Infancia

Pedagogía. Infancia en Uruguay. Cultura Bárbara. Disciplinamiento. Sexualidad

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Ín dice.





Presentación……..pág.2.

Concepción de Infancia en el Uruguay…….. págs.2, 3 y 4.





La infancia en la “Cultura Bárbara”……..págs.4 y 5.

La infancia en el “Disciplinamiento”……..págs.5, 6 y 7.



Análisis de “La sexualidad”……..págs. 7, 8 y 9.



Conclusiones……..págs.9 y 10.



Bibliografía……..pág.10. 1

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Presentaci ón. El eje temático elegido para la realización de este trabajo es “La sexualidad”. Motivó esta elección la importancia y el escaso conocimiento del tema debido a que en nuestra sociedad en las distintas épocas, a través de la historia, fue vista de diversas formas. Con respecto al rol del educador, nos pareció interesante indagar e investigar esta área, ya que creemos conveniente la existencia de una mayor y mejor comprensión de la sexualidad a nivel educativo. El orden en el cual ejecutamos este trabajo fue el siguiente. En un primer momento, realizamos una lectura de la bibliografía seleccionada a fin de poder acercarnos de una manera más adecuada y para una mejor comprensión. En un segundo momento creímos conveniente seleccionar el material oportuno para plasmar nuestras ideas. Nos pareció adecuado comenzar con un panorama general de la concepción de infancia y la sexualidad. Luego, pensamos en forma conjunta el análisis del tema seleccionado y por último formamos nuestras reflexiones finales llevándolo a nuestro rol del educador y en perspectiva histórica.

Concepto de infancia en el Uruguay. Infancia viene del latín infantía. La infancia es el periodo del ser humano desde su nacimiento hasta la pubertad. El concepto permite nombrar al conjunto de niños de tal edad (los infantes) y al primer estado de una cosa después de su nacimiento o fundación (por ejemplo: la infancia de una institución). En algunos países un infante es una determinación legal que se refiere a los niños menores de 7 años. Etimológicamente, infantis es un término compuesto formado por “in” (una negación) y el participio del verbo “faris” (“hablar”). Por lo tanto, infantis denominaba a los niños más pequeños que todavía no habían aprendido a hablar. A lo largo de la historia y según las distintas culturas el concepto de infancia ha variado. Aunque la vida de los niños sigue ciertos patrones propios de la madurez psico-biológico, también se ve influida por los modelos culturales predominantes.

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico En la Edad Media el niño era considerado como un adulto en miniatura, por esta razón no se le daba importancia a la educación en esta etapa de la vida. Este concepto que se tenía de los niños, permitía que se ejerciera sobre ellos castigos corporales, violaciones, es decir, el niño se convertía en un objeto de abuso. Conforme el paso del tiempo, la etapa de la infancia aparece en las crónicas de los historiadores ocupando un lugar de mayor relevancia. Pero este fenómeno se evidencia en la relación dinámica entre los menores de edad, el tiempo histórico en que viven y los valores predominantes en la sociedad. El historiador francés, Phillipe Ariés en 1960 plantea que la infancia es una construcción histórica moderna, mientras que en la época pre-moderna, la concepción particular de esta etapa de la vida no fue tenida en cuenta Destaca que el "sentimiento de infancia" surgió a partir del siglo XV en Europa, debido a las nuevas formas de producción mercantil. Con esto aparece una lenta transformación de actitudes, sentimientos y relaciones frente a la infancia. En su libro La infancia y la familia en el antiguo régimen, se lee: “no mucho después de un destete tardío (alrededor de los siete años), los niños entraban de golpe en la gran comunidad de los hombres, compartían con sus amigos, jóvenes o viejos, los juegos y trabajos cotidianos”. Comenius plantea con respecto a la infancia que es el grado cero de una graduación equivalente a la de otros seres vivos. Es un estadio inevitable. Además no discierne entre niño y alumno. Luego, en la Modernidad, la infancia ya no ocupa el lugar como un residuo de la vida comunitaria. “Los niños no eran ni queridos ni odiados, eran simplemente inevitables”.1 “Ahora la infancia es individualizada a partir de un proceso lento de demarcación y de reinserción, de un modo distinto en la sociedad”2 Jean Jaques Rousseau en su libro “Émile ou de l’enfance”, la infancia es definida acotada y heterónoma. La niñez es concebida como algo estrictamente humano. Es necesaria, debido a que tiene una dependencia el niño con respecto al adulto. La infancia es inalienable de la naturaleza porque “la naturaleza quiere que los niños sean niños antes de ser hombres.” El niño es un no-adulto, y carece de razón. La infancia es el largo camino que los seres humanos emprenden desde la falta de razón hasta la razón adulta. En la actualidad, el concepto de niño, según la Declaración de los Derechos del Niño, hace referencia en el artículo 1 a: “todo ser humano menor de dieciocho años de edad,

1 Narodowski, Mariano “La conformación de la Pedagogía Moderna” pág. 32. Ed. AIQUE EDUCACIÓN. 2 Idem.

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. El sociólogo norteamericano Neil Postman definió la infancia como “una clase especial de ser humano, entre los cinco y los 16 años, que requiere de unos cuidados especiales, debe recibir una educación determinada y que necesita ser protegido del resto del mundo (…)”. El concepto de infancia se ha visto revolucionado por el desarrollo de nuevas tecnologías, al punto de que la inocencia característica de la infancia se ha perdido, dando paso a lo que denomina “adultos de baja estatura”. Según Postman, el niño está sometido a todo tipo de influencias externas que condicionan su comportamiento. “al niño de hoy no le quedan misterios para descubrir. Lo sabe casi todo (…). La televisión, la radio y el cine no guardan secretos. Si no hay secretos, no hay inocencia, y si no hay inocencia, la idea de niñez deja de tener sentido”. A esto David Buckingham (catedrático del Instituto de Educación de la Universidad de Londres), le adjudica el nombre de ”infancia mediática”. Don Tapscott (psicólogo), sostiene que a diferencia de las “generaciones de la era de la televisión”, los nuevos niños que forman parte de “la generación de la red” con el advenimiento de internet, son más “ávidos para comunicarse y descubrir”. Esos nuevos niños, los niños de este tiempo, cuentan con una potencialidad que marcará su camino si logran desarrollarla. En el siglo XX surgieron distintas organizaciones internacionales para promover la protección del niño, como “save the childrens” al mismo tiempo se desarrollaron políticas públicas con relación al trabajo o a la explotación infantil. El fondo de naciones unidas para la infancia (UNICEF) por su parte también trabajo en torno a la alimentación y la escolarización. En Uruguay, la educación inicial empieza en forma obligatoria a los 4 años, pero ya desde antes, el niño concurre a centros educativos. Se les da suma importancia a la educación inicial y al desarrollo del niño. Además se pretende asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesario para su bienestar teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres.

La infancia en la cultura bárbara: Los niños en este contexto histórico no tenían lugar en la sociedad. Las madres solían abandonar a sus hijos, no existían hábitos de crianza. En la primera mitad del siglo XIX nos encontramos con un gran número de niños abandonados por sus madres. “El cuadro doloroso de muchos niños, que se encontraban expuestos en las calles, despedazados a veces por los perros, y el insoportable peso que gravitaba sobre las familias distinguidas por su caridad”3 3 Barrán, José P. “Historia de la sensibilidad en el Uruguay” tomo I “la cultura bárbara” pág. 76.

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico Se llegó a tal punto que en el año 1817, se pidió al gobierno la formación de una institución de socorro, también llamada “casa de misericordia para huérfanos”. Luego en 1818 aparece la “casa cuna”; a pesar de esto antes y después los niños eran abandonados en los “huecos” donde se dejaban los cueros, en las puertas y ventanas de las casas acomodadas, en las calles y en los atrios de las iglesias. También debemos nombrar los infanticidios, es decir niños encontrados frecuentemente ahorcados, junto a la basura. El maltrato ante los infantes ya comenzaba desde antes de nacidos, ya que las madres y padres pensaban en abandonarlos y matarlos. En los casos en que los niños eran queridos y deseados en la familia de todas formas las madres no tenían interés en las caricias y los juegos con los niños inclusive eran fajados, les eran totalmente indiferentes. No había vínculo materno alguno. Los cuidados de la maternidad no existían, esto era debido a las exigencias de la sociedad en que se vivía como tirana. Joaquín de Salteraín, se refiere a las madres uruguayas como madres no tiernas. “El amor a los niños, tanto en uno como en otro sexo, lo más a menudo no es sino puramente instintivo, como en los animales. Su afecto se reduce a los cuidados de la infancia y al derecho que se les reconoce de habitar indefinidamente la casa paterna”.4 En la segunda mitad del siglo XIX, comienzan a aparecer testimonios de prácticas de amamantamiento. Esto trajo aparejado avisos ofreciendo amas de leche para este fin. Con esto vemos que comienza a aparecer algún tipo de cuidado por parte de los padres. El niño era tratado con violencia, se decía que actuaban por instinto al igual que los animales, se pensaba que no era bueno por naturaleza, que sus instintos eran de imitación en los cuales se volcaban más por lo malo que por lo bueno. La iglesia católica era la que influía en este concepto de “pecado original” justificando la violencia contra el niño aludiendo que a través del castigo corporal se reprime el alma. En cuanto al infante en relación a la escuela, podemos apreciar métodos de memorización, con respecto al estudio, se les exigía contestar las preguntas realizadas por el docente textualmente de los libros, y también se practicaba catecismo en la escuela, es decir la religión católica. Barrán en su libro habla de la frase: “la letra con sangre entra”, esto hace referencia a que por medio de la violencia se inculcaban los conocimientos. Los docentes castigaban a los educandos de distintas formas e infinidad de instrumental. “La escuela era vivida por los niños como una prisión y el maestro considerado un verdugo”.5

4 Barrán, José P. “Historia de la sensibilidad en el Uruguay” tomo I “la cultura bárbara” pág. 79. 5 Barrán, José P. “Historia de la sensibilidad en el Uruguay” tomo I “la cultura bárbara” pág. 84

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico El niño comenzó a utilizar la violencia como forma de juego en el cual se formaban guerrillas con elementos de combate como piedras, garrotes y hasta cuchillos. Estas situaciones se veían generalmente en las puertas de las iglesias. Esto se vio plasmado en que un tercio de los presos eran menores de edad.

La infancia en el disciplinamiento. Nos encontramos en una época “civilizada” en la cual todos los aspectos pasarán a tener cambios. La niñez fue vista como la primera fase hacia la plenitud. En cuanto a la concepción del niño, se empezó a ver que el niño ya no era visto como un adulto en miniatura, sino que, se lo coloca en un lugar de importancia como un ser diferente, con derechos y deberes correspondientes a su edad. Determinadas actividades se les suprimieron de su vida como ser las ceremonias relacionadas con la muerte, en cambio otras se les pasarán a ser atribuidas, por ejemplo la escuela y el juego. En lo que concierne a la vivienda y a la convivencia, se separarán firmemente adultos y niños. En dormitorios, cenas, almuerzos, enseñanza, diversiones y espectáculos. Este tipo de decisiones conllevará a ver al niño como un apartado el cual no era integrado. El mundo adulto estaba compuesto por actividades que no eran entendidas por los niños, ya que se los identificaba con mucha “pureza”. Por este motivo, era fácil corromperlos y se vio como medida preventiva la lectura de textos referidos a lo moral y católico impartidos en las escuelas varelianas. Este tipo de eventos, fue lo que dio lugar a la escuela pública para niños no menores de seis años ni mayores de catorce. Se comenzó a revelar una identificación absoluta por parte de los niños con respecto al juego y al indisciplinamiento. Se podía percibir que un niño el cual no actuase con “compostura” era alejado. Pasó a ser segregado pero por otra parte visto con aprecio en su singularidad. También apareció la preocupación por parte del gobierno hacia el niño. Se le destinaron instituciones en 1877, creó el “asilo maternal”, el cual contemplaba a niños de 2 a 8 años cuyos padres por razones laborales no podían ocuparse de ellos debidamente. En 1892 se produjo la inauguración del primer jardín de infantes por parte de la escuela Vareliana bajo la dirección de la maestra Enriqueta Compte y Riqué, y en 1894 fue abierta la “clínica de niños” por la facultad de medicina a cargo del doctor Francisco soca. En 1848 se prohíben en las escuelas públicas los maltratos y castigos del cuerpo, pero en la intimidad de esta sociedad se siguieron admitiendo (en cuanto a la práctica de la autoridad). Fue a partir del “reglamento general” para las escuelas públicas de 1877. Varela también aconsejó el cambio en cuanto a los métodos de enseñanza que insistía en “el desenvolvimiento asombroso de la memoria en perjuicio de las demás facultades

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico mentales y físicas del alumno”.6 Él pensaba que la educación debía de ser educadora y no instructora. En cuanto al castigo corporal en la escuela fue condenado a todo nivel social, inclusive aparecieron publicaciones en la prensa denunciándolas. Lo que parecía ser aceptado era el castigo por parte de los padres se veía como otro tipo de valoración personal obviamente siempre dentro de determinados límites. Adentrándonos en el tema relacionado a las amas de leche se las criticó, prefiriendo el amamantamiento materno (el cual fue creciendo). Se ve el horror de la sociedad en cuanto a el abandono de los recién nacidos; la reivindicación de las caricias, mimos y demostraciones de afecto por parte de las familias; la percepción de la mortalidad infantil como “excesiva” que conllevó a un paulatino descenso de la natalidad y el aborto. Todo esto denota el cambio en cuanto a la percepción de una nueva conducta con mayor sensibilidad por parte de los padres y madres. La afectividad en la crianza y la educación pasa a tener una mayor y mejor valoración, y aparece la individualidad de cada hijo y el modelo de familia como un niño tratado con amor. La alimentación del niño es impulsada por la medicina, como importante a tener en cuenta la leche materna para el recién nacido como un hecho natural. El papel del cuidado del niño tubo una reivindicación, se preocupaba socialmente por que existiera la ternura la cual pasó a ser un valor y hasta comenzó a percibirse como un probable factor educativo. La mujer sin hijos fue juzgada por las maestras varelianas. Existía a su vez, la contradicción de sentimiento de dulcificación pero con un contenido de culpabilización y castigo hacia las acciones incorrectas por parte del niño, se los amaba pero a la vez se los vigilaba. La mortalidad paso a vivirse como un sentimiento de dolor algo insoportable en la vida familiar. La muerte fue denotada como un profundo dolor y seguida de una gran reflexión. Como consecuencia, en un primer lugar, llevó a la crianza y la seguridad de buscar un mejor porvenir para los amados hijos. En segundo lugar, pesó la abundancia de hijos como una complicación la cual dificultaba el destino de los padres. Contra el juego y el ocio del niño, se buscó como solución la tendencia de asignaturas como catecismo, lo cual convertía en devocionarios por los libros de misa y de lectura. La pedagogía se ve practicada tanto por padres, médicos, maestros, y curas los cuales impartían una represión en cuanto a la sexualidad infantil. Con esto trajo aparejado la obsesión hacia el abrigo del cuerpo por parte de los médicos y los padres. Se buscaba que los niños ocultaran los genitales con más de una prenda. La vestimenta infantil debía incluir prendas exteriores e interior. Para salvarlos de los juegos eróticos que la desnudez o semi- desnudez facilitarían a los curiosos. En cuanto a la higiene personal, los niños debían de tener el máximo cuidado y hasta en muchas ocasiones pasaban a convertirse en vicios solitarios. La sensación de intimidad se les inculcaba tempranamente a los niños, pues se debían evitar las miradas ajenas, por esto se procuraba dormir en dormitorios separados. Y en cuanto al aseo y el vestirse se buscaba que ocurriera en forma aislada. Por más que sucediera frente a parientes. Era esencial crear la vergüenza y el pudor en el niño ante los demás y hacia su propio cuerpo. Se utilizaron dos grandes 6 Barrán, José P. “Historia de la sensibilidad en el Uruguay” tomo I “La cultura bárbara” pág. 103.

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico métodos para llevar a cabo este objetivo: la vigilancia externa y la culpabilización interna, el mirar de la autoridad y el mirarse como transgresor. Al punto que para muchos padres y educadores fue una obsesión vigilar al niño. Se utilizó el catolicismo para fomentar la culpa, “dios lo ve todo y lo juzga”. Aconsejaban utilizar el amor materno y paterno como herramienta de culpabilización del niño, de esta forma se lograría someterlo a sus padres y convertir a los niños en cariñosos dóciles y la represión de su alma sin necesidad de castigos corporales.

La Sexualidad. La sexualidad es vivida y entendida de modos diversos a lo largo y ancho de la geografía mundial atendiendo a las diferentes culturas, ideales, modelos de sociedad y de educación. Además de este condicionante socio-cultural, debemos tener en cuenta que es un concepto dinámico que ha ido evolucionando a través de la historia del ser humano. Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. En cuanto a lo social, abarca el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos, la educación recibida en la institución educativa, la religión, sobre la sexualidad. Se desarrolla y se expresa de diferentes maneras a lo largo de la vida, de manera que ésta en un infante no será la misma que la de un adolescente o un adulto; cada etapa de la vida necesita conocimientos y experiencias específicas para su óptimo desarrollo. Además es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano. En la vida diaria, cumple un papel muy importante, ya que, desde el punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos interpersonales. Como ya dijimos anteriormente este concepto y forma de vivirla fue variando a lo largo del tiempo en Uruguay. “En las últimas décadas del siglo pasado ha habido un redimensionamiento de la sexualidad. Durante muchos años, sexualidad y reproducción estaban superpuestas”.7 A comienzos de la barbarie (1800) según Foucault la sexualidad era vista como moneda corriente, se dice, cierta franqueza con respecto a este tema. Las prácticas no buscaban el secreto; las palabras se decían sin excesiva reticencia, y las cosas sin demasiado disfraz; se tenía una tolerante familiaridad con lo ilícito. Los códigos se basaban en lo grosero, en lo obsceno y en lo indecente, en comparación con el siglo XIX, eran muy laxos. La comunicación entre ellos se veía en forma de discursos muy natural ante su sexualidad, con gestos directos, acciones desvergonzadas, transgredían con las reglas de urbanidad, exhibían sus cuerpos sin el más mínimo pudor, niños desvergonzados vagabundeando sin molestia ni escándalo entre los adultos. No existía intimidad ni se separaba al niño del entorno sexual. El infante no participaba pero si era testigo de los actos sexuales. Es decir, el niño podía estar en el mismo ambiente en el cual se manifestaba la sexualidad del adulto. La sexualidad era vivida según ellos como franca. 7 Separata de la revista “Quehacer educativo” nº 95, junio, 2009.

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico En cuanto al periodo del disciplinamiento (1860- 1890) se denota un tiempo en el que habríamos soportado, y padeceríamos aún hoy, un régimen Victoriano. Nuestra sexualidad retenida, muda, e hipócrita la cual comenzó a vivirse con culpa debido a los agentes del nuevo orden los cuales habían generado un convencimiento social. Entonces la sexualidad es cuidadosamente encerrada. La familia conyugal la confisca. Y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora. En torno al sexo, ligado profundamente al silencio. Se impone como modelo, hacer valer la norma, la verdad, retiene el derecho de hablar proponiéndolo como el principio del secreto. Tanto en el espacio social como en el corazón de cada hogar existe un único lugar de sexualidad reconocida, utilitaria y fecunda: la alcoba de los padres. El resto no tiene más que esfumarse; la conveniencia de las actitudes esquiva los cuerpos, la decencia de las palabras blanquea los discursos. Y el estéril, si insiste y se muestra demasiado, vira a lo anormal: recibirá la condición de tal y deberá pagar las correspondientes sanciones. La pedagogía “civilizada” la cual paso a ser practicada tanto por maestros, curas, padres, médicos apoyaba firmemente la represión de la sexualidad infantil. Apareció la obsesión de los médicos por crear falsas enfermedades vinculadas con el tocarse o los pensamientos pecaminosos. Lo que desencadenaba comportamientos descabellados para lo que sería la actualidad por ejemplo la madre solía despertar a sus niños en medio de la noche acotando que estaba teniendo sueños inapropiados. Según José P. Barrán en el disciplinamiento “La sexualidad fue ocultada por el lenguaje hablado y escrito porque se creyó que así se la anularía como fuerza, aunque la propia necesidad de la anulación demostraba que inmenso poder se le confería”. En cambio en comparación con la actualidad podemos apreciar en cierto modo, o en cierto grado, a nuestro parecer existe una gran similitud con respecto a la barbarie. Esto se debe a que en los niveles socio- económicos vulnerables los códigos son parecidos, lo podemos ver en cuanto a la vivienda (viven hacinados), las relaciones de convivencia (niño testigo de situaciones de violencia, demostraciones sexuales frente a él). Una de la diferencias con respecto a la barbarie es que hoy en día nos regimos por leyes y normas de gobierno. Existen sanciones que “obligan” al cumplimiento. En cuanto al sistema educativo, la sexualidad está siendo reformulada en el programa de educación. Desde el año 2006, la educación sexual se estableció como parte de las políticas estratégicas dentro de las políticas educativas. Se intenta que el niño esté debidamente informado. En la familia puede todavía aparecer algún mito del padre hacia el niño dando explicación como por ejemplo de “dónde venimos”, pero en general ya no se le oculta la información, se le da lo necesario para su edad. Se habla con naturalidad sobre el tema. Los medios de comunicación, y las nuevas tecnologías de hoy en día, lleva a que el niño tenga un mayor alcance de la información. Esto genera ventajas y desventajas en cuanto a qué tipo de información, y la calidad de información que le llega. Por esto es necesario saber poner límites y estar atentos. Hoy en día es importante cuando nos referimos a la educación de la sexualidad apuntar al ser y no al hacer, como eje fundamental para la construcción de la identidad, de subjetividades: reconocimiento de qué soy, de género y cómo establecemos nuestros vínculos.

Conclusiones .

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico Debemos comenzar concluyendo que la educación sexual es parte de la formación de los seres humanos, y una estrategia de gran importancia para el desarrollo saludable de la niñez, y por supuesto esto genera una mejor calidad de vida a nivel de nuestra población. Somos las encargadas de que este tema sea visto como algo natural para el niño y romper con el esquema actual del “tabú” y considerando que, (según la Declaración de los Derechos del Niño) el niño debe estar plenamente preparado para una vida en sociedad. Hoy en día, estamos frente a un cambio educativo con respecto a esta área. El nuevo programa hace hincapié en la importancia de esta cuestión para el aprendizaje y el desarrollo propio del niño. Se debe de tener en cuenta que para que el niño pueda vivir su sexualidad con plenitud, debe de comprenderla. A su vez es importante ya que debemos incentivar el cuidado y el conocimiento del propio cuerpo y del ajeno. Muchas veces, los padres derivan a los docentes ciertas preguntas y toman a la sexualidad como algo oculto, mal visto, y esto provoca en los niños más curiosidad porque es un tema del cual no se habla y muchas veces no se le dan respuestas. Como educadoras debemos tener en cuenta que los niños tienen derecho a recibir una educación sexual de calidad, y derecho a recibir una información pertinente, acorde con su momento evolutivo, adecuada, y no errónea, que le posibilite al niño y le dé elementos como para ir transformándose en un sujeto pensante, en sujeto de derecho, es decir, en un ciudadano. Debemos lograr en el niño que la educación de la sexualidad les haga posible el desarrollo y la promoción de su calidad de vida no sólo personal, sino también en la construcción del núcleo del hogar y también en las relaciones que establecemos los sujetos entre nosotros, en tanto personas. El proceso educativo como un aspecto básico para la construcción de ciudadanía, de formador de ciudadanía. La educación de la sexualidad en el proceso educativo se debe dar en lo cotidiano, en la intimidad del aula, se debe dar en cómo nosotras nos presentamos ante nuestros alumnos, como asumimos nuestra sexualidad, como la promovemos en lo cotidiano, en el día a día, todo lo que se da en el aula. Cómo manejamos a través del juego, a través de la interpretación de las distintas disciplinas y cómo podemos darle información adecuada y pertinente para incorporar los aspectos vinculados al momento, al desarrollo sexual, en la práctica del aula.

Bibliogr afía.

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Centro de Investigación y Experimentación Pedagógico  Barrán José Pedro. “Historia de la sensibilidad en el Uruguay” Ed. Banda Oriental- Tomo I “La Cultura Bárbara” 1800-1860. Tomo II. “El Disciplinamiento” 1860-1920.  Revista “Quehacer Educativo” Número 95 Junio, 2009 (Separata).  Narodowski Mariano “Infancia y Poder” La conformación de la Pedagogía Moderna, Ed. AIQUE Educación.  http://www.extensiondigital.fpsico.unr.edu.ar  http://www.educacion.idoneos.com  Foucault, Michel. (1975) “Vigilar y castigar”. México: Siglo XXI (1989) “Historia de la sexualidad”. México: Siglo XXI.  “Convención sobre los Derechos del niño”.  II Jornadas del Servicio de Educación Inicial “Investigaciones actuales en Primera Infancia y en el ámbito de la Educación Inicial” Facultad de Psicología. Universidad de la República - 11 y 12 de Abril de 2008.  http://www.saladeespera.com.uy  http://definición.de/infancia/

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