Story Transcript
Núm.
Enero de 19í
/ /
wm w
Iifl ESGUEliA IBODERNfl Revista pedasó^ca y administrativa de Primera enseftanza FUNDADA
POR
D. PEDRO DE ALCÁNTARA GARCÍA
Director: D. GERARDO RODRÍGUEZ GHReífl TOMO QUINCUAGÉSIMO SEXTO
PUBLICACIÓN MENSUAL, CON DOS SUPLEMENTOS SEMANALES
r
SHrix^-A-IRIO
La asistencia escolar, por María Sánchez, Arhós... La enseñanza primaria y el amor al libro, por Mercedes ü'Abbondio Realizaciones escolares.—Notas ile un curso de Mecanog-ratía, por José César Rodríguez Información educativa mundial, por L. F. Torres. Estudio sobre los Presupuestos de Instrucción pública de 1932 y 193.S, por Santiago Hernández, Jesús Revaque y Alberto López Casero Biblioofrafia
MADRID, 1934 (Derechos reservados.)
^ 1 5 17 24
27 45
LA ESCUELA MODERNA REVISTA PEDAGÓGICA aparece mensualmente en cuadernos de 48 pininas en 4.°, repartiéndose además todas las semanas doS Suplementos de 16 pá},Mnas del mismo tamañn, que sr publican los miércoles y sábados, con todas las disposioones oficiales, vacantes» propuestas, nombramientos, jubilaciones y clasificaciones, papos v diihifos, informaciones de Madrid y de provincias, etc., etc. Tanto en los Cuadernos como en los Suplementos, el número de páginas será aumentado ilimitadamente, siempre que haya asuntos importantes con que ocuparlas, a juicio de la Dirección del periódico.
niECIOS DE U SDBSCRIPCIÍH
TMIH DE ItHÜNCIOS EH U S UBIERTU
En España y Portugal, 5 pesetas al trimestre, 10 al semetre y 18 al aflo, y en el Extranjero, 10 pesetas trimestrales para los que hagan su abono directamente, y para los que lo hagan por conducto de corresponsales, el que éstos fijen. — Pago adelantado en sellos de Correos (certificando la carta). Giro Postal, por medio de nuestros corresponsales, etc., etc.
Plana entera, 18 X 11 cm.., 50,00 ptas. Media plana, 9 X 11 — 27,50 — Cuarto — 4'I, X II — 15,00 — Linea para el subscriptor... 0,50 — — para el no subscriptor. 0,80 — Embuchado, un pliego, el millar 15,00 — Esta tarifa se entiende por inserción, y ha empezado a regir el 1° de mayo de 1926, anulando las anteriores. La correspondencia relativa a la Redacción, asi como los libros y periódicos, se dirigirán al Director de LA ESCUELA MODERNA, calle de Quintana, núm. 21, Madrid. No se devuelven los originales que se nos remitan, aunque no se inserten. • Para pago de subscripciones, anuncios y reclamaciones, los interesados se deberán entender con LIBRERÍA Y CASA ÓJITORIAL HERNANDO (S. A.), administradores de LA ESCUELA MODERNA, Quintana, 21, Madrid, citando siempre con claridad el pueblo y la provincia e el número de la fajilla del subscriptor.
TEXTOS RECOMENDADOS PABA
ESCUELAS DE ARTES E INDUSTRIAS Y NORMALES Dibujo lineal, con aplicación a las artes, por Poyronet y Soldevilla. — Un volumen con 80 láminas, encuadernadas, 6 pesetas ejemplar. E l e m e n t o s de A r i t m é t i c a , con multitud de ejercicios y problemas resueltos, por E. García Barbarin. —Encuadernado, 4 pesetas. E l e m e n t o s de Algebra, por el mismo autor, con muchos problemas y su resolución. — 2 pesetas. El Calculador comercial. Pequeño tratado de Cálculos mer cantiles, por Heredia. — 2 pesetas. De venta en eata Casa.
LA ESCUELA MODERNA REVISTA PEDAGÓGICA Y ADMINISTRATIVA DE PRIMERA ENSEÑANZA FUNDADA POR
D. PEDRO DE ALCÁNTARA GARCÍA
Director: D. GERARDO RODRÍGUEZ GARCÍA
TOMO líUINOüAOÉSIMO SEXTO
ENERO-niOIECMBRIS
DK
•>
1934
DERECHOS RESERVADOS
MADRID LIBRERÍA Y CASA EDITORIAL HERNANDO (S. (Pandada en i8a8.) Calle del Arenal, núm. 11.
1934
A.)
'' '^ v
(NDICE Pígs.
La asistencia escolar, por Maria Sánchez Arbós 1 La enseñanza primaria y el amor al libro, por Mercedes D'Abbondio 5 Realizaciones escolares. — Notas de un curso de Mecanografía, por José César Rodríguez 17 Información educativa mundial, por L. F. Torres 24 Estudio sobre los Presupuestos de Instrucción pública de 1932 y 1933, por Santiago Hernández, Jesús Revaque y Alberto López Casero 27 y 76 Bibliografía 45, 95, 191, 286, 431 y 576 La Instrucción Cívica y la escuela primaria, por Dina L. de Michoulon 49 I^a Gimnasia y el deporte en Suecia, por Fritjof Detthow 52 La instrucción pública en España, por Justo E. Diana 62 El método de proyectos en la enseñanza. 67, 124, 172, 232, 315, 866, 419, 469, 520 y 569 Enso&anza laica y enseñanza dogmática, por Francisco Rivera Pastor 97 I.,a queja del adolescente, por F. Cattier 111 Un libro de lectura centenario, por Neil Brovvn 116 Cartilla del silencio 119 El ciuematógrofo y el niño, por el Dr. H. M. Fay 1.35 La Literatura hay que considerarla, en la Enseñanza primaria, como una más de las bellas artes, por Gerardo Rodríguez 145 Apuntes sobre una adaptación del método Decroly a nuestras prácticas escolares, por Bernardina Dabat de López Elltchery. 150 Del desarme moral a la reorganización de la enseñanza de la Historia, por Celestino Dougle .163
tNDICB
III Pág».
El| factor subjetivo en las notas de examen, por A. Langier y D. Weinberg 169 . Educación y Beneficencia. — Los Asilos de «El Pardo», por Dionisio Correas 179, 226 y 278 En torno a la Pedagogía soviética, por Gerardo Rodríguez, 193, 241, 289, 337, 385 y 433 La escuela maternal en los Estados Unidos, por Mary Dabney Davis La Rítmica en la Escuela, por Guadalupe Pin Llano Cómo tener en cuenta las aptitudes del maestro en la escuela, por Adolfo Ferriér*La Música en las escuelas, por José Gabriel Sánchez R o m á n . . . . Las Misiones pedagógicas, por Manuel B. Cossio 255 y La Mutualidad escolar como medio de educación moral, por Virgilio Hueso De Ortofonia: El audifono-estroboscopio, por .Jacobo Orellana... Las mujeres en la Exposición Nacional de P.ellas Artes, por Juan de la Encina La Conferencia Internacional para la Enseñanza de la Historia, por Martha E. Samatan La tumba de Pereira, por Jacobo Orellana Problemas circum-escolares. — Una lección vivida de ciudadanía, por Luis Huerta El mecanismo de la enseñanza, por M. Mousseron Psicología y Pedagogía del cinematógrafo instructivo, por T^uis Ange El cultivo del lenguaje hablado, por Hannah Zweig Generalidades sobre la Instrucción primaria en el Japón, por Enrique Gallardo Nieto La timidez moral, por L. Dugas La hora de la interrogación, por R. Masseron Enseñanza rural, por Agustín Nogués Sarda El Arte y la Enseñanza : Cuidado con la enseñanza, por Manuel Abril. — El bachillerato, por Juan de la Encina Régimen legal de la Primera enseñanza en Cataluña
202 214 219 250 298 260 263 275 307 325 333 348 353 ,363 379 389 399 402 413 427
IV
ÍNDICE PSKS.
Las tendencias de la Enseñanza primaria en Bélg^ica, por León Jeunehomme 440 Un examen de reclutas en Francia 456 La Cinematoo^rafia para niños 4G0 Información extranjera 479 La enseñanza literaria en la Escuela, por Pedro Heniic|uez Ureüa 481 La enseñanza primaria en Checoeslovaquia 498 y 529 Los centros de interés en la enseñanza primaria, por Agustín Nieto Caballero 499 Kl libro pelig'roso 507 Cuestiones de enseñanza doméstico-agricola 510 Don Víctor Mercante. — Discurso en su sepelio, por ,losó Rezzano. 546 Campos escolares: ensayos, resultados y posibilidades 551 Las Escuelas Normales en los Estados Unidos, por Eniilo Martin. 560 Los Clubs Agrícolas de Niños 564
liil ESGÜEM IWODERNA REVISTA PEDAGÓGICA Y ADMINISTRATIVA =::;::;
DE PRIMERA ENSEÑANZA :
Ano XLV.
ENBRO DB 1984.
Núm. 508.
LA ASISTENCIA ESCOLAR La asistencia escolar, en el sentido de acudir el niño diariamente a la escuela, va siendo problema resuelto en nuestras escuelas, donde los padres se van dando perfecta cuenta de la necesidad de elevar el nivc^l de cultura de sus hijos, así como do la responsabilidad que todo padre tiene con ellos; pero, desdichadamente, la situación social de nuestras clases trabajadoras no es tan independiente que pueda prescindir de la ayuda de sus hijos aun desde pequeños, y es muy corriente que marquen una asistencia irregular los niños de diez a doce años por el mero hecho de tener que cuidar de sus hermanos pequeños cuando la madre tiene que salir o simplemente cuando no puede cuidar a todos. Todos los maestros nos hemos visto en el mismo caso: el de acercarse a la escuela un niño de los mayores compungido y disgustado de tener que faltar a la clase por verse obligado a tener en brazos al pequeñito, o el de la otra niña que un día determinado de la semana tiene que permanecer en casa para atender a la madre a otros menesteres. Estos problemas, que en una localidad pequeña y entre un vecindario conocido pueden arreglarse fácilmente, resultan de peor solución en poblaciones como la nuestra, donde laa necesidades son más duras y apremiantes y donde las gentes, por lejanía de residencia o por ocupaciones poco afines, apenas nos ooQooemos. ¿Y qué diremos de la asistencia puntual a la escuela? Con gran dolor vemos más días de los que desearíamos que algún niño, y en determinados días de la semana más de alguno, se ToHOtVI
NÚM. 1.
1
LA mSOUBI A MODBRNA
vuelva a su casa, porque la puerta de la escuela se cierra puntualmente, para estímulo de todos, a la hora determinada, y aquellos niños no llegaron a tiempo. Estos niños que llegaron tarde, y aun conociendo la rigidez de la escuela en cuanto a la asistencia puntual, so atreven, llorosos, a pedir la entrada, ¿con qué corazón podemos despedirlosVEl uno ha tenido que llevar a su hermanito a otra escuela; el otro ha ido repartiendo pan antes de entrar en clase; aquél me explica que su hermano no se dejaba vestir por él, y por eso no ha llegado a tiempo. ¿Serán verdad estas penas que estas criaturitas se ven obligadas a sufrir, cuando todo debía ser ventura para ellos? ¿Por qué castigarlos sobre su dolor, para que, llorosos y tristes, vuelvan a su casa, donde se les ofrecen muchos más sinsabores que en ,1a escuela? ¿No debe ser la escuela todo amor y afecto hacia los que se cobijan en ella? Estos problemas (jue parecen tan sabidos y tan pequeños deben tener todos una solución fácil, y debemos remediarlo exclusivamente los maestros, sin acudir a medidas rigurosas y secas que van endureciendo el alma del niño y que acaban por hacer de él un hombre indiferente al sufrir de los demás, porque él no halló consuelo ni ayuda cuando se vio necesitado de ello. En las escuelas donde los padres forman parte de ellas y se reúnen con frecuencia conviviendo espiritualmente con los maestros, el problema de la asistencia diaria se resuelve de común acuerdo padres y maestros. Si no es más qne cuidar de los hermanos pequeños, que es el caso más frecuente de las faltas de los niños en nuestras escuelas, las escuelas que tienen patio de juego, que van siendo muchas — el caso de nuestros grupos escolares ~ , ¿no podrían albergar a e,sos tres o cuatro pequefiines que, por la novedad, hasta están respetuosos con la escuela, cosa que no se puede conseguir en la casa, y atenderlos cualquiera de los que no estamos dando clase en los diferentes momentos del horario escolar? ¿No podremos echar una mirada a esos niños que de cualquier modo están más resguardados que en la calle, y de cualquier manera mejor atendidos que por sus hermanos, de poca más experiencia que la suya? Yo he hecho este ensayo dos veces y he obtenido excelente resultado, y las madres han procurado no repetirlo, haciéndonos así ver el doble esfuerzo que realizan para que sus
LA ASISTENCIA ESCOLAR
O
Lijos no falten a la escuela. Para este caso de asistencia, como para otros muchos, se va sintiendo cada día con más fuerza la necesidad de restablecer la visita domiciliaria a las casas de nuestros pequeños, casas que con sólu una mirada nos hablan más que las explicaciones que las gentes pueden darnos, y visitas en las que cualquier maestro, por poco espíritu observador quf ponga, verá de una vez todo lo que puede pedir y obtener de estas buenas gentes. Una ayuda prestada a tiempo, un apoyo moral en determinada ocasión, suele ser decisivo en el respeto y coiiñanza que debe existir entre los padres y los maestros. En cuanto a la falta de puntualidad en la asistencia diaria, mucho cuidado. Debería suprimirse terminantemente el que los niños se vuelvan a casa. Está probado que la mayoría de estos niños, por temor a ser castigados, o porque su casa les ofrezca pocas comodidades, no vuelven a ella; se quedan vagando por calles peligrosas, asociándose para llevar a cabo cualquier travesura u otro peligro de índole peor. Es de una responsabilidad extraordinaria para el muestro el más pequeño riesgo que pueda correr aquel niño. Al niño hay que convencerlo de que tiene que ser puntual, facilitar los medios posibles para que lo sea. Todos preparados en clase, deben conocer a aquellos que llegaron diez minutos después, último recurso y máximo tiempo que la escuela espera a sus rezagados. Aliora bien: si algiin niño llama a la puerta pasado el momento de entrar en la clase, no se le eche fuera. Ese niño, que las más de las veces llega tarde a su pesar, no merece que se le despache fríamente con un «ya es tarde". El maestro puede ensayar lo que más le convenga: o hacerle perder la primera ciase, o todas las clases de la mañana, o retenerlo toda ella en el despacho, o entretenerlo toda la mañana con un mismo trabajo, o no jugar cuando los demás pueden hacerlo; lo que quiera, menos echarlo fuera de la escuela. Dejar un niño a merced de su capricho y con el resquemor de que la escuela no ha sabido interpretar su dolor o comprender su situación, debe ser motivo do tan honda preocupación para el maestro, que el egoísmo propio le impida llevarlo a cabo. No hay maestro que no pueda llegar al corazón de un niño, y cuindo esto sucede, no se repiten los casos de falta de asistencia puntual. Cuando el maestro sabe sentir junto al niño, hace éste esfuerzos increíbles para cumplir con la escuela, y si
4
Ui
HSCUBLA MODERNA
en lugar de despedir al niño fríamente mediante un subalterno, que no tiene más obligación que la de medir el tiempo, el maestro habla de corazón a corazón, y averigua bien la causa de su tardío llegar, y la comprende y hasta la perdona, el niño difícilmente vuelve a incurrir en la falta, y se estimula en beneficio suyo y en el de los demás. No olvidemos que la obra de la escuela está en el sentir más que en el pensar, que la convivencia de los espíritus no se lleva a cabo más que colocándolos en un mismo plano, y que la mayoría de los niños que acuden a nuestras escuelas, faltos muchos de ellos de afecto y de consideración entre los suyos, saben muy bien dejarse querer y responder a una caricia y a una consideración francamente hecha, con muchísima más eficacia que a una disciplina rígida y fría, capaz de asustarlos, pero no de convencerlos. MARÍA SÁNCHEZ ARBÓS. Directora del Grupo escolar «Francisco (iintir , de Madrid,
(Del Iloletin de la Institución Libre de Enseñanza,
de Madrid.)
itfl EHsEHflHZfl PíiiwflRm Y EII moH flii itiftHo • Se lee demasiado poco—decía Voltaire—; y aun entre los que lo hacen para instruirse, la mayoría lee muy mal.» También un epigramísta desconocido (al menos yo lo desconozco) decía alprincipio del siglo XIX: He aqui la suerte de los hombres: muchos los llamados y pocos los elegidos. He aqui la suerte de los libros: muchos los deletreados y pocos los leídos. Estas oportunas palabras, pórticos de la preciosa obra de Emilio Faguet, titulada El arte de leer, han constituido desde hace muchos años para la maestra que escribe las preseotes líneas, un imperativo categórico que la empuja de continuo a fijar su atención incisivamente en la vida espiritual de los alumnos que, años tras año, concurren a sus clases, no ya con el propósito de cumplir prolijamente el programa escolar, sino buscando en ese campo fértil que es el alma infantil el surco donde arrojar la imponderable simiente del amor al libro y a la buena lectura, fundamento indiscutible del progreso, de la cultura y, ¿por qué no?, de la íntima felicidad. Tal empresa, traducida en observaciones múltiples, experimentos prácticos, proyectos entusiastas y realizaciones felices, ha disipado las sombras caliginosas del escepticismo que inspiran aquellas palabras al principio transcriptas y esas otras •frases hechas» en que oigo de continuo lamentarse a algunos de mis colegas diciendo: «En la época presente los niños no leen nada provechoso, y esto es consecuencia del «foot-ball», lo único que interesa a los varones, y del «cine», que distríw la mente de las niñas, y de las «revistas», cuya lectura no loa benefieía
b
LA B80UBLA MODERNA
en nada, y también de los padres», que no se preocupan, como en otros tiempos, de )a vida espiritual de sus vastagos.' Sin trabar polémica reconozco que, en efecto, los tiempos han cambiado: estos últimos quince años han sido de ultrarrápida evolución hacia un futuro, mejor o peor (eso lo ignora mos...); pero afirmo que el maestro que vuelve percínnomente hacia atrás la mira y se limita a plañir jeremíacamente añorando pasadas épocas por considerar la presente como de verdadero descenso moral e intelectual, es maestro inerte que está a punto de «mineralizarse», como le ocurrió a la compañera del bíblico Lot. Si el torrente devastador encauzado por el hombre se torna caudal de agua fertilizante; si el germen de plaga mortífera tratado convenientemente en los laboratorios se convierte en elemento inmunizante o curativo del terrible mal, p.cómo no creer, admitiendo que existiera una tan grande relajación del ambiente, que no se podrán obtener de él elementos útiles y provechosos? El maestro debe vivir en el presente, sea éste cual fuere; no puede substraerse, a él porque el ambiente gravita con imperio sobre sus alumnos y sobre la escuela misma, que podrá encauzar, pero nunca anular esta fuerza. Bien entendido que no llamo maestros a muchos que circunscriben su misión a la tarea simple de hacer ingerir a los pequeños escolares, punto por punto, los enciclopédicos programas, respetan escrupulosamente un horario y nada más. ¡Qué ntagníflcamente expresa estos conceptos el inmortal (ruerra Junqueiro en su composición La escuela portuguesa'. • ...¿Qué fruto se ha de coger si en nuestra escuela inhumana, se llama el maestro Ayer, y el discípulo. Mañana? ¿Ni cómo hay alguien que sueña con ver el trigal maduro, si el Pasado es el que enseña el alfabeto al Futuro? La misión del maestro verdadero es otra muy distinta. Él debe captar todo lo aprovechable y convertirlo en elemento
LA ENSEÑANZA PRIMARIA Y BI> AMOR AL LIBRO
7
Útil, de valor educativo, para transmitirlo a los alumnos, ordenando y orientando su labor de manera que el niño insensi • blemente sea quien al fin realice la elección por sí mismo y asimile lo bueno y lo útil. No es nuevo el procedimiento que indico, bien lo sé: los egipcios lo practicaron. Cuando el «Padre Nilo» se retiraba, después de haber anegado con aguas verdosas e infectas su amplio valle, en vez de lamentarse los idólatras de la pálida Isis por el daño causado, escogían las semillas aptas para germinar en aquel limo y obtenían espléndidas cosechas. Mi impresión acerca de la mentada crisis espiritual contemporánea no tiene por cierto tan lúgubres matices, aunque re conozco que eLmomento es difícil para el educador; por'ejemplo: las modalidades fundamentales que ayer no más definían la infancia del que hoy es maestro, difieren bastante de las que caracterizan a sus alumnos. En la actualidad los niños poseen cierta precocidad para juzgar; la palabra de los mayores es analizada y discutidas sus afirmaciones más o menos respetuosamente; existe un desprecio manifiesto por los preceptos no ratificados con el ejemplo; el niño de trece años pretende la independencia que correspondía a los diez y seis o diez y siete de otras generaciones. ^.Consecuencia de qué fenómeno es este proceso?... No es fácil investigarlo; basta con observar y sacar de este estado de cosas el resultado más benéfico posible. Toda modalidad, concepto o acto del alumno, por insignificante o absurdo que parezca, proporciona elementos de juicio que resultan valiosísimos; ésta es la arcilla con que vamos modelando nuestra obra, y para realizarla no hemos de despreciar ni el barro de más ínfima calidad que se nos ofrezca. Ejemplo al caso: una de las causas que aleja del libro al escolar, se dice, es su afición a la cultura física. La importancia que se concede a los deportes en la época presente tiene que grHvitar fatalmente sobre el elemento más inquieto de la sociedad: el niño. Su admiración irrefiexiva lo lleva hasta endiosar a los componentes de tal o cual equipo de jugadores. Conversando acerca de estos temas es oportuno ilustrarlos demostrando cómo la rrayoría de los aficionados que llegan a triunfar en tal o cual actividad física no han cultivado la materia solamente. La fuer-
8
LA B£CUBLA MODBKNA
za y la agilidad del cuerpo, complementadas con una inteligencia bi«ii orientada, alcanzan lo que por si solas no lograrían; asi k>s componentes de nuestros conjuntos de «rugby», de •basket-ball», de «water-polo», de «natación», etc., son a la par estudiantes secundarios o universitarios, sin excepción. En lo que al cinematógrafo y su influjo sobre la infancia se refiere, diré que si en muchos casos es pernicioso, en otros es altansfflite benéfico; confieso que después de haber visto la pe Ifcala Simba, por ejemplo, tengo un conocimiento del África salvaje y de la vida en sus selvas como no me la dieron jamás los libros; lo mismo digo de Nanonk, que presenta las tribus esquimales; de Someros blancas en los mares dd Sur y Tabtí, con respecto a la vida de los indígenas del archipiélago ooeá nico; del Viaje de la expedición Shackleton y Entre los hielos de loa islas Oreadas, verdaderos documentos científicos, presentados en artística forma gráfica. Comentando los asuntos de películas de esta naturaleza, haciendo que aprecien tantas y tantas maravillas que a veces no descubren por sí solos, es posible «noauzar poco a poco el gusto de los escolares. ¡Cuántas veces he oído a mis alumnos comentar con sincero entusiasmo películas puramente instructivas, como las tituladas Plantas que comen. La pesca del atún, El oro liquido», etc.! Son contados los niños que no gustan del cinematógrafo; es para ellos una de las diversiones predilectas, y creer que por la sola prédica del maestro van a dejar de asistir a estos espectáculos, que constituyen además el entretenimiento favorito de los mayores en su propia familia, es ingenuo por cierto. Ideal sería que se prepararan exhibiciones para los niños; en EE. UU. de N. A. la producción de los «estudios» para ese objeto es copiosa y excelente, pero entre nosotros no pasa de ser todo esto un hermoso proyecto. Lo efectivo es que debemos desenvolvernos en el presente con los elemento» que contamos y capacitar al nifio para que poco a poco adquiera la facultad de discernir qué le conviene rechazar y qué aprovechar, por convicción nacida del raciocinio sano y del hábito adquirido a fuerza de dirigir su mirada hacia lo bueno y lo bello.
LA EN8BÑANZA PRIMARIA Y Kh AMOR AL LIBRO
9
De intento, no insistiré en lo que sobre importancia de la lectura, como elemento educativo, han dicho pedagogos y maestros, ni recordaré las muchas páginas en que abordó el tema con amor y eficacia el inmortal Sarmiento, guia incomparable en todas las etapas del desenvolvimiento de la Escuela Argentina, ejemplo perenne, apóstol cuyas prédicas tienen la fuerza incontrastable de lo que emana del corazón más que del cerebro. En cuanto a la atracción que el libro ejerce sobre el niño, afirmo que existe, y muy arraigada, aunque son escasos los autores que han seguido la evolución de sas gastos. Los clásicos cuMitos fantásticos, las novelas de Julio Verne o d« Salgan, libros favoritos de los pequeños lectores hace diez o quince años, ya raramente encuentran admiradores. Observo en la generalidad de los alumnos, desde tiempo atrás, una manifiesta repugnancia hacia ka obras de argumen^» irreal; tampoco gustan de las que pecan por exceso de verbo y escasez de pensamiento, y es así como a veces me han manifestado que no l«s agrada tal o cual obra porqu« tiene «muchas palabras». Yo no he tratado de modificar estas apreciaciones, por oi«rto, pues las comparto decididamente. ¿Qué vale la mejor obra imaginada que trate de aventaras ante la hazaña inverosímil de un hombre cruzando solo en un pequeño avión o en un frágil velero el inmenso y proceloso Atlántico? ¿Qué narración hija de la fantasía gana en dramatioidad el misterioso y trágico fin de Rovald Amundsen en la desierta región polar, o superar a los episodios de la última guerra mondtal, o a la descripción de la espantosa muerte de cuareata o cincuenta hombres aprisionados en un submarino que yaee inerte en el fondo del mar? La realidad amengua lo portentoso de las visiones de Julio "Verne en muchos casos, y en otros presenta cuadros de tan lúgubres matices que el propio Edgar Poe hubiera hallado •dignos de su pluma. Con el entusiasmo y tesón que me presta la absoluta segu«•idad de que realizo una buena obra de valor esooiar y post-
10
LA BSGUHLA MODBRNA
escolar, emprendo año tras año una cruzada para despertar o acrecentar el verdadero amor al libro, no lo que así se denomina con frecuencia y que no pasa de ser una simple curiosidad liviana, una fruición de recorrer páginas y páginas sin conservar siquiera en la memoria el título de la obra o el nombre del autor, una torpe manía de hacinar en destructor desorden los libros que se dice amar, libros, ¡ay!, que, para horror de los bibliófilos, muchas veces ostentan innumerables manchas y dobleces. ¡No! Yo procuro que mis alumnos inmaterialicen, diré así, el libro, como hasta hace poco lo hacían con la muñeca mimada, o con el osito ingenuo, o con el juguete favorito, y sientan hacia él un afecto verdadero. Puedo afirmar que en la mayoría de los casos he conseguido mi propósito y me enorgullece recoger de los pequeños lectores, con frecuencia, impresiones como ésta: «Señorita; ¡qué libro divino! ¿Me lo presta para leerlo de nuevo?», o como esta otra: «Si este libro fuera mío, no sabría dónde guardarlo para que no se estropeara, de tanto que me gusta.» ¡Cuántas veces, al comprobar que un volumen ostenta alguna mancha, espontáneamente so dan a averiguar quién es el autor del descuido y lo amonestan con sincera indignación! Alumnos que así proceden estoy segura que han de ser verdaderos cultores de la lectura y fieles amantes del libro en el mañana. Arma poderosa para esta cruzada que realizo año tras año es la «biblioteca del aula». Explicaré cómo con un gasto insignificante la formo anualmente; de qué manera se instala, utiliza y administra; y el fin indiscutiblemente educativo, no ya sólo instructivo, que cumpleForrándolo con una tela lo más bonita posible (pues no ha de olvidarse el detalle decorativo), el alféizar de una ventana queda transformado en estante-biblioteca. Es conveniente insistir acerca de la ventaja de buscar alojamiento adecuado al libro: lo contrario representa el primer paso hacia su destrncción. En clases de Economía Doméstica, al tratar del arreglo de las habitaciones y distribución de los muebles, se indicarán los numerosos rincones que pueden convertirse en baratos, cómodos y bonitos estantes para biblioteca. Listo el estuche, se procederá a seleccionar las joyas. Es casi
LA ENSEÑANZA PRUrARIA Y EL AMOR AL LIURO
11
seguro que cada alumno poseerá un libro por lo meno?, y algunos muchos más, por cierto. En una clase de las que sobre «deberes para con los semejantes» indica el programa de Moral, es oportunísimo y de gran actualidad el tratar de cooperativismo en general, derivando en particular a la formación y aprovechamiento de la biblioteca del aula». Para constituirla, cada alumno aportará los libros que pueda, en calidad de préstamo hasta fin de año, y en cambio utilizará los de sus compañeros. Así, en vez de releer los que posee tan sólo, sin gasto alguno conocerá las treinta o cuarenta obritas que lleguen a reunirse: cooperativismo práctico. En cuanto a los alumnos que no puedan contribuir con ningún tomo, tienen iguales derechos sobre la biblioteca, de más está decirlo. Antes de ser incorporado un libro deberá tener la aprobación del maestro, quien devolverá al donante el que resultare inadecuado, tratando de no herir susceptibilidades. En tal forma se inaugura cada año nuestra biblioteca con cierto número de libros seleccionados; entre ellos, claro está, figuran los que yo aporté, pues tongo por verdadera norma de mis actos aquello áepredicar ron el ejemplo. Es prudente forrar los ejemplares, como asimismo hacerlos figurar en un pequeño catálogo donde a más del título y autor constará el nombre del donante para facilitar la devolución cuando termine el año. En otro cuadernito se registrará el movimiento de la biblioteca; encabezará cada hoja el título de la obra, nombre del autor y precio de aquélla, omitiendo el nombre del donante, pues los libros son ya de todos y para todos. Cada vez que un libro es prestado se anota la fecha de salida y la firma del lector, para agregar luego la fecha de su devolución, que se hace previo visto bueno del alumno-bibliotecario. Estos detalles, que croan en el escolar hábitos de orden y de responsabilidad, permiten al maestro comprobar cuáles son las obras y autores predilectos de sus alumnos. La designación de bibliotecario debe recaer en el alumno que mejor haya conservado su libro de clase el año anterior,, o en el que a votación por simple mayoría elijan sus condiscípulos. La entrega de libros se hace indefectiblemente los sábados
12
LA BSOCBLA HODBRNA
O la víspera de feriados para que el entusiasmo por la lectura no reste tiempo al estudio. Muchas veces he oído a mis alumnos clamar por un «domingo de lluvia» para no verse obligados a salir con sus padres y poder así disfrutar del libro que llevaban. Cada obra que se incorpora a la biblioteca es eficaz presentarla a los alumnos con una breve explicación indicando de rta habilidad. Hay bastantes que escriben con soltura y velocidad. Y todos tienen — en mayor grado unos que otros, naturalmente — un sentido estético del trabajo mecanográflco. Están habituados a respetar y cuidar la máquina. Y como detalle y por lo que sirva de abono a la afirmación, éste: en todo el año no fué preciso pasar ni un solo aviso a la casa que tiene contratada la limpieza y conservación do una de las máquinas ni a la que la tuvo de las restantes hasta el mes de diciembre último. Ambas se limitaron a hacer el servicio mensual
NOTAS 0K r . \ CUKSO DB MECANOGRAFÍA
23
ordinario. Y éste siempre que hubo ocasión fué presenciado por alguno de los niños. La limpieza de dichas cinco máquinas continúa sin contratar; se efectúa en la clase de Mecanografía y en ella intervienen los niños.
Y como nota final. Aspecto de la clase: Seis niños sentados ante las máquinas de escribir hacen su trabajo. Los restantes, y alguno más de fuera, leen: alrededor de la estufa, en invierno; en grupos disominados, en otras épocas del año; unos sentados, alguno de pie. No falta quien a veces está consultando el fichero: busca el libro que le indicaron, datos de lo que le interesa o aquel que eligió. También de cuando en cuando aparecen al lado de los que golpean el teclado de las máquinas, niños que les dictan o ayudan a los principiantes con indicaciones convenientes a la marcha del trabajo... JOSÉ CKSAR RODRÍGUEZ. (Del (írnpo escolar Cervantog^, de Madrifí.)
iHFOÍMflGIÓÍÍ EÜÜCflTIl/fl MÜIlOlfllt
POLONIA Vacaciones y vida social de los m a e s t r o s . — Se reconoee que la función de la enseñanza agota rápidamente las fuerzas físicas y psíquicas, sobre todo en los casos de recargo de trabajo. Se hace, por lo mismo, indispensable luchar contra la fatiga y el surmenage mediante la organización racional de los descansos y vacaciones. La Unión de Maestros de Polonia ha creado una Sección de Descansos que se propone la organización racional de los descansos, la intensificación do la cultura social de los maestros, la creación de vínculos espirituales más estreciios entre éstos y el cultivo de la vida social en los centros de la Unión. Para realizar estos fines se han escocido los medios siguientes: Organizar, durante las vacaciones, cursos sociales en las ciudades más importantes. Instalar campos de verano temporales y permanentes. Organizar cursos de educación física y deporte. Crear colonias de reposo en las regiones salubres. Organizar viajes a otras ciudades y al extranjero. Adquirir casas y chalets. Construir casas en el campo. Establecer bibliotecas ambulantes, etc. CHECOESLOVAQUIA Reformas escolares y a d m i n i s t r a t i v a s . — Se han dictado varias reformas que modifican el sistema de la administración escolar y que tienden a la unificación. Se trata, por otra parte, de establecer el principio de independencia de las autoridades escolares respecto de las autoridades de la administración po-
INFORMACIÓN EDUCATIVA MUNDIAL
25
lítiea, debiendo fundarse en la representación de todos los grupos interesados: en el Consejo administrativo constarán, pues^ representantes oficiales del Estado, del preceptorado y de los ciudadanos. A la cabeza del Consejo escolar de cada circunscripción estará, de hoy en adelante, un pedagogo. Métodos de enseñanza. — Poco a poco la enseñanza secundaria va cumpliendo los postulados de la escuela única, y los métodos que en ella se emplean son los preconizados por la ciencia moderna, tales como los siguientes: laboratorios, «selfinstrucción», sistemas de tests de control, reforma del programa de enseñanza en el sentido de un agrupamiento más racional de las materias, autonomía de los alumnos, «campañas» educativas, etc. GRAN B R E T A Ñ A
Castig'os corporales. —Es un hecho que los castigos corporales no han desaparecido, en absoluto, ni en las escuelas de los países de cultura muy avanzada. Existen c^n Alemania, en Inglaterra, en otros países europeos. Pero por una parte se ha tratado de reducirlos al mínimum y por otra de reglamentar su aplicación. Véase el reglamento dictado al respecto por el London Country Council, para la aplicación de los castigos corporales en los asilos y en las escuelas especiales (poor law srhools). He aquí las modalidades con que deben imponerse tales castigos: a), a los alumnos de más de siete años y menos de catorce; h), por el director o por un funcionario autorizado por aquél, en cada caso particular; r), en presencia de dos funcionarios, uno de los cuales será el director; d), mediante un látigo, según un modelo autorizado por el Country Council (!), por lo menos dos horas después que se hubiese cometido la falta digna de castigo. Tales disposiciones forman parte del reglamento que rige las sanciones autorizadas en las escuelas primarias (Times Educational Supplement, 4, II). YUGOESLAVIA La escuela y la vida. — En los programas de la enseñanza primaria y superior y para los grados superiores se ha intro(lucido como rama especial de enseñanza el 'conocimiento de ia vida económica». El fin de este curso es el de dar a los niños
-26
LA B80UBLA MODBRNA
nociones prácticas que correspondan al medio en el que están llamados a vivir; así, los niños de las ciudades aprenderán a conocer las principales raniíis industriales y coniorciales, y los del campo, los trabajos agrícolas, y las niñas, especialmente, la economía doméstica. RUSIA Exposición Internacional.—Una exposición de arte infantil so efectuará en Moscú, en la que reunirán todos los trabajos que, realizados de una manera individual o colectiva, sean la demostración de la actividad creadora y libre del alumno: dibujo, pintura, modelado, objetos fabricados y coloreados, conjuntos decorativos, periódicos y cuadernos ilustrados, caricaturas, etc. NOTA.—Cada vez es más interesante la información que ofrece, respecto al movimiento pedagógico, el Burean Internacional de Educación de Ginebra, al que pertenece nuestro país. Agradecemos los documentos que nos ha enviado en nuestro carácter de corresponsal. L. F. TORRES. (De Educación,
(le Quito, Kouador.)
m
ESTUDIO SOBRE LOS PRESUPUESTOS OE INSTRUCCIIIIl PÜBLICll DE 1932 V1933 ^'^
IDEAS PREVIAS Sabido es de nuestros compañeros el eterno pretexto do las eoiistaiitr^ denou'acioiies que el Majíisterio lia recibido cuntido lia planteado a los Poderes púlilicos el prol)l('iiia de sus dotaciones, y por extensión y en í^enernl. el de las atenciones económicas relacionadas con la Primera enseñanza. Se ha dicho al Ma
Mínimo. ., 3.000 Í d e m . . . . 3,000 »
Medio... . 4.97.'. ídem . . . . 4.975
Importe total de las plantillas : 4..353.000 pesetas. Magisterio. 1932: Sueldo máximo.. 1933 : ídem Aumento
8.000 9 000 1.000
Mínimo.. 3.000 ídem .3.000 »
Medio.... 3.5:!! 3.628 ídem 97 Pesetas.
Importe de las plantillas en 1932 154.238.500 ídem, id. en 1933 167.832.000 Gastos totales de personal de escuelas nacionales en 19:i2 162.203.462 ídem, id. en 1933 175.929.500 La diferencia se gasta en el pago de las clases de adultos y adultas, de las cuales hay algo que hablar, y ya se hablará a su debido tiempo, y para creación do escuelas. En el magisterio primario no hay profesorado supernumerario. Ni siquiera llega el Estado al sostenimiento de una decena de maestros suplentes per provincia para caso de enfermedad grave de los numerarios, servicio que evitaría verdaderas tragedias, que proveería a la conservación del personal y que beneíiciaria a la enseñanza, sin que su coste pasase de dos a tros millones de pesetas. Inspección de Primera enseñanza. 1932 : Sueldo máximo.. 1933: ídem Aumento
15.000 1.5.000 »
Mínimo.. 4.000 Ídem . . . . 5.000
»
Medio... . 7.983 ídem . . . . 7.224 -759
La rebaja que se aprecia en el sueldo medio de la Inspección requiere ser explicada; pues si bien no vamos nosotros a defenderla, tampoco
39
ESTUDIO SOBRE LOS PRB8UPUBST08.
le damos la interpretación catastrófica que se ha intentado. Desde luego que la Inspección no ha sido favorecida en relación con lo que se ha otorgado a otros Cuerpos; por algo es la profesión más cercana al Magisterio y más de Primera enseñanza después de éste. Sus escalas han tenido, no obstante, incrementos muy estimables. Por de pronto ha aumentado el sueldo mínimo en 1.000 pesetas, y esta mejora, que afecta al llano de la clase, incluidos 107 inspectores ingresados en el año último, tiene una importancia que no cabe desconocer. Por otra parte, como el Escalafón es pequeño, el incremento de las escalas produjo mejoras importantes: de los 13 inspectores de 12.000 pesetas, ascendieron tres; de los 16 de 11.000, cuatro; de los 25 de 10.000, seis; de los 25 de 9.000, siete; de los 30 de 8.000, siete; de los -'iO de /.OOO, siete; de los 25 de 6.000, nueve; todos los de 5.000 y todos los de 4.000; cinco de éstos a 6.000. Como entre nosotros, las categorías intermedias son las menos atendidas; pero, a pesar de todo, el Magisterio se hubiera resignado con una mejora equivalente a la de la Inspección. Fíjense bien. Hubiera sido esto: sueldo mínimo, 4.000 pesetas; todos los maestros de 3.500 hubieran pasado a 4 000, y la cuarta parte de ellos, a 5.000; la tercera parte de los de 4.000, a 5.000; la cuarta parte de los de 5.000, a 6.000; la cuarta parte o la quinta de los de .').000, a 6.000; la cuarta parte o la quinta de los de 6.000 a 7.000, y la cuarta parte de los restantes,"al sueldo inmediato. Escuelas normales. PBOl-KSOKBS
1932: Sueldo máximo.. 15.000 1933 : ídem J.5.000 Alimento »
Mínimo.. 4.000 ídem . . . . 5.000 1.000
Medio. ídem .
7.99.H «.391 398
Medio. ídem ..
7.9(!7 8.370 403
PliOPBSOKAS
1932: Sueldo máximo.. 1933 : ídem Aumento
15.000 15.000 »
Mínimo.. 4.000 ídem . . . . 5.000 1.000
Hay que notar aquí que el crédito destinado a plantillas del profesorado de Normales ha permanecido sensiblemente invariable. España gasta en apariencia este año 6.000 pesetas más, por este concepto, que el año pasado. ¿Cómo con tan corto aumento ha podido mejorarse tan notablemente el profesorado de Normal? ¡Ah! Es que hay 26 profesores menos que el año pasado en las plantillas. Pero lo que hay que saber es que esos 26 profesores no se han economizado, sino que han pa-
40
LA. BSCUHLA MOBBBNA
sado al presupuesto de Deuda y Clases pasivas. Dato de mucho interés para el que examina el Presupuesto. El gasto total pai-a el profesorado de Normal es de 4.458.000 pesetas, y era en 1932, de 4.452.000. Y el im[K)rte del artículo era en 1932 de 6.308.625, y en 1933 de 6.190.250. La diferencia es para el profesorado de Música, F'rancés, Dibujo y auxiliares, y el año pasado de Caligrafía, Educación físicix y Religión, La diferencia asciende este año a 1.738.250 pesetas. Institutos. 1932: Sueldo máximo.. 1933 : ídem Aumento
1.').000 15.000 »
Mínimo.. 4.000 ídem . . . . 5.000 1.000
Medio.... 7.80.') ídem . . . . 8.398 593 Posctas.
Importe de las plantillas en 1932.. ídem, id. en 1933
5.691.000 11.401.7.50
La diferencia de este año es de 4.355.750 pesetas. Para profesores especiales (Idiomas, Mecanografía y Taquigrafía, Dibujo, Educación fisica. Caligrafía), auxiliares, profesorado de Institutos locales, indemnizacionei; a secretarios y directores, completar sueldos, personal subalterno y servicios docentes eventuales. Algunas de estas partidas nos ocuparán luego. E s c u e l a s de C o m e r c i o . 1932 : Sueldo máximo.. 1933 : ídem Aumento
15.000 15.000 »
Mínimo.. 4.000 Ídem . . . . 5.000 1.000
Medio... . 7.981 ídem . . . . 7.717 -264
Partida en disminución. Estas escuelas, comprendidas este año en el concepto de enseñanza media, han sufrido, en vez de gozar, la vecindad con los Institutos. Son escuelas pobladas de hijos de pequeños burgueses o empleados que buscan prepararse para empleos mercantiles o habilitarse para tomar parte en oposiciones a ciertos Cuerpos de funcionarios del Estado. No son presuntos universitarios. Pesetas.
Importe de las plantillas en 1932 ídem, id. en 1933 Importe del artículo en 1932 ídem, id. en 1933
1.732.000 1.833.000 2.4.55.780 2.708.880
ESTUDIO SOmiB LOS PRBSÜPUBSTOS...
41
Las diferencias, para profesorado especial y auxiliar, indemaizaciones y personal administrativo y subalterno. Universidades. V.yá-2: Sueldo máximo.. 20.000 Mínimo. ,, 6.000 . 8.000 l í m : ídem 20.000 ídem 2.000 Aumento »
Medio.. . 9.0.54 ídem... . 10.904 950 Pesetas.
Importe de las plantillas en 1932 ídem. id. en 19.H3 Montante del articulo en 1932 ídem, id. en 1933
5.624.000 6.172.000 10.440.546 10.884.700
La diferencia de más de cuatro millones y medio de pesetas entre el importe de las plantillas y el total de gastos de personal, es de explicación muj' larga. No dudamos de que en las Universidades hace falta mucho y buen personal; como en los otros grados, por otra parte. Pero si creemos que hace falta mucho personal, también sospechamos que. es necesario entrar en esa fronda que exige para personal accesorio una cantidad tan grande como en personal numerario. Tampoco sentimos la más pequeña sombra de celos por los excelentes sueldos de la escala universitaria, que son 8, 10, 11, 12, 18, 15, 18 y 20.000 pesetas; al contrario, hay profesores por los que sentimos tan altísima estimación, que no nos parecería mucho para ellos un sueldo de 100.000 pesetas. Vayan sueldos a quienes los merezcan: no despertarán esos sueldos el menor sentimiento envidioso en nuestro corazón. Si sufrimos la amarga suerte de ser despreciados, y el país sabrá a qué precio paga ese desprecio de los gobernantes hacia nosotros, no tenemos la desdicha de ser despreciables. No hay aquí el más pequeño atisbo de espirituales pequeneces; sólo hay la denuncia severa de un régimen de jerarquías impropio de la República y un grito de desesperación, de una clase tratada siempre con injusticia y a veces con vilipendio. Vayan sueldos a quienes los merezcan y a quienes los ganen; pero sepamos si una buena parte del personal auxiliar de las Universidades no será necesaria para suplir la inasistencia de muchos titulares a sus clases, no por abandono de destino: jamás haríamos caer sobre una clase entera esta sospecha, sino por desempeñar los titulares otros cargos y empleos. La Universidad española no sufre la falta de capacidades; sufre, sobre todo, la ausencia de clase de esas capacidades, las cuales están en el Escalafón, pero muy rara vez se encuentran al frente Cada ejercicio de dictado lleva un bonito grabado alusivo al respectivo asunto. • Este pequeño libro, destinado al grado inferior de nuestras escuelas (los tres primeros cursos de r;uestra escolaridad de ocho años), es propio para los niños que, según la gráfica frase consagrada generalmente, ya se han soltado a leer y, por tanto, a escribir. En casos normales esto debe suceder al final del primer curso. Los ejercicios del Grado inferior se consagran, pues, a los niños de segundo año escolar.» En los dos nuevos trataditos, la competentísima y experimentada profesora desenvuelve su plan pedagógico, hasta llegar a aquellos trabajos escolares de dictado y composición que son adecuados a las conveniencias de los niños de los últimos cursos de la enseñanza primaria, y que deben llegar a conocer ampliamente la ortografía y la sintaxis de nuestro idioma. La obra, en sus tres partes, en las cuales se mantitíne el mismo sentido pedagógico, aunque la materia resulta cada vez más difícil y compleja—sin rebasar los límites propios de la escuela primaria—resulta un tratado completo, ordenado cuidadosamente, y adecuado para servir de orientación en disciplina tan importante, y no demasiado fácil en algunas de sus partes, como es la que bajo los títulos de redacción, ortografía y dictado constituye una de las principales en que los niños tienen que trabajar, y cuyos resultados constituyen índice valioso de la obra escolar. La Srta. Oñate ha realizado, en esta publicación, una notable tarea, con la cual ha prestado al Magisterio un servicio que éste sabrá apreciar debidamente.
48
UA BSCIIKI-A MODBRNA
Mi libro Ideal. Cuentos, Narraciones, Viajes, Poesías, Curiosidades, /fistorieías, Misceláneas, Pensamientos, etc. Ilustrado con dibujo.s originales de Antnquera Aipiri, Emilio Fcrrcr, Rosario de Vcl.'isco, Fortunato Julián y otros. — Hijos, de Santiiígo Rodríguez, Burgos, iy,í.í. Uu voluuien en 4..*', encuadernado, editado lujosamente.
La importante Casa Editorial, de antiguo conocida ventajosamente por los lu.icstros, acaba de publicar este precioso libro recreativo, a la vez que instructivo, en el cual reúne un bello conjunto artí.stico, preciosos elementos literarios y grafitos, con.siguiendo formar im volumen, de muy vario contenido, y que resulta sumamente agradable y provechoso para los juveniles lectores a quienes está especialmente destinado. Los grandes libros recreativos de la Casa Hijos de Santiago Rodríguez han alcanzado ya un gran prestigio. (|ue el volumen a que se refieren estas lineas no hará sino acrecentar. La misma Casa Editorial nos remite también una nmestra de las nuevas ediciones de la obrita /'ara aprender a leer, por D. Gerardo Rodríguez García, 8." edición ilustrada del Grado primero, y 7.' del Grado segundo, que tan exlratjrdinaria acejitación han obtenido del Magisterio, como lo prueba el número de las ed¡( iones publicadas. Los dos libros están decorosamente presentados. Escudaft de Bspoila.^ Revista pedagógica mensual.—Madrid, enero, 1934.—Niim. 1. Con este primer número comienza la revista que bajo el mismo titulo apareció hace cinco años en Segovia, la segunda época de su publicación, regida por el mismo comité directivo—Norberto Hemanz, Pablo de A. Cobos y David Bayón—, tres nombres que han alcanzado muy honrosamente la categoría de bien conocitlos y muy estimados en el Magisterio español. Con la misma simpatía con que saludamos la aparición, y con el mismo tavorable juicio con que seguimos el desenvolvimiento ác Escuelas de España en aquella su etapa, primero scgoviana, después barcelonesa, recibimos la nueva publicación, ahora madrileña, en su «segunda época», que es de esperar sea de firme consolidación definitiva, como lo merece el alto espíritu con f|ue nació tan valiosa revista profesional; espíritu c]ue sigue animándola, a juzgar por este primer número, excelentemente presentado, en todos aspectos. '•Escuelas de España tiene su fe, más que en esas escuelas nuevas elaboradas en (iinebra y propagadas como artículo de comercio por su ligas y representaciones, en el perenne fluir