Intoxicaciones por hierro y otros metales

Capítulo 23 Intoxicaciones por hierro y otros metales C. Díez Sáez, S. Esteban López, J. Ayala Curiel INTOXICACIÓN POR HIERRO En nuestro medio, la i

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Capítulo 23

Intoxicaciones por hierro y otros metales C. Díez Sáez, S. Esteban López, J. Ayala Curiel

INTOXICACIÓN POR HIERRO En nuestro medio, la intoxicación por hierro es poco frecuente en la infancia a pesar de la existencia en muchos hogares de preparados farmacológicos que lo contienen, como vitaminas y suplementos orales de hierro. Con frecuencia se presentan con colores vistosos y tienen buen sabor, lo que les hace más apetecibles a los niños. Además, muchos padres los consideran inocuos, por lo que no toman las debidas precauciones. La gravedad de la intoxicación por hierro está relacionada con la cantidad de hierro elemental ingerida (Tabla I). La ingestión de una cantidad de hierro elemental inferior a 20 mg/kg de peso corporal no suele tener ningún efecto tóxico. Una dosis entre 20 y 40 mg/kg de peso produce toxicidad gastrointestinal. Intoxicaciones de moderadas a severas ocurren con ingestiones entre 40 y 60 mg/kg. Más de 60 mg/kg puede llegar a producir toxicidad letal. Cuadro clínico En la intoxicación grave por hierro se pueden observar cuatro fases, aunque es frecuente la superposición entre ellas. Es importante comprender el curso de la intoxicación, especialmente la segunda fase donde la mejoría clínica aparente puede conllevar al médico a una falsa sensación de seguridad. Primer estadio En este período predominan los efectos irritantes locales del hierro sobre la mucosa intestinal. Comienzan 30 minutos a 2 horas después de la ingestión y suelen desaparecer en 6-12 horas. Aparecen náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea que puede ser sanguinolenta. En los casos de intoxicación masiva puede aparecer shock, acidosis severa y muerte.

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TABLA I Formulaciones Sulfato ferroso Gluconato ferroso Fumarato ferroso Lactato ferroso Cloruro ferroso

Fe elemental 20% 12% 33% 19% 28%

Segundo estadio Esta fase que va desde las 4-6 horas iniciales hasta las 12-24 horas tras la ingesta, se ve un período de aparente recuperación. Durante este tiempo el hierro se acumula en las mitocondrias y en diversos órganos. Tercer estadio Alrededor de 12-48 horas después de la ingestión, las lesiones celulares producidas por el hierro comienzan a dar manifestaciones. Aparece hemorragia gastrointestinal, hepatotoxicidad, acidosis metabólica, hiperglucemia, coagulopatía y colapso cardiovascular. Cuarto estadio Esta fase ocurre 2-4 semanas postingestión. Se caracteriza por la cicatrización de las lesiones, pudiendo causar estenosis pilórica o cirrosis hepática. No todos los pacientes muestran las fases claramente discernibles. Casi todos los niños con historia de ingestión presentan escasos o ningún síntoma y los síntomas GI pueden ceder en 6-12 horas, por lo que una vigilancia estrecha está justificada antes de ser considerados libres de toxicidad. Diagnóstico Historia clínica • Ingestión de hierro con síntomas gastrointestinales como vómitos y diarrea, especialmente si es hemorrágica. • Gastroenteritis hemorrágica, incluso en ausencia de ingestión. • Hiperglucemia con acidosis metabólica durante o después de episodios de dolor abdominal y gastroenteritis. Es muy importante calcular la cantidad de hierro elemental que se ha ingerido, para lo cual habrá que conocer la sal que tiene el preparado consumido y el porcentaje de hierro que aporta esa sal.

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Pruebas de laboratorio 1. Niveles de hierro. La determinación de hierro libre en plasma es el mejor método para determinar la posibilidad de toxicidad (aunque la determinación de los niveles de hierro no siempre es posible en un Servicio de Urgencias). Ello se realizará evaluando los niveles de hierro total en plasma y la capacidad total de fijación del hierro a la transferrina; si el hierro total supera a la capacidad de fijación de hierro, existe hierro libre. Los niveles de hierro normales están entre 50-175 µg/dl. Por debajo de 350 µg/dl (55 µmol/L) no hay toxicidad, ya que esta cifra suele coincidir con la capacidad de fijación de hierro a la transferrina, y por tanto no se produce hierro libre. Entre 350 y 500 µg/dl (55-90 µmol/L) la toxicidad es de media a moderada; por encima de 500 µg (90 µmol/L), se produce hepatotoxicidad y por encima de 800 µg la toxicidad será grave. También hay que tener en cuenta que la sideremia se empieza a elevar 2-3 horas tras la ingesta y llega al máximo a las 6 horas. Si se lleva a cabo la determinación de niveles pasado este plazo podemos infravalorar la intoxicación, además en muchas ocasiones no se conoce el tiempo transcurrido desde la ingesta. Por tanto se tendrá más en cuenta una expresión de toxicidad sintomática que cualquier dato de laboratorio. 2. Glucemia. Niveles superiores a 150 mg/dL se asocian comúnmente con severidad. 3. Gasometría arterial. Su determinación se usa para valorar la existencia y severidad de acidosis metabólica. 4. Celularidad blanca y roja. Celularidad blanca superior a 15.000/mm3 se asocia con severidad y la presencia de anemia por pérdida sanguínea. 5. Otros. Estudio de coagulación, pruebas de función hepática, etc. Estudio de imagen: radiografía de abdomen Los comprimidos de hierro no absorbidos son radioopacos. Si la Rx es negativa puede significar que no se ha ingerido hierro o que los comprimidos o solución ingeridos se han absorbido. Las radiografías repetidas pueden ser útiles para valorar la eficacia de los métodos de descontaminación gástrica. Tratamiento (Fig. 1) Tratamiento específico y medidas de soporte Se administrarán las medidas de soporte vital que sean convenientes, incluyendo hidratación, transfusiones, corrección de la acidosis, esta-

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Historia Cantidad de Fe elemental Niveles séricos de Fe (2-3 h - 6 h) Rx abdomen: si obstrucción Lavado int., jarabe y/o bezoar cirugía

Clínica No



Fe sérico < 350 < 20 mg/kg

Leve

1. Valorar jarabe 2. Monitorización Si a las 8 horas ASS

SS y/o Fe ↑

Moderada

Severa

Fe 350-500 > 60 mg/kg

> 500 UCIP

Desferroxamina

Alta

Figura 1. Algoritmo terapéutico (ASS: asintomático; SS: sintomático).

bilización cardiovascular, etc. En este punto es importante asumir que el paciente sintomático está hipovolémico, por lo que se administrarán cristaloides isotónicos (cloruro sódico al 0,9% o Ringer lactato) en la cantidad necesaria en forma de bolos a 20 cc/kg para mantener estabilidad hemodinámica. Impedir la absorción de hierro • Jarabe de ipecacuana. Valorar su eficacia en ingesta de menos de 2 horas si el paciente no ha vomitado espontáneamente y tiene preservado el nivel de conciencia. Se utiliza para eliminar los comprimidos del estómago. • Lavado gástrico. No se recomienda en niños por el gran tamaño de los comprimidos. • Carbón activado. No absorbe el hierro. • Lavado intestinal total. Puede ser útil cuando los comprimidos están aglutinados o producen obstrucción. Se realiza por endoscopia. Su empleo produce un acelerado tránsito intestinal, capaz incluso de eliminar comprimidos enteros sin dar tiempo a su disolución ni apenas absorción, logrando el vaciado completo del intestino en 4 a 6 horas. Para su utilización se requiere una adecuada motilidad intes-

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tinal; por consiguiente, se encuentra contraindicado en pacientes con íleo paralítico, sospecha de perforación y megacolon. Tratamiento quelante específico Desferroxamina. Es un tratamiento quelante específico del hierro; se utiliza en intoxicaciones moderadas o graves. El tratamiento quelante con desferroxamina parenteral consigue eliminar 9 μg de hierro libre por cada 100 mg de desferroxamina administrada. Las indicaciones son: • Pacientes asintomáticos o mínimamente sintomáticos, que posiblemente han tomado menos de 20 mg/kg de peso corporal de hierro y tienen sideremias menores de 350 μg/dL. A estos pacientes se les administrará jarabe de ipecacuana o se hará una irrigación intestinal. Deben ser monitorizados y se repetirá el nivel de hierro pasadas 8 horas de la ingestión. Si durante el período de observación aparecen síntomas serios o niveles altos de hierro en sangre, el paciente pasa a otra categoría. • Pacientes moderadamente sintomáticos. Medidas como el caso anterior. Si aparece un nivel de hierro entre 350 y 500 μg/dL o simplemente el nivel supera la capacidad de fijación de la transferrina, estará indicado el tratamiento quelante con desferroxamina. También se indicará la desferroxamina si se sospecha que la ingesta es superior a 60 mg/kg. • Pacientes muy graves, con hematemesis, melenas, «shock», acidosis metabólica severa o coma. Estos pacientes requieren ingreso en la UCIP para control hemodinámico y con frecuencia precisan ventilación mecánica. Estos enfermos presentan niveles de hierro por encima de 500 μg/dL. En este caso, el tratamiento quelante se realiza por vía intravenosa con desferroxamina. Una vez lograda la quelación desferroxamina-hierro, el complejo se excretará por la orina dándole un color de vino rosado, pero este fenómeno no es un indicador fiable de la eliminación del hierro. Durante el tratamiento hay que mantener la diuresis para asegurar la eliminación del complejo desferroxamina-hierro. El empleo de la quelación en presencia de insuficiencia renal hace precisa la hemodiálisis para eliminar el complejo. Durante el tratamiento se monitorizán los niveles de hierro y si estos bajan de 100 μg/dL o la orina se torna clara y el paciente está asintomático, se puede suspender el tratamiento sin tener que llegar a la máxima dosis recomendada.

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Cirugía Si después de la descontaminación permanecen restos de comprimidos en el intestino, puede ser necesario una endoscopia o gastrostomía. Puntos importantes terapéuticos 1. Los pacientes en estadio clínico 2 deben ser adecuadamente valorados; aunque pueden mostrar clínicamente mejoría, todavía tienen riesgo de colapso cardiovascular. 2. La obtención de niveles de hierro normales o bajos después de 6 horas de la ingesta puede ser errónea. La toxicidad es todavía posible. Hay que tratar al paciente, no a los números. Datos farmacológicos Nombre del fármaco

Desferroxamina (desferral). Soluble en agua. Se elimina por orina y bilis. Más efectiva cuando se administra continuamente por infusión. Puede administrarse im o perfusión iv continua. Para administración iv puede diluirse en Suero salino 0,9%, solución de dextrosa al 5% o Ringer lactato. La vía im es preferible excepto en hipotensión y colapso cardiovascular.

Dosis pediátrica

En < 3 años: no establecida, porque la movilización del hierro puede ser deficitaria; en > 3 años: 15 mg/kg/h iv, o 50 mg/kg/DS; im cada 6 h; dosis máx. 6 g/24 h.

Contraindicaciones

Hipersensibilidad documentada; enfermedad renal severa y anuria (considerar reducir dosis).

Interacciones

No reportadas.

Efectos secundarios

Taquicardia, hipotensión y shock; efectos GI que pueden simular intoxicación aguda por hierro; rubor facial y fiebre. Taquipnea, SDRA si administración iv. Las dosis elevadas con niveles bajos concomitantes de ferritina también se han relacionado con retrasos del crecimiento. Se ha descrito síndrome de distrés respiratorio agudo tras el tratamiento con dosis intravenosas excesivamente elevadas en pacientes con intoxicación aguda con hierro o talasemia.

INTOXICACIÓN POR MERCURIO El mercurio es un metal pesado ampliamente distribuido en la naturaleza. Es potencialmente muy tóxico, a pesar de lo cual se utiliza toda-

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vía en medicina, en la industria y la agricultura y en la vida doméstica. Es fácil, como ocurre en la intoxicación por otros metales pesados, que las diversas manifestaciones de la intoxicación por mercurio se diagnostiquen erróneamente, a no ser que se realice una anamnesis meticulosa de la exposición medioambiental. El mercurio puede provocar toxicidad aguda o crónica, típicamente por inhalación o por ingestión. Podemos encontrarlo en tres formas: mercurio orgánico, mercurio elemental y sales de mercurio inorgánico. Manifestaciones clínicas Mercurio orgánico El principal compuesto orgánico es el metilmercurio, que es la forma más tóxica de mercurio. La ruta principal de exposición a metilmercurio es el consumo de pescado contaminado que ha acumulado mercurio procedente de la contaminación atmosférica. La toxicidad por metilmercurio se presenta como una neurotoxicidad retardada tras un período de latencia de semanas o meses. Se caracteriza por alteraciones de la marcha y el habla, incoordinación de las manos, temblores, convulsiones y disminución del sensorio. En casos graves, aparecen movimientos involuntarios. Puede haber disminución del campo visual y de la audición. El metilmercurio también atraviesa la barrera placentaria. La mayor susceptibilidad del sistema nervioso central en desarrollo del feto está bien establecida, con lo que la exposición materna durante el embarazo puede dar lugar a lesiones fetales irreversibles. La intoxicación prenatal provocará, desde retraso sutil del desarrollo, hasta parálisis cerebral severa. Estos déficits neuropsicológicos son permanentes y más evidentes cuando la exposición materna ha sido prolongada. El mercurocromo o mercromina es un antiséptico aún utilizado. Su aplicación tópica puede producir, en personas sensibilizadas, dermatitis de contacto o anafilaxia. Con menos frecuencia da lugar a reacciones de hipersensibilidad inmediata. El mercurocromo puede absorberse por vía percutánea, como sucedía en el tratamiento de los onfaloceles extensos, y producir toxicidad sistémica a nivel de cerebro y riñones. Su ingesta va seguida de absorción intestinal, incluso en recién nacidos; el mercurio así absorbido tiene toxicidad renal potencial, sobre todo produciendo síndrome nefrótico. Otro derivado mercurial orgánico utilizado como antiséptico en algunas cremas (el timerosal o mertiolato) también puede producir dermatitis de contacto.

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Mercurio elemental El mercurio elemental o mercurio metálico es líquido. No es tóxico si se ingiere, pero a temperatura ambiente es volátil y se transforma en vapor de mercurio, el cual puede ser inhalado y provocar toxicidad. El vapor de mercurio es más pesado que el aire, con lo que tiende a situarse cerca del suelo, afectando más a los niños que a los adultos. El mercurio elemental se usa en termómetros, esfigmomanómetros, barómetros, pilas. La cantidad de mercurio liberado al romperse un termómetro es pequeña (0,5-2 g), pero esta puede ser una causa de toxicidad. Otra fuente, en la edad pediátrica, proviene del mercurio almacenado en los laboratorios de los colegios. Las amalgamas dentales son una fuente de exposición al mercurio en forma de vapor. Los niños con empastes tienen significativamente más concentración urinaria de mercurio que los que no los poseen, pero la cantidad de mercurio liberada no es suficiente para provocar toxicidad. Las pilas de botón son otra fuente de mercurio. Su ingestión accidental puede seguirse de la liberación del mercurio que contienen por efecto del jugo gástrico. Pero el riesgo de intoxicación por mercurio es muy bajo porque la cantidad absorbida no es suficiente para producir alteraciones clínicamente significativas. La inhalación aguda de vapor de mercurio elemental produce un cuadro de dificultad respiratoria que puede progresar a edema pulmonar y neumonitis grave, requiriendo ventilación mecánica. Puede haber irritación intestinal, con náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Posteriormente aparece un cuadro neuropsiquiátrico típico llamado eretismo, caracterizado por timidez extrema, excitabilidad, pérdida de memoria e insomnio. La inhalación crónica de vapor de mercurio es muy grave y da lugar a la tríada clásica de temblores, gingivitis y eretismo. Puede producir acrodinia o enfermedad rosada, que se caracteriza por un rash doloroso generalizado, con eritema rosado, edema e induración de palmas y plantas que puede progresar a descamación y ulceración, con piodermitis y prurito intenso; hay diaforesis, taquicardia e hipertensión arterial y siempre se acompaña de apatía grave, hipotonía, insomnio e irritabilidad. Posteriormente aparece nefropatía, con proteinuria que puede llegar a rango nefrótico, e incluso insuficiencia renal grave. Sales inorgánicas Las sales inorgánicas de mercurio se utilizaron en otro tiempo como antisépticos (sobre todo el cloruro mercúrico o sublimado corrosivo),

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laxantes, en amalgamas, pinturas o fungicidas. Son hidrosolubles y provocan toxicidad renal grave. La intoxicación aguda, por su actividad cáustica, va a dar síntomas digestivos como náuseas, vómitos, dolor abdominal, salivación excesiva, hematemesis y diarrea sanguinolenta grave. La intoxicación crónica produce acrodinia y, posteriormente, neuropatía grave. El metilmercurio puede transformarse, en el cerebro, en mercurio inorgánico, el cual va a producir toxicidad neurológica. Pruebas complementarias El diagnóstico de intoxicación por mercurio se basa en las manifestaciones clínicas características, los antecedentes de exposición y la elevación de las concentraciones de mercurio en la sangre u orina, un dato que confirma la exposición. Los niveles normales son:

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