INTERVENCIONES DE LA CENSURA INQUISITORIAL EN LA «FLOR DE VARIOS Y NUEVOS ROMANCES» (Lisboa, 1592)

INTERVENCIONES DE LA CENSURA INQUISITORIAL EN LA «FLOR DE VARIOS Y NUEVOS ROMANCES» (Lisboa, 1592) En la descripción que hice en Cultura neolatina' de

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INTERVENCIONES DE LA CENSURA INQUISITORIAL EN LA «FLOR DE VARIOS Y NUEVOS ROMANCES» (Lisboa, 1592) En la descripción que hice en Cultura neolatina' de la Flor de varios y nuevos romances (Lisboa, 1592), cuya primera y segunda parte había recogido Pedro de Moncayo mientras que la tercera la había reunido y dado a la imprenta Pedro Flores2, había puesto de relieve cómo la Flor de Barcelona de 1591, que incluía sólo las dos primeras partes debidas a Pedro de Moncayo3, contenía un romance más que la de Lisboa4. El hecho, pues, de que en la composición que faltaba hubiese algo de irreverente hacia el hábito eclesiástico, había alimentado en mí la sospecha de que el impresor de Lisboa sua sponte o por voluntad ajena, había realizado de propósito aquel corte y que, por lo tanto, no se trataba de una mera casualidad debida a olvido por parte del recopilador. En efecto, una comparación aunque superficial, hecha entre algunos romances de las dos Flores, había corroborado mi sospecha tanto, que adelanté la hipótesis de que el recopilador había quitado de la colección aquel romance, bien empujado por su propia conciencia, bien por el miedo al censor o por su consejo. Una lectura más cuidadosa y detenida de las dos Flores y un cotejo efectuado entre ellas me ha reforzado en mi opinión llevándome a averiguaciones interesantes en grado tal, que podrían de alguna manera contribuir a un estudio más profundo de lo que y de cómo ha obrado la Inquisición en Portugal; trabajo que, como ha subrayado con razón Marcel Bataillon5, aun está en espera de una investigación objetiva. 1 Cf. M. DAMONTE. «Un romancero sconosciuto», en Cultura Neolatina, XXIX. 1969. pp. 174-190. 2 Flor I devariosvnve / vos Romances, Primera / y Segunda parle. / Aora nuevamente Recopi I lados y puestos por orden, por el / Bachiller Pedro de Mocayo. / Natural de Borja. [Marca tipográfica] Añadióse a ora la tercera parte en / esta vllima impression. Col/egida por / Pedro Flores Librero. / Con licecia, en Lisboa, por Ma / nuel de Lyra, 1592. La edición en facsímil saldrá próximamente por cuenta de la Real Academia Española. 1 Flor de va / ríos román / ees Nueuos. / Primera, y Següda parte, del Bachiller / Pedro de Moncayo, natural de Borja. / Agora nueuaméte en esta postre / ra impression añadidos otros I muchos Romances, y Letras, que / .ve ha cantado después délas otras / impressiones, y asta aqui / sacados a luz. / [Marca tipográfica] En Barcelona. / Con Licencia, en la emprenta de I layme Cendra!. Año 1951. / A costa de Onojfre Gori. 4 Se trata del romance _que se halla en el fol. 126 r (errata 116 r) de la Flor de Barcelona. 5 Cfr. M. BATAILI.ON. Eludes sur le Portugal au temps de l'humanisme, Coimbra, Acta Universitatis Conimbrigensis. 1952. p. vn. «Quant au role de l'Inquisition, trait négatif assez original, il attend qu'on le décrive ¡¡istoriquemet sans vaínes déclamations»

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El revisor inquisitorial de la Flor de Lisboa fue fray Bartolomeu Ferreira6, un dominico muy famoso en la historia literaria de Portugal, pues que fue el primer censor de Os Lusiadas y de los Autos de Gil Vicente. Sobre su personalidad y su trabajo existe una obra fundamental escrita en el siglo pasado por Sousa Viterbo, a la cual hago referencia por las noticias que le atañen7, sin olvidar las que aparecen en muchas partes de la obra más reciente de I. S. Révah quien se propone un estudio más profundo y de carácter general sobre el trabajo de la Inquisición en Portugal durante el siglo xvi». En la obra de Sousa Viterbo la figura de este fraile aparece rodeada de cierta aureola de simpatía por su tolerancia, su vasta cultura y sensibilidad poética9, que le hicieron superior a las pasiones y prejuicios de su tiempo durante el desempeño de su cargo oficial. Sousa Viterbo opina que «o recinto cellular do nosso domenicano fósse o ponto de reuniáo, onde convergissem os litteratos da época, os Caminhas, os Córte-Reaes, os Bernardes e talvez até o proprio Luis de Camóes...»10 y pone de relieve que en aquella época, que fue en Portugal de vivos contrastes entre los partidarios de Felipe II y los independentistas, el nacionalismo anticastellano del fraile se manifiesta en el hecho de que nunca escribió en lengua castellana los juicios de los libros que revisaba excepto uno 11 . Durante sus veinticinco años de trabajo en calidad de " Transcribo aquí el veredicto de Bartolomeu Ferreira y el permiso de Antonio Mendoza y Diego de Sousa del 1 de octubre de 1591. (Vi por su mandado de sua R. este liuro, cujo titulo he, Flor de Romances, é assi como vay nan o em nada contra nossa sancta Religiáo, & bós costumes, nem cousa por que se nao deva imprimir. Fr. Bertolaméu Ferreira. Vista a informacao, pódese imprimir este Liuro, & depoys de ¡mpresso tornara a esta mesa para le conferir con o original, & se le de licenca para correr. Em Lisboa, a 1 de Outubre, de 1591. Antonio Mendoza. Diego de Sousa. Hay que señalar que en la Flor que hemos examinado, y en el Ramillete citado aparece respectivamente Bertolaméu Ferraira y Bertholameu Ferreira. 7 SOUSA VITERBO, Fr. Bartolomeu Ferreira, o primeiro censor dos Lusiadas.—Subsidios para a historia literaria do século XVI em Portugal, Lisboa, Imprensa Nacional, 1891. s I. S. RÉVAH, La censure inquisitorial portugaise au XVI siécle. Volumen I, Lisboa, 1960. 9 La muchísima consideración que por su carácter y su saber le debían sus contemporáneos la prueba el pasaje que se puede leer en la obra del cronista Duarte Nunes de Leao que podemos leer en la página 100 de la obra de Sousa Viterbo: «R. P. Magister F. Bartholomaeus Ferreira, theologiae professor, cui ob vitae integritatem, et summam literarum omnium eruditionem Quaesitoris fidei officium, et librorum examen commissum est,...». Tres escritores más atestiguan que Ferreira fue no sólo erudito y profundo conocedor de la literatura sagrada sino también un apasionado bibliófilo y un amigo y cultivador de las musas, aunque no dejó ningún producto literario propio. Quizás su nombre habría quedado olvidado a no haber sido el primer censor de Os Lusiadas. >o

Cf. SOUSA VITERUO, op. cit., p.

232.

11

La entrada qve en el reino de Portvgal hizo la S.C.R.M. de don Phelippe, invictissimo Rey de las Españas, segundo deste nombre, primero de Portugal, assi con su Real presencia, como el exercito de su felice campo. Hecho por Isidro Velasque: Sakmumtino, andante em Corte.

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revisor (1571-95), los libros publicados en Lisboa que no llevan el sello de su visado son muy raros. Sousa Viterbo señala 140 obras de literatura revisadas por Ferreira y, juzgando por el nombre de sus autores, se forma uno la clara impresión de que el célebre teólogo desempeñó un papel muy importante en el movimiento literario y científico portugués del último cuarto del siglo xvi. Pero además de las señaladas por su diligente biógrafo, todo hace creer que examinó unas cuantas obras que han quedado ignoradas hasta la fecha por sus biógrafos: como pasa por ejemplo con nuestra Flor de romances que no aparece en la lista que nos ha transmitido Sousa Viterbo. En esta lista, al contrario, encontramos, entre las 40 obras españolas que lograron el veredictum del dominico dos colecciones del mismo género: el Romancero hystoriado de 158412 y el Ramillete de fiares de 159313, recogido éste último por el mismo Pedro Flores a quien debemos la edición mencionada de 1592. Por lo tanto, aunque nuestra obra, y quizá alguna más revisadas por él no constan en los repertorios que hasta la fecha tenemos a nuestra disposición, podemos siempre concluir afirmando que casi todos los poetas contemporáneos de Camóes pasaron a través de la crítica de este fraile, cuyo pensamiento, documento de la intolerancia de la época, se refleja en los Avisos e Lembrancas que servem para o negocio e reformacao dos Livros14.

Impressso con licencia, examen v approhacion. por Manuel de Lyra. A cosía ele Simón López Librero. MDLXXXIII. 12 Romance / ro hysuuiudo, con / mucha \uriedad de glmsus, y Sánelos / y al fin vita floresta pastoril, y cartas / pastoriles. Hecho y recopilado por / Lucas Rodríguez, escriplor de la vni / uersidad de Alcuhr de Henares. ¡ Dirigido al Illustriss. señor Melchior / de Herrera Marques de Auíum, / del Consejo de hazknda / de su Mageslud. [Marca tipográfica] Impresso por Andrés Lobato. / Año. M.D.Lxxxiiij. '•' Ramillete de Flores. ¡ Quarta, j Quinta, y Sexta parte de Flor / de Romances nueuos, minea hasta / agora impressos, llamado, Ramillete de Flores: De muchos, gra ¡ ues, y diuersos A alores. Recopi / ludo no co poco trauajo. Por ¡ Pedro Flores Librero: / Y a su costa im / presso.: Y demás desto, va ulcaho la / tercera parte de el Araucana, en / nueue Romances, excepto la entra / da de esle Reyno de Portugal, q por / ser tan notoria a todos no se pone. / Con licencia, y Priuilegio. / En Lisboa. / Por Antonio Aluarez Impressor. / Año de 1593 ¡ Véndese en casa de el mismo Flores, al Pelorinho Velho. •• 14 «A risas e lembrancas que servem para o negocio e reformacao dos livros, onde se poem alguns errores que nelles ha, para que se veja quam necessuria he a diligencia que nistofaz o Sánelo O/Jicio, e o resguardo e cautela que se deve ter nesta materia e na lieao dos taes livros. Ese manda que se entreguen! ao Sánelo OJficio para se emmcndarem.» Son aclaraciones que este revedor dos livros ha añadido al final del Index que don Jorge de Almeida publicó en 1581 y que consistía en: a) reimpresión del índice tridentino de 1564; b) un Catalogo dos lirros que se prohiban uestes Reynos e Senhorios de Portugal. Entre estos avisos e lembrancas merece mención especial el tercero, en el cual se aconseja de no leer «... livros em que ha desoneslidades ou amores profanos... porque, alem do tempo que na licao delles se perde. fazem muito damno c perjuizo as consciencias, e ensinao e movem a muitos vicios, e communmente ha nelles louvores e nomes blasfemos. E se as más palavras corrompem os bons costumes. como diz sao Paulo, que farao as escripias nos livros, que sao de mais dura? principalmente dizendo o Catalogo Tridentino, na Regra séptima, falando dos taes livros, que nao somente

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Los romances de la Flor de Lisboa 1592, comparados con los correspondientes que aparecen en la Flor de Huesca 1589, en la de Barcelona 1591, Madrid 159315 y Valencia 159316, además del Romancero general, Madrid 160017, son los que aquí se encuentran señalados con un número progresivo según el orden en que se hallan en la Flor de Lisboa 1592; el número romano (I, II, III) se referirá a la parte de la colección a la cual pertenecen. I.

1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 9) 10) 11) 12) 13)

II.

1) 2) 3) 4) 5)

Ensíllenme el potro rucio (fol. 6r). Ensíllenme el asno rucio (fol. Ir). Descargando el fuerte azero (fol. 24v). Por arrimo su albornoz (fol. 26v). Amarrado a vn duro banco (fol. 33v). Donde se acaba la tierra (fol. 34v). Descuydado aunque no libre (fol. 48v). Saco Venus de mantillas (fol. 5Ir). Llego a una venta Cupido (fol. 55r). Sobre moradas violetas (fol. 58v). El cabello de oro puro (fol. 61 v). Olvidada del sucesso (fol. 62v). Al tiempo quel alva bella (fol. 63r). Vna. parte de la Vega (fol. 70v). Después que con alboroto (fol. 8Ir). El tronco de ovas vestido (fol. 98v). Tenia vna biuda triste (fol. 102v). Vna bella casadilla (fol. 114v).

se há de ler conta com o que faz danno ao Fee, mas tambem como que faz perjuizo aos bons costumes...» (cf. RÉVAH. ob. cit., pp. 66-70). 15 Tercera / pane de flor de / varios / romances ¡ Nueuamente recopilados ¡ por el Bachiller Pedro de / Moncayo, natural de / Borja. [Marca tipográfica] / Con licencia. / En Madrid, / En casa de Pedro Gómez de / Aragón, impressor de la / sania Cruzada. / M.D.XCI1I. 16 Flor de / Varios, y nuevos / Romanees, Primera / y segunda parte. / A ora nueveméte recopila / dos, y puestos por orden, por / Andrés de Villalta natu / ral de Valencia. / [Marca tipográfica] Añadióse á ora nuevamente / la tercera Parte por Felipe / Mey mercadel [sic] de libros. / Con licencia, en Valencia por / Miguel Prados. 1593. 17 ROMANCERO GE / ñera/, en ave se con / tienen lodos los Romances que andan / impressos en las nueue partes ¡ de Romanceros. / Aora nvevamenle / impresso, añadido, y emendado. Año [Marca tipográfica] 1600 / Con licencia, En Madrid, Por Luis Sánchez. / A costa de Miguel Martínez. He hecho mis cotejos sobre la edición de Medina del Campo de 1602. que es idéntica a la citada y se encuentra en la Biblioteca Universitaria de Genova. ROMANCERO GE / neral, en qve se contie j nen todos los Romances que andan impres / sos en las nueue partes de Ro / maneeros. / Aora nvevamente / Impresso, añadido, y emendado. / [Marca tipográfica] Con licencia, en Medina1 del Campo, Por luán Go / dinez de Millis. • A costa de Pedro Ossete y Antonio Cuello libreros de Valladolid. I Año 1602.

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6) 7) 8) 9) 10) III.

Que se nos va la pascua mogas (fol. 118v). Agora que estoy de espacio (fol. 120v). Noble Desengaño (fol. 122v). Subida en vna alta Roca (fol. 130r). Cabizbajo y pensativo (fol. 13Ir).

1) Elisio vn pobre pastor (fol. 150r). 2) De mi confession humilde (fol. 18Ir). 3) En el mes que el roxo Apolo (fol. 184v).

Las varias ediciones van mencionadas con las siguientes siglas: H (Huesca 1589), B (Barcelona 1591), L (Lisboa 1592), M (Madrid 1593), V (Valencia 1593), RG (Romancero general, Madrid 1600). Empezamos observando que el censor respeta escrupulosamente el segundo mandamiento del Decálogo (No tomarás el nombre de Dios en vano), pues que el término que se refiere a Dios, bien en la forma masculina dios, bien en la femenina diosa, ya esté referido al Dios cristiano o incluso a una divinidad pagana, se encuentra constantemente substituido por otro, cuantas veces aparece en el contexto; lo mismo pasa con el adjetivo correspondiente. Éste es el resultado de tales operaciones18: 1,1,23(H, B, RG)

dexando su diosa amada

(L) d e x a n d o a V e n u s amada. I, 2,39 (B, RG) del dios Garañón miraua (L) del buen Garañón mirava. I, 9, 5(H,B, RG) que quiere la sabia diosa (L) que quiere la Sabia (Diosa). Venus. 1,10,14(H,B,RG) de la bella diosa Venus (L) de la bella y hermosa Venus. 1,12,10(B,RG) al Dios Marte mis despojos (L) al gran Marte mis despojos. 1,13, 4(B, RG) Filis su rostro diuino (L) Filis su rostro benigno. 1,14,43 (B. RG) de tu divina figura (L) de tu benigna figura. II, 3,59(H) espero en Dios que (L) quiero esperar que 19 .

"* De los versos citados se indica con el número romano la parte de la Flor de Lisboa en que se encuentra el romance: con el primer número arábigo el orden progresivo con el cual el romance se presenta en la misma, y con el segundo el número del verso. lg En la Flor de Lisboa corresponde al verso 51 porque esle romance tiene aquí ocho versos menos que el mismo romance en la Flor de Huesca (versos 17-24). B > RG llevan como el nuestro.

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Pero la censura no se limita a esto: toma en consideración también términos que por lo general se refieren a cosas sagradas o que tienen una corriente acepción sagrada, probablemente porque el censor juzga descortés su uso en composiciones profanas; y ocurre, desde luego, que versos enteros desaparecen. Observamos que la palabra «cielo» está meticulosamente reemplazada: a veces se suprime el verso que la contiene, ya se encuentre usada como sinónimo de divinidad, o cuando significa simplemente «paraíso»; y lo mismo pasa con este último término: I, 3, 18(B) I, 3,19(B) I, 3,20 (B) I, 4,11 (H) II, 2,16(B, RG) II, 9, 6 (H)

del cielo do esta su dama (L) del lugar do esta su dama. y como viene del cielo (L) falta. trae del cielo vna embajada (L) falta. por la inclemencia del cielo (L) por la inclemencia del cierco20. parayso de las almas (L) dos lunas bellas y claras. rompe con gritos el cielo (L) hiere con golpes crueIes2i. .

También la palabra «alma» está puntualmente reemplazada: I, 7,9 (H, B) II, 2,16(B, RG) III, 1,4(B, RG) III, 2,77(V)

a descansar el alma

(L) a descansar en la orilla 22. parayso de las almas (L) dos lunas bellas y claras. a quien dexa el alma en (L) a quien dexa vida en prendas prendas. seras contento del alma (L) falta.

La substitución abarca también el adjetivo «sagrado»: I, 6, 9(H, B, RG) o sagrado mar de España (L) o salado mar de España. 1,11, 3(H,B, RG) a donde vn sagrado myrto (L) a donde vn ombroso myrto. 2

« B y RG llevan cierno. -> Igual en B y RG. 22 También RG lleva en la orilla. Como en el caso de III, 3, 125 (v. nota 24), el verso se mejora pues que pasa de heptasilábico a octosilábico. El recopilador de RG ¿conocía la Flor de Lisboa o bien existía en la tradición oral o escrita también esta versión?

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Desaparece desde luego el verbo «adorar», pues expresa una acción que debiera referirse exclusivamente a la divinidad: III, 2, 5 (B, RG)

cuya perficion adora

(L) cuya perfecion onora.

La severidad del censor se nota también cuando el autor se atreve a comparar un «ángel» con una criatura terrenal: 1, 8,22 (B, RG) I, 8,23(B, RG)

qual ángel te vi en el templo (L) falta. mas no me valió la Iglesia (L) falta.

El censor interviene rigurosamente cuando se nombran dos de los cuatro «novísimos», a saber, «gloria» e «infierno»: II, 1,27(B, RG) a ver su pena y gloria (L) a ver su pena y gusto 11,3, 15 (H, B, RG) porque fue su gloria un (L) porque fue un tiempo tiempo su gusto. II, 8,31(B, RG) infernales glorias (L) falta. II, 8,32(B, RG) gloriosos infiernos (L) falta. o simplemente el «Rosario»: II, 5,44 (B, RG)

y de muy gruesso Rosario 23 (L) de embaxadas y recaudos.

Nombrar un santo sin anteponerle su conveniente apelativo, huele a irreverencia y por eso: 111,3,125(M)

del Diego milagroso

(L)de san Diego milagroso24.

mientras que cuando se hace referencia al clero se ecuentran las supresiones más numerosas de enteros versos: 21 En este romance Vita bella casadilla se cuenta del viejo marido celoso que no deja vivir en paz a su joven mujer. Esta se queja con su tía, quien en B y RG es una «matrona... de muy gruesso Rosario», digna heredera de Trotaconventos (v. Libro tic buen amor, estrofa 438), mientras que en la Flor de Lisboa pasa a ser «matrona... de embaxadas y recaudos» como Celestina. El censor para evitar el uso de un término sagrado, cambiando la denotación, ha limitado el campo semántico de la expresión, quitando a la alcahueta la calidad de gazmoña. 2* ídem en RG.

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II, 4,13 (B, RG) un cardillo de beatas (L) falta. II, 4,14 (B, RG) para reuelar secretos (L) falta. II, 4,17 (B, RG) Las cabecas de los ajos (L) falta. II, 4,18 (B, RG) parecen de monasterios (L) falta. II, 6,39 (B, RG) roquete de Obispo (L) ropa portuguesa. II, 10,65(H,B,RG)que dezir que son offertas (L) falta. II, 10,66(H,B, RG)bien sabes que es testimo- (L) falta. monio II, 10,67(H,B,RG)del que suele el Iueues santo (L) falta. II, 10,68 (H, B, RG) colgar el cura del olmo (L) falta. Aparece muy claro que no se permite recordar la venta de las bulas y aludir a la Inquisición: II, 7,52 (B, RG) II, 7,91 (B, RG) II, 7,92(B, RG) II, 7,93 (B, RG) II, 7,94 (B, RG)

espárragos con la Bula ni hay vara de Inquisición que assi halle a quien tu buscas se que tu guerra es ciuil y que es tu paz de ludas

(L) en Sábado un assadura (L) falta. (L) falta. (L) falta. (L) falta.

Las variaciones que se han realizado en las composiciones, variaciones que se añaden desde luego a la exclusión de nuestra Flor del romance Que te hize vil fortuna25, pueden resumirse en: a) supresión de versos enteros, b) cambio de algún término considerado impropio o poco conveniente para una composición profana, c) sustitución de un verso completo por otro de significación diferente. En ningún caso la rima ha padecido en el cambio, antes bien, hay que afirmar que dos veces (I, 7, 9 a descansar en la orilla en lugar de a descansar el alma; III, 3, 125 de San Diego milagroso en lugar de del Diego milagroso)

el verso ha ganado en regularidad, pues que ha pasado de heptasílabo a octosílabo como bien conviene al verso del romance. Pero, a pesar de que, de cualquier modo, se trata de manumisiones, hay que observar también que estas mutilaciones y sustituciones, en la mayoría de los casos han alterado la entonación de los romances: si se examinan con mayor cuidado las modificaciones introducidas en estas composiciones, el menoscabo, desde luego, aparece evidente. Está claro que los perjuicios más graves los sufren los romances mutilados de versos enteros (a veces de cuartetas 2? V. nota 4.

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enteras), en que se hace alusión al clero o a la Inquisición (II, 4, 13 y 14; II. 4. 17 y 18; II, 7, 91-94; II, 10, 65-68); en ellas desaparece por completo, o bien se disminuye muchísimo, la fuerza de la ironía. A ello hay que añadir que a veces los versos suprimidos presentaban una similitud de notable fuerza expresiva y cumplían una función estilística precisa (I, 3, 19 y 20; I, 8, 22 y 23). Y si se considera el hecho de que la censura borra también figuras retóricas (II, 8, 31 y 32), podemos afirmar que los perjuicios de las mutilaciones son muy importantes. Incluso donde no hay supresiones, sino substituciones, éstas resultan raramente pertinentes aun cuando podrían juzgarse tales las introducidas en: I, 1, 23; I, 9, 5; I, 4, 11; II, 3, 15; por lo general perjudican la expresividad de manera más o menos grave (I, 2, 39; II, 3, 15). A veces las expresiones enteras o bien las solas palabras, son tan poco fieles a la intención del autor, que cambian totalmente el sentido del discurso (I, 7, 9; II, 2, 16; II, 5, 44; II, 6, 39; II, 9, 6; III, 1, 4); además de esto la substitución se ejecuta a menudo con términos superfluos tan sólo para llenar el hueco que ha quedado de la supresión (I, 10, 14). Unos cambios perjudican la expresividad sólo levemente (I, 12, 10; III, 2, 5; I, 11, 3; II, 3, 51); otros lo hacen de manera más grave, en virtud de substituciones tan insignificantes como las siguientes: rostro benigno en lugar de rostro divino (I, 13, 4); benigna figura por divinafigura(1,14,43); lugar por cielo (I, 3, 18); otros, desde luego, resultan verdaderamente groseros (basten los dos ejemplos siguientes: salado mar en lugar de sagrado mar (I, 6, 9);-con pena y gusto por con pena y gloria (II, 1, 27). Además de las observaciones de orden estético o bien referentes al contenido, a las que he aludido antes, pueden deducirse también unas conclusiones de carácter histórico-literario o bien meramente histórico. El hecho de que dos variantes (I, 7, 9 y III, 3, 125) se encuentren bien en la Flor «emendada» de Lisboa, bien en RG, y no se hallen en cambio en las demás Flores consideradas como fuentes de RG, sugiere conclusiones opuestas: a) el recopilador de RG conocía la Flor de Lisboa, b) las variantes presentes en los dos textos, con respecto a las demás ediciones no son modificaciones aportadas por el censor de Lisboa, sino que se encuentran en versiones diferentes de una misma composición transmitidas oralmente o por escrito y aceptadas por los dos recopiladores. En el primer caso adquiriría mayor importancia la impresión de la Flor que se ha encontrado en la Biblioteca Universitaria de Genova, en cuanto modelo para el recopilador de RG. En el segundo caso tendríamos que aceptar la hipótesis de la existencia de otras fuentes de RG que nos han quedado

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desconocidas hasta la fecha. Ésta, según mi parecer, puede ser la solución más aceptable, pues que el recopilador de RG no parece temeroso de la censura inquisitorial, teniendo en cuenta el hecho de que en las demás composiciones él ha aceptado las partes no enmendadas de H y B. Al contrario, la comparación entre H, B y la Flor de Lisboa documenta una condición especifica de la cultura en Portugal en la segunda mitad del siglo xvi, y prueba lo que Révah ha sustentado en el prólogo de la obra mencionada26, a saber que Portugal fue el país católico sometido más celosamente a la censura preventiva contra la herejía y la «inmoralidad» literaria y que, en tal sentido, ocupó en aquella época un puesto de vanguardia entre los países católicos, los cuales siguieron el ejemplo riguroso de de sus censores27. Éstos tuvieron un importante predecesor en fray Francisco Foreiro, secretario de la comisión del Concilio de Trento encargada de las cuestiones relacionadas con la censura, y en Bartolomeu Ferreira, un inteligente y concienzudo representante. Pero resulta imposible establecer con los elementos de que al presente disponemos, quién enmendó las composiciones examinadas: si fue Ferreira directamente o si, al contrario, fue el mismo recopilador, Pedro Flores, quien tomó la iniciativa de la corrección. Según Révah, muchos textos impresos después de 1536 (año en que, con la Bula de 23 de mayo, se estableció en Portugal el Santo Oficio) «sont, en réalité, le résultat de la collaboration entre l'auteur presume et les censeurs du Saint-Office. Nous ne sommes en mesure de déterminer exactement l'action des censeurs que dans deux cas: a) quand il s'agit de rééditions; b) quand le rapport manuscrit du censeur a été publié»28. En esto me parece que se puede estar de acuerdo. Es esta la razón por que nos hemos limitado a cotejar objetivamente los dos textos para poner de relieve las variantes aportadas, en consideración a preocupaciones «morales»29, en una época y en un país en que el 2G

Cf. RÉVAH, (>b. di., p. 8.

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En efecto, si se leen las observaciones que acompañan el índice de Clemente VIII (cuyo privilegio de imprenta es de 29-9-1596 y la reimpresión de Lisboa de 1597) y la Instructio eorum qui Hbris lum prohihendis, Uini expurgandis, lum eliam imprimendis, diligeniem ac fidelem luí par esl) opurain siinl tlaluri se nota que las reglas para expurgar un texto no eran nuevas para Portugal, donde los censores ya las habian adoptado anteriormente. En efecto, por lo que concierne los enmendamienlos llevados a los romances examinados, merece subrayarse la propiedad de los siguientes consejos: «Ea quoque aboleantur quae paganismum redolent. Explodantur exempla que ¿eclesiásticos ritus, religiosorum ordines. statum, dignitatem. ac personas laedunt et violant. Denique lasciva quae bonos mores corrumpere possunt, deleantur.» (Cf. RÉVAH. op. cil., p. 73.)

2* Cf. RÉVAH, (>b. Cil., p. 32. «Os Livros que principalmente tratam, contam o cnsinam cousas lascivas ou desones-

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AIH. Actas IV (1971). Intervenciones de la censura inquisitorial en la "Flor de varios y nuevos romances" ...

Censura inquisitorial y Romancero

Santo Oficio había alcanzado un poder inmenso: un poder y una correlativa influencia sin las cuales quizá la edición de Lisboa no habría tomado el aspecto que en nada manifiestan sus hertwanas, las Flores españolas, sensensiblemente contemporáneas. Y éste es, a mi parecer, el resultado que interesa verdaderamente en el presente trabajo MARIO DAMONTE.

Universidad de Genova

tas. totalmente sao defesos, como quer que nao somente se deva comprir a tcr conta com a fee, mas também com os costumes. que sóem corromper-se fácilmente com a licao dos taes livros, e os que os tiverem, rigurosamente sejam castigados polos Bispos...» (Cf. RKVAH, oh. c/7., pp. 59-60.) Ésta es la séptima de las diez reglas que conciernen la censura, enunciadas por Fr. Francisco Foreiro e incluidas en el índice aprobado en 24-3-1564 por el Papa Pío VI. Como se ve esta regla se ha observado con mucho cuidado en el enmendamiento de la Flor. Las consideraciones de carácter moral, referidas a la defensa de las buenas costumbres, representan evidentemente un considerable interés para el censor.

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