Incendios forestales: factores antrópicos

Incendios forestales: factores antrópicos Adrián Ruiz Almazán Licenciatura en Ciencias Ambientales. Universitat de València [email protected] RES

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Incendios forestales: factores antrópicos Adrián Ruiz Almazán Licenciatura en Ciencias Ambientales. Universitat de València [email protected]

RESUMEN Los seres humanos influimos en el ambiente que habitamos de muy diversas maneras. Desde el punto de vista de los incendios, influimos de tres formas básicas: prevención, extinción y causalidad. Cada una de ellas influye de manera muy diversa en el desarrollo de un incendio forestal, por ello se debe diferenciarlas y exponerlas al público en general, ya que, tanto la prevención como la causalidad, son dos factores bastante desconocidos. De esta manera veremos que no solo importa la extinción, ya que hay una serie de factores que determinaran su magnitud. La acumulación de maleza (arbustos y biomasa que enmarañan el bosque), la falta de ganados en los montes, o simplemente la no recogida de despojos de la cortas de madera (ramas, cortezas y árboles pequeños dañados), magnifican un incendio; por ello se realizan trabajos de prevención a lo largo del año. Este factor, la prevención, es el más desconocido por el gran público, que en la mayoría de las ocasiones desconoce su existencia. La prevención es el camino más eficaz para intentar reducir, tanto el número como la magnitud, de los incendios forestales, y por ello pretendo mostrar los diferentes trabajos de prevención que se llevan a cabo durante el transcurso del año a través de las cuadrillas forestales, así como el entramado de la red de vigilancia que se activa en verano, y los diferentes métodos de extinción de incendios forestales. El otro desconocido es la causalidad, de ella se obtienen determinados rasgos de la sociedad autóctona, así como muchos rasgos del clima local y posibles medidas que se han de tomar para reducir las diferentes causas que provocan un incendio forestal. Palabras clave: Incendios Forestales, Causalidad, Prevención, Extinción, Factores Antrópicos.

INTRODUCCIÓN El fuego es un elemento más de la naturaleza; con su ayuda ha creado una distribución de especies con su propia extensión sobre el territorio. Nosotros, los humanos, hemos intentado dominarlo durante miles de años, pero solo podemos usarlo de la forma que los hombres prehistóricos nos enseñaron. Somos el único ser vivo que lo utilizamos para nuestro bien, lo único que no hemos aprendido en todos estos siglos ha sido a controlarlo correctamente, lo que da lugar a situaciones de riesgo, que conllevan pérdidas materiales y económicas, y conlleva la atemorización de la sociedad (Linari Melfi, 2007). El fuego es el resultado de un proceso químico llamado combustión, en el que intervienen tres factores: el combustible, el comburente y el calor. Al combustible se le aplica calor en presencia de oxígeno (comburente), y se obtiene energía, además de otros componentes (cenizas…). Se necesita que estén presentes los tres factores, o vértices del triángulo del fuego, en las proporciones adecuadas para que se produzca la combustión, si falta alguno o no están en las condiciones o proporciones adecuadas, no se producirá el fuego. Según la Real Academia Española (R.A.E.) la definición de incendio es: “fuego grande que destruye lo que no debería quemarse”. Los técnicos forestales le dan otra diferente: “Fuego que se extiende sin control sobre terreno forestal, afectando a vegetación que no estaba a destinada a arder” (Aguirre Briones, 2001). En nuestro país el único tipo de incendio forestal que tiene un origen natural es el provocado por un rayo (aparte de las erupciones volcánicas, las cuales son prácticamente insignificantes, debido a su casi inexistencia). Los incendios de origen

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natural, junto con los provocados por el hombre (tanto directa como indirectamente) unidos a condiciones atmosféricas favorables, hacen que el fuego se extienda con virulencia y rapidez, esto provoca numerosas perdidas tanto en lugares antropizados, como en la propia naturaleza. Para intentar que los incendios forestales no alcancen grandes extensiones y se conviertan en grandes fieras desbocadas se realizan durante el año diferentes trabajos de prevención, encaminados a neutralizar alguno de los tres vértices del triangulo del fuego, normalmente el combustible, porque debido a la escala atmosférica del calor y el oxígeno, los seres humanos solo podemos incidir en la distribución del combustible. En la extinción, también se actúa intentando neutralizar alguno de los tres vértices del triángulo, usando distintas técnicas y herramientas. Para evitar que un conato de incendio, que es un incendio cuya extensión no supera la hectárea de terreno, se convierta en un incendio forestal, o simplemente que no se produzca, la administración publica distribuye cuadrillas forestales encargadas de los trabajos de prevención durante el año y de extinción en la época de mayor riesgo. Antes de entrar en detalles quiero aclarar que en este articulo consideraremos los bosques españoles como un bien natural y de todos los habitantes del territorio, el cual hay que preservar, como un bien que poseemos todos y cada uno de nosotros. Esto no quiere decir que contradiga las opiniones de que los incendios forestales son una cosa necesaria para la regeneración de los bosques solamente que hay otras formas de regeneración del monte, sin necesidad de tener que esperar el tiempo necesario después de un incendio, para que el bosque recupere el esplendor anterior. La población de la zona afectada es la más perjudicada, ya que mucha gente se beneficia de los rendimientos económicos que se sacan del aprovechamiento de los bosques. Además las poblaciones de fauna y flora ven devastado su hábitat por un periodo de tiempo que llega a superar los 50 años, tiempo insuperable para la recuperación de muchísimas especies. En lugares como el norte de España, estas creencias son reales, ya que en unos pocos años sus bosques poseen un esplendor muy parecido al que poseían anteriormente, pero si los incendios continúan, la población no tardará mucho en darse cuenta que sus suelos comienzan a no ser tan productivos como lo eran anteriormente. Los bosques españoles no se ven como “plantaciones”, las cuales hay que preservar por su alto interés económico, sin importarnos lo demás. Las poblaciones cercanas a los bosques se han aprovechado de ellos, sacando rendimiento económico a la vez que realizan una conservación ecológica de los mismos, ya que para mucha gente es su principal fuente de ingresos. Si bien es verdad que muchos montes privados españoles se han utilizado como plantaciones, directamente para sacar rendimiento económico, sin importar su valor ecológico y ambiental. Los incendios como regeneradores naturales de los bosques españoles, según mi opinión, no son viables en la mayoría del territorio español, ya que dejarían a grandes cantidades de personas sin trabajo y a otras muchas sin un bien natural muy querido y respetado por la mayoría de la población. Por ello veo necesario que se intenten prevenir los incendios forestales y sus efectos, ya que además de pérdidas económicas, también se pierden rasgos culturales, sociales y paisajísticos de una población que siempre ha amado y respetado su bien más querido, su bosque. MÉTODOS Para la realización de este artículo me he basado en la actuación a la hora de trabajar en la lucha contra los incendios forestales. La causalidad, la prevención y la extinción son los tres aspectos en los que el hombre interviene en un incendio forestal, así que han sido los puntos en los que me centré a la hora de buscar bibliografía. Gracias a los testimonios de muchos compañeros de las cuadrillas forestales y de habitantes de poblaciones devastadas por incendios forestales, así como la inestimable colaboración

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de dos agentes forestales, con mas de 20 años de experiencia en la lucha contra los incendios forestales, solo quedaba la redacción del mismo, para la cuál conté con la ayuda del profesor de la UV Artemi Cerdá. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Causalidad A la hora de clasificar las causas que provocan un incendio forestal, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino distingue entre: causas naturales, negligencias humanas, accidentes, intencionados y causas desconocidas. Las más importantes, para este estudio son la intencionalidad y las negligencias. La intencionalidad en España no tiene valores muy altos, debido a la conciencia que se esta tomando por parte de la opinión pública de respetar y cuidar la naturaleza; sin embargo en regiones del norte de España, donde de padres a hijos se va heredando la cultura del fuego, el fuego se usa para que los pastos puedan volver a crecer con mas energía en la primavera siguiente (gracias al clima oceánico que tiene esta zona, la regeneración de la vegetación es muy rápida, pero los efectos en los suelos empiezan a ser visibles) o también para ajustar cuentas entre propietarios de las tierras o vecinos. En estas regiones, los suelos yermos comienzan a ser una realidad, y están ocasionando muchos problemas a agricultores y ganaderos, todo ello por usar los incendios de manera inconsciente y desmesurada. Las estadísticas de intencionalidad a nivel nacional no reflejan realmente la conciencia de la población, ya que en la mayoría de las comunidades autónomas, los incendios intencionados son casi insignificantes (por ejemplo Aragón, con tan solo el 4%), pero Galicia, donde mas del 95% de los incendios son intencionados, y que además posee un alto porcentaje de los incendios en número, engrosa estas estadísticas (Hernández Jiménez, 2007). Esto muestra que la población de las zonas donde la regeneración de los bosques dañados por un incendio forestal es muy lenta y costosa, respeta su territorio y es consciente del daño que produce un incendio al entorno natural, independientemente de si sería necesario para la vegetación, ya que han aprendido a regenerar sus bosques a través de otros métodos (corta por cuadrantes, limpieza de malezas, etc.) sin que por ello sufra ninguno de los elementos del ecosistema. Para intentar que los índices de intencionalidad consigan descender a nivel nacional, se están llevando a cabo políticas represivas contra los causantes y medidas concienciadotas dirigidas a la sociedad, pero de momento no son muy efectivas debido a la poca dureza de las mismas. Las negligencias son un factor muy importante, ya que da un punto de vista que indica que por un simple descuido se puede crear una situación muy peligrosa y dañina para el medio natural. La mayoría de las negligencias son producidas por quemas agrícolas, aunque se dan en periodo de bajo riesgo (durante todo el año a excepción del verano), producen la mayoría del número de incendios, aunque la superficie donde se producen estos sea en su mayoría agrícola en zonas como Aragón esta superficie agrícola normalmente linda con superficie forestal, lo que puede provocar un incendio en terreno forestal con las consecuencias que ello conlleva. Causas Intencionados Rayo Desconocidas Negligencias

Porcentaje 35 % 4% 40% 19%

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Otras causas

2%

Tabla 1. Causas de los incendios forestales en España. El norte de España influencia en muy alto grado las estadísticas a nivel nacional (Hernández Jiménez, 2007).

Un ejemplo muy claro de negligencia es el incendio de Guadalajara en 2005, donde perdieron la vida 11 brigadistas forestales, debido a una negligencia humana a la hora de controlar una barbacoa al aire libre, la cuál desprendió una pavesa (chispa, materia orgánica incandescente) que salto a un campo de cultivo y de este, se extendió a la superficie forestal quemando una superficie cercana a las 10.000 hectáreas.

Prevención Los incendios forestales en España llevan, durante la última mitad del siglo XX y los primeros años de este nuevo siglo, un camino ascendente en número, lo que ha provocado en la sociedad una opinión alarmista. Para intentar reducir los daños y la alarma social provocada, el único camino existente es la prevención. Para ello las diferentes administraciones, tanto locales, como comárcales, provinciales, autonómicas y nacionales, ponen en marcha diferentes medidas, como pueden ser cuadrillas forestales encargadas de limpiar los montes, maquinas encargadas de realizar cortafuegos, subvenciones a ganaderos para aumentar la cabaña ganadera que pasta por los montes o medidas represivas a los causantes de los incendios para crear conciencia social. A través de estas y otras medidas se intenta reducir los posibles efectos de los incendios y además crear conciencia ciudadana. Este trabajo se centra en la comunidad autónoma de Aragón, para añadir algo más de concreción, ya que cada comunidad autónoma posee sus propias estrategias para la prevención (Aguirre Briones, 2001). Según la ONU, “la prevención es la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias físicas, mentales y sensoriales, o a impedir que las deficiencias, cuando se ha producido, tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas”. La prevención en los incendios forestales se usa para intentar evitar que se produzcan o provoquen incendios forestales, y que una vez estos se han producido, intentar miminizar sus consecuencias. Existen tres tipos de medida, cada una de ellas encaminadas a un objetivo a través de determinadas acciones. El primer tipo de medida es la concienciación social, cuyo objetivo es la educación de la población en el uso racional del fuego, ya que en muchas culturas de nuestro país el fuego es algo normal para zanjar disputas o para deshacerse de la maleza que rodea una propiedad. Para ello se realizan campañas informativas y de concienciación social de los peligros que desencadena un incendio forestal, además de medidas represivas para aquellos que cometen una negligencia o los que lo hacen intencionadamente. Esta medida es más propia de la administración central, por su poder de convocatoria y posibilidad de recursos para ello, como es la cobertura nacional en los medios de comunicación. El segundo tipo de medida que se emplea es el cuidado de las masas forestales, cuyo objetivo es la reducción de la velocidad de propagación de un futuro incendio. Aquí es donde entran las cuadrillas forestales y la maquinaria creada por el hombre. A través de estos medios se realizan cortafuegos en lugares situados estratégicamente, como pueden ser la cresta de una montaña, un camino amplio, o una zona de cultivos. La creación de cortafuegos esta siendo sustituida por la apertura de fajas auxiliares en los márgenes de caminos, donde se desbroza el matorral y se aclara fuertemente la masa arbolada, por lo que en estos lugares los equipos de extinción pueden trabajar con mayor seguridad y eficacia, ya que la velocidad de avance en estos lugares es muy baja, menor que en los cortafuegos donde es normal que el fuego salte de un margen al otro, independientemente de la distancia que los separe (las pavesas pueden

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circular durante kilómetros a través de las corrientes de aire). Las cuadrillas forestales se dedican a la limpieza de combustibles potenciales en el monte, es decir despojos de cortas de madera, diferentes tipos de matorral que se acumulan en los caminos o en lugares muy bien situados para una hipotética defensa ante un incendio forestal, y que a su vez pueden ser un buen lugar para que de comienzo un incendio o bien provocado o bien a causa de una negligencia (cercanías de áreas recreativas, carreteras, camping, etc.). Estas cuadrillas también se encargan de mantener en un nivel óptimo los diferentes cortafuegos que existen en su área de trabajo, para que cuando haya un incendio estos cortafuegos no se encuentren llenos de vegetación, por la antigüedad de los mismos, cosa que ha ocurrido en diferentes incendios, lo que ha obligado a la creación de unos nuevos con el gasto de económico y de tiempo que ello conlleva, en estas situaciones donde el tiempo es un bien escaso. Además se realizan quemas forestales en periodo de bajo índice de riesgo, y siempre con todas las medidas de seguridad necesarias para evitar que se queme más de lo realmente previsto. Estas quemas se realizan en lugares con un alto índice de riesgo en la época de verano, la mas peligrosa del año, y así se evita que por una negligencia humana, como puede ser una colilla mal apagada en un merendero o en una cuneta de una carretera con mucha vegetación pueda desembocar en un gran incendio forestal. Las quemas forestales están siendo sustituidas por los trabajos de las cuadrillas, que retiran la vegetación y la concentran en montones, que más tarde una máquina triturará dejando toda la vegetación en fragmentos muy pequeños, de apenas centímetros, que pasaran al suelo, donde debido a su pequeño tamaño se obtendrá más fácilmente su biodegradación, lo que hace que estos suelos no pierdan materia orgánica de manera severa. Esta sustitución de las quemas es debida a que afectan a los suelos de manera drástica, ya que las zonas quemadas tardaban mucho tiempo en regenerarse y no lo hacían con el mismo esplendor que poseían.

Figura 1. Trabajos de prevención realizados por una cuadrilla forestal de la provincia de Teruel. Se trata de una poda del pinar y un aclareo, para intentar despejar el pinar de exceso de árboles, ya que beneficia a los árboles que permanecen, y reduce el combustible potencial ante un incendio futuro (Adrián Ruiz, 2008).

El último tipo de medida que se usa en la prevención es la detección precoz. Para ello se ha instalado en todo el territorio aragonés una extensa red de vigilancia compuesta por los propios guardas forestales, torretas de vigilancia situadas en puntos estratégicos (que por su topografía permiten divisar mucha superficie del territorio), vigilantes móviles que recorren durante todo el día los diferentes caminos forestales en busca de un posible incendio, y las propias cuadrillas forestales, además de los medios aéreos que realizan reconocimientos del territorio desde el aire. La red de

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vigilancia de Aragón es muy extensa, debido a su orografía que posibilita la instalación de numerosos puntos de vigilancia. Esto beneficia una rápida actuación de los medios, ya que cuanto antes sea detectado el conato, antes podrá sofocarse y impedir que se extienda y provoque un incendio forestal. Todos los medios permanecen en continua comunicación vía radiofónica para poder llevar una coordinación que facilite los movimientos de todo el entramado de vigilancia y extinción. En la actualidad se están empezando a usar diferentes sistemas de detección vía satélite, a través de infrarrojos, pero todavía no son lo suficientemente precisos como para confiar en ellos. Sí que se usan programas tipo SIG (Sistemas de Información Geográfica) para intentar averiguar el avance del fuego en el terreno y así poder ir un paso por delante del incendio, e intentar extinguirlo con la mayor rapidez posible.

Extinción Según la RAE, la extinción es la acción o efecto de extinguir o extinguirse, que es hacer que algo que desaparece gradualmente termine de hacerlo. De esta manera entendemos la extinción en incendios forestales como el medio para que cese el incendio, es decir para que se apague el fuego. Para llegar a ello hay que seguir una serie de normas básicas de actuación para intentar salvaguardar la integridad de las personas y los medios empleados, y a su vez, que todo siga un orden para no caer en el caos, un peligro muy grande a la hora de la extinción, que puede llevar a la perdida de vidas humanas por no seguir un guión bien marcado. Las normas básicas son ocho, y vamos a intentar ubicarlas en el tiempo (Forex 2007). La primera norma es la información, reconocimiento y evaluación del conato por parte del punto de vigilancia o vigilante que primero divisa el fuego, y avisa al puesto de control, que este, dependiendo de la magnitud observada envía los medios necesarios, que van desde cuadrillas terrestres, hasta medios aéreos, pasando por motobombas y camiones cisterna. Cuando los medios llegan al lugar entra la segunda norma, salvamento y evacuación de las personas que pueda haber y que lo necesiten. Después de esto ya llegamos a la extinción, de la cual se encargaran todos los medios desplazados, tanto aéreos como terrestres, y siempre bajo el mando del director de extinción, el cual se encargará de ordenar los medios para intentar llevar a cabo una estrategia que consiga extinguir el fuego. Si existen los medios suficientes para realizar las tareas de extinción y de salvamento, estas se realizan conjuntamente, si no tienen prioridad las personas por delante del monte, por lo tanto se realiza primero el salvamento. Si ya tenemos extinguidas las llamas del incendio comienza la fase de inspección del perímetro del mismo, para cerciorarse de que esta totalmente extinto en esta parte y así asegurarnos que no se pueda reproducir hacia las zonas que no han sido afectadas. Así, en cuanto tengamos hecho esto, comenzaría la liquidación del incendio, que sería ir liquidando todos los rescoldos y pequeñas fogatas que hayan quedado por toda el área del incendio. Cuando demos por concluida la liquidación del mismo solo nos quedará la recogida del material y un reconocimiento final para evitar sorpresas de última hora. Por lo menos una cuadrilla forestal permanecerá en la zona del incendio durante un día para evitar que una reproducción inesperada nos coja por sorpresa y pueda comenzar un nuevo incendio. Una vez vistas las normas de actuación en la extinción de incendios forestales, pasaremos a explicar la propia extinción, de qué maneras se actúa en la extinción de incendios, y la importancia de cada método según las circunstancias. Para poder sofocar o apagar un fuego se actúa sobre alguno de los tres vértices del triángulo del fuego: oxígeno, combustible y calor. Se puede extinguir un incendio forestal actuando sobre alguno de los tres en concreto, pero lo normal es actuar sobre los tres a la vez o sobre dos, pocas veces se intenta apagar un incendio con la actuación sobre un solo factor. En la extinción se actúa en base a tres métodos: directo, indirecto y paralelo. Cada uno de ellos sirve para situaciones diferentes del

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frente de llama, y perfectamente pueden coexistir a la hora de actuar en un incendio (Forex 2007). El método directo consiste en la actuación directa sobre las llamas, por lo que solo se puede usar cuando la temperatura circundante al frente nos permite acercarnos, además de que la velocidad de avance del frente es baja. En este método se actúa principalmente sobre el oxígeno y el calor, ya que el combustible del frente de llama está ardiendo y la actuación sobre él es indirecta al calmar la temperatura y reducir el oxígeno que le rodea podremos acabar apagando el fuego. Y esto se hace pulverizando agua, que consume el calor al intentar evaporarla, con el uso del batefuegos, que elimina el oxígeno durante unos segundos al apretarlo contra el suelo. El método indirecto sirve para incendios que prosiguen una evolución muy rápida y generan una elevada temperatura circundante, lo que hace imposible acercarse al frente de llama con seguridad, por lo tanto se actúa a una cierta distancia, intentado eliminar una franja de combustible, creando un cortafuegos, para poder tener un área de defensa y así actuar contra el frente con la suficiente seguridad. También se usan contrafuegos en este método, pero son menos usuales debido a que se quema una superficie que probablemente a través de otro método se puede salvar. Aunque en ocasiones es la única manera de poder apagar un gran incendio, por lo que es necesario sacrificar una pequeña proporción con el fin de salvar una mayor. El último método es el paralelo, que es la unión de los métodos directo e indirecto.

Figura 2. Trabajos de extinción realizados en el Concello de Arbo (Pontevedra) en Agosto de 2006. Se trata de un método directo a través de tendido de manguera y líquido retardante, que presenta el color rojizo que se observa (Adrián Ruiz, 2006).

CONCLUSIONES A través de estas líneas he intentado explicar que la prevención es mucho más efectiva (por lo tanto importante) que la extinción de incendios forestales, para ello he explicado cada uno de los factores. La extinción de un incendio forestal es mucho más rápida y menos dañina para el medio, y con mucha más seguridad para los equipos que trabajan en ello, si se ha hecho un buen trabajo de prevención, ya que si es así habrá fajas auxiliares, cortafuegos, puntos de agua y vías de evacuación en un radio muy pequeño desde el lugar del incendio. Esto hace que de los incendios forestales que se producen, solamente un bajo porcentaje se convertirán en grandes incendios, y así la superficie quemada será menor cada año, y los daños al medio también se verán reducidos. En base al endurecimiento de las políticas represivas que se están llevando a cabo para aquellos que contaminan el medio, también se deberían usar para los pirómanos y para los negligentes. Es muy difícil probar su implicación en los hechos, por ello esta

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debe de ser la línea de trabajo para las autoridades, ya que poseen un alto porcentaje de incendios, que si estuvieran bien castigados y probados, crearía una conciencia social importante que se vería reflejada en las estadísticas, ya que la intencionalidad bajaría de forma considerable. Por ello debería de haber una mayor conciencia social para evitar las negligencias y para que se respete el medio natural en el que vivimos, ya que como nuestro que es, debemos mantenerlo y respetarlo.

AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer este artículo a mi padre, ya que sin él nunca hubiera podido descubrir el sentimiento por la naturaleza y el deber de preservarla de los incendios forestales, así como de otros males. Además a todos los compañeros de la cuadrilla forestal nº 3 de Frías de Albarracín (Teruel) por todos los buenos ratos pasados al pie del cañón luchando contra las llamas.

REFERENCIAS Hernández Jiménez, A. 2007. Los incendios forestales en la provincia de Teruel. Índice de peligro básico. CPNA, Zaragoza, 178 pp. Aguirre Briones, F. 2001. Manual de formación de incendios forestales para cuadrillas. Gobierno de Aragón y Tragsa, Zaragoza, 335 pp. Linari Melfi, F.C. 2007. Requerimientos ergonómicos y funcionales del personal adscrito a la prevención y extinción de Incendios Forestales. AIFEMA, Granada. 127 pp. Forex. 2007. Manual de Extinción de Incendios Forestales (Apuntes de Clase). AIFEMA, Granada. 130 pp.

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