IDENTIDAD EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

IDENTIDAD EN LA LITERATURA OCCIDENTAL Conferencia pronunciada por la Dra. Isabel Laura Cárdenas en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires en

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IDENTIDAD EN LA LITERATURA OCCIDENTAL Conferencia pronunciada por la Dra. Isabel Laura Cárdenas en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires en la sesión pública del 3 de noviembre de 2011

La publicación de los trabajos de los académicos y disertantes invitados se realiza bajo el principio de libertad académica y no implica ningún grado de adhesión por parte de otros miembros de la Academia, ni de ésta como entidad colectiva, a las ideas o puntos de vista de los autores.

Presentación del Académico Titular Dr. Roberto J. Walton Tengo el agrado de presentar a la Dra. Isabel Laura Cárdenas, Doctora en Sociología recibida en la Universidad Católica Argentina. La Dra. Cárdenas ha sido Profesora de Religión y Moral e Investigadora y Profesora de Inglés. En 1951 fundó el Instituto Becú para la enseñanza de este idioma. Actualmente se desempeña como Secretaria de Publicaciones de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires. Desde 1953 hasta la fecha, la Dra. Cárdenas ha publicado más de una docena de libros. Particularmente significativa ha sido su producción en la última década durante la cual salieron a la luz las obras Sobre héroes y niños (2003), Paso en falso (2004), Escalar montañas (2005), Esperando la lluvia (2007), Faro de José Ignacio, Ayer y hoy (2008), El hombre de la túnica blanca (2010; segunda edición: 2011) y En distintas direcciones (2011, en colaboración). Además, la Dra. Cárdenas es maga. Se podría suponer que, por ser literata, profesora de inglés y maga, nos hablará Of the dreamer Merlin and his prophecies, And of a dragon and a finless fish, A clip-wing’d griffin and a moulten raven, A couching lion and a ramping cat, And such a deal of skimble-skamble stuff As puts me from my faith1.

Pero no. No nos hablará del mago y vidente de la leyenda del rey Arturo. No se limitará a la literatura inglesa ni se ocupará de un bestiario fabuloso con animales maléficos o monstruosos como el dragón y el pez sin aletas, el grifo con alas de águila y el cuervo implume, el león que acecha y el gato amenazador. Añadirá otras literaturas y se referirá a nuestra variada y disgregada humanidad con sus aún más raras identidades personales que, en mucho mayor 1

William Shakespeare, King Henry IV, Parte I. Acto III, Escena 1.

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grado, configuran un material inconexo y sin-sentido – a greater deal of skimble-skamble stuff. El tema de esta magnífica conferencia que nos ofrece la Dra. Cárdenas, y con cuya lectura ya me he deleitado, es ‘‘Identidad en la literatura occidental’’.

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IDENTIDAD EN LA LITERATURA OCCIDENTAL Dra. ISABEL LAURA CÁRDENAS

Resumen El tema de la identidad personal no ha estado limitado solamente al pensar filosófico, sino que también se ha abordado en forma recurrente en la literatura a través del tiempo. Son numerosos los autores occidentales que desafían el concepto de que el ser humano permanece él mismo a través de las posibilidades que se le presentan y de las circunstancias que lo rodean. En distintas formas, cuestionan la individualidad humana proponiendo distintas alternativas a la concepción de un ser único e invariable. A través de diferentes ejemplos, se presentan algunas de las opciones planteadas en diversas obras literarias: cambio de identidad (1.1); proyección de la persona en otro ser (1.2); conversión de persona a seres no humanos (1.3); invisibilidad (1.4); creación de seres a partir de materia inanimada (1.5), ubicuidad del protagonista (1.6). La estrecha relación que existe entre la vida humana, la literatura y la filosofía demuestra que algunos seres humanos, consciente o inconscientemente, desearían, sin lograrlo, provocar un cambio en su identidad personal. Abstract The theme of personal identity has not only been approached by philosophical thought but also and frequently by literature. A number of Occidental authors defy the concept that human beings do not alter in spite of the possibilities that they encounter and the circumstances that surround them. In many ways they challenge human individuality by proposing alternatives to the idea of a unique and invariable human being. Different examples in literature illustrate some of these transformations: change of identity (1.1); projection of one person to another human being (1.2); transformation of people into non human beings (1.3); invisibility (1.4); creation of human beings from inanimate matter (1.5); ubicuity of protagonists (1.6). The close relation that exists among human life, literature and philosophy proves that some human beings, consciously or unconsciously, wish, without achieving it, to bring about a change in their personal identity. 5

La identidad personal es uno de los grandes problemas filosóficos que ha encontrado un espacio permanente de exploración en la literatura. Los clásicos se plantean continuamente el tema del hombre y de su ser auténtico. Shakespeare, por ejemplo, refleja en su obra la búsqueda del destino de cada ser humano, del secreto que lo distingue de los otros. Polonio parece definir esta búsqueda cuando afirma que es necesario ser sincero con uno mismo para comportarse con sinceridad frente a los demás. En un cuento corto, Giovanni Papini describe el sufrimiento de su protagonista al comprobar que ‘‘no puede no ser él mismo a pesar de su desesperado deseo de no ser lo que es’’1. Sin embargo, numerosos autores desafían el concepto de que el ser humano permanece él mismo a través de las posibilidades que se le presentan y las circunstancias que lo rodean. En diversos pueblos de todas las épocas encontramos el mito del ‘‘doble’’ o ‘‘espíritu acompañante’’ y existen innumerables leyendas en las que una persona se convierte en otro ser, ya sea en una constelación, un animal, monstruo o piedra. Además, el estudio de los sueños, del sonambulismo y la hipnosis, explorados por psiquiatras desde fines del siglo XVIII, condujo frecuentemente al abandono de la concepción unitaria de la persona humana. Desde el romanticismo hasta la actualidad, el tema del yo ha estado permanentemente en el pensar filosófico literario. Así, Sigmund Freud analiza con lujo de detalles el problema de la duplicidad del individuo. Si bien cita numerosos ejemplos de la literatura, se refiere especialmente a ‘‘El hombre de arena’’ de Hoffman, a quien considera un maestro sin par de lo siniestro2. La literatura ha dado cauce a esta inquietud freudiana a través de la creación de un otro materializado y a numerosos temas relacionados con la identidad humana. 1. Transformación del ser humano 1.1. La persona se convierte en otra y se produce un cambio de identidad Un posible acceso al tema consiste en analizar aquellos casos en Papini, G., ‘‘No quiero más ser el que soy’’. Lo siniestro u ominoso pertenece al orden de lo terrorífico y, según Freud, se produce cuando un conflicto familiar que debería mantenerse secreto sale a relucir. 1 2

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que el individuo cambia su ser de modo que es él mismo, transformado. Los autores que lo han abordado –novelistas, dramaturgos, escritores de cuentos cortos y de comics– provienen de distintos países: Inglaterra, Escocia, Francia, Norteamérica, Italia, Argentina y sus estilos y géneros son diferentes. Entre ellos encontramos a: Robert Louis Stevenson: describe magistralmente el tema en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde (1886). El doctor Jekyll, un personaje ‘‘respetable’’ de cincuenta años de edad, médico e investigador, procura ocultar su deseo de placeres censurados por la sociedad victoriana a la que pertenece. Trabajando en su laboratorio, descubre un brebaje que le permite transformarse en el señor Hyde, que materializa el lado oscuro de su psiquismo. El doctor Jekyll no tiene necesidad de abandonar su vida decorosa porque ha logrado asumir dos naturalezas que comparten la memoria y se dividen las demás facultades entre ambas. Sin embargo, llega un momento en que el cambio de un personaje a otro ocurre sin que él haya tomado la poción. Poco a poco, el señor Hyde comienza a dominar la voluntad del doctor Jekyll: la sombra ha usurpado la personalidad del amo. Luigi Pirandello encara el mismo tema en Seis personajes en busca de un autor (1921). En esta obra, como en la mayoría de sus creaciones, Pirandello cuestiona la identidad del ser humano. Una compañía de teatro está ensayando en el escenario cuando, desde las butacas, aparecen seis personajes integrantes de una familia: el padre, la madre, el hijo, la hijastra, la hermanita y el hermanito, con máscaras desdibujadas y le piden al director que les permita actuar su vida a través de los actores de su elenco. Estos seres tristes, desconsolados, se transforman en actores que representan fragmentos de sus propias vidas. El marciano (1950) de Ray Bradbury presenta a un individuo que tiene la peculiaridad de transformarse de acuerdo con los personajes que aparecen en su vida. Algo semejante sucede en Zelig, película en la que el protagonista, encarnado por Woody Allen, tiene la extraordinaria facultad de convertirse en la persona con la cual dialoga. Recuerda a otro individuo, creado por Henry James, que al volver a su casa desaparecía porque ‘‘solo existía en público’’.

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En la novela de Ítalo Calvino, El vizconde demediado (1950), el cuerpo de Medardo de Terralba queda destrozado en el campo de batalla cuando lucha contra los turcos. Calvino lo hace revivir convertido en dos Medardos: uno maligno, el otro, benigno. Las dos facetas del vizconde finalmente se unen y conforman un hombre que está, a la vez, lleno de amor y de odio. En su obra Orlando (1956) –que se desarrolla a lo largo de cuatro siglos, desde el período isabelino hasta el siglo XX–, Virginia Woolf describe a un joven noble nacido en el siglo XVI que, al quedar dormido durante siete días en la ciudad de Constantinopla, se transforma en mujer. Según la autora, tiene otro sexo pero una misma identidad porque ‘‘la identidad está más allá del sexo’’. Al sostener que el género es trascendente, su personaje se convierte en un ser que abarca ambos sexos. También se da un juego entre la persona humana y la transformación de su identidad en las obras del dramaturgo Jean Genet. Así, por ejemplo, en El balcón (1956), donde los protagonistas visitan un prostíbulo para recrear sus fantasías de ser rey, obispo y general. Cuando triunfa la revolución, que se percibe sutilmente a través de la obra, se convierten en los personajes que habían actuado en su mundo de ficción. El comic, como género popular del siglo XX, ofrece innumerables ejemplos del doble3. Una figura clásica es la de Clark Kent Superman: el periodista se convierte en héroe. 1.2. Transformación de personas en seres no humanos Ya en la mitología griega aparecen múltiples transformaciones de toda índole. Por ejemplo, el mito del joven Narciso, que al ver su reflejo en un lago quedó deslumbrado por su propia belleza. Los dioses lo convirtieron en una flor, el narciso y, como tal, se contempla a sí mismo a través de los años. Tanto los mitos griegos y romanos como los infantiles tienen una gran vigencia. Por ejemplo, en estos días se acaba de estrenar Narciso Opera Rock, basada en el mito griego. 3

Ver www.comicsdoubleidentity.

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El retrato de Dorian Gray (1890), la novela de Oscar Wilde, es una de las últimas obras clásicas de la novela de terror gótico con una temática faustiana. Un pintor, impresionado por la belleza de Dorian Gray, le hace un retrato. Cuando Dorian se transforma en un ser deleznable, su vida se refleja en el cuadro. La figura que representa comienza a deteriorarse a través del tiempo y en función de las perversiones del protagonista. Finalmente, Dorian Gray destruye la pintura y al instante se transforma en el miserable ser del cuadro y muere, mientras que el retrato recupera su belleza original.

Metamorfosis de Franz Kafka, Axolotl de Julio Cortázar y Rinoceronte de Eugenio Ionesco

La metamorfosis (1915) de Franz Kafka narra cómo un comerciante de telas, Gregorio Samsa, amanece transformado en un insecto. El protagonista retiene sus facultades cognitivas pero su cuerpo sigue siendo el de un insecto hasta que, para alivio de los familiares, muere. 9

En Axolotl (1952) de Julio Cortázar, el narrador relata su relación con los axolotls a los que observa reiteradamente en el acuario de un zoológico parisino. Se siente identificado con esos ‘‘batracios del género amblistoma’’ y, en un momento dado, él mismo se transforma en uno de ellos, que piensa como un hombre ‘‘como lo hacen todos los axolotls dentro de su imagen de piedra rosa’’. También en Rinocerontes (1959), la obra de Eugenio Ionesco que revolucionó el teatro, los habitantes de un pueblito francés comienzan a transformarse en estos feroces animales de acuerdo con la nueva modalidad que les propone la vida. El único que, aunque atraído por el cambio, se niega a aceptarlo, es Berenguer que pronuncia un largo monólogo en defensa del ser humano. Otra transformación de persona a animal y viceversa se da en diversas narraciones infantiles: así en Cascanueces y el rey de los ratones y El lago de los Cisnes. En muchos relatos, cuando el amor triunfa, la persona recobra su ser normal, por ejemplo, en ‘‘La bella y la bestia’’. 1.3. El hombre se proyecta en otro ser Así como, en los ejemplos anteriores, se mencionaron casos de transformación, en otras creaciones literarias el protagonista sobrepasa los límites de la identidad humana y, cuando lleva el desdoblamiento a su extremo, el otro yo se separa del individuo y se personifica. Naturalmente, queda la duda de si ambos seres tienen las mismas impresiones digitales y el mismo ADN4. En William Wilson (1839), de Edgar Allan Poe, el doble es una figura idéntica a la del protagonista, lleva su nombre y nació el mismo día que aquél. La única diferencia es que siempre habla con voz susurrante. William Wilson viaja y se dedica al juego y al malvivir. En diferentes circunstancias, el doble se le aparece y le habla al oído, aconsejándole que abandone su vida licenciosa. Finalmente, cuando William Wilson, con máscara negra y capa de terciopelo azul, asiste a un baile de disfraz, el tocayo vestido igual que él irrumpe en la fies4 En ‘‘La casa de azúcar’’, Silvina Ocampo menciona que ambas protagonistas tienen las mismas huellas digitales.

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ta; para liberarse, William Wilson hunde su espada en el pecho del doble. Éste le dice: ‘‘En mí existías…., y al matarme te has asesinado a ti mismo’’. En El doble (1846), Fyodor Dostoyevski, con su rara intuición en materia de esquizofrenia, desarrolló el conflicto del doble con todas sus posibilidades espeluznantes. Como en el caso de Gogol, la obra se refiere a la deshumanización del funcionario público, pero no se limita a este tema sino que tiene un alcance más profundo. El protagonista, Yakov Petrovic Goliadkin, es un humilde consejero titular que trabaja en una modesta firma. Cuando el jefe lo echa del baile de su hija, al que no ha sido invitado, se le aparece el doble en el camino a su casa. Este personaje se transforma en su nuevo compañero: tiene el mismo nombre, proviene del mismo sitio y Goliadkin lo acepta como a un gemelo. Pero su alter ego, al principio sumiso, se transforma en un individuo malévolo que lo desplaza en su trabajo y en toda su vida. Otro caso extraño es el de Dos imágenes en un estanque (1906), de Giovanni Papini. El protagonista regresa a su ciudad natal y, al acercarse al estanque que le recuerda su juventud, ve dibujarse otra imagen junto a la suya y comprueba que es su yo joven. Al principio, se deleita con la compañía del otro pero, de a poco, comienza a aburrirse de él. Como su doble se niega a abandonarlo, el protagonista le ruega que lo acompañe al estanque y lo hunde con toda su fuerza, hasta ahogarlo. Henry James, por su parte, en el cuento ‘‘El rincón feliz’’ (1908), nos describe a su protagonista, Spencer Brydon, un norteamericano que regresa a su patria después de una ausencia de veintitrés años. Visita una de sus mansiones, El Rincón Feliz, donde pasó su infancia y juventud antes de partir para Londres. Recorre la casa, poblada de un halo nostálgico, y de golpe se le aparece un ser rígido, consciente, espectral, de su misma sustancia y estatura que, efectivamente, es él mismo, tal como sería actualmente si se hubiera quedado a vivir en esa mansión. En su cuento El otro (1969), Jorge Luis Borges se refiere a un pasado y a un futuro modificable. Nos presenta una concepción elástica del tiempo al reunir dos fragmentos de una misma persona en diferentes épocas de su historia personal. El Borges adulto se pone 11

a conversar con el joven Borges; le cuenta episodios de su vida y le pronostica lo que le va a suceder en el futuro. Otro autor contemporáneo, José Saramago, en El hombre duplicado (2003) nos presenta a Tertuliano, su protagonista mediocre y depresivo que descubre a un personaje idéntico a él en un video. Al enfrentar a su usurpador se producen planteos semejantes a los ya mencionados. Resulta imposible enumerar las numerosas obras sobre el tema; pero para terminar un pequeño recorrido, se puede mencionar La mitad oscura (1989), de Stephen King, una novela de suspenso en que la duplicación se produce entre un escritor y el doble literario que ha creado. 1.4. Invisibilidad Otra manera de destruir la identidad de la persona humana es volverla invisible. Sería, tal vez, el secreto deseo de los que ambicionan estar presentes en determinadas situaciones sin ser vistos. En Japón se están haciendo experimentos lumínicos para lograr esta propiedad en los cuerpos. Sin embargo, mucho antes, la literatura pone de manifiesto esta aspiración del hombre. A fin del siglo XIX, cuando Guy de Maupassant empezó con sus propios delirios, se publicó El Horla5 (1887) relato en el que el protagonista afirma que un ser invisible lo sigue, que entra en su dormitorio aunque las puertas estén cerradas y que bebe el agua y la leche que deja sobre la mesa. Es el Horla, un personaje que lo domina y lo enloquece. Posiblemente el texto más conocido sobre este tema sea El hombre invisible (1897) de H. G. Wells, en el que se relata como un personaje logra desaparecer mediante una fórmula secreta. El extraño ser llega a un pueblo con un sobretodo largo, guantes y la cara cubierta por vendas y, aprovechando su invisibilidad, comete innumerables fechorías. Finalmente, unos hombres lo golpean hasta producir su muerte y, en ese instante, su cuerpo desnudo se hace visible. 5

Del francés ors là.

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Julio Verne escribió una novela poco conocida que fue modificada por su hijo Michel: El secreto de Wilhelm Storiz (1910). Esta vez es una mujer, Myra, la que toma una poción secreta y se vuelve invisible. Con mucho coraje sigue su vida ‘‘normal’, si se puede llamar así y, cuando nace su primer hijo, recobra la visibilidad. El protagonista de El caballero inexistente (1959) de Ítalo Calvino es un hidalgo cuya voz metálica se escucha dentro del yelmo cerrado. Esta extraña vibración, semejante a la de una chapa, se produce porque la armadura está hueca. Lo curioso del caso de Aguilulfo es que no existía pero, con su fuerza de voluntad y de convicción, logró forjarse un ser. Se pueden citar numerosas obras que se refieren a personajes invisibles: Otra vuelta de tuerca, de Henry James, es uno de los ejemplos más acabados. También se retoman en textos contemporáneos elementos que tienen el poder de otorgar la invisibilidad. En Harry Potter (1997) se cita la capa, elemento infaltable en los relatos clásicos. En El señor de los anillos (1984), la conocida obra de Tolkien, el anillo de Frodo tiene ese mismo poder.

La capa de invisibilidad en Harry Potter. El anillo de Frodo en El señor de los anillos 13

1.5. El hombre ‘‘crea’’ otros seres humanos Así como existe interés en imaginar la posibilidad de un ser humano sin cuerpo, también, desde tiempos remotos, ha existido el deseo de dar vida a seres animados a partir de materia inanimada. En ambos casos el origen proviene de una concepción maniquea del universo que separa el cuerpo del espíritu, produciendo criaturas que no poseen la identidad propia de la persona humana, ya sea un individuo sin cuerpo u otro que carece de alma. Entre los numerosos ejemplos que brinda la mitología griega, se puede mencionar el de Pigmalión, que al crear la escultura de marfil de una joven muy hermosa, quedó deslumbrado por su obra. Los dioses le insuflaron vida a la estatua y ésta, Galatea, se transformó en un ser humano. De la misma manera, muchos siglos después, Collodi inventa a Pinocchio, un muñeco de madera fabricado por el carpintero Geppetto, que fue transformado en un niño de carne y hueso por un hada bondadosa.

Pigmalión y Pinocchio

En el folclore medieval el Golem es, precisamente, un ser animado compuesto a partir de materia inanimada. El primer Golem fue Adán, antes de que Dios le insuflara la chispa divina a su creación; luego, Eva. Se pensaba que también algunas personas, con cierto grado de santidad, podían dar la vida a un Golem. Esta criatura no tendría alma ni podría hablar. 14

El relato más famoso sobre este extraño personaje se refiere al rabino Judah Loew, el Maharal de Praga (1525-1609), que creó un Golem para defender al gueto de esa misma ciudad. El Golem del siglo XVI se puso violento y empezó a matar gente por lo cual fue destruido por su creador. Mary Shelley6 escribió Frankestein, el Prometeo moderno (1818), una novela sobre un Golem, posiblemente la más conocida sobre el tema de los seres creados por los humanos. Víctor Frankestein, estudiante de filosofía de Ginebra, fabrica un monstruo a semejanza del hombre, aunque más grande y de apariencia terrible. Como esta creación es el resultado del desdoblamiento de su creador, se le da el nombre de Frankestein. Cuando el estudiante se niega a crearle una contraparte femenina, se convierte en un ser agresivo; el doctor Frankestein procura destruirlo y ambos mueren al final de la obra. El director Pedro Almodóvar admite la influencia de la novela de Shelley en su última obra, La piel que habito. En ella, el protagonista procura cambiar la identidad de una persona mediante experimentos científicos, cometiendo ‘‘el peor de los abusos’’ según el cineasta. En Las ruinas circulares (1944), Jorge Luis Borges retoma el tema, en este caso al presentar a un mago que desea crear un joven por medio de sus sueños. Fracasa en su primer intento, pero cuando comienza desde el corazón, logra crear ‘‘un mancebo íntegro, con criterio propio y dueño de su pensamiento’’. Solamente difiere del ser humano en un aspecto: el fuego no lo afecta. El mago, al comprobar que el fuego tampoco tiene poder de dañarlo a él mismo, comprende que, a su vez, es el sueño de otra mente que lo creó. Una de las primeras computadoras de la década del 50 se llamó Golem. Y, en la actualidad, la energía nuclear, la informática y la ingeniería genética son nuestros Golems. Surge un nuevo problema cuando el hombre se plantea si puede dominar sus creaciones, controlar los ‘‘riesgos fabricados’’. Según afirma el doctor Mario Solari, los accidentes nucleares severos, como el de Fukushima y el de Chernobyl, aún tienen final abierto. Esta afirmación trae a la memoria al aprendiz de brujo, que no pudo desactivar el invento que logró utilizar. 6

La mujer del poeta Percy B. Shelley.

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1.6. El protagonista aparece simultáneamente en dos lugares distintos En numerosos obras, el personaje central aparece en dos lugares simultáneamente. Así ocurre en El Decurión de Abelardo Castillo, y en varios relatos de Julio Cortázar, como por ejemplo, en Lejana. La vida Privada, de Henry James, menciona una reunión en un hotel en Suiza donde un escritor inglés está conversando con los otros congresistas en el salón y alguien comprueba que, al mismo tiempo, se encuentra escribiendo en su habitación. En un cuento de Francis Korn, Más Amalias de las que se puede tolerar, una mujer descubre que es ubicua, o sea, es tantas Amalias corpóreas como se podía pensar al mismo tiempo y en distintos lugares. El conflicto surge cuando una se le escapa del radio de acción, con consecuencias sorpresivas. Se pueden mencionar dos casos contemporáneos sobre este mismo tema. El primero es la última novela del autor Kazu Ishiguro, que aunque nació en Japón vivió la mayor parte de su vida en Inglaterra. Nunca me abandones (2005), definida como ‘‘delicadamente atroz’’, se refiere al tema de los clones humanos que el autor analiza con su estilo lánguido, reposado, profundamente intenso y perturbador. La obra es otro ejemplo de distropía o antitutopía. La acción se desarrolla en un marco espacio-temporal realista: tanto Hailsham, un colegio situado entre colinas y bosque de Inglaterra en la década de 1990, como la granja de los Cottages, de la segunda parte de la obra, tienen un perfil británico reconocible. Los profesores educan a sus alumnos para un futuro ‘‘muy importante’’ y las palabras ‘‘sois especiales’’ tienen una connotación misteriosa. De a poco, el lector percibe que los alumnos son estériles y que no tienen padres, ni familia, ni un pasado: son clones, destinados a donar sus órganos a los ‘‘posibles’’ cuando éstos los necesiten. Sus órganos se usarán para futuros trasplantes ya que han sido creados para extinguirse. O sea, para sanar muriendo7. En el año 2003, salió a la luz el concepto Second Life o Segunda vida, inspirado en la novela de Neal Stephenson. 7

La película La Isla anticipó el tema de los clones.

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Por medio de un navegador en Internet se contempla un universo virtual; los usuarios pueden crear personajes y transitar libremente por ese cosmos, interactuando con las aproximadamente diez millones de personas que han creado un alter ego virtual. Participan en actividades grupales y viajan por el mundo que se llama the grid. Se inicia así una nueva versión de uno mismo, una ‘‘segunda vida’’ en la que existen pocas limitaciones. Los personajes eligen su cuerpo y edad; tienen capacidad de volar, pueden escapar con otros habitantes y charlar con los residentes. Este mundo virtual 3D proporciona herramientas para modificar la forma de vida, conocer otras tierras y transformarse en personas totalmente diferentes a las que son en realidad. 2. Otros temas relacionados con la identidad de la persona humana Hay otros aspectos que aparecen vinculados con los cambios de identidad; entre ellos: el demonio, el espejo, la sombra y los mellizos.

Fausto, Peter Pan y el conde Drácula 17

2.1. El demonio Numerosos escritores, entre ellos: Christopher Marlowe, Johann Wolfgang von Goethe y Thomas Mann, han abordado en Fausto, como tema central de la obra, el pacto con el demonio. En todos los casos, Fausto promete entregar su alma a cambio de dinero, amor y poder. El demonio también se manifiesta con un papel preponderante en obras de otros autores, como la novela Beltenebros, de Antonio Muñoz Molina; Los elixires del diablo, de E. T. A. Hoffman y en la película El estudiante de Praga, dirigida por H. H. Sewers en 1913, además de manifestarse, veladamente, en muchos de los ejemplos ya mencionados. 2.2. La sombra La ausencia de esta compañera permanente representa al hombre que ha perdido la identidad. Así en el caso de Peter Schlemihl del escritor Adelbert von Chamizo; La sombra, de Hans Christian Andersen y La mujer sin sombra, ópera de Richard Straus, basada en la obra homónima de Hugo von Hofmannsthal. 2.3. El espejo Así como se puede ocultar la sombra, en este caso, el azogue del espejo se niega a representar al protagonista de la obra. Cabe mencionar el caso de Drácula de Bram Stoker (1897), que es un nosferatum, o sea, un ser no muerto ni vivo. También sucede lo mismo en la película El estudiante de Praga y en ‘‘El Horla’’ de Guy de Maupassant, ya citados. 2.4. Mellizos Diversos autores se refieren a las complicaciones que surgen en el caso de mellizos y gemelos. Shakespeare lo hace en Noche de reyes; Charles Dickens en Una historia de dos ciudades; Mark Twain, en Príncipe y mendigo; Gilbert y Sullivan, en Los gondoleros.

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3. Protagonistas masculinos de los cambios de identidad La mayoría de las transformaciones a las que se ha hecho referencia tienen como protagonistas a individuos del sexo masculino, casi siempre solteros. Según opinión de Henry James, el principal efecto de la ausencia de mujeres es el de ‘‘profundizar la horrorosa tonalidad del cuento’’. Cabe señalar otra razón por la cual los escritores de ciencia ficción, por lo general, evitan la referencia al tema. La mujer embarazada lleva a otro ser en su cuerpo, un hijo que pronto tendrá su vida propia. Julia Iribarne8 afirma que la historia de la identidad de este niño comienza aún antes de que logre designarse a sí mismo como ‘‘yo’’. Disimulada tras la insistencia del hombre en la superioridad masculina, algunos autores sostienen que existe una arcana envidia a la mujer que puede dar a luz a otro ser humano9. Esta envidia, sumada al pudor y a cierto temor ligado a la maternidad impediría a los autores escribir sobre personajes femeninos.

Don Quijote de la Mancha de Cervantes, Esperando a Godot de Samuel Beckett y Superman - Clark Kent 8 9

Iribarne, J., ‘‘Avatares del futuro’’. Ver, al respecto, obras de Margaret Mead, Karen Horney, Erik Erikson.

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4. Conclusión Desde Don Quijote de la Mancha de Cervantes, hasta obras de escritores modernos como James Joyce, Samuel Beckett, Marco Denevi y muchos otros, la pregunta sobre la identidad personal está siempre presente. ¿Es posible que nos transformemos en otro ser a voluntad? ¿Puede el individuo duplicarse y crear un doppelgänger o hacerse invisible? ¿Tiene capacidad para crear otro ser humano desde la materia inanimada o encontrarse en dos lugares simultáneamente? Prescindiendo ahora de la ficción y pasando a la vida real, es verdad que se actúan diferentes ‘‘personajes’’ de acuerdo con las situaciones que se presentan e impulsan a asumir distintos roles: frente al jefe de la oficina, al empleado, la pareja, el amigo o la amiga10.

Dibujos de Tristán Luis de Villalobos basados en una historieta de Nik

10 Dos historietas se refieren al tema: El otro yo del doctor Merengue de Divito y Don Fulgencio de Lino Palacio.

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En rigor, estos roles que se actúan no pueden ser considerados cambios de identidad, sino más bien una serie de adaptaciones que exige la vida. Son pequeñas máscaras que ayudan a adecuarse al medio en que a cada uno le toca vivir sin dejar de ser el que es realmente uno mismo. Borges dice que nunca ha compartido el secreto que hace que sea él mismo porque todos somos únicos e insondables. ‘‘Un destino no es mejor que otro’’, explica, ‘‘pero todo hombre debe acatar el que lleva adentro’’. Sin embargo, como ha quedado demostrado a través de este trabajo, la estrecha relación que existe entre la vida humana, la literatura y la filosofía demuestra que algunos seres humanos, consciente o inconscientemente, desearían, sin lograrlo, provocar un cambio en su identidad personal.

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MESA DIRECTIVA - 2011-2013 -

Presidente Dr. HUGO FRANCISCO BAUZÁ Vicepresidente 1º Dr. MARCELO A. DANKERT Vicepresidente 2º Dr. FAUSTO T. L. GRATTON Secretario Ing. JUAN CARLOS FERRERI Prosecretaria Dra. AMALIA SANGUINETTI DE BÓRMIDA Tesorero Ing. LUIS ALBERTO DE VEDIA Protesorero Ing. ANTONIO A. QUIJANO

Director de Anales Académico Titular Dr. Alberto Rodríguez Galán Consejo Asesor de Anales Académico Titular Dr. Amílcar E. Argüelles Académico Titular Dr. Mariano N. Castex Académico Titular Dr. Roberto J. Walton Secretaria de Redacción Dra. Isabel Laura Cárdenas

Impreso durante el mes de diciembre de 2011 en Ronaldo J. Pellegrini Impresiones, Bacacay 2664, Depto. 23, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina correo-e: [email protected]

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