓN DEL JEFE DE LA DIVISIÓN DE PLANES DEL ESTADO MAYOR DEL AIRE EN LA INAUGURACIÓN DE LA I SEMANA AEROESPACIAL DEL EJÉRCITO DEL AIRE. General de Brigada Miguel Angel Martin Perez

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MINISTERIO DE DEFENSA

PALABRAS DEL JEFE DE LA DIVISIÓN DE PLANES DEL ESTADO MAYOR DEL AIRE, GENERAL DE BRIGADA MIGUEL ANGEL MARTIN PEREZ, EN LA INAUGURACIÓN DE LA I SEMANA A EROESPACIAL DEL EJÉRCITO DEL AIRE 26 de mayo de 2015 Cuartel General del Ejército del Aire, Centro de Guerra Aérea.

Secretario de Estado, Jefe de Estado Mayor del Aire, Autoridades, compañeros, damas y caballeros: Es un verdadero privilegio poder impartir esta conferencia dentro de la Primera Semana Aeroespacial del Ejército del Aire que versa, en esta edición, sobre la seguridad aeroespacial, que entendemos como aquella acción del Estado dirigida a proteger la libertad y el bienestar de sus ciudadanos de los riesgos y de las amenazas que utilizan el ámbito aeroespacial. La seguridad aeroespacial es un elemento recurrente de especial relevancia y atención que tiene que hacer frente a unos retos diversos: por un lado a los ya existentes, alrededor de los cuales hay ya construida una robusta arquitectura de seguridad y defensa y, por otro lado, a otros emergentes, a los que hay que enfrentarse con nuevas ideas y medidas.

EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE SEGURIDAD Y DEFENSA Casi un lustro ha transcurrido ya desde que viera la luz la primera Estrategia Española de Seguridad, publicada en 2011 bajo el título “una responsabilidad de todos”. Y no es que anteriormente España estuviera carente de pensamiento estratégico, sino que éste se encontraba diseminado en diversos documentos, entre los cuales destaca para nosotros la Directiva de Defensa Nacional. Esta Directiva ha ido expresando a lo largo de las diferentes Legislaturas la forma en que el Gobierno de la Nación afrontaba los diferentes riesgos y amenazas para los españoles. Una Defensa Nacional que, tal y como establecía en la hoy en día derogada Ley Orgánica que regulaba los criterios básicos de la Defensa Nacional y la organización militar, se definía como “la disposición, integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y materiales de la Nación, ante cualquier forma de agresión, debiendo todos los españoles participar en el logro de tal fin”. En aquel entonces, el concepto de defensa difería del de seguridad, entendiéndose comúnmente por defensa la acción de las Fuerzas Armadas contra una agresión exterior; mientras que por seguridad se vislumbraba la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en acciones internas. Pero ese concepto ha evolucionado. Hoy en día, además de las amenazas tradicionales, existen otras menos convencionales, más difusas, asimétricas, híbridas y rápidamente mutantes.

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Así, en la actualidad los límites entre Seguridad y Defensa se han difuminado tanto que se antojan inexistentes, obligando a los Gobiernos a afrontar los riesgos y amenazas allá dónde se encuentren sus intereses, empleando en ello todos los instrumentos a su disposición y graduando la respuesta según requiera cada situación. Esta es la Seguridad Nacional entendida como “una responsabilidad de todos” o como “un proyecto compartido”, título, precisamente, de la vigente Estrategia Española de Seguridad Nacional, promulgada en 2013. Sea bajo un título u otro, lo que sí es evidente es que la Seguridad Nacional, como servicio público primordial, debe ser objeto de una Política de Estado con continuidad. Como dijera recientemente nuestro Presidente del Gobierno en una entrevista en televisión en relación a la inminente Ley de Seguridad Nacional, cuyo Proyecto ha sido aprobado por el Consejo de Ministros el pasado viernes: “esta sí que es una política de Estado en la que es fundamental que todos estemos de acuerdo, ya que la seguridad es la garantía de los derechos y de las libertades de todos los españoles, sean quienes sean y piensen como piensen”.

NECESIDAD DE UNA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD AEROESPACIAL Nuestro marco normativo de referencia, la Estrategia de Seguridad Nacional, contempla el desarrollo de estrategias de segundo nivel cuando sean necesarias. Así, en el mismo año 2013, vieron la luz dos estrategias de segundo nivel: la de Ciberseguridad Nacional y la de Seguridad Marítima Nacional. Para completar este desarrollo, ya se están dando otros pasos decisivos. Muy recientemente, el Grupo Parlamentario Popular ha presentado una Proposición no de Ley en la que insta al Gobierno, precisamente, a elaborar una Estrategia de Seguridad Aérea Nacional, crear un Consejo de Seguridad Aérea Nacional y a presentar los resultados de esa estrategia en el Congreso de los Diputados. Su oportunidad y necesidad están fuera de toda duda. Recordemos que la puerta de entrada al actual orden geoestratégico fue una agresión aérea. Los atentados terroristas de Nueva York y Washington, del 11 de septiembre de 2001, cambiaron el mundo y revolucionaron, en línea con lo comentado anteriormente, la percepción de la Seguridad y la Defensa. El 11S imprimió de forma traumática en las retinas de todas las sociedades, los efectos estratégicos que producen las acciones en el dominio aeroespacial, la vulnerabilidad de este ámbito de actividad y la absoluta necesidad de preservar su seguridad. Disponiendo, pues, de los instrumentos y de la oportunidad de contribuir a mejorar nuestra seguridad nacional en este ámbito, con la intervención en su momento de todos los departamentos ministeriales, qué mejor manera de empezar a apoyar su desarrollo que en esta primera Semana Aeroespacial. El conocimiento y la excelencia adquirida por el Ejército del Aire en sus más de 75 años de existencia, le postulan como un actor principal y un gran conocedor de todo lo que acontece, hacia y desde el aire-espacio, estando a entera disposición del Gobierno de la Nación para colaborar en tan relevante, necesario y oportuno proyecto.

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LA CONTINUIDAD DEL AIRE-ESPACIO De igual modo que el ciberespacio, y a diferencia de los dominios terrestre y marítimo, el dominio formado por el aire y el espacio no tiene barreras. Las actividades que en ellos se desarrollan y los elementos que por ellos transitan, libremente y sin solución de continuidad, hacen que la seguridad de uno u otro, del aire y del espacio, tenga que ser considerada conjuntamente para poder desarrollarse en plenitud. Por ello, en lo que respecta a cuestiones de seguridad, se hace imprescindible considerar el aire-espacio como un solo ámbito. Así, el ámbito aeroespacial se constituye, de este modo, en el mayor de todos los bienes públicos globales o “Global Commons”, que ningún estado u organización controla en su totalidad, pero que debe estar protegido para garantizar un acceso y uso adecuados. El dominio aeroespacial acerca el don de la ubicuidad, pudiendo actuar en profundidad, en diversos ámbitos a la vez y por encima de todas las superficies. Así, la seguridad en el dominio aeroespacial posibilita la de los dominios terrestres y marítimos, a los que envuelve. Por ello, garantizar dicha seguridad es de capital importancia, protegiéndolo de actividades ilícitas y de cualquier riesgo o amenaza. A lo largo de los últimos años, la seguridad aérea ha sido entendida y asimilada; ahora comienza el momento de asimilar y entender la seguridad aeroespacial.

AIRE-ESPACIO Y SOCIEDAD Porque, además, el dominio aeroespacial es un ámbito de oportunidades para el desarrollo social. En este ámbito se desarrollan tareas que facilitan algunas de las actividades humanas más comunes y, a la vez, más esenciales, tales como la comunicación, el movimiento de pasajeros y mercancías, la transmisión de la información y la navegación. España posee unas características muy particulares, como su situación geoestratégica de cruce de caminos y culturas y una insularidad distante, que convierten al transporte aéreo en un elemento esencial para garantizar la comunicación. Baste sopesar la importancia del sector turístico, vía aérea en su casi totalidad, así como el del sector industrial aeroespacial, en el Producto Interior Bruto nacional. Así pues, tanto la necesidad de preservar unos servicios, que son esenciales para la sociedad, como la dependencia de nuestra economía de este ámbito aeroespacial, obligan a garantizar los intereses nacionales en él.

OPORTUNIDADES, RIESGOS Y AMENAZAS DEL DOMINIO AEROESPACIAL En cuanto a sus características más esenciales, el dominio aeroespacial favorece las actividades de unos medios que disfrutan de unas características de libre acceso, de mayor penetración, velocidad y alcance que otros ámbitos. Además, es el ámbito más moderno y, por lo tanto, en el que se encuentra la tecnología más avanzada y que cuenta, además, con una mayor potencialidad de desarrollo, junto con el ciberespacio. www.ejercitodelaire.mde.es

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Pero, estas características son también utilizadas por las amenazas y riesgos que actúan en el aire-espacio, lo que las convierte en más peligrosas y difíciles de combatir que en otros ámbitos, de forma que sólo pueden ser contrarrestadas eficazmente con unos medios adecuados en cantidad y calidad, y siempre en el límite tecnológico más avanzado. Dentro del ámbito aeroespacial se desarrollan una serie de actividades y tienen lugar fenómenos naturales que significan riesgos y amenazas para la sociedad. De entre los identificados en la Estrategia de Seguridad Nacional, se pueden señalar como más importantes: los conflictos armados, el terrorismo, las ciberamenazas, el crimen organizado, la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas y servicios esenciales, las emergencias y catástrofes, así como el espionaje. En las próximas conferencias se analizarán en profundidad las actividades que estos riesgos y amenazas llevan a cabo dentro del ámbito aeroespacial, afectando a la seguridad nacional. Comprobaremos que muchos son riesgos y amenazas tradicionales, para los que disponemos ya de una potente estructura de seguridad que nos proporciona actualmente un nivel de protección elevado, pero también podremos constatar que hay otros riesgos y amenazas que son nuevos y que, además, evolucionan con una gran rapidez, lo que nos obliga a desarrollar nuevas ideas y medios para contrarrestarlos y a tener una capacidad de adaptación y reacción cada vez más ágil.

LÍNEAS DE ACCIÓN Y CONSEJO DE SEGURIDAD AEROESPACIAL La mayor parte de los riesgos actuales son de tal complejidad que sólo pueden ser contrarrestados de modo eficaz mediante una acción integrada de los distintos instrumentos estatales y privados. Además, en el ámbito aeroespacial, se hace imprescindible mantener un conocimiento y una visión completa de la situación de la amenaza, con una capacidad de reacción adecuada. Una gestión centralizada, eficaz y próxima al tiempo real de los incidentes que se produzcan en el dominio aeroespacial, asegurará, sin duda, un mínimo tiempo de respuesta y contribuirá a reducir sus efectos. Además, al ser considerado el aire-espacio un solo ámbito de seguridad, precisamente las funciones de seguridad en este dominio deberán ser mantenidas bajo una única autoridad de coordinación. Por otro lado, como antes se ha comentado, la seguridad aeroespacial precisa del empleo de sistemas multipropósito de gran valor y elevado nivel tecnológico, que llevan asociadas unas necesidades muy exigentes. Esto supone un reto difícil y costoso de alcanzar y mantener, que requiere soluciones eficientes. Por ello, el Estado tiene que seguir promoviendo la unidad de esfuerzos en el ámbito aeroespacial, de forma que las capacidades de los distintos organismos e instituciones se complementen para ser empleadas de forma sinérgica, evitando redundancias innecesarias, mediante una gestión centralizada de las capacidades por los organismos estatales más adecuados por sus medios, experiencia o conocimiento. www.ejercitodelaire.mde.es

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Estas líneas de acción, junto con otras, como la potenciación del sector aeroespacial, la comunicación estratégica o la política de control medioambiental, serán desarrolladas con más detalle en las próximas intervenciones, corroborándose que cada línea de actuación aeroespacial no se focaliza exclusivamente contra un solo riesgo o amenaza, sino que contribuyen a la mitigación de varias de ellas de forma simultánea. La seguridad es indivisible y requiere un enfoque integral, por ello toda línea de acción debe de estar debidamente dirigida y controlada. Así, la singularidad y transversalidad del dominio aeroespacial requiere especial coordinación de diferentes organismos de la Administración Pública, especialmente durante la gestión de una crisis. Esta situación está contemplada en el Sistema de Seguridad Nacional al conformar, bajo la autoridad del Presidente del Gobierno y de la dirección del Consejo de Seguridad Nacional, un Consejo de Ciberseguridad y un Consejo de Seguridad Marítima; ello conmina a la creación también de un Consejo de Seguridad Aeroespacial, como así insta el Grupo Parlamentario Popular en su Proposición no de Ley.

COROLARIO Podemos resumir diciendo que, la “acción del Estado dirigida a proteger la libertad y el bienestar de los ciudadanos de los riesgos y las amenazas que utilizan el ámbito aeroespacial, garantizando la defensa de España y de sus principios y valores constitucionales, contribuyendo al mismo tiempo, junto a socios y aliados, a la seguridad aeroespacial internacional en el cumplimiento de los compromisos asumidos”, reclama su puesto en el Sistema de Seguridad Nacional. Nuestra sociedad es una sociedad moderna, y como tal depende enormemente del entorno aeroespacial; por ello es necesaria una Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional que desarrolle los fines y objetivos de la Estrategia de Seguridad Nacional en el dominio aeroespacial, de forma similar a lo realizado en el dominio marítimo o en el ciberespacio. Por medio de una aproximación integral, que emplee todos los recursos al alcance del Gobierno de la Nación para enfrentarse a los desafíos que presenta el dominio aeroespacial, podremos, mediante la Seguridad Aeroespacial, contribuir valiosamente a la Seguridad Nacional. Este es el gran reto: ser capaces de que el dominio aeroespacial no vuelva a ser empleado para desestabilizar nuestras sociedades, valores y forma de vida. Muchísimas gracias por su atención.

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