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III.1. LA FUNCIÓN FINANCIERA EN LA EMPRESA: EVOLUCIÓN EN EL TIEMPO Y SITUACIÓN ACTUAL Hasta mediados de la década de los cincuenta, los estudios sobre finanzas giran en torno a la problemática de la obtención de fondos, aspecto complementado con el estudio de las instituciones financieras, así como de los instrumentos financieros y su utilización. A partir de aquí y de manera paulatina, se va imponiendo el actual enfoque que se ocupa no sólo de la obtención de los fondos sino también de la utilización de los mismos1. En este sentido, ya en 1963 E. Solomon2 adopta una postura que ha terminado por hacerse clásica. Solomon considera como responsabilidad de la función financiera la búsqueda de las respuestas adecuadas a estas tres grandes cuestiones: 1. ¿Cuáles son los activos específicos que debe adquirir una empresa? 2. ¿Qué volumen total de activos debe tener una empresa? Es decir, qué dimensión ha de tener la empresa y cuál debe ser su tasa de crecimiento. 3. ¿Cómo financiar las necesidades de capital?, esto es, qué estructura financiera es más conveniente. Este enfoque goza hoy de aceptación general, si bien algunos autores, como Jean C. T. Mao, se han pronunciado por la inclusión de las decisiones relativas al plan de beneficios en el área de responsabilidad de la dirección financiera. Es decir, el plan de
1.
Véase por ejemplo: J. C. T. Mao, (1974), p. 3 ss. J. C. Van Horne, (1976), p. 3 ss. A. S. Suárez Suárez, (1980), p. 102.
2.
E. Solomon, (1963), p. 8.
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beneficios no debe ser un dato para ésta, sino algo a determinar juntamente con la determinación de la estructura económicofinancera de la empresa. El referido autor dice en concreto: Esta definición financiera por Solomon destaca la adquisición y el uso de fondos, a expensas de la función de planteamiento de la ganancia del ejecutivo financiero. La expresión 'planteamiento de la ganancia', según la emplearemos se refiere a las decisiones operativas adoptadas por el ejecutivo en las áreas de fijación de precios, volumen de productos y selección de las líneas de productos por la empresa. Por consiguiente, el planteamiento de la ganancia no sólo es una función fundamental para maximizar la ganancia operativa a corto plazo, sino también un prerrequisito para optimizar la inversión y las decisiones financiera a largo plazo. Por tanto, para los fines que nos interesan en esta obra, ampliaremos la definición de Solomon acerca de la función financiera, con el fin de incluir no sólo las decisiones vinculadas con la utilización adecuada de fondos, sino también las actividades de planteamiento de la ganancia3. La postura de J. C. T: Mao la entendemos plenamente justificada dada la incuestionable influencia que tiene la explotación4, sobre la configuración y cuantía del pasivo y del activo circulante y, por consiguiente, sobre el fondo de maniobra y los flujos de tesorería5. La necesidad de integrar las decisiones relativa al beneficio
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3.
J. C. T. Mao, (1974), p. 3 s.
4.
Actividad de producción y distribución de la empresa, cuyo resumen lo constituye la Cuenta de Explotación.
5.
La influencia de la explotación sobre el fondo de maniobra se manifiesta en un doble sentido: por un lado, las ventas incrementan el saldo de Caja y Bancos y el de las cuentas a cobrar (Clientes y Efectos a cobrar), aumentando de este modo el fondo de maniobra. Por otro lado, la producción (vendida o no) exige realizar pagos al contado, la utilización de factores de explotación ya existentes o la adquisición de otros nuevos que supondrán necesariamente una disminución del saldo de Caja (compras al contado) o un aumento de las cuentas de Proveedores y Efectos a Pagar (compras a crédito), disminuyendo así el fondo de maniobra. El efecto de la explotación sobre la tesorería, entendida como saldo de la cuenta de Caja y Bancos c/c, también se manifiesta en un doble sentido aunque, lógicamente, no es la única fuente de variación. El pago al contado de gastos de explotación, la adquisición con pago al contado de factores almacenables, el pago de gastos acumulados y el pago a proveedores por compra a crédito, disminuyen la tesorería. El cobro a clientes por ventas al contado o por ventas a plazo efectuadas en su momento, aumentan la tesorería.
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dentro de la función financiera, ha sido también defendida, con anterioridad a James C. T: Mao, por S. Robbins y E. Foster, los cuales, ya en 1957, escribían: (...) no se ha prestado la debida atención a las responsabilidades financieras vinculadas con el planteamiento de la ganancia, pese a que representan un papel fundamental en las actividades cotidianas desarrolladas por la división financiera de las compañías modernas6.
En la actualidad ya nadie pone en duda que el núcleo de la función financiera de la empresa debe estar constituido por el análisis de las expectativas de ganancias y de las decisiones relativas a la configuración del activo y del pasivo empresarial, a la luz de los objetivos generales de la organización y de los objetivos específicos del área financiera.
III.2. PLANIFICACIÓN FINANCIERA A CORTO PLAZO EN LA EMPRESA AGRARIA En concordancia con nuestras anteriores reflexiones sobre el contenido moderno de la función financiera, concebimos el plan financiero de la empresa como un sistema de planes estructurado alrededor de tres núcleos básicos interdependientes y comprensivos de los aspectos técnico, económico y financiero del proceso productivo. Esos núcleos son: el de planes y presupuestos financieros a largo plazo; el de planes y presupuestos de explotación; y el de planes y presupuestos de tesorería. Su interrelación puede verse en el Gráfico 1, en el que las flechas indican la secuencia temporal de las decisiones. La línea discontinua delimita el campo de la planificación a corto plazo. Como dice A. S. Suárez7, la planificación financiera a largo plazo admite la posibilidad de modificaciones en el mercado y en los medios, constituyendo un conjunto de opciones que cuestionan
6.
S. Robbins y E. Foster, (1957), p. 466.
7.
S. Suárez Suárez, (1977).
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hasta la propia existencia de la empresa, modificando su orientación y su dimensión. La misma se relaciona íntimamente con la política de inversiones en estructura y el estudio del mercado de capitales a largo plazo, fuente prioritaria de los recursos financieros necesarios para la realización de estas inversiones. La estructura sólida de la empresa, así como la estructura financiera de la misma, desempeña el papel de variables y no de datos, jugando un papel clave en su definitiva configuración la política de crecimiento de la empresa, la rentabilidad esperada de los proyectos de inversión y el coste de las distintas fuentes de capital.
FIGURA 1
Interrelación de los planes financieros de corto y de largo plazo
PLANIFICACIÓN FINANCIERA A LARGO PLAZO
INVERSIÓN
PLAN Y PRESUPUESTO DE TESORERÍA
FINANCIACIÓN
PLANES Y PRESUPUESTOS DE EXPLOTACIÓN
La planificación financiera a corto plazo hace referencia, por el contrario, a la financiación de las actividades productivas y
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comerciales dentro de una estructura general dada de la empresa y de una situación económica también dada, comprendiendo asimismo el establecimiento de los propios planes de producción y en relación con ellos los de colocación y venta de los productos, así como los de abastecimiento de recursos productivos necesarios para la producción. El ámbito de la planificación a corto plazo es, pues, el de la explotación. Los Planes y Presupuestos de Explotación se establecen en términos de ingresos y costes, describen los flujos reales del período de referencia y conducen al beneficio de explotación previsional correspondiente a ese período. Pero como sabemos, todas las decisiones tomadas por la empresa ya sean a corto o a largo plazo convergen en la tesorería, constituyéndose ésta en el reflejo más claro de la coherencia o incoherencia de los planes adoptados en otros sistemas y subsistemas de la empresa. Los planes y presupuestos de tesorería se elaboran tomando como base los Planes de Explotación y los de Inversión y Financiación a largo plazo. En ellos converge el conjunto de las previsiones de flujos monetarios, tanto de los que son contrapartida de los flujos reales como de los autónomos, asegurando su ajuste o equilibrio a la vez que proporcionan información sobre las condiciones de mantenimiento de la solvencia de la empresa. Los tres tipos de planes y presupuestos comentados junto con el balance de partida o inicial, permiten el establecimiento de la Cuenta de Resultados Previsional y del Balance Final Previsional, documentos que se erigen en instrumentos fundamentales para planificar la rentabilidad, para conocer los niveles de las cuentas que forman parte del activo y del pasivo circulante y para conocer la evolución y cuantía del fondo de maniobra de la empresa. La planificación económico-financiera a corto plazo en la empresa agraria está imbricada con la búsqueda de respuesta a los siguientes interrogantes:
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1. ¿Qué producir? Aun cuando a corto plazo la orientación productiva sea un dato, existirá una amplia gama de actividades entre las que elegir las que pasarán a formar parte del plan de actuación, al ser consideradas como más favorables. 2. ¿Cómo producir? Al igual que existen muchos productos posibles a los cuales dedicarse, existen muchos procedimientos posibles para obtenerlos. Habrá, por tanto, que evaluar las distintas formas de producir un bien y escoger entre ellas. 3. ¿Cuánto producir? Al igual que existe una gran cantidad de productos a los cuales dedicarse y varios métodos para obtenerlos, existen para cada uno de ellos diferentes niveles de producción posibles, presentándose, por consiguiente, un nuevo problema de elección. 4. ¿Cuándo y dónde comprar y vender? La obtención de productos agrarios suele estar muy dispersa en el espacio, ocurriendo lo mismo con el consumo. También se presenta una importante estacionalidad de la oferta frente a una mayor estabilidad de la demanda. Todo ello hace que los precios de los productos agrarios sean función del tiempo y del espacio. Algo similar, aunque de forma menos acusada, ocurre con el precio de los factores variables. En consecuencia, la utilidad alcanzada dependerá de que se sepa determinar cuándo y dónde realizar las distintas operaciones comerciales. 5. ¿Cómo financiar las necesidades estacionales de tesorería? Normalmente la empresa podrá acudir a fuente alternativas de fondos con diferentes condiciones de cesión. Por consiguiente, la consecución de los objetivos empresa-
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riales se verá influenciada por la respuesta dada a este interrogante. Las configuraciones de la Cuenta de Resultados Previsional y del Balance Final Previsional están íntimamente ligadas a las respuestas dadas a los cinco anteriores interrogantes. Éstos, en la práctica, están en gran medida interrelacionados, por lo que lo métodos y modelos de planificación que permiten la integración simultánea de todas las variables y parámetros que afectan a la decisión, conducen, normalmente, a un mejor plan de actuación y, por consiguiente, a la consecución del conjunto de objetivos prefijados a un nivel más satisfactorio. La empresa agraria, en cuanto unidad económica de producción, utiliza unos recursos o factores para originar determinados bienes, denominados productos. En el seno de la misma se desarrolla, en definitiva, un proceso que: ¾
comienza con la captación de unas disponibilidades dinerarias;
¾
continúa con una serie de actos de compra de factores duraderos y no duraderos, a transformar en otros bienes mediante el correspondiente proceso técnico, y
¾
finaliza con un acto de venta y el posterior (o simultáneo) cobro de su importe, que provee de disponibilidades líquidas, haciendo así posible nuevas adquisiciones de factores y, con ello, el inicio de un nuevo ciclo.
Es fácil ver que el proceso descrito presenta dos aspectos o características íntimamente ligadas: Por una parte el aspecto técnico (circulación real), ya que en la empresa se da una combinación de factores y de productos, y por otra, un aspecto financiero (circulación financiera), toda vez que el orden técnico tiene en la economía de la empresa una expresión y significación cuantitativa o monetaria. Es posible disponer de factores gracias
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a que se han movilizado en su adquisición unos recursos financieros; a su vez se alcanzan unas disponibilidades financieras o recursos líquidos porque han sido enajenados productos obtenidos por la empresa8.
El valor de los productos generados menos el valor de los recursos consumidos en el proceso, nos define el resultado económico del mismo (beneficio o pérdida). Los bienes duraderos adquiridos por la empresa para la producción, forman su activo fijo o inmovilizado (estructura sólida), significando la dotación de medios que se hace a la misma para una cierta capacidad de producción. Son, en definitiva, la expresión de la dimensión de la empresa, por lo que las decisiones relativas a la dimensión son las que van a determinar su volumen. Toda adquisición de bienes duraderos implica una inmovilización financiera paralela, cuya liberalización se produce normalmente mediante las cuotas de amortización del bien a lo largo de su vida útil. Pero los procesos productivos además de consumir factores duraderos también consumen factores no duraderos y, sobre todo, tiempo. Un cierto número de unidades de tiempo transcurren desde que se adquiere determinada materia prima hasta su utilización, desde que entra en el proceso productivo hasta que mediante su transformación se obtiene el producto final, y desde que éste es tal hasta que se vende y finalmente se cobra. Todo ello obliga a una inmovilización adicional a la ya referida (materia prima a la espera de su utilización, productos en curso de fabricación, productos terminados a la espera de su venta y créditos a la clientela a la espera de su cobro) y a la correspondiente financiación. Esta inversión adicional constituye el activo circulante de la empresa o, en terminología de Ceccherelli9, las Inmovilizaciones de Ejercicio, las cuales se liquidan a través del ciclo dinero-mercancía-dinero, llamado también ciclo de explotación o ciclo financiero a corto plazo. La inversión en activo circulante
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8.
J. M. Fernández Pirla, (1970), p. 85.
9.
A. Ceccherelli, (1951), pp. 185-200.
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depende fundamentalmente del tipo de empresa, cambiando dentro de éste en función de la dimensión y del grado de ocupación o simplemente por razones de política, pues como dice A. Bachiller: (...) la duración y fases del proceso productivo determinará el nivel de productos en curso; la política de compras fijará los ritmos y cantidad de aprovisionamiento de materias primas para atender la producción; la política comercial de servicio al cliente influirá en los niveles de inventario de productos terminados, así como en los plazos de cobro de las ventas y, por consiguiente, en el nivel de cuentas por cobrar10 .
En conjunto, el activo fijo y el activo circulante constituyen lo que se denomina capital en funcionamiento o estructura económica de la empresa y, a su vez, el conjunto de recursos financieros empleados en su adquisición, constituye el capital de financiamiento o estructura financiera de la misma.
10. A Bachiller Cacho y otros, (1982), p. 20.
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