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Ing. Gabriel Monterrubio Guasque
Primera Edición 5,000 Ejemplares Julio 2014 1
EL DON DE LA PATERNIDAD La vida humana siempre es un bien, puesto que es la manifestación de Dios en el mundo. Desde la concepción hecha con amor y con deseos de formar una familia, en ese momento Dios deposita el alma en ese nuevo ser por venir.
Y mediante la recepción del sacramento del bautismo, la criatura desde ese momento es Hijo de Dios. Por eso, los padres deben bautizar a sus hijos lo antes posible, sin estar 2
esperando la fiesta o el contar con dinero, lo más importante de ésta nueva vida es que pase a ser Hijo de Dios.
Qué gozo para los padres aprovechar el poder divino de la Procreación que les fue concedido. Es verdaderamente un milagro el Don de la paternidad y en el momento de la concepción recibe el alma el futuro hijo. 3
La tierra no puede justificar ni continuar su existencia sin la institución del matrimonio y de la familia. ¡Qué alegría tan más satisfactoria, contribuir para que en cada uno de nuestros hijos Dios vea la huella de su imagen y semejanza! DEBERES IMPRESCINDIBLES DE LOS PADRES
Iniciar una formación perfecta para los hijos, que requiere: Dar ejemplo de vida y de amor completo entre ellos y para los niños. Que siempre lleven consigo su medalla. Educarlos como hijos de Dios en la religión Católica. Siempre que se vayan a dormir darles la bendición y rezar junto con ellos el “Dulce madre no te alejes, ven conmigo a todas partes y solo o sola nunca me dejes. Ángel santo de mi guarda mi dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día.
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COOPERADORES EN LA OBRA DE LA CREACIÓN
El regalo más importante en un matrimonio es: El recibir de Dios el Don de la procreación. Todos los padres queremos para nuestros hijos, que sean mejores que nosotros, que sean exitosos, triunfadores, pero lo más importante que tengan principios y moral. Que todo lo que digan o prometan lo hagan, lo cumplan. ¡Cuidado con el ejemplo de los padres! si ambos fuman, lo más probable es que nuestros hijos fumen, si los padres toman seguido, igualmente nuestros hijos tomarán, si los padres todos los días discuten y se pelean, nuestros hijos serán peleadores. Hoy, es necesario que nos comprometamos a dar amor, mucho amor y enseñarlos a amar a Dios; a Él y al prójimo y educarlos en el respeto a Él, a su cuerpo y a la vida. 5
Dios como una manifestación de su caridad quiere que tanto los padres como los hijos sean felices y crezcan biológica y espiritualmente. Él quiere que los hijos elijan libremente y mediante el poder de una elección correcta lleguen a ser lo más semejante a Dios. También hay que enseñarles a ahorrar, para que en un futuro tengan un pequeño capital y aprendan a reconocer el valor de los alimentos, de la ropa, de los gastos de escuela, y sobretodo reconozcan el gran esfuerzo de los padres. La secuencia correcta en la formación de los hijos puede resumirse en los siguientes aspectos:
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INSTRUCCIÓN, CORRECCIÓN, DISCIPLINA La instrucción es: Transmitirles el conocimiento, darles anticipadamente, el consejo que necesitarán. Ésta incluye hacer ver las consecuencias y beneficios de las decisiones. La Corrección es: Llamar la atención o amonestarle por las conductas incorrectas, también incluye el forzar su conducta o estorbarlo en sus acciones. La Disciplina es: Aplicar el castigo o dejarles padecer las consecuencias de haber decidido mal. Así como ofrecerles una palabra de felicitación por las buenas acciones que hicieron.
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LAS ÁREAS EN QUE DEBEMOS ENTRENAR A LOS HIJOS Entrenarlos para amar: Enseñarles que sea cual fuere la condición del prójimo se le debe amar como se ama así mismo y como nuestro Padre Dios, nos enseñó a amar.
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Entrenarlos para agradecer: Dar gracias a Dios en todo momento, agradecer por los alimentos, agradecer por un día más de vida, agradecer porque tenemos salud, agradecer por todas las maravillas que Dios nos manda en cada día de nuestra vida. Entrenarlos para obedecer: La obediencia está fundada en el reconocimiento de la autoridad que otros poseen.
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Entrenarlos para respetar: Respeto, es actuar con temor de Dios, en la Biblia se aplica este peculiar temor al trato con los ancianos, con los amos, con el mutuo amor que deben manifestarse los esposos. Entrenarlos para honrar: Honrarlos es estimar, dar valor, reverenciar, dar gloria. Es un deber de los hijos, honrar a sus padres, no sólo obedecerlos sino honrarlos con su conducta. ¡Instruye a tus hijos en el camino de Dios y aún de viejos no se apartarán de Él!
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SOMBRAS Y DISONANCIAS EN EL MATRIMONIO La destrucción de la vida humana con el aborto, es un crimen y un asesinato de un alma inocente e indefensa. La vida no le pertenece al hombre, la sobrepasa, porque ha sido recibida de Dios, es sagrada, ningún hombre o mujer puede disponer de ella a su antojo. Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de proteger la vida, que se ha de llevar a cabo de un modo digno del hombre. Por ello, la vida ya concebida ha de ser salvaguardada con extremos cuidados; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables. El aborto ofende a Dios, porque Él nos ha creado según su imagen y semejanza.
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El aborto mata la paz del mundo… Es el peor enemigo de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo, ¿Qué me impide matarte? ¿Qué te impide matarme? La destrucción de la vida humana es contraria a la vida, al Don que nos dio el creador. No puede haber auténtica paz, sin respeto a la vida, especialmente si es inocente e indefensa, como es la de los niños que todavía no han nacido.
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TAN LEJOS DE DIOS Hay gobiernos que quieren acabar lo antes posible con los secuestradores, los ladrones, los narcotraficantes y con la corrupción, sin embargo, permiten el asesinato con alevosía y ventaja, y autorizan el aborto que lesiona la dignidad de las madres, aniquila a seres vivos, con alma. Con esto se logra la destrucción y no habrá paz sino hay respeto a la vida.
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